VOLUMEN 34
Luisa Piccarreta Volumen 34
I. M. I.
Fiat!!!
In Voluntate Dei. Deo Gratias
Diciembre 2, 1935
La Divina Voluntad dardea a la criatura y le forma la
nobleza divina, y haciéndola de Actor hace inseparable
a Dios y la criatura. Ejemplo, el sol.
Mi Rey de amor Jesús y mi Reina Mamá Divina, ¡ah! entrelacen mi
voluntad con la vuestra y hagan de ellas una sola, más bien enciérrenme en
vuestros corazones, a fin de que escriba no fuera de vosotros, sino, o dentro
del corazón de mi Jesús, o en el regazo de mi Madre Celestial, a fin de que
pueda decir: "Es Jesús que escribe y mi Mamá la que me sugiere las
palabras." Por eso ayúdenme y denme la gracia de vencer la gran
repugnancia que siento al comenzar otro volumen, ustedes que sabéis mi
pobre estado, siento la necesidad de ser sostenida, fortalecida y toda
renovada por la Potencia de vuestro Fiat Divino para poder hacer en todo y
siempre vuestra Divina Voluntad.
Después me sentía inmersa en el Querer Divino, el cual tomaba el
aspecto de Actor para poder entrar en los más íntimos rincones de mi alma y
formar su acto obrante en mí; yo he quedado sorprendida, y mi dulce Jesús
visitando mi pequeña alma, todo bondad me ha dicho:
"Hija mía bendita, cuando la criatura hace y vive en la Divina
Voluntad, nuestro Ser Supremo la dardea con su Luz continuamente, le
dardea la mente y pone en ella la nobleza de los pensamientos divinos, de
modo que siente en su inteligencia, memoria y voluntad, la Santidad, el
recuerdo de su Creador, el Amor, la Voluntad de Aquél que haciéndole de
Actor forma en ella el orden, la Sabiduría divina; dardeándola pone con sus
besos de luz la sustancia divina en su mente, de modo que todo es noble,
todo es santo, todo es sagrado en ella. Este Actor de mi Querer, formando
su sede en la inteligencia creada, con su Potencia y maestría forma en ella su
imagen; le dardea el corazón y forma la nobleza del amor, de los deseos, de
los afectos, de los latidos; dardea la boca y forma la nobleza de las palabras;
dardea las obras y los pasos y forma las obras santas, la nobleza de los
44 Este libro ha sido traducido directamente del original manuscrito de Luisa Piccarreta.
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pasos; y no sólo dardea al alma, sino también el cuerpo, y con su Luz inviste
la sangre y la ennoblece, de modo que la criatura se siente correr en su
sangre, en sus miembros, la plenitud, la Santidad, la sustancia de la nobleza
divina. Este Actor de mi Divina Voluntad toma el oficio de Artífice
insuperable, de transformar a Dios en la criatura, y la criatura en Dios.
Cuando mi Voluntad ha llegado a esto, que es el acto más grande que puede
hacer, – esto es, formar de Dios y de la criatura una sola Vida, volviéndolos
inseparables el uno del otro – , se reposa en su obra y siente tal felicidad
porque ha vencido a la criatura, ha formado su trabajo en ella, y ha cumplido
su Voluntad. Entonces parece que dice en el énfasis de su amor: He hecho
todo, no me queda otra cosa que poseerla y amarla."
Yo he quedado pensativa al escuchar esto, y mi amable Jesús ha
agregado:
"Hija mía, ¿por qué dudas? ¿No hace también el sol este oficio? En
cuanto dardea la flor con su luz, así le da la sustancia del color y del
perfume; en cuanto dardea el fruto, así le infunde la dulzura y el sabor;
conforme dardea las plantas, así comunica a cada una la sustancia, los
efectos que ellas requieren. Si esto lo hace el sol, mucho más mi Voluntad
Divina que todo puede, y todo sabe hacer, y así como el sol va buscando la
semilla para dar lo que posee, así mi Divina Voluntad va buscando las
disposiciones de las criaturas que quieren vivir de mi Voluntad, y
rápidamente las dardea y comunica la sustancia y nobleza divina, y forma y
hace crecer su Vida."
Diciembre 8, 1935
Prodigios de la Inmaculada Concepción. Comunicación de los
derechos divinos. Dios no quiere hacer nada sin su Madre Celestial.
Estaba haciendo mi giro en los actos de la Divina Voluntad, y
habiendo llegado al acto en que el Fiat Omnipotente creó a la Virgen
Inmaculada me he detenido, y ¡oh! qué sorpresa de prodigios jamás
escuchados unidos juntos, el encanto del cielo, del sol y de toda la Creación
no podían compararse, ¡oh! cómo quedaban atrás ante la Soberana Reina, y
mi dulce Jesús al verme tan sorprendida me ha dicho:
"Hija mía bendita, tú debes saber que no hay belleza, ni valor, ni
prodigios que puedan compararse a la Inmaculada Concepción de esta
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celestial criatura, mi Fiat Omnipotente hizo de Ella una nueva creación, ¡oh!
cuánto más bella, más prodigiosa que la primera, mi Querer Divino en Sí
mismo no tiene principio ni fin, y el prodigio más grande fue como si en esta
criatura renaciera, y no sólo, sino en cada instante, acto, oración que hacía,
crecía, y en este crecimiento mi Voluntad multiplicaba sus prodigios en
modo infinito. La Creación del universo fue creada por Nosotros en modo
admirable, y es mantenido por Nosotros bajo el imperio de nuestro acto
creante y conservante, sin que agregáramos nada, en cambio en esta Virgen,
manteníamos el acto creante, conservante y creciente, esto es el prodigio de
los prodigios, la Vida de nuestro Querer renacida en Ella, y su crecer
continuo en cada acto que hacía, y nuestro Fiat para renacer en Ella se
pronunció en el acto de su Concepción, y cuando Éste se pronuncia, nuestro
acto tiene tal suntuosidad, sublimidad, alteza, inmensidad, potencia, que
toma a todos en la red de su Amor, no pone a ninguno a un lado, todos
pueden tomar el bien que posee nuestro Fiat obrante, a menos que alguno no
lo quisiera. Nuestra Divinidad al ver en esta Santa criatura como renacida a
nuestra Voluntad, le participó sus derechos divinos, de modo que era dueña
de nuestro Amor, Potencia, Sabiduría y Bondad, y Reina de nuestro Fiat.
Ella con su acto creciente de nuestro Querer nos raptaba, nos amaba tanto,
que llegó a amarnos por todos, a todas las criaturas las cubría, las escondía
en su amor y nos hacía oír el eco del amor de todos y de cada uno. ¡Oh!
cómo nos sentíamos atados y como hechos prisioneros por el amor de esta
Virgen Santísima, mucho más que como nos amaba, adoraba, rogaba, obraba
con el acto creciente de nuestro Fiat que poseía, encerraba en sí a su
Creador, conforme nos amaba así nos sentíamos absorbidos en Ella sin
poderle resistir, era tanta su potencia que nos dominaba y encerraba en sí
nuestra Trinidad Sacrosanta, y Nosotros la amábamos tanto que la hacíamos
hacer lo que Ella quería; ¿quién tenía corazón para negarle algo? Más bien
nos sentíamos más felices de contentarla, porque un alma que nos ama es
nuestra felicidad, porque oímos el eco, la alegría de nuestra felicidad en ella,
y quien posee nuestra Voluntad como vida es todo para Nosotros. Este es el
gran prodigio de quien posee nuestra Voluntad como vida, sentir en sí el
participar en sus mismos derechos divinos, con esto siente que su amor no
termina jamás, y tiene tanto que puede amar por todos y dar amor a todos;
con su acto creciente no dice jamás basta a su santidad. Mucho más que la
Soberana Reina con poseer nuestra Voluntad como vida, tenía siempre qué
darnos, siempre qué decir, nos tenía siempre ocupados y Nosotros teníamos
siempre qué dar, y siempre nuestros secretos amorosos para comunicarle,
tanto que nada hacemos sin Ella, primero nos entendíamos con Ella, después
lo poníamos en su materno corazón, y de su corazón desciende en el
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afortunado que debe recibir aquel bien. Así que no hay gracia que descienda
sobre la tierra, no hay santidad que se forme, no hay pecador que se
convierta, no hay amor que parta de nuestro trono, que primero no sea
puesto en su corazón de Madre, la cual forma la maduración de aquel bien,
lo fecunda con su amor, lo enriquece con sus gracias, y si es necesario con la
virtud de sus dolores, y después lo pone en quien lo debe recibir, de modo
que quien lo recibe siente la Paternidad Divina y la Maternidad de su Madre
Celestial. Podemos hacer sin Ella, pero no queremos, ¿quién tendrá corazón
de hacerla a un lado? Nuestro Amor, nuestra Sabiduría infinita, nuestro
mismo Fiat se impone sobre Nosotros, y no nos hace hacer nada que no
descienda por medio suyo. Ve entonces hasta dónde llega nuestro Amor por
quien vive de la Voluntad Divina, hasta no querer hacer nada sin Ella, es la
armonía de nuestra Sabiduría infinita, que así como la Creación del universo
gira siempre en torno a Nosotros, y conforme gira fecundan la tierra y
mantienen la vida natural a todas las criaturas, así esta nueva creación de la
Concepción de la Inmaculada Señora gira siempre en torno a Dios, y Dios
gira siempre en torno a Ella, y mantienen la fecundidad del bien, forman la
santidad de las almas y la llamada a las criaturas a Dios."
Diciembre 15, 1935
El verdadero amor quiere hacerse conocer, se expande, corre
y vuela en busca de quien ama, porque siente la necesidad
de ser amado. Potencia del acto creante que se recibe
cuando se gira en la Creación.
Mi pobre mente es siempre transportada en el mar de la Divina
Voluntad, la cual me hace presente y tiene como en acto todo lo que ha
hecho por amor de las criaturas, y suspira que ellas reconozcan lo que ha
hecho, cuánto nos ha amado, y nos espera en sus actos para decir:
"Hagamos juntos, no me dejes obrar sola, a fin de que lo que Yo hice, lo
hagas tú, y así podremos decir, con igual amor nos hemos amado." Cómo es
bello poderse decir recíprocamente: "Me has amado y te he amado." Es la
recompensa de las obras más grandes y de los sacrificios más dolorosos.
Después mi mente giraba en la Creación, en aquel acto cuando el Fiat
Omnipotente pronunciándose creaba y extendía el cielo azul, y mi eterno
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amor para tenerme junto con Él en este acto; y mi dulce Jesús hacía fiesta
porque tenía su compañía, y deteniéndome me ha dicho:
"Hija mía buena, amar y no hacerse conocer es contra la naturaleza del
verdadero amor, porque el verdadero amor por sí mismo se expande y corre,
vuela en busca de quien ama, y sólo se detiene cuando encontrándola se la
encierra, la esconde en su amor, y transformándola en sus mismas llamas
quiere encontrar su mismo amor en ella, sus mismas obras hechas por quien
ama por amor suyo. Y como la criatura jamás puede hacer lo que hacemos
Nosotros por ella, nuestro Amor para conseguir lo que quiere llama a la
criatura a Sí, la esconde en su mismo amor y la hace obrar junto con nuestro
acto creante y conservante, y así en realidad la criatura puede decir: ‘Te he
amado, lo que has hecho Tú por mí lo he hecho yo por ti.’ Y Nosotros nos
sentimos en realidad amados por ella con nuestro Amor y con nuestras
mismas obras. Tú debes saber que cuando la criatura se eleva con su
voluntad en la nuestra en las cosas creadas por Nosotros, nuestro Ente
Supremo renueva sobre ella el acto creante, y ¡oh! las maravillas que
hacemos de gracias, de santidad, de cielo, de soles en su alma, nuestro acto
se deleita en repetirse, y cuando ella gira en las cosas creadas, nuestro Amor
quiere hacerse conocer, quiere que sienta cuánto la ama, y repite sobre ella
nuestro acto creante que no está jamás sujeto a cesar, de modo que siente
todo el ímpetu de nuestro Amor, la potencia de nuestras obras, y presa de
estupor nos ama con nuestra Fuerza creadora que hemos infundido en ella; y
¡oh! nuestro contento al vernos conocidos y amados por quien tanto
amamos. Por esto creamos tantas cosas, porque esperábamos a la criatura
para hacer conocer cuánto la amamos, y para dar a ella en cada cosa creada
el potencial de nuestro Amor para hacernos amar; el amor cuando no es
conocido se vuelve infeliz, y cuando no es amado por quien ama siente
perder la vida, impedido, romper los pasos, y poner en el olvido sus obras
más bellas. En cambio cuando es conocido y amado, su vida se multiplica, y
he aquí nuestro acto creante sobre la criatura para ser amado como Nosotros
la amamos, nuestros pasos son libres, más bien vuelan para tomar a la amada
criatura, estrecharla a nuestro seno para amarla y hacernos amar, nuestro
Amor siente la felicidad del amor que ella le lleva. Por eso no hay honor
más grande que pueda darnos que venir en nuestra Divina Voluntad,
Nosotros en cuanto la vemos venir ponemos a su disposición toda la
Creación, porque es suya, para ella fue hecha, y conforme gira en cada cosa
creada encuentra nuestra Potencia creadora, que invistiéndolas comunica
nuestro Amor que cada una posee, y nos pueda amar con nuestra Fuerza
creadora, que es fuente, y nos pueda amar como quiere y cuanto quiere, y así
el Amor del Creador y de la criatura se dan el beso, uno se reposa en el otro
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y ambos sienten el contento de amarse verdaderamente. ¡Oh! cómo es bella
la compañía de quien nos ama, es tanto nuestro contento, que nuestro Amor
surge e inventa otras obras más bellas, otras industrias amorosas para amar y
hacernos amar."
Diciembre 29, 1935
El puesto regio de la criatura en la unión de la Unidad Divina,
cómo queda encerrada en Ella y cómo puede formar las bellezas
más raras y el encanto a su mismo Creador.
Estoy entre los brazos del Fiat Divino, me atrae tanto que mi pequeña
nada se siente perdida en el Todo, y si bien perdida siente su vida sostenida,
alimentada, vivificada por el Todo, y si jamás sea, quisiera sustraerme, lo
que no puede ser, porque no encontraría ni siquiera un agujero dónde
poderme esconder en que no encontrara a mi Todo, ¡oh! entonces sentiría mi
pequeña nada sin vida. Sentía que el Querer Divino daba el aliento a mi
nada y me hacía sentir su Vida, su Amor, su Potencia, pero mientras mi
mente nadaba en el Todo, en su Luz interminable, mi amado Jesús visitando
mi pequeña alma, todo bondad me ha dicho:
"Mi pequeña hija de mi Voluntad, cómo es sorprendente, maravilloso,
sublime el obrar en mi Querer Divino, en cuanto la criatura hace su acto en
Él, su acto queda despojado de lo humano, y unificándose adquiere la unión
de la Unidad del acto divino. Ahora, la criatura tiene su puesto regio, su
acto en la Unidad de nuestro acto único, y por eso si ama, ama en nuestra
Unidad; si nos adora, si nos bendice, es dentro de nuestra Unidad; si nos
comprende, es dentro de nuestra Unidad; nada ve, nada hace ni siente fuera
de Nosotros, sino todo dentro de nuestro Ser Divino, ella puede decir: ‘No
conozco otra cosa, ni amo, ni quiero, sino sólo al Querer Divino, porque su
Unidad me tiene encerrada dentro."
Ahora, la fortuna más grande, la gracia más sublime para la criatura; la
gloria, el honor más grande para Nosotros, es poseer la voluntad humana, su
acto en nuestra Unidad, ¿y sabes por qué? Porque podemos dar amor
cuando queremos, y hacernos amar cuando deseamos, enriquecerla de
gracia, de santidad, de belleza, de sentirnos raptar por los bienes y belleza
que le hemos infundido. En suma podemos tener qué hacer con la criatura,
amarla, confiar el Todo a la nada, ya que tiene de lo nuestro, y sentirá tal
potencia y amor de poder defender al Todo, y Nosotros nos sentimos seguros
en esta nada, porque le hemos cedido nuestras armas para tenernos seguros y
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defendidos. Pero esto no es todo, todo lo que la criatura puede hacer, las
acciones naturales, los actos más indiferentes, las palabras, las obras, los
pasos, poseyendo su acto en nuestra Unidad se vuelven efecto de su acto
unido con el nuestro, símbolo del sol que con los efectos de su luz forma la
belleza, las floraciones, el encanto a todo lo creado, así ella investida por la
Luz de mi Fiat, todo se vuelve efecto suyo, uno es el acto, una es la
Voluntad, pero los efectos son innumerables, pueden formar las bellezas más
raras y el encanto más seductor a Aquél que la ha creado, y que la posee en
su Unidad. Hija mía, nuestro Ente Supremo posee un solo acto, así que toda
la Creación, cada criatura, no son otra cosa que efecto de la Unidad de
nuestro acto, por lo que la voluntad humana unificándose se vuelve nuestro
efecto continuo. Y este efecto ¿sabes qué significa? Darle siempre y recibir
siempre de la criatura."
Yo he quedado sorprendida y fija en el Querer Divino, y comprendía
tantas cosas de esta unión en la Unidad divina, que mientras era una
encerraba toda la Creación, y todos eran encerrados en esta Unidad y todos
salían de ella, pero sostenidos, unificados, vinculados en esta Unidad, y
como es una y todo, sostiene y da vida a todo. Mientras estaba en esto he
visto el cielo, y se veían tantas luces de variadas bellezas que poseían toda la
variedad de los colores, pero con un modo admirable que raptaban, estas
luces serpenteaban en la bóveda azul, y mientras eran tantas formaban una
sola, penetraban en los Cielos, descendían en lo bajo, querían dar vida de luz
a todos, no se detenían jamás, corrían, volaban, y mi dulce Jesús ha
agregado:
"Hija mía, estas luces son las maravillas de los actos hechos en mi
Querer Divino, cómo son bellas, llevan la marca de su Creador."
Enero 5, 1936
Quien vive en el Querer Divino forma la pequeña Vida de la
Divina Voluntad en la criatura. Cómo viene amada con
nuevo y duplicado Amor por Dios.
Mi pequeña y pobre voluntad siente la extrema necesidad del Querer
Divino, sin Él me siento en ayunas, sin fuerza, sin calor y sin vida, es más,
siento la muerte a cada instante, porque faltándome no hay quién pueda
sustituirse a alimentar su Vida en mí. Por eso voy repitiendo: "Tengo
hambre, ven ¡oh! Voluntad Divina a darme tu Vida para saciarme de ti, de
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otra manera yo muero." Pero mientras deliraba porque quería sentir en mí la
plenitud de la Divina Voluntad, mi dulce Jesús, repitiéndome su breve visita,
todo bondad me ha dicho:
"Hija mía bendita, tus delirios, tu hambre que siente la extrema
necesidad porque quieres sentir a cada instante la Vida de mi Voluntad, son
heridas a mi corazón, son desgarros de amor que violentándome me hacen
correr, volar para venir a hacer crecer la Vida de mi Voluntad en ti. Tú
debes saber que en cuanto la criatura quiere hacer mi Voluntad para vivir y
hacer sus actos en Ella, llama a su Creador, el Cual se siente llamado por la
Potencia de su mismo Querer en la criatura, a la cual no le es dado resistir o
poner la mínima resistencia. Es más, como no nos dejamos vencer jamás en
amor, en cuanto vemos que está por llamarnos, no le damos tiempo,
Nosotros la llamamos a ella y ella corre en nuestro Ser Divino como en su
propio centro, se arroja en nuestros brazos, y Nosotros la estrechamos tanto,
de transformarla en Nosotros, sucede un acuerdo perfecto entre el Creador y
la criatura, y es tanto nuestro énfasis de amor, que la amamos con nuevo y
duplicado Amor, pero esto no basta, le damos tal comunicación de nuestro
Ser Supremo, de hacernos amar con amor nuevo y duplicado por ella, y si tú
supieras qué significa ser amado por Dios con nuevo y duplicado Amor, y
poderlo amar con amor nuevo y duplicado, sólo en nuestra Voluntad Divina
hay estas maravillas y prodigios. Dios se ama a Sí mismo en la criatura,
todo es suyo, por eso no es maravilla que ponga en campo su siempre nuevo
Amor, lo duplica, lo centuplica cuanto quiere, y da la gracia a la criatura de
amarlo con su mismo Amor, si esto no fuese se vería gran disparidad entre
quien puede amar y entre quien no puede amar, y la pobre criatura quedaría
humillada, anulada, sin arrojo y unión de amor con su Creador, y cuando dos
seres no se pueden amar con igual amor, la desigualad produce la
infelicidad, mientras que nuestra Voluntad es Unidad, y libremente da a la
criatura su Amor para hacerse amar, da su Santidad para hacerla santa, su
Sabiduría para hacerse conocer, no hay cosa que posea que no quisiera darle.
Mucho más que con vivir en nuestro Fiat, como ha puesto a un lado su
voluntad para dar vida a la nuestra en sus actos, ha formado la pequeña Vida
de nuestro Querer en ella, la cual reclama, suspira el crecimiento, y basta un
acto de más en Él para crecer, un suspiro para quitarse el hambre, un deseo
total de que mi Querer corra en todo su ser para formarse alimento suficiente
para sentirse satisfecha de todo lo que pertenece a su Creador. Se requiere
atención suma, y mi Voluntad hará todo lo que se necesita para formar su
Vida en la criatura."
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Enero 22, 1936
Quien vive en la Divina Voluntad forma el teatro de las obras de
su Creador, y repite en ella la escena conmovedora de la Redención.
Estaba haciendo el giro en los actos de la Divina Voluntad, y buscaba
investir con mi pequeño amor el cielo, el sol y la creación toda, y el Fiat
Divino para corresponderme formaba el lugar en mi voluntad para encerrar
el cielo y la creación toda; después giraba en los actos de la Redención, y el
dulce Jesús encerraba sus actos en mí, y repetía las escenas más
conmovedoras para corresponderme por mi pequeño amor. Yo he quedado
sorprendida, y mi amado Jesús todo ternura y amor me ha dicho:
"Mi buena hija, hija de mi Voluntad, tú debes saber que mi Amor es
tanto, que para desahogarme quiero repetir mis obras, pero ¿en quién puedo
repetirlas? ¿En quién puedo encontrar lugar para encerrarlas para sentirme
amar? En quien vive en mi Voluntad. Conforme la criatura gira en mis
obras para conocerlas, amarlas y llamarlas a sí, se reproducen en ella y
forma el teatro de nuestras obras, cuántas escenas conmovedoras: Ahora se
extiende el cielo, ahora surge el sol con toda su majestad, ahora murmura el
mar y formando sus olas quisiera inundar a su Creador con su amor, ahora
forma el más bello prado florido, y en cada flor nos hace decir su estribillo:
‘Te amo, te glorifico, te adoro, y tu Fiat venga a reinar sobre la tierra.’ No
hay ser que no llame a sí para hacernos decir su historia: ‘Te amo, te amo.’
Hija mía, nuestro Amor no está contento si no se da todo y no repite nuestras
obras en quien vive en nuestra Voluntad.
Pero no es todo, escucha: Si con girar en los actos de la Creación
repite mis obras y tomo sumo placer y me deleito en asistir a las escenas
esplendidísimas de la Creación en la criatura, cuando ella gira en los actos
de la Redención para hacerlos suyos, Yo repito mi Vida, así que repito mi
Concepción, mi nacimiento, en el cual los ángeles repiten el gloria en los
Cielos y paz a los hombres de buena voluntad, y si la ingratitud humana me
obliga a llorar, voy a llorar en ella, porque sé que mis lágrimas serán
correspondidas y adornadas con su te amo. Por eso paso a repetir mi Vida,
mis pasos, mis lecciones, y cuando las culpas me renuevan las penas, la
crucifixión, la muerte, no las sufro jamás fuera de esta criatura, sino que voy
a ella a sufrir mis penas, las cruces, la muerte, porque ella no me dejará solo,
tomará parte en mis penas, quedará crucificada conmigo y me dará su vida
en correspondencia por mi muerte. Así que en quien vive en mi Voluntad
encuentro el teatro de mi Vida, las escenas conmovedoras de mi infancia y
de mi pasión, encuentro los cielos hablantes, los soles que me aman, los
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vientos que gimen de amor por Mí, en suma todas las cosas creadas tienen
que decirme una palabrita, un te amo, un testimonio de reconocimiento, pero
¿quién me las hace hablantes? ¿Quién es quien da la voz a todas las cosas?
Quien vive en mi Voluntad; Ella la transforma tanto, que no hay amor que
no se haga dar, ni obras que no pueda repetir en ella, por eso se pueden
llamar su Vida viviente y la repetidora de las obras de su Creador."
Marzo 1, 1936
Prodigios de la Encarnación del Verbo Divino. Cómo los Cielos
quedarone stupefactos y los ángeles quedaron mudos. Prodigios cuando
la DivinaVoluntad obra en la criatura. La Trinidad Divina llamada a
concilio. Dios al crearnos pone una dosis de su Amor en la criatura.
Estoy bajo la prensa de la privación de mi dulce Jesús, me siento
triturada, deshecha, como si mi vida quisiera terminar, pero el Querer Divino
triunfante sobre mi pequeño ser surge en mi alma, y me llama a hacer mi
jornada en su Voluntad, me parece que mientras me siente morir sin morir,
Ella forma su victoria y es su triunfo, y su Vida resurge más bella, toda llena
de majestad y de duplicado Amor sobre mi voluntad que muere. ¡Oh!
Voluntad Divina, cuánto me amas, Tú me haces sentir la muerte para
concentrar mayormente tu Vida en mí. Después continuaba mi jornada en
sus actos divinos, y habiendo llegado a la Encarnación del Verbo se sentía
tal amor, de sentirse quemar, consumir en sus llamas divinas. Y mi sumo
bien Jesús, como ahogado en sus llamas de amor me ha dicho:
"Hija mía bendita, mi Amor fue tanto al Encarnarme en el seno de mi
Madre Celestial, que Cielos y tierra no podían contenerlo, el acto de
Encarnarme ocurrió en un acto de amor tan intenso, tan fuerte, tan grande,
que era más que suficiente para quemar todo y a todos de amor. Tú debes
saber que antes de Encarnarme, mi Padre Celestial vio en Sí mismo, y en el
ímpetu de su Amor, no pudiendo contenerlo sacaba de Sí torrentes, mares de
Amor, en este ímpetu de amor vio a su Hijo, y Yo me encontraba en sus
mismas llamas de amor y me ordenó que me encarnara; Yo lo quería, y en
un ímpetu de amor, sin dejar a mi Padre ni al Espíritu Santo, sucedió el gran
portento de la Encarnación. Quedé con mi Padre, y al mismo tiempo
descendí al seno de mi Madre. Las tres Divinas Personas eran inseparables,
no sujetas a separarse, por eso puedo decir: ‘Quedé en el Cielo y descendí a
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la tierra, y el Padre y el Espíritu Santo descendieron conmigo a la tierra y
quedaron en el Cielo.’ Por eso, en este acto tan grande nuestro Ser Divino
desbordó tanto en amor, que los Cielos quedaron maravillados y los ángeles
sorprendidos y mudos, todos envueltos en nuestras llamas de amor. La
Encarnación no fue otra cosa que un acto de nuestra Divina Voluntad, ¿qué
cosa no sabe hacer y puede hacer? Todo; llega con su Potencia y con su
Amor infinito hasta obrar el prodigio jamás oído, ni hecho, de hacernos
quedar en el Cielo y descender en la prisión del seno materno. Así quiso
nuestra Voluntad que así se hiciera.
Ahora hija mía, cada vez que el alma quiere hacer mi Voluntad, mi
Padre Celestial primero observa dentro de Sí, llama como en concilio a la
Trinidad Sacrosanta para llenar aquel acto de nuestra Voluntad de todos los
bienes posibles e imaginables, después lo saca de Sí y hace investir a la
criatura de su Voluntad obrante, comunicante, transformante, y así como en
la Encarnación las tres Divinas Personas quedaron en el Cielo y
descendieron en el seno de la Inmaculada Virgen, así mi Voluntad, con su
Potencia transporta consigo en su acto operativo a la Trinidad Divina en la
criatura, mientras la deja en el Cielo, y forma en la voluntad humana su acto
divino. Ahora, ¿quién puede decirte las maravillas que vienen encerradas en
este acto de nuestra Voluntad? Nuestro Amor surge y se difunde, tanto, de
no encontrar lugar dónde ponerse, y cuando todo ha llenado se retira en
nuestra fuente; nuestra Santidad se siente honrada con el acto divino de
nuestra misma Voluntad obrante en la criatura, y se difunde con gracia
sorprendente para comunicar su Santidad a todas las criaturas, son prodigios
inenarrables que Ella hace cuando la criatura la llama a obrar en ella. Por
eso haz desaparecer todo en mi Voluntad y Nosotros te daremos todo en tu
poder y tú podrás darnos todo, incluso a Nosotros mismos."
Después de esto mi pequeña inteligencia la sentía tan llena de la
Voluntad Divina, que no podía contenerla, y seguía mi giro en sus actos
divinos, y habiendo llegado al acto cuando fue concebida la Inmaculada
Reina, comprendía cómo el Ente Supremo antes de llamarla a la vida, le
infundió tanto amor que en cuanto sintió la vida sintió la necesidad de amar
a su Creador, sentía en Sí misma aquel amor que sacaba fuera. Yo he
quedado sorprendida, y mi amado Jesús ha agregado:
"Hija mía, no te maravilles, es nuestra costumbre que a cada criatura
cuando la ponemos fuera a la luz del día en el acto de crearla, damos una
dosis de amor, dándole así parte de nuestra sustancia divina, y según
nuestros designios que hacemos sobre ella, así incrementamos la dosis de
nuestro Amor. Así que cada criatura tiene en sí misma la parte de la
sustancia del Amor Divino, de otra manera ¿cómo podría amarnos si
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Nosotros mismos no poníamos de lo nuestro para hacernos amar? Sería
pedir lo que no tenía, Nosotros ya lo sabíamos, que la criatura nada tiene
suyo, por eso debíamos encerrar como dentro de un sagrario nuestro Amor,
nuestra Voluntad, para pedir que nos ame y haga nuestro Querer. Y si
pedimos es porque sabemos que tiene en su poder nuestro Amor y nuestro
Querer, que Nosotros mismos hemos puesto en el fondo de su alma. Ahora,
si nos ama, esta dosis de nuestro Amor surge, se engrandece, y siente más
potentemente la necesidad de amarnos y de vivir de la Voluntad de su
Creador; si no nos ama no crece, y las debilidades humanas, las pasiones
forman las cenizas sobre nuestro Amor, de modo que llega a no sentir
ninguna necesidad de amarnos, las cenizas han cubierto y sofocado nuestro
fuego divino, y mientras el fuego existe, ella no lo siente, mientras que cada
vez que nos ama, no hace otra cosa que soplar para quitar las cenizas, así
sentirá el vivo fuego que le quema en el pecho, y lo agrandará tanto de no
poderse estar sin amarnos.
Ahora hija mía, la Inmaculada Reina, desde el primer instante de su
concepción, dado que sentía en Sí el amor por su Creador y nuestra
Voluntad obrante más que su misma vida, nos amó tanto que no perdió ni un
instante sin amarnos, y con amarnos y amarnos engrandeció tanto esta dosis
de amor, de podernos amar por todos y dar amor a todos, y amar a todos
siempre, sin cesar jamás; tú debes saber que nuestro Amor es tanto, que con
poner esta dosis de amor en la criatura, Nosotros poníamos el germen de la
felicidad dentro de ella, porque la verdadera felicidad debe tener su puesto
real dentro del alma, la felicidad de afuera si no reside dentro no se puede
llamar verdadera felicidad, más bien amarga a la pobre criatura y es como un
viento impetuoso, que rápido la disipa, dejando los rastros apenas
convertidos en espinas que la amargan, no así la felicidad de adentro, puesta
por Nosotros, ella es duradera y crece siempre, y además amar es felicitarse
y felicitarnos, quien no ama no puede ser jamás feliz, quien no ama no tiene
ninguna finalidad ni interés de cumplir obras, ni siente el heroísmo de hacer
bien a ninguno, el sacrificio que da las más bellas tintas al amor no existe
para ella. Entonces la Virgen Santísima poseía el mar de la felicidad porque
poseía tantas Vidas de amor por cuantas criaturas existen, y no sólo esto,
sino con no hacer jamás su voluntad, sino siempre la mía, formaba tantas
Vidas de mi Voluntad Divina en Ella, de modo que puede dar a cada criatura
una Vida de Amor y una Vida de Querer Divino. He aquí por qué con
derecho es Reina del amor, y Reina de la Voluntad Suprema. Por eso la
Soberana Reina ama, suspira sacar estas Vidas para ponerlas en las criaturas
y formar el reino del puro amor y el reino de nuestra Voluntad, y así llegará
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al punto máximo de amar a su Creador, y al punto máximo de amar y de
hacer bien a las criaturas."
Abril 21, 1936
Desahogo divino para quien vive en su Voluntad; cómo la
hace partícipe de sus obras. Cómo tiene siempre qué
dar y obra junto con la criatura.
Estoy siempre en el mar del Querer Divino, donde encuentro la fuerza,
la paz, el amor, más bien cuando entro en Él, viendo mi pequeñez y que no
soy buena para hacer nada, la Divinidad, que ama tanto el hacer obrar su
Voluntad en mi pequeñez, arma en torno a mí su Santidad, su Sabiduría, la
Bondad, la Fuerza, la Luz Divina, para hacer que su Voluntad encuentre en
mí sus cualidades divinas, para poder hacer en mí su acto obrante, así que
pone de lo suyo para dar gracias a la criatura de hacerla obrar en Ella.
Después seguía los actos de la Divina Voluntad, y Ella me llevaba en sus
brazos, me sostenía, me daba el respiro para hacerme recibir la participación
de sus actos. Entonces he llegado al acto de la Concepción de la Virgen, y
yo me he encontrado en el pequeño corazón de la Virgen concebida. Dios
mío, no sé decir, no sé seguir adelante, pero mi dulce Jesús para hacerme
comprender me ha dicho:
"Hija bendita de mi Querer, tienes razón, las olas de mi Querer te
inundan, te ahogan, y tu pequeña capacidad se pierde, y se necesita a tu
Jesús para explicarte mejor lo que tú ves, porque no sabes decir. Debes
saber hija mía que es tal y tanto nuestro Amor por quien quiere vivir y vive
en nuestro Querer Divino, que la queremos hacer partícipe de todas nuestras
obras, por cuanto a criatura es posible, dándole también el mérito de nuestras
obras divinas. En cuanto la criatura entra en nuestra Voluntad, Ella llama en
acto a su obrar divino, como si en aquel instante lo estuviera obrando, y
fundiéndola en su acto le hace ver los prodigios de su obrar, y la hace recibir
y confirmar en el bien, haciéndole sentir la nueva vida de su acto. Tú has
visto la Concepción de la Soberana Reina, y cómo tú estando en mi
Voluntad te has encontrado concebida en su materno corazón; mira la gran
diferencia, para quien vive en mi Querer los prodigios de la Inmaculada
Concepción fueron inauditos; mi Voluntad que animaba esta Inmaculada
Concepción, de la cual ninguno puede huir de Ella, llamó para estar
presentes a todas las criaturas, para que quedaran concebidas en su virginal
corazón, y recibieran su maternidad, su ayuda, su defensa, encontraran el
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refugio, el apoyo en esta Madre Celestial. Ahora, quien vive en nuestro
Querer se encuentra en el acto en que se Concibe, es la hija que
espontáneamente, por su voluntad, busca a su Mamá, y toma su puesto, se
encierra en su materno corazón para hacerse hacer de Mamá de la Celestial
Reina. Ahora, ésta tomará parte en las riquezas de la Soberana Señora, en
sus méritos, en su amor, sentirá en sí la nobleza, la Santidad de Ella, porque
conoce a quién pertenece, y Dios la hará partícipe de los bienes infinitos y
del amor exuberante que tuvo en la Concepción de esta Santa Criatura. Y
así de todas nuestras obras, en cuanto la criatura las busca, las llama en
nuestra Voluntad para conocerlas y amarlas, Nosotros llamamos en acto
nuestras obras, la ponemos en el centro de ellas, le hacemos sentir y probar
todo nuestro Amor, la potencia de nuestra Fuerza creadora, y la pequeñez de
la criatura recibe en sí, se llena hasta no poder contener más. Hija mía, no
hacer partícipe de nuestras obras a quien vive en nuestra Voluntad nos
resulta imposible, no sería verdadero amor el nuestro, porque Nosotros
poseemos en naturaleza la Fuerza comunicativa, y querremos comunicar a
todos nuestros bienes divinos, son las criaturas que los rechazan, pero para
quien vive en nuestro Querer desahogamos en comunicar nuestros bienes, no
encontramos en ella ninguna oposición, y si esto no fuera impediríamos
nuestro Ser Divino, más bien es una de nuestras felicidades: ‘Amar, dar,
abundar a nuestras amadas criaturas.’
Mira entonces la gran diferencia de quien vive en nuestra Voluntad,
las otras criaturas se encuentran en nuestras obras, en la Concepción de la
Virgen Santa, en la Encarnación del Verbo, en mis penas, en mi muerte y
hasta en mi Resurrección, pero se encuentran en virtud de nuestra Potencia e
Inmensidad, casi diría por necesidad, no por amor, ni porque conozcan
nuestros bienes y amen el hacer su habitación en ellos para gozárselos, de
hecho, es porque de nuestro Ser Divino ninguno puede huir, mientras quien
vive en nuestro Querer es la criatura que busca nuestras obras, las conoce,
las ama, las aprecia, y viene a tomar su puesto dentro de ellas, y ama y obra
junto con Nosotros, en consecuencia participa, adquiere nuevos
conocimientos y nuevo amor, mientras las otras están y no las conocen, no
nos aman, no tienen una palabra que decirnos, si se pudiera decir están por
obstaculizar nuestra Inmensidad, y muchos para ofendernos. Por eso es
nuestro suspiro ardiente que el alma viva en nuestro Querer, Nosotros
teníamos siempre qué dar y qué hacer siempre con ella, y ella tiene qué
hacer junto con Nosotros, no nos damos tiempo, un acto llama a otro, y nos
conocemos bastante, nuestra Voluntad primero nos hace conocer, nos hace
amar, y después forma la unión perenne de la criatura en nuestra Voluntad."
2786
Mayo 20, 1936
Diferencia que hay entre quien llama la Divina Voluntad en sus
actos, y entre quien hace las obras buenas sin Ella. La Ascensión;
cómo partía para el Cielo y quedaba en la tierra.
Mi pobre mente continúa girando en los actos de la Divina Voluntad, y
pensaba entre mí: "Cuál es la diferencia de quien llama la Divina Voluntad
en sus actos, y de aquellos que hacen las obras buenas y no la llaman, no le
dan el primer lugar en sus actos." Y mi dulce Jesús haciéndome su breve
visita me ha dicho:
"Hija mía, no hay comparación entre uno y otro, el primero con llamar
mi Voluntad en sus actos se despoja de lo que es humano, y forma el vacío
en su querer humano dónde dar el lugar a mi Voluntad; Esta embellece,
santifica, forma su Luz en aquel vacío, después pronuncia su Fiat creante y
llama a vida su obrar divino en el humano, y la criatura no sólo participa,
sino queda propietaria del acto divino, el cual posee la Potencia, la
Inmensidad, la Santidad y el valor Divino que no se agota jamás. Por eso,
en quien vive en nuestro Querer Nosotros miramos y encontramos a
Nosotros mismos y a nuestros actos que nos honran y nos hacen corona. En
cambio aquellos que hacen las obras buenas, pero no animados por nuestro
Querer, Nosotros no nos encontramos a Nosotros mismos, sino al acto finito
de la criatura, y como Nosotros no sabemos tener nada del bien que ellas
hacen donde no participen nuestros actos, les damos el mérito como pago; el
pago no es propiedad que puede siempre producir, por eso simboliza a
aquellos que viven al día, que si bien viven trabajosamente del salario que
tienen, pero no se hacen jamás ricos, sienten siempre la necesidad de que les
sea pagado su trabajo para vivir, y si no trabajan hay peligro de morir de
hambre, esto es, de no sentir la saciedad del bien, la vida de las virtudes, sino
la escuálida miseria de las pasiones. En cambio para quien vive en nuestro
Querer todo es abundancia, Nosotros le decimos: Toma lo que quieras, y
cuanto más puedas tomar, más ponemos a tu disposición nuestras riquezas,
nuestra Luz, nuestra Santidad, nuestro Amor, porque lo que es nuestro es
tuyo, y lo que es tuyo es nuestro, no queda otra cosa que vivir y obrar
juntos."
Después de esto estaba siguiendo la Ascensión de Jesús al Cielo, cómo
era bello, todo majestad, vestido de luz fulgidísima que raptaba y
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encadenaba los corazones a amarlo, y mi dulce Jesús todo bondad y amor
me ha dicho:
"Hija mía bendita, no hay suceso de mi Vida que no simbolice el reino
de mi Divina Voluntad, en este día de mi Ascensión Yo me sentía victorioso
y triunfante, mis penas habían terminado, más bien dejaba mis penas ya
sufridas en medio a mis hijos que dejaba sobre la tierra, como ayuda, fuerza
y sostén, y como refugio dónde esconderse en sus penas, para tomar de las
mías el heroísmo en sus sacrificios, puedo decir que dejaba mis penas, mis
ejemplos y mi misma Vida como simiente, que madurándose y creciendo
debía hacer surgir el reino de mi Divina Voluntad. Así que partía y quedaba,
quedaba en virtud de mis penas; quedaba en sus corazones para ser amado,
después que mi Santísima Humanidad subía al Cielo sentía más estrecho el
vínculo de la familia humana, por consiguiente no me habría adaptado a no
recibir el amor de mis hijos y hermanos que dejaba en la tierra; quedé en el
Santísimo Sacramento para darme continuamente a ellos, y ellos a darse a
Mí para hacerles encontrar el reposo, el descanso y el remedio a todas sus
necesidades. Nuestras obras no sufren de mutabilidad, lo que hacemos una
vez lo repetimos siempre. Además de esto, en este día de mi Ascensión Yo
tenía doble corona, la corona de mis hijos que llevaba conmigo a la patria
celestial, y la corona de mis hijos que dejaba en la tierra, símbolo ellos de
aquellos pocos que serán el principio del reino de mi Divina Voluntad; todos
los que me vieron ascender al Cielo recibieron tantas gracias, que todos
pusieron la vida para hacer conocer el reino de la Redención y pusieron los
fundamentos para formar mi Iglesia, y hacer que recogiera en su regazo
materno a todas las generaciones humanas; así los primeros hijos del reino
de mi Voluntad, serán pocos, pero serán tales y tantas las gracias de las que
serán investidos, que pondrán la vida para llamar a todos a vivir en este
santo reino. Una nube de luz me invistió, la cual quitó de la vista de los
discípulos mi presencia, los cuales estaban estáticos viendo mi persona, que
era tanto el encanto de mi belleza que tenía raptadas sus pupilas, no sabían
bajar su mirada para ver la tierra, tanto que se requirió de un ángel para
sacudirlos y hacerlos regresar al cenáculo. También esto es símbolo del
reino de mi Querer, será tal y tanta la luz que investirá a sus primeros hijos,
que llevarán lo bello, el encanto, la paz de mi Fiat Divino, de modo que
fácilmente se dispondrán a querer conocer y amar un bien tan grande.
Ahora, en medio a los discípulos estaba mi Mamá que asistía a mi partida
para el Cielo, este es el más bello símbolo. Así que Ella es la Reina de mi
Iglesia, la asiste, la protege, la defiende, así se pondrá en medio a los hijos
de mi Voluntad; será siempre Ella el motor, la vida, la guía, el modelo
perfecto, la maestra del reino del Fiat Divino que tanto aprecia, son sus
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ansias, sus deseos ardientes, sus delirios de amor materno, que quiere a sus
hijos en la tierra en el reino donde Ella vivió, no está contenta sólo con tener
a sus hijos en el Cielo en el reino de la Divina Voluntad, sino que los quiere
también sobre la tierra, siente que la tarea dada a Ella por Dios como Madre
y Reina no la ha completado, su misión no ha terminado hasta en tanto que
no reine la Divina Voluntad sobre la tierra en medio a las criaturas. Quiere a
sus hijos que la semejen y que posean la herencia de su Mamá, por eso la
gran Señora es toda ojos para mirar, todo corazón para amar, para ayudar a
quien ve en algún modo dispuesto a querer vivir de Voluntad Divina. Por
eso en las dificultades piensa que Ella está junto a ti, te sostiene, te fortalece,
toma tu querer en sus manos maternas para hacerlo recibir la Vida del Fiat
Supremo."
Mayo 31, 1936
La Divina Voluntad encierra todos los actos de la Vida de Jesús como en
acto de repetirlos siempre por amor de las criaturas. La Vida de Jesús
simboliza la llamada del reino de la Divina Voluntad sobre la tierra.
Mi pobre inteligencia seguía la Vida de mi dulce Jesús en la Divina
Voluntad, en la cual lo encontraba en acto de continuar su Vida cuando
estaba sobre la tierra, y ¡oh! cuántas maravillas, cuántas sorpresas de amor
jamás pensadas. Así que el Fiat Divino encierra todos los actos de la Vida
de Jesús como en acto de repetirlos siempre por amor de las criaturas, para
dar a cada una su Vida entera, sus penas, su amor ardiente. Entonces mi
dulce Jesús, todo bondad me ha dicho:
"Mi pequeña hija de mi Querer, mi Amor quiere desahogarse, siente la
necesidad de hacer conocer a quien quiere vivir de mi Voluntad, lo que Yo
hice y hago para que vuelva a reinar y dominar en medio a las criaturas; tú
debes saber que toda mi Vida no fue otra cosa que el llamado continuo de mi
Voluntad en medio a ellas, y el llamado de las criaturas en mi Fiat Supremo,
tanto, que cuando me concebí simbolizaba el llamado, el regreso para
hacerla concebir en las criaturas que con tanta crueldad la habían puesto
fuera de sus almas, y las llamaba a ellas a concebirse en Ella. En cuanto
nací, llamaba a renacer a mi Querer en todas las obras humanas; en todas
mis lágrimas infantiles, gemidos, plegarias y suspiros, llamaba con mis
lágrimas y suspiros a mi Voluntad en las lágrimas, penas y suspiros de las
criaturas, para que nada hicieran en que no sintieran la fuerza, el imperio de
mi Voluntad reinante en ellas, la cual apiadándose de mis lágrimas y de las
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de ellas, les habría dado la gracia del regreso de su reino. También mi exilio
simbolizaba cómo las criaturas se habían exiliado de mi Querer, y Yo quise
ser exiliado para llamar a mi Voluntad en medio a los pobres exiliados, a fin
de que los llamara y convirtiera el exilio en patria, donde no más serían
tiranizados por los enemigos, por gente extranjera, por viles pasiones, sino
que estarían con la plenitud de los bienes de mi Voluntad. Y mi regreso a
Nazaret simboliza muy bien mi Divina Voluntad, Yo vivía en Ella
escondido, su reinar estaba en pleno vigor en la sagrada familia, Yo era el
Verbo, la Voluntad Divina en persona, velada por mi Humanidad, aquella
misma Voluntad que reinaba en Mí se difundía a todos, los abrazaba, era
movimiento y vida de cada uno, Yo sentía en Mí el movimiento y la vida de
cada uno, de la cual mi Fiat era el actor; qué pena, qué dolor el no ser
reconocido, ni recibir un gracias, un te amo, un acto de reconocimiento, ni
del mundo entero ni del mismo Nazaret, porque no sólo mi Voluntad, sino
también mi Santa Humanidad vivía en medio a ellos, la cual no cesaba de
dar luz a quien pudiera verme y acercarse a Mí para hacerme conocer, pero
que en mi dolor quedaba siempre el Dios escondido. Tal es la suerte de mi
Querer Divino, el hombre fue creado con la Fuerza creadora del Fiat, nació,
fue unido, empapado en Él, le suministra el movimiento continuo, el calor,
la vida, terminará su vida en el Fiat, sin embargo ¿quién lo conoce? ¿Quién
es agradecido por este acto divino continuo, sin jamás cansarse, que con
tanto amor envuelve la vida de la criatura para darle vida? Casi ninguno hija
mía; hacer el bien, ser causa primaria de conservación y dar vida perenne a
la criatura, mantener el orden de todas las cosas creadas en torno a ella y
sólo para ella, y no ser reconocido, es el dolor de los dolores, y la paciencia
de mi Voluntad llega a lo increíble, ¿pero sabes tú el por qué de esta
paciencia tan invencible y constante? Porque sabe que vendrá su reino, será
reconocida su Vida palpitante en medio a las criaturas, y en vista de la gran
gloria que recibirá al ser conocida que es vida de cada vida, y mientras es
vida recibirá cada vida para reinar en ella, no estará más escondida sino
develada y reconocida; en vista de esto soporta tanto desconocimiento, y
sólo una paciencia divina podría soportar la prolijidad de tantos siglos de
tanta ingratitud humana. De Nazaret pasé al desierto donde había máxima
soledad, la mayor parte habitado por animales feroces que ensordecían el
desierto con sus rugidos que me rodeaban, símbolo de mi Divina Voluntad,
que cuando no es conocida se forma el desierto en torno a la criatura y una
soledad que da horror y espanto, se desertifica el bien y el alma se siente
circundada más que por animales feroces, esto es, por sus pasiones brutales
que mandan rugidos de rabia, de bestial furor, de crueldad, de toda suerte de
males. Mi Santa Humanidad iba paso a paso buscando y encontrando todos
2790
los dolores que había sufrido mi Divina Voluntad para repararla y llamarla
de nuevo a reinar de nuevo en medio a las criaturas, puedo decir que cada
latido, respiro, palabra, paso y pena míos, era el llamado continuo a mi
Voluntad a hacerse conocer por las criaturas para hacerla reinar, y las
llamaba a ellas en Ella para hacerles conocer el gran bien, la santidad, la
felicidad del vivir en el Fiat. Del desierto pasé a la vida pública, en la que
pocos fueron los que me creyeron que Yo era el Mesías, especialmente de
los doctos casi ninguno, y Yo quise usar mi Potencia sembrando milagros
para formarme el pueblo, a fin de que si no creían en mis palabras creyeran a
la potencia de mis milagros, eran mis industrias divinas y amorosas que a
cualquier precio quería hacerme conocer que era su Salvador, porque si no
me conocían no podían recibir el bien de la Redención, por eso era necesario
hacerme conocer para hacer que mi venida sobre la tierra no fuera inútil para
ellos. ¡Oh! cómo mi vida pública simboliza el triunfo del reino de mi Fiat en
medio a las criaturas, que con verdades sorprendentes lo haré conocer, y
para conseguirlo haré milagros y prodigios, con la Potencia de mi Querer
llamaré a vida a los muertos a la gracia, repetiré el milagro de la resurrección
de Lázaro, que a pesar que están podridos en el mal, que se han vuelto
cadáveres pestilentes como Lázaro, mi Fiat los llamará a vida, hará cesar la
peste del pecado, los hará resurgir en el bien, en suma, usaré todas mis
industrias divinas para hacer dominar mi Querer en medio a las gentes. Ve
entonces, en cada palabra mía que decía y en cada milagro que hacía,
llamaba a mi Voluntad a reinar en medio a ellas, y llamaba a las gentes a
vivir en Ella. De la vida pública pasé a la pasión, símbolo de la Pasión de mi
Voluntad que por tantos siglos había sufrido tantas voluntades rebeldes de
las criaturas, que con no querer someterse a Ella habían cerrado el Cielo,
roto las comunicaciones con su Creador, y se habían convertido en infelices
esclavos del enemigo infernal. Mi Humanidad lacerada, perseguida hasta la
muerte, crucificada, representaba la humanidad infeliz sin mi Querer ante la
Divina Justicia, y en cada pena llamaba a mi Fiat a darse el beso de paz con
las criaturas para hacerlas felices, y las llamaba a ellas en Él para hacer cesar
la Pasión dolorosa a mi Voluntad. Finalmente la muerte, que maduró mi
Resurrección, la que llamaba a todas a resurgir en mi Fiat Divino, y ¡oh!
cómo simboliza a lo vivo mi Resurrección el reino de mi Voluntad, mi
Humanidad llagada, deformada, irreconocible, resurgía sana, de una belleza
encantadora, gloriosa y triunfante. Ella preparaba el triunfo, la gloria a mi
Voluntad llamando a todos en Ella e impetrando que todos resurgieran en mi
Querer, de muertos vivos, de feos bellos, de infelices felices. Mi
Humanidad resucitada asegura el reino a mi Voluntad sobre la tierra, fue mi
único acto lleno de triunfo y de victoria, y esto me convenía porque no
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quería partir para el Cielo si primero no daba todas las ayudas a las criaturas
para hacerlas entrar en el reino de mi Querer, y toda la gloria, el honor, el
triunfo a mi Fiat Supremo para hacerlo dominar y reinar. Por eso únete
conmigo y haz que no haya acto que hagas, y pena que sufras, que no llames
a mi Voluntad a tomar su puesto real y dominante, y como vencedora
conquiste a todos para hacerse conocer, amar y querer por todos."
Junio 14, 1936
Dios y su Voluntad; su Voluntad con la Creación; su Voluntad con
los seres Celestiales; su Voluntad en desacuerdo con la humana familia.
El Querer Divino con fuerza potente me llama en el mar interminable
de su Voluntad, y ¡oh! cómo se está bien en Ella, cuántas sorpresas, cuántas
cosas bellas se comprenden, las cuales producen alegrías infinitas, Vidas
Divinas, Amor que jamás dice basta, pero lo que más felicidad da es ver y
sentir que todo es Voluntad Divina, toda la Creación forma un solo acto de
Querer Supremo. Pero mientras mi mente se perdía en Ella, el dulce Jesús
haciéndome su breve visita, con un amor indecible me ha dicho:
"Hija bendita de mi Querer, tú debes saber que a la cabeza del reino de
mi Divina Voluntad está Dios mismo, nuestra Divinidad no hace otra cosa
que un acto continuo de nuestra Voluntad, no hacemos jamás la voluntad de
ninguno sino siempre la nuestra, la corona de nuestros atributos son
dominados por nuestro Fiat, su reino está dentro de Nosotros y se extiende
fuera de Nosotros en nuestra Inmensidad, en nuestro Amor, Potencia y
Bondad, en todo, así que para Nosotros todo es Voluntad nuestra.
En segundo lugar viene la Creación, Cielos, soles, estrellas, vientos,
aguas, también el pequeño hilo de hierba, no hacen otra cosa que un acto
continuo del Fiat; entre ellas y Nosotros hay un acto de respirar, Nosotros
emitimos el respiro de nuestra Voluntad, y la Creación lo recibe, y
emitiéndolo nos da el respiro que le habíamos dado, esto es, todos los
efectos que ha producido nuestra Voluntad respirada por ella, y se une a
nuestro acto único, cuánta gloria y honor no recibimos, cómo viene exaltado
nuestro Ser Supremo, sólo porque hacemos respirar nuestra Voluntad a toda
la Creación, y ella nos regresa el respiro que le habíamos dado, hay tal
unidad de Voluntad con toda la Creación, que todo lo que sale y entra forma
un solo acto de Voluntad Suprema, y la multiplicidad y diversidad de las
cosas que se ven y suceden, no son otra cosa que los efectos que produce el
único y solo acto nuestro. Porque nuestro Fiat no se cambia jamás, ni está
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sujeto a mutarse, toda su Potencia está en esto, hacer un solo acto para poder
producir todos los efectos posibles e imaginables.
En tercer lugar vienen todos los ángeles, santos y bienaventurados de
la patria celestial, ellos giran en torno a nuestro Ser Supremo y respiran la
Fuerza, la Santidad, el Amor, las alegrías infinitas, las felicidades sin
número del Querer Divino, forman una sola Vida con Él, esta Vida la sienten
dentro como vida propia, la sienten por fuera, en la cual les lleva el océano
siempre nuevo de las felicidades divinas, pero uno es el acto que se forma en
el Cielo, Voluntad Divina; uno el respiro; una sola cosa se necesita,
Voluntad Divina; si jamás sea, en el Cielo pudiera entrar un solo acto, un
solo respiro que no fuera Voluntad Divina, la patria celestial perdería todo el
encanto, lo bello, el atractivo del que está investida, pero esto no puede ser.
Ve entonces que toda la supremacía la tiene mi Fiat; los bienaventurados con
solo respirarlo quedan llenos de mares de alegrías y felicidad
incomprensible, y mientras emiten el respiro, nuestra Divinidad siente la
felicidad que gozan todos los santos, y todos magnifican nuestro Querer
Supremo como principio, fuente, origen de todos los bienes.
En cuarto lugar viene la familia humana, ella gira entorno a Nosotros,
pero como su voluntad no es una con la nuestra, no respiran nuestro Querer,
que pone el orden, la santidad, la unión, la armonía con su Creador, y por
eso quedan esparcidas, desordenadas, y como extraviadas de Nosotros, son
seres infelices, la paz, la felicidad, la abundancia de los bienes están alejadas
de ellos, y todo el mal viene de que nuestra Voluntad no es la de ellos, no
nos respiramos recíprocamente, y esto impide la comunicación de nuestros
bienes, la perfecta unión con nuestro Ente Supremo. Nuestra mano creadora
que debía formar su obra maestra y la más bella en cada criatura, es detenida
porque falta nuestra Voluntad, no encuentra sus almas que se presten,
adaptables para volver factible nuestro arte divino; donde falta nuestro
Querer no sabemos qué hacer con aquella criatura. Esta es la causa por la
que suspiramos tanto que reine nuestra Divina Voluntad y forme su Vida en
ellas, porque nuestra obra creadora esta impedida, nuestros trabajos
suspendidos, la obra de la Creación está incompleta, y para obtener esto, una
debe ser la Voluntad del Cielo y de la tierra, una la Vida, uno el Amor, uno
el respiro, y este es el más grande bien que queremos dar a las criaturas,
tenemos qué hacer todavía tantas obras bellas, pero el querer humano nos
impide el paso, ata nuestros brazos e inmoviliza nuestras manos creadoras.
Por eso quien quiere hacer nuestra Voluntad y vivir en Ella, nos da el trabajo
y hacemos de ella lo que queremos.
Ahora, tú debes saber que en cuanto la criatura se decide a vivir de
Voluntad Divina, asegura su salvación, su santidad, Nosotros estamos en ella
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como en nuestra casa, y su voluntad nos sirve como materia en la cual en
cada acto suyo pronunciamos el Fiat para formar nuestras obras dignas de
Aquél que la habita; hacemos como un rey que se sirve de las piedras, grava,
ladrillos y cal para formarse una suntuosa morada real, de dejar atónito a
todo el mundo, pobre rey si no tuviera las piedras, los materiales necesarios
para formarse la morada real, con todo y que tuviera toda su buena voluntad
y monedas para gastar para formarlo, faltando las materias primas quedaría
sin palacio. Así somos Nosotros, si nos falta la voluntad del alma, con toda
nuestra Potencia y Voluntad que tenemos, faltándonos la materia no
podemos formar en el alma la bella morada digna de ser nuestra habitación,
por eso cuando la criatura nos da su voluntad y toma la nuestra, estamos al
seguro, encontramos todo a nuestra disposición, cosas pequeñas y cosas
grandes, cosas naturales y cosas espirituales, todo es nuestro, y de todo nos
servimos para hacer obrar nuestro Fiat Omnipotente. Y como nuestra
Voluntad no sabe estar sin sus obras, hace el llamado de todas sus obras en
la morada que con tanto amor se ha formado en la criatura, se rodea de todas
las obras de la Creación, cielos, soles, estrellas le hacen homenaje; pone en
orden en ella todo lo que Yo hice en la Redención, mi Vida, mi nacimiento,
mis lágrimas infantiles, mis penas y oraciones, todo, donde está mi Voluntad
nada debe faltar, porque todo de Ella ha salido, por lo que con derecho todo
es suyo, y por eso donde Ella reina forma la concentración de todas sus
obras. Y ¡oh! las bellezas, el orden, la armonía, los bienes divinos que se
ven en esta criatura, los cielos quedan estupefactos y todos admiran el Amor,
la Potencia de la Divina Voluntad, y temblorosos la adoran. Por eso déjate
trabajar por Ella, y Ella hará cosas grandes de hacerte asombrar.
Además de esto, nuestro Amor, nuestra eterna Sabiduría, ha
establecido todas las gracias que debemos dar a la criatura, los grados de
santidad que debe adquirir, la belleza con que debemos adornarla, el amor
con el que nos debe amar, y los mismos actos que ella debe hacer; donde
reina nuestro Fiat todo viene realizado, el orden divino está en pleno vigor,
ni siquiera una coma es cambiada, nuestro obrar está en plena armonía con
las obras de la criatura, y ¡oh! cómo nos deleitamos, y cuando le hemos dado
nuestro último amor en el tiempo, y ella ha cumplido el último acto nuestro
de Voluntad Divina en su vida mortal, nuestro Amor le dará el vuelo a la
patria celestial, y nuestra Voluntad la recibirá en el Cielo como triunfo de su
Voluntad obrante y conquistadora, que con tanto amor conquistó sobre la
tierra. Así que su último acto será la desembocadura que hará en el Cielo,
para dar principio en nuestra Voluntad felicitante, que no tendrá jamás fin.
En cambio donde no reina nuestro Querer, el orden divino no existe, cuántas
obras nuestras rotas y no efectuadas, cuántos vacíos divinos y llenos tal vez
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de pasiones, de pecados, no hay belleza sino deformidad de dar piedad. Por
eso sé atenta y haz que nuestro Querer reine y viva en ti."
Julio 4, 1936
Cómo un acto de voluntad humana puede arruinar el orden Divino y
sus obras más bellas. La primera cosa que Dios quiere es la libertad
absoluta. La Divina Voluntad formará tantos Jesús donde Ella reina.
Mi pobre mente no sabe estar sin girar y volar en el Querer Divino, y
mi pobre voluntad humana se siente como bajo la presión de la Divina
Voluntad, y pensaba entre mí: "¡Ah! sí, es bello, se siente la victoria, el
triunfo, el dominio, la felicidad, las bellas conquistas del vivir en el Querer
Divino, pero el querer humano mientras se siente vivo debe continuamente
morir, es verdad que es el más grande honor, el Amor más grande de Dios,
el dignarse descender en la voluntad de la criatura y con su Majestad y
Potencia obrar, hacer lo que Él quiere, y el humano quedarse en su lugar y
sólo puede hacer lo que hace Dios, pero lo suyo todo lo debe abandonar, este
es el sacrificio de los sacrificios, especialmente en ciertas circunstancias;
¡oh! cómo es doloroso sentir la vida y tenerla como si no la tuviera, porque
el Fiat Divino no tolera que ni siquiera una fibra de querer humano actúe en
el suyo." Y una multitud de pensamientos ocupaba mi pobre mente, y mi
dulce Jesús compadeciendo mi ignorancia y el estado doloroso en que me
encontraba, con ternura indecible, poniéndome su mano santísima sobre mi
cabeza me ha dicho:
"Hija bendita, ánimo, no te abatas, mi Querer Divino quiere todo,
porque sabe que un pequeño acto, un deseo, una fibra de querer humano le
arruinaría sus obras más bellas, el orden divino, su Santidad quedaría
obstaculizada, su Amor restringido, su Potencia limitada, por eso no tolera
que ni siquiera una fibra de querer humano tenga vida; es verdad que es el
sacrificio de los sacrificios, ningún otro sacrificio puede igualar el peso, el
valor, la intensidad del sacrificio de vivir sin voluntad, tanto que se requiere
la Vida perenne, el milagro continuado de mi Querer Divino para poder
resistir a este sacrificio, que frente a los otros, éstos se pueden llamar
sombras, cuadros pintados, juego de niños que lloran por una insignificancia,
porque está el querer humano que en las penas, en los encuentros dolorosos,
en las obras, no se siente deshecho, sin vida, sin satisfacciones, por eso los
sacrificios se sienten, ¡oh! cuanto más ligeros, pero vacíos de Dios, de
santidad, de amor, de luz, de verdadera felicidad, y quizá ni siquiera exentos
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de pecados, porque el querer humano sin el mío no puede hacer jamás cosas
buenas y santas. Además, si mi Fiat no tuviera virtud de tener consigo al
querer humano sin darle vida, más bien encerrar su Vida en él para hacer que
no encuentre ni lugar ni tiempo de poder actuar, no podría obrar con aquella
ostentación, suntuosidad y pompa divina que Nosotros estamos
acostumbrados de hacer en nuestras obras; si en la Creación hubiera estado
otra voluntad, nos habría impedido la suntuosidad, la ostentación, la pompa
divina que tuvimos en toda la Creación, nos habría podido impedir la
extensión del cielo, la multiplicidad de las estrellas, la vastedad de la luz del
sol, la variedad de tantas cosas creadas, nos habría puesto un límite. Por eso
nuestro Querer quiere estar solo para hacer lo que sabe y quiere hacer, por
eso quiere la voluntad humana consigo, concurrente, espectadora,
admiradora de lo que quiere hacer en ella, pero debe estar convencida, si
quiere vivir en mi Voluntad, que la suya no puede actuar más y que debe
servir para encerrar la mía en la suya, para dejarla hacer con toda libertad sus
obras, con toda la suntuosidad, con la magnificencia de la gracia y con la
pompa de sus variedades divinas. La primera cosa que queremos es la
libertad absoluta, queremos ser libres hija mía, sea cualquiera el sacrificio
que queremos y las obras que queremos hacer, si esto no fuera, el vivir en mi
Voluntad será un modo de decir, pero en realidad no existe."
El querido Jesús ha hecho silencio, y yo pensaba en todo lo que me
había dicho y decía entre mí: "Él tiene razón de que no puede el querer
humano actuar ante la Santidad y Potencia de la suya, y por sí mismo se
pone en su puesto de nulidad, se requiere de mucho para obrar ante una
Voluntad Divina, se siente incapaz y ella misma le rogaría que no le diese la
gran desventura de hacerle formar un movimiento, una fibra del propio
querer; pero mi cruz, y Tú sabes en que laberinto me has puesto, me siento
impedida y humillada hasta el polvo, tenía necesidad y Tú sabes de quién,
sin poderme yo misma ayudar, y no un día, un año, ¡oh! cómo es duro, sé
que sólo tu Querer me da la fuerza, la gracia, que por mí misma no habría
podido resistir." Y sentía tal amargura de sentirme morir. Y mi siempre
amable Jesús, compadeciéndome me ha dicho:
"Hija mía, cuando mi Divina Voluntad quiere hacer un acto completo
en la criatura, y ¿sabes tú qué significa un acto completo de mi Voluntad?
Significa acto completo de Dios, en el cual encierra Santidad, Belleza,
Amor, Potencia y Luz de hacer estremecer Cielos y tierra, Dios mismo se
debe sentir raptar, pero tanto, de formar su sede, su trono de gloria en este su
acto completo suyo, el cual servirá a Sí mismo y descenderá como benéfico
rocío a favor de todas las criaturas. Por eso para hacer este acto completo,
debía disponer sobre ti una nueva cruz, no dada a ningún otro, para
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madurarte y hacer surgir en ti las disposiciones que se requerían, tú para
recibir y Dios para hacer este acto suyo completo de su Voluntad; sin nada
no se hace nada, por eso tú para recibir y Nosotros para dar cosas nuevas
debíamos disponer cruces nuevas, que unidas al trabajo continuo de nuestro
Querer, debía preparar todo para un acto tan grande. Tú debes saber que mi
Fiat no te ha dejado jamás, por eso tú sientes su dulce impresión e imperante
sobre cada fibra, movimiento, deseo de tu querer, celoso de ti y de su mismo
acto completo que quería hacer, tenía y mantenía su real dominio, pero
¿sabes por qué? Un dulce y querido secreto, escúchame: Conforme mi
Querer dominaba tu mente, tu mirada, tu palabra, así formaba tu Jesús en tu
mente, su mirada en la tuya, su palabra en la tuya; conforme dominaba las
fibras, el movimiento, el corazón, así formaba sus fibras, el movimiento, el
corazón de tu Jesús en ti; y conforme te dominaba la obras, los pasos, todo tu
ser, así formaba sus obras, sus pasos, todo Jesús en ti. Ahora, si mi
Voluntad te hubiera dado la libertad de hacer actuar a la tuya, incluso en las
cosas más pequeñas e inocentes, no habría podido formar tu Jesús en ti, y Yo
de voluntad humana no puedo ni quiero vivir, ni mi Querer habría tomado el
empeño de formarme en el alma si no estuviera seguro que Yo encontrara mi
misma Voluntad, de la que estaba animada mi Humanidad; será propiamente
esto su reino sobre la tierra, el formar tantos Jesús por cuantas criaturas
quieran vivir de Voluntad Divina; con Jesús en las almas su reino tendrá su
suntuosidad, sublimidad, su esplendor de cosas inauditas, y estará seguro, y
entonces en el reino de mi Fiat Divino tendré tantos Jesús vivientes que me
aman, me glorifican y me darán gloria completa. Por eso suspiro tanto este
reino, también tú suspíralo, no te ocupes de otra cosa, déjame hacer, confía
en Mí, y Yo pensaré en todo."
Después de esto continuaba pensando en la Divina Voluntad, y mi
dulce Jesús ha agregado:
"Hija mía, la luz, símbolo de mi Querer Divino, la naturaleza de ella
es el expandirse cuanto más puede, y se encuentra en todos, no niega a
ninguno su luz, la quieran o no la quieran, a lo más puede suceder esto, que
quien la quiere utiliza la luz y se sirve de ella también para hacer obras
grandes, en cambio quien no la quiere no hace ningún bien, pero no puede
negar que ha recibido el bien de la luz. Tal es mi Voluntad, más que luz se
expande por todas partes, inviste a todos y todo, y la señal de que el alma la
posee es sentir la necesidad junto con Ella de darse a todos, hacer bien a
todos, con sus actos corre a todos y quisiera hacer tantos Jesús para darlo a
cada uno. Mi Voluntad es de todos, soy Jesús de todos, y por eso sólo estoy
contento cuando la criatura hace suya mi Voluntad, mi Vida, y me quiere dar
a todos, ella es mi alegría y mi fiesta continua."
2797
Agosto 23, 1936
El pequeño campito asignado a la criatura en la inmensidad
de la Divina Voluntad. Jesús pone a disposición de las criaturas
su Vida, basta que obtenga que vivan en el Querer Divino. El
gran prodigio de la creación de la Virgen.
Continúo mi abandono en el Fiat, mi pobre mente nada en su mar
divino y comprende arcanos celestiales, pero no sé decirlos porque no son
palabras de acá abajo; mientras me encuentro en este mar divino miro su
inmensidad, no hay ser o cosa que le pueda huir, todos y todo forman la vida
y la reciben en el Querer Divino, pero ¿qué cosa puede tomar la criatura de
esta inmensidad? Apenas las gotitas, tanta es su pequeñez; pero mientras
toma las gotitas no puede salir de esta inmensidad, se la siente correr dentro
y fuera, a derecha e izquierda, por todas partes, no pudiendo por un solo
instante desembarazarse de Ella. ¡Oh! Voluntad Divina, cómo eres
admirable, eres toda mía, me haces crecer en Ti, por todas partes te
encuentro, me amas siempre hasta formar la vida de mi vida; pero mientras
mi mente se perdía en este mar, mi dulce Jesús, todo bondad ha salido de
dentro de este mar, y acercándose a mí me ha dicho:
"Hija de mi Querer, ¿has visto como la inmensidad de mi Fiat es
inalcanzable? Ninguna mente creada, por cuán santa sea puede abrazarla y
ver dónde terminan sus confines, todos tienen su lugar en Ella, más bien,
cada criatura tiene su pequeño campo en la inmensidad de mi Divina
Voluntad, pero ¿quién trabaja este pequeño campo que le ha sido asignado?
Quien vive en Ella, porque viviendo en Ella se hace la primera trabajadora, y
Ella tomando en su regazo a la criatura la tiene ocupada, fundida en el
trabajo que quiere que haga en el pequeño campito que le ha sido dado en mi
Voluntad, y como posee su Fuerza creadora, lo que la criatura podría hacer
en un siglo, junto con Ella lo hace en una hora, así que en una hora puede
adquirir un siglo de amor, de obras, de sacrificios, de conocimientos divinos,
de adoraciones profundas, y después del trabajo llama al alma al reposo para
felicitarse y reposarse juntos, y oh, la alegría que sienten viendo lo bello del
campito, y para felicitarse de más regresan al trabajo, es un alternarse entre
el trabajo y el reposo, porque entre las tantas cualidades que posee mi Divina
Voluntad, es movimiento y actitud continua, no está ociosa, antes bien a
cada cosa creada ha dado su trabajo continuo para glorificarse y para hacer
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bien a todos; los ociosos no existen en mi Voluntad, más bien en Ella todo es
trabajo, si ama es trabajo, si se ocupa en conocernos es trabajo, si nos adora,
si sufre, si ruega, es trabajo, y trabajo divino, no humano, que convirtiéndose
en moneditas de infinito valor pueden conseguir cómo volver su campito
más grande. Ahora hija mía, tú debes saber que es mi Voluntad absoluta que
la criatura haga mi Voluntad; cómo suspiro verla reinante y obrante en ella,
cómo quiero oír decir: ‘La Voluntad de Dios es la mía, lo que quiere Dios
quiero yo, lo que hace Dios hago yo.’ Ahora, siendo mi Voluntad que vive
en ella, debía darle los medios, las ayudas necesarias, y por eso mi
Humanidad se pone a disposición de la criatura en el pequeño campito de la
inmensidad de mi Voluntad asignado a ella, es por eso que exhibo mi Fuerza
para sostener su debilidad, mis penas para ayuda de las suyas, mi Amor para
esconder el suyo en el mío, mi Santidad para cubrirla, mi Vida como apoyo
y sostén de la suya y para servirle de modelo, en suma, mi Divina Voluntad
debe encontrar tantos Jesús por cuantas criaturas quieran vivir de mi
Voluntad, y entonces Ella no encontrará más obstáculo de parte de ellas,
porque Yo las tendré escondidas en Mí y tendrá que hacer más conmigo que
con ellas, y las criaturas encontrarán todas las ayudas necesarias,
sobreabundantes, para vivir de mi Voluntad. Es costumbre de Dios que
cuando quiere una cosa, da todo lo que se requiere para hacer que lo que
quiere tenga su cumplimiento. Por eso quisiera que sepan las criaturas que
Yo me pongo a disposición de aquellos que quieren vivir de mi Voluntad,
ellos encontrarán mi Vida que suplirá a todo lo que se requiere para hacerlos
vivir en el mar de mi Querer Divino, de otra manera su pequeño campito en
mi Inmensidad quedará sin trabajo, y por lo tanto sin fruto, sin felicidad y
sin alegría, serán como aquellos que viven bajo el sol sin jamás hacer nada,
y el sol servirá para quemarlos y para darles una sed ardiente de sentirse
morir. Así que todas las criaturas, por razones de creación se encuentran
todas en esta Inmensidad, pero si su voluntad no está con la mía, viven a sus
expensas, se sentirán quemar todos los bienes y tendrán la sed de las
pasiones, del pecado, de las debilidades, que las atormentarán. Por eso no
hay mal mayor que no vivir de mi Voluntad."
Después de esto estaba haciendo mi giro en los actos de la Divina
Voluntad en la Creación, y llegando a la Concepción de la Virgen Santísima,
mi dulce Jesús me ha detenido y me ha dicho:
"Hija mía, el más grande prodigio de la Creación es la Virgen, el
Querer Divino que dominó desde el primer instante de su Concepción su
querer humano, y el querer de esta santa criatura que dominó el Fiat Divino,
el uno venció al otro, fueron vencedores los dos, y en cuanto el Querer
Divino entró como Rey dominante en su querer humano, comenzaron las
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cadenas de los grandes prodigios divinos en esta excelsa criatura, la Fuerza
increada se volcó en la fuerza creada, pero tanto, que podía sostener como si
fuera una hoja de paja la Creación toda, y todas las cosas creadas sentían la
fuerza creada en la Fuerza increada que las sostenía y contribuía a su
conservación. ¡oh! cómo se sintieron honrados y más felices, de que una
fuerza creada corría en todo como su Reina para sostenerlas y conservarlas.
Su fuerza era tanta que imperaba sobre todos, incluso sobre su Creador, era
la invencible, que con la Fuerza del Fiat Divino vencía a todos y todo, más
bien todos se hacían vencer por esta Emperatriz Divina, porque tenía una
fuerza potente y raptora que ninguno podía resistirle, los mismos demonios
se sentían debilitados y no sabían dónde esconderse de esta Fuerza
insuperable. Todo el Ser Supremo se volcó en esta voluntad creada que
había sido dominada por la Divina Voluntad, y el Amor infinito se volcó en
el amor finito y todos y todo se sentían amados por esta Santa Criatura, su
amor era tanto, que más que aire se hacía respirar por todos, de modo que
esta Reina de amor sentía la necesidad de amar a todos, como Madre y Reina
de todos; nuestra Belleza la invistió, pero tanto, que poseyó la fuerza, el
amor, la bondad, la gracia raptora, que mientras ama se hace amar por todos,
aun por las cosas que no poseen razón. Así que no hubo acto, amor,
plegaria, adoración, reparación, que no quedara lleno Cielo y tierra, Ella
señoreaba todo, y su amor y todo lo que hacía corría en el cielo, en el sol, en
el viento, en todo, y nuestro Ente Supremo se sentía amado, rogado en todas
las cosas creadas por esta Santa Criatura, una nueva vida corría en todo, nos
amaba por todos y nos hacía amar por todos. Era la Voluntad increada que
había tenido su lugar de honor en la voluntad creada que podía hacernos
todo, y darnos la correspondencia porque habíamos puesto a su disposición
toda la Creación. Así que con la Concepción de esta gran Reina comenzó la
verdadera Vida de Dios en la criatura, y la vida de ella en Dios, y ¡oh! los
intercambios de amor, de fuerza, de belleza, de luz entre uno y otra. Por eso
los prodigios eran continuos y jamás oídos, que se alternaban en Ella, Cielos
y tierra estupefactos, los ángeles quedaban raptados ante mi Voluntad Divina
obrante en la criatura. Hija mía, esta gran Señora con vivir en el Querer
Divino, se sentía con los hechos Reina de todos y de todo, y también Reina
del gran Rey Divino, pero tanto, que fue Ella la que formó la puerta en el
Cielo para hacer descender al Verbo Eterno, le preparó el camino y la
estancia de su seno donde debía hacer su morada, y en el énfasis de su amor
imperante me decía: ‘Desciende oh Verbo Eterno, encontrarás en Mí tu
Cielo, tus alegrías, aquella misma Voluntad que reina en las Tres Divinas
Personas.’ Y no sólo esto, sino que formó la puerta y el camino para hacer
subir a las almas a la patria celestial, y sólo porque esta Virgen vivió en la
2800
tierra de Voluntad Divina como se vive en el Cielo, pudieron los
bienaventurados entrar en las regiones celestiales y gozar sus delicias,
porque esta Madre Celestial los tiene cubiertos, envueltos, y como
escondidos en su gloria y en todos los actos que hizo en la Voluntad Divina,
así que los bienaventurados sienten en sus alegrías el amor, las obras, la
potencia de esta Madre y Reina, que los hace felices. ¿Qué cosa no puede
hacer mi Voluntad? Todos los bienes posibles e imaginables, y en la
criatura donde Ella reina le da tal poder, que llega a decir: ‘Haz lo que
quieras, manda, toma, da, Yo no te negaré jamás nada, tu fuerza es
irresistible, tu potencia me debilita, por eso pongo todo en tus manos, para
que hagas de dueña y de Reina.’ Ahora, tú debes saber que esta Santa
Criatura desde su Concepción sentía el latido de mi Fiat en el suyo, y en
cada latido me amaba, y la Divinidad la amaba con amor duplicado en cada
latido suyo; en su respiro sentía el respiro del Querer Divino, y nos amaba en
cada respiro, y Nosotros la correspondíamos con nuestro Amor duplicado en
cada respiro suyo; sentía el movimiento del Fiat en sus manos, en su paso,
en sus pies, en todo su ser sentía la Vida del Querer Divino y lo que hacía, y
en todo nos amaba por sí y por todos, y Nosotros la amábamos siempre,
siempre, a cada instante corría nuestro Amor como rápido torrente, por eso
nos tenía siempre atentos y en fiesta, para recibir su amor y dar el nuestro,
tanto que llegó a cubrir todos los pecados y a las mismas criaturas de nuestro
Amor. Por eso nuestra Justicia quedó desarmada por esta invencible amante,
y podemos decir que hizo del Ente Supremo lo que quiso. ¡Oh! cómo
quisiera que todos comprendieran qué significa vivir en el Querer Divino,
para volver a todos felices y santos."
Noviembre 3, 1936
Reflejos entre el Creador y la criatura. Inseparabilidad entre
ambos. Dios a cada instante pide a la criatura que reciba la Vida de su
Voluntad. Quien se decide a vivir de Ella, Dios cubre todo lo que ha
hecho con su Voluntad Divina.
Estoy siempre entre los brazos del Querer Divino, siento su Potencia
creadora dentro y fuera de mí, que no dándome tiempo a ninguna otra cosa,
no quiero, no pido otra cosa para mí y para todos, sino que venga a reinar la
Divina Voluntad sobre la tierra. Dios mío, qué fuerza magnética posee, que
2801
mientras se da todo, inviste por todas partes, pero al mismo tiempo toma
todo lo que pertenece a la pequeñez de la pobre criatura. Mientras mi mente
estaba inmersa en la multitud de tantos pensamientos respecto al Fiat
Divino, mi siempre amable Jesús visitando mi pequeña alma, todo bondad
me ha dicho:
"Hija mía bendita, nuestro Amor infinito es siempre excesivo y llega a
lo increíble, basta decirte que es tanto, que no hacemos otra cosa que reflejar
continuamente en la criatura, ella vive bajo nuestros continuos reflejos: Si
nos movemos, nuestro movimiento incesante refleja en ella para darle vida;
nuestro Amor refleja en ella para decirle continuamente ‘te amo’; nuestra
Potencia refleja en ella para sostenerla; en suma, nuestra Sabiduría refleja y
la dirige, nuestra Luz refleja y la ilumina, nuestra Bondad refleja y la
compadece, nuestra Belleza refleja y la embellece, nuestro Ser Supremo se
vuelca sin cesar jamás sobre la criatura; pero esto no es todo, así como
Nosotros reflejamos en ella, así ella refleja en Nosotros, así que si piensa
sentimos el reflejo de sus pensamientos, si habla refleja en Nosotros su
palabra, sentimos el reflejo de su latido hasta en nuestro seno, el movimiento
de sus obras, el pisar de sus pasos; hay tal inseparabilidad entre el Ser
Divino y el humano, que continuamente el uno se vierte en el otro; es tanto
nuestro Amor, que nos ponemos en condiciones como si no pudiéramos
estar sin la criatura. Pero esto no es nada todavía, si nuestro Amor no da en
excesos, no se contenta; ahora, sabiendo que si la criatura no posee la Vida
de nuestro Querer Divino hay gran diferencia entre sus reflejos y los
nuestros, poniéndose Él en actitud de amor suplicante, en cuanto la criatura
piensa le ruga que haga reinar nuestra Voluntad en su mente, si habla le
suplica que la haga reinar en sus palabras, si late, obra y camina, le suplica
que haga reinar en todo a mi Divina Voluntad, en suma, en cada cosa que
hace tiene un gemido, un suspiro, una oración, que envolviéndola
continuamente le dice: ‘Recibe mi Fiat, hazte investir por mi Fiat, ¡ah!
posee mi Fiat, hazme ver en ti la Vida de mi Fiat reinante, dominante y
festivo, te ruego que no me niegues tu querer, y Yo te daré el mío.’ Y si lo
obtiene, como si hubiera obtenido la cosa más preciosa lo encierra en su
Amor, lo vela con su Luz, y da principio a su fiesta perenne en la criatura,
cambia sus gemidos y suspiros en alegrías, y poniéndose en guardia, como
triunfadora escucha en ella las notas de su Amor, que en ambas partes le
dice: ‘Nos amamos con un solo Amor, tenemos y hacemos la misma Vida,
tu Fiat es tuyo y mío.’ Así que surge en ella la armonía, el orden de su
Creador. Nuestra Voluntad, nuestro Amor ha obtenido su propósito, no le
queda otra cosa que gozarse a su amada criatura. Por eso hija mía, nos
importa tanto el dar nuestra Voluntad como vida, que es nuestro largo
2802
suspiro de todos los siglos, más bien nuestro suspiro eterno, que
anhelábamos a la criatura con el portento de nuestra Vida en ella, sentíamos
la alegría, la felicidad de tantas vidas nuestras bilocadas, multiplicadas y
formadas en ellas. De otra manera no habría sido gran cosa la Creación, y si
tantas cosas creamos y sacamos a la luz del día, fue porque debían servir al
portento de los portentos de formar en virtud de nuestro Fiat nuestra Vida en
la criatura, y si esto no fuera, habría sido para Nosotros como si nada
hubiéramos hecho. Por eso contenta a tu Jesús, da paz a mi Amor que da
siempre en delirio y unificándote conmigo suspira, ruega, pide que mi
Voluntad reine en ti y en todos."
Y mientras decía esto tomaba un velo de luz y me cubría toda, y yo no
sabía salir de dentro de él. Después de esto continuaba pensando en la
Divina Voluntad, y ¡oh! cuántas dulces y queridas sorpresas pasaban por mi
mente, ¡oh! si supiera decirlas con palabras dejaría sorprendido a todo el
mundo, y todos amarían el poseer la Divina Voluntad, pero ¡ay de mí! el
lenguaje del Cielo no se adapta al lenguaje de la tierra, y por eso estoy
obligada a seguir adelante, y mi amado Jesús regresando a su pequeña y
pobre hija ignorante, con un amor indecible me ha dicho:
"Hija de mi Querer, escúchame, préstame atención, quiero decirte el
acto más bello, más tierno, y de Amor intenso de mi Fiat; tú debes saber que
todos los actos, pensamientos, palabras, pasados, presentes y futuros, están
todos presentes ante el Ente Supremo, así que la criatura no existía aún en el
tiempo, y sus actos brillaban ante Nosotros, y ¿por qué esto? Porque el acto
primero de la criatura lo hace mi Fiat, no hay pensamiento, palabra, obra,
que mi Fiat no inicie. Se puede decir que primero está formada en Dios con
todos sus actos, y después la sacamos a la luz del día. Ahora, la criatura con
hacer su voluntad se separa de los actos divinos, pero no puede destruir que
la vida de sus actos haya tenido por principio el Fiat, todos eran propiedad
suya, pero que tomando sobre ella los derechos ha cambiado en humanos los
actos divinos, pero si el hombre desconoce quién ha dado la vida a sus actos,
mi Querer no desconoce sus actos. Así que escucha el exceso más grande
del Amor de mi Querer: En cuanto la criatura se decide con firmeza
inmutable a querer vivir de mi Voluntad, haciéndola reinar y dominar en
ella, nuestra Bondad infinita es tanta, nuestro Amor que no sabe resistir a
una decisión verdadera de la criatura, mucho más que no quiere ver actos
disímiles de los nuestros en ella, escucha qué hace, cubre todo lo que ha
hecho hasta entonces con mi Voluntad, los modela, los transforma en su luz,
de modo que ve que con el prodigio de su Amor transformante todo es
Voluntad suya en la criatura, y con Amor todo Divino continúa formando su
Vida y sus actos en la criatura. ¿No es esto un amor excesivo y asombroso
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de mi Querer, y al mismo tiempo, para hacer decidir a todos, incluso a los
más ingratos a hacer vivir mi Voluntad en ellos, conociendo que quiere
poner todo a un lado y cubrir y suplir a lo que falta de mi Voluntad en ellos?
Esto dice también absolutamente que nuestra Voluntad quiere reinar en
medio a las criaturas, que no quiere poner atención a nada, ni a lo que les
falta, queriéndoles dar no como paga que va buscando si lo merece o no,
sino como don gratuito de nuestra gran liberalidad, y como cumplimiento de
nuestra misma Voluntad. Y el cumplir nuestra Voluntad, para Nosotros es
todo."
Diciembre 8, 1936
La Reina del Cielo en su Concepción, fue concebida en los méritos,
en la Vida, en el Amor y penas del futuro Redentor, para después
poder concebir al Divino Verbo en Ella para venir a
salvar a las criaturas.
Mi pobre mente sumergiéndose en el Fiat Divino encontraba en acto la
Concepción de la Reina Inmaculada. Todo era fiesta y llamaba a todos en
torno a Sí, ángeles, santos, para hacerles ver el prodigio inaudito, las gracias,
el amor con el cual llamaba de la nada a esta excelsa Criatura, para que
todos la conocieran y alabaran como su Reina y Madre de todos. Pero
mientras yo quedaba sorprendida, y habría quedado ahí quién sabe cuánto si
mi dulce Jesús no me hubiera llamado diciéndome:
"Quiero honrar a mi Madre Celestial, quiero narrar la historia de su
Inmaculada Concepción, sólo Yo puedo hablar de ésta, porque soy el autor
de tan gran prodigio. Ahora hija mía, el primer acto de esta Concepción fue
un Fiat nuestro, pronunciado con tal solemnidad y con tal plenitud de
gracias, que encierra a todo y a todos, todo concentramos en esta
Concepción de la Virgen; en nuestro Fiat Divino, en el cual no existe pasado
ni futuro, tuvo presente la Encarnación del Verbo, y la hizo concebir y
encarnar en mi misma Encarnación, futuro Redentor; mi sangre, que estaba
en acto como si la estuviera esparciendo, la regaba, la embellecía, la
confirmaba, la fortalecía continuamente en modo divino. Pero no bastaba a
mi Amor, todos sus actos, palabras y pasos, primero eran concebidos en los
actos, palabras y pasos míos, y después tenían la vida. Mi Humanidad era el
refugio, el escondite, la incorporación de esta Celestial Criatura, así que si
nos amaba, su amor era encarnado y concebido en mi Amor, y ¡oh!
conforme nos amaba, su amor encerraba todo y a todos, puedo decir que
amaba como sabe amar un Dios, tenía nuestras mismas locuras de amor por
2804
Nosotros y por todas las criaturas, y que amando una vez ama, ama siempre
sin jamás cesar; su oración era concebida en mi oración, y por eso tenía un
valor inmenso, una potencia sobre nuestro Ser Supremo, y ¿quién podía
negarle nada? Sus penas, sus dolores, sus martirios, que fueron tantos,
primero fueron concebidos en mi Humanidad, y después sentía en sí la vida
de las penas y de los martirios desgarradores, todos animados por una Fuerza
divina. Entonces se puede decir que se concibió en Mí, de Mí salió su vida,
todo lo que Yo hice y sufrí se alineó en torno a esta Santa Criatura para
cortejarla y volcarme continuamente sobre de Ella y poderle decir: ‘Eres la
Vida de mi Vida, eres toda bella, eres la primera redimida, mi Fiat Divino te
ha modelado, te ha dado el aliento y te ha hecho concebir en mis obras, en
mi misma Humanidad.’
Ahora hija mía, este concebir en el Verbo Encarnado a esta Celestial
Criatura, fue hecho por Nosotros con suma Sabiduría, con Potencia
inalcanzable, con Amor inagotable, y con el decoro que conviene a nuestras
obras. Debiendo Yo, Verbo del Padre, descender del Cielo para encarnarme
en el seno de una Virgen, no era suficiente a la Santidad de mi Divinidad la
sola virginidad y haberla exentado de la mancha de origen, por eso fue
necesario a nuestro Amor y a nuestra Santidad, que esta Virgen primero
fuera concebida en Mí con todas las prerrogativas, virtudes y bellezas que
debía poseer la Vida del Verbo Encarnado, y por eso después pude
concebirme en quien había sido concebida en Mí, y encontré en Ella mi
Cielo, la Santidad de mi Vida, mi misma sangre que la había generado y
derramado tantas veces, encontré mi misma Voluntad, que comunicándole la
Fecundidad Divina formó la Vida a su Hijo e Hijo de Dios. Mi Fiat Divino
para hacerla digna de poderme concebir, la tuvo investida y bajo su imperio
continuo que posee todos los actos como si fuera un solo acto para darle
todo, llamaba en acto mis méritos previstos, toda mi Vida y la vertía
continuamente dentro de su bella alma. Por eso sólo Yo puedo decir la
verdadera historia de la Inmaculada Concepción, y de toda su vida, porque la
concebí en Mí y estoy al día de todo, y si la Santa Iglesia habla de la
Celestial Reina, pueden decir sólo las primeras letras del alfabeto de su
santidad, grandeza y dones con los que fue enriquecida. Si tú supieras el
contento que siento cuando hablo de mi Madre Celestial, quién sabe cuantas
preguntas me harías para darme la alegría de hacerme hablar de quien tanto
amo, y me ha amado."
2805
Diciembre 20, 1936
El Fiat Divino hizo concebir a la Virgen en cada criatura, a fin
de que todos tuvieran una Madre toda suya. Dote que Dios dio
a la Virgen. Triunfos y victorias de Dios, victorias y triunfos
de la Virgen, de los que son dotadas todas las criaturas.
Mi Sumo Bien Jesús me tiene como inmersa en el gran prodigio de la
Soberana Reina, y parece que tiene la voluntad de querer decir lo que Dios
obró en esta gran Señora, y poniéndose en actitud de fiesta y con alegría
indecible me dice:
"Escúchame, – luego sigue el mismo argumento de lo que está escrito
antes –, hija mía bendita, los prodigios son inauditos, las sorpresas que te
narraré harán asombrar a todos, siento la necesidad de amor de hacer
conocer qué cosa hemos hecho con esta Madre Celestial y el gran bien que
han recibido todas las generaciones. Tú debes saber que en el acto de
concebir a esta Virgen Santa, nuestra Voluntad Divina que posee todo y con
su Inmensidad abraza todo y posee la omnividencia de todos los seres
posibles e imaginables, y con su virtud toda propia, que cuando obra hace
siempre obras universales, por eso cuando la concibió, con su Virtud
creadora llamó a todas las criaturas a concebir en el corazón de esta Virgen;
pero no bastó a nuestro Amor, dando en los excesos más increíbles hizo
Concebir a esta Virgen en cada criatura, a fin de que cada una tuviera una
Madre para sí, toda suya, sintiesen su maternidad en el fondo de sus almas,
su amor, que más que hijos, que mientras los tiene concebidos en sí,
bilocándose se concibe en cada criatura para ponerse a disposición de ellos,
para crecerlos, guiarlos, librarlos de los peligros, y con su potencia materna
ponerles en la boca la leche de su amor y el alimento con el cual se nutre
Ella misma, el cual es el Fiat Divino. Nuestra Voluntad teniendo Vida libre
en Ella, su dominio total, con su Potencia mientras llamaba a todos en esta
Celestial Criatura, para tener la alegría de ver a todos encerrados en Ella,
para oírse decir: ‘Están ya todos mis hijos y tuyos en Mí, por eso te amo, te
amo por todos.’ Después la bilocaba en todos y en cada uno para sentir en
cada alma el amor de esta Hija nuestra, toda bella y toda amor; podemos
decir: ‘No hay criatura en la que Ella no tome el empeño de amarnos.’
Nuestro Fiat la elevó tanto, de darle todo, desde el primer instante de su vida
la constituimos Reina de nuestro Fiat, Reina de nuestro Amor, y cuando nos
amaba se sentía en su amor su maternidad, y armonizaba el amor de todas
las criaturas, y ¡oh! cómo era bella porque formaba de todo un solo amor,
cómo nos hería, nos felicitaba hasta sentirnos desfallecer, su amor nos
2806
desarmaba, nos hacía ver todas las cosas, cielo, sol, tierra, mares y criaturas,
cubiertos y escondidos en su amor. ¡Oh! cómo era bello verla, oírla que
hacía de Madre en cada criatura, y formando en ellas su mar de amor
mandaba sus notas, sus flechas, sus dardos amorosos a su Creador. Y
haciéndola de verdadera Madre se las llevaba ante nuestro trono en el mar de
su amor para hacérnoslas ver, para volvernos propicios, y con la Fuerza de
nuestro Querer Divino se imponía sobre Nosotros, nos las ponía en los
brazos, nos las hacía acariciar, besar, y nos hacía dar gracias sorprendentes;
cuántas santidades fueron formadas e impetradas por esta Madre Celestial, y
para estar segura quedaba en guardia su amor.
Además de esto, tú debes saber que desde el primer instante de la vida
de esta Celestial Criatura, fue tanto nuestro Amor, que la dotamos de todas
nuestras cualidades divinas, así que tenía por dote nuestra Potencia,
Sabiduría, Amor, Bondad, Luz, Belleza, y todo lo demás de nuestras
cualidades divinas. Ya a todas las criaturas al sacarlas a la luz del día les
damos la dote, ninguna nace si no está dotada por su Creador, pero conforme
se apartan de nuestra Voluntad, se puede decir que ni siquiera la conocen.
En cambio esta Virgen Santa no se apartó jamás, hizo vida perenne en los
mares interminables de nuestro Fiat, por eso crecía junto con nuestros
atributos, y conforme formaba sus actos en nuestras cualidades divinas, así
formaba mares de potencia, de sabiduría, de luz y demás. Podemos decir
que viviendo con nuestra ciencia le dábamos continuas lecciones de quién
era su Creador, crecía en nuestros conocimientos, y supo tanto del Ente
Supremo, que ningún ángel y santo pudo igualarla, más bien todos son
ignorantes ante ella, porque ninguno creció e hizo vida junto con Nosotros.
Ella entró en nuestros secretos divinos, en los más íntimos rincones de
nuestro Ser Divino sin principio ni fin, en nuestras alegrías y
bienaventuranzas imperecederas, y con nuestra Potencia que tenía en su
poder nos dominaba y señoreaba y Nosotros la hacíamos hacer, más bien
gozábamos de su señorío, y para hacerla más feliz le dábamos nuestros
castos abrazos, nuestras sonrisas de amor, nuestras condescendencias
diciéndole: ‘Haz lo que tú quieras.’
Nuestro Querer, es tanto el amor hacia las criaturas y su gran deseo de
hacerlas vivir en Él, que si lo obtiene las pone en un abismo de gracias, de
amor, hasta ahogarlas, y la pequeñez humana está obligada a decir: ‘Basta,
ya estoy ahogada, me siento devorar por tu mismo Amor, no puedo más.’
Ahora, tú debes saber que nuestro Amor no se contenta, jamás dice basta,
mientras más da más quiere dar, y cuando damos es nuestra fiesta, ponemos
la mesa a quien nos ama y la apresuramos a quedar con Nosotros para hacer
vida juntos. Ahora hija mía, escucha otro prodigio de nuestro Fiat en esta
2807
Celestial Criatura, y cómo Ella nos amaba e hizo extensible su maternidad a
todas las criaturas: En cada acto que hacía, si amaba, rogaba, adoraba, si
sufría, todo, incluso el respiro, el latido, el paso, estando nuestro Fiat,
nuestro Ser Supremo, eran triunfos y victorias que hacía en los actos de la
Virgen, la Celestial Señora triunfaba y vencía en Dios en cada instante de su
vida admirable y prodigiosa, eran triunfos y victorias entre Dios y la Virgen;
pero esto es nada, haciéndole de verdadera Madre llamaba a todos sus hijos,
y cubría y escondía todos sus actos en los suyos y los cubría con sus triunfos
y con sus victorias, dándoles como dote todos sus actos con todas sus
victorias y sus triunfos. Y además, con una ternura y amor de partir los
corazones y sentirnos vencidos nos decía: ‘Majestad adorable, míralos, son
todos mis hijos, mis victorias y triunfos son de mis hijos, son mis conquistas
que dono a ellos, y si ha vencido y triunfado la Mamá, han vencido y
triunfado los hijos.’ Y tantos triunfos y victorias hizo en Dios, por cuantos
actos habrían hecho todas las criaturas, a fin de que todos pudieran decir:
‘Estoy dotado de los actos de mi Mamá Reina, y por sello me los ha
investido con sus triunfos y victorias que hizo con su Creador.’ Así que
quien quiere hacerse santo encuentra la dote de su Madre Celestial y sus
triunfos y victorias para llegar a la santidad más grande, el débil encuentra la
fuerza de la santidad de su Mamá y sus triunfos para ser fuerte, el afligido, el
que sufre, encuentra la dote de las penas de su Madre Celestial para obtener
el triunfo, la victoria de la resignación, el pecador encuentra la victoria y el
triunfo del perdón, en suma, todos encuentran en esta Soberana Reina la
dote, el sostén, la ayuda al estado en que se encuentran. Y ¡oh! cómo es
bello, es la escena más conmovedora, raptora y encantadora, ver a esta
Madre Celestial en cada criatura que hace de Mamá, la sentimos que ama y
ruega en sus hijos. Este es el prodigio más grande entre el Cielo y la tierra,
bien más grande no podíamos dar a las criaturas.
Ahora hija mía, debo decirte un dolor de la Madre Celestial a tanto amor
suyo, las ingratitud de las criaturas, esta dote que con tantos sacrificios, hasta
el heroísmo de sacrificar la Vida de su Hijo Dios, con tantas penas atroces,
quién no la conoce, quién apenas toma un ligero interés y hacen vida pobre
de santidad, y ¡oh! cómo sufre al ver a sus hijos pobres; poseer inmensas
riquezas de amor, de gracia, de santidad, porque no son riquezas materiales,
sino las riquezas de esta Madre Celestial son riquezas que ha puesto su vida
para adquirirlas, y no verlas poseer por sus hijos, y tenerlas sin la finalidad
por la que las ha adquirido, es un dolor continuo, y por eso quiere hacer
conocer este gran bien a todos, porque si no se conoce no se puede poseer.
Y como estas dotes las adquirió en virtud del Fiat Divino que reinaba en
Ella, que la amaba tanto que la hacía hacer lo que quería y por donde
2808
quisiera llegar para bien de las criaturas. Por eso será mi Querer Divino
reinante que las pondrá al día de estas dotes celestiales y las hará tomar
posesión. Por eso ruega que sea conocido y querido por las criaturas un bien
tan grande."
Diciembre 24, 1936
La Madre Celestial y Divina, y la Madre humana. Carrera veloz
del Amor de Dios, en la cual hace generar de esta Madre en
virtud del Fiat a su Jesús en cada criatura.
Sigue el mismo argumento sobre la Virgen Santísima. Una luz que
desciende del seno del Eterno inviste mi pobre mente, pero es una luz
parlante que dice tantas cosas de la Soberana Celestial, que yo no sé cómo
hacer para decirlas todas. Pero mi amado Jesús con su acostumbrada bondad
me dice:
"Ánimo hija mía, Yo te ayudaré, te suministraré las palabras, siento la
irresistible necesidad de hacer conocer quién es mi Madre, las dotes, los
privilegios, y el gran bien que hace y que puede hacer a todas las
generaciones. Por eso escúchame y te diré cosas jamás pensadas ni por ti ni
por otros, de modo de estremecer a los más incrédulos, ingratos y pecadores,
y hasta dónde llega nuestro Amor. Entonces, nuestro Amor no se daba paz,
corría, corría, pero con una rapidez tal, que comprometía todo nuestro Ser
Divino a dar en tales excesos, de dejar atónitos Cielo y tierra, de hacer
exclamar a todos: ‘¿Será posible que un Dios haya amado tanto a las
criaturas?’ Ahora escucha hija mía qué hace nuestro gran Amor; las
criaturas tenían un Padre Celestial, pero nuestro Amor no estaba contento, y
en su delirio y locura de amor quiso formarles una Madre Celestial y una
Madre terrena, a fin de que si no le fueran suficientes las premuras, el amor,
la ternura de la Paternidad celestial para amarlo, el amor, las ternuras
indecibles de esta Madre Celestial y humana habrían sido el anillo de
conjunción, que habiendo desterrado toda distancia, miedos y temores, se
habrían abandonado en sus brazos para hacerse vencer por su amor, para
amar a Aquél que la había formado por amor suyo y para hacerse amar, por
eso eran necesarios portentos estrepitosos y un amor que jamás dice basta, y
que sólo un Dios puede tener; ahora escucha qué hace para conseguir el
intento, llamamos de la nada a esta Santa Criatura y sirviéndonos del mismo
germen de las generaciones humanas, pero purificado, le dimos la vida;
desde el primer instante de esta vida se unió la Virtud celestial de nuestro
2809
Fiat Divino y formó junto Vida Divina y vida humana, el cual la crecía
divinamente y humanamente, y participándole la Fecundidad divina formaba
en Ella el gran prodigio de poder concebir un hombre y un Dios; con el
germen humano pudo formar la Humanidad al Verbo encarnado, y con el
germen del Fiat pudo concebir al Verbo Divino. Con esto la distancia
cesaba entre Dios y el hombre, esta Virgen con ser humana y Celestial
acercaba al hombre y a Dios, y daba el hermano a todos sus hijos para que
todos pudieran acercársele, hacer vida juntos y mirando en Él y en Ella las
mismas facciones, investidas por la misma naturaleza humana, habrían
tenido tal confianza y amor de hacerse conquistar, y amar a quien tanto la
amaba; ¿cuánto amor no cosecha una buena madre de sus propios hijos?
Mucho más que era poderosa, rica, y habría puesto la vida para poner a salvo
a sus propios hijos, y ¿qué cosa no ha hecho para volverlos felices y santos?
Así que la Humanidad del Verbo y la Madre Celestial y humana son como
garantías para ganarse el amor de todos y decirles con todo amor: ‘No
teman, vengan a Nosotros, nos semejamos en todo, vengan y todo les
daremos, mis brazos estarán siempre listos para abrazaros, y para
defenderos, os encerraré en mi corazón para daros todo, basta deciros que
soy Madre y que es tanto mi amor que os tengo concebidos en mi corazón.’
Pero todo esto no es nada todavía, Yo era Dios, debía obrar como
Dios, nuestro Amor corría, corría, e iba inventando otros encuentros más
excesivos de amor, tú misma quedarás sorprendida al oírlos, y cuando las
humanas generaciones los oigan, nos amaran tanto, de correspondernos en
gran parte de la gran carrera de nuestro Amor. Ahora ponme atención y
agradéceme hija mía bendita de lo que estoy por decir: A nuestro Amor no
le bastó, como dije antes, que en virtud de nuestro Fiat todos fueran
concebidos en el corazón de esta Virgen, para tener la verdadera maternidad
no con palabras sino con hechos, y Ella fue concebida en cada una de las
criaturas para que cada una tuviera una Madre toda suya, y tener el pleno
derecho y la posesión que todos fueran hijos suyos, ahora nuestro Amor pasó
a otro exceso. Por tanto debes primero saber que esta Celestial Reina
poseyendo toda la plenitud de nuestro Fiat Divino, que posee por naturaleza
suya la Virtud generativa y bilocadora, Ella junto con el Fiat Divino puede
generar y bilocar cuantas veces quiere a su Hijo Dios, entonces muestro
Amor se impone sobre esta Celestial Criatura, y dando en delirio, con la
virtud de mi Fiat que poseía, le da la potencia de hacer generar a su Jesús en
cada criatura, lo hace nacer, lo hace crecer, le hace todo lo que conviene para
formar la Vida de su querido Hijo, suple a lo que no le hace la criatura: Si
llora le enjuga las lágrimas, si tiene frío lo calienta, si sufre, sufre junto, y
mientras hace de Madre y crece a su Hijo, hace de Madre y crece a la
2810
criatura, así que se puede decir que los crece juntos, los ama con un solo
amor, los guía, los nutre, los viste, y con sus brazos maternos forma dos alas
de luz, y cubriéndolos los esconde en su corazón para darles el más bello
reposo. Por lo que no bastó a nuestro Amor que el Verbo se encarnara para
generar un solo Jesús para todos, y dar una sola Madre a todas las
generaciones humanas, no, no, no habría sido excesivo nuestro Amor, su
carrera era tan veloz, que no encontró quién le pusiera un basta, y sólo se
aquietó de algún modo cuando con su Potencia generó a esta Madre en cada
alma, e hizo generar a su Jesús, a fin de que cada uno tuviera Madre e Hijo a
su disposición. ¡Oh! cómo es bello ver a esta Madre Celestial, toda amor y
toda atenta en cada criatura para generar a su Jesús, para formar un portento
de amor y de gracia, y este es el honor y la gloria más grande que su
Creador le ha dado, y el amor más fuerte que Dios podía dar a las criaturas.
No hay de qué maravillarse, nuestro Fiat todo puede y puede llegar a todos
lados, todo está en que lo quiera, si lo quiere ya está hecho. Más bien la
maravilla está en conocer a cuáles excesos nos ha llevado el amor hacia el
hombre."
Diciembre 28, 1936
La Celestial Heredera llama a sus hijos a heredar sus bienes.
Cómo llega a dotar a las almas con su amor materno para
formar otras mamás a Jesús.
Sigue el mismo argumento. Estaba pensando en lo que está escrito
arriba y decía entre mí: "¿Será posible toda esta cadena excesiva de amor
que parece que no termina jamás? Sé que Nuestro Señor todo puede, pero
llegar a tanto, hasta hacer descender de la altura de su Santidad a esta Madre
Celestial en el fondo de nuestra almas, y hacernos crecer como una de sus
hijas ternísimas, y no sólo eso, sino generar a su Hijo Jesús y hacernos
crecer juntos, llega a lo increíble." Y si bien me sentía romper el corazón
por amor y alegría, mucho más que me la sentía en mí, cubierta por su luz,
que con un amor indecible me hacía crecer como hija suya, y junto conmigo
crecía su querido Hijo; también sentía el deseo de no decirlo ni escribirlo,
incluso para no suscitar dificultades y dudas, pero mi amado Jesús tomando
un aspecto imponente, de no poderlo resistir, me ha dicho:
"Hija mía, quiero que escribas lo que te he dicho, en lo que te he dicho
hay mares de amor, con los cuales serán investidas las criaturas, y no quiero
ser sofocado, por eso si no escribes Yo me retiro; ¿has olvidado que debo
2811
vencer al hombre por vía de amor, pero amor que le resultará difícil de
resistirnos?"
Yo rápidamente he dicho Fiat, y mi amado Jesús tomando su
acostumbrado aspecto dulce y amable, con un amor que me sentía romper el
corazón ha agregado:
"Hija mía bendita, no hay nada que dudar, mi Ser es todo Amor y
cuando parece que he llegado a tales excesos de amor de no poder mostrar
otros excesos de amor, como si comenzara de nuevo invento otros nuevos
excesos de amor, otros inventos, de sobrepasar, ¡oh! mucho los otros
excesos. Ahora escucha hija mía y te convencerás de lo que te he dicho:
Adán con pecar heredó todos los males a las generaciones humanas, y
habiendo salido de la bella heredad de la Divina Voluntad en la cual vivía en
la opulencia, lujo y suntuosidad de los bienes de su Creador, perdió el
derecho de nuestros bienes, y con él todos sus descendientes los perdieron.
Pero estos bienes no fueron destruidos, existen y existirán, y cuando un bien
no es destruido, hay siempre la certeza que vendrán quienes tendrán el bien
de poseerlos. Ahora, la gran Reina dio principio a su vida en la heredad de
esta Divina Voluntad, es más, con tal abundancia que se sentía ahogada en
los bienes de su Creador, pero tanto, que puede volver felices y ricas a todas
las otras criaturas. Ahora, en esta heredad del Fiat, heredó la Fecundidad, la
Maternidad humana y divina, heredó el Verbo del Padre Celestial, heredó
todas las generaciones humanas, y éstas heredaron todos los bienes de esta
Madre Celestial. Así que, como sus herederos y como Madre tiene el
derecho de generar en su materno corazón a sus hijos, pero no bastó a
nuestro Amor ni al suyo, quiso generar en cada criatura, y como era heredera
del Verbo Divino, tiene el poder de hacerlo generar en cada una de ellas.
¿Cómo? Si se pueden heredar los males, las pasiones, las debilidades, ¿por
qué no se pueden heredar los bienes? Por esto la Celestial Heredera quiere
hacer conocer la herencia que quiere dar a sus hijos, quiere dar su
maternidad a las criaturas a fin de que mientras lo genera, le hagan de
mamás y lo amen como Ella lo amó, quiere formar tantas mamás a su Jesús
para ponerlo al seguro, y a fin de que ninguno más lo ofenda. Porque el
amor de Madre es bien diverso de los otros amores, es un amor que arde
siempre, y un amor que pone la vida por su querido Hijo. Mira, quiere dotar
a las criaturas con su amor materno y hacerlas herederas de su mismo Hijo.
¡Oh! cómo se sentirá honrada al ver que las criaturas aman a su Jesús con su
amor de Madre. Tú debes saber que es tanto su amor hacia Mí y hacia las
criaturas, que se siente ahogada, y no pudiendo contenerlo más, me ha
rogado que te manifieste lo que te he dicho, su gran herencia, que espera a
sus herederos, y lo que puede hacer por ellos, diciéndome: ‘Hijo mío, no
2812
esperes más, hazlo pronto, manifiesta mi gran herencia y lo que puedo hacer
por ellos, me siento más honrada, más glorificada con que Tú digas lo que
puede hacer tu Mamá, que si lo dijera Yo misma. Pero todo esto tendrá su
pleno efecto, su vida palpitante de esta Soberana Señora, cuando mi
Voluntad sea conocida y las criaturas en la heredad de la Madre, ellas
tomarán la posesión."
Después de esto, mi dulce Jesús me ha dado un beso diciéndome:
"En el beso se comunica el aliento, y por eso he querido besarte, para
comunicar con mi aliento omnipotente la certeza de los bienes, y el gran
prodigio que hará mi Madre a las generaciones humanas, mi beso es la
confirmación de lo que quiero hacer."
Yo he quedado sorprendida, y ha agregado:
"Y tú dame tu beso para recibir el depósito de todos estos bienes y
reconfirmar tu voluntad en la mía. Si no hay quién da y quién recibe, un
bien no se puede ni formar ni poseer."
Enero 1, 1937
La fiesta que preparó la Reina del Cielo a su Hijo Jesús en
su nacimiento. Cómo el amor es imán, transforma y embellece.
Estaba pensando en la Encarnación del Verbo y en los excesos de
amor de la Divinidad, que parecían mares que envolviendo a todas las
criaturas querían hacer sentir cuánto las amaban, para ser amado, e
invistiéndolas dentro y fuera de ellas, murmuraban continuamente sin jamás
cesar: "Amor, amor, amor, amor damos y queremos amor." Y nuestra
Madre Celestial, sintiéndose herida por el grito continuo del Eterno, que
daba amor y quería amor, se veía toda atenta para corresponder a su querido
Hijo, el Verbo Encarnado, formando Ella una sorpresa de amor. Ahora,
mientras estaba en esto, el Celestial Infante salía del seno Materno, y yo,
¡oh! cómo lo suspiraba, y lanzándose en mis brazos, todo en fiesta me ha
dicho:
"Hija mía, ¿sabes? Mi Mamá me preparó la fiesta en mi nacimiento,
¿pero sabes cómo? Ella estaba al día de los mares de amor que descendían
del Cielo en el descendimiento del Verbo Eterno, oía el grito continuo de
Dios, que quería ser amado, nuestras ansias, los suspiros ardientes, había
oído mis gemidos en su seno, a menudo me oía llorar y sollozar y cada
gemido mío era un mar de amor que mandaba a cada corazón para ser
amado, y no viéndome amado lloraba, hasta sollozar, pero cada lágrima y
2813
sollozo duplicaba mis mares de amor para vencer por vía de amor a las
criaturas. Pero qué, ellas me convertían en penas estos mares, y Yo me
servía de las penas para convertirlas en otros mares de amor por cuantas
penas me daban. Ahora, mi Mamá quería hacerme sonreír en mi nacimiento
y preparar la fiesta a su Hijo niño. Ella sabía que no puedo sonreír si no soy
amado, ni tomar parte en ninguna fiesta si no corre el amor. Por eso
amándome como verdadera Madre, y poseyendo en virtud de mi Fiat mares
de amor, y siendo Reina de toda la Creación, envuelve el cielo con su amor y
sella cada estrella con el ‘te amo oh Hijo, por mí y por todos’; envuelve el
sol en su mar de amor e imprime en cada gota de luz su ‘te amo oh Hijo’, y
llama al sol a investir con su luz a su Creador, y calentándolo sintiera en
cada rayo de luz el ‘te amo’ de su Mamá; inviste el viento con su amor, y en
cada respiro sella el ‘te amo oh Hijo’, y luego lo llama para que con sus
respiros lo acaricie e hiciera oír en cada soplo de viento: ‘Te amo, te amo oh
Hijo’; envuelve todo el aire en sus mares de amor, a fin de que respirando
oyera el respiro de amor de mi Madre; cubrió todo el mar con su mar de
amor, cada serpenteo de los peces, y el mar murmuraba ‘te amo oh Hijo
mío’, y los peces deslizaban el ‘te amo, te amo’; no hubo cosa que no
invistiera con su amor, y con su imperio de Reina mandaba a todos que
recibieran su amor, para dar a su Jesús el amor de su Mamá. Así que cada
pajarito, quién cantaba amor, quién gorjeaba amor, hasta cada átomo de
tierra era investido por su amor, el aliento de las bestias me venía con el ‘te
amo’ de mi Madre, el heno era investido por su amor, por eso no había cosa
que Yo viera o tocara en que no sintiera la dulzura del amor de Ella. Con
esto me preparó la fiesta más bella en mi nacimiento, la fiesta toda de amor,
era la correspondencia a mi gran amor que me hacía encontrar mi dulce
Madre, y era su amor que me hacía calmar el llanto, me calentaba mientras
en la cuna estaba tiritando de frío; mucho más que encontraba en su amor el
amor de todas las criaturas, y por cada una me besaba, me estrechaba a su
corazón, y me amaba con amor de Madre por todos sus hijos, y Yo sintiendo
en cada uno su amor materno, sentía amarlos como sus hijos y como mis
queridos hermanos. Hija mía ¿qué no puede el amor animado por un Fiat
Omnipotente? Se hace imán y nos atrae en modo irresistible, quita toda
desemejanza, con su calor transforma y confirma a Aquél que se ama,
después embellece en modo increíble, de sentirse cielos y tierra raptados a
amarla. No amar a una criatura que nos ama nos resultaría imposible, toda
nuestra Potencia y Fuerza divina se vuelven impotentes y débiles ante la
fuerza vencedora de quien nos ama. Por eso también tú dame la fiesta que
me dio mi Madre al nacer, envuelve cielos y tierra con tu ‘te amo oh Jesús’,
no dejes huir nada en lo cual no corra tu amor, hazme sonreír, porque no
2814
nací una sola vez, sino renazco siempre, y muchas veces mis nacimientos
son sin sonrisas y sin fiesta, y me quedan sólo mis lágrimas, los sollozos, los
gemidos, y un hielo que me hace temblar y helar todos mis miembros. Por
eso estréchame a tu corazón para calentarme con tu amor, y con la Luz de mi
Voluntad fórmame los vestidos para vestirme, así también tú me harás la
fiesta, y Yo te la haré a ti con darte nuevo Amor y nuevo conocimiento de
mi Voluntad."
Enero 4, 1937
Cada criatura tiene desde el principio de su existencia un acto querido
y decidido de Voluntad Divina, la cual la crea, la crece, la forma.
Fiesta de Jesús en cada acto de criatura que hace su Voluntad.
Estoy entre los brazos del Fiat Divino, que me circunda con su luz y
llama sobre mi pobre existencia su acto continuo de su Voluntad, pero un
acto que me da vida, que me ama, sin el cual no podría vivir, ni encontrar
quién verdaderamente me ame, por eso me quiere toda atenta a recibir este
acto de vida de su Voluntad, a fin de que no la exponga a no cumplir sobre
mí lo que quiere hacer, ni le impida su Amor, porque Voluntad de Dios y
Amor hacen competencia, una no puede estar sin el otro. Ahora, mientras
me encontraba bajo este acto del Fiat, mi amado Jesús con una bondad que
no sé decir, todo ternura me ha estrechado a su corazón divino y me ha
dicho:
"Hija mía bendita, mi Voluntad es todo para las criaturas, sin Ella no
podrían tener ni siquiera la vida. Tú debes saber que cada criatura tiene,
desde el principio de su existencia, un acto querido y decidido de mi
Voluntad, el cual lleva consigo un acto intenso de Amor hacia aquél o
aquélla que comienza la vida. Mira entonces cómo comienza la creación de
la criatura bajo el imperio de un acto de Amor y de Voluntad Divina querido
con toda la plenitud del conocimiento, tanto, que estos dos actos, Amor y
Voluntad mía, están dotados de todas las gracias, de potencia, sabiduría,
santidad y belleza, de los que vivirá y cumplirá su vida la criatura. Ahora,
como ha formado su primer acto querido, no se aparta más de ella, la crea, la
forma, la crece, desarrolla su acto obrante para reafirmarla en su acto
querido, así que mi Voluntad, mi Amor, corren en cada acto humano, se
hacen vida, sostén, defensa, refugio, y circundándola con su Potencia
alimentan esta vida, mi Amor la abraza y la tiene estrechada a su seno, mi
Voluntad la circunda por todos lados, más que habitación, para tener al
seguro su acto querido que mi Fiat pronunció para llamarla a la existencia.
2815
Ahora, este acto querido por nuestro Fiat es el acto más grande, más
potente y que más glorifica a nuestro Ser Divino, que ni siquiera los Cielos
pueden contener y comprender; te parece poco que nuestra Voluntad corra
en cada acto de criatura, y le diga no con palabras, sino con hechos: ‘Soy
tuya, estoy a tu disposición, ¡ah! reconóceme, soy vida tuya, acto tuyo, si me
reconoces me darás tu pequeña correspondencia de amor, y aunque sea
pequeño, lo quiero, lo reclamo para tranquilizarme de mi trabajo continuo y
de la vida que pongo por ti.’ Y mi Amor para no quedarse atrás de mi Fiat,
siente la irresistible necesidad de correr a amar cada acto de criatura, que le
dice en cada acto suyo, te amo y ámame.
Además de esto, el todo está en si es reconocido este acto querido de
mi Fiat, entonces hace prodigios inauditos de santidad y de belleza, que
formarán los más bellos adornos de la patria celestial y las vidas más
brillantes que se asemejan a su Creador, porque nuestra Voluntad no sabe
hacer seres que no nos semejen, la primera cosa que pone es nuestra
semejanza, porque quiere encontrarse a Sí misma en el acto obrante que
desarrolla en la criatura, de otra manera diría: ‘No me asemeja, por lo tanto
no me pertenece.’ Si además no es reconocida y no amada, entonces forma
el dolor de mi Querer, si bien corre en cada acto de criatura, si no corriera
debería quitarle la vida, por eso en su dolor siente rechazar su Vida Divina,
estorbada la santidad que quiere desarrollar, encerrados en su acto querido
los mares de gracias que deberían inundarla, la belleza que debería cubrirla.
Por eso mi Voluntad puede decir: ‘No hay dolor similar a mi dolor.’ Mucho
más que no había bien que no quisiera darle, no hay acto suyo en que no
haya puesto del mío. Por eso hija mía sé atenta, piensa que cada acto tuyo
pende de una Voluntad Divina que lo envuelve, lo forma y le da la vida, y
porque te ama quiere que conozcas la vida que te da, y esto como
confirmación de sus actos en ti, por eso conténtate con morir antes que
impedir este acto querido de mi Voluntad desde el principio de tu existencia.
Cómo es bello poder decir: ‘Soy Voluntad de Dios, porque Ella ha hecho
todo en mí, me ha creado, me ha formado y me llevará en sus brazos de luz a
las celestiales regiones como victoria y triunfo del Fiat Omnipotente y de su
Amor."
Después de esto mi mente continuaba nadando en el mar del Fiat, y
¡oh! cómo era bello verlo que estaba muy atento, que en cuanto yo respiraba
latía, amaba, investía mi respiro para formar su respiro divino, el latido
divino, y sobre mi pequeño amor formaba su mar de amor y se complacía
tanto que con ansia esperaba mis pequeños actos humanos para formar su
trabajo divino, y mi amado Jesús festejaba el triunfo, el trabajo del Fiat en
mi pequeña alma, y todo bondad me ha dicho:
2816
"Hija de mi Querer, cómo gozo al ver que mi Divina Voluntad pone
de lo suyo en el acto de la criatura, y como el acto de ella es pequeño, se
deleita de perderlo en su acto grande, que no tiene confines, y como
triunfante dice: ‘He vencido, la victoria es mía’, y Yo en cada acto de mi
Voluntad en ella hago mi fiesta. Ahora, tú debes saber que es tanta la
complacencia de nuestro Ser Supremo al ver perdido el pequeño acto
humano, perdido, fundido, como si hubiera perdido la vida para dar vida a la
nuestra, que elevamos este acto, que llamamos acto nuestro, en la altura de
nuestro acto eterno. Toda la eternidad se pone en torno y circunda este acto
y todo lo que ha sido hecho y se hará en el giro de Ella, se funden con este
acto, de modo que toda la eternidad pertenece a este acto, este acto queda en
el seno del Eterno y forma una fiesta de más a nuestro Ser Supremo, por
tanto una fiesta de más a todo el Cielo, y una ayuda, fuerza y defensa a toda
la tierra. El hacer la criatura nuestra Voluntad, hacerla vivir en ella, es la
única satisfacción que tenemos, es la verdadera correspondencia que
recibimos por haber creado la Creación, es la competencia de amor entre el
Creador y la criatura, es el movernos para dar nuevas sorpresas de gracias y
ella a recibirlas. Por eso si la criatura corre en nuestro Fiat para darle libre
campo de acción, en nuestro énfasis de amor decimos: ‘La criatura nos paga
por todo lo que hemos hecho, del resto ¿no hicimos todas las cosas y a la
misma criatura para que hiciera en todo nuestro Querer? Ésta lo hace, y esto
nos basta, aunque no hiciera nada más. Si esto nos basta a Nosotros, mucho
más debería bastar a ellas el hacer, el vivir siempre en nuestra Voluntad, con
esto ella es nuestra y Nosotros somos todo suyo, y te parece poco poder
decir: ‘Dios es mío, todo es mío, no me puede escapar porque su Fiat
Omnipotente lo tiene atado en mí."
Enero 10, 1937
Entretejido entre el Querer Divino y el humano. La ternura de
Jesús por quien vive en su Querer, lo lleva hasta sentirse feliz
por haber llorado y sufrido. El refugio de las obras de Dios.
Me siento bajo las olas eternas del Fiat, y mi pobre mente corre, corre
siempre para ser investida, y las olas corren para investirme, y esto forma el
más bello reposo de ambas partes. Pero mientras corría, mi Sumo Bien
Jesús, deteniéndome me ha dicho:
"Hija mía, cómo es bella la carrera de mi Fiat junto con la de la hija de
mi Divina Voluntad, hay un entretejido entre una y otra, se ve que el
2817
pequeño hilo del querer humano entrelaza todas las cosas creadas en las
cuales corre mi Querer, y mi Fiat, entrelazándolo, lo hace extensible en
todos sus actos, parece que no está contento si no ve este hilo del querer
humano en el cielo, en el sol, en todo, es una competencia que se forma: El
Querer Divino quiere investir al humano, y el querer humano se quiere hacer
investir."
Yo, sorprendida he dicho: "¿Pero cómo puede ser que el humano
querer tan pequeño, se pueda extender en todas las cosas creadas, y junto
con el Fiat abrazar la gran extensión de toda de la Creación?" Y mi dulce
Jesús ha agregado:
"Hija mía, no te maravilles, como todas las cosas fueron creadas para
la criatura, era justo y decoroso que el alma y la voluntad humana pudieran
investir y abrazar todo, que señoreara sobre todo y poseyera maravillas más
grandes que no posee la misma Creación, mucho más, unida con mi
Voluntad, ¿a dónde no puede llegar la criatura? No puede abrazar nuestra
Inmensidad, porque a ninguno le es dado el poderla abrazar, pero a todo lo
que ha sido hecho por ella, con tal que esté en nuestro Fiat, le fue dado, por
Nosotros, el derecho de poder entrar dondequiera, de abrazar todo, y de
hacer suyas nuestras obras. Y mi Fiat no podría estar, se sentiría arrancar la
finalidad si no encontrara el querer humano en sus obras, que queriendo
hacer vida juntos reconoce en ellas sus obras, cuánto la ha amado, y cómo
quiere ser amado. Por eso mi Voluntad es toda ojos, está como a la espía
para ver cuando la criatura está por hacer un pequeño acto, un acto de amor,
un respiro, un latido, para investirlo con la Potencia de su Fiat y decirle:
‘Mis obras las he hecho para ti, y tu debes obrar para Mí, por eso lo que tú
haces es mío, es derecho mío, como derecho tuyo son mis obras.’ Estas son
las leyes del vivir en mi Querer: ‘El tuyo y el mío cesa de ambas partes,
forman un solo acto, y poseen los mismos bienes.’ Pero esto no es todo,
para quien vive en nuestro Fiat, este hilo del querer humano corre en mi
Concepción, en mi nacimiento, en mis lágrimas infantiles, en mis penas.
Escucha una cosa muy tierna, cuando este hilo del humano querer entrelaza
al mío, y el mío el suyo, invistiendo todos los actos y penas de tu Jesús,
siento la alegría y la finalidad de haber sido Concebido y nacer, me siento
feliz de haber llorado por amor suyo, es más, mis lágrimas se detienen sobre
mi rostro, y viendo que el querer humano me las adorna con el suyo, me las
besa, las adora, las ama, ¡oh! cómo me siento feliz y victorioso de que mis
lágrimas y penas han vencido al querer humano, ya que me lo siento correr
en todos mis actos, y hasta en mi misma muerte. Por tanto, como no hay
cosa que no hayamos hecho por amor de ellos, así no hay cosa que mi
Querer no llame en este querer humano, para estar más seguro lo entrelaza
2818
con el suyo y con sus obras, no hay peligro que los deje atrás, y con un
énfasis de amor indecible le dice: ‘Mi Voluntad es tuya, mis obras son
tuyas, reconócelas, ámalas, no te detengas, corre, vuela, no dejes huir nada,
perderías un derecho en lo que no conoces y posees y me darías el dolor de
que en mi Voluntad no encuentre tu entretejido en mis obras, y me siento
arrancar la finalidad, traicionado en el amor, y como un padre que mientras
tiene hijos, no los encuentra en sus obras, en sus posesiones, en su
habitación, se están lejanos y llevan una vida pobre e indigna de tal padre.
Por eso las ansias, los suspiros, los deseos de mi Fiat son incesantes,
movería Cielos y tierra, no escatimaría nada con tal que la criatura viviera
unida con Él y fuera poseedora de sus mismos bienes.
Además de esto, todo lo que hemos hecho, tanto en la Creación como
en la Redención, está todo en acto de darse al hombre, penden sobre su
cabeza, pero están como suspendidos, sin poderse dar, porque no los conoce,
no los llama y no los ama, para encerrarlos en su alma para recibir tanto
bien. Ahora, en quien posee nuestro Querer, nuestras obras, toda mi Vida
que pasé acá abajo, encuentra el refugio, el espacio, la estancia dónde poder
continuar mi Vida, mis obras, y el alma adquiere el acto practicante y
convierte en naturaleza suya mis obras y mi Vida. Así que esta criatura es el
refugio de nuestra Santidad, de nuestro Amor y la Vida de nuestra Voluntad.
Y cuando nuestro Amor, no pudiendo contenerlo, quiere dar en excesos, nos
refugiamos en ella y damos salida a nuestro Amor y derramamos tales
carismas de gracias, que los Cielos quedan estupefactos y temblando adoran
nuestra Voluntad Divina obrante en la criatura."
Enero 24, 1937
La Divina Voluntad, con quien vive en Ella, forma la repetidora
de su Vida y de su Amor, y forma y extiende en ella toda la
Creación y todo lo que hizo Jesús. Cómo le dará un
nombre nuevo llamándola: "Fiat mío."
Estoy en poder del Fiat Supremo, el cual siempre quiere darme de lo
suyo, para tenerme ocupada y tener siempre qué hacer por mi pobre alma, y
si descubre cualquier pequeño vacío que no sea Voluntad suya, con una
actividad admirable e inimitable, ve qué cosa falta en mí de todos sus actos
que ha hecho por amor de las criaturas, y todo en fiesta lo sella en mi alma,
dándome una pequeña leccioncita. Yo he quedado sorprendida y mi siempre
amable Jesús, visitando a su pequeña hija me ha dicho:
2819
"Mi buena hija, no te maravilles, el Amor de mi Querer es exuberante,
pero con suma Sabiduría, porque quiere hacer con quien vive en su Querer
obras dignas de Él, las pequeñas repetidoras de su Vida, de su Amor, y
esconder en ellas la santidad y la multiplicidad de sus obras; quiere
continuar su obra creadora, quiere formar, repetir y extender toda la
Creación, y aún más, en quien viva en su Querer. Escucha hasta dónde llega
su Amor: Mi Fiat creó la Creación, y a cada cosa creada le puso un valor, un
amor y un oficio distinto, de deber producir un bien distinto a las criaturas,
tanto que el cielo posee un valor, un amor y un oficio todo propio; el sol, el
viento, el mar, poseen otro, y hacen distintos oficios, y así de todas las cosas
creadas. Ahora, escucha qué hace mi Voluntad para quien vive en Ella:
Todo lo que hace es suyo, así que en un acto encierra el valor, el amor y el
oficio que hace el cielo, y da a la criatura el amor y el valor del cielo; en otro
acto pronuncia su Fiat, y encierra el valor, el amor que tuvo al crear el sol, y
lo hace hacer el oficio de sol; en otro encierra el valor del viento, su amor
imperante, y pronunciando su Fiat lo hace hacer el oficio del viento; en otro
encierra el valor del mar, y pronunciando su Fiat le hace hacer el oficio del
mar y le da virtud de murmurar siempre amor, amor, amor; en suma, no hay
acto que ella haga en que no se deleite de pronunciar su Fiat, y dónde
encierra el valor del aire, dónde el dulce canto de los pájaros, el balido de los
borregos, dónde la belleza de las flores, y si los actos de la criatura no llegan
a extender la obra de la Creación, se sirve del latido, del respiro, de la
rapidez como circula la sangre en sus venas, todo anima con su Fiat, y forma
la Creación completa. Y cuando todo ha completado, de todo lo que ha
hecho en la Creación por amor de las criaturas, ahí extiende su dominio, y
con su Fuerza creadora conserva todo, mantiene el orden de la nueva
Creación que ha formado en los actos de la criatura, y se siente de tal manera
amado y glorificado, porque no encuentra la Creación sin razón, sin voluntad
y sin vida, sino encuentra la fuerza de una razón, de una voluntad y vida que
voluntariamente han recibido la Potencia de su Fiat, en sus actos su virtud
creadora, su misma Vida Divina, su Amor imperante e infatigable, en una
palabra, la ha hecho hacer de sí, hasta de su respiro y de sus actos, lo que
quería.
Hija mía bendita, continúa escuchándome, hazme desahogar mi Amor,
no puedo contenerlo más, quiero decirte hasta dónde llega mi Amor y hasta
dónde puede llegar y puede hacer a quien vive en mi Fiat. ¿Crees tú que mi
Querer se ha contentado, ha dicho basta porque ha encerrado el valor, el
amor, y los diversos oficios de toda la Creación en la criatura que vive como
unificada con Ella por una sola Voluntad? No, no, tú debes saber que Yo
vine sobre la tierra, y en el ímpetu de mi Amor ofrecí mi Vida, mis penas y
2820
mi misma muerte, para volver a comprar mi Voluntad Divina en favor de las
criaturas, que con tanta ingratitud la habían rechazado, y por lo tanto
perdido; así que mi Vida sirvió como desembolso del precio que se requería
para readquirirla y darla en posesión de mis hijos, por eso se necesitaba un
Dios, para poder tener precio suficiente para poder comprar una Voluntad
Divina, mira entonces cómo es cierto que vendrá el reino de mi Querer,
porque la compra fue hecha por Mí. Ahora, mi Voluntad después de haber
formado el orden de la Creación, con toda la suntuosidad y sublimidad de su
obra creadora, conforme la criatura va repitiendo sus actos, en un acto
pronuncia su Fiat y en él forma mi Vida y encierra su valor, en otro acto
pronuncia su Fiat y encierra en sus penas el valor de mis penas, pronuncia su
Fiat sobre sus lágrimas y pone en ellas el valor de las mías, pronuncia su Fiat
en sus obras, en sus pasos, en su latido, y encierra en ellos el valor de mis
obras, de mis pasos y de mi Amor, no hay oraciones y actos incluso
naturales que haga, en que no encierre el valor de mis actos. Así que, en
quien vive en mi Voluntad me siento repetir mi Vida, y duplica el precio
para comprar mi Divina Voluntad a favor de las generaciones humanas; se
puede decir que hay una competencia entre Yo y ella, para ver quien quiere
dar más para hacer que mi Voluntad sea poseída de nuevo por la familia
humana. Pero no es todo aún, si no hace obras completas no se contenta, al
valor de la Creación y Redención que ha encerrado en el alma, agrega con
un Amor increíble, el encerrar en ella la patria celestial, y hace resonar su
gloria, sus alegrías, las bienaventuranzas eternas, como sello y confirmación
de la obra Creadora y Redentora que ha formado en ella. Después de esto,
para estar más segura, crea su latido, su respiro, hace circular más que
sangre su Vida, su Luz, y como triunfante le da un nombre nuevo,
llamándola: ‘Fiat mío.’ Este nombre es el nombre más bello, que hará
sonreír a todo el Cielo y temblar a todo el infierno, nombre que no puedo dar
sino a quien viva en mi querer, y me ha hecho hacer en ella lo que quiero.
Hija mía, ¿qué cosa no puede hacer y dar mi Fiat Omnipotente? Llega a
tanto que da sus derechos sobre su misma Potencia, sobre su Amor, sobre su
Justicia, incorpora consigo la voluntad de la criatura y le dice: Sé atenta, no
quiero otra cosa de ti sino que hagas lo que hago Yo, por eso es necesario
que tú estés siempre junto conmigo, y Yo contigo."
2821
Febrero 10, 1937
El reino del Querer Divino será el reino de la Reina del Cielo. Sus
deseos ardientes y plegarias incesantes son asaltos de amor que da a la
Divinidad para obtenerlo. Cómo pondrá su Vida a disposición de las
criaturas para darles la gracia de hacerlas vivir de Voluntad Divina.
Me sentía toda inmersa en el Querer Divino, me parecía que Cielos y
tierra suspiran, ruegan que venga su reino a la tierra, a fin de que una sea la
Voluntad de todos, y reine como en el Cielo así en la tierra, a esto se unía la
Reina del Cielo, que con sus suspiros ardientes investía todo, movía, unía
todo a Sí, ángeles, santos, y a toda la Creación, para pedir con sus mismos
suspiros y con la misma Voluntad Divina que Ella posee, aquel Fiat, que
descienda en los corazones y forme en ellos su Vida. Pero mientras esto
pensaba, mi siempre amable Jesús haciéndose ver, todo amor suspiraba
fuerte, el corazón le latía tanto, como si le quisiera estallar, y me ha dicho:
"Hija de mi Querer, escúchame, mi Amor está por sumergirme, no
puedo contenerlo más, a cualquier costo, aunque debiese arrollar Cielo y
tierra, quiero que venga a reinar mi Voluntad sobre la tierra. A esto se une
mi Mamá Celestial, la cual sin jamás cesar me dice, me repite: ‘Hijo, hazlo
pronto, no tardes más, usa tus estratagemas de amor, obra como el Dios
potente que eres, haz que tu Querer invista a todos, y con su Potencia y
Majestad, unidos a un Amor que ninguno los podrá resistir, tome posesión
de todos y reine como en el Cielo así en la tierra.’ Y esto me lo dice con
tales suspiros ardientes, con tales latidos candentes, con tales estratagemas
de amor de Madre, que no puedo resistir. Y llega a agregar: ‘Hijo mío, Hijo
de mi corazón, me has hecho Reina y Madre, ¿y mi pueblo, y mis hijos,
dónde están? Si Yo fuera capaz de infelicidad sería la Reina y la Madre más
infeliz, porque poseo mi reino pero no tengo mi pueblo que viva de la misma
Voluntad de su Reina, y si no tengo mis hijos a los cuales pueda confiar la
gran herencia de su Madre, ¿dónde encontraré la alegría, la felicidad de mi
Maternidad? Por eso haz que reine el Fiat Divino, y entonces tu Mamá será
feliz y tendré mi pueblo y mis hijos que vivirán junto conmigo, con la misma
Voluntad de su Madre.’ ¿Crees tú que Yo pueda permanecer indiferente
ante este hablar de mi Madre, que me lo hace resonar continuamente al oído,
y que dulcemente inviste mi corazón, y que son flechas y heridas de amor
continuo? No lo puedo, y ni siquiera lo quiero. Mucho más que Ella jamás
me ha negado nada, por lo que me falta la Fuerza de negarme a Ella, mi
corazón divino me empuja a contentarla; tú únete con Nosotros y suspira y
2822
ruega que mi Voluntad sea conocida y venga a reinar sobre la tierra, y para
mayormente confirmarte a esto, quiero hacerte oír a mi dulce Mamá."
Mientras estaba en esto, me la he sentido junto, que escondiéndome
bajo su manto azul y tomándome en su regazo materno, con un amor que no
sé decir me ha dicho:
"Hija de mi materno corazón, el reino de la Divina Voluntad será mi
reino, la Trinidad Sacrosanta me lo ha confiado a Mí; así como me confió al
Verbo Eterno cuando descendió del Cielo a la tierra, así me confió su y mi
reino, por eso mis suspiros son ardientes, mi plegarias incesantes, no hago
otra cosa que asaltar a la Trinidad Santísima con mi amor, con los derechos
de Reina y de Madre que me dio, a fin de que lo que me confió venga a la
luz, forme su Vida, a fin de que mi reino triunfe sobre la faz de la tierra; tú
debes saber que es tanto mi deseo, que me quema, que me siento como si no
tuviese gloria, mientras que tengo tanta que los Cielos y la tierra están llenos
de ella, si no veo formado el reino de la Divina Voluntad en medio a mis
hijos, porque cada uno de estos hijos que vivirán en él, me dará tanta gloria,
de duplicarme la gloria que poseo, por eso viéndome privada me siento
como si no tuviese gloria de Reina y no fuera amada como Madre por mis
hijos, por eso en mi corazón los llamo siempre y voy repitiendo: ‘Hijos
míos, hijos míos, vengan a su Mamá, ámenme como Madre como Yo os
amo como hijos, si no llegan a vivir de la misma Voluntad de la que Yo viví,
no podéis darme el amor de verdaderos hijos, ni podéis conocer hasta dónde
llega mi amor por ustedes.’ Debes saber que es tanto mi amor y mis deseos
ardientes por querer que este reino exista sobre la tierra, que desciendo del
Cielo, giro por las almas para ver quién está más dispuesto a vivir del Querer
Divino, los espío, y cuando los veo dispuestos, entro en sus corazones y
formo mi Vida en ellos como preparación, honor y decoro de aquel Fiat que
tomará posesión y formará su Vida en ellos. Por eso Yo seré inseparable de
ellos, pondré mi Vida, mi amor, mis virtudes, mis dolores a su disposición,
como muro de fortaleza insuperable, a fin de que puedan encontrar en su
Madre lo que se necesita para vivir en este reino tan santo. Y entonces mi
fiesta será completa, mi amor se reposará en mis hijos, mi Maternidad
encontrará quién me ama como hijo, y daré gracias sorprendentes y pondré
en fiesta Cielo y tierra, la haré de Reina prodigando generosamente gracias
inauditas. Por eso hija mía, manténte unida con tu Mamá, a fin de que
ruegues y suspires conmigo el reino de la Divina Voluntad."
2823
Febrero 26, 1937
Qué cosa es un acto de más que la criatura hace en la Divina Voluntad:
Es la armonía, la música, es el arrollar Cielos y tierra, es la toma
de posesión que ella hace en Dios, y Dios en ella.
Siento a mi pequeña y pobre alma circundada de Voluntad Divina,
dentro y fuera de mí, a derecha e izquierda, corre hasta debajo de mis pies,
corre por todas partes para decirme: "Soy Yo la que formo tu vida, que te
caliento con mi calor, que formo tu movimiento, tu respiro; reconoce que tu
vida está animada por la mía, y Yo haré cosas dignas de Mí en ti. Pero
mientras mi mente se perdía en el Fiat, mi dulce Jesús haciéndome su breve
visita, como si sintiera una necesidad de amor de hablarme de su Querer, me
ha dicho:
"Mi pequeña hija de mi Querer, mi Amor reprimido en ti siente la necesidad
de desahogarse, de otra manera me da tales delirios, que me siento sofocar
por mis mismas llamas, por eso mi hablar es un desahogo de amor, es un
alivio a mi corazón, y para aliviarme voy buscando quién quiera
escucharme. Ahora escucha hasta dónde llega mi Amor y el gran prodigio
de la Vida obrante de mi Voluntad en la criatura: Un acto de más que hace
la criatura en mi Voluntad, es una armonía de más que pone entre el Cielo y
la tierra, es una nueva música celestial que forma a su Creador, la cual le es
muy agradable, mucho más que le viene de la tierra, porque las cosas del
Cielo son todas nuestras, ninguno puede decir en la patria celestial que nos
da a Nosotros, sino que somos Nosotros los que les damos a ellos, que
felicitamos y beatificamos a todos. En cambio el alma de la tierra puede
decir: ‘Doy a mi Creador.’ Y Nosotros sintiéndonos raptados damos de
nuevo nuestra Voluntad como vida obrante en ella, a fin de que nos forme
otras más bellas músicas. Cómo es bello oír nuestro Cielo en tierra, oír las
nuevas músicas celestiales que se desprenden del alma viadora, todo el Cielo
hace nueva fiesta y sentimos que la tierra también es nuestra y la amamos de
más. Cada acto de más que se hace en mi Voluntad Divina, es un arrollar en
él Cielo y tierra, porque todos los ángeles, santos, corren en aquel acto,
también la misma Creación, para tomar su puesto de honor en el acto
obrante de mi Voluntad, ninguno quiere quedar fuera del acto de mi Fiat
Divino. Sucede la verdadera concentración de todo y de todos, mi Voluntad
no podría hacer diversamente, debe dar parte en su acto a todos aquellos
donde Ella reina. Mi Voluntad cuando obra quiere encerrar todo y dar todo,
porque Ella no sabe hacer actos incompletos, sino completos y con la
plenitud de todos los bienes. ¿Pero quién puede decirte hija mía qué cosa
2824
sucede en ese arrollar Cielo y tierra en el acto obrante de mi Querer en la
criatura? En aquél moverse de todos, en ese querer a cada uno en su puesto
en aquel acto, suceden tales maravillas, tales prodigios inauditos, tales
escenas conmovedoras, que los Cielos se maravillan y quedan extasiados
ante la Potencia obrante de mi Voluntad, pero ¿dónde? En el pequeño cerco
de la criatura, y quedan con el ansia de ser arrollados de nuevo en el acto
obrante de mi Voluntad en ella, ¡oh! cómo lo suspiran, se sienten más
embellecidos y prueban la bella felicidad del acto conquistante de mi
Voluntad en la criatura, lo que les falta en el Cielo, porque allá conquistas no
hay, ni pueden adquirirlas, lo que han hecho en tierra les pone un basta, y no
más. Pero no es todo aún, un acto de más que se hace en mi Voluntad, es un
incorporarse Dios en la criatura y la criatura en Dios; es un instalarse
recíprocamente, y la vida del uno corre en el otro casi como sangre en las
venas; es la fusión del latido humano en el latido eterno, y siente en sí como
vida el Amor, la Santidad, la Vida de su Creador, y el Eterno siente correr en
Sí el pequeño amor de la criatura, que viviendo en Él forma un solo Amor y
una sola Voluntad; cada respiro, latido y movimiento, son heridas, flechas,
dardos de amor que da a Aquél que la ha creado, y ¡oh! cómo todo el Cielo
queda sorprendido porque miran a Dios y encuentran a la criatura fundida en
Él, que ama con su Amor, y con amor conquistante; miran a la criatura en la
tierra y encuentran a su Creador, que mientras tiene su trono en ella hace
vida junto con ella. Estos son los excesos más grandes de nuestro Amor
hacia quien tanto amamos; cuando encontramos a la criatura que se presta y
nada nos niega, Nosotros no miramos su pequeñez, sino que miramos más
bien a lo que sabemos y podemos hacer Nosotros, que podemos hacer todo,
y haciendo ostentación de nuestro Amor y de todo nuestro Ser Divino,
investimos a la criatura y nos hacemos investir, y hacemos cosas grandes
dignas de Nosotros, pero con tal magnanimidad, que todos quedan
sorprendidos y admirados, basta decirte que cada acto de más que se hace en
mi Voluntad, como si tuviéramos necesidad de la criatura, damos tanto que
agregamos mayores vínculos de unión, de amor, de ambas partes y llegamos
a dar a ella nuevos derechos sobre nuestro Ser Divino, y Nosotros sobre de
ella. Es tan grande este acto obrante de nuestro Fiat en ella, que no bastan
los siglos para decir lo que sucede en él, ni los ángeles, ni los santos pueden
decir todo el bien que contiene, sólo tu Jesús puede decirte todo el bien que
se forma en este acto, porque siendo Yo el que obra, sé decir lo que hago y
el gran valor que pongo dentro. Por eso sé atenta, contento, amor, gloria
mayor no puedes darme que prestarme tus pequeños actos, tu pequeño amor,
para hacer descender a mi Voluntad en ellos, para hacer obrar a mi
2825
Voluntad, es tanto su Amor, que siente la necesidad de tener su campo de
acción en los pequeños actos de la criatura."
Marzo 6, 1937
La Creación, primer medio de ayuda para formar la Vida
de la Divina Voluntad en nosotros; segundo medio, Dios
directamente; tercer medio, las circunstancias de la vida.
Continúo nadando en el mar inmenso del Querer Divino, y pensaba
entre mí: "¿Pero cómo puede la criatura formar esta Vida del Fiat en ella?
Yo me siento tan pequeña que me parece imposible, tal vez vivir dentro de
Ella es más fácil, porque encuentro tanto espacio que no puedo ver hasta
dónde llegan los confines, pero encerrarla dentro de mí, siento que me falta
el espacio para hacer esto." Y mi siempre amable Jesús, con su
acostumbrada Bondad me ha dicho:
"Hija mía, tú debes saber que nuestra Potencia es tanta, que tomamos
deleite en formar nuestra Vida en la pequeñez de la criatura siempre y
cuando no esté obstruida por otras cosas que no nos pertenezcan, es más,
muchas veces obramos sobre la pura nada las cosas más grandes; y como es
Voluntad nuestra que forme y posea en su alma esta Vida de nuestro Querer,
todo lo que hemos creado y que existe en el cielo y en la tierra, tienen el
mandato de Nosotros, que todas deben ayudar y servir a la criatura como
medios para formar y hacer crecer esta Vida en ella. Así que la primera que
se presta a comunicar y a hacer sentir la Potencia, el Amor de nuestra
Voluntad, es toda la Creación; ella tiene la virtud dada por Nosotros, de que
mientras hace crecer, alimenta, ayuda y sostiene la vida natural, penetrando
en el interior del alma a través de los actos humanos, penetra en el alma y
hace doble oficio, y si encuentra la pequeña Vida de mi Voluntad, mi misma
Voluntad que se encuentra en las cosas creadas besa a mi Voluntad que
encuentra en ella, la plasma, le da el aliento, ensancha la capacidad, y
encontrando su pequeño paraíso se reposa y suministra las ayudas, los
medios que contiene aquella cosa creada para hacer que nada le falte para
hacer crecer y mantener la Vida de mi Voluntad en la criatura. El cielo está
siempre distendido sobre su cabeza para hacerle guardia, a fin de que nada
entre en ella que no sea Voluntad de Dios; el sol se acerca de más, y
desahogando más en amor hace sentir su calor, le llena el ojo de luz, le
inviste las manos, los pasos, y adentrándose en el alma la llena del amor, de
la luz, de la fecundidad de la cual está llena por mi Voluntad, y deja el
2826
depósito de su calor, de su luz, a fin de que no viva mas que de amor y de
luz, cosas que pertenecen a mi Voluntad, y este sol haciendo su curso forma
la bella floración, la variedad de los colores y todo lo demás por amor de
quien posee mi Voluntad. Se puede decir que cada vez que el sol inviste a la
criatura, mi Voluntad visita a la criatura para ver si quiere alguna cosa, si no
le falta nada para hacer crecer su Vida en ella; ¿qué cosa no he hecho y no
haría para lograr el intento de formar esta Vida de mi Fiat en la criatura?
Por eso, el aire mientras sirve para dar el respiro al cuerpo, sirve para dar el
respiro de mi Voluntad al alma; el viento mientras sirve para purificar el aire
a la naturaleza, sirve para dar las caricias, los besos, el imperio de mi
Voluntad a mi Vida que ella posee. Así que no hay cosa creada, que
saliendo de dentro de ella mi Querer, no corra dentro del interior del alma
para ayuda, defensa, y para hacerla crecer como Yo la quiero. Pero esto no
es todo, mi Voluntad en las cosas creadas va velada para formar esta su Vida
en ellos, pero cuántos no la reciben y queda reprimida en sus velos, sin
poder dar los bienes que posee.
Ahora, está el segundo modo, más espléndido, más ostentoso de amor;
es tanto el Amor que nos consume, el deseo de querer que la criatura posea
nuestra Voluntad como vida, que cada acto, pensamiento, palabra, latido,
obra y paso que ella hace, es una emanación divina que le hacemos, nuestro
Ser Divino corre en cada acto suyo para darle de lo nuestro, lo circundamos,
lo vivificamos para hacerlo renacer en nuestra Voluntad, podemos decir que
nos ponemos Nosotros mismos a su disposición para formar esta Vida, ¿pero
sabes por qué es tanto nuestro interés? Porque queremos que nuestra
Voluntad forme la bella generación de la Voluntad Divina en la voluntad de
la criatura, y entonces tendremos tantas Vidas nuestras que nos aman, que
nos glorifican. Cómo será bella la Creación, todo será nuestro, dondequiera
encontraremos nuestro trono, nuestra Vida palpitante.
Después está el tercer modo, las circunstancias de la vida, las ocasiones, el
orden de mi providencia en torno a cada uno, las mortificaciones, los
dolores, todos son medios para hacer crecer y desarrollar en modo admirable
esta Vida de mi Voluntad en ellos, por lo tanto, no hay cosa en la cual Ella
no prepare su primer acto de vida para dar a las criaturas; ¡oh! si todos
pusieran atención, cómo se sentirían felices, seguros bajo la lluvia de un
Querer tan Santo, que los ama tanto, que llega al exceso de querer formar su
Vida en la pobre criatura."
2827
Marzo 14, 1937
La Voluntad Divina es Vida, y como Vida forma la generación de
su Vida en los actos de la criatura que vivirá en Ella, y ahí forma
la gran generación de los hijos de su Fiat Divino.
El Querer Divino no me deja jamás, me parece que para confirmarme
mayormente y hacerme suspirar el vivir en Él, no sólo a mí, sino a todos
aquellos que querrán vivir en Él, quiere decir cosas nuevas, y qué significa
un acto de más que se puede hacer en su Santísima Voluntad. Y mi dulce
Jesús que hace de portavoz a un Querer tan Santo, visitando mi pequeña
alma me ha dicho:
"Hija mía bendita, quiero decirte más todavía acerca del bien que
encierra un acto de más que la criatura puede hacer en mi Querer. Mi
Voluntad es Vida y no sabe obrar, ni hacer nada, si no genera Vida, ni puede
hacer menos. Ahora, en cada acto de más que se hace en Ella, viene
encerrado el acto generativo que posee, la criatura con hacer su acto en Ella,
le presta el velo donde formar y esconder este parto divino, en cuanto es
cumplido el acto, así mi Voluntad gira por el mundo entero para encontrar
las almas más dispuestas y pone en ellas su parto generado, y forma un hijo
suyo del reino de su Fiat. Mira entonces qué cosa es un acto de más, es
formar un hijo de más en mi reino, así que cuántos más actos se hagan en
Ella, tanto más será poblado el reino de mi Querer. Hija mía, nuestro Ser
Supremo tiene delirio, queremos que la criatura viva en nuestro Querer, y
usaremos todas las astucias de amor para obtener esta finalidad. Cómo es
bello ver que nuestros primeros hijos del Fiat servirán con sus actos para
formar la nueva generación de la Vida de nuestra Voluntad en la criatura.
Nuestro Amor es tanto, que tomamos ocasión del acto de ellas para dar este
bien que encierra Cielo y tierra."
Mientras esto decía, mi dulce Jesús hacía ver que tenía en su corazón
divino todos los actos hechos en su Querer, incluidos también aquellos de la
Mamá Celestial, que eran muchos, y dentro de cada uno de los actos,
generada la Vida de la Divina Voluntad; como si no los pudiera más
contener movía el paso para girar por todas las generaciones, y donde
encontraba alguna alma más dispuesta se acercaba, la abrazaba, le hablaba al
oído, le daba su aliento como si quisiera renovar la nueva creación, y
después, como en fiesta ponía junto con el acto la Vida de su Querer, no
quería desunir el acto de la Vida de su Querer, porque siendo acto primario
donde había generado su Vida, no quería separarlo, queriéndose servir de él
como custodia de su misma Vida. Yo al ver esto he quedado maravillada, y
2828
pensativa decía entre mí: "Será posible todo esto? Me parece que da en lo
increíble." Y mi dulce Jesús ha retomado su palabra:
"Hija, ¿por qué te maravillas, acaso mi Voluntad no puede hacer lo que
quiere? Basta el quererlo, y todo está hecho. Y además si lo hace el sol que
se puede llamar la sombra de mi Fiat, que en cuanto encuentra la flor, las
plantas, con el toque de su luz genera el color, el perfume, madura las
plantas y genera la dulzura en los frutos, y tantos colores y tanta diversidad
de dulzuras por cuantas flores y frutos toca con su luz y calienta con su
calor, pero si el sol no encuentra ni flores, ni frutos, ni inviste nada con su
luz y con su calor, nada da, retiene en sí todos los bienes que posee; tal es mi
Voluntad, más que sol, conforme encuentra a la criatura que la quiere, la
llama en su acto, desciende en lo bajo del acto humano, lo inviste, lo
calienta, lo transforma, y como posee la Vida, genera Vida y forma un
portento divino; y como el sol, si no encuentra quién quiera vivir en miQuerer y formar sus actos en Él, las tantas Vidas Divinas mías que podría
dar, quedan en Él, esperando con paciencia invicta y divina quien me haga
generar mi Vida en sus actos. Mi Voluntad está como una tierna madre, que
siente en sí la gran generación de sus vidas que quiere sacar a la luz para
formarse la larga generación de sus hijos que deben formar su reino, y por
eso va buscando quién le preste sus actos, ¿pero sabes por qué va buscando
los actos de la criatura? Debiendo Ella descender en lo bajo de los actos
humanos para formar su Vida, quiere hacerse camino por medio de ellos
para dar su misma Vida a las criaturas, mucho más que la Vida no se puede
formar fuera de las personas, sino siempre dentro, de otra manera le faltarían
las cosas necesarias, los humores vitales para formar una Vida. Así mi
Voluntad no puede formar desde el Cielo, ni fuera de la criatura su Vida,
sino que debe descender dentro de ellas, y la voluntad humana debe ceder el
puesto a la Divina, debe ser concurrente, porque cosas forzadas no
queremos; y cuando la hemos encontrado, ¿quién puede decirte lo que
hacemos, las gracias que derramamos, el bien que le queremos? No se trata
de obras, sino Vida nuestra que debemos crecer, así que no ahorramos nada,
y sólo en el Cielo se sabrá lo que hemos hecho. Por eso sé atenta y vive
siempre bajo la lluvia de mi Querer, así invistiendo todos tus actos los anima
con su Vida, y así me darás tantos hijos por cuantos actos harás."
2829
Marzo 18, 1937
La Divina Voluntad hace don de todas sus obras a quien vive
en Ella. El respiro de Dios en sus obras y en todas las obras
santas de las criaturas. La Divina Voluntad se hace
suplidora de lo que le falta a la criatura.
Estaba haciendo mi giro en el Fiat Divino para seguir, por cuanto me
es posible, sus actos divinos, esto es: la Creación, y todos los actos santos
de las criaturas, no excluidos los de mi Madre Celestial, ni los de mi amado
Jesús, pero lo grande era que, conforme yo los encontraba se hacían míos, el
Querer Divino me los donaba, y yo como si tuviera derecho sobre todo los
ofrecía a mi Creador como el homenaje más bello, el amor más intenso, la
adoración más profunda, a Aquél que me ha creado. Yo me he sentido
investida por el sol, por el cielo con todas las estrellas, por el viento, por
todo; todo era mío porque todo era de la Divina Voluntad. Yo he quedado
maravillada, y mi dulce Jesús repitiendo su breve visita me ha dicho:
"Hija mía bendita, ¿por qué te maravillas? Tú debes saber que todo lo
que es santo y bueno pertenece a mi Fiat, el cual todo quiere dar a quien viva
junto con Él, sucede un cambio de ambas partes, la criatura no quiere tener
nada para sí, todo lo quiere dar, y mi Querer quiere dar todo a ella, aun a Sí
mismo. Mucho más que la Creación, la Redención, la Reina del Cielo, todos
los actos buenos y santos, no son otra cosa que respiro de Dios: respiró y
dijo Fiat y creó toda la Creación, respiró y llamó a la Virgen Santísima a
vida, respiró e hizo descender al Verbo sobre la tierra, respira y da vida a las
obras buenas de todas las criaturas. Ahora, quien vive en mi Voluntad no
hace otra cosa que encontrar todas sus obras, para encontrar el respiro divino
para dárselo de nuevo a Dios, como frutos y potencia del respiro de su
Creador. ¡Oh! cómo se siente glorificado, amado, porque encuentra en lasobras ofrecidas a Él por la criatura su respiro, su misma Vida, y por cuantas
veces gira en sus obras, tantas veces se siente dar su Vida, su gloria, su
Amor. Y ¡oh! cómo espera estos presentes, porque se siente dar lo que ha
dado, se siente amar en sus obras como Él ha amado, siente su Amor, su
Potencia reconocida, y es tanta la complacencia divina, que vierte torrentes
de amor, de gracias sobre quien ha conocido sus obras y su Amor. He aquí
por eso hija mía que mi Voluntad, conforme la criatura vive junto con Ella,
así con un amor sin par hace don de todo lo que posee, la vuelve dueña de
todo, porque si una cosa no es propia no se tiene el derecho de poderla dar a
los demás, por eso mi Querer, haciéndole don de todo, le da campo de poder
dar a su Creador, y de recibir duplicada su correspondencia. Pero sólo le
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viene dado este don cuando reconoce nuestras obras, las aprecia, las ama. El
amor le da el derecho de hacer suyo lo que pertenece a mi Querer eterno, si
mi Querer no pudiera hacer don a la criatura de todo lo que es suyo, se
sentiría impedido en el amor, separado en sus obras, porque no podría decir:
‘Lo que es mío es tuyo, lo que hago Yo haces tú.’ Esto no lo soportaría mi
Voluntad y diría: ‘Vivir junto, formar la misma Vida y no poder darle todo,
esto es imposible a mi Amor, sería como si no me pudiera fiar de ella.’ No,
no, todo quiero dar a quien viva en mi Voluntad.
Tú debes saber que es tanto el Amor de mi Fiat hacia quien vive en Él,
que si la criatura, no por voluntad, sino por debilidad e impotencia no sigue
los actos de mi Querer, o bien por necesidad de sufrimientos o de otra cosa
no corre su vida en Él, es tanto su Amor que hace Ella lo que debería hacer
la criatura, la suple en todo, llama su disposición, su orden, su Amor, a fin
de que el alma se sacuda y reemprenda su vida juntos, y esto para hacer que
la vida humana no quede ni dividida, ni separada de la Suya; si esto no
hiciera quedaría el vacío divino, pero su Amor no lo tolera, y hace de
suplidora de lo que le falta a la criatura, porque quiere que su Vida Divina
no debe faltar jamás en ella, sino que debe ser continua. ¿Se puede dar
Amor más grande que llegue a decir: ‘Ánimo, no temas, ven con toda
confianza a vivir conmigo, fíate de Mí, y si tú llegaras a faltar de correr
siempre en mi Fiat, Yo te compadeceré y tomaré Yo la parte obrante que tú
no puedes hacer, y te supliré en todo?’ El reino de mi Querer es reino de
amor, de confianza, de acuerdo de ambas partes."
Marzo 22, 1937
Necesidad de amor que siente el Fiat Divino de ser amado.
Cómo a quien vive en Él le da tanto amor, de hacerlo amar
en todos los corazones y en toda la Creación, para ser
correspondido por el amor de todos. El alma sin el Fiat
es como la tierra sin agua. Los males de la turbación.
Mi vuelo en el Querer Divino continúa, me parece que no hace otra
cosa que derramar Amor sobre las criaturas, las cuales viéndose amadas tan
intensamente, no pudiendo contener este Amor tan grande, sienten la
necesidad de amar a Aquél que tanto las ama; se puede decir que el Amor
Divino es tanto, que sacude, mueve en modo irresistible a las criaturas a
amarlo. Las flechas de amor que Él manda para herir a las criaturas, les
sirven para flechar a Aquél que las ha flechado. Ahora, mientras me
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encontraba bajo este abismo de amor, mi amado Jesús, mi dulce vida,
sorprendiéndome me ha dicho:
"Hija de mi Voluntad, tú debes saber que nuestro Amor es inmenso.
Si en nuestro Ser Divino pudiera entrar la infelicidad, la inquietud, lo que no
puede ser, el Ser Divino se volvería el ser más infeliz e inquieto. Como
Nosotros amamos con Amor infinito e incesante, que podemos todo, y
ahogar a todos en nuestro Amor, por eso sentimos la necesidad de ser
amados, ¿pero qué? En vano esperamos, y nuestro Amor gime, da en
delirio, y en vez de detenerse corre de más, ¿pero sabes a dónde va a
derramarse y deteniéndose reposa un poco, para rápidamente volver a tomar
su vuelo para derramar su Amor continuo? En las almas que viven en mi
Voluntad, porque ellas están ya ahogadas en mi Amor, oyen mis gemidos,
sienten mi necesidad de ser amado, y rápidamente me corresponden en el
amor, y así como Nosotros sentimos la necesidad de ser amados, así sienten
ellas la necesidad de ser amadas por Aquél que tanto las ama.
Ahora hija mía, nuestro Querer circula como sangre en todos los
corazones de las criaturas, en toda la Creación, no hay punto donde no se
encuentre, su sede es extensible a todas partes, y con su Amor potente y
creante, como dentro de un solo aliento, conserva y da vida a todo y a todos,
y en cada cosa desarrolla su Vida de Amor. Así que, ¿por qué crea? Porque
ama; ¿por qué conserva y circula en todos? Porque ama. ahora, quien vive
en nuestro Querer, queremos sentirla que nos ama en todos los corazones;
cómo es bella la nota de amor de la criatura en cada corazón, y si éstos no
nos aman, está quien nos ama, queremos sentir que nos ama en los pasados y
en los futuros; en el cielo, en el sol, en el viento, en el mar, en todo
queremos su nota de amor. Mucho más que nuestro Querer dondequiera latransporta; viviendo en Él, el primer don que le hace es el Amor, pero da
tanto para poder recibir la correspondencia del amor de todos y de todo. Es
tanto el delirio de amor de nuestro Fiat Divino, que transporta esta nota de
amor de la criatura hasta el empíreo y dice a todos los bienaventurados:
‘Escuchen cómo es bella la nota de amor que vive en la tierra en mi
Voluntad.’ Y hace resonar esta nota amorosa en los santos, en los ángeles,
en la Virgen, en la Trinidad Sacrosanta, de modo que todos sienten la doble
gloria y festejan a la Divina Voluntad obrante en la criatura, y junto festejan
a la criatura que la ha hecho obrar, así que ella está en la tierra y es festejada
en el Cielo. Mi Divina Voluntad no toleraría que quien vive en Ella no le
diera la correspondencia del amor de todo y de todos. Mi Fiat Divino en el
amor de la criatura encuentra todo lo que quiere, encuentra la vida de ella
como suya, encuentra la gloria que le debe, encuentra el aprecio, la estima
que le es debida, encuentra la verdadera confianza filial para poderle dar
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todo. Así que el Amor es generativo, que genera todos los bienes divinos.
Por eso hija mía sé atenta, ama, pero ama en mi Voluntad, y encontrarás
tanto Amor, que podrás amar a todos y amar por todos a Aquél que tanto te
ama."
Después de esto, por las míseras circunstancias de mi vida que no es
necesario ponerlas sobre el papel, mejor que se sepan en el Cielo, me sentía
oprimida, fastidiada y casi turbada, sin mi acostumbrada paz y pleno
abandono en el Fiat Divino, y mi dulce Jesús sorprendiéndome me ha dicho:
"Hija mía, ¿qué haces? ¿No sabes tú que el alma sin la plenitud de mi
Voluntad y el pleno abandono en Ella, es como la tierra sin agua, como las
plantas sin sol, como el cuerpo sin el alma? Y la pobre criatura, como tierra
sin agua que no es capaz de producir ni un hilo de hierba, así ella muere de
sed, y es incapaz de hacer un pequeño bien, arde de sed y no hay quien le
quiete esta sed, y faltándole el Sol de mi Fiat morirá en las tinieblas, las
cuales le oscurecerán los ojos y no podrá mirar el bien para conocerlo, para
hacerlo, y le faltará el calor para madurar el mismo bien. Y además, sin mi
Voluntad se sentirá sin Vida Divina, y así como el cuerpo sin el alma se
pudre y por lo tanto se entierra, así sin la Vida de mi Querer, las pasiones la
pudren y la entierran en las culpas. Además de esto, las opresiones, las
turbaciones, detienen el vuelo en mi Voluntad, pierde la velocidad y no
puede seguir todas sus obras, y por eso, si no ha seguido todas nuestras
obras, no puedo llevarla a tomar reposo en el seno de nuestra Divinidad. Por
lo tanto sé atenta, pon en las manos de tu Jesús las opresiones, los fastidios,
lo que te turba, y Yo los pondré en la Luz y Calor de mi Fiat, a fin de que
queden quemados, y tú, sintiéndote libre, seguirás más veloz el vuelo en mi
Querer, no quiero que te preocupes, Yo pensaré en todo. Hija mía,
estémonos en la paz, de otra manera no podré desarrollar y crecer como
quiero la Vida de mi Voluntad en ti, y esto será el más grande dolor para Mí,
no me sentiré libre de respirar, palpitar, me sentiré impedido para continuar
mi Vida en ti."
Marzo 26, 1937
La Creación y la Humanidad de Nuestro Señor, son los campos
en los cuales desarrolla sus actos quien vive en la Divina
Voluntad. Ella forma la Humanidad de Nuestro Señor y
el paraíso a Jesús en la tierra.
2833
Mi vuelo en el Fiat Divino continúa, y en Él siento que todo es mío, y
siento la necesidad de conocer, de amar lo que me pertenece, y que con tanto
amor me ha dado. Mientras giraba en las obras del Querer Divino, el amado
Jesús, mi dulce vida, repitiéndome su breve visita, todo bondad me ha dicho:
"Mi pequeña hija de mi Querer, cómo es verdad que para que surja el
amor se debe poseer lo que se ama, si no se posee, el amor no surge; no amar
las cosas propias es casi imposible, es un amor connatural y de justicia el
amar lo que es suyo. Es por esto que Yo amo tanto a las criaturas, las
conservo, les doy la vida, porque son obras mías, las he creado, las he
sacado a la luz, son mías, soy el latido de su latido, su respiro, la vida de su
vida, no puedo hacer menos que amarlas, si Yo no las amara mi Amor me
reprocharía continuamente, me diría: ‘Por qué las has creado si no debías
amarlas?’ Es un derecho del amor amar lo que es suyo, mi Justicia me
condenaría, todos mis atributos me harían la guerra. He aquí el por qué para
ser amado por las criaturas digo: ‘Soy vuestro Dios, vuestro Creador,
vuestro Padre Celestial, soy todo vuestro.’ Como en efecto lo soy. He aquí
también la causa por la que digo a quien quiere vivir en mi Querer: ‘Todo es
tuyo, el cielo, el sol, toda la Creación es tuya, mi Vida es tuya, mis penas,
aun mi respiro es tuyo.’ Es por esto que tú sientes la necesidad de amar,
como la siento Yo, de amar lo que es tuyo, lo que tu Jesús te ha dado en
posesión.
Ahora, tú debes saber que la Creación, mi Humanidad, son los
campos en los cuales desarrolla sus actos el alma que hace y vive en mi
Voluntad Divina, habiéndole dado la posesión de Ellas siente la necesidad
de circular como sangre en las venas en las obras de su Creador, quiere
conocer su valor, el bien que hacen, el oficio que ocupan, para amarlas de
más, para apreciarlas y también para sentirse más feliz, más rica de los
tantos bienes que posee. Es por esto que ahora se acerca al sol para conocer
los secretos de su luz, el iris de sus colores, la virtud de su calor, su milagro
continuado que desarrolla sobre la faz de la tierra, que sólo con tocarla con
su luz, vivifica, colorea, endulza, transforma, y ¡oh! cómo ama al sol porque
es suyo, y ama de más a Aquél que lo ha creado, y así hace con todas las
otras cosas, quiere conocer la virtud secreta que contienen para amarlas de
más, y para reconocer de más y amar más a Aquél que le ha dado la
posesión. Por lo tanto no es maravilla que quien vive en mi Fiat Divino es
llamada la heredera de toda la Creación.
Ahora, del campo de la Creación pasa al campo de mi Humanidad,
pero qué decirte hija mía de las maravillas que suceden en este campo vivo,
no sólo de obras como en la Creación, sino de vida humana y Divina. Ellas
se ponen en mi puesto, ni Yo puedo negarme porque soy de ellas, tienen
2834
derecho sobre Mí, y Yo soy feliz de que me posean, porque me amarán de
más. Ahora, estas criaturas en este mi campo repiten mi Vida, aman con mi
mismo Amor, sus actos fundidos con los míos forman tantos soles, cielos y
estrellas, ¡oh! cuánto más bellos que aquellos de la Creación, que llenan el
campo de mi Humanidad. ¡Oh! cómo me siento amado y glorificado,
porque estos soles, cielos y estrellas, no son mudos como los de la Creación,
sino que son soles hablantes, con la plenitud de la razón, y cómo hablan bien
de mi Amor, hablan y me aman, hablan y me dicen la historia de las almas y
la de mi Amor, y por eso se imponen sobre de Mí y me dicen que debo
ponerlas a salvo, hablan y se cubren de mis penas para repetir mi Vida, y Yo
me las siento correr a estas almas en mis lágrimas, en mis palabras, en mis
obras y pasos, y encuentro en ellas el refrigerio de mis penas, mi apoyo, mi
defensa, mi refugio, y es tanto mi Amor por ellas, que llego a llamarlas:
‘Vida mía.’ ¡Oh! cómo las amo, Yo las poseo, y ellas me poseen a Mí,
poseer y amar hasta la locura es lo mismo.
Ahora, estas almas que viven en mi Voluntad están dispuestas a
recibir todas las penas de mi Humanidad, porque Ella está imposibilitada
para sufrir porque está gloriosa en el Cielo, así que mi Voluntad con su
aliento omnipotente crea las penas, los dolores, y en ellas forma mi
Humanidad viviente, que me suplen en todo, y son ellas las nuevas
salvadoras que ponen la vida para salvar al mundo entero. Así que Yo desde
el Cielo miro la tierra y encuentro a otros tantos Jesús, que llevados por la
misma locura de mi Amor, ponen la vida a costo de penas y muerte para
decirme: ‘Soy tu copia fiel, las penas me hacen sonreír porque contengo a
las almas.’ Y Yo, ¡oh! cómo las amo, no me siento más solo, me siento
feliz, victorioso, porque tener compañía en el desarrollar la misma vida, en
el sufrir las misma penas, en el querer lo que Yo quiero, es mi más grande
felicidad y mi paraíso en la tierra. Mira entonces cuántas cosas grandes,
portentosas sabe hacer mi Divina Voluntad con tal que vivan en Ella, me
forma mi misma Humanidad viviente y me procura las mismas alegrías de
mi patria celestial, por eso lo que más te debe importar es vivir siempre en
mi Voluntad, no te des pensamiento de nada más, porque si lo haces, siento
en ti despedazado mi Amor, y si supieras cuánto me cuesta el no ser amado
aun por un momento, porque en aquel momento Yo quedo solo, me rompes
la felicidad, y en mi delirio de amor voy repitiendo: ‘¡Cómo! Yo la amo
siempre, y ella no.’ Por eso sé atenta, que no quiero quedarme jamás solo."
2835
Abril 4, 1937
Conforme la criatura da su voluntad a Dios, así Dios adquiere
sus derechos sobre ella. Cómo vienen formados tres muros
de fortaleza para no dejarla salir de dentro del Fiat.
Estoy bajo las olas eternas del Querer Divino, y si algún pensamiento
me huye, estas olas se hacen más fuertes y sofocan mi pensamiento y mis
temores, de modo que súbito me tranquilizo y corro junto con el Fiat Divino.
Por eso el pensamiento frecuentemente me atormenta si salgo de dentro deÉl. Dios mío, qué pena, me siento morir sólo con pensarlo, me parece que
ya no sería hermana de las cosas creadas, apartaré mi puesto de en medio a
ellas, ya no serán mías, y yo, ¿qué cosa daré entonces a mi Dios? No me
queda otra cosa que la pura nada. Me sentía tan mal al pensar esto, que me
sentía torturada, y mi dulce Jesús teniendo compasión de mí y del estado al
cual me había reducido, ha corrido para sostenerme en sus brazos, y todo
bondad me ha dicho:
"Hija mía, ¿qué haces? Ánimo, tú te oprimes demasiado y tu Jesús no
lo quiere, y además, la misma pena que sientes significa que no quieres salir
de mi Divina Voluntad, y a Mí me basta tu voluntad, ella es la garantía más
cierta, y Yo la tengo encerrada en mi corazón divino como la cosa más
preciosa, a fin de que ninguno me la toque. Yo no tomo en cuenta el sentir
de la criatura, para Mí es como si no fuera, y muchas veces sirve para que se
arroje en mis brazos, a fin de que Yo la libere de este enemigo que le hace
perder la paz.
Ahora, tú debes saber que cuando el alma me ha dado su voluntad con
decisión firme, y con conocimiento cierto de lo que hacía, sin quererla
conocer más, ya ha tomado puesto en la mía, y Yo con derecho soy dueño de
ella, y ella con derecho es dueña de la mía. Por eso, ¿crees tú que Yo sea
fácil a ceder estos derechos? De ninguna manera, usaré todas las artes,
pondré en campo mi misma Potencia para que no me sea quitado lo que
tanto me interesa; tú debes saber que el vínculo más fuerte entre el Creador y
la criatura es el ceder su voluntad, y queda inseparable, de no poderse
apartar más de Nosotros, su vida la sentimos como nuestra, porque una es la
Voluntad que nos anima. Ahora, ¿crees tú que con un pensamiento, con un
sentir se puedan romper estos vínculos, perder nuestra inseparabilidad, y
Nosotros ceder lo que es nuestro, sin actos decididos, repetidos de que
quiere su voluntad? Te engañas hija mía, mucho más que es tanto nuestro
Amor por ella, que no apenas nos ha dado su querer, Nosotros amurallamos
a la criatura, primero con un muro de luz, de modo que si quisiera salir, la
2836
luz la eclipsa y no sabe a dónde mover el paso, porque dondequiera
encuentra luz, y no sabiendo a dónde ir, retrocede y se esconde en el seno de
su Creador. El segundo muro es todo lo que hizo mi Humanidad estando
sobre la tierra, mis lágrimas, mis obras, pasos y palabras, mis penas, mis
llagas, mi sangre, se amurallan en torno a la feliz criatura para impedirle la
salida, porque Ella contiene el secreto, la fuerza, la vida para dar vida a
quien vive en el Querer Divino, y ¿crees tú que después de haber obtenido el
intento de vencer por camino de penas a esta voluntad humana, Yo deje huir
lo que me cuesta sangre, vida y muerte? ¡Ah! tú no has entendido bien aún
mi Amor, si se tratase de simple resignación es fácil hacer y no hacer mi
Voluntad, porque estos no me han cedido sus derechos, aman su voluntad, y
por eso ahora están resignados, ahora impacientes, ahora aman el Cielo, y
ahora la tierra, pero quien me ha dado su voluntad ha tomado puesto en el
orden divino, quiere y hace lo que hacemos Nosotros, se siente reina, por eso
es casi imposible salir de nuestro Fiat, y si saliera de nuestro Querer no se
adaptaría a ser la sierva, la esclava. El tercer muro es toda la Creación, la
cual siente en ella la virtud obrante del Querer Divino, de la cual todas las
cosas poseen la vida, y para darle homenaje se amurallan en torno, el sol con
su luz, el viento con su imperio, en suma, todas las cosas creadas sienten la
Fuerza creadora, la Virtud obrante y siempre nueva que obra en la criatura,
mientras que ellas no pueden hacer más de lo que hacen, y corren en torno
para gozarse las obras de aquel Fiat del cual están animadas. Por eso no te
preocupes, goza la paz de aquel Querer que te posee, y tu Jesús pensará en
todo."
Abril 8, 1937
Todo lo que se hace en el Querer Divino constituye un derecho para
todos, y todos pueden hacer aquel bien. Estos derechos fueron
dados por Adán, por la Reina del Cielo, por Nuestro Señor,
quien nos preparó la vestidura real.
Mi pobre mente no hace otra cosa que arrojarse en el mar del Fiat
Supremo, y por cuanto siento el cielo del Querer Divino en mí, muchas
veces pierdo a Jesús en la inmensidad de este cielo y no lo encuentro, y su
privación es el más duro martirio de mi pobre existencia acá abajo, y ¡cuánto
se necesita para encontrarlo! Hasta que me hace quedar reducida a un estado
en que me siento morir, digno de compasión, entonces viene, y ahora con
una estratagema de amor, o con una verdad más sorprendente, hace que
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sienta que me regresa la vida, hasta olvidarme de las penas sufridas.
Entonces pensaba: ‘¿Y por qué Jesús no me lleva a las regiones celestiales,
por qué hacerme sufrir y fatigarme tanto?’ Me parece que veo el puerto y
estoy por dar un salto para entrar, pero qué, una fuerza potente me hace
retroceder, y vuelvo a ser la pobre exiliada. Mientras esto pensaba, mi dulce
Jesús, todo bondad y compadeciéndome me ha dicho:
"Hija mía bendita, ánimo, el ánimo abate las plazas más fuertes, vence
los ejércitos más aguerridos, atrae nuestra Potencia, más bien se la apropia y
animosa vence lo que quiere, y Nosotros viéndola que no tiene la más
mínima duda de obtener lo que quiere, porque la duda disminuye el ánimo,
damos más de lo que quiere. Hija mía, el ánimo, la confianza, la insistencia
sin cesar jamás, el amor, en nuestra Voluntad son las armas que nos hieren, y
debilitándonos hacemos que ella misma tome lo que quiere.
Ahora quiero decirte el por qué te mantengo aún sobre esta tierra, tú sabes
que nuestra Voluntad Divina es inmensa, y a la criatura le falta la capacidad,
el espacio de poderla abrazar toda junta, por eso le conviene tomarla sorbo a
sorbo, los cuales los tomas, ahora cuando haces tus actos en mi Querer,
ahora cuando te manifiesta una verdad que le pertenece, si oras, si deseas
que venga mi reino, si sufres para obtenerlo, todos estos son sorbos que
ensanchan tu capacidad y forman el espacio dónde encerrar los sorbos de
Ella, y mientras haces esto vienes a encerrar ahora una generación, ahora
alguna otra, que deben poseer el reino del Fiat Divino. Tú debes saber que
las generaciones son como una familia en que todos tienen derecho a la
herencia del padre, y como miembros que forman un solo cuerpo, y del cual
Yo soy la cabeza; cuando un miembro hace un bien, lo obtiene y lo posee,
los otros miembros adquieren el derecho de hacer y de poseer aquel bien.
Ahora, aún no has encerrado a todas las generaciones que deben poseer mi
Voluntad como vida, por lo tanto se requieren todavía las cadenas de tus
actos, tu insistencia, tus penas, para beber otros sorbos para formar el
espacio para dar el derecho de que, queriendo, puedan poseer mi reino; en
cuanto hayas hecho el último acto que se requiere, rápidamente te traeré a la
patria celestial.
Ahora hija mía, mi Divina Voluntad con su Inmensidad envuelve a
todos y a todo, no hay ser que no nade en Ella, por eso todo lo que se hace se
vuelve derecho de todos, y todos pueden repetir aquel acto, menos quien no
quiere repetirlo y poseerlo, y no quiere reconocer que vive en Ella, que su
vida está animada por el Fiat Divino, estos son como ciegos, que mientras el
sol los golpea con su luz ellos no ven y yacen como si fuera noche para
ellos; están como paralizados, que mientras pueden tener el uso de los
miembros para hacer el bien, se contentan con quedar inmovilizados; son
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como mudos que no saben hablar; pero son ciegos, paralíticos y mudos
voluntarios. Pero todos los demás, como mi Voluntad es vida y está en
comunicación con todos, así todo lo que se puede hacer en Ella es vida y
bien y derecho de todos, y todos pueden repetir aquel acto para formar la
Vida Divina obrante en ellos. Los primeros derechos de hacer poseer el
reino de mi Querer a las generaciones humanas fueron dados por Adán,
porque él, en la primera época de su vida sus actos fueron hechos en el
Querer Divino, y si bien pecó y perdió voluntariamente la Vida obrante de
mi Voluntad en él, y él en Nosotros, pero sus actos quedaron, pues lo que se
hace en nuestro Querer no sale, porque son nuestros triunfos, nuestras
victorias sobre el querer humano, así que son nuestros, y Nosotros jamás
ponemos fuera lo que es nuestro. Por lo tanto quien entra en Él encuentra el
primer amor de Adán, sus primeros actos que le dan el derecho de poseer
nuestro Fiat y de repetir los mismos actos que él hizo, sus actos aún son
hablantes, su amor aún está fundido en el nuestro, e incesantemente nos ama
con nuestro mismo Amor. Por eso el obrar en el Querer Divino se vuelve
eterno con Nosotros, y no está sujeto a terminar y se pone a disposición de
todos, de modo que sólo quien es ingrato no lo toma y no se quiere servir de
la Vida para recibir vida. Estos derechos de poseer mi Voluntad como vida,
fueron dados por la Reina del Cielo, porque también Ella es de la estirpe
humana, pero en modo más extenso y con más sacrificio, porque le costó la
Vida de su mismo Hijo y Dios para dar la posesión del reino de nuestro Fiat
a las generaciones humanas, y habiéndole costado tanto, es la que más
suspira y ruega que entren sus hijos en este reino tan santo. Después fue mi
descendimiento del Cielo a la tierra, en que tomando carne humana, cada
acto mío, pena, oración, lágrima, suspiro, obra y paso, constituía un derecho
de hacer poseer el reino del Fiat a las generaciones humanas. Puedo decir,
mi Humanidad es vuestra y de todos, y quien quiere entrar en este reino
encontrará en Ella la puerta, los derechos y la vestidura real para entrar, mi
Humanidad es la vestidura que debe cubrir y vestir con decencia a todos
aquellos que lo poseerán. Mi Amor es tanto, que llamo a otras criaturas que
con gracias portentosas y con el sacrificio de su vida, las hago vivir en mi
Querer, las cuales constituyen nuevos derechos, pagando con su vida para
dar la posesión de mi reino a la familia humana. Por eso tu voluntad corra
siempre en la mía, a fin de que completos tus actos, puedas dar el salto a la
patria celestial."
2839
Abril 18, 1937
Encuentros continuos entre el Querer Divino y la criatura. Quien vive
en Él, ha formado el pequeño mar del Fiat. Cómo corre siempre en
cada cosa para dar nuevas gracias y nuevo amor.
Mi vuelo en el Fiat continúa, más bien siento que me viene al
encuentro a cada instante, en cada cosa que toco, que hago, en las penas y en
las alegrías, en cada cosa creada; siento que me las pone alrededor para
hacerme servir por ellas, me parece que esté como a la espía para hacerse
conocer y decirme: "Estoy aquí, dime que quieres, me harás más feliz si me
pones en condición de poderte abundar más, a fin de que felicitándote Yo
me sienta más feliz por la felicidad de mi hija." Ahora, mientras mi mente
se ahogaba en su mar divino, mi amado Jesús, sorprendiéndome con su
breve visita, con un amor que no podía contener me ha dicho:
"Hija mía bendita, el Amor excesivo de mi Divina Voluntad da en lo
increíble; cuando la criatura vive en Ella, ha formado su pequeño mar del
Fiat en su alma, entonces Ella, atraída por su misma Potencia quiere siempre
engrandecer más este su marecillo en el cerco del alma. Escucha qué hace:
Llevada por un amor irresistible corre, corre siempre en cada acto que la
criatura hace; si ve que debe hacer uso de la palabra, corre, le va al
encuentro, inviste la palabra con su Fiat y acrecienta su Potencia divina en la
palabra de la criatura; si ve que debe obrar, corre, le toma las manos, se las
estrecha, las inviste con su Fiat y aumenta su Potencia divina en las obras de
ella; si ve que está por mover el paso, corre, los inviste y le da tal Potencia,
de correr siempre hacia Quien corre siempre hacia ella; si ama, corre para
darle nuevo Amor; si ve que desea, que quiere ser siempre más buena, corre
y aumenta su Bondad; no hay pensamiento, latido y respiro que no invista
con su Fiat para hacer crecer su Sabiduría, su Belleza, el latido de su eterno
Amor.
Pero aún no es todo, ¿crees tú que mi Querer puede hacer paradas en
el correr siempre hacia quien posee su Querer? De ningún modo, para correr
se sirve de todo, si el sol la inviste, corre para darle más luz, y como la
criatura es más que el sol, le da las propiedades que contiene la luz, es más,
las aumenta, le da su dulzura divina, su fecundidad, la variedad de sus
perfumes celestiales, el gusto de sus sabores divinos, sus cualidades
supremas como las más bellas variedades de los colores, y con la Potencia
de su Fiat hace de manera, que de su amada criatura, más que sol, no quede
otra cosa de ella más que luz y calor para investirla y hacerse investir; si
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sopla el viento, corre, la inviste, y con su Fiat aumenta la Potencia de su
Amor imperante, sus gemidos divinos para hacerla gemir con sus mismos
gemidos y suspiros que venga su reino sobre la tierra, la besa, la acaricia, se
la estrecha fuertemente para hacer sentir cuánto la ama y cómo quiere ser
amado; si bebe el agua, corre para investirla con su frescura y refrigerios
celestiales; si toma el alimento, corre para alimentarla con el alimento de su
Voluntad, a fin de que la Vida Divina crezca en la criatura, se reafirme y se
confirme mayormente en ella. En suma, no hay cosa en la cual mi Querer no
corra, y ¡oh! la fiesta que hace cuando ve que ella recibe este dulce
encuentro y recibe el bien que sin cesar jamás le quiere dar, y si la criatura,
también ella corre en cada cosa hacia Quien corre hacia ella, ¡oh! entonces
mi Fiat es tomado por tanto amor, que su mar interminable crece, forma sus
olas altísimas y las descarga en el pequeño marecillo, engrandeciendo en
modo maravilloso y prodigioso la capacidad y extensión del suyo en el
marecillo del alma. Hija mía, estos son nuestros modos divinos, amar
siempre sin cesar jamás, dar siempre sin jamás terminar de dar, si esto no
fuera, deberíamos poner un límite a nuestra Potencia, un basta a nuestro
Amor, pero no lo podemos, porque siendo nuestro Ser infinito, por Sí mismo
corre en busca de quien ama y que quiere ser amado, por eso los límites no
tienen valor y el basta no existe para Nosotros. A lo más, quien ingrato no
nos quiere reconocer, y no reconociéndonos, le sucede como al ciego, que a
pesar de que el sol no le niega su luz, más bien lo inviste por todas partes, no
lo ve ni lo conoce, pero no puede negar que no siente su calor. Esto no
puede suceder a quien vive en nuestro Querer, pues Él mismo la tiene en
estado vigilante, en acto de espera continua para recibir nuestros encuentros,
para encontrarnos; nuestras carreras para correr hacia Nosotros, y si nuestro
Amor, para hacerla correr de más, le esconde nuestras carreras, mientras
corremos lo mismo, ¡oh! cómo sufre la pobre hija, tanto, que estamos
obligados a romper rápidamente el velo del escondite y decirle: ‘Estamos
aquí, tranquilízate, no temas, pues jamás dejaremos a nuestra hija, a la hija
de nuestro Querer.’ Y para tranquilizarla le hacemos sentir más a lo vivo
nuestro Amor, y la abundamos de gracias mayores."
Abril 25, 1937
Prodigio del acto obrante de la Divina Voluntad en la criatura.
Quien la hace obrar en ella, es la suspirada, la bienvenida, la
preferida de toda la corte celestial. Todo lo que se hace
en Ella, adquiere la virtud de producir Vida Divina.
2841
Estaba pensando en la Divina Voluntad obrante en la criatura. ¡Dios
mío, cuántas sorpresas, cuántas escenas conmovedoras, cuántas maravillas y
prodigios que sólo un Dios puede hacer! La pequeñez humana queda
admirada, encantada al ver la Inmensidad del Fiat Divino, que mientras
queda inmenso se encierra en su pequeño acto, y con la Potencia creadora
forma en él su acto obrante, con una cadena de prodigios divinos inauditos,
pero tales y tantos, que los cielos quedan maravillados y la tierra tiembla
ante el acto obrante del Querer Divino en la criatura; pero mientras mi mente
se perdía en estas sorpresas, mi Sumo Bien Jesús, repitiendo su breve visita,
todo bondad me ha dicho:
"Mi pequeña hija del Fiat Supremo, es tanto nuestro Amor, que no
apenas la criatura llama a nuestro Querer en su acto, corre y desciende en el
acto de ella. El llamarlo no es otra cosa que preparar el lugarcito donde debe
obrar; llamarlo significa amarlo, y que siente la necesidad del acto obrante
de mi Voluntad para que la suya no sólo no obre, sino que quede como
escabel y admiradora de un Querer tan Santo. Después, descendiendo lleva
consigo su Virtud creadora, sus alegrías y bienaventuranzas celestiales, la
misma Trinidad Sacrosanta como espectadora y actora de su obrar, y
mientras en el lugarcito de la criatura pronuncia su Fiat, forma tales
prodigios y maravillas, que el cielo, el sol se queda detrás, y supera todo lo
bello de la Creación, ahí crea su música divina, los soles más refulgentes, en
él crea su Vida obrante, sus nuevas alegrías; es tal y tanto este acto, que los
ángeles, los santos quisieran vaciar las regiones celestiales para gozarse el
acto obrante de su Fiat creador. Es tal y tanta la belleza, la suntuosidad, la
Virtud vivificadora de este acto divino, que mi Querer Divino se lo lleva al
Cielo como conquista y triunfo del alma en la cual ha obrado, para recrear
con nuevas alegrías y bienaventuranzas a toda la corte celestial; es tal la
alegría, la gloria que reciben, que no hacen otra cosa que agradecer a mi
Querer Divino que con tanto amor ha obrado en la criatura, porque no hay ni
gloria, ni alegría mayor, que su acto obrante y conquistante en ella."
Yo al oír esto, sorprendida he dicho: "Amor mío, si este acto se lo lleva al
Cielo la pobre criatura queda sin él y como en ayunas de este acto." Y Jesús
ha agregado:
"No, no hija mía, el acto es siempre suyo, ninguno se lo puede quitar,
y mientras alegra a la patria celestial, queda como base, fundamento y
propiedad en el fondo del alma, la conquista es suya, y mientras alegra la
corte celestial, ella nada pierde, es más, siente en sí la Virtud creadora y
continua de mi Fiat en acto de hacer siempre nuevas conquistas, y mientras
queda en el alma, al mismo tiempo se lo lleva al Cielo como nueva gloria y
2842
alegría de los santos y como lluvia benéfica a todos los viadores, mucho más
que la familia humana está vinculada con el Cielo, y el Cielo con la tierra,
hay un vínculo entre ellos, el que todos tienen derecho de participar en el
bien que ellas hacen, son miembros unidos entre ellos, y como
connaturalmente el bien corre para darse a todos. Y además, en cuanto mi
Voluntad obra en el alma, el Cielo se pone en espera, porque nadando ellos
en el Fiat sienten que está por obrar, y por eso se ponen atentos, reclaman,
suspiran recibir las nuevas conquistas y alegrías de la Vida de la Divina
Voluntad que ellos poseen. Ella es vida primaria de los santos en el Cielo,
por eso en los actos que Ella hace todos concurren y con derecho quieren
recibir las nuevas alegrías y las bellas conquistas que sabe hacer mi
Voluntad. Por lo tanto quien la hace obrar en sus actos, es la nueva alegría
del Cielo, la bienvenida, la preferida, la suspirada de toda la corte celestial,
mucho más que alegrías de conquistas no hay allá arriba, y por eso las
esperan de la tierra. ¡Oh! si todos conocieran todos estos secretos de mi Fiat
Divino, darían la vida para vivir de Él y hacerlo reinar en el mundo entero."
Después continuaba pensando en la Divina Voluntad, no puedo hacer
menos, la siento dentro de mí que me da vida, la siento fuera de mí, que
como la más tierna de las madres me lleva entre sus brazos, me alimenta, me
hace crecer y me defiende de todo y de todos, y mi dulce Jesús ha agregado:
"Hija mía, cómo es bella mi Voluntad, ninguno puede vanagloriarse
de amar a la criatura como Ella la ama, es tanto su Amor, que Ella quiere
hacerle todo, no la quiere confiar a ninguno, con su Fiat la crea, la hace
crecer, la alimenta, la lleva siempre entre sus brazos de luz, le hace de
maestra enseñándole las ciencias más sagradas, le revela los secretos más
recónditos y escondidos de nuestro Ser Supremo, le da el conocimiento de
nuestro Amor, de las llamas que nos consumen para consumirla junto con
Nosotros, en cada acto que hace jamás la deja sola, corre para poner en ella
su Vida. Así que cada acto está animado por su Vida Divina, y poseen la
virtud de poder producir Vida Divina; y mi Voluntad toma estas Vidas de
dentro de los actos de la criatura para dar Vida Divina, Vida de gracia, vida
de luz, vida de santidad a las otras criaturas, y vida de gloria a toda la corte
celestial, Ella es la verdadera trabajadora, quiere darse a todos por medio de
quien vive en su Querer. Y cuando ha formado la plenitud de su obra
maestra, se la lleva al Cielo como triunfo, victoria de su Potencia y arte
divino que sabe y puede hacer en la criatura con tal que se preste a vivir con
Ella y se haga llevar en sus brazos. Por eso sé atenta y hazte trabajar por un
Querer tan Santo, que tanto ama y que quiere ser amado."
2843
Mayo 6, 1937
Jesús no sabe qué hacer con un alma que no posee la paz.
A quien vive en el Querer Divino, Dios le hace don de
todas sus obras, y también de su misma Vida, para
hacerle ver cuánto y cómo quiere ser amado.
Mi abandono en el Querer Divino continúa, mi pobre mente oprimida
por los incidentes de la vida, para mí demasiado dolorosos, busca refugio en
el centro del Fiat, en el cual me siento renacer a nueva vida, rejuvenecer,
reponerme de mis dolorosas pausas, pero en cuanto me aparto de su centro,
mis opresiones resurgen, tanto, de oír los justos reproches de mi amado
Jesús, hasta decirme: "Hija mía, pon atención, pues Yo no sé qué hacer con
un alma que no es pacífica, la paz es mi celestial morada. La campana que
con sonidos vibrantes y dulces llama a mi Querer a reinar, es la paz, la paz
posee voces tan potentes que llama a todo el Cielo, lo pone atento para
hacerlo ser espectador de las bellas conquistas del obrar del Querer Divino
en la criatura. La paz pone en fuga la terrible tempestad y hace surgir la
celestial sonrisa de los santos, el encanto más bello de una primavera que
jamás termina, por eso no me des este dolor de no verte en paz." Entonces
trataba por cuanto más podía de sumergirme en el Querer Divino, para no
sentirme más a mí misma, siguiendo sus actos tanto de la Creación como los
de la Redención, y mi amado Jesús ha investido mi inteligencia y con su voz
creadora, todo amor me ha dicho:
"Hija mía bendita, déjate a ti misma y ven en mi Voluntad; sentimos
la extrema necesidad de hacer conocer hasta dónde llega nuestro Amor por
quien vive en Ella, y es tanto, que con ansia esperamos que se una, se una a
nuestras obras para darle el derecho como si fueran suyas. Y como nuestra
Fuerza creadora está siempre en acto, en cuanto se funde con Nosotros,
como si renovásemos nuestras obras, le hacemos don de ellas y le decimos:
‘Son obras tuyas, haz con ellas lo que quieras; con nuestras obras en tu poder
puedes amarnos cuanto quieras, puedes darnos la gloria en modo infinito,
puedes hacer el bien a quien quieras, tú tienes el derecho no sólo sobre
nuestras obras, sino sobre Aquél que ha creado todo, y Nosotros tomamos el
derecho sobre de ti, que ya eres nuestra.’ Cómo son dulces estos derechos
de la pequeñez humana en nuestro Ser Divino, son dulces y amorosas
cadenas que nos hacen amar con amor más intenso y fuerte nuestra obra
creadora, y en nuestro énfasis de amor vamos repitiendo: Cómo es bella, es
nuestra, toda nuestra, y Nosotros somos todo de ella, no nos queda otra cosa
2844
qué hacer que amarnos, la amaremos con amor eterno, y ella nos amará con
eterno amor."
Yo he quedado sorprendida, como si quisiera hacer surgir dudas, y
Jesús ha agregado:
"Hija, no te maravilles, es la pura verdad que te dice tu Jesús, que
queriendo ser amado quiere hacer conocer hasta dónde puede llegar la
criatura y cuánto la ama, como si no estuviera contento de nuestras alegrías
interminables, queremos el contento que ella posea lo que poseemos, y nos
ame como sabemos amar Nosotros; mira, para quien vive en nuestro Querer
Divino, es casi connatural, ella encuentra nuestro Fiat en acto de crear el
cielo, el sol, ella se une a aquel acto para hacer lo que hace Él, es tanta
nuestra Bondad, que con la unión hemos formado el enlace juntos, y en
nuestro Querer hemos formado el acto decidido de dar el cielo, el sol, como
adorno a la criatura, con este don ella nos da la gloria de un cielo extendido,
nos ama en cualquier punto de él, hace el bien a las criaturas de hacerles
poseer y gozar un cielo, y como tiene un sol en su poder nos da la gloria de
que el globo terrestre posee la luz, y cada hombre que queda investido por la
luz y el calor del sol, es una gloria de más que nos da, es una sonatina de
amor que nos hace, que rapta a nuestro Amor a amar más cada planta, cada
fruto y flor fecundados y calentado por su calor, es un grito de más de gloria
y amor que nos da, el pajarito que canta al surgir el sol, el corderito que bala,
todos son acentos de gloria y de amor que nos manda; y el mérito de tantos
bienes que hace el sol a la tierra, que son incalculables, ¿de quién son? De
quien vive en nuestro Querer, en Él, lo que es nuestro es suyo, y como
Nosotros no tenemos necesidad de méritos, habiendo hecho don de ellos a la
criatura, dejamos a ella la parte meritoria, y por correspondencia queremos
su grito de amor siempre y en cada cosa, y así del bien que hacen todas las
cosas creadas, el viento, el aire, el agua y todo."
Entonces yo al oír esto, no sólo he quedado maravillada, sino que
quería poner muchas dificultades, y pasando a los actos de la Redención me
he encontrado inmersa en sus penas, y mi siempre amable Jesús, tal vez para
convencerme, se hacía ver en mi interior en acto de sufrir la dolorosacrucifixión, yo tomaba parte en sus penas y moría junto con Él, su sangre
divina corre, sus llagas estaban abiertas, y Él con un acento tierno y
conmovedor, de sentir que se me rompía el corazón, me ha dicho:
"Estoy dentro de ti, soy tuyo, estoy a tu disposición, mis llagas, mi
sangre, todas mis penas, son tuyas, puedes hacer de Mí lo que quieras, es
más hazla de magnánima, de valiente, de amante, de verdadera imitadora
mía, toma mi sangre para darla a quien quieras, toma mis llagas para sanar
las llagas de los pecadores, toma mi Vida para dar vida de gracia, de
2845
santidad, de amor, de Voluntad Divina a todas las almas, toma mi muerte
para hacer resucitar tantas almas muertas en el pecado, te doy toda la
libertad, obra tú, aprende a obrar hija mía, me he donado y basta, pensarás tú
en que todo me redunde en gloria, y en como hacerme amar, mi Voluntad te
dará el vuelo para hacerte llevar mi sangre, mis llagas, mis besos, mis
ternuras paternas, a mis hijos, tus hermanos, por eso no te maravilles, es
propiamente este el obrar divino, tener sus obras en acto de repetirlas
continuamente para darlas, para hacer don a las criaturas, cada uno puede
decir: ‘Todo es mío, aun el mismo Dios es mío.’ Y ¡oh! cómo gozamos al
verla dotada de nuestras obras, poseedora de su Creador, son los excesos de
nuestro Amor, que para ser amado queremos hacer ver cuánto la amamos y
los dones que queremos darle. A quien viva en nuestro Querer, nos
sentiríamos como si defraudásemos a la criatura si no le hacemos don de
todo, y esto Nosotros no lo sabemos hacer, por eso sé atenta, haz que tu alma
sea embalsamada por nuestra paz divina, que no conocemos qué cosa sea
turbación, y todas las cosas te llevarán la sonrisa, la dulzura, el Amor de tu
Creador."
Mayo 10, 1937
Dios se hace alimento de la criatura; el intercambio, el darse el aliento,
el hablarse mutuamente, forman las obras más bellas. La reina del
Cielo continúa el oficio de Madre y hace crecer a su hijo
en las criaturas.
El mar del Querer Divino continúa inundándome, y siendo incapaz e
inhábil para todo, parece que se deleita, como a pequeña niña, con ponerme
en la boca, con sus manos más que maternas, el alimento de su Fiat, y
enseñarme palabra por palabra, silaba por silaba las primeras vocales de la
ciencia de la Divina Voluntad, y cuando parece, en algún modo, que la he
entendido, ¡oh! cómo hace fiesta, porque tiene toda la certeza de formar un
alma toda de Voluntad Divina. Y yo al ver sus maternos cuidados, cómo
estoy contenta y le agradezco de corazón. Y mi amado Jesús como portavoz
de su Querer, todo bondad me ha dicho:
"Mi pequeña hija de mi Querer, cada verdad que te manifiesto sobre
mi Fiat es un crecimiento que haces en Él; es un bocado de más que sirve
para fortificarte, calentarte y confirmarte mayormente en Él; es un sorbo de
más que bebes del inmenso mar de mi Voluntad; es una propiedad divina de
más que adquieres. Ahora, tú debes saber que a cada acto de más que haces
2846
en Ella, ponemos ante ti nuestra mesa celestial, y si amas, te alimentas de
nuestro Amor; si nos comprendes, te alimentas de nuestra Sabiduría, y ¡oh!
cuántas bellas noticias y conocimientos te da de tu Creador, así que tu Dios
se vuelve tu alimento exquisito, por eso en todo lo que haces, ahora te
alimenta de nuestra Potencia, ahora de nuestra Bondad, ahora de nuestra
dulzura, de nuestra Fuerza, Luz y Misericordia nuestras. Así que la
pequeñez humana, con vivir en nuestro eterno Querer nos absorbe sorbo a
sorbo, bocado a bocado, porque siendo pequeña no le es dado, aun por
cuanto a criatura es posible, tomar todo junto lo que debe tomar de nuestro
Ser Divino, mucho más que esto sirve a deleitarnos mutuamente, Nosotros
en dar y ella en recibir, Nosotros a dar de lo nuestro y ella a darnos su
pequeñez, Nosotros a trabajarla como queremos y ella que se presta a
hacernos trabajar; es el intercambio, el darnos mutuamente el aliento, el
hablarnos, lo que forma nuestras obras más bellas, y desarrollamos la Vida
de nuestra Voluntad en la criatura. Sin hacer nada no se hace nada, por eso
es necesario obrar, hablar, hacernos comprender, trabajar, para hacer las
bellas estatuas, las repetidoras de nuestra Vida. Por lo tanto, cuando
encontramos quién quiere escucharnos, darse a Nosotros para recibir, no
ahorramos nada de lo que podemos y sabemos hacer por la criatura. Ahora
hija mía, cuando la criatura se ha alimentado de nuestro Fiat, hasta no
conocer otro alimento, y habiendo formado la cadena de sus actos, todos
sellados por las características de las virtudes divinas, Dios queda
aprisionado en sus virtudes divinas en la criatura, y entonces, si ama, es Dios
que hace alarde de la Potencia de su Amor, de su Bondad, Santidad, etc., en
los actos de la criatura, así que es tal la Potencia que sale por medio de estos
actos que Dios hace en su criatura, que inviste Cielo y tierra, se mueve sobre
todas las almas, y con su Amor potente las inviste, las arrolla, les hace dar el
beso del Querer Divino, de modo que la familia humana sentirá su Potencia,
su Amor que quiere reinar. Mucho más, que este derecho se los da el Dios
escondido por medio de una criatura que pertenece a su raza humana,
derechos que no podrán desconocer, sólo algún pérfido lo haría, pero mi
Potencia lo sabrá aterrar y vencer. Por eso déjame cumplir el trabajo de mi
Voluntad en ti, no te opongas a nada, y tú y Yo seremos contentos de verla
reinar en las otras criaturas."
Después de esto he recibido la Santa Comunión, y en mi interior se
hacía ver mi amado Jesús, pequeño, pequeño, y la Madre Celestial que
extendía su manto azul sobre mí y sobre el pequeñito divino, después, no sé
cómo me la he sentido dentro de mí, que besaba, acariciaba, tomaba en sus
brazos a su amado Hijo, se lo estrechaba al corazón y lo hacía crecer, lo
nutría, le hacía mil estratagemas de amor; yo era espectadora y quedaba
2847
maravillada. Y la Soberana Mamá Celestial me ha dicho, pero con un amor
que hacía quedarse estupefacto:
"Hija mía, no hay por qué maravillarse, Yo soy inseparable de mi
amado Jesús; donde está el Hijo debe estar la Madre, y este es mi trabajo, el
hacerlo crecer en las almas. Él es pequeño, las almas no saben como lo
deben hacer crecer, ni tienen la leche del amor para alimentarlo, para
tranquilizarle el llanto, para calentarlo cuando lo hacen temblar por el frío,
Yo que soy la Mamá sé las pequeñas necesidades de mi pequeñito divino, ni
Él sabría estar sin su Mamá, somos inseparables los dos, Yo repito en las
almas lo que hice en su edad infantil, y mientras hago crecer a mi Hijo
prestándole todos los cuidados para hacerlo feliz, al mismo tiempo tomo
cuidado de mi hija para hacerla crecer según la quiere mi Hijo. Esta es mi
misión más que celestial, en cuanto veo a mi Hijo en las almas, así corro,
desciendo en ellas y me ocupo de su crecimiento. Mucho más que siendo
una la Voluntad de mi Hijo con la mía, es como connatural que donde se
encuentra Él ahí estoy también Yo, y por consecuencia mi amor se impone
de desarrollar el oficio de Madre a Aquél que tanto me ama, y a aquellos que
tanto amamos, porque me siento como gemelos nacidos en un parto, a mi
Hijo y a la criatura, ¿cómo no amarlos?"
Después, con un acento más tierno y conmovedor ha agregado:
"Hija mía, cómo es bella, grande, prodigiosa la virtud de la Divina
Voluntad. Ella vacía todo lo que no es ni luz, ni divino, une las distancias
más lejanas, repite en acto lo que fue hecho desde siglos y vuelve como
connatural el acto humano en el divino, es su Fuerza creadora que llega a
bilocar, a multiplicar, a transformar su misma Vida en la criatura. Por eso
ámala mucho y no le niegues nada."
Mayo 16, 1937
Las verdades, parto divino, son el más grande milagro que
Dios puede hacer, y el gran bien que lleva a las criaturas.
Estoy siempre de regreso en el mar del Querer Divino, las tantas
verdades que me han sido manifestadas se amontonaban en mi pequeña
mente como tantos soles refulgentes, cada una de las cuales quería decir la
historia de su Luz eterna, quién de su Santidad, quién del modo como forma
su Vida en el centro del alma, en suma, todas tenían qué decir de un Querer
tan Santo, y todas tenían un trabajo especial, el de ser portadoras del bien
que cada una encerraba, y que unidas juntas formaban una sola Vida; pero
2848
para poder deponer el bien que encerraban querían: Ser escuchadas, querían
abiertas las puertas del alma, y querían ser reconocidas y casi rogadas y
apreciadas, para hacerlas deponer la Vida que contenían. Yo me perdía en
medio a tantos mensajeros, porque todos querían decir la historia eterna del
Fiat, y mi Sumo Bien Jesús, repitiéndome su breve visita, con un amor
indecible me ha dicho:
"Mi pequeña hija del Querer Divino, tú debes saber que el milagro
más grande que nuestro Ser Divino puede hacer, es el manifestar una verdad
que nos pertenece, porque Ella, primero viene formada, madurada en nuestro
seno, y como parto nuestro la sacamos fuera como portadora de Vida Divina
a bien de las criaturas. Y sólo sacamos este parto cuando nuestro Amor
eleva tanto sus llamas, que para no quedar ahogado sentimos la necesidad de
poner fuera nuestros partos divinos. Mira entonces qué cosa ponemos fuera
con manifestar una verdad, no el cielo, el sol, el viento, sino nuestra Vida
como portadora de Vida Divina a las criaturas, los otros milagros, la misma
Creación son obras nuestras, no Vida, en cambio las verdades son Vida
perenne, y si encuentran quién las recibe, se bilocan, se multiplican en modo
increíble para cada una de las criaturas, tanto, que cada una la puede tener
para sí como Vida que le pertenece. Estas verdades como partos nuestros
semejan en todo a nuestro Ente Supremo, no son voz, y hablan y hacen
hablar; no tienen pies y caminan, pero tan veloces que ninguno los puede
alcanzar, ni impedir el paso; entran en las inteligencias, y forman el
pensamiento para hacerse conocer; transmutan la voluntad para hacerse
poseer; renuevan la memoria para no hacerse olvidar; caminan en las vías
del corazón para hacerse amar. Así que no tienen manos y obran, no tienen
ojos y miran, no tienen corazón y generan amor; las verdades no son otra
cosa que Vidas palpitantes de nuestro Ser Divino en medio a las criaturas,
latido sin corazón, porque nuestro corazón es la criatura, y Nosotros como
Espíritu purísimo que nos encontramos por todas partes, somos el latido, que
mientras no se ve, se siente y formamos la vida y la damos a todas las
generaciones humanas. Por lo que no hay milagro similar al gran milagro de
cuando sacamos de Nosotros una verdad, es una Vida nuestra que
exponemos, la cual más que sol se hará luz de las criaturas, que lanzándoles
dardos con su calor vital madurará su Vida, primero en aquélla a quien va
dirigida, y después se difunde en quien la quiera recibir, y si encuentran
ingratos que no quieran recibir bien tan grande, ellas no están sujetas ni a
morir, ni a perder la vida, sino que esperan con paciencia invicta, si es
necesario aun por siglos, nuevas generaciones a las cuales darán los bienes
que poseen, y cumplirán la finalidad por la que han salido del seno divino.
Nosotros al sacar nuestras verdades miramos los siglos, y cuando estamos
2849
seguros que bilocarán, multiplicarán nuestras Vidas en medio a las criaturas,
entonces las sacamos para dar el bien que poseen, y para recibir el honor y la
gloria divina que nuestras verdades poseen. Nosotros jamás hacemos cosas
inútiles, ¿crees tú que las tantas verdades que con tanto amor te hemos
manifestado sobre nuestra Voluntad, no llevarán su fruto y no formarán su
Vida en las almas? De ningún modo, si las hemos sacado es porque
ciertamente sabemos que llevarán su fruto y establecerán el reino de nuestro
Querer en medio a las criaturas, y si no hoy, porque a las criaturas les parece
que no sea alimento apto para ellas, y tal vez desprecian lo que les podría
formar la Vida Divina en ellas, vendrá el tiempo en que harán competencia
para ver quién podrá conocer estas verdades, con el conocerlas las amarán,
el amor las volverá alimento adecuado para ellas y así formarán la Vida que
mis verdades les llevarán. Por eso no te preocupes, es cuestión de tiempo,
Yo que conozco como irán las cosas, no me detengo, continúo manifestando
mis verdades, y tú sigue tu vuelo, y préstate a escucharme y a ponerlas en
práctica."
Mayo 23, 1937
La Divina Voluntad es orden y paz, y esta es la señal de que Ella
reina. Quien vive en el Querer Divino viene siempre renovado
en la Santidad, Amor y frescura divina, y en su acto corre el
acto creante y creciente de los bienes divinos.
El mar del Querer Divino murmura continuamente, pero con armonía,
orden y paz, sus olas si bien altísimas, son siempre pacíficas, y en cuanto
invisten a las criaturas, Cielo y tierra, primero les dan el abrazo y el beso de
paz y después entran en sus almas; si no reciben el beso de paz, parece que
siguen adelante, porque donde no hay paz el Querer Divino no se adapta, no
es lugar para Él. Pero mientras mi mente se perdía en este mar, mi siempre
amable Jesús, visitando mi pequeña alma, con una dulzura y paz divinas me
ha dicho:
"Hija mía bendita, mi Voluntad es orden, y la señal de si reina en el
alma es el orden perfecto, el cual genera la paz. Así que la paz es hija del
orden, el orden es hijo inmediato y generado por mi Fiat. Pero tú no sabes el
gran bien que produce el orden, éste da el dominio a la criatura y la vuelve
dominadora de sí misma, dominadora de todas las cosas creadas, y como su
dominio es divino, porque es generado por mi Querer, domina sobre mi
misma Voluntad y sobre todos. Pero no es todo aún, la virtud del orden es
2850
admirable, se vincula con todos, se da a todos y con sus olas pacíficas y
dominadoras toma y hace suya la fuerza de la Creación, la de los santos que
están en el Cielo, la misma Fuerza Divina la hace suya, sus modos
ordenados y pacíficos son tan penetrantes e insinuantes, que todos la dejan
hacer, mucho más que ella a todos se ha dado, no ha retenido nada para sí, es
justo que todos se den a ella. Por eso siente en sí la paz, la alegría, la
felicidad de la celestial morada; todos se sienten unidos, vinculados con
unión inseparable, porque lo que une mi Voluntad no está sujeto a
separación. Por eso el verdadero orden lleva la unión, el acuerdo con todos,
y ella tiene un puesto en todos, y todos encontrarán un lugarcito en ella, que
amará con el mismo amor con el cual los ama su mismo Creador. Son los
prodigios que sabe hacer mi Fiat omnipotente, donde Él reina no sabe hacer
otra cosa que obras que lo semejan, y generan en el alma los efectos que
forman su misma Vida, tanto que ninguna podrá decir nada, y Él debe poder
decir: ‘Ninguno me la toque, ni la podrán tocar porque es Voluntad mía, y si
alguno se atreviera, sabré defenderme a Mí mismo, mi Amor se convertirá
para ellos en fuego de Justicia y los humillaré hasta el polvo.’ Por eso sé
atenta a que todo sea orden y paz en ti, si adviertes alguna cosa en contra
ponte en guardia y ruégame, apresúrame para que con mi dominio eche por
tierra todo lo que no es orden y paz perenne."
Después seguía pensando en la Divina Voluntad, y mi dulce Jesús ha
agregado:
"Hija mía, en cuanto la criatura llama a mi Voluntad en sus actos para
vivir en Ella, Ella inviste a la criatura y a su acto con su Fuerza creadora, y
ahí renueva su Vida Divina; ahora, supón que la llama mientras está
obrando, escucha qué hace mi Querer: Llama en acto cuantas veces ha
obrado la criatura, las une juntas, como si fuera un acto solo, y poniendo su
Fuerza creadora transforma en divino todo lo que ha hecho y está haciendo,
ahí sella la santidad de sus obras y les da el nuevo mérito y gloria como si
todo de nuevo lo hubiese obrado por amor suyo; si ama, llama a vida cuantas
veces ha amado y de ellas hace un solo amor; si sufre, llama a vida cuantas
veces ha sufrido, las une juntas y ahí pone el sello de penas divinas, y les da
el nuevo mérito de cuantas veces ha amado y sufrido, en suma todo lo que
ha hecho, y lo repite, todas regresan en acto con el unirse juntas, para recibir
la nueva belleza, santidad, gracia, frescura, amor, y nuevo mérito; en mi
Voluntad no hay actos separados, ni divididos, sino unidad suma, todo debe
dar de Mí, con esta sola diferencia, que en la criatura está nuestro acto
creante y creciente, en cambio nuestro Ser Supremo no está sujeto ni a
crecer ni a decrecer, es tanta nuestra plenitud, inmensidad, e infinitud, que
para desahogo de nuestro Amor sentimos la necesidad de dar y de amar a las
2851
criaturas, de ser amados, pero sin que en nada disminuyamos. He aquí el por
qué somos todo ojo, estamos como en guardia para ver cuando quiere hacer
vida en nuestro Querer, para tener ocasión de amarla de más y enriquecerla
de nuestro Amor, para recibir amor. Podemos decir que la cubrimos de
nuestro Ser Divino, le damos el aliento, la unimos con Nosotros para
gozárnosla y darle de lo nuestro, y cuando ella, sacudida por la fiebre de
nuestro Amor, por nuestro aliento quemante que le dice continuamente: ‘Te
amo, te amo oh hija.’ Y ella hace suyo nuestro eco y nos repite: ‘Te amo, te
amo Vida de mi vida, Amor de mi amor, Padre mío, Creador mío, todo mío,
te amo.’ Ella nos pone en fiesta y nos da las puras alegrías que queremos,
porque le hemos dado la vida. Por eso la queremos en nuestra Voluntad,
para tenerla como la queremos, para darle lo que queremos darle, y para
recibir lo que queremos de ella. Fuera de nuestro Fiat nuestro Amor queda
impedido por ella, hay tal separación entre ella y Nosotros, que ella se llega
a sentir lejana de Nosotros, y Nosotros lejanos de ella, y llega aun a
temernos y a tener temor de Nosotros. ¡Oh! voluntad humana, dónde me
arroja la criatura que tanto amo."
Mayo 28, 1937
La Reina, portadora de Jesús, el gran don que le fue
entregado. Trabajo que tuvo del Ente Supremo.
El vivir en el Querer Divino continúa, es tanto su Amor que me
esconde en su Luz, a fin de que no vea, no oiga, no toque más que su
Santísima Voluntad. Esta mañana, mi Madre Celestial me ha dado una
dulce y querida sorpresa: Habiendo recibido la Santa Comunión se hacía ver
en mi interior, que estaba con el niño Jesús, lo tenía tan estrechado a su
materno corazón, cubierto con sus brazos, que para mirarlo y recrearlo con
mi pequeño amor, debía abandonarme entre sus brazos para estarme también
yo unida con ellos, a fin de que pudiese amar como se amaban Jesús y la
Mamá Reina. ¡Oh! cómo estaban contentos de que yo quería hacer vida
junto con ellos. Ahora, mientras me estaba estrechada con ellos, la Soberana
Reina, toda bondad y ternura me ha dicho:
"Amada hija mía, tú debes saber que Yo soy la portadora de Jesús,
esto fue un don que el Ente Supremo me confió, y cuando fue una realidad
que Yo tuve la Gracia, el Amor, la Potencia y la misma Voluntad Divina
para tenerlo custodiado, defendido, amado, entonces me hizo la entrega del
don, esto es, el Verbo Eterno, que se encarnó en mi seno diciéndome: ‘Hija
2852
nuestra, te hacemos el gran don de la Vida del Hijo de Dios, a fin de que tú
seas la dueña de Ella y lo dones a quien quieras, pero debes saber cómo
tenerlo defendido, jamás lo dejes solo en aquellos a quien lo dones, para
suplir si no lo aman, para repararlo si lo ofenden, harás de modo que nada le
falte a la decencia, a la santidad, a la pureza que le conviene, sé atenta, es el
don más grande que te hacemos, y te damos el poder de bilocarlo cuantas
veces quieras, a fin de que quien lo quiera pueda recibir este gran don y
poseerlo.’ Ahora, este Hijo es mío, es don mío, y como mío conozco sus
secretos amorosos, sus ansias, sus suspiros, pero tanto, que llega a llorar y
con sollozos repetidos me dice: ‘Mamá mía, dame a las almas, quiero las
almas.’ Yo quiero lo que quiere Él, puedo decir que suspiro y lloro junto,
porque quiero que todos posean a mi Hijo, pero debo poner al seguro su
Vida, el gran don que Dios me confió; he aquí por qué si desciende en los
corazones Sacramentado Yo desciendo junto por garantía de mi don, no
puedo dejarlo solo; pobre Hijo mío si no tuviera a su Mamá que desciende
junto, cómo me lo tratan mal; quién no le dice un te amo de corazón, y yo
debo amarlo; quién lo recibe distraído, sin pensar en el gran don que reciben,
y yo me derramo sobre Él para no dejarlo sentir sus distracciones y
frialdades; quién llega a hacerlo llorar, y Yo debo quitarle el llanto y hacer
los dulces reproches a la criatura, que no me lo hagan llorar. Cuántas
escenas conmovedoras suceden en los corazones que lo reciben
Sacramentado; hay almas que jamás se contentan de amarlo, y Yo les doy mi
amor, y también el suyo para hacerlo amar, estas son escenas de Cielo, y los
mismos ángeles quedan raptados por ellas, y nos reanimamos de las penas
que nos han dado las otras criaturas. ¿Pero quién puede decirte todo? Soy laportadora de Jesús, ni Él quiere estar sin Mí, tanto, que cuando el sacerdote
está por pronunciar las palabras de la consagración sobre la ostia santa, hago
alas con mis manos maternas a fin de que descienda por medio de mis
manos para consagrarse, para que, si manos indignas lo tocan, Yo hago
sentir las mías que lo defienden y lo cubren con mi amor. Pero esto no
basta, estoy siempre de guardia para ver si quieren a mi Hijo, tanto, que si
algún pecador se arrepiente de sus graves pecados y la luz de la Gracia
despunta en su corazón, Yo, rápidamente le llevo a Jesús como confirmación
del perdón, y Yo pienso en todo lo que se necesita para hacer que se quede
en aquel corazón convertido. Soy la portadora de Jesús, y lo soy porque
poseo en Mí el reino de su Voluntad Divina; Ella me revela quién lo quiere,
y Yo corro, vuelo para llevarlo, pero sin jamás dejarlo, y no sólo soy
portadora, sino espectadora, escucha de lo que hace y dice a las almas.
¿Crees tú que Yo no estaba presente para escuchar las tantas lecciones que
mi amado Hijo te daba sobre su Divina Voluntad? Yo estaba presente,
2853
escuchaba palabra por palabra lo que te decía, y en cada palabra Yo
agradecía a mi Hijo y me sentía doblemente glorificada porque hablaba del
reino que Yo ya poseía, que había sido toda mi fortuna y la causa del gran
don de mi Hijo, y al oírlo hablar Yo veía injertada la fortuna de mis hijos
con la mía; ¡oh! cómo exultaba, todas las lecciones que te ha dado, y aún
más, están ya escritas en mi corazón, y al ver que te las repetía a ti Yo
gozaba en cada lección un paraíso de más, y cuantas veces tú no estabas
atenta y olvidabas, Yo pedía perdón por ti y le rogaba que repitiese sus
lecciones, y Él para contentarme, porque no sabe negar nada a su Mamá, te
repetía sus bellas lecciones. Hija mía, Yo estoy siempre con Jesús, pero aveces me escondo en Él, y parece que Él hace todo, como si hiciera sin Mí,
pero Yo estoy dentro, concurro junto con Él y estoy al día de lo que hace;
otras veces se esconde Él en su Mamá y me hace hacer a Mí, pero siempre es
concurrente conmigo; otras veces nos hacemos presentes los dos, y las almas
ven a la Madre y al Hijo, quienes los aman tanto según las circunstancias y
el bien que ellas requieren, y muchas veces es el amor que no podemos
contener que nos hace dar en excesos hacia ellas; pero ten por seguro que si
está mi Hijo, estoy Yo, y que si estoy Yo, está mi Hijo, es un trabajo que me
fue dado por el Ente Supremo, del cual Yo no puedo, ni quiero retirarme,
mucho más que estas son las alegrías de mi maternidad, los frutos de mis
dolores, la gloria del reino que poseo, la Voluntad y el cumplimiento de la
Trinidad Sacrosanta."
Junio 6, 1937
Interés que Dios tiene de que la criatura viva en su Voluntad.
Dote que dará. Vigilancia de Jesús para suplir en lo que falta,
y si es necesario hará milagros. Ejemplo de un rey.
Me siento entre los brazos del Querer Divino, y pensaba entre mí:
"Me parece difícil que se pueda vivir perfectamente en Él, la vida está llena
de obstáculos, de penas y de circunstancias tales, que queda como absorbida
por ellas y pierde su rápido curso, que como respiro y latido debería correr
en aquel Fiat Divino, y el suyo que como respiro y latido debería correr
siempre, sin jamás detenerse, en el nuestro, para darnos vida." Y mi dulce
Jesús compadeciendo mi ignorancia, todo bondad me ha dicho:
"Hija mía bendita, tú debes saber que la primera cosa más interesante, es que
nuestro Ente Supremo quiere que la criatura haga vida en nuestra Voluntad,
siendo este el único fin por el cual le hemos dado la vida. Ahora, cuando
2854
Nosotros queremos, damos todos los medios, las ayudas, las cosas necesarias
que se necesitan para hacer que pueda darnos lo que queremos de ella, y si
es necesario un milagro continuado por parte nuestra, lo hacemos, con tal de
obtener nuestro intento. Tú no sabes qué significa un acto querido por
Nosotros y cumplido en la criatura, es tanto su valor, la gloria que nos da,
que llega a hacerse nuestra corona, abraza al Eterno, y es tanto el contento
que nos da, que ponemos nuestro Ser Divino a disposición de la criatura,
para hacer que nuestro acto querido y cumplido tenga su vida en ella.
Ahora, la primera dote que damos a quien quiere vivir en nuestra Voluntad
Divina, el primer apoyo, la defensa segura, son las verdades, éstas abren el
ingreso, le muestran el camino y celosas se ponen como fieles centinelas en
torno a quien quiere vivir en mi Fiat, la luz de nuestras verdades que
pertenecen a Él no se aparta jamás de sobre la afortunada criatura, la inviste,
la acaricia, la modela, la besa, y se da sorbo a sorbo a su inteligencia para
hacerse comprender, y esto por cortejo de la Vida de mi Querer que reina en
ella. Las verdades cuando se desprenden de nuestro seno, tienen su trabajo
del bien que deben hacer, las almas que deben encerrar en la luz que poseen,
y por eso son todo ojo sobre de ellas, las fijan tanto, que no les pueden huir,
ni se cansan, aunque pasaran siglos están siempre en su puesto. Mira
entonces qué gran dote daré a quien debe vivir en nuestro eterno Querer,
todos los conocimientos que he manifestado sobre de Ella, los valores
inmensos, sus prerrogativas, su Amor, y el amor que me ha empujado a
manifestarlas, será la gran dote, y dote divina que daré a quien quiera vivir
en mi Fiat, en la cual encontrarán todas las ayudas sobreabundantes para
volverse ricos y felices. Encontrarán en estas verdades la madre tierna, que
tomándolas en su regazo como pequeñas niñas, les pone las fajas de luz, les
pone en la boca el alimento, las hace dormir sobre su seno; para tenerlas
seguras camina en sus pasos, obra en sus manos, habla en su voz, ama y late
en sus corazones, y para tenerlas atentas y divertidas les hace de maestra,
diciéndoles las escenas encantadoras de la patria celestial. En estas verdades
encontrarán quién llora y sufre junto con ellas, quién sabe poner en comercio
aun su respiro; las más pequeñas cosas, las mismas naderías las cambiará en
conquistas divinas, y eternos valores."
Y yo: "Jesús mío, Tú tienes razón, pero la debilidad humana es tanta,
que yo temo que haga sus escapadas de dentro de tu Voluntad."
Y Jesús retomando la palabra ha agregado:
"Hija mía, tu temor me desagrada, tú debes saber que es tanto mi
interés, el Amor que me quema por querer que el alma viva en mi Voluntad,
que tomo el empeño de todo, la suplo en todo, pero hago esto cuando ha
habido una decisión firme y constante de querer vivir en Ella, y por parte
2855
suya no falta, hace cuanto más puede. Hija mía, escucha un secreto y hasta
dónde me hace llegar mi Amor, escucha qué hago cuando por estrecha
necesidad de la vida humana, esta vida que es también mía, por penas que
Yo mismo dispongo queda entontecida y extraviada, y por lo tanto no sabe
seguir los actos de la Vida que reina en ella, Yo, que quiero que esta Vida no
quede despedazada, porque siendo Ella Vida, no virtud que se pueden hacer
actos a intervalos y a circunstancias, sino que a la Vida hay toda la necesidad
del acto continuo, Yo que estoy de guardia y celoso mantengo la vigilancia,
en cuanto veo que ella interrumpe su curso Yo hago lo que debería hacer
ella, entonces mi obrar en mi Fiat la sacude y regresa en sí misma, y sigue su
curso en mi Querer, y Yo sin ni siquiera decirle nada de su detenerse, anudo
de donde dejó y dónde siguió mi acto, de modo que la Vida de mi Fiat no
queda despedazada en ella, porque Yo he suplido a todo, mucho más que en
su voluntad, ella quería, pero la debilidad la ha interrumpido. Así que es
tanto mi Amor por querer que se viva en mi Voluntad, que a cualquier costo,
aunque se requirieran milagros continuados Yo los haré. ¿Pero has notado
mi ternura y mi fuerte Amor? Porque habiendo faltado a su curso Yo no le
reprocho, no le digo nada, y si veo que advierte que ha faltado le doy ánimo,
la compadezco para no despertarle desconfianza, y todo bondad le digo: ‘No
temas, Yo te he suplido, y tú estarás más atenta, ¿no es verdad? Y ella al ver
mi Bondad me ama de más. Yo sé que debo dar de lo mío para hacer que la
criatura viva en mi Voluntad, y por eso haré como un rey que ama mucho
que su reino sea poblado; aquél hace oír a todo el mundo que quiere saber si
hay alguien que quiera venir a su reino para mandarle el dinero para el viaje,
que le hará encontrar una habitación a su disposición, vestidos y alimentos
abundantes; el rey se compromete a darle tales riquezas, de volverlo rico y
feliz; será tanta la bondad de este rey, que hará vida junto con el pueblo, que
lo ama tanto porque con sus riquezas los ha rescatado de las miserias e
infelicidad de la vida. Tal soy Yo, haré saber al mundo entero que quiero el
pueblo de mi Querer Divino, y con tal que me den su nombre y me hagan
conocer que quieren venir a mi reino, Yo les daré todos los bienes; en él la
infelicidad no tendrá lugar, cada uno poseerá su reino, será rey a sí mismo, y
harán vida junto con su Creador. Yo desahogaré tanto en el dar, que todos
quedarán raptados.
Hija mía, ¡oh! cómo suspiro este vivir de la criatura en mi Voluntad,
tú ruega y suspíralo junto conmigo, y te sea dulce el poner la vida por un
reino tan santo."
2856
Junio 18, 1937
Qué se obtiene y qué significa el someterse a la Divina Voluntad.
Intercambio de abandonos entre la Voluntad Divina y el alma;
mérito que se adquiere. Desahogo de Amor. En cada cosa
creada está el depósito de amor para nosotros.
Estaba siguiendo al Querer Divino en sus actos, y ¡oh! cuántas
sorpresas, cuántas cosas consoladoras, se siente tal amor que se queda uno
como ahogado en las llamas divinas, y mi dulce Jesús queriéndome hacer
conocer más qué significa una sumisión, un acto de más en el Querer
Divino, todo bondad me ha dicho:
"Hija mía, si supieras cómo mi Amor siente una extrema necesidad de
desahogarse, y hacer conocer qué cosa vierte en la criatura cuando se somete
a mi Voluntad, y viene como hija nuestra a vivir en Ella; en cuanto se
somete y la vemos en nuestros recintos divinos, que son interminables, nos
sentimos raptar y vertemos en ella un nuevo mar de amor, pero tan grande,
que se siente ahogada, y no pudiendo contenerlo todo, hace don a todos, a
todas las cosas creadas, a los santos, a los ángeles, a su mismo Creador, y
también a los corazones dispuestos de la pobre tierra, del mar de amor que
ha recibido; nos sentimos dar a todos para hacernos amar por todos. Qué
comercio, cuántas industrias amorosas, nos sentimos repetir nuestras
sorpresas de amor, intercambiar nuestros modos divinos. En cuanto la
criatura se somete a nuestra Voluntad para hacerla reinar, nos forma el lugar
en la suya para hacernos obrar como Dios en su pequeño campito, y son
tales y tantos los prodigios que hacemos, nuestras industrias de amor, que
los Cielos se abajan, se sacuden y miran estupefactos lo que hacemos en la
criatura donde reina nuestro Fiat Divino. Tú debes saber que nuestra
Creación no terminó en el hombre, porque fue interrumpida por la
sustracción que hizo de nuestro Querer, no reinando en él no podíamos
fiarnos de él, y por eso quedó como suspendida la continuación de nuestra
obra creadora; por eso con ansia esperamos que vuelva a los brazos de
nuestro Fiat, para que lo haga reinar, y entonces reemprenderemos la
Creación, y ¡oh! cuántas cosas bellas haremos, daremos dones
sorprendentes, nuestra Sabiduría pondrá fuera todo su arte divino, y ¡oh!,
cuántas bellas imágenes que nos semejan pondrá fuera de su Luz Divina,
todas bellas, pero distintas la una de la otra en la Santidad, en la Potencia, en
la Belleza, en el Amor, en los dones, nuestro Amor no estará más
obstaculizado, encontrando nuestro Querer podrá hacer y dar lo que quiere,
2857
así que desahogará tanto en el dar para rehacerse de su Amor reprimido. Y
como esteremos libres en el dar, los llamaremos los tiempos nuestros,
haremos conocer quiénes somos, cuánto los amamos y cómo nos deben
amar, les daremos nuestro Amor a su disposición, a fin de que nos podamos
amar con un solo Amor. Así que quien llegue a vivir en nuestro Querer será
nuestro triunfo, nuestra victoria, nuestro ejército divino, la continuación de
nuestra Creación y su cumplimiento. ¿Crees tú que sea nada para Nosotros
el querer dar y no poder dar? ¿El poder crear innumerables prodigios de
gracias, de santidad, y porque no reina nuestra Voluntad en las almas
estamos como rechazados e impedidos de poder crear nuestras obras más
bellas? Este es nuestro máximo dolor, por eso con el no hacer jamás tu
voluntad podrás aliviarnos este dolor, y con el hacer siempre la nuestra
tendrás nuestra Potencia, nuestro Amor en tu poder, así podrás raptar a
nuestro Fiat para hacerlo reinar en medio a las generaciones humanas."
Después continuaba pensando en la Divina Voluntad, y decía entre
mí: "¿No basta darse una vez en poder del Fiat Divino? ¿Cuál puede ser el
bien de darse siempre?" y mi siempre amable Jesús ha agregado:
"Hija mía bendita, tú no sabes los secretos de nuestro Amor y nuestras
estratagemas infinitas, que llegan hasta el exceso; se necesita amar en verdad
para saber encontrar tantos inventos de amor para poderse dar y recibir de
quien se ama. Tú debes saber que cada vez que la criatura se da a Nosotros,
en poder de nuestro Querer, Nosotros nos damos a ella, como
abandonándonos en el seno de la criatura, y si tú supieras qué significa este
nuestro abandonarnos, la gracia, el bien que le dejamos, la renovación de
nuestra Vida que le repetimos, tu corazón estallaría de alegría, de felicidad y
de amor. Pero esto es nada, cada vez que se da a Nosotros, Nosotros le
damos el mérito por habernos dado su vida, y si se da diez, veinte, cien, mil
veces, y aún más, tantas veces le damos el mérito como si nos hubiese dado
tantas vidas por cuantas veces se ha dado, y Nosotros tantas veces le damos
nuestra Vida, la renovamos en la nuestra, le repetimos el bien, más bien lo
acrecentamos por cuantas veces se ha dado a Nosotros. Es tanta nuestra
complacencia, el gusto que sentimos cuando la criatura se da a Nosotros, que
prodigamos tanto hacia ella, que tantas veces le damos el mérito de poseer
tantas Vidas Divinas, y bilocando la suya le damos el mérito de tantas vidas
por cuantas veces se ha dado. Este es nuestro comercio divino: ‘Queremos
para darnos, nos damos para recibir la vida de la criatura en nuestro Ser
Supremo.’ Este intercambio de vidas mantiene la conversación, hacemos
conocer quiénes somos, les hacemos sentir los latidos ardientes, el amor que
nos consume, cómo la amamos y cómo queremos ser amados. Y además, si
no sintiese la necesidad de darse continuamente a Nosotros, es señal que no
2858
nos ama, y su corazón no está en posesión de nuestro Amor irresistible. Esta
es la señal del verdadero amor: ‘Quererse dar siempre, casi a cada instante a
quien ama.’ Pero mientras se da, la fuerza del amor se impone, porque
quiere recibir, y si no recibe se sentiría ahogado y estallaría en gritos de
dolor, tanto, de ensordecer a Cielos y tierra. Por eso, para no llegar a tales
estrechuras de dolor, mi Amor espera que la criatura se done a Mí, y Yo
rápidamente me dono a ella, con toda la infinitud de nuestra Voluntad."
Después seguía mi giro en la Creación, y ¡oh! cuántas bellas
sorpresas, cada cosa creada me decía cuánto me ama Dios, cada una de ellas
poseía el espacio que contenía un deposito de amor, que debía decirme
siempre: "Te ama, te ama tu Creador." Yo he quedado sorprendida, y mi
dulce Jesús regresando me ha dicho:
"Hija mía, tú sabes que la Creación fue un desahogo de nuestro Amor,
y mientras sacamos la Creación a la luz del día teníamos a todos presentes,
ninguna criatura nos huyó y poníamos para cada una de ellas, en cada cosa
creada, un depósito de amor, que debía amarla y decirle siempre: ‘Te ama,
te ama tu Creador.’ Así que si las cosas creadas corren para darles el bien
que poseen, es nuestro Amor que las hace correr. Si el cielo se extiende
sobre la cabeza de todos, es nuestro depósito de amor que les da el derecho.
Si el sol da su luz a todos, es la herencia del amor que cada uno tiene en el
Sol de su Creador. Si la tierra está firme bajo sus pasos, es nuestro depósito
de amor que hace tomar como en el seno de la madre tierra a la criatura, y
asegurándole el paso le dice bajo sus plantas: ‘Te ama, te ama Aquél que te
ha creado.’ Si el agua te quita la sed, es nuestro grito de amor que corre en
el agua y te quita la sed, te lava, da el humor a las plantas, y tantos otros
bienes que hace. Si el fuego no te quema, es nuestro depósito de amor, que
son las propiedades de las criaturas que gritan: ‘Calienta a mi hija, no le
hagas ningún mal.’ Y así de todas las otras cosas. Ahora quiero decirte una
cosa consoladora, si la criatura entra en las cosas creadas, reconoce este
nuestro depósito de amor en cada una de ellas y hace resonar su amor en el
nuestro, prepara la mesa a su Creador. Mira, sólo en el sol cuánta diversidad
de alimentos de amor puedes prepararnos, en aquella luz está la dulzura de
nuestro Amor, y tú, amándonos, al toque del nuestro endulzas el tuyo y nos
das el alimento del amor que nos endulza; en aquella luz están los gustos de
nuestro Amor, y tú amándonos nos das las alegrías de los tantos gustos de
nuestro Amor; en aquella luz está nuestro Amor fecundo, el amor que hiere,
quema y consume, y tú amándonos adquirirás la fecundidad divina en tu
amor, la virtud de herirnos, de quemarte y consumirte por Nosotros; está
también la variedad de los colores que todo embellecen, y tú amándonos
adquirirás la virtud del bello amor, en el cual quedarás como revestida de
2859
una belleza encantadora, y ¡oh! cómo nos sentiremos raptados. Hija mía, si
te quisiera decir la multiplicidad y diversidad de amor que hemos puesto en
cada cosa creada para cada una de las criaturas, y cómo ella tiene el deber de
conocer este nuestro múltiple Amor para encontrar el modelo de amarnos
con tantos amores distintos, como la hemos amado, no terminaría jamás,
pero, ay de Mí, nuestro Amor queda aislado, sin la compañía del amor de la
criatura, y esto es un dolor para Nosotros, que nuestro Amor no es
reconocido en cada cosa creada, mientras que todas tienen el mandato de
Nosotros de amarla con amor distinto: En el viento corren los soplos de
nuestros besos, la ráfagas de nuestras caricias amorosas, los gemidos de
nuestro Amor sofocado; en la impetuosidad del viento nuestro Amor
imperante que quiere hacerse conocer para imperar sobre todos, y a veces
llega como a hablar casi con gritos ensordecedores, para hacer que ninguna
otra cosa pueda oír, sino sólo nuestro Amor que la ama. ¡Oh! si la criatura
reconociera nuestro Amor que corre en el viento, nos restituiría nuestros
besos y nuestras caricias con las suyas, si reconociera que la besamos y la
acariciamos porque queremos ser besados y acariciados por ella, gemiría
junto con nuestro Amor para no hacernos sofocar, nos amaría con su y
nuestro Amor imperante, y gritando junto con nuestro Amor ensordecería a
todos al decirles: ‘Amemos, amemos a Aquél que tanto nos ama.’ También
en el aire que todos respiramos, ¿cuánto Amor no corre? Pero no, no a
intervalos como en las otras cosas creadas, sino a cada instante, en cada
respiro, si duerme, si trabaja, si camina, si come, corre siempre nuestro
Amor, pero con un amor distinto y nuevo de todas las otras cosas creadas, en
el aire corre nuestro Amor que da vida, con una rapidez encantadora que
ninguno le puede resistir, corre en el corazón, en la sangre, en los huesos, en
los nervios, en todo, y se constituye acto vital del ser humano y calladamente
le dice: ‘Te traigo el Amor continuo de tu Creador, y porque es continuo te
puedo dar vida.’ ¡Oh! si nos reconocieran en el aire que respiran, el acto de
vida que hemos puesto en él, el ímpetu de nuestro Amor que corre, corre
siempre sin detenerse jamás, nos daría por correspondencia su vida para
amarnos, para decirnos nuestra historia de amor y repetir nuestro estribillo:
‘Te amo, te amo siempre, en todo y en cada cosa como Tú me has amado.’
De la cosa creada más grande hasta la más pequeña, está un amor nuestro
nuevo y distinto para las criaturas, y como no lo conocen no nos
corresponden, es más, con suma ingratitud corresponden nuestro Amor con
ofensas. Y por esto esperamos que nuestra Voluntad sea conocida y domine
en medio a las generaciones humanas, la cual será la reveladora de nuestro
Amor, y entonces nos reharemos y nos amaremos con un solo Amor. Cómo
estaremos contentos, y viéndonos amados agregaremos otros nuevos y
2860
distintos amores, así no estará más reprimido nuestro Amor, sino que tendrá
su desahogo de amor y de ser amado. Por eso ruega que venga nuestro
reino, y tú reconoce nuestro Amor, y si quieres amor ámanos, si no
encontramos nuestro Amor en la criatura no sabemos qué darle, ni qué hacer
con ella, porque falta el apoyo dónde poner nuestras gracias, y el primer
elemento que forma nuestra Vida en ella."
Junio 28, 1937
Lo que Dios hace a la criatura cuando se decide a vivir en su Voluntad.
En cuanto se decide a vivir en el Querer Divino, su nombre es escrito en
el Cielo y queda confirmada en el Bien, en el Amor y Santidad Divina, y
viene agregada a la milicia celestial. Ejemplo.
Mi vuelo en el Querer Divino continúa, me siento llevada en sus
brazos, pero con tal amor y ternura, de sentirme confundida al verme tan
amada y circundada por todas partes por su materna bondad. Y mi dulce
Jesús repitiendo su breve visita, con un amor tal que sentía que me estallaba
el corazón, todo bondad me a dicho:
"Hija de mi Querer, si tú supieras cuál es nuestro contento al ver
entrar en el alma nuestra Voluntad, se puede decir que ella corre hacia
Nosotros, y Nosotros hacia ella, y en cuanto nos encontramos, nuestra
Voluntad la inviste de luz, nuestro Amor la besa, nuestra Potencia la toma en
brazos, nuestra Sabiduría la dirige, nuestra Santidad la inviste y se pone
como sello, nuestra Belleza la embellece, en suma, todo nuestro Ser Divino
se pone en actitud en torno a ella para darle de lo nuestro, pero ¿sabes por
qué? Porque entrando en nuestro Querer, no para vivir del suyo sino del
nuestro, Nosotros recibimos lo que salió de Nosotros, nos sentimos restituir
la finalidad por la cual la creamos y por eso hacemos fiesta. No hay acto
más bello, escena más encantadora, que el entrar la criatura en nuestra
Voluntad, y cada vez que entra, tantas veces la renovamos en nuestro Ser
Divino, dándole nuevos carismas de amor, por eso quien vive en nuestro
Querer nos tiene en fiesta, ella siente la necesidad de vivir en nuestro Querer
para ser acariciada por su Creador, y Nosotros sentimos la necesidad de ser
acariciados por ella, y darle nuevos carismas de gracias y santidad."
Jesús ha hecho silencio, y yo me sentía abismada en el Eterno Querer
y maravillada al oír cuánto somos amados por Dios si vivimos en su Querer.
Miles de pensamientos se acumulaban en mi mente, y mi amado Jesús,
retomando su hablar me ha dicho:
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"Hija mía, no te maravilles por lo que te he dicho, es más, te diré
cosas más sorprendentes aún, pero cuánto quisiera que todos las escucharan
para hacer que todos decidieran vivir en mi Querer. Escucha cómo es
consolador y bello lo que mi Amor me empuja a decirte, es tanto mi Amor,
que siento la necesidad de decirte hasta dónde llegamos para quien vive en
nuestro Querer: Tú debes saber que en cuanto el alma se decide
repetidamente y firmemente de no vivir más de su voluntad, sino de la
nuestra, su nombre es escrito en el Cielo con caracteres de luz imborrables, y
viene matriculada en la milicia celestial como heredera e hija del reino de la
Divina Voluntad. Pero esto no basta a nuestro Amor, la confirmamos en el
bien, de modo que sentirá tal horror por cada mínima culpa, que no será
capaz de volver a caer en ellas, y no sólo eso, sino que quedará confirmada
en los bienes, en el Amor, en la Santidad, etc., de su Creador; será investida
por la prerrogativa de comprensor, no más será mirada como exiliada, y si
estará sobre la tierra, será como oficial de la milicia celestial, no como
exiliada, tendrá todos los bienes a su disposición, podrá decir: ‘Siendo toda
mía su Voluntad, lo que es de Dios es mío.’ Más bien se sentirá poseedora
de su Creador, y como no obra más con su voluntad, sino con la mía, se han
roto todas las barreras que le impedían sentir a su Creador, las distancias han
desaparecido, las desemejanzas entre ella y Dios no existen más, se sentirá
de tal manera amada por Aquél que la ha creado, de sentir que le estalla el
corazón de amor para amar a Aquél que la ama; y sentirse amada por Dios es
la alegría, el honor, la gloria más grande para la criatura. Hija mía, no te
maravilles, son nuestras miras, la finalidad para la cual fue creada la criatura,
de encontrar en ella nuestra Vida, nuestra Voluntad reinante, nuestro Amor,
para ser amados y para amarla, si esto no fuera, toda la Creación sería una
obra indigna de Nosotros."
Yo sentía que me estallaba el corazón de alegría al oír esto que mi
amado Jesús me ha dicho, y decía entre mí: "¿Será posible todo este gran
bien? Y el dulce Jesús ha agregado:
"Hija, ¿no soy Yo dueño de hacer y de dar lo que quiero? Basta con
que lo quiera y todo está hecho, y además, también en el bajo mundo
suceden cosas que en algún modo semejan esto: Si un hombre da su nombre
inscribiéndose en el ejército del gobierno, éste para estar seguro de aquél lo
hace jurar fidelidad al gobierno, este juramento lo hace quedar atado al
ejército, se viste con los uniformes de la milicia, de modo que viene
reconocido por todos que pertenece al ejército, y cuando ha mostrado
habilidad y fidelidad recibe la paga de por vida, con esta paga que ninguno
le puede quitar, no le puede faltar nada, puede tener siervos que lo sirvan,
puede vivir con todas las comodidades de la vida, aun cuando con el tiempo
2862
se retire. ¿Y qué cosa ha dado al gobierno? Sólo la parte externa de su vida,
la que le ha dado el derecho de recibir la paga durante la vida. En cambio,
quien con decisión firme me ha dado su voluntad, me ha dado la parte más
noble, más preciosa, cual es su voluntad, en ella me ha dado todo el interior
y el exterior, también el respiro, y con esto ha merecido ser inscrita en el
ejército divino, de modo que todos la conocerán que pertenece a nuestra
milicia. ¿Cómo podré hacerle faltar algo, cómo no amarla? Si esto pudiera
ser, para tu Jesús habría sido el dolor más grande, me habría quitado la paz
que en naturaleza poseo, el no amar a aquélla que todo me ha dado y que con
amor indecible la poseo, la tengo en mi corazón y la hago hacer mi misma
Vida."
Julio 4, 1937
Dios quiere tantas Vidas Divinas en cada una de las criaturas.
Quien vive en el Querer Divino se hace portadora de todos
y de todo a su Creador.
Me encontraba toda investida por el Querer Divino, dondequiera y por
todas partes lo encontraba en acto de querer darme su Vida, y ¡oh! cómo me
sentía feliz al sentir su imperio que a cualquier costo, con sus estratagemas
amorosas quería encerrar en mí su Vida perenne. Yo he quedado
sorprendida, y mi siempre amable Jesús, visitando mi pobre y pequeña alma,
con su acostumbrada bondad y dulzura me ha dicho:
"Hija mía bendita, si tú supieras cómo gozo y cómo se desahoga mi
Amor al manifestarte nuestros arcanos celestiales, en qué estado de amor se
encuentra nuestro Ente Supremo, nuestra Voluntad adorable, para darme
gusto me apresurarías a hacerme decir en qué modo nos encontramos en
medio a las criaturas, y el gran bien que les podemos hacer. Ahora, tú lo
sabes, que nuestra Inmensidad envuelve todo, nuestra Potencia y Fuerza es
tanta, que llevamos como en brazos a todo y a todos como si fueran una
pequeña pluma; todo esto es naturaleza en nuestro Ser tres veces Santo,
tanto, que si nos quisiéramos empequeñecer no lo podemos, nuestra
Inmensidad y Potencia corre en cada fibra del corazón, en todos los respiros,
en la rapidez de la sangre que corre en las venas, en la velocidad del
pensamiento, somos actores y espectadores y estamos al día de todo. Pero
esto es nada, no son otra cosa que las cualidades de nuestro Ente Supremo,
lo que es más de maravillar, es que queremos formar tantas Vidas nuestras
2863
en cada criatura. Estos es obrar como Dios, tener virtud de poder formar
tantas Vidas Divinas por cuantas criaturas ha puesto fuera a la luz del día;
del resto, la criatura es nuestra, creada por Nosotros, vivimos juntos, y
porque la amamos nuestro Amor nos lleva con una fuerza irresistible y
potencia toda nuestra a formarnos como vida en ella, y nuestro arte creador,
que no se contenta con crear a las criaturas, en el ímpetu de su amor quiere
crearse a Sí mismo en la persona creada. Mira entonces en qué condiciones
nos encontramos en medio de la familia humana, en acto de formar siempre
Vidas nuestras en ellas, pero nuestro arte creador queda rechazado,
sofocado, sin poder continuar nuestra Creación Divina; mientras vivimos
junto con ellas, viven a expensas nuestras, viven porque viven de Nosotros,
sin embargo tenemos el gran dolor de no poder formar nuestra Vida en ellas,
mientras esto sería nuestro máximo contento, la más grande gloria que nos
darían si nos dieran la libertad de hacernos vida de cada criatura. Pero
¿sabes donde somos libres de formar esta Vida nuestra? En quien vive en
nuestra Voluntad, nuestro Fiat Divino nos prepara las materias primas para
formar nuestra Vida, pone en actitud a su Potencia, a su Santidad, a su
Amor, y nos llama en el fondo del alma, y Nosotros encontrando las
materias adaptables y posibles, formamos con amor indecible nuestra Vida
Divina, no sólo la formamos sino que la hacemos crecer, y con sumo gusto y
deleite desarrollamos nuestro arte creador en torno a esta celestial criatura, y
comenzamos la cadena de los prodigios. Ahora, ella poseyendo a su
Creador, a nuestra Voluntad obrante en ella, se vuelve la portadora de todos
y de todo: Si piensa nos trae los pensamientos de todos, y se hace suplidora
y reparadora de todas las inteligencias humanas; si habla, si obra, si camina,
lleva las palabras, las obras, los pasos de todos, la misma Creación le hace
decoroso cortejo y se hace portadora del cielo, de las estrellas, del sol, del
viento, de todo, no deja nada atrás, nos trae el homenaje, la gloria de todas
nuestras cosas creadas, hasta el homenaje del dulce canto del pequeño
pajarito; poseyendo la Vida de Aquél que la ha creado, todas le hacen
corona, es más, todas quieren ser llevadas por aquélla que posee el acto
hablante, a fin de que por cada una le diga la historia hablante de amor, por
la que han sido creadas por su Creador. Así que quien posee nuestro Querer,
adquiere nuestro celo de amor, que todo queremos para Nosotros, y esto con
suma justicia, porque no hay cosa que Nosotros no hayamos dado, por lo
tanto con justicia todo queremos. Así, ella, llevada por nuestra misma locura
de amor quiere todo para darnos todo, y celosa quiere traernos todo para
decirnos por todos y por cada cosa creada su palabrita de amor. Por eso
quien vive en nuestro Querer no está jamás sola, primero está con su
Creador, con el cual está siempre en competencia de amor para ver cómo se
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pueden amar más, y estando todas las cosas a su alrededor, se hace portadora
de todo a Aquél que ama, que siendo Amor infinito, quiere ver en la criatura
todas las cosas convertidas en amor por amor suyo."
Julio 12, 1937
Las reflexiones humanas quitan el puesto a las divinas, y son piedras
que enturbian la fuente del alma. La Divina Voluntad convierte en
naturaleza su Amor, y lo que hace en el punto de la muerte
lo anticipa a quien vive en Ella.
Estoy entre los brazos del Querer Divino, el cual, más que vigilante
centinela, no sólo quiere hacerse vida de cada uno de mis actos, sino que
penetrando en cada rincón de mi corazón y de mi mente, me reprende si todo
lo que entra en mí no es parto del Fiat. Y mi siempre amable Jesús,
visitando mi pequeña alma, y poniéndose en actitud de maestro que en todo
quiere enseñar a su hija, me ha dicho:
"Hija bendita de mi Voluntad, tú debes saber que las reflexiones
propias, las impresiones, las opresiones, las melancolías, las dudas, los
pequeños temores, impiden las reflexiones divinas, las impresiones santas, el
rápido vuelo hacia el Cielo, las alegrías del verdadero bien, la paz celestial;
ellas son como tantas piedras arrojadas dentro de un lago mientras la persona
se está mirando reflejada en aquellas aguas limpias como dentro de un
espejo, y ve toda entera su persona, bella y ordenada como es; ahora, ¿qué
sucede? Mientras se está mirando en aquellas aguas tersísimas, viene
arrojada en aquel lago una pequeña piedra, el agua se encrespa, se enturbia y
forma tantas ondas y ondas que se enturbia toda el agua, y de la pobre
persona que se estaba mirando, ¿qué ha sucedido? Conforme se formaban
las ondas en el agua, así se llevaban, quién un pie, quién un brazo, quién una
mano, quién la cabeza, de modo que se veía toda destrozada por las
ondulaciones de aquellas aguas. ¿Quién ha sido la que ha hecho perder la
limpieza de aquellas aguas de modo que no se ve más entera su imagen, sino
en modo de dar piedad? ¿Quién ha sido? Una pequeña piedra. Tal es el
alma creada por Dios, más que fuente tersísima, en la cual Dios debía
mirarse en ella, y ella en Dios; ahora, las reflexiones, las opresiones, las
dudas, temores, etc., son como tantas piedras arrojadas en el fondo de su
alma, y Dios mirándose en ella, no lo ve todo entero, sino como dividido en
tantas partes, así que dividida la Fuerza, la alegría divina, la Santidad, la
2865
Unidad de la paz; esto le impedirá conocer quién es Dios, cuánto la ama y
qué quiere de ella; y queriéndose mirar ella en Dios, estas piedras le
impedirán el paso haciéndola tropezar en el camino, impidiéndole el vuelo
para mirarse en Aquél que la ha creado, mientras que parecen cosa de nada.
No obstante en esto viene formado el conocimiento de Dios en la criatura, la
unión, la Santidad, el mirarse Dios en la criatura, y ella en Dios si el alma no
es turbada por estas piedras que se pueden llamar bagatelas del alma, y que
faltando la solidez y sustancia del verdadero Amor, son siempre enturbiadas
y Dios no se puede espejear en ellas para formar su bella imagen, por eso sé
atenta y busca siempre mi Voluntad."
Jesús ha hecho silencio, y yo me he quedado pensando en el gran mal
que hacen las reflexiones propias, y mi dulce Jesús ha agregado:
"Hija mía, sólo en mi Voluntad el alma puede llegar al ápice de la
santidad más alta y encerrar en sí, por cuanto a criatura es posible, un acto
completo, de llenarse tanto, de no dejar ningún vacío en ella, tanto de
convertirse en naturaleza propia el bien que hace; si ama en mi Fiat, la ola
del amor le llueve por todas partes, le inviste las más íntimas fibras, y
mientras le llueve encima arrollándola toda en el amor, se constituye reina y
convierte en naturaleza su Amor en la criatura, pero tanto, que se sentirá el
respiro, el latido, el movimiento, el paso, todo su ser, que no sabe hacer otra
cosa que amar; esta ola de amor se eleva hasta el Cielo, sin cesar de lloverle
encima y toma por asalto a su Creador, y lo ama siempre, porque cuando el
bien se convierte en naturaleza, se siente la necesidad de repetir el bien
recibido como acto que constituye su vida. Si adora, se sentirá cambiada la
naturaleza en adoración, así que en todo se sentirá sacar adoraciones
profundas a su Creador. Si repara, sentirá el movimiento de ir buscando
todas las ofensas para poner en ellas su reparación. En suma, mi Voluntad
con su Fuerza creadora no deja ningún vacío y convierte en naturaleza todo
lo que la criatura hace en Ella; mira qué diferencia entre quien vive en mi
Voluntad y la posee como Vida obrante, y entre quien la reconoce como
virtud, y tal vez en las ocasiones más dolorosas de la vida, y en todo el resto
como si no existiera para ellos.
Ahora quiero decirte otra sorpresa consoladora: Es tanto nuestra
complacencia cuando la criatura se decide con firmeza irremovible a vivir en
nuestro Querer, que lo que debemos hacer en el punto de la muerte, de
confirmarla en el bien en el cual se encuentra, porque tú debes saber que
todo lo que ella ha hecho en vida, oraciones, virtudes, penas sufridas, obras
buenas, sirven para formar nuestra pequeña Vida Divina en su alma, ningún
bienaventurado entra en el Cielo si no posee esta Vida Divina, según el bien
que hayan hecho, y si más me han amado y cumplido mi Voluntad, así la
2866
tendrán, quién más pequeña, quién más grande, porque la verdadera
felicidad, las verdaderas alegrías se deben poseer dentro, así que cada uno
tendrá dentro y fuera de ellos a su Dios, que le dará siempre nuevas alegrías,
tanto, que si las almas, muriendo no están llenas hasta el borde de Amor y de
Voluntad mía, las confirmo, sí, pero no entran al Cielo, las mando al
purgatorio a llenar estos vacíos de amor y de Voluntad mía por caminos de
penas, de ansias y de suspiros, y cuando del todo se han llenado, de modo
que se ve en ellas que están ya todas transformadas en mi Amor y en mi
Voluntad, entonces toman el vuelo hacia el Cielo. Ahora, para quien no
quiere hacer más su voluntad, sino sólo la mía, no queremos esperar aquel
punto, nuestro Amor nos lleva con una fuerza irresistible a anticipar la
confirmación en el bien, y convertir en naturaleza nuestro Amor y nuestra
Voluntad, así que sentirá que mi Amor, mi Querer son suyos, sentirá más mi
Vida que la suya, pero ¡oh! con qué diferencia de aquellos que son
confirmados en el punto de la muerte, ellos no crecerán más en el bien, sus
méritos han terminado; en cambio en éstos mi Vida crecerá siempre, los
méritos no terminan, es más, tendrán los méritos divinos, conforme
continúen a amarme y a vivir de mi Voluntad, así me conocerán de más, y
Yo los amo de más y aumento su gloria, puedo decir que corro en cada acto
suyo para darles mi beso, mi Amor, para reconocerlos que son míos y darles
el valor, el mérito como si los hubiese hecho Yo. ¡Ah! tú no puedes
comprender qué cosa sentimos por quien vive en nuestro Querer, cómo lo
amamos, queremos volverlo contento en todo, porque en él encontramos
realizado el fin de la Creación, concentrada toda la gloria que todas las cosas
nos deberían dar; y además, nuestra Voluntad cumplida es todo para
Nosotros."
Julio 25, 1937
Un acto en el Querer Divino puede ser un viento impetuoso, un aire,
Una atmósfera celestial. Tres círculos. Dios, si ama obra, si habla dona.
El mar del Querer murmura siempre, y muchas veces forma sus olas
impetuosas para asaltar a las criaturas, para envolverlas en sus olas
amorosas, para darles su Vida, pero con tal insistencia y astucias amorosas,
como si tuviese necesidad de nosotros, pobres criaturas, y uno queda
raptado. ¡Oh! cómo es verdad que sólo Dios sabe amarnos. Ahora mientras
2867
mi mente se perdía en este mar, mi dulce Jesús sorprendiéndome con su
breve visita me ha dicho:
"Hija bendita de mi Querer, ¿has visto cómo era dulce el murmullo
del mar de mi Voluntad? También las almas que viven en Ella no hacen otra
cosa que murmurar junto en este mar, ellas, eco perfecto de mi Fiat, no cesan
jamás de murmurar amor, gloria, adoración, pero en modo simple: Si
respiran murmuran amor, si laten, si circula la sangre en las venas, si
piensan, si se mueven, en todo murmuran amor, amor, gloria a nuestro
Creador, y si llaman a mi Voluntad en sus actos forman las olas impetuosas
para envolver a Dios y a las criaturas, a fin de que todos, Cielo y tierra hagan
una sola voluntad. Un acto en mi Voluntad puede ser un viento impetuoso
que transporte, extirpe con su fuerza las pasiones, las debilidades, las malas
costumbres, el aire putrefacto del pecado, y sustituirlos por las virtudes, la
Fuerza divina, las santas costumbres, el aire santificante de mi Voluntad. Un
acto en mi Querer puede ser un aire universal que penetrando dondequiera y
en todos, de noche y de día puede hacerse respirar para infundir su Vida, su
Santidad, y quitando el aire malsano del querer humano, lo sustituye por el
aire saludable de mi Fiat, de modo de quedar endulzadas, embalsamadas,
vivificadas, sanadas por este aire divino. Un acto en mi Fiat puede ser una
atmósfera celestial, que encerrando en sí todas nuestras obras, la misma
Creación, y con la fuerza de nuestras obras asaltar a nuestra Divinidad e
imponerse sobre de Nosotros, de hacernos dar gracias y dones de volver
capaces a las criaturas de poder recibir el reino de nuestro Querer. Un acto
en nuestra Voluntad puede contener tales maravillas, que la criatura es
incapaz de poder comprender todo su valor."
Jesús ha hecho silencio, y yo he quedado como sumergida en este
mar, y no sé cómo me he sentido transportar a la patria celestial, en medio a
tres círculos de luz, a la cabeza de ellos estaba la Reina del Cielo en un
punto, y Nuestro Señor del otro, con una belleza encantadora y amor
indecible, en medio a éstos estaba una multitud de almas, todas
transformadas en la luz en la cual vivían y crecían, pero custodiadas,
dirigidas y alimentadas por Jesús y por la Madre Celestial, cuántas bellas
sorpresas se veían, estas almas poseían la semejanza y la Vida de su
Creador, y mi dulce Jesús y su Madre me han dicho:
"Estos círculos de luz que tú ves son símbolo de la Trinidad
Sacrosanta, y las almas son las que formarán el reino de la Divina Voluntad,
este reino será formado en el seno de la Divinidad, los regidores de este
reino serán la Madre y el Hijo, que lo custodiaremos con celo. Mira
entonces la certeza de este reino, ya está formado, porque en Dios las cosas
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están como ya hechas, por eso ruega que lo que está en el Cielo se realice
sobre la tierra."
Después de esto me he encontrado en mí misma, con el sumo dolor de
encontrarme de nuevo en mi pobre prisión de mi cuerpo. Después mi sumo
Bien Jesús, todo bondad me ha dicho:
"Hija mía, nuestro Ser Divino es todo Amor, y es tanto este Amor que
sentimos la necesidad de sacar fuera de Nosotros este Amor, no ponemos
atención en si la criatura lo merece o no; si hubiéramos querido poner
atención al mérito, la Creación toda estaría aún en nuestro seno. Nosotros
cuando amamos obramos, en efecto, amamos y creamos la Creación, y como
don de nuestra liberalidad y del exceso de nuestro Amor obrante, hicimos
don al hombre; a Nosotros no nos agrada dar nuestros dones como pago, o
como mérito, ¿y dónde podría encontrar monedas suficientes para pagarnos
nuestros dones, o tantos actos para merecerlos? Sería obstaculizar nuestro
Amor, reprimirlo en Nosotros y no dar nada a la criatura, y ni siquiera
amarla, porque si amamos debemos obrar y dar. Nuestro Ente Supremo se
encuentra frecuentemente en tales delirios de amor, que sentimos la
necesidad de sacar de nuestro seno divino dones y gracias para darlos a las
criaturas, pero para formar estos dones debemos amar y manifestarlos para
hacerlos conocer. Por lo tanto si amamos obramos, si hablamos, nuestra
palabra creadora entrega el don, lo confirma y dota a la criatura de nuestros
dones. Nuestra palabra es la portadora y nos pone en las condiciones de
desahogar nuestro Amor reprimido. Pero ¿quieres saber por qué no damos
nuestros dones como pago o como mérito? Porque los damos a nuestros
hijos, y cuando los dones se dan a los hijos no se pone atención en si lo
merecen, se dan porque se ama, a lo más se hacen comprender, he aquí la
necesidad de la palabra, a fin de que los aprecien y los custodien y amen a
Aquél que se los ha dado y que tanto los ama. En cambio se dan como pago
o mérito a los siervos, a los extraños, y ¡oh! con cuánta medida. Por eso en
el exceso de nuestro Amor, sin que ninguno nos rogase o lo merecieran,
hicimos la Creación, para hacer de ella don al hombre; en otro exceso, Yo,
Verbo Eterno, descendí del Cielo para donarme y hacerme dulce presa del
hombre; en otro exceso más grande de amor, le daré el gran don del reino de
mi Querer. La Virgen Celestial, heredera de este reino, llamará a las
criaturas como hijos suyos para que reciban en don su gran heredad. Ahora
hija mía, si el alma hace reinar mi Divina Voluntad, su amor no será más
estéril, sino fecundo, no se reducirá en solas palabras, o bien en obras,
sentirá en sí la Fuerza creadora de nuestro Amor, y se pondrá en nuestras
mismas condiciones, que si amamos obramos, si obramos damos, ¿pero qué
cosa damos? El gran don de nuestro Ser Divino, nuestro Amor es tanto, que
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si damos queremos dar todo, aun a Nosotros mismos en poder de la criatura,
nuestro Amor no quedaría contento si no dice: ‘He dado todo, no tenía más
que darle.’ Mucho más que poseyendo nuestra Voluntad estamos al seguro,
estamos en nuestra casa, con todo el decoro, los honores, la decencia que
conviene. Así la criatura, poseyendo nuestra misma Fuerza creadora, si nos
ama, nos dará en su amor, en correspondencia de nuestro don, el don de su
vida, así que es vida que nos daremos mutuamente, y cada vez que nos ame,
nuestra Fuerza creadora multiplicará su vida para dárnosla en don, su amor
no quedará aislado, sino con la plenitud de su vida que se da en poder de su
Creador, y he aquí igualadas las partes entre el Creador y la criatura, Vida
recibe en don, y vida dona, y si la criatura tiene sus limites, mi Voluntad la
suple, mucho más que en el darnos por don su vida, nos da todo, nada se
queda para sí, por eso nuestro Amor queda pagado y correspondido. Así que
si quieres darnos todo y recibir todo de Nosotros, haz que reine en ti nuestra
Voluntad, y todo te será concedido."
Agosto 2, 1937
La Creación posee la perfecta felicidad, de poder dar la felicidad
terrestre a las criaturas. El pecado detuvo la felicidad. El gran
mal de quien se aparta del principio. Ejemplo.
Estaba haciendo mi giro en la Creación para seguir los actos de la
Divina Voluntad en Ella, y ¡oh! cuántas sorpresas, cada una contenía tal
felicidad, de poder volver felices a todo y a todos, y mi siempre amable
Jesús, viéndome sorprendida, todo bondad me ha dicho:
"Hija mía, nuestro Ente Supremo posee la fuente de la felicidad, por
eso de Nosotros no podían salir cosas o seres que no fuesen felices. Así que
toda la Creación posee tal plenitud de felicidad, de poder dar a toda la tierra
la perfecta felicidad terrestre. Por lo tanto Adán gozaba la plenitud de la
felicidad, todas las cosas creadas le llovían encima alegrías y felicidad, y
además, en su interior, poseyendo mi Querer, contenía mares de contentos,
de bienaventuranzas y alegrías sin fin, para él todo era felicidad dentro y
fuera. En cuanto pecó sustrayéndose de mi Voluntad, la alegría partió de él,
y todas las cosas creadas se retiraron en su seno las alegrías que poseían,
dando al hombre sólo los medios necesarios, no como a dueño y señor, sino
como a siervo ingrato. Mira entonces, de Nosotros no salió la infelicidad, ni
podíamos darla porque no la teníamos, dar lo que no se tiene es imposible,
así que fue el pecado el que arrojó en el hombre la semilla de la infelicidad,
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del dolor y de todos los males que lo asedian dentro y fuera. En cuanto vino
sobre la tierra la Celestial Señora, y después mi Santísima Humanidad, la
Creación toda se puso en actitud de fiesta, nos sonreían de alegría y
retomaron el curso de llovernos encima alegrías y felicidades, y en cuanto
salíamos al exterior, corrían, se inclinaban y hacían salir sobre nosotros
alegrías y felicidad: el sol nos daba las alegrías de su luz, alegraba nuestra
vista con la variedad de sus colores, nos daba la alegría de los besos de amor
que poseía, y reverente se extendía bajo nuestros pasos para adorarnos; el
viento nos llovía las alegrías de la frescura, y con sus soplos nos alejaba el
aire pútrido de tantas culpas; los pájaros nos corrían en torno para darnos las
alegrías de sus cantos y trinos, cuántas bellas músicas nos hacían, tanto, que
Yo estaba obligado a ordenarles que se alejaran de Mí, que tomaran el vuelo
en el aire para alabar a su Creador; la tierra florecía bajo mis pasos para
darme las alegrías de tantas floraciones, y Yo le ordenaba que no me
hicieran tales demostraciones, y me obedecía; el aire me llevaba las alegrías
de nuestro aliento omnipotente, cuando dando el aliento al hombre le
dábamos la vida, colmándolo de alegrías y felicidad divinas, y conforme Yo
respiraba así me sentía venir nuestras alegrías y felicidad que sentimos en la
Creación del hombre. Así que no había cosa creada que no diera las alegrías
que poseían, no sólo para felicitarme, sino para darme los homenajes, los
honores como a su Creador, y Yo los ofrecía a mi Padre Celestial para darle
la gloria, el honor, el homenaje, el amor, por tantas magnificencias y obras
maravillosas que hicimos en la Creación por amor del hombre. Ahora hija
mía, estas alegrías en las cosas creadas existen aún; la Creación, como fue
hecha por Nosotros con tanto alarde y suntuosidad y con la plenitud de la
felicidad, nada ha perdido, porque esperamos a nuestros hijos, los hijos de
nuestra Voluntad, que con derecho gozarán las alegrías, la felicidad terrestre
que posee toda la Creación, y puedo decir que por amor de éstos existe aún,
y las criaturas disfrutan, si no la plenitud de la felicidad, pero al menos las
cosas necesarias para poder vivir. Este existir aún la Creación después de
tantas ingratitudes humanas, culpas que hacen horrorizar, da la certeza del
reino de mi Voluntad sobre la tierra, porque la criatura, poseyéndola, se
volverá capaz de recibir las alegrías de la Creación, de darnos la gloria, el
amor, la correspondencia de cuanto hemos hecho por ella, y de hacer todo el
bien posible e imaginable que puede hacer la criatura. Por eso el todo está
en poseer nuestro Querer, porque así tuvo el principio la Creación toda,
comprendido el hombre, todo era Voluntad nuestra, todos vivían encerrados
en Ella y en Ella encontraban lo que querían, alegrías, paz, orden perfecto,
todo estaba a su disposición. Quitado el principio todas las cosas cambiaron
aspecto, la felicidad se cambió en dolor, la fuerza en debilidad, el orden en
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desorden, la paz en guerra. Pobre hombre sin mi Voluntad, es el verdadero
ciego, el pobre paralizado, que si algún bien hace, todo es fatiga y
amarguras.
Todas las cosas, si se hacen guiar por el principio con el cual han
tenido la existencia, encuentran la vía, el paso firme y el resultado feliz de
las obras o bien que han emprendido; si pierden el principio se trastornan,
vacilan, pierden la vía y terminan con no saber hacer nada, y si parece que
hacen alguna cosa, dan piedad. También en las cosas humanas sucede así, si
el maestro quisiera enseñar al niño las consonantes y no las vocales, como
las vocales se usan en toda palabra, en cada letra, desde la ciencia más baja
hasta la más alta, pobre niño, no aprendería jamás a leer y si lo quisiera
podría enloquecer. Todo este mal, ¿quién lo ha producido? El alejamiento
del principio de la ciencia, el cual son las vocales. ¡Ah! hija mía, hasta en
tanto que el hombre no regrese en su principio, no reentre en mi Divina
Voluntad, mi obra creadora será una obra rota, fuera de su puesto, pobre
hombre sin las primeras vocales de mi Divina Voluntad, por cuanto les
pueda dar luz, les pudiese hablar, no me entenderá, porque le falta el
principio, le faltan las primeras vocales para poder leer mis lecciones sobre
mi Fiat, por lo tanto sin bien, sin fundamento, sin maestro, sin defensa, es
tanto su cretinismo que no conoce su pobre estado, y por lo tanto no implora
el reentrar en mi Querer para aprender las primeras vocales con las cuales
fue creado por Dios, para poder seguir aprendiendo la verdadera ciencia
celestial, y así formarse toda su fortuna, tanto en la tierra como en el Cielo.
Por eso Yo le susurro siempre al oído del corazón: ‘Hijo mío, reentra en mi
Voluntad, ven a tu principio si quieres parecerte a Mí, si quieres que te
reconozca por hijo mío.’ ¡Oh! cómo es doloroso tener hijos que no me
semejen, sin su nobleza, pobres, degradados, infelices, y ¿por qué todo esto?
Porque rechazaron la gran herencia del Padre Celestial, y me obligan a llorar
sobre su suerte. Hija, ruega que todos reconozcan a mi Voluntad, y tú
reconócela y apréciala, ámala más que a tu misma vida y no la dejes huir ni
siquiera un instante."
Deo Gratias
Todo para la gloria de Dios y para cumplimiento de su Voluntad.