VOLUMEN 34

04.09.2015 14:33

Luisa Piccarreta Volumen 34

I. M. I.

Fiat!!!

In Voluntate Dei. Deo Gratias

 

Diciembre 2, 1935

La Divina Voluntad dardea a la criatura y le forma la

nobleza divina, y haciéndola de Actor hace inseparable

a Dios y la criatura. Ejemplo, el sol.

Mi Rey de amor Jesús y mi Reina Mamá Divina, ¡ah! entrelacen mi

voluntad con la vuestra y hagan de ellas una sola, más bien enciérrenme en

vuestros corazones, a fin de que escriba no fuera de vosotros, sino, o dentro

del corazón de mi Jesús, o en el regazo de mi Madre Celestial, a fin de que

pueda decir: "Es Jesús que escribe y mi Mamá la que me sugiere las

palabras." Por eso ayúdenme y denme la gracia de vencer la gran

repugnancia que siento al comenzar otro volumen, ustedes que sabéis mi

pobre estado, siento la necesidad de ser sostenida, fortalecida y toda

renovada por la Potencia de vuestro Fiat Divino para poder hacer en todo y

siempre vuestra Divina Voluntad.

Después me sentía inmersa en el Querer Divino, el cual tomaba el

aspecto de Actor para poder entrar en los más íntimos rincones de mi alma y

formar su acto obrante en mí; yo he quedado sorprendida, y mi dulce Jesús

visitando mi pequeña alma, todo bondad me ha dicho:

"Hija mía bendita, cuando la criatura hace y vive en la Divina

Voluntad, nuestro Ser Supremo la dardea con su Luz continuamente, le

dardea la mente y pone en ella la nobleza de los pensamientos divinos, de

modo que siente en su inteligencia, memoria y voluntad, la Santidad, el

recuerdo de su Creador, el Amor, la Voluntad de Aquél que haciéndole de

Actor forma en ella el orden, la Sabiduría divina; dardeándola pone con sus

besos de luz la sustancia divina en su mente, de modo que todo es noble,

todo es santo, todo es sagrado en ella. Este Actor de mi Querer, formando

su sede en la inteligencia creada, con su Potencia y maestría forma en ella su

imagen; le dardea el corazón y forma la nobleza del amor, de los deseos, de

los afectos, de los latidos; dardea la boca y forma la nobleza de las palabras;

dardea las obras y los pasos y forma las obras santas, la nobleza de los

44 Este libro ha sido traducido directamente del original manuscrito de Luisa Piccarreta.

 

 

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pasos; y no sólo dardea al alma, sino también el cuerpo, y con su Luz inviste

la sangre y la ennoblece, de modo que la criatura se siente correr en su

sangre, en sus miembros, la plenitud, la Santidad, la sustancia de la nobleza

divina. Este Actor de mi Divina Voluntad toma el oficio de Artífice

insuperable, de transformar a Dios en la criatura, y la criatura en Dios.

Cuando mi Voluntad ha llegado a esto, que es el acto más grande que puede

hacer, – esto es, formar de Dios y de la criatura una sola Vida, volviéndolos

inseparables el uno del otro – , se reposa en su obra y siente tal felicidad

porque ha vencido a la criatura, ha formado su trabajo en ella, y ha cumplido

su Voluntad. Entonces parece que dice en el énfasis de su amor: He hecho

todo, no me queda otra cosa que poseerla y amarla."

Yo he quedado pensativa al escuchar esto, y mi amable Jesús ha

agregado:

"Hija mía, ¿por qué dudas? ¿No hace también el sol este oficio? En

cuanto dardea la flor con su luz, así le da la sustancia del color y del

perfume; en cuanto dardea el fruto, así le infunde la dulzura y el sabor;

conforme dardea las plantas, así comunica a cada una la sustancia, los

efectos que ellas requieren. Si esto lo hace el sol, mucho más mi Voluntad

Divina que todo puede, y todo sabe hacer, y así como el sol va buscando la

semilla para dar lo que posee, así mi Divina Voluntad va buscando las

disposiciones de las criaturas que quieren vivir de mi Voluntad, y

rápidamente las dardea y comunica la sustancia y nobleza divina, y forma y

hace crecer su Vida."

Diciembre 8, 1935

Prodigios de la Inmaculada Concepción. Comunicación de los

derechos divinos. Dios no quiere hacer nada sin su Madre Celestial.

Estaba haciendo mi giro en los actos de la Divina Voluntad, y

habiendo llegado al acto en que el Fiat Omnipotente creó a la Virgen

Inmaculada me he detenido, y ¡oh! qué sorpresa de prodigios jamás

escuchados unidos juntos, el encanto del cielo, del sol y de toda la Creación

no podían compararse, ¡oh! cómo quedaban atrás ante la Soberana Reina, y

mi dulce Jesús al verme tan sorprendida me ha dicho:

"Hija mía bendita, tú debes saber que no hay belleza, ni valor, ni

prodigios que puedan compararse a la Inmaculada Concepción de esta

 

 

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celestial criatura, mi Fiat Omnipotente hizo de Ella una nueva creación, ¡oh!

cuánto más bella, más prodigiosa que la primera, mi Querer Divino en Sí

mismo no tiene principio ni fin, y el prodigio más grande fue como si en esta

criatura renaciera, y no sólo, sino en cada instante, acto, oración que hacía,

crecía, y en este crecimiento mi Voluntad multiplicaba sus prodigios en

modo infinito. La Creación del universo fue creada por Nosotros en modo

admirable, y es mantenido por Nosotros bajo el imperio de nuestro acto

creante y conservante, sin que agregáramos nada, en cambio en esta Virgen,

manteníamos el acto creante, conservante y creciente, esto es el prodigio de

los prodigios, la Vida de nuestro Querer renacida en Ella, y su crecer

continuo en cada acto que hacía, y nuestro Fiat para renacer en Ella se

pronunció en el acto de su Concepción, y cuando Éste se pronuncia, nuestro

acto tiene tal suntuosidad, sublimidad, alteza, inmensidad, potencia, que

toma a todos en la red de su Amor, no pone a ninguno a un lado, todos

pueden tomar el bien que posee nuestro Fiat obrante, a menos que alguno no

lo quisiera. Nuestra Divinidad al ver en esta Santa criatura como renacida a

nuestra Voluntad, le participó sus derechos divinos, de modo que era dueña

de nuestro Amor, Potencia, Sabiduría y Bondad, y Reina de nuestro Fiat.

Ella con su acto creciente de nuestro Querer nos raptaba, nos amaba tanto,

que llegó a amarnos por todos, a todas las criaturas las cubría, las escondía

en su amor y nos hacía oír el eco del amor de todos y de cada uno. ¡Oh!

cómo nos sentíamos atados y como hechos prisioneros por el amor de esta

Virgen Santísima, mucho más que como nos amaba, adoraba, rogaba, obraba

con el acto creciente de nuestro Fiat que poseía, encerraba en sí a su

Creador, conforme nos amaba así nos sentíamos absorbidos en Ella sin

poderle resistir, era tanta su potencia que nos dominaba y encerraba en sí

nuestra Trinidad Sacrosanta, y Nosotros la amábamos tanto que la hacíamos

hacer lo que Ella quería; ¿quién tenía corazón para negarle algo? Más bien

nos sentíamos más felices de contentarla, porque un alma que nos ama es

nuestra felicidad, porque oímos el eco, la alegría de nuestra felicidad en ella,

y quien posee nuestra Voluntad como vida es todo para Nosotros. Este es el

gran prodigio de quien posee nuestra Voluntad como vida, sentir en sí el

participar en sus mismos derechos divinos, con esto siente que su amor no

termina jamás, y tiene tanto que puede amar por todos y dar amor a todos;

con su acto creciente no dice jamás basta a su santidad. Mucho más que la

Soberana Reina con poseer nuestra Voluntad como vida, tenía siempre qué

darnos, siempre qué decir, nos tenía siempre ocupados y Nosotros teníamos

siempre qué dar, y siempre nuestros secretos amorosos para comunicarle,

tanto que nada hacemos sin Ella, primero nos entendíamos con Ella, después

lo poníamos en su materno corazón, y de su corazón desciende en el

 

 

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afortunado que debe recibir aquel bien. Así que no hay gracia que descienda

sobre la tierra, no hay santidad que se forme, no hay pecador que se

convierta, no hay amor que parta de nuestro trono, que primero no sea

puesto en su corazón de Madre, la cual forma la maduración de aquel bien,

lo fecunda con su amor, lo enriquece con sus gracias, y si es necesario con la

virtud de sus dolores, y después lo pone en quien lo debe recibir, de modo

que quien lo recibe siente la Paternidad Divina y la Maternidad de su Madre

Celestial. Podemos hacer sin Ella, pero no queremos, ¿quién tendrá corazón

de hacerla a un lado? Nuestro Amor, nuestra Sabiduría infinita, nuestro

mismo Fiat se impone sobre Nosotros, y no nos hace hacer nada que no

descienda por medio suyo. Ve entonces hasta dónde llega nuestro Amor por

quien vive de la Voluntad Divina, hasta no querer hacer nada sin Ella, es la

armonía de nuestra Sabiduría infinita, que así como la Creación del universo

gira siempre en torno a Nosotros, y conforme gira fecundan la tierra y

mantienen la vida natural a todas las criaturas, así esta nueva creación de la

Concepción de la Inmaculada Señora gira siempre en torno a Dios, y Dios

gira siempre en torno a Ella, y mantienen la fecundidad del bien, forman la

santidad de las almas y la llamada a las criaturas a Dios."

Diciembre 15, 1935

El verdadero amor quiere hacerse conocer, se expande, corre

y vuela en busca de quien ama, porque siente la necesidad

de ser amado. Potencia del acto creante que se recibe

cuando se gira en la Creación.

 

Mi pobre mente es siempre transportada en el mar de la Divina

Voluntad, la cual me hace presente y tiene como en acto todo lo que ha

hecho por amor de las criaturas, y suspira que ellas reconozcan lo que ha

hecho, cuánto nos ha amado, y nos espera en sus actos para decir:

"Hagamos juntos, no me dejes obrar sola, a fin de que lo que Yo hice, lo

hagas tú, y así podremos decir, con igual amor nos hemos amado." Cómo es

bello poderse decir recíprocamente: "Me has amado y te he amado." Es la

recompensa de las obras más grandes y de los sacrificios más dolorosos.

Después mi mente giraba en la Creación, en aquel acto cuando el Fiat

Omnipotente pronunciándose creaba y extendía el cielo azul, y mi eterno

 

 

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amor para tenerme junto con Él en este acto; y mi dulce Jesús hacía fiesta

porque tenía su compañía, y deteniéndome me ha dicho:

"Hija mía buena, amar y no hacerse conocer es contra la naturaleza del

verdadero amor, porque el verdadero amor por sí mismo se expande y corre,

vuela en busca de quien ama, y sólo se detiene cuando encontrándola se la

encierra, la esconde en su amor, y transformándola en sus mismas llamas

quiere encontrar su mismo amor en ella, sus mismas obras hechas por quien

ama por amor suyo. Y como la criatura jamás puede hacer lo que hacemos

Nosotros por ella, nuestro Amor para conseguir lo que quiere llama a la

criatura a Sí, la esconde en su mismo amor y la hace obrar junto con nuestro

acto creante y conservante, y así en realidad la criatura puede decir: ‘Te he

amado, lo que has hecho Tú por mí lo he hecho yo por ti.’ Y Nosotros nos

sentimos en realidad amados por ella con nuestro Amor y con nuestras

mismas obras. Tú debes saber que cuando la criatura se eleva con su

voluntad en la nuestra en las cosas creadas por Nosotros, nuestro Ente

Supremo renueva sobre ella el acto creante, y ¡oh! las maravillas que

hacemos de gracias, de santidad, de cielo, de soles en su alma, nuestro acto

se deleita en repetirse, y cuando ella gira en las cosas creadas, nuestro Amor

quiere hacerse conocer, quiere que sienta cuánto la ama, y repite sobre ella

nuestro acto creante que no está jamás sujeto a cesar, de modo que siente

todo el ímpetu de nuestro Amor, la potencia de nuestras obras, y presa de

estupor nos ama con nuestra Fuerza creadora que hemos infundido en ella; y

¡oh! nuestro contento al vernos conocidos y amados por quien tanto

amamos. Por esto creamos tantas cosas, porque esperábamos a la criatura

para hacer conocer cuánto la amamos, y para dar a ella en cada cosa creada

el potencial de nuestro Amor para hacernos amar; el amor cuando no es

conocido se vuelve infeliz, y cuando no es amado por quien ama siente

perder la vida, impedido, romper los pasos, y poner en el olvido sus obras

más bellas. En cambio cuando es conocido y amado, su vida se multiplica, y

he aquí nuestro acto creante sobre la criatura para ser amado como Nosotros

la amamos, nuestros pasos son libres, más bien vuelan para tomar a la amada

criatura, estrecharla a nuestro seno para amarla y hacernos amar, nuestro

Amor siente la felicidad del amor que ella le lleva. Por eso no hay honor

más grande que pueda darnos que venir en nuestra Divina Voluntad,

Nosotros en cuanto la vemos venir ponemos a su disposición toda la

Creación, porque es suya, para ella fue hecha, y conforme gira en cada cosa

creada encuentra nuestra Potencia creadora, que invistiéndolas comunica

nuestro Amor que cada una posee, y nos pueda amar con nuestra Fuerza

creadora, que es fuente, y nos pueda amar como quiere y cuanto quiere, y así

el Amor del Creador y de la criatura se dan el beso, uno se reposa en el otro

 

 

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y ambos sienten el contento de amarse verdaderamente. ¡Oh! cómo es bella

la compañía de quien nos ama, es tanto nuestro contento, que nuestro Amor

surge e inventa otras obras más bellas, otras industrias amorosas para amar y

hacernos amar."

Diciembre 29, 1935

El puesto regio de la criatura en la unión de la Unidad Divina,

cómo queda encerrada en Ella y cómo puede formar las bellezas

más raras y el encanto a su mismo Creador.

Estoy entre los brazos del Fiat Divino, me atrae tanto que mi pequeña

nada se siente perdida en el Todo, y si bien perdida siente su vida sostenida,

alimentada, vivificada por el Todo, y si jamás sea, quisiera sustraerme, lo

que no puede ser, porque no encontraría ni siquiera un agujero dónde

poderme esconder en que no encontrara a mi Todo, ¡oh! entonces sentiría mi

pequeña nada sin vida. Sentía que el Querer Divino daba el aliento a mi

nada y me hacía sentir su Vida, su Amor, su Potencia, pero mientras mi

mente nadaba en el Todo, en su Luz interminable, mi amado Jesús visitando

mi pequeña alma, todo bondad me ha dicho:

"Mi pequeña hija de mi Voluntad, cómo es sorprendente, maravilloso,

sublime el obrar en mi Querer Divino, en cuanto la criatura hace su acto en

Él, su acto queda despojado de lo humano, y unificándose adquiere la unión

de la Unidad del acto divino. Ahora, la criatura tiene su puesto regio, su

acto en la Unidad de nuestro acto único, y por eso si ama, ama en nuestra

Unidad; si nos adora, si nos bendice, es dentro de nuestra Unidad; si nos

comprende, es dentro de nuestra Unidad; nada ve, nada hace ni siente fuera

de Nosotros, sino todo dentro de nuestro Ser Divino, ella puede decir: ‘No

conozco otra cosa, ni amo, ni quiero, sino sólo al Querer Divino, porque su

Unidad me tiene encerrada dentro."

Ahora, la fortuna más grande, la gracia más sublime para la criatura; la

gloria, el honor más grande para Nosotros, es poseer la voluntad humana, su

acto en nuestra Unidad, ¿y sabes por qué? Porque podemos dar amor

cuando queremos, y hacernos amar cuando deseamos, enriquecerla de

gracia, de santidad, de belleza, de sentirnos raptar por los bienes y belleza

que le hemos infundido. En suma podemos tener qué hacer con la criatura,

amarla, confiar el Todo a la nada, ya que tiene de lo nuestro, y sentirá tal

potencia y amor de poder defender al Todo, y Nosotros nos sentimos seguros

en esta nada, porque le hemos cedido nuestras armas para tenernos seguros y

 

 

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defendidos. Pero esto no es todo, todo lo que la criatura puede hacer, las

acciones naturales, los actos más indiferentes, las palabras, las obras, los

pasos, poseyendo su acto en nuestra Unidad se vuelven efecto de su acto

unido con el nuestro, símbolo del sol que con los efectos de su luz forma la

belleza, las floraciones, el encanto a todo lo creado, así ella investida por la

Luz de mi Fiat, todo se vuelve efecto suyo, uno es el acto, una es la

Voluntad, pero los efectos son innumerables, pueden formar las bellezas más

raras y el encanto más seductor a Aquél que la ha creado, y que la posee en

su Unidad. Hija mía, nuestro Ente Supremo posee un solo acto, así que toda

la Creación, cada criatura, no son otra cosa que efecto de la Unidad de

nuestro acto, por lo que la voluntad humana unificándose se vuelve nuestro

efecto continuo. Y este efecto ¿sabes qué significa? Darle siempre y recibir

siempre de la criatura."

Yo he quedado sorprendida y fija en el Querer Divino, y comprendía

tantas cosas de esta unión en la Unidad divina, que mientras era una

encerraba toda la Creación, y todos eran encerrados en esta Unidad y todos

salían de ella, pero sostenidos, unificados, vinculados en esta Unidad, y

como es una y todo, sostiene y da vida a todo. Mientras estaba en esto he

visto el cielo, y se veían tantas luces de variadas bellezas que poseían toda la

variedad de los colores, pero con un modo admirable que raptaban, estas

luces serpenteaban en la bóveda azul, y mientras eran tantas formaban una

sola, penetraban en los Cielos, descendían en lo bajo, querían dar vida de luz

a todos, no se detenían jamás, corrían, volaban, y mi dulce Jesús ha

agregado:

"Hija mía, estas luces son las maravillas de los actos hechos en mi

Querer Divino, cómo son bellas, llevan la marca de su Creador."

Enero 5, 1936

Quien vive en el Querer Divino forma la pequeña Vida de la

Divina Voluntad en la criatura. Cómo viene amada con

nuevo y duplicado Amor por Dios.

Mi pequeña y pobre voluntad siente la extrema necesidad del Querer

Divino, sin Él me siento en ayunas, sin fuerza, sin calor y sin vida, es más,

siento la muerte a cada instante, porque faltándome no hay quién pueda

sustituirse a alimentar su Vida en mí. Por eso voy repitiendo: "Tengo

hambre, ven ¡oh! Voluntad Divina a darme tu Vida para saciarme de ti, de

 

 

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otra manera yo muero." Pero mientras deliraba porque quería sentir en mí la

plenitud de la Divina Voluntad, mi dulce Jesús, repitiéndome su breve visita,

todo bondad me ha dicho:

"Hija mía bendita, tus delirios, tu hambre que siente la extrema

necesidad porque quieres sentir a cada instante la Vida de mi Voluntad, son

heridas a mi corazón, son desgarros de amor que violentándome me hacen

correr, volar para venir a hacer crecer la Vida de mi Voluntad en ti. Tú

debes saber que en cuanto la criatura quiere hacer mi Voluntad para vivir y

hacer sus actos en Ella, llama a su Creador, el Cual se siente llamado por la

Potencia de su mismo Querer en la criatura, a la cual no le es dado resistir o

poner la mínima resistencia. Es más, como no nos dejamos vencer jamás en

amor, en cuanto vemos que está por llamarnos, no le damos tiempo,

Nosotros la llamamos a ella y ella corre en nuestro Ser Divino como en su

propio centro, se arroja en nuestros brazos, y Nosotros la estrechamos tanto,

de transformarla en Nosotros, sucede un acuerdo perfecto entre el Creador y

la criatura, y es tanto nuestro énfasis de amor, que la amamos con nuevo y

duplicado Amor, pero esto no basta, le damos tal comunicación de nuestro

Ser Supremo, de hacernos amar con amor nuevo y duplicado por ella, y si tú

supieras qué significa ser amado por Dios con nuevo y duplicado Amor, y

poderlo amar con amor nuevo y duplicado, sólo en nuestra Voluntad Divina

hay estas maravillas y prodigios. Dios se ama a Sí mismo en la criatura,

todo es suyo, por eso no es maravilla que ponga en campo su siempre nuevo

Amor, lo duplica, lo centuplica cuanto quiere, y da la gracia a la criatura de

amarlo con su mismo Amor, si esto no fuese se vería gran disparidad entre

quien puede amar y entre quien no puede amar, y la pobre criatura quedaría

humillada, anulada, sin arrojo y unión de amor con su Creador, y cuando dos

seres no se pueden amar con igual amor, la desigualad produce la

infelicidad, mientras que nuestra Voluntad es Unidad, y libremente da a la

criatura su Amor para hacerse amar, da su Santidad para hacerla santa, su

Sabiduría para hacerse conocer, no hay cosa que posea que no quisiera darle.

Mucho más que con vivir en nuestro Fiat, como ha puesto a un lado su

voluntad para dar vida a la nuestra en sus actos, ha formado la pequeña Vida

de nuestro Querer en ella, la cual reclama, suspira el crecimiento, y basta un

acto de más en Él para crecer, un suspiro para quitarse el hambre, un deseo

total de que mi Querer corra en todo su ser para formarse alimento suficiente

para sentirse satisfecha de todo lo que pertenece a su Creador. Se requiere

atención suma, y mi Voluntad hará todo lo que se necesita para formar su

Vida en la criatura."

 

 

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Enero 22, 1936

Quien vive en la Divina Voluntad forma el teatro de las obras de

su Creador, y repite en ella la escena conmovedora de la Redención.

 

Estaba haciendo el giro en los actos de la Divina Voluntad, y buscaba

investir con mi pequeño amor el cielo, el sol y la creación toda, y el Fiat

Divino para corresponderme formaba el lugar en mi voluntad para encerrar

el cielo y la creación toda; después giraba en los actos de la Redención, y el

dulce Jesús encerraba sus actos en mí, y repetía las escenas más

conmovedoras para corresponderme por mi pequeño amor. Yo he quedado

sorprendida, y mi amado Jesús todo ternura y amor me ha dicho:

"Mi buena hija, hija de mi Voluntad, tú debes saber que mi Amor es

tanto, que para desahogarme quiero repetir mis obras, pero ¿en quién puedo

repetirlas? ¿En quién puedo encontrar lugar para encerrarlas para sentirme

amar? En quien vive en mi Voluntad. Conforme la criatura gira en mis

obras para conocerlas, amarlas y llamarlas a sí, se reproducen en ella y

forma el teatro de nuestras obras, cuántas escenas conmovedoras: Ahora se

extiende el cielo, ahora surge el sol con toda su majestad, ahora murmura el

mar y formando sus olas quisiera inundar a su Creador con su amor, ahora

forma el más bello prado florido, y en cada flor nos hace decir su estribillo:

‘Te amo, te glorifico, te adoro, y tu Fiat venga a reinar sobre la tierra.’ No

hay ser que no llame a sí para hacernos decir su historia: ‘Te amo, te amo.’

Hija mía, nuestro Amor no está contento si no se da todo y no repite nuestras

obras en quien vive en nuestra Voluntad.

Pero no es todo, escucha: Si con girar en los actos de la Creación

repite mis obras y tomo sumo placer y me deleito en asistir a las escenas

esplendidísimas de la Creación en la criatura, cuando ella gira en los actos

de la Redención para hacerlos suyos, Yo repito mi Vida, así que repito mi

Concepción, mi nacimiento, en el cual los ángeles repiten el gloria en los

Cielos y paz a los hombres de buena voluntad, y si la ingratitud humana me

obliga a llorar, voy a llorar en ella, porque sé que mis lágrimas serán

correspondidas y adornadas con su te amo. Por eso paso a repetir mi Vida,

mis pasos, mis lecciones, y cuando las culpas me renuevan las penas, la

crucifixión, la muerte, no las sufro jamás fuera de esta criatura, sino que voy

a ella a sufrir mis penas, las cruces, la muerte, porque ella no me dejará solo,

tomará parte en mis penas, quedará crucificada conmigo y me dará su vida

en correspondencia por mi muerte. Así que en quien vive en mi Voluntad

encuentro el teatro de mi Vida, las escenas conmovedoras de mi infancia y

de mi pasión, encuentro los cielos hablantes, los soles que me aman, los

 

 

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vientos que gimen de amor por Mí, en suma todas las cosas creadas tienen

que decirme una palabrita, un te amo, un testimonio de reconocimiento, pero

¿quién me las hace hablantes? ¿Quién es quien da la voz a todas las cosas?

Quien vive en mi Voluntad; Ella la transforma tanto, que no hay amor que

no se haga dar, ni obras que no pueda repetir en ella, por eso se pueden

llamar su Vida viviente y la repetidora de las obras de su Creador."

Marzo 1, 1936

Prodigios de la Encarnación del Verbo Divino. Cómo los Cielos

quedarone stupefactos y los ángeles quedaron mudos. Prodigios cuando

la DivinaVoluntad obra en la criatura. La Trinidad Divina llamada a

concilio. Dios al crearnos pone una dosis de su Amor en la criatura.

Estoy bajo la prensa de la privación de mi dulce Jesús, me siento

triturada, deshecha, como si mi vida quisiera terminar, pero el Querer Divino

triunfante sobre mi pequeño ser surge en mi alma, y me llama a hacer mi

jornada en su Voluntad, me parece que mientras me siente morir sin morir,

Ella forma su victoria y es su triunfo, y su Vida resurge más bella, toda llena

de majestad y de duplicado Amor sobre mi voluntad que muere. ¡Oh!

Voluntad Divina, cuánto me amas, Tú me haces sentir la muerte para

concentrar mayormente tu Vida en mí. Después continuaba mi jornada en

sus actos divinos, y habiendo llegado a la Encarnación del Verbo se sentía

tal amor, de sentirse quemar, consumir en sus llamas divinas. Y mi sumo

bien Jesús, como ahogado en sus llamas de amor me ha dicho:

"Hija mía bendita, mi Amor fue tanto al Encarnarme en el seno de mi

Madre Celestial, que Cielos y tierra no podían contenerlo, el acto de

Encarnarme ocurrió en un acto de amor tan intenso, tan fuerte, tan grande,

que era más que suficiente para quemar todo y a todos de amor. Tú debes

saber que antes de Encarnarme, mi Padre Celestial vio en Sí mismo, y en el

ímpetu de su Amor, no pudiendo contenerlo sacaba de Sí torrentes, mares de

Amor, en este ímpetu de amor vio a su Hijo, y Yo me encontraba en sus

mismas llamas de amor y me ordenó que me encarnara; Yo lo quería, y en

un ímpetu de amor, sin dejar a mi Padre ni al Espíritu Santo, sucedió el gran

portento de la Encarnación. Quedé con mi Padre, y al mismo tiempo

descendí al seno de mi Madre. Las tres Divinas Personas eran inseparables,

no sujetas a separarse, por eso puedo decir: ‘Quedé en el Cielo y descendí a

 

 

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la tierra, y el Padre y el Espíritu Santo descendieron conmigo a la tierra y

quedaron en el Cielo.’ Por eso, en este acto tan grande nuestro Ser Divino

desbordó tanto en amor, que los Cielos quedaron maravillados y los ángeles

sorprendidos y mudos, todos envueltos en nuestras llamas de amor. La

Encarnación no fue otra cosa que un acto de nuestra Divina Voluntad, ¿qué

cosa no sabe hacer y puede hacer? Todo; llega con su Potencia y con su

Amor infinito hasta obrar el prodigio jamás oído, ni hecho, de hacernos

quedar en el Cielo y descender en la prisión del seno materno. Así quiso

nuestra Voluntad que así se hiciera.

Ahora hija mía, cada vez que el alma quiere hacer mi Voluntad, mi

Padre Celestial primero observa dentro de Sí, llama como en concilio a la

Trinidad Sacrosanta para llenar aquel acto de nuestra Voluntad de todos los

bienes posibles e imaginables, después lo saca de Sí y hace investir a la

criatura de su Voluntad obrante, comunicante, transformante, y así como en

la Encarnación las tres Divinas Personas quedaron en el Cielo y

descendieron en el seno de la Inmaculada Virgen, así mi Voluntad, con su

Potencia transporta consigo en su acto operativo a la Trinidad Divina en la

criatura, mientras la deja en el Cielo, y forma en la voluntad humana su acto

divino. Ahora, ¿quién puede decirte las maravillas que vienen encerradas en

este acto de nuestra Voluntad? Nuestro Amor surge y se difunde, tanto, de

no encontrar lugar dónde ponerse, y cuando todo ha llenado se retira en

nuestra fuente; nuestra Santidad se siente honrada con el acto divino de

nuestra misma Voluntad obrante en la criatura, y se difunde con gracia

sorprendente para comunicar su Santidad a todas las criaturas, son prodigios

inenarrables que Ella hace cuando la criatura la llama a obrar en ella. Por

eso haz desaparecer todo en mi Voluntad y Nosotros te daremos todo en tu

poder y tú podrás darnos todo, incluso a Nosotros mismos."

Después de esto mi pequeña inteligencia la sentía tan llena de la

Voluntad Divina, que no podía contenerla, y seguía mi giro en sus actos

divinos, y habiendo llegado al acto cuando fue concebida la Inmaculada

Reina, comprendía cómo el Ente Supremo antes de llamarla a la vida, le

infundió tanto amor que en cuanto sintió la vida sintió la necesidad de amar

a su Creador, sentía en Sí misma aquel amor que sacaba fuera. Yo he

quedado sorprendida, y mi amado Jesús ha agregado:

"Hija mía, no te maravilles, es nuestra costumbre que a cada criatura

cuando la ponemos fuera a la luz del día en el acto de crearla, damos una

dosis de amor, dándole así parte de nuestra sustancia divina, y según

nuestros designios que hacemos sobre ella, así incrementamos la dosis de

nuestro Amor. Así que cada criatura tiene en sí misma la parte de la

sustancia del Amor Divino, de otra manera ¿cómo podría amarnos si

 

 

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Nosotros mismos no poníamos de lo nuestro para hacernos amar? Sería

pedir lo que no tenía, Nosotros ya lo sabíamos, que la criatura nada tiene

suyo, por eso debíamos encerrar como dentro de un sagrario nuestro Amor,

nuestra Voluntad, para pedir que nos ame y haga nuestro Querer. Y si

pedimos es porque sabemos que tiene en su poder nuestro Amor y nuestro

Querer, que Nosotros mismos hemos puesto en el fondo de su alma. Ahora,

si nos ama, esta dosis de nuestro Amor surge, se engrandece, y siente más

potentemente la necesidad de amarnos y de vivir de la Voluntad de su

Creador; si no nos ama no crece, y las debilidades humanas, las pasiones

forman las cenizas sobre nuestro Amor, de modo que llega a no sentir

ninguna necesidad de amarnos, las cenizas han cubierto y sofocado nuestro

fuego divino, y mientras el fuego existe, ella no lo siente, mientras que cada

vez que nos ama, no hace otra cosa que soplar para quitar las cenizas, así

sentirá el vivo fuego que le quema en el pecho, y lo agrandará tanto de no

poderse estar sin amarnos.

Ahora hija mía, la Inmaculada Reina, desde el primer instante de su

concepción, dado que sentía en Sí el amor por su Creador y nuestra

Voluntad obrante más que su misma vida, nos amó tanto que no perdió ni un

instante sin amarnos, y con amarnos y amarnos engrandeció tanto esta dosis

de amor, de podernos amar por todos y dar amor a todos, y amar a todos

siempre, sin cesar jamás; tú debes saber que nuestro Amor es tanto, que con

poner esta dosis de amor en la criatura, Nosotros poníamos el germen de la

felicidad dentro de ella, porque la verdadera felicidad debe tener su puesto

real dentro del alma, la felicidad de afuera si no reside dentro no se puede

llamar verdadera felicidad, más bien amarga a la pobre criatura y es como un

viento impetuoso, que rápido la disipa, dejando los rastros apenas

convertidos en espinas que la amargan, no así la felicidad de adentro, puesta

por Nosotros, ella es duradera y crece siempre, y además amar es felicitarse

y felicitarnos, quien no ama no puede ser jamás feliz, quien no ama no tiene

ninguna finalidad ni interés de cumplir obras, ni siente el heroísmo de hacer

bien a ninguno, el sacrificio que da las más bellas tintas al amor no existe

para ella. Entonces la Virgen Santísima poseía el mar de la felicidad porque

poseía tantas Vidas de amor por cuantas criaturas existen, y no sólo esto,

sino con no hacer jamás su voluntad, sino siempre la mía, formaba tantas

Vidas de mi Voluntad Divina en Ella, de modo que puede dar a cada criatura

una Vida de Amor y una Vida de Querer Divino. He aquí por qué con

derecho es Reina del amor, y Reina de la Voluntad Suprema. Por eso la

Soberana Reina ama, suspira sacar estas Vidas para ponerlas en las criaturas

y formar el reino del puro amor y el reino de nuestra Voluntad, y así llegará

 

 

2784

al punto máximo de amar a su Creador, y al punto máximo de amar y de

hacer bien a las criaturas."

Abril 21, 1936

Desahogo divino para quien vive en su Voluntad; cómo la

hace partícipe de sus obras. Cómo tiene siempre qué

dar y obra junto con la criatura.

 

Estoy siempre en el mar del Querer Divino, donde encuentro la fuerza,

la paz, el amor, más bien cuando entro en Él, viendo mi pequeñez y que no

soy buena para hacer nada, la Divinidad, que ama tanto el hacer obrar su

Voluntad en mi pequeñez, arma en torno a mí su Santidad, su Sabiduría, la

Bondad, la Fuerza, la Luz Divina, para hacer que su Voluntad encuentre en

mí sus cualidades divinas, para poder hacer en mí su acto obrante, así que

pone de lo suyo para dar gracias a la criatura de hacerla obrar en Ella.

Después seguía los actos de la Divina Voluntad, y Ella me llevaba en sus

brazos, me sostenía, me daba el respiro para hacerme recibir la participación

de sus actos. Entonces he llegado al acto de la Concepción de la Virgen, y

yo me he encontrado en el pequeño corazón de la Virgen concebida. Dios

mío, no sé decir, no sé seguir adelante, pero mi dulce Jesús para hacerme

comprender me ha dicho:

"Hija bendita de mi Querer, tienes razón, las olas de mi Querer te

inundan, te ahogan, y tu pequeña capacidad se pierde, y se necesita a tu

Jesús para explicarte mejor lo que tú ves, porque no sabes decir. Debes

saber hija mía que es tal y tanto nuestro Amor por quien quiere vivir y vive

en nuestro Querer Divino, que la queremos hacer partícipe de todas nuestras

obras, por cuanto a criatura es posible, dándole también el mérito de nuestras

obras divinas. En cuanto la criatura entra en nuestra Voluntad, Ella llama en

acto a su obrar divino, como si en aquel instante lo estuviera obrando, y

fundiéndola en su acto le hace ver los prodigios de su obrar, y la hace recibir

y confirmar en el bien, haciéndole sentir la nueva vida de su acto. Tú has

visto la Concepción de la Soberana Reina, y cómo tú estando en mi

Voluntad te has encontrado concebida en su materno corazón; mira la gran

diferencia, para quien vive en mi Querer los prodigios de la Inmaculada

Concepción fueron inauditos; mi Voluntad que animaba esta Inmaculada

Concepción, de la cual ninguno puede huir de Ella, llamó para estar

presentes a todas las criaturas, para que quedaran concebidas en su virginal

corazón, y recibieran su maternidad, su ayuda, su defensa, encontraran el

 

 

2785

refugio, el apoyo en esta Madre Celestial. Ahora, quien vive en nuestro

Querer se encuentra en el acto en que se Concibe, es la hija que

espontáneamente, por su voluntad, busca a su Mamá, y toma su puesto, se

encierra en su materno corazón para hacerse hacer de Mamá de la Celestial

Reina. Ahora, ésta tomará parte en las riquezas de la Soberana Señora, en

sus méritos, en su amor, sentirá en sí la nobleza, la Santidad de Ella, porque

conoce a quién pertenece, y Dios la hará partícipe de los bienes infinitos y

del amor exuberante que tuvo en la Concepción de esta Santa Criatura. Y

así de todas nuestras obras, en cuanto la criatura las busca, las llama en

nuestra Voluntad para conocerlas y amarlas, Nosotros llamamos en acto

nuestras obras, la ponemos en el centro de ellas, le hacemos sentir y probar

todo nuestro Amor, la potencia de nuestra Fuerza creadora, y la pequeñez de

la criatura recibe en sí, se llena hasta no poder contener más. Hija mía, no

hacer partícipe de nuestras obras a quien vive en nuestra Voluntad nos

resulta imposible, no sería verdadero amor el nuestro, porque Nosotros

poseemos en naturaleza la Fuerza comunicativa, y querremos comunicar a

todos nuestros bienes divinos, son las criaturas que los rechazan, pero para

quien vive en nuestro Querer desahogamos en comunicar nuestros bienes, no

encontramos en ella ninguna oposición, y si esto no fuera impediríamos

nuestro Ser Divino, más bien es una de nuestras felicidades: ‘Amar, dar,

abundar a nuestras amadas criaturas.’

Mira entonces la gran diferencia de quien vive en nuestra Voluntad,

las otras criaturas se encuentran en nuestras obras, en la Concepción de la

Virgen Santa, en la Encarnación del Verbo, en mis penas, en mi muerte y

hasta en mi Resurrección, pero se encuentran en virtud de nuestra Potencia e

Inmensidad, casi diría por necesidad, no por amor, ni porque conozcan

nuestros bienes y amen el hacer su habitación en ellos para gozárselos, de

hecho, es porque de nuestro Ser Divino ninguno puede huir, mientras quien

vive en nuestro Querer es la criatura que busca nuestras obras, las conoce,

las ama, las aprecia, y viene a tomar su puesto dentro de ellas, y ama y obra

junto con Nosotros, en consecuencia participa, adquiere nuevos

conocimientos y nuevo amor, mientras las otras están y no las conocen, no

nos aman, no tienen una palabra que decirnos, si se pudiera decir están por

obstaculizar nuestra Inmensidad, y muchos para ofendernos. Por eso es

nuestro suspiro ardiente que el alma viva en nuestro Querer, Nosotros

teníamos siempre qué dar y qué hacer siempre con ella, y ella tiene qué

hacer junto con Nosotros, no nos damos tiempo, un acto llama a otro, y nos

conocemos bastante, nuestra Voluntad primero nos hace conocer, nos hace

amar, y después forma la unión perenne de la criatura en nuestra Voluntad."

 

 

2786

Mayo 20, 1936

Diferencia que hay entre quien llama la Divina Voluntad en sus

actos, y entre quien hace las obras buenas sin Ella. La Ascensión;

cómo partía para el Cielo y quedaba en la tierra.

Mi pobre mente continúa girando en los actos de la Divina Voluntad, y

pensaba entre mí: "Cuál es la diferencia de quien llama la Divina Voluntad

en sus actos, y de aquellos que hacen las obras buenas y no la llaman, no le

dan el primer lugar en sus actos." Y mi dulce Jesús haciéndome su breve

visita me ha dicho:

"Hija mía, no hay comparación entre uno y otro, el primero con llamar

mi Voluntad en sus actos se despoja de lo que es humano, y forma el vacío

en su querer humano dónde dar el lugar a mi Voluntad; Esta embellece,

santifica, forma su Luz en aquel vacío, después pronuncia su Fiat creante y

llama a vida su obrar divino en el humano, y la criatura no sólo participa,

sino queda propietaria del acto divino, el cual posee la Potencia, la

Inmensidad, la Santidad y el valor Divino que no se agota jamás. Por eso,

en quien vive en nuestro Querer Nosotros miramos y encontramos a

Nosotros mismos y a nuestros actos que nos honran y nos hacen corona. En

cambio aquellos que hacen las obras buenas, pero no animados por nuestro

Querer, Nosotros no nos encontramos a Nosotros mismos, sino al acto finito

de la criatura, y como Nosotros no sabemos tener nada del bien que ellas

hacen donde no participen nuestros actos, les damos el mérito como pago; el

pago no es propiedad que puede siempre producir, por eso simboliza a

aquellos que viven al día, que si bien viven trabajosamente del salario que

tienen, pero no se hacen jamás ricos, sienten siempre la necesidad de que les

sea pagado su trabajo para vivir, y si no trabajan hay peligro de morir de

hambre, esto es, de no sentir la saciedad del bien, la vida de las virtudes, sino

la escuálida miseria de las pasiones. En cambio para quien vive en nuestro

Querer todo es abundancia, Nosotros le decimos: Toma lo que quieras, y

cuanto más puedas tomar, más ponemos a tu disposición nuestras riquezas,

nuestra Luz, nuestra Santidad, nuestro Amor, porque lo que es nuestro es

tuyo, y lo que es tuyo es nuestro, no queda otra cosa que vivir y obrar

juntos."

Después de esto estaba siguiendo la Ascensión de Jesús al Cielo, cómo

era bello, todo majestad, vestido de luz fulgidísima que raptaba y

 

 

2787

encadenaba los corazones a amarlo, y mi dulce Jesús todo bondad y amor

me ha dicho:

"Hija mía bendita, no hay suceso de mi Vida que no simbolice el reino

de mi Divina Voluntad, en este día de mi Ascensión Yo me sentía victorioso

y triunfante, mis penas habían terminado, más bien dejaba mis penas ya

sufridas en medio a mis hijos que dejaba sobre la tierra, como ayuda, fuerza

y sostén, y como refugio dónde esconderse en sus penas, para tomar de las

mías el heroísmo en sus sacrificios, puedo decir que dejaba mis penas, mis

ejemplos y mi misma Vida como simiente, que madurándose y creciendo

debía hacer surgir el reino de mi Divina Voluntad. Así que partía y quedaba,

quedaba en virtud de mis penas; quedaba en sus corazones para ser amado,

después que mi Santísima Humanidad subía al Cielo sentía más estrecho el

vínculo de la familia humana, por consiguiente no me habría adaptado a no

recibir el amor de mis hijos y hermanos que dejaba en la tierra; quedé en el

Santísimo Sacramento para darme continuamente a ellos, y ellos a darse a

Mí para hacerles encontrar el reposo, el descanso y el remedio a todas sus

necesidades. Nuestras obras no sufren de mutabilidad, lo que hacemos una

vez lo repetimos siempre. Además de esto, en este día de mi Ascensión Yo

tenía doble corona, la corona de mis hijos que llevaba conmigo a la patria

celestial, y la corona de mis hijos que dejaba en la tierra, símbolo ellos de

aquellos pocos que serán el principio del reino de mi Divina Voluntad; todos

los que me vieron ascender al Cielo recibieron tantas gracias, que todos

pusieron la vida para hacer conocer el reino de la Redención y pusieron los

fundamentos para formar mi Iglesia, y hacer que recogiera en su regazo

materno a todas las generaciones humanas; así los primeros hijos del reino

de mi Voluntad, serán pocos, pero serán tales y tantas las gracias de las que

serán investidos, que pondrán la vida para llamar a todos a vivir en este

santo reino. Una nube de luz me invistió, la cual quitó de la vista de los

discípulos mi presencia, los cuales estaban estáticos viendo mi persona, que

era tanto el encanto de mi belleza que tenía raptadas sus pupilas, no sabían

bajar su mirada para ver la tierra, tanto que se requirió de un ángel para

sacudirlos y hacerlos regresar al cenáculo. También esto es símbolo del

reino de mi Querer, será tal y tanta la luz que investirá a sus primeros hijos,

que llevarán lo bello, el encanto, la paz de mi Fiat Divino, de modo que

fácilmente se dispondrán a querer conocer y amar un bien tan grande.

Ahora, en medio a los discípulos estaba mi Mamá que asistía a mi partida

para el Cielo, este es el más bello símbolo. Así que Ella es la Reina de mi

Iglesia, la asiste, la protege, la defiende, así se pondrá en medio a los hijos

de mi Voluntad; será siempre Ella el motor, la vida, la guía, el modelo

perfecto, la maestra del reino del Fiat Divino que tanto aprecia, son sus

 

 

2788

ansias, sus deseos ardientes, sus delirios de amor materno, que quiere a sus

hijos en la tierra en el reino donde Ella vivió, no está contenta sólo con tener

a sus hijos en el Cielo en el reino de la Divina Voluntad, sino que los quiere

también sobre la tierra, siente que la tarea dada a Ella por Dios como Madre

y Reina no la ha completado, su misión no ha terminado hasta en tanto que

no reine la Divina Voluntad sobre la tierra en medio a las criaturas. Quiere a

sus hijos que la semejen y que posean la herencia de su Mamá, por eso la

gran Señora es toda ojos para mirar, todo corazón para amar, para ayudar a

quien ve en algún modo dispuesto a querer vivir de Voluntad Divina. Por

eso en las dificultades piensa que Ella está junto a ti, te sostiene, te fortalece,

toma tu querer en sus manos maternas para hacerlo recibir la Vida del Fiat

Supremo."

Mayo 31, 1936

La Divina Voluntad encierra todos los actos de la Vida de Jesús como en

acto de repetirlos siempre por amor de las criaturas. La Vida de Jesús

simboliza la llamada del reino de la Divina Voluntad sobre la tierra.

Mi pobre inteligencia seguía la Vida de mi dulce Jesús en la Divina

Voluntad, en la cual lo encontraba en acto de continuar su Vida cuando

estaba sobre la tierra, y ¡oh! cuántas maravillas, cuántas sorpresas de amor

jamás pensadas. Así que el Fiat Divino encierra todos los actos de la Vida

de Jesús como en acto de repetirlos siempre por amor de las criaturas, para

dar a cada una su Vida entera, sus penas, su amor ardiente. Entonces mi

dulce Jesús, todo bondad me ha dicho:

"Mi pequeña hija de mi Querer, mi Amor quiere desahogarse, siente la

necesidad de hacer conocer a quien quiere vivir de mi Voluntad, lo que Yo

hice y hago para que vuelva a reinar y dominar en medio a las criaturas; tú

debes saber que toda mi Vida no fue otra cosa que el llamado continuo de mi

Voluntad en medio a ellas, y el llamado de las criaturas en mi Fiat Supremo,

tanto, que cuando me concebí simbolizaba el llamado, el regreso para

hacerla concebir en las criaturas que con tanta crueldad la habían puesto

fuera de sus almas, y las llamaba a ellas a concebirse en Ella. En cuanto

nací, llamaba a renacer a mi Querer en todas las obras humanas; en todas

mis lágrimas infantiles, gemidos, plegarias y suspiros, llamaba con mis

lágrimas y suspiros a mi Voluntad en las lágrimas, penas y suspiros de las

criaturas, para que nada hicieran en que no sintieran la fuerza, el imperio de

mi Voluntad reinante en ellas, la cual apiadándose de mis lágrimas y de las

 

 

2789

de ellas, les habría dado la gracia del regreso de su reino. También mi exilio

simbolizaba cómo las criaturas se habían exiliado de mi Querer, y Yo quise

ser exiliado para llamar a mi Voluntad en medio a los pobres exiliados, a fin

de que los llamara y convirtiera el exilio en patria, donde no más serían

tiranizados por los enemigos, por gente extranjera, por viles pasiones, sino

que estarían con la plenitud de los bienes de mi Voluntad. Y mi regreso a

Nazaret simboliza muy bien mi Divina Voluntad, Yo vivía en Ella

escondido, su reinar estaba en pleno vigor en la sagrada familia, Yo era el

Verbo, la Voluntad Divina en persona, velada por mi Humanidad, aquella

misma Voluntad que reinaba en Mí se difundía a todos, los abrazaba, era

movimiento y vida de cada uno, Yo sentía en Mí el movimiento y la vida de

cada uno, de la cual mi Fiat era el actor; qué pena, qué dolor el no ser

reconocido, ni recibir un gracias, un te amo, un acto de reconocimiento, ni

del mundo entero ni del mismo Nazaret, porque no sólo mi Voluntad, sino

también mi Santa Humanidad vivía en medio a ellos, la cual no cesaba de

dar luz a quien pudiera verme y acercarse a Mí para hacerme conocer, pero

que en mi dolor quedaba siempre el Dios escondido. Tal es la suerte de mi

Querer Divino, el hombre fue creado con la Fuerza creadora del Fiat, nació,

fue unido, empapado en Él, le suministra el movimiento continuo, el calor,

la vida, terminará su vida en el Fiat, sin embargo ¿quién lo conoce? ¿Quién

es agradecido por este acto divino continuo, sin jamás cansarse, que con

tanto amor envuelve la vida de la criatura para darle vida? Casi ninguno hija

mía; hacer el bien, ser causa primaria de conservación y dar vida perenne a

la criatura, mantener el orden de todas las cosas creadas en torno a ella y

sólo para ella, y no ser reconocido, es el dolor de los dolores, y la paciencia

de mi Voluntad llega a lo increíble, ¿pero sabes tú el por qué de esta

paciencia tan invencible y constante? Porque sabe que vendrá su reino, será

reconocida su Vida palpitante en medio a las criaturas, y en vista de la gran

gloria que recibirá al ser conocida que es vida de cada vida, y mientras es

vida recibirá cada vida para reinar en ella, no estará más escondida sino

develada y reconocida; en vista de esto soporta tanto desconocimiento, y

sólo una paciencia divina podría soportar la prolijidad de tantos siglos de

tanta ingratitud humana. De Nazaret pasé al desierto donde había máxima

soledad, la mayor parte habitado por animales feroces que ensordecían el

desierto con sus rugidos que me rodeaban, símbolo de mi Divina Voluntad,

que cuando no es conocida se forma el desierto en torno a la criatura y una

soledad que da horror y espanto, se desertifica el bien y el alma se siente

circundada más que por animales feroces, esto es, por sus pasiones brutales

que mandan rugidos de rabia, de bestial furor, de crueldad, de toda suerte de

males. Mi Santa Humanidad iba paso a paso buscando y encontrando todos

 

 

2790

los dolores que había sufrido mi Divina Voluntad para repararla y llamarla

de nuevo a reinar de nuevo en medio a las criaturas, puedo decir que cada

latido, respiro, palabra, paso y pena míos, era el llamado continuo a mi

Voluntad a hacerse conocer por las criaturas para hacerla reinar, y las

llamaba a ellas en Ella para hacerles conocer el gran bien, la santidad, la

felicidad del vivir en el Fiat. Del desierto pasé a la vida pública, en la que

pocos fueron los que me creyeron que Yo era el Mesías, especialmente de

los doctos casi ninguno, y Yo quise usar mi Potencia sembrando milagros

para formarme el pueblo, a fin de que si no creían en mis palabras creyeran a

la potencia de mis milagros, eran mis industrias divinas y amorosas que a

cualquier precio quería hacerme conocer que era su Salvador, porque si no

me conocían no podían recibir el bien de la Redención, por eso era necesario

hacerme conocer para hacer que mi venida sobre la tierra no fuera inútil para

ellos. ¡Oh! cómo mi vida pública simboliza el triunfo del reino de mi Fiat en

medio a las criaturas, que con verdades sorprendentes lo haré conocer, y

para conseguirlo haré milagros y prodigios, con la Potencia de mi Querer

llamaré a vida a los muertos a la gracia, repetiré el milagro de la resurrección

de Lázaro, que a pesar que están podridos en el mal, que se han vuelto

cadáveres pestilentes como Lázaro, mi Fiat los llamará a vida, hará cesar la

peste del pecado, los hará resurgir en el bien, en suma, usaré todas mis

industrias divinas para hacer dominar mi Querer en medio a las gentes. Ve

entonces, en cada palabra mía que decía y en cada milagro que hacía,

llamaba a mi Voluntad a reinar en medio a ellas, y llamaba a las gentes a

vivir en Ella. De la vida pública pasé a la pasión, símbolo de la Pasión de mi

Voluntad que por tantos siglos había sufrido tantas voluntades rebeldes de

las criaturas, que con no querer someterse a Ella habían cerrado el Cielo,

roto las comunicaciones con su Creador, y se habían convertido en infelices

esclavos del enemigo infernal. Mi Humanidad lacerada, perseguida hasta la

muerte, crucificada, representaba la humanidad infeliz sin mi Querer ante la

Divina Justicia, y en cada pena llamaba a mi Fiat a darse el beso de paz con

las criaturas para hacerlas felices, y las llamaba a ellas en Él para hacer cesar

la Pasión dolorosa a mi Voluntad. Finalmente la muerte, que maduró mi

Resurrección, la que llamaba a todas a resurgir en mi Fiat Divino, y ¡oh!

cómo simboliza a lo vivo mi Resurrección el reino de mi Voluntad, mi

Humanidad llagada, deformada, irreconocible, resurgía sana, de una belleza

encantadora, gloriosa y triunfante. Ella preparaba el triunfo, la gloria a mi

Voluntad llamando a todos en Ella e impetrando que todos resurgieran en mi

Querer, de muertos vivos, de feos bellos, de infelices felices. Mi

Humanidad resucitada asegura el reino a mi Voluntad sobre la tierra, fue mi

único acto lleno de triunfo y de victoria, y esto me convenía porque no

 

 

2791

quería partir para el Cielo si primero no daba todas las ayudas a las criaturas

para hacerlas entrar en el reino de mi Querer, y toda la gloria, el honor, el

triunfo a mi Fiat Supremo para hacerlo dominar y reinar. Por eso únete

conmigo y haz que no haya acto que hagas, y pena que sufras, que no llames

a mi Voluntad a tomar su puesto real y dominante, y como vencedora

conquiste a todos para hacerse conocer, amar y querer por todos."

Junio 14, 1936

Dios y su Voluntad; su Voluntad con la Creación; su Voluntad con

los seres Celestiales; su Voluntad en desacuerdo con la humana familia.

El Querer Divino con fuerza potente me llama en el mar interminable

de su Voluntad, y ¡oh! cómo se está bien en Ella, cuántas sorpresas, cuántas

cosas bellas se comprenden, las cuales producen alegrías infinitas, Vidas

Divinas, Amor que jamás dice basta, pero lo que más felicidad da es ver y

sentir que todo es Voluntad Divina, toda la Creación forma un solo acto de

Querer Supremo. Pero mientras mi mente se perdía en Ella, el dulce Jesús

haciéndome su breve visita, con un amor indecible me ha dicho:

"Hija bendita de mi Querer, tú debes saber que a la cabeza del reino de

mi Divina Voluntad está Dios mismo, nuestra Divinidad no hace otra cosa

que un acto continuo de nuestra Voluntad, no hacemos jamás la voluntad de

ninguno sino siempre la nuestra, la corona de nuestros atributos son

dominados por nuestro Fiat, su reino está dentro de Nosotros y se extiende

fuera de Nosotros en nuestra Inmensidad, en nuestro Amor, Potencia y

Bondad, en todo, así que para Nosotros todo es Voluntad nuestra.

En segundo lugar viene la Creación, Cielos, soles, estrellas, vientos,

aguas, también el pequeño hilo de hierba, no hacen otra cosa que un acto

continuo del Fiat; entre ellas y Nosotros hay un acto de respirar, Nosotros

emitimos el respiro de nuestra Voluntad, y la Creación lo recibe, y

emitiéndolo nos da el respiro que le habíamos dado, esto es, todos los

efectos que ha producido nuestra Voluntad respirada por ella, y se une a

nuestro acto único, cuánta gloria y honor no recibimos, cómo viene exaltado

nuestro Ser Supremo, sólo porque hacemos respirar nuestra Voluntad a toda

la Creación, y ella nos regresa el respiro que le habíamos dado, hay tal

unidad de Voluntad con toda la Creación, que todo lo que sale y entra forma

un solo acto de Voluntad Suprema, y la multiplicidad y diversidad de las

cosas que se ven y suceden, no son otra cosa que los efectos que produce el

único y solo acto nuestro. Porque nuestro Fiat no se cambia jamás, ni está

 

 

2792

sujeto a mutarse, toda su Potencia está en esto, hacer un solo acto para poder

producir todos los efectos posibles e imaginables.

En tercer lugar vienen todos los ángeles, santos y bienaventurados de

la patria celestial, ellos giran en torno a nuestro Ser Supremo y respiran la

Fuerza, la Santidad, el Amor, las alegrías infinitas, las felicidades sin

número del Querer Divino, forman una sola Vida con Él, esta Vida la sienten

dentro como vida propia, la sienten por fuera, en la cual les lleva el océano

siempre nuevo de las felicidades divinas, pero uno es el acto que se forma en

el Cielo, Voluntad Divina; uno el respiro; una sola cosa se necesita,

Voluntad Divina; si jamás sea, en el Cielo pudiera entrar un solo acto, un

solo respiro que no fuera Voluntad Divina, la patria celestial perdería todo el

encanto, lo bello, el atractivo del que está investida, pero esto no puede ser.

Ve entonces que toda la supremacía la tiene mi Fiat; los bienaventurados con

solo respirarlo quedan llenos de mares de alegrías y felicidad

incomprensible, y mientras emiten el respiro, nuestra Divinidad siente la

felicidad que gozan todos los santos, y todos magnifican nuestro Querer

Supremo como principio, fuente, origen de todos los bienes.

En cuarto lugar viene la familia humana, ella gira entorno a Nosotros,

pero como su voluntad no es una con la nuestra, no respiran nuestro Querer,

que pone el orden, la santidad, la unión, la armonía con su Creador, y por

eso quedan esparcidas, desordenadas, y como extraviadas de Nosotros, son

seres infelices, la paz, la felicidad, la abundancia de los bienes están alejadas

de ellos, y todo el mal viene de que nuestra Voluntad no es la de ellos, no

nos respiramos recíprocamente, y esto impide la comunicación de nuestros

bienes, la perfecta unión con nuestro Ente Supremo. Nuestra mano creadora

que debía formar su obra maestra y la más bella en cada criatura, es detenida

porque falta nuestra Voluntad, no encuentra sus almas que se presten,

adaptables para volver factible nuestro arte divino; donde falta nuestro

Querer no sabemos qué hacer con aquella criatura. Esta es la causa por la

que suspiramos tanto que reine nuestra Divina Voluntad y forme su Vida en

ellas, porque nuestra obra creadora esta impedida, nuestros trabajos

suspendidos, la obra de la Creación está incompleta, y para obtener esto, una

debe ser la Voluntad del Cielo y de la tierra, una la Vida, uno el Amor, uno

el respiro, y este es el más grande bien que queremos dar a las criaturas,

tenemos qué hacer todavía tantas obras bellas, pero el querer humano nos

impide el paso, ata nuestros brazos e inmoviliza nuestras manos creadoras.

Por eso quien quiere hacer nuestra Voluntad y vivir en Ella, nos da el trabajo

y hacemos de ella lo que queremos.

Ahora, tú debes saber que en cuanto la criatura se decide a vivir de

Voluntad Divina, asegura su salvación, su santidad, Nosotros estamos en ella

 

 

2793

como en nuestra casa, y su voluntad nos sirve como materia en la cual en

cada acto suyo pronunciamos el Fiat para formar nuestras obras dignas de

Aquél que la habita; hacemos como un rey que se sirve de las piedras, grava,

ladrillos y cal para formarse una suntuosa morada real, de dejar atónito a

todo el mundo, pobre rey si no tuviera las piedras, los materiales necesarios

para formarse la morada real, con todo y que tuviera toda su buena voluntad

y monedas para gastar para formarlo, faltando las materias primas quedaría

sin palacio. Así somos Nosotros, si nos falta la voluntad del alma, con toda

nuestra Potencia y Voluntad que tenemos, faltándonos la materia no

podemos formar en el alma la bella morada digna de ser nuestra habitación,

por eso cuando la criatura nos da su voluntad y toma la nuestra, estamos al

seguro, encontramos todo a nuestra disposición, cosas pequeñas y cosas

grandes, cosas naturales y cosas espirituales, todo es nuestro, y de todo nos

servimos para hacer obrar nuestro Fiat Omnipotente. Y como nuestra

Voluntad no sabe estar sin sus obras, hace el llamado de todas sus obras en

la morada que con tanto amor se ha formado en la criatura, se rodea de todas

las obras de la Creación, cielos, soles, estrellas le hacen homenaje; pone en

orden en ella todo lo que Yo hice en la Redención, mi Vida, mi nacimiento,

mis lágrimas infantiles, mis penas y oraciones, todo, donde está mi Voluntad

nada debe faltar, porque todo de Ella ha salido, por lo que con derecho todo

es suyo, y por eso donde Ella reina forma la concentración de todas sus

obras. Y ¡oh! las bellezas, el orden, la armonía, los bienes divinos que se

ven en esta criatura, los cielos quedan estupefactos y todos admiran el Amor,

la Potencia de la Divina Voluntad, y temblorosos la adoran. Por eso déjate

trabajar por Ella, y Ella hará cosas grandes de hacerte asombrar.

Además de esto, nuestro Amor, nuestra eterna Sabiduría, ha

establecido todas las gracias que debemos dar a la criatura, los grados de

santidad que debe adquirir, la belleza con que debemos adornarla, el amor

con el que nos debe amar, y los mismos actos que ella debe hacer; donde

reina nuestro Fiat todo viene realizado, el orden divino está en pleno vigor,

ni siquiera una coma es cambiada, nuestro obrar está en plena armonía con

las obras de la criatura, y ¡oh! cómo nos deleitamos, y cuando le hemos dado

nuestro último amor en el tiempo, y ella ha cumplido el último acto nuestro

de Voluntad Divina en su vida mortal, nuestro Amor le dará el vuelo a la

patria celestial, y nuestra Voluntad la recibirá en el Cielo como triunfo de su

Voluntad obrante y conquistadora, que con tanto amor conquistó sobre la

tierra. Así que su último acto será la desembocadura que hará en el Cielo,

para dar principio en nuestra Voluntad felicitante, que no tendrá jamás fin.

En cambio donde no reina nuestro Querer, el orden divino no existe, cuántas

obras nuestras rotas y no efectuadas, cuántos vacíos divinos y llenos tal vez

 

 

2794

de pasiones, de pecados, no hay belleza sino deformidad de dar piedad. Por

eso sé atenta y haz que nuestro Querer reine y viva en ti."

Julio 4, 1936

Cómo un acto de voluntad humana puede arruinar el orden Divino y

sus obras más bellas. La primera cosa que Dios quiere es la libertad

absoluta. La Divina Voluntad formará tantos Jesús donde Ella reina.

Mi pobre mente no sabe estar sin girar y volar en el Querer Divino, y

mi pobre voluntad humana se siente como bajo la presión de la Divina

Voluntad, y pensaba entre mí: "¡Ah! sí, es bello, se siente la victoria, el

triunfo, el dominio, la felicidad, las bellas conquistas del vivir en el Querer

Divino, pero el querer humano mientras se siente vivo debe continuamente

morir, es verdad que es el más grande honor, el Amor más grande de Dios,

el dignarse descender en la voluntad de la criatura y con su Majestad y

Potencia obrar, hacer lo que Él quiere, y el humano quedarse en su lugar y

sólo puede hacer lo que hace Dios, pero lo suyo todo lo debe abandonar, este

es el sacrificio de los sacrificios, especialmente en ciertas circunstancias;

¡oh! cómo es doloroso sentir la vida y tenerla como si no la tuviera, porque

el Fiat Divino no tolera que ni siquiera una fibra de querer humano actúe en

el suyo." Y una multitud de pensamientos ocupaba mi pobre mente, y mi

dulce Jesús compadeciendo mi ignorancia y el estado doloroso en que me

encontraba, con ternura indecible, poniéndome su mano santísima sobre mi

cabeza me ha dicho:

"Hija bendita, ánimo, no te abatas, mi Querer Divino quiere todo,

porque sabe que un pequeño acto, un deseo, una fibra de querer humano le

arruinaría sus obras más bellas, el orden divino, su Santidad quedaría

obstaculizada, su Amor restringido, su Potencia limitada, por eso no tolera

que ni siquiera una fibra de querer humano tenga vida; es verdad que es el

sacrificio de los sacrificios, ningún otro sacrificio puede igualar el peso, el

valor, la intensidad del sacrificio de vivir sin voluntad, tanto que se requiere

la Vida perenne, el milagro continuado de mi Querer Divino para poder

resistir a este sacrificio, que frente a los otros, éstos se pueden llamar

sombras, cuadros pintados, juego de niños que lloran por una insignificancia,

porque está el querer humano que en las penas, en los encuentros dolorosos,

en las obras, no se siente deshecho, sin vida, sin satisfacciones, por eso los

sacrificios se sienten, ¡oh! cuanto más ligeros, pero vacíos de Dios, de

santidad, de amor, de luz, de verdadera felicidad, y quizá ni siquiera exentos

 

 

2795

de pecados, porque el querer humano sin el mío no puede hacer jamás cosas

buenas y santas. Además, si mi Fiat no tuviera virtud de tener consigo al

querer humano sin darle vida, más bien encerrar su Vida en él para hacer que

no encuentre ni lugar ni tiempo de poder actuar, no podría obrar con aquella

ostentación, suntuosidad y pompa divina que Nosotros estamos

acostumbrados de hacer en nuestras obras; si en la Creación hubiera estado

otra voluntad, nos habría impedido la suntuosidad, la ostentación, la pompa

divina que tuvimos en toda la Creación, nos habría podido impedir la

extensión del cielo, la multiplicidad de las estrellas, la vastedad de la luz del

sol, la variedad de tantas cosas creadas, nos habría puesto un límite. Por eso

nuestro Querer quiere estar solo para hacer lo que sabe y quiere hacer, por

eso quiere la voluntad humana consigo, concurrente, espectadora,

admiradora de lo que quiere hacer en ella, pero debe estar convencida, si

quiere vivir en mi Voluntad, que la suya no puede actuar más y que debe

servir para encerrar la mía en la suya, para dejarla hacer con toda libertad sus

obras, con toda la suntuosidad, con la magnificencia de la gracia y con la

pompa de sus variedades divinas. La primera cosa que queremos es la

libertad absoluta, queremos ser libres hija mía, sea cualquiera el sacrificio

que queremos y las obras que queremos hacer, si esto no fuera, el vivir en mi

Voluntad será un modo de decir, pero en realidad no existe."

El querido Jesús ha hecho silencio, y yo pensaba en todo lo que me

había dicho y decía entre mí: "Él tiene razón de que no puede el querer

humano actuar ante la Santidad y Potencia de la suya, y por sí mismo se

pone en su puesto de nulidad, se requiere de mucho para obrar ante una

Voluntad Divina, se siente incapaz y ella misma le rogaría que no le diese la

gran desventura de hacerle formar un movimiento, una fibra del propio

querer; pero mi cruz, y Tú sabes en que laberinto me has puesto, me siento

impedida y humillada hasta el polvo, tenía necesidad y Tú sabes de quién,

sin poderme yo misma ayudar, y no un día, un año, ¡oh! cómo es duro, sé

que sólo tu Querer me da la fuerza, la gracia, que por mí misma no habría

podido resistir." Y sentía tal amargura de sentirme morir. Y mi siempre

amable Jesús, compadeciéndome me ha dicho:

"Hija mía, cuando mi Divina Voluntad quiere hacer un acto completo

en la criatura, y ¿sabes tú qué significa un acto completo de mi Voluntad?

Significa acto completo de Dios, en el cual encierra Santidad, Belleza,

Amor, Potencia y Luz de hacer estremecer Cielos y tierra, Dios mismo se

debe sentir raptar, pero tanto, de formar su sede, su trono de gloria en este su

acto completo suyo, el cual servirá a Sí mismo y descenderá como benéfico

rocío a favor de todas las criaturas. Por eso para hacer este acto completo,

debía disponer sobre ti una nueva cruz, no dada a ningún otro, para

 

 

2796

madurarte y hacer surgir en ti las disposiciones que se requerían, tú para

recibir y Dios para hacer este acto suyo completo de su Voluntad; sin nada

no se hace nada, por eso tú para recibir y Nosotros para dar cosas nuevas

debíamos disponer cruces nuevas, que unidas al trabajo continuo de nuestro

Querer, debía preparar todo para un acto tan grande. Tú debes saber que mi

Fiat no te ha dejado jamás, por eso tú sientes su dulce impresión e imperante

sobre cada fibra, movimiento, deseo de tu querer, celoso de ti y de su mismo

acto completo que quería hacer, tenía y mantenía su real dominio, pero

¿sabes por qué? Un dulce y querido secreto, escúchame: Conforme mi

Querer dominaba tu mente, tu mirada, tu palabra, así formaba tu Jesús en tu

mente, su mirada en la tuya, su palabra en la tuya; conforme dominaba las

fibras, el movimiento, el corazón, así formaba sus fibras, el movimiento, el

corazón de tu Jesús en ti; y conforme te dominaba la obras, los pasos, todo tu

ser, así formaba sus obras, sus pasos, todo Jesús en ti. Ahora, si mi

Voluntad te hubiera dado la libertad de hacer actuar a la tuya, incluso en las

cosas más pequeñas e inocentes, no habría podido formar tu Jesús en ti, y Yo

de voluntad humana no puedo ni quiero vivir, ni mi Querer habría tomado el

empeño de formarme en el alma si no estuviera seguro que Yo encontrara mi

misma Voluntad, de la que estaba animada mi Humanidad; será propiamente

esto su reino sobre la tierra, el formar tantos Jesús por cuantas criaturas

quieran vivir de Voluntad Divina; con Jesús en las almas su reino tendrá su

suntuosidad, sublimidad, su esplendor de cosas inauditas, y estará seguro, y

entonces en el reino de mi Fiat Divino tendré tantos Jesús vivientes que me

aman, me glorifican y me darán gloria completa. Por eso suspiro tanto este

reino, también tú suspíralo, no te ocupes de otra cosa, déjame hacer, confía

en Mí, y Yo pensaré en todo."

Después de esto continuaba pensando en la Divina Voluntad, y mi

dulce Jesús ha agregado:

"Hija mía, la luz, símbolo de mi Querer Divino, la naturaleza de ella

es el expandirse cuanto más puede, y se encuentra en todos, no niega a

ninguno su luz, la quieran o no la quieran, a lo más puede suceder esto, que

quien la quiere utiliza la luz y se sirve de ella también para hacer obras

grandes, en cambio quien no la quiere no hace ningún bien, pero no puede

negar que ha recibido el bien de la luz. Tal es mi Voluntad, más que luz se

expande por todas partes, inviste a todos y todo, y la señal de que el alma la

posee es sentir la necesidad junto con Ella de darse a todos, hacer bien a

todos, con sus actos corre a todos y quisiera hacer tantos Jesús para darlo a

cada uno. Mi Voluntad es de todos, soy Jesús de todos, y por eso sólo estoy

contento cuando la criatura hace suya mi Voluntad, mi Vida, y me quiere dar

a todos, ella es mi alegría y mi fiesta continua."

 

 

2797

Agosto 23, 1936

El pequeño campito asignado a la criatura en la inmensidad

de la Divina Voluntad. Jesús pone a disposición de las criaturas

su Vida, basta que obtenga que vivan en el Querer Divino. El

gran prodigio de la creación de la Virgen.

 

Continúo mi abandono en el Fiat, mi pobre mente nada en su mar

divino y comprende arcanos celestiales, pero no sé decirlos porque no son

palabras de acá abajo; mientras me encuentro en este mar divino miro su

inmensidad, no hay ser o cosa que le pueda huir, todos y todo forman la vida

y la reciben en el Querer Divino, pero ¿qué cosa puede tomar la criatura de

esta inmensidad? Apenas las gotitas, tanta es su pequeñez; pero mientras

toma las gotitas no puede salir de esta inmensidad, se la siente correr dentro

y fuera, a derecha e izquierda, por todas partes, no pudiendo por un solo

instante desembarazarse de Ella. ¡Oh! Voluntad Divina, cómo eres

admirable, eres toda mía, me haces crecer en Ti, por todas partes te

encuentro, me amas siempre hasta formar la vida de mi vida; pero mientras

mi mente se perdía en este mar, mi dulce Jesús, todo bondad ha salido de

dentro de este mar, y acercándose a mí me ha dicho:

"Hija de mi Querer, ¿has visto como la inmensidad de mi Fiat es

inalcanzable? Ninguna mente creada, por cuán santa sea puede abrazarla y

ver dónde terminan sus confines, todos tienen su lugar en Ella, más bien,

cada criatura tiene su pequeño campo en la inmensidad de mi Divina

Voluntad, pero ¿quién trabaja este pequeño campo que le ha sido asignado?

Quien vive en Ella, porque viviendo en Ella se hace la primera trabajadora, y

Ella tomando en su regazo a la criatura la tiene ocupada, fundida en el

trabajo que quiere que haga en el pequeño campito que le ha sido dado en mi

Voluntad, y como posee su Fuerza creadora, lo que la criatura podría hacer

en un siglo, junto con Ella lo hace en una hora, así que en una hora puede

adquirir un siglo de amor, de obras, de sacrificios, de conocimientos divinos,

de adoraciones profundas, y después del trabajo llama al alma al reposo para

felicitarse y reposarse juntos, y oh, la alegría que sienten viendo lo bello del

campito, y para felicitarse de más regresan al trabajo, es un alternarse entre

el trabajo y el reposo, porque entre las tantas cualidades que posee mi Divina

Voluntad, es movimiento y actitud continua, no está ociosa, antes bien a

cada cosa creada ha dado su trabajo continuo para glorificarse y para hacer

 

 

2798

bien a todos; los ociosos no existen en mi Voluntad, más bien en Ella todo es

trabajo, si ama es trabajo, si se ocupa en conocernos es trabajo, si nos adora,

si sufre, si ruega, es trabajo, y trabajo divino, no humano, que convirtiéndose

en moneditas de infinito valor pueden conseguir cómo volver su campito

más grande. Ahora hija mía, tú debes saber que es mi Voluntad absoluta que

la criatura haga mi Voluntad; cómo suspiro verla reinante y obrante en ella,

cómo quiero oír decir: ‘La Voluntad de Dios es la mía, lo que quiere Dios

quiero yo, lo que hace Dios hago yo.’ Ahora, siendo mi Voluntad que vive

en ella, debía darle los medios, las ayudas necesarias, y por eso mi

Humanidad se pone a disposición de la criatura en el pequeño campito de la

inmensidad de mi Voluntad asignado a ella, es por eso que exhibo mi Fuerza

para sostener su debilidad, mis penas para ayuda de las suyas, mi Amor para

esconder el suyo en el mío, mi Santidad para cubrirla, mi Vida como apoyo

y sostén de la suya y para servirle de modelo, en suma, mi Divina Voluntad

debe encontrar tantos Jesús por cuantas criaturas quieran vivir de mi

Voluntad, y entonces Ella no encontrará más obstáculo de parte de ellas,

porque Yo las tendré escondidas en Mí y tendrá que hacer más conmigo que

con ellas, y las criaturas encontrarán todas las ayudas necesarias,

sobreabundantes, para vivir de mi Voluntad. Es costumbre de Dios que

cuando quiere una cosa, da todo lo que se requiere para hacer que lo que

quiere tenga su cumplimiento. Por eso quisiera que sepan las criaturas que

Yo me pongo a disposición de aquellos que quieren vivir de mi Voluntad,

ellos encontrarán mi Vida que suplirá a todo lo que se requiere para hacerlos

vivir en el mar de mi Querer Divino, de otra manera su pequeño campito en

mi Inmensidad quedará sin trabajo, y por lo tanto sin fruto, sin felicidad y

sin alegría, serán como aquellos que viven bajo el sol sin jamás hacer nada,

y el sol servirá para quemarlos y para darles una sed ardiente de sentirse

morir. Así que todas las criaturas, por razones de creación se encuentran

todas en esta Inmensidad, pero si su voluntad no está con la mía, viven a sus

expensas, se sentirán quemar todos los bienes y tendrán la sed de las

pasiones, del pecado, de las debilidades, que las atormentarán. Por eso no

hay mal mayor que no vivir de mi Voluntad."

Después de esto estaba haciendo mi giro en los actos de la Divina

Voluntad en la Creación, y llegando a la Concepción de la Virgen Santísima,

mi dulce Jesús me ha detenido y me ha dicho:

"Hija mía, el más grande prodigio de la Creación es la Virgen, el

Querer Divino que dominó desde el primer instante de su Concepción su

querer humano, y el querer de esta santa criatura que dominó el Fiat Divino,

el uno venció al otro, fueron vencedores los dos, y en cuanto el Querer

Divino entró como Rey dominante en su querer humano, comenzaron las

 

 

2799

cadenas de los grandes prodigios divinos en esta excelsa criatura, la Fuerza

increada se volcó en la fuerza creada, pero tanto, que podía sostener como si

fuera una hoja de paja la Creación toda, y todas las cosas creadas sentían la

fuerza creada en la Fuerza increada que las sostenía y contribuía a su

conservación. ¡oh! cómo se sintieron honrados y más felices, de que una

fuerza creada corría en todo como su Reina para sostenerlas y conservarlas.

Su fuerza era tanta que imperaba sobre todos, incluso sobre su Creador, era

la invencible, que con la Fuerza del Fiat Divino vencía a todos y todo, más

bien todos se hacían vencer por esta Emperatriz Divina, porque tenía una

fuerza potente y raptora que ninguno podía resistirle, los mismos demonios

se sentían debilitados y no sabían dónde esconderse de esta Fuerza

insuperable. Todo el Ser Supremo se volcó en esta voluntad creada que

había sido dominada por la Divina Voluntad, y el Amor infinito se volcó en

el amor finito y todos y todo se sentían amados por esta Santa Criatura, su

amor era tanto, que más que aire se hacía respirar por todos, de modo que

esta Reina de amor sentía la necesidad de amar a todos, como Madre y Reina

de todos; nuestra Belleza la invistió, pero tanto, que poseyó la fuerza, el

amor, la bondad, la gracia raptora, que mientras ama se hace amar por todos,

aun por las cosas que no poseen razón. Así que no hubo acto, amor,

plegaria, adoración, reparación, que no quedara lleno Cielo y tierra, Ella

señoreaba todo, y su amor y todo lo que hacía corría en el cielo, en el sol, en

el viento, en todo, y nuestro Ente Supremo se sentía amado, rogado en todas

las cosas creadas por esta Santa Criatura, una nueva vida corría en todo, nos

amaba por todos y nos hacía amar por todos. Era la Voluntad increada que

había tenido su lugar de honor en la voluntad creada que podía hacernos

todo, y darnos la correspondencia porque habíamos puesto a su disposición

toda la Creación. Así que con la Concepción de esta gran Reina comenzó la

verdadera Vida de Dios en la criatura, y la vida de ella en Dios, y ¡oh! los

intercambios de amor, de fuerza, de belleza, de luz entre uno y otra. Por eso

los prodigios eran continuos y jamás oídos, que se alternaban en Ella, Cielos

y tierra estupefactos, los ángeles quedaban raptados ante mi Voluntad Divina

obrante en la criatura. Hija mía, esta gran Señora con vivir en el Querer

Divino, se sentía con los hechos Reina de todos y de todo, y también Reina

del gran Rey Divino, pero tanto, que fue Ella la que formó la puerta en el

Cielo para hacer descender al Verbo Eterno, le preparó el camino y la

estancia de su seno donde debía hacer su morada, y en el énfasis de su amor

imperante me decía: ‘Desciende oh Verbo Eterno, encontrarás en Mí tu

Cielo, tus alegrías, aquella misma Voluntad que reina en las Tres Divinas

Personas.’ Y no sólo esto, sino que formó la puerta y el camino para hacer

subir a las almas a la patria celestial, y sólo porque esta Virgen vivió en la

 

 

2800

tierra de Voluntad Divina como se vive en el Cielo, pudieron los

bienaventurados entrar en las regiones celestiales y gozar sus delicias,

porque esta Madre Celestial los tiene cubiertos, envueltos, y como

escondidos en su gloria y en todos los actos que hizo en la Voluntad Divina,

así que los bienaventurados sienten en sus alegrías el amor, las obras, la

potencia de esta Madre y Reina, que los hace felices. ¿Qué cosa no puede

hacer mi Voluntad? Todos los bienes posibles e imaginables, y en la

criatura donde Ella reina le da tal poder, que llega a decir: ‘Haz lo que

quieras, manda, toma, da, Yo no te negaré jamás nada, tu fuerza es

irresistible, tu potencia me debilita, por eso pongo todo en tus manos, para

que hagas de dueña y de Reina.’ Ahora, tú debes saber que esta Santa

Criatura desde su Concepción sentía el latido de mi Fiat en el suyo, y en

cada latido me amaba, y la Divinidad la amaba con amor duplicado en cada

latido suyo; en su respiro sentía el respiro del Querer Divino, y nos amaba en

cada respiro, y Nosotros la correspondíamos con nuestro Amor duplicado en

cada respiro suyo; sentía el movimiento del Fiat en sus manos, en su paso,

en sus pies, en todo su ser sentía la Vida del Querer Divino y lo que hacía, y

en todo nos amaba por sí y por todos, y Nosotros la amábamos siempre,

siempre, a cada instante corría nuestro Amor como rápido torrente, por eso

nos tenía siempre atentos y en fiesta, para recibir su amor y dar el nuestro,

tanto que llegó a cubrir todos los pecados y a las mismas criaturas de nuestro

Amor. Por eso nuestra Justicia quedó desarmada por esta invencible amante,

y podemos decir que hizo del Ente Supremo lo que quiso. ¡Oh! cómo

quisiera que todos comprendieran qué significa vivir en el Querer Divino,

para volver a todos felices y santos."

Noviembre 3, 1936

Reflejos entre el Creador y la criatura. Inseparabilidad entre

ambos. Dios a cada instante pide a la criatura que reciba la Vida de su

Voluntad. Quien se decide a vivir de Ella, Dios cubre todo lo que ha

hecho con su Voluntad Divina.

 

Estoy siempre entre los brazos del Querer Divino, siento su Potencia

creadora dentro y fuera de mí, que no dándome tiempo a ninguna otra cosa,

no quiero, no pido otra cosa para mí y para todos, sino que venga a reinar la

Divina Voluntad sobre la tierra. Dios mío, qué fuerza magnética posee, que

 

 

2801

mientras se da todo, inviste por todas partes, pero al mismo tiempo toma

todo lo que pertenece a la pequeñez de la pobre criatura. Mientras mi mente

estaba inmersa en la multitud de tantos pensamientos respecto al Fiat

Divino, mi siempre amable Jesús visitando mi pequeña alma, todo bondad

me ha dicho:

"Hija mía bendita, nuestro Amor infinito es siempre excesivo y llega a

lo increíble, basta decirte que es tanto, que no hacemos otra cosa que reflejar

continuamente en la criatura, ella vive bajo nuestros continuos reflejos: Si

nos movemos, nuestro movimiento incesante refleja en ella para darle vida;

nuestro Amor refleja en ella para decirle continuamente ‘te amo’; nuestra

Potencia refleja en ella para sostenerla; en suma, nuestra Sabiduría refleja y

la dirige, nuestra Luz refleja y la ilumina, nuestra Bondad refleja y la

compadece, nuestra Belleza refleja y la embellece, nuestro Ser Supremo se

vuelca sin cesar jamás sobre la criatura; pero esto no es todo, así como

Nosotros reflejamos en ella, así ella refleja en Nosotros, así que si piensa

sentimos el reflejo de sus pensamientos, si habla refleja en Nosotros su

palabra, sentimos el reflejo de su latido hasta en nuestro seno, el movimiento

de sus obras, el pisar de sus pasos; hay tal inseparabilidad entre el Ser

Divino y el humano, que continuamente el uno se vierte en el otro; es tanto

nuestro Amor, que nos ponemos en condiciones como si no pudiéramos

estar sin la criatura. Pero esto no es nada todavía, si nuestro Amor no da en

excesos, no se contenta; ahora, sabiendo que si la criatura no posee la Vida

de nuestro Querer Divino hay gran diferencia entre sus reflejos y los

nuestros, poniéndose Él en actitud de amor suplicante, en cuanto la criatura

piensa le ruga que haga reinar nuestra Voluntad en su mente, si habla le

suplica que la haga reinar en sus palabras, si late, obra y camina, le suplica

que haga reinar en todo a mi Divina Voluntad, en suma, en cada cosa que

hace tiene un gemido, un suspiro, una oración, que envolviéndola

continuamente le dice: ‘Recibe mi Fiat, hazte investir por mi Fiat, ¡ah!

posee mi Fiat, hazme ver en ti la Vida de mi Fiat reinante, dominante y

festivo, te ruego que no me niegues tu querer, y Yo te daré el mío.’ Y si lo

obtiene, como si hubiera obtenido la cosa más preciosa lo encierra en su

Amor, lo vela con su Luz, y da principio a su fiesta perenne en la criatura,

cambia sus gemidos y suspiros en alegrías, y poniéndose en guardia, como

triunfadora escucha en ella las notas de su Amor, que en ambas partes le

dice: ‘Nos amamos con un solo Amor, tenemos y hacemos la misma Vida,

tu Fiat es tuyo y mío.’ Así que surge en ella la armonía, el orden de su

Creador. Nuestra Voluntad, nuestro Amor ha obtenido su propósito, no le

queda otra cosa que gozarse a su amada criatura. Por eso hija mía, nos

importa tanto el dar nuestra Voluntad como vida, que es nuestro largo

 

 

2802

suspiro de todos los siglos, más bien nuestro suspiro eterno, que

anhelábamos a la criatura con el portento de nuestra Vida en ella, sentíamos

la alegría, la felicidad de tantas vidas nuestras bilocadas, multiplicadas y

formadas en ellas. De otra manera no habría sido gran cosa la Creación, y si

tantas cosas creamos y sacamos a la luz del día, fue porque debían servir al

portento de los portentos de formar en virtud de nuestro Fiat nuestra Vida en

la criatura, y si esto no fuera, habría sido para Nosotros como si nada

hubiéramos hecho. Por eso contenta a tu Jesús, da paz a mi Amor que da

siempre en delirio y unificándote conmigo suspira, ruega, pide que mi

Voluntad reine en ti y en todos."

Y mientras decía esto tomaba un velo de luz y me cubría toda, y yo no

sabía salir de dentro de él. Después de esto continuaba pensando en la

Divina Voluntad, y ¡oh! cuántas dulces y queridas sorpresas pasaban por mi

mente, ¡oh! si supiera decirlas con palabras dejaría sorprendido a todo el

mundo, y todos amarían el poseer la Divina Voluntad, pero ¡ay de mí! el

lenguaje del Cielo no se adapta al lenguaje de la tierra, y por eso estoy

obligada a seguir adelante, y mi amado Jesús regresando a su pequeña y

pobre hija ignorante, con un amor indecible me ha dicho:

"Hija de mi Querer, escúchame, préstame atención, quiero decirte el

acto más bello, más tierno, y de Amor intenso de mi Fiat; tú debes saber que

todos los actos, pensamientos, palabras, pasados, presentes y futuros, están

todos presentes ante el Ente Supremo, así que la criatura no existía aún en el

tiempo, y sus actos brillaban ante Nosotros, y ¿por qué esto? Porque el acto

primero de la criatura lo hace mi Fiat, no hay pensamiento, palabra, obra,

que mi Fiat no inicie. Se puede decir que primero está formada en Dios con

todos sus actos, y después la sacamos a la luz del día. Ahora, la criatura con

hacer su voluntad se separa de los actos divinos, pero no puede destruir que

la vida de sus actos haya tenido por principio el Fiat, todos eran propiedad

suya, pero que tomando sobre ella los derechos ha cambiado en humanos los

actos divinos, pero si el hombre desconoce quién ha dado la vida a sus actos,

mi Querer no desconoce sus actos. Así que escucha el exceso más grande

del Amor de mi Querer: En cuanto la criatura se decide con firmeza

inmutable a querer vivir de mi Voluntad, haciéndola reinar y dominar en

ella, nuestra Bondad infinita es tanta, nuestro Amor que no sabe resistir a

una decisión verdadera de la criatura, mucho más que no quiere ver actos

disímiles de los nuestros en ella, escucha qué hace, cubre todo lo que ha

hecho hasta entonces con mi Voluntad, los modela, los transforma en su luz,

de modo que ve que con el prodigio de su Amor transformante todo es

Voluntad suya en la criatura, y con Amor todo Divino continúa formando su

Vida y sus actos en la criatura. ¿No es esto un amor excesivo y asombroso

 

 

2803

de mi Querer, y al mismo tiempo, para hacer decidir a todos, incluso a los

más ingratos a hacer vivir mi Voluntad en ellos, conociendo que quiere

poner todo a un lado y cubrir y suplir a lo que falta de mi Voluntad en ellos?

Esto dice también absolutamente que nuestra Voluntad quiere reinar en

medio a las criaturas, que no quiere poner atención a nada, ni a lo que les

falta, queriéndoles dar no como paga que va buscando si lo merece o no,

sino como don gratuito de nuestra gran liberalidad, y como cumplimiento de

nuestra misma Voluntad. Y el cumplir nuestra Voluntad, para Nosotros es

todo."

Diciembre 8, 1936

La Reina del Cielo en su Concepción, fue concebida en los méritos,

en la Vida, en el Amor y penas del futuro Redentor, para después

poder concebir al Divino Verbo en Ella para venir a

salvar a las criaturas.

 

Mi pobre mente sumergiéndose en el Fiat Divino encontraba en acto la

Concepción de la Reina Inmaculada. Todo era fiesta y llamaba a todos en

torno a Sí, ángeles, santos, para hacerles ver el prodigio inaudito, las gracias,

el amor con el cual llamaba de la nada a esta excelsa Criatura, para que

todos la conocieran y alabaran como su Reina y Madre de todos. Pero

mientras yo quedaba sorprendida, y habría quedado ahí quién sabe cuánto si

mi dulce Jesús no me hubiera llamado diciéndome:

"Quiero honrar a mi Madre Celestial, quiero narrar la historia de su

Inmaculada Concepción, sólo Yo puedo hablar de ésta, porque soy el autor

de tan gran prodigio. Ahora hija mía, el primer acto de esta Concepción fue

un Fiat nuestro, pronunciado con tal solemnidad y con tal plenitud de

gracias, que encierra a todo y a todos, todo concentramos en esta

Concepción de la Virgen; en nuestro Fiat Divino, en el cual no existe pasado

ni futuro, tuvo presente la Encarnación del Verbo, y la hizo concebir y

encarnar en mi misma Encarnación, futuro Redentor; mi sangre, que estaba

en acto como si la estuviera esparciendo, la regaba, la embellecía, la

confirmaba, la fortalecía continuamente en modo divino. Pero no bastaba a

mi Amor, todos sus actos, palabras y pasos, primero eran concebidos en los

actos, palabras y pasos míos, y después tenían la vida. Mi Humanidad era el

refugio, el escondite, la incorporación de esta Celestial Criatura, así que si

nos amaba, su amor era encarnado y concebido en mi Amor, y ¡oh!

conforme nos amaba, su amor encerraba todo y a todos, puedo decir que

amaba como sabe amar un Dios, tenía nuestras mismas locuras de amor por

 

 

2804

Nosotros y por todas las criaturas, y que amando una vez ama, ama siempre

sin jamás cesar; su oración era concebida en mi oración, y por eso tenía un

valor inmenso, una potencia sobre nuestro Ser Supremo, y ¿quién podía

negarle nada? Sus penas, sus dolores, sus martirios, que fueron tantos,

primero fueron concebidos en mi Humanidad, y después sentía en sí la vida

de las penas y de los martirios desgarradores, todos animados por una Fuerza

divina. Entonces se puede decir que se concibió en Mí, de Mí salió su vida,

todo lo que Yo hice y sufrí se alineó en torno a esta Santa Criatura para

cortejarla y volcarme continuamente sobre de Ella y poderle decir: ‘Eres la

Vida de mi Vida, eres toda bella, eres la primera redimida, mi Fiat Divino te

ha modelado, te ha dado el aliento y te ha hecho concebir en mis obras, en

mi misma Humanidad.’

Ahora hija mía, este concebir en el Verbo Encarnado a esta Celestial

Criatura, fue hecho por Nosotros con suma Sabiduría, con Potencia

inalcanzable, con Amor inagotable, y con el decoro que conviene a nuestras

obras. Debiendo Yo, Verbo del Padre, descender del Cielo para encarnarme

en el seno de una Virgen, no era suficiente a la Santidad de mi Divinidad la

sola virginidad y haberla exentado de la mancha de origen, por eso fue

necesario a nuestro Amor y a nuestra Santidad, que esta Virgen primero

fuera concebida en Mí con todas las prerrogativas, virtudes y bellezas que

debía poseer la Vida del Verbo Encarnado, y por eso después pude

concebirme en quien había sido concebida en Mí, y encontré en Ella mi

Cielo, la Santidad de mi Vida, mi misma sangre que la había generado y

derramado tantas veces, encontré mi misma Voluntad, que comunicándole la

Fecundidad Divina formó la Vida a su Hijo e Hijo de Dios. Mi Fiat Divino

para hacerla digna de poderme concebir, la tuvo investida y bajo su imperio

continuo que posee todos los actos como si fuera un solo acto para darle

todo, llamaba en acto mis méritos previstos, toda mi Vida y la vertía

continuamente dentro de su bella alma. Por eso sólo Yo puedo decir la

verdadera historia de la Inmaculada Concepción, y de toda su vida, porque la

concebí en Mí y estoy al día de todo, y si la Santa Iglesia habla de la

Celestial Reina, pueden decir sólo las primeras letras del alfabeto de su

santidad, grandeza y dones con los que fue enriquecida. Si tú supieras el

contento que siento cuando hablo de mi Madre Celestial, quién sabe cuantas

preguntas me harías para darme la alegría de hacerme hablar de quien tanto

amo, y me ha amado."

 

 

2805

Diciembre 20, 1936

El Fiat Divino hizo concebir a la Virgen en cada criatura, a fin

de que todos tuvieran una Madre toda suya. Dote que Dios dio

a la Virgen. Triunfos y victorias de Dios, victorias y triunfos

de la Virgen, de los que son dotadas todas las criaturas.

Mi Sumo Bien Jesús me tiene como inmersa en el gran prodigio de la

Soberana Reina, y parece que tiene la voluntad de querer decir lo que Dios

obró en esta gran Señora, y poniéndose en actitud de fiesta y con alegría

indecible me dice:

"Escúchame, – luego sigue el mismo argumento de lo que está escrito

antes –, hija mía bendita, los prodigios son inauditos, las sorpresas que te

narraré harán asombrar a todos, siento la necesidad de amor de hacer

conocer qué cosa hemos hecho con esta Madre Celestial y el gran bien que

han recibido todas las generaciones. Tú debes saber que en el acto de

concebir a esta Virgen Santa, nuestra Voluntad Divina que posee todo y con

su Inmensidad abraza todo y posee la omnividencia de todos los seres

posibles e imaginables, y con su virtud toda propia, que cuando obra hace

siempre obras universales, por eso cuando la concibió, con su Virtud

creadora llamó a todas las criaturas a concebir en el corazón de esta Virgen;

pero no bastó a nuestro Amor, dando en los excesos más increíbles hizo

Concebir a esta Virgen en cada criatura, a fin de que cada una tuviera una

Madre para sí, toda suya, sintiesen su maternidad en el fondo de sus almas,

su amor, que más que hijos, que mientras los tiene concebidos en sí,

bilocándose se concibe en cada criatura para ponerse a disposición de ellos,

para crecerlos, guiarlos, librarlos de los peligros, y con su potencia materna

ponerles en la boca la leche de su amor y el alimento con el cual se nutre

Ella misma, el cual es el Fiat Divino. Nuestra Voluntad teniendo Vida libre

en Ella, su dominio total, con su Potencia mientras llamaba a todos en esta

Celestial Criatura, para tener la alegría de ver a todos encerrados en Ella,

para oírse decir: ‘Están ya todos mis hijos y tuyos en Mí, por eso te amo, te

amo por todos.’ Después la bilocaba en todos y en cada uno para sentir en

cada alma el amor de esta Hija nuestra, toda bella y toda amor; podemos

decir: ‘No hay criatura en la que Ella no tome el empeño de amarnos.’

Nuestro Fiat la elevó tanto, de darle todo, desde el primer instante de su vida

la constituimos Reina de nuestro Fiat, Reina de nuestro Amor, y cuando nos

amaba se sentía en su amor su maternidad, y armonizaba el amor de todas

las criaturas, y ¡oh! cómo era bella porque formaba de todo un solo amor,

cómo nos hería, nos felicitaba hasta sentirnos desfallecer, su amor nos

 

 

2806

desarmaba, nos hacía ver todas las cosas, cielo, sol, tierra, mares y criaturas,

cubiertos y escondidos en su amor. ¡Oh! cómo era bello verla, oírla que

hacía de Madre en cada criatura, y formando en ellas su mar de amor

mandaba sus notas, sus flechas, sus dardos amorosos a su Creador. Y

haciéndola de verdadera Madre se las llevaba ante nuestro trono en el mar de

su amor para hacérnoslas ver, para volvernos propicios, y con la Fuerza de

nuestro Querer Divino se imponía sobre Nosotros, nos las ponía en los

brazos, nos las hacía acariciar, besar, y nos hacía dar gracias sorprendentes;

cuántas santidades fueron formadas e impetradas por esta Madre Celestial, y

para estar segura quedaba en guardia su amor.

Además de esto, tú debes saber que desde el primer instante de la vida

de esta Celestial Criatura, fue tanto nuestro Amor, que la dotamos de todas

nuestras cualidades divinas, así que tenía por dote nuestra Potencia,

Sabiduría, Amor, Bondad, Luz, Belleza, y todo lo demás de nuestras

cualidades divinas. Ya a todas las criaturas al sacarlas a la luz del día les

damos la dote, ninguna nace si no está dotada por su Creador, pero conforme

se apartan de nuestra Voluntad, se puede decir que ni siquiera la conocen.

En cambio esta Virgen Santa no se apartó jamás, hizo vida perenne en los

mares interminables de nuestro Fiat, por eso crecía junto con nuestros

atributos, y conforme formaba sus actos en nuestras cualidades divinas, así

formaba mares de potencia, de sabiduría, de luz y demás. Podemos decir

que viviendo con nuestra ciencia le dábamos continuas lecciones de quién

era su Creador, crecía en nuestros conocimientos, y supo tanto del Ente

Supremo, que ningún ángel y santo pudo igualarla, más bien todos son

ignorantes ante ella, porque ninguno creció e hizo vida junto con Nosotros.

Ella entró en nuestros secretos divinos, en los más íntimos rincones de

nuestro Ser Divino sin principio ni fin, en nuestras alegrías y

bienaventuranzas imperecederas, y con nuestra Potencia que tenía en su

poder nos dominaba y señoreaba y Nosotros la hacíamos hacer, más bien

gozábamos de su señorío, y para hacerla más feliz le dábamos nuestros

castos abrazos, nuestras sonrisas de amor, nuestras condescendencias

diciéndole: ‘Haz lo que tú quieras.’

Nuestro Querer, es tanto el amor hacia las criaturas y su gran deseo de

hacerlas vivir en Él, que si lo obtiene las pone en un abismo de gracias, de

amor, hasta ahogarlas, y la pequeñez humana está obligada a decir: ‘Basta,

ya estoy ahogada, me siento devorar por tu mismo Amor, no puedo más.’

Ahora, tú debes saber que nuestro Amor no se contenta, jamás dice basta,

mientras más da más quiere dar, y cuando damos es nuestra fiesta, ponemos

la mesa a quien nos ama y la apresuramos a quedar con Nosotros para hacer

vida juntos. Ahora hija mía, escucha otro prodigio de nuestro Fiat en esta

 

 

2807

Celestial Criatura, y cómo Ella nos amaba e hizo extensible su maternidad a

todas las criaturas: En cada acto que hacía, si amaba, rogaba, adoraba, si

sufría, todo, incluso el respiro, el latido, el paso, estando nuestro Fiat,

nuestro Ser Supremo, eran triunfos y victorias que hacía en los actos de la

Virgen, la Celestial Señora triunfaba y vencía en Dios en cada instante de su

vida admirable y prodigiosa, eran triunfos y victorias entre Dios y la Virgen;

pero esto es nada, haciéndole de verdadera Madre llamaba a todos sus hijos,

y cubría y escondía todos sus actos en los suyos y los cubría con sus triunfos

y con sus victorias, dándoles como dote todos sus actos con todas sus

victorias y sus triunfos. Y además, con una ternura y amor de partir los

corazones y sentirnos vencidos nos decía: ‘Majestad adorable, míralos, son

todos mis hijos, mis victorias y triunfos son de mis hijos, son mis conquistas

que dono a ellos, y si ha vencido y triunfado la Mamá, han vencido y

triunfado los hijos.’ Y tantos triunfos y victorias hizo en Dios, por cuantos

actos habrían hecho todas las criaturas, a fin de que todos pudieran decir:

‘Estoy dotado de los actos de mi Mamá Reina, y por sello me los ha

investido con sus triunfos y victorias que hizo con su Creador.’ Así que

quien quiere hacerse santo encuentra la dote de su Madre Celestial y sus

triunfos y victorias para llegar a la santidad más grande, el débil encuentra la

fuerza de la santidad de su Mamá y sus triunfos para ser fuerte, el afligido, el

que sufre, encuentra la dote de las penas de su Madre Celestial para obtener

el triunfo, la victoria de la resignación, el pecador encuentra la victoria y el

triunfo del perdón, en suma, todos encuentran en esta Soberana Reina la

dote, el sostén, la ayuda al estado en que se encuentran. Y ¡oh! cómo es

bello, es la escena más conmovedora, raptora y encantadora, ver a esta

Madre Celestial en cada criatura que hace de Mamá, la sentimos que ama y

ruega en sus hijos. Este es el prodigio más grande entre el Cielo y la tierra,

bien más grande no podíamos dar a las criaturas.

Ahora hija mía, debo decirte un dolor de la Madre Celestial a tanto amor

suyo, las ingratitud de las criaturas, esta dote que con tantos sacrificios, hasta

el heroísmo de sacrificar la Vida de su Hijo Dios, con tantas penas atroces,

quién no la conoce, quién apenas toma un ligero interés y hacen vida pobre

de santidad, y ¡oh! cómo sufre al ver a sus hijos pobres; poseer inmensas

riquezas de amor, de gracia, de santidad, porque no son riquezas materiales,

sino las riquezas de esta Madre Celestial son riquezas que ha puesto su vida

para adquirirlas, y no verlas poseer por sus hijos, y tenerlas sin la finalidad

por la que las ha adquirido, es un dolor continuo, y por eso quiere hacer

conocer este gran bien a todos, porque si no se conoce no se puede poseer.

Y como estas dotes las adquirió en virtud del Fiat Divino que reinaba en

Ella, que la amaba tanto que la hacía hacer lo que quería y por donde

 

 

2808

quisiera llegar para bien de las criaturas. Por eso será mi Querer Divino

reinante que las pondrá al día de estas dotes celestiales y las hará tomar

posesión. Por eso ruega que sea conocido y querido por las criaturas un bien

tan grande."

Diciembre 24, 1936

La Madre Celestial y Divina, y la Madre humana. Carrera veloz

del Amor de Dios, en la cual hace generar de esta Madre en

virtud del Fiat a su Jesús en cada criatura.

Sigue el mismo argumento sobre la Virgen Santísima. Una luz que

desciende del seno del Eterno inviste mi pobre mente, pero es una luz

parlante que dice tantas cosas de la Soberana Celestial, que yo no sé cómo

hacer para decirlas todas. Pero mi amado Jesús con su acostumbrada bondad

me dice:

"Ánimo hija mía, Yo te ayudaré, te suministraré las palabras, siento la

irresistible necesidad de hacer conocer quién es mi Madre, las dotes, los

privilegios, y el gran bien que hace y que puede hacer a todas las

generaciones. Por eso escúchame y te diré cosas jamás pensadas ni por ti ni

por otros, de modo de estremecer a los más incrédulos, ingratos y pecadores,

y hasta dónde llega nuestro Amor. Entonces, nuestro Amor no se daba paz,

corría, corría, pero con una rapidez tal, que comprometía todo nuestro Ser

Divino a dar en tales excesos, de dejar atónitos Cielo y tierra, de hacer

exclamar a todos: ‘¿Será posible que un Dios haya amado tanto a las

criaturas?’ Ahora escucha hija mía qué hace nuestro gran Amor; las

criaturas tenían un Padre Celestial, pero nuestro Amor no estaba contento, y

en su delirio y locura de amor quiso formarles una Madre Celestial y una

Madre terrena, a fin de que si no le fueran suficientes las premuras, el amor,

la ternura de la Paternidad celestial para amarlo, el amor, las ternuras

indecibles de esta Madre Celestial y humana habrían sido el anillo de

conjunción, que habiendo desterrado toda distancia, miedos y temores, se

habrían abandonado en sus brazos para hacerse vencer por su amor, para

amar a Aquél que la había formado por amor suyo y para hacerse amar, por

eso eran necesarios portentos estrepitosos y un amor que jamás dice basta, y

que sólo un Dios puede tener; ahora escucha qué hace para conseguir el

intento, llamamos de la nada a esta Santa Criatura y sirviéndonos del mismo

germen de las generaciones humanas, pero purificado, le dimos la vida;

desde el primer instante de esta vida se unió la Virtud celestial de nuestro

 

 

2809

Fiat Divino y formó junto Vida Divina y vida humana, el cual la crecía

divinamente y humanamente, y participándole la Fecundidad divina formaba

en Ella el gran prodigio de poder concebir un hombre y un Dios; con el

germen humano pudo formar la Humanidad al Verbo encarnado, y con el

germen del Fiat pudo concebir al Verbo Divino. Con esto la distancia

cesaba entre Dios y el hombre, esta Virgen con ser humana y Celestial

acercaba al hombre y a Dios, y daba el hermano a todos sus hijos para que

todos pudieran acercársele, hacer vida juntos y mirando en Él y en Ella las

mismas facciones, investidas por la misma naturaleza humana, habrían

tenido tal confianza y amor de hacerse conquistar, y amar a quien tanto la

amaba; ¿cuánto amor no cosecha una buena madre de sus propios hijos?

Mucho más que era poderosa, rica, y habría puesto la vida para poner a salvo

a sus propios hijos, y ¿qué cosa no ha hecho para volverlos felices y santos?

Así que la Humanidad del Verbo y la Madre Celestial y humana son como

garantías para ganarse el amor de todos y decirles con todo amor: ‘No

teman, vengan a Nosotros, nos semejamos en todo, vengan y todo les

daremos, mis brazos estarán siempre listos para abrazaros, y para

defenderos, os encerraré en mi corazón para daros todo, basta deciros que

soy Madre y que es tanto mi amor que os tengo concebidos en mi corazón.’

Pero todo esto no es nada todavía, Yo era Dios, debía obrar como

Dios, nuestro Amor corría, corría, e iba inventando otros encuentros más

excesivos de amor, tú misma quedarás sorprendida al oírlos, y cuando las

humanas generaciones los oigan, nos amaran tanto, de correspondernos en

gran parte de la gran carrera de nuestro Amor. Ahora ponme atención y

agradéceme hija mía bendita de lo que estoy por decir: A nuestro Amor no

le bastó, como dije antes, que en virtud de nuestro Fiat todos fueran

concebidos en el corazón de esta Virgen, para tener la verdadera maternidad

no con palabras sino con hechos, y Ella fue concebida en cada una de las

criaturas para que cada una tuviera una Madre toda suya, y tener el pleno

derecho y la posesión que todos fueran hijos suyos, ahora nuestro Amor pasó

a otro exceso. Por tanto debes primero saber que esta Celestial Reina

poseyendo toda la plenitud de nuestro Fiat Divino, que posee por naturaleza

suya la Virtud generativa y bilocadora, Ella junto con el Fiat Divino puede

generar y bilocar cuantas veces quiere a su Hijo Dios, entonces muestro

Amor se impone sobre esta Celestial Criatura, y dando en delirio, con la

virtud de mi Fiat que poseía, le da la potencia de hacer generar a su Jesús en

cada criatura, lo hace nacer, lo hace crecer, le hace todo lo que conviene para

formar la Vida de su querido Hijo, suple a lo que no le hace la criatura: Si

llora le enjuga las lágrimas, si tiene frío lo calienta, si sufre, sufre junto, y

mientras hace de Madre y crece a su Hijo, hace de Madre y crece a la

 

 

2810

criatura, así que se puede decir que los crece juntos, los ama con un solo

amor, los guía, los nutre, los viste, y con sus brazos maternos forma dos alas

de luz, y cubriéndolos los esconde en su corazón para darles el más bello

reposo. Por lo que no bastó a nuestro Amor que el Verbo se encarnara para

generar un solo Jesús para todos, y dar una sola Madre a todas las

generaciones humanas, no, no, no habría sido excesivo nuestro Amor, su

carrera era tan veloz, que no encontró quién le pusiera un basta, y sólo se

aquietó de algún modo cuando con su Potencia generó a esta Madre en cada

alma, e hizo generar a su Jesús, a fin de que cada uno tuviera Madre e Hijo a

su disposición. ¡Oh! cómo es bello ver a esta Madre Celestial, toda amor y

toda atenta en cada criatura para generar a su Jesús, para formar un portento

de amor y de gracia, y este es el honor y la gloria más grande que su

Creador le ha dado, y el amor más fuerte que Dios podía dar a las criaturas.

No hay de qué maravillarse, nuestro Fiat todo puede y puede llegar a todos

lados, todo está en que lo quiera, si lo quiere ya está hecho. Más bien la

maravilla está en conocer a cuáles excesos nos ha llevado el amor hacia el

hombre."

Diciembre 28, 1936

La Celestial Heredera llama a sus hijos a heredar sus bienes.

Cómo llega a dotar a las almas con su amor materno para

formar otras mamás a Jesús.

Sigue el mismo argumento. Estaba pensando en lo que está escrito

arriba y decía entre mí: "¿Será posible toda esta cadena excesiva de amor

que parece que no termina jamás? Sé que Nuestro Señor todo puede, pero

llegar a tanto, hasta hacer descender de la altura de su Santidad a esta Madre

Celestial en el fondo de nuestra almas, y hacernos crecer como una de sus

hijas ternísimas, y no sólo eso, sino generar a su Hijo Jesús y hacernos

crecer juntos, llega a lo increíble." Y si bien me sentía romper el corazón

por amor y alegría, mucho más que me la sentía en mí, cubierta por su luz,

que con un amor indecible me hacía crecer como hija suya, y junto conmigo

crecía su querido Hijo; también sentía el deseo de no decirlo ni escribirlo,

incluso para no suscitar dificultades y dudas, pero mi amado Jesús tomando

un aspecto imponente, de no poderlo resistir, me ha dicho:

"Hija mía, quiero que escribas lo que te he dicho, en lo que te he dicho

hay mares de amor, con los cuales serán investidas las criaturas, y no quiero

ser sofocado, por eso si no escribes Yo me retiro; ¿has olvidado que debo

 

 

2811

vencer al hombre por vía de amor, pero amor que le resultará difícil de

resistirnos?"

Yo rápidamente he dicho Fiat, y mi amado Jesús tomando su

acostumbrado aspecto dulce y amable, con un amor que me sentía romper el

corazón ha agregado:

"Hija mía bendita, no hay nada que dudar, mi Ser es todo Amor y

cuando parece que he llegado a tales excesos de amor de no poder mostrar

otros excesos de amor, como si comenzara de nuevo invento otros nuevos

excesos de amor, otros inventos, de sobrepasar, ¡oh! mucho los otros

excesos. Ahora escucha hija mía y te convencerás de lo que te he dicho:

Adán con pecar heredó todos los males a las generaciones humanas, y

habiendo salido de la bella heredad de la Divina Voluntad en la cual vivía en

la opulencia, lujo y suntuosidad de los bienes de su Creador, perdió el

derecho de nuestros bienes, y con él todos sus descendientes los perdieron.

Pero estos bienes no fueron destruidos, existen y existirán, y cuando un bien

no es destruido, hay siempre la certeza que vendrán quienes tendrán el bien

de poseerlos. Ahora, la gran Reina dio principio a su vida en la heredad de

esta Divina Voluntad, es más, con tal abundancia que se sentía ahogada en

los bienes de su Creador, pero tanto, que puede volver felices y ricas a todas

las otras criaturas. Ahora, en esta heredad del Fiat, heredó la Fecundidad, la

Maternidad humana y divina, heredó el Verbo del Padre Celestial, heredó

todas las generaciones humanas, y éstas heredaron todos los bienes de esta

Madre Celestial. Así que, como sus herederos y como Madre tiene el

derecho de generar en su materno corazón a sus hijos, pero no bastó a

nuestro Amor ni al suyo, quiso generar en cada criatura, y como era heredera

del Verbo Divino, tiene el poder de hacerlo generar en cada una de ellas.

¿Cómo? Si se pueden heredar los males, las pasiones, las debilidades, ¿por

qué no se pueden heredar los bienes? Por esto la Celestial Heredera quiere

hacer conocer la herencia que quiere dar a sus hijos, quiere dar su

maternidad a las criaturas a fin de que mientras lo genera, le hagan de

mamás y lo amen como Ella lo amó, quiere formar tantas mamás a su Jesús

para ponerlo al seguro, y a fin de que ninguno más lo ofenda. Porque el

amor de Madre es bien diverso de los otros amores, es un amor que arde

siempre, y un amor que pone la vida por su querido Hijo. Mira, quiere dotar

a las criaturas con su amor materno y hacerlas herederas de su mismo Hijo.

¡Oh! cómo se sentirá honrada al ver que las criaturas aman a su Jesús con su

amor de Madre. Tú debes saber que es tanto su amor hacia Mí y hacia las

criaturas, que se siente ahogada, y no pudiendo contenerlo más, me ha

rogado que te manifieste lo que te he dicho, su gran herencia, que espera a

sus herederos, y lo que puede hacer por ellos, diciéndome: ‘Hijo mío, no

 

 

2812

esperes más, hazlo pronto, manifiesta mi gran herencia y lo que puedo hacer

por ellos, me siento más honrada, más glorificada con que Tú digas lo que

puede hacer tu Mamá, que si lo dijera Yo misma. Pero todo esto tendrá su

pleno efecto, su vida palpitante de esta Soberana Señora, cuando mi

Voluntad sea conocida y las criaturas en la heredad de la Madre, ellas

tomarán la posesión."

Después de esto, mi dulce Jesús me ha dado un beso diciéndome:

"En el beso se comunica el aliento, y por eso he querido besarte, para

comunicar con mi aliento omnipotente la certeza de los bienes, y el gran

prodigio que hará mi Madre a las generaciones humanas, mi beso es la

confirmación de lo que quiero hacer."

Yo he quedado sorprendida, y ha agregado:

"Y tú dame tu beso para recibir el depósito de todos estos bienes y

reconfirmar tu voluntad en la mía. Si no hay quién da y quién recibe, un

bien no se puede ni formar ni poseer."

Enero 1, 1937

La fiesta que preparó la Reina del Cielo a su Hijo Jesús en

su nacimiento. Cómo el amor es imán, transforma y embellece.

Estaba pensando en la Encarnación del Verbo y en los excesos de

amor de la Divinidad, que parecían mares que envolviendo a todas las

criaturas querían hacer sentir cuánto las amaban, para ser amado, e

invistiéndolas dentro y fuera de ellas, murmuraban continuamente sin jamás

cesar: "Amor, amor, amor, amor damos y queremos amor." Y nuestra

Madre Celestial, sintiéndose herida por el grito continuo del Eterno, que

daba amor y quería amor, se veía toda atenta para corresponder a su querido

Hijo, el Verbo Encarnado, formando Ella una sorpresa de amor. Ahora,

mientras estaba en esto, el Celestial Infante salía del seno Materno, y yo,

¡oh! cómo lo suspiraba, y lanzándose en mis brazos, todo en fiesta me ha

dicho:

"Hija mía, ¿sabes? Mi Mamá me preparó la fiesta en mi nacimiento,

¿pero sabes cómo? Ella estaba al día de los mares de amor que descendían

del Cielo en el descendimiento del Verbo Eterno, oía el grito continuo de

Dios, que quería ser amado, nuestras ansias, los suspiros ardientes, había

oído mis gemidos en su seno, a menudo me oía llorar y sollozar y cada

gemido mío era un mar de amor que mandaba a cada corazón para ser

amado, y no viéndome amado lloraba, hasta sollozar, pero cada lágrima y

 

 

2813

sollozo duplicaba mis mares de amor para vencer por vía de amor a las

criaturas. Pero qué, ellas me convertían en penas estos mares, y Yo me

servía de las penas para convertirlas en otros mares de amor por cuantas

penas me daban. Ahora, mi Mamá quería hacerme sonreír en mi nacimiento

y preparar la fiesta a su Hijo niño. Ella sabía que no puedo sonreír si no soy

amado, ni tomar parte en ninguna fiesta si no corre el amor. Por eso

amándome como verdadera Madre, y poseyendo en virtud de mi Fiat mares

de amor, y siendo Reina de toda la Creación, envuelve el cielo con su amor y

sella cada estrella con el ‘te amo oh Hijo, por mí y por todos’; envuelve el

sol en su mar de amor e imprime en cada gota de luz su ‘te amo oh Hijo’, y

llama al sol a investir con su luz a su Creador, y calentándolo sintiera en

cada rayo de luz el ‘te amo’ de su Mamá; inviste el viento con su amor, y en

cada respiro sella el ‘te amo oh Hijo’, y luego lo llama para que con sus

respiros lo acaricie e hiciera oír en cada soplo de viento: ‘Te amo, te amo oh

Hijo’; envuelve todo el aire en sus mares de amor, a fin de que respirando

oyera el respiro de amor de mi Madre; cubrió todo el mar con su mar de

amor, cada serpenteo de los peces, y el mar murmuraba ‘te amo oh Hijo

mío’, y los peces deslizaban el ‘te amo, te amo’; no hubo cosa que no

invistiera con su amor, y con su imperio de Reina mandaba a todos que

recibieran su amor, para dar a su Jesús el amor de su Mamá. Así que cada

pajarito, quién cantaba amor, quién gorjeaba amor, hasta cada átomo de

tierra era investido por su amor, el aliento de las bestias me venía con el ‘te

amo’ de mi Madre, el heno era investido por su amor, por eso no había cosa

que Yo viera o tocara en que no sintiera la dulzura del amor de Ella. Con

esto me preparó la fiesta más bella en mi nacimiento, la fiesta toda de amor,

era la correspondencia a mi gran amor que me hacía encontrar mi dulce

Madre, y era su amor que me hacía calmar el llanto, me calentaba mientras

en la cuna estaba tiritando de frío; mucho más que encontraba en su amor el

amor de todas las criaturas, y por cada una me besaba, me estrechaba a su

corazón, y me amaba con amor de Madre por todos sus hijos, y Yo sintiendo

en cada uno su amor materno, sentía amarlos como sus hijos y como mis

queridos hermanos. Hija mía ¿qué no puede el amor animado por un Fiat

Omnipotente? Se hace imán y nos atrae en modo irresistible, quita toda

desemejanza, con su calor transforma y confirma a Aquél que se ama,

después embellece en modo increíble, de sentirse cielos y tierra raptados a

amarla. No amar a una criatura que nos ama nos resultaría imposible, toda

nuestra Potencia y Fuerza divina se vuelven impotentes y débiles ante la

fuerza vencedora de quien nos ama. Por eso también tú dame la fiesta que

me dio mi Madre al nacer, envuelve cielos y tierra con tu ‘te amo oh Jesús’,

no dejes huir nada en lo cual no corra tu amor, hazme sonreír, porque no

 

 

2814

nací una sola vez, sino renazco siempre, y muchas veces mis nacimientos

son sin sonrisas y sin fiesta, y me quedan sólo mis lágrimas, los sollozos, los

gemidos, y un hielo que me hace temblar y helar todos mis miembros. Por

eso estréchame a tu corazón para calentarme con tu amor, y con la Luz de mi

Voluntad fórmame los vestidos para vestirme, así también tú me harás la

fiesta, y Yo te la haré a ti con darte nuevo Amor y nuevo conocimiento de

mi Voluntad."

Enero 4, 1937

Cada criatura tiene desde el principio de su existencia un acto querido

y decidido de Voluntad Divina, la cual la crea, la crece, la forma.

Fiesta de Jesús en cada acto de criatura que hace su Voluntad.

Estoy entre los brazos del Fiat Divino, que me circunda con su luz y

llama sobre mi pobre existencia su acto continuo de su Voluntad, pero un

acto que me da vida, que me ama, sin el cual no podría vivir, ni encontrar

quién verdaderamente me ame, por eso me quiere toda atenta a recibir este

acto de vida de su Voluntad, a fin de que no la exponga a no cumplir sobre

mí lo que quiere hacer, ni le impida su Amor, porque Voluntad de Dios y

Amor hacen competencia, una no puede estar sin el otro. Ahora, mientras

me encontraba bajo este acto del Fiat, mi amado Jesús con una bondad que

no sé decir, todo ternura me ha estrechado a su corazón divino y me ha

dicho:

"Hija mía bendita, mi Voluntad es todo para las criaturas, sin Ella no

podrían tener ni siquiera la vida. Tú debes saber que cada criatura tiene,

desde el principio de su existencia, un acto querido y decidido de mi

Voluntad, el cual lleva consigo un acto intenso de Amor hacia aquél o

aquélla que comienza la vida. Mira entonces cómo comienza la creación de

la criatura bajo el imperio de un acto de Amor y de Voluntad Divina querido

con toda la plenitud del conocimiento, tanto, que estos dos actos, Amor y

Voluntad mía, están dotados de todas las gracias, de potencia, sabiduría,

santidad y belleza, de los que vivirá y cumplirá su vida la criatura. Ahora,

como ha formado su primer acto querido, no se aparta más de ella, la crea, la

forma, la crece, desarrolla su acto obrante para reafirmarla en su acto

querido, así que mi Voluntad, mi Amor, corren en cada acto humano, se

hacen vida, sostén, defensa, refugio, y circundándola con su Potencia

alimentan esta vida, mi Amor la abraza y la tiene estrechada a su seno, mi

Voluntad la circunda por todos lados, más que habitación, para tener al

seguro su acto querido que mi Fiat pronunció para llamarla a la existencia.

 

 

2815

Ahora, este acto querido por nuestro Fiat es el acto más grande, más

potente y que más glorifica a nuestro Ser Divino, que ni siquiera los Cielos

pueden contener y comprender; te parece poco que nuestra Voluntad corra

en cada acto de criatura, y le diga no con palabras, sino con hechos: ‘Soy

tuya, estoy a tu disposición, ¡ah! reconóceme, soy vida tuya, acto tuyo, si me

reconoces me darás tu pequeña correspondencia de amor, y aunque sea

pequeño, lo quiero, lo reclamo para tranquilizarme de mi trabajo continuo y

de la vida que pongo por ti.’ Y mi Amor para no quedarse atrás de mi Fiat,

siente la irresistible necesidad de correr a amar cada acto de criatura, que le

dice en cada acto suyo, te amo y ámame.

Además de esto, el todo está en si es reconocido este acto querido de

mi Fiat, entonces hace prodigios inauditos de santidad y de belleza, que

formarán los más bellos adornos de la patria celestial y las vidas más

brillantes que se asemejan a su Creador, porque nuestra Voluntad no sabe

hacer seres que no nos semejen, la primera cosa que pone es nuestra

semejanza, porque quiere encontrarse a Sí misma en el acto obrante que

desarrolla en la criatura, de otra manera diría: ‘No me asemeja, por lo tanto

no me pertenece.’ Si además no es reconocida y no amada, entonces forma

el dolor de mi Querer, si bien corre en cada acto de criatura, si no corriera

debería quitarle la vida, por eso en su dolor siente rechazar su Vida Divina,

estorbada la santidad que quiere desarrollar, encerrados en su acto querido

los mares de gracias que deberían inundarla, la belleza que debería cubrirla.

Por eso mi Voluntad puede decir: ‘No hay dolor similar a mi dolor.’ Mucho

más que no había bien que no quisiera darle, no hay acto suyo en que no

haya puesto del mío. Por eso hija mía sé atenta, piensa que cada acto tuyo

pende de una Voluntad Divina que lo envuelve, lo forma y le da la vida, y

porque te ama quiere que conozcas la vida que te da, y esto como

confirmación de sus actos en ti, por eso conténtate con morir antes que

impedir este acto querido de mi Voluntad desde el principio de tu existencia.

Cómo es bello poder decir: ‘Soy Voluntad de Dios, porque Ella ha hecho

todo en mí, me ha creado, me ha formado y me llevará en sus brazos de luz a

las celestiales regiones como victoria y triunfo del Fiat Omnipotente y de su

Amor."

Después de esto mi mente continuaba nadando en el mar del Fiat, y

¡oh! cómo era bello verlo que estaba muy atento, que en cuanto yo respiraba

latía, amaba, investía mi respiro para formar su respiro divino, el latido

divino, y sobre mi pequeño amor formaba su mar de amor y se complacía

tanto que con ansia esperaba mis pequeños actos humanos para formar su

trabajo divino, y mi amado Jesús festejaba el triunfo, el trabajo del Fiat en

mi pequeña alma, y todo bondad me ha dicho:

 

 

2816

"Hija de mi Querer, cómo gozo al ver que mi Divina Voluntad pone

de lo suyo en el acto de la criatura, y como el acto de ella es pequeño, se

deleita de perderlo en su acto grande, que no tiene confines, y como

triunfante dice: ‘He vencido, la victoria es mía’, y Yo en cada acto de mi

Voluntad en ella hago mi fiesta. Ahora, tú debes saber que es tanta la

complacencia de nuestro Ser Supremo al ver perdido el pequeño acto

humano, perdido, fundido, como si hubiera perdido la vida para dar vida a la

nuestra, que elevamos este acto, que llamamos acto nuestro, en la altura de

nuestro acto eterno. Toda la eternidad se pone en torno y circunda este acto

y todo lo que ha sido hecho y se hará en el giro de Ella, se funden con este

acto, de modo que toda la eternidad pertenece a este acto, este acto queda en

el seno del Eterno y forma una fiesta de más a nuestro Ser Supremo, por

tanto una fiesta de más a todo el Cielo, y una ayuda, fuerza y defensa a toda

la tierra. El hacer la criatura nuestra Voluntad, hacerla vivir en ella, es la

única satisfacción que tenemos, es la verdadera correspondencia que

recibimos por haber creado la Creación, es la competencia de amor entre el

Creador y la criatura, es el movernos para dar nuevas sorpresas de gracias y

ella a recibirlas. Por eso si la criatura corre en nuestro Fiat para darle libre

campo de acción, en nuestro énfasis de amor decimos: ‘La criatura nos paga

por todo lo que hemos hecho, del resto ¿no hicimos todas las cosas y a la

misma criatura para que hiciera en todo nuestro Querer? Ésta lo hace, y esto

nos basta, aunque no hiciera nada más. Si esto nos basta a Nosotros, mucho

más debería bastar a ellas el hacer, el vivir siempre en nuestra Voluntad, con

esto ella es nuestra y Nosotros somos todo suyo, y te parece poco poder

decir: ‘Dios es mío, todo es mío, no me puede escapar porque su Fiat

Omnipotente lo tiene atado en mí."

Enero 10, 1937

Entretejido entre el Querer Divino y el humano. La ternura de

Jesús por quien vive en su Querer, lo lleva hasta sentirse feliz

por haber llorado y sufrido. El refugio de las obras de Dios.

Me siento bajo las olas eternas del Fiat, y mi pobre mente corre, corre

siempre para ser investida, y las olas corren para investirme, y esto forma el

más bello reposo de ambas partes. Pero mientras corría, mi Sumo Bien

Jesús, deteniéndome me ha dicho:

"Hija mía, cómo es bella la carrera de mi Fiat junto con la de la hija de

mi Divina Voluntad, hay un entretejido entre una y otra, se ve que el

 

 

2817

pequeño hilo del querer humano entrelaza todas las cosas creadas en las

cuales corre mi Querer, y mi Fiat, entrelazándolo, lo hace extensible en

todos sus actos, parece que no está contento si no ve este hilo del querer

humano en el cielo, en el sol, en todo, es una competencia que se forma: El

Querer Divino quiere investir al humano, y el querer humano se quiere hacer

investir."

Yo, sorprendida he dicho: "¿Pero cómo puede ser que el humano

querer tan pequeño, se pueda extender en todas las cosas creadas, y junto

con el Fiat abrazar la gran extensión de toda de la Creación?" Y mi dulce

Jesús ha agregado:

"Hija mía, no te maravilles, como todas las cosas fueron creadas para

la criatura, era justo y decoroso que el alma y la voluntad humana pudieran

investir y abrazar todo, que señoreara sobre todo y poseyera maravillas más

grandes que no posee la misma Creación, mucho más, unida con mi

Voluntad, ¿a dónde no puede llegar la criatura? No puede abrazar nuestra

Inmensidad, porque a ninguno le es dado el poderla abrazar, pero a todo lo

que ha sido hecho por ella, con tal que esté en nuestro Fiat, le fue dado, por

Nosotros, el derecho de poder entrar dondequiera, de abrazar todo, y de

hacer suyas nuestras obras. Y mi Fiat no podría estar, se sentiría arrancar la

finalidad si no encontrara el querer humano en sus obras, que queriendo

hacer vida juntos reconoce en ellas sus obras, cuánto la ha amado, y cómo

quiere ser amado. Por eso mi Voluntad es toda ojos, está como a la espía

para ver cuando la criatura está por hacer un pequeño acto, un acto de amor,

un respiro, un latido, para investirlo con la Potencia de su Fiat y decirle:

‘Mis obras las he hecho para ti, y tu debes obrar para Mí, por eso lo que tú

haces es mío, es derecho mío, como derecho tuyo son mis obras.’ Estas son

las leyes del vivir en mi Querer: ‘El tuyo y el mío cesa de ambas partes,

forman un solo acto, y poseen los mismos bienes.’ Pero esto no es todo,

para quien vive en nuestro Fiat, este hilo del querer humano corre en mi

Concepción, en mi nacimiento, en mis lágrimas infantiles, en mis penas.

Escucha una cosa muy tierna, cuando este hilo del humano querer entrelaza

al mío, y el mío el suyo, invistiendo todos los actos y penas de tu Jesús,

siento la alegría y la finalidad de haber sido Concebido y nacer, me siento

feliz de haber llorado por amor suyo, es más, mis lágrimas se detienen sobre

mi rostro, y viendo que el querer humano me las adorna con el suyo, me las

besa, las adora, las ama, ¡oh! cómo me siento feliz y victorioso de que mis

lágrimas y penas han vencido al querer humano, ya que me lo siento correr

en todos mis actos, y hasta en mi misma muerte. Por tanto, como no hay

cosa que no hayamos hecho por amor de ellos, así no hay cosa que mi

Querer no llame en este querer humano, para estar más seguro lo entrelaza

 

 

2818

con el suyo y con sus obras, no hay peligro que los deje atrás, y con un

énfasis de amor indecible le dice: ‘Mi Voluntad es tuya, mis obras son

tuyas, reconócelas, ámalas, no te detengas, corre, vuela, no dejes huir nada,

perderías un derecho en lo que no conoces y posees y me darías el dolor de

que en mi Voluntad no encuentre tu entretejido en mis obras, y me siento

arrancar la finalidad, traicionado en el amor, y como un padre que mientras

tiene hijos, no los encuentra en sus obras, en sus posesiones, en su

habitación, se están lejanos y llevan una vida pobre e indigna de tal padre.

Por eso las ansias, los suspiros, los deseos de mi Fiat son incesantes,

movería Cielos y tierra, no escatimaría nada con tal que la criatura viviera

unida con Él y fuera poseedora de sus mismos bienes.

Además de esto, todo lo que hemos hecho, tanto en la Creación como

en la Redención, está todo en acto de darse al hombre, penden sobre su

cabeza, pero están como suspendidos, sin poderse dar, porque no los conoce,

no los llama y no los ama, para encerrarlos en su alma para recibir tanto

bien. Ahora, en quien posee nuestro Querer, nuestras obras, toda mi Vida

que pasé acá abajo, encuentra el refugio, el espacio, la estancia dónde poder

continuar mi Vida, mis obras, y el alma adquiere el acto practicante y

convierte en naturaleza suya mis obras y mi Vida. Así que esta criatura es el

refugio de nuestra Santidad, de nuestro Amor y la Vida de nuestra Voluntad.

Y cuando nuestro Amor, no pudiendo contenerlo, quiere dar en excesos, nos

refugiamos en ella y damos salida a nuestro Amor y derramamos tales

carismas de gracias, que los Cielos quedan estupefactos y temblando adoran

nuestra Voluntad Divina obrante en la criatura."

Enero 24, 1937

La Divina Voluntad, con quien vive en Ella, forma la repetidora

de su Vida y de su Amor, y forma y extiende en ella toda la

Creación y todo lo que hizo Jesús. Cómo le dará un

nombre nuevo llamándola: "Fiat mío."

 

Estoy en poder del Fiat Supremo, el cual siempre quiere darme de lo

suyo, para tenerme ocupada y tener siempre qué hacer por mi pobre alma, y

si descubre cualquier pequeño vacío que no sea Voluntad suya, con una

actividad admirable e inimitable, ve qué cosa falta en mí de todos sus actos

que ha hecho por amor de las criaturas, y todo en fiesta lo sella en mi alma,

dándome una pequeña leccioncita. Yo he quedado sorprendida y mi siempre

amable Jesús, visitando a su pequeña hija me ha dicho:

 

 

2819

"Mi buena hija, no te maravilles, el Amor de mi Querer es exuberante,

pero con suma Sabiduría, porque quiere hacer con quien vive en su Querer

obras dignas de Él, las pequeñas repetidoras de su Vida, de su Amor, y

esconder en ellas la santidad y la multiplicidad de sus obras; quiere

continuar su obra creadora, quiere formar, repetir y extender toda la

Creación, y aún más, en quien viva en su Querer. Escucha hasta dónde llega

su Amor: Mi Fiat creó la Creación, y a cada cosa creada le puso un valor, un

amor y un oficio distinto, de deber producir un bien distinto a las criaturas,

tanto que el cielo posee un valor, un amor y un oficio todo propio; el sol, el

viento, el mar, poseen otro, y hacen distintos oficios, y así de todas las cosas

creadas. Ahora, escucha qué hace mi Voluntad para quien vive en Ella:

Todo lo que hace es suyo, así que en un acto encierra el valor, el amor y el

oficio que hace el cielo, y da a la criatura el amor y el valor del cielo; en otro

acto pronuncia su Fiat, y encierra el valor, el amor que tuvo al crear el sol, y

lo hace hacer el oficio de sol; en otro encierra el valor del viento, su amor

imperante, y pronunciando su Fiat lo hace hacer el oficio del viento; en otro

encierra el valor del mar, y pronunciando su Fiat le hace hacer el oficio del

mar y le da virtud de murmurar siempre amor, amor, amor; en suma, no hay

acto que ella haga en que no se deleite de pronunciar su Fiat, y dónde

encierra el valor del aire, dónde el dulce canto de los pájaros, el balido de los

borregos, dónde la belleza de las flores, y si los actos de la criatura no llegan

a extender la obra de la Creación, se sirve del latido, del respiro, de la

rapidez como circula la sangre en sus venas, todo anima con su Fiat, y forma

la Creación completa. Y cuando todo ha completado, de todo lo que ha

hecho en la Creación por amor de las criaturas, ahí extiende su dominio, y

con su Fuerza creadora conserva todo, mantiene el orden de la nueva

Creación que ha formado en los actos de la criatura, y se siente de tal manera

amado y glorificado, porque no encuentra la Creación sin razón, sin voluntad

y sin vida, sino encuentra la fuerza de una razón, de una voluntad y vida que

voluntariamente han recibido la Potencia de su Fiat, en sus actos su virtud

creadora, su misma Vida Divina, su Amor imperante e infatigable, en una

palabra, la ha hecho hacer de sí, hasta de su respiro y de sus actos, lo que

quería.

Hija mía bendita, continúa escuchándome, hazme desahogar mi Amor,

no puedo contenerlo más, quiero decirte hasta dónde llega mi Amor y hasta

dónde puede llegar y puede hacer a quien vive en mi Fiat. ¿Crees tú que mi

Querer se ha contentado, ha dicho basta porque ha encerrado el valor, el

amor, y los diversos oficios de toda la Creación en la criatura que vive como

unificada con Ella por una sola Voluntad? No, no, tú debes saber que Yo

vine sobre la tierra, y en el ímpetu de mi Amor ofrecí mi Vida, mis penas y

 

 

2820

mi misma muerte, para volver a comprar mi Voluntad Divina en favor de las

criaturas, que con tanta ingratitud la habían rechazado, y por lo tanto

perdido; así que mi Vida sirvió como desembolso del precio que se requería

para readquirirla y darla en posesión de mis hijos, por eso se necesitaba un

Dios, para poder tener precio suficiente para poder comprar una Voluntad

Divina, mira entonces cómo es cierto que vendrá el reino de mi Querer,

porque la compra fue hecha por Mí. Ahora, mi Voluntad después de haber

formado el orden de la Creación, con toda la suntuosidad y sublimidad de su

obra creadora, conforme la criatura va repitiendo sus actos, en un acto

pronuncia su Fiat y en él forma mi Vida y encierra su valor, en otro acto

pronuncia su Fiat y encierra en sus penas el valor de mis penas, pronuncia su

Fiat sobre sus lágrimas y pone en ellas el valor de las mías, pronuncia su Fiat

en sus obras, en sus pasos, en su latido, y encierra en ellos el valor de mis

obras, de mis pasos y de mi Amor, no hay oraciones y actos incluso

naturales que haga, en que no encierre el valor de mis actos. Así que, en

quien vive en mi Voluntad me siento repetir mi Vida, y duplica el precio

para comprar mi Divina Voluntad a favor de las generaciones humanas; se

puede decir que hay una competencia entre Yo y ella, para ver quien quiere

dar más para hacer que mi Voluntad sea poseída de nuevo por la familia

humana. Pero no es todo aún, si no hace obras completas no se contenta, al

valor de la Creación y Redención que ha encerrado en el alma, agrega con

un Amor increíble, el encerrar en ella la patria celestial, y hace resonar su

gloria, sus alegrías, las bienaventuranzas eternas, como sello y confirmación

de la obra Creadora y Redentora que ha formado en ella. Después de esto,

para estar más segura, crea su latido, su respiro, hace circular más que

sangre su Vida, su Luz, y como triunfante le da un nombre nuevo,

llamándola: ‘Fiat mío.’ Este nombre es el nombre más bello, que hará

sonreír a todo el Cielo y temblar a todo el infierno, nombre que no puedo dar

sino a quien viva en mi querer, y me ha hecho hacer en ella lo que quiero.

Hija mía, ¿qué cosa no puede hacer y dar mi Fiat Omnipotente? Llega a

tanto que da sus derechos sobre su misma Potencia, sobre su Amor, sobre su

Justicia, incorpora consigo la voluntad de la criatura y le dice: Sé atenta, no

quiero otra cosa de ti sino que hagas lo que hago Yo, por eso es necesario

que tú estés siempre junto conmigo, y Yo contigo."

 

 

2821

Febrero 10, 1937

El reino del Querer Divino será el reino de la Reina del Cielo. Sus

deseos ardientes y plegarias incesantes son asaltos de amor que da a la

Divinidad para obtenerlo. Cómo pondrá su Vida a disposición de las

criaturas para darles la gracia de hacerlas vivir de Voluntad Divina.

Me sentía toda inmersa en el Querer Divino, me parecía que Cielos y

tierra suspiran, ruegan que venga su reino a la tierra, a fin de que una sea la

Voluntad de todos, y reine como en el Cielo así en la tierra, a esto se unía la

Reina del Cielo, que con sus suspiros ardientes investía todo, movía, unía

todo a Sí, ángeles, santos, y a toda la Creación, para pedir con sus mismos

suspiros y con la misma Voluntad Divina que Ella posee, aquel Fiat, que

descienda en los corazones y forme en ellos su Vida. Pero mientras esto

pensaba, mi siempre amable Jesús haciéndose ver, todo amor suspiraba

fuerte, el corazón le latía tanto, como si le quisiera estallar, y me ha dicho:

"Hija de mi Querer, escúchame, mi Amor está por sumergirme, no

puedo contenerlo más, a cualquier costo, aunque debiese arrollar Cielo y

tierra, quiero que venga a reinar mi Voluntad sobre la tierra. A esto se une

mi Mamá Celestial, la cual sin jamás cesar me dice, me repite: ‘Hijo, hazlo

pronto, no tardes más, usa tus estratagemas de amor, obra como el Dios

potente que eres, haz que tu Querer invista a todos, y con su Potencia y

Majestad, unidos a un Amor que ninguno los podrá resistir, tome posesión

de todos y reine como en el Cielo así en la tierra.’ Y esto me lo dice con

tales suspiros ardientes, con tales latidos candentes, con tales estratagemas

de amor de Madre, que no puedo resistir. Y llega a agregar: ‘Hijo mío, Hijo

de mi corazón, me has hecho Reina y Madre, ¿y mi pueblo, y mis hijos,

dónde están? Si Yo fuera capaz de infelicidad sería la Reina y la Madre más

infeliz, porque poseo mi reino pero no tengo mi pueblo que viva de la misma

Voluntad de su Reina, y si no tengo mis hijos a los cuales pueda confiar la

gran herencia de su Madre, ¿dónde encontraré la alegría, la felicidad de mi

Maternidad? Por eso haz que reine el Fiat Divino, y entonces tu Mamá será

feliz y tendré mi pueblo y mis hijos que vivirán junto conmigo, con la misma

Voluntad de su Madre.’ ¿Crees tú que Yo pueda permanecer indiferente

ante este hablar de mi Madre, que me lo hace resonar continuamente al oído,

y que dulcemente inviste mi corazón, y que son flechas y heridas de amor

continuo? No lo puedo, y ni siquiera lo quiero. Mucho más que Ella jamás

me ha negado nada, por lo que me falta la Fuerza de negarme a Ella, mi

corazón divino me empuja a contentarla; tú únete con Nosotros y suspira y

 

 

2822

ruega que mi Voluntad sea conocida y venga a reinar sobre la tierra, y para

mayormente confirmarte a esto, quiero hacerte oír a mi dulce Mamá."

Mientras estaba en esto, me la he sentido junto, que escondiéndome

bajo su manto azul y tomándome en su regazo materno, con un amor que no

sé decir me ha dicho:

"Hija de mi materno corazón, el reino de la Divina Voluntad será mi

reino, la Trinidad Sacrosanta me lo ha confiado a Mí; así como me confió al

Verbo Eterno cuando descendió del Cielo a la tierra, así me confió su y mi

reino, por eso mis suspiros son ardientes, mi plegarias incesantes, no hago

otra cosa que asaltar a la Trinidad Santísima con mi amor, con los derechos

de Reina y de Madre que me dio, a fin de que lo que me confió venga a la

luz, forme su Vida, a fin de que mi reino triunfe sobre la faz de la tierra; tú

debes saber que es tanto mi deseo, que me quema, que me siento como si no

tuviese gloria, mientras que tengo tanta que los Cielos y la tierra están llenos

de ella, si no veo formado el reino de la Divina Voluntad en medio a mis

hijos, porque cada uno de estos hijos que vivirán en él, me dará tanta gloria,

de duplicarme la gloria que poseo, por eso viéndome privada me siento

como si no tuviese gloria de Reina y no fuera amada como Madre por mis

hijos, por eso en mi corazón los llamo siempre y voy repitiendo: ‘Hijos

míos, hijos míos, vengan a su Mamá, ámenme como Madre como Yo os

amo como hijos, si no llegan a vivir de la misma Voluntad de la que Yo viví,

no podéis darme el amor de verdaderos hijos, ni podéis conocer hasta dónde

llega mi amor por ustedes.’ Debes saber que es tanto mi amor y mis deseos

ardientes por querer que este reino exista sobre la tierra, que desciendo del

Cielo, giro por las almas para ver quién está más dispuesto a vivir del Querer

Divino, los espío, y cuando los veo dispuestos, entro en sus corazones y

formo mi Vida en ellos como preparación, honor y decoro de aquel Fiat que

tomará posesión y formará su Vida en ellos. Por eso Yo seré inseparable de

ellos, pondré mi Vida, mi amor, mis virtudes, mis dolores a su disposición,

como muro de fortaleza insuperable, a fin de que puedan encontrar en su

Madre lo que se necesita para vivir en este reino tan santo. Y entonces mi

fiesta será completa, mi amor se reposará en mis hijos, mi Maternidad

encontrará quién me ama como hijo, y daré gracias sorprendentes y pondré

en fiesta Cielo y tierra, la haré de Reina prodigando generosamente gracias

inauditas. Por eso hija mía, manténte unida con tu Mamá, a fin de que

ruegues y suspires conmigo el reino de la Divina Voluntad."

 

 

2823

Febrero 26, 1937

Qué cosa es un acto de más que la criatura hace en la Divina Voluntad:

Es la armonía, la música, es el arrollar Cielos y tierra, es la toma

de posesión que ella hace en Dios, y Dios en ella.

 

Siento a mi pequeña y pobre alma circundada de Voluntad Divina,

dentro y fuera de mí, a derecha e izquierda, corre hasta debajo de mis pies,

corre por todas partes para decirme: "Soy Yo la que formo tu vida, que te

caliento con mi calor, que formo tu movimiento, tu respiro; reconoce que tu

vida está animada por la mía, y Yo haré cosas dignas de Mí en ti. Pero

mientras mi mente se perdía en el Fiat, mi dulce Jesús haciéndome su breve

visita, como si sintiera una necesidad de amor de hablarme de su Querer, me

ha dicho:

"Mi pequeña hija de mi Querer, mi Amor reprimido en ti siente la necesidad

de desahogarse, de otra manera me da tales delirios, que me siento sofocar

por mis mismas llamas, por eso mi hablar es un desahogo de amor, es un

alivio a mi corazón, y para aliviarme voy buscando quién quiera

escucharme. Ahora escucha hasta dónde llega mi Amor y el gran prodigio

de la Vida obrante de mi Voluntad en la criatura: Un acto de más que hace

la criatura en mi Voluntad, es una armonía de más que pone entre el Cielo y

la tierra, es una nueva música celestial que forma a su Creador, la cual le es

muy agradable, mucho más que le viene de la tierra, porque las cosas del

Cielo son todas nuestras, ninguno puede decir en la patria celestial que nos

da a Nosotros, sino que somos Nosotros los que les damos a ellos, que

felicitamos y beatificamos a todos. En cambio el alma de la tierra puede

decir: ‘Doy a mi Creador.’ Y Nosotros sintiéndonos raptados damos de

nuevo nuestra Voluntad como vida obrante en ella, a fin de que nos forme

otras más bellas músicas. Cómo es bello oír nuestro Cielo en tierra, oír las

nuevas músicas celestiales que se desprenden del alma viadora, todo el Cielo

hace nueva fiesta y sentimos que la tierra también es nuestra y la amamos de

más. Cada acto de más que se hace en mi Voluntad Divina, es un arrollar en

él Cielo y tierra, porque todos los ángeles, santos, corren en aquel acto,

también la misma Creación, para tomar su puesto de honor en el acto

obrante de mi Voluntad, ninguno quiere quedar fuera del acto de mi Fiat

Divino. Sucede la verdadera concentración de todo y de todos, mi Voluntad

no podría hacer diversamente, debe dar parte en su acto a todos aquellos

donde Ella reina. Mi Voluntad cuando obra quiere encerrar todo y dar todo,

porque Ella no sabe hacer actos incompletos, sino completos y con la

plenitud de todos los bienes. ¿Pero quién puede decirte hija mía qué cosa

 

 

2824

sucede en ese arrollar Cielo y tierra en el acto obrante de mi Querer en la

criatura? En aquél moverse de todos, en ese querer a cada uno en su puesto

en aquel acto, suceden tales maravillas, tales prodigios inauditos, tales

escenas conmovedoras, que los Cielos se maravillan y quedan extasiados

ante la Potencia obrante de mi Voluntad, pero ¿dónde? En el pequeño cerco

de la criatura, y quedan con el ansia de ser arrollados de nuevo en el acto

obrante de mi Voluntad en ella, ¡oh! cómo lo suspiran, se sienten más

embellecidos y prueban la bella felicidad del acto conquistante de mi

Voluntad en la criatura, lo que les falta en el Cielo, porque allá conquistas no

hay, ni pueden adquirirlas, lo que han hecho en tierra les pone un basta, y no

más. Pero no es todo aún, un acto de más que se hace en mi Voluntad, es un

incorporarse Dios en la criatura y la criatura en Dios; es un instalarse

recíprocamente, y la vida del uno corre en el otro casi como sangre en las

venas; es la fusión del latido humano en el latido eterno, y siente en sí como

vida el Amor, la Santidad, la Vida de su Creador, y el Eterno siente correr en

Sí el pequeño amor de la criatura, que viviendo en Él forma un solo Amor y

una sola Voluntad; cada respiro, latido y movimiento, son heridas, flechas,

dardos de amor que da a Aquél que la ha creado, y ¡oh! cómo todo el Cielo

queda sorprendido porque miran a Dios y encuentran a la criatura fundida en

Él, que ama con su Amor, y con amor conquistante; miran a la criatura en la

tierra y encuentran a su Creador, que mientras tiene su trono en ella hace

vida junto con ella. Estos son los excesos más grandes de nuestro Amor

hacia quien tanto amamos; cuando encontramos a la criatura que se presta y

nada nos niega, Nosotros no miramos su pequeñez, sino que miramos más

bien a lo que sabemos y podemos hacer Nosotros, que podemos hacer todo,

y haciendo ostentación de nuestro Amor y de todo nuestro Ser Divino,

investimos a la criatura y nos hacemos investir, y hacemos cosas grandes

dignas de Nosotros, pero con tal magnanimidad, que todos quedan

sorprendidos y admirados, basta decirte que cada acto de más que se hace en

mi Voluntad, como si tuviéramos necesidad de la criatura, damos tanto que

agregamos mayores vínculos de unión, de amor, de ambas partes y llegamos

a dar a ella nuevos derechos sobre nuestro Ser Divino, y Nosotros sobre de

ella. Es tan grande este acto obrante de nuestro Fiat en ella, que no bastan

los siglos para decir lo que sucede en él, ni los ángeles, ni los santos pueden

decir todo el bien que contiene, sólo tu Jesús puede decirte todo el bien que

se forma en este acto, porque siendo Yo el que obra, sé decir lo que hago y

el gran valor que pongo dentro. Por eso sé atenta, contento, amor, gloria

mayor no puedes darme que prestarme tus pequeños actos, tu pequeño amor,

para hacer descender a mi Voluntad en ellos, para hacer obrar a mi

 

 

2825

Voluntad, es tanto su Amor, que siente la necesidad de tener su campo de

acción en los pequeños actos de la criatura."

Marzo 6, 1937

La Creación, primer medio de ayuda para formar la Vida

de la Divina Voluntad en nosotros; segundo medio, Dios

directamente; tercer medio, las circunstancias de la vida.

Continúo nadando en el mar inmenso del Querer Divino, y pensaba

entre mí: "¿Pero cómo puede la criatura formar esta Vida del Fiat en ella?

Yo me siento tan pequeña que me parece imposible, tal vez vivir dentro de

Ella es más fácil, porque encuentro tanto espacio que no puedo ver hasta

dónde llegan los confines, pero encerrarla dentro de mí, siento que me falta

el espacio para hacer esto." Y mi siempre amable Jesús, con su

acostumbrada Bondad me ha dicho:

"Hija mía, tú debes saber que nuestra Potencia es tanta, que tomamos

deleite en formar nuestra Vida en la pequeñez de la criatura siempre y

cuando no esté obstruida por otras cosas que no nos pertenezcan, es más,

muchas veces obramos sobre la pura nada las cosas más grandes; y como es

Voluntad nuestra que forme y posea en su alma esta Vida de nuestro Querer,

todo lo que hemos creado y que existe en el cielo y en la tierra, tienen el

mandato de Nosotros, que todas deben ayudar y servir a la criatura como

medios para formar y hacer crecer esta Vida en ella. Así que la primera que

se presta a comunicar y a hacer sentir la Potencia, el Amor de nuestra

Voluntad, es toda la Creación; ella tiene la virtud dada por Nosotros, de que

mientras hace crecer, alimenta, ayuda y sostiene la vida natural, penetrando

en el interior del alma a través de los actos humanos, penetra en el alma y

hace doble oficio, y si encuentra la pequeña Vida de mi Voluntad, mi misma

Voluntad que se encuentra en las cosas creadas besa a mi Voluntad que

encuentra en ella, la plasma, le da el aliento, ensancha la capacidad, y

encontrando su pequeño paraíso se reposa y suministra las ayudas, los

medios que contiene aquella cosa creada para hacer que nada le falte para

hacer crecer y mantener la Vida de mi Voluntad en la criatura. El cielo está

siempre distendido sobre su cabeza para hacerle guardia, a fin de que nada

entre en ella que no sea Voluntad de Dios; el sol se acerca de más, y

desahogando más en amor hace sentir su calor, le llena el ojo de luz, le

inviste las manos, los pasos, y adentrándose en el alma la llena del amor, de

la luz, de la fecundidad de la cual está llena por mi Voluntad, y deja el

 

 

2826

depósito de su calor, de su luz, a fin de que no viva mas que de amor y de

luz, cosas que pertenecen a mi Voluntad, y este sol haciendo su curso forma

la bella floración, la variedad de los colores y todo lo demás por amor de

quien posee mi Voluntad. Se puede decir que cada vez que el sol inviste a la

criatura, mi Voluntad visita a la criatura para ver si quiere alguna cosa, si no

le falta nada para hacer crecer su Vida en ella; ¿qué cosa no he hecho y no

haría para lograr el intento de formar esta Vida de mi Fiat en la criatura?

Por eso, el aire mientras sirve para dar el respiro al cuerpo, sirve para dar el

respiro de mi Voluntad al alma; el viento mientras sirve para purificar el aire

a la naturaleza, sirve para dar las caricias, los besos, el imperio de mi

Voluntad a mi Vida que ella posee. Así que no hay cosa creada, que

saliendo de dentro de ella mi Querer, no corra dentro del interior del alma

para ayuda, defensa, y para hacerla crecer como Yo la quiero. Pero esto no

es todo, mi Voluntad en las cosas creadas va velada para formar esta su Vida

en ellos, pero cuántos no la reciben y queda reprimida en sus velos, sin

poder dar los bienes que posee.

Ahora, está el segundo modo, más espléndido, más ostentoso de amor;

es tanto el Amor que nos consume, el deseo de querer que la criatura posea

nuestra Voluntad como vida, que cada acto, pensamiento, palabra, latido,

obra y paso que ella hace, es una emanación divina que le hacemos, nuestro

Ser Divino corre en cada acto suyo para darle de lo nuestro, lo circundamos,

lo vivificamos para hacerlo renacer en nuestra Voluntad, podemos decir que

nos ponemos Nosotros mismos a su disposición para formar esta Vida, ¿pero

sabes por qué es tanto nuestro interés? Porque queremos que nuestra

Voluntad forme la bella generación de la Voluntad Divina en la voluntad de

la criatura, y entonces tendremos tantas Vidas nuestras que nos aman, que

nos glorifican. Cómo será bella la Creación, todo será nuestro, dondequiera

encontraremos nuestro trono, nuestra Vida palpitante.

Después está el tercer modo, las circunstancias de la vida, las ocasiones, el

orden de mi providencia en torno a cada uno, las mortificaciones, los

dolores, todos son medios para hacer crecer y desarrollar en modo admirable

esta Vida de mi Voluntad en ellos, por lo tanto, no hay cosa en la cual Ella

no prepare su primer acto de vida para dar a las criaturas; ¡oh! si todos

pusieran atención, cómo se sentirían felices, seguros bajo la lluvia de un

Querer tan Santo, que los ama tanto, que llega al exceso de querer formar su

Vida en la pobre criatura."

 

 

2827

Marzo 14, 1937

La Voluntad Divina es Vida, y como Vida forma la generación de

su Vida en los actos de la criatura que vivirá en Ella, y ahí forma

la gran generación de los hijos de su Fiat Divino.

El Querer Divino no me deja jamás, me parece que para confirmarme

mayormente y hacerme suspirar el vivir en Él, no sólo a mí, sino a todos

aquellos que querrán vivir en Él, quiere decir cosas nuevas, y qué significa

un acto de más que se puede hacer en su Santísima Voluntad. Y mi dulce

Jesús que hace de portavoz a un Querer tan Santo, visitando mi pequeña

alma me ha dicho:

"Hija mía bendita, quiero decirte más todavía acerca del bien que

encierra un acto de más que la criatura puede hacer en mi Querer. Mi

Voluntad es Vida y no sabe obrar, ni hacer nada, si no genera Vida, ni puede

hacer menos. Ahora, en cada acto de más que se hace en Ella, viene

encerrado el acto generativo que posee, la criatura con hacer su acto en Ella,

le presta el velo donde formar y esconder este parto divino, en cuanto es

cumplido el acto, así mi Voluntad gira por el mundo entero para encontrar

las almas más dispuestas y pone en ellas su parto generado, y forma un hijo

suyo del reino de su Fiat. Mira entonces qué cosa es un acto de más, es

formar un hijo de más en mi reino, así que cuántos más actos se hagan en

Ella, tanto más será poblado el reino de mi Querer. Hija mía, nuestro Ser

Supremo tiene delirio, queremos que la criatura viva en nuestro Querer, y

usaremos todas las astucias de amor para obtener esta finalidad. Cómo es

bello ver que nuestros primeros hijos del Fiat servirán con sus actos para

formar la nueva generación de la Vida de nuestra Voluntad en la criatura.

Nuestro Amor es tanto, que tomamos ocasión del acto de ellas para dar este

bien que encierra Cielo y tierra."

Mientras esto decía, mi dulce Jesús hacía ver que tenía en su corazón

divino todos los actos hechos en su Querer, incluidos también aquellos de la

Mamá Celestial, que eran muchos, y dentro de cada uno de los actos,

generada la Vida de la Divina Voluntad; como si no los pudiera más

contener movía el paso para girar por todas las generaciones, y donde

encontraba alguna alma más dispuesta se acercaba, la abrazaba, le hablaba al

oído, le daba su aliento como si quisiera renovar la nueva creación, y

después, como en fiesta ponía junto con el acto la Vida de su Querer, no

quería desunir el acto de la Vida de su Querer, porque siendo acto primario

donde había generado su Vida, no quería separarlo, queriéndose servir de él

como custodia de su misma Vida. Yo al ver esto he quedado maravillada, y

 

 

2828

pensativa decía entre mí: "Será posible todo esto? Me parece que da en lo

increíble." Y mi dulce Jesús ha retomado su palabra:

"Hija, ¿por qué te maravillas, acaso mi Voluntad no puede hacer lo que

quiere? Basta el quererlo, y todo está hecho. Y además si lo hace el sol que

se puede llamar la sombra de mi Fiat, que en cuanto encuentra la flor, las

plantas, con el toque de su luz genera el color, el perfume, madura las

plantas y genera la dulzura en los frutos, y tantos colores y tanta diversidad

de dulzuras por cuantas flores y frutos toca con su luz y calienta con su

calor, pero si el sol no encuentra ni flores, ni frutos, ni inviste nada con su

luz y con su calor, nada da, retiene en sí todos los bienes que posee; tal es mi

Voluntad, más que sol, conforme encuentra a la criatura que la quiere, la

llama en su acto, desciende en lo bajo del acto humano, lo inviste, lo

calienta, lo transforma, y como posee la Vida, genera Vida y forma un

portento divino; y como el sol, si no encuentra quién quiera vivir en miQuerer y formar sus actos en Él, las tantas Vidas Divinas mías que podría

dar, quedan en Él, esperando con paciencia invicta y divina quien me haga

generar mi Vida en sus actos. Mi Voluntad está como una tierna madre, que

siente en sí la gran generación de sus vidas que quiere sacar a la luz para

formarse la larga generación de sus hijos que deben formar su reino, y por

eso va buscando quién le preste sus actos, ¿pero sabes por qué va buscando

los actos de la criatura? Debiendo Ella descender en lo bajo de los actos

humanos para formar su Vida, quiere hacerse camino por medio de ellos

para dar su misma Vida a las criaturas, mucho más que la Vida no se puede

formar fuera de las personas, sino siempre dentro, de otra manera le faltarían

las cosas necesarias, los humores vitales para formar una Vida. Así mi

Voluntad no puede formar desde el Cielo, ni fuera de la criatura su Vida,

sino que debe descender dentro de ellas, y la voluntad humana debe ceder el

puesto a la Divina, debe ser concurrente, porque cosas forzadas no

queremos; y cuando la hemos encontrado, ¿quién puede decirte lo que

hacemos, las gracias que derramamos, el bien que le queremos? No se trata

de obras, sino Vida nuestra que debemos crecer, así que no ahorramos nada,

y sólo en el Cielo se sabrá lo que hemos hecho. Por eso sé atenta y vive

siempre bajo la lluvia de mi Querer, así invistiendo todos tus actos los anima

con su Vida, y así me darás tantos hijos por cuantos actos harás."

 

 

2829

Marzo 18, 1937

La Divina Voluntad hace don de todas sus obras a quien vive

en Ella. El respiro de Dios en sus obras y en todas las obras

santas de las criaturas. La Divina Voluntad se hace

suplidora de lo que le falta a la criatura.

Estaba haciendo mi giro en el Fiat Divino para seguir, por cuanto me

es posible, sus actos divinos, esto es: la Creación, y todos los actos santos

de las criaturas, no excluidos los de mi Madre Celestial, ni los de mi amado

Jesús, pero lo grande era que, conforme yo los encontraba se hacían míos, el

Querer Divino me los donaba, y yo como si tuviera derecho sobre todo los

ofrecía a mi Creador como el homenaje más bello, el amor más intenso, la

adoración más profunda, a Aquél que me ha creado. Yo me he sentido

investida por el sol, por el cielo con todas las estrellas, por el viento, por

todo; todo era mío porque todo era de la Divina Voluntad. Yo he quedado

maravillada, y mi dulce Jesús repitiendo su breve visita me ha dicho:

"Hija mía bendita, ¿por qué te maravillas? Tú debes saber que todo lo

que es santo y bueno pertenece a mi Fiat, el cual todo quiere dar a quien viva

junto con Él, sucede un cambio de ambas partes, la criatura no quiere tener

nada para sí, todo lo quiere dar, y mi Querer quiere dar todo a ella, aun a Sí

mismo. Mucho más que la Creación, la Redención, la Reina del Cielo, todos

los actos buenos y santos, no son otra cosa que respiro de Dios: respiró y

dijo Fiat y creó toda la Creación, respiró y llamó a la Virgen Santísima a

vida, respiró e hizo descender al Verbo sobre la tierra, respira y da vida a las

obras buenas de todas las criaturas. Ahora, quien vive en mi Voluntad no

hace otra cosa que encontrar todas sus obras, para encontrar el respiro divino

para dárselo de nuevo a Dios, como frutos y potencia del respiro de su

Creador. ¡Oh! cómo se siente glorificado, amado, porque encuentra en lasobras ofrecidas a Él por la criatura su respiro, su misma Vida, y por cuantas

veces gira en sus obras, tantas veces se siente dar su Vida, su gloria, su

Amor. Y ¡oh! cómo espera estos presentes, porque se siente dar lo que ha

dado, se siente amar en sus obras como Él ha amado, siente su Amor, su

Potencia reconocida, y es tanta la complacencia divina, que vierte torrentes

de amor, de gracias sobre quien ha conocido sus obras y su Amor. He aquí

por eso hija mía que mi Voluntad, conforme la criatura vive junto con Ella,

así con un amor sin par hace don de todo lo que posee, la vuelve dueña de

todo, porque si una cosa no es propia no se tiene el derecho de poderla dar a

los demás, por eso mi Querer, haciéndole don de todo, le da campo de poder

dar a su Creador, y de recibir duplicada su correspondencia. Pero sólo le

 

 

2830

viene dado este don cuando reconoce nuestras obras, las aprecia, las ama. El

amor le da el derecho de hacer suyo lo que pertenece a mi Querer eterno, si

mi Querer no pudiera hacer don a la criatura de todo lo que es suyo, se

sentiría impedido en el amor, separado en sus obras, porque no podría decir:

‘Lo que es mío es tuyo, lo que hago Yo haces tú.’ Esto no lo soportaría mi

Voluntad y diría: ‘Vivir junto, formar la misma Vida y no poder darle todo,

esto es imposible a mi Amor, sería como si no me pudiera fiar de ella.’ No,

no, todo quiero dar a quien viva en mi Voluntad.

Tú debes saber que es tanto el Amor de mi Fiat hacia quien vive en Él,

que si la criatura, no por voluntad, sino por debilidad e impotencia no sigue

los actos de mi Querer, o bien por necesidad de sufrimientos o de otra cosa

no corre su vida en Él, es tanto su Amor que hace Ella lo que debería hacer

la criatura, la suple en todo, llama su disposición, su orden, su Amor, a fin

de que el alma se sacuda y reemprenda su vida juntos, y esto para hacer que

la vida humana no quede ni dividida, ni separada de la Suya; si esto no

hiciera quedaría el vacío divino, pero su Amor no lo tolera, y hace de

suplidora de lo que le falta a la criatura, porque quiere que su Vida Divina

no debe faltar jamás en ella, sino que debe ser continua. ¿Se puede dar

Amor más grande que llegue a decir: ‘Ánimo, no temas, ven con toda

confianza a vivir conmigo, fíate de Mí, y si tú llegaras a faltar de correr

siempre en mi Fiat, Yo te compadeceré y tomaré Yo la parte obrante que tú

no puedes hacer, y te supliré en todo?’ El reino de mi Querer es reino de

amor, de confianza, de acuerdo de ambas partes."

Marzo 22, 1937

Necesidad de amor que siente el Fiat Divino de ser amado.

Cómo a quien vive en Él le da tanto amor, de hacerlo amar

en todos los corazones y en toda la Creación, para ser

correspondido por el amor de todos. El alma sin el Fiat

es como la tierra sin agua. Los males de la turbación.

 

Mi vuelo en el Querer Divino continúa, me parece que no hace otra

cosa que derramar Amor sobre las criaturas, las cuales viéndose amadas tan

intensamente, no pudiendo contener este Amor tan grande, sienten la

necesidad de amar a Aquél que tanto las ama; se puede decir que el Amor

Divino es tanto, que sacude, mueve en modo irresistible a las criaturas a

amarlo. Las flechas de amor que Él manda para herir a las criaturas, les

sirven para flechar a Aquél que las ha flechado. Ahora, mientras me

 

 

2831

encontraba bajo este abismo de amor, mi amado Jesús, mi dulce vida,

sorprendiéndome me ha dicho:

"Hija de mi Voluntad, tú debes saber que nuestro Amor es inmenso.

Si en nuestro Ser Divino pudiera entrar la infelicidad, la inquietud, lo que no

puede ser, el Ser Divino se volvería el ser más infeliz e inquieto. Como

Nosotros amamos con Amor infinito e incesante, que podemos todo, y

ahogar a todos en nuestro Amor, por eso sentimos la necesidad de ser

amados, ¿pero qué? En vano esperamos, y nuestro Amor gime, da en

delirio, y en vez de detenerse corre de más, ¿pero sabes a dónde va a

derramarse y deteniéndose reposa un poco, para rápidamente volver a tomar

su vuelo para derramar su Amor continuo? En las almas que viven en mi

Voluntad, porque ellas están ya ahogadas en mi Amor, oyen mis gemidos,

sienten mi necesidad de ser amado, y rápidamente me corresponden en el

amor, y así como Nosotros sentimos la necesidad de ser amados, así sienten

ellas la necesidad de ser amadas por Aquél que tanto las ama.

Ahora hija mía, nuestro Querer circula como sangre en todos los

corazones de las criaturas, en toda la Creación, no hay punto donde no se

encuentre, su sede es extensible a todas partes, y con su Amor potente y

creante, como dentro de un solo aliento, conserva y da vida a todo y a todos,

y en cada cosa desarrolla su Vida de Amor. Así que, ¿por qué crea? Porque

ama; ¿por qué conserva y circula en todos? Porque ama. ahora, quien vive

en nuestro Querer, queremos sentirla que nos ama en todos los corazones;

cómo es bella la nota de amor de la criatura en cada corazón, y si éstos no

nos aman, está quien nos ama, queremos sentir que nos ama en los pasados y

en los futuros; en el cielo, en el sol, en el viento, en el mar, en todo

queremos su nota de amor. Mucho más que nuestro Querer dondequiera latransporta; viviendo en Él, el primer don que le hace es el Amor, pero da

tanto para poder recibir la correspondencia del amor de todos y de todo. Es

tanto el delirio de amor de nuestro Fiat Divino, que transporta esta nota de

amor de la criatura hasta el empíreo y dice a todos los bienaventurados:

‘Escuchen cómo es bella la nota de amor que vive en la tierra en mi

Voluntad.’ Y hace resonar esta nota amorosa en los santos, en los ángeles,

en la Virgen, en la Trinidad Sacrosanta, de modo que todos sienten la doble

gloria y festejan a la Divina Voluntad obrante en la criatura, y junto festejan

a la criatura que la ha hecho obrar, así que ella está en la tierra y es festejada

en el Cielo. Mi Divina Voluntad no toleraría que quien vive en Ella no le

diera la correspondencia del amor de todo y de todos. Mi Fiat Divino en el

amor de la criatura encuentra todo lo que quiere, encuentra la vida de ella

como suya, encuentra la gloria que le debe, encuentra el aprecio, la estima

que le es debida, encuentra la verdadera confianza filial para poderle dar

 

 

2832

todo. Así que el Amor es generativo, que genera todos los bienes divinos.

Por eso hija mía sé atenta, ama, pero ama en mi Voluntad, y encontrarás

tanto Amor, que podrás amar a todos y amar por todos a Aquél que tanto te

ama."

Después de esto, por las míseras circunstancias de mi vida que no es

necesario ponerlas sobre el papel, mejor que se sepan en el Cielo, me sentía

oprimida, fastidiada y casi turbada, sin mi acostumbrada paz y pleno

abandono en el Fiat Divino, y mi dulce Jesús sorprendiéndome me ha dicho:

"Hija mía, ¿qué haces? ¿No sabes tú que el alma sin la plenitud de mi

Voluntad y el pleno abandono en Ella, es como la tierra sin agua, como las

plantas sin sol, como el cuerpo sin el alma? Y la pobre criatura, como tierra

sin agua que no es capaz de producir ni un hilo de hierba, así ella muere de

sed, y es incapaz de hacer un pequeño bien, arde de sed y no hay quien le

quiete esta sed, y faltándole el Sol de mi Fiat morirá en las tinieblas, las

cuales le oscurecerán los ojos y no podrá mirar el bien para conocerlo, para

hacerlo, y le faltará el calor para madurar el mismo bien. Y además, sin mi

Voluntad se sentirá sin Vida Divina, y así como el cuerpo sin el alma se

pudre y por lo tanto se entierra, así sin la Vida de mi Querer, las pasiones la

pudren y la entierran en las culpas. Además de esto, las opresiones, las

turbaciones, detienen el vuelo en mi Voluntad, pierde la velocidad y no

puede seguir todas sus obras, y por eso, si no ha seguido todas nuestras

obras, no puedo llevarla a tomar reposo en el seno de nuestra Divinidad. Por

lo tanto sé atenta, pon en las manos de tu Jesús las opresiones, los fastidios,

lo que te turba, y Yo los pondré en la Luz y Calor de mi Fiat, a fin de que

queden quemados, y tú, sintiéndote libre, seguirás más veloz el vuelo en mi

Querer, no quiero que te preocupes, Yo pensaré en todo. Hija mía,

estémonos en la paz, de otra manera no podré desarrollar y crecer como

quiero la Vida de mi Voluntad en ti, y esto será el más grande dolor para Mí,

no me sentiré libre de respirar, palpitar, me sentiré impedido para continuar

mi Vida en ti."

Marzo 26, 1937

La Creación y la Humanidad de Nuestro Señor, son los campos

en los cuales desarrolla sus actos quien vive en la Divina

Voluntad. Ella forma la Humanidad de Nuestro Señor y

el paraíso a Jesús en la tierra.

 

 

 

2833

Mi vuelo en el Fiat Divino continúa, y en Él siento que todo es mío, y

siento la necesidad de conocer, de amar lo que me pertenece, y que con tanto

amor me ha dado. Mientras giraba en las obras del Querer Divino, el amado

Jesús, mi dulce vida, repitiéndome su breve visita, todo bondad me ha dicho:

"Mi pequeña hija de mi Querer, cómo es verdad que para que surja el

amor se debe poseer lo que se ama, si no se posee, el amor no surge; no amar

las cosas propias es casi imposible, es un amor connatural y de justicia el

amar lo que es suyo. Es por esto que Yo amo tanto a las criaturas, las

conservo, les doy la vida, porque son obras mías, las he creado, las he

sacado a la luz, son mías, soy el latido de su latido, su respiro, la vida de su

vida, no puedo hacer menos que amarlas, si Yo no las amara mi Amor me

reprocharía continuamente, me diría: ‘Por qué las has creado si no debías

amarlas?’ Es un derecho del amor amar lo que es suyo, mi Justicia me

condenaría, todos mis atributos me harían la guerra. He aquí el por qué para

ser amado por las criaturas digo: ‘Soy vuestro Dios, vuestro Creador,

vuestro Padre Celestial, soy todo vuestro.’ Como en efecto lo soy. He aquí

también la causa por la que digo a quien quiere vivir en mi Querer: ‘Todo es

tuyo, el cielo, el sol, toda la Creación es tuya, mi Vida es tuya, mis penas,

aun mi respiro es tuyo.’ Es por esto que tú sientes la necesidad de amar,

como la siento Yo, de amar lo que es tuyo, lo que tu Jesús te ha dado en

posesión.

Ahora, tú debes saber que la Creación, mi Humanidad, son los

campos en los cuales desarrolla sus actos el alma que hace y vive en mi

Voluntad Divina, habiéndole dado la posesión de Ellas siente la necesidad

de circular como sangre en las venas en las obras de su Creador, quiere

conocer su valor, el bien que hacen, el oficio que ocupan, para amarlas de

más, para apreciarlas y también para sentirse más feliz, más rica de los

tantos bienes que posee. Es por esto que ahora se acerca al sol para conocer

los secretos de su luz, el iris de sus colores, la virtud de su calor, su milagro

continuado que desarrolla sobre la faz de la tierra, que sólo con tocarla con

su luz, vivifica, colorea, endulza, transforma, y ¡oh! cómo ama al sol porque

es suyo, y ama de más a Aquél que lo ha creado, y así hace con todas las

otras cosas, quiere conocer la virtud secreta que contienen para amarlas de

más, y para reconocer de más y amar más a Aquél que le ha dado la

posesión. Por lo tanto no es maravilla que quien vive en mi Fiat Divino es

llamada la heredera de toda la Creación.

Ahora, del campo de la Creación pasa al campo de mi Humanidad,

pero qué decirte hija mía de las maravillas que suceden en este campo vivo,

no sólo de obras como en la Creación, sino de vida humana y Divina. Ellas

se ponen en mi puesto, ni Yo puedo negarme porque soy de ellas, tienen

 

 

2834

derecho sobre Mí, y Yo soy feliz de que me posean, porque me amarán de

más. Ahora, estas criaturas en este mi campo repiten mi Vida, aman con mi

mismo Amor, sus actos fundidos con los míos forman tantos soles, cielos y

estrellas, ¡oh! cuánto más bellos que aquellos de la Creación, que llenan el

campo de mi Humanidad. ¡Oh! cómo me siento amado y glorificado,

porque estos soles, cielos y estrellas, no son mudos como los de la Creación,

sino que son soles hablantes, con la plenitud de la razón, y cómo hablan bien

de mi Amor, hablan y me aman, hablan y me dicen la historia de las almas y

la de mi Amor, y por eso se imponen sobre de Mí y me dicen que debo

ponerlas a salvo, hablan y se cubren de mis penas para repetir mi Vida, y Yo

me las siento correr a estas almas en mis lágrimas, en mis palabras, en mis

obras y pasos, y encuentro en ellas el refrigerio de mis penas, mi apoyo, mi

defensa, mi refugio, y es tanto mi Amor por ellas, que llego a llamarlas:

‘Vida mía.’ ¡Oh! cómo las amo, Yo las poseo, y ellas me poseen a Mí,

poseer y amar hasta la locura es lo mismo.

Ahora, estas almas que viven en mi Voluntad están dispuestas a

recibir todas las penas de mi Humanidad, porque Ella está imposibilitada

para sufrir porque está gloriosa en el Cielo, así que mi Voluntad con su

aliento omnipotente crea las penas, los dolores, y en ellas forma mi

Humanidad viviente, que me suplen en todo, y son ellas las nuevas

salvadoras que ponen la vida para salvar al mundo entero. Así que Yo desde

el Cielo miro la tierra y encuentro a otros tantos Jesús, que llevados por la

misma locura de mi Amor, ponen la vida a costo de penas y muerte para

decirme: ‘Soy tu copia fiel, las penas me hacen sonreír porque contengo a

las almas.’ Y Yo, ¡oh! cómo las amo, no me siento más solo, me siento

feliz, victorioso, porque tener compañía en el desarrollar la misma vida, en

el sufrir las misma penas, en el querer lo que Yo quiero, es mi más grande

felicidad y mi paraíso en la tierra. Mira entonces cuántas cosas grandes,

portentosas sabe hacer mi Divina Voluntad con tal que vivan en Ella, me

forma mi misma Humanidad viviente y me procura las mismas alegrías de

mi patria celestial, por eso lo que más te debe importar es vivir siempre en

mi Voluntad, no te des pensamiento de nada más, porque si lo haces, siento

en ti despedazado mi Amor, y si supieras cuánto me cuesta el no ser amado

aun por un momento, porque en aquel momento Yo quedo solo, me rompes

la felicidad, y en mi delirio de amor voy repitiendo: ‘¡Cómo! Yo la amo

siempre, y ella no.’ Por eso sé atenta, que no quiero quedarme jamás solo."

 

 

 

2835

Abril 4, 1937

Conforme la criatura da su voluntad a Dios, así Dios adquiere

sus derechos sobre ella. Cómo vienen formados tres muros

de fortaleza para no dejarla salir de dentro del Fiat.

Estoy bajo las olas eternas del Querer Divino, y si algún pensamiento

me huye, estas olas se hacen más fuertes y sofocan mi pensamiento y mis

temores, de modo que súbito me tranquilizo y corro junto con el Fiat Divino.

Por eso el pensamiento frecuentemente me atormenta si salgo de dentro deÉl. Dios mío, qué pena, me siento morir sólo con pensarlo, me parece que

ya no sería hermana de las cosas creadas, apartaré mi puesto de en medio a

ellas, ya no serán mías, y yo, ¿qué cosa daré entonces a mi Dios? No me

queda otra cosa que la pura nada. Me sentía tan mal al pensar esto, que me

sentía torturada, y mi dulce Jesús teniendo compasión de mí y del estado al

cual me había reducido, ha corrido para sostenerme en sus brazos, y todo

bondad me ha dicho:

"Hija mía, ¿qué haces? Ánimo, tú te oprimes demasiado y tu Jesús no

lo quiere, y además, la misma pena que sientes significa que no quieres salir

de mi Divina Voluntad, y a Mí me basta tu voluntad, ella es la garantía más

cierta, y Yo la tengo encerrada en mi corazón divino como la cosa más

preciosa, a fin de que ninguno me la toque. Yo no tomo en cuenta el sentir

de la criatura, para Mí es como si no fuera, y muchas veces sirve para que se

arroje en mis brazos, a fin de que Yo la libere de este enemigo que le hace

perder la paz.

Ahora, tú debes saber que cuando el alma me ha dado su voluntad con

decisión firme, y con conocimiento cierto de lo que hacía, sin quererla

conocer más, ya ha tomado puesto en la mía, y Yo con derecho soy dueño de

ella, y ella con derecho es dueña de la mía. Por eso, ¿crees tú que Yo sea

fácil a ceder estos derechos? De ninguna manera, usaré todas las artes,

pondré en campo mi misma Potencia para que no me sea quitado lo que

tanto me interesa; tú debes saber que el vínculo más fuerte entre el Creador y

la criatura es el ceder su voluntad, y queda inseparable, de no poderse

apartar más de Nosotros, su vida la sentimos como nuestra, porque una es la

Voluntad que nos anima. Ahora, ¿crees tú que con un pensamiento, con un

sentir se puedan romper estos vínculos, perder nuestra inseparabilidad, y

Nosotros ceder lo que es nuestro, sin actos decididos, repetidos de que

quiere su voluntad? Te engañas hija mía, mucho más que es tanto nuestro

Amor por ella, que no apenas nos ha dado su querer, Nosotros amurallamos

a la criatura, primero con un muro de luz, de modo que si quisiera salir, la

 

 

2836

luz la eclipsa y no sabe a dónde mover el paso, porque dondequiera

encuentra luz, y no sabiendo a dónde ir, retrocede y se esconde en el seno de

su Creador. El segundo muro es todo lo que hizo mi Humanidad estando

sobre la tierra, mis lágrimas, mis obras, pasos y palabras, mis penas, mis

llagas, mi sangre, se amurallan en torno a la feliz criatura para impedirle la

salida, porque Ella contiene el secreto, la fuerza, la vida para dar vida a

quien vive en el Querer Divino, y ¿crees tú que después de haber obtenido el

intento de vencer por camino de penas a esta voluntad humana, Yo deje huir

lo que me cuesta sangre, vida y muerte? ¡Ah! tú no has entendido bien aún

mi Amor, si se tratase de simple resignación es fácil hacer y no hacer mi

Voluntad, porque estos no me han cedido sus derechos, aman su voluntad, y

por eso ahora están resignados, ahora impacientes, ahora aman el Cielo, y

ahora la tierra, pero quien me ha dado su voluntad ha tomado puesto en el

orden divino, quiere y hace lo que hacemos Nosotros, se siente reina, por eso

es casi imposible salir de nuestro Fiat, y si saliera de nuestro Querer no se

adaptaría a ser la sierva, la esclava. El tercer muro es toda la Creación, la

cual siente en ella la virtud obrante del Querer Divino, de la cual todas las

cosas poseen la vida, y para darle homenaje se amurallan en torno, el sol con

su luz, el viento con su imperio, en suma, todas las cosas creadas sienten la

Fuerza creadora, la Virtud obrante y siempre nueva que obra en la criatura,

mientras que ellas no pueden hacer más de lo que hacen, y corren en torno

para gozarse las obras de aquel Fiat del cual están animadas. Por eso no te

preocupes, goza la paz de aquel Querer que te posee, y tu Jesús pensará en

todo."

Abril 8, 1937

Todo lo que se hace en el Querer Divino constituye un derecho para

todos, y todos pueden hacer aquel bien. Estos derechos fueron

dados por Adán, por la Reina del Cielo, por Nuestro Señor,

quien nos preparó la vestidura real.

 

Mi pobre mente no hace otra cosa que arrojarse en el mar del Fiat

Supremo, y por cuanto siento el cielo del Querer Divino en mí, muchas

veces pierdo a Jesús en la inmensidad de este cielo y no lo encuentro, y su

privación es el más duro martirio de mi pobre existencia acá abajo, y ¡cuánto

se necesita para encontrarlo! Hasta que me hace quedar reducida a un estado

en que me siento morir, digno de compasión, entonces viene, y ahora con

una estratagema de amor, o con una verdad más sorprendente, hace que

 

 

2837

sienta que me regresa la vida, hasta olvidarme de las penas sufridas.

Entonces pensaba: ‘¿Y por qué Jesús no me lleva a las regiones celestiales,

por qué hacerme sufrir y fatigarme tanto?’ Me parece que veo el puerto y

estoy por dar un salto para entrar, pero qué, una fuerza potente me hace

retroceder, y vuelvo a ser la pobre exiliada. Mientras esto pensaba, mi dulce

Jesús, todo bondad y compadeciéndome me ha dicho:

"Hija mía bendita, ánimo, el ánimo abate las plazas más fuertes, vence

los ejércitos más aguerridos, atrae nuestra Potencia, más bien se la apropia y

animosa vence lo que quiere, y Nosotros viéndola que no tiene la más

mínima duda de obtener lo que quiere, porque la duda disminuye el ánimo,

damos más de lo que quiere. Hija mía, el ánimo, la confianza, la insistencia

sin cesar jamás, el amor, en nuestra Voluntad son las armas que nos hieren, y

debilitándonos hacemos que ella misma tome lo que quiere.

Ahora quiero decirte el por qué te mantengo aún sobre esta tierra, tú sabes

que nuestra Voluntad Divina es inmensa, y a la criatura le falta la capacidad,

el espacio de poderla abrazar toda junta, por eso le conviene tomarla sorbo a

sorbo, los cuales los tomas, ahora cuando haces tus actos en mi Querer,

ahora cuando te manifiesta una verdad que le pertenece, si oras, si deseas

que venga mi reino, si sufres para obtenerlo, todos estos son sorbos que

ensanchan tu capacidad y forman el espacio dónde encerrar los sorbos de

Ella, y mientras haces esto vienes a encerrar ahora una generación, ahora

alguna otra, que deben poseer el reino del Fiat Divino. Tú debes saber que

las generaciones son como una familia en que todos tienen derecho a la

herencia del padre, y como miembros que forman un solo cuerpo, y del cual

Yo soy la cabeza; cuando un miembro hace un bien, lo obtiene y lo posee,

los otros miembros adquieren el derecho de hacer y de poseer aquel bien.

Ahora, aún no has encerrado a todas las generaciones que deben poseer mi

Voluntad como vida, por lo tanto se requieren todavía las cadenas de tus

actos, tu insistencia, tus penas, para beber otros sorbos para formar el

espacio para dar el derecho de que, queriendo, puedan poseer mi reino; en

cuanto hayas hecho el último acto que se requiere, rápidamente te traeré a la

patria celestial.

Ahora hija mía, mi Divina Voluntad con su Inmensidad envuelve a

todos y a todo, no hay ser que no nade en Ella, por eso todo lo que se hace se

vuelve derecho de todos, y todos pueden repetir aquel acto, menos quien no

quiere repetirlo y poseerlo, y no quiere reconocer que vive en Ella, que su

vida está animada por el Fiat Divino, estos son como ciegos, que mientras el

sol los golpea con su luz ellos no ven y yacen como si fuera noche para

ellos; están como paralizados, que mientras pueden tener el uso de los

miembros para hacer el bien, se contentan con quedar inmovilizados; son

 

 

2838

como mudos que no saben hablar; pero son ciegos, paralíticos y mudos

voluntarios. Pero todos los demás, como mi Voluntad es vida y está en

comunicación con todos, así todo lo que se puede hacer en Ella es vida y

bien y derecho de todos, y todos pueden repetir aquel acto para formar la

Vida Divina obrante en ellos. Los primeros derechos de hacer poseer el

reino de mi Querer a las generaciones humanas fueron dados por Adán,

porque él, en la primera época de su vida sus actos fueron hechos en el

Querer Divino, y si bien pecó y perdió voluntariamente la Vida obrante de

mi Voluntad en él, y él en Nosotros, pero sus actos quedaron, pues lo que se

hace en nuestro Querer no sale, porque son nuestros triunfos, nuestras

victorias sobre el querer humano, así que son nuestros, y Nosotros jamás

ponemos fuera lo que es nuestro. Por lo tanto quien entra en Él encuentra el

primer amor de Adán, sus primeros actos que le dan el derecho de poseer

nuestro Fiat y de repetir los mismos actos que él hizo, sus actos aún son

hablantes, su amor aún está fundido en el nuestro, e incesantemente nos ama

con nuestro mismo Amor. Por eso el obrar en el Querer Divino se vuelve

eterno con Nosotros, y no está sujeto a terminar y se pone a disposición de

todos, de modo que sólo quien es ingrato no lo toma y no se quiere servir de

la Vida para recibir vida. Estos derechos de poseer mi Voluntad como vida,

fueron dados por la Reina del Cielo, porque también Ella es de la estirpe

humana, pero en modo más extenso y con más sacrificio, porque le costó la

Vida de su mismo Hijo y Dios para dar la posesión del reino de nuestro Fiat

a las generaciones humanas, y habiéndole costado tanto, es la que más

suspira y ruega que entren sus hijos en este reino tan santo. Después fue mi

descendimiento del Cielo a la tierra, en que tomando carne humana, cada

acto mío, pena, oración, lágrima, suspiro, obra y paso, constituía un derecho

de hacer poseer el reino del Fiat a las generaciones humanas. Puedo decir,

mi Humanidad es vuestra y de todos, y quien quiere entrar en este reino

encontrará en Ella la puerta, los derechos y la vestidura real para entrar, mi

Humanidad es la vestidura que debe cubrir y vestir con decencia a todos

aquellos que lo poseerán. Mi Amor es tanto, que llamo a otras criaturas que

con gracias portentosas y con el sacrificio de su vida, las hago vivir en mi

Querer, las cuales constituyen nuevos derechos, pagando con su vida para

dar la posesión de mi reino a la familia humana. Por eso tu voluntad corra

siempre en la mía, a fin de que completos tus actos, puedas dar el salto a la

patria celestial."

 

 

2839

Abril 18, 1937

Encuentros continuos entre el Querer Divino y la criatura. Quien vive

en Él, ha formado el pequeño mar del Fiat. Cómo corre siempre en

cada cosa para dar nuevas gracias y nuevo amor.

Mi vuelo en el Fiat continúa, más bien siento que me viene al

encuentro a cada instante, en cada cosa que toco, que hago, en las penas y en

las alegrías, en cada cosa creada; siento que me las pone alrededor para

hacerme servir por ellas, me parece que esté como a la espía para hacerse

conocer y decirme: "Estoy aquí, dime que quieres, me harás más feliz si me

pones en condición de poderte abundar más, a fin de que felicitándote Yo

me sienta más feliz por la felicidad de mi hija." Ahora, mientras mi mente

se ahogaba en su mar divino, mi amado Jesús, sorprendiéndome con su

breve visita, con un amor que no podía contener me ha dicho:

"Hija mía bendita, el Amor excesivo de mi Divina Voluntad da en lo

increíble; cuando la criatura vive en Ella, ha formado su pequeño mar del

Fiat en su alma, entonces Ella, atraída por su misma Potencia quiere siempre

engrandecer más este su marecillo en el cerco del alma. Escucha qué hace:

Llevada por un amor irresistible corre, corre siempre en cada acto que la

criatura hace; si ve que debe hacer uso de la palabra, corre, le va al

encuentro, inviste la palabra con su Fiat y acrecienta su Potencia divina en la

palabra de la criatura; si ve que debe obrar, corre, le toma las manos, se las

estrecha, las inviste con su Fiat y aumenta su Potencia divina en las obras de

ella; si ve que está por mover el paso, corre, los inviste y le da tal Potencia,

de correr siempre hacia Quien corre siempre hacia ella; si ama, corre para

darle nuevo Amor; si ve que desea, que quiere ser siempre más buena, corre

y aumenta su Bondad; no hay pensamiento, latido y respiro que no invista

con su Fiat para hacer crecer su Sabiduría, su Belleza, el latido de su eterno

Amor.

Pero aún no es todo, ¿crees tú que mi Querer puede hacer paradas en

el correr siempre hacia quien posee su Querer? De ningún modo, para correr

se sirve de todo, si el sol la inviste, corre para darle más luz, y como la

criatura es más que el sol, le da las propiedades que contiene la luz, es más,

las aumenta, le da su dulzura divina, su fecundidad, la variedad de sus

perfumes celestiales, el gusto de sus sabores divinos, sus cualidades

supremas como las más bellas variedades de los colores, y con la Potencia

de su Fiat hace de manera, que de su amada criatura, más que sol, no quede

otra cosa de ella más que luz y calor para investirla y hacerse investir; si

 

 

2840

sopla el viento, corre, la inviste, y con su Fiat aumenta la Potencia de su

Amor imperante, sus gemidos divinos para hacerla gemir con sus mismos

gemidos y suspiros que venga su reino sobre la tierra, la besa, la acaricia, se

la estrecha fuertemente para hacer sentir cuánto la ama y cómo quiere ser

amado; si bebe el agua, corre para investirla con su frescura y refrigerios

celestiales; si toma el alimento, corre para alimentarla con el alimento de su

Voluntad, a fin de que la Vida Divina crezca en la criatura, se reafirme y se

confirme mayormente en ella. En suma, no hay cosa en la cual mi Querer no

corra, y ¡oh! la fiesta que hace cuando ve que ella recibe este dulce

encuentro y recibe el bien que sin cesar jamás le quiere dar, y si la criatura,

también ella corre en cada cosa hacia Quien corre hacia ella, ¡oh! entonces

mi Fiat es tomado por tanto amor, que su mar interminable crece, forma sus

olas altísimas y las descarga en el pequeño marecillo, engrandeciendo en

modo maravilloso y prodigioso la capacidad y extensión del suyo en el

marecillo del alma. Hija mía, estos son nuestros modos divinos, amar

siempre sin cesar jamás, dar siempre sin jamás terminar de dar, si esto no

fuera, deberíamos poner un límite a nuestra Potencia, un basta a nuestro

Amor, pero no lo podemos, porque siendo nuestro Ser infinito, por Sí mismo

corre en busca de quien ama y que quiere ser amado, por eso los límites no

tienen valor y el basta no existe para Nosotros. A lo más, quien ingrato no

nos quiere reconocer, y no reconociéndonos, le sucede como al ciego, que a

pesar de que el sol no le niega su luz, más bien lo inviste por todas partes, no

lo ve ni lo conoce, pero no puede negar que no siente su calor. Esto no

puede suceder a quien vive en nuestro Querer, pues Él mismo la tiene en

estado vigilante, en acto de espera continua para recibir nuestros encuentros,

para encontrarnos; nuestras carreras para correr hacia Nosotros, y si nuestro

Amor, para hacerla correr de más, le esconde nuestras carreras, mientras

corremos lo mismo, ¡oh! cómo sufre la pobre hija, tanto, que estamos

obligados a romper rápidamente el velo del escondite y decirle: ‘Estamos

aquí, tranquilízate, no temas, pues jamás dejaremos a nuestra hija, a la hija

de nuestro Querer.’ Y para tranquilizarla le hacemos sentir más a lo vivo

nuestro Amor, y la abundamos de gracias mayores."

Abril 25, 1937

Prodigio del acto obrante de la Divina Voluntad en la criatura.

Quien la hace obrar en ella, es la suspirada, la bienvenida, la

preferida de toda la corte celestial. Todo lo que se hace

en Ella, adquiere la virtud de producir Vida Divina.

 

 

 

2841

Estaba pensando en la Divina Voluntad obrante en la criatura. ¡Dios

mío, cuántas sorpresas, cuántas escenas conmovedoras, cuántas maravillas y

prodigios que sólo un Dios puede hacer! La pequeñez humana queda

admirada, encantada al ver la Inmensidad del Fiat Divino, que mientras

queda inmenso se encierra en su pequeño acto, y con la Potencia creadora

forma en él su acto obrante, con una cadena de prodigios divinos inauditos,

pero tales y tantos, que los cielos quedan maravillados y la tierra tiembla

ante el acto obrante del Querer Divino en la criatura; pero mientras mi mente

se perdía en estas sorpresas, mi Sumo Bien Jesús, repitiendo su breve visita,

todo bondad me ha dicho:

"Mi pequeña hija del Fiat Supremo, es tanto nuestro Amor, que no

apenas la criatura llama a nuestro Querer en su acto, corre y desciende en el

acto de ella. El llamarlo no es otra cosa que preparar el lugarcito donde debe

obrar; llamarlo significa amarlo, y que siente la necesidad del acto obrante

de mi Voluntad para que la suya no sólo no obre, sino que quede como

escabel y admiradora de un Querer tan Santo. Después, descendiendo lleva

consigo su Virtud creadora, sus alegrías y bienaventuranzas celestiales, la

misma Trinidad Sacrosanta como espectadora y actora de su obrar, y

mientras en el lugarcito de la criatura pronuncia su Fiat, forma tales

prodigios y maravillas, que el cielo, el sol se queda detrás, y supera todo lo

bello de la Creación, ahí crea su música divina, los soles más refulgentes, en

él crea su Vida obrante, sus nuevas alegrías; es tal y tanto este acto, que los

ángeles, los santos quisieran vaciar las regiones celestiales para gozarse el

acto obrante de su Fiat creador. Es tal y tanta la belleza, la suntuosidad, la

Virtud vivificadora de este acto divino, que mi Querer Divino se lo lleva al

Cielo como conquista y triunfo del alma en la cual ha obrado, para recrear

con nuevas alegrías y bienaventuranzas a toda la corte celestial; es tal la

alegría, la gloria que reciben, que no hacen otra cosa que agradecer a mi

Querer Divino que con tanto amor ha obrado en la criatura, porque no hay ni

gloria, ni alegría mayor, que su acto obrante y conquistante en ella."

Yo al oír esto, sorprendida he dicho: "Amor mío, si este acto se lo lleva al

Cielo la pobre criatura queda sin él y como en ayunas de este acto." Y Jesús

ha agregado:

"No, no hija mía, el acto es siempre suyo, ninguno se lo puede quitar,

y mientras alegra a la patria celestial, queda como base, fundamento y

propiedad en el fondo del alma, la conquista es suya, y mientras alegra la

corte celestial, ella nada pierde, es más, siente en sí la Virtud creadora y

continua de mi Fiat en acto de hacer siempre nuevas conquistas, y mientras

queda en el alma, al mismo tiempo se lo lleva al Cielo como nueva gloria y

 

 

2842

alegría de los santos y como lluvia benéfica a todos los viadores, mucho más

que la familia humana está vinculada con el Cielo, y el Cielo con la tierra,

hay un vínculo entre ellos, el que todos tienen derecho de participar en el

bien que ellas hacen, son miembros unidos entre ellos, y como

connaturalmente el bien corre para darse a todos. Y además, en cuanto mi

Voluntad obra en el alma, el Cielo se pone en espera, porque nadando ellos

en el Fiat sienten que está por obrar, y por eso se ponen atentos, reclaman,

suspiran recibir las nuevas conquistas y alegrías de la Vida de la Divina

Voluntad que ellos poseen. Ella es vida primaria de los santos en el Cielo,

por eso en los actos que Ella hace todos concurren y con derecho quieren

recibir las nuevas alegrías y las bellas conquistas que sabe hacer mi

Voluntad. Por lo tanto quien la hace obrar en sus actos, es la nueva alegría

del Cielo, la bienvenida, la preferida, la suspirada de toda la corte celestial,

mucho más que alegrías de conquistas no hay allá arriba, y por eso las

esperan de la tierra. ¡Oh! si todos conocieran todos estos secretos de mi Fiat

Divino, darían la vida para vivir de Él y hacerlo reinar en el mundo entero."

Después continuaba pensando en la Divina Voluntad, no puedo hacer

menos, la siento dentro de mí que me da vida, la siento fuera de mí, que

como la más tierna de las madres me lleva entre sus brazos, me alimenta, me

hace crecer y me defiende de todo y de todos, y mi dulce Jesús ha agregado:

"Hija mía, cómo es bella mi Voluntad, ninguno puede vanagloriarse

de amar a la criatura como Ella la ama, es tanto su Amor, que Ella quiere

hacerle todo, no la quiere confiar a ninguno, con su Fiat la crea, la hace

crecer, la alimenta, la lleva siempre entre sus brazos de luz, le hace de

maestra enseñándole las ciencias más sagradas, le revela los secretos más

recónditos y escondidos de nuestro Ser Supremo, le da el conocimiento de

nuestro Amor, de las llamas que nos consumen para consumirla junto con

Nosotros, en cada acto que hace jamás la deja sola, corre para poner en ella

su Vida. Así que cada acto está animado por su Vida Divina, y poseen la

virtud de poder producir Vida Divina; y mi Voluntad toma estas Vidas de

dentro de los actos de la criatura para dar Vida Divina, Vida de gracia, vida

de luz, vida de santidad a las otras criaturas, y vida de gloria a toda la corte

celestial, Ella es la verdadera trabajadora, quiere darse a todos por medio de

quien vive en su Querer. Y cuando ha formado la plenitud de su obra

maestra, se la lleva al Cielo como triunfo, victoria de su Potencia y arte

divino que sabe y puede hacer en la criatura con tal que se preste a vivir con

Ella y se haga llevar en sus brazos. Por eso sé atenta y hazte trabajar por un

Querer tan Santo, que tanto ama y que quiere ser amado."

 

 

2843

Mayo 6, 1937

Jesús no sabe qué hacer con un alma que no posee la paz.

A quien vive en el Querer Divino, Dios le hace don de

todas sus obras, y también de su misma Vida, para

hacerle ver cuánto y cómo quiere ser amado.

Mi abandono en el Querer Divino continúa, mi pobre mente oprimida

por los incidentes de la vida, para mí demasiado dolorosos, busca refugio en

el centro del Fiat, en el cual me siento renacer a nueva vida, rejuvenecer,

reponerme de mis dolorosas pausas, pero en cuanto me aparto de su centro,

mis opresiones resurgen, tanto, de oír los justos reproches de mi amado

Jesús, hasta decirme: "Hija mía, pon atención, pues Yo no sé qué hacer con

un alma que no es pacífica, la paz es mi celestial morada. La campana que

con sonidos vibrantes y dulces llama a mi Querer a reinar, es la paz, la paz

posee voces tan potentes que llama a todo el Cielo, lo pone atento para

hacerlo ser espectador de las bellas conquistas del obrar del Querer Divino

en la criatura. La paz pone en fuga la terrible tempestad y hace surgir la

celestial sonrisa de los santos, el encanto más bello de una primavera que

jamás termina, por eso no me des este dolor de no verte en paz." Entonces

trataba por cuanto más podía de sumergirme en el Querer Divino, para no

sentirme más a mí misma, siguiendo sus actos tanto de la Creación como los

de la Redención, y mi amado Jesús ha investido mi inteligencia y con su voz

creadora, todo amor me ha dicho:

"Hija mía bendita, déjate a ti misma y ven en mi Voluntad; sentimos

la extrema necesidad de hacer conocer hasta dónde llega nuestro Amor por

quien vive en Ella, y es tanto, que con ansia esperamos que se una, se una a

nuestras obras para darle el derecho como si fueran suyas. Y como nuestra

Fuerza creadora está siempre en acto, en cuanto se funde con Nosotros,

como si renovásemos nuestras obras, le hacemos don de ellas y le decimos:

‘Son obras tuyas, haz con ellas lo que quieras; con nuestras obras en tu poder

puedes amarnos cuanto quieras, puedes darnos la gloria en modo infinito,

puedes hacer el bien a quien quieras, tú tienes el derecho no sólo sobre

nuestras obras, sino sobre Aquél que ha creado todo, y Nosotros tomamos el

derecho sobre de ti, que ya eres nuestra.’ Cómo son dulces estos derechos

de la pequeñez humana en nuestro Ser Divino, son dulces y amorosas

cadenas que nos hacen amar con amor más intenso y fuerte nuestra obra

creadora, y en nuestro énfasis de amor vamos repitiendo: Cómo es bella, es

nuestra, toda nuestra, y Nosotros somos todo de ella, no nos queda otra cosa

 

 

2844

qué hacer que amarnos, la amaremos con amor eterno, y ella nos amará con

eterno amor."

Yo he quedado sorprendida, como si quisiera hacer surgir dudas, y

Jesús ha agregado:

"Hija, no te maravilles, es la pura verdad que te dice tu Jesús, que

queriendo ser amado quiere hacer conocer hasta dónde puede llegar la

criatura y cuánto la ama, como si no estuviera contento de nuestras alegrías

interminables, queremos el contento que ella posea lo que poseemos, y nos

ame como sabemos amar Nosotros; mira, para quien vive en nuestro Querer

Divino, es casi connatural, ella encuentra nuestro Fiat en acto de crear el

cielo, el sol, ella se une a aquel acto para hacer lo que hace Él, es tanta

nuestra Bondad, que con la unión hemos formado el enlace juntos, y en

nuestro Querer hemos formado el acto decidido de dar el cielo, el sol, como

adorno a la criatura, con este don ella nos da la gloria de un cielo extendido,

nos ama en cualquier punto de él, hace el bien a las criaturas de hacerles

poseer y gozar un cielo, y como tiene un sol en su poder nos da la gloria de

que el globo terrestre posee la luz, y cada hombre que queda investido por la

luz y el calor del sol, es una gloria de más que nos da, es una sonatina de

amor que nos hace, que rapta a nuestro Amor a amar más cada planta, cada

fruto y flor fecundados y calentado por su calor, es un grito de más de gloria

y amor que nos da, el pajarito que canta al surgir el sol, el corderito que bala,

todos son acentos de gloria y de amor que nos manda; y el mérito de tantos

bienes que hace el sol a la tierra, que son incalculables, ¿de quién son? De

quien vive en nuestro Querer, en Él, lo que es nuestro es suyo, y como

Nosotros no tenemos necesidad de méritos, habiendo hecho don de ellos a la

criatura, dejamos a ella la parte meritoria, y por correspondencia queremos

su grito de amor siempre y en cada cosa, y así del bien que hacen todas las

cosas creadas, el viento, el aire, el agua y todo."

Entonces yo al oír esto, no sólo he quedado maravillada, sino que

quería poner muchas dificultades, y pasando a los actos de la Redención me

he encontrado inmersa en sus penas, y mi siempre amable Jesús, tal vez para

convencerme, se hacía ver en mi interior en acto de sufrir la dolorosacrucifixión, yo tomaba parte en sus penas y moría junto con Él, su sangre

divina corre, sus llagas estaban abiertas, y Él con un acento tierno y

conmovedor, de sentir que se me rompía el corazón, me ha dicho:

"Estoy dentro de ti, soy tuyo, estoy a tu disposición, mis llagas, mi

sangre, todas mis penas, son tuyas, puedes hacer de Mí lo que quieras, es

más hazla de magnánima, de valiente, de amante, de verdadera imitadora

mía, toma mi sangre para darla a quien quieras, toma mis llagas para sanar

las llagas de los pecadores, toma mi Vida para dar vida de gracia, de

 

 

2845

santidad, de amor, de Voluntad Divina a todas las almas, toma mi muerte

para hacer resucitar tantas almas muertas en el pecado, te doy toda la

libertad, obra tú, aprende a obrar hija mía, me he donado y basta, pensarás tú

en que todo me redunde en gloria, y en como hacerme amar, mi Voluntad te

dará el vuelo para hacerte llevar mi sangre, mis llagas, mis besos, mis

ternuras paternas, a mis hijos, tus hermanos, por eso no te maravilles, es

propiamente este el obrar divino, tener sus obras en acto de repetirlas

continuamente para darlas, para hacer don a las criaturas, cada uno puede

decir: ‘Todo es mío, aun el mismo Dios es mío.’ Y ¡oh! cómo gozamos al

verla dotada de nuestras obras, poseedora de su Creador, son los excesos de

nuestro Amor, que para ser amado queremos hacer ver cuánto la amamos y

los dones que queremos darle. A quien viva en nuestro Querer, nos

sentiríamos como si defraudásemos a la criatura si no le hacemos don de

todo, y esto Nosotros no lo sabemos hacer, por eso sé atenta, haz que tu alma

sea embalsamada por nuestra paz divina, que no conocemos qué cosa sea

turbación, y todas las cosas te llevarán la sonrisa, la dulzura, el Amor de tu

Creador."

Mayo 10, 1937

Dios se hace alimento de la criatura; el intercambio, el darse el aliento,

el hablarse mutuamente, forman las obras más bellas. La reina del

Cielo continúa el oficio de Madre y hace crecer a su hijo

en las criaturas.

 

El mar del Querer Divino continúa inundándome, y siendo incapaz e

inhábil para todo, parece que se deleita, como a pequeña niña, con ponerme

en la boca, con sus manos más que maternas, el alimento de su Fiat, y

enseñarme palabra por palabra, silaba por silaba las primeras vocales de la

ciencia de la Divina Voluntad, y cuando parece, en algún modo, que la he

entendido, ¡oh! cómo hace fiesta, porque tiene toda la certeza de formar un

alma toda de Voluntad Divina. Y yo al ver sus maternos cuidados, cómo

estoy contenta y le agradezco de corazón. Y mi amado Jesús como portavoz

de su Querer, todo bondad me ha dicho:

"Mi pequeña hija de mi Querer, cada verdad que te manifiesto sobre

mi Fiat es un crecimiento que haces en Él; es un bocado de más que sirve

para fortificarte, calentarte y confirmarte mayormente en Él; es un sorbo de

más que bebes del inmenso mar de mi Voluntad; es una propiedad divina de

más que adquieres. Ahora, tú debes saber que a cada acto de más que haces

 

 

2846

en Ella, ponemos ante ti nuestra mesa celestial, y si amas, te alimentas de

nuestro Amor; si nos comprendes, te alimentas de nuestra Sabiduría, y ¡oh!

cuántas bellas noticias y conocimientos te da de tu Creador, así que tu Dios

se vuelve tu alimento exquisito, por eso en todo lo que haces, ahora te

alimenta de nuestra Potencia, ahora de nuestra Bondad, ahora de nuestra

dulzura, de nuestra Fuerza, Luz y Misericordia nuestras. Así que la

pequeñez humana, con vivir en nuestro eterno Querer nos absorbe sorbo a

sorbo, bocado a bocado, porque siendo pequeña no le es dado, aun por

cuanto a criatura es posible, tomar todo junto lo que debe tomar de nuestro

Ser Divino, mucho más que esto sirve a deleitarnos mutuamente, Nosotros

en dar y ella en recibir, Nosotros a dar de lo nuestro y ella a darnos su

pequeñez, Nosotros a trabajarla como queremos y ella que se presta a

hacernos trabajar; es el intercambio, el darnos mutuamente el aliento, el

hablarnos, lo que forma nuestras obras más bellas, y desarrollamos la Vida

de nuestra Voluntad en la criatura. Sin hacer nada no se hace nada, por eso

es necesario obrar, hablar, hacernos comprender, trabajar, para hacer las

bellas estatuas, las repetidoras de nuestra Vida. Por lo tanto, cuando

encontramos quién quiere escucharnos, darse a Nosotros para recibir, no

ahorramos nada de lo que podemos y sabemos hacer por la criatura. Ahora

hija mía, cuando la criatura se ha alimentado de nuestro Fiat, hasta no

conocer otro alimento, y habiendo formado la cadena de sus actos, todos

sellados por las características de las virtudes divinas, Dios queda

aprisionado en sus virtudes divinas en la criatura, y entonces, si ama, es Dios

que hace alarde de la Potencia de su Amor, de su Bondad, Santidad, etc., en

los actos de la criatura, así que es tal la Potencia que sale por medio de estos

actos que Dios hace en su criatura, que inviste Cielo y tierra, se mueve sobre

todas las almas, y con su Amor potente las inviste, las arrolla, les hace dar el

beso del Querer Divino, de modo que la familia humana sentirá su Potencia,

su Amor que quiere reinar. Mucho más, que este derecho se los da el Dios

escondido por medio de una criatura que pertenece a su raza humana,

derechos que no podrán desconocer, sólo algún pérfido lo haría, pero mi

Potencia lo sabrá aterrar y vencer. Por eso déjame cumplir el trabajo de mi

Voluntad en ti, no te opongas a nada, y tú y Yo seremos contentos de verla

reinar en las otras criaturas."

Después de esto he recibido la Santa Comunión, y en mi interior se

hacía ver mi amado Jesús, pequeño, pequeño, y la Madre Celestial que

extendía su manto azul sobre mí y sobre el pequeñito divino, después, no sé

cómo me la he sentido dentro de mí, que besaba, acariciaba, tomaba en sus

brazos a su amado Hijo, se lo estrechaba al corazón y lo hacía crecer, lo

nutría, le hacía mil estratagemas de amor; yo era espectadora y quedaba

 

 

2847

maravillada. Y la Soberana Mamá Celestial me ha dicho, pero con un amor

que hacía quedarse estupefacto:

"Hija mía, no hay por qué maravillarse, Yo soy inseparable de mi

amado Jesús; donde está el Hijo debe estar la Madre, y este es mi trabajo, el

hacerlo crecer en las almas. Él es pequeño, las almas no saben como lo

deben hacer crecer, ni tienen la leche del amor para alimentarlo, para

tranquilizarle el llanto, para calentarlo cuando lo hacen temblar por el frío,

Yo que soy la Mamá sé las pequeñas necesidades de mi pequeñito divino, ni

Él sabría estar sin su Mamá, somos inseparables los dos, Yo repito en las

almas lo que hice en su edad infantil, y mientras hago crecer a mi Hijo

prestándole todos los cuidados para hacerlo feliz, al mismo tiempo tomo

cuidado de mi hija para hacerla crecer según la quiere mi Hijo. Esta es mi

misión más que celestial, en cuanto veo a mi Hijo en las almas, así corro,

desciendo en ellas y me ocupo de su crecimiento. Mucho más que siendo

una la Voluntad de mi Hijo con la mía, es como connatural que donde se

encuentra Él ahí estoy también Yo, y por consecuencia mi amor se impone

de desarrollar el oficio de Madre a Aquél que tanto me ama, y a aquellos que

tanto amamos, porque me siento como gemelos nacidos en un parto, a mi

Hijo y a la criatura, ¿cómo no amarlos?"

Después, con un acento más tierno y conmovedor ha agregado:

"Hija mía, cómo es bella, grande, prodigiosa la virtud de la Divina

Voluntad. Ella vacía todo lo que no es ni luz, ni divino, une las distancias

más lejanas, repite en acto lo que fue hecho desde siglos y vuelve como

connatural el acto humano en el divino, es su Fuerza creadora que llega a

bilocar, a multiplicar, a transformar su misma Vida en la criatura. Por eso

ámala mucho y no le niegues nada."

Mayo 16, 1937

Las verdades, parto divino, son el más grande milagro que

Dios puede hacer, y el gran bien que lleva a las criaturas.

Estoy siempre de regreso en el mar del Querer Divino, las tantas

verdades que me han sido manifestadas se amontonaban en mi pequeña

mente como tantos soles refulgentes, cada una de las cuales quería decir la

historia de su Luz eterna, quién de su Santidad, quién del modo como forma

su Vida en el centro del alma, en suma, todas tenían qué decir de un Querer

tan Santo, y todas tenían un trabajo especial, el de ser portadoras del bien

que cada una encerraba, y que unidas juntas formaban una sola Vida; pero

 

 

2848

para poder deponer el bien que encerraban querían: Ser escuchadas, querían

abiertas las puertas del alma, y querían ser reconocidas y casi rogadas y

apreciadas, para hacerlas deponer la Vida que contenían. Yo me perdía en

medio a tantos mensajeros, porque todos querían decir la historia eterna del

Fiat, y mi Sumo Bien Jesús, repitiéndome su breve visita, con un amor

indecible me ha dicho:

"Mi pequeña hija del Querer Divino, tú debes saber que el milagro

más grande que nuestro Ser Divino puede hacer, es el manifestar una verdad

que nos pertenece, porque Ella, primero viene formada, madurada en nuestro

seno, y como parto nuestro la sacamos fuera como portadora de Vida Divina

a bien de las criaturas. Y sólo sacamos este parto cuando nuestro Amor

eleva tanto sus llamas, que para no quedar ahogado sentimos la necesidad de

poner fuera nuestros partos divinos. Mira entonces qué cosa ponemos fuera

con manifestar una verdad, no el cielo, el sol, el viento, sino nuestra Vida

como portadora de Vida Divina a las criaturas, los otros milagros, la misma

Creación son obras nuestras, no Vida, en cambio las verdades son Vida

perenne, y si encuentran quién las recibe, se bilocan, se multiplican en modo

increíble para cada una de las criaturas, tanto, que cada una la puede tener

para sí como Vida que le pertenece. Estas verdades como partos nuestros

semejan en todo a nuestro Ente Supremo, no son voz, y hablan y hacen

hablar; no tienen pies y caminan, pero tan veloces que ninguno los puede

alcanzar, ni impedir el paso; entran en las inteligencias, y forman el

pensamiento para hacerse conocer; transmutan la voluntad para hacerse

poseer; renuevan la memoria para no hacerse olvidar; caminan en las vías

del corazón para hacerse amar. Así que no tienen manos y obran, no tienen

ojos y miran, no tienen corazón y generan amor; las verdades no son otra

cosa que Vidas palpitantes de nuestro Ser Divino en medio a las criaturas,

latido sin corazón, porque nuestro corazón es la criatura, y Nosotros como

Espíritu purísimo que nos encontramos por todas partes, somos el latido, que

mientras no se ve, se siente y formamos la vida y la damos a todas las

generaciones humanas. Por lo que no hay milagro similar al gran milagro de

cuando sacamos de Nosotros una verdad, es una Vida nuestra que

exponemos, la cual más que sol se hará luz de las criaturas, que lanzándoles

dardos con su calor vital madurará su Vida, primero en aquélla a quien va

dirigida, y después se difunde en quien la quiera recibir, y si encuentran

ingratos que no quieran recibir bien tan grande, ellas no están sujetas ni a

morir, ni a perder la vida, sino que esperan con paciencia invicta, si es

necesario aun por siglos, nuevas generaciones a las cuales darán los bienes

que poseen, y cumplirán la finalidad por la que han salido del seno divino.

Nosotros al sacar nuestras verdades miramos los siglos, y cuando estamos

 

 

2849

seguros que bilocarán, multiplicarán nuestras Vidas en medio a las criaturas,

entonces las sacamos para dar el bien que poseen, y para recibir el honor y la

gloria divina que nuestras verdades poseen. Nosotros jamás hacemos cosas

inútiles, ¿crees tú que las tantas verdades que con tanto amor te hemos

manifestado sobre nuestra Voluntad, no llevarán su fruto y no formarán su

Vida en las almas? De ningún modo, si las hemos sacado es porque

ciertamente sabemos que llevarán su fruto y establecerán el reino de nuestro

Querer en medio a las criaturas, y si no hoy, porque a las criaturas les parece

que no sea alimento apto para ellas, y tal vez desprecian lo que les podría

formar la Vida Divina en ellas, vendrá el tiempo en que harán competencia

para ver quién podrá conocer estas verdades, con el conocerlas las amarán,

el amor las volverá alimento adecuado para ellas y así formarán la Vida que

mis verdades les llevarán. Por eso no te preocupes, es cuestión de tiempo,

Yo que conozco como irán las cosas, no me detengo, continúo manifestando

mis verdades, y tú sigue tu vuelo, y préstate a escucharme y a ponerlas en

práctica."

Mayo 23, 1937

La Divina Voluntad es orden y paz, y esta es la señal de que Ella

reina. Quien vive en el Querer Divino viene siempre renovado

en la Santidad, Amor y frescura divina, y en su acto corre el

acto creante y creciente de los bienes divinos.

El mar del Querer Divino murmura continuamente, pero con armonía,

orden y paz, sus olas si bien altísimas, son siempre pacíficas, y en cuanto

invisten a las criaturas, Cielo y tierra, primero les dan el abrazo y el beso de

paz y después entran en sus almas; si no reciben el beso de paz, parece que

siguen adelante, porque donde no hay paz el Querer Divino no se adapta, no

es lugar para Él. Pero mientras mi mente se perdía en este mar, mi siempre

amable Jesús, visitando mi pequeña alma, con una dulzura y paz divinas me

ha dicho:

"Hija mía bendita, mi Voluntad es orden, y la señal de si reina en el

alma es el orden perfecto, el cual genera la paz. Así que la paz es hija del

orden, el orden es hijo inmediato y generado por mi Fiat. Pero tú no sabes el

gran bien que produce el orden, éste da el dominio a la criatura y la vuelve

dominadora de sí misma, dominadora de todas las cosas creadas, y como su

dominio es divino, porque es generado por mi Querer, domina sobre mi

misma Voluntad y sobre todos. Pero no es todo aún, la virtud del orden es

 

 

2850

admirable, se vincula con todos, se da a todos y con sus olas pacíficas y

dominadoras toma y hace suya la fuerza de la Creación, la de los santos que

están en el Cielo, la misma Fuerza Divina la hace suya, sus modos

ordenados y pacíficos son tan penetrantes e insinuantes, que todos la dejan

hacer, mucho más que ella a todos se ha dado, no ha retenido nada para sí, es

justo que todos se den a ella. Por eso siente en sí la paz, la alegría, la

felicidad de la celestial morada; todos se sienten unidos, vinculados con

unión inseparable, porque lo que une mi Voluntad no está sujeto a

separación. Por eso el verdadero orden lleva la unión, el acuerdo con todos,

y ella tiene un puesto en todos, y todos encontrarán un lugarcito en ella, que

amará con el mismo amor con el cual los ama su mismo Creador. Son los

prodigios que sabe hacer mi Fiat omnipotente, donde Él reina no sabe hacer

otra cosa que obras que lo semejan, y generan en el alma los efectos que

forman su misma Vida, tanto que ninguna podrá decir nada, y Él debe poder

decir: ‘Ninguno me la toque, ni la podrán tocar porque es Voluntad mía, y si

alguno se atreviera, sabré defenderme a Mí mismo, mi Amor se convertirá

para ellos en fuego de Justicia y los humillaré hasta el polvo.’ Por eso sé

atenta a que todo sea orden y paz en ti, si adviertes alguna cosa en contra

ponte en guardia y ruégame, apresúrame para que con mi dominio eche por

tierra todo lo que no es orden y paz perenne."

Después seguía pensando en la Divina Voluntad, y mi dulce Jesús ha

agregado:

"Hija mía, en cuanto la criatura llama a mi Voluntad en sus actos para

vivir en Ella, Ella inviste a la criatura y a su acto con su Fuerza creadora, y

ahí renueva su Vida Divina; ahora, supón que la llama mientras está

obrando, escucha qué hace mi Querer: Llama en acto cuantas veces ha

obrado la criatura, las une juntas, como si fuera un acto solo, y poniendo su

Fuerza creadora transforma en divino todo lo que ha hecho y está haciendo,

ahí sella la santidad de sus obras y les da el nuevo mérito y gloria como si

todo de nuevo lo hubiese obrado por amor suyo; si ama, llama a vida cuantas

veces ha amado y de ellas hace un solo amor; si sufre, llama a vida cuantas

veces ha sufrido, las une juntas y ahí pone el sello de penas divinas, y les da

el nuevo mérito de cuantas veces ha amado y sufrido, en suma todo lo que

ha hecho, y lo repite, todas regresan en acto con el unirse juntas, para recibir

la nueva belleza, santidad, gracia, frescura, amor, y nuevo mérito; en mi

Voluntad no hay actos separados, ni divididos, sino unidad suma, todo debe

dar de Mí, con esta sola diferencia, que en la criatura está nuestro acto

creante y creciente, en cambio nuestro Ser Supremo no está sujeto ni a

crecer ni a decrecer, es tanta nuestra plenitud, inmensidad, e infinitud, que

para desahogo de nuestro Amor sentimos la necesidad de dar y de amar a las

 

 

2851

criaturas, de ser amados, pero sin que en nada disminuyamos. He aquí el por

qué somos todo ojo, estamos como en guardia para ver cuando quiere hacer

vida en nuestro Querer, para tener ocasión de amarla de más y enriquecerla

de nuestro Amor, para recibir amor. Podemos decir que la cubrimos de

nuestro Ser Divino, le damos el aliento, la unimos con Nosotros para

gozárnosla y darle de lo nuestro, y cuando ella, sacudida por la fiebre de

nuestro Amor, por nuestro aliento quemante que le dice continuamente: ‘Te

amo, te amo oh hija.’ Y ella hace suyo nuestro eco y nos repite: ‘Te amo, te

amo Vida de mi vida, Amor de mi amor, Padre mío, Creador mío, todo mío,

te amo.’ Ella nos pone en fiesta y nos da las puras alegrías que queremos,

porque le hemos dado la vida. Por eso la queremos en nuestra Voluntad,

para tenerla como la queremos, para darle lo que queremos darle, y para

recibir lo que queremos de ella. Fuera de nuestro Fiat nuestro Amor queda

impedido por ella, hay tal separación entre ella y Nosotros, que ella se llega

a sentir lejana de Nosotros, y Nosotros lejanos de ella, y llega aun a

temernos y a tener temor de Nosotros. ¡Oh! voluntad humana, dónde me

arroja la criatura que tanto amo."

Mayo 28, 1937

La Reina, portadora de Jesús, el gran don que le fue

entregado. Trabajo que tuvo del Ente Supremo.

El vivir en el Querer Divino continúa, es tanto su Amor que me

esconde en su Luz, a fin de que no vea, no oiga, no toque más que su

Santísima Voluntad. Esta mañana, mi Madre Celestial me ha dado una

dulce y querida sorpresa: Habiendo recibido la Santa Comunión se hacía ver

en mi interior, que estaba con el niño Jesús, lo tenía tan estrechado a su

materno corazón, cubierto con sus brazos, que para mirarlo y recrearlo con

mi pequeño amor, debía abandonarme entre sus brazos para estarme también

yo unida con ellos, a fin de que pudiese amar como se amaban Jesús y la

Mamá Reina. ¡Oh! cómo estaban contentos de que yo quería hacer vida

junto con ellos. Ahora, mientras me estaba estrechada con ellos, la Soberana

Reina, toda bondad y ternura me ha dicho:

"Amada hija mía, tú debes saber que Yo soy la portadora de Jesús,

esto fue un don que el Ente Supremo me confió, y cuando fue una realidad

que Yo tuve la Gracia, el Amor, la Potencia y la misma Voluntad Divina

para tenerlo custodiado, defendido, amado, entonces me hizo la entrega del

don, esto es, el Verbo Eterno, que se encarnó en mi seno diciéndome: ‘Hija

 

 

2852

nuestra, te hacemos el gran don de la Vida del Hijo de Dios, a fin de que tú

seas la dueña de Ella y lo dones a quien quieras, pero debes saber cómo

tenerlo defendido, jamás lo dejes solo en aquellos a quien lo dones, para

suplir si no lo aman, para repararlo si lo ofenden, harás de modo que nada le

falte a la decencia, a la santidad, a la pureza que le conviene, sé atenta, es el

don más grande que te hacemos, y te damos el poder de bilocarlo cuantas

veces quieras, a fin de que quien lo quiera pueda recibir este gran don y

poseerlo.’ Ahora, este Hijo es mío, es don mío, y como mío conozco sus

secretos amorosos, sus ansias, sus suspiros, pero tanto, que llega a llorar y

con sollozos repetidos me dice: ‘Mamá mía, dame a las almas, quiero las

almas.’ Yo quiero lo que quiere Él, puedo decir que suspiro y lloro junto,

porque quiero que todos posean a mi Hijo, pero debo poner al seguro su

Vida, el gran don que Dios me confió; he aquí por qué si desciende en los

corazones Sacramentado Yo desciendo junto por garantía de mi don, no

puedo dejarlo solo; pobre Hijo mío si no tuviera a su Mamá que desciende

junto, cómo me lo tratan mal; quién no le dice un te amo de corazón, y yo

debo amarlo; quién lo recibe distraído, sin pensar en el gran don que reciben,

y yo me derramo sobre Él para no dejarlo sentir sus distracciones y

frialdades; quién llega a hacerlo llorar, y Yo debo quitarle el llanto y hacer

los dulces reproches a la criatura, que no me lo hagan llorar. Cuántas

escenas conmovedoras suceden en los corazones que lo reciben

Sacramentado; hay almas que jamás se contentan de amarlo, y Yo les doy mi

amor, y también el suyo para hacerlo amar, estas son escenas de Cielo, y los

mismos ángeles quedan raptados por ellas, y nos reanimamos de las penas

que nos han dado las otras criaturas. ¿Pero quién puede decirte todo? Soy laportadora de Jesús, ni Él quiere estar sin Mí, tanto, que cuando el sacerdote

está por pronunciar las palabras de la consagración sobre la ostia santa, hago

alas con mis manos maternas a fin de que descienda por medio de mis

manos para consagrarse, para que, si manos indignas lo tocan, Yo hago

sentir las mías que lo defienden y lo cubren con mi amor. Pero esto no

basta, estoy siempre de guardia para ver si quieren a mi Hijo, tanto, que si

algún pecador se arrepiente de sus graves pecados y la luz de la Gracia

despunta en su corazón, Yo, rápidamente le llevo a Jesús como confirmación

del perdón, y Yo pienso en todo lo que se necesita para hacer que se quede

en aquel corazón convertido. Soy la portadora de Jesús, y lo soy porque

poseo en Mí el reino de su Voluntad Divina; Ella me revela quién lo quiere,

y Yo corro, vuelo para llevarlo, pero sin jamás dejarlo, y no sólo soy

portadora, sino espectadora, escucha de lo que hace y dice a las almas.

¿Crees tú que Yo no estaba presente para escuchar las tantas lecciones que

mi amado Hijo te daba sobre su Divina Voluntad? Yo estaba presente,

 

 

2853

escuchaba palabra por palabra lo que te decía, y en cada palabra Yo

agradecía a mi Hijo y me sentía doblemente glorificada porque hablaba del

reino que Yo ya poseía, que había sido toda mi fortuna y la causa del gran

don de mi Hijo, y al oírlo hablar Yo veía injertada la fortuna de mis hijos

con la mía; ¡oh! cómo exultaba, todas las lecciones que te ha dado, y aún

más, están ya escritas en mi corazón, y al ver que te las repetía a ti Yo

gozaba en cada lección un paraíso de más, y cuantas veces tú no estabas

atenta y olvidabas, Yo pedía perdón por ti y le rogaba que repitiese sus

lecciones, y Él para contentarme, porque no sabe negar nada a su Mamá, te

repetía sus bellas lecciones. Hija mía, Yo estoy siempre con Jesús, pero aveces me escondo en Él, y parece que Él hace todo, como si hiciera sin Mí,

pero Yo estoy dentro, concurro junto con Él y estoy al día de lo que hace;

otras veces se esconde Él en su Mamá y me hace hacer a Mí, pero siempre es

concurrente conmigo; otras veces nos hacemos presentes los dos, y las almas

ven a la Madre y al Hijo, quienes los aman tanto según las circunstancias y

el bien que ellas requieren, y muchas veces es el amor que no podemos

contener que nos hace dar en excesos hacia ellas; pero ten por seguro que si

está mi Hijo, estoy Yo, y que si estoy Yo, está mi Hijo, es un trabajo que me

fue dado por el Ente Supremo, del cual Yo no puedo, ni quiero retirarme,

mucho más que estas son las alegrías de mi maternidad, los frutos de mis

dolores, la gloria del reino que poseo, la Voluntad y el cumplimiento de la

Trinidad Sacrosanta."

Junio 6, 1937

Interés que Dios tiene de que la criatura viva en su Voluntad.

Dote que dará. Vigilancia de Jesús para suplir en lo que falta,

y si es necesario hará milagros. Ejemplo de un rey.

Me siento entre los brazos del Querer Divino, y pensaba entre mí:

"Me parece difícil que se pueda vivir perfectamente en Él, la vida está llena

de obstáculos, de penas y de circunstancias tales, que queda como absorbida

por ellas y pierde su rápido curso, que como respiro y latido debería correr

en aquel Fiat Divino, y el suyo que como respiro y latido debería correr

siempre, sin jamás detenerse, en el nuestro, para darnos vida." Y mi dulce

Jesús compadeciendo mi ignorancia, todo bondad me ha dicho:

"Hija mía bendita, tú debes saber que la primera cosa más interesante, es que

nuestro Ente Supremo quiere que la criatura haga vida en nuestra Voluntad,

siendo este el único fin por el cual le hemos dado la vida. Ahora, cuando

 

 

2854

Nosotros queremos, damos todos los medios, las ayudas, las cosas necesarias

que se necesitan para hacer que pueda darnos lo que queremos de ella, y si

es necesario un milagro continuado por parte nuestra, lo hacemos, con tal de

obtener nuestro intento. Tú no sabes qué significa un acto querido por

Nosotros y cumplido en la criatura, es tanto su valor, la gloria que nos da,

que llega a hacerse nuestra corona, abraza al Eterno, y es tanto el contento

que nos da, que ponemos nuestro Ser Divino a disposición de la criatura,

para hacer que nuestro acto querido y cumplido tenga su vida en ella.

Ahora, la primera dote que damos a quien quiere vivir en nuestra Voluntad

Divina, el primer apoyo, la defensa segura, son las verdades, éstas abren el

ingreso, le muestran el camino y celosas se ponen como fieles centinelas en

torno a quien quiere vivir en mi Fiat, la luz de nuestras verdades que

pertenecen a Él no se aparta jamás de sobre la afortunada criatura, la inviste,

la acaricia, la modela, la besa, y se da sorbo a sorbo a su inteligencia para

hacerse comprender, y esto por cortejo de la Vida de mi Querer que reina en

ella. Las verdades cuando se desprenden de nuestro seno, tienen su trabajo

del bien que deben hacer, las almas que deben encerrar en la luz que poseen,

y por eso son todo ojo sobre de ellas, las fijan tanto, que no les pueden huir,

ni se cansan, aunque pasaran siglos están siempre en su puesto. Mira

entonces qué gran dote daré a quien debe vivir en nuestro eterno Querer,

todos los conocimientos que he manifestado sobre de Ella, los valores

inmensos, sus prerrogativas, su Amor, y el amor que me ha empujado a

manifestarlas, será la gran dote, y dote divina que daré a quien quiera vivir

en mi Fiat, en la cual encontrarán todas las ayudas sobreabundantes para

volverse ricos y felices. Encontrarán en estas verdades la madre tierna, que

tomándolas en su regazo como pequeñas niñas, les pone las fajas de luz, les

pone en la boca el alimento, las hace dormir sobre su seno; para tenerlas

seguras camina en sus pasos, obra en sus manos, habla en su voz, ama y late

en sus corazones, y para tenerlas atentas y divertidas les hace de maestra,

diciéndoles las escenas encantadoras de la patria celestial. En estas verdades

encontrarán quién llora y sufre junto con ellas, quién sabe poner en comercio

aun su respiro; las más pequeñas cosas, las mismas naderías las cambiará en

conquistas divinas, y eternos valores."

Y yo: "Jesús mío, Tú tienes razón, pero la debilidad humana es tanta,

que yo temo que haga sus escapadas de dentro de tu Voluntad."

Y Jesús retomando la palabra ha agregado:

"Hija mía, tu temor me desagrada, tú debes saber que es tanto mi

interés, el Amor que me quema por querer que el alma viva en mi Voluntad,

que tomo el empeño de todo, la suplo en todo, pero hago esto cuando ha

habido una decisión firme y constante de querer vivir en Ella, y por parte

 

 

2855

suya no falta, hace cuanto más puede. Hija mía, escucha un secreto y hasta

dónde me hace llegar mi Amor, escucha qué hago cuando por estrecha

necesidad de la vida humana, esta vida que es también mía, por penas que

Yo mismo dispongo queda entontecida y extraviada, y por lo tanto no sabe

seguir los actos de la Vida que reina en ella, Yo, que quiero que esta Vida no

quede despedazada, porque siendo Ella Vida, no virtud que se pueden hacer

actos a intervalos y a circunstancias, sino que a la Vida hay toda la necesidad

del acto continuo, Yo que estoy de guardia y celoso mantengo la vigilancia,

en cuanto veo que ella interrumpe su curso Yo hago lo que debería hacer

ella, entonces mi obrar en mi Fiat la sacude y regresa en sí misma, y sigue su

curso en mi Querer, y Yo sin ni siquiera decirle nada de su detenerse, anudo

de donde dejó y dónde siguió mi acto, de modo que la Vida de mi Fiat no

queda despedazada en ella, porque Yo he suplido a todo, mucho más que en

su voluntad, ella quería, pero la debilidad la ha interrumpido. Así que es

tanto mi Amor por querer que se viva en mi Voluntad, que a cualquier costo,

aunque se requirieran milagros continuados Yo los haré. ¿Pero has notado

mi ternura y mi fuerte Amor? Porque habiendo faltado a su curso Yo no le

reprocho, no le digo nada, y si veo que advierte que ha faltado le doy ánimo,

la compadezco para no despertarle desconfianza, y todo bondad le digo: ‘No

temas, Yo te he suplido, y tú estarás más atenta, ¿no es verdad? Y ella al ver

mi Bondad me ama de más. Yo sé que debo dar de lo mío para hacer que la

criatura viva en mi Voluntad, y por eso haré como un rey que ama mucho

que su reino sea poblado; aquél hace oír a todo el mundo que quiere saber si

hay alguien que quiera venir a su reino para mandarle el dinero para el viaje,

que le hará encontrar una habitación a su disposición, vestidos y alimentos

abundantes; el rey se compromete a darle tales riquezas, de volverlo rico y

feliz; será tanta la bondad de este rey, que hará vida junto con el pueblo, que

lo ama tanto porque con sus riquezas los ha rescatado de las miserias e

infelicidad de la vida. Tal soy Yo, haré saber al mundo entero que quiero el

pueblo de mi Querer Divino, y con tal que me den su nombre y me hagan

conocer que quieren venir a mi reino, Yo les daré todos los bienes; en él la

infelicidad no tendrá lugar, cada uno poseerá su reino, será rey a sí mismo, y

harán vida junto con su Creador. Yo desahogaré tanto en el dar, que todos

quedarán raptados.

Hija mía, ¡oh! cómo suspiro este vivir de la criatura en mi Voluntad,

tú ruega y suspíralo junto conmigo, y te sea dulce el poner la vida por un

reino tan santo."

 

 

2856

Junio 18, 1937

Qué se obtiene y qué significa el someterse a la Divina Voluntad.

Intercambio de abandonos entre la Voluntad Divina y el alma;

mérito que se adquiere. Desahogo de Amor. En cada cosa

creada está el depósito de amor para nosotros.

Estaba siguiendo al Querer Divino en sus actos, y ¡oh! cuántas

sorpresas, cuántas cosas consoladoras, se siente tal amor que se queda uno

como ahogado en las llamas divinas, y mi dulce Jesús queriéndome hacer

conocer más qué significa una sumisión, un acto de más en el Querer

Divino, todo bondad me ha dicho:

"Hija mía, si supieras cómo mi Amor siente una extrema necesidad de

desahogarse, y hacer conocer qué cosa vierte en la criatura cuando se somete

a mi Voluntad, y viene como hija nuestra a vivir en Ella; en cuanto se

somete y la vemos en nuestros recintos divinos, que son interminables, nos

sentimos raptar y vertemos en ella un nuevo mar de amor, pero tan grande,

que se siente ahogada, y no pudiendo contenerlo todo, hace don a todos, a

todas las cosas creadas, a los santos, a los ángeles, a su mismo Creador, y

también a los corazones dispuestos de la pobre tierra, del mar de amor que

ha recibido; nos sentimos dar a todos para hacernos amar por todos. Qué

comercio, cuántas industrias amorosas, nos sentimos repetir nuestras

sorpresas de amor, intercambiar nuestros modos divinos. En cuanto la

criatura se somete a nuestra Voluntad para hacerla reinar, nos forma el lugar

en la suya para hacernos obrar como Dios en su pequeño campito, y son

tales y tantos los prodigios que hacemos, nuestras industrias de amor, que

los Cielos se abajan, se sacuden y miran estupefactos lo que hacemos en la

criatura donde reina nuestro Fiat Divino. Tú debes saber que nuestra

Creación no terminó en el hombre, porque fue interrumpida por la

sustracción que hizo de nuestro Querer, no reinando en él no podíamos

fiarnos de él, y por eso quedó como suspendida la continuación de nuestra

obra creadora; por eso con ansia esperamos que vuelva a los brazos de

nuestro Fiat, para que lo haga reinar, y entonces reemprenderemos la

Creación, y ¡oh! cuántas cosas bellas haremos, daremos dones

sorprendentes, nuestra Sabiduría pondrá fuera todo su arte divino, y ¡oh!,

cuántas bellas imágenes que nos semejan pondrá fuera de su Luz Divina,

todas bellas, pero distintas la una de la otra en la Santidad, en la Potencia, en

la Belleza, en el Amor, en los dones, nuestro Amor no estará más

obstaculizado, encontrando nuestro Querer podrá hacer y dar lo que quiere,

 

 

2857

así que desahogará tanto en el dar para rehacerse de su Amor reprimido. Y

como esteremos libres en el dar, los llamaremos los tiempos nuestros,

haremos conocer quiénes somos, cuánto los amamos y cómo nos deben

amar, les daremos nuestro Amor a su disposición, a fin de que nos podamos

amar con un solo Amor. Así que quien llegue a vivir en nuestro Querer será

nuestro triunfo, nuestra victoria, nuestro ejército divino, la continuación de

nuestra Creación y su cumplimiento. ¿Crees tú que sea nada para Nosotros

el querer dar y no poder dar? ¿El poder crear innumerables prodigios de

gracias, de santidad, y porque no reina nuestra Voluntad en las almas

estamos como rechazados e impedidos de poder crear nuestras obras más

bellas? Este es nuestro máximo dolor, por eso con el no hacer jamás tu

voluntad podrás aliviarnos este dolor, y con el hacer siempre la nuestra

tendrás nuestra Potencia, nuestro Amor en tu poder, así podrás raptar a

nuestro Fiat para hacerlo reinar en medio a las generaciones humanas."

Después continuaba pensando en la Divina Voluntad, y decía entre

mí: "¿No basta darse una vez en poder del Fiat Divino? ¿Cuál puede ser el

bien de darse siempre?" y mi siempre amable Jesús ha agregado:

"Hija mía bendita, tú no sabes los secretos de nuestro Amor y nuestras

estratagemas infinitas, que llegan hasta el exceso; se necesita amar en verdad

para saber encontrar tantos inventos de amor para poderse dar y recibir de

quien se ama. Tú debes saber que cada vez que la criatura se da a Nosotros,

en poder de nuestro Querer, Nosotros nos damos a ella, como

abandonándonos en el seno de la criatura, y si tú supieras qué significa este

nuestro abandonarnos, la gracia, el bien que le dejamos, la renovación de

nuestra Vida que le repetimos, tu corazón estallaría de alegría, de felicidad y

de amor. Pero esto es nada, cada vez que se da a Nosotros, Nosotros le

damos el mérito por habernos dado su vida, y si se da diez, veinte, cien, mil

veces, y aún más, tantas veces le damos el mérito como si nos hubiese dado

tantas vidas por cuantas veces se ha dado, y Nosotros tantas veces le damos

nuestra Vida, la renovamos en la nuestra, le repetimos el bien, más bien lo

acrecentamos por cuantas veces se ha dado a Nosotros. Es tanta nuestra

complacencia, el gusto que sentimos cuando la criatura se da a Nosotros, que

prodigamos tanto hacia ella, que tantas veces le damos el mérito de poseer

tantas Vidas Divinas, y bilocando la suya le damos el mérito de tantas vidas

por cuantas veces se ha dado. Este es nuestro comercio divino: ‘Queremos

para darnos, nos damos para recibir la vida de la criatura en nuestro Ser

Supremo.’ Este intercambio de vidas mantiene la conversación, hacemos

conocer quiénes somos, les hacemos sentir los latidos ardientes, el amor que

nos consume, cómo la amamos y cómo queremos ser amados. Y además, si

no sintiese la necesidad de darse continuamente a Nosotros, es señal que no

 

 

2858

nos ama, y su corazón no está en posesión de nuestro Amor irresistible. Esta

es la señal del verdadero amor: ‘Quererse dar siempre, casi a cada instante a

quien ama.’ Pero mientras se da, la fuerza del amor se impone, porque

quiere recibir, y si no recibe se sentiría ahogado y estallaría en gritos de

dolor, tanto, de ensordecer a Cielos y tierra. Por eso, para no llegar a tales

estrechuras de dolor, mi Amor espera que la criatura se done a Mí, y Yo

rápidamente me dono a ella, con toda la infinitud de nuestra Voluntad."

Después seguía mi giro en la Creación, y ¡oh! cuántas bellas

sorpresas, cada cosa creada me decía cuánto me ama Dios, cada una de ellas

poseía el espacio que contenía un deposito de amor, que debía decirme

siempre: "Te ama, te ama tu Creador." Yo he quedado sorprendida, y mi

dulce Jesús regresando me ha dicho:

"Hija mía, tú sabes que la Creación fue un desahogo de nuestro Amor,

y mientras sacamos la Creación a la luz del día teníamos a todos presentes,

ninguna criatura nos huyó y poníamos para cada una de ellas, en cada cosa

creada, un depósito de amor, que debía amarla y decirle siempre: ‘Te ama,

te ama tu Creador.’ Así que si las cosas creadas corren para darles el bien

que poseen, es nuestro Amor que las hace correr. Si el cielo se extiende

sobre la cabeza de todos, es nuestro depósito de amor que les da el derecho.

Si el sol da su luz a todos, es la herencia del amor que cada uno tiene en el

Sol de su Creador. Si la tierra está firme bajo sus pasos, es nuestro depósito

de amor que hace tomar como en el seno de la madre tierra a la criatura, y

asegurándole el paso le dice bajo sus plantas: ‘Te ama, te ama Aquél que te

ha creado.’ Si el agua te quita la sed, es nuestro grito de amor que corre en

el agua y te quita la sed, te lava, da el humor a las plantas, y tantos otros

bienes que hace. Si el fuego no te quema, es nuestro depósito de amor, que

son las propiedades de las criaturas que gritan: ‘Calienta a mi hija, no le

hagas ningún mal.’ Y así de todas las otras cosas. Ahora quiero decirte una

cosa consoladora, si la criatura entra en las cosas creadas, reconoce este

nuestro depósito de amor en cada una de ellas y hace resonar su amor en el

nuestro, prepara la mesa a su Creador. Mira, sólo en el sol cuánta diversidad

de alimentos de amor puedes prepararnos, en aquella luz está la dulzura de

nuestro Amor, y tú, amándonos, al toque del nuestro endulzas el tuyo y nos

das el alimento del amor que nos endulza; en aquella luz están los gustos de

nuestro Amor, y tú amándonos nos das las alegrías de los tantos gustos de

nuestro Amor; en aquella luz está nuestro Amor fecundo, el amor que hiere,

quema y consume, y tú amándonos adquirirás la fecundidad divina en tu

amor, la virtud de herirnos, de quemarte y consumirte por Nosotros; está

también la variedad de los colores que todo embellecen, y tú amándonos

adquirirás la virtud del bello amor, en el cual quedarás como revestida de

 

 

2859

una belleza encantadora, y ¡oh! cómo nos sentiremos raptados. Hija mía, si

te quisiera decir la multiplicidad y diversidad de amor que hemos puesto en

cada cosa creada para cada una de las criaturas, y cómo ella tiene el deber de

conocer este nuestro múltiple Amor para encontrar el modelo de amarnos

con tantos amores distintos, como la hemos amado, no terminaría jamás,

pero, ay de Mí, nuestro Amor queda aislado, sin la compañía del amor de la

criatura, y esto es un dolor para Nosotros, que nuestro Amor no es

reconocido en cada cosa creada, mientras que todas tienen el mandato de

Nosotros de amarla con amor distinto: En el viento corren los soplos de

nuestros besos, la ráfagas de nuestras caricias amorosas, los gemidos de

nuestro Amor sofocado; en la impetuosidad del viento nuestro Amor

imperante que quiere hacerse conocer para imperar sobre todos, y a veces

llega como a hablar casi con gritos ensordecedores, para hacer que ninguna

otra cosa pueda oír, sino sólo nuestro Amor que la ama. ¡Oh! si la criatura

reconociera nuestro Amor que corre en el viento, nos restituiría nuestros

besos y nuestras caricias con las suyas, si reconociera que la besamos y la

acariciamos porque queremos ser besados y acariciados por ella, gemiría

junto con nuestro Amor para no hacernos sofocar, nos amaría con su y

nuestro Amor imperante, y gritando junto con nuestro Amor ensordecería a

todos al decirles: ‘Amemos, amemos a Aquél que tanto nos ama.’ También

en el aire que todos respiramos, ¿cuánto Amor no corre? Pero no, no a

intervalos como en las otras cosas creadas, sino a cada instante, en cada

respiro, si duerme, si trabaja, si camina, si come, corre siempre nuestro

Amor, pero con un amor distinto y nuevo de todas las otras cosas creadas, en

el aire corre nuestro Amor que da vida, con una rapidez encantadora que

ninguno le puede resistir, corre en el corazón, en la sangre, en los huesos, en

los nervios, en todo, y se constituye acto vital del ser humano y calladamente

le dice: ‘Te traigo el Amor continuo de tu Creador, y porque es continuo te

puedo dar vida.’ ¡Oh! si nos reconocieran en el aire que respiran, el acto de

vida que hemos puesto en él, el ímpetu de nuestro Amor que corre, corre

siempre sin detenerse jamás, nos daría por correspondencia su vida para

amarnos, para decirnos nuestra historia de amor y repetir nuestro estribillo:

‘Te amo, te amo siempre, en todo y en cada cosa como Tú me has amado.’

De la cosa creada más grande hasta la más pequeña, está un amor nuestro

nuevo y distinto para las criaturas, y como no lo conocen no nos

corresponden, es más, con suma ingratitud corresponden nuestro Amor con

ofensas. Y por esto esperamos que nuestra Voluntad sea conocida y domine

en medio a las generaciones humanas, la cual será la reveladora de nuestro

Amor, y entonces nos reharemos y nos amaremos con un solo Amor. Cómo

estaremos contentos, y viéndonos amados agregaremos otros nuevos y

 

 

2860

distintos amores, así no estará más reprimido nuestro Amor, sino que tendrá

su desahogo de amor y de ser amado. Por eso ruega que venga nuestro

reino, y tú reconoce nuestro Amor, y si quieres amor ámanos, si no

encontramos nuestro Amor en la criatura no sabemos qué darle, ni qué hacer

con ella, porque falta el apoyo dónde poner nuestras gracias, y el primer

elemento que forma nuestra Vida en ella."

Junio 28, 1937

Lo que Dios hace a la criatura cuando se decide a vivir en su Voluntad.

En cuanto se decide a vivir en el Querer Divino, su nombre es escrito en

el Cielo y queda confirmada en el Bien, en el Amor y Santidad Divina, y

viene agregada a la milicia celestial. Ejemplo.

Mi vuelo en el Querer Divino continúa, me siento llevada en sus

brazos, pero con tal amor y ternura, de sentirme confundida al verme tan

amada y circundada por todas partes por su materna bondad. Y mi dulce

Jesús repitiendo su breve visita, con un amor tal que sentía que me estallaba

el corazón, todo bondad me a dicho:

"Hija de mi Querer, si tú supieras cuál es nuestro contento al ver

entrar en el alma nuestra Voluntad, se puede decir que ella corre hacia

Nosotros, y Nosotros hacia ella, y en cuanto nos encontramos, nuestra

Voluntad la inviste de luz, nuestro Amor la besa, nuestra Potencia la toma en

brazos, nuestra Sabiduría la dirige, nuestra Santidad la inviste y se pone

como sello, nuestra Belleza la embellece, en suma, todo nuestro Ser Divino

se pone en actitud en torno a ella para darle de lo nuestro, pero ¿sabes por

qué? Porque entrando en nuestro Querer, no para vivir del suyo sino del

nuestro, Nosotros recibimos lo que salió de Nosotros, nos sentimos restituir

la finalidad por la cual la creamos y por eso hacemos fiesta. No hay acto

más bello, escena más encantadora, que el entrar la criatura en nuestra

Voluntad, y cada vez que entra, tantas veces la renovamos en nuestro Ser

Divino, dándole nuevos carismas de amor, por eso quien vive en nuestro

Querer nos tiene en fiesta, ella siente la necesidad de vivir en nuestro Querer

para ser acariciada por su Creador, y Nosotros sentimos la necesidad de ser

acariciados por ella, y darle nuevos carismas de gracias y santidad."

Jesús ha hecho silencio, y yo me sentía abismada en el Eterno Querer

y maravillada al oír cuánto somos amados por Dios si vivimos en su Querer.

Miles de pensamientos se acumulaban en mi mente, y mi amado Jesús,

retomando su hablar me ha dicho:

 

 

2861

"Hija mía, no te maravilles por lo que te he dicho, es más, te diré

cosas más sorprendentes aún, pero cuánto quisiera que todos las escucharan

para hacer que todos decidieran vivir en mi Querer. Escucha cómo es

consolador y bello lo que mi Amor me empuja a decirte, es tanto mi Amor,

que siento la necesidad de decirte hasta dónde llegamos para quien vive en

nuestro Querer: Tú debes saber que en cuanto el alma se decide

repetidamente y firmemente de no vivir más de su voluntad, sino de la

nuestra, su nombre es escrito en el Cielo con caracteres de luz imborrables, y

viene matriculada en la milicia celestial como heredera e hija del reino de la

Divina Voluntad. Pero esto no basta a nuestro Amor, la confirmamos en el

bien, de modo que sentirá tal horror por cada mínima culpa, que no será

capaz de volver a caer en ellas, y no sólo eso, sino que quedará confirmada

en los bienes, en el Amor, en la Santidad, etc., de su Creador; será investida

por la prerrogativa de comprensor, no más será mirada como exiliada, y si

estará sobre la tierra, será como oficial de la milicia celestial, no como

exiliada, tendrá todos los bienes a su disposición, podrá decir: ‘Siendo toda

mía su Voluntad, lo que es de Dios es mío.’ Más bien se sentirá poseedora

de su Creador, y como no obra más con su voluntad, sino con la mía, se han

roto todas las barreras que le impedían sentir a su Creador, las distancias han

desaparecido, las desemejanzas entre ella y Dios no existen más, se sentirá

de tal manera amada por Aquél que la ha creado, de sentir que le estalla el

corazón de amor para amar a Aquél que la ama; y sentirse amada por Dios es

la alegría, el honor, la gloria más grande para la criatura. Hija mía, no te

maravilles, son nuestras miras, la finalidad para la cual fue creada la criatura,

de encontrar en ella nuestra Vida, nuestra Voluntad reinante, nuestro Amor,

para ser amados y para amarla, si esto no fuera, toda la Creación sería una

obra indigna de Nosotros."

Yo sentía que me estallaba el corazón de alegría al oír esto que mi

amado Jesús me ha dicho, y decía entre mí: "¿Será posible todo este gran

bien? Y el dulce Jesús ha agregado:

"Hija, ¿no soy Yo dueño de hacer y de dar lo que quiero? Basta con

que lo quiera y todo está hecho, y además, también en el bajo mundo

suceden cosas que en algún modo semejan esto: Si un hombre da su nombre

inscribiéndose en el ejército del gobierno, éste para estar seguro de aquél lo

hace jurar fidelidad al gobierno, este juramento lo hace quedar atado al

ejército, se viste con los uniformes de la milicia, de modo que viene

reconocido por todos que pertenece al ejército, y cuando ha mostrado

habilidad y fidelidad recibe la paga de por vida, con esta paga que ninguno

le puede quitar, no le puede faltar nada, puede tener siervos que lo sirvan,

puede vivir con todas las comodidades de la vida, aun cuando con el tiempo

 

 

2862

se retire. ¿Y qué cosa ha dado al gobierno? Sólo la parte externa de su vida,

la que le ha dado el derecho de recibir la paga durante la vida. En cambio,

quien con decisión firme me ha dado su voluntad, me ha dado la parte más

noble, más preciosa, cual es su voluntad, en ella me ha dado todo el interior

y el exterior, también el respiro, y con esto ha merecido ser inscrita en el

ejército divino, de modo que todos la conocerán que pertenece a nuestra

milicia. ¿Cómo podré hacerle faltar algo, cómo no amarla? Si esto pudiera

ser, para tu Jesús habría sido el dolor más grande, me habría quitado la paz

que en naturaleza poseo, el no amar a aquélla que todo me ha dado y que con

amor indecible la poseo, la tengo en mi corazón y la hago hacer mi misma

Vida."

Julio 4, 1937

Dios quiere tantas Vidas Divinas en cada una de las criaturas.

Quien vive en el Querer Divino se hace portadora de todos

y de todo a su Creador.

 

Me encontraba toda investida por el Querer Divino, dondequiera y por

todas partes lo encontraba en acto de querer darme su Vida, y ¡oh! cómo me

sentía feliz al sentir su imperio que a cualquier costo, con sus estratagemas

amorosas quería encerrar en mí su Vida perenne. Yo he quedado

sorprendida, y mi siempre amable Jesús, visitando mi pobre y pequeña alma,

con su acostumbrada bondad y dulzura me ha dicho:

"Hija mía bendita, si tú supieras cómo gozo y cómo se desahoga mi

Amor al manifestarte nuestros arcanos celestiales, en qué estado de amor se

encuentra nuestro Ente Supremo, nuestra Voluntad adorable, para darme

gusto me apresurarías a hacerme decir en qué modo nos encontramos en

medio a las criaturas, y el gran bien que les podemos hacer. Ahora, tú lo

sabes, que nuestra Inmensidad envuelve todo, nuestra Potencia y Fuerza es

tanta, que llevamos como en brazos a todo y a todos como si fueran una

pequeña pluma; todo esto es naturaleza en nuestro Ser tres veces Santo,

tanto, que si nos quisiéramos empequeñecer no lo podemos, nuestra

Inmensidad y Potencia corre en cada fibra del corazón, en todos los respiros,

en la rapidez de la sangre que corre en las venas, en la velocidad del

pensamiento, somos actores y espectadores y estamos al día de todo. Pero

esto es nada, no son otra cosa que las cualidades de nuestro Ente Supremo,

lo que es más de maravillar, es que queremos formar tantas Vidas nuestras

 

 

2863

en cada criatura. Estos es obrar como Dios, tener virtud de poder formar

tantas Vidas Divinas por cuantas criaturas ha puesto fuera a la luz del día;

del resto, la criatura es nuestra, creada por Nosotros, vivimos juntos, y

porque la amamos nuestro Amor nos lleva con una fuerza irresistible y

potencia toda nuestra a formarnos como vida en ella, y nuestro arte creador,

que no se contenta con crear a las criaturas, en el ímpetu de su amor quiere

crearse a Sí mismo en la persona creada. Mira entonces en qué condiciones

nos encontramos en medio de la familia humana, en acto de formar siempre

Vidas nuestras en ellas, pero nuestro arte creador queda rechazado,

sofocado, sin poder continuar nuestra Creación Divina; mientras vivimos

junto con ellas, viven a expensas nuestras, viven porque viven de Nosotros,

sin embargo tenemos el gran dolor de no poder formar nuestra Vida en ellas,

mientras esto sería nuestro máximo contento, la más grande gloria que nos

darían si nos dieran la libertad de hacernos vida de cada criatura. Pero

¿sabes donde somos libres de formar esta Vida nuestra? En quien vive en

nuestra Voluntad, nuestro Fiat Divino nos prepara las materias primas para

formar nuestra Vida, pone en actitud a su Potencia, a su Santidad, a su

Amor, y nos llama en el fondo del alma, y Nosotros encontrando las

materias adaptables y posibles, formamos con amor indecible nuestra Vida

Divina, no sólo la formamos sino que la hacemos crecer, y con sumo gusto y

deleite desarrollamos nuestro arte creador en torno a esta celestial criatura, y

comenzamos la cadena de los prodigios. Ahora, ella poseyendo a su

Creador, a nuestra Voluntad obrante en ella, se vuelve la portadora de todos

y de todo: Si piensa nos trae los pensamientos de todos, y se hace suplidora

y reparadora de todas las inteligencias humanas; si habla, si obra, si camina,

lleva las palabras, las obras, los pasos de todos, la misma Creación le hace

decoroso cortejo y se hace portadora del cielo, de las estrellas, del sol, del

viento, de todo, no deja nada atrás, nos trae el homenaje, la gloria de todas

nuestras cosas creadas, hasta el homenaje del dulce canto del pequeño

pajarito; poseyendo la Vida de Aquél que la ha creado, todas le hacen

corona, es más, todas quieren ser llevadas por aquélla que posee el acto

hablante, a fin de que por cada una le diga la historia hablante de amor, por

la que han sido creadas por su Creador. Así que quien posee nuestro Querer,

adquiere nuestro celo de amor, que todo queremos para Nosotros, y esto con

suma justicia, porque no hay cosa que Nosotros no hayamos dado, por lo

tanto con justicia todo queremos. Así, ella, llevada por nuestra misma locura

de amor quiere todo para darnos todo, y celosa quiere traernos todo para

decirnos por todos y por cada cosa creada su palabrita de amor. Por eso

quien vive en nuestro Querer no está jamás sola, primero está con su

Creador, con el cual está siempre en competencia de amor para ver cómo se

 

 

2864

pueden amar más, y estando todas las cosas a su alrededor, se hace portadora

de todo a Aquél que ama, que siendo Amor infinito, quiere ver en la criatura

todas las cosas convertidas en amor por amor suyo."

Julio 12, 1937

Las reflexiones humanas quitan el puesto a las divinas, y son piedras

que enturbian la fuente del alma. La Divina Voluntad convierte en

naturaleza su Amor, y lo que hace en el punto de la muerte

lo anticipa a quien vive en Ella.

 

Estoy entre los brazos del Querer Divino, el cual, más que vigilante

centinela, no sólo quiere hacerse vida de cada uno de mis actos, sino que

penetrando en cada rincón de mi corazón y de mi mente, me reprende si todo

lo que entra en mí no es parto del Fiat. Y mi siempre amable Jesús,

visitando mi pequeña alma, y poniéndose en actitud de maestro que en todo

quiere enseñar a su hija, me ha dicho:

"Hija bendita de mi Voluntad, tú debes saber que las reflexiones

propias, las impresiones, las opresiones, las melancolías, las dudas, los

pequeños temores, impiden las reflexiones divinas, las impresiones santas, el

rápido vuelo hacia el Cielo, las alegrías del verdadero bien, la paz celestial;

ellas son como tantas piedras arrojadas dentro de un lago mientras la persona

se está mirando reflejada en aquellas aguas limpias como dentro de un

espejo, y ve toda entera su persona, bella y ordenada como es; ahora, ¿qué

sucede? Mientras se está mirando en aquellas aguas tersísimas, viene

arrojada en aquel lago una pequeña piedra, el agua se encrespa, se enturbia y

forma tantas ondas y ondas que se enturbia toda el agua, y de la pobre

persona que se estaba mirando, ¿qué ha sucedido? Conforme se formaban

las ondas en el agua, así se llevaban, quién un pie, quién un brazo, quién una

mano, quién la cabeza, de modo que se veía toda destrozada por las

ondulaciones de aquellas aguas. ¿Quién ha sido la que ha hecho perder la

limpieza de aquellas aguas de modo que no se ve más entera su imagen, sino

en modo de dar piedad? ¿Quién ha sido? Una pequeña piedra. Tal es el

alma creada por Dios, más que fuente tersísima, en la cual Dios debía

mirarse en ella, y ella en Dios; ahora, las reflexiones, las opresiones, las

dudas, temores, etc., son como tantas piedras arrojadas en el fondo de su

alma, y Dios mirándose en ella, no lo ve todo entero, sino como dividido en

tantas partes, así que dividida la Fuerza, la alegría divina, la Santidad, la

 

 

2865

Unidad de la paz; esto le impedirá conocer quién es Dios, cuánto la ama y

qué quiere de ella; y queriéndose mirar ella en Dios, estas piedras le

impedirán el paso haciéndola tropezar en el camino, impidiéndole el vuelo

para mirarse en Aquél que la ha creado, mientras que parecen cosa de nada.

No obstante en esto viene formado el conocimiento de Dios en la criatura, la

unión, la Santidad, el mirarse Dios en la criatura, y ella en Dios si el alma no

es turbada por estas piedras que se pueden llamar bagatelas del alma, y que

faltando la solidez y sustancia del verdadero Amor, son siempre enturbiadas

y Dios no se puede espejear en ellas para formar su bella imagen, por eso sé

atenta y busca siempre mi Voluntad."

Jesús ha hecho silencio, y yo me he quedado pensando en el gran mal

que hacen las reflexiones propias, y mi dulce Jesús ha agregado:

"Hija mía, sólo en mi Voluntad el alma puede llegar al ápice de la

santidad más alta y encerrar en sí, por cuanto a criatura es posible, un acto

completo, de llenarse tanto, de no dejar ningún vacío en ella, tanto de

convertirse en naturaleza propia el bien que hace; si ama en mi Fiat, la ola

del amor le llueve por todas partes, le inviste las más íntimas fibras, y

mientras le llueve encima arrollándola toda en el amor, se constituye reina y

convierte en naturaleza su Amor en la criatura, pero tanto, que se sentirá el

respiro, el latido, el movimiento, el paso, todo su ser, que no sabe hacer otra

cosa que amar; esta ola de amor se eleva hasta el Cielo, sin cesar de lloverle

encima y toma por asalto a su Creador, y lo ama siempre, porque cuando el

bien se convierte en naturaleza, se siente la necesidad de repetir el bien

recibido como acto que constituye su vida. Si adora, se sentirá cambiada la

naturaleza en adoración, así que en todo se sentirá sacar adoraciones

profundas a su Creador. Si repara, sentirá el movimiento de ir buscando

todas las ofensas para poner en ellas su reparación. En suma, mi Voluntad

con su Fuerza creadora no deja ningún vacío y convierte en naturaleza todo

lo que la criatura hace en Ella; mira qué diferencia entre quien vive en mi

Voluntad y la posee como Vida obrante, y entre quien la reconoce como

virtud, y tal vez en las ocasiones más dolorosas de la vida, y en todo el resto

como si no existiera para ellos.

Ahora quiero decirte otra sorpresa consoladora: Es tanto nuestra

complacencia cuando la criatura se decide con firmeza irremovible a vivir en

nuestro Querer, que lo que debemos hacer en el punto de la muerte, de

confirmarla en el bien en el cual se encuentra, porque tú debes saber que

todo lo que ella ha hecho en vida, oraciones, virtudes, penas sufridas, obras

buenas, sirven para formar nuestra pequeña Vida Divina en su alma, ningún

bienaventurado entra en el Cielo si no posee esta Vida Divina, según el bien

que hayan hecho, y si más me han amado y cumplido mi Voluntad, así la

 

 

2866

tendrán, quién más pequeña, quién más grande, porque la verdadera

felicidad, las verdaderas alegrías se deben poseer dentro, así que cada uno

tendrá dentro y fuera de ellos a su Dios, que le dará siempre nuevas alegrías,

tanto, que si las almas, muriendo no están llenas hasta el borde de Amor y de

Voluntad mía, las confirmo, sí, pero no entran al Cielo, las mando al

purgatorio a llenar estos vacíos de amor y de Voluntad mía por caminos de

penas, de ansias y de suspiros, y cuando del todo se han llenado, de modo

que se ve en ellas que están ya todas transformadas en mi Amor y en mi

Voluntad, entonces toman el vuelo hacia el Cielo. Ahora, para quien no

quiere hacer más su voluntad, sino sólo la mía, no queremos esperar aquel

punto, nuestro Amor nos lleva con una fuerza irresistible a anticipar la

confirmación en el bien, y convertir en naturaleza nuestro Amor y nuestra

Voluntad, así que sentirá que mi Amor, mi Querer son suyos, sentirá más mi

Vida que la suya, pero ¡oh! con qué diferencia de aquellos que son

confirmados en el punto de la muerte, ellos no crecerán más en el bien, sus

méritos han terminado; en cambio en éstos mi Vida crecerá siempre, los

méritos no terminan, es más, tendrán los méritos divinos, conforme

continúen a amarme y a vivir de mi Voluntad, así me conocerán de más, y

Yo los amo de más y aumento su gloria, puedo decir que corro en cada acto

suyo para darles mi beso, mi Amor, para reconocerlos que son míos y darles

el valor, el mérito como si los hubiese hecho Yo. ¡Ah! tú no puedes

comprender qué cosa sentimos por quien vive en nuestro Querer, cómo lo

amamos, queremos volverlo contento en todo, porque en él encontramos

realizado el fin de la Creación, concentrada toda la gloria que todas las cosas

nos deberían dar; y además, nuestra Voluntad cumplida es todo para

Nosotros."

Julio 25, 1937

Un acto en el Querer Divino puede ser un viento impetuoso, un aire,

Una atmósfera celestial. Tres círculos. Dios, si ama obra, si habla dona.

El mar del Querer murmura siempre, y muchas veces forma sus olas

impetuosas para asaltar a las criaturas, para envolverlas en sus olas

amorosas, para darles su Vida, pero con tal insistencia y astucias amorosas,

como si tuviese necesidad de nosotros, pobres criaturas, y uno queda

raptado. ¡Oh! cómo es verdad que sólo Dios sabe amarnos. Ahora mientras

 

 

2867

mi mente se perdía en este mar, mi dulce Jesús sorprendiéndome con su

breve visita me ha dicho:

"Hija bendita de mi Querer, ¿has visto cómo era dulce el murmullo

del mar de mi Voluntad? También las almas que viven en Ella no hacen otra

cosa que murmurar junto en este mar, ellas, eco perfecto de mi Fiat, no cesan

jamás de murmurar amor, gloria, adoración, pero en modo simple: Si

respiran murmuran amor, si laten, si circula la sangre en las venas, si

piensan, si se mueven, en todo murmuran amor, amor, gloria a nuestro

Creador, y si llaman a mi Voluntad en sus actos forman las olas impetuosas

para envolver a Dios y a las criaturas, a fin de que todos, Cielo y tierra hagan

una sola voluntad. Un acto en mi Voluntad puede ser un viento impetuoso

que transporte, extirpe con su fuerza las pasiones, las debilidades, las malas

costumbres, el aire putrefacto del pecado, y sustituirlos por las virtudes, la

Fuerza divina, las santas costumbres, el aire santificante de mi Voluntad. Un

acto en mi Querer puede ser un aire universal que penetrando dondequiera y

en todos, de noche y de día puede hacerse respirar para infundir su Vida, su

Santidad, y quitando el aire malsano del querer humano, lo sustituye por el

aire saludable de mi Fiat, de modo de quedar endulzadas, embalsamadas,

vivificadas, sanadas por este aire divino. Un acto en mi Fiat puede ser una

atmósfera celestial, que encerrando en sí todas nuestras obras, la misma

Creación, y con la fuerza de nuestras obras asaltar a nuestra Divinidad e

imponerse sobre de Nosotros, de hacernos dar gracias y dones de volver

capaces a las criaturas de poder recibir el reino de nuestro Querer. Un acto

en nuestra Voluntad puede contener tales maravillas, que la criatura es

incapaz de poder comprender todo su valor."

Jesús ha hecho silencio, y yo he quedado como sumergida en este

mar, y no sé cómo me he sentido transportar a la patria celestial, en medio a

tres círculos de luz, a la cabeza de ellos estaba la Reina del Cielo en un

punto, y Nuestro Señor del otro, con una belleza encantadora y amor

indecible, en medio a éstos estaba una multitud de almas, todas

transformadas en la luz en la cual vivían y crecían, pero custodiadas,

dirigidas y alimentadas por Jesús y por la Madre Celestial, cuántas bellas

sorpresas se veían, estas almas poseían la semejanza y la Vida de su

Creador, y mi dulce Jesús y su Madre me han dicho:

"Estos círculos de luz que tú ves son símbolo de la Trinidad

Sacrosanta, y las almas son las que formarán el reino de la Divina Voluntad,

este reino será formado en el seno de la Divinidad, los regidores de este

reino serán la Madre y el Hijo, que lo custodiaremos con celo. Mira

entonces la certeza de este reino, ya está formado, porque en Dios las cosas

 

 

2868

están como ya hechas, por eso ruega que lo que está en el Cielo se realice

sobre la tierra."

Después de esto me he encontrado en mí misma, con el sumo dolor de

encontrarme de nuevo en mi pobre prisión de mi cuerpo. Después mi sumo

Bien Jesús, todo bondad me ha dicho:

"Hija mía, nuestro Ser Divino es todo Amor, y es tanto este Amor que

sentimos la necesidad de sacar fuera de Nosotros este Amor, no ponemos

atención en si la criatura lo merece o no; si hubiéramos querido poner

atención al mérito, la Creación toda estaría aún en nuestro seno. Nosotros

cuando amamos obramos, en efecto, amamos y creamos la Creación, y como

don de nuestra liberalidad y del exceso de nuestro Amor obrante, hicimos

don al hombre; a Nosotros no nos agrada dar nuestros dones como pago, o

como mérito, ¿y dónde podría encontrar monedas suficientes para pagarnos

nuestros dones, o tantos actos para merecerlos? Sería obstaculizar nuestro

Amor, reprimirlo en Nosotros y no dar nada a la criatura, y ni siquiera

amarla, porque si amamos debemos obrar y dar. Nuestro Ente Supremo se

encuentra frecuentemente en tales delirios de amor, que sentimos la

necesidad de sacar de nuestro seno divino dones y gracias para darlos a las

criaturas, pero para formar estos dones debemos amar y manifestarlos para

hacerlos conocer. Por lo tanto si amamos obramos, si hablamos, nuestra

palabra creadora entrega el don, lo confirma y dota a la criatura de nuestros

dones. Nuestra palabra es la portadora y nos pone en las condiciones de

desahogar nuestro Amor reprimido. Pero ¿quieres saber por qué no damos

nuestros dones como pago o como mérito? Porque los damos a nuestros

hijos, y cuando los dones se dan a los hijos no se pone atención en si lo

merecen, se dan porque se ama, a lo más se hacen comprender, he aquí la

necesidad de la palabra, a fin de que los aprecien y los custodien y amen a

Aquél que se los ha dado y que tanto los ama. En cambio se dan como pago

o mérito a los siervos, a los extraños, y ¡oh! con cuánta medida. Por eso en

el exceso de nuestro Amor, sin que ninguno nos rogase o lo merecieran,

hicimos la Creación, para hacer de ella don al hombre; en otro exceso, Yo,

Verbo Eterno, descendí del Cielo para donarme y hacerme dulce presa del

hombre; en otro exceso más grande de amor, le daré el gran don del reino de

mi Querer. La Virgen Celestial, heredera de este reino, llamará a las

criaturas como hijos suyos para que reciban en don su gran heredad. Ahora

hija mía, si el alma hace reinar mi Divina Voluntad, su amor no será más

estéril, sino fecundo, no se reducirá en solas palabras, o bien en obras,

sentirá en sí la Fuerza creadora de nuestro Amor, y se pondrá en nuestras

mismas condiciones, que si amamos obramos, si obramos damos, ¿pero qué

cosa damos? El gran don de nuestro Ser Divino, nuestro Amor es tanto, que

 

2869

si damos queremos dar todo, aun a Nosotros mismos en poder de la criatura,

nuestro Amor no quedaría contento si no dice: ‘He dado todo, no tenía más

que darle.’ Mucho más que poseyendo nuestra Voluntad estamos al seguro,

estamos en nuestra casa, con todo el decoro, los honores, la decencia que

conviene. Así la criatura, poseyendo nuestra misma Fuerza creadora, si nos

ama, nos dará en su amor, en correspondencia de nuestro don, el don de su

vida, así que es vida que nos daremos mutuamente, y cada vez que nos ame,

nuestra Fuerza creadora multiplicará su vida para dárnosla en don, su amor

no quedará aislado, sino con la plenitud de su vida que se da en poder de su

Creador, y he aquí igualadas las partes entre el Creador y la criatura, Vida

recibe en don, y vida dona, y si la criatura tiene sus limites, mi Voluntad la

suple, mucho más que en el darnos por don su vida, nos da todo, nada se

queda para sí, por eso nuestro Amor queda pagado y correspondido. Así que

si quieres darnos todo y recibir todo de Nosotros, haz que reine en ti nuestra

Voluntad, y todo te será concedido."

Agosto 2, 1937

La Creación posee la perfecta felicidad, de poder dar la felicidad

terrestre a las criaturas. El pecado detuvo la felicidad. El gran

mal de quien se aparta del principio. Ejemplo.

Estaba haciendo mi giro en la Creación para seguir los actos de la

Divina Voluntad en Ella, y ¡oh! cuántas sorpresas, cada una contenía tal

felicidad, de poder volver felices a todo y a todos, y mi siempre amable

Jesús, viéndome sorprendida, todo bondad me ha dicho:

"Hija mía, nuestro Ente Supremo posee la fuente de la felicidad, por

eso de Nosotros no podían salir cosas o seres que no fuesen felices. Así que

toda la Creación posee tal plenitud de felicidad, de poder dar a toda la tierra

la perfecta felicidad terrestre. Por lo tanto Adán gozaba la plenitud de la

felicidad, todas las cosas creadas le llovían encima alegrías y felicidad, y

además, en su interior, poseyendo mi Querer, contenía mares de contentos,

de bienaventuranzas y alegrías sin fin, para él todo era felicidad dentro y

fuera. En cuanto pecó sustrayéndose de mi Voluntad, la alegría partió de él,

y todas las cosas creadas se retiraron en su seno las alegrías que poseían,

dando al hombre sólo los medios necesarios, no como a dueño y señor, sino

como a siervo ingrato. Mira entonces, de Nosotros no salió la infelicidad, ni

podíamos darla porque no la teníamos, dar lo que no se tiene es imposible,

así que fue el pecado el que arrojó en el hombre la semilla de la infelicidad,

 

 

2870

del dolor y de todos los males que lo asedian dentro y fuera. En cuanto vino

sobre la tierra la Celestial Señora, y después mi Santísima Humanidad, la

Creación toda se puso en actitud de fiesta, nos sonreían de alegría y

retomaron el curso de llovernos encima alegrías y felicidades, y en cuanto

salíamos al exterior, corrían, se inclinaban y hacían salir sobre nosotros

alegrías y felicidad: el sol nos daba las alegrías de su luz, alegraba nuestra

vista con la variedad de sus colores, nos daba la alegría de los besos de amor

que poseía, y reverente se extendía bajo nuestros pasos para adorarnos; el

viento nos llovía las alegrías de la frescura, y con sus soplos nos alejaba el

aire pútrido de tantas culpas; los pájaros nos corrían en torno para darnos las

alegrías de sus cantos y trinos, cuántas bellas músicas nos hacían, tanto, que

Yo estaba obligado a ordenarles que se alejaran de Mí, que tomaran el vuelo

en el aire para alabar a su Creador; la tierra florecía bajo mis pasos para

darme las alegrías de tantas floraciones, y Yo le ordenaba que no me

hicieran tales demostraciones, y me obedecía; el aire me llevaba las alegrías

de nuestro aliento omnipotente, cuando dando el aliento al hombre le

dábamos la vida, colmándolo de alegrías y felicidad divinas, y conforme Yo

respiraba así me sentía venir nuestras alegrías y felicidad que sentimos en la

Creación del hombre. Así que no había cosa creada que no diera las alegrías

que poseían, no sólo para felicitarme, sino para darme los homenajes, los

honores como a su Creador, y Yo los ofrecía a mi Padre Celestial para darle

la gloria, el honor, el homenaje, el amor, por tantas magnificencias y obras

maravillosas que hicimos en la Creación por amor del hombre. Ahora hija

mía, estas alegrías en las cosas creadas existen aún; la Creación, como fue

hecha por Nosotros con tanto alarde y suntuosidad y con la plenitud de la

felicidad, nada ha perdido, porque esperamos a nuestros hijos, los hijos de

nuestra Voluntad, que con derecho gozarán las alegrías, la felicidad terrestre

que posee toda la Creación, y puedo decir que por amor de éstos existe aún,

y las criaturas disfrutan, si no la plenitud de la felicidad, pero al menos las

cosas necesarias para poder vivir. Este existir aún la Creación después de

tantas ingratitudes humanas, culpas que hacen horrorizar, da la certeza del

reino de mi Voluntad sobre la tierra, porque la criatura, poseyéndola, se

volverá capaz de recibir las alegrías de la Creación, de darnos la gloria, el

amor, la correspondencia de cuanto hemos hecho por ella, y de hacer todo el

bien posible e imaginable que puede hacer la criatura. Por eso el todo está

en poseer nuestro Querer, porque así tuvo el principio la Creación toda,

comprendido el hombre, todo era Voluntad nuestra, todos vivían encerrados

en Ella y en Ella encontraban lo que querían, alegrías, paz, orden perfecto,

todo estaba a su disposición. Quitado el principio todas las cosas cambiaron

aspecto, la felicidad se cambió en dolor, la fuerza en debilidad, el orden en

 

 

2871

desorden, la paz en guerra. Pobre hombre sin mi Voluntad, es el verdadero

ciego, el pobre paralizado, que si algún bien hace, todo es fatiga y

amarguras.

Todas las cosas, si se hacen guiar por el principio con el cual han

tenido la existencia, encuentran la vía, el paso firme y el resultado feliz de

las obras o bien que han emprendido; si pierden el principio se trastornan,

vacilan, pierden la vía y terminan con no saber hacer nada, y si parece que

hacen alguna cosa, dan piedad. También en las cosas humanas sucede así, si

el maestro quisiera enseñar al niño las consonantes y no las vocales, como

las vocales se usan en toda palabra, en cada letra, desde la ciencia más baja

hasta la más alta, pobre niño, no aprendería jamás a leer y si lo quisiera

podría enloquecer. Todo este mal, ¿quién lo ha producido? El alejamiento

del principio de la ciencia, el cual son las vocales. ¡Ah! hija mía, hasta en

tanto que el hombre no regrese en su principio, no reentre en mi Divina

Voluntad, mi obra creadora será una obra rota, fuera de su puesto, pobre

hombre sin las primeras vocales de mi Divina Voluntad, por cuanto les

pueda dar luz, les pudiese hablar, no me entenderá, porque le falta el

principio, le faltan las primeras vocales para poder leer mis lecciones sobre

mi Fiat, por lo tanto sin bien, sin fundamento, sin maestro, sin defensa, es

tanto su cretinismo que no conoce su pobre estado, y por lo tanto no implora

el reentrar en mi Querer para aprender las primeras vocales con las cuales

fue creado por Dios, para poder seguir aprendiendo la verdadera ciencia

celestial, y así formarse toda su fortuna, tanto en la tierra como en el Cielo.

Por eso Yo le susurro siempre al oído del corazón: ‘Hijo mío, reentra en mi

Voluntad, ven a tu principio si quieres parecerte a Mí, si quieres que te

reconozca por hijo mío.’ ¡Oh! cómo es doloroso tener hijos que no me

semejen, sin su nobleza, pobres, degradados, infelices, y ¿por qué todo esto?

Porque rechazaron la gran herencia del Padre Celestial, y me obligan a llorar

sobre su suerte. Hija, ruega que todos reconozcan a mi Voluntad, y tú

reconócela y apréciala, ámala más que a tu misma vida y no la dejes huir ni

siquiera un instante."

Deo Gratias

Todo para la gloria de Dios y para cumplimiento de su Voluntad.