VOLUMEN 36
Luisa Piccarreta Volumen 36
I. M. I.
¡In Voluntate Dei!
Abril 12, 1938
Quien vive en el Querer Divino, en cada acto pronuncia el Fiat
y forma en él tantas Vidas Divinas. En cuanto se da en poder
de la criatura, la hace hacer lo que quiere. Diferencia que hay
entre quien vive en Ella y entre quien está resignada.
Estoy siempre entre los brazos del Fiat Divino y, ¡oh! cómo siento la
necesidad de su Vida que respire, palpite, circule en mi pobre alma; sin Ella
me siento que todo muere para mí: muere la luz, la santidad, la fuerza, aun el
mismo Cielo, como si no me perteneciera más. En cambio, en cuanto siento
su Vida todo resurge en mí: resurge la luz con su belleza que vivifica,
purifica y santifica; resurge mi mismo Jesús con todas sus obras; resurge el
cielo, al cual el Querer Santo lo encierra en mi alma como dentro de un
sagrario para hacerlo todo mío. Así que si vivo en su Voluntad todo es mío,
nada me debe faltar. Por eso, oh Querer Santo, al dar principio a este 360
volumen te pido, te suplico, te invoco que no me dejes un solo instante sin
Ti, a fin de que Tú hables, Tú escribas, Tú mismo hagas conocer quién eres,
y cómo quieres ser vida de todos, para dar tus bienes a todos. Si me dejas
hacer a mí, yo no sabré hacerte conocer como Tú quieres porque soy
incapaz, pero si lo haces Tú, triunfarás, te harás conocer y tendrás tu reino en
el mundo entero. ¡Oh Querer Santo, con tu Potencia eclipsa todos los males
de las criaturas, pon tu basta omnipotente a fin de que extravíen el camino
del pecado y se reencuentren en el camino de tu Divina Voluntad.
Y a Ti, Mamá Reina del Fiat Divino, consagro en modo especial este
volumen, a fin de que tu amor, tu maternidad, se extiendan en estas páginas
para llamar a tus hijos a vivir junto contigo en aquél mismo Querer del cual
poseíste su reino, y mientras comienzo, imploro, inclinada a tus pies, tu
materna bendición.
Ahora, mientras mi mente estaba inmersa en el Fiat Divino, mi dulce
Jesús visitando mi pequeña alma, con una bondad indecible me ha dicho:
47 Este libro ha sido traducido directamente del original manuscrito de Luisa Piccarreta.
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"Hija mía bendita de mi Voluntad, cuántas maravillas sabe hacer mi
Querer en la criatura, siempre y cuando le de el primer puesto y le de toda la
libertad de hacerlo obrar, Él toma la voluntad, la palabra, el acto que quiere
hacer, lo unifica consigo, lo inviste con su virtud creante, pronuncia su Fiat y
de él forma tantas Vidas por cuantas criaturas existen. Mira, tú estabas
pidiendo en mi Voluntad el bautismo para todos los recién nacidos que
saldrán a la luz del día, y por consiguiente su Vida reinante en ellos. Mi
Voluntad no ha dudado un instante, inmediatamente ha pronunciado su Fiat
y ha formado tantas Vidas de Sí, por cuantos recién nacidos salían a la luz,
bautizándolos como tú querías, primero con su luz, y después dando a cada
uno su Vida, y si estos recién nacidos, por incorrespondencia o por falta de
conocimiento no llegarán a poseer esta Vida nuestra, pero para Nosotros esta
Vida queda, y tenemos tantas Vidas Divinas que nos glorifican, nos
bendicen, y nos aman como amamos en Nosotros mismos. Estas nuestras
Vidas Divinas son nuestra más grande gloria, pero no hacen a un lado a
aquél que dio la ocasión a nuestro Fiat Divino de formar tantas Vidas
nuestras por cuantos recién nacidos salían a la luz, más bien lo tienen
escondido en Ellas para hacerlo amar como Ellas aman y hacerlo hacer lo
que Ellas hacen. Tampoco ponen a un lado a los recién nacidos, sino que
son todo ojos encima de ellos, los vigilan, los defienden para poder reinar en
sus almas. Hija mía, ¿quién puede decirte cuánto amamos a esta criatura que
vive en nuestro Querer? La amamos tanto que le damos nuestro Querer en
su poder, a fin de que de Él haga lo que quiera: Si quiere formar Vidas
nuestras, la hacemos hacer; si quiere llenar Cielo y tierra con nuestro Amor,
le damos la libertad de hacerlo, tanto, que nos hace decir por todos que nos
aman, aun en el pequeño pajarillo que trina, que gorjea y canta oímos el "te
amo" de quien vive en nuestro Querer; si en el ímpetu de su amor quiere
amarnos de más, entra en nuestro acto creante y se deleita creándonos
nuevos soles, cielos y estrellas que nos dicen sin cesar jamás, ‘os amamos,
os amamos’, y toma la parte narradora para narrar nuestra gloria. En nuestra
Voluntad la vista es larga y ella es toda atención, toda ojos para ver que cosa
queremos y cómo puede amarnos de más."
¡Dios mío, cuántas maravillas, cuántas sorpresas hay en tu Querer! Su
dulce encanto es tanto, que no sólo se queda uno embelesado, sino como
embalsamado, transformado en las mismas maravillas del Fiat, de modo que
no se sabe cómo hacer para salir de Él. Después pensaba entre mí: ¿pero
cuál será la diferencia entre quien vive en el Querer Divino, entre quien se
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resigna en las circunstancias dolorosas de la vida, y entre quien de hecho no
hace la Divina Voluntad? Y mi dulce Jesús regresando ha agregado:
"Hija mía bendita, la diferencia es tanta que no hay comparación que
sirva. Quien vive en mi Querer tiene el dominio sobre todos, y Nosotros la
amamos tanto que la hacemos llegar a dominarnos a Nosotros mismos, y
gozamos tanto al ver la pequeñez de la criatura dominarnos, que sentimos
alegrías insólitas, porque vemos que nuestra Voluntad domina en la criatura,
y ella domina junto con nuestro Querer, y ¡oh! cuántas veces nos hacemos
vencer, y muchas veces es tanta nuestra alegría, que hacemos vencer nuestra
Voluntad en la criatura antes que en Nosotros mismos. Además de esto, con
vivir en nuestro Querer, a su continuo contacto adquiere los sentidos divinos,
adquiere la vista larga, su luz es tan penetrante y clara que llega a fijarse en
Dios, en el cual ve los arcanos divinos, nuestra Santidad y Belleza le son
palpables, las ama y las hace suyas; con este ojo de luz dondequiera
encuentra a su Creador, no hay cosa en la cual no lo encuentre, y Él con su
Majestad y con su Amor envuelve a la criatura y le hace sentir cuánto la ama
y, ¡oh! las alegrías indescriptibles de ambas partes al sentirse amada y
amarlo en cada cosa; adquiere el oído divino y de inmediato escucha lo que
Nosotros queremos, está siempre atenta a escucharnos, no hay necesidad de
decir y volver a decir lo que queremos, basta una pequeña señal y todo está
hecho; adquiere el olfato divino, y con sólo olfatear advierte si lo que la
circunda es bueno, santo, y si pertenece a Nosotros; adquiere el gusto divino,
tanto, que a saciedad se alimenta de amor y de todo lo que es Cielo;
finalmente, en nuestro Querer adquiere nuestro tacto, de manera que todo es
puro y santo, no hay temor de que el más mínimo aliento pueda
ensombrecerla. Toda bella, hermosa y encantadora es la criatura que vive en
mi Fiat.
En cambio, quien solamente está resignada no vive con nuestro
continuo contacto, se puede decir que no sabe nada de nuestro Ente
Supremo, su vista es muy débil y enferma, le hace mal si quiere mirar, sufre
una miopía en último grado, por la cual, muy dificultosamente puede
descubrir los objetos más necesarios; con mucha dificultad escucha, y cuánto
se necesita para hacerla oír, si es que nos escucha; el olfato, el gusto, el
tacto, olfatean lo que es humano, se alimentan de lo que es tierra y sienten el
tacto de las pasiones, la dulzura de los placeres mundanos, y además, con el
hacer mi Voluntad en las circunstancias, en los encuentros dolorosos, se
alimentan no todos los días, sino cuando tienen la ocasión de que mi
Voluntad les ofrezca un dolor. ¡Oh! cómo crecen débiles, nerviosos,
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enfermos, de dar piedad; pobre criatura sin mi Voluntad continua, cómo me
dan piedad.
Ahora, para quien no está ni siquiera resignado, está ciego y sordo, no
tiene olfato, pierde el gusto a todos los bienes, es un pobre paralizado que no
puede servirse ni siquiera de sí mismo para ayudarse; él mismo se forma una
red de infelicidad y de pecados de la cual no sabe salir."
Abril 15, 1938
Quien vive en nuestro Querer Divino, conforme respira, se mueve
en el Fiat, toda la corte celestial siente en sí el respiro, el movimiento
de ella, y la virtud conquistante y felicitante de la cual es portadora.
Condiciones dolorosas en las cuales se encuentra la Divina
Voluntad cuando es rechazada.
Mi pobre mente corre, vuela en el Querer Divino como a su centro
para reposarse, para dejar sus harapos y tomar a cambio los vestidos de su
luz, su respiro, su latido, su movimiento que se mueve en todos y en todo, y
que da vida a todos y a todo. Ahora, mientras nadaba en el mar de las
alegrías del Fiat Divino, mi siempre amable Jesús haciéndome su breve
visita, con un amor indecible me ha dicho:
"Mi pequeña hija de mi Querer, ¡cómo es bello el vivir en mi
Voluntad! En cuanto el alma entra en Ella, respira con nuestro respiro, late
con nuestro latido, se mueve en nuestro movimiento, se pone en comunión
con todos y hace lo que hacen los ángeles, los santos, y todas las cosas
creadas, y hace hacer a todos lo que ella hace. Las maravillas que hay en
nuestro Querer son sorprendentes, las escenas son tan conmovedoras, que
ponen a todos atentos para gozarse escenas tan singulares, por las cuales
quedan raptados, ¿y quién sabe qué harían con tal de ser espectadores y
gozarse escenas tan deleitables de quien vive en nuestro Querer?
Ahora, tú debes saber que en cuanto el alma entra en nuestro Querer,
respira, late y se mueve en nuestro movimiento, pero su respiro, latido y
movimiento no los pierde, ni se separan de los nuestros; y como nuestra
Voluntad se encuentra por todas partes y circula más que respiro, latido y
movimiento de todos, ¿qué cosa sucede? Sucede que los ángeles y santos,
nuestra misma Divinidad, la Creación toda, sienten junto con mi Voluntad el
respiro y el latido de la criatura en ellos, y se la sienten mover en su
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movimiento, hasta en el centro de sus almas; este movimiento de la criatura
hecho en mi Querer está lleno de felicidad, de alegrías indecibles y nuevas,
de las cuales el alma viadora, no gozando sino sufriendo y conquistando con
su libre arbitrio, es portadora para cada uno de los bienaventurados sólo con
respirar, latir o moverse. Y en la plenitud de los gozos de los cuales el alma
es portadora, de los cuales mi Querer no separa jamás sus siempre nuevas
alegrías, aun del respiro hecho en su Voluntad, y como está el libre arbitrio
que forma el acto conquistante de la criatura, en ellos pone su nuevo gusto
conquistante, y ¡oh, cómo quedan felicitados todos los bienaventurados,
nuestra misma Divinidad y la Creación toda! Y en su énfasis de amor y en
la plenitud de los gozos dicen: ‘¿Quién es aquél que respira, late y se mueve
en nosotros? ¿Quién es aquél que de la tierra nos trae el acto conquistante
de los puros gozos y del nuevo amor, lo que no tenemos en el Cielo y que
tanto nos felicita y acrecienta nuestro Amor hacia quien tanto nos ama?’ Y
todos en coro dicen: ‘¡Ah, es un alma que vive en la Divina Voluntad sobre
la tierra!’ ¡Qué prodigios, qué maravillas, qué escenas tan encantadoras, un
respiro que respira en todos, hasta en su Creador; que se mueve en todos,
hasta en el cielo, en las estrellas, en el sol, en el aire, en el viento, en el mar;
que toma todo en un puño en su propio movimiento y da a Dios amor,
adoración, todo lo que cada uno debería y que no da y no ha dado, y da a
todos a su Dios, su Amor, su Voluntad! La criatura se hace portadora de
todo a Dios, y de Dios a todos.’ Y aunque ninguna criatura nos tomase,
Nosotros quedamos igualmente amados y glorificados, porque un acto, un
movimiento en nuestra Voluntad, es tanta su plenitud, que las criaturas y
todo quedan como tantas gotitas de agua de frente a un inmenso mar, como
tantas pequeñas llamitas ante la gran luz del sol. Por eso, este movimiento,
respiro y latido de la criatura en nuestra Voluntad, sobreabunda sobre todo,
abraza la eternidad, en ellos se forman soles y mares extensísimos que todo
nos pueden dar, y si otros actos de la criatura no son hechos en mi Voluntad,
quedan tan pequeños como si no existieran. ¡Oh Voluntad mía, cómo eres
admirable, potente y amable! La criatura en Ti todo nos puede dar, y todo
podemos darle, ella cubre todo y a todos con tu luz, hace surgir el amor y
nos da amor por todos, podemos decir que es la verdadera reparadora,
porque cuando las criaturas nos ofenden, encontramos que en su amor nos
puede esconder para amarnos, en su luz para defendernos, y por caminos de
luz poner en fuga a aquellos que nos quieren ofender. Por eso, lo que más te
importe sea el vivir en nuestro Querer."
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Después ha agregado: "Hija mía, es tanto el amor por quien vive en
nuestra Voluntad Divina, pues conforme respira nos da todo lo que hemos
hecho: La Creación, los ángeles, los santos, nuestro mismo Ser Supremo
como homenaje, amor y gloria nuestra. Y Nosotros, tomados por tal exceso
de amor le damos nuevamente a ella lo que nos ha dado, así que conforme
respira nos da a Nosotros lo que somos, y en cuanto retira el respiro,
Nosotros le damos nuevamente lo que nos ha dado, por eso estamos en
continuas relaciones y nos intercambiamos continuos dones. Con esto
mantenemos en continuo vigor el amor, la inseparabilidad, de no podernos
separar el uno del otro y sentimos tal complacencia que le damos lo que
quiere."
Pero mientras me sentía sumergida en el Querer Divino, un
pensamiento me atormentaba acerca de mi pobre estado, el tener que
sucumbir a una especie de muerte cada noche, y ya por cerca de cincuenta
años o más, y además tener necesidad de los demás para salir de ese estado.
¡Dios mío, siento una pena que sólo Tú sabes cuanto me cuesta, y sólo el
temor de disgustarte y de no cumplir tu Voluntad me hace seguir adelante,
de otra manera quién sabe qué haría para no someterme. Y mi dulce Jesús
ha corrido hacia mí, y estrechándome fuertemente entre sus brazos me ha
dicho:
"Hija mía buena, ánimo, no te aflijas tanto, Yo no quiero que te aflijas.
Es tu Jesús el que quiere este tu estado tan doloroso. Este sucumbir como si
perdieses la vida lo sufro Yo junto contigo, y el verdadero Amor no sabe
negar nada a quien ama. Además, este tu estado tan doloroso como si
perdieras la vida era necesario y querido por mi Divina Voluntad, pues ha
querido encontrar en ti la reparación, la correspondencia por tantas muertes
que le hacen sufrir las criaturas cuando la rechazan, no dándole vida en ellas.
Tu someterte por tanto tiempo a esta pena de muerte resarcía a mi Divina
Voluntad de las tantas muertes sufridas, la llamaba a besar la humana
voluntad para reconciliarse mutuamente, y por eso he podido hablar tanto de
mi Voluntad para hacerla conocer, y así pudiese reinar, porque tenía quien
me correspondiera y me resarciera las tantas Vidas mías, perdidas para ellas,
y para Mí rechazadas, como sofocándolas en la luz inaccesible de mi
Voluntad. Porque tú debes saber que en todo lo que hace la criatura, mi
Voluntad corre para dar y formar una Vida suya en ella, y no recibiéndola,
esta Vida mía muere para la criatura, ¿y te parece poco? ¡Oh, cuán grande
es mi dolor al ver tantas Vidas Divinas mías muertas para las criaturas! Por
esto era necesario encontrar quien, en algún modo, me resarciera, para
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volver al intento de formar mi Vida en ellas. Mi Voluntad se encuentra en
las condiciones de una pobre madre que está por dar a la luz su parto ya
maduro, y se impide que salga a la luz, sofocándolo en el propio seno;
¡pobre madre, siente morirse el parto en sus propias entrañas, y ella por el
dolor muere junto! Así es mi Voluntad, Ella siente en Sí tantos partos de
Vidas Divinas ya maduras, que quiere sacarlas para darlas a las criaturas,
pero mientras quiere sacarlas se las siente sofocar en el propio seno, y el
parto muere para Ella, y mientras muere el parto muere también Ella, porque
sin mi Voluntad no puede haber verdadera vida de santidad, de amor, y de
todo lo que pertenece a nuestra Vida Divina. Por eso hija mía, tranquilízate
y no pienses más en ello, si esto hemos hecho, ha sido hecho con suma
Sabiduría, con Amor que no podíamos contener, y por el orden que tenemos
en nuestro modo de obrar. Por eso es necesario inclinar la frente y adorar lo
que Nosotros disponemos por amor de las criaturas."
Abril 20, 1938
Cómo el "tengo sed" de Jesús en la cruz continúa aún a gritar
a cada corazón: "Tengo sed." La verdadera resurrección está
en resurgir en el Querer Divino. A quien vive en Él
nada le es negado.
Mi vuelo continúa en el Querer Divino, y siento la necesidad de hacer
mío todo lo que ha hecho, poner en ello mi pequeño amor, mis besos
afectuosos, mis adoraciones profundas, mi gracias por todo lo que ha
hecho y sufrido por mí y por todos, y habiendo llegado al momento cuando
mi amado Jesús fue crucificado y levantado en la cruz entre espasmos
atroces y penas inauditas, con acento tierno y lastimero, tanto que me sentía
romper el corazón me ha dicho:
"Hija mía buena, la pena que más me traspasó sobre la cruz fue mi sed
ardiente, me sentía quemar vivo, todos los humores vitales habían salido por
mis llagas, que como tantas bocas quemaban y sentían una sed ardiente que
querían apagar, tanto, que no pudiendo contenerme grité: ‘Sitio.’ Este
‘sitio’ permanece siempre en acto de decir: ‘Tengo sed.’ No termino jamás
de decirlo, con mis llagas abiertas y con mi boca quemada digo siempre:
‘Yo ardo, tengo sed, ¡ah! dame una gotita de tu amor para dar un pequeño
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refrigerio a mi sed ardiente.’ Así que en todo lo que hace la criatura Yo le
repito siempre con mi boca abierta y quemada por la sed: ‘Dame de beber,
tengo sed ardiente.’ Y como mi Humanidad dislocada y llagada tenía un
solo grito: ‘Tengo sed’, por eso, conforme la criatura camina, Yo grito a sus
pasos con mi boca ardida: ‘Dame tus pasos hechos por mi amor para calmar
mi sed; si obra, le pido sus obras hechas sólo por mi amor para refrigerio de
mi sed ardiente; si habla, le pido sus palabras; si piensa, le pido sus
pensamientos como tantas gotitas de amor para alivio a mi sed ardiente.’ No
era solamente mi boca la que se quemaba, sino toda mi Santísima
Humanidad sentía la extrema necesidad de un baño de refrigerio al fuego
ardiente de amor que me quemaba, y como era por la criatura que Yo me
quemaba en medio de penas desgarradoras, por eso solamente ellas podían,
con su amor, extinguir mi sed ardiente y dar el baño de refrigerio a mi
Humanidad. Ahora, este grito: ‘sitio’, lo dejé en mi Voluntad, y Ella
tomaba el empeño de hacerlo oír a cada instante en los oídos de las criaturas,
para moverlas a compasión de mi sed ardiente, para darles mi baño de amor
y recibir su baño de amor, aunque sean pequeñas gotitas, como alivio de mi
sed que me devora, pero, ¿quién me escucha? ¿Quién tiene compasión de
Mí? Sólo quien vive en mi Voluntad, todos los demás se hacen los sordos y
acrecientan con su ingratitud mi sed, lo que me deja intranquilo, sin
esperanza de alivio. Y no solamente mi ‘sitio’, sino todo lo que hice y dije
lo dejé en mi Voluntad; estoy siempre en acto de decir a mi Mamá doliente:
‘Madre, he ahí a tus hijos.’ Y la pongo a su lado como ayuda, por guía, para
hacerla amar por hijos, y Ella a cada instante se siente poner por su Hijo al
lado de sus hijos, y ¡oh, cómo los ama como Mamá y les da su Maternidad
para hacerme amar por ellos como Ella me ama! Y no sólo esto, sino que
con dar su Maternidad pone el amor perfecto entre las criaturas, a fin de que
se amen entre ellas con amor materno, que es amor de sacrificio, de
desinterés y constante. ¿Pero quién recibe todo este bien? ¡Quien vive en
nuestro Fiat! Esta criatura siente la Maternidad de la Reina; Ella, se puede
decir que pone su corazón materno en la boca de sus hijos para que
succionen y reciban la Maternidad de su Amor, sus dulzuras y todas sus
dotes, de las cuales está enriquecido su materno corazón.
Hija mía, quien quiera encontrarnos, quien quiera recibir todos
nuestros bienes y a mi misma Madre, debe entrar en nuestra Voluntad y debe
permanecer dentro, Ella no sólo nos es Vida, sino que forma en torno a
Nosotros con su Inmensidad, nuestra habitación, en la cual mantiene todos
nuestros actos, palabras y todo lo que somos, siempre en acto. Nuestras
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cosas no salen de nuestra Voluntad, quien las quiera se debe contentar con
hacer vida junto con Ella, y entonces todo es suyo, nada le es negado;
mientras que si queremos darle y no vive en nuestro Querer, no las apreciará,
no las amará, no se sentirá con el derecho de hacerlas suyas, y cuando las
cosas no se hacen propias, el amor no surge y muere."
Después de esto continuaba mi giro en todo lo que hizo Nuestro Señor
sobre la tierra, y me he detenido en el acto de la Resurrección. ¡Qué triunfo,
qué gloria! El Cielo se volcó sobre la tierra para ser espectador de una gloria
tan grande. Y mi amado Jesús ha regresado y me ha dicho:
"Hija mía, en mi Resurrección venía constituido el derecho a todas las
criaturas de resurgir en Mí a nueva vida, era la confirmación, el sello de toda
mi Vida, de mis obras, de mis palabras, y confirmación de que si vine a la
tierra fue para darme a todos y a cada uno como Vida que les pertenecía. Mi
Resurrección era el triunfo de todos y la nueva conquista que todos hacían
de Aquél que había muerto por todos, para darles vida y hacerlos resurgir en
mi misma Resurrección. ¿Pero quieres saber en donde consiste la verdadera
resurrección de la criatura? No al final de los días, sino mientras aún vive en
la tierra; quien vive en mi Voluntad, ella resurge a la luz y puede decir: ‘Mi
noche ha terminado.’ Resurge en el Amor de su Creador, de modo que no
existe más para ella el frío, las nieves, sino que siente la sonrisa de la
primavera celestial. Resurge a la santidad, la cual pone en precipitosa fuga a
las debilidades, a las miserias, a las pasiones. Resurge a todo lo que es
Cielo, y si mira la tierra, el cielo, el sol, los mira para encontrar las obras de
su Creador, para tener ocasión de narrarle su gloria y su larga historia de
amor. Por eso quien vive en mi Querer, puede decir como dijo el ángel a las
piadosas mujeres cuando fueron al sepulcro: ‘Ha resucitado, no está más
aquí.’ Quien vive en mi Querer puede decir lo mismo: ‘Mi voluntad no está
más conmigo, ha resucitado en el Fiat.’ Y si las circunstancias de la vida,
las ocasiones, las penas, circundan a la criatura como buscando su voluntad,
ella puede responder: ‘Mi voluntad ha resucitado, no la tengo más en mi
poder, en sustitución tengo a la Divina Voluntad y con su luz quiero investir
todo lo que me circunda: Circunstancias, penas, para formar en ellas tantas
conquistas divinas.’ Quien vive en nuestro Querer encuentra la vida en los
actos de su Jesús, y corre siempre en ella nuestra Voluntad obrante,
conquistante y triunfante, y nos da tal gloria que el Cielo no la puede
contener. Por eso vive siempre en nuestro Querer, no salgas jamás de Él si
quieres ser nuestro triunfo y nuestra gloria."
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Abril 25, 1938
La señal de que la Divina Voluntad reina en el alma,
es sentir la necesidad de amarlo incesantemente. El
gran mal de no obrar el bien en el Querer Divino. La
pequeña llamita alimentada por la gran luz de Dios.
Mi pobre mente corre, vuela en el Fiat Divino, y si esto no lo hago me
siento inquieta, sin fuerza, sin alimento, sin aire para respirar, me siento sin
pies para caminar, sin manos para obrar, sin corazón para amar, y por eso
siento la necesidad de correr en su Querer para encontrar sus actos, para
formarme con ellos pies que corran, manos que abracen todo y que obren,
amor sin corazón que tome el Amor del Eterno para no cesar jamás de amar.
Pero mientras pensaba tantos disparates, mi siempre amable Jesús repitiendo
su breve visita, complaciéndose de mis desatinos, todo amor me ha dicho:
"Hija mía bendita, no te asombres de tus desatinos, es propiamente
esto lo que sucede. Quien vive en mi Voluntad deja su ser y su voluntad, y
entrando en la mía se sirve de nuestras obras para formarse los nuevos
miembros que se necesitan para vivir en Ella, por eso adquiere nuevos pasos,
nuevos movimientos, nuevo amor, para poder ensimismarse y fundirse con
nuestras obras y hacer lo que hacemos Nosotros. Por eso, la señal más cierta
de que mi Voluntad Divina reina y domina en el alma, es el movimiento
continuo del amor. Ahora, la criatura sabiendo que no tiene un amor que
jamás cesa, ni obras múltiples para dármelas para amarme, ¿qué hace? Entra
en los interminables recintos de mi Querer, ve el gran teatro de la Creación,
la suntuosidad y la magnificencia del Amor del cual están investidas
nuestras obras, y corre de una obra nuestra a otra y va recogiendo todo
nuestro Amor que hemos esparcido en toda la Creación, se lo pone como en
su regazo y viene delante a nuestra Majestad para darnos las tantas
variedades distintas de Amor que hemos puesto en lo creado, y hace resonar
sus notas de amor en las múltiples notas de amor de nuestro Amor creante, y
¡oh, los contentos que nos da, las fiestas que nos abre entre el Cielo y la
tierra, los mares de amor con los que circunda nuestro trono! Luego,
después de que nos ha hecho la fiesta de toda la Creación, para amarnos
mayormente y con duplicado amor, desciende de nuestro trono y va
esparciendo de nuevo sobre todas las cosas creadas nuestro duplicado Amor,
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y con la Potencia de nuestra Voluntad que tiene en su poder nos hace decir
por todos: ‘Amor, amor a nuestro Creador.’ A quien vive en nuestra
Voluntad la podemos llamar nuestra fiesta continua, el desahogo de nuestro
Amor."
Después ha agregado con acento doloroso:
"Hija mía, ¡cómo desciende en lo bajo la criatura cuando no vive en
nuestra Voluntad! Y aunque hiciera el bien, como le falta la luz de mi
Voluntad, la Fuerza de nuestra Santidad, el bien que hace queda cubierto de
humo que ciega la vista y produce estima propia, vanagloria, amor de sí
mismo; se puede decir que queda envenenada, de modo que no puede
producir un gran bien, ni para sí mismo ni para los demás. Pobres obras
buenas sin mi Voluntad, son como campanitas sin sonido, como metales sin
la imagen del rey, que no tienen valor de monedas; estas obras a lo más se
convierten en satisfacción propia, y Yo que mucho amo a las criaturas estoy
obligado muchas veces a amargar el bien que hacen, a fin de que entren en sí
mismas y traten de obrar recta y santamente. En cambio, para quien vive en
nuestro Querer no hay peligro de que el humo de la propia estima entre, aun
en las obras más grandes que pueda hacer, pues esta criatura es la pequeña
llamita alimentada por la gran luz que es Dios, y la luz se sabe desembarazar
de las tinieblas, de las pasiones, del humo de la propia estima, y como es luz,
la criatura conoce que en todo lo que hace de bien es Dios que obra en su
propia nada; y si esta nada no está escombrada de todo lo que no pertenece a
Dios, Dios no desciende en lo bajo de su propia nada para hacer obras
grandes, dignas de Él. Así que en nuestro Querer ni siquiera la humildad
entra, sino solamente la propia nada, reconocer que se es nada y que todo lo
que entra de bien en ella no es otra cosa que el obrar Divino; y entonces
sucede que Dios es el portador de la nada y la nada es la portadora de Dios.
Por eso en mi Querer todas las cosas cambian para la criatura, ella no es otra
cosa que la pequeña luz, que debe recibir por cuanto pueda, la gran luz de mi
Fiat, de modo que no hace otra cosa que alimentarse de luz, de Amor, de
Bondad, de Santidad Divina. ¡Qué honor ser alimentada por Dios! Por lo
tanto no es maravilla que siendo la criatura la pequeña llamita, Dios se
alimente de ella."
Después ha agregado: "Además del amor incesante, hay otra señal
para saber si el alma vive en mi Querer, y si Éste reina en ella, y esta señal
es la inmutabilidad. No cambiarse jamás del bien al mal es sólo de Dios, un
carácter firme, constante, no ser fácil para cambiar acción, que sólo una
paciencia divina puede tener, la constancia de hacer siempre un acto sin
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cansarse jamás, sin jamás sentir fastidio, desagrado, es sólo de Dios. Ahora,
quien vive en nuestro Fiat siente su inmutabilidad, y se siente investir por tal
firmeza, que no cambiaría acción ni por el Cielo ni por la tierra, se
contentaría con morir antes que dejar de hacer, y repetir continuamente lo
que está haciendo, mucho más que lo que se hace con ánimo firme, sin
jamás cambiarse, ha tenido por principio a Dios, y por lo tanto siente a Dios
en su acto, y conforme repite el acto se lo siente correr en su acto, y Dios
mismo anima su acción. ¿Cómo puede dejar de repetir lo que comenzó
junto con nuestro Ser Supremo? Debería salir de nuestra Voluntad para
cambiar acción; nuestra Voluntad cuando obra no cambia jamás, y así
vuelve a quien vive en su Querer, y ¡oh! cómo se distingue pronto quien no
vive en mi Voluntad, hoy quiere hacer una cosa, mañana alguna otra; una
vez le agrada hacer un sacrificio, en otra ocasión le huye. No se puede fiar
de ella, es siempre una caña que se mueve al soplo de los vientos de sus
pasiones. La mutabilidad de la voluntad humana es tanta, que llega a
convertir a la criatura en el hazmerreír de sí misma, y tal vez también de los
mismos demonios. He aquí el por qué llamo a la criatura a vivir en nuestro
Querer, para que sea sostenida y reforzada por Él, y así pueda hacer honor a
nuestra obra creadora, porque sólo el hombre es voluble, mientras que todas
nuestras demás obras no se cambian jamás, el cielo está siempre fijo, no se
cansa jamás de estar distendido; el sol hace siempre su curso, no cambia
jamás su acción de dar su luz para bien de toda la tierra; el aire está siempre
en acto de hacerse respirar; todas las cosas, tal como han sido creadas por
Nosotros así se mantienen, y hacen siempre la misma acción. Sólo el
hombre con no querer vivir en nuestro Querer Divino, desciende de los
modos de su Creador y no sabe conducir a término sus obras, por lo tanto no
las sabe amar, ni apreciar, ni recibir el mérito de sus obras."
Mayo 2, 1938
La Divina Voluntad pide a cada instante la voluntad humana para
decirle: ‘No me has negado nada, ni Yo puedo negarte nada.’ Cómo
forma su marecito de amor en el mar divino. La Creación. Dulce
encanto de las manifestaciones del Amor divino hacia la criatura.
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Mi vuelo continúa en el Querer Divino, y ¡oh, cómo quedo
sorprendida al ver que a cada instante pide la voluntad humana para hacer en
ella alguno de sus portentos amorosos! ¡Cómo queda uno conmovido al ver
que un Fiat Divino pide a la criatura su voluntad humana! Y mi dulce Jesús
al verme conmovida, repitiéndome su breve visita todo bondad me ha dicho:
"Hija mía, es siempre nuestro Amor el que nos empuja con una fuerza
irresistible hacia la criatura, y nos pone en actitud de pedir, como si
tuviéramos necesidad de ella, para decirle: ‘Me has amado y te amo, te has
donado a Mí y me dono a ti.’ Ahora, tú debes saber hasta donde llega
nuestro Amor: Cada vez que le pedimos su voluntad y ella nos la da, tantas
vidas nos da por cuantas veces nos la dona, y Nosotros, para darle la
ocasión, el mérito de darnos no una vez su vida, sino tantas veces por
cuantas veces se la pedimos, estamos siempre en acto de pedírsela. ¿Y te
parece poco que la criatura pueda decirnos: ‘Tantas vidas os he dado, y no
una vez, sino miles de veces, por cuantas veces me la habéis pedido?’ Y
Nosotros no sólo la amamos con duplicado Amor por cuantas veces nos da
su voluntad, y la recompensamos cada vez, sino que nos sentimos
glorificados y amados de más por cuantas vidas nos ha dado. Esto no es otra
cosa que nuestro Amor exuberante, las finezas, las estratagemas, los
excesos, las locuras de nuestro Amor obrante, que no sabe estar sin inventar
nuevos modos para tener qué hacer con la criatura y para poder decir:
‘Cuantas veces se la hemos pedido, no nos la ha negado jamás, tampoco
Nosotros podemos negarle nada.’ ¿No es esto un trato de Amor insuperable
que sólo un Dios puede hacer? Además de esto, nuestro Amor no se detiene,
buscamos siempre fundirla con Nosotros, y conforme la criatura ama en
nuestra Voluntad, así le hacemos formar su pequeño mar de amor en la
interminabilidad de nuestro mar inmenso de Amor, y esto para sentir que su
amor está en el nuestro y ama con el nuestro; será más pequeño, y esto lo
sabemos, que el amor creado no puede alcanzar jamás al Amor creante, pero
nuestro contento indecible es que ama en nuestro Amor, y con nuestro
Amor. Un amor dividido, separado de Nosotros, no nos puede agradar
jamás, ni nos puede herir, y además perdería lo más bello del amor. Cada
vez que nos ama en nuestro Fiat, tanto más crece su pequeño mar de amor en
nuestro mar divino, y Nosotros nos sentimos más glorificados y amados al
ver aumentado el amor de nuestra criatura."
Después de esto estaba haciendo mi giro en la Creación para encontrar
todos los actos hechos por la Divina Voluntad, y mi siempre amable Jesús ha
agregado:
2992
"Hija mía bendita, la Creación es el más dulce encanto de la
manifestación de nuestro Amor hacia las criaturas, está el azul del cielo con
sus estrellas, el refulgente sol, el aire, el viento, el mar, siempre fijos, jamás
se apartan, para decir al hombre nuestro Amor que jamás cesa. Hay además
en la baja tierra: Plantas, flores, árboles, hierba, y todos tienen una voz, un
movimiento, una Vida de Amor de su Creador, para decir a todos, aun a las
criaturas, aun al más pequeño hilo de hierba, la historia de amor de Aquél
que los ha creado para el hombre. Ahora, las cosas creadas en la baja tierra
parece que mueren, pero no es verdad, más bien resurgen más bellas, esto no
es otra cosa que la nueva resurrección del Amor de Dios hacia las criaturas;
y para hacer una dulce sorpresa de Amor, mientras parece que mueren
resurgen más bellas, y pone ante el ojo humano el nuevo encanto de las
floraciones y de los frutos para ser amado, se puede decir que cada flor y
planta lleva el beso, el te amo de su Creador a aquél que las mira y se hace
poseedor de ellas. Por eso nuestro Amor Supremo espera que en cada cosa
nos reconozca y nos mande su te amo, pero en vano esperamos. En todas las
cosas creadas nuestro Ser Supremo manifiesta nuestra Potencia, Sabiduría,
Bondad, Orden de nuestro Amor, y se lo damos al hombre a fin de que nos
ame con amor potente, sabio, lleno de bondad, esto es, que esté en él la
imagen de nuestro Amor Divino, y esto sólo lo puede recibir quien vive en
nuestra Voluntad, porque podemos decir que vive de nuestra Vida; en
cambio fuera de Ella el amor es débil, la sabiduría es insípida, la bondad se
cambia en defectos, el orden en desorden. ¡Pobre criatura sin nuestra
Voluntad, cómo nos da piedad! Mucho más que Nosotros amamos con
Amor incesante a la criatura, y quiere encontrar en ella el amor que jamás
cesa, y cuando no nos ama forma grandes vacíos de nuestro Amor en su
alma, y nuestro Amor no encontrando su Amor en estos vacíos, no tiene
donde apoyarse, queda suspendido, va errante, corre, vuela y no encuentra
quien lo reciba, y grita, sufre por el dolor y dice: ¡No soy amado, Yo amo y
no encuentro quien me ame!"
Después ha agregado con un acento más tierno: "Hija amadísima, si
tú supieras hasta donde llega mi Amor por quien vive en mi Divina
Voluntad, me amarías tanto, que te estallaría el corazón por el gozo, y tu
amor y mi Amor te harían quedar consumida, devorada de puro amor por
Mí. Ahora, tú debes saber que mi Divina Voluntad es la recolectora de todo
lo que hace la criatura que vive en Ella; todo lo que es hecho en mi Fiat, no
sale, sino que queda en nuestros campos de luz, y mi Voluntad, para
deleitarse, va recogiendo el movimiento, el amor, el respiro, el paso, las
2993
palabras, los pensamientos, todo lo que la criatura ha hecho en nuestro
Querer para incorporarlo en nuestra misma Vida; si no hiciera esto nos
faltaría un respiro, un movimiento, y todo lo que ha hecho la criatura en
nuestro Querer a nuestra Vida. Por lo tanto, siendo partes de nuestra Vida,
sentimos como la necesidad de que continúen su respiro en el nuestro, su
movimiento, su paso en los nuestros, por eso llamamos a quien vive en
nuestro Querer: ‘Respiro nuestro, latido, movimiento, amor nuestro.’
Separar de Nosotros aun el respiro de quien vive en nuestro Querer no lo
podemos hacer, ni lo queremos hacer, nos sentiríamos arrancar la Vida; por
eso, conforme la criatura se mueve, respira, etc., mi Voluntad se pone en
fiesta y va recogiendo lo que hace la criatura, y siente amarla tanto, como si
Ella contribuyese a formar el respiro, el movimiento en la criatura, y como si
la criatura contribuyese a dar el respiro, el movimiento a Dios. Son los
excesos y las invenciones de nuestro Amor, que solamente está contento
cuando puede decir: ‘Lo que hago Yo hace ella, nos movemos, respiramos y
amamos juntos.’ Y entonces sentimos la felicidad, la gloria, la
correspondencia de nuestra obra creadora, que así como salió de nuestro
Seno Paterno en una llama de Amor, así nos regresa, toda amor a nuestro
Seno Divino."
Mayo 6, 1938
Para vivir en el Querer Divino es necesario quererlo y hacer
los primeros pasos. La Divina Voluntad posee la virtud
generativa, y donde reina genera sin detenerse jamás.
Inseparabilidad de las obras de Nuestro Señor
de quien vive en su Querer.
Mi pobre mente está bajo una multitud de pensamientos concernientes al
Querer Divino, me parecen tantos mensajeros que traen tantas noticias de
este Querer tan Santo. Yo me sentía sorprendida, y mi dulce Jesús
regresando a su pequeña hija, todo bondad me ha dicho:
"Hija mía buena, para entrar en mi Voluntad el modo es simplísimo,
porque tu Jesús no enseña jamás cosas difíciles, mi Amor me hace
2994
adaptarme mucho a la capacidad humana, a fin de que la criatura sin
dificultad pueda hacer lo que Yo le enseño y quiero. Ahora, tú debes saber
que para entrar en mi Fiat, la primera cosa indispensable es querer, suspirar
con toda firmeza el querer vivir en Él. La segunda cosa es hacer el primer
paso; hecho el primero, mi Divina Voluntad la circunda de luz y de tales
atractivos, que la criatura pierde el deseo de hacer su voluntad, porque
apenas ha dado un paso y se siente dominadora, la noche de las pasiones, de
las debilidades, de las miserias, se ha cambiado en día, en Fuerza divina, por
lo tanto siente la extrema necesidad de hacer el segundo paso, el cual llama
al tercer paso, luego al cuarto, al quinto, etc. Estos pasos son pasos de luz, la
cual embellece a la criatura, la santifica, la felicita, le señala el camino y le
participa la semejanza de su Creador, pero tanto, que no sólo siente la
extrema necesidad de vivir en mi Querer, sino que se lo siente como vida
propia, de la cual no puede desunirse. ¿Ves entonces cómo es fácil? Pero es
necesario quererlo como lo quiere mi paterna Bondad. Yo rodeo a aquella
voluntad de Gracia, de Amor, de Bondad, y como también Yo lo quiero,
pongo de lo mío, y si es necesario, mi misma Vida para darle todas las
ayudas, los medios, y también como Vida suya para hacerla vivir en mi
Querer Divino, Yo no escatimo nada cuando se trata de hacer vivir a la
criatura en mi Querer.
Ahora hija mía, es tanto nuestro Amor, que fijamos diversos grados de
santidad y diversos modos de santidad y de belleza para adornar al alma en
nuestra Divina Voluntad. De ellas haremos una distinta de la otra, distintas
en la belleza, en la santidad, en el amor, todas bellas, pero distintas entre
ellas. Algunas quedarán en el océano de la luz y gozarán los bienes que
posee mi Querer, otras quedarán bajo la acción de mi luz obrante, y éstas
serán las más bellas, usaremos todo nuestro arte creador y nuestro acto
obrante. Encontrando a la criatura en nuestro Querer podremos hacer lo que
queremos, se prestará a recibir nuestra Potencia creadora y nos deleitaremos
en crear bellezas nuevas, santidades jamás vistas, amor que jamás hemos
dado a la criatura porque faltaba en ella la Vida, la Luz, la Fuerza de nuestro
Querer para poderlo recibir, sentiremos en ella el eco nuestro, la Fuerza
generativa que siempre genera Amor, Gloria, repetición continua de nuestros
actos y de nuestra misma Vida. La Vida de nuestro Fiat es propiamente este
Generar, y donde Él reina genera continuamente sin terminar jamás:
Genera en Nosotros y conserva la Vida, la Virtud generativa de la Trinidad
Sacrosanta; genera en la criatura donde reina, y genera imágenes nuestras,
amor, santidad. Es por eso que tenemos aún mucho que hacer en la obra de
2995
la Creación, tenemos que reproducir nuestros actos, nuestras obras, que
servirán como el más bello adorno de nuestra patria celestial."
Después de esto, mi mente se perdía en el mar del Fiat, el cual todo me
hacía presente y todo me parecía que fuese mío, como todo es de Dios. Y
mi amado Jesús, como sofocado en sus llamas de amor ha agregado:
"Hija mía bendita, quien vive en mi Voluntad ha sido siempre
inseparable de su Creador, desde la eternidad estaba ya con Nosotros, a esta
criatura nuestro Querer Divino nos la llevaba en brazos a nuestro seno y nos
la hacía amar, cortejar y gozarla, y desde entonces sentíamos su amor
palpitante en Nosotros, y nos llamaba al trabajo de nuestras manos creadoras
para hacer de ella una de las más bellas imágenes nuestras. ¡Oh, cómo
gozábamos al encontrar en nuestra Voluntad a la criatura en la cual
podíamos desenvolver nuestra obra creadora! Ahora, tú debes saber que
estas almas que viven o vivirán en mi Fiat, siendo inseparables de Nosotros,
cuando Yo, Verbo Eterno, en el exceso de mi Amor descendía del Cielo a la
tierra, ellas descendían junto conmigo, y con la Celestial Reina a la cabeza
formaban mi pueblo, mi ejército fiel, mi morada real viviente en la cual Yo
me constituía verdadero Rey de estos hijos de mi Querer Divino; descender
del Cielo sin el cortejo de mi pueblo, sin reino donde pudiese dominar con
mis leyes de amor, no lo habría hecho jamás. Para Nosotros todos los siglos
son como un solo punto, en el cual todo es nuestro, todo encontramos como
en acto, por eso Yo descendía del Cielo como dominador y Rey de mis hijos,
me veía cortejado y amado como sabemos amar Nosotros mismos, y fue
tanto mi Amor que los hice quedar concebidos junto conmigo, estar sin ellos
me era imposible, no encontrar a mis hijos que me amasen no lo habría
podido tolerar, por eso hicieron vida junto conmigo en el seno de mi Mamá
Soberana, nacieron junto conmigo, lloraban junto conmigo, lo que hacía Yo
hacían ellos: Si caminaba, si obraba, si rezaba, si sufría, ellos lo hacían
junto conmigo, y puedo decir que aun sobre la cruz estaban conmigo para
morir y para resucitar a la nueva vida que Yo vine a traer a las generaciones
humanas. Por eso el reino de nuestra Voluntad está ya establecido, sabemos
su número, sabemos quienes son, sabemos su nombre, ya nuestra Voluntad
nos los hace sentir palpitantes, ardientes de amor, ¡oh, cómo los amamos y
suspiramos por que llegue el tiempo de hacerlos salir a la luz del día en
nuestra misma Voluntad sobre la tierra! Así que los hijos de mi Querer
tendrán en su poder mi Concepción, mi Nacimiento, mis pasos, mis penas,
mis lágrimas; y cuantas veces quieran quedar concebidos, renacidos, tantas
veces lo podrán hacer; sentirán mis pasos, mis penas en las de ellos, porque
2996
en mi Voluntad, mi Vida, mi Nacimiento se repiten, se renuevan a cada
instante y por eso los pueden tomar para ellos y los pueden dar a los demás.
Haré lo que ellos quieran, sabiendo que ellos no harán jamás lo que Yo no
quiero. Estos nuestros hijos renacidos, crecidos, formados, alimentados por
nuestro Querer, serán la verdadera gloria de nuestra Creación, coronarán
nuestra obra creadora y pondrán el sello de su amor en cada cosa creada para
Aquél que todo ha hecho por ellos, y que tanto los ha amado."
Mayo 10, 1938
Dios, para ser amado pone en el corazón de la criatura su Amor
y lo convierte en monedas. Las vigilias de Jesús, la Paternidad
divina y la filiación de quien vive en la Divina Voluntad.
La escribe con caracteres imborrables como "la hija mía."
Siento que el Querer Divino me llama a cada instante porque quiere ser
amado, y como a mi amor apenas puedo llamarlo gotitas, Él quiere darme el
suyo a fin de que yo tenga mares de Amor, no gotas, para decirle que lo amo
mucho, mucho. ¡Qué bondad! Quiere poner de lo suyo para tener el
contento de poder decir que la criatura lo ama. Mientras estaba en esto, mi
siempre amable Jesús ha regresado a visitar mi pobre alma, el corazón le
latía fuertemente y estrechándome a Sí entre sus brazos, me ha dicho:
"Hija bendita de mi Amor, Yo ardo, me siento desfallecer, deliro
porque quiero ser amado, ¿y para obtener mi intento sabes qué hago? Pongo
mi Amor en el corazón de la criatura, se lo hago correr en la mente, en las
palabras, en las obras, en los pasos, y convierto todo este Amor que le corre
por todas partes en monedas de Amor divino, y para hacerlas correr como
monedas que nos pertenecen, en ellas acuño una imagen escrita sobre su
canto que dice: ‘Jesús, Rey del reino de la Divina Voluntad.’ Estas
monedas de Amor son un medio que damos a la criatura para poder decir
con derecho: ‘Te he amado.’ Este Amor convertido por nuestra Bondad en
monedas puede comprar lo que quiere y ama, por lo tanto puede comprar
nuestra Santidad, nuestra misma Voluntad, nuestras virtudes, y si quiere más
amor, tiene monedas suficientes para comprarlo. ¡Oh, cómo gozamos al ver
que la criatura ya no es pobre, sino rica, y tiene tanto que puede llegar hasta
comprar nuestras virtudes, nuestra misma Santidad! ¡Cómo es bello ver que
tiene nuestra moneda de Amor que la vuelve propietaria de nuestros mismos
2997
bienes! Pero esta moneda de Amor la damos a quien vive en nuestro Querer,
porque esta criatura no hará despilfarro de ella, la sabrá conservar, la
multiplicará para podernos amar siempre más y darnos un alivio a nuestras
llamas que nos devoran."
Después seguía mi giro en los actos del Querer Divino, me sentía
sufriente y con un desvelo tal, que no podía estar calmada, los minutos me
parecían siglos, ¡qué noche eterna! Esperaba a mi dulce Jesús que viniera a
calmarme. Finalmente, después de mucho esperar, mi amado Jesús se hacía
ver todo afligido, y todo bondad me ha dicho:
"Pobre hija, cómo es duro el estar en vela, ¿no es verdad? Cuántas
veces tu Jesús se encuentra con estas penas tan crudas y desgarradoras,
cuántas vigilias me hacen hacer las criaturas, puedo decir que estoy siempre
en vela y sufro las inquietudes de mi Amor. Si la criatura peca, la siento
huir de mis brazos, y Yo velo, la miro y la veo rodeada por los demonios que
hacen fiesta y llegan a burlarse del bien que ha hecho; pobre bien, cómo es
cubierto por el fango de la culpa, pero Yo, como todavía la amo, le mando
algún resplandor de luz, y vigilo; le mando remordimientos para hacerla
levantarse de nuevo, y vigilo; los minutos me parecen siglos, no puedo
calmarme si no la veo regresar a mis brazos, y vigilo, vigilo siempre; le
espío los latidos de su corazón, los pensamientos de su mente para suscitar el
recuerdo de cuánto la amo, pero qué, todo es en vano y estoy obligado a
velar y vigilar. ¡Qué dura vigilia! Luego, si esta criatura regresa a Mí,
reposo un poco, de otra manera continúa mi vigilia. Si alguna otra criatura
quiere hacer un bien y toma tiempo y jamás se decide, Yo velo y vigilo,
busco alentarla con mi Amor, con inspiraciones y aun con promesas, pero no
se resuelve, encuentra tantos pretextos, dificultades y me tiene siempre en
vigilia. ¡Cuántas vigilias me hacen hacer las criaturas y en tantos modos!
He aquí la razón de tu vigilia, para tener un poco de compañía en mi vigilia
continua, por eso suframos juntos, ámame y encontraré un pequeño reposo a
mis tantas vigilias."
Después de esto ha agregado con un acento más tierno:
"Hija de mis penas, ¿quieres saber quién no me da esta pena tan dura
de hacerme velar? Quien vive en mi Voluntad, es más, en cuanto se decide a
vivir en Ella, Yo la declaro hija mía y llamo a todo el Cielo, a la Trinidad
Sacrosanta para festejar a la nueva hija que he adquirido; todos la reconocen
porque la he escrito con letras imborrables en mi corazón, en mi Amor que
siempre arde, como: ‘La hija mía.’ Ahora, en mi Querer está siempre
conmigo, todo lo que hago Yo lo hace ella, por lo tanto, en mis nacimientos
2998
continuos renace junto conmigo, y Yo la escribo como: ‘La hija de mi
nacimiento.’ Si la ingratitud humana me obliga a llorar, ella llora junto
conmigo, y Yo la escribo hasta en mis lágrimas como: ‘La hija de mis
lágrimas.’ En suma, si sufro, si obro, si camino, la escribo como: ‘La hija
de mis penas, de mis obras, la hija de mis pasos.’ Dondequiera la llevo
escrita. Ahora, tú debes saber que entre paternidad y filiación hay vínculos
imborrables, ninguno puede desconocer ni en el orden sobrenatural, ni en el
orden natural los derechos de paternidad y de filiación, así que, Yo como
Padre siento el deber de constituir como heredero de mis bienes, de mi
Amor, de mi Santidad, a quien con tanta solemnidad he declarado que es hija
mía, hasta llevarla escrita en mi corazón divino. Si no la amara sentiría que
defraudo mi Paterno Amor, por eso no lo puedo hacer. Ahora, esta criatura
tiene el deber de amarme y de poseer los bienes de su Padre, tiene el deber
de defenderlo, de hacerlo conocer, y aun de poner su vida a fin de que
ninguno me ofenda. Y ¡oh, cómo es bello ver a estos hijos míos que viven
en mi Querer que llegan a decirme: ‘Padre mío, has velado y vigilado
demasiado, ya estás cansado, repósate, y para hacer que tu reposo te sea
dulce, repósate en mi amor y yo me pondré en vela, tomaré tu puesto junto a
las almas, tal vez tenga éxito en hacerte encontrar alguna cuando te
despiertes! Y Yo me fío de ellas y me reposo por algún tiempo. ¿Qué cosa
no puede hacer quién vive en mi Voluntad? Puede hacerme todo, porque su
luz la hace estar al día de todas mis penas, y Yo hago todo a ella, nos
alternamos mutuamente la vigilia y el reposo. ¡Cómo es bello el vivir en mi
Querer! La criatura se pone en nuestras mismas condiciones, lo que
queremos Nosotros quiere ella, y ésta es la cosa más santa, más grande, más
noble, llena de majestad y de pureza: ‘Querer lo que quiere Dios.’ Ningún
otro acto puede llegar a una altura tan sublime y a un valor que no termina
jamás, como el querer lo que Dios quiere; Dios es Santo y puro, es orden, es
Bondad, con querer lo que quiere Dios, la criatura quiere lo que es santo,
puro, bueno, y con la plenitud del orden, se siente renacida en Dios, hace lo
que hace Dios; Dios hace todo, abraza todo, se mueve en todos, y ella es
concurrente a lo que hace Dios. ¿Puede hacer bien mayor? Por eso al vivir
en mi Querer no hay cosa que lo pueda ni alcanzar ni sobrepasar, por lo
tanto vive siempre en mi Fiat y seremos felices, tú y Yo."
Mayo 15, 1938
2999
La palabra de Dios es vida, y encierra todos los siglos. Cómo mira
en todas las generaciones humanas. Jesús no sabe qué hacer con
quien no lo ama. Cómo en las necesidades de las criaturas
se hace encontrar Jesús.
Me sentía inmersa en el Querer Divino, su luz me hacía comprender
muchas verdades, pero me sentía incapaz de encerrarlas en mi mente tan
pequeña, y con una repugnancia de manifestarlas y escribirlas en el papel.
Entonces mi dulce Jesús visitando mi pobre alma, todo ternura y
compadeciendo mi incapacidad me ha dicho:
"Pobre hija, delante a la Inmensidad de mi Querer se confunde y
quisiera estarse en dulce reposo para gozarse las alegrías, la felicidad de la
cual te sientes llena, pero no hija mía, se necesita también el trabajo; en el
Cielo es siempre gozo, pero en la tierra hay alternativa de gozo y de trabajo,
para ti el manifestar, el escribir, es trabajo, el entrar en mi Voluntad es
poseer las alegrías más puras y la felicidad más grande, pero en el trabajo no
te dejo jamás sola, hago más Yo que tú, sin Mí no habrías podido hacerlo.
Tú debes saber que nuestro Amor es tanto, que cuando nuestra Bondad se
decide a hacer salir una palabra, a manifestar una verdad fuera de nuestra
Majestad Suprema, formamos el acto en Nosotros mismos, encerramos el
bien que debe producir aquella verdad que hacemos salir, y cuando todo está
madurado y completado el bien que debemos dar a las criaturas en virtud de
aquella verdad que manifestamos, entonces se la damos a la criatura como
portadora del bien que queremos dar a las humanas generaciones; y como
nuestra palabra encierra todos los siglos, y como nuestras palabras son vidas,
poseen la fuerza creante, a donde quiera pueden llegar, y la criatura sentirá
que se crea en ella la vida y el bien del cual nuestra verdad es portadora. Así
que detener nuestras palabras con no manifestarlas, quiere decir detener todo
el bien y las tantas Vidas nuestras que nuestras palabras pueden producir, y
Yo sé hija mía que tú no quisieras darme este disgusto e impedir este gran
bien a las generaciones humanas, ¿no es verdad? Quien me ama no sabe
negarme nada, ni siquiera el sacrificio de la propia vida, por eso sé atenta, no
quieras volverte responsable de tantas Vidas Divinas nuestras que deben
tomar vida en las criaturas."
Después de esto me sentía sufriente, pero tanto, como si quisiera dar el
último respiro; Jesús ha corrido pronto para sostenerme en sus brazos y me
ha dicho:
"Qué, ¿te quieres venir?"
3000
Y yo: "Sí, quiera el Cielo que te decidas a llevarme."
Y Jesús: "Hija mía, ¿y de la tierra qué hacemos?"
Y yo: "No sé nada, ni soy buena para nada, y además, ¿qué me
interesa a mí la tierra?"
Y Él me ha dicho: "Hija mía, no obstante debe interesarte porque le
interesa a tu Jesús, y tu interés y el mío deben ser uno solo. Ahora, tú debes
saber que es pronto aún, pues no del todo se ha manifestado la Divina
Voluntad, y mientras más se manifiesta, tantas más almas son tomadas en la
red de su luz, y no sólo eso, sino que por cuanto más es madurada y crece en
una criatura, tanto más derecho adquieren las otras criaturas de recibirla, y
Nosotros más nos sentimos llevados a agraciar a las humanas generaciones,
de hacerles poseer la Vida de nuestra Voluntad, porque nuestra Bondad,
nuestro Amor es tanto, que en una criatura miramos a todas, y por amor de
una hacemos el bien a todas. ¿Pero en quién redunda todo el bien de todos?
En quien ha sido la primera en recibir este bien, quien ha tenido el bien de
escucharnos y ha tenido cuenta de nuestras verdades más que si fueran vida
propia, y quien no buscando la propia vida, está pronta a sacrificarla a cada
instante por amor nuestro para hacernos hacer lo que queremos hacer de ella.
Esto tiene tanta fuerza sobre nuestro Ente Supremo, nos rapta tanto, que
basta una criatura para hacer que todas reciban este bien; mucho más que las
generaciones humanas están vinculadas juntas, más que miembros al cuerpo,
por eso no es maravilla que un miembro sano haga correr sus humores
vitales y santos en los otros miembros, por eso, la fuerza de una sola criatura
que vive en nuestra Voluntad es omnipotente, y es tanta que puede arrollar
Cielo y tierra, reunir a todos y vencer a Dios y a las criaturas, por lo tanto
déjame terminar y después pronto te traeré."
Después ha agregado: "Hija mía, cuanto más sufre uno más siente la
necesidad de ser amado. El que más ha sufrido soy Yo, por eso mis penas,
mi sangre derramada, mis lágrimas, se cambian en voces amorosas,
suplicantes, porque quiero ser amado por quien amé tanto, por quien me hizo
penar y llorar tanto. Quien me ama me da el más dulce refrigerio a mis
penas, me enjuga las lágrimas y mi sangre se convierte para ella en un baño
de amor. ¿Pero sabes tú quién cambia mis penas, mis lágrimas en alegrías,
en contentos? Quien vive en mi Divina Voluntad, porque en ella encuentro
el amor que me ama siempre, el cual es sostén de mis penas, mi refrigerio
continuo, y me siento como un Rey victorioso, que si bien herido, he
vencido con las armas de mis penas y de mi Amor la voluntad de la criatura.
¡Oh, cómo me siento feliz al sentirme amado y hacer vida junto a aquél por
3001
quien he sostenido una tan dolorosa y sangrienta batalla. Mucho más que
todo lo creé para ser amado, y si me falta el amor no sé qué hacer con la
criatura, porque no encuentro lo que Yo quiero. A lo más puede haber
diversidad de amor, puede haber amor de reparación, amor de compasión,
amor de imitación, pero siempre amor quiero; si no encuentro el amor no
son cosas para Mí, y como el amor es hijo de mi Voluntad, si encuentro al
hijo encuentro a la Madre, por lo tanto encuentro todo lo que a Mí pertenece,
por eso me reposo y me felicito en ella, y ella se felicita y se reposa en Mí, y
nos amamos con un solo amor."
Y yo: "Mi amado Jesús, si tanto ansías ser amado y que las criaturas
obren lo que Tú quieres, ¿por qué no las abundas tanto de tus gracias de
modo que sientan la fuerza de obrar y de amarte como Tú quieres?"
Y Jesús: "Hija mía, Yo doy a las criaturas la fuerza necesaria, es más,
las sobreabundo de esta fuerza solamente en el momento en que se mueven a
obrar lo que Yo quiero, no antes; cosas inútiles no sé dar, porque me
quedarían más deudores si sienten la fuerza y no hacen lo que Yo quiero.
Cuántos antes de hacer una acción se sienten impotentes, pero en cuanto se
ponen en acto de obrar se sienten investidos por una nueva fuerza, por una
nueva luz, soy Yo que los invisto, porque Yo jamás dejo de dar la fuerza
necesaria que se necesita para hacer un bien, la necesidad me ata y me
empuja si es necesario a hacer junto con la criatura lo que ésta hace, por eso
la verdadera necesidad soy Yo; Yo que quiero las cosas, y Yo me encuentro
siempre junto con la criatura en su necesidad. Pero si lo que hacen no es
necesario, Yo me pongo a un lado y los dejo hacer a ellos mismos."
Después de esto pensaba entre mí: "Cómo soy miserable, siento como
si nada hubiese hecho por Jesús; a tantas gracias suyas, ¿quién sabe cómo
debería de amarlo? En cambio soy fría, es verdad que no sé amar a otro que
no sea Jesús, pero debería ser toda una llama, y no lo soy." Mientras esto
pensaba, ha regresado y dulcemente me ha reprochado diciéndome:
"Hija mía, ¿qué haces? ¿Quieres perder el tiempo? ¿No sabes que lo
que más te debe importar es hacer y conocer si estás en mi Voluntad? En
Ella todo es amor: El respiro, el latido, el movimiento, la misma voluntad
humana no quiere saber otra cosa que amarme. Mi Voluntad, celosa de esta
criatura le forma el aire de amor, de modo que no respira otra cosa que amor,
además, tu Jesús no mira jamás el sentir de la criatura, pues muchas veces
este sentir la puede traicionar, en cambio Yo miro la voluntad y lo que ella
quiere, y eso me tomo. ¡Cuántas cosas se sienten y no se hacen, en cambio,
si se quiere todo está hecho y además, en mi Voluntad no se pierde nada,
3002
para quien vive en Ella, mi Voluntad numera todo, los respiros, los latidos,
el pequeño "te amo", todo lo que se hace en Ella queda escrito con
caracteres de luz imborrable y forman la misma Vida de mi Querer en la
criatura, y muchas veces los dones que le he dado, los actos que ha hecho,
quedan escondidos como propiedad suya en el fondo de la voluntad y por
eso se siente como si no hubiera hecho nada, pero no es verdad, ante las
circunstancias se hacen sentir, hacen sentir que la luz más que sol está en su
alma, que la santidad está en su puesto de honor, que las virtudes están todas
en acto de llegar al heroísmo si hubiera necesidad de ejercitarlas. Mi
Voluntad sabe mantener la armonía, su orden divino donde Ella reina, y todo
lo que la criatura hace en Ella adquiere la marca de lo eterno, por eso vive en
Ella y no te des ningún pensamiento de otras cosas, es más, mi Voluntad
pensará más que tú en tu bien."
Mayo 17, 1938
El alma es la voz, el canto y las manos para tocar, el cuerpo es el órgano.
El Querer Divino quiere los más pequeños actos para hacer surgir su
Sol. Siembra que hace el sola la tierra, siembra que hace la Santísima
Voluntad. Esponsalicio que Dios prepara con sus verdades.
Continuando mi vuelo en el Querer Divino, siento que me inviste por
dentro y por fuera, y quiere tomar su puesto real en mis más pequeños actos,
aun en los naturales, y tal vez sobre mis mismas naderías, y si esto no
hiciera, no puede decir que la plenitud de su Voluntad reina en la criatura.
Ahora, mi amado Jesús repitiendo su breve visita, todo bondad me ha dicho:
"Hija mía, todo salió de Nosotros y fue modelado por nuestras manos
creadoras, el alma y el cuerpo, por eso todo debe ser nuestro, lo uno y lo
otro; es más, hicimos del cuerpo un órgano, y cada acto que debía hacer,
hecho para cumplir la Divina Voluntad, debía formar una tecla, la cual debía
encerrar muchas notas y conciertos de música, distintos entre ellos, y el alma
debía ser la que con la unión del cuerpo debía formar la voz, el canto, y
tocando estas teclas debía formar las músicas más bellas. Ahora, un órgano
sin quien lo toque parece un cuerpo muerto, no divierte ni atrae a ninguno; y
quien entiende de música, si no tiene el instrumento para tocar, no puede
ejercitar su arte de músico, así que se necesita quien hable, quien se mueva,
quien tenga vida para formar las bellas músicas, pero se necesita también el
3003
instrumento que contiene las teclas, las notas y todo lo demás; son
necesarios el uno y el otro. Así es el alma y el cuerpo, hay tal armonía,
orden, unión entre ellos, que el uno no puede hacer nada sin el otro; por eso
estoy atento, te vigilo tus pasos, tus palabras, el mover de tus pupilas, tus
más pequeños actos, a fin de que mi Voluntad tenga su Vida, su puesto en
ellos. Nosotros no reparamos en si el acto es natural o espiritual, si es
grande o pequeño, sino que estamos atentos para ver si todo es nuestro, si
nuestro Querer ha hecho surgir su Sol de Luz, de Santidad, de Belleza, de
Amor, y nos servimos aun de los pequeños actos de esta criatura para formar
nuestros portentos más prodigiosos, los cuales forman las escenas más bellas
para tenernos divertidos. ¿No fue sobre la nada que formamos las maravillas
y el encanto de toda la Creación? Y en la creación del hombre, ¿no fue
sobre la nada que formamos tantas armonías, hasta nuestra misma imagen
que nos semeja? Hija mía, si la criatura debiera darnos únicamente lo que es
espiritual, poco podría darnos, en cambio, con darnos aun sus pequeños
actos naturales, puede darnos siempre y estamos en continuas relaciones, la
unión entre ella y Nosotros no se rompe jamás. Mucho más, que las cosas
pequeñas están siempre entre las manos, al alcance de los pequeños y de los
grandes, de los ignorantes y de los sabios; el respirar, el moverse, el
atenderse a sí mismo en las cosas personales es de todos y no cesan jamás, y
si esto es hecho para amarme, para formar la Vida de la Divina Voluntad en
ellos, es nuestro triunfo, nuestra victoria y la finalidad para la cual los hemos
creado. ¿Ves entonces cómo es fácil el vivir en nuestro Querer? La criatura
no debe hacer cosas nuevas, sino lo que hace, esto es, desenvolver su vida
como se la hemos dado en nuestra Voluntad."
Después de esto mi dulce Jesús continuó diciéndome:
"Hija mía, así como el sol siembra cada día luz, calor, dulzura,
perfumes, colores, fecundidad, diversidad de gustos, y con esto embellece
toda la tierra, y sólo con tocar con su luz y calor fecunda todas las plantas,
madura y endulza los frutos, da la variedad de los colores y perfumes a las
flores, tanto, que forma el dulce encanto a las generaciones humanas, así
quien vive en mi Voluntad, superando Ella en modo insuperable la siembra
que hace el sol, siembra sobre de quien vive en Ella: luz, amor, variedad de
bellezas, santidad, dando a cada una de estas semillas la fecundidad divina y,
¡oh! cómo es bello ver a esta criatura embellecida, fecundada por nuestra
siembra divina, cómo queda hermosa, tanto, de formar el encanto a nuestras
pupilas divinas. Ahora hija mía, así como la tierra, las flores, las plantas,
para recibir la siembra del sol deben someterse a recibir el contacto de su luz
3004
y de su calor, de otra manera el sol quedaría en lo alto sin poder hacer su
siembra a la tierra, la cual quedaría estéril, sin fecundidad y sin belleza,
porque para dar y recibir un bien se necesita la unión, el acuerdo de ambas
partes, sin el cual el uno no puede dar y el otro no puede recibir, así el alma,
para recibir la siembra de mi Voluntad debe vivir en Ella, debe estar siempre
unida, con sumo acuerdo, debe dejarse modelar para recibir de Ella la nueva
Vida que quiere dar, de otra manera mi Voluntad hace como el sol, no
siembra y la criatura queda estéril, sin belleza, bajo las tinieblas de su
voluntad humana. He aquí por qué quiero al alma viviendo en mi Querer, no
sólo para sembrar, sino para hacer que mi siembra no se pierda, haciéndome
Yo mismo el cultivador para poder producir las más variadas bellezas."
Después ha agregado con un amor más tierno:
"Hija mía buena, mi Amor siempre quiere vincularse más con la
criatura, y por cuantas más verdades manifiesta sobre mi Voluntad, tantos
más vínculos de unión pongo entre Dios y ella, y conforme manifiesta las
verdades, así prepara el esponsalicio entre Dios y el alma, y por cuanto más
manifiesta, con tanta más ostentación y suntuosidad será hecho el esponsal.
¿Quieres saber algo más? Mis verdades servirán como dote para poderse
unir con Dios, estas verdades harán conocer quien es Aquél que se abaja y
que solamente es su Amor lo que lo induce a vincularse con atadura de
esponsalicio con la criatura. Mis verdades tocan y retocan a la criatura, la
modelan, le forman la nueva vida, le restituyen y embellecen nuestra imagen
y semejanza como cuando fue creada por Nosotros, le imprimen su beso de
unión inseparable. Una verdad nuestra puede formar un mar de prodigios y
de creaciones divinas en quien tiene el bien de escucharla, esta verdad puede
cambiar un mundo entero de perverso en bueno y santo, porque es una Vida
nuestra que viene expuesta para bien de todos, y un nuevo sol que hacemos
surgir en las inteligencias creadas, el cual por caminos de luz y de calor se
hará conocer para transformar en luz y calor a quien tiene el bien de
escucharla. Por eso, ocultar una verdad que Nosotros con tanto amor
hacemos salir fuera de nuestro seno paterno es el más grande delito, y priva
a las generaciones humanas del bien más grande. Además de esto, quien
vive en nuestro Querer, esposándose con Nosotros, forma la fiesta a todos
los santos, todos toman parte en las nupcias divinas, y en virtud de esta
criatura tienen una fiesta toda propia en el Cielo y otra en la tierra. Cada
acto que hace la criatura que vive en nuestro Querer es una fiesta y un
banquete que ofrece a las regiones celestiales, y los santos le corresponden
con nuevos dones e imploran y le consiguen de Dios, el que le manifieste
3005
otras verdades para ensanchar siempre más los confines de la dote que Dios
le ha dado."
Mayo 19, 1938
La Divina Voluntad forma la parálisis a todos los males,
y el querer humano paraliza los bienes. Amar es poseer. Cómo viene
formado Dios en la criatura, y la criatura en Dios.
Temores sobre los escritos.
Estoy siempre en el mar del Querer Divino, el cual parece como si me
quisiera poner en guardia para estar atenta a no hacer entrar en mí al pobre e
inquieto querer humano. Yo he quedado pensativa acerca de esto, y mi
dulce Jesús visitando mi pequeña alma me ha dicho:
"Hija mía bendita, date valor, no temas, la virtud, la Potencia de mi
Voluntad es tanta, que en cuanto se entra en Ella para vivir quedan
paralizados todos los males, paralizadas las pasiones, los pasos y las obras
malas, la voluntad humana sufre tal derrota de sentirse morir, pero sin morir,
y sin embargo comprende, con gran contento suyo, que mientras se siente
paralizar el mal, siente resurgir la vida del bien, la luz que jamás se apaga, la
fuerza que jamás disminuye, el amor que siempre ama; surge en ella el
heroísmo del sacrificio, la paciencia invicta; puedo decir que mi Voluntad
pone el ‘basta’ a los males de la criatura, porque no hay principio y vida de
bien sino en mi Voluntad. Ahora, si mi Fiat tiene el poder de paralizar los
males, el querer humano cuando domina solo en la criatura hace que todo
bien quede paralizado. ¡Pobre bien bajo la parálisis del querer humano!
Quiere caminar y apenas se arrastra, quiere obrar y se siente caer los brazos,
quiere pensar el bien y se siente entontecido y como necio; así que la
Voluntad humana sin la mía es el principio de todos los males y la ruina total
de la pobre criatura."
Después, mi amado Jesús ha agregado con un acento conmovedor:
"Hija mía, quien me quiera poseer me debe amar. Amar y poseer es lo
mismo; conforme tú me amas, así quedo formado en tu alma, y cuando
vuelves a amarme crezco, porque sólo el amor me hace crecer, y conforme
repites tu amor así me hago conocer para hacerme amar de más. Así que
conforme tú me amas, así Yo te hago sentir cuánto te amo. Ahora, conforme
3006
tú me amas, Yo te amo a ti y te poseo, y conforme nos alternamos en el
amarnos, así quedas formada en Mí, creces, te alimento con mi Amor, te
formo en la Vida de mi Querer, te inundo con mis mares de amor para
hacerte sentir cuánto te amo, con cuanta ternura te hago crecer en mi
corazón, cómo te tengo celosamente custodiada, y te hago sentir todo esto a
fin de que tú me ames de más y uses conmigo aquella misma ternura que uso
Yo contigo, para tenerme custodiado y con un celo de amor por el cual tú
seas toda ojo, toda atención para darme tu vida a cada instante para amarme,
para volverme feliz y contento en tu alma, como Yo te vuelvo contenta y
feliz en mi corazón. El amor quiere reciprocidad, si ama y no es amado
siente la infelicidad, la amargura por quien lo debería amar y no lo ama. Por
eso ámame siempre, y si quieres amarme de verdad, ámame en mi Querer,
en el cual encontrarás el amor que no cesa jamás y me formarás cadenas tan
grandes de amor, de llegar a aprisionarme, de modo tal que no sabré
desaprisionarme de tu amor."
Después de esto pensaba en el gran sacrificio de escribir, en mis
repugnancias, en las luchas que he sufrido para escribir, y que sólo el
pensamiento de poder disgustar a mi amado Jesús me ha hecho hacer el
sacrificio de obedecer a quien me ordenaba el hacerlo; no obstante decía
entre mí: "¿Quién sabe donde irán a terminar estos escritos, en qué manos
podrán estar? ¿Quién sabe cuántas cavilaciones, cuántas oposiciones harán,
cuántas dudas? Y me sentía intranquila, mi mente era afligida por tal
aprensión que me sentía morir, y mi dulce Jesús para tranquilizarme ha
regresado diciéndome:
"Hija mía, no te turbes, estos escritos son míos, no tuyos, y no importa
en qué manos puedan estar, ninguno podrá tocarlos para deteriorarlos, Yo
los sabré custodiar y defender, porque me pertenecen, y cualquiera que los
tome con buena y recta voluntad encontrará en ellos una cadena de luz y de
amor, con las cuales amo a las criaturas. Estos escritos los puedo llamar
desahogo de mi Amor, locuras, delirios, excesos de mi Amor, con el cual
quiero vencer a la criatura, a fin de que regrese en mis brazos para hacerle
sentir cuánto la amo. Y para hacerle conocer mayormente cuánto la amo
quiero llegar al exceso de darle el gran don de mi Voluntad como vida,
porque sólo con Ella el hombre podrá ponerse al seguro y sentir las llamas
de mi Amor, mis ansias de cuánto la amo. Así que quien lea estos escritos
con la intención de encontrar la verdad, sentirá mis llamas y se sentirá
transformado en amor y me amará de más. Ahora, quien los lea para
3007
encontrar cavilaciones y dudas, su inteligencia quedará cegada y confundida
por mi luz y por mi Amor.
Hija mía, el bien, mis verdades, producen dos efectos, uno contrario al
otro: ‘Para los dispuestos son luz para formar el ojo en su inteligencia, y
vida para dar la vida de santidad que mis verdades encierran; a los
indispuestos los ciega y les priva del bien que mis verdades encierran."
Después ha agregado: "Hija mía, date valor, no quieras turbarte, lo
que ha hecho tu Jesús era necesario a mi Amor y a la importancia de lo que
te debía manifestar acerca de mi Divina Voluntad, puedo decir que debía
servía a mi misma Vida y para hacerme cumplir la obra de la Creación, por
eso era necesario que al principio de éste tu estado usara contigo tantas
estratagemas de amor, que haya tenido tantas intimidades contigo que llega a
parecer increíble el como llegué a tanto, y también por qué te hice sufrir
tanto para ver si tú te sometías a todo, y después te ahogaba con mis gracias,
con mi Amor, y te sometía nuevamente a las penas para estar seguro de que
no me habrías negado nada, y esto para vencer tu voluntad. ¡Oh, si Yo no te
hubiera mostrado cuánto te amo, si no te hubiera dado generosamente tantas
gracias, ¿crees tú que hubiera sido fácil someterte a este estado de pena, y
por tan largo tiempo? Era mi Amor, mis verdades, que te tenían y te tienen
aún como imantada en Quien tanto te ama. Todo lo que he hecho al
principio de éste tu estado era necesario, porque debía servir como fondo,
como decencia, decoro, preparación, santidad y disposición a las grandes
verdades que te debía manifestar sobre mi Divina Voluntad. Por eso, de los
escritos tendré más interés Yo que tú, porque son míos, y una sola verdad
sobre mi Fiat me cuesta tanto, que supera el valor de toda la Creación,
porque la Creación es obra mía, en cambio mi verdad es Vida mía, y Vida
que quiero dar a las criaturas, y lo puedes comprender por lo que has sufrido
y por las gracias que te he hecho para llegar a manifestarte mis Verdades
sobre mi Santo Querer. Por eso tranquilízate y amémonos hija mía, no
rompamos nuestro amor, porque nos cuesta demasiado a los dos, tú con
tener tu vida sacrificada a mi disposición y Yo con el sacrificarme por ti."
Pero con todo el hablar de Jesús no me sentía plenamente tranquila.
Mientras me hablaba me ha regresado la paz, pero después, pensando
nuevamente en lo que me ha sucedido en estos días, lo cual no es necesario
decirlo aquí, he vuelto a turbarme. Entonces, por cerca de dos días mi dulce
Jesús ha hecho silencio, por eso me sentía sin fuerzas y con una debilidad
extrema; y mi amado Jesús teniendo compasión de mí, todo bondad me ha
dicho:
3008
"Pobre hija mía, estás en ayunas, por eso te sientes sin fuerzas, son dos
días ya que no tomas alimento, porque no estando tú en paz, Yo no podía
darte el alimento de mis verdades, porque ellas, mientras alimentan al alma
comunican también la fuerza al cuerpo y tú, estando turbada, no me habrías
entendido ni habrías estado dispuesta a tomar un alimento tan exquisito,
porque tú debes saber que la paz es la puerta por donde entran las verdades,
y es el primer beso e invitación que les hacen las criaturas para escucharlas y
para hacerlas hablar, por eso, si quieres que te dé mucho alimento regresa a
tu estado pacífico. Es más, en estos días en que tú estabas turbada, el Cielo,
los ángeles, los santos, estaban como temblorosos sobre ti, porque sentían
salir de ti un aire malsano que a ellos no pertenecía, y todos han rogado para
que te regresara la perfecta paz.
La paz es la sonrisa del Cielo, la fuente de donde brotan las alegrías
celestiales. Y además, tu Jesús por cuantas ofensas me puedan hacer, jamás
está turbado; puedo decir que mi trono es la paz; así te quiero a ti, toda
pacífica. Hija mía, también en el modo nos debemos adaptar, semejar,
pacífico Yo, pacífica tú, de otra manera el reino de mi Voluntad no podrá
establecerse en ti, porque Ella es reino de paz."
Mayo 27, 1938
Los actos repetidos y continuos vinculan más a Dios a la
criatura, y forman la fuerza del alma. Cómo es bello vivir
en el Querer Divino. Cómo Dios le suplica. Lluvia de amor
que Dios hace sobre las criaturas, y lluvia de amor que
hace quien vive en el Fiat.
Siento la necesidad de encerrarme en el Querer Divino para continuar mivida en Él. ¡Oh, cómo amaría el que me aprisionase en su luz, a fin de que
nada viese o sintiese sino solamente lo que respecta a su Voluntad! Y mi
amado Jesús regresando a visitar mi pobre alma, todo amor me ha dicho:
"Hija mía bendita, aquí te quiero, aprisionada en mi Querer, a fin de
que todas las otras cosas no tengan vida en ti. Debes saber que toda la
armonía de la criatura está en la continuación de sus actos buenos hechos en
mi Querer; un acto no forma armonía ni variedad de bellezas, en cambio,
muchos actos continuos unidos juntos llaman la atención de Dios, el Cual se
3009
pone en actitud de esperar los actos de la criatura, y conforme ella los va
formando, así Dios les comunica, a quien la Belleza, a quien la Santidad, a
otros la Bondad, la Sabiduría, el Amor, en suma, quedan dotados por Dios
con sus adornos y cualidades divinas. Los actos repetidos, en la criatura
forman la fuerza del alma, atan más a Dios a la criatura, forman el Cielo en
el fondo del alma y conforme va repitiendo sus actos, quien se forma
estrella, quien sol, quien viento que gime y sopla de amor, quien mar que
murmura continuamente amor, gloria, adoración a mi Creador, en suma, se
ve la atmósfera copiada en esa criatura. En cambio, cuando los actos no
son continuos y repetidos, falta la fuerza única, en que uno es fuerza del
otro, falta el modo divino, que cuando Dios hace un acto no cesa jamás de
hacerlo, lo sostiene con su fuerza creante en acto de hacerlo continuamente.
Y además, un solo acto jamás ha formado santidad; los actos cuando no son
continuos no tienen fuerza, no poseen la Vida del Amor, porque el verdadero
Amor jamás dice basta, no se detiene jamás, y si dice basta se siente morir.
Además, son los actos continuos y repetidos los que forman las bellas
sorpresas al Cielo, porque mientras llega un acto y se lo están gozando, otro
más llega; la criatura no hace otra cosa que mandar continuos actos al Cielo,
los cuales forman el encanto de la patria celestial, por eso en mi Querer hay
siempre qué hacer, no se puede perder el tiempo."
Después, con un acento más tierno y más fuerte de amor ha agregado:
"Hija mía, cómo es bello cuando un alma ama el hacer la Divina
Voluntad, el Cielo se abaja y todos se ponen en actitud de venerar y adorar
al Querer Supremo, porque ven su Majestad, su Altura y Potencia encerradas
en el pequeño cerco de la criatura, pero ¿para hacer qué? Para hacer lo que
hace en su morada celestial, para hacer alarde de su Amor y de sus obras; la
Divina Voluntad se siente tan honrada, que se pone en actitud de Reina para
tener tantas vidas de Reinas por cuantos actos hace la criatura; en su Querer
siente su régimen divino, su cetro imperante que desenvuelve con sus modos
reales, y la criatura le da los honores que le convienen, y como mi Fiat
abraza a todos, se siente de tal manera glorificado como si todos lo hiciesen
reinar. Por eso, belleza más extraordinaria no podemos encontrar, amor más
grande no podemos recibir, prodigios más estrepitosos no podemos hacer, y
esto solamente en quien ama vivir en nuestro Querer.
Es tanto mi deseo, mis ansias, mis suspiros ardientes por que el alma
viva en mi Querer, que le voy repitiendo al oído del corazón: ‘¡Ah,
conténtame, no me hagas más suspirar, si tú vives en mi Fiat cesará para ti la
noche, gozarás el pleno día, es más, cada acto hecho en Él será un nuevo día,
3010
portador de nuevas gracias, de nuevo amor y alegrías inesperadas; todas las
virtudes te festejarán, tendrán su puesto de honor como tantas princesas que
cortejarán a tu Jesús y a tu alma; me formarás en ti mi trono de luz
fulgidísima donde Yo reinaré como Rey dominante, pues en ti he formado
mi reino y con toda libertad dominaré todo tu ser, aun tu respiro; te cortejaré
de todas mis obras, de mis penas, de mis pasos, de mi Amor, de mi misma
Fuerza, que te servirán de defensa, de ayuda y de alimento; no hay cosa que
no te daré si vives en mi Voluntad!’
Ahora, tú debes saber que nuestro Ente Supremo tiene a la criatura
bajo una lluvia abundante de Amor, todas las cosas creadas le llueven
encima amor: El sol le llueve luz de amor; el viento le llueve soplos,
oleadas, frescuras y caricias de amor; el aire le llueve continuas vidas de
amor; mi Inmensidad que la envuelve, mi Potencia que la sostiene, la llevan
como en sus brazos, mi acto creante que la conserva, le llueven amor
inmenso, amor potente, amor que crea a cada instante amor; estamos
siempre sobre la criatura para envolverla y ahogarla de amor. Por eso nos
hace dar en delirio si a tanto Amor nuestro la criatura no se deja vencer para
amarnos. ¡Oh, qué pena, qué dolor! ¿Pero quieres saber quién tiene un
exacto conocimiento de ésta nuestra lluvia de amor jamás interrumpida?
Nosotros mismos que la hacemos a quien vive en nuestro Querer; esta
criatura siente nuestra continua lluvia de amor, mucho más que viviendo en
Él todo es suyo, y ella para darnos la correspondencia, no sabiendo qué
hacer para darnos su lluvia de amor, toma todas las cosas creadas, nuestra
Inmensidad y Potencia, nuestra virtud creante que está siempre en acto de
crear sólo porque amamos, se eleva en nuestra misma Voluntad y nos hace
llover encima, sobre nuestro Ser Divino: Amor de luz, caricias de amor,
amor inmenso y potente, como si quisiera pagarnos con la misma moneda de
llevarnos en sus brazos para decirnos: ‘Mira cuánto te amo, Ustedes me
llevan a mí y yo los llevo a Ustedes, tengo en mi poder vuestra Inmensidad y
Potencia que me dan la Virtud de poderos llevar.’ Hija mía, tú no puedes
comprender que alivio sentimos, cómo nuestras llamas quedan refrescadas y
aligeradas bajo esta lluvia de amor que nos hace la criatura, es tanto nuestro
contento, que nos sentimos como pagados por haber creado toda la Creación,
pero pagados con nuestra misma moneda de amor, con el cual la hemos
amado tanto. Nuestro Amor tiene virtud de hacer surgir en la criatura
monedas suficientes y sobreabundantes para pagarnos por todo lo que le
hemos dado y hecho por ella, por eso en el océano de nuestra alegría le
decimos: ‘Dime, ¿qué quieres? ¿Quieres que inventemos otras estratagemas
3011
de amor? Por ti lo haremos. Di, di, ¿qué quieres? Te contentaremos en
todo, nada te negaremos, negarte alguna cosa, no contentarte en todo, sería
como si nos lo negásemos a Nosotros mismos, y como si quisiéramos poner
un descontento en nuestras alegrías que jamás terminan. Por eso, en quien
vive en nuestro Querer todo encontramos, y ella encuentra todo en
Nosotros."
5 de Junio de 1938
La señal de si la criatura vive en el Querer Divino, es si siente
su Vida en ella, su acto obrante, que es el más grande don
que hace a la criatura. Concentración de Dios en la
criatura, y de la criatura en Dios.
Mi vuelo continúa en el Querer Divino, siento que quiere respirar,
latir, moverse y pensar en mí. Me parece que pone a un lado su Inmensidad,
su Altura y Profundidad, su Potencia, y se empequeñece en mí para hacer
como hago yo, parece que se deleita en descender de su altura para abajarse
en mí y respirar como respiro yo, palpitar y moverse en mi movimiento,
mientras que fuera de mí queda siempre Aquél que es, Inmenso y Potente,
que todo inviste y circunda. Por eso mi mente, mientras quería gozarlo
dentro de mí para darle mi vida y recibir la Suya, quería también salir fuera
de mí para recorrer su Inmensidad, su Potencia, su Altura y Profundidad, de
las cuales no se encuentran los confines. ¡Qué abismo de luz, en el cual no
se pueden encontrar ni el fondo, ni la altura, ni los confines! Y mientras mi
mente se perdía, mi dulce Jesús visitando mi pequeña alma, todo bondad me
ha dicho:
"Mi pequeña hija de mi Querer, mi Voluntad inviste y envuelve todo y
a todos en su regazo de luz, posee todo, no hay quien le pueda huir, todos
viven en Ella, sólo que no la reconocen, no reconocen quién es quien les da
la vida, el movimiento, el paso, el calor, y les da hasta el respiro; podemos
decir que la criatura vive en nuestro Querer como si viviese en nuestra casa,
la proveemos de lo que le es necesario, la alimentamos con ternura más que
paterna, y no nos reconoce, y muchas veces se atribuye a sí misma lo que
hace, mientras que lo hacemos Nosotros, y llega hasta ofender a Aquél que
3012
le da la vida y se la conserva. Podemos decir que tenemos en nuestra casa a
tantos enemigos nuestros que viven a expensas nuestras, como tantos
ladrones de nuestros bienes. Pero nuestro Amor es tanto, que nos obliga a
darles la vida y alimentarlos como si nos fuesen amigos. ¡Cómo es doloroso
que nuestra Voluntad sirva de habitación a quien no nos reconoce y nos
ofende! Están en Ella por razón de creación, de nuestra Inmensidad, porque
si no quisieran estar en nuestro Querer no habría lugar para ellos, porque no
hay punto ni en el Cielo ni en la tierra en el cual Ella no se encuentre.
Ahora, la criatura para decir que vive en nuestro Querer, lo debe
querer, lo debe reconocer; con quererlo siente que todo es Voluntad de Dios
para ella, y con reconocerlo siente nuestro acto obrante sobre de ella; y esto
es el vivir en mi Querer Divino: ‘Sentir nuestra Potencia obrante dentro y
fuera de sí!’ Y conforme siente que Él obra, ella obra junto, si siente que
amamos, ama junto; si queremos hacernos conocer más, ella es toda atención
para escucharnos y recibe con amor la nueva vida de nuestro conocimiento,
en suma, siente nuestra Vida obrante y quiere hacer, y hace lo que hacemos
Nosotros, nos sigue en todo. Esto es el vivir en nuestro Querer: Sentir
nuestra Vida que le da vida a ella, sentir nuestro acto obrante que se mueve,
respira y obra en su ser. Éstos son nuestros habitantes celestiales, nuestra
gloria en nuestra habitación; estamos como hijos y padre, lo que es nuestro
es de ellos, pero lo reconocen, no son ciegos y ladrones, que no tienen ojos
para mirar nuestra luz, ni oídos para escuchar nuestras premuras paternas, ni
sienten nuestro acto obrante sobre de ellos; mientras que quien vive en
nuestro Querer siente la virtud de nuestro acto obrante, y éste es el más
grande don que podemos hacer a la criatura. Por eso sé atenta, reconoce que
tu vida viene de Nosotros, que te damos todo, el respiro, el movimiento, para
hacer vida junto contigo."
Después de esto continuaba pensando en las grandes maravillas del
Querer Divino. ¡Cuántas sorpresas, cuántos prodigios inauditos que sólo el
Fiat Divino puede hacer! Y mi siempre amable Jesús regresando ha
agregado:
"Hija mía bendita, Yo creé la Creación y a todas las criaturas para
formar en ellas mis delicias, y para poner fuera de nuestro Ente Supremo los
excesos de nuestro Amor y la Potencia prodigiosa de nuestras obras. Ahora,
si tanto nos deleitamos en el crear tantas variadas y múltiples obras en el
orden de la Creación, que debía servir al hombre, mucho más nos debíamos
deleitar al obrar prodigios inauditos, obras jamás pensadas, bellezas que
raptan en quien debía servir a Nosotros. Era el hombre el primer acto de la
3013
Creación, por lo tanto nos debíamos deleitar tanto en él, para tenernos
siempre ocupados, en todas las obras bellas que podíamos hacer en él, y él
debía estar siempre con Nosotros para amarnos y para hacerse amar y recibir
los grandes prodigios de nuestras obras. Fue el sustraerse de nuestro Querer
lo que detuvo nuestras delicias y el curso de nuestras obras que con tanto
amor queríamos hacer en el hombre; pero lo que fue establecido por
Nosotros debe tener su cumplimiento, he aquí el por qué volvemos al asalto
de llamar a las criaturas a vivir en nuestro Querer, para hacer que lo que fue
decretado y establecido de obrar sea puntualmente cumplido. Ahora, tú
debes saber que conforme el alma cumple sus actos en nuestro Querer,
nuestro Amor es tanto, que concentramos en ella nuestro Ser Supremo con
todas nuestras obras; y ¡oh! qué delicias y alegrías sentimos al ver en ella a
nuestra Majestad dominante, circundada de todas nuestras obras; los ángeles,
los santos, se vuelcan y se concentran en ella para honrar a su Creador,
porque a donde está Dios todos corren y quieren su puesto de honor en torno
a Nosotros. Pero mientras todo queda concentrado en ella, otra maravilla
más grande sucede, ella queda concentrada en todos y en cada cosa creada.
Nuestra Voluntad la ama tanto, que dondequiera que se encuentra la
multiplica y le da el lugar dondequiera para tenerla unida con Ella en todas
sus obras. Estar sin esta criatura que vive en nuestro Querer Divino no lo
podemos, deberíamos dividir nuestra Voluntad en dos partes para no tenerla
en todos y en nuestras obras, pero esto no lo podemos, porque Ella no está
sujeta a dividirse, es siempre una y un acto solo, y además, nuestro Amor
nos haría la guerra si pusiéramos a un lado a quien vive en nuestro Querer,
más bien es ésta la razón por la cual la queremos viviendo en nuestra
Voluntad, porque la queremos junto con Nosotros, le queremos hacer
conocer nuestras obras, queremos hacerle sentir los latidos y las notas de
nuestro Amor, a fin de que nuestro Amor nos ame en ella. De lejos las obras
no se conocen, y nuestro Amor no se siente, por eso tenemos necesidad de
estar juntos para amarnos, conocernos y obrar, de otra manera la criatura
hace su camino y Nosotros hacemos el nuestro, y quedamos privados de
nuestras delicias y de poder obrar lo que queremos, y esto con sumo dolor
nuestro. Por eso sé atenta, vive siempre en nuestro Querer si quieres que
Nosotros vivamos en ti y tú en Nosotros."
Junio 12, 1938
3014
Las verdades son portadoras de semillas divinas. Los
conocimientos forman las nuevas Vidas Divinas.
Correspondencia de gloria que tendrá en el Cielo.
Quien vive abandonada en los brazos de
Jesús es su preferida.
Estoy siempre de regreso en el Querer Divino, su Inmensidad es tanta,
que mientras estoy en su mar queriendo abrazar todos sus actos, y no
habiéndolo hecho aún porque se necesitan siglos para hacerlo, más bien,
todos los siglos no me bastarían para poder abrazar todos sus actos, es por
eso que a mi pequeñez le parece como que regreso, mientras que estoy. Así,
mientras me perdía en el Fiat, mi dulce Jesús que siente la necesidad de
amor de querer decir hasta donde puede llegar el alma que quiere vivir en su
Querer, me ha dicho:
"Hija mía bendita, mi Amor sólo se apacigua y se aquieta en sus
ansias, se calma en sus delirios cuando Yo hablo de mi Divina Voluntad. En
mi palabra, en las verdades que manifiesto acerca de Ella, mi Amor toma un
dulce reposo porque ve que su Amor toma lugar en las criaturas para a su
vez ser amado, y mi Voluntad forma su Vida. Es necesario manifestar los
méritos, los bienes que hay en mi Voluntad para atraer, enamorar, arrebatar a
las criaturas a vivir en Ella, de otra manera no se moverán. Tú debes saber
que cada conocimiento que manifiesto y cada acto hecho en mi Querer
cortejado por el conocimiento que he manifestado, es una semilla divina que
el alma adquiere; esta semilla producirá nueva ciencia divina, y ¡oh! cómo
sabrá hablar el lenguaje de su Creador; cada verdad será un nuevo lenguaje
celestial que tendrá virtud de hacerse entender por quien lo escucha y que
quiera recibir esta semilla divina; esta semilla producirá nueva vida de
santidad, nuevo amor, nueva bondad, nuevas alegrías y felicidad. Estas
semillas de mis verdades serán tantas nuevas propiedades divinas que el
alma adquirirá. Ahora, es tanta la gloria que recibimos cuando el alma obra
en nuestro Querer, que la comunicamos a todos los bienaventurados. Debes
saber que por cuantas semillas divinas el alma adquiere en virtud de los
conocimientos sobre mi Fiat, tantos más grados de nuestro conocimiento y
gloria nuestra le participaremos, cuando habiendo terminado su vida acá
abajo se vendrá a nuestra patria celestial. Al conocimiento adquirido en la
tierra le corresponderá el doble de conocimiento, que adquirirá de nuestro
Ente Supremo en nuestra morada celestial, y cada semilla divina que haya
3015
recibido será un grado más de gloria, de alegría y de felicidad. Así que la
felicidad, la alegría, el gozo, la gloria de los bienaventurados, será
proporcionada por cuanto nos hayan conocido. Nosotros con los
bienaventurados nos encontramos en las condiciones de un tal que no ha
estudiado las diversas lenguas y oyéndolas hablar no entenderá nada, y no
sólo esto, sino que no lo podrán ocupar como maestro para enseñar las
diferentes lenguas y hacerlo ganar un mayor salario, por lo tanto se deberá
contentar con enseñar lo poco que sabe y ganar poco. Así nos encontramos
Nosotros, si no nos conocen en la tierra, no forman el lugar en sus almas
para recibir todas nuestras alegrías y felicidad, y si les queremos dar, no les
entrarán y no entenderán nada, así que la gloria de los bienaventurados
corresponderá a cuantos actos de voluntad han hecho en nuestro Querer
Divino y aumentará la gloria, las alegrías, de acuerdo a los conocimientos de
más que hayan adquirido. Un conocimiento de más hará subir al
bienaventurado a una altura tan grande, que hará que se maraville toda la
corte celestial, porque un conocimiento de más es una nueva Vida Divina
que el alma adquiere, la Cual posee bienes y alegrías infinitas. ¿Y te parece
poco que el alma posea tantas nuevas Vidas Divinas nuestras como
propiedad suya? Y Nosotros, ¿qué cosa no podemos dar de alegría, de
felicidad, de amor, como correspondencia de éstas nuestras nuevas Vidas
Divinas que como propiedad suya posee? Por eso esperamos a nuestros
hijos que vivirán en nuestro Querer para hacernos conocer en la tierra,
porque nuestro Querer hará de maestro para enseñarles las nuevas ciencias
de su Creador, y los formará bellos, sabios, santos, nobles, según las ciencias
adquiridas. Los esperamos en nuestra corte celestial para inundarlos de
nuestras nuevas alegrías, bellezas y felicidad, que hasta ahora no hemos
podido dar. Y como en el Cielo todos los bienaventurados están vinculados
entre ellos como familia que se aman con amor perfecto, participarán en la
gloria, en la alegría de éstos, no como alegría y gloria directa, sino indirecta,
por el vínculo de unión y de amor que poseen entre ellos. Por eso nuestro
Ser Supremo espera con ansia a los hijos de nuestro Querer, para hacerse
conocer en la tierra, para después hacer salir del fondo de nuestro Seno
Divino nuevas alegrías y felicidad que no terminan jamás, porque quien vive
en nuestro Querer ha adquirido en sus actos el infinito y las alegrías que no
se agotan jamás."
Después ha agregado con ternura indecible: "Hija mía buena, Yo amo
mucho a las criaturas, pero me siento más atraído a amar, raptado y vencido
por el alma que vive abandonada en mis brazos como si ninguno hubiese en
3016
el mundo sino sólo su Jesús, se fía sólo de Mí, y si le vienen ofrecidos otros
apoyos los rechaza, para tener sólo el apoyo de su Jesús que la tiene
estrechada entre sus brazos, la defiende y sobre de ella toma todos los
cuidados. Estas son las almas que amo mucho, mucho, mis preferidas, a las
que circundo con mi Potencia Divina, a ellas les formo a su alrededor el
muro de mi Amor, de modo que ¡ay! de quien me las toque, mi Amor las
sabrá defender y mi Potencia sabrá echar por tierra a aquellos que me las
quieran disgustar. Las almas abandonadas en Mí viven sólo de Mí, y Yo
vivo sólo de ellas, como si viviésemos de un solo aliento y de un solo amor,
y si algún apoyo humano se presenta, miran si estoy Yo en aquél apoyo, si
no estoy huyen para venirse a refugiar en mis brazos. Solamente de estas
almas puedo fiarme, confiarles mis secretos, apoyarme también Yo sobre de
ellas, estoy seguro de que no salen de mi Voluntad porque están siempre
junto conmigo. En cambio quienes no viven todas abandonadas en Mí,
escapan de mis brazos, no rechazan los apoyos humanos, más bien sienten
gusto por ellos, son inconstantes, ahora me buscan a Mí, ahora a las
criaturas, están obligadas a sentir el desengaño de las criaturas, lo que abre
en sus almas desgarros profundos, sienten la tierra en su corazón, y mi
Voluntad como vida está lejana de ellas. ¡Oh! si se abandonasen en mis
brazos, la tierra desaparecería para ellas, no tomarían cuidado de ninguno,
porque sólo Yo basto por todos. Amo tanto a quien vive abandonado en mis
brazos, que le manifiesto mis excesos de amor más grandes, mis finezas de
amor, mis caricias son para ellos, llego a inventar nuevas estratagemas de
amor para tenerlos ocupados y todos ensimismados en mi Amor. Por eso,
vive sola, abandonada en mis brazos, y en todas las cosas encontrarás a tu
Jesús que te defiende, te ayuda y te sostiene."
Junio 16, 1938
Cómo el Querer Divino quiere dar siempre a la criatura,
y quiere recibir; entrega de ambas partes, derechos que pierde
e imperios que adquiere. Cómo Dios encuentra todo
en el acto hecho en su Voluntad.
Mi vuelo en el Querer Divino continúa; siento que no me da tiempo, sino
que siempre quiere darme de lo suyo, pero quiere también recibir siempre lo
mío, y si no tengo qué darle, porque soy la pura nada, quiere mi voluntad en
3017
acto de darla siempre, y ésta es toda su felicidad: Recibir como don la
voluntad de la criatura, y si es necesario quiere las mismas cosas que ha
dado para recibir siempre y se contenta con recibirlas para darlas
nuevamente, pero duplicadas con nuevo amor, con nueva luz, con nueva
santidad. ¡Oh Voluntad Divina, cuánto me amas y cuánto quisiera amarte!
Yo me sentía abismada en el Fiat, y mi siempre amable Jesús visitando mi
pequeña alma, todo bondad me ha dicho:
"Mi pequeña hija de mi Voluntad, tú no sabes hasta donde me hace
llegar mi Amor por quien vive en mi Voluntad, cuántas invenciones me hace
hacer y cuántas combinar, llego a hacerle nuevas sorpresas para tener
siempre qué hacer con ella, y para tenerla siempre sorprendida y ocupada de
Mí no le doy tiempo, ahora le digo una verdad, ahora le hago un don, ahora
le hago ver nuestra Belleza que la rapta, nuestro Amor que gime, que arde,
que delira porque quiere ser amado, en suma, no le doy tiempo, pero lo que
más quiero, es que tampoco ella me dé tiempo a Mí, quiero siempre. Ahora
escucha qué hago para dar y recibir siempre, llamo a la criatura a vivir en mi
Voluntad y le hago don de su Santidad, de su Luz, de su Vida, de su Amor,
de sus alegrías infinitas, por cuanto ella pueda contener; después de que ha
vivido por algún tiempo, encontrándola fiel voy a ella y le digo: ‘Hazme la
entrega de lo que te he dado.’ Y ella que quiere hacerme ver cuánto me
ama, sin dudar un instante, prontamente me entrega todo, aun su respiro, su
latido, su movimiento, todo, todo me da, no se queda nada para sí y queda
feliz de que ha dado todo a su Jesús. Yo tomo todo, miro y vuelvo a mirar lo
que me ha dado para gozarme y felicitarme en sus dones, me los pongo en
mi corazón para gozármelos como propiedad de mi hija. ¿Pero crees que Yo
quedo contento? Por parte de la criatura sí, quedo contento, pero por parte
mía, no, jamás, mi Amor no me da paz, crece exageradamente, se desborda y
me hace dar en los excesos más grandes, ¿y sabes qué hago? Hago la
entrega de mi Ser a mi amada criatura, le duplico todo lo que me ha dado, le
doy Amor, Luz, Santidad duplicadas, le entrego mi respiro, mi movimiento,
mi misma Vida, de modo que respiro en su respiro, me muevo en su
movimiento, amo en su amor, no hay cosa que no haga en ella. Hacer algo
sin ella no lo quiero, me sentiría como si no la amase en todas mis cosas, y
esto a mi Amor le sería insoportable, a quien me ha dado todo debo darle
todo. ¿Y te parece poco que tu Jesús te entregue su Vida para hacerte vivir
de Mí, y me haga entregar la tuya para vivir de ti? Y todo esto casi como
para encontrar pretextos para poder dar siempre y recibir siempre, para tener
ocasión de decirle mi larga historia de mi Voluntad y mi eterna historia de
3018
Amor, y esto no para darle una simple noticia, para hacerle ver cuán bueno
soy, santo, potente, sino para dotarla de mi Amor, de mi Voluntad, de mi
Santidad, Bondad y Belleza mías. ¿No es esto entonces un amor excesivo
que da en lo increíble? El solo quererla tener conmigo ya es mi Amor más
grande, porque si la quiero tener conmigo es porque quiero darle de lo mío,
y como ella no tiene nada que sea digno de Mí, le doy de lo mío a fin de que
haciéndolo suyo me pueda decir: ‘Tú me has dado, y yo te doy.’ ¿No es
esto un amor para ablandar y enternecer los corazones más duros? Sólo tu
Jesús puede y sabe amar en esta manera, ninguno puede decir que puede
igualarme en mi Amor. Y Yo, esto sólo puedo hacerlo con quien vive en mi
Querer, porque cada acto que hace en Él es un Sol que surge con toda la
plenitud de la gloria y de la santidad, y Yo me voy a refugiar en estos Soles
para deleitarme y tomar reposo, y encontrando a mi amada criatura investida
por estos Soles, ¡cómo me parece bella! Mucho más que viviendo en mi
Querer nada hay de humano en ella, pierde los derechos sobre su voluntad y
sobre todo lo que es humano, todos los derechos sobre su querer son
nuestros, y ella adquiere el imperio sobre todo lo que es divino. Y ¡oh!
cómo es bello, cómo estamos contentos y felices al verla imperar con
derecho sobre todo lo que nos pertenece, impera sobre nuestro Amor y toma
de Él cuanto quiere para amarnos, e impera sobre este nuestro Amor para
hacerse amar; impera sobre nuestra Sabiduría y nos hace decir cosas,
verdades jamás dichas de nuestro Ser Supremo; impera sobre nuestra
Bondad y nos la hace llover más que lluvia benéfica sobre todas las
criaturas. Su imperio es dulce y potente sobre nuestro seno paterno y nos
hace llegar a decir: ‘¿Quién te puede resistir hija nuestra? Lo quieres tú, lo
queremos Nosotros.’ Por eso, si quieres todo, no salgas jamás de nuestra
Voluntad, todo será tuyo y tú serás toda nuestra."
Después de esto continuaba pensando en la Divina Voluntad, en sus
grandes maravillas y en cómo a veces, mientras se navega su mar todo es
serenidad, paz profunda, su Sol divino refulgente de luz, pero todo es
silencio, y como su palabra es vida, la criatura se siente faltar la nueva vida
que quisiera recibir. Pero mientras esto pensaba mi dulce Jesús ha agregado:
"Hija mía, el Sol de mi Querer habla siempre, la luz no calla, habla
con su calor, con su fecundidad y con el imprimir en el alma que vive en Él
sus variadas bellezas, y además estoy Yo, que soy el portador de su palabra
y que abajándome de más a la inteligencia humana, facilito con palabras más
adaptables la altura de la palabra de la luz de mi Fiat, por eso, donde reina
no puede callar, tiene su decir continuo, o por caminos de luz o por medio de
3019
mi palabra; más bien, cuando no estás atenta no rumias bien, no comes, y
por lo tanto no digieres lo que te digo, entonces, no rumiándolo lo olvidas y
dices que no te he dicho nada. Ahora, tú debes saber que en cada palabra o
acto hecho en mi Voluntad, vienen abrazados todos los siglos, todas las
criaturas son encerradas y están presentes, el pasado y el futuro no existen
para Nosotros ni para quien vive en nuestro Querer; es más, nuestras
verdades encierran todos los tiempos, todos los siglos y son las portadoras de
todas las criaturas en el acto de quien vive en nuestro Fiat; por eso
encontramos en aquel acto a Nosotros mismos, encontramos el amor y la
gloria que todos nos deberían dar, por eso, cuando la criatura está por obrar
y por recibir el acto obrante del Fiat Divino, los Cielos se abajan por
reverencia y quedan admirados al ver un Querer Divino obrante en el acto
humano, y todos se sienten que toman parte en aquel acto. Así que todo
encontramos en el acto hecho por la criatura en nuestra Voluntad:
Encontramos nuestra Potencia que nos honra como merecemos, encontramos
nuestra Inmensidad que todo encierra y pone todo a nuestra disposición,
nuestra Sabiduría que nos exalta con las notas más bellas nuestro Ser Divino,
a los ángeles que nos alaban, a los santos que raptados repiten: ‘Santo,
Santo, tres veces Santo el Señor Dios nuestro, que con tanta bondad obra y
hace alarde de su Amor en el acto de la criatura.’ Podemos decir que nada
nos falta, nuestra gloria es completa y nuestro Amor encuentra su dulce
reposo y la correspondencia perfecta. Por eso tanto suspiramos por quien
viva en nuestro Querer, y nos parece como si no hubiésemos hecho nada en
la Creación, porque nos falta el acto más grande que podemos hacer, cual es
nuestra Vida repetida en el acto humano, en el cual nos encontraremos a
Nosotros mismos, encontramos todo y a todos. No hay bien que no daremos
a nuestra amada criatura, y no habrá amor y gloria que ella no nos dará. Ella
encontrará todo lo que quiere en Nosotros, y Nosotros encontraremos todo
en ella. Hija, poder dar todo y dar solamente una pequeña parte de nuestros
bienes es un dolor para Nosotros, es tener nuestro Amor restringido e
impedido y sólo porque falta nuestra Voluntad como Vida en la criatura; no
poder recibir todo de ella es la pena más grande de nuestra obra creadora.
Así que lo exige nuestro Amor, nuestra Potencia y Sabiduría, toda nuestra
obra creadora, que la criatura viva en nuestro Querer. Por eso no terminarán
los siglos si nuestro Fiat no forma antes su reino, y mientras dominará dará
todos los bienes y dará el dominio de éstos sus bienes a las generaciones
humanas. Por eso ruega, y tu vida sea un acto continuo de mi Voluntad para
obtener que venga a reinar."
3020
Junio 20, 1938
Quien vive en el Querer Divino está en continua comunicación
con Dios. Resurrección y amor que surge, cómo felicita y da
alegría a todos. Cómo Jesús mismo se hará vigilante custodio
de estos escritos, y el interés será todo suyo.
Estoy bajo el imperio del Querer Divino, su Potencia me eleva hasta
su centro; su Amor, embalsamándome me trae su aire celestial; su Luz me
purifica, me embellece, me transforma y me encierra en el ámbito del Querer
Divino, de modo que todo se olvida, porque son tales y tantas las alegrías,
las escenas encantadoras del Ente Supremo, que uno permanece arrobado.
¡Oh Voluntad Divina, como amaría el que todos te conocieran para hacer
gozar a todos alegrías tan puras, contentos tan inefables que sólo en Ti se
encuentran. Pero mientras mi mente sentía una felicidad indecible, mi
amado Jesús repitiéndome su breve visita, todo bondad me ha dicho:
"Mi pequeña hija de mi Querer, ¿has visto cómo es bello vivir en mi
Querer? Estamos en continuas comunicaciones con la criatura, le
preparamos nuevas alegrías en cada acto que hace para volverla siempre más
feliz en nuestra morada. Las acciones hechas en el Fiat están siempre en
acto de hacerse, nuestra Vida renace continuamente, nuestro Amor surge y
formando sus olas inviste a todos y llama a todo en aquel acto, a fin de que
todos lo repitan, y oímos el eco que todos nos aman y nos glorifican. Los
ángeles y santos están todos a la expectativa, y con ansia suspiran el acto de
la criatura hecho en la Divina Voluntad, ¿pero sabes por qué? Porque ellos
reciben doble gloria: La del Cielo y la nueva gloria, alegría y felicidad del
acto hecho en mi Fiat. ¡Cómo me agradecen y aman a la criatura que les
duplica los nuevos contentos y alegrías sin término! ¿Quién puede no amar
a quien vive en mi Querer Divino, que da alegría y felicidad a Nosotros, que
nos da la gran gloria de hacernos hacer lo que queremos en ella, que da
felicidad y alegrías a todos, y no hay bien que de ella no descienda? Por eso
quien vive en nuestro Querer no está sujeto a desconfianza, a temores, la
desconfianza no encuentra las puertas para entrar en ella porque todo es
suyo, se siente dominadora de todo, es más, toma lo que quiere, su vida no
es otra cosa que Amor y Voluntad nuestra, tanto, que llega a sufrir nuestras
3021
mismas locuras de amor, y se contentaría con dar su vida por cada uno para
darnos la gloria de hacer conocer nuestra Voluntad."
Después de esto me sentía pensativa acerca de estos benditos escritos,
y por la insistencia de mi amado Jesús al querer que continúe escribiendo y
además, después de tantos sacrificios, ¿a donde irán a terminar? Y mi
amado Jesús interrumpiendo mi pensamiento me ha dicho:
"Hija mía, no te preocupes, Yo seré vigilante custodio, porque me
cuestan demasiado, me cuestan mi Voluntad, la Cual entra en estos escritos
como vida primaria. Podría llamarlos: ‘Testamento de Amor que hace mi
Voluntad a las criaturas.’ Ella se hace donadora de Sí misma y las llama a
vivir en su heredad, pero con modos tan suplicantes, atrayentes, amorosos,
que sólo los corazones de piedra no se moverán a compasión y no sentirán la
necesidad de recibir un bien tan grande. Entonces, estos escritos están llenos
de Vidas Divinas, las cuales no se pueden destruir, y si alguno quisiera
intentarlo, le sucedería como a aquél que quisiera destruir el cielo, el cual,
ofendido, le caería encima por todas partes y lo aniquilaría bajo su bóveda
azul, así que el cielo permanecería en su puesto y todo el mal caería sobre
aquél que quisiera destruir el cielo; o bien quien quisiera destruir el sol, el
sol se reiría de éste y lo quemaría; o como otro que quisiera destruir las
aguas del mar, el mar lo ahogaría. Demasiado se necesita para tocar lo que
te he hecho escribir sobre mi Voluntad, porque puedo llamarlo nueva
creación viviente y hablante. Todo esto será el último alarde, el último
desahogo de mi Amor hacia las generaciones humanas; es más, tú debes
saber que a cada palabra que te hago escribir sobre mi Fiat, duplico mi Amor
hacia ti y hacia quienes las leerán, para hacerlos quedar embalsamados por
mi Amor. Así que conforme escribes me das el campo para amarte de más;
veo el gran bien que harán, siento en cada palabra mía las vidas palpitantes
de las criaturas que conocerán el bien de mi palabra y formarán la Vida de
mi Voluntad en ellas. Por eso el interés será todo mío, y tú abandona todo
en Mí. Tú debes saber que estos escritos han salido del centro del gran Sol
de mi Voluntad, cuyos rayos están llenos de las verdades salidas de este
centro, los cuales abrazan todos los tiempos, todos los siglos, todas las
generaciones. Esta gran cantidad de rayos de luz llena Cielo y tierra, y por
caminos de luz llama a todos los corazones, y ruega y suplica que reciban la
Vida palpitante de mi Fiat, que nuestra Paterna Bondad se ha dignado dictar
desde dentro de su centro con los modos más insinuantes, atrayentes,
afables, llenos de dulzura, y con Amor tan grande que da en lo increíble y
hace quedar estupefactos a los mismos ángeles. Cada palabra puede
3022
llamarse un portento de Amor, uno más grande que otro. por eso, querer
tocar estos escritos es quererme tocar a Mí mismo, el centro de mi Amor,
mis finezas amorosas con las cuales amo a las criaturas. Yo sabré
defenderme a Mí mismo y confundir a quien quiera mínimamente
desaprobar aún una sola palabra de lo que está escrito sobre mi Divina
Voluntad. Por eso continúa escuchándome hija mía, no quieras estorbar a
mi Amor, ni me quieras atar los brazos con el hacer retroceder en mi seno lo
que quiero que continúes escribiendo. Demasiado me cuestan estos escritos,
me cuestan cuanto cuesto Yo mismo. Por eso tendré tal cuidado, que ni
siquiera una palabra dejaré que se pierda."
Junio 26, 1938
La voluntad humana unida a la Divina, también ella sabe hacer
prodigios; sin Ella es una pobre lisiada. Quien vive del Querer
Divino adquiere el acto conquistante.
Estoy siempre en los brazos del Querer Divino, su luz pone en fuga la noche
de mi voluntad, su Belleza me rapta, su Amor me encadena, tanto, que no sé
encontrar el camino para salir de dentro de su seno de luz, pero no sé el por
qué tenía miedo y temor de mi voluntad. Y el amado Jesús visitando mi
pequeña alma me ha dicho:
"Hija mía bendita, la voluntad humana junto con la mía, también ella
sabe hacer prodigios, en cambio sin la mía es una pobre lisiada que no puede
ayudarse ni siquiera por sí misma. Sin mi Voluntad queda como un
discípulo sin el maestro, pobrecito, sin el maestro quedará siempre
ignorante, sin ciencia, sin arte, incapaz de ganarse un pedazo de pan para
vivir; sin mi Voluntad será como una persona que tiene las piernas sin pies,
los brazos sin manos, los ojos sin pupilas, la cabeza sin razón, la boca sin
lengua, ¡pobre criatura, en qué abismo de miserias se encuentra! Se diría
que sería mejor que jamás hubiese nacido. Así que la cosa que debería dar
más terror y espanto es el no vivir unida con mi Voluntad, todas las
desventuras le llueven encima, en cambio unida con mi Voluntad, dentro de
ella tendrá al maestro a su disposición que le enseñará ciencias más altas y
difíciles, las artes más bellas, tanto, de ser un portento de ciencia en la tierra
y en el Cielo. La voluntad humana unida con la mía tendrá piernas humanas
y pies divinos, que la harán correr en el camino del bien sin cansarse jamás.
3023
Tendrá brazos humanos con manos y movimiento divino, que tendrán virtud
de hacer las obras más grandes que la semejarán a su Creador, y con nuestro
movimiento divino abrazará al Eterno, nos tendrá siempre cortejados y
estrechados a su corazón. Unida con nuestra Voluntad tendrá la boca
humana, pero la palabra, la voz, serán divinas y, ¡oh! cómo hablaremos bien
de nuestro Ser Supremo, en suma, tendrá nuestra pupila, por lo cual,
mirando todas las cosas creadas reconocerá en ellas nuestra Vida, nuestro
Amor y cómo debe amarnos. Unida con nuestra Voluntad tendrá la razón
divina, sentirá una especie de ciencia infusa, la cual formará el hombre
ordenado, todo en orden a su Creador, todo se convertirá en bien, más bien
no hay bien que no poseerá si vive en nuestra Voluntad. Ella es la causa de
la ruina de todos los males, de todas las desventuras y llama a vida todos los
bienes, porque de ellos posee la fuente de donde salen. Además de esto,
para quien viva en nuestro Querer, cada movimiento, respiro, latido, todo lo
que pueda hacer, son continuas conquistas que hace, y conquistas divinas,
puedo decir que viviendo en mi Querer respira con mi respiro, se mueve con
mi movimiento, late con mi latido eterno, así que adquiere el acto
conquistante en todos sus actos, y esto le viene dado con Justicia y con
Amor exuberante, porque con el vivir en nuestro Querer, no dando más vida
a su querer, por derecho debía estar en las regiones celestiales para hacerse
feliz y gozarse nuestra Voluntad felicitante. Ahora, para vivir de nuestra
Voluntad en la tierra, la pobre hija se priva de las alegrías del Cielo, y esto
es el acto más heroico, el amor más intenso, por lo cual todo el Cielo,
nuestra Divinidad, la Soberana del Cielo, todos quedamos heridos y
admiramos el heroísmo de esta criatura, y ¡oh, cómo todos la amamos! Y
nuestro Amor que no se deja jamás vencer por ninguno, cede en cada respiro
suyo, a cada pequeño movimiento, si piensa, si mira, si habla, el acto
conquistante y divino; las conquistas son innumerables, sentimos que no es
la criatura la que respira, la que se mueve, sino Nosotros, y le damos el valor
que contiene nuestro respiro y movimiento, que contiene todos los valores
posibles e imaginables. Así que es la conquistadora de nuestra Vida y de
nuestros actos. Esta feliz criatura, con su acto conquistante se vuelve
nuestro desahogo de amor continuo, nuestra misma felicidad, nuestro
reposo, y sus conquistas son firmas continuas sobre nuestro decreto de la
venida del reino de nuestro Querer sobre la tierra, estas conquistas abrevian
el tiempo, mucho más que nuestra Vida obrante no es más extraña sobre la
tierra, sino que ya existe y ha formado su reino en esta afortunada criatura.
Por lo tanto sé atenta, no te detengas jamás, y Yo tendré cuenta de todo, aún
3024
del respiro, para amarte de más y para hacerte hacer tantas conquistas, una
más bella que la otra."
Después ha agregado: "Hija mía, en cuanto la criatura me hace don de
su voluntad para vivir en la mía, le hago don de la mía, ¿pero sabes tú qué
hace mi Voluntad antes de donarse? Se vierte sobre el acto de ella, lo
embellece, forma en él su día, lo santifica, pone en él sus alegrías divinas, y
después se encierra Ella misma en el acto de la criatura. Conforme mi Fiat
obra en este acto, todas las cosas creadas reciben nueva vida, nueva
creación, se sienten renovadas en la belleza, en el amor, en la alegría de su
Creador; y en cuanto completa su acto divino, el acto queda de la criatura, y
todos quedan a la expectativa para ver qué cosa hace la criatura de este acto,
porque es un acto que encierra todo, y todos se sienten encerrados en aquel
acto; y la feliz criatura ¿qué hace? Se lo goza, lo besa, lo abraza, y sabiendo
que un acto tan grande no puede quedar para sí sola, en su énfasis de amor,
de la alegría, dice: ‘Voluntad adorable, Voluntad Divina me has dado, y
Voluntad Divina te doy para darte la correspondencia, el agradecimiento, la
gloria, la alegría, el amor que me has dado, soy incapaz de poderlo contener,
por eso este acto corre a todos, santifica, embellece, felicita, da amor a
todos.’ Éste es el acto más bello que puede darme la criatura, ninguno puede
igualar este acto, esto es, dar mi Voluntad, para recibirla y darla de nuevo."
Junio 30, 1938
El verdadero Amor quiere encontrarse a Sí mismo en la
persona amada. Cómo Nuestro Señor formó tantos caminos
para hacerse encontrar. El conocimiento abre todas las
puertas entre Dios y la criatura.
Mi pobre mente se siente bajo el imperio del Fiat, que atrayéndola
hacia Sí la hace seguir lo que ha hecho por amor de las criaturas. Y mientras
seguía los actos de la Redención, mi dulce Jesús visitando mi pequeña alma,
todo bondad me ha dicho:
"Hija de mi Voluntad, mi Amor siente la necesidad de desahogarse
con quien me ama y de confiarle mis más íntimos secretos. El verdadero
Amor tiene esta virtud, de romper cualquier secreto, porque quiere encontrar
en la persona amada lo que posee Él mismo, sus alegrías, sus dolores, todas
3025
sus mismas prerrogativas, el Amor quiere encontrarse a Sí mismo en la
persona amada.
Ahora debes saber hija mía, que cuando vine a la tierra mi Amor no
me dio reposo. Apenas concebido comencé a formar tantos caminos que
debían servir a las criaturas para venir a Mí; estos caminos, mientras los
formaba los extendía, pero no los separaba de Mí, Yo permanecía siendo el
centro de donde todos los caminos partían, así que cada acto, palabra,
pensamiento, paso que daba, eran caminos de luz, de santidad, de amor, de
virtud, de heroísmo, que formaba, así que cada acto que hace la criatura
encuentra mi camino para venir a Mí. A la cabeza de estos caminos, que son
innumerables, ponía como Reina a mi Voluntad, y Yo me ponía a esperar a
la cabeza de cada camino para recibirlas en mis brazos, pero muchas veces
espero en vano, y mi Amor, no dándome ni paz ni reposo, me pongo en
camino para encontrarlas al menos a la mitad de la vía, y si las encuentro,
invisto el acto de la criatura, de modo que me hago acto y camino de ella, y
con un Amor exuberante la cubro, la escondo en mi mismo Amor, la
cubro con mis mismos actos, pero tanto, de encontrarme a Mí mismo en
ellas, y las llevo para tenerlas al seguro en los brazos de mi Voluntad. Por
eso cada pensamiento de la criatura tiene el camino de mis pensamientos,
cada palabra tiene el camino de mis palabras, cada obra tiene el camino de
mis obras, cada paso tiene el camino de mis pasos, si sufre tiene el camino y
la vida de mis penas, y si quiere amarme tiene el camino de mi Amor. He
circundado a las criaturas de tantos caminos míos, de modo que no me
puedan huir, y si alguna me huye, doy en delirio, corro, vuelo para
encontrarla, y sólo me detengo cuando la he encontrado y la encierro en mis
caminos para no dejarla salir más. Es por eso que mi venida a la tierra no
fue otra cosa que desahogar mi Amor reprimido por tantos siglos, por el cual
llegué a los excesos, formé la nueva creación, más bien la superé en la
multiplicidad de las obras y en la intensidad de mi Amor. Pero mi Amor
está reprimido aún, y como desahogo quiero dar mi Voluntad como Vida,
para darles el bien más grande que puedo darles, y para recibir la gran gloria
de tener a sus hijos en nuestro reino.
En cuanto la criatura entra en nuestro Querer, es tanto nuestro
contento, que nos da el campo para repetir en ella todo lo que hemos hecho
en la Creación y en la Redención, nuestro Amor quiere ver en acto, como si
ahora lo estuviésemos haciendo, el cielo extendido, el sol refulgente de luz,
los vientos que soplan continuamente en quien vive en nuestro Querer
oleadas de gracias y de amor, mares que murmuran amor, gloria, adoración a
3026
mi Creador; en acto repite el descendimiento del Verbo. Mi Voluntad es la
repetidora y la portadora en la criatura de lo que hizo mi Humanidad, así que
estamos siempre en acto de obrar en ella, no cesamos jamás, porque nada
debe faltar en quien vive en nuestro Querer; nuestros mismos actos serán
nuestro trono, nuestro cortejo y la misma vida de la criatura. Por eso
nuestro Amor por ella da en lo increíble, somos todo ojo sobre ella para ver
si no encierra todo, y cuántas veces, porque la amamos demasiado,
repetimos nuestro acto obrante y ponemos nueva belleza, nueva santidad a
nuestras obras maestras que hemos hecho en ella. Nos place siempre darle y
tenerla ocupada bajo la lluvia de nuestros actos obrantes, para darle ocasión
de amarla y de hacernos amar de más. Por eso vive siempre en nuestro
Querer, y en Él sentirás el desahogo continuo de nuestro Amor, nuestro acto
obrante que no solamente repetirá nuestras obras en acto, sino que agregará
cosas nuevas que harán quedar estupefactos a Cielo y tierra."
Después ha agregado con un acento piadoso: "Hija mía, todos viven
en mi Querer, y si no quisieran vivir en Él no encontrarían espacio donde
poder vivir. ¿Pero quién siente nuestra Vida Divina? ¿Quién se siente
envolver por nuestra Santidad? ¿Quién prueba el contento de sentirse tocar
por nuestras manos creadoras para sentirse embellecido con nuestra Belleza?
¿Quién se siente ahogar por nuestro Amor? Quien quiere vivir en nuestro
Querer. No quien se encuentra por necesidad de creación, porque nuestra
Inmensidad envuelve a todos y a todo; éstos están sin conocernos, como
verdaderos usurpadores de nuestros bienes, como hijos desleales e ingratos,
degenerados y como no nos conocen, ni nos aman, Nosotros no encontramos
lugar en ellos donde poner nuestra Santidad, nuestro Amor; sus almas son
incapaces de recibir nuestra siempre creciente Belleza. No nos dan nada, ni
siquiera los derechos de Creador, y mientras viven junto en nuestro mar
divino, están como lejanos de Nosotros, con no conocernos han puesto las
barreras, han cerrado las puertas y han roto las comunicaciones entre ellos y
Nosotros. El conocimiento es el primer anillo de unión entre ellos y
Nosotros, y el querer vivir en nuestro Querer es lo que quita las barreras y
abre todas las puertas para hacer venir a la criatura en nuestros brazos para
deleitarse con Nosotros, es el amarnos lo que nos hace verter a torrentes
nuestro Amor, nuestras gracias, hasta cubrirla de nuestras cualidades
divinas. Si no está el conocimiento nada podemos dar, ni ellas recibir. En
cambio quien vive en nuestro Querer nos conoce, en cuanto entra en Él da su
beso a su Padre, lo abraza, nos pone en torno su pequeño amor, y Nosotros
le damos nuestros mares de Amor; se besa con todo el Cielo, podemos decir
3027
que se abren las fiestas entre ella y Nosotros, entre el Cielo y la tierra,
Nosotros mismos la llamamos bienaventurada y le decimos: Tú eres la más
feliz y afortunada criatura, porque vives en nuestro Querer, vives y nos
conoces, vives y nos amas, y Nosotros te tenemos escondida en nuestro
Amor, cubierta por nuestros brazos, bajo la lluvia de nuestras gracias."
Julio 6, 1938
En el Querer Divino todo es triunfo, alegrías y
conquistas. El oficio de Madre del Querer
Divino. Ejemplo del mar.
Estoy entre los brazos del Querer Divino, y puedo decir que cada día
hago mi jornada en su mar. Todo lo que ha hecho tanto en la Creación como
en la Redención se me hace presente y me dicen: "Ya somos tuyos, mira
con cuánto amor te hace don de nosotros tu Creador. Tú, pon en nosotros tu
pequeño amor, a fin de que el Amor creante ame en el amor creado, y el
amor creado ame en el Amor creante, y queden victoriosos los dos."
Pero mientras seguía los actos del Querer Divino, quería tomar por
asalto el Cielo, encerrarme en la región celestial para no salir de ella nunca
más. ¡Oh! cómo me pesa el exilio, si no fuera porque el Fiat Divino hace
correr en mí sus ríos de gozos y de felicidad celestial, yo no sé cómo haría
para soportarlo, y me sentía amargada. Y mi amado Jesús que me vigila en
todo y no quiere que me ocupe de otra cosa sino sólo de vivir en su Querer,
compadeciéndome y reprochándome dulcemente me ha dicho:
"Mi buena hija, ¿por qué te afliges? En mi Voluntad suenan mal las
amarguras, porque Ella es fuente de todas las dulzuras, de triunfos y
conquistas, y si las criaturas están amargadas es porque no viven en Ella, y
su voluntad las tiraniza, sufren amarguras y quedan vencidas. Por eso,
ánimo hija mía, tú debes saber que cuando la criatura vive en mi Voluntad,
siente la necesidad de su patria celestial, ya se siente poseedora de ella, y
privándose por amor mío de la gloria celestial, en cada acto que hace me
siento dar a Mí mismo por ella, me dona todo el Cielo y el océano de las
alegrías y felicidad que hay en las regiones celestiales. Entonces, ¿no
quieres dar este contento a tu Jesús? Y además, si no termino de formar en ti
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el reino de mi Querer, ¿cómo puedo transmitirlo a los demás? Por eso
déjame hacer."
Después de esto ha agregado: "Hija mía, es tanto mi Amor por quien
vive en mi Querer, que hago como una mamá que tuviese un hijo lisiado y
que ella tuviese el poder de dar a su hijo la belleza más sublime; la madre se
extiende sobre de él, lo calienta con su calor, y por medio de besos y de
abrazos le da nuevamente al hijo el uso de los miembros, lo vuelve bello, y
mirándolo como fruto de su amor materno se siente feliz. Pero la mamá no
tiene este poder y por lo tanto será siempre infeliz con su hijo. Pero lo que
no tiene la madre lo tengo Yo, mi Amor es tanto, que conforme la criatura
entra en mi Voluntad me extiendo sobre de ella, la caliento con mi Amor
para llamarla a nueva vida, la beso y la vuelvo a besar, me la estrecho al
corazón para quitarle cualquier mal que pudiese ensombrecerla y quitarle la
frescura y belleza divinas, después soplo sobre de ella, le mando mi aliento
regenerador para generarla a nueva vida y restituirle la belleza más sublime.
No contento aún, formo el trono con todas mis obras y sobre él pongo a mi
Querer como Rey sobre su trono, reinante y dominante en esta criatura.
Puedo decir: ‘¿Qué otra cosa podía hacer y no hice? ¿Podía tal vez amarte
de más y no te he amado?’ Tú debes saber que mi Amor llega al exceso,
conforme la criatura hace sus actos en mi Querer, Yo llamo en aquél acto a
todos nuestros actos que hemos hecho, posibles e imaginables, también mi
misma Generación del Verbo, de la cual procedió el Espíritu Santo, toda la
Creación, mi Encarnación en el tiempo, todo, todo lo encierro en aquel acto
para poder decir: ‘Es acto nuestro, es acto completo.’ Nada debe faltar, y la
criatura debe podernos decir: ‘En tu Voluntad todo es mío y todo puedo
daros, aún a Ustedes mismos.’ Así que nuestra Gloria, nuestro Amor, se
difunden en todas nuestras obras, y reuniendo todo se vierte hasta nuestro
seno divino, ¡oh, cómo es dulce oír resonar en todas las cosas: ‘Gloria, amor
a nuestro Creador!’ ¿Pero quién nos ha dado la ocasión de recibir tanta
gloria nuestra? Quien vive en nuestro Querer."
Después de esto ha agregado: "Hija mía, en cuanto la criatura llama a
mi Voluntad en sus actos, en su oración, Ella repite aquel acto y ora junto
con la criatura, y como con su Inmensidad se encuentra por todas partes, la
Creación, el sol, el viento, el cielo, los ángeles y santos, sienten en ellos
mismos la fuerza de la oración creadora, y todos oran. ¡Oh! los prodigios de
esta oración, es omnipotente, envuelve a todos, se da a todos, sólo en quien
ingrato no la quiere recibir queda sin efectos, así que mi Voluntad posee la
virtud orante y, ¡oh! cómo es bello verla orar en su modo divino y con su
3029
virtud creadora, que se impone sobre todos y hace orar a todos, esta plegaria
se impone sobre nuestros atributos divinos y nos hace verter lluvia de
misericordia, de gracias, de perdón y de amor. Basta decir que es oración
nuestra, para decir: ‘Todo puede dar’.
Ahora, tú debes saber que la criatura, haga o no haga nuestra
Voluntad, viva o no viva en Ella, está en su Inmensidad, más bien es Vida de
su vida y acto de sus actos, y la asiste continuamente con su acto creante y
conservante, pero quien vive en Ella siente su Vida, su Potencia, su Santidad
y, ¡oh, cuánto la ama! Sucede a esta criatura como al pez que está en el mar
y lo conoce, siente este mar divino que le hace de lecho, la lleva en los
brazos de sus aguas celestiales, la alimenta, la hace caminar en su mar, la
recrea, la embellece, y si quiere dormir le forma el lecho en el fondo de su
mar para hacer que ninguno la despierte, es más, duerme junto con ella. Es
tanto el Amor de mi Voluntad por quien está en su mar y conoce que está
dentro, que hace en esta criatura todas las artes que quiere hacer: Si quiere
pensar, piensa en ella; si quiere mirar, mira en sus ojos; si quiere hablar,
habla y la tiene en continua comunicación, y le dice tantas maravillas de
nuestro eterno Amor; si quiere obrar, obra; si quiere caminar, camina; si
quiere amar, ama. Mi Fiat tiene siempre qué hacer con esta criatura, y ella
no solamente lo reconoce sino que no lo deja jamás solo, se profundiza más
en su mar, porque sabe que si sale pierde la vida, le sucedería como al pez,
que si sale del mar pierde la vida. Estas criaturas que viven en nuestro
Querer son nuestros habitantes celestiales, y con su amor se deleitan en
formar las olas en nuestro mar para recrearnos y felicitarnos. En cambio
quien está en la Inmensidad de nuestro mar y no nos conoce, nada siente de
todo esto, no sienten nuestras premuras paternas que las estrechan al seno,
viven en nuestro mar como si no vivieran, son muy infelices, como si no
fueran hijos nuestros, viven como extraños, y Nosotros no siendo conocidos,
estamos obligados por su ingratitud a no decirle ni siquiera una palabra y a
retener reprimidos en nuestro seno los bienes que debíamos dar. El ver a
nuestros hijos pobres, desemejantes de Nosotros sólo porque no nos
conocen, es un dolor para Nosotros, y si diéramos sería como dice el
Evangelio: ‘No den las perlas a los puercos, porque no conociéndolas las
ensuciarían y las pisarían bajo sus pies.’ Por eso el conocimiento hace
conocer donde estamos, con quién estamos, qué podemos recibir y qué
debemos hacer. Así que, quien no conoce es el verdadero ciego; por cuantos
bienes se le pongan a su alrededor, él no ve nada y es el vagabundo de la
Creación."
3030
Julio 11, 1938
Cómo el verdadero amor, lo que quiere uno lo quiere el otro.
Cada acto de Voluntad Divina es un camino que se abre entre
el Cielo y la tierra. El Fiat de Dios en la criatura.
Estoy siempre entre los brazos del Querer Divino, y mientras escribía
sentía el peso del gran sacrificio de escribir, y lo ofrecía a mi amado Jesús
para obtener que la Divina Voluntad sea conocida, deseada y amada por
todos. ¡Oh, cómo quisiera dar mi vida para poderla hacer conocer por todos!
Y como me sentía sufriente, con trabajo continuaba escribiendo, y mi dulce
Jesús para fortificarme me ha dicho:
"Hija mía bendita, ánimo, Yo estoy contigo, y es tanta mi
complacencia mientras escribes, que en cada palabra que escribes te doy un
beso, un abrazo, una Vida Divina mía por don, ¿y sabes por qué? Porque
veo copiada en estos escritos nuestra Vida de eterno Amor, la copia de
nuestra Divina Voluntad Obrante, y además, nuestro Amor reprimido por
casi seis mil años que se desahoga, que tiene sus refrigerios a nuestras
llamas, que hace conocer cuánto ama a la criatura, y que la ama tanto que
quiere darle su Voluntad como vida, y esto para que podamos decir tanto Yo
como la criatura: ‘Lo que es mío es tuyo.’ El verdadero amor solamente
está contento cuando puede decir: ‘Nos amamos con un amor igual, lo que
quiero Yo lo quiere ella.’ Si hubiera disparidad de amor volvería infeliz al
amor del Uno y del otro, y si el Uno quisiera una cosa, y el otro quisiera otra
distinta, la unión, el amor cesarían. Entonces, como mi Amor es verdadero
amor, y sabiendo que la criatura posee amor y voluntad finitas, le doy mi
Amor y Voluntad infinita y así podemos decir: ‘Nos amamos con un solo
Amor, tenemos una sola Voluntad.’ Si el uno no llega a ser voluntad del
otro, el verdadero amor no existe, ni posee la fuente. Por lo tanto deberías
estar contenta por el sacrificio que haces de escribir, sabiendo que sirve al
desahogo de mi Amor por tantos siglos reprimido y para el refrigerio de mis
llamas, que son tantas, que me hacen llegar al delirio; por eso amémonos con
un solo amor y digamos juntos: ‘Lo que quieres tú, quiero yo.’ Di, Jesús,
mi voluntad piérdela en la tuya, y dame la tuya para vivir."
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Después de que los dos hemos declarado querer vivir con un solo
Querer, mi amado Jesús ha agregado con más ternura:
"Mi buena hija, tú debes saber que cada acto hecho en mi Querer, es
tanta su potencia, que abre un camino para el Cielo, para sí mismo y para los
demás que vienen detrás, así que cada acto es un camino que conduce al
Cielo. Estos caminos descienden del Cielo, entrelazan la tierra, se difunden
dondequiera, y para cualquiera que quiera entrar se hacen caminos seguros y
conductores seguros que lo guían hasta el seno de su Creador. Mira
entonces qué cosa es un acto hecho en mi Voluntad, es un camino de más
que se abre entre el Cielo y la tierra. Cómo es bello el vivir en mi Querer,
no sólo es un camino, sino que en cuanto el alma está por hacer su acto, el
aliento divino desciende en su acto y dándoselo llena todo lo creado con su
aliento Omnipotente, y todos sienten el refrigerio, el Amor, la Potencia del
aliento creante, que tiene poder de encerrar a todos y a todo,
embalsamándolos con su aire divino y celeste.
Mi Voluntad, obrante tanto en Nosotros mismos como en la criatura,
debe obrar prodigios, pero tanto, que debe poder decir: ‘Soy un acto divino,
puedo hacer todo.’ Así que no hay honor más grande que podamos darle, ni
Nosotros recibir gloria que más nos glorifique, nos felicite y nos vuelva
gloriosos y triunfadores por parte de las criaturas, que hacer obrar a nuestra
Voluntad en sus actos; nos sentimos encerrados en el acto de ellas mientras
quedamos libres, y obrar en el cerco humano como sabemos obrar como
Dios. Hacer esto es para Nosotros un amor exuberante, amamos nuestro
acto en el cual vemos desarrollar nuestra Potencia y Belleza inaccesible,
nuestra Santidad, Amor y Bondad, que cubren todo, besan y se abrazan con
todos, porque quisieran transmutar a todos y a todo en nuestras dotes
divinas. ¿Cómo no amar un acto tan grande? Amamos a aquélla que nos ha
llamado y nos ha prestado su acto para hacernos hacer un acto tan grande.
¿Cómo no amarla si nos ha servido como portadora para obrar tantas
maravillas nuestras? ¿Qué cosa no daremos a ella, y quién podría negarle
algo? Basta decirte que quien vive en nuestro Querer deja atrás a todos, es
la primera en la santidad, en la belleza, en el amor; sentimos nuestro eco,
nuestro aliento en el suyo; ella no ruega, sino que toma lo que quiere de
nuestros tesoros divinos, por eso, lo que más te debe interesar es vivir en
nuestro Querer Divino."
Después de esto ha agregado: "Hija mía, nuestra Voluntad circula en
todas las cosas creadas como sangre en las venas. El acto primario, el
movimiento, el calor, es siempre suyo, pero si encuentra una criatura que la
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reconozca y viva en Ella, mientras continúa circulando en todo, en esta
criatura se detiene y forma su apoyo para obrar sus maravillas, y mientras
con su Potencia e Inmensidad no deja a ninguno, con esta criatura abre sus
comunicaciones, porque tendrá oídos para escucharla, inteligencia para
comprenderla, corazón para recibirla y amarla. En ésta hará el depósito de
sus gracias, de sus finezas de amor. La voluntad humana que vive en Ella le
servirá como espacio donde continuar su acto obrante, en ella formará su
centro, su estancia divina y su desahogo de amor continuo, y conforme haga
sus actos en mi Querer, así renace en Dios y Dios en ella, y estos
renacimientos hacen surgir nuevos horizontes, cielos más bellos, soles más
refulgentes, nuevos conocimientos divinos. Cada acto de más que hace en
mi Querer, nos sentimos más llevados a hacernos conocer, sentimos más
confianza de confiarnos a ella, porque estando nuestra Voluntad en ella
sabrá custodiar con mucho cuidado lo que le decimos y lo que le damos, y
por eso en cada renacimiento, renacerá a nuevo amor, a nueva santidad, a
nueva belleza. Así que mirándola, en el delirio de nuestro Amor le decimos:
‘Nuestro Querer te hace siempre más bella, más santa, y por cuanto más
estás en Ella, tanto más creces y renaces en nuestro Ser Divino. Cada acto
de más que haces, nuestra Voluntad se impone sobre Nosotros para hacernos
darte de lo nuestro, decirte nuevos secretos y hacerte nuevos
descubrimientos de nuestro Amor. Si no diéramos siempre a esta criatura
nos sentiríamos faltar el movimiento a nuestra Vida Divina, lo que no puede
ser; y ella tampoco podría estar si no recibe, se sentiría faltar el alimento del
amor, las ternuras de su Padre Celestial. Por eso sé atenta y reconoce que
eres llevada por los brazos de nuestra paternidad divina."
Julio 18, 1938
Cómo es bello ver a la criatura en la Divina Voluntad.
Cómo las cosas creadas la esperan para amar a su Creador.
El Amor exuberante de Dios para quien vive en Ella.
Mi vuelo en el Querer Divino continúa, su Potencia e Inmensidad sienten
como la necesidad de la compañía de su amada criatura para llevarla a todaspartes donde Él se encuentra, y conforme encuentra sus obras la detiene para
decirle la diversa historia que cada obra posee, y la diversidad de Amor con
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el cual están animadas; y se deleita tanto en el hacer conocer la fuente, la
especialidad de sus obras, que no sólo hace don de sus obras a quien lo
escucha, sino que festeja junto con ella sus obras. Ahora, mientras mi mente
era sorprendida y arrebatada, mi siempre amable Jesús, sorprendiéndome me
ha dicho:
"Hija mía bendita, no hay encanto más bello, que más deleite a nuestro
Ser Supremo, que ver entrar a la criatura en nuestra Voluntad. Esta criatura
conforme entra, nos toma como en sus brazos y se reviste por dentro y por
fuera de nuestro Ser Divino, y Nosotros para corresponderle la tomamos en
nuestros brazos para gozárnosla, y ¡oh! cómo es bello verla, pequeña pero
bella, pequeña y potente, pequeña y sabia, pequeña y fuerte, tanto, de poder
llevar a su Creador; no hay cosa en la cual no nos semeje; así que con sólo
entrar en nuestro Querer adquiere y se viste de nuestras cualidades divinas, y
con derecho dado por Nosotros domina sobre todo, se da a todos, ama a
todos y quiere ser amada por todos, y quiere que todos nos amen. Ver a una
criatura que quiere que todos nos amen es nuestra alegría más pura, más
bella, más grande, propiamente oímos nuestro eco, que queremos que todos
nos amen y amamos a todos; y si muchos no nos aman, nos sentimos
ofendidos y robados nuestros derechos de Creador, de Padre que ama mucho
a sus hijos. Así que nos sentimos retratados por esta criatura, encontramos
en ella nuestras mismas locuras de amor, ¿cómo no amarla? Por eso a ella
nuestro primer beso, nuestros abrazos, las estratagemas de amor que le
hacemos son inauditas, y por cuánto más la amamos, más queremos amarla."
Jesús ha hecho silencio, y después ha agregado:
"Hija mía, todas las cosas creadas te esperan, ¿pero sabes por qué?
Porque sienten, en virtud de mi Fiat del cual todas están animadas, la unión,
la inseparabilidad contigo, y como a la criatura le es dada la supremacía
sobre todo, te esperan en medio de ellas a fin de que junto con ellas nos
glorifiques, nos ames, todo según el oficio que cada una de las cosas tiene
para darnos. Cada una de las cosas creadas posee la plenitud del propio
bien: El sol posee la plenitud de la luz, y cada acto de luz que emite, cada
efecto y bien que hace salir de su seno de luz, es una continua sonatina de
gloria, de amor que nos da, pero no nos la quiere dar por sí solo, sino que
quiere junto a aquella criatura por la cual ha sido creado, y sólo quedamos
verdaderamente amados y glorificados cuando la criatura animada por
nuestra Voluntad, corre en aquel acto de luz y nos ama, y nos glorifica con
amor y gloria de luz; vemos realizada nuestra finalidad, la causa por la cual
creamos la luz, encontramos a la criatura que, escondida en aquella luz, nos
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ama con la plenitud de la luz y del calor; encontramos en ella amor que nos
hiere, amor que nos endulza, amor que dice siempre amor; por eso dábamos
a la criatura un sol en su poder, para que nos amase. Si no la encontramos
en las cosas creadas no estamos contentos, ellas se vuelven como
instrumentos sin sonido y sin vida, a lo más nos amamos y nos glorificamos
Nosotros mismos en ellas, pero no es la criatura que nos ama y nos glorifica,
y entonces nuestra finalidad queda malograda. Te espera el viento, a fin de
que tu voz corra en sus gemidos, para oír tu amor gimiendo hacia su
Creador, ¡oh, cómo se siente honrado cuando ve que en la impetuosidad del
viento, tu amor impetuoso, casi imperante hacia Aquél que lo ha creado y
cuando ve sus oleadas, sus alientos investidos por tu te amo; y mientras nos
sentimos soplar de amor por ti, Nosotros te damos nuestro aliento de amor
para ser más amados. Te espera el aire que todos respiran, a fin de que
quede animado con tu voz, y en cada respiro que las criaturas reciban,
reciban el ‘te amo’ de su Creador, y en cada respiro que emitan corra tu ‘te
amo’ para traernos en el regazo de tu ‘te amo’ todas las vidas y respiros
cambiados en tantas voces de amor. Todos te esperan para recibir la nueva
vida de amor de la cual es portadora el alma que vive en mi Querer, también
los santos, los ángeles, la misma Reina del Cielo te esperan para recibir la
frescura, la alegría del amor obrante de la criatura, que si bien vive en la
tierra, pero vive en aquél mismo Querer con el cual ellos viven, para ser
como regados por el amor de esta feliz criatura; sienten el nuevo Amor del
cual mi Querer la ha llenado, que invistiendo a todos sienten la alegría del
Amor conquistante del cual es portadora. ¡Qué orden, qué armonía hija mía
pone quien vive en mi Voluntad entre el Cielo y la tierra! Todos sus actos,
movimientos y pensamientos se cambian en voces, en sonidos, en armonías,
que invistiendo todas las cosas creadas hacen decir a todas ellas que nos
aman, y mientras Nosotros quedamos amados, junto con Nosotros quedan
todos amados con nuevo amor. Todo el Cielo queda embelesado al ver las
maravillas, el dulce encanto de quien vive en nuestro Fiat Divino.
Ahora, tú debes saber que mi Amor no está contento si no hago y doy
nuevas sorpresas de amor a quien vive en mi Querer, si no agrego cosas
nuevas para hacerlas conocer, así que escucha hija mía cuánto te he amado:
Mi Padre Celestial me generaba, y Yo lo amaba, y en aquél Amor te amaba
también a ti, porque mi Voluntad te llevaba siempre presente. Yo Genero
continuamente, y del arrebato e ímpetu de nuestro Amor de Padre e Hijo
Procedió el Espíritu Santo, y en aquel arrebato te amé también a ti con Amor
continuo. Creé toda la Creación, y en cada cosa que creaba, primero te
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amaba a ti y después la creaba y la extendía a tu servicio. También en el
amor entre Yo y mi Mamá Celestial te amé, y ¡oh, cuánto te amé al
encarnarme en su seno virginal! Te amé en cada respiro, en cada
movimiento, en cada lágrima, mi Voluntad te hacía presente para que te
amase y tú recibieras como don mío mi respiro, mis lágrimas, mi
movimiento. Ha llegado a tanto mi Amor por quien debía vivir en mi
Querer, que también cuando hacía gracias a mis santos y los amaba, en aquel
Amor ella venía encerrada. Puedo decir: ‘Te he amado siempre, te he
amado en todos y en todo, te he amado en todos los tiempos, en todo lugar,
te he amado dondequiera y por todas partes.’ ¡Oh! si todos supieran lo que
significa vivir en mi Querer, los mares de amor y de gracias de los cuales
son inundados; un Dios que los ama con Amor siempre nuevo; entonces, así
como en nuestro Ser Divino podemos tener nuestra pasión divina y
predominante, que es el que la criatura viva en nuestro Querer, así también
se volvería su pasión predominante, y a cualquier costo pondrían su vida
para vivir en aquel Fiat que tanto los ama."
Julio 24, 1938
Diferencia que hay entre la Voluntad Divina y el Amor.
Quien vive en el Divino Querer recibe el depósito del amor
de todas las cosas creadas, y forma el apoyo a los actos
de Nuestro Señor. Llamado a todos.
Me siento investida por el Fiat, me parece que me llama en todas las
cosas creadas para darme su Amor y así poderlo amar de más. Pero pensaba
entre mí: "¿Qué diferencia hay entre el Amor y la Divina Voluntad?" Y mi
adorable Jesús repitiéndome su breve visita, todo bondad me ha dicho:
"Hija de mi Voluntad, mi Voluntad es vida, mi Amor es alimento. La
vida no puede estar sin el alimento, y si existiese el alimento sin la vida que
lo toma, se volvería inútil, y Dios cosas inútiles no sabe hacer. La vida hace
surgir el alimento, así que la una y el otro se vuelven necesarios. La vida no
puede formarse, ni crecer, ni desarrollar sus obras grandes sin alimentarse; el
alimento quedaría sin obras, sin dar de sí en cosas maravillosas si no tuviese
una vida que lo recibe. Además de esto, mi Voluntad es luz, el Amor es
calor, inseparables entre ellos, no puede estar la luz sin el calor, ni el calor
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sin la luz, parece que sean gemelos, nacidos en un parto, sin embargo la
primera en nacer es la luz y después surge el calor, así que el calor es hijo de
la luz. Así mi Voluntad tiene su acto primero, el Amor es su hijo predilecto,
su primogénito inseparable. Si mi Voluntad no quiere, no se mueve, no
quiere obrar, entonces el Amor se está escondido dentro de su Mamá sin
hacer nada; en cambio, si mi Voluntad quiere obrar, el Amor corre, vuela, es
todo ojo, movimiento, obras y pasos, sin cansarse jamás. Así también en la
criatura, si se hace mover por mi Voluntad tendrá verdadero amor, será
firme, constante e irremovible en el bien; pero si no está animada por Ella,
su amor será un amor pintado, sin vida, inconstante; pobre amor, donde no
está la Vida de mi Voluntad, el bien, las obras que hará estarán expuestas al
frío intenso, a las heladas nocturnas, al sol ardiente, los cuales tienen virtud
de quemar y hacer secar las obras más bellas. Mira entonces hija mía la
diferencia entre mi Voluntad y el Amor, no puede nacer el hijo sin la madre,
por eso lo que más te debe importar es el poseer su Vida si no quieres ser
estéril en el bien, sin generación, para poder poblar Cielo y tierra."
Después de esto ha agregado: "Hija mía bendita, el vivir en mi
Voluntad Divina pone orden a todo y hace conocer el bien que todas las
cosas creadas poseen, el amor con el cual están investidas y cómo se
derraman sobre la criatura para hacerla amar por cada uno de los amores
distintos que cada una de las cosas creadas posee. Así que encontramos en
quien vive en nuestro Fiat Divino, el Amor con el cual creamos y
extendimos el cielo, y la multiplicidad de nuestro Amor distinto con el cual
lo adornamos de estrellas, cada estrella es un Amor distinto, y lo vemos
sellado en la criatura, la cual amándonos con tanta diversidad de Amor por
cuantas estrellas hay, sentimos coronar a nuestro Amor inmenso e infinito
con la corona del amor de la criatura. ¡Oh, cómo quedamos contentos al
encontrar en ella su amor que corona el nuestro! Y para corresponderle
duplicamos nuestro Amor en ella para hacernos amar de más, a fin de que
supere al cielo con todas sus estrellas en el amarnos. Encontramos en ella el
amor con el cual creamos el sol; el sol es uno, pero la multiplicidad de los
efectos y bienes que produce es innumerable, cada efecto es un amor
distinto, puede ser un beso, una caricia de luz que da el Creador a su
criatura, un abrazo de amor, tantos actos de vida que hacemos surgir de
dentro de aquellos efectos, que se pueden llamar alimentos con los cuales
viven las criaturas; y Nosotros encontramos en quien vive en nuestro Querer
el Amor y la multiplicidad de los efectos con los cuales creamos al sol, y
¡oh! cómo nos sentimos restituir el amor, los besos, los abrazos, la
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multiplicidad de los efectos de amor que posee la luz, y nos sentimos
coronar nuestra Luz inaccesible con la corona de luz de amor de la criatura.
¿Qué cosa no nos hace encontrar nuestra Voluntad en quien vive en Ella?
Nos hace encontrar el Amor con el cual creamos el viento, el aire, el mar, la
florecita del campo, a todo y a todos, y ella nos da nuevamente este amor, es
más, nos lo duplica y Nosotros duplicamos el Amor con el cual creamos
todas las cosas creadas. Nuestro Amor hace fiesta, se siente amado,
correspondido y prepara nuevas sorpresas de amor y forma la creación
obrante en la criatura. Este Amor vincula todo, Cielo y tierra, corre
dondequiera y se pone como cemento para restablecer la inseparabilidad
entre Dios y la criatura, la cual había sido rota por la falta de amor entre
Dios y la criatura.
Ahora, es tanto mi Amor por quien vive en mi Querer Divino, que lo
que hago Yo se lo hago hacer a ella, le doy el derecho sobre mis actos como
si fueran suyos, y estoy esperando con ansia que tome mis pasos para
hacerla caminar, que tome mis manos para hacerla obrar, mi voz para
hacerla hablar, tanto, que si alguna vez deja de servirse de Mí, mi Amor le
reprocha dulcemente y con ternura indecible le digo: ‘Hoy no me has hecho
caminar, mis pasos estaban esperándote para caminar en ti, y tú me los has
dejado parados; hoy mis obras están suspendidas, porque tú no me has dado
el espacio para obrar en tus manos; hoy he estado siempre en silencio,
porque no me has hecho hablar en tu voz; mira, también mis lágrimas las
tengo sobre mi rostro, porque tú no me las has quitado para servirte de ellas
para lavarte, para refrescarte en mi Amor y para hacer con ellas un baño para
quien me ofende, y Yo por eso me siento aún el rostro bañado en llanto; hoy
mis penas están sin los besos y los alivios de quien me ama, y por eso me las
siento más encrudecidas.’ Por eso tómame todo, no me dejes nada, hazme
apoyar mi Ser con todos mis actos sobre de ti y sobre todos tus actos, y así te
llamaré mi apoyo, mi refugio. Pondré en ti, en el banco de mi Voluntad que
reina en ti, todo lo que hice y sufrí estando en la tierra, lo multiplicaré, lo
centuplicaré, lo haré resurgir continuamente a nueva vida, a fin de que tomes
para ti lo que quieras, y me des a todos para que todos me conozcan y me
amen. Debes saber que en cuanto la criatura entra en mi Voluntad para
hacer sus actos, hace el llamado a todas las cosas creadas, a los santos y a los
ángeles, a fin de que todos sean encerrados en aquel acto, y ¡oh! cómo es
bello sentir en aquel acto que todos me aman, que todos me reconocen y
adoran, que todos hacen la misma cosa. Mi Voluntad llama a todos, se
impone sobre todos, y todos quedan felicitados, honrados de ser encerrados
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en aquel acto hecho en el Querer Divino, para amar con nuevo amor y con el
amor de todos a Aquél que tanto los ama."
Julio 30, 1938
En el Cielo hay innumerables mansiones. Cada uno de
los bienaventurados tendrá un Dios para sí, todo suyo.
Cómo Jesús nos ama en todas las cosas creadas.
Espontaneidad de Jesús en las penas.
Mi pobre mente es frecuentemente investida por el arrebato del Amor
del Querer Divino, sus maravillas son siempre sorprendentes, la una más
bella que la otra, y mi amable Jesús, sorprendiéndome con su breve visita,
con un amor que raptaba mi pequeña alma me ha dicho:
"Mi pequeña hija de mi Voluntad, los prodigios, las maravillas, las
escenas encantadoras que hago en quien vive en mi Querer, son múltiples y
tan bellas y encantadoras, que a ninguno le es dado el imitarlas. Tú debes
saber que en el Cielo hay innumerables habitaciones, pero aquéllas
preparadas a las almas que han vivido en mi Querer sobre la tierra serán las
más bellas, y distintas de las otras, poseerán armonías y escenas divinas
encantadoras, alegrías siempre nuevas que surgirán del fondo de mi
Voluntad en la cual han vivido, tendrán en su poder alegrías y felicidad
siempre nuevas, y por cuantas quieran tantas formarán, porque mi Fiat tiene
virtud de crear siempre nuevas alegrías, estas habitaciones serán el nuevo
encanto de aquella celestial morada.
Ahora quiero decirte otra sorpresa más bella aún, en el Cielo cada uno
de los Bienaventurados me tendrá dentro de sí como su Creador, Rey, Padre
y Glorificador, me tendrá fuera de sí, propiamente junto a él, en modo de
sentirse llevar en mis brazos; amaremos juntos, nos felicitaremos juntos, no
seré un Dios para todos, sino un Dios para cada uno, más bien me tendrá
bilocado dentro y fuera de él; Yo los poseeré dentro y fuera de Mí, y ellos
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me poseerán dentro y fuera, como si fuera solamente para cada uno. Si fuera
un Dios para todos no sería plena la felicidad, quien estaría cercano, quien
lejano, quien a la derecha, quien a la izquierda, por lo tanto, quien gozaría
mis caricias, quien no, quien se sentiría más amado por mi cercana
presencia, y quien no. En cambio, con el tenerme cada uno dentro y fuera de
sí, no nos perderemos jamás de vista, gozaremos el amor cercano, no lejano;
por cuanto nos hayamos amado y conocido en la tierra, más nos amaremos
en el Cielo. Y además, lo que daré a quien ha vivido en mi Querer en la
tierra será tan grande, que todos los Bienaventurados gozarán doble
felicidad. Es verdad que tengo mi trono de donde salen mares de alegría
para anegar a toda la patria celestial, pero mi Amor no está contento si no
me biloco y desciendo a estar al tú por tú con mi amada criatura, para
amarnos de más y gozárnosla juntos; y además, ¿cómo poder estar lejano de
quien vive en mi Querer, si entre ella y Nosotros se forma la inseparabilidad
de Voluntad y de Amor? ¿Cómo poder estar lejano, aun un solo paso, si uno
solo es el amor con el cual nos amamos y una la Voluntad con la cual
obramos? Es más, tú debes saber que quien vive en nuestro Querer es
inseparable de todos, aun de las mismas cosas creadas. En cuanto la criatura
hace su acto en mi Querer, llama y abraza a todos, encierra a todos en su
acto, se impone sobre todos para hacer que todos hagan lo que ella hace. Es
por eso que en un acto hecho en mi Querer Yo recibo todo, aun mi misma
Creación para amarme y glorificarme."
Después de esto ha agregado: "Hija mía, Yo hago como un rey que
tiene muchas reinas, que se aman con un amor tal, que el uno no puede estar
sin la otra; este rey forma tantos palacios suntuosos, pone dentro de ellos
música, las escenas más encantadoras para volver felices a sus reinas y a él
junto con ellas; después me biloco para cada una de ellas, de modo que todas
me poseen y son felicitadas por mi posesión. El rey no puede bilocarse para
hacer felices a sus reinas, y se debe contentar con estar ahora con una, ahora
con otra, y esto ya vuelve infeliz su amor, y son tiranizados por un amor
dividido y que no se goza por siempre; y si Yo no tuviese virtud de darme a
cada una como si fuese solamente para ella, mi Amor me volvería infeliz al
dejar a la criatura aun un solo instante sin Mí. En cambio, Yo soy Rey que
cortejo siempre a mis reinas, y ellas me cortejan a Mí; si esto no fuera así
faltaría en la morada celestial la plenitud de la felicidad."
Después continuaba mi giro en el Fiat Divino, y me he detenido en lo
que hizo Jesús cuando estuvo sobre la tierra, y mi dulce Jesús ha agregado:
3040
"Hija mía, para quien vive en mi Querer y me ama, me pesa el
silencio, mi Amor quiere siempre decir y descubrir hasta donde llega Él, y
en cuantos modos la he amado. Ahora, tú debes saber que estando Yo sobre
la tierra, no había cosa que hacía en la cual no buscara a mis amadas
criaturas, las besaba, me las estrechaba al corazón, las miraba con ternura
paterna, así que si me encontraba con el sol, Yo encontraba en su luz a mis
amadas criaturas, porque habiéndolo creado para ellas, ellas con derecho
señoreaban en su luz; no se puede decir que se es dueño de un bien si no se
posee y se está dentro, por lo tanto Yo encontraba en el sol a mis criaturas,
me las besaba, las abrazaba y estrechaba al corazón, y como también las
tenía dentro de Mí, me las besaba fuera y dentro de Mí, estrechándolas tan
fuerte, de fundirlas con mi misma Vida. Si me encontraba en el viento,
corría a besarlas; si bebía el agua, también en ella las encontraba, y ¡oh! con
cuanto amor las miraba y las besaba; también en el aire que respiraba las
encontraba a todas, sentía su respiro y en cada respiro eran besos y amor con
los cuales las sellaba. Por eso en cada cosa creada, en el cielo estrellado, en
el mar, en las plantas, en las flores, en todo me encontraba con mis amadas
criaturas para duplicarles mi Amor, para hacerles fiestas, para abrazarlas
nuevamente y decirles: ‘Ha terminado vuestra infelicidad porque he venido
del Cielo a la tierra para volveros felices, soy Yo que he tomado vuestra
infelicidad sobre de Mí, pueden estar seguras, y además, un Dios que os ama
será vuestra fortuna, vuestra defensa, vuestra potente ayuda.’ Y además, la
más bella característica de mi Amor es la espontaneidad, tan es así, que las
mismas penas que me dieron en la Pasión, primero las formaba en Mí
mismo, las amaba, las cubría de besos y después las ponía en las mentes de
las criaturas para que me las hicieran sufrir a mi Humanidad; no hubo pena
que las criaturas me dieran que no hubiese sido primero querida por Mí, en
orden secundario vinieron las criaturas, por eso mis penas estaban
empapadas por mi Amor, cubiertas por mis besos ardientes y poseen la
virtud creadora para hacer resurgir a las almas a amarme. El verdadero amor
se ve por la espontaneidad, un amor forzado no se puede decir verdadero
amor, pues pierde la frescura, la belleza, la pureza y, ¡oh, cómo se vuelven
infelices en los sacrificios, inconstantes, y mientras parece que aman, como
es forzado, o por necesidad, o por personas de las que no pueden librarse, se
sienten infelices y amargadas. Un amor forzado vuelve esclavas a las pobres
criaturas, en cambio mi Amor fue libre, querido por Mí, ni Yo tenía
necesidad de ninguno. Amé, me sacrifiqué hasta dar la Vida, porque quise y
amé. Por eso cuando veo en el alma un amor espontáneo, me rapta y digo:
3041
Mi Amor y el tuyo se dan la mano, por lo tanto podemos amarnos con un
solo amor."
Después de esto ha agregado: "Hija mía, quien vive en mi Voluntad
viene custodiado en mi estancia divina, posee todos nuestros bienes, la
Fuerza, la Luz están en su poder; en cambio quien hace mi Voluntad se
forma el camino para llegar a entrar en Ella, ahora, en el camino hay
peligros, debe estar expuesto al calor y al frío excesivo, no encontrará el
agua para beber, alimentos buenos para nutrirse, un lecho para reposar, se
puede decir que será un pobre caminante que no llegará jamás a su
habitación. Qué diferencia entre quien vive en mi Querer y quien hace mi
Voluntad, pero sin embargo es necesario formarse el camino, esto es, vivir
resignado, hacer mi Voluntad en todas las circunstancias de la vida, para
poder llegar a vivir en mi Querer, donde encontrará su estancia divina, el
centro de su reposo, el exilio cambiado en patria."
Agosto 6, 1938
Intercambio de vida entre la Voluntad Divina y humana.
Victoria de Jesús. No hay ofensa mayor que sustraerse de la
Divina Voluntad. La Creación hablante. El latido y el respiro
divino. Necesidad de Dios de hablar con la criatura.
Siento la necesidad de darme continuamente a la Divina Voluntad, soy
la pequeña niña que busco el seno de mi Madre para refugiarme en Ella, para
estar al seguro y toda abandonada en sus brazos. Pero mientras esto
pensaba, mi amado Jesús visitando mi pequeña alma, todo bondad me ha
dicho:
"Mi pequeña hija de mi Querer, tú buscas tu refugio en Mí y Yo busco
mi refugio en ti, para gozarme a mi criatura y reposarme en ella, a fin de que
su amor me tenga defendido de todas las ofensas de las criaturas. Debes
saber que cada vez que la criatura entra en mi Voluntad para hacer sus actos,
tantas veces le doy mi Vida Divina, y ella tantas veces me da su vida
humana, así que ella queda dotada de tantas Vidas Divinas por cuantos actos
ha hecho en mi Voluntad, y Yo quedo honrado, glorificado, circundado por
tantas vidas humanas, porque un acto en mi Voluntad debe ser completo; Yo
me doy todo, no me reservo nada de mi Ser Supremo, y ella me da todo de
3042
su ser humano. Entonces, ¿cuál no será el bien que recibe la criatura con
poseer tantas Vidas Divinas mías? Y conforme va repitiendo sus actos,
tantas Vidas mías se agregan, y le doy virtud de bilocar su vida para poder
decir: ‘¡Por cuantas Vidas mías le he dado, tantas me ha dado!’ Puedo decir
que solamente entonces encuentro todo mi contento, cuando a cada instante
veo darme la vida de ella, para poder dar la mía. Ver que la criatura me da
su voluntad humana es mi más grande triunfo, y llevado por el amor canto
mi victoria, victoria que me cuesta mi Vida y la espera de cerca de seis mil
años, en los cuales he suspirado con tantas ansias y suspiros amargos y
ardientes el retorno de la voluntad humana en la mía, por eso, habiéndolo
obtenido, siento la necesidad de reposarme y cantar victoria. Así que no hay
alegría más bella que la criatura pueda darme que vivir en mi Voluntad, ni
puede haber dolor mayor que pueda darme que sustraerse de Ella, porque
entonces me siento ofendido en todas las cosas creadas, porque dondequiera
y por todas partes se encuentra mi Querer, y Yo siento que me llega la
ofensa en el sol, en el viento, en el cielo, y hasta dentro de mi seno. ¡Qué
dolor el ver el gran don de la voluntad humana que di a la criatura, que debía
servir para intercambio de Amor y de Vida entre Yo y ella, convertido en
arma asesina para ofenderme! Ahora, quien viene a vivir en mi Voluntad es
la medicina, el bálsamo, el opio que me hace desaparecer este dolor tan
duro. ¿Cómo no debo darme todo Yo mismo en su poder, y darle lo que
quiere?"
Después ha agregado: "Es tanto mi Amor por quien vive en mi Fiat,
que en cuanto la criatura siente la necesidad de respirar, de alimentarse, de
moverse, así Yo siento la necesidad de formar una sola Vida con ella, porque
mi Voluntad, como la criatura vive en Ella, me la hace respiro mío, latido
mío, movimiento mío, alimento mío. Mira entonces cómo me es necesaria
su unión permanente conmigo y dentro de Mí; de otra manera me sentiría
faltar el respiro, el movimiento, el latido y el alimento de mi Amor por parte
de toda la Creación, ¡oh, cómo me sentiría mal, porque quien vive en mi
Querer está dentro de nuestro Ser Supremo, es la creación hablante,
moviente y palpitante, que a nombre de todas las cosas creadas nos trae el
alimento del amor que todos deberían darnos! Podemos decir que nuestro
Amor alimenta todas las cosas creadas, por eso sentimos la necesidad de
recibir la correspondencia de amor para no quedar en ayunas, y sólo quien
vive en nuestro Querer, que abraza todo y nos ama en todo, puede darnos la
correspondencia de alimentarnos con su amor. ¡Cómo es bello ver a la
criatura recoger nuestro Amor esparcido por toda la Creación, y también
3043
nuestro Amor que no ha sido tomado por la ingratitud humana, y nos lo trae
para darnos el alimento del amor a nombre de todo y de todos! Ella forma el
encanto a todo el Cielo, y Nosotros la llamamos nuestra bienvenida, la
portadora de todas nuestras obras, la correspondencia de nuestro Amor, en la
cual podemos repetir nuestras maravillas."
Después, con un afecto más tierno ha agregado:
"Hija mía, es tanto nuestro Amor por quien vive en nuestro Fiat
Divino, que una mamá puede estar, le resulta más fácil, el separarse de su
hija que a Nosotros, Nosotros no lo podemos, porque nuestra Voluntad la
une, la transforma en Nosotros, le hace querer lo que Nosotros queremos y
hacer lo que hacemos. En cuanto entra en Ella, así la transporta dondequiera
y le da el puesto en todas las cosas creadas para tenerla por todas partes y
dondequiera, siempre junto, unida con Ella y decirle en cuántos modos la he
amado; estar sin ella nos resulta imposible, deberíamos separarnos de
nuestra Voluntad para hacerlo, pero esto no lo podemos hacer, por
consiguiente le doy el puesto en el cielo estrellado y, ¡oh, cómo es bello
tenerla junto conmigo en esa bóveda azul, en la interminable extensión de
cielo que no se ve punto donde termina, y le digo la historia de nuestro
eterno Amor, que no tiene principio, ni puede tener fin, ni puede sufrir
cambios! Y como nuestro Amor no cesa jamás, tomamos a la criatura por
todos lados, por encima, por debajo, a la derecha, a la izquierda, para
adornarla con nuestro Amor. Y así como el cielo esconde y cubre el mundo
entero bajo su bóveda adornada de estrellas para tenerlo defendido y
cubierto, así nuestro Amor Inmutable, más que cielo, tiene cubiertos y
escondidos a todos en el cielo de nuestro Amor. Sentimos la necesidad de
decir a la criatura cuánto y en cuántos modos la amamos; amarla y hacerle
conocer cuánto la amamos para hacernos amar forma el refrigerio de nuestro
Amor, y ella, amándonos, si bien es pequeña, pero nos sentimos dar un cielo
de amor, y con sus actos repetidos de amor nos sentimos como adornar por
tantas estrellas que nos llueven encima: ‘Amor, amor, amor.’ Entonces
mira: Necesidad de nuestro Amor darle el puesto a la criatura en cada cosa
creada para decirle la historia distinta de Amor que cada una de ellas
contiene; le doy el puesto en el sol, y ¡oh! cuantas cosas le digo de nuestro
Ente Supremo, de nuestra Luz inaccesible que inviste todo con su Amor
ardiente, que inviste y se esconde en cada una de las fibras del corazón, en
cada pensamiento y palabra; con mi Luz embalsamo, purifico, embellezco, y
formo con mi Luz, más que sol, mi Vida de Amor en la criatura, y ella siente
mi Luz y por caminos de luz quiere entrar en los más íntimos escondites de
3044
nuestro Ser Supremo para amarnos y ser amada. Cómo es bello encontrar a
quien nos ama, nuestro Amor encuentra su refugio, su reposo, su desahogo,
su correspondencia, por eso dondequiera le damos el puesto, porque en cada
cosa creada tenemos que decirle un secreto nuestro de Amor. ¡Cuántas
cosas tenemos que decir aún, y si la criatura no vive en nuestro Querer, no
nos entenderá y nos obliga al silencio! Tú debes saber que conforme la
criatura hace sus actos en mi Voluntad, tantos soles surgen, y como un acto
en mi Voluntad es tanto, que no puede estar sin hacer bien a todos, estos
soles conforme surgen corren en medio de la gente y llevan, a quien el beso
de luz, a quien la fuerza, a quien le ponen en fuga las tinieblas, a quien le
enseñan el camino, a quien con voz fuerte de luz la llaman al bien. Un acto
en mi Voluntad no puede estar sin producir grandes bienes; como el sol que
surge en el horizonte, con su luz corre para hacerse luz de cada ojo, corre y
madura las plantas, da color a las flores, purifica el aire, se da a todos, se
puede decir que renueva y vigoriza la tierra y forma su alegría y su fiesta; así
que si el sol no saliese, la tierra se vestiría de luto y estallaría en llanto. Más
que sol es un acto en mi Voluntad, su luz corre y hace bien a todos, renueva
y vigoriza a todos en su luz, menos a aquél que no lo quiera recibir; y
aunque no lo quisieran recibir están obligados a recibir el bien de su luz,
como quien no quisiera recibir la luz del sol, está obligado por el imperio de
la luz, a sentir su calor. Tal es el imperio de un acto hecho en mi Fiat, no
puede estar si no obra prodigios de gracia y de bienes incalculables, por eso
quien vive en nuestro Querer hace todo, abraza a todos y nos da todo: Si
queremos amor nos da amor, si queremos gloria nos da gloria, si queremos
hablar tenemos quien nos escucha, y si queremos hacer obras grandes
tenemos en quien hacerlas y quien nos dará la correspondencia. He aquí por
qué te quiero siempre en mi Querer. No salgas jamás de Él."
Agosto 12, 1938
Cuando la criatura entra en el Querer Divino, el Cielo
se abaja y la tierra se eleva para darse el beso de paz.
Amor de Dios al manifestar las verdades. Cómo todas
las cosas se vuelven vida, y cómo todas las cosas creadas
son miembros de Jesús. Diversidad de amor.
3045
El Querer Divino me está siempre alrededor porque quiere investir mis
actos con su Luz para extender en ellos su Vida, me parece que está tan
atento, que llega a perseguirme de Amor y de Luz, porque quiere encerrar en
todo lo que hago su Vida. ¡Oh, cómo me siento feliz al sentirme acosada de
Amor y de Luz por el Fiat Supremo! Y mi dulce Jesús sorprendiéndome me
ha dicho:
"Hija mía, mira a que punto excesivo llega mi Amor porque quiere
que la criatura viva en mi Querer, que llego a perseguirla de Amor y de Luz.
La Luz le eclipsa todos los males, de modo que viendo sólo mi Voluntad, se
abandona en Ella y nos hace hacer lo que queremos. El Amor la halaga, la
felicita, y ella se hace vencer por Nosotros. Tú debes saber que en cuanto la
criatura entra en nuestro Querer para formar su acto, el Cielo se abaja, la
tierra se eleva y se encuentran juntos, ¡qué feliz encuentro! El Cielo
sintiéndose transportado a la tierra por la Fuerza creadora del Fiat Divino,
besa a la tierra, esto es, a las generaciones humanas, y a cualquier costo
quieren los habitantes celestiales darles lo que poseen, para contentar al
Querer Divino que los ha transportado a la tierra porque quiere reinar en
todos. Sintiéndose la tierra elevada al Cielo, los viadores sienten una fuerza
desconocida que los arrastra al bien, un aire celestial que se impone sobre de
ellos, que les hace respirar una nueva vida. Un acto en mi Voluntad da en lo
increíble, estos actos formarán el nuevo día, las generaciones humanas se
sentirán renovar por medio de ellos, rejuvenecer en el bien, formarán las
disposiciones para disponerlos a recibir su Vida para hacerla reinar. Estos
actos de la criatura hechos en mi Querer serán el equipo, los potentes
preparativos, los medios más eficaces para obtener tanto bien."
Después de esto ha agregado:
"Hija mía, nuestro Amor llega a lo increíble: Cuando debemos
manifestar una verdad concerniente a nuestra Voluntad, primero la amamos
en Nosotros mismos, la facilitamos, la adaptamos a la inteligencia humana, a
fin de que a la criatura le resulte fácil comprenderla y hacerla vida propia, la
proveemos con nuestro Amor y después la hacemos conocer, anhelante de
amor, que quiere darse a las criaturas como vida que siente la necesidad de
querer formarse en ellas. Pero no contentos con esto, purificamos la
inteligencia humana, la investimos con nuestra Luz, la renovamos a fin de
que conozca nuestra verdad, la bese, la encierre en sí misma y le dé toda la
libertad de formar su vida en ella para quedar transformada en la misma
verdad. Por eso cada verdad nuestra lleva nuestra Vida Divina a la criatura,
una Vida anhelante, que ama y quiere ser amada, y nuestro Amor es tanto,
3046
que nos adaptamos a la condición humana para facilitar el conocimiento,
porque si nos conocemos es fácil vencer a la voluntad humana para hacerla
nuestra, y ella tendrá interés de poseer a su Dios. Sin conocimiento los
caminos están cerrados, rotas las comunicaciones y Nosotros quedamos
como el Dios lejano de la criatura, mientras que estamos dentro y fuera de
ellos, y ellos quedan lejanos de Nosotros. Ninguno puede poseer un bien si
no lo conoce, por eso queremos hacer conocer que para quien vive en la
Divina Voluntad y obra en Ella, todo se vuelve Vida Divina en ella;
poseyendo mi Fiat, su Virtud creadora, en todo lo que ella hace, si piensa, si
habla, si obra, si camina, si ama, mi Fiat extiende su Vida y piensa, habla,
obra, camina y ama, forma la creación obrante y hablante; la criatura le sirve
para continuar su creación, es más, para hacer cosas más bellas aún. Por lo
tanto la Creación no ha terminado, sino que continúa aún en las almas que
viven en nuestro Querer, y si en la Creación se ve el orden, la belleza, la
potencia de nuestras obras, en la criatura se verá el Amor, el orden, la
Belleza, nuestra Virtud creadora que repite tantas Vidas nuestras por cuantas
veces nos ha prestado sus actos para hacernos obrar.
La criatura es vida, no obra como la Creación, por eso sentimos un
amor irresistible de formar Vidas nuestras en ella, y ¡oh, cómo nos
deleitamos, cómo estamos contentos, cómo nuestro Amor encuentra su
reposo, y nuestra Voluntad su cumplimiento, el cual es el de formar nuestra
Vida en ella! En cambio quien no vive en nuestro Querer, sus obras y pasos
son sin vida, como pinturas que no pueden ni recibir vida ni darla, ni pueden
producir ningún bien, porque no puede haber vida ni bien sin mi Voluntad."
Después estaba continuando mis actos en la Divina Voluntad, y
habiendo recibido la santa Comunión, mi dulce Jesús me ha dicho:
"¡Cómo es bello cuando desciendo Sacramentado en los corazones y
los encuentro en mi Voluntad, pues encuentro todo en ella: Encuentro a mi
Madre Reina y me siento dar nuevamente la gloria como si de nuevo me
encarnase; encuentro todas mis obras que me circundan, me honran, me
aman! Y como mi Voluntad circula como sangre y late en todas las cosas
creadas, por eso están unidas conmigo como miembros que parten de Mí y
permanecen en Mí, así que todo lo que Yo hice en la tierra y todas las cosas
creadas, quien me hace de brazos, quien de pies, quien de corazón, quien de
boca, y me aman y me glorifican en modo infinito. La criatura con el vivir
en mi Querer, todo es suyo, como es mío, y me puede dar mi Humanidad
viviente para amarme, para tenerme reparado y defendido de todo, me puede
dar el amor que tuve al crear el sol, ¿cuántas especialidades de amor no
3047
contiene la luz? Esta luz está llena de tan variados e innumerables efectos
de dulzura, de colores, de perfumes, y en cada efecto hay un amor mío
distinto, y lo puedes ver por las diferentes dulzuras que cada uno de los
frutos posee, en la que una dulzura no es como la otra; es mi Amor
insuperable, que no contento con hacer gustar al hombre una sola dulzura de
mi Amor, de alegrarlo con un solo color, con un solo perfume, ponía tantos
diferentes para ahogarlo y alimentarlo con mi Amor, así que mi primer
alimento era mi Amor, las otras cosas venían en orden secundario. Así que
el sol que hace tanto bien a la tierra, que con su luz se extiende bajo los
pasos del hombre, que le llena el ojo de luz, lo inviste por todas partes, que
va junto al hombre a dondequiera que va, es mi Amor que corre en su luz y
que amándolo se hace pisar por sus pasos, mi Amor le llena el ojo de luz, lo
inviste por todas partes, lo sigue a dondequiera, y en aquella luz están mis
innumerables distinciones de amor: Está mi Amor que languidece, que
hiere, que rapta; está mi Amor que quema, que endulza todo, que da
nuevamente la vida a todo; está mi Amor que toma por todos los lados a la
criatura y la lleva como en brazos. Mira hija mía la luz, tú misma no podrías
numerar las tantas variedades de mi Amor, y si tú vives en mi Voluntad el
sol será tuyo, será miembro tuyo y me podrás dar tantas diversidades de
amor por cuantas te he dado. Todas las cosas creadas son miembros míos, el
cielo y cada estrella es un Amor mío distinto hacia la criatura. El viento
como miembro mío no hace otra cosa que, conforme sopla, así sopla un
Amor mío distinto, y por eso ahora le sopla la frescura de mi Amor, ahora la
acaricia con mi Amor, ahora le sopla con mi Amor impetuoso, ahora con su
soplo le lleva los refrigerios de mi Amor. También el mar, las gotas de agua
se estrechan entre ellas para no cesar jamás de murmurar las diversidades de
Amor con las cuales amo a las criaturas. También en el aire que respiran le
mando en cada respiro un mi te amo distinto.
Por eso, descendiendo Sacramentado en la criatura llevo junto
conmigo las cosas creadas como miembros míos, con las escenas
encantadoras de tanta variedad y multiplicidad de mi Amor, y como un
ejército las pongo dentro de la criatura para amarla y hacerme amar. ¡Cómo
es duro y doloroso amar y no ser amado! Por eso vive siempre en mi
Voluntad, y Ella te pondrá al día de los tantos modos con los cuales te he
amado, y me amarás como quiero que tú me ames."
Agosto 15, 1938
3048
La fiesta de la Asunción es la fiesta más bella,
más sublime, es la fiesta de la Divina Voluntad
obrante en la Reina Celestial.
Mientras mi mente nadaba en el mar del Querer Divino, me he
detenido en el acto en el cual mi Mamá Reina fue Asunta al Cielo. ¡Cuántas
maravillas, cuántas sorpresas de amor ante las cuales queda uno arrobado!
Y mi dulce Jesús, como si sintiera la necesidad de hablar de su Madre
Celestial, todo en fiesta me ha dicho:
"Hija mía bendita, hoy, la fiesta de la Asunción, es la fiesta más bella,
más sublime, más grande, en la cual quedamos más glorificados, amados y
honrados; Cielos y tierra son investidos por una alegría insólita, jamás
sentida, los ángeles, los santos, se sienten investidos por mares de nuevas
alegrías y nueva felicidad, y alaban con nuevos cánticos a la Soberana
Reina, que con su imperio impera sobre todo y da alegría a todos. Hoy es la
fiesta de las fiestas, y la única y nueva fiesta que no ha habido otra que la
iguale. Hoy, el día de la Asunción, venía festejada por primera vez la Divina
Voluntad obrante en la Soberana Señora; las maravillas son encantadoras, en
cada pequeño acto suyo, aun en su respiro, en su movimiento, se ven tantas
Vidas Divinas nuestras que corren como tantos Reyes en sus actos, que más
que refulgentes soles la inundan, la circundan, la embellecen y la vuelven
tan bella, que forma el encanto de las regiones Celestiales. ¿Te parece poco
que cada respiro suyo, movimiento, obra y pena estuvieran llenos de tantas
Vidas Divinas nuestras? Es propiamente éste el gran prodigio del obrar de
mi Voluntad en la criatura, formar tantas Vidas Divinas nuestras por cuantas
veces ha tenido entrada en el movimiento, en los actos de la criatura, y como
mi Fiat posee la virtud bilocadora y repetidora, y repite siempre sin cesar
jamás lo que hace, por eso la gran Señora siente en Sí multiplicar estas Vidas
Divinas, las cuales no hacen otra cosa que extender mayormente sus mares
de Amor, de Belleza, de Potencia, de Sabiduría infinita. Tú debes saber que
son tales y tantas nuestras Vidas Divinas que posee, la multiplicidad de sus
actos que posee, que en cuanto entró en el Cielo pobló todas las regiones
celestiales, y no pudiéndolas contener a todas llenaron toda la Creación, así
que no hay punto donde no corran sus mares de Amor, de Potencia y tantas
Vidas nuestras, de las cuales es la poseedora y la Reina. Podemos decir que
nos domina y la dominamos, y vertiéndose en nuestra Inmensidad, Potencia
y Amor, pobló todos nuestros atributos con sus actos y con las tantas Vidas
3049
Divinas nuestras que había conquistado. Así que, dondequiera y por todas
partes nos sentimos amar, glorificar por dentro y por fuera de Nosotros,
desde dentro de las cosas creadas, en los más remotos escondites, por esta
Celestial Criatura, y por lo tanto por las tantas Vidas nuestras que nuestro
Fiat ha formado en Ella. ¡Oh! Potencia de nuestro Querer, sólo Tú puedes
hacer tantos prodigios, hasta crear tantas Vidas nuestras en quien te hace
dominar, para hacernos amar y glorificar como merecemos y queremos. He
aquí por qué Ella puede dar su Dios a todos, porque lo posee, es más, sin
perder ninguna de nuestras Vidas Divinas, en cuanto ve a la criatura
dispuesta, que quiere recibir nuestra Vida, tiene la virtud de reproducir, de
dentro de nuestra Vida que posee, otra Vida Divina nuestra para darla a
quien nos quiere. Esta Virgen Reina es un prodigio continuado, lo que hizo
en la tierra lo continúa en el Cielo, porque nuestra Voluntad cuando obra,
tanto en la criatura como en Nosotros, ese acto no termina jamás, y mientras
queda en Ella se puede dar a todos. ¿Termina tal vez el sol de dar su luz
porque ha dado tanta a las generaciones humanas? ¡De ningún modo!
Aunque ha dado tanta es siempre rico en su luz, sin perder ni siquiera una
gotita de luz. Por eso la gloria de esta Soberana Reina es insuperable,
porque tiene en posesión nuestra Voluntad obrante, que tiene virtud de
formar en la criatura actos eternos e infinitos; nos ama siempre, no cesa
jamás de amarnos con nuestras Vidas que posee, nos ama con nuestro Amor,
nos ama por todas partes y dondequiera, su amor llena Cielos y tierra, y
corre a descargarse en nuestro Seno Divino, y Nosotros la amamos tanto que
no sabemos estar sin amarla, y mientras nos ama, ama a todos y nos hace
amar a todos. ¿Quién puede resistir y no dar lo que quiere? Y además, es
nuestro mismo Querer que pide lo que Ella quiere, que con sus vínculos
eternos nos ata por todas partes, y no podemos negarle nada. Por eso la
fiesta de la Asunción es la más bella, porque es la fiesta de mi Voluntad
obrante en esta gran Señora, que la hizo tan rica y bella que los Cielos no
pueden contenerla; los mismos ángeles se sienten mudos, no saben hablar de
lo que hace mi Voluntad en la criatura."
Después de esto mi mente ha quedado aturdida al pensar en los
grandes prodigios que el Fiat Divino obró y continúa obrando en la Celestial
Reina, y mi amado Jesús ha agregado:
"Hija mía, su belleza es inenarrable, encanta, fascina, conquista; su
amor es tanto, que se da a todos, ama a todos, y deja atrás de Sí mares de
amor. Se puede llamar Reina de amor, vencedora de amor, porque amó
tanto, que por caminos de amor venció a su Dios. Tú debes saber que el
3050
hombre, con hacer su voluntad rompió los vínculos con su Creador y con
todas las cosas creadas; esta Celestial Reina con la Potencia de nuestro Fiat
que poseía, vinculó a su Creador con las criaturas, vinculó a todos los seres
juntos, los unió, los reordenó de nuevo, y con su amor daba la nueva vida a
las generaciones humanas; fue tanto su amor, que cubrió y escondió en su
amor las debilidades, los males, los pecados y a las mismas criaturas en sus
mares de amor. ¡Oh! si esta Virgen Santa no poseyese tanto amor, nos
resultaría difícil mirar la tierra, pero su amor no sólo nos la hace mirar, sino
que queremos dar nuestra Voluntad reinante en medio a las criaturas, porque
Ella así lo quiere, quiere dar a sus hijos lo que posee, y por caminos de amor
nos vencerá a Nosotros y a sus hijos."
Agosto 21, 1938
Diferencia que hay entre las Vidas que forma en las hostias
Sacramentales, y las que forma en quien vive en su Querer.
Estoy siempre en camino en el Querer Divino, y me sentía pensativa y
decía entre mí: "¿Cómo puede ser que se puedan formar tantas Vidas
Divinas en nosotros por cuantos actos hacemos en Él?" Y mi amable Jesús,
siempre benigno, para hacerme comprender mayormente me ha dicho:
"Hija mía, para Nosotros todo es fácil, con tal que encontremos que la
voluntad humana se presta a vivir en la nuestra, nos deleitamos formando
aun en el movimiento, en el respiro, en el paso, Vidas nuestras que se
mueven, que respiran, que caminan, que hablan. La voluntad humana nos
presta como tantos velos en los cuales podemos formar tantas Vidas
nuestras, éste es el último desahogo de nuestro Amor, y nos agrada tanto,
que con tal de que la voluntad humana nos preste su pequeño velo, Nosotros
poblamos todos sus actos con la multiplicidad de nuestras Vidas Divinas.
Ahí está mi Vida Eucarística que da prueba y confirmación de lo que te digo,
¿no son tal vez pequeños velos los accidentes del pan en el cual quedo
consagrado, vivo y verdadero en alma, cuerpo, sangre y Divinidad? Y si hay
mil hostias, mil Vidas mías formo, una para cada hostia, y si hay una sola
hostia, formo una sola Vida mía. Y además, ¿qué cosa me da la hostia?
Nada, no un "te amo", ni un respiro, ni un latido, ni un paso de compañía;
estoy solo, y muchas veces la soledad me oprime, me amarga y estallo en
llanto. Cómo me pesa el no tener a quién decirle una palabra, estoy bajo la
3051
opresión de un silencio profundo. ¿Qué cosa me da la hostia? El escondite
para esconderme, la pequeñita prisión para volverme, estaría por decir, para
volverme infeliz, pero como es mi Voluntad la que quiere que Yo quede
Sacramentado en cada hostia, Ella, que jamás es portadora de infelicidad, ni
a Nosotros ni a las criaturas que viven en Ella, hace correr en mi Vida
Sacramental nuestras alegrías celestiales, que son inseparables de Nosotros,
pero esto es siempre por parte nuestra, la hostia no me da jamás nada, no me
defiende ni me ama. Ahora, si esto hago, o sea formar tantas Vidas mías en
la hostia que nada me da, mucho más en quien vive en mi Voluntad. La
diferencia entre mis Vidas Sacramentales y las tantas Vidas mías que formo
en quien vive en mi Querer es incalculable, hay más distancia que la que
existe entre el Cielo y la tierra. Primero porque no estamos jamás solos, y
tener compañía es la más grande alegría, que hace felices a la Vida Divina y
a la humana. Ahora, tú debes saber que cuando formo mi Vida en el
pensamiento de la criatura que vive en mi Querer, siento la compañía de la
inteligencia humana que me corteja, me ama, me comprende, y me da su
memoria, la inteligencia, la voluntad en mi poder, y como en estas tres
potencias fue creada nuestra imagen, me siento dar por compañía a nuestra
eterna Memoria, que no olvida jamás nada, siento la compañía de mi
Sabiduría que me comprende, y además la compañía de la voluntad humana
fundida con la mía, que me ama con eterno Amor. Cómo no multiplicar en
cada pensamiento suyo otras tantas Vidas nuestras; cuando encontramos que
más nos comprende y nos ama, podemos decir: ‘Encontramos nuestra
ganancia.’ Porque por cuanta más Vida formamos, tanto más nos hacemos
comprender, le damos duplicado Amor y nos ama de más. Si formamos
nuestra Vida en la palabra, encontramos la compañía de la suya, y como
nuestro Fiat es suyo, encontramos todos los prodigios que ha obrado cuando
nuestro Fiat se ha pronunciado. Si la formamos en su respiro, encontramos
su respiro que respira junto, y es la compañía de nuestro aliento
Omnipotente cuando al crearla le infundimos la vida. Si la formamos en su
movimiento, encontramos sus manos que nos abrazan, nos estrechan fuerte,
porque no nos quieren dejar más; si la formamos en los pasos, nos siguen
por doquier. Qué bella compañía; quien vive en nuestra Voluntad no hay
peligro de que nos deje jamás solos, ambos somos inseparables. Por eso el
vivir en nuestro Querer es el prodigio de los prodigios, donde hacemos
desahogo de nuestras tantas Vidas Divinas, hacemos conocer quienes somos,
lo que podemos hacer, y ponemos a la criatura en orden con Nosotros, tal
como la creamos, porque tú debes saber que estas nuestras Vidas llevan
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consigo mares de Luz, de Amor, mares de Sabiduría, de Belleza, de Bondad,
que invisten a la criatura para hacerla poseer la Luz que siempre crece, que
jamás se apaga, la Sabiduría que siempre comprende, la Belleza que siempre
se embellece de más. Por eso amamos tanto que la criatura viva en
nuestro Querer, porque queremos dar, queremos que nos comprenda,
queremos poblar todos sus actos humanos con nuestras Vidas Divinas, no
queremos estar encerrados, reprimidos en nuestro cerco divino. Poder dar y
no dar, cuánto nos duele, y hasta en tanto que la criatura no viva en nuestro
Querer, ella será siempre la ignorante de nuestro Ser Supremo, incapaz de
aprender ni siquiera las vocales de cuanto la amamos y de cuanto le
podemos dar, serán siempre los hijos desemejantes de Nosotros, que tal vez
ni siquiera nos conozcan, hijos desemejantes de su Padre."
Agosto 28, 1938
Un acto en la Divina Voluntad contiene todo, puede amar
por todos. Cómo todos corren en este acto. Cada acto
hecho en la Divina Voluntad es un día que se adquiere.
Continúo navegando el mar del Querer Divino, en el cual me parece
que todo es mío, Luz, Santidad, Amor, siento que por todas partes me
asaltan, porque quieren darse a mí. Y mi dulce Jesús, visitando mi pequeña
alma me ha dicho:
"Hija mía, no te maravilles, en cuanto la criatura entra en mi Voluntad,
todos los seres creados sienten una fuerza irresistible de correr hacia quien
está obrando en Ella, porque mi Voluntad para obrar quiere el cortejo de
todas sus obras, primero porque es inseparable de todo lo que ha hecho; y
segundo, porque al obrar, todo y todos deben tomar parte en lo que hace,
para que Ella pueda decir con los hechos: ‘Mi acto es de todos, se eleva al
Cielo y hace felices a todas las regiones Celestiales, desciende a lo más bajo
de la tierra y se hace paso, obra, palabra y corazón de todos.’ Si no
concentrase todo y a todos en mi acto, faltaría la fuerza comunicativa para
que todos puedan recibir mi acto lleno de vida, que con un solo acto puede
dar vida a todos, sostener y hacer felices a todos, hacer bien a todos. Por eso
cuando Yo obro, todas las cosas que han salido de Mí corren, se encierran en
mi acto para recibir la nueva vida, la nueva belleza, la nueva felicidad, y
3053
todas se sienten honradas y glorificadas en mi acto. He aquí el por qué
cuando la criatura entra en mi Voluntad y Ella está por obrar, por amar,
ninguno quiere ponerse a un lado, todos corren, corre la Trinidad Sacrosanta,
la Virgen Reina, más bien quieren el primado en aquel acto, y después todo
y todos, menos aquél que ingrato, no conociendo un bien tan grande no lo
quiera recibir, por lo tanto, en un acto en mi Voluntad puede haber tantos
prodigios, que a la criatura le resulta difícil el poderlos decir todos. Ahora,
tú debes saber que esta criatura que obra en mi Voluntad hace todo lo que
deberían hacer todas las otras criaturas: Si piensa en mi Voluntad, Ella
circula en cada pensamiento de criatura, y la criatura estando en mi Voluntad
circula junto con Ella y me da el homenaje, el amor, la gloria, la adoración
de cada uno de los pensamientos de las criaturas; las criaturas no saben nada
de esto, pero Yo que estoy al día de todo, recibo la gloria de todas las mentes
creadas. Si habla en mi Voluntad, como la mía es voz de cada una de las
palabras, me siento dar la gloria, el amor de cada palabra. Si camina en mi
Fiat, siendo paso de cada pie, me da el amor, la gloria de cada paso, y así de
todas las otras cosas, pero las criaturas no saben nada, de que por medio de
quien vive en mi Querer Yo recibo la gloria que deberían darme, son
secretos que existen entre Mí y entre quien vive en mi Querer. Pero hay más
aún, llega a darme la gloria, el amor que deberían darme las almas perdidas.
La virtud comunicativa de mi Fiat llega a todo y a todos, da todo y se hace
tener todo. Quien todo hace y da, tiene derecho sobre todo, y derecho de
recibir, pero para recibir todo, el alma debe vivir en nuestro Querer, unida
por medio del aliento con Nosotros, debe querer lo que queremos Nosotros.
Esto hizo mi Voluntad en mi Humanidad, que en un solo acto que hacía se
sentía amada, glorificada, recibía la satisfacción por todos; lo hizo en la
Reina del Cielo, porque si no hubiese encontrado en sus actos el amor que
amaba por todos, la gloria, la satisfacción por todos, entonces Yo, Verbo
Eterno, no habría encontrado el camino para descender del Cielo a la tierra.
Por eso, un acto en mi Voluntad puede darme todo, amarme por todos, y
puede hacerme hacer los excesos más grandes de amor y de obras hacia las
criaturas. Y es tanto mi contento cuando en mi Querer la encuentro que me
ama en los pasos de todos, en los pensamientos, en las palabras, que en mi
énfasis de Amor le digo: Estás haciendo lo que hice Yo, así que te llamo eco
mío, amor mío, pequeña repetidora de mi Vida."
Era tanta la plenitud de su Amor mientras esto decía, que ha hecho
silencio y después ha continuado:
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"Hija mía bendita, cada acto hecho por la criatura en mi Divina
Voluntad es un día para ella, día pleno de felicidad y de todos los bienes, y si
hace diez, veinte actos, tantos días adquiere. Ahora, en estos días toma el
Cielo como suyo, y como está aún sobre la tierra, toma el sol, el viento, el
aire, el mar como suyo, y su naturaleza toma las más bellas floraciones para
adornarse y embellecerse, pero floraciones que no se marchitan jamás, y ¡oh,
que bella llegada hará cuando llegue a nuestra patria celestial! Por cuantos
actos haya hecho en mi Querer, tantos días poseerá, cada uno tendrá su sol
distinto, su cielo azul adornado de estrellas, su mar que murmura amor, su
viento que silba, que aúlla, que gime y sopla amor impetuoso, amor que
impera; no faltarán ni siquiera las más bellas floraciones, una distinta de la
otra por cuantos actos haya hecho en mi Voluntad, nada faltará de bello y de
bueno a quien ha vivido en mi Eterno Fiat."
Después, continuaba girando en los actos de la Divina Voluntad, y mi
pobre mente se perdía en el encanto de la Creación, ¡cuántas maravillosas
sorpresas, cuántos secretos de Amor hay en ella! Y además, la obra más
bella, "la creación del hombre." Y mi dulce Jesús me ha dicho:
"Hija mía, la creación de los seres y la creación del hombre, puedo
llamarlas mis dos brazos, porque ‘ab eterno’ estaban en la Divinidad, y al
hacerlas salir no las separé de Mí, sino que las retuve como miembros míos
en los cuales hacía correr la vida, el movimiento, la fuerza, la virtud creante
y conservante continua. El brazo de la creación de los seres sirve al brazo de
la creación del hombre, pero en aquel brazo era Yo mismo que debía servir
al hombre y lo sirvo todavía: Ahora como luz, ahora como viento, ahora
como aire para hacerlo respirar, ahora como agua para quitarle la sed, ahora
como alimento para alimentarlo, y hasta como tierra para hacerle gozar las
más bellas florescencias y abundancia de los frutos. En este brazo me ponía
al servicio del hombre, mi Amor me impedía poner atención a ninguna otra
cosa, corría a él por medio de las cosas creadas, llevándolo como en brazos
para que todas las cosas le llevasen alegría y felicidad; en este brazo
encuentra a todas las cosas tal como las hice salir, no se ha perdido ni
siquiera una gotita de luz, ni de agua, nada se ha cambiado, todo lo que salió
está en su puesto de honor dándome la gloria de mi Eterno Amor, y le
revelan Quién es Aquél que las ha creado, revelan mi Potencia, mi Luz
inaccesible, mi Belleza insuperable, cada cosa creada es una historia de mi
Eterno Amor y dicen cuánto amo a aquél por el cual todas las cosas fueron
creadas.
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Ahora, de la creación de los seres pasé a la creación del hombre,
¡cuánto amor al crearlo! Nuestro Ser Divino hacía correr Amor, y al
formarlo corría nuestro Amor e investía cada una de las fibras de su corazón,
cada pequeña partícula de sus huesos, extendíamos nuestro Amor en sus
nervios, hacíamos correr en su sangre nuestro Amor, investíamos sus pasos,
su movimiento, su voz, su latido, cada uno de sus pensamientos con nuestro
Amor. Cuando nuestro Amor lo modeló, lo formó, lo llenó tanto de nuestro
Amor, de modo que en cada cosa, aun en su respiro debía darnos amor, así
como Nosotros lo amábamos en todo. Nuestro Amor llegó al exceso de
infundir en él su aliento para dejarle nuestro aliento de Amor. Luego, por
cumplimiento y corona creamos nuestra Imagen en su alma, dotándola de las
tres potencias: Memoria, inteligencia y voluntad, quedándonos en él, como
nuestro portador. Así que el hombre está unido a Nosotros como miembro,
y Nosotros estamos en él como en una habitación nuestra. ¿Pero cuánto
dolor no encontramos en él? Nuestro Amor no está en vigor; nuestra Imagen
está, pero no se reconoce; nuestra habitación está llena de enemigos que nos
ofenden. Podemos decir que ha cambiado nuestra suerte y la suya, ha puesto
de cabeza nuestros designios sobre de él y no hace otra cosa que llevar dolor
a nuestro brazo que continúa amándolo y dándole vida. Ahora hija mía,
nuestro Amor quiere llegar a los excesos más grandes, quiere salvar nuestro
brazo, que es el hombre, a cualquier costo quiere reordenarlo, seremos
obligados por nuestro Amor a darle de nuevo nuestro aliento para expulsar a
sus y nuestros enemigos, lo cubriremos de nuevo con nuestro Amor, y
haremos entrar en él la Vida de nuestra Voluntad. No conviene ni a nuestra
Majestad ni a nuestra Santidad, Potencia y Sabiduría, que en nuestra obra
creadora haya este desorden que nos deshonra tanto, ¡ah, no, triunfaremos
sobre el hombre, y la señal más cierta es que estamos manifestando los
prodigios de nuestro Querer y cómo se vive en Él! Si no hiciéramos esto
estaría en entredicho nuestra Potencia, como si fuésemos impotentes para
salvar nuestra obra, nuestro mismo brazo, lo que no puede ser, sería como si
no pudiésemos hacer lo que queremos. ¡Ah, no, no, nuestro Amor y nuestra
Voluntad vencerán y triunfarán sobre todo!"
3056
Septiembre 5, 1938
La voluntad humana, cruz de la Divina, y la Divina, cruz de
la humana. Cómo en el Querer Divino las cosas cambian,
las desemejanzas no existen. Cómo Jesús suple a todo lo
que puede faltar a quien vive en su Querer.
Siento la Vida del Fiat Divino en mi alma, la Cual quiere ser mi
movimiento, mi respiro y latido, quiere tal unión con la voluntad humana,
que ésta en nada se debe oponer a lo que quiere hacer, de otra manera se
lamenta, se aflige y se siente puesta en la cruz por el querer humano.
Mientras estaba en esto, mi amado Jesús repitiéndome su breve visita me ha
dicho:
"Hija mía bendita, cuánto sufre mi Voluntad en la criatura, basta
decirte que cada vez que la criatura hace su voluntad, pone en la cruz a la
mía, así que la cruz de mi Voluntad es el querer humano, pero no con tres
clavos como Yo fui crucificado sobre la cruz, sino con tantos clavos por
cuantas veces se opone a la mía, por cuantas veces no es reconocida, y
mientras quiere hacer el bien es rechazada con los clavos de la ingratitud.
¡Cómo es desgarradora esta crucifixión de mi Voluntad en la criatura!
Cuántas veces se siente poner los clavos a su respiro, a su latido, a su
movimiento, porque no siendo conocida,
y que Ella es vida del respiro, del latido y del movimiento, entonces el
respiro, el latido y el movimiento humanos le sirven de clavos que le
impiden desarrollar en ellos el bien que quiere. ¡Oh, cómo se siente poner
en la cruz por el querer humano! Ella con su movimiento divino quiere
hacer despuntar el día en el movimiento humano, y la criatura pone en la
cruz al movimiento divino, y con su movimiento hace despuntar la noche y
pone en la cruz a la luz; cómo se duele mi luz al verse reprimida,
crucificada, puesta en un estado de inhabilidad por el querer humano. Mi
Voluntad con su respiro quiere hacer respirar al respiro de la criatura para
darle la vida de su Santidad, de su Fuerza, y la criatura con no recibirla le
pone el clavo del pecado, de sus pasiones y debilidades; pobre de mi
Voluntad, en qué estado de dolor y de continua crucifixión se encuentra en
el querer humano. Éste no hace otra cosa que poner en la cruz a nuestro
Amor, y todos los bienes que queremos darle son llenados con sus clavos.
Sólo quien vive en mi Voluntad no la pone en la cruz, más bien puedo decir
que Yo formo su cruz, pero es muy diferente su cruz de la mía, mi Querer
3057
sabe poner clavos de Luz, de Santidad, de Amor, para volverla fuerte con
nuestra misma Fuerza Divina, estos clavos no dan dolor, más bien la vuelven
feliz, bella, con una belleza encantadora, y son portadores de grandes
conquistas; y quien los ha probado, es tanta la felicidad que siente, que nos
ruega, nos suplica que la tengamos siempre en la cruz con nuestros clavos
divinos.
Esto no puede cambiar, si las dos voluntades, humana y Divina no
están unidas, la suya formará nuestra cruz, y la nuestra la suya. Es más, es
tanto nuestro Amor y nuestro celo, que no le dejamos libre ni siquiera un
respiro sin nuestro clavo de Luz y de Amor para tenerla siempre con
Nosotros, para poder decir: ‘Lo que hacemos Nosotros hace ella, y quiere lo
que Nosotros queremos.’
Tú debes saber que en cuanto la criatura entra en nuestro Querer, todo
se transforma, las tinieblas se cambian en luz, la debilidad en fuerza, la
pobreza en riqueza, las pasiones en virtud, sucede tal mutación que no se
reconoce más aquélla de antes, su estado no es más de vilísima esclava, sino
de noble reina, nuestro Ser Divino la ama tanto, que corre en sus actos para
hacer lo que ella hace, y como nuestro movimiento es continuo, nos
movemos y la amamos, nos movemos y la abrazamos; nuestro movimiento
se mueve y la besa, la vuelve más bella, la santifica de más, en cada
movimiento le damos de lo nuestro, y en el énfasis de nuestro Amor le
hablamos de nuestro Ser Supremo, nos hacemos conocer quienes somos y
cuánto la amamos, hay tal identificación entre ella y Nosotros, siendo una
nuestra Voluntad con la suya, que la sentimos en nuestro movimiento divino,
y haciendo suyo lo que es nuestro nos ama con nuestro Amor, nos da nuestra
Luz inaccesible para glorificarnos, nuestra Santidad para alabarnos y
decirnos: ‘Santo, Santo, tres veces Santo eres Tú, Tú encierras todo, eres
todo.’ Cómo es bello ver a la pequeñez humana en nuestro Querer, que tiene
en su poder todo nuestro Ser Divino para dárnoslo nuevamente a Nosotros,
para amarnos y glorificarnos como Nosotros queremos y justamente
merecemos. En nuestro Querer las partes se hacen iguales, las desemejanzas
desaparecen, nuestra Unidad une todo y a todos, y vuelve uno solo el acto de
todos para hacerse acto de todos."
Al oír esto comprendía la santidad, la belleza, la grandeza del vivir en
el Querer Divino, y pensaba entre mí: "Me parece difícil el vivir en Él,
¿cómo puede la criatura llegar a tanto? Las debilidades humanas, las
circunstancias de la vida muchas veces demasiado dolorosas, los encuentros
inesperados, las tantas dificultades que no se sabe ni siquiera cómo hacer,
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¿no desvían a la pobre criatura de un vivir tan santo, en el cual se necesita
suma atención?" Y mi dulce Jesús retomando su palabra, con una ternura
indecible que hacía rompérseme el corazón ha agregado:
"Mi pequeña hija de mi Querer, es tanto mi interés, mi suspiro
continuo por querer que la criatura viva en mi Querer, que cuando hemos
tomado el acuerdo Yo y ella, con decisión firme de que debe vivir en mi
Fiat, siendo ésta mi Voluntad, el primero en hacer el sacrificio soy Yo, y
para obtener el intento de que pueda vivir en Él me pongo a su disposición,
le doy todas las gracias, luz, amor, conocimientos de mi misma Voluntad, de
modo que ella misma debe sentir la necesidad de vivir en Ella. Cuando Yo
quiero una cosa y ella con prontitud acepta hacer lo que Yo quiero, soy Yo
el que piensa en todo, y cuando por debilidad, por las circunstancias no lo
hace, no por voluntad o negligencia, Yo llego a suplir y hago lo que ella
debía hacer, y le cedo lo que he hecho como si lo hubiese hecho ella. Hija
mía, el vivir en mi Querer es vida que debo formar, no es virtud, y la vida
tiene necesidad de movimiento y de actos continuos; si esto no fuese no sería
más vida, a lo más podría ser obra, que no tiene necesidad de actos
continuos, pero no vida. Por eso, cuando por indisposición involuntaria, por
debilidad no hace lo que Yo quiero, no rompo la vida, sino que la continúo,
y tal vez en esas mismas indisposiciones está también mi Voluntad que
permite esas debilidades, pues la voluntad de la criatura corre ya en la mía, y
además, entre todo esto miro el acuerdo que hemos tomado juntos, la firme
decisión hecha, de la cual no ha habido ninguna otra decisión en contra, y en
vista de esto continúo el empeño de suplirla en lo que le falta; es más, le
duplico las gracias, la circundo de nuevo Amor, de nuevas estratagemas
amorosas para hacerla estar más atenta y le suscito en el corazón una
necesidad extrema de vivir en mi Voluntad. Esta necesidad le sirve, porque
conforme siente las debilidades, así se lanza en los brazos de mi Voluntad, y
le ruega que la tenga tan estrechada, a fin de que pueda vivir siempre junto
con Ella."
Septiembre 11, 1938
Un acto cumplido de Divina Voluntad es todo. Jesús hace
crecer su Vida en quien vive en Ella. Estado horrible de Dios
en quien vive de voluntad humana. Cada vez que se entra en
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el Divino Querer, tantas veces se renuevan las obras de Dios.
Siento que el mar del Querer Divino murmura siempre dentro y fuera
de mí, y muy frecuentemente forma sus olas altísimas y me inunda tanto,
que la siento más que vida propia; ¡oh Voluntad Divina, cuánto me amas,
que quieres darte siempre, sin cesar jamás, para formar tu Vida en mi pobre
alma, y es tanto tu Amor que llega hasta circundarme de Luz, de Amor, de
suspiros para obtener tu intento! Y mi siempre amable Jesús,
sorprendiéndome me ha dicho:
"Hija mía bendita, en nuestra Voluntad cumplida viene encerrada toda
la gloria que la criatura nos puede dar, el amor con el cual debemos amarla y
el amor con el cual ella nos debe amar. Así que en un acto de nuestra
Voluntad cumplida podemos decir que hemos hecho todo, todo hemos dado,
aun a Nosotros mismos, y todo hemos recibido; porque con el vivir en Ella
todo damos, y todo toma, y todo nos puede dar; en cambio, si no vive en
nuestro Querer, si nuestra Voluntad no es cumplida, no podemos dar todo,
será incapaz de recibir nuestro Amor, ni ella tendrá capacidad de amarnos
cuanto Nosotros queremos ser amados. Nosotros no estamos contentos con
dar de lo nuestro en pequeñas porciones, como si fuésemos pobres, dar a
mitades nuestras cosas no nos agrada; poder dar y no dar es siempre un dolor
para Nosotros, nuestro Amor queda reprimido y nos hace dar en delirio. He
aquí por qué queremos al alma viviendo en nuestro Querer Divino, porque
queremos dar todo y siempre, sin cesar jamás de dar, nuestro Ser Divino no
se agota jamás, por cuanto más damos tanto más podemos dar, y el dar para
Nosotros es alivio, es felicidad, es desahogo de Amor y comunicación de
Vida nuestra que hacemos; y es tanto mi Amor, que me estoy en el alma
para hacerme crecer a Mí mismo en ella. Ahora, debiendo hacerme crecer
Yo mismo, la vigilo continuamente a fin de que lo que haga sirva para hacer
crecer mi Vida en ella, dispongo de sus actos, de su amor, quién para formar
mis miembros, quién mi corazón, quién el alimento para alimentarme, quién
los vestidos para cubrirme y calentarme. Estoy siempre en actitud para
unificar su movimiento al mío, su respiro al mío, para encontrar su
movimiento en el mío, y su respiro como si fuese movimiento y respiro
míos; no dejo que se me escape nada de lo que hace, piensa, habla, obra,
sufre, porque debe servirme a Mí mismo para hacer crecer mi Vida en ella.
Por lo tanto estoy siempre en actitud, jamás me doy reposo y, ¡oh! cómo
estoy contento por esto, cómo me siento feliz de estar siempre ocupado en
mi trabajo de hacerme crecer a Mí mismo en ella. No hice a la criatura para
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que quedase aislada, absolutamente no, era obra mía y por lo tanto debía
desarrollar mi trabajo para formar una obra digna de Mí, por eso, si no vive
en mi Voluntad no encuentro la materia prima para formar y hacer crecer mi
Vida, vivimos como lejanos, como aislados, y la soledad me aflige, el
silencio me pesa, y con no poder desarrollar mi trabajo doy en delirios de
Amor y me siento volver el Dios infeliz por parte de las criaturas. Por eso
hija mía, sé atenta, vive siempre en mi Voluntad, préstame tus actos para que
me hagas trabajar, para no tenerme en ti como un Dios que no puede ni sabe
hacer nada, mientras que tengo que hacer el trabajo más grande, como es el
de formar y hacer crecer mi Vida, la cual será tan bella que formará el dulce
encanto a toda la corte celestial; en cambio en quien no vive en nuestra
Voluntad nuestro estado es horrible, nuestra Vida queda como estrangulada,
rota, dividida por la voluntad humana, sus actos no pueden servir para
formar y hacer crecer nuestra Vida, más bien sirven para despedazarla, de
modo que, dónde se ve un pie nuestro, dónde una mano, dónde un ojo.
Cómo nos da compasión vernos tan destrozados, porque solamente nuestra
Voluntad es unidad, y donde Ella reina, de tantos actos forma uno solo para
formar una sola Vida, en cambio la voluntad humana no hace otra cosa que
actos separados entre ellos, que no tienen virtud de unirse, más bien ponen
en pedazos nuestra Vida Divina en ellos. No hay cosa más horrible, escena
que haría llorar aun a las piedras, que ver en el alma que hace su voluntad el
modo desgarrador como reduce nuestra Vida en ella, sus actos indignos que
descienden del origen de su creación, disímiles de su Creador, forman el
cuchillo para hacer pedazos nuestra Vida Divina. ¡Oh, cómo nos aflige,
cómo nuestra obra creadora queda deformada, deshonrada, y nuestra
finalidad de la Creación destruida! ¡Ah, si fuésemos capaces de sentir dolor,
la voluntad humana amargaría el océano de nuestras alegrías y felicidad
inmensas!"
Después estaba siguiendo todo lo que ha hecho la Divina Voluntad,
tanto en la Creación como en la Redención, y todo lo encontraba en acto
como si todo se quisiera dar a mí, y mi dulce Jesús ha agregado:
"Hija mía, todo lo que ha sido hecho por nuestro Ente Supremo está
todo en acto, como si lo estuviésemos haciendo por amor de las criaturas,
porque todas nuestra obras fueron hechas para ellas. Ahora, la criatura que
entra en nuestro Querer Divino las encuentra todas, y todas quieren darse a
ella, y ella al verse tan amada las hace suyas, las ama y nos ama por tantos
dones que le hacemos, y en cada don que le hacemos quisiera darnos la
correspondencia de su vida por gratitud y reconocimiento, y para
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agradecernos por los tantos dones que le hemos dado. Por lo tanto siente
que le ha sido dado el don del sol, del cielo estrellado, del mar, del viento,
de toda la Creación; siente que le ha sido donado mi Nacimiento, mis
lágrimas, mis obras, mis pasos, mis penas, mi Amor con el cual la amé y la
amo, y ¡oh! cómo se siente feliz, y haciendo suyas todas nuestras obras y mi
misma Vida, nos ama en el sol con el mismo amor con el cual lo creé, y así
en todas las otras cosas. Me ama en mi Nacimiento, en mis lágrimas, en mis
pasos, en mis penas, en todo, y ¡oh, cómo nos hace felices y nos glorifica!
Es tanto nuestro contento, que nos da la ocasión de poder renovar nuestras
obras como si de nuevo las hiciéramos, así que nuestro Amor se desborda de
Nosotros e inviste todo con nuevo Amor, se duplica nuestra Potencia para
sostener todo, nuestra Sabiduría que ordena toda nuestra obra creadora corre
en toda la Creación y Redención para decir a la criatura: ‘Todo es tuyo, y
cada vez que entras en nuestro Querer los reconoces y los haces tuyos todos
estos dones, nos das la ocasión y la gloria como si repitiésemos de nuevo
todo lo que hemos hecho por amor de las criaturas.’ Nuestra Voluntad es la
repetidora de todas nuestras obras, las repite, las renueva siempre, en cada
instante, cada vez que la criatura las quiere recibir, y mientras se dan quedan
en su puesto, se dan y quedan, y con el darse no pierden nada, más bien
quedan más glorificadas, por eso, sé atenta a vivir siempre en nuestro
Querer."
Septiembre 18, 1938
Cómo Jesús en nuestras penas se siente repetir las suyas.
Jesús no se aparta jamás de sus obras y del amarnos.
Ejemplo de la flor para quien no vive en el Querer Divino.
Estoy en el mar del Querer Divino, entre inmensas amarguras y
humillaciones de las más humillantes, y como una pobre condenada. Si no
fuera porque mi Jesús se hace mi sostén, fuerza y ayuda, no sé cómo podría
vivir, y mi dulce Jesús tomando parte en mis penas sufría junto conmigo, y
en el ímpetu de su dolor y Amor me ha dicho:
"Hija mía amada, si tú supieras cuánto sufro, si Yo te lo hiciera ver te
morirías de pena. Estoy obligado a esconder todo, todo el desgarro y la
crudeza de la pena que siento para no afligirte de más. Debes saber que no
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es a ti a quien han condenado, sino a Mí, junto contigo siento de nuevo mi
condena, cuando se condena el bien es condenarme a Mí mismo. Tú, sin
embargo, une en mi Querer mi condena y la tuya a aquélla que sufrí cuando
fui crucificado, y te daré el mérito de mi condena y todos los bienes que ella
produjo: Me hizo morir, llamó a vida mi resurrección en la cual todos
debían encontrar la vida, y la resurrección de todos los bienes. Con su
condena creen hacer morir lo que he dicho sobre mi Divina Voluntad, en vez
de esto permitiré tales flagelos, incidentes tristes, que haré resurgir mis
verdades más bellas, más majestuosas en medio de los pueblos. Por eso, por
parte mía y tuya no nos apartemos en nada, sigamos haciendo lo que hemos
hecho, aunque todos se pongan en contra. Éste es mi modo divino de obrar,
que por cuantos males hagan las criaturas no aparto jamás mis obras, las
conservo siempre con mi Potencia y virtud creadora por amor de quien me
ofende, las amo siempre, sin cesar jamás. Con no apartarnos nunca, nuestras
obras son cumplidas, quedan siempre bellas, hacen bien a todos; si nos
apartáramos, todas las cosas irían a la ruina, ningún bien se podría cumplir.
Así que también en esto te quiero junto conmigo, siempre firme, sin
apartarte jamás de dentro de mi Voluntad, y hacer lo que has hecho hasta
ahora, atenta a escucharme para ser la narradora de mi Voluntad.
Hija mía, lo que no aprovecha hoy aprovechará mañana, lo que ahora
parece tinieblas porque encuentra mentes ciegas, mañana, para otros que
tienen ojos se cambiarán en sol, y cuánto bien harán. Por eso continuemos
lo que hemos hecho, hagamos por parte nuestra lo que se necesita, a fin de
que nada falte de ayuda, de luz, de bien, de verdades sorprendentes para que
sea conocida mi Voluntad y reine. Yo me serviré de todos los medios, de
amor, de gracias, de castigos, tocaré por todos los lados de las criaturas para
hacer reinar mi Voluntad, y cuando parezca como si el verdadero bien
debiese morir, resurgirá más bello y majestuoso."
Mientras esto decía, me hacía ver un mar de fuego en el cual estaba
por ser envuelto el mundo entero; yo he quedado sacudida y mi amable Jesús
atrayéndome hacia Él me ha dicho:
"Hija mía bendita, ánimo, no tengas miedo, ven en mi Divina
Voluntad a fin de que su Luz te quite la triste visión en la cual corre el
mundo, y hablándote de mi Querer mitiguemos las penas que
desdichadamente los dos sufrimos. Escucha cómo es bello el vivir en mi
Querer: ‘Lo que hago Yo hace ella, conforme escucha que le digo te amo,
ella pronto me repite te amo, y Yo al sentirme amado la transformo tanto en
Mí, que con una sola voz decimos: ‘Amamos a todos, hacemos bien a todos,
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damos vida a todos.’ Si bendigo bendecimos juntos, adoramos, glorificamos
juntos, corremos juntos en ayuda de todos, y si me ofenden sufriremos
juntos, y ¡oh, cómo estoy contento al ver que una criatura no me deja jamás
solo! ¡Cómo es bella la compañía de quien quiere lo que quiero y hace lo
que hago! La unión hace surgir la felicidad, el heroísmo en el hacer el bien,
la tolerancia en el soportar, mucho más que es una criatura humana, que
pertenece a la familia humana que no hace otra cosa que mandarme clavos,
espinas y penas; y Yo, encontrando en esta criatura mi escondite y mi
deseada compañía, conociendo que ella se disgustaría si Yo los castigase
como merecen, para no disgustarla me abstengo de hacerlo. Por eso no me
dejes jamás solo, la soledad es una de las penas más duras e íntimas de mi
corazón, el no tener a quien decirle una palabra, tanto en las penas como en
las alegrías, me hace llegar a tal delirio de dolor y de amor, que si tú los
pudieses sentir morirías de puro dolor. Y es exactamente esto el no vivir en
mi Voluntad: ‘El dejarme solo.’ El querer humano aleja a la criatura de su
Creador, y conforme se aleja huye la paz y toman su puesto las turbaciones
que la atormentan, la fuerza se debilita, la belleza se decolora, el bien muere
y surge el mal, las pasiones le hacen compañía. ¡Pobre criatura sin mi
Voluntad, en qué abismo de miserias y de tinieblas se arroja! Le sucede
como a la flor que no es regada, ésta siente que pierde la vida, se decolora,
declina sobre su tallo para esperar la muerte, y si el sol la inviste, no
encontrándola regada la quema y la termina de secar. Así es el alma sin mi
Voluntad, es como flor sin agua, mis mismas verdades, que son más que
espléndido sol, no encontrándola regada por la Vida de mi Voluntad, la
queman de más, la ciegan y se vuelve incapaz de comprenderlas y de recibir
el bien, la vida que poseen, y llegan a tal exceso, que hacen la guerra al bien
y a mis mismas verdades, portadoras de vida a las criaturas. Por eso siempre
en mi Voluntad te quiero, a fin de que ni tú ni Yo suframos la dura pena de
la soledad."
Septiembre 27, 1938
El mar, símbolo de la Divina Voluntad. Cómo junto
a las penas de Jesús corrían mares de alegrías.
Potencia de las penas inocentes. Las verdades
manifestadas son nueva Creación.
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Estoy siempre en el mar del Querer Divino, y mis penas y amarguras
indecibles las hago correr en Él, a fin de que queden investidas por su Fuerza
Divina y se cambien en luz para mí y para todos. Y mi dulce Jesús visitando
mi pequeña alma, todo bondad me ha dicho:
"Hija mía bendita, así como el mar da lugar a todas las cosas que se
sumergen dentro de él, tanto, que da el lugar a los peces y los tiene
abismados en sus aguas, dándoles todo lo que se necesita para tenerlos con
vida; los peces son los más afortunados, los más ricos, que nada les falta
porque viven siempre en el mar, ¡oh! si los peces salieran del mar terminaría
su vida. El mar recibe todo, se presta a todos, baña todo y a todos, y esconde
a todos en sus aguas. Si el navegante quiere atravesar el mar e ir a diversas
regiones, el agua del mar recibe la nave, se hace camino, lo acompaña, no lo
deja jamás hasta que llega a su destino; todos pueden encontrar puesto en el
mar. Así es mi Voluntad, todos pueden encontrar su puesto en Ella, y con
amor indecible se hace vida de cada uno, se hace camino para conducirlos,
luz para hacer huir las tinieblas de la vida, fuerza para sostenerlos, no los
deja jamás solos, lo que hacen ellos lo quiere hacer Ella junto con ellos.
¡Oh, cómo se aflige cuando ve a su criatura fuera de su mar, porque la ve
fea, sucia, tan disímil que le da repugnancia. Por lo tanto, los más
afortunados son aquellos que viven en mi Querer, son llevados en el seno de
sus olas, y a condición de que vivan en Él, Él pensará en todo lo que se
necesita para su bien."
Después de esto seguía a mi dulce Jesús en sus penas, y unía las mías
a las suyas para recibir la fuerza de sus penas para sostener las mías, porque
me sentía como aplastada; y mi amado Jesús ha agregado con una ternura
indecible:
"Hija mía bendita, Yo sufrí penas inauditas, pero junto a estas mis
penas corrían mares de alegrías, de gozos sin fin; veía el bien que debían
producir, veía encerradas en ellas a las almas que debían salvarse, y mis
penas, como estaban preñadas de amor, con su calor maduraban las
santidades más bellas, las conversiones más difíciles, las gracias más
sorprendentes. Y Yo sentía en mis penas dolores acerbísimos que me daban
la muerte más despiadada y cruel, y al mismo tiempo sentía mares de
alegrías que me sostenían y me daban la vida. Si no hubiera estado
sostenido por los gozos que mis penas contenían, Yo habría muerto a la
primera pena que sufrí, tan grande era el desgarro y la amargura, no habría
podido continuar con vida. Ahora, tus penas no sólo son similares a las
3065
mías, sino que puedo decir que tus penas son mías, y si tú supieras cuanto
sufro por ellas; siento la crudeza, el desgarro que me amarga hasta el fondo
del corazón, pero también en estas penas veo correr los mares de gozos que
harán resurgir a mi Voluntad bella y majestuosa en medio de las criaturas.
Tú no sabes qué cosa es una pena inocente sufrida por causa mía, es tal su
potencia, que los Cielos quedan atónitos y todos quieren la satisfacción, el
bien de una pena inocente sufrida; ella puede formar con su potencia mares
de gracias, de luz, de amor para bien de todos, si no fuese por estas penas
inocentes que sostienen mi Justicia, mandaría a la ruina a todo el mundo
entero, por eso, ánimo, no te abatas hija mía, fíate de Mí y Yo pensaré en
todo y en defender los derechos de mi Voluntad para hacerla reinar.
Todo lo que he dicho sobre mi Voluntad, puedo decir que es una
nueva Creación, más bella, más variada, más majestuosa que la misma
Creación que ven todos, es más, cómo ésta queda atrás, y así como le es
imposible al hombre el destruirla, sofocar la luz del sol, impedir la
impetuosidad del viento, el aire que todos respiran, y de todas las cosas
hacer ruina, así también no pueden sofocar, mucho menos destruir nada de
lo que he dicho con tanto amor sobre mi Divina Voluntad, porque lo que he
dicho es una nueva Creación hablante, y cada verdad lleva la marca, el sello
de nuestra Vida Divina. Así que en las verdades que te he manifestado están
los soles hablantes, los vientos que hablan y abaten en mi Querer, hasta
poder asediar a la criatura con el imperio de su Potencia; en estas verdades
están mis variadas bellezas que raptarán a las criaturas, los mares de amor
con los cuales serán continuamente inundadas y que con su dulce murmullo
vencerán los corazones y los llevarán a amarme. En estas verdades he
puesto todos los bienes posibles e imaginables, amor que vence, que rapta,
que endulza, que sacude; no falta nada para dominar a la criatura y para
hacer descender mi Voluntad con decoro y majestad junto con el ejército de
mis verdades a reinar en medio de ellas. Dañar esta mi nueva Creación, a la
criatura no le será dado, Yo sabré defenderla y guardarla, y además hija mía,
esta nueva Creación me cuesta el trabajo no de seis días, sino de cincuenta
años y más, ¿cómo podré permitir que sea reprimida, que no tenga su vida y
no salga a la luz? Esto sería no tener Potencia suficiente, lo que no puede
ser. La sabré defender, no podrán tocar ni destruir una sola palabra mía, me
cuesta demasiado, y cuando las cosas cuestan mucho se usan todos los
medios, todas las artes, y se empeña aun la propia vida para obtener el
intento. Por eso hazme cumplir el trabajo de esta nueva Creación, no te
preocupes por lo que dicen o hacen, es la acostumbrada volubilidad humana,
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que a un soplo de viento ven negro, y a otro soplo se quitan la venda y ven
blanco. Yo sabré arrollar a todos y hacer salir mis verdades como ejército
aguerrido a dominar a las criaturas, se necesita paciencia, por parte mía y por
parte tuya, y sin apartarnos jamás sigamos adelante."
Octubre 2, 1938
Es decreto divino que el reino de la Divina Voluntad debe
venir sobre la tierra. La Reina Celestial llora y ruega.
La Divina Voluntad es como la linfa a las plantas.
Estoy siempre en el Querer Divino, si bien entre amarguras indecibles
como si quisieran volver turbio su mismo mar, pero este mar del Fiat forma
sus olas, me cubre, me esconde dentro, me endulza las amarguras, me da
nuevamente la fuerza y me hace continuar el camino en su Voluntad. Su
Potencia es tanta, que reduce a la nada mis amarguras y hace resurgir de
dentro de ellas su Vida llena de dulzura, toda bella y majestuosa, y yo la
adoro, le doy las gracias, le ruego que no me deje jamás sola y abandonada.
Después, mi dulce Jesús repitiéndome su breve visita me ha dicho:
"Hija mía buena, ánimo, si tú te abates perderás la fuerza de vivir
siempre en mi Querer, no te preocupes por lo que dicen y hacen, toda
nuestra victoria está en que no nos pueden impedir hacer lo que queremos,
así que Yo puedo hablarte de mi Querer Divino, y tú puedes escucharme,
ninguna potencia nos lo puede impedir. Lo que Yo te digo acerca de mi
Querer no es otra cosa que el desenvolvimiento de nuestro decreto, hecho
‘ab eterno’ en el consistorio de nuestra Trinidad Sacrosanta: ‘Que nuestro
Querer debe tener su reino sobre la tierra.’ Y nuestros decretos son
infalibles, nadie nos puede impedir que se lleven a cabo. Así como fue
decreto la Creación, la Redención, así es decreto nuestro el reino de nuestra
Voluntad sobre la tierra, por eso, para cumplir este nuestro decreto, Yo debía
manifestar los bienes que hay en él, sus cualidades, sus bellezas y
maravillas, he aquí la necesidad por la cual Yo debía hablarte tanto, para
poder cumplir este decreto. Hija, para llegar a esto Yo quería vencer al
hombre por caminos de Amor, pero la perfidia humana me lo impide, por
eso usaré la Justicia, barreré la tierra, quitaré a todas las criaturas nocivas,
que como plantas venenosas envenenan las plantas inocentes. Cuando haya
purificado todo, mis verdades encontrarán el camino para dar a los
sobrevivientes la Vida, el bálsamo, la paz que mis verdades contienen, y
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todos las recibirán, les darán el beso de paz, y para confusión de quien no las
haya creído, más bien las ha condenado, reinará y tendré mi reino sobre la
tierra: ‘Que mi Voluntad se haga como en el Cielo así en la tierra.’ Por eso
te repito, no nos apartemos en nada, hagamos nuestro camino y cantaremos
victoria, y ellos hagan su camino, en el cual encontrarán confusión y
vergüenza de ellos mismos. Les sucederá a ellos como a los ciegos que no
creen en la luz del sol porque ellos no la ven, ellos quedarán en su ceguera y
aquellos que la ven y creen gozarán, se llenarán de júbilo con los bienes de
la luz, con sumo contento de ellos."
Jesús ha hecho silencio y mi pobre mente ha quedado afligida por los
tantos males espeluznantes de los cuales está investida, y será investida la
tierra. Mientras estaba en esto, se hacía ver la Soberana Reina con los ojos
rojos y como ensangrentados por tanto que había llorado, ¡oh, qué amargura
para el corazón ver llorar a mi Mamá Celestial! Y Ella con su acento
materno y con una ternura indecible, llorando me ha dicho:
"Hija mía amadísima, ruega junto conmigo. Cómo me duele el
corazón al ver los flagelos en los cuales será envuelta la humanidad entera.
La volubilidad de los dirigentes que hoy dicen y mañana se desdicen,
arrojará a los pueblos en un mar de dolores y también de sangre; ¡pobres
hijos míos! Ruega hija mía, no me dejes sola en mi dolor, y pon la intención
de que tu dolor sea por el triunfo del reino de la Divina Voluntad."
Después seguía a la Divina Voluntad en sus actos, abandonándome
toda en sus brazos, y mi dulce Jesús ha vuelto a decir:
"Hija mía, conforme la criatura entra en nuestra Voluntad para hacerla
suya, ella hace suya la nuestra, y Nosotros hacemos nuestra la suya, y en
todo lo que hace: si ama, si adora, si obra, si sufre, si reza, nuestro Querer
forma el germen divino en sus actos, y ¡oh, cómo crece bella, fresca, santa!
Nuestra Voluntad es como la linfa a las plantas, si hay linfa las plantas
crecen bellas, son verdes, tupidas de hojas y producen frutos maduros,
abundantes y sabrosos, si en cambio comienza a faltar la linfa, la pobre
planta pierde lo verde, las hojas caen, no tiene virtud de producir sus bellos
frutos, y termina por secarse, porque la linfa es como el alma de la planta,
como los humores vitales que sostienen y hacen florecer la planta. Así es el
alma sin mi Voluntad, pierde el principio, la vida, el alma del bien, pierde la
vegetación, la frescura, el vigor, se decolora, se afea, se debilita y termina
con perder la semilla del bien. Si tú supieras cuánta compasión me da un
alma que vive sin mi Voluntad, podría llamarla: ‘Mis escenas dolorosas de
la Creación.’ Yo, que todas las cosas las creé con tal belleza y armonía,
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estoy obligado por la ingratitud humana a ver a mis más bellas criaturas que
creé, pobres, débiles, cubiertas de llagas, de dar piedad. No obstante, mi
Voluntad está a disposición de todos, no se niega a ninguno, sólo quien la
rechaza, quien ingrato no la quiere recibir, voluntariamente se priva de Ella
con sumo dolor nuestro."
Octubre 10, 1938
Primer campo de acción de Dios: "La Creación."
Estoy siempre en el mar del Fiat Supremo, y es tanto su Amor, que no
pudiéndolo contener en Sí quiere hacer ver a su criatura las nuevas sorpresas
de su Amor, quiere hacerle ver cuánto la ha amado y la ama, y si encuentra
que la criatura lo ama, hará surgir nuevo Amor para hacerle tocar con la
mano que su Amor no se detiene jamás, y la amará siempre con nuevo y
creciente Amor. Y mi siempre amable Jesús repitiéndome su breve visita,
todo bondad me ha dicho:
"Mi pequeña hija de mi Divina Voluntad, tú debes saber que nuestro
primer campo de acción fue la Creación. Ésta era un parto que ‘ab eterno’
teníamos en nuestro seno divino, y en cada cosa que debíamos sacar a la luz
del día amábamos al hombre, porque sólo por él, porque lo amamos tanto,
habíamos decretado el crear tantas cosas, hasta formarle el día de luz, la
bóveda azul que no debía descolorirse jamás, una tierra florida que debía
servirle de piso, y además, la cosa más grande, la concentración de nuestro
Amor en cada cosa creada, que debía servirle como si fuera nuestro regazo,
donde llevarlo en nuestros brazos para hacerlo feliz y darle vida continua. Y
¿sabes por qué todos estos preparativos, hasta hacernos salir fuera de nuestro
interior, como en un campo de acción, como al trabajo? Por amor de quien
debía hacer reinar a nuestra Voluntad en él. A tanto trabajo nuestro
queríamos nuestra utilidad, nuestro fin divino, que el hombre y todas las
cosas creadas debían tener por vida, por régimen, por alimento, a nuestro
Querer. Este nuestro campo de acción dura todavía, nuestro Amor corre con
una velocidad increíble, porque no estamos sujetos a cambiar, somos ‘El
Inmutable’, y lo que hacemos una vez, hacemos siempre. Mucho más, que a
pesar de este nuestro extenso campo de acción, de tanto trabajo, de tanto
Amor nuestro palpitante en cada cosa creada y en cada una de las fibras del
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hombre, nuestro fin no se ha realizado, esto es: ‘Que nuestro Querer reine y
domine en el corazón del hombre.’ ¿Podíamos Nosotros formar un campo
de acción tan extenso, permanecer aun en el trabajo sin obtener nuestro
objetivo? Esto no será jamás. Y el solo hecho de que la Creación existe
aún, es la señal cierta de que el reino de mi Querer tendrá su vida y su pleno
triunfo en medio de las criaturas. Nosotros cosas inútiles no sabemos hacer,
más bien, primero aseguramos con suma Sabiduría el bien, el provecho, la
gloria que debemos recibir, y después hacemos.
Ahora quiero decirte otra sorpresa: En cuanto la criatura entra en
nuestro Querer para hacerlo reinar, Nosotros nos metemos de nuevo en
campo de acción, renovamos nuestro trabajo, y sólo para ella concentramos
nuestro nuevo Amor en cada cosa creada, y en nuestro énfasis de Amor le
decimos: ‘Mira cuánto te amamos, que solamente por ti desenvolvemos
nuestro campo de acción, sólo por ti repetimos todas nuestras obras; pon
atento el oído y escucharás en cada cosa nuestras nuevas notas de amor que
te dicen cómo te amamos, cómo estás cubierta y escondida en nuestro Amor,
y ¡oh! los contentos, las alegrías que nos das, porque podemos repetir
nuestro campo de acción por quien vive y no quiere conocer otra cosa que
nuestra Voluntad.’ Ahora, toda la Creación, Nosotros mismos, encontrando
en ella nuestro Querer, la reconocemos como hija nuestra; toda la Creación
queda concentrada en ella, y ella en Nosotros, se vuelve inseparable de todas
las cosas creadas, porque nuestro Querer le da el derecho sobre todo, y
nuestro campo de acción encuentra su ganancia, la correspondencia a
nuestro trabajo, el que ya una criatura viviendo en nuestro Querer trabaja
junto con Nosotros, quiere hacer lo que hacemos Nosotros, nos quiere amar
con igual Amor, porque siendo una la Voluntad que nos anima, no puede
haber ni desemejanza ni disparidad. Por eso no nos sentimos más aislados
en el campo de la Creación, tenemos nuestra compañía, y esto es todo
nuestro triunfo, nuestra victoria, y el más grande bien que podemos dar a las
criaturas. Mucho más que la Creación que la circunda por fuera,
desenvolvemos nuestro campo de acción en el interior de su alma, y creamos
en ella los soles más refulgentes, las estrellas más bellas, vientos que soplan
amor continuo, mares de gracias y de belleza, aire divino y balsámico, y ella
todo recibe y nos deja libres en nuestro campo de acción, verdadera
Creación nuestra que no se opone en nada a lo que queríamos hacer; todas
nuestras obras encontrarán su puesto donde ponerse. Así el alma que vive
en nuestro Querer, podemos poner en ella todas nuestras obras más bellas, y
nuestro Querer nos prepara el espacio donde ponerlas; así que nuestro campo
3070
de acción no termina jamás en quien vive en nuestro Fiat, por eso sé atenta a
recibir lo que queremos hacer de ti."
Después de esto, ha agregado con un amor que no sé decir:
"Hija mía, nuestro principal interés, nuestra atención más asidua es
sobre el alma que vive en nuestro Querer, somos todo ojos sobre de ella, nos
parece que ni sabemos, ni podemos hacer nada si no desenvolvemos sobre
de ella nuestra virtud obrante y creadora. Nuestro Amor nos lleva a mirarla
para ver qué cosa quiere hacer: Si quiere amar, nuestra virtud creadora crea
nuestro Amor en el fondo del alma; si quiere conocernos, creamos nuestro
conocimiento; si quiere ser santa, nuestra virtud creadora crea la santidad; en
suma, en todo lo que la criatura quiere hacer, nuestra virtud creadora se
presta para crear el bien que quiere, de manera que siente en sí la naturaleza,
la vida del bien que quiere. No podemos ni queremos negar nada a quien
vive en nuestro Querer, sería como negárselo a nuestro mismo Querer, esto
es, negárnoslo a Nosotros mismos. Sería demasiado duro no servirnos de
nuestra virtud creadora para Nosotros mismos. Mira entonces en qué punto
tan alto, noble y sublime se encuentra quien vive en nuestro Querer, por eso
sé atenta, no pongas atención en nada sino solamente en vivir en Él, así
sentirás nuestra virtud creadora y obrante."
Octubre 19, 1938
Quien vive abandonado en Dios, encuentra en Él su Paternidad,
el refugio, el escondite. El Fiat, sostén y vida de toda la Creación.
Cómo Dios da la cuerda a quien quiere vivir en Él.
Estoy entre los brazos del Querer Divino, si bien bajo la opresión de
penas durísimas, tanto, de mover a piedad a todo el Cielo y hacerlo correr en
mi ayuda para darme la fuerza en un estado tan doloroso. Jesús mío,
ayúdame, no me abandones, me siento sucumbir, cómo es duro mi estado.
Pero mientras esto decía, mi dulce Jesús, más que una ternísima madre me
ha extendido los brazos estrechándome a Él, y uniendo sus lágrimas a las
mías, todo bondad me ha dicho:
"Pobre hija mía, tus penas son las mías y sufro junto contigo, por eso,
ánimo, abandónate en Mí y encontrarás la fuerza a tus penas. Quien se
abandona en Mí crece como un niño cuidado por su mamá, la cual lo faja
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para hacerlo afirmar en sus miembros, lo alimenta con su leche, lo tiene
entre sus brazos, lo besa, lo acaricia, y si llora, une sus lágrimas con las de
su hijo, así que la mamá es la vida de su hijo. ¡Oh! si el pequeño niño no
tuviese a su mamá, cómo crecería mal sin quien lo alimentara con su leche,
sin fajas, sin quien lo calentara; crecería enfermizo, débil, y solamente un
milagro lo podría hacer vivir. Así es el alma que vive abandonada en mis
brazos, tiene a su Jesús que le hace más que de madre, la alimento con la
leche de mis gracias, la fajo con la Luz de mi Voluntad, a fin de que sea
fortalecida y confirmada en el bien, la tengo estrechada a mi pecho a fin de
que no sienta otra cosa que mi Amor y los latidos ardientes de mi corazón, la
arrullo entre mis brazos, si llora lloro junto con ella, de modo que siente más
mi Vida que la suya, crece junto conmigo y de ella hago lo que quiero. En
cambio quien no vive abandonada en Mí, vive en sí misma, aislada, sin
leche, sin quien tome el cuidado de su existencia. Quien vive abandonada en
Mí encuentra su refugio en sus penas, el escondite donde esconderse para
hacer que ninguno me la toque, y si quisieran tocarla sabré defenderla,
porque quien toca a quien me ama es más que si me tocase a Mí mismo, y
Yo la escondo en Mí y confundo a aquellos que quieren golpear a quien me
ama. Y Yo amo tanto a quien vive abandonada en Mí, que hago de ella el
más grande portento, que hace quedar maravillado a todo el Cielo, y así hago
quedar confundidos a aquellos que creían golpearla para hacerla quedar
cubierta de confusión y humillaciones. Así que, a las tantas penas que
sufrimos no agreguemos esta pena, que sería la más dolorosa, el no vivir tú
abandonada en Mí y Yo en ti. Hija mía, dejémoslos decir y hacer, con tal
que no nos toquen nuestra unión, ni puede entrar ninguno en nuestros
secretos, en los abismos de mi Amor, ni impedirme lo que quiero hacer con
mi criatura. Vivamos de un solo Querer y todas las cosas estarán en su lugar
entre tú y Yo."
Después ha agregado con amor aún más tierno:
"Hija mía bendita, mi Fiat es el sostén de toda la Creación, todo se
apoya sobre de Él, no hay cosa que no sea animada por su Potencia, si no
fuera por mi Fiat, todas las cosas, las mismas criaturas, no serían otra cosa
que como tantos cuadros pintados, o como estatuas inanimadas, incapaces de
generar, vegetar, o de producir ningún bien. ¡Pobre Creación si no fuera por
mi Voluntad! No obstante no se quiere reconocer. ¡Qué dolor, ser vida de
todo y sentirnos sofocar en las mismas cosas creadas por Nosotros, y todo
porque no nos conocen! ¡Qué amargura! Si no fuese por nuestro Amor, y si
fuésemos capaces de cambiar, retiraríamos nuestra Voluntad de todos y de
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todo, y todo se reduciría a la nada. Pero como somos Inmutables y sabemos
con certeza que nuestra Voluntad será conocida, deseada, querida, amada, y
que cada uno la tendrá más que vida propia, por eso con paciencia
invencible, que sólo nuestra Divinidad puede tener y soportar, esperamos
que sea reconocida, y esto con Justicia y suma Sabiduría nuestra, porque
jamás hacemos cosas inútiles, si hacemos es porque queremos nuestra
utilidad, esto es, obtener gloria, honor de todas nuestras obras, aun de la más
pequeñita florecilla del campo. Si esto no fuese seríamos como un Dios que
no supiera ni apreciar, ni dar el justo valor a nuestras obras, por eso, es de
Justicia nuestra que nuestra Voluntad sea conocida como vida de todo, a fin
de que obtengamos la finalidad por la cual creamos toda la Creación.
Ahora, tú debes saber que conforme la criatura quiere hacer nuestra
Voluntad y entra en Ella, queda rehabilitada en la nuestra, se rehabilita en la
santidad, en la pureza, en el amor, resurge en la belleza y finalidad con la
cual la creamos, pierde los males del querer humano y comienza la vida del
bien. Mi Voluntad, en cuanto ve que el alma quiere vivir junto con Ella,
hace como se le hace al reloj que está parado, que con darle cuerda comienza
a caminar y señala las horas, los minutos y se hace guía de la jornada del
hombre. Así mi Voluntad, viéndolo detenido en el bien por el humano
querer, cuando la criatura entra en Ella le da la cuerda divina, de manera que
todo el ser humano y espiritual siente la nueva vida y la virtud de la cuerda
divina por la cual se siente investida, la cual corre en la mente, en el latido,
en todo, y con una fuerza irresistible corre en todo lo que es santo y bueno.
Esta cuerda señala los minutos y las horas eternas de la Vida Divina en el
alma y, ¡oh! cómo corre en todo lo que es divino, Nosotros la rehabilitamos
en todo, la hacemos correr por doquier en la inmensidad de nuestro mar y le
hacemos tomar lo que quiere, y si bien no puede abrazar toda nuestra
Inmensidad, sin embargo vive en nuestro mar, se alimenta de él, se va
siempre embelleciendo con nuestra Belleza, se viste con los vestidos reales
de nuestro Querer; en nuestro mar encuentra su reposo, los castos abrazos de
su Jesús, su recíproco Amor, divide junto con Él sus alegrías y sus penas,
crece siempre en el bien. Mi Voluntad se vuelve para ella su vida, su pasión
predominante. Nuestra cuerda la hace correr tanto, que llega a formarse su
pequeña morada divina en nuestro mar, la cual viene habitada por la
Trinidad Sacrosanta, que se gozan a esta afortunada criatura, colmándola
siempre con nuevas gracias y dones. Por eso lo que más te importe sea el
vivir en nuestro Fiat, a fin de que encontremos en ti las alegrías, la gloria de
toda la Creación, la finalidad con la cual la creamos."
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Octubre 26, 1938
Los tristes efectos de la turbación. La pequeña enferma
en el Querer Divino. Quien vive en la Divina Voluntad
forma el apoyo a su Creador y pone a salvo sus intereses.
Mi pobre existencia siente la necesidad extrema de vivir en el Querer
Divino, las amarguras, las penas que me envuelven son tantas, que siento
como si me quisieran arrancar de dentro del Fiat Divino y por eso siento más
que nunca la necesidad de vivir en Él, pero a pesar de todos los esfuerzos
que hago por vivir abandonada en sus brazos, no puedo hacer menos que
sentirme amargada, aturdida y turbada por las tantas molestias y duras penas
que me circundan, hasta no poder más. Jesús mío, Mamá Celestial,
ayúdenme, ¿no ven que estoy por sucumbir? Si no me tenéis en vuestros
brazos, si no continúan inundándome con las olas de vuestro Querer Divino,
yo tiemblo y temo por lo que será de mí. ¡Ah! no me dejen, no me
abandonen a mí misma en un estado tan duro. Pero mientras esto pensaba,
mi siempre amable Jesús ha corrido para sostenerme en sus brazos, y todo
bondad me ha dicho:
"Hija mía buena, ánimo, no temas, Yo no te dejo, ni puedo dejarte,
pues están las cadenas de mi Voluntad que me atan y me vuelven
inseparable de ti, y además, ¿por qué temes salir de mi Voluntad? Así como
para entrar en Ella hubo un acto firme y decidido de querer vivir en Ella, así
también para salir de Ella se necesitaría otro acto firme y decidido, esto tú no
lo has hecho, ni mi hija lo hará jamás, ¿no es verdad? Lo que quiero es que
no te dejes sorprender por la turbación, la cual te decolora, te hace perder la
frescura, te debilita la fuerza, te hace perder la vivacidad de la Luz del Fiat,
y mi Amor queda reprimido, la atención pierde el paso, y si bien estás en mi
Voluntad, pero estás como si estuvieras dentro de una casa y no pones
atención en hacer lo que deberías hacer, lo que te conviene hacer para
adornarla, ordenarla y darle toda la suntuosidad que te conviene. Así,
estando turbada en mi Voluntad no pones atención en recibir mi acto creante
y obrante, por lo tanto ni Yo puedo darte ni tú puedes recibir, estás como en
ocio. Sin embargo, ánimo, pues como tus penas son por causa mía, te
tenemos en nuestra Voluntad como la pequeña enferma, de la cual Yo, el
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primero, mientras sufro junto contigo, porque son penas mías, y sufro más
que tú, te hago de enfermero, te asisto, te hago de cama con mis brazos, te
pongo mis penas a tu alrededor para fortificarte. Nuestra Mamá Reina corre
para ponerte en su regazo, para tener defendida a su pequeña hija enferma.
Y como quien ha obrado en mi Querer ha sido la portadora de la gloria y
alegría a todo el Cielo, por eso todos corren en torno a nuestra pequeña
enferma, los ángeles, los santos, para asistirla y prestarse a sus necesidades.
En nuestra Voluntad no entran cosas extrañas que no nos pertenezcan, las
mismas penas deben ser penas nuestras, de otra manera no encuentran el
camino para entrar, por eso, ánimo, lo que quiero es que estés en paz.
Cuántas veces también Yo bajo la presión de duras penas me volvía
enfermo, y los ángeles corrían a sostenerme, mi mismo Padre Celestial al
verme entre penas desgarradoras corría y me tomaba entre sus brazos para
reforzar a mi gimiente Humanidad. Y mi Madre, cuántas, cuántas veces caía
enferma en mi Querer al ver las penas de su Hijo, hasta sentirse morir, y Yo
corría a sostenerla, la estrechaba a mi corazón para no dejarla sucumbir. Por
eso lo que quiero es ánimo, paz, no te abatas demasiado, y Yo pensaré en
todo."
Después ha agregado: "Hija mía, tú no sabes aún todo el gran bien
que recibe la criatura con vivir en mi Voluntad, y la gran gloria que da a su
Creador. Cada acto que hace en Ella es un apoyo que Dios hace sobre su
criatura, apoyo de su Potencia, de Amor, de Santidad. Cuantos más actos va
repitiendo, tanto más nos confiamos de ella y más podemos apoyar en ella lo
que es nuestro, porque está nuestra Voluntad que le da capacidad y fuerza a
la criatura para recibir lo que queremos darle, en cambio, si no encontramos
nuestra Voluntad y sus actos repetidos en Ella, no encontramos donde
apoyarnos, no posee ni fuerza, ni capacidad, ni espacio donde poder recibir
nuestros dones, ni gracia para podernos fiar de ella. Pobre criatura sin
nuestra Voluntad, es la verdadera ciudadela sin puertas, sin centinelas que la
defiendan, expuesta a todos los peligros y si queremos darle algo, sería
exponer nuestros dones y nuestra misma Vida a la inutilidad y a peligros de
sufrir ofensas e ingratitudes, tanto, de hacernos cambiar los dones y las
gracias en castigos. Porque tú debes saber que cuando la criatura hace
nuestra Voluntad ponemos en su lugar nuestros intereses, no obramos jamás
a nuestro perjuicio, primero ponemos a salvo nuestros intereses, nuestra
gloria, y después obramos, de otra manera sería como si no tuviéramos
cuidado de nuestra Santidad, ni apreciáramos nuestros dones, ni lo que
hacemos, sería como si no nos conociéramos a Nosotros mismos, ni nuestra
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Potencia, ni lo que podemos hacer. ¿Quién emprende una empresa sin poner
a salvo primero sus intereses? Ninguno, porque puede suceder que por
desgracia en su empresa pueda tener pérdidas, pero con haber pensado antes
en poner a salvo sus intereses, le servirá para no descender de su condición,
y se puede mantener en su estado; en cambio, si no hubiera puesto a salvo
sus intereses, podría llegar a morir de hambre. He aquí por qué queremos a
la criatura en nuestra Voluntad, porque queremos poner a salvo nuestros
intereses. Lo que damos, Amor, Santidad, Bondad y todo lo demás, nuestro
Querer toma el trabajo de hacérnoslo restituir como otros tantos actos
divinos, así que Amor Divino hemos dado, y Amor Divino nos da. Ella
transforma a la criatura en nuestra Santidad, Bondad y hace que nos de actos
santos y buenos, así que también su respiro, su movimiento, su paso, es puro
y santo. Sentimos en sus actos la semejanza de los nuestros, porque tal los
vuelve nuestra Voluntad, y cuando recibimos de la criatura lo que es nuestro,
cambiado en divino por nuestro Fiat, nuestro interés está en su lugar, nuestro
Amor festeja, nuestra gloria va en triunfo y preparamos nuevas sorpresas de
Amor, de dones y de gracias. Cuando nuestro interés nos es dado, no
ponemos más atención en nada, y abundamos tanto, que los Cielos quedan
admirados."
Octubre 30, 1938
Conforme la criatura ama en nuestro Querer, le duplicamos
nuevo Amor. Estupor del Cielo. Cómo adquiere el derecho de juzgar.
Mi pequeño camino en el Querer Divino continúa, si bien me parece que lo
hago con dificultad, paso a paso, pero mi dulce Jesús parece que se contenta
con tal que no me desvíe y salga fuera de su Fiat. Puedo decir que estoy
verdaderamente enferma por los tantos incidentes dolorosos de mi pobre
existencia, y por eso se contenta con lo poco que hago; sin embargo no deja
de incitarme, de estimularme al decirme nuevas sorpresas de su Querer para
hacerme retomar el vuelo. Después, visitando mi pequeña alma me ha
dicho:
"Hija bendita de mi Voluntad, cómo suspiro que el alma viva en
nuestro Querer Divino, es tanta mi complacencia, que conforme va
repitiendo sus actos en Ella, así voy preparando nuevos dones, nuevas
gracias, nuevo amor, nuevos conocimientos, para hacerle conocer siempre
más mi Voluntad y hacerle apreciar y estimar la celestial morada en la cual
3076
ha tenido el gran honor de morar. Así que, si ama, Yo le duplico mi nuevo
Amor, y si ella vuelve a amarme, Yo vuelvo siempre a sorprenderla con mi
nuevo Amor, tanto, que la criatura se siente tan inundada que confusa repite:
‘¿Será posible que un Dios me ame tanto?’ Y mientras esto dice, tomada
por el arrebato de mi Amor vuelve a amarme, y Yo de nuevo la sorprendo
con mi Amor. Sucede una competencia de Amor; la pequeñez humana
armoniza con el Amor de su Creador, y no sólo me ama por ella, sino que es
tanto mi Amor que siente, que me ama por todos y por todo. Y mi Fiat, ¿qué
hace? Con su Potencia e Inmensidad pone en vuelo este Amor que hemos
dado a la criatura, lo hace circular por doquier, y Nosotros sentimos que nos
ama en cada paso, en cada movimiento, en cada pensamiento, palabra y
latido de todas las criaturas; nos ama en el sol, en el viento, en el aire, en el
mar, no hay cosa donde no nos ame y, ¡oh! cómo nos sentimos felices,
glorificados, porque la criatura nos ama en todos y por todas partes. Con
esto no sólo la amamos a ella con nuevo Amor, sino a todas las criaturas; a
un acto de amor en mi Voluntad suceden tales prodigios, que los Cielos
ambicionan ser espectadores para gozarse las nuevas sorpresas de nuestro
Amor, y en nuestra misma Divinidad esperamos con alegría indecible que la
criatura venga en nuestro Querer a amarnos, para poder hacer desahogo de
nuestro Amor, para sentirnos amados por todos. Nuestro Amor sale en
campo para hacer su camino, y no sólo nuestro Amor, sino que conforme la
criatura va repitiendo sus actos en nuestro Fiat, así ponemos fuera nueva
Potencia, nueva Bondad, nueva Sabiduría, de modo que se sentirá animada
por nueva Potencia, Bondad y Sabiduría, en las cuales todos tomarán parte,
y Nosotros tendremos la alegría de ver investidas a las humanas
generaciones de nuestra nueva Potencia, Bondad y Sabiduría nuestras. ¿Qué
cosa no podemos hacer de esta criatura que vive en nuestro Querer?
Llegamos a tanto, que le damos el derecho de juzgar junto con Nosotros, y si
vemos que ella sufre porque el pecador debe sufrir rigurosos juicios, para no
hacerla sufrir hacemos más benignos nuestros justos rigores, y ella nos hace
dar el beso del perdón, y para hacer que se contente le decimos: ‘Pobre hija,
tienes razón, eres nuestra, pero perteneces también a ellos, sientes en ti los
vínculos de la familia humana, por eso quisieras que perdonásemos a todos,
haremos cuanto más podamos para contentarte, con tal que no desprecien o
rechacen nuestro perdón.’
Esta criatura en nuestra Voluntad es la nueva Esther que quiere poner
a salvo a su pueblo y, ¡oh! cómo estamos contentos de tenerla siempre junto
con Nosotros en nuestro Querer, porque por medio suyo nos sentimos más
3077
inclinados a usar misericordia, a conceder gracias, a perdonar a los
pecadores más obstinados, y a volver más breves las penas de las almas
purgantes. Pobre hija, tiene un pensamiento por todos, un dolor semejante a
nuestro dolor porque ve a la familia humana como nadando en nuestro
Querer y no lo reconocen, y viven en medio a los enemigos en la más
escuálida miseria."
Después ha agregado: "Hija mía, tú debes saber que conforme la
criatura reconoce nuestra Voluntad, la ama, quiere hacer su vida en Ella, así
se vierte en su Dios, y Dios se vierte en ella. Con este mutuo verterse Dios
hace suya a la criatura, le hace tomar parte en todos sus actos, se reposa en
ella, la alimenta y la hace crecer siempre más en sus actos, y la criatura hace
suyo a su Dios, se lo siente por todas partes y toma su dulce reposo en Aquél
que ama y que forma su vida y su todo. Además de esto, conforme la
criatura hace su acto en nuestro Fiat, así sentimos el vínculo de todos los
seres creados, en aquel acto nos quiere dar y hacer encontrar a todos y a
todo, parece que nos hace hacer la visita de todos los seres, para que todos
nos reconozcan, nos amen y hagan su deber hacia su Creador, y ella se hace
suplidora de todos, ama por todos y en todo, nada nos debe faltar en un acto
hecho en nuestro Querer, de otra manera no podemos decir que sea un acto
nuestro. Nuestra Voluntad, por decoro y honor, se hace portadora y dadora a
la criatura de todo lo que deberían darnos todas las otras criaturas y toda la
Creación si tuviera razón. Si no encontrásemos en nuestra Voluntad, en la
cual obra la criatura, toda nuestra gloria, el honor, la correspondencia que
nos conviene por haber dado la vida a tantos y creado tantas cosas para
mantener estas vidas, ¿dónde la podríamos encontrar? Nuestra Voluntad
difundida en todos, vida y sostén de todo, es nuestra más grande gloria, y a
la criatura que vive en Ella le suministra la ocasión de hacerle cumplir lo que
cada una de las criaturas debería darnos de gloria y correspondencia por
haberlas creado. Nosotros sabíamos que la criatura era finita, su pequeñez
no podía darnos ni amor ni gloria completa, y por eso exponíamos nuestro
Ser Divino, la Potencia de nuestro Querer, para recibir lo que a Nosotros era
debido; y la criatura viviendo en nuestro Querer era garantía de que por
todos nos podía amar y glorificar. Por eso son derechos que exigimos, que
la criatura viva en Él: Derechos de Creación, derechos de Redención,
derechos de Potencia, de Justicia y de Inmensidad, que al menos lo que no
puede hacer por sí sola, lo haga unida con nuestro Querer y así podamos
decir: ‘La criatura nos ama y nos glorifica como Nosotros queremos y
merecemos.’ Por lo tanto, si quieres darnos todo, amarnos por todos, vive
3078
siempre en nuestro Querer y Nosotros encontraremos todo en ti, y nuestros
derechos serán satisfechos."
Noviembre 6, 1938
Un acto en el Querer Divino encierra y abraza todo. Todo lo
que la criatura debe hacer está en Dios. Cómo los actos
humanos encuentran a los actos divinos.
Mi pobre mente se siente transportada por una Fuerza suprema en el mar de
la Divina Voluntad, y por cuanto giro y vuelvo a girar en Ella, jamás me es
dado el recorrerlo todo, su inmensidad es tanta, que no le es dado a mi
pequeñez, ni mirarla toda ni abrazarla, y por cuanto camino, es tanta su
inmensidad que me parece haber hecho apenas solamente unos pocos pasos,
por eso he quedado maravillada, y mi amable Jesús sorprendiéndome con su
breve visita me ha dicho:
"Mi buena hija, mi Inmensidad es inalcanzable y la criatura no puede
abrazarla toda, y por cuanto le damos de lo nuestro, comparado con nuestra
Inmensidad, apenas se puede llamar gotitas. Basta decirte que, aun un solo
acto de nuestra Voluntad es tanta su grandeza, que sobrepasa a todos los
seres posibles e imaginables, encierra y abraza a todos y a todo, por eso la
gloria que recibimos cuando la criatura ofrece su acto y lo hace investir por
nuestro Querer es tan grande, que supera toda la Creación, porque la
Creación no tiene razón, mientras que en el acto en el cual nos hace obrar, la
criatura tiene la plenitud de la razón humana, que investida por la divina
sobrepasa el cielo, el sol y todo. Por lo tanto, si nuestra gloria es grande, la
correspondencia de amor que recibimos da en lo increíble, el bien que recibe
la criatura es incalculable. En cuanto ella nos da su acto y Nosotros lo
hacemos nuestro, todos se quieren dar a ella: El sol con su luz, el cielo con
su inmensidad, el viento con su potencia e imperio, todos encuentran su
puesto en aquel acto, y se quieren dar para que su Dios sea glorificado con la
plenitud de una razón humana, de la cual ellos están privados."
Jesús ha hecho silencio y yo pensaba entre mí: "¿Cómo puede ser que
con sólo entrar en la Divina Voluntad nuestros actos adquieran tanto bien?"
Y Jesús retomando su palabra ha agregado:
3079
"Hija mía, esto sucede en modo simple y casi natural, porque nuestro
Ser Divino es simplísimo y así también nuestros actos. Ahora, tú debes
saber que todo lo que la criatura debía hacer de bien, ha sido hecho,
formado, alimentado por nuestro Querer Divino, se puede decir que sus
actos existían, existen y existirán en Él, están como alineados, ordenados y
todos tienen su puesto en nuestro Querer, mucho más, que primero son
formados en Nosotros, y después, a su tiempo, los sacamos a la luz. Ahora,
al entrar en nuestro Querer el alma encuentra todo lo que ya es suyo y que
Nosotros queremos que tome, por lo tanto los actos humanos encuentran
nuestros actos divinos establecidos por Nosotros para ella, y se arrojan sobre
ellos, se transforman, se besan, se encierran en nuestros actos divinos, que
ya son suyos, y el acto humano se vuelve acto divino, y como nuestro acto
divino es grande e inmenso, y el humano es pequeño, se siente perder en el
divino, como si perdiese la vida, pero no es verdad, la pequeña vida existe,
la razón humana se ha fundido, se ha encerrado, se ha hecho ocupar por la
nuestra, con sumo honor suyo y con suma gloria nuestra, porque hemos dado
de lo nuestro a la criatura. Y jugando el pequeño átomo del querer humano
hacemos tales prodigios de amor, de santidad, de gloria nuestra, de hacer
quedar estupefactos a Cielo y tierra, y sentirnos como correspondidos porque
hemos creado a la criatura con toda la Creación. Ahora, tú debes saber que
todo lo que la criatura hace en nuestra Voluntad queda escrito con caracteres
imborrables de luz en nuestro Fiat, y estos son actos que con su valor infinito
tendrán poder de dar a la criatura su reino, y por eso esperamos que estos
actos sean cumplidos, ellos nos darán tal correspondencia de amor y de
gloria, y darán tales gracias a los vivientes, para igualar las partes entre el
Creador y la criatura, para que nuestra Voluntad pueda reinar en medio a la
familia humana. Un acto en nuestra Voluntad es tan grande, que podemos
hacer y dar todo."
Después de esto ha agregado: "Hija mía, en cuanto el alma entra en
nuestro Querer encuentra todas las verdades que le he manifestado y que ha
conocido acerca de mi Divina Voluntad. Cuando le han sido manifestadas
ha recibido la semilla de cada una de ellas, y de ellas se siente poseedora.
Ahora, conforme entra en mi Voluntad, mientras se las siente en sí misma, al
mismo tiempo las encuentra en mi Fiat como tantas reinas, que dándole la
mano la hacen subir en Dios, haciéndose conocer mayormente, dándole
nueva luz y nuevas gracias; así que mis verdades forman la rampa para ir a
Dios, y Dios, viendo subir a la criatura a sus brazos siente tanto amor, que
desciende en el fondo de la criatura para gozarse sus verdades y reafirmarla
3080
e instruirla en cómo debe desarrollar su vida en las verdades que ha
conocido. Se puede decir que el alma y Dios forman una sociedad divina,
que trabajan juntos, y aman con un solo amor.
Has de saber que los actos hechos en mi Querer unen los tiempos y de
ellos forman uno solo, lejanía no existe entre ellos, están tan ensimismados,
que mientras son, se puede decir innumerables, forman uno solo, tanto que,
cuando se obra en mi Querer se ama, se adora, y uniendo los tiempos se
encuentran unidos con los mismos actos que hizo Adán inocente cuando
amaba y obraba en nuestros campos divinos de nuestro Fiat, se unen con los
actos y el amor de la Celestial Reina, y hasta con los mismos actos y Amor
de nuestro Ente Supremo. Éstos tienen el poder de fundirse con todos, de
tomar su puesto de honor dondequiera. Donde está mi Voluntad, estos actos
pueden decir: ‘Es puesto nuestro.’ Estos actos hechos en nuestro Querer
están dotados de valor divino, cada uno de ellos posee una alegría nueva, de
modo que la criatura se forma en sus actos innumerables alegrías, contentos
y felicidad sin fin, tanto de formarse ella misma un paraíso de delicias y de
bienaventuranzas, además de aquél que le dará su Creador. Y esto es como
connatural, porque mi Voluntad cuando obra, tanto en Nosotros mismos
como en la criatura, hace surgir la plenitud de sus alegrías y delicias que
posee, e inviste lo que obra. Poseyendo en su naturaleza mares siempre
nuevos de alegrías infinitas, no puede obrar si no genera nuevas alegrías y
delicias. Por eso todo lo que se hace en mi Querer adquiere en virtud de Él,
la naturaleza, las alegrías celestiales, la inseparabilidad de todos los bienes, y
la criatura puede decir: ‘Todos los tiempos son míos y de ellos hago uno
solo.’ ¡Qué alegría poder decir: Yo misma me he formado el paraíso,
porque el Fiat Divino ha obrado junto conmigo."
Noviembre 13, 1938
Las verdades sobre la Divina Voluntad formarán el régimen, las leyes,
el ejército aguerrido. Los conocimientos darán los ojos para hacer
poseer un bien tan grande. El distintivo de la Trinidad Santísima.
Señal para conocer si se vive en la Divina Voluntad
Mi vuelo en el Querer Divino continúa, no puedo hacer menos pues
me sentiría como si yo misma diera muerte a mi alma. ¡El Cielo me guarde!
Y además, ¿cómo podría vivir sin vida? Después pensaba entre mí en las
tantas verdades que Jesús me había dicho acerca de su Divina Voluntad, y
3081
como si quisiera formar dudas y no comprendiese bien decía entre mí:
"¿Será posible que se pueda llegar a tanto viviendo en el Querer Divino?" Y
mi amado Jesús sorprendiéndome, todo bondad me ha dicho:
"Hija mía bendita, no te maravilles, mi Voluntad tiene poder de hacer
llegar a la criatura a donde quiere, siempre y cuando esté junto con Ella. Tú
debes saber que su reino será formado, fundado sobre las verdades que ha
manifestado; por cuantas más verdades manifiesta, tanto más suntuoso,
bello, majestuoso y más sobreabundante de bienes y de alegrías será este
reino. Mis verdades formarán el régimen, las leyes, el alimento, el ejército
aguerrido, la defensa y la misma vida de quien vivirá en él; mis verdades
tomarán cada una un oficio distinto: Quién hará de maestro, quién de padre
amorosísimo, quién de madre ternísima, que para no exponer al peligro a su
hija la lleva en su regazo, la arrulla en sus brazos, la alimenta con su amor, la
viste de luz, en suma, cada verdad será portadora de un bien especial. Mira
cómo será rico el reino de mi Voluntad del que tanto estoy diciendo, y me
disgusta cuando tú no estás atenta a escribir todo, porque harás faltar un bien
de más, porque gozarán según conozcan; el conocimiento llevará la vida, la
luz, el bien que posee. Poseer un bien sin conocerlo es casi imposible, sería
como si no tuviese ojos para mirar, inteligencia para comprender, manos
para obrar, pies para caminar, corazón para amar. En cambio, la primera
cosa que hace el conocimiento es dar los ojos para no dejarlo ser un pobre
ciego, y haciéndose mirar se hace comprender y hace desear el bien, la vida
que le quiere dar, mucho más que al conocer mi verdad, ella misma se hace
actora y espectadora para transmitir su vida en la criatura. Ahora, tú debes
saber que los actos hechos en mi Querer son inseparables, pero muy distintos
entre ellos, distintos en la Santidad, en la Belleza, en el Amor, en la
Sabiduría; tendrán el distintivo de la Trinidad Sacrosanta, que mientras las
Divinas Personas son distintas entre Ellas, son inseparables, una es la
Voluntad, una la Santidad, una la Bondad y así de todo lo demás. Así, estos
actos serán inseparables y distintos, encerrarán en ellos el distintivo de la
Trinidad Suprema: ‘Una y Tres, Tres y Una.’ Es más, La poseerán como
vida propia. Estos actos serán la más grande gloria nuestra y de todo el
Cielo, al ver en ellos tantas veces multiplicada nuestra Vida Divina por
cuantos actos ha hecho la criatura en nuestro Querer Divino."
Después pensaba entre mí: "¿Cómo se puede conocer si se vive en el
Querer Divino?" Y mi dulce Jesús ha agregado:
"Hija mía, es fácil saberlo, tú debes saber que mi Fiat Divino cuando
reina en el alma tiene su acto obrante y continuo, no sabe estar sin hacer
3082
nada, Él es Vida, y la vida debe respirar, moverse, latir, hacerse sentir, debe
tener su primer acto obrante, y la criatura se siente bajo su imperio y sigue
sus actos casi en modo continuo en el Querer Divino; así que la continuación
es una señal cierta de que se vive en Él, con esta continuación siente la
necesidad del respiro, del movimiento, de la actitud divina, por eso, si
interrumpe sus actos continuos siente que le falta la vida, el movimiento y
todo, y ella pronto reemprende sus actos continuos, porque sabe que le
cuesta mucho el no continuar sus actos, le cuesta la Vida Divina, y quien la
ha poseído difícilmente la deja perder.
Ahora, este obrar de la criatura en Él, ¿sabes tú qué cosa es? Es el
desarrollo de la Vida de mi Voluntad que hace en la criatura, porque
solamente Ella tiene la virtud de nunca cesar en sus actos continuos, y si esto
se pudiese dar, lo que no puede ser, todo y todos quedarían como paralizados
y sin vida. Ahora, la criatura por sí sola no tiene esta virtud de obrar
continuamente, en cambio unida con mi Querer tiene virtud, fuerza,
voluntad, amor de hacerlo. ¡Oh, cómo sabe cambiar las cosas! Con tal que
la criatura se deje llevar, poseer por Ella, sabe hacer tales cambios que la
criatura no se reconoce más, ni siquiera le queda un lejano recuerdo de su
vida pasada. Además hay otra señal, mi Voluntad para reinar, cuando ve al
alma dispuesta, primero le embalsama la voluntad, sus penas con un aire de
paz, y después forma en ella su trono, por lo que quien vive en mi Querer
posee una Fuerza que jamás viene a menos, posee un Amor que mientras no
ama a ninguno, ama con verdadero amor a todos en Dios, y además, a
cuántos sacrificios se expone por todos y por cada uno en particular. Pobre
hija, es la verdadera mártir y víctima de todos y, ¡oh! cuántas veces al verla
sufrir la miro con tal ternura y compasión, que para reanimarla le digo:
‘Hija mía, has sufrido mi misma suerte, pobre hija, ánimo, tu Jesús te ama de
más.’ Y ella la al sentirse más amada por Mí, sonríe en las penas y se
abandona en mis brazos. Hija mía, para probar y poseer lo que sabe hacer
mi Voluntad, se necesita estar dentro de Ella, de otra manera no entenderán
nada."
Noviembre 20, 1938
El Querer Divino se vuelve el esperador del alma que quiere
vivir en Él. En quien vive en el Fiat Divino, Dios tiene su
campito donde desarrollar su trabajo.
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Me parece que el Querer Divino está dentro y fuera de mí, en acto de
sorprenderme cuando estoy por hacer mis pequeñas acciones, decir mi
pequeño "te amo", para investirlos con su Luz y hacerlos suyos. Tiene una
atención admirable e inimitable que llega a lo increíble, y si la criatura no
está atenta a darle sus pequeños actos, ¡oh! cómo sufre por eso. Cómo
quisiera ser también yo toda atención para imitarlo, no dejando que nada se
me escape, a fin de que pudiésemos sorprendernos mutuamente. Pero
mientras esto pensaba, mi dulce Jesús visitando mi pequeña alma, todo amor
me ha dicho:
"Hija mía bendita, el alma que quiere vivir en mi Querer llega a ser su gran
esperada: Él la espera si ama porque quiere amar junto, si obra la espera
porque quiere ser el actor y el espectador de su obra, así que mi Voluntad
está en continuas ansias y esperas de todo lo que hace la criatura para
investirlos, para ser el actor y hacerlos suyos. Has de saber que en cuanto el
alma entra en mi Voluntad, encuentra la Santidad de Dios que la inviste, su
Belleza que la embellece, su Amor que la transforma en Dios, su Pureza que
la vuelve tan nítida de no reconocerse más, encuentra su Luz que le da la
semejanza divina. ¡Oh, como la Potencia de mi Voluntad sabe cambiar la
suerte humana! Es por eso por lo que la espera, porque quiere desarrollar su
trabajo que ‘ab eterno’ tiene preparado, que debe hacer en aquella criatura,
no quiere ser reprimida en su movimiento incesante y llega hasta encerrar a
la criatura en su movimiento eterno, a fin de que reciba y dé, para no sufrir
esperas, porque si quien vive en su Querer no hace vida junto con Él, no lo
tolera, si no se la siente en su movimiento divino siente su Santidad dividida,
su Amor detenido y sofocado. Por eso, en quien vive en nuestro Fiat
tenemos nuestro campito divino donde podemos desarrollar nuestro trabajo;
nuestra Voluntad nos suministra la materia adaptable para hacernos hacer las
obras más bellas, porque Nosotros cuando queremos trabajar en el campito
del alma, queremos encontrar la materia de nuestra Santidad, porque
Nosotros no ponemos jamás nuestras santas manos en el fango humano.
Para hacer nuestras obras más bellas queremos encontrar nuestra Pureza que
nos atrae, nuestra Belleza que nos rapta, nuestro Amor que se impone sobre
Nosotros para hacernos obrar, y sólo nuestra Voluntad sabe suministrar estas
nuestras materias divinas para hacernos obrar. En esta criatura todo es
adaptable para Nosotros y por eso hacemos tales obras de dejar maravillados
a Cielo y tierra. En cambio, donde no está nuestro Querer estamos obligados
a no poder hacer nada, pues no hay materia nuestra que sea adaptable para
Nosotros, y si algún bien hay, es bien aparente, corrompido por la propia
3084
estima y gloria, por torcidas intenciones, y Nosotros rehuimos el obrar en
ella porque pondríamos en peligro nuestras obras más bellas, Nosotros
primero nos aseguramos y después obramos. Tú debes saber que por
cuantos más actos hace en nuestro Querer, tanto más entra en Dios y más
ensanchamos el campito en nuestro seno divino, y más obras más bellas
podemos hacer, podemos dar más de lo nuestro; así que la criatura se
encuentra siempre bajo el acto creciente de nuestra Vida Divina, nuestro
Amor la ama tanto que la lleva en brazos y nos hace decir continuamente:
‘Te hacemos a nuestra Imagen y Semejanza.’ Y la hace crecer con nuestro
aliento divino, con nuestra Santidad, Potencia y Bondad; la miramos y
encontramos en ella nuestro reflejo, nuestra Sabiduría y Belleza encantadora.
¿Cómo poder estar sin esta criatura si estamos atados a ella con nuestras
prerrogativas divinas? ¿Cómo estar sin ella si posee de lo nuestro y para
amarnos y para desadeudarse de cuanto le hemos dado nos da continuamente
lo que le hemos dado? Mucho más, que viviendo en nuestro Querer ella ha
recibido de Nosotros la virtud de poder producir Vida, no obras, porque
Nosotros al dar nuestra Santidad, nuestro Amor y todo lo demás, damos la
virtud generativa, y ella genera continuamente Vida de Santidad, Vida de
Amor, Vida de Luz, de Bondad, de Potencia, de Sabiduría, y nos las ofrece,
nos circunda y no termina jamás de darnos, cambiado en Vida, lo que le
hemos dado, y ¡oh! nuestra complacencia, nuestra fiesta, nuestra gloria al
ver regresar a Nosotros tantas Vidas que nos aman, que glorifican nuestra
Santidad, que hacen eco a nuestra Luz, Sabiduría, y a nuestra Bondad. Las
otras criaturas nos pueden dar, a lo más, obras de santidad, de amor, pero no
Vida, sólo a quien vive en nuestro Querer le es dado el poder formar tantas
Vidas con sus actos, porque ha recibido de Nosotros la virtud generativa
para poder generar cuantas Vidas quiera, para podernos decir: ‘Vida me has
dado y Vida te doy.’ Mira entonces la gran diferencia, la Vida habla, no está
sujeta a terminar, puede generar, mientras que las obras no hablan, no
generan y están sujetas a destruirse. Por eso lo que nos puede dar quien vive
en nuestro Querer, cómo nos puede amar, ninguno lo puede igualar, por
cuantas obras pudieran hacer serán siempre las gotitas de agua frente al mar,
las pequeñas luces de frente al sol; un solo ‘te amo’ de esta criatura deja
atrás a todo el amor de todas las demás criaturas unidas juntas. Este ‘te
amo’, por cuan pequeño sea, corre, abraza y se eleva sobre todo, viene a
nuestros brazos y nos abraza con los suyos, nos hace mil caricias, nos dice
tantas cosas bellas de nuestro Amor, se refugia en nuestro seno y lo oímos
decir siempre: ‘Te amo, te amo, te amo Vida de mi vida, Tú me has
3085
generado y yo te amaré siempre.’ Cualquier cosa que quiera hacer, no hace
otra cosa que formar Vida, si hace actos buenos y santos, poseyendo la Vida
de nuestra Voluntad genera la Vida de nuestra Bondad y de nuestra Santidad
y viniendo en nuestros brazos nos hablan de la historia de nuestra Bondad y
Santidad, y, ¡oh! cuántas cosas bellas nos dicen, con cuánta gracia nos
narran hasta dónde llega nuestra Bondad, qué altura y grandeza de Santidad
poseemos, no terminan jamás de decir cuán buenos y Santos somos, y
arrojándose en nuestro seno divino penetran en los más íntimos escondites
para conocer más lo buenos y santos que somos, y quedan a alabarnos por
cuanto somos buenos y santos; y ¡oh! cómo es bello el oír narrar nuestra
historia divina por una voluntad humana unida con la nuestra, que le inspira
quién es su Creador. En suma, si quiere glorificarnos genera la Vida de
nuestra gloria, y nos narra nuestra gloria; si admira nuestra Potencia,
Sabiduría y Belleza, siente en sí, como vida nuestras cualidades divinas y
nos narra cómo somos Potentes, Sabios y Bellos. Nos dice: ‘Vida de mi
vida, te he conocido y siento la necesidad de hablar de Ti y de narrarte tu
historia Divina.’ Estas Vidas son nuestra más grande gloria, son nuestra
extensa generación inseparable de Nosotros, están siempre en movimiento,
tienen siempre qué decir acerca de nuestro Ser Supremo, y una Vida no
espera a la otra, sino que mientras una viene, la otra corre detrás y después,
otra aún, no terminan jamás. Nuestro contento es pleno, la finalidad de la
Creación está realizada, esto es: La compañía de la criatura que nos conoce;
y mientras la gozamos y está con Nosotros la hacemos crecer en nuestra
semejanza. ¿Quién es aquél que no ama la compañía de quien le pertenece?
Mucho más Nosotros amamos la compañía de la criatura, porque somos
Vida de su vida. Por eso nuestro dolor fue grande cuando Adán, nuestro
primer hijo, descendió de dentro de nuestro Querer para hacer el suyo,
¡pobrecito! perdió la virtud generativa de generar con sus actos Vidas
Divinas, a lo más pudo hacer obras, no Vidas; él, unido con nuestro Querer
tenía la virtud divina en su poder y por eso podía formar con sus actos
cuantas Vidas quería. Le sucedió como a una madre estéril a la que no le es
dado el poder generar, o bien como a una persona que quiere hacer un
trabajo, y que posee un hilo de oro purismo y refulgente, pero aparta de sí el
hilo de oro, lo pone bajo sus pies, así que el hilo de oro se alejó de él; éste
hilo de oro es mi Voluntad como Vida y lo sustituyó el hilo de su voluntad,
que se puede llamar hilo de fierro. Pobrecito, no pudo más hacer trabajo de
oro, investidos por el refulgente Sol de mi Querer, debió contentarse con
hacer trabajos de fierro, y en ocasiones, trabajos sucios, llenos de pasiones.
3086
La suerte de Adán sufrió tal cambio, que casi no se reconocía más,
descendió en el abismo de las miserias, la Fuerza, la Luz no estaban más en
su poder. Antes de pecar, en todos sus actos crecía en él nuestra imagen y
semejanza, porque era un trabajo que tomamos en el acto de crearlo, y
queríamos mantener nuestro trabajo, tener en vigor nuestra palabra creadora
por medio de sus mismos actos, también para tenerlo siempre junto con
Nosotros y estar en continua comunicación con él. Así que nuestro dolor fue
grande, si nuestra Omnividencia no nos hubiese hecho presente que nuestra
Voluntad debía reinar como Vida en los siglos futuros, lo que fue como un
bálsamo a nuestro intenso dolor, por la fuerza del dolor hubiéramos reducido
a la nada toda la Creación, porque no reinando nuestra Voluntad en ella, no
nos servía más y debía servir sólo a la criatura, mientras que Nosotros
habíamos creado todas las cosas para servirnos a Nosotros y a ellas, por eso
ruega que regrese mi Voluntad como Vida y sé tú su víctima."
Noviembre 26, 1938
La disposición llama al trabajo divino. La Divina Voluntad pone
el movimiento divino en quien vive en Ella. Encanto de las pupilas
divinas . Diferencia entre los bienaventurados y las almas viadoras.
Estoy bajo las olas eternas del Querer Divino, el cual quiere darse
siempre a la criatura, pero quiere que también ella lo quiera, no quiere ser un
intruso que se hace encontrar dentro sin que ella lo sepa del todo, quiere ser
buscado, quiere darle su beso de amor, y después como triunfador cargado
de dones entra en ella y la llena con sus dones. Pero mientras esto pensaba,
mi dulce Jesús que siente la necesidad de confiar sus secretos a su criatura
me ha dicho:
"Hija mía bendita, mi Querer quiere dar, pero quiere encontrar la
disposición de la criatura para poner en ella sus dones. La disposición es
como la tierra en manos del agricultor, pues por cuantas semillas tuviese, si
no tiene una tierra dónde arrojar sus semillas, jamás podrá sembrar, y si la
tierra tuviera razón y no estuviera dispuesta a recibir sus semillas, el pobre
agricultor se sentiría arrojar a la cara, en los ojos, las semillas con las cuales
quería enriquecer a la tierra. Así es mi Voluntad, quiere dar, pero si no
encuentra al alma dispuesta, no encontraría el lugar donde poner sus dones,
3087
se los sentiría arrojar en la cara con sumo dolor suyo, y si le quisiera hablar,
la encontraría sin oído para hacerse escuchar. Por eso, la disposición
prepara al alma, abre las puertas divinas, da el oído, se pone en
comunicación para que el alma oiga primero lo que mi Querer quiere darle,
de modo que ame y suspire lo que debe recibir. Si no está dispuesta nada
damos, porque no queremos exponer nuestros dones a la inutilidad. La
disposición sirve como la tierra al agricultor, que se somete a lo que él
quiere hacer, se deja trabajar, se deja labrar, formar los surcos para poner al
seguro la semilla con la cual quiere llenarla; así nuestro Ente Supremo, si
encontramos la disposición hacemos nuestros trabajos, la preparamos, la
purificamos, con nuestras manos creadoras preparamos el lugar dónde poner
nuestros dones y formar nuestras obras más bellas. En cambio si no está
dispuesta, con toda nuestra Potencia nada podemos hacer, porque su interior
está obstaculizado por piedras, por espinas, por viles pasiones, y como no
está dispuesta no se presta para que se le quiten. ¡Cuántas santidades se
vuelven humo por la falta de disposición! Mucho más, que si no está
dispuesta no se adapta a vivir en nuestro Querer Divino, más bien parece que
no es para ella, su Santidad la aterra, su Pureza la hace avergonzarse, su Luz
la ciega; en cambio, si está dispuesta se arroja en sus brazos y se deja hacer
todo lo que le queremos hacer, es más, se está como una pequeña niña
recibiendo nuestros trabajos, con tal amor que nos sentimos raptar; y nuestro
Querer, ¿qué hace? Hace correr en ella su movimiento divino, y con este
movimiento encuentra en acto todas nuestras obras, las besa, las abraza, las
inviste con su pequeño amor; encuentra mi concepción, mi nacimiento en
acto, y con su amor quiere concebirse y renacer conmigo, y Yo, no sólo la
dejo hacer, sino que siento tal contento que me siento correspondido por
haber nacido sobre la tierra, pues encuentro quien renace junto conmigo.
Pero sigue más adelante aún, el movimiento divino que posee la hace correr
dondequiera, y encuentra como ejército aguerrido todo lo que hizo mi
Humanidad, mis lágrimas, mis palabras y oraciones, mis pasos, mis penas,
todo lo toma, lo besa, lo adora, no hay cosa hecha por Mí que no invista con
su amor, ¿y después qué hace? Todo lo hace suyo, y con un modo y gracia
infantil encierra todo en su regazo, se eleva en lo alto, viene delante a
nuestra Divinidad y alinea a nuestro alrededor todas nuestras obras, y con
énfasis de amor nos dice: ‘Majestad adorable, cuántas obras bellas os traigo,
todo es mío y todo os traigo para que todas te amen, te adoren, te glorifiquen
y te correspondan por tanto amor que tienes por mí y por todos.’ Este
movimiento divino que mi Querer pone en la criatura que vive en Él, es la
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nueva Vida que recibe, con este movimiento tiene derecho sobre todo, lo que
es nuestro es suyo, por eso todo nos puede dar y, ¡oh! cuántas sorpresas nos
da, tiene siempre qué darnos. Con este movimiento divino tiene virtud de
correr dondequiera, y ahora nos trae la Creación para amarnos como la
hemos amado en todas las cosas creadas, ahora nos trae a todas las criaturas
para amarnos por todos y con todos, ahora nos trae todo lo que Yo hice
estando en la tierra para decirnos: ‘Os amo como Vosotros os amáis.’ No se
detiene jamás, parece que no sabe estar si no nos da nuevas sorpresas de
amor, quiere poder decir: ‘Lo amo, lo amo siempre.’ Y Nosotros la
llamamos nuestra alegría, nuestra felicidad perenne, porque no hay alegría
más bella para Nosotros que el amor continuo de la criatura, porque tú debes
saber que un acto hecho en nuestro Querer es más que sol que surge, el cual
con su luz inviste toda la tierra, el mar, las fuentes de agua, aun el más
pequeño hilo de hierba no es puesto aparte, todos son investidos de luz. Así
un acto hecho en mi Querer corre, busca, inviste todo, forma su manto de
plata refulgente dentro y fuera de las criaturas, y así adornadas nos las trae
delante a nuestra Majestad adorable, y nos hace implorar por nuestra misma
Voluntad con voz de luz, de amor hablante, por todos, y poniendo un dulce
encanto a nuestras pupilas divinas nos hace ver a todas las criaturas
envueltas en nuestra Luz divina, y Nosotros mismos exaltamos la Potencia
de nuestro Fiat, que con la Potencia de su Luz sabe esconder las miserias
humanas y las convierte también en luz. A un acto suyo no se le niega nada,
porque tiene poder de darnos todo y suplir por todos."
Yo al oír esto pensaba entre mí: "Si tanto puede hacer una criatura
viadora que viva en su Querer con un solo acto, ¿qué cosa no harán los
bienaventurados en el Cielo, que hacen vida perenne en Él?" Y mi dulce
Jesús ha agregado:
"Hija mía, hay una gran diferencia entre los bienaventurados y el alma
viadora. Los bienaventurados no tienen nada que agregar; su vida, sus actos,
su voluntad, quedó fijada en Nosotros y pueden decir: ‘Cumplimos nuestra
jornada.’ Hacer más no les es dado, a lo más, Nosotros podemos dar nuevas
alegrías y nuevo Amor. En cambio la viadora, su jornada no ha terminado, y
si quiere y vive en nuestro Querer puede obrar prodigios de Gracia, de luz
para el mundo entero, y prodigios de amor para su Creador. Por eso toda
nuestra premura es por el alma viadora, porque nuestro trabajo está aún en
curso, no ha terminado, y si se presta hacemos trabajos jamás hechos,
trabajos tan bellos que hacen quedar estupefactos a Cielo y tierra. Por eso
nuestro dolor es grande cuando encontramos al alma viadora que no se
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presta para hacernos hacer las obras más bellas que queremos hacer.
Cuántos trabajos nuestros comenzados y no terminados, otros, rotos en lo
más bello, porque sólo en nuestro Querer y por quien vive en Él, podemos
cumplir nuestras obras con una belleza inenarrable, porque Él nos suministra
la materia adecuada para hacer lo que queremos hacer, fuera de Él no
encontramos ni luz suficiente, ni amor que surge, ni materia divina, estamos
obligados a cruzarnos de brazos sin poder seguir adelante, ¿y cuántos no
viven en nuestro Querer? Y además, para la viadora está la moneda del
mérito que corre, y en todos sus actos animados por nuestro Querer viene
acuñada nuestra imagen divina, conteniendo valor infinito, así que cuando
quiere tiene la moneda para pagarnos lo que quiere. Por eso nuestro trabajo
e interés es por las almas que están en el camino, porque es tiempo de
conquistas, mientras que en el Cielo no hay ya más adquisiciones, sino sólo
alegría y felicidad."
Noviembre 30, 1938
Quien gira en el Querer Divino y reconoce sus obras, recibe la dote
que Dios le ha dado, y forma sus jornadas, se hace mensajera de paz
entre el Cielo y la tierra. La generación divina.
Estaba haciendo mi giro en los actos del Querer Divino hechos por amor
nuestro, y me parecía que todos querían ser reconocidos, qué cosa habían
hecho y cuánto nos habían amado y cómo nos aman, no estando sujeto a
terminar su amor. Después pensaba entre mí: "Pero ¿cuál es el bien que
hago con el regresar siempre a los actos del Querer Divino?" Y mi siempre
amable Jesús, sorprendiéndome, todo bondad me ha dicho:
"Hija mía bendita, tú debes saber que en todo lo que hemos hecho,
tanto en la Creación como en la Redención, no hacíamos otra cosa que
formar la dote para dotar a las criaturas con nuestros mismos bienes y obras
nuestras. Ahora, quien viene en nuestro Querer viene a tomar posesión de su
dote, a reconocerla y amarla, y conforme gira en Él para conocer la dote
extensísima que le ha dado su Creador, así forma su jornada en el tiempo, así
que por cuantas veces gira, camina, ama, conoce, tantas jornadas forma, y
Yo por eso le he dado esta gran dote, que puede recibir y conocer en el
tiempo, para que haga sus jornadas, las cuales serán las jornadas que
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coronarán el día eterno de la eternidad que jamás termina. Por lo tanto, porcuanto más gira en Él, tantas más jornadas forma, que la volverán más rica y
gloriosa en el Cielo. Y si la criatura no se tomase el cuidado de reconocer,
de poseer, de amar esta gran dote, sería una pobre infeliz que vive en la
miseria y está obligada a morir de hambre mientras posee tantos bienes;
sucedería como a un padre que dota a su hijo de sus propiedades
extensísimas, el cual no toma cuidado de conocerlas ni de ir frecuentemente
a ellas para poseer y gozar la dote que le ha dado su propio padre. Este hijo,
con toda la dote que podría poseer, porque no pone cuidado de ella y no la
reconoce, de rico es pobre, y se puede decir que ha descendido de la nobleza
del padre, como si no fuese su hijo legítimo. ¿Qué dolor no sería el de aquel
pobre padre, que mientras él es tan rico ve a su hijo pobre, cubierto de
andrajos y mendigando el pan a los demás? Este hijo, si tuviese poder haría
morir al propio padre de dolor. En tal estado se encuentra nuestro Ente
Supremo, todo lo que hemos creado era la dote que debíamos dar a la
criatura para volverla feliz y rica, y para hacerle conocer quiénes somos,
cuánto la hemos amado y cuánto hemos hecho por ella. Por lo tanto, quien
no gira en nuestras obras no las reconoce, ni las posee, ni forma en ellas el
mérito de sus jornadas en el tiempo, ¿No es esto para Nosotros un gran
dolor? Por eso ven siempre en nuestras obras; por cuanto más vengas tanto
más las reconocerás, las amarás, y con derecho tendrás la posesión de ellas.
Además de esto, cada acto hecho en mi Voluntad es un mensajero de
paz que parte de la tierra y viene al Cielo, viene a poner paz entre el Cielo y
la tierra. Cada palabra dicha sobre mi Querer lleva el vínculo de la paz, y
quien viene a vivir en Él, el primer bien que recibe es el vínculo de la paz
entre ella y Nosotros, se siente como embalsamada en nuestra paz divina;
con este vínculo de paz siente en sí la virtud de hacer de pacificadora entre el
Cielo y la tierra, todo es paz en ella, pacíficas son las palabras, las miradas,
los movimientos; ¡oh! cuántas veces con una sola palabra pone paz entre
Nosotros y las criaturas, una sola mirada suya, dulce y pacífica, nos hiere y
nos hace cambiar los flagelos en gracias, por eso todos sus actos no son otra
cosa que vínculos de paz, mensajeros pacíficos que llevan el beso de paz de
las criaturas a Dios, y de Dios a las criaturas, mucho más que, por cuanto
más vive la criatura en nuestra Voluntad, más se adentra en nuestra Familia
Divina, adquiere de más nuestros modos, le son dados a conocer nuestros
secretos, nos semeja de más, la amamos y nos ama de más, y nos pone en
condición de darle siempre nuevas gracias, nuevas sorpresas de amor, la
tenemos en nuestra casa y perteneciendo a nuestra Familia podemos decir
3091
que come a nuestra mesa, que duerme sobre nuestras rodillas. Vivir sin ella
no podemos, nuestro Querer la vincula en tal modo, que la vuelve tan
amable y atrayente que no podemos estar sin ella, ni ella puede estar sin
Nosotros."
Después de esto ha agregado: "Hija mía, nuestro deseo de que las
criaturas vivan en nuestro Querer es grande, nos encontramos en las
condiciones de una pobre madre que siente la necesidad de poner fuera su
parto y no lo puede hacer, no tiene dónde ponerlo ni a quién confiarlo, ni
tiene quién lo reciba, pobre madre, cuánto sufre. Así se encuentra nuestro
Ser Supremo, sentimos la necesidad de generarnos a Nosotros mismos, pero,
¿dónde ponernos? Si nuestra Voluntad no es vida de la criatura no hay lugar
para Nosotros, no tenemos a quién confiarnos, ni quién nos alimente, ni el
cortejo que requiere nuestra Majestad Adorable, y como nuestra Trinidad
Santísima está siempre en acto de generar, estos nuestros partos permanecen
reprimidos en Nosotros mismos, mientras que queremos generar nuestra
Trinidad Divina en las criaturas, pero como no viven en nuestro Querer, no
hay quién reciba nuestra generación divina. ¡Qué dolor, ver permanecer a
esta nuestra generación divina en Nosotros mismos, sin poder desarrollar el
gran bien que puede hacer nuestra generación eterna en las criaturas!
Nuestra Voluntad abraza todo, y quien vive en Ella, en cuanto forma sus
actos se hace la portadora de todos, si ama nos trae el amor de todos, si
adora nos trae la adoración de todos, si sufre encierra la satisfacción de
todos; un acto en nuestro Querer debe sobrepasar, encerrar, abrazar a todos y
a todo, y llega hasta hacerse portador de nuestro Ente Supremo, porque
Nosotros no salimos jamás de nuestro Querer, y quien vive en Él nos puede
encerrar en cada acto suyo para llevarnos a donde quiere: Nos lleva a las
criaturas para hacernos conocer, nos lleva a la Creación toda para decirnos:
¡Cómo son bellas tus obras! Nos lleva a Nosotros mismos para decirnos:
Mira cuánto os amo, que llego hasta llevaros a Vosotros mismos! Nosotros
nos encontramos en las condiciones en las cuales se encuentra la esfera del
sol, que no sale jamás de dentro del círculo de sus rayos, y si éstos
descienden hasta lo bajo de la tierra, inviste todo, aun a la pequeña plantita;
su esfera, desde la altura donde se encuentra no se separa jamás de su luz,
camina junto a ella y hace lo que hacen sus rayos. Así somos Nosotros,
somos los portadores de nuestra Voluntad, y Ella es nuestra portadora,
somos una sola Vida, y quien vive en Ella se hace portador de nuestro Ser
Divino y Nosotros nos hacemos portadores de la pequeña voluntad humana,
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y la amamos tanto que forma nuestra victoria, y la alegría más bella al ver
cumplida en ella nuestra Voluntad."
Diciembre 5, 1938
Suspiros de Dios porque se viva en su Querer. Cómo tiene establecido
que hará tantas Vidas Divinas por cuantas cosas ha creado, y por
cuantos actos hará la criatura en su Querer. Cómo quedará
formada su Santidad, su Amor en ellas.
El mar del Querer Divino murmura siempre, forma sus olas altísimas para
investir a las criaturas, ahora de Luz, ahora de Amor, ahora de encantadora
Belleza, y ahora con gemidos, porque quiere su puesto en las criaturas para
vivir en ellas. Su Amor es indecible y llegaría a los excesos, usaría todas sus
estratagemas de amor con tal que tuviese la libertad de vivir y de hacernos
vivir en su Fiat. Yo he quedado sorprendida al ver esto y mi amable Jesús
me ha dicho:
"Hija de mi Voluntad, tú no sabes hasta donde llega nuestro Amor y
qué cosa haremos para hacer vivir a la criatura en nuestra Voluntad. Este es
el punto más bello de la Creación, y si esto no lo hacemos podemos decir
que nuestro trabajo no está cumplido, ni hemos hecho lo que sabemos y
podemos hacer, podemos decir que no hemos hecho nada en comparación
con lo que nos queda por hacer. Debes saber que ‘ab eterno’ ha sido
establecido por nuestra Divinidad, que tantas Vidas haremos de Nosotros
mismos por cuantas cosas hemos creado y por cuantos actos hará la criatura
en nuestra Voluntad; siendo nuestro Ser superior a todo, es justo que supere
en sus Vidas al número de todas las cosas creadas y de todos los actos de la
familia humana. Ahora, si la criatura no vive en nuestra Voluntad no lo
podemos hacer, nos faltaría la materia divina para formar nuestra Vida en
sus actos, nos faltaría el lugar dónde ponerlas y además, formar estas
nuestras Vidas sin quien las quiera recibir, sin quien las conozca y las ame,
¿en qué aprovecharía? Ves entonces como se trata del acto más bello, más
potente y sabio, se trata de poner fuera nuestras Vidas que ya tenemos
generadas en nuestro seno, y no podemos sacarlas porque no reina nuestro
Querer. ¿Te parece poco lo que falta al gran trabajo de la Creación? Falta el
acto más importante, el punto más culminante, en el cual será envuelta la
3093
Creación y todos los actos de una belleza tan singular, de una gloria tan
grande, que hará quedar como pequeñas gotitas la belleza que han conocido
de Nosotros y la gloria que nos han dado en el pasado. ¡Oh, hija mía, cómo
lo suspiramos, cómo nuestro Amor se estremece, gime, delira porque la
criatura viva en nuestro Querer! Y como sabemos que muchas cosas les
faltan para podernos servir de sus actos para formar nuestra Vida, estamos
dispuestos a nuestro trabajo continuo para suplirla en todo; en cada acto
suyo le daremos nuestro Amor, nuestra Santidad, nuestra Bondad y nuestra
Belleza, para que nada falte de lo que es necesario para formar nuestra Vida,
y así generaremos y nos reproduciremos a Nosotros mismos y, ¡oh! cuánta
correspondencia de Amor, de Santidad, de Bondad tendremos, nos
felicitaremos en el dulce encanto de nuestra Belleza. ¿Cómo no debemos
suspirar que se viva en nuestro Querer, si no es solamente a la criatura a la
que tendremos con Nosotros, sino a nuestra misma Vida generada en sus
actos? Y mientras nos gozaremos una Vida nuestra, otra le seguirá y
después otra más, y así, según los actos que hará. Nosotros, conforme
veamos que está por hacer su acto, pondremos de lo nuestro y nos haremos
actores para formar una Vida nuestra, y nos haremos también espectadores.
¡Qué alegría, qué felicidad hija mía, poder formarnos a Nosotros mismos,
tener quien nos conozca y ame y poseer nuestra morada en la criatura!
Además de esto, el gran bien que tendrá la criatura, su pequeña
santidad quedará en la nuestra, su pequeño amor quedará en el nuestro, su
bondad y belleza quedarán en las nuestras, de modo que si hace un acto
santo tendrá nuestra Santidad en su poder, si ama amará con nuestro Amor, y
así de todas las demás cosas, de modo que sus actos surgirán de dentro de
nuestros actos, porque todo lo que se hace en nuestro Querer no sale, ni de
Nosotros ni de dentro de nuestros actos, así que nos amará siempre y nos
sentiremos siempre amados, crecerá siempre en santidad, bondad y belleza,
con esto adquirirá siempre nuevos conocimientos de su Creador, porque se
lo sentirá palpitante en sus actos. Mi Voluntad se hará reveladora, le dirá
siempre cosas nuevas de nuestro Ser Divino para hacerle apreciar
mayormente nuestra Vida que posee. El conocimiento hace surgir nuevo
amor, comunica otras variedades de nuestra Belleza, no le dará tiempo al
tiempo para decirle cosas nuevas, como alimentándola de lo que somos. La
feliz criatura se sentirá atrapada en las redes de nuestro Amor, se sentirá
investida por nuestra Luz y por el encanto de nuestra Belleza, y Nosotros
quedaremos de tal manera raptados por su amor, que nos refugiaremos en
ella para amar y para dar desahogo a nuestro Amor, y la embelleceremos
3094
tanto, de hacernos sufrir el encanto de una belleza tan sublime. Por eso
todas las demás cosas las podemos llamar pequeñas gotitas en comparación
del vivir la criatura en nuestro Querer. Por lo tanto sé atenta, me darás el
más grande contento, me volverás feliz si vives en mi Voluntad."
Después de esto continuaba pensando en el gran bien de vivir en el
Querer Divino, y el dulce Jesús me ha dicho:
"Hija mía, es tan grande este bien, que siento a lo vivo nuestra Vida
palpitante en ella, tanto, que no tenemos más necesidad de palabras para
hacernos entender. Nuestro respiro en el suyo es palabra, la cual inviste al
ser humano, lo transmuta en nuestra palabra, y oye que habla en la mente, en
las obras, en los pasos, y la virtud de nuestra palabra creadora la inviste, en
modo que se hace oír en las más íntimas fibras del corazón, y cambia en mi
misma palabra a la criatura. Mi palabra se vuelve naturaleza en ella, y no
hacer lo que digo y quiero sería como si fuese contra ella misma, lo que no
puede ser; así que para quien vive en mi Querer Yo soy palabra en el respiro,
en el movimiento, en la inteligencia, en la mirada, en todo, tanto que,
mientras se siente fundida y empapada en mi palabra, no habiendo oído el
sonido de mi voz se maravilla y dice: ‘Cómo siento cambiada mi naturaleza
en su palabra, y no sé cuando me lo ha dicho.’ Y Yo le digo: ‘¿No sabes
que soy palabra a cada instante? Y aunque tú no me escuches Yo hablo,
sabiendo que cuando entres en el gabinete de tu alma la encontrarás y
tomarás el don de mi palabra.’ Mis palabras no huyen, sino quedan y
transforman a la naturaleza humana en ellas mismas. Sucede tal unión y
transformación entre quien vive en nuestro Querer y Nosotros, que nos
entendemos sin hablar y hablamos sin palabras, y éste es el más grande don
que podemos hacer a la criatura: ‘Hablar con el respiro, con el movimiento.’
Está tan fundida con Nosotros, que usamos con ella los mismos modos que
usamos con Nosotros mismos, que a pesar de que nuestro Ser Divino es todo
palabra y voz, cuando no queremos no nos hacemos escuchar por ninguno.
Por eso sé atenta y déjate guiar en todo por mi Querer."
Diciembre 8, 1938
La Humanidad de nuestro Señor servía de velo a su Divinidad y a los
prodigios del Querer Divino. Todas las cosas creadas y la misma
criatura son velos que esconden la Divinidad. La Inmaculada
Concepción, renacimiento de todos.
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Mi vuelo en el Querer Divino continúa, me parece que en todas las cosas,
naturales y espirituales se hace encontrar, y con un Amor indescriptible dice:
"Estoy aquí, obremos juntos, no hagas nada sola, sin Mí no sabrías hacer
como hago Yo, y Yo quedaría con el dolor de haber sido puesto aparte y tú
quedarías con el dolor de no tener en tus actos el valor de un acto de una
Voluntad Divina. Mientras esto pensaba, mi dulce Jesús repitiéndome su
breve visita, todo bondad me ha dicho:
"Hija mía bendita, mi Santísima Humanidad fue la depositaria de mi
Divina Voluntad; no hubo acto, pequeño o grande, hasta el respiro, el
movimiento, en el cual mi Humanidad haciéndose velo no escondiese en
todo a mi Fiat Divino, es más, Yo no habría sabido respirar, ni moverme si
no lo hubiera encerrado en Mí, así que mi Humanidad me sirvió de velo para
esconder mi Divinidad y el gran prodigio del obrar de mi Querer en todos
mis actos. Si esto no hubiese sido, ninguno hubiera podido acercarse a Mí,
mi Majestad, la Luz resplandeciente de mi Divinidad los habrían eclipsado y
arrojado por tierra, y todos habrían huido de Mí. ¿Quién habría osado darme
la más pequeña pena? Pero Yo amaba a la criatura y no vine a la tierra para
hacer alarde de mi Divinidad, sino de mi Amor, y por eso quise esconderme
dentro del velo de mi Humanidad para hermanarme con el hombre y hacer lo
que hacía él, hasta hacerme dar penas inauditas y la misma muerte. Ahora,
quien se une con mi Humanidad en todos sus actos, en sus penas, con el
querer encontrar mi Voluntad para hacerla suya, rompe el velo de mi
Humanidad, y encuentra en mis actos el fruto, la Vida, los prodigios que Ella
hizo en Mí y recibe como vida suya lo que hice en Mí, y mi Humanidad le
servirá de ayuda, de guía, le hará de maestra para enseñarle como se vive en
Ella, de modo que Yo me tendré en la tierra a Mí mismo en la criatura, la
que continuará a hacerme de velo para esconder lo que quiere hacer mi
Voluntad. En cambio, si me buscan sin mi Querer encontrarán sólo mi velo,
pero no encontrarán la Vida de mi Querer, el cual no podrá producir los
prodigios que obró en el escondite de mi Humanidad. Es siempre mi
Voluntad la que sabe esconder en la criatura los prodigios más grandes, los
soles más refulgentes, las maravillas jamás vistas, y cuantas Humanidades
mías vivientes habría tenido sobre la tierra, pero, ay de Mí, las busco y no
las encuentro porque no hay quien busque con toda firmeza mi Voluntad."
El amado Jesús ha hecho silencio y yo he quedado pensativa acerca de
lo que me había dicho, y tocaba con la mano que todo lo que Jesús había
3096
hecho, dicho y sufrido, eran portadores del Querer Divino; y retomando su
palabra ha agregado:
"Hija mía buena, no sólo mi Humanidad escondía en modo especial a
mi Divinidad y Voluntad, sino todas las cosas creadas, y la misma criatura,
son velos que esconden a nuestra Divinidad y Voluntad adorable. El cielo es
velo que esconde nuestra Divinidad Inmensa, nuestra Firmeza e
Inmutabilidad, y la multiplicidad de las estrellas esconde los múltiples
efectos que posee nuestra Inmensidad, Firmeza e Inmutabilidad. ¡Oh! si el
hombre pudiese ver bajo esa bóveda azul nuestra Divinidad develada, sin los
velos de aquel azul que nos cubre y nos esconde, su pequeñez quedaría
aplastada por nuestra Majestad y caminaría temblorosa sintiendo sobre ella
la mirada continua de un Dios Puro, Santo, Fuerte y Potente, pero como
Nosotros amamos al hombre, nos velamos, prestándonos a lo que le sea
necesario pero en forma escondida. El sol es velo que esconde nuestra Luz
inaccesible, nuestra Majestad refulgente, es más, debemos hacer un milagro
para restringir nuestra Luz increada para no infundirle espanto, y velados por
esta luz creada por Nosotros nos acercamos, lo besamos, lo calentamos,
extendemos este velo de luz hasta debajo de sus pasos, a derecha e izquierda,
sobre su cabeza; llegamos a llenarle el ojo de luz, pues quién sabe, tal vez la
delicadeza de su pupila nos reconozca; pero qué, todo en vano, toma el velo
de luz que nos esconde y Nosotros permanecemos el Dios desconocido en
medio a las criaturas. ¡Qué dolor! Así que el viento es velo que esconde
nuestro Imperio, el aire es velo que esconde nuestra vida continua que
damos a las criaturas, el mar es velo que esconde nuestra Pureza, nuestros
refrigerios y frescura divina, su murmullo esconde nuestro Amor continuo, y
cuando vemos que no nos escucha llegamos a formar olas altísimas, como
para alborotar y que nos reconozca, porque queremos ser amados; cualquier
bien que recibe el hombre, velada dentro está nuestra Vida que se lo lleva.
Nuestra Divinidad que ama tanto al hombre, llega a velarse aún en la tierra
para volverla firme y estable bajo sus pasos para no hacerlo trastabillar;
hasta en el pájaro que canta, en los prados floridos, en las variadas dulzuras
de los frutos, nuestra Divinidad se vela para llevarle nuestras alegrías y
hacerle gustar las delicias inocentes de nuestro Ser Divino. Y además, qué
decirte, con cuántos prodigios de Amor estamos velados y escondidos en el
hombre: Nos velamos en el respiro, en el latido, en el movimiento, en la
memoria, en la inteligencia y voluntad; nos velamos en su pupila, en su
palabra, en su amor, y, ¡oh! cómo nos duele el no ser reconocidos ni amados,
podemos decir: ‘Vivimos en él, lo llevamos y nos hacemos llevar por él, no
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podría hacer nada sin Nosotros, no obstante vivimos juntos sin conocernos,
qué dolor, si nos conociera, la vida del hombre debería ser el más grande
prodigio de nuestro Amor y Omnipotencia; de dentro de sus velos no
debíamos hacer otra cosa que llevarle nuestra Santidad, nuestro Amor,
cubrirlo con nuestra Belleza, hacerlo gozar nuestras delicias, pero como no
nos reconoce nos tiene como el Dios lejano de él. Nosotros, si no somos
reconocidos no podemos dar a los ciegos nuestros bienes, y es obligado a
vivir bajo la opresión de sus miserias y pasiones; pobre hombre que no nos
conoce, ni en los velos que nos esconden en él, ni en los velos de todas las
cosas creadas, no hace otra cosa que huir de nuestra Vida y de la finalidad
para la cual fue creada, y muchas veces no pudiendo soportar su ingratitud,
los bienes que contienen nuestros velos se cambian para él en castigos. Por
eso reconoce en ti misma que no eres otra cosa que un velo que escondes a
tu Creador, a fin de que recibas y podamos suministrarte en todos tus actos
nuestra Vida Divina, que se reconoce en los velos de todas las cosas creadas,
a fin de que todas te ayuden a recibir tan grande bien."
Después de esto estaba haciendo mi giro en los actos del Querer
Divino, cuántas sorpresas en este Querer tan Santo, y lo que es más, Él
espera a la criatura para tenerla al día de sus obras, para hacerle conocer
cuánto la ama y para hacerle don de lo que hace. Siente el delirio de dar
siempre, sin cesar jamás, y por correspondencia se contenta con el pequeño
‘te amo’ de la criatura. Después he llegado al momento de la Concepción de
mi Mamá Reina, ¡cuántas maravillas! y mi dulce Jesús retomando su palabra
me ha dicho:
"Hija mía bendita, hoy es la fiesta de la Inmaculada Concepción, esta
es la fiesta más bella, más grande para Nosotros y para el Cielo y la tierra.
Nosotros en el acto de llamar de la nada a esta Celestial Criatura obramos
tales prodigios y maravillas, que Cielos y tierra quedaron llenos de ellas.
Llamamos a todos, ninguno fue puesto a un lado, a fin de que todos
quedaran renacidos junto con Ella, así que fue el renacimiento de todos y de
todo. Nuestro Ser Divino desbordó tanto de Nosotros, que pusimos a su
disposición en el acto de Concebirla mares de Amor, de Santidad, de Luz,
con los cuales podía amar a todos, hacer santos a todos y dar luz a todos. La
Celestial Pequeña sintió renacer en su pequeño corazón a un pueblo
innumerable. Y nuestra Paterna Bondad, ¿qué hizo? Primero la hicimos
don a Nosotros mismos, a fin de que nos la gozásemos y la cortejásemos, y
Ella gozase y nos cortejase a Nosotros, y después la hicimos don a cada una
de las criaturas. ¡Oh! cómo nos amó, y amó a todos con tal intensidad y
3098
plenitud, que no hay punto en el cual no haga surgir su Amor. Toda la
Creación, el sol, el viento, el mar, están llenos del Amor de esta Santa
Criatura, porque también la Creación se sintió renacer junto con Ella a nueva
gloria, mucho más que tuvieron la gran gloria de poseer a su Reina, tanto
que, cuando Ella nos ruega por el bien de su pueblo, con un Amor al cual no
nos es dado resistir nos dice: Majestad Adorable, recuerda que me los has
donado, ya soy vuestra y soy de ellos, por lo tanto, con derecho debes
escucharme favorablemente."
Diciembre 18, 1938
Dios no da si la criatura no quiere recibir. Dolorosas condiciones
cuandono se vive del Querer Divino. La depositaria de toda la Creación.
El alimento divino: ‘El amor.’ Condiciones de Dios cuando no se vive
del Querer Divino. Cómo se desciende de su semejanza.
Estoy siempre entre los brazos del Querer Divino, el cual me hace
todo presente para decirme: "Todo lo he hecho para ti, pero quiero que
reconozcas a qué excesos ha llegado mi Amor." Pero mientras mi mente se
perdía en esto, mi siempre amable Jesús, que quiere ser siempre el primer
narrador del Fiat y de las obras de Ellos, todo bondad me ha dicho:
"Hija mía bendita, el hacer conocer que cosa hemos hecho para las
criaturas, es para Nosotros como la correspondencia de todo lo que hemos
hecho, ¿pero a quién podemos hacérselo conocer? A quien vive en nuestroQuerer, porque Él da la capacidad para que nos puedan comprender, el oído
para que nos escuchen, y lleva a la voluntad humana a querer lo que le
queremos dar. Nosotros no damos jamás si la criatura no quiere recibir y no
conoce lo que queremos dar. Mira entonces en qué dolorosas condiciones
nos ponen cuando no se vive de nuestra Voluntad, nos vuelven el Dios
mudo, no podemos hacer conocer cuánto las amamos y cómo deberían
amarnos, se puede decir que quedan rotas las comunicaciones entre el Cielo
y la tierra. Ahora, tú debes saber que todo fue creado para hacer don de ello
a las criaturas, cada cosa creada la hacíamos portadora del don y del amor
con el cual dotábamos aquel don, pero, ¿sabes por qué? La criatura no tenía
nada que darnos, y Nosotros, amándola con sumo amor y queriendo que
tuviese qué darnos, porque si no se tiene qué dar, la correspondencia
3099
termina, la amistad viene rota, el amor muere, por eso proveíamos a la
criatura de tantos dones nuestros, para que como si fueran suyos tuviese qué
darnos; por eso a la criatura que vive en nuestro Querer la hacemos la
depositaria de toda la Creación y, ¡oh! qué alegría, qué contento, cuando
sirviéndose de nuestros dones y para amarnos nos dice: ‘Miren cuánto os
amo, os doy el sol para amaros y os amo con el amor con el cual me
amasteis en el sol, os doy los homenajes, las adoraciones de su luz, los
múltiples efectos suyos para amaros, su acto continuo de luz para
expandirme dondequiera y poner mi ‘te amo’ en todo lo que toca con su
luz." Ahora, ¿sabes tú qué cosa sucede con esto? Vemos adornada toda la
luz del sol, todos sus efectos, por dondequiera que pasa la luz con el ‘te
amo’, con las adoraciones, los homenajes de la criatura, es más, hay mucho
más, el sol lleva como en triunfo el Amor del Creador y el de la criatura, así
que nos sentimos unidos en el sol por una sola Voluntad y por un solo Amor.
Y si la criatura sintiendo que quiere amarnos de más, osada nos dice: ‘Mira
cuánto os amo, pero no me basta, quiero amaros de más, por eso entro en tu
Luz inaccesible, inmensa y eterna, que no termina jamás, y dentro de esta
Luz quiero amaros para amaros con vuestro eterno Amor.’ Si esto sucede, tú
no puedes llegar a comprender nuestra alegría al ver que no sólo nos ama en
nuestros dones, sino también en Nosotros mismos, y Nosotros, como
vencidos por su amor le correspondemos duplicándole el don y con el darnos
en su poder para hacernos amar no sólo como amamos en nuestras obras,
sino como amamos en Nosotros mismos, y para amarla. Y así en todas las
otras cosas creadas, la criatura se sirve de ellas para darnos sus nuevas
sorpresas de amor, para correspondernos los dones, para mantener la
correspondencia y para decirnos que continuamente nos ama, y Nosotros que
no sabemos recibir si no damos, duplicamos los dones, pero el don más
grande es cuando la vemos llevada en los brazos de nuestra Voluntad,
entonces nos sentimos de tal manera atraídos, que no podemos hacer menos
que hablar de nuestro Ente Supremo; decirle un conocimiento de más de lo
que somos es el don más grande que podemos hacer, éste supera a toda la
Creación. Conocer nuestras obras es don, hacerle conocer a Nosotros
mismos es Vida nuestra que damos, es admitirla a nuestros secretos, es fiarse
el Creador de la criatura. Vivir en nuestro Querer, ser amados, es todo para
Nosotros, mucho más que el Amor de Nosotros mismos forma nuestro
alimento continuo. Mi Padre Celestial genera sin cesar jamás a su Hijo,
porque ama; con el generarme forma el alimento para alimentarnos. Yo, su
Hijo, amo con su mismo Amor y procede el Espíritu Santo, con esto
3100
formamos otro alimento para alimentarnos. Si creamos la Creación fue
porque amamos, y si la sostenemos con nuestro acto creante y conservante,
es porque amamos; este Amor nos sirve de alimento. Si queremos que la
criatura nos conozca en nuestras obras y en Nosotros mismos, es porque
queremos ser amados, y de este amor nos servimos para alimentarnos. No
despreciamos jamás el amor, con tal que sea amor, nos sirve, es cosa nuestra,
nuestro Amor se sacia con el ser amado, y habiendo hecho todo por amor,
queremos que Cielo y tierra, todas las criaturas, sean para Nosotros todo
amor, y si no son todo amor entra el dolor, que nos hace llegar al delirio,
porque amamos y no somos amados.
Ahora, nuestra Voluntad es Vida nuestra, el Amor es alimento. Mira a
qué punto tan alto, noble, sublime, queremos a la criatura que forma en ella
la Vida de nuestra Voluntad, la cual, todas las cosas, las circunstancias, las
cruces, hasta el aire que respira las convertirá en amor para alimentarla, de
modo de poder decir: ‘La Vida de nuestro Querer es tuya y es nuestra, y nos
alimentamos con el mismo alimento.’ Con esto vemos crecer a la criatura a
nuestra imagen y semejanza, y estas son nuestras verdaderas alegrías en la
Creación, poder decir: ‘Nuestros hijos nos semejan.’ Y cuál no debería ser
la alegría de la criatura al poder decir: ‘Semejo a mi Padre Celestial.’ Por
eso quiero que se viva en mi Querer, porque quiero mis hijos, los hijos que
me semejen. Si estos hijos no me regresan en mi Querer, nos encontramos
en las condiciones de un pobre padre, que mientras él es noble, posee una
ciencia con la cual podría dar lecciones a todos, es rico y dotado de bondad y
de belleza singular, en cambio los hijos no lo semejan del todo, han
descendido de la nobleza del padre, se ven pobres, tontos, feos, sucios, de
dar asco. El pobre padre se siente deshonrado en los hijos, es más, los mira
y casi no los reconoce, y al verlos ciegos, lisiados, enfermos, y que ni
siquiera llegan a reconocer al propio padre, estos hijos forman el dolor del
padre. Así somos Nosotros, quienes no viven en nuestro Querer nos
deshonran y forman nuestro dolor. ¿Cómo pueden semejarnos si nuestra
Voluntad no es la de ellos? La cual alimenta a nuestros hijos con nuestro
mismo alimento, el cual no hace otra cosa que, conforme se alimentan, así se
forma en ellos nuestra Santidad, quedan embellecidos con nuestra Belleza,
adquieren tal conocimiento de su Padre porque nuestro Fiat con su Luz les
habla, les dice tantas cosas de su Padre, hasta enamorarlos tanto, que no
pueden estar sin Él, y esto produce la semejanza.
Hija, sin mi Voluntad no hay ni quién los alimente ni quién los
instruya, ni quién los forme, ni quién los haga crecer como hijos que nos
3101
semejen. Salen de nuestra habitación y no saben ni lo que hacemos, ni quién
somos, ni cómo los amamos, ni qué deben hacer para semejarnos, por lo
tanto nuestra semejanza está lejana de ellos. ¿Cómo pueden semejarnos si
no nos conocen y no hay quien les hable de nuestro Ser Divino?"
Diciembre 25, 1938
El descendimiento del Verbo. Cómo es fácil hacer nacer a Jesús,
con tal que se viva en su Querer. El paraíso que la Reina del
Cielo hizo encontrar en la tierra a su pequeño Jesús.
Mi pobre mente continúa su camino en el Querer Divino y, ¡oh! cómoÉl se siente feliz al ver que su pequeña recién nacida va en busca de sus
actos para conocerlos, besarlos, adorarlos, hacerlos suyos y decirle:
"¡Cuánto me has amado!" Después me he detenido en el descendimiento del
Verbo a la tierra y yo lo compadecía al verlo solo. Y mi dulce Jesús, con
una ternura indecible, sorprendiéndome me ha dicho:
"Hija mía amadísima, tú te equivocas, la soledad fue por parte de la
ingratitud humana, pero por la parte Divina y de nuestras obras, todas me
acompañaron, no me dejaron jamás solo, es más, debes saber que junto
conmigo descendieron el Padre y el Espíritu Santo; mientras Yo quedé con
Ellos en el Cielo, Ellos descendieron conmigo a la tierra. Somos
inseparables y aunque Nosotros mismos lo quisiéramos, no podemos
separarnos, a lo más nos bilocamos, y mientras tenemos nuestro trono en el
Cielo, formamos nuestro trono en la tierra, pero separarnos jamás. En el
descendimiento sobre la tierra el Verbo tomó la parte actuante, pero siempre
concurrentes el Padre y el Espíritu. En el acto en que descendí del Cielo
todos se movieron para hacerme cortejo y para darme los honores a Mí
debidos, me cortejó el cielo con todas sus estrellas, dándome los honores de
mi Inmutabilidad y de mi Amor que jamás termina; me cortejó el sol,
dándome los honores de mi eterna Luz, ¡oh! cómo me alabó bien con la
multiplicidad de sus efectos, puedo decir que haciéndome cuna con su luz y
con su calor, en su mudo lenguaje me decía: ‘Tú eres Luz, y yo te honro, te
adoro, te amo con la misma luz con la cual me creaste.’ Todos me
circundaron: El viento, el mar, el pequeño pajarillo, todos y todo para darme
el amor, la gloria con la cual los había creado, y quién alababa mi Imperio,
quién mi Inmensidad, quién mis alegrías infinitas. Las cosas creadas me
3102
hacían fiesta, y si Yo lloraba, también ellas lloraban, porque mi Voluntad,
residiendo en ellas, las tenía al día de lo que Yo hacía y, ¡oh! cómo se
sentían honradas al hacer lo que hacía su Creador. Además tuve el cortejo
de los ángeles que no me dejaron nunca solo; y como todos los tiempos son
míos, tuve el cortejo de mi gran pueblo que habría vivido en mi Querer, el
cual me lo llevaba en sus brazos y Yo me lo sentía palpitante en mi corazón,
en mi sangre, en mis pasos, y con sólo sentirme investido por este pueblo,
amado con mi misma Voluntad, me sentía como correspondido por mi
descendimiento del Cielo a la tierra. Esto era mi fin primario, el reordenar el
reino de mi Voluntad en medio de mis hijos. Jamás habría creado el mundo
si no debiese tener a mis hijos que me semejan y que debían vivir de mi
misma Voluntad, Ella se encontraría en las condiciones de una pobre madre
estéril que no tiene poder de generar y que no puede formarse una familia
propia, pero mi Voluntad tiene poder de generar y de formarse su gran
generación, para formarse su familia divina."
Después continuaba pensando en el descendimiento del Verbo Divino
y decía entre mí: "¿Cómo puede nacer Jesús en nuestras almas?" Y el
amado niño ha agregado:
"Hija mía, el hacerme nacer es la cosa más fácil, mucho más que
Nosotros no sabemos hacer cosas difíciles, nuestra Potencia facilita todo,
con tal que la criatura viva en nuestro Querer, todo está hecho. En cuanto
quiere vivir de Él, forma la habitación a tu pequeño Jesús, conforme quiere
dar principio a hacer sus actos, así me concibe, y conforme cumple su acto
me hace nacer, conforme ama en mi Querer me viste de luz y me calienta de
las tantas frialdades de las criaturas, y cada vez que me da su voluntad y
toma la mía, Yo me entretengo y formo mi juego y canto victoria por haber
vencido al querer humano, me siento el pequeño Rey vencedor. Mira
entonces hija mía cómo es fácil por parte de tu pequeño Jesús, porque
cuando encontramos nuestra Voluntad en la criatura podemos hacer todo,
Ella nos suministra todo lo que se necesita y queremos para formar nuestra
Vida y nuestras obras más bellas. En cambio, cuando no está nuestro Querer
quedamos impedidos, dónde nos falta el amor, dónde la santidad, dónde la
potencia, dónde la pureza y todo lo que es necesario para renacer y formar
nuestra Vida en ellos. Por eso, el todo está por parte de las criaturas, porque
por nuestra parte nos ponemos a su disposición.
Además de esto, en mi nacimiento mi Mamá Divina me formó una
bella sorpresa: Con sus actos, con su amor, con la Vida de mi Voluntad que
poseía me formó mi paraíso en la tierra, no hacía otra cosa que entretejer con
3103
su amor toda la Creación, y dónde extendía mares de belleza para hacerme
gozar nuestras Bellezas divinas, dentro de las cuales refulgía su belleza,
cómo era bella mi Mamá, al encontrarla en toda la Creación me hacía gozar
su belleza y la belleza de sus actos, dónde extendía su mar de amor para
hacerme sentir que en todas las cosas me amaba, y encontraba mi paraíso de
amor en Ella, y me felicitaba y jubilaba en los mares de amor de mi Mamá.
Ahora, en mi Querer me formaba las músicas más bellas, los conciertos más
deliciosos, a fin de que a su pequeño Jesús no le faltaran las músicas de la
patria celestial. En todo pensó mi Mamá, a fin de que no me faltase nada de
los gozos del paraíso dejado; no hacía otra cosa en todos sus actos que
formar alegrías para volverme feliz, sólo con apoyarme sobre su corazón
sentía tales armonías y contentos que me sentía raptar. Mi amada Mamá,
con vivir en mi Querer, tomaba en su regazo el paraíso y lo hacía gozar a su
Hijo, y todos sus actos no hacían otra cosa que hacerme feliz y duplicarme
mi paraíso en la tierra. Ahora hija mía, tú no sabes otra sorpresa, quien vive
en mi Querer es inseparable de Mí, y cada vez que Yo renazco renace junto
conmigo, así que jamás estoy solo, a esta criatura la hago renacer junto
conmigo a la Vida Divina, renace al nuevo Amor, a la nueva Santidad, a la
nueva Belleza, renace en los conocimientos de su Creador, renace en todos
nuestros actos, es más, en cada acto que hace me llama a renacer y forma un
nuevo paraíso a su Jesús, y Yo la hago renacer junto conmigo para volverla
feliz. Hacer feliz a quien vive junto conmigo es una de mis alegrías más
grandes, por eso sé atenta a vivir en mi Querer si quieres hacerme feliz, si
quieres que en tus actos encuentre mi paraíso en la tierra, y Yo pensaré en
hacerte gozar el océano de mis alegrías y felicidad, nos volveremos felices
mutuamente."
3104
Diciembre 28, 1938
Cómo se forma el eco entre Creador y criatura. Cómo un acto en el
Querer Divino se encuentra por todas partes. El Rey y el ejército.
La Maternidad de la Reina del Cielo.
Aunque mi pobre mente se encuentra bajo la opresión de penas
desgarradoras, hasta sentirme morir, hago cuanto puedo por seguir los actos
del Querer Supremo, si bien muy fatigosamente, pero lo busco como mi
refugio y paras tomar fuerza en el estado tan doloroso en el cual me
encuentro. Y mi amado Jesús teniendo compasión de mí, todo ternura me ha
dicho:
"Hija de mi Voluntad, ánimo, no te abatas demasiado, el abatimiento
hace perder la fuerza y hace sentir lejano a Aquél que vive en ti y te ama
tanto. Tú debes saber que en cuanto la criatura entra en nuestro Querer para
dejar el suyo y tomar el nuestro, comienza en ella nuestro eco divino, que
resuena en nuestro Ser Divino y Nosotros al oírlo decimos: ‘¿Quién es aquél
que tiene tanta virtud, que llega hasta hacer oír el eco de su amor, de su
respiro, de su latido en nuestro Ser Supremo? ¡Ah, es una criatura que
habiendo reconocido nuestra Voluntad ha entrado a vivir en Ella, sea bien
venida! Nosotros para corresponderle haremos oír nuestro eco en ella, de
manera que respiraremos con un solo respiro, amaremos con un solo amor,
latiremos con un solo latido, y Nosotros sentiremos que la criatura hace vida
en Nosotros, no nos sentiremos solos, y ella sentirá que hacemos vida en
ella, que está en compañía de su Creador que jamás la deja sola. Has de
saber que cada acto hecho en nuestro Querer no termina jamás, viene
repetido continuamente, y como mi Voluntad se encuentra por todas partes,
así el acto viene repetido en el Cielo, en las cosas creadas y en todos; por
eso, un acto en nuestra Voluntad sobrepasa todo, llena Cielo y tierra y nos da
tal amor y gloria, que todas las demás obras quedan como tantas pequeñas
gotitas de frente al mar, porque somos Nosotros mismos que nos
glorificamos y nos amamos en la criatura que se cubre de su Creador y obra
junto con Él. Por eso, por cuantas cosas bellas parece que hagan fuera de
nuestro Querer, no pueden agradarnos jamás, porque no dan de Nosotros, no
se pueden difundir dondequiera, el amor es tan pequeño que apenas, si bien,
cubre la obra que ha hecho.
Ahora, tú debes saber que Nosotros amamos mucho a la criatura, pero
a pesar de que la amamos no toleramos que esté junto a Nosotros indecente,
3105
sucia, sin belleza, desnuda, o bien cubierta con míseros andrajos. El tener
hijos que no nos semejen y que en algún modo no estén bien vestidos con los
vestidos reales de nuestro Fiat, no sería digno de nuestra Majestad Suprema.
Sería como un rey que tiene su ejército y sus súbditos mal vestidos,
cubiertos de porquerías, tanto, de dar asco al mirarlos, quién ciego, quién
cojo, quién deforme. ¿No sería un deshonor para este rey el estar circundado
por un ejército tan miserable, de dar piedad? ¿No se condenaría al rey que
no tiene cuidado de formarse un ejército digno de él, de modo que todos
deberían quedar admirados no sólo al mirar la majestad del rey, sino también
el orden, la belleza del ejército, la prestancia de los jóvenes, el modo como
están vestidos? ¿No sería un honor para el rey estar circundado por
ministros, por un ejército tal, que él tomara placer al verlos? Ahora, nuestro
Amor invencible, con Sabiduría infinita, queriendo tratar al tú por tú con la
criatura ha dispuesto dar mi Voluntad a ella, a fin de que con su Luz la
embellezca, con su Amor la vista, con su Santidad la santifique. Mira
entonces cómo es necesario que nuestra Voluntad reine en la criatura,
porque sólo Ella tiene Potencia de purificarla y embellecerla, de modo de
formar nuestro ejército divino, y Nosotros nos sentiremos honrados de vivir
con ellos y en ellos, serán nuestros hijos que nos circundan, vestidos con
nuestros vestidos reales, embellecidos con nuestra semejanza. Por eso
nuestra Voluntad primero purifica, santifica, embellece, y después los
admite en nuestro Querer a hacer vida junto con Nosotros. Mucho más, que
en cuanto la criatura entra en nuestro Querer, es tanto nuestro Amor, que
nuestro Ser Divino le llueve encima su lluvia de Amor, y al verla tan amada
por Nosotros todos corren a su alrededor, ángeles y santos para amarla, la
misma Creación exulta de alegría al ver a nuestra Voluntad triunfadora en
aquella criatura y le llueve amor y, ¡oh! cómo es bello ver que todos la
aman, y ella se siente tan obligada al verse amada por todos, que ama a
todos."
Después de esto seguía mi giro en el Querer Divino, y habiendo
llegado al punto del nacimiento del pequeño Jesús, que temblaba de frío,
lloraba y sollozaba amargamente, y con sus ojos llenos de lágrimas me
miraba pidiéndome ayuda, y entre sollozos y gemidos me ha dicho:
"Hija mía buena, la falta de amor de las criaturas me hace llorar
amargamente. Como no me veo amado me siento herido y me da tal dolor,
que me hace dar en sollozos; mi Amor corre sobre de cada una de las
criaturas, las cubre, las esconde y me constituyo vida de amor para ellas, las
3106
cuales, ingratas, no me dicen ni siquiera un ‘te amo.’ ¿Cómo no debo llorar?
Por eso ámame si quieres calmarme el llanto.
Ahora hija mía, escúchame y préstame atención, quiero decirte una
gran sorpresa de nuestro Amor y quiero que no se te escape nada, quiero
hacerte conocer hasta donde llega la Maternidad de mi Madre Celestial, qué
cosa hizo y cuánto le costó y le cuesta todavía ahora. Tú debes saber que la
gran Reina no sólo me hizo de Madre con el concebirme, con el darme a la
luz, con nutrirme con su leche, con darme todos los cuidados posibles que se
necesitaron en mi infancia; esto no era suficiente ni a su materno amor ni a
mi Amor de Hijo, por eso su amor materno corría en mi mente, y si
pensamientos dolorosos me afligían, extendía su maternidad en cada uno de
mis pensamientos, los escondía en su amor, los besaba, así que mi mente me
la sentía escondida bajo el ala materna que no me dejaba jamás solo. Cada
pensamiento mío tenía a mi Mamá que me amaba y me daba todos sus
cuidados maternos. Su maternidad se extendía en cada respiro, en cada uno
de mis latidos, y si mi respiro y latido eran sofocados por el amor y por el
dolor, Ella corría con su maternidad para no dejarme sofocar por el amor y
poner el bálsamo a mi corazón traspasado. Si miraba, si hablaba, si obraba,
si caminaba, Ella corría para recibir en su amor materno mis miradas, mis
palabras, mis obras, mis pasos, los investía con su amor materno, los
escondía en su corazón y me hacía de Mamá; también en el alimento que me
preparaba hacía correr su materno amor; así que Yo, comiéndolo, sentía su
Maternidad que me amaba; y qué decirte del alarde de Maternidad que hizo
en mis penas! No hubo pena ni gota de sangre que vertiera, en la que no
sintiera a mi amada Mamá. Después que me hacía de Mamá, tomaba mis
penas, mi sangre, las escondía en su materno corazón para amarlas y
continuar su Maternidad. ¿Quién puede decirte cuánto me amó y cuánto la
amé? Mi Amor fue tanto, que Yo no sabía estar en todo lo que hice sin
sentir su Maternidad junto conmigo, puedo decir que Ella corría para no
dejarme jamás, aun en el respiro, y Yo la llamaba, su Maternidad era para
Mí una necesidad, un alivio, un apoyo a mi Vida acá abajo.
Ahora hija mía, escucha otra sorpresa de Amor de tu Jesús y de
nuestra Mamá Celestial, porque en todo lo que se hacía entre mi Mamá y
Yo, el Amor no encontraba obstáculos, el Amor del uno corría en el Amor
del otro para formar una sola Vida. Ahora, queriendo hacerlo con las
criaturas, cuántos obstáculos, rechazos e ingratitudes, pero mi Amor no se
detiene jamás, tú debes saber que en cuanto mi inseparable Mamá extendía
su Maternidad dentro y fuera de mi Humanidad, Yo la constituía y la
3107
confirmaba como Madre de cada uno de los pensamientos de las criaturas,
de cada respiro, de cada latido, de cada palabra y hacía extender su
Maternidad en las obras, en los pasos, en todas sus penas; su Maternidad
corre en todas partes, cuando la criatura está en peligro de caer en pecado,
corre, los cubre con su Maternidad a fin de que no caigan, y si han caído
deja su Maternidad como ayuda y defensa para hacerla levantarse. Su
Maternidad corre y se extiende sobre las almas que quieren ser buenas y
santas, y como si encontrase a su Jesús en ellas, hace de Madre a su
inteligencia, guía sus palabras, las cubre y esconde en su amor materno para
hacer crecer a otros tantos Jesús. Su Maternidad hace alarde sobre el lecho
de los moribundos, y valiéndose de los derechos de autoridad de Madre,
dados por Mí, me dice con acento tan tierno que Yo no puedo negarle nada:
‘Hijo mío, soy Madre y son hijos míos, debo ponerlos a salvo; si no me
concedes esto mi Maternidad quedará afligida.’ Y mientras esto dice, los
cubre con su amor, los esconde en su Maternidad para ponerlos a salvo. Mi
Amor fue tanto que le dije: ‘Madre mía, quiero que seas la Madre de todos,
y lo que me has hecho a Mí lo harás a todas las criaturas, tu Maternidad se
extienda en todos sus actos, de modo que a todos los veré cubiertos y
escondidos en tu amor materno.’ Mi Mamá aceptó y quedó confirmado que
no sólo debía ser Madre de todos, sino que debía investir cada uno de sus
actos con su amor materno. Esta fue una de las gracias más grandes que
hice a todas las generaciones humanas. ¿Pero cuántos dolores no recibe mi
Mamá? Llegan a no querer recibir su Maternidad, a desconocerla y por eso
todo el Cielo ruega, espera con ansia que la Divina Voluntad sea conocida y
reine, y entonces la gran Reina hará a los hijos de mi Querer lo que hizo a su
Jesús, su Maternidad tendrá vida en sus hijos. Yo cederé mi puesto en su
corazón materno a quien viva en mi Querer; Ella los hará crecer, guiará sus
pasos, los esconderá en su Maternidad y Santidad, en todos sus actos se verá
impreso su amor materno y su Santidad, serán verdaderos hijos suyos que
me semejarán en todo, y ¡oh, cómo suspiro que todos lleguen a saber que
quien quiere vivir en mi Querer tiene una Reina y Madre potente, que suplirá
a lo que les hace falta a ellos, que los hará crecer en su regazo materno y que
en todo lo que hagan estará junto con ellos para modelar sus actos a los
suyos, tanto, que se conocerá que son hijos crecidos, custodiados, educados
por el amor de la maternidad de mi Mamá, y éstos serán los que la volverán
contenta y serán su gloria y honor."
Deo gratias