VOLUMEN 27

27.08.2015 12:09

Luisa Piccarreta Volumen 27

I. M. I.

Fiat!!!

In Voluntate Dei! Deo Gratias.

 

Septiembre 23, 1929

Quien vive en la Divina Voluntad, en su

pequeñez encierra el Todo, y da Dios a

Dios. Los prodigios divinos.

La Divina Voluntad me absorbe en todo, y por cuanto siento

repugnancia al escribir, el Fiat Omnipotente, con su imperio se impone sobre

de mí, pequeña criatura, y con su autoridad divina me vence, derriba mi

voluntad y poniéndosela como escabel a sus pies divinos, con su imperio

dulce y fuerte me induce a escribir un nuevo volumen, mientras que yo creía

que debía hacer una pausa. ¡Oh Voluntad adorable, imperante y Santa,

quieres el sacrificio, y yo no me siento con fuerzas de resistir y luchar contra

Ti, más bien adoro tus disposiciones, y perdiéndome en tu Santo Querer te

pido que me ayudes, fortifiques mi debilidad y no permitas que yo escriba

sino lo que Tú quieres, y como quieres Tú; ¡ah, que yo sea tu repetidora y no

ponga nada mío! Y Tú, Amor mío Sacramentado, desde esa custodia santa

desde la cual me ves, y en la cual yo te veo a Ti, mientras escribo no me

niegues tu ayuda, es más, ven junto conmigo a escribir, sólo así sentiré la

fuerza para comenzar.

Estaba haciendo mi acostumbrado giro en la Creación para seguir

todos los actos que el Supremo Querer había hecho en todas las cosas

creadas, y mi dulce Jesús saliendo de mi interior me ha dicho:

"Hija mía, cuando la criatura recorre las obras de su Creador, significa

que quiere reconocer, apreciar, amar, lo que Dios ha hecho por amor suyo, y

no teniendo qué dar como correspondencia, mientras recorre sus obras toma

toda la Creación como en su propio puño, y la da nuevamente a Dios, íntegra

y bella para su gloria y honor diciéndole: ‘Te reconozco, te glorifico por

medio de tus mismas obras, pues sólo ellas son dignas de Ti.’ Ahora, es tal

y tanta nuestra complacencia al vernos reconocidos por la criatura en

nuestras obras, que nos sentimos como si la Creación se repitiese de nuevo

para darnos doble gloria, y esta doble gloria nos viene dada porque la

35 Este libro ha sido traducido directamente del original manuscrito de Luisa Piccarreta

 

 

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criatura reconoce nuestras obras hechas por amor de ella, y dadas a ella

como don nuestro para que nos ame. La criatura con reconocer nuestro don

encierra en el cielo de su alma el Todo, y Nosotros vemos en la pequeñez de

ella a nuestro Ser Divino con todas nuestras obras; mucho más, porque

estando nuestro Fiat Divino en la pequeñez de esta criatura, tiene capacidad

y espacio de encerrar el Todo, y ¡oh! prodigio, ver encerrado en la pequeñez

humana el Todo, y que osadamente da el Todo al Todo sólo para amarlo y

glorificarlo. Que el Todo de nuestro Ser Supremo sea el Todo, no es para

maravillarse, porque tal es nuestra naturaleza divina: ‘Ser Todo.’ Pero el

Todo en la pequeñez humana es la maravilla de las maravillas, son prodigios

de nuestro Querer Divino, que donde reina no sabe hacer de nuestro Ser

Divino un ser a mitad, sino todo entero. Y como la Creación no es otra cosa

que un desahogo de amor de nuestro Fiat creante, donde Él reina encierra

todas sus obras, y por eso la pequeñez humana puede decir: ‘Doy Dios a

Dios.’ He aquí el por qué cuando nos damos a la criatura queremos todo,

también su nada, a fin de que sobre su nada sea repetida nuestra palabra

creadora, y formemos nuestro Todo sobre la nada de la criatura; si no nos da

todo, su pequeñez, su nada, nuestra palabra creadora no viene repetida, ni es

decoro y honor para Nosotros el repetirla, porque cuando Nosotros hablamos

queremos deshacernos de todo lo que no nos pertenece, y cuando vemos que

no se da toda, no la hacemos cosa nuestra, y ella queda la pequeñez y la nada

que es, y Nosotros quedamos con nuestro Todo que somos."

Después de esto continuaba mi abandono en el Supremo Fiat, pero me

sentía triste por ciertas cosas que no es necesario escribirlas, y mi siempre

amable Jesús, moviéndose a compasión me ha estrechado entre sus brazos, y

todo amor me ha dicho:

"¡Oh. cómo me es querida la hija de mi Querer! Tú debes saber que la

tristeza no entra en mi Divina Voluntad. Ella es alegría perenne que vuelve

pacífica y feliz su morada donde reina, por eso esta tristeza, si bien sé que es

por causa mía, es cosa vieja de tu voluntad humana, y las cosas viejas no las

recibe en tu alma mi Voluntad Divina, porque tiene tantas de las nuevas, que

no alcanza el espacio de tu alma para ponerlas todas, por eso, fuera tu

tristeza, fuera. ¡Oh! si supieras cuántas singulares bellezas forma en el alma

mi Divina Voluntad; donde Ella reina forma su cielo, su sol, su mar y el

vientecillo de sus refrigerios y frescuras divinas; Ella, siendo artífice

insuperable, tiene en Sí misma la habilidad del arte de la Creación, y cuando

entra en la criatura para formar su reino, tiene un deseo excesivo de repetir

su arte, y por eso ahí extiende su cielo, forma el sol y todas las bellezas de la

Creación, porque donde Ella reina quiere sus cosas, y con su arte las forma y

se hace circundar de las obras dignas de mi Fiat, por eso la belleza del alma

 

 

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donde Ella reina es indescriptible. ¿No sucede esto también en el orden

humano? Cuando se hace un trabajo, con hacerlo no pierde su arte, el arte

permanece dentro de la criatura como propiedad suya, y cuantas veces

quiere repetir su trabajo, tiene virtud de repetirlo, y si el trabajo es bello,

ansía tener ocasión de repetirlo. Tal es mi Voluntad Divina, el trabajo de la

Creación es bello, majestuoso, suntuoso, pleno de orden y armonía

indecible, así que va buscando ocasión para repetirlo, y esta ocasión se la

dan las almas que le dan la libertad de hacerla dominar y extender su reino

en ellas. Por eso, ánimo, aleja de ti lo que no pertenece a mi Fiat Divino, a

fin de que quede libre en su trabajo divino, de otra manera formarías las

nubes en torno a ti, las cuales impedirían que mi Luz se engrandeciera y

resplandeciera con sus refulgentes rayos en tu alma."

Septiembre 28, 1929

Primer beso, desahogo entre Madre e Hijo. Cómo todas las

cosas creadas contienen cada una su desahogo. Quien vive

en el Fiat es continua creación. Contento divino.

Estaba haciendo mi giro en la Creación y Redención, y mi pequeña

inteligencia se ha detenido cuando mi agraciado niñito, en el momento de

salir del seno materno se abalanzó a los brazos de la Mamá Celestial, y

sintiendo la necesidad de hacer su primer desahogo de amor, estrechó con

sus pequeños brazos el cuello de su Mamá y la besó. También la Divina

Reina sintió la necesidad de hacer su primer desahogo de amor hacia el

infante divino, y le correspondió el beso materno con tal afecto, de sentir que

se le salía el corazón del pecho; eran los primeros desahogos que hacían

Madre e Hijo. Y yo pensaba entre mí: "¿Quién sabe cuántos bienes

encerraban en este desahogo?" Y mi dulce Jesús haciéndose ver como

pequeño niño, en acto de besar a su Mamá me ha dicho:

"Hija mía, ¡cómo sentí la necesidad de hacer este desahogo con mi

Mamá! Todo lo que ha sido hecho por nuestro Ser Supremo no ha sido otra

cosa que un desahogo de amor, y Yo concentraba en la Virgen Reina todo

nuestro desahogo de amor que tuvimos en la Creación, porque estando en

Ella mi Divina Voluntad, era capaz de poder recibir con mi beso este nuestro

desahogo tan grande, y de podérmelo corresponder, porque sólo quien vive

de mi Voluntad Divina concentra en sí el acto continuado de toda la

Creación, y la actitud de volver a verterla en Dios. A quien posee mi Divina

Voluntad todo le puedo dar y todo puede darme, mucho más que la

 

 

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Creación, habiéndola sacado en un desahogo de amor para darla a la

criatura, dura y durará siempre, y quien está en mi Divina Voluntad está

como en nuestra casa, recibiendo la continuidad de este nuestro desahogo

con el acto de toda la Creación, porque con conservarla como la hicimos, es

como si estuviéramos en acto de crearla y de decir a la criatura, este nuestro

desahogo de haber creado tantas cosas te dice: ‘Te amé, te amo y te amaré

siempre.’ Y el alma que se hace dominar por nuestro Querer Divino, no

pudiendo contener este nuestro desahogo de amor tan grande, sobre las alas

de Él desahoga también ella y nos dice y repite nuestro estribillo: ‘En tu

Querer te amé, te amo y te amaré siempre, siempre.’ En efecto, ¿no son

todas las cosas creadas desahogos de amor que nuestro Fiat, como primer

actor hacía a la criatura? Desahogo de amor es el cielo azul, y con estar

siempre distendido, adornado de estrellas, sin jamás decolorarse ni

cambiarse, hace brotar nuestro desahogo continuo hacia la criatura.

Desahogo de amor es el sol, y desahoga nuestro amor continuo con llenar de

luz toda la tierra, y todos los efectos que produce, que son innumerables, son

continuos y repetidos desahogos que hace a la criatura. Desahogo de nuestro

amor es el mar, y conforme murmura repite sus olas altísimas, ahora

plácidas, ahora tempestuosas, y conforme produce los tantos peces, éstos no

son otra cosa que continuos desahogos de nuestro amor. Desahogo del

Amor nuestro es la tierra, y conforme se abre para producir flores, plantas,

árboles y frutos, así nuestro Amor emprende nuevamente su desahogo

ardiente. En suma, no hay cosa creada por Nosotros donde no esté el

desahogo continuo de nuestro Amor. ¿Pero quién está al día de tantos

nuestros desahogos? ¿Quién siente investirse por nuestra Fuerza creadora, y

toca con la mano nuestras llamas inextinguibles, hasta sentir la necesidad de

corresponder con sus desahogos amorosos a su Creador? Quien vive en

nuestro Fiat Divino. Para ella es continua creación, siente la Potencia de

nuestra Fuerza creadora, que obrando en ella le hace tocar con la mano que

su Creador está en acto de crear continuamente por amor suyo, haciéndole

sentir sus desahogos jamás interrumpidos para recibir su correspondencia.

Pero quién puede decirte nuestro contento cuando vemos que la criatura,

poseyendo nuestro Fiat Divino recibe y reconoce estos nuestros desahogos, y

ella no pudiendo contener el gran exceso de amor de nuestros desahogos

divinos, en nuestro mismo desahogo de amor forma su desahogo hacia su

Creador. Entonces nos sentimos como correspondidos por todo lo que

hicimos en la Creación; oímos que nos dice en su delirio de amor:

‘Majestad adorable, si estuviera en mi poder quisiera también yo crearte un

cielo, un sol, un mar, y todo lo que Tú creaste, para decirte que te amo con tu

mismo Amor y con tus mismas obras, porque el amor que no obra no se

 

 

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puede llamar amor, pero como tu Querer Divino me hizo don de todo lo que

creaste, yo te lo doy nuevamente para decirte que te amo, te amo.’ Entonces

la armonía, el intercambio de los dones, el orden, regresan entre Creador y

criatura, como fue establecido por Dios en la Creación. Ahora tú debes

saber que el hombre con hacer su voluntad perdió el orden, la armonía, y

perdió los derechos del don de la Creación, porque sólo en quien reina mi

Divina Voluntad, siendo Ella la creadora de toda la Creación, donde Ella

reina, siendo cosa suya, hace don con derecho a la criatura, pero donde no

reina se puede llamar una intrusa en sus obras, y por eso no puede hacerla de

dueña ni dar a Dios lo que no es suyo, ni puede sentir todos nuestros

desahogos de amor que existen en la Creación, porque no tiene nuestra

Divina Voluntad en su posesión que le diga nuestra historia de amor; sin

nuestro Querer Divino el hombre es el verdadero ignorante de su Creador y

como el pequeño discípulo sin el maestro. ¡Oh, cómo es doloroso ver al

hombre sin nuestro Fiat! Mucho más que nuestra Creación es nuestra

portavoz, es la portadora de nuestros besos amorosos, de nuestros abrazos

afectuosos. ¡Oh! cómo sentía todo esto mi Humanidad estando sobre la

tierra, conforme salía al exterior, el sol me daba el beso que mi misma

Voluntad había depositado en su luz para darlo a las criaturas; el viento me

daba las caricias, los abrazos que contenía en depósito de mi misma Divina

Voluntad; toda la Creación está preñada de carismas divinos para darlos a

las criaturas y mi Humanidad todo recibía, correspondiéndolos para dar

desahogo a tantos besos reprimidos, abrazos rechazados y amor no

reconocido por tantos siglos, porque no reinando mi Querer Divino, el

hombre era incapaz de recibir lo que de bien había puesto mi misma

Voluntad en toda la Creación, y mi Humanidad, poseyendo mi misma

Voluntad Divina, daba el primer desahogo y recibía y daba la

correspondencia a todo lo que mi misma Voluntad Divina había puesto en

toda la Creación; por eso, en cuanto Yo salía, todas las cosas creadas hacían

fiesta, y en competencia me daban lo que poseían. Así que sé atenta, y lo

que más te importe sea vivir en mi Divina Voluntad si quieres sentir a lo

vivo lo que tu Jesús te dice de mi Fiat Supremo."

 

 

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Octubre 2, 1929

Sólo la Divina Voluntad vuelve feliz a la creatura; entrega mutua.

Quien no tiene verdadera voluntad de hacer un bien es

un pobre lisiado y Dios no quiere servirse de él.

 

Mi abandono y mi vivir en el Fiat Divino continúa, ¡oh! cómo es

potente su Fuerza creadora, cómo es deslumbrante su Luz, que infiltrándose

en las fibras más íntimas del corazón las inviste y acariciándolas se hace

lugar y en ellas erige su trono de dominio y de mando, pero con tal dulzura

raptora, que la pequeñez de la criatura queda desaparecida, pero feliz de

quedar sin vida y perdida en el Fiat Divino. ¡Oh Voluntad adorable, si todos

te conocieran, cómo amarían el perderse en Ti para readquirir tu Vida y ser

felices con la misma felicidad divina! Pero mientras mi pequeñez se perdía

en el Fiat Divino, mi amable Jesús se ha movido en mi interior, y

estrechándome fuertemente a su corazón divino me ha dicho:

"Hija mía, sólo mi Divina Voluntad puede volver feliz a la criatura,

Ella con su Luz, o eclipsa o pone en fuga todos los males, y dice con su

poder divino: ‘Yo soy la felicidad perenne, huyan todos los males, quiero

estar libre, porque delante a mi felicidad todos los males pierden la vida.’

Para quien vive completamente en mi Querer Divino, es tanto su Amor, que

transforma las acciones de la criatura y sucede un intercambio de vida entre

Dios y ella, intercambio de acciones, de pasos, de latidos. Dios queda unido

a la criatura y la criatura a Dios, se vuelven seres inseparables, y en este

intercambio de acciones y de vida se forma el juego entre Creador y criatura,

uno se da en poder del otro, y en este darse en poder mutuamente juegan con

modo divino, se hacen felices, hacen fiesta, y Dios y la criatura se glorían, se

sienten victoriosos porque ninguno ha perdido, pero uno ha vencido al otro,

porque en mi Divina Voluntad ninguno pierde, las pérdidas no existen en

Ella. Sólo de quien vive en mi Querer puedo decir: ‘Es mi entretenimiento

en la Creación, me siento victorioso de abajarme para hacerme vencer por la

criatura, porque estoy cierto de que ella no se opondrá a dejarse vencer por

Mí.’ Por eso tu vuelo en mi Querer sea siempre continuo."

Después de esto estaba pensando en tantas cosas que el bendito Jesús

me había dicho sobre su Divina Voluntad, en los tantos deseos ardientes de

Él por hacerla conocer, y que a pesar de tantos deseos de Jesús no se ve nada

para obtener su intento, y decía entre mí: "¡Qué Sabiduría de Dios, qué

misterios profundos, ¿quién puede comprenderlos? Lo quiere, está doliente

porque falta quién tome la iniciativa para hacerla conocer, muestra su

corazón anhelante, suspira que su Divina Voluntad se haga camino para

 

 

2217

hacerse conocer, para formar su reino en medio a las criaturas, y después,

como si fuera un Dios impotente, se obstaculizan los caminos, se cierran las

puertas, y Jesús tolera, y con paciencia invencible e indecible espera que se

abran las puertas y los caminos, toca a los corazones para encontrar quienes

serán aquellos que se ocuparán en hacer conocer su Divina Voluntad."

Mientras esto pensaba, mi dulce Jesús haciéndose ver todo bondad y ternura,

tanto, de romper los corazones más duros me ha dicho:

"Hija mía, si supieras cuánto sufro cuando quiero formar mis obras y

hacerlas conocer a las criaturas para darles el bien que contienen y no

encuentro quién tenga verdadero ánimo, deseo veraz y voluntad de hacer

vida suya mi obra para hacerla conocer, para dar a los demás la vida del bien

de mi obra que siente en sí mismo. Yo cuando veo estas disposiciones en

quien debe ocuparse, que Yo con tanto amor llamo y escojo para las obras

que me pertenecen, me siento tan atraído hacia él, que para hacer que haga

bien lo que Yo quiero, me abajo, desciendo en él y le doy mi mente, mi

boca, mis manos, y hasta mis pies, a fin de que en todo sienta la vida de mi

obra, y como vida sentida, no como cosa extraña a él, pueda sentir la

necesidad de darla a los demás. Hija mía, cuando un bien no se siente en

uno mismo como vida, todo termina en palabras, no en obras, y Yo quedo

fuera de ellos, no dentro, y por eso quedan como pobres lisiados, sin

inteligencia, ciegos, mudos, sin manos y sin pies, y Yo en mis obras no

quiero servirme de pobres lisiados, los hago a un lado, y no poniendo

atención al tiempo continúo girando para encontrar a los dispuestos que

deben servir a mi obra. Y así como no me cansé de girar los siglos y toda la

tierra para encontrar la más pequeña, para poner en su pequeñez el gran

depósito de los conocimientos de mi Divina Voluntad, así no me cansaré de

girar y volver a girar la tierra para encontrar a los realmente dispuestos, que

apreciarán como vida lo que he manifestado sobre el Fiat Divino, y éstos

harán cualquier sacrificio para hacerlo conocer. Por eso no soy el Dios

impotente, sino más bien aquel Dios paciente, que quiero que mis obras se

hagan con decoro y por personas que lo hagan voluntariamente, no forzadas,

porque la cosa que más aborrezco en mis obras, es que la criatura lo haga

forzadamente, como si Yo no mereciera sus pequeños sacrificios; y por

decoro de una obra tan grande, cual es el hacer conocer mi Divina Voluntad,

no quiero servirme de pobres lisiados, porque quien no tiene verdadera

voluntad de hacer un bien, es siempre una herida que hace a su alma

dejándola lisiada, sino quiero servirme de personas que suministrándoles mis

miembros divinos, la hagan con decoro, como merece una obra que tanto

bien debe aportar a las criaturas y gran gloria a mi Majestad."

 

 

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Octubre 7, 1929

El Fiat Divino es inseparable de sus obras.

Momento terrible de la caída de Adán.

 

Me sentía inmersa en el Fiat Divino, su Luz me circundaba por todas

partes, por dentro y por fuera, y mi dulce Jesús haciéndose ver me ha

estrechado entre sus brazos, y acercándose a mi boca, desde la suya me

mandaba su aliento a la mía, pero tan fuerte que yo no podía contenerlo.

¡Oh! cómo era suave, dulce, fortificante su aliento, me sentía renacer a

nueva vida, y mi siempre amable Jesús me ha dicho:

"Hija mía, todo lo que sale de nuestras manos creadoras contiene

conservación y creación continua; si nuestro acto creador y conservador se

retirase del cielo, del sol, y de todo el resto de la Creación, todo perdería la

vida, porque siendo la Creación la nada, necesitan en ellos la obra del Todo

para conservarse. He aquí por qué nuestras obras son inseparables de

Nosotros, y lo que no está sujeto a separarse se ama siempre, se tiene

siempre bajo la mirada, y forman una sola cosa, la obra y aquél que la ha

creado. Nuestro Fiat que se pronunció en el acto de crear todas las cosas, se

quedó en acto de decirse siempre para constituirse acto y vida perenne de

toda la Creación. Nosotros al obrar, no es como en el hombre que no pone

su respiro, su latido, su vida, su calor, en su obra, y por eso su obra se puede

separar de él, ni la ama con amor invencible y perfecto, porque de lo que se

vuelve separable el hombre puede hasta llegar a olvidarse de su obra, en

cambio Nosotros en nuestras obras, es vida que ponemos, y se ama tanto,

que para conservarla hacemos correr siempre nuestra Vida en nuestra obra, y

si vemos peligro, como fue del hombre, ponemos nuestra Vida para salvar la

vida que corre en nuestra obra.

Ahora hija mía, tu vivir en nuestro Fiat Divino comenzó al pedirte tu

voluntad, que tú voluntariamente me cediste, y Yo cuando te vi darme tu

querer me sentí victorioso, y dándote mi aliento quise pronunciar mi Fiat

Omnipotente en el fondo de tu alma para renovar el acto de la creación; este

Fiat lo repito siempre para darte vida continua en Él, y conforme se repite te

conserva a ti y mantiene su Vida en ti. He aquí por qué me sientes que

frecuentemente dándote mi aliento renuevo tu alma, y la inseparabilidad que

siento es mi Voluntad Divina que me hace amar con amor perenne lo que

hemos depositado en ti; cada vez que se repite mi Fiat, cada verdad suya que

te manifiesta, cada conocimiento suyo o palabra que te dice, es un amor que

 

 

2219

surge en Nosotros para amarte de más y para hacerse amar. Es nuestro Fiat

creador y conservador que amando su Vida y lo que ha hecho en ti, se

pronuncia siempre para conservar su Vida y la belleza de su obra. Por eso sé

atenta a recibir continuamente la palabra de mi Fiat, que es portador de

creación, de vida y de conservación."

Después de esto estaba haciendo mi giro para seguir los actos del Fiat

Divino en la Creación, y habiendo llegado al edén me he detenido en el

momento en que el hombre rechazó la Voluntad Divina para hacer la suya.

¡Oh! cómo comprendía bien el gran mal de hacer la voluntad humana, y mi

amado Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:

"Hija mía, cierto que fue terrible el momento de la caída de Adán; en

cuanto rechazó nuestro Querer Divino para hacer el suyo, nuestro Fiat estaba

en acto de retirarse del cielo, del sol, y de toda la Creación para resolverla en

la nada, porque aquél que había rechazado nuestra Divina Voluntad, no

merecía más que nuestro Fiat mantuviera el acto continuo de creación y

conservación en toda la Creación, hecha por amor del hombre y dada a él

como don de su Creador. Si no hubiera sido porque el Verbo Eterno ofreció

sus méritos previstos del futuro Redentor, como los ofrecí para preservar a la

Virgen Inmaculada de la culpa original, todo se hubiera ido a la ruina; el

cielo, el sol, se habrían retirado en nuestra fuente, y retirándose nuestra

Divina Voluntad, todas las cosas creadas hubieran perdido la vida. Pero

presentándose el Verbo humanado ante la Divinidad, y haciendo presentes

sus méritos previstos, todas las cosas se mantuvieron en su puesto, y mi Fiat

continuó su obra creadora conservadora, esperando a mi Humanidad para

hacerle el don legítimo que merecía, tan es verdad, que se hizo solemne

promesa al hombre, después de su caída, que habría descendido el futuro

Redentor para salvarlo, a fin de que rogara y se dispusiera a recibirlo. Todo

hizo nuestra Voluntad, y con justicia tenía derecho sobre todo; el hombre

con hacer su voluntad humana le quitaba sus derechos divinos, por eso no

merecía que el sol le diese la luz, y conforme la luz lo investía se sentía

arrancar los derechos de su luz, cada cosa creada que tomaba y gozaba, eran

tantos desgarros que le hacía. Si no hubiera sido por mi Humanidad, para el

hombre todo hubiera estado perdido. Por eso el no hacer mi Divina

Voluntad encierra todos los males, y perder todos los derechos, del Cielo y

de la tierra; el hacerla encierra todos los bienes, y hace adquirir todos los

derechos humanos y divinos."

Octubre 12, 1929

Con vivir en el Divino Querer, el querer humano asciende y el

Divino desciende. Cómo se adquieren las prerrogativas divinas.

 

 

 

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Estaba haciendo mi acostumbrado giro en el Fiat Divino, y llamando

todo lo que había hecho en la Creación y Redención, los ofrecía a la

Majestad Divina para impetrar que la Divina Voluntad fuese conocida, a fin

de que reine y domine en medio a las criaturas. Pero mientras esto hacía

pensaba entre mí: "¿Cuál es el bien que hago con repetir siempre estos

giros, actos y ofrecimientos? Y mi amable Jesús moviéndose en mi interior

me ha dicho:

"Hija mía, cada vez que giras en nuestras obras y te unes a los actos

que hizo mi Fiat en la Creación y Redención para ofrecérnoslos, tú das un

paso hacia el Cielo y mi Divina Voluntad da una paso hacia la tierra, así que

conforme tú subes, Ella desciende, y mientras queda inmensa se

empequeñece y se encierra en tu alma para repetir junto contigo tus actos,

tus ofrecimientos, tus oraciones, y Nosotros sentimos que nuestro Querer

Divino ruega en ti; sentimos salir de ti su respiro; sentimos su latido, que

mientras late en Nosotros, al mismo tiempo late en ti; sentimos la potencia

de nuestras obras creadoras, que alineándose en torno a Nosotros, ruegan

con nuestro poder divino que nuestra Divina Voluntad descienda a reinar

sobre la tierra; mucho más, porque en lo que tú haces no eres una intrusa, o

bien un individuo que no ocupando ningún oficio no tiene ningún poder,

sino que has sido llamada, y en modo especial te ha sido dado el oficio de

hacer conocer nuestra Divina Voluntad y de impetrar que nuestro reino sea

constituido en medio a la familia humana. Por eso hay gran diferencia entre

quien ha recibido un oficio de Nosotros, y entre quien no ha recibido ningún

empeño. Quien ha recibido un oficio, todo lo que hace lo hace con derecho,

con libertad, porque tal es nuestra Divina Voluntad, ella representa a todos

aquellos que deben recibir el bien que queremos dar por medio del oficio a

ella dado, así que no eres sólo tú la que das un paso hacia el Cielo, sino

todos aquellos que conocerán mi Divina Voluntad, y Ella descendiendo,

desciende por medio tuyo en todos aquellos que la harán reinar, por eso el

único medio para obtener el reino del Fiat Divino, es servirte de nuestras

obras para obtener un bien tan grande."

Después continuaba siguiendo los actos de la Divina Voluntad, y

habiendo llegado al punto cuando llamó de la nada a la Soberana Reina, me

he detenido a comprenderla; toda bella, majestuosa, sus derechos de Reina

se extendían a todas partes, Cielo y tierra doblaban las rodillas para

reconocerla como Emperatriz de todos y de todo, y yo desde el fondo de mi

corazón veneraba y amaba a la Soberana Señora, y de pequeña cual soy

quería dar un salto sobre sus rodillas maternas para decirle: "Mamá Santa,

toda bella Tú eres, y tal eres porque viviste de Voluntad Divina. ¡Ah! Tú

 

 

2221

que la posees, pídele que descienda sobre la tierra y venga a reinar en medio

a tus hijos." Pero mientras esto hacía, mi adorado Jesús ha agregado:

"Hija mía, mi Madre, aunque no hubiera sido mi Madre, sólo porque

hizo perfectamente la Divina Voluntad y no conoció otra vida, y vivió en la

plenitud de Ella, en virtud del vivir siempre de mi Fiat habría poseído todas

las prerrogativas divinas, lo mismo habría sido Reina, la más bella de todas

las criaturas, porque donde reina mi Fiat Divino quiere dar todo, no se queda

con nada, es más, la ama tanto, que haciendo uso de sus estratagemas

amorosas se esconde, se empequeñece en la criatura, amando el hacerse

dominar por ella. En efecto, ¿no fue un dominar lo que hizo la Soberana del

Cielo de mi Querer Divino, que llegó a hacerme concebir y a esconderme en

su seno? ¡Oh! si todos conocieran qué sabe hacer y qué puede hacer mi

Querer Divino, harían todos los sacrificios para vivir sólo de mi Voluntad."

Octubre 15, 1929

Cómo todos están a la expectativa de la narración de la

historia de la Divina Voluntad. Vacío de los actos de la

criatura en la Divina Voluntad.

Me sentía inmersa en el Fiat Divino; ante mi pobre mente veía toda la

Creación y los grandes prodigios obrados por la Divina Voluntad en Ella.

Parecía que cada cosa creada quisiera narrar lo que poseía del gran Fiat

Divino para hacerlo conocer, amar y para glorificarlo. Mientras mi mente se

perdía en mirar la Creación, mi dulce Jesús ha salido de dentro de mi interior

y me ha dicho:

"Hija mía, todos están a la expectativa de la narración del gran poema

de la Divina Voluntad, y como la Creación fue el primer acto externo del

obrar de mi Fiat, por eso contiene el principio de su historia de cuanto ha

hecho por amor de la criatura; he aquí la causa por la que queriéndote decir

toda la historia de mi Querer Divino, he encerrado dentro toda la historia de

la Creación, con tantos particulares y modos simples y especiales, para que

tú y todos conozcan qué cosa ha hecho y qué quiere hacer mi Fiat Divino, y

sus justos derechos por los que quiere reinar en medio a las generaciones

humanas. Todo lo que se hizo en la Creación no es conocido del todo por

las criaturas: el amor que tuvimos al crearla, cómo cada cosa creada lleva

una nota de amor distinta la una de la otra y encierra dentro un bien especial

a las criaturas, tan es verdad, que la vida de ellas está atada con vínculos

indisolubles con la Creación, y si la criatura se quisiera sustraer de los bienes

 

 

2222

de la Creación no podría vivir, ¿quién le daría el aire para respirar, la luz

para ver, el agua para beber, el alimento para nutrirse, la tierra sólida para

hacerla caminar? Y mientras mi Divina Voluntad tiene su acto continuo, su

Vida y su historia para hacerse conocer en cada cosa creada, la criatura la

ignora y vive de Ella sin conocerla. Por eso todos están a la expectativa, la

misma Creación, porque quieren hacer conocer un Querer tan santo, y el

haberte hablado de la misma Creación y de lo que mi Fiat Divino hace en

Ella con tanto amor, muestra su gran deseo de que quiere ser mejor

conocida, mucho más que el bien no conocido, no lleva vida ni los bienes

que posee. Por eso mi Voluntad está como estéril en medio a las criaturas,

no puede producir la plenitud de su Vida en cada una de ellas, porque no es

conocida."

Después de esto sentía en mí una fuerza interna que quería seguir

todos los actos que el Fiat Divino había hecho en la Creación y Redención,

pero mientras esto hacía pensaba entre mí: "¿Cuál es el bien que hago

queriendo en todo seguir al Querer Divino? Y mi amado Jesús ha agregado:

"Hija mía, tú debes saber que todo lo que mi Querer Divino ha hecho,

tanto en la Creación como en la Redención, lo ha hecho por amor de las

criaturas, y para que éstas, conociéndolo, subieran en su acto para mirarlo,

amarlo y unir el acto de ellas al suyo para hacerle compañía, y poner aunque

sea una coma, un punto, una mirada, un te amo, a las tantas obras grandes y

prodigios divinos que mi Fiat en el ímpetu de su Amor ha hecho para todos.

Ahora, cuando tú lo sigues en sus actos, siente tu compañía, no se sentirá

solo, siente tu pequeño acto, tu pensamiento que sigue su acto, así que se

siente correspondido; en cambio si tú no lo siguieras, sentiría el vacío de ti y

de tus actos en la Inmensidad de mi Querer Divino, y con dolor gritaría:

‘¿Dónde está la pequeña hija de mi Querer? No me la siento en mis actos,

no gozo sus miradas que admiran lo que hago para darme un gracias, no oigo

su voz que me dice te amo, ¡oh! cómo me pesa la soledad.’ Y te haría oír

sus gemidos en el fondo de tu corazón diciéndote: ‘Sígueme en mis obras,

no me dejes solo.’ Entonces, el mal que harías sería formar el vacío de tus

actos en mi Divina Voluntad; y si lo haces, harías el bien de hacerles

compañía, y si supieras cuánto apreciamos la compañía en el obrar, estarías

más atenta. Y así como mi Fiat Divino sentiría el vacío de tus actos si no lo

sigues, así sentirías tú el vacío de sus actos en tu voluntad, y te sentirías sola,

sin la compañía de mi Voluntad Divina que ama el ocuparte tanto, para no

hacerte sentir más que tu querer vive en ti."

 

 

2223

Octubre 18, 1929

Belleza de la Creación. Dios está, para quien vive en la Divina

Voluntad, en acto de crear siempre. La criatura que vive

en el Querer Divino duplica el Amor de Dios para amarlo.

Los dos brazos: Inmutabilidad y firmeza.

 

Me sentía en la Inmensidad de la Luz del Fiat Divino, y en esta Luz se

veía alineada toda la Creación como parto de Él, que queriéndose recrear de

sus obras, parecía como si estuviese en acto de crearlas y de hacerlas

siempre con el conservarlas, y mi amable Jesús, saliendo de dentro de mi

interior, en acto de mirar la Creación para glorificarse por medio de sus

obras me ha dicho:

"Hija mía, cómo es bella la Creación, cómo nos glorifica, cómo alaba

la Potencia de nuestro Fiat; no es otra cosa que un acto solo de nuestro

Querer Divino, y si se ven tantas cosas distintas la una de la otra, no son otra

cosa que los efectos de su único acto que jamás cesa, y que contiene su acto

obrante continuo. Y como nuestro acto posee en naturaleza, como propiedad

toda suya: Luz, Inmensidad, imperio y multiplicidad de efectos

innumerables, por eso no es maravilla que en cuanto nuestro Fiat formó su

único acto, salieron inmensidad de cielo, sol brillantísimo, vastedad de mar,

viento imperante, belleza de floraciones, especies de todo género, potencia

que como si fuera un soplo ligero, con él mantiene suspendida a toda la

Creación como una pequeña pluma, sin ningún apoyo, encerrada sólo en su

Fuerza creadora. ¡Oh Potencia de mi Fiat, cómo eres insuperable e

inalcanzable. Ahora, tú debes saber que sólo en el alma donde reina mi

Querer Divino, siendo que Él reina en toda la Creación, lo que hace el alma

se une al acto único que hace mi Querer en la Creación, para recibir el

depósito de todo el bien que fue hecho en ella, porque esta gran máquina del

universo fue hecha para darla a la criatura, pero a aquélla que habría hecho

reinar a nuestro Querer Divino; es justo que no salgamos de nuestra

finalidad prefijada, y que la criatura reconozca y reciba nuestro don; ¿pero

cómo puede recibirlo si no está en nuestra casa, esto es, en nuestra Divina

Voluntad? Le faltaría la capacidad de recibirlo y el espacio donde

contenerlo, por eso sólo quien posee mi Querer Divino puede recibirlo. Él

se deleita con su único acto, como si estuviese en acto de crear por amor de

ella, le hace sentir su acto continuo de crear el cielo, el sol, y todo, y le dice:

‘¡Mira cuánto te amo, sólo por ti continúo creando todas las cosas, y para

tener de ti la correspondencia me sirvo de tus actos como materia para

 

 

2224

distender el cielo, como materia de luz para formar el sol, y así de todo lo

demás; por cuantos más actos hagas en mi Fiat, tanta más materia me

suministras para formar en ti cosas más bellas!’ Por eso tu vuelo en mi

Querer no se detenga jamás, y yo tomaré ocasión para siempre obrar en ti."

Después de esto continuaba mis actos en el Querer Divino, y haciendo

míos todos sus actos hechos en la Creación y Redención, los ofrecía a la

Divina Majestad como el más bello don que pudiera darle como

correspondencia de mi amor, y decía entre mí: "¡Oh! cómo quisiera tener un

cielo, un sol, un mar, una tierra florida y todo lo que existe, todo mío, para

poder dar a mi Creador un cielo mío, un sol que fuese mío, un mar y una

floritura, que le dijeran te amo, te amo, te adoro." Pero mientras esto

pensaba, mi amado Jesús, estrechándome entre sus brazos me ha dicho:

"Hija mía, para quien vive en nuestro Querer, todo es suyo; siendo uno

su querer con el nuestro, lo que es nuestro es suyo, así que puede decir con

toda verdad: ‘Os doy mi cielo, mi sol, y todo.’ El amor de la criatura se

eleva en nuestro Amor y se pone a la par con Nosotros; en nuestro Fiat

Divino la criatura duplica nuestro Amor, nuestra Luz, nuestra Potencia,

Felicidad y Belleza, y nos sentimos amados no sólo con nuestro mismo

Amor duplicado, sino con amor potente, con amor que nos rapta, con amor

que nos hace felices, y Nosotros viéndonos amados con amor duplicado por

parte de la criatura que vive en nuestro Querer, nos sentimos, por amor suyo,

de amar a todas las criaturas con amor duplicado, porque la criatura en

nuestro Fiat, su acto pierde la vida y adquiere nuestro acto como suyo,

nuestro acto posee la fuente de la Luz, de la Potencia, del Amor, la fuente de

la Felicidad y Belleza, y el alma puede duplicar, triplicar, multiplicar cuanto

quiere nuestras fuentes, y Nosotros, como está en nuestro Querer, la

hacemos hacer, le damos toda la libertad, porque lo que hace queda todo en

nuestra casa, nada sale de nuestros confines divinos e interminables, por eso

no hay ningún peligro de que la fuente de nuestros bienes pueda recibir daño

alguno. Por eso si tú estás siempre en nuestro Querer Divino, lo que es

nuestro es tuyo, y puedes darnos como tuyo lo que quieras."

Después me sentía afligida por muchas cosas que no es necesario

ponerlas sobre el papel, y mi amable Jesús ha agregado:

"Hija mía, ánimo, no quiero que te aflijas, quiero ver en tu alma la paz

y la alegría de la patria celestial, quiero que tu misma naturaleza dé un

perfume de Voluntad Divina, que es toda paz y felicidad. Ella se sentiría en

ti a disgusto y como comprimida en su Luz y Felicidad si no hay en ti paz y

felicidad perenne. Y además, ¿no sabes tú que quien vive en mi Fiat Divino

se forma dos brazos? Uno es la inmutabilidad, el otro brazo es la firmeza de

obrar continuamente. Con estos dos brazos tiene atado a Dios, en tal modo

 

 

2225

que no se puede desvincular de la criatura, y no sólo eso, sino que goza con

que la criatura lo tenga atado a ella. Así que no hay razón para afligirte,

cualquiera que sean las cosas, cuando tienes a un Dios que es todo tuyo. Por

eso tu pensamiento sea de vivir en aquel Fiat que te dio la vida para formar

Vida en ti, y Yo pensaré en el resto."

Octubre 21, 1929

Comparación entre la venida del

Verbo a la tierra y la Divina Voluntad.

 

Me sentía pensativa sobre el Fiat Divino, miles de pensamientos se

agolpaban en la mente de lo que mi dulce Jesús me había dicho sobre Él,

especialmente sobre su reinar, y decía entre mí: "¿Pero ahora reina sobre la

tierra la Divina Voluntad? Es verdad que se encuentra por todas partes, no

hay punto donde no exista, ¿pero tiene su cetro, su absoluto dominio en

medio a las criaturas?" Y mientras mi mente se perdía en tantos

pensamientos, mi amable Jesús saliendo de dentro de mí me ha dicho:

"Hija mía, mi Divina Voluntad reina. Ella se compara a Mí, Verbo

Eterno, que descendiendo del Cielo me encerré en el seno de mi Madre

Celestial; ¿quién sabía algo? Ninguno, ni siquiera San José lo sabía, al

principio de mi Concepción, que Yo ya estaba en medio de ellos, sólo mi

inseparable Mamá estaba al día de todo. Así que el gran portento de mi

descendimiento del Cielo a la tierra había sucedido en realidad, y mientras

con mi Inmensidad existía por todas partes, Cielos y tierra estaban inmersos

en Mí, con mi persona estaba encerrado en el seno materno de la Inmaculada

Reina, ninguno me conocía, era ignorado por todos. He aquí, hija mía, el

primer punto de comparación entre Yo, Verbo Divino, cuando descendí del

Cielo, y mi Divina Voluntad que hace su primer paso para venir a reinar

sobre la tierra. Así como Yo di mis primeros pasos hacia la Virgen Madre,

así Ella da sus primeros pasos en ti, y como te pidió tu querer y tú lo cediste,

formó súbito su acto primero de concepción en tu alma, y conforme te

manifestaba sus conocimientos dándote como tantos sorbos divinos, formaba

su Vida y daba principio a la formación de su reino. Pero por tanto tiempo,

¿quién sabía algo? Ninguno, sólo Yo y tú estábamos al día de todo, y

después de algún tiempo estuvo al día mi representante de lo que sucedía en

ti, aquél que te dirigía, símbolo de mi representante San José que debía

figurar como mi padre hacia las criaturas, y que tuvo el gran honor y don de

conocer que Yo ya estaba en medio de ellos.

 

 

2226

Después de los primeros pasos hice el segundo: Fui a Belén a nacer,

fui reconocido y visitado por los pastores de aquel lugar, pero no eran

personas influyentes, se tuvieron con ellos la bella noticia que Yo ya había

venido a la tierra, así que no se ocuparon en hacerme conocer, en divulgarme

por todas partes, y Yo continué siendo el Jesús escondido e ignorado por

todos, pero por cuan ignorado Yo ya estaba en medio a ellos; esto es símbolo

de mi Divina Voluntad: Frecuentemente han venido a ti, de lejos y de cerca

otros representantes míos, los cuales han escuchado la bella noticia del reino

de mi Divina Voluntad, sus conocimientos y cómo quiere ser reconocida,

pero quién por falta de influencia, y quién por voluntad, no se han ocupado

en divulgarla y ha quedado desconocida e ignorada, a pesar de que ya existe

en medio de ellos, pero como no es conocida no reina, reina sólo en ti, así

como Yo estaba solo con mi Mamá Celestial y con mi padre putativo San

José.

El tercer paso de mi venida sobre la tierra, el exilio, y en éste me tocó

que vinieron los santos magos a visitarme, los cuales hicieron un poco de

rumor al buscarme; esta búsqueda de Mí dio temor a Herodes, y en vez de

unirse para venir a encontrarme quería tramar contra mi Vida para

asesinarme, y Yo fui por necesidad obligado a exiliarme. Símbolo de mi

Divina Voluntad, frecuentemente parece que hacen rumor, que la quieren

hacer conocer con publicarla, ¿pero qué? Quién es presa del temor, quién

teme comprometerse, quién no acepta el sacrificarse, ahora con un pretexto y

ahora con otro todo termina en palabras, y mi Divina Voluntad queda

exiliada de en medio a las criaturas. Y así como no me fui al Cielo, sino que

me quedé en el exilio en medio a las criaturas, sólo con mi Divina Madre y

con San José que me conocían muy bien y formaba su paraíso en la tierra,

para los demás era como si no existiera, así mi Fiat, habiendo formado en ti

su Vida con todo el cortejo de sus conocimientos, si no recibe los efectos, la

finalidad por la que se ha hecho conocer, ¿cómo puede partir? Porque

Nosotros cuando decidimos hacer una obra, un bien, no hay quién nos

aparte, así que a pesar del exilio y de su escondimiento, como hice Yo, que

después de treinta años de Vida oculta hice mi Vida pública y me hice

conocer, así mi Querer Divino no podrá quedar siempre escondido, sino que

tendrá su intento de hacerse conocer para reinar en medio a las criaturas.

Por eso sé atenta y aprecia el gran don de mi Divina Voluntad en tu alma."

 

 

2227

Octubre 24, 1929

En la Divina Voluntad el alma tiene todo en su

poder, porque encuentra la fuente de las obras

divinas y las puede repetir cuanto quiere.

Me sentía toda abandonada en el Fiat Divino, siguiendo y ofreciendo

todos sus actos, tanto de la Creación como aquellos de la Redención, y

llegando a la Concepción del Verbo decía entre mí: "Cómo quisiera, en el

Querer Divino, hacer mía la Concepción del Verbo para poder ofrecer al

Ente Supremo el amor, la gloria, la satisfacción, como si otra vez el Verbo se

concibiera." Pero mientras esto decía, mi dulce Jesús se ha movido en mi

interior y me ha dicho:

"Hija mía, en mi Divina Voluntad el alma tiene todo en su poder, no

hay cosa que nuestra Divinidad haya hecho, tanto en la Creación como en la

Redención, de la que nuestro Fiat Divino no posea la fuente, porque Él no

pierde nada de nuestros actos, es más, es la depositaria de todo; y quien

posee nuestro Querer Divino posee la fuente de mi Concepción, de mi

nacimiento, de mis lágrimas, de mis pasos, de mis obras, de todo; nuestros

actos no se agotan jamás, y conforme hace memoria y quiere ofrecer mi

Concepción, viene renovada mi Concepción como si de nuevo me

concibiera, resurjo a nuevo nacimiento, mis lágrimas, mis penas, mis pasos y

obras resurgen a nueva vida y repiten el gran bien que Yo hice en la

Redención. Así que quien vive en nuestro Querer Divino es la repetidora de

nuestras obras, porque así como de la Creación nada se ha perdido de lo que

fue creado, así de la Redención, todo está en acto de surgir continuamente,

¿pero quién nos da el impulso? ¿Quién nos da la ocasión de mover nuestras

fuentes para renovar nuestras obras? Quien vive en nuestro Querer. En

virtud de Él la criatura toma parte en nuestra Fuerza creadora, por eso todo

puede hacer resurgir a nueva vida; ella, con sus actos, con sus ofrecimientos,

con sus súplicas, mueve continuamente nuestras fuentes, las cuales, movidas

como por un agradable vientecillo, formando olas y desbordando fuera

nuestros actos se multiplican y crecen al infinito. Nuestras fuentes están

simbolizadas por el mar, si el viento no lo agita y no vienen formadas las

olas, las aguas no desbordan fuera y las ciudades no quedan bañadas; así

nuestras fuentes de tantas obras nuestras, si nuestro Fiat Divino no las quiere

mover, o quien vive en Él no se da pensamiento de formar ningún vientecillo

con sus actos, si bien están llenas hasta el borde, pero no desbordan fuera

para multiplicar sus bienes en provecho de las criaturas.

 

 

2228

Además de esto, quien vive en nuestro Fiat Divino, conforme va

formando sus actos, estos suben al principio de donde salió la criatura, no

quedan en lo bajo, sino suben a lo alto para buscar el seno de Aquél de

donde salió el primer acto de su existencia, estos actos se alinean en torno al

principio que es Dios como actos divinos. Dios, al ver los actos de la

criatura en su Divina Voluntad, los reconoce como actos suyos y se siente

amado y glorificado como Él quiere, con su mismo Amor y con su misma

gloria."

Octubre 27, 1929

Por qué no podía venir el reino de la Divina Voluntad antes

de la venida de Nuestro Señor a la tierra. El injerto de

Jesucristo y el injerto de Adán.

Estaba haciendo mi giro en la Creación, e iba siguiendo todos los actos

hechos por el Fiat Divino desde el edén hasta el descendimiento del Verbo

Divino a la tierra; pero mientras esto hacía pensaba entre mí: "¿Y por qué

no vino el reino de la Divina Voluntad a la tierra antes de que descendiese el

Hijo de Dios del Cielo a la tierra?" Y mi dulce Jesús, tomando ocasión de lo

que yo pensaba, más bien me parece que cuando tiene ganas de hablarme me

da las reflexiones, me suscita las dudas, las dificultades, el deseo de saber

tantas cosas sobre su reino; en cambio, cuando no quiere hablarme, mi

mente calla, no sé reflexionar nada y recorro en su Luz los actos de la Divina

Voluntad. Entonces mi amable Jesús saliendo de dentro de mi interior me

ha dicho:

"Hija mía, el reino de mi Divina Voluntad no podía venir a la tierra

antes de mi venida, porque no había ninguna humanidad que poseyera, por

cuanto a criatura es posible, la plenitud de mi Fiat Divino, y no poseyéndola

no había ningún derecho, ni según el orden divino, ni según el orden

humano. El Cielo estaba cerrado, las dos voluntades, humana y Divina

estaban como en hostilidad; el hombre se sentía imposibilitado para pedir un

bien tan grande, tanto que ni siquiera lo pensaba; y Dios, por derecho de

justicia estaba imposibilitado para darlo. Dios y la criatura se encontraban

antes de mi venida a la tierra, como la tierra y el sol: La tierra no poseyendo

la semilla, que rompiéndola forma el brote para poder formar la planta de

aquella semilla; y el sol, no encontrando el brote, no puede comunicar los

efectos que posee para poder formar con su virtud vivificadora el desarrollo

y la formación de aquella planta. Así que tierra y sol están como extraños

 

 

2229

entre ellos, se puede decir, si tuvieran razón, que se mirarían como en

rivalidad, porque la tierra no puede producir y recibir aquel bien, y el sol no

lo puede dar. Así se encontraba la humanidad sin el germen de mi Fiat, y si

no está el germen es inútil esperar la planta. Ahora, con mi venida sobre la

tierra, el Verbo Divino se vistió de carne humana, con esto formó el injerto

al árbol de la humanidad. Mi Humanidad se prestó como semilla al Verbo

Eterno, y mi Voluntad Divina formó el injerto nuevo con mi voluntad

humana, con esto comenzó, siendo Yo la cabeza de todas las generaciones

humanas, el derecho de ambas partes, humana y divina, ellos de poder

recibir el reino de mi Divina Voluntad, y Dios de poderlo dar. Ahora, así

como cuando se hace un injerto, no de inmediato se asimila la fuerza de los

nuevos humores, sino va poco a poco asimilándolos, por eso da pocos frutos

al principio, pero conforme se va formando así los frutos crecen, son más

abundantes y sabrosos, hasta que se forma el árbol entero cargado de ramas

y de frutos. Tal es el injerto hecho por Mí al árbol de la humanidad, son

cerca de dos mil años y la humanidad no ha recibido todos los humores de

mi injerto, pero hay razón para esperar, porque está la semilla, el injerto, por

eso la criatura lo puede pedir y Dios se encuentra en la condición de darlo,

porque está mi Humanidad, que poseyendo en virtud del Verbo hecho carne

a mi Divina Voluntad por naturaleza, ha restituido los derechos al hombre y

a Dios. Por eso todo lo que Yo hice en la Redención, no es otra cosa que

preparativo, riego, cultivación, para dar desarrollo a este injerto celeste

hecho por Mí entre las dos voluntades, humana y Divina. Entonces, ¿cómo

podía venir el reino de mi Divina Voluntad antes de mi venida a la tierra, si

faltaba el injerto, el principio de su Vida, y el obrar en acto en el alma, y su

primer acto en el acto de la obra humana para extender su reino en cada acto

de ellas? Es verdad que mi Fiat Divino con su Potencia e Inmensidad

extendía su imperio dondequiera, pero en la voluntad humana no se

encontraba como principio de vida, sino sólo por Potencia e Inmensidad, se

encontraba en las condiciones que se encuentran sol y tierra: el sol inviste la

tierra con su luz, da sus efectos, pero la tierra no se vuelve sol, y el sol no se

vuelve tierra, porque sol y tierra no se funden juntos, de modo de formar la

vida el uno en la otra, y por eso son siempre cuerpos extraños que no se

asemejan, y por cuanto el sol la ilumina, la calienta, comunica sus

admirables efectos, no comunicando su vida, ni la tierra cede sus derechos

de vida en el sol, la tierra será siempre tierra y el sol será siempre sol. Así se

encuentra y se encontraba mi Divina Voluntad, hasta en tanto que el hombre

no ceda la suya en la mía, la mía no puede poner su principio de vida en la

voluntad humana, y la fusión de la Una y de la otra no puede suceder; la

criatura será siempre criatura sin la semejanza y la Vida de su Creador en el

 

 

2230

fondo de su alma, que sólo puede formarla mi Fiat Divino. Así que siempre

habrá desemejanza, distancia, a pesar de que mi Querer Divino la ilumina y

le comunica sus admirables efectos por su Bondad y liberalidad, y por efecto

de Potencia y de Inmensidad que por su naturaleza posee.

Mucho más que Adán con pecar, con el hacer su voluntad humana, no

sólo formó la polilla a la raíz del árbol de la humanidad, sino que agregó el

injerto, y este injerto comunicó todos los malos humores que en el curso de

los siglos debía producir en el árbol de la humanidad el injerto de Adán. En

un principio un injerto no puede producir ni grandes bienes ni grandes

males, sino sólo el principio, o del mal o del bien, en efecto, Adán no hizo

todos los males de las generaciones humanas, pero apenas hizo el injerto y

fue causa de torrentes de males, mucho más que no tuvo pronto el injerto

contrario de mi venida a la tierra, sino que debieron pasar siglos y siglos, así

que los humores malos crecían y los males se multiplicaban, por eso no se

pensaba en el reino de mi Voluntad. Pero cuando Yo vine a la tierra, con mi

Concepción formé el injerto contrario al árbol de la humanidad, y los males

comenzaron a detenerse, los malos humores a destruirse, así que hay toda la

esperanza de que el reino de mi Divina Voluntad pueda formarse en medio

de las generaciones humanas. Las tantas verdades que te he manifestado

sobre mi Fiat Divino son sorbos de vida, de los cuales, quién riega, quién

cultiva, quién aumenta los humores al árbol de la humanidad injertado por

Mí. Así que si en el árbol de mi Humanidad ha entrado la Vida de mi Fiat

Divino y ha formado el injerto, hay todo para esperar que mi reino tenga su

cetro, su justo dominio y su mando en medio a las criaturas. Por eso ruega y

no dudes."

Octubre 30, 1929

Quien vive en el Querer Divino puede girar en todas

las obras de Dios, y adquiere los derechos divinos.

El dulce encanto del Fiat Omnipotente, con su Luz me tiene como

eclipsada en Él, y yo no sé ver otra cosa que todos sus actos, para poner en

ellos, como sello, mi "te amo" sobre cada uno para pedirle el reino de su

Divina Voluntad en medio de las criaturas. Mi mente veía una gran rueda de

Luz que llenaba toda la tierra, y mientras el centro de la rueda era toda una

Luz, al derredor de ella sobresalían tantos rayos por cuantos actos había

hecho el Fiat Divino, y yo pasaba de un rayo a otro para poner en ellos el

sello de mi "te amo", para dejarlo en cada rayo y pedirle continuamente el

 

 

2231

reino de su Divina Voluntad. Ahora, mientras esto hacía, mi siempre amable

Jesús saliendo de mi interior me ha dicho:

"Hija mía, quien vive en mi Divino Querer y forma sus actos en Él,

estos actos permanecen como trabajo de la criatura que ponen a Dios en

condición de cederle los derechos de un reino tan santo, por consiguiente los

derechos de hacerlo conocer y hacerlo reinar sobre la tierra, porque el almaque vive en mi Fiat readquiere todos los actos de Él hechos por amor de las

criaturas; Dios la vuelve conquistadora no sólo de su Querer, sino de toda la

Creación, no hay acto de Él en el cual la criatura no ponga su acto, aunque

fuera un ‘te amo’, un ‘te adoro’, etc. Entonces, habiendo puesto de lo suyo,

Dios queda todo empeñado y mi Fiat se siente feliz de que finalmente ha

encontrado a la afortunada criatura a la que puede dar lo que Él quería dar

con tanto amor desde el principio de la creación de todo el universo. Por eso

la criatura con vivir en mi Querer Divino entra en el orden divino, se vuelve

propietaria de sus obras, y con derecho puede dar y pedir para los demás lo

que es suyo, y como vive en Él, sus derechos son divinos, y con derecho

divino, no humano, pide, cada acto suyo es una llamada que hace a su

Creador y con su mismo imperio divino le dice: ‘Dame el reino de tu Divina

Voluntad a fin de que pueda darlo a las criaturas, para que reine en medio a

ellas y todas te amen con amor divino y todas estén reordenadas en Ti.’

Ahora, tú debes saber que cada vez que giras en mi Voluntad para poner de

lo tuyo, es un derecho divino de más que adquieres para pedir un reino tan

santo; he aquí el por qué mientras giras en Ella se te ponen delante todas las

obras de la Creación, y todas las de la Redención se alinean en torno a ti

esperándote para recibir cada una tu acto, para darte la correspondencia del

acto de nuestras obras, y tú las vas encontrando una por una para

reconocerlas, abrazarlas, para poner en ellas tu pequeño ‘te amo’, tu beso de

amor para hacer adquisición de ellas. En nuestro Fiat no hay tuyo ni mío

entre Creador y criatura, sino que todo es común, y por eso con derecho

puede pedir lo que quiere. ¡Oh! cómo me sentiría afligido y doliente si mis

tantas penas y actos míos hechos estando en la tierra, la pequeña hija de mi

Querer Divino ni siquiera los reconociera, ni busca cortejar con su amor y

con su acto el mío; ¿cómo podría darte el derecho si no los reconocieras?

Mucho menos podrías hacerlos tuyos. El reconocer nuestras obras es no

sólo derecho que cedemos, sino posesión. Por eso si quieres que mi Divina

Voluntad reine, gira siempre en nuestro Fiat, reconoce todas nuestras obras,

desde la más pequeña a la más grande, pon tu pequeño acto en cada una de

ellas, y todo te será concedido."

 

 

2232

Noviembre 6, 1929

Jesús, centro de la Creación. La palabra, desahogo del alma;

valor de ella. Quién es la portadora de las obras de Dios.

Mi abandono en el Fiat continúa, y me parece que toda la Creación y

las tantas obras que encierra son mis amadas hermanas, pero tan vinculadas

conmigo que somos inseparables, porque una es la Voluntad que nos anima,

y todo lo que hizo mi dulce Jesús estando en la tierra forma mi vida, así que

me siento como empastada con Jesús y con todos sus actos. Entonces me

sentía circundada por todo, y en el centro de todas las cosas veía a mi dulce

Jesús taciturno, que si bien en medio a tantas obras, todo era silencio y notenía a quién decir una palabra, las obras más bellas estaban mudas para Él.

Entonces, atrayéndome a Él me ha dicho:

"Hija mía, Yo soy el centro de toda la Creación, pero centro aislado,

todo me está alrededor, todo depende de Mí, pero como las cosas creadas no

tienen razón no me hacen compañía, me dan gloria, me honran, pero no

rompen mi soledad: el cielo no habla, el sol es mudo, el mar alborota con

sus olas, calladamente murmura, pero no habla. Es la palabra la que rompe

la soledad, dos seres que intercambian con palabras sus pensamientos, los

afectos, y lo que quieren hacer, es la alegría más bella, la fiesta más pura, la

compañía más dulce; sus secretos manifestados en palabras forman la más

amada armonía. Y si estos dos seres se combinan en sus sentimientos, en los

afectos y uno ve su voluntad en el otro, es la cosa más grata que puede

existir, porque el uno siente su vida en el otro. Gran don es la palabra, es la

desembocadura del alma, el desahogo del amor, es la puerta de

comunicación, es el intercambio de las alegrías y de los dolores; la palabra

es la corona de las obras. En efecto, ¿quién formó y coronó la obra de la

Creación? La palabra de nuestro Fiat, conforme hablaba salían los portentos

de nuestras obras, una más bella que la otra; la palabra formó la corona más

bella a la obra de la Redención, ¡oh! si Yo no hubiese hablado el evangelio

no existiría, y la Iglesia no tendría qué enseñar a los pueblos. El gran don de

la palabra tiene más valor que todo el mundo entero.

Ahora hija de mi Querer Divino, ¿quieres tú saber quién rompe mi

soledad en medio a tantas obras mías? Quien vive en mi Divina Voluntad,

esta criatura viene en medio a este centro y me habla, me habla de mis obras,

me dice que me ama por cada una de las cosas creadas, me abre su corazón y

me habla de sus íntimos secretos, me habla de mi Fiat Divino y de su dolor

 

 

2233

porque no lo ve reinar, y mi corazón al oírla siente su mismo amor y dolor

en ella, se siente como retratado, y conforme habla, mi corazón divino se

inflama de amor, de alegría, y no pudiendo contenerlo abro mi boca y hablo,

hablo largamente; abro mi corazón y vacío mis más íntimos secretos en el

suyo, le hablo de mi Querer Divino como fin único de todas nuestras obras,

y mientras hablo siento la verdadera compañía, pero compañía hablante, no

muda, compañía que me entiende, que me hace feliz y que puedo verterme

en ella. ¿No han sido tal vez desahogos de amor, transfusiones de vida del

uno en el otro, lo que hacíamos con todo lo que te manifestaba de mi Querer

Divino y que mientras te hablaba servía para entretenernos y para formar la

más dulce y agradable compañía? Un alma que vive en mi Divina Voluntad

es todo para Mí, me suple al mutismo de mis obras; ella me habla por todo,

me hace feliz, y Yo no me siento solo, y teniendo a quién dar el gran don de

mi palabra, no quedo más el Jesús mudo que no tiene a quién decir una

palabra y que si quiero hablar, si no está mi Fiat no soy entendido, sino el

Jesús que habla y que tiene su compañía."

Después, mi pobre y pequeña mente continuaba perdiéndose en el Fiat

Divino, y mi amable Jesús ha agregado:

"Hija mía, mi Divina Voluntad simplifica a la criatura, la vacía tanto

de todo lo que a Ella no pertenece, que no queda otra cosa del ser humano

que un complejo de simplicidad: simple la mirada, la palabra, los modos,

los pasos; en ella, como dentro de un espejo se ve el sello de la simplicidad

divina, por eso cuando mi Querer Divino reine sobre la tierra, no existirá

más el fingimiento, la mentira, que se puede llamar principio de todo mal,

mientras la simplicidad, como principio de todo verdadero bien, será la

característica que mostrará que aquí reina la Divina Voluntad. Ahora, tú

debes saber que es tanto nuestro amor por quien se hace dominar por nuestro

Fiat Divino, que todo lo que queremos que haga la criatura viene formado

primero en Dios mismo, y después pasa en ella, y como su voluntad y la

nuestra es una, lo tiene como acto suyo y nos lo repite cuantas veces lo

queremos. Así que quien vive en nuestro Querer Divino es la portadora de

nuestras obras, la copiadora y la repetidora continua de ellas. Con el ojo de

luz que posee, dado por mi Querer, mira fijamente en su Creador para ver

qué cosa está haciendo, para absorberlo en sí para decirle: ‘No quiero hacer

otra cosa sino lo que hace vuestra Majestad adorable.’ Y Nosotros nos

sentimos doblemente felices, no porque no seamos felices sin la criatura,

porque en Nosotros la felicidad es naturaleza, sino porque vemos a la

criatura feliz, que en virtud de nuestro Querer se acerca a nuestra semejanza,

ama con nuestro Amor y nos glorifica con nuestras mismas obras. Sentimos

 

 

2234

que la Potencia creadora de nuestro Fiat nos reproduce y forma nuestra Vida

y nuestras obras en la criatura."

Noviembre 10, 1929

Sólo los pequeños entran a vivir en la Divina Voluntad. Ejemplo

del niño. Diferencia entre la creación del universo y la del hombre.

El Fiat Divino me absorbe toda en su Luz, y esta Luz para darme su

primer acto de vida, me palpita en el corazón y me hace sentir el latido de su

Luz, el latido de su Santidad, de su Belleza y Potencia creadora, y mi

pequeña alma me la siento como una esponja toda empapada en estos latidos

divinos, y no pudiendo contenerlo todo por mi pequeñez, y sintiéndose

quemada por los rayos ardientes del Sol del Fiat Divino, penando va

repitiendo: Fiat, Fiat, ten piedad de mi pequeñez, siento que no puedo

contener tu Luz, soy demasiado pequeña, por eso Tú mismo forma el vacío,

ensánchame, así podré contener más Luz, a fin de no quedar sofocada por

esta Luz, que no me es dado el poderla abrazar toda para encerrarla en mi

pequeña alma. Pero mientras esto pensaba, mi dulce Jesús me ha dicho:

"Mi pequeña hija, ánimo, es verdad que eres demasiado pequeña, pero

tú debes saber que en mi Fiat Divino sólo los pequeños entran a vivir en su

Luz, y a cada acto que hacen estos pequeños en mi Divina Voluntad, sofocan

la voluntad de ellos, dándole una dulce muerte al querer humano, porque en

la mía no hay ni puesto ni lugar para hacerlo obrar; el querer humano no

tiene ni razón ni derecho, pierde su valor delante a una Voluntad, razón y

derecho divino. Sucede entre Voluntad Divina y humana, como podría

suceder a un pequeño niño, que por sí solo le parece que sabe decir y que

puede hacer alguna cosa, pero si es puesto junto a uno que posee todas las

ciencias y es perito en las artes, el pobre pequeño pierde su valor, queda

mudo y no sabe hacer nada, y queda fascinado y extasiado del bello decir y

del buen obrar del sabio. Hija mía, así es como sucede, el pequeño sin el

grande se siente que es alguna cosa, en cambio ante el grande se siente más

pequeño de lo que es. Mucho más delante a la alteza e Inmensidad de mi

Divina Voluntad.

Ahora, tú debes saber que cuantas veces el alma obra en mi Divina

Voluntad se vacía de la suya, y forma tantas puertas para hacer entrar por

ellas a la mía; sucede como a una casa que pudiese poseer el sol dentro de

ella, cuantas más puertas haya, tantos rayos de más salen por cada una de las

puertas; o bien como un metal que fuera agujerado, puesto de frente al sol,

 

 

2235

cuantos más agujeros tiene, cada pequeño agujero se llena de luz y posee el

rayo de luz. Tal es el alma, cuantos más actos hace en mi Divina Voluntad,

tantas entradas de más le da, en modo de dejarla toda irradiada de la Luz de

mi Fiat Divino."

Después de esto estaba siguiendo mi giro en la Creación para seguir

los actos del Fiat Supremo hechos en ella, y mi dulce Jesús ha agregado:

"Hija mía, hay gran diferencia entre la creación de todo el universo y

la creación del hombre; en la primera estuvo nuestro acto creativo y

conservativo, y después que fue todo ordenado y armonizado, nada de nuevo

agregamos más. En cambio, en la creación del hombre no sólo ha estado el

acto creativo y conservativo, sino que se agregó el acto activo, y de una

actividad siempre nueva, y esto porque el hombre era creado a nuestra

imagen y semejanza, y siendo el Ente Supremo un acto nuevo continuado,

también el hombre debía poseer el acto nuevo de su Creador, que en algún

modo lo asemejase, y por eso, dentro y fuera de él quedó nuestro acto activo

de continua novedad, y en virtud de este nuestro acto activo el hombre puede

ser y es, nuevo en los pensamientos, nuevo en las palabras, nuevo en las

obras, ¿cuántas novedades no salen del género humano? Y si el hombre no

da su acto nuevo continuado sino a intervalos, es porque no se hace dominar

por mi Divina Voluntad. ¡Cómo fue bella la creación del hombre, en ella

estuvieron nuestro acto creativo, conservativo y activo, le infundimos como

vida en su alma a nuestra Divina Voluntad, y pusimos como sangre de su

alma nuestro Amor. Es por esto por lo que lo amamos tanto, porque él no

sólo es obra nuestra, como todo el resto de la Creación, sino que posee parte

de nuestra Vida, en modo real, sentimos en él la vida de nuestro Amor,

¿cómo no amarlo? ¿Quién no ama las cosas propias? Y si no las amara iría

contra naturaleza. Por eso nuestro Amor hacia el hombre da en lo increíble;

pero la razón es clara, lo amamos porque ha salido de Nosotros, es hijo

nuestro y parto de Nosotros mismos. Y si el hombre no nos cambia su amor

con el nuestro, si no nos cede su voluntad para retener la nuestra, es más que

un bárbaro y cruel en contra de su Creador y contra de sí mismo, porque no

reconociendo a su Creador y no amándolo, se forma dentro y fuera de sí un

laberinto de miserias, de debilidades y pierde su verdadera felicidad. Con

rechazar nuestra Divina Voluntad se pone a distancia con su Creador,

destruye el principio de su creación, consumiendo la sangre de nuestro Amor

en su alma para hacer correr el veneno de su voluntad humana. Por eso,

hasta que nuestra Voluntad no sea reconocida y no forme su reino en medio

a las criaturas, el hombre será siempre un ser desordenado y sin la semejanza

de Aquél que lo ha creado."

 

 

2236

Noviembre 14, 1929

Cómo los derechos de la Creación son justos y santos; ejemplo del

sol, y cómo quien vive en la Divina Voluntad es el verdadero sol.

Estoy siempre en mi amada heredad del Fiat Divino, cuanto más

adentro estoy, más siento amarla, cuanto más camino en ella, tanto más se

descubre, más se hace conocer y me dice: "Vive siempre en tu preciosa

heredad, que con tanto amor te ha sido dada; ella es tuya, será siempre tuya,

inseparable de ti, jamás permitiré que mi pequeña hija no sienta el latido de

mi Luz, el respiro de mi aire balsámico, la Vida de mi Divina Voluntad."

Pero mientras mi pequeña mente se perdía en el Querer Divino, mi amable

Jesús saliendo de dentro de la misma Luz del Fiat Divino me ha dicho:

"Hija mía, el sol, porque posee la fuerza de la unidad de su Luz dada a

él por su Creador, ella no está sujeta a dividirse, ni siquiera a perder una

pequeña gota de luz; así que en virtud de esta fuerza única de luz que posee

el sol, no hay cosa que toque, que invista, a la que no dé sus preciosos

efectos. El sol parece que se divierte con la tierra, da su beso de luz a cada

una de las criaturas, a cada planta, abraza a todos con su calor, parece que

sopla y comunica los colores, la dulzura, los sabores, y mientras más

generoso en dar sus efectos, otro tanto es celoso de no ceder a ninguna cosa

un sola gota de luz, de la tanta luz que posee, ¿y por qué esto? Porque

quiere mantener los derechos de su creación y no perder nada de lo que Dios

le donó. ¡Oh, si el sol perdiese su luz, iría a terminar poco a poco en no ser

más sol! Los primeros derechos del cómo fueron creadas todas las cosas,

comprendido el hombre, son sagrados, son santos y justos, y con justicia

todas se deberían mantener en el primer acto como fueron creadas; sólo el

hombre no supo mantener el gran honor del cómo fue creado por Dios, pero

le costó demasiado caro, y por eso sobre él llovieron todos los males.

Ahora hija mía, quien vive en mi Divina Voluntad posee los derechos

de su creación, y por eso vive más que sol en la unidad de su Creador, ella es

la reproductora de los efectos de la unidad divina, en esta unidad recoge

todo, abraza a todos, calienta a todos, y con el soplo de la unidad divina

produce todos los efectos que hay en el reino de la Gracia en los corazones

de las criaturas. Pero mientras más que sol se divierte al tocar todo, con sus

toquidos da santidad, virtud, amor, dulzura divina, quisiera encerrar a todos

en la unidad de su Creador; pero mientras quiere dar todo, celosa se

conserva los derechos de su creación, esto es, la Voluntad de su Creador

como su primer acto y principio de su creación, y dice a todos: ‘Yo no

 

 

2237

puedo descender de dentro del Fiat Divino, ni quiero perder ni siquiera una

gota de Él, perdería mis derechos, lo que no quiero hacer, más bien, suban

todos y una será la Voluntad de todos, así haremos vida común, pero hasta

en tanto que estéis en lo bajo de la voluntad humana, como sol os daré los

efectos de la Voluntad Divina, pero su Vida será siempre mía, rogando y

esperándoos a todos en la Voluntad de nuestro Creador.’ Quien vive en mi

Divina Voluntad es el verdadero sol, del cual aparentemente no se ve otra

cosa que luz, y no se siente mas que calor, pero dentro de aquella luz y calor,

¿cuántos bienes no hay? ¿Cuántos efectos? Dentro de aquella luz y calor

está encerrada la vida y los bienes de la tierra. Así quien vive en mi Fiat

Divino, aparentemente se ve criatura, pero dentro hay una Voluntad Divina

que sostiene todo, Cielo y tierra, y que no quiere tener ociosa a aquella que

posee tanto bien."

Noviembre 20, 1929

La paz es el perfume, el aire, el aliento de Jesús. Las obras de Dios

están todas ordenadas. Cómo hace primero las cosas menores y

después las mayores. Ejemplo de la Creación y de la Redención.

Estaba preocupada por esta bendita impresión de las verdades acerca

de la Divina Voluntad, y a cualquier costo habría querido impedir que

publicaran cosas que me corresponden, y tantas otras cosas que me ha dicho

mi amado Jesús; siento un clavo fijo en el alma que me amarga hasta la

médula de mis huesos. Entonces pensaba entre mí: "El bendito Jesús podía

hablar primero de su adorable Voluntad, y después todo lo demás, así me

ahorraría este dolor que tanto me traspasa." Pero mientras desahogaba mis

amarguras, mi siempre amable Jesús, todo bondad me ha estrechado entre

sus brazos y me ha dicho:

"Hija mía, ánimo, no pierdas la paz, ella es mi perfume, mi aire, es el

efecto que produce mi aliento. Así que en el alma en que no hay paz, Yo no

me siento en mi morada real, me encuentro a disgusto, mi misma Divina

Voluntad que en naturaleza es paz, se encuentra como el sol cuando las

nubes se ponen frente a la luz e impiden que el sol resplandezca en su

plenitud sobre la tierra. Se puede decir que cuando el alma no es toda paz,

no importando cuales sean las circunstancias, es para ella una jornada

lluviosa, y el Sol de mi Voluntad se siente como impedido de comunicarle

su Vida, su calor, su Luz. Por eso tranquilízate y no formes nubes en tu

alma, ellas me hacen mal y no puedo decir: ‘Estoy en esta criatura con la

 

 

2238

paz perenne, con mis alegrías y con mi Luz de mi patria celestial.’ Ahora

hija de mi Querer, tú debes saber que Yo soy orden, y por eso todas mis

obras son ordenadas; mira cómo la Creación es ordenada: La finalidad de la

Creación era el hombre, no obstante no creé al hombre primero, si lo hubiera

hecho no habría sido ordenado, ¿dónde poner a este hombre? ¿Dónde

apoyarlo? Sin sol que lo iluminara, sin el pabellón del cielo que le hiciera de

estancia, sin plantas que lo alimentaran, todo era desorden, y mi Fiat

reordenó y creó todo, y después de que formó la más bella habitación, creó

al hombre. ¿No se ve en esto el orden de tu Jesús? Ahora, también para ti

debía tener el orden, y si bien nuestra primera finalidad era el hacerte

conocer nuestra Voluntad Divina a fin de que reinase en ti como Rey en su

propia morada real, y dándote sus lecciones divinas pudieses ser portavoz

para hacerla conocer a los demás, pero era necesario, como en la Creación,

preparar el cielo en tu alma, adornarlo de estrellas con los tantos

conocimientos de las bellas virtudes que te he manifestado, Yo debía

descender en lo bajo de tu voluntad humana para vaciarla, purificarla,

embellecerla y reordenarla en todo. Se puede decir que eran tantas especies

de creaciones que hacía en ti, debía hacer desaparecer la antigua tierra

desordenada de tu voluntad humana para volver a llamar el orden del Fiat

Divino en el fondo de tu interior, que haciendo desaparecer la tierra antigua

de todo tu ser, hiciera resurgir con su Fuerza creadora, cielos, soles, mares

de verdades sorprendentes. Y tú sabes cómo todo esto ha sido madurado

con la cruz, con el segregarte de todo, haciéndote vivir en la tierra como si

para ti no fuese tierra, sino Cielo, teniéndote siempre absorbida, o conmigo,

o en el Sol de mi Fiat Divino. Así que todo lo que he hecho en ti no ha sido

otra cosa que orden que se necesitaba para darte el gran don de mi Voluntad

Divina, como le fue dado al primer hombre en el principio de su creación, y

por eso hubieron tantos preparativos, porque debían servir a aquel hombre

que debía poseer el gran don de nuestra Voluntad como su predilecta

heredad; símbolo éste de los grandes preparativos hechos en tu alma. Por

eso adora mis disposiciones y agradéceme siendo fiel.

Otro ejemplo es mi Redención, cómo es necesario hacer las obras

secundarias para obtener el intento de formar las obras primarias de una

finalidad prefijada. Mi descendimiento a la tierra, con el tomar carne

humana, fue propiamente esto, de alzar nuevamente y dar los derechos a mi

Voluntad Divina de reinar en esta Humanidad, porque con el reinar en la

mía, los derechos de ambas partes, humanos y divinos, readquirían el vigor;

sin embargo se puede decir que Yo no dije casi nada, apenas alguna palabra

haciendo entender que Yo había venido al mundo sólo para hacer la

Voluntad del Padre Celestial, para hacer comprender su gran importancia, y

 

 

2239

en otras circunstancias dije: ‘Es mi Madre, mis hermanos y me pertenecen,

aquellos que hacen la Voluntad de mi Padre.’ Del resto callé y mientras era

propiamente este el fin de constituir el reino de mi Voluntad Divina en

medio de las criaturas, porque era justo que no sólo debía poner a salvo a las

criaturas, sino debía poner también a salvo a mi Divina Voluntad dándole

nuevamente sus derechos sobre toda carne, como lo había dado sobre la mía,

de otra manera habría sido un desorden en la obra de la Redención; ¿cómo

venir para poner a salvo a las criaturas, y nuestros derechos divinos, aquellos

de nuestro Fiat, dejarlos ir a la ruina? Esto no podía ser. Pero a pesar de que

la primera finalidad era de ajustar las partidas de mi Divina Voluntad, me

conformé con ser como médico celeste, y dar medicina, remedios, hablaba

de perdón, de desapego, instituía Sacramentos, sufrí penas atroces, hasta

morir; se puede decir que era la nueva creación que preparaba para que las

criaturas pudiesen recibir a mi Voluntad Divina como Rey en medio a su

pueblo para hacerla reinar. Así he hecho contigo, primero te he preparado,

te he hablado de cruces, de virtudes, de amor, para disponerte a escuchar las

lecciones de mi Fiat, a fin de que conociéndolo lo amases, y sintiendo en ti

el gran bien de su Vida, quisieras dar su Vida a todos, haciéndolo conocer,

amar y reinar."

Noviembre 26, 1929

Cada acto que se hace en la Divina Voluntad es una

Vida Divina que se encierra. Cómo rapta a Dios.

 

Me sentía muy afligida por las continuas privaciones de mi dulce

Jesús, sin Él sentía que todo me faltaba; con Jesús todo es mío, todo me

pertenece, me parece que estoy en casa de Jesús, y Él dulcemente, con una

suavidad admirable me dice:

"Todo lo que es mío es tuyo, es más, no quiero que me digas: tu cielo,

tu sol, las tantas cosas tuyas creadas, sino debes decirme: nuestro cielo,

nuestro sol, nuestra Creación, porque en mi Voluntad Divina tú creabas

conmigo, y continuando tu vida en Ella te ponía junto conmigo a

conservarla. Por eso hija mía, todo es nuestro, y si tú no consideras tuyo

todo lo que es mío, te pones a debida distancia y haces ver que no eres una

de la familia celestial, y que no vives en casa de tu Padre Divino, y

romperías el vínculo familiar con tu Jesús."

 

 

2240

Así que sin Él me siento puesta fuera de su familia, fuera de su casa, y

¡oh! qué cambio funesto y doloroso siento en mi pobre alma, me siento

privada de Aquél que es el único que puede darme vida, siento el verdadero

abandono y qué significa estar sin Jesús. ¡Oh, cómo me pesa el exilio, y

siento a lo vivo la necesidad extrema de mi patria celestial! Pero mientras

en mi mente se acumulaban tantos pensamientos abrumadores que herían a

mi pequeña y pobre alma, y la reducían como si estuviera en extrema agonía,

mi amada Vida, mi dulce Jesús, como sol ha despuntado, los pensamientos

opresivos han huido, y con un acento dulce me ha dicho:

"Hija mía, ánimo, no te abatas demasiado, ¿no sabes tú que debes

recorrer tu camino en mi Divina Voluntad? Y este camino es largo, y estas

opresiones, estos pensamientos que se te acumulan, son detenciones que

haces, y si bien no sales de Ella, pero el camino que deberías hacer de algún

modo viene interrumpido, y tu Jesús no quiere esta detención, quiere que

camines siempre, sin detenerte jamás, porque tú debes saber que cada paso

que haces en mi Divina Voluntad, son Vidas Divinas que encierras, así que

un paso de menos, es una Vida Divina que no viene formada, y tú privas a

nuestro Ser Supremo de la gloria, del amor, de la felicidad y complacencia

que nos puede dar otra Vida nuestra, ¡y si supieras qué significa darnos la

gloria, el amor, la felicidad de nuestra misma Vida! Con la Fuerza de

nuestro mismo Querer, porque la afortunada criatura tiene el gran bien de

vivir en Él, nos sentimos raptar, y es tal y tanta su Fuerza raptora, que

Nosotros bilocamos nuestro Ser Divino y lo encerramos en el paso, en el

acto, en el pequeño amor de la criatura, para tener el sumo de nuestro

contento de recibir por medio de ella nuestra Vida, nuestra gloria y todos

nuestros bienes. Por eso cuando tú caminas siempre en nuestro Querer,

sentimos el dulce encanto de tu rapto que nos haces, en cambio cuando no

caminas, no sentimos el dulce encanto de tu rapto, el dulce pisar de tus pasos

y decimos: ‘La pequeña hija de nuestro Querer no camina, y por eso no

sentimos su dulce rapto de sus actos.’ Y yo, solícito te reclamo diciéndote:

"Hija, camina, no te detengas, nuestro Fiat es movimiento continuo y tú

debes seguirlo."

Ahora, tú debes saber que ésta es la gran diferencia entre quien vive en

nuestro Divino Querer y entre quien está resignada y en las circunstancias

hace nuestra Divina Voluntad: La primera son Vidas Divinas que nos ofrece

por medio de sus actos, la otra en el obrar encierra los efectos de nuestro

Querer, y Nosotros no sentimos nuestra misma Fuerza raptora que nos rapta

en sus actos, sino sólo los efectos; no sentimos todo nuestro Amor, sino una

pequeña partecita de él; no encontramos la fuente de nuestra felicidad, sino

apenas su sombra; y de la Vida a los efectos hay tal diferencia, como entre

 

 

2241

las vidas y las obras. ¿Quién puede decir que la obra tiene todo el valor que

puede poseer una vida de criatura? Mucho más no se puede comparar la

Vida Divina que se forma por la criatura en mi Divina Voluntad, y sus obras

fuera de Ella."

Noviembre 30, 1929

Condición del hombre antes de pecar. Cómo en cada

acto suyo buscaba a Dios, encontraba a su Creador, daba

y recibía. La voluntad humana es noche para el alma.

Estaba según mi costumbre comenzando mi giro en la Divina

Voluntad, y quería reordenar todas las inteligencias creadas en orden a Dios,

desde el primero al último hombre que vendrá sobre la tierra, y decía:

"Pongo mi te amo sobre cada pensamiento de criatura, a fin de que en cada

pensamiento pida el dominio del Fiat Divino sobre cada inteligencia." Pero

mientras esto hacía pensaba entre mí: "¿Cómo puedo yo llegar a cubrir con

mi te amo cada pensamiento de criatura?" Y mi dulce Jesús moviéndose en

mi interior me ha dicho:

"Hija mía, con mi Querer puedes todo y puedes llegar a todo. Ahora,

tú debes saber que el hombre antes de la culpa, en cada pensamiento suyo

que hacía, en cada mirada, palabra, obra, paso, latido, daba a Dios su acto, y

Dios daba al hombre su acto continuado, así que las condiciones de él eran

de siempre dar a su Creador y de siempre recibir. Había tal armonía entre

Creador y criatura, que ambos no podían estar, si el Uno no daba y el otro no

recibía, para dar nuevamente su acto, aunque fuese un pensamiento, una

mirada; por eso cada pensamiento del hombre buscaba a Dios y corría para

llenar su pensamiento de Gracia, de Santidad, de Luz, de Vida, de Voluntad

Divina. Se puede decir que el más pequeño acto del hombre amaba y

reconocía a Aquél que le había dado la vida, y Dios lo amaba

correspondiéndole con su Amor y con hacer crecer en cada pequeño y gran

acto del hombre su Vida Divina. El hombre era incapaz de recibir toda junta

la Vida Divina, era demasiado estrecho, y Dios se la daba a sorbos en cada

acto que hacía por amor suyo, tomando deleite en darle siempre, para formar

en él su Vida Divina. Así que cada pensamiento y acto del hombre

desembocaba en Dios y Dios vertía en él; este era el verdadero orden de la

Creación: encontrar en el hombre, en cada acto suyo, a su Creador, para

poderle dar su Luz y lo que había establecido darle. Nuestra Divina

Voluntad que estaba en Nosotros y en él, se hacía portadora del uno y del

 

 

2242

otro, y formando en él el pleno día, ponía en común los bienes del Uno y del

otro. ¡Cómo eran felices las condiciones del hombre cuando nuestro Fiat

Divino reinaba en él, se puede decir que crecía sobre nuestras rodillas,

adherido a nuestro pecho, de donde tomaba su crecimiento y su formación!

He aquí por qué quiero que en mi Querer Divino cada acto de criatura tenga

tu te amo, para llamar nuevamente el orden entre Creador y criatura, porque

tú debes saber que el hombre con el pecar no sólo rechazó nuestro Fiat, sino

que rompió el amor hacia Aquél que tanto lo había amado, se puso a

distancia con su Creador, y el amor lejano no puede formar vida, porque el

verdadero amor siente la necesidad de ser alimentado por el amor de Aquél

que ama y de estarse de tal forma cercano que le resulta imposible el

separarse. Así que la vida del amor creado por Nosotros al crear al hombre,

quedó sin alimento y casi muriendo; mucho más que cada acto humano que

hacía sin nuestra Voluntad Divina, eran tantas noches que formaba en su

alma: si pensaba era noche que formaba, si miraba, hablaba y otras cosas

más, todo era tinieblas que formaban una noche oscura. Sin mi Fiat no

puede haber día, ni sol, a lo más alguna pequeña llamita que trabajosamente

le alumbra el paso. ¡Oh, si supieran qué significa vivir sin mi Querer

Divino! Aunque no fuesen malos y hagan algún bien, la voluntad humana es

siempre noche para el alma, que la oprime, la amarga, le hace sentir el peso

de la vida. Por eso sé atenta, no dejes escapar nada que no entre en mi Fiat

Divino, el cual te hará sentir el pleno día que te restituirá el orden de la

Creación, llamará nuevamente la armonía, que pondrá en vigor el dar

continuo de tus actos y el recibir continuado de tu Creador, y abrazando a

toda la familia humana podrás impetrar que regrese el orden del cómo

fueron creadas, que cese la noche de la voluntad humana y surja el pleno día

de mi Divina Voluntad."

Diciembre 3, 1929

Diferencia entre la santidad fundada en las

virtudes y la fundada en la Voluntad Divina.

Mi pequeña mente se perdía en el Fiat Supremo y pensaba entre mí:

"¿Cuál será la diferencia que hay entre quien ha fundado su santidad en las

virtudes y entre quien la ha fundado sólo en el Querer Divino?" Y mi dulce

Jesús moviéndose en mi interior, suspirando me ha dicho:

"Hija mía, ¡si supieras qué diferencia hay! Escucha, y además tú lo

sabes, la tierra florida es bella, la variedad de las plantas, de las flores, de los

 

 

2243

frutos, de los árboles, la diversidad de los colores, de las dulzuras, de los

gustos, todo es bello, pero, ¿sabrías encontrar una planta, una flor, aunque

sea de las más preciosas, que no esté circundada de tierra, la cual tiene a

cada raíz en su regazo, pegada a su pecho para alimentarla? Se puede decir

que al hombre le resulta imposible tener una planta si no la confía a su

madre tierra. Tal es la santidad fundada en las virtudes, la tierra humana

debe poner de lo suyo, cuántas satisfacciones humanas en las obras más

santas, en las virtudes que practican; la tierra de la estima, de la gloria

humana corre siempre y ahí forma su pequeño lugarcito, de modo que se ven

las virtudes como tantas bellas flores perfumadas, de color tan vivo, que

despiertan admiración, pero a su alrededor, en la parte de abajo hay siempre

un poco de tierra humana, así que la santidad fundada en las virtudes se

puede llamar tierra florida, y según las virtudes que practican, quién forma la

flor, quién la planta, quién el árbol, y tienen necesidad de agua que las riegue

y de sol que las fecunde y les comunique los diversos efectos que a cada una

requiere, cual es mi Gracia, de otra manera pasarían peligro de morir en el

momento de nacer. En cambio la santidad fundada en mi Querer Divino es

sol, está en lo alto, la tierra no tiene nada que hacer con ella, ni tiene

necesidad de agua para alimentarse, su luz, su alimento, lo toma

directamente de Dios y en su movimiento de luz continuo produce y

alimenta todas las virtudes en modo divino; las satisfacciones humanas, aun

santas, la vanagloria, la estima propia, han perdido el camino, no tienen

razón de existir, porque sienten a lo vivo la Voluntad Divina que todo hace

en ellos y reconocen que este Sol Divino, abajándose, habita en ellos y

alimentándolos con su Luz los hace sufrir su transformación para formar una

sola Luz con este Fiat Divino. Además de esto, su Luz tiene virtud de

eclipsar dulcemente el querer humano, porque está vetado el que aun un

átomo de tierra entre en mi Querer Divino, son naturalezas contrarias: luz y

tierra, tinieblas y luz; se puede decir que se rechazan mutuamente, ni la Luz

puede soportar un solo átomo de tierra y por eso la eclipsa, le sirve de

centinela, de defensa para que todo se vuelva Voluntad Divina en la criatura,

y así como el sol todo da a la tierra pero nada recibe, y es causa primaria de

sus bellas florituras, así quien funda su vida, su santidad en mi Querer, junto

con Él son los alimentadores de la santidad fundada en las virtudes."

Después de esto estaba haciendo mi giro en el Fiat Divino para

encontrar todos los actos de las criaturas pasadas, presentes y futuras, para

pedir a nombre de todos el reino de la Divina Voluntad, pero mientras esto

hacía, mi dulce Jesús ha agregado:

"Hija mía, todo lo que de bueno ha sido hecho desde el principio del

mundo fuera de mi Divina Voluntad, son pequeñas luces, como efectos de

 

 

2244

mi Fiat Divino, porque a pesar de que no han obrado dentro de Él, conforme

las criaturas se disponían a hacer el bien, sus rayos se fijaban sobre ellos, y a

sus reflejos se formaba la pequeña llamita en sus almas, porque siendo mi

Querer Luz eterna e inmensa, no sabe producir más que luz. Estas llamitas,

como efectos de Él, están en torno al Sol de mi Divina Voluntad como honor

y gloria de sus efectos y como frutos del buen obrar de las criaturas, porque

conforme ellas quieren hacer el bien, así sus rayos se fijan sobre ellas y da

los efectos del bien que quieren hacer; se puede decir más que sol, que en

cuanto encuentra la buena semilla en la tierra, su Luz la calienta, la acaricia

y le comunica los efectos para formar la planta de aquella semilla. No hay

bien sin mi Querer; así como no hay color, dulzura, madurez, sin los efectosde la luz del sol, así no puede haber bien sin Él. ¿Pero quién puede formar el

sol con sus actos? Quien vive en mi Divina Voluntad, Ella no fija sólo sus

rayos sobre esta criatura, sino que hace descender todo su Sol y con su virtud

creadora y vivificadora forma otro Sol en el acto de la criatura. ¿Ves

entonces la gran diferencia que hay? Como entre plantas y sol, como entre

sol y llamitas."

Diciembre 10, 1929

Perfecto equilibrio de Dios en sus obras. Triple equilibrio.

Me sentía toda abandonada en la Divina Voluntad, y al seguir

haciendo mis actos en Ella, he oído una voz que me susurraba al oído:

"¡Cómo estoy cansado!" Yo me he sentido sacudida por esta voz y quería

saber quién era el que estaba cansado, y mi dulce Jesús moviéndose y

haciéndose oír en mi interior me ha dicho:

"Hija mía, soy propiamente Yo, que siento todo el peso de tanto

esperar, y me produce tal cansancio, de sentir todo el peso de querer hacer el

bien, y por indisposición de quien lo debe recibir no poderlo hacer. ¡Oh!

cómo es duro querer hacer el bien, tenerlo preparado y pronto para darlo, y

no encontrar quien lo reciba.

Ahora, tú debes saber que mi Fiat cuando se pone en actitud de obrar,

tiene la misma Potencia, Sabiduría, Inmensidad y multiplicidad de efectos

que produce su único acto, sólo con que se decida a salir en su campo divino

de acción. Su acto posee perfecto equilibrio entre el uno y el otro, y

contiene el mismo valor, peso y medida; mi Divina Voluntad al salir en su

campo de acción en la Creación, hizo alarde de tanta magnificencia de obras,

tanto que el mismo hombre es incapaz de numerarlas todas y de comprender

 

 

2245

el justo valor de cada obra, y a pesar de que las ve, las toca y goza sus

benéficos efectos, también se puede llamar el primer ignorante de la

Creación. ¿Quién puede decir cuánta luz y calor contiene el sol? ¿Cuántos

efectos produce y de qué cosa está formada esta luz? Ninguno. No obstante

todos lo ven y sienten su calor, y así de todas las otras cosas. Ahora, mi

Redención se da la mano con la Creación, y posee tantos actos por cuantos

posee la Creación, están en perfecto equilibrio la una y la otra, porque un

acto de mi Divina Voluntad fue la Creación, y un acto de Ella fue la

Redención. Ahora, debiendo hacer otro acto en el gran Fiat Voluntas Tua

como en el Cielo en la tierra, están preparados en mi Fiat Divino tantos otros

actos, de modo que tendrán el triple equilibrio de actos, el mismo valor, peso

y medida. Y viéndome obligado a esperar, y sintiendo en Mí la

multiplicidad de los actos que quiero hacer, y no haciéndolos porque el reino

de mi Fiat no es conocido, ni reina sobre la tierra, siento tal cansancio que

doy en delirio y digo: ‘¿Será posible que no quieran recibir mis bienes?’ Y

quedo afligido porque mis actos, la Potencia de mi Divino Querer, su Luz,

su Felicidad y Belleza no se hermanan con las criaturas y no corren en

medio a ellas. Por eso, compadéceme si me ves y me oyes taciturno, es

tanto el cansancio que siento por tanto esperar, que me reduce al silencio."

Diciembre 16, 1929

Poseyendo en Sí mismo la Fuerza creadora de todos los bienes,

Jesús de nada tenía necesidad. El Divino Querer es portador

de todas las cosas creadas. La virtud generadora.

Estaba siguiendo mi giro en el Fiat Divino para unirme a todos los

actos hechos por Él por amor de todos nosotros, sus criaturas; pero habiendo

llegado al punto donde mi amable Jesús descendió en lo bajo de los actos

humanos, como el mamar la leche de su Mamá y tomar el alimento, el beber

el agua, y abajarse hasta el trabajo, yo me admiraba al ver que Jesús, por su

naturaleza, no tenía necesidad de nada, porque poseyendo en Sí mismo la

Fuerza creadora de todos los bienes, no debía hacer menos que servirse de

sus mismas cosas creadas por Él; pero mientras esto pensaba, mi dulce Jesús

haciéndose ver y oír en mi interior me ha dicho:

"Hija mía, tú tienes razón que de nada tenía necesidad, pero mi Amor

habiendo descendido de la altura de los Cielos a lo bajo de la tierra, no sabía

estar quieto ni detenido, sentía la irresistible necesidad de salir fuera y de

amar en aquellos mismos actos que la criatura hacía por necesidad; Yo los

 

 

2246

hacía para hacer correr mi Amor hacia ellos, y así poderle decir: ‘Mira

cuánto te he amado, he querido descender en tus más pequeños actos, en tus

necesidades, en tu trabajo, en todo, para decirte que te amo, darte mi Amor y

recibir tu amor.’ Pero, ¿quieres saber la causa primaria por la que me abajé

a hacer tantos actos bajos y humanos? La necesidad en Mí no existía, pero

lo hacía para cumplir en cada acto la Divina Voluntad; todas las cosas se

presentaban ante Mí tal como eran en sí mismas, de donde habían salido,

selladas por el Fiat Divino, y Yo las tomaba porque eran queridas por Él. Se

puede decir que había una competencia entre mi Divina Voluntad que en

naturaleza, como Verbo del Padre Celestial poseía en Mí, y entre mi misma

Divina Voluntad esparcida en todo lo creado. Así que en todas las cosas Yo

no conocía, ni veía otra cosa que mi Divina Voluntad, era Ella mi alimento,

mi agua, mi trabajo, todo me desaparecía y era siempre con mi Divina

Voluntad con la que tenía que hacer. Y mientras mi Divina Voluntad me

hacía descender en los actos humanos de las criaturas, Yo llamaba a todos

los actos humanos de cada una de ellas, a fin de que recibieran el gran don

de hacer descender mi Querer Divino como acto primero y como vida de sus

actos. ¡Oh! si las criaturas mirasen las cosas creadas tal como son en sí

mismas, su origen, quién las alimenta y conserva, y quién es el portador de

tantas cosas que sirven a la vida humana, ¡oh! como amarían mi Querer

Divino y tomarían la sustancia de las cosas creadas; en cambio, miran la

exterioridad de las cosas y por eso apegan a ellas su corazón y se alimentan

de la cáscara de ellas, y pierden la sustancia que se encuentra en las cosas

creadas, salidas de Nosotros para hacerlas cumplir tantos actos de nuestra

Divina Voluntad. Pero con mi dolor estoy obligado a ver que las criaturas

no toman el alimento, el agua, ni hacen el trabajo para recibir y cumplir mi

Querer Divino, sino por necesidad y para satisfacer su voluntad humana, y

mi Fiat Divino es puesto fuera de sus actos, mientras que creamos tantas

cosas para poner como en el banco a nuestra Divina Voluntad en medio a las

criaturas, y ellas, no sirviéndose de esto, la tienen como en acto de continua

bancarrota; todo el bien que deberían tomar si en todas las cosas cumpliesen

y tomasen mi Querer Divino, queda para ellas malogrado, y Nosotros

quedamos con el dolor de no verla como dominante y Reina en los actos

humanos de las criaturas."

Después continuaba mi abandono en el Fiat Divino, sentía la gran

necesidad de Él y de estarme siempre en su mar de Luz, para no salir jamás,

me lo sentía como latido, como respiro, como aire que me infundía la vida y

mantenía en mí el orden, la armonía, la dispersión de mi pequeño átomo en

su mar divino. Pero mientras mi pequeña mente estaba llena de

pensamientos de Divina Voluntad, mi dulce Jesús ha agregado:

 

 

2247

"Hija mía, no hay orden, ni reposo, ni verdadera vida, sino en mi Fiat

Divino, porque la vida de cada una de las criaturas, su primer acto de vida,

viene formado en el seno de su Creador, y después, como parto nuestro lo

ponemos fuera, a la luz del día. Y así como tenemos en Nosotros la virtud

generadora, el hombre, como hijo nuestro lleva consigo la semilla que

genera, y con esta semilla la criatura forma tantos otros partos, y conforme

va desenvolviendo su vida, así forma el parto de sus santos pensamientos, de

sus castas palabras, el bello encanto de sus obras, el dulce pisar de sus pasos,

los refulgentes rayos de sus latidos, y todos estos partos, en cuanto vienen

formados por las criaturas, toman el camino para subir a su Creador para

reconocerlo como su Padre, amarlo, cortejarlo, y formar su larga prole como

gloria nuestra y de nuestra virtud generadora. Pero para fecundar, nuestra

virtud generadora necesita nuestra Divina Voluntad como dominante en el

parto salido de Nosotros, de otra manera hay peligro de que se transforme en

bestial y de perder la virtud generadora del bien, y si genera, genera las

pasiones, las debilidades, el vicio, y éstos no solo no tienen virtud de subir a

Nosotros, más bien están condenados como partos que no nos pertenecen."

Diciembre 18, 1929

Arrebato de amor. Especialidad de los tres arrebatos

de amor de Nuestro Señor. El Amor devorante y cómo

devoraba a todas las almas. Lágrimas de Jesús niño.

Estaba pensando en la Encarnación de mi dulce Jesús en el seno

materno de la Soberana Celestial, y mi dulce Jesús saliendo de mi interior,

me ha estrechado entre sus brazos con una ternura indecible y me ha dicho:

"Hija mía, arrebato de amor fue la Creación, y fue tan grande y tan

intenso, que desbordando de nuestro Ser Divino invistió todo el universo y

se difundió por todas partes, y nuestro Fiat pronunciándose y obrando en

esta nuestra carrera de amor, que corría, corría sin poderse detener, sino

hasta que se esparció dondequiera y dio su beso de amor a todas las criaturas

que aún no existían; su beso de amor fue beso de alegría, de felicidad, que

imprimía sobre todas las generaciones. Y nuestro Fiat Divino que corría

junto no se contentó con sólo besos, sino que pronunciándose formó soles,

cielos, estrellas, mares y tierra, y todo lo que se ve en el gran vacío del

universo. Así que el arrebato de nuestro Amor en la Creación fue un

arrebato de amor festivo, de felicidad, de alegría, con el cual debíamos

mimar, acariciar y hacer felices a todas las criaturas. En cambio al

 

 

2248

encarnarme en el seno materno, nuestro arrebato de amor, que no pudiendo

contenerlo desbordó de Nosotros he hizo la misma carrera de la Creación,

fue arrebato de amor de ternura, de compasión, de misericordia, y ponía en

riesgo la Vida de un Dios para reencontrar al hombre y darle sus besos de

amor, tiernos, compasivos, sus besos de perdón, y encerrando la vida de

todas las criaturas en su mar de Amor, les daba el beso de vida, poniendo su

Vida de Amor para dar vida al hombre. Nuestro Amor llegó al exceso en la

Encarnación, porque no fue como en la Creación amor que festeja, que se

regocija, sino amor doliente, amor penante, amor sacrificado, que dará la

Vida para hacer presa de la vida del hombre. Pero nuestro Amor no está

contento aún, pon la mano sobre mi corazón y siente como me late fuerte,

hasta sentírmelo romper, pon atento tu oído y escucha como regurgita, casi

como mar en tempestad, que formando sus olas altísimas quiere desbordar

fuera para invadir todo y a todos, quiere hacer su tercera carrera de arrebato

de amor, y en este arrebato quiere formar el reino de mi Divina Voluntad.

Este nuestro arrebato de amor unirá a aquél de la Creación y el de mi

Encarnación y formará con ellos uno solo, y será arrebato de amor

triunfante, y dará su beso de amor triunfador, de amor conquistador, de amor

que vence todo para dar su beso de paz perenne, su beso de Luz que pondrá

en fuga la noche del querer humano y hará surgir el pleno día de mi Querer

Divino, que será portador de todos los bienes. ¡Cómo lo suspiro! Me

regurgita tanto mi Amor, que siento la necesidad de desbordarlo fuera. Y si

tú supieras qué alivio siento cuando desahogando contigo te hablo de mi

Querer Divino, el arrebato de mi Amor que me da la fiebre delirante se

calma, y sintiendo refrigerio me pongo a la obra para hacer que todo sea

Voluntad mía en tu alma. Por eso sé atenta y déjame hacer."

Después de esto, mi pobre mente se perdía en el Amor de mi dulce

Jesús, y veía ante mí una gran rueda de Luz que quemaba más que el fuego,

la cual contenía tantos rayos por cuantas criaturas habían salido y saldrán a

la luz del día, y estos rayos investían a cada una de las criaturas, y con una

dulce Fuerza raptora las raptaban en el centro de la gran rueda de Luz, donde

estaba Jesús que las esperaba para devorarlas, pero no para hacerlas morir,

sino para encerrarlas en su pequeña Humanidad para hacerlas renacer, crecer

y alimentarlas con sus llamas devoradoras para darles vida nueva, la vida

toda de amor; mi pequeño Jesús, apenas concebido encerró en Sí el gran

parto de todas las generaciones, más que una tierna madre que encierra su

parto para sacarlo a la luz, formado por su Amor, pero con penas inauditas, y

aun con la muerte. Entonces mi tierno Jesús, en medio a aquellas vorágines

de llamas, pequeño, pequeño me ha dicho:

 

 

2249

Mírame y escúchame. Hija mía, en medio a esta vorágine de llamas,

Yo no respiro otra cosa que llamas, y en mi respiro siento que las llamas de

mi Amor devorante me traen el respiro de todas las criaturas, mi pequeño

corazoncito palpita llamas, las cuales alargándose raptan los latidos de todas

las criaturas y me las deposita en el corazón, y siento todos los latidos

palpitando en mi pequeño corazón. Todo es llamas: Llamas arrojan mis

pequeñas manitas, mis inmóviles piecitos. ¡Ah, mi Amor es exigente! Para

encerrarme todo y para hacerme dar vida a todos me ha puesto en medio a

un fuego devorador, y ¡oh! cómo siento a lo vivo las culpas, las miserias, las

penas de todos. Soy pequeño aún, y sin embargo nada se me ahorra. Puedo

decir: ‘Todos los males han caído dentro y fuera de Mí.’ y en medio a estas

llamas devoradoras, cargado de tantas penas, miro a todos y exclamo

llorando: ‘Mi Amor me ha dado nuevamente a todos, me los dio en la

Creación y huyeron de Mí; ahora, al concebirme en el seno de mi Mamá me

los dona nuevamente, ¿pero estoy seguro que no huirán? ¿Serán míos para

siempre? ¡Oh, cómo sería feliz si no me huyera ninguno; sus penas me

serían refrigerio si todos mis amados hijos, mi amado parto concebido en mi

pequeña Humanidad estuviese al seguro; y llorando y sollozando miraba a la

cara a cada uno para enternecerlos con mi lágrimas y repetía: ‘Amados

hijos, no me dejen, no se alejen más de Mí, soy vuestro Padre, no me

abandonen, ¡ah! reconózcanme, al menos tengan compasión del fuego que

me devora, de mis lágrimas ardientes, y todo por causa vuestra, porque os

amo demasiado, os amo como Dios, os amo como Padre apasionado, os amo

como Vida mía.’ ¿Pero sabes tú pequeña hija de mi Querer Divino, cuál fue

el interés más grande de mi Amor? Devorar en las criaturas su voluntad

humana, porque es el origen de todos los males, y a pesar de todas sus

llamas devoradoras, esta voluntad formaba nubes para no dejarse quemar.

¡Oh, lo que más me torturaba era la voluntad humana que no sólo formaba

nubes, sino formaba las escenas más dolorosas en mi misma Humanidad, por

eso ruega que mi Divina Voluntad sea conocida y reine, y entonces me

podrás llamar el Jesús feliz, de otra manera mis lágrimas no cesarán, tendré

siempre que llorar la suerte de la pobre humanidad, porque yace bajo la

opresión de su mísera voluntad."

Diciembre 22, 1929

Cómo las obras más grandes no se pueden hacer estando solo, morirían

en el momento de nacer. Las tres cárceles de Jesús. Las dos mamás.

 

 

2250

Mi abandono en el Fiat Divino continúa, y mi tierno Jesús se hacía ver

como pequeño niño en mi corazón, o en el seno de la Mamá Celestial, pero

muy pequeño y con una belleza raptora, todo amor, con su rostro bañado en

lágrimas, y llora porque quiere ser amado, y sollozando dice:

¡Ah! ¿por qué no soy amado? Yo quiero renovar en las almas todo el

amor que tuve al encarnarme, pero no encuentro a quién darlo. Al

encarnarme encontré a mi Reina Mamá que me daba campo para desahogar

mi Amor y para recibir en su corazón materno todo el Amor que me

rechazaban las criaturas. ¡Ah, era Ella la depositaria de mi Amor rechazado,

la dulce compañía de mis penas, su amor ardiente era el que me enjugaba las

lágrimas! Las obras más grandes no se pueden hacer por alguien solo, sino

que se necesitan al menos dos o tres, como depositarios y alimento de la

misma obra, sin alimento las obras no pueden tener vida, hay peligro de que

mueran en el momento de nacer. Tan es verdad, que en la Creación

estuvimos las Tres Divinas Personas al crearla y después hicimos al hombre

como depositario de nuestra obra, pero no contentos, porque las obras por sí

solas no llevan felicidad, le dimos la compañía de la mujer. En la

Encarnación, las Tres Divinas Personas fueron concurrentes y en mi

compañía, más bien inseparables de Mí, con el agregado de la Reina

Celestial, y fue Ella la divina depositaria de todos los bienes de la

Encarnación. Mira entonces cómo me es necesaria, para formar mis obras,

la compañía de la criatura que se ponga a mi disposición para recibir el gran

bien que quiero darle. Por eso, ¿quieres tú ser mi segunda mamá? ¿Quieres

tú recibir el gran bien de la renovación de mi Encarnación, como dote del

reino de mi Fiat Divino? Así tendré dos mamás; la primera que me hizo

formar el reino de la Redención, la segunda que me hará formar el reino de

mi Divina Voluntad."

Y poniendo sus pequeñas manitas sobre mi cara, acariciándome me

decía:

"¡Mi mamá, mi mamá! El amor materno supera todos los amores, así

que tú me amarás con amor de madre insuperable."

Después de esto ha hecho silencio queriendo ser arrullado en mis

brazos, y después ha continuado:

"Hija mía, tú debes saber a dónde me conduce el exceso de mi Amor;

al descender del Cielo a la tierra me condujo dentro de una prisión

estrechísima y oscura, cual fue el seno de mi Mamá, pero mi Amor no

estuvo contento, en esta misma prisión me formó otra cárcel, cual fue mi

Humanidad, que encarceló a mi Divinidad; la primera cárcel me duró nueve

meses, la segunda cárcel, la de mi Humanidad, me duró treinta y tres años.

Pero mi Amor no se detuvo, ya casi para terminar la cárcel de mi

 

 

2251

Humanidad, me formó la cárcel de la Eucaristía, la más pequeña de las

cárceles, una pequeña hostia en la cual mi Amor encarceló mi Humanidad y

Divinidad, en la cual debía contentarme con estarme como muerto, sin hacer

sentir ni respiro, ni movimiento, ni latido, y no por pocos años, sino hasta la

consumación de los siglos. Así que fui de cárcel en cárcel, estas son

inseparables de Mí, por eso puedo llamarme el Divino encarcelado, el

Celestial prisionero. En las dos primeras cárceles, en la intensidad de mi

Amor maduré el reino de la Redención; en la tercera cárcel, la de la

Eucaristía, estoy madurando el reino de mi Fiat Divino. Por eso te llamé a ti

a la cárcel de tu cama, a fin de que juntos, prisioneros los dos, en nuestra

soledad, poniéndonos de acuerdo podamos hacer madurar el bien del reino

de mi Querer. Si me era necesaria una Mamá para la Redención, así también

necesito una mamá para el reino de mi Fiat, y mi Amor exigente ha querido

a esta madre encarcelada, para tenerla a mi disposición. Por eso Yo seré tu

prisionero no sólo en la pequeña hostia, sino también en tu corazón, y tú

serás mi amada prisionera toda atenta a escucharme y a romper la soledad de

mi larga prisión. Y a pesar de que estemos prisioneros seremos felices,

porque maduraremos el reino de la Divina Voluntad para darlo a las

criaturas."

Diciembre 24, 1929

Cuando Jesús habla de sus verdades hace salir Luz.

Las verdades leídas y releídas son como el fierro

forjado. Carrera en la Divina Voluntad.

Estaba pensando en todo lo que mi dulce Jesús, con tanta bondad se

benigna decir a mi pobre alma, y que releyéndolas en las circunstancias,

hacen salir Luz, y mi siempre amable Jesús me ha dicho:

"Hija mía, cuando Yo hablo hago salir Luz de verdad, y quiero que sea

aceptada y acariciada por el alma; si esta Luz es aceptada y puesta en un

puesto de honor en el interior de ella, llama a otra Luz, así que una Luz

llama a otra Luz, de otra manera regresa a su fuente. Y cuando el alma

vuelve a leerlas si están escritas, y a ponderarlas, mis verdades son como el

fierro forjado, que con golpearlo se incendia y hace salir chispas de Luz; en

cambio, si no es golpeado, el fierro es duro, negro y un metal helado. Así es

de mis verdades: ‘Si el alma las lee y relee para extraer de ellas la sustancia

que hay dentro, mis verdades que han sido comunicadas a su alma, que

simboliza el fierro, lo negro y su hielo, queda incendiada, y con el

 

 

2252

ponderarlas da los golpes sobre de sí misma, porque ha recibido el bien de

oír mi verdad, la cual sintiéndose honrada centellea Luz de otras verdades.

Pero si mis verdades manifestadas son puestas en el olvido, y no son puestas

en un puesto de honor, quedan como sepultadas; pero los vivos no se

sepultan, porque ellas son Luz, que poseen y llevan vida, por eso, vendrá el

tiempo, porque ellas no están sujetas a morir, en que otros harán tesoro de

ellas y condenarán a aquellos que las han tenido olvidadas y como

sepultadas. Si tú supieras cuánta luz hay en todo lo que te he manifestado

acerca de mi Divina Voluntad, y cuánta más Luz resplandecería si fueran

leídas y releídas, tú misma quedarías eclipsada y maravillada por el gran

bien que harían."

Después seguía mis actos en el Querer Divino, y pensando en la

soledad de Jesús en el seno de su Mamá, Él ha agregado:

"Hija mía, cómo me es dulce y agradable la compañía de la criatura,

pues fue por ella que descendí del Cielo a la tierra, para encontrarla y para

hacerla mía, así que teniéndola en mi compañía me siento como compensado

por mi descendimiento a la tierra. Pero debes saber que si estoy contento

con la simple compañía de la criatura que me ama y busca romper mi

soledad, no estoy contento sólo con la compañía de quien vive en mi Querer

Divino, la quiero siempre junto conmigo, como espectadora de mis lágrimas

infantiles, de mis gemidos, de mis sollozos, penas, obras y pasos míos, y

también de mis alegrías, porque quiero hacer depósito de todo esto en ella.

Porque estando mi Voluntad en ella me sería demasiado duro si no la tuviere

siempre junto conmigo, hacerla estar al día de todo. Mi Divina Voluntad

siente la irresistible necesidad de participar a la criatura todo lo que hace en

mi Humanidad, a fin de que no sea una Voluntad dividida la que reina en Mí

y la que reina en la criatura. Esta es la causa por la que en cada acto mío te

llamo y quiero que conozcas lo que he hecho y lo que hago, para hacerte don

de ello y poder decir: Quien vive en mi Querer Divino no me deja jamás,

estamos estrechados y somos inseparables."

Y yo: "Amor mío, tu carrera de amor no se detiene jamás, corres,

corres siempre, y yo me siento que no soy capaz de hacer mis carreras de

amor como las haces Tú, soy demasiado pequeña y no tengo el vuelo de

correr dondequiera para amarte." Y mi dulce Jesús ha agregado:

"Hija mía, también tú puedes hacer las carreras de amor en el mar

inmenso de mi Divina Voluntad, harás como hace la nave, cuando quiere

navegar el mar ella se arroja en el mar, las aguas se abren, le dan el paso y

mientras camina veloz, deja atrás de sí una estela blanca como señal de que

la nave pasó por aquel punto de mar, que después poco a poco se desvanece

y nada queda que señale que la nave pasó, pero a pesar de esto la nave ha

 

 

2253

hecho su carrera en el mar, y ha llegado a donde se había prefijado ir. Así el

alma, si quiere amar, se arrojará en el mar de mi Fiat Divino y formará su

carrera de amor, girará toda la eternidad y no hará como la nave, que nada

queda en el mar porque pasó, sino que orgullosas las aguas se cierran detrás

no dejando ninguna huella de que la nave pasó, sino que en el mar de mi

Querer Divino, conforme el alma se arroja para hacer su carrera, nuestras

aguas divinas regurgitan y en su gorgoteo forman la estela, la cual no se

desvanece sino que queda la huella y señala a todos su carrera de amor

hecha en nuestro mar, en modo que Nosotros podemos decir: ‘Por aquí pasó

e hizo su carrera de amor quien vive en nuestro Querer, porque lo que se

hace en Él queda imborrable.’ Así si quieres hacer tus adoraciones, si

quieres embellecerte, si quieres santificarte, si quieres ser potente, sabia,

arrójate en nuestro Querer y mientras harás tu carrera quedarás toda amor,

toda bella, toda santa, adquirirás la ciencia, conocerás quien es tu Creador, y

todos tus movimientos serán adoraciones profundas y dejarás en nuestro mar

tantas estelas por cuantas diversas carreras has hecho en el Fiat Divino, de

modo que Nosotros diremos: ‘En esta carrera que hizo en nuestro mar la

pequeña hija de nuestro Querer Divino, formó la estela de la santidad, y

Nosotros la santificamos y ella quedó santa; en esta otra carrera se arrojó en

el mar de nuestra Belleza y formó su estela, y Nosotros la embellecimos y

ella quedó embellecida; en esta otra carrera formó la estela de nuestros

conocimientos, y ella nos conoció y Nosotros le hablamos y nos hicimos

conocer, y le hablamos largamente de nuestro Ser Divino, nuestra palabra la

ató, la ensimismó con Nosotros, y sentimos la irresistible necesidad de

hacernos conocer siempre más, y de hacerle el don más grande, el de

manifestarle nuestras verdades. Así que en cada carrera que haces en

nuestro Fiat Supremo, tomas siempre de lo nuestro, y nuestro Amor

regurgitando nos habla de ti y nos señala tus carreras con su gorgoteo, como

señal de que tú has estado en nuestro mar divino."

Diciembre 25, 1929

El nacimiento de Jesús fue el renacimiento de la Divina Voluntad

en su Humanidad, y todo lo que hizo eran renacimientos de

Ella, formados en Él para hacerla renacer en las criaturas.

Jesús fue el verdadero sacrificado de su Querer.

 

Estaba pensando en cuando mi dulcísimo Jesús niño, penando de amor

salía del seno de su Mamá Celestial; ¡qué alegría para Ella el poderlo

 

 

2254

estrechar entre sus brazos, besarlo y ponerse en competencia en amar con

Aquél que tanto la amaba! Pero mientras tantos pensamientos se agolpaban

en mi mente acerca del santo nacimiento del infante divino, lo he sentido

moverse en mi interior, y saliendo fuera se ha puesto entre mis brazos y

poniendo sus pequeñas manitas en mi cuello me ha dicho:

"Hija mía, también tú bésame y estréchame a ti, y Yo te beso y te

estrecho a Mí, y amémonos con tal competencia de amor de no terminarla

jamás."

Y abandonándose en mis brazos como pequeño niño ha guardado

silencio. ¿Pero quién puede decir los abrazos de amor, los besos afectuosos?

Creo que es mejor pasarlo por alto. Después, retomando la palabra ha

agregado:

"Hija mía, mi nacimiento en el tiempo fue el renacimiento de mi

Divina Voluntad en mi Humanidad, y como renacía en Mí, traía la alegre

nueva del renacimiento en las generaciones humanas. Mi Fiat es eterno,

pero se puede decir como si naciera en Adán para formar la larga generación

de su renacimiento en la criatura, pero como Adán rechazó esta Voluntad

Divina, con rechazarla impidió los tantos renacimientos que debía hacer en

cada una de las criaturas; pero Ella con amor constante e invencible esperó a

mi Humanidad para renacer de nuevo en medio de la familia humana. Por

eso todo lo que Yo hice en todo el curso de mi Vida, las lágrimas infantiles,

mis gemidos y sollozos, no eran otra cosa que renacimientos de mi Divina

Voluntad que eran formados en Mí para hacerla renacer en las criaturas,

porque habiendo renacido en Mí, y poseyéndola como mía, tenía el derecho

y el poder de darla y hacerla renacer en la criatura. Así que todo lo que

hacía mi Humanidad: pasos, obras, palabras, penas, aún mi respiro y mi

misma muerte, formaban tantos renacimientos de mi Divina Voluntad por

cuantas criaturas habrían tenido el bien del renacimiento de mi Fiat Divino.

Siendo Yo la cabeza de la familia humana, y ella mis miembros, Yo como

cabeza llamaba con mis actos a los tantos renacimientos de mi Querer

Divino en Mí, para hacerlos pasar a renacer en mis miembros de las

criaturas. Por eso en cada acto que Yo hiciera, aun mi misma Vida

Sacramental, cada una de las hostias consagradas son continuos

renacimientos de mi Supremo Querer que prepara a la criatura, así que Yo

soy el verdadero sacrificador de una causa tan santa, cual es que mi Querer

reine. Soy propiamente Yo el que formé en Mí su reino, y haciéndolo

renacer tantas veces en Mí, por en cuantas criaturas debía renacer, formaba

su imperio santísimo y su reinar en medio a mis miembros.

Ahora hija mía, después que puse al seguro el reino de mi Divina

Voluntad en mi Humanidad, debía manifestarlo para hacerlo conocer, por

 

 

2255

eso vine a ti y comencé a narrarte la larga historia de mi Fiat Divino. Ahora,

tú debes saber que tantas manifestaciones he hecho y haré, tantas verdades,

tantas palabras he dicho, por cuantos renacimientos Ella hizo en mi

Humanidad; estarán en perfecto equilibrio sus renacimientos en Mí y sus

conocimientos que te manifiesto; cada renacimiento de mi Querer Divino

hecho en Mí y en cada una de las hostias consagradas, encontrará una

manifestación y una verdad suya que la confirma, y le dará el renacimiento

en la criatura, porque en Dios la palabra forma la vida del bien que quiere

formar en la criatura, nuestra palabra es portadora de vida, ¿no fue acaso

nuestra palabra Fiat la que pronunciándose creó el cielo, el sol y todo lo que

se ve en el universo entero, y también la misma vida del hombre? Mientras

no pronunciamos Fiat, todo estaba en Nosotros; en cuanto se pronunció

pobló cielos y tierra de tantas obras bellas y dignas de Nosotros, y daba

principio a la larga generación de vidas humanas. Mira entonces que todo lo

que te digo acerca de mi Divina Voluntad llevará con la potencia de mi

palabra creadora sus tantos renacimientos hechos en Mí en medio a la

familia humana. Esta es la gran razón de una historia tan larga y de mi

hablar tan continuado, Ella estará equilibrada con todo lo que fue hecho por

Nosotros en la Creación y con todo lo que hice en la Redención; y si parece

que alguna vez hago silencio, no es porque haya cesado mi decir, sino

porque hago reposo, pues es mi costumbre reposarme en mi misma palabra y

obras que salen de Mí, como hice en la Creación, no siempre se pronunció,

decía Fiat y hacía un alto y después lo pronunciaba de nuevo; así hago en ti,

hablo, te doy mi lección y tomo reposo, primero para gozarme en ti los

efectos de mi palabra y para disponerte a recibir la nueva vida de mi lección.

Por eso sé atenta y tu vuelo en mi Divina Voluntad sea continuo."

Diciembre 29, 1929

Jesús al descender del Cielo a la tierra formó el nuevo

edén. La Divina Voluntad ha sido siempre Reina.

Mi pequeña inteligencia me la sentía raptar y como transportar a mirar

en el regazo de mi Mamá Celestial a mi pequeño recién nacido Jesús, que

ahora llora y ahora gime, y ahora todo entumecido tiembla de frío, y ¡oh,

cómo quisiera mi pequeña alma deshacerse en amor para calentarlo y para

calmarle el llanto! Pero mi celestial y gracioso niño, llamándome junto conÉl en los brazos de su Mamá me ha dicho:

 

 

2256

"Mi hija del Divino Querer, ven a escuchar mis lecciones. Al

descender del Cielo a la tierra para formar la Redención, debía formar el

nuevo edén, debía restablecer el primer acto y el principio de la creación del

hombre en mi Humanidad. Así que Belén fue el primer edén; Yo sentía en

mi pequeña Humanidad toda la Fuerza de nuestra Potencia creadora, el

arrebato de nuestro Amor con el cual fue creado el hombre, sentía las fibras

de su inocencia, de su santidad, de su dominio, con las cuales él estaba

investido. Sentía en Mí a aquel hombre feliz, ¡oh, cómo lo amaba! Porque

habiendo perdido su puesto de honor, Yo retomaba su puesto, porque me

convenía primero poner en Mí el orden del cómo fue creado el hombre, y

después descender en su desventura para levantarlo y ponerlo a salvo. Por

eso estaban en Mí dos actos continuados, fundidos en uno, el edén feliz con

el cual debía poner en vigor toda la Belleza, la Santidad, la sublimidad de la

creación del hombre; era él inocente y santo, y Yo, sobrepasándolo no sólo

era inocente y santo, sino era el Verbo Eterno, y teniendo en Mí toda la

Potencia posible e imaginable, y Voluntad inmutable, debía reordenar todo

el principio de la creación del hombre y levantar nuevamente al hombre

caído, de otra manera no obraría como Dios, ni lo amaría como obra nuestra

salida y creada en un arrebato de nuestro Amor. Nuestro Amor se sentiría

detenido y como impotente, lo que no puede ser, si no hubiera ajustado toda

la condición del hombre caído y la condición del cómo fue creado. Habría

sido una afrenta a nuestra Creación y nos habrían acusado de debilidad si no

hubiésemos restablecido del todo al hombre. Por eso Belén fue mi primer

edén, en el cual hacía y abrazaba todos los actos que hizo Adán inocente y

que habría hecho si no hubiese caído; nuestra Divinidad esperaba con

justicia mi correspondencia en lugar de él, y conforme iba rehaciendo lo que

debería haber hecho el Adán inocente, así me abajaba y extendía la mano

para levantarlo. Entonces mi Humanidad no hacía otra cosa que conforme

giraba y me detenía, formaba nuevos edenes, porque en Mí estaban todos los

actos del principio de la creación del hombre, y en cualquier parte que me

detenía podía formar un nuevo edén con mi inocencia y Santidad. Así que

edén fue Egipto, edén fue Nazaret, edén fue el desierto, edén fue Jerusalén,

edén fue el monte calvario, y estos edenes que formaba llamaban al reino de

mi Divina Voluntad a reinar, y estos son pruebas ciertas que así como

cumplí el reino de la Redención y está haciendo su giro para establecerse por

todo el mundo, así estos edenes en los cuales fueron hechos por Mí todos los

actos como si el hombre no hubiese caído, seguirán los actos de la

Redención y harán su giro para establecer el reino de mi Fiat Divino. Por

eso te quiero siempre junto conmigo, a fin de que me sigas en todos mis

 

 

2257

actos, y todo lo ofrezcas para hacer que mi Divina Voluntad reine y domine,

porque esto es lo que más interesa a tu Jesús."

Después ha agregado: "Hija mía, mi Divina Voluntad obraba en Mí

como Reina, porque siempre ha sido tal, porque Ella por naturaleza es Reina,

en nuestra misma Divinidad tiene el primer puesto, rige y domina todos

nuestros atributos, no hay acto nuestro en que no tenga su puesto de Reina,

así que es Reina en el Cielo, en la tierra, en la Creación, en todo y en todas

partes reina. Por eso el querer que el hombre hiciera nuestra Voluntad

Divina y que le diese el puesto de Reina, era el honor más grande y el amor

más insuperable que le dábamos, y reinando una sola Voluntad lo hacíamos

sentar a nuestra mesa celestial, participándole nuestros bienes divinos. Lo

queríamos feliz, y queríamos la gloria de ver feliz a aquél que con tanto

amor habíamos creado con nuestras manos creadoras. Nuestro Querer

Divino y nuestro Amor no podían ni contentarse ni detenerse con la sola

obra de la Redención, sino que quieren ir más adelante hasta tener la obra

cumplida, mucho más que no sabemos hacer obras a la mitad, y teniendo los

siglos a nuestra disposición podemos llegar a donde queremos."

Enero 2, 1930

Diversidad de actos y efectos del Fiat Divino. Cuántos

bienes puede producir un acto de Él. Ejemplo del sol.

Mi abandono en el Fiat continúa, y siguiendo mi giro en sus obras me

sentía circundada por ellas, y cada una esperaba que yo la reconociera como

obra de mi Creador para vincularnos con vínculos inseparables; me parecía

que la Divina Voluntad con su Luz corriese en toda la Creación, y al igual

que corre nuestra sangre en el cuerpo, así corría también en todos los actos,

palabras, pasos, penas y lágrimas de Jesús, y yo iba en busca de todo como

cosas mías para amarlas y reconocerlas como cosas que me pertenecen.

Pero mientras esto hacía, mi dulce Jesús me ha dicho:

"Hija mía, quien vive en mi Divina Voluntad está en comunicación

con todas las cosas creadas por Nosotros, porque Ella es de todos y

pertenece a todos; siendo una la Voluntad que domina y obra, todas las cosas

le son como miembros al cuerpo, de los cuales la cabeza es Dios, que tiene

tantos vínculos a todas las cosas, porque en ellas corre nuestro Divino

Querer como acto primario de vida, que le son inseparables. Sólo la

voluntad humana, si quiere obrar por sí sola, sin la unión de la nuestra,

puede romper esta bella unión, este vínculo de inseparabilidad entre Dios,

 

 

2258

entre las cosas creadas, y entre las criaturas, por eso mi Divina Voluntad es

la portadora a la criatura de todos nuestros actos hechos en la Creación y en

la Redención, es la reveladora de nuestros secretos; siendo una la Voluntad

nuestra con la criatura que vive en Ella, ¿cómo puede esconderse? Y Yo

hija mía, cómo me sentiría mal si no te pusiera al día de mis lágrimas, de las

penas más íntimas y de lo que Yo hice estando sobre la tierra, y en mi dolor

diría: ‘Ni siquiera la pequeña hija de mi Querer conoce todo lo que he hecho

y sufrido para tener la correspondencia, aunque sea de su pequeño y repetido

te amo y hacerle el don de lo que me pertenece.’ Entonces, cada cosa que tú

conoces de Mí y amas como tuya, Yo te hago don de ella, y haciendo fiesta

digo: Tengo siempre qué dar a mi hija, y ella tiene siempre qué recibir, por

eso estaremos siempre juntos, porque estamos ocupados en el intercambio

que hacemos, Yo en dar y ella en recibir."

Después de esto seguía mi giro en todos los actos buenos hechos desde

el principio de la Creación por todas las criaturas, no excluido mi primer

padre Adán, para ofrecerlos para obtener el reino de la Divina Voluntad

sobre la tierra, y mi dulce Jesús, moviéndose en mi interior me ha dicho:

"Hija mía, no hay cosa buena que no salga de mi Divina Voluntad,

pero hay diferencia entre actos y efectos de Ella. La Creación fue un acto de

mi Fiat, y ¡oh! cuántas cosas bellas no salieron, cielos, soles, estrellas, aire

que debía servir para la vida natural de la criatura; mar, viento, todo fue

plenitud y multiplicidad de obras, porque un acto de mi Divina Voluntad es

capaz de llenar todo y de hacer todo. La creación del hombre fue un acto de

Ella, ¿y qué cosa no encerró en la pequeña circunferencia del hombre?

Inteligencia, ojos, oídos, boca, palabra, corazón, y hasta nuestra semejanza,

por la cual lo hacíamos el portador de su Creador, ¿cuántos prodigios no

encierra? No sólo eso, sino le fue puesta toda la Creación en torno para

servirlo, como si un primer acto de nuestro Fiat hecho en la Creación

quisiera servir al segundo acto hecho al crear al hombre. Otro acto de

nuestra Voluntad Divina fue la creación de la Virgen Inmaculada, fueron

tales y tantos los prodigios obrados en Ella, que Cielos y tierra quedaron

estupefactos, tanto que llegó a hacer descender al Verbo Divino sobre la

tierra, lo que formó otro acto de mi Fiat, el cual fue mi Encarnación, y tú lo

sabes, que fue portador de todos los bienes a la familia humana. Todo el

resto de los bienes que ha habido en medio de las criaturas, virtudes,

oraciones, obras buenas, milagros, son efectos de mi Querer Divino, los

cuales obran según las disposiciones de las criaturas, y por eso son siempre

limitados, no con aquella plenitud que llena Cielos y tierra. En cambio los

actos de mi Fiat Divino son independientes de ellas, y por eso se ve la gran

diferencia entre actos y efectos. Y esto se ve muy bien también en el sol y

 

 

2259

entre los efectos que él produce; el sol como acto está siempre fijo en su

plenitud de luz, que con majestad llena la tierra, jamás cesa de dar su luz y

su calor, en cambio los efectos del sol, que se puede decir que están a

disposición de la tierra, son inconstantes, ahora se ve la tierra florida con la

variedad de tantos colores, y ahora se ve despojada y sin belleza, como si el

sol no tuviese la virtud comunicativa para comunicar siempre sus admirables

efectos a la tierra, mientras que se puede decir que la culpa es de la tierra.

Al sol no le falta nunca nada, aquél de ayer, es hoy y será. Ahora, cuando te

veo girar aún en los efectos de mi Fiat Divino, como si no quisieras perder

nada, para encerrarlos en Él y darle los homenajes, el amor de los efectos

que produce para pedirle que venga a reinar sobre la tierra, tú dispones a

nuestro Querer a formar otro acto de Él, porque tú debes saber que el Fiat

Voluntas Tua come in Cielo cosí in Terra será otro acto de nuestro Fiat

Supremo, no será un efecto, sino un acto, pero con tal magnificencia que

todos quedarán asombrados. Tú debes saber que el hombre fue creado por

Nosotros con este prodigio, que debía poseer en él nuestro acto continuo de

Voluntad Divina; con rechazarla perdió el acto y se quedó con los efectos,

porque sabíamos que así como la tierra no puede vivir sin tener al menos los

efectos que produce el sol si no quiere vivir en la plenitud de su luz y de su

calor, así el hombre no podía vivir al menos sin los efectos de nuestra Divina

Voluntad, ya que había rechazado la Vida de Ella. Por lo tanto su reino no

será otra cosa que llamar nuevamente el acto continuo de nuestro Fiat

Divino obrante en la criatura. Esta es la razón de mi largo hablar sobre Él,

no es otra cosa que el principio del acto continuo de mi Fiat Divino que no

termina jamás cuando quiere obrar en la criatura, y es tan múltiple en las

obras, en la Belleza, en la Gracia y en la Luz, que no se ven los confines.

Por eso sigue girando en todo lo que ha hecho y produce mi Fiat Divino, no

te canses jamás si quieres obtener un reino tan santo."

Después ha agregado: "Hija mía, así como los efectos son producidos

por la sola y única Voluntad mía, y obran según las disposiciones de la

criatura, así los actos de nuestro Querer Divino, independientes de ellas, son

producidos por la unidad del acto único de nuestro Fiat Divino. Así que en

Nosotros es siempre uno nuestro acto, porque en Nosotros no hay sucesión

de actos, y si a la criatura le parece que ahora hacemos la Creación, ahora la

Redención, y ahora que queremos formar el reino de nuestra Divina

Voluntad en medio de las criaturas, es la manifestación que les hacemos de

lo que posee nuestro solo y único acto, que mientras a ellos les parece que

hacemos y sacamos tantos actos distintos, para Nosotros todo estaba

encerrado en un solo acto. En la unidad de nuestro Querer Divino que

encierra un solo acto, nada le puede huir, encierra todo, hace todo, abraza

 

 

2260

todo y es siempre un solo acto. Así que, tanto los efectos que produce

nuestro Fiat, cuanto los actos de Él, parten siempre de la unidad del solo y

único acto nuestro."

Enero 7, 1930

Intercambio de dones entre Dios y la criatura. Quien

vive en el Querer Divino es el banco divino sobre

la tierra y forma un resplandor de Cielo.

 

Me sentía toda abandonada en el Fiat Supremo, y pensaba entre míqué cosa podría dar a mi amado Jesús, y Él rápidamente: "Tu voluntad." Y

yo: "Amor mío, ya te la di, y habiéndola dado creo que no soy más dueña de

dártela, ya que es tuya." Y Jesús:

"Hija mía, cada vez que tú quieras hacerme el don de tu querer, Yo lo

acepto como un nuevo don, porque Yo dejo la voluntad humana en su libre

albedrío, de modo que la criatura puede estar en acto de dármela siempre, y

Yo tantas veces la acepto por cuantas veces me la da, porque ella tantas

veces se sacrifica por cuantas veces me hace el don, y Yo al ver que la

criatura es constante en hacerme su don continuado, veo que hay verdadera

decisión por parte suya, y ama y estima el don de mi Voluntad, y Yo,

conforme ella me hace el don continuo de la suya, le hago el don continuo

de la mía, y ensanchando su capacidad, porque la criatura es incapaz de

tomar toda la interminabilidad de mi Querer, voy aumentando

continuamente más Santidad, más Amor, más Belleza, más Luz y más

conocimiento de mi Divina Voluntad. Así que en el intercambio que

hacemos, tú de tu voluntad y Yo de la mía, duplicamos los dones, y queda

tantas veces vinculada por cuantas veces hacemos el intercambio. Así que

Yo tengo siempre qué darte y tú también, porque en mi Divina Voluntad las

cosas no terminan jamás, surgen a cada instante, y habiéndome dado tu

voluntad, al contacto de la mía la tuya adquiere las prerrogativas de la mía,

de poderse dar continuamente a tu Jesús."

Después seguía los actos del Fiat Divino, acompañándolos con mi "te

amo", y comprendía la gran diversidad de la grandeza y magnificencia de las

obras del Fiat Divino, y de mi pequeño "te amo", ¡oh, cómo me sentía

pequeña y verdaderamente recién nacida apenas delante a aquel Fiat que

todo puede y todo abraza! Y mi amable Jesús estrechándome entre sus

brazos me ha dicho:

 

 

2261

"Hija mía, quien vive en mi Divina Voluntad es mi banco sobre la

tierra, y conforme dices tu ‘te amo’ Yo lo invisto con el mío, y de pequeño

se vuelve grande, se difunde en el infinito, de modo que las riquezas de mi

Amor se vuelven inmensurables, y Yo las pongo en el banco de tu alma, y

conforme continúas tus actos, así los invisto con los míos y los pongo en tu

banco para tener mi banco divino sobre la tierra. Por eso tus pequeños actos

hechos en mi Querer Divino me sirven para darme qué hacer, para hacer

correr nuestras cualidades divinas que son infinitas en tus pequeños actos

que son finitos, mezclarlos juntos y hacer de ellos tantos actos nuestros y

ponerlos en el banco de tu alma, a fin de que nuestro Querer encuentre en ti

su Cielo. ¿No sabes tú que quien debe vivir en nuestro Fiat Divino debe ser

un resplandor de Cielo? Que abajándose sobre la tierra, pero tanto de quitar

cualquier distancia, de modo que en aquel punto de la tierra en que se

encuentre aquella afortunada criatura se debe ver Cielo, no tierra; ni mi

Divina Voluntad estaría sin su Cielo, ya Ella misma se lo formaría y los

habitantes del Cielo se abajarían para rendir homenaje a aquel Fiat, del cual

reconocen su existencia. Por eso todos los bienaventurados quedan

admirados al ver un resplandor de Cielo sobre la tierra, pero súbito cesa su

estupor cuando ven que aquella Divina Voluntad que forma su Cielo y toda

su felicidad se encuentra reinante en aquella criatura, propiamente en aquel

punto donde ven que los habitantes del Cielo abajándose circundan a aquella

criatura para alabar a mi Fiat Supremo, Por eso sé atenta hija mía, y si esto

te digo es para hacerte conocer el gran bien de hacerte conocer mi Querer, y

cómo quiere formar su reino en ti, a fin de que me agradezcas y seas

reconociente."

Enero 10, 1930

Quien vive en el Divino Querer pertenece a la familia divina.

Diversidad de modos en que se puede pertenecer a Dios.

Quién vive en Dios, y quién fuera de Dios.

 

Me sentía, si bien abandonada en el Fiat Divino, también toda

aniquilada, pero tanto, que me veía más pequeña que un átomo y pensaba

entre mí: "Cómo soy miserable, pequeña e insignificante." Y mi adorable

Jesús interrumpiendo mi pensamiento, haciéndose oír y ver me ha dicho:

 

 

2262

"Hija mía, seas pequeña o grande, perteneces a nuestra familia divina,

eres un miembro de ella y esto te basta, más bien es todo para ti y es la gloria

y el honor más grande que podrías poseer."

Y yo: "Amor mío, todos hemos salido de Ti y todos te pertenecemos,

así que no es maravilla que te pertenezca."

Y Jesús: "Es cierto que todos me pertenecen por vínculos de creación,

pero hay gran diferencia para quien me pertenece no sólo por vínculos de

creación, sino con vínculo de fusión de voluntad, esto es, que la mía es la

sola y única voluntad suya; de éstos puedo decir que me pertenecen con

vínculos de verdadera familia nuestra, porque la voluntad es la cosa más

íntima que puede existir, tanto en Dios como en la criatura, es la parte

esencial de la vida, es la dirigente, es la dominadora que tiene virtud de

vincular con vínculos inseparables a Dios y a la criatura, y de esta

inseparabilidad se reconoce que pertenece a nuestra familia divina. ¿No

sucede esto dentro de un reino? Todos pertenecen al rey, pero en cuántos

diversos modos pertenecen: quién pertenece como pueblo, quién como

ejército, quién como ministro, quién como centinela, quién como cortesano,

quién como reina del rey, y quién como hijo. Ahora, ¿quién pertenece a la

familia real? El rey, la reina, los hijos; todos los demás del reino no puede

decirse que pertenecen a la familia real, pero pertenecen al reino, están

obligados a la ley, a la sujeción, y a los rebeldes se les mete a la cárcel; por

lo tanto, a pesar de que todos le pertenecen, pero en cuántos diversos modos.

Sólo quien vive en nuestro Querer Divino vive en medio a Nosotros; nuestro

Fiat Divino nos la trae en su regazo de Luz a lo íntimo de nuestro seno

divino, no podemos ponerla fuera de Nosotros, para hacerlo deberíamos

poner nuestro Querer Divino fuera de Nosotros, lo que no podemos hacer ni

queremos hacerlo; es más, estamos contentos de tenerla, de cuidarla como

nuestro amado recuerdo de cuando nuestro Amor regurgitante sacó fuera la

Creación, porque quería que la criatura viviera en nuestra heredad de la

Divina Voluntad, y que con sus inocentes sonrisas se entretuviera con su

Creador. Y si te ves pequeña, es el Amor exuberante de mi Fiat, que es todo

atención y celo sobre ti y no te concede un acto de tu voluntad humana, así

que lo humano no tiene crecimiento y tú te sientes siempre pequeña, y esto

es porque mi Querer quiere formar su Vida en tu pequeñez, y cuando crece

su Vida Divina, la vida humana no tiene razón de crecer, por eso te debes

contentar con quedar siempre pequeña."

Después seguía mi abandono en el Santo Querer, y mi dulce Jesús ha

agregado:

"Hija mía, quien vive en mi Fiat Divino vive en Dios, por eso posee y

puede dar los bienes que posee. El Ser Divino la circunda por todas partes,

 

 

2263

de modo que no ve, no oye, no toca otra cosa que Dios, en Él se hace feliz,

sólo a Él comprende y conoce, todo le desaparece y sólo le queda el

recuerdo de que mientras se encuentra en su Dios, es viadora aún, y como

viadora debe perorar por sus hermanos, porque encontrándose en condición

de dar los bienes que posee, debe dar según las disposiciones de las

criaturas. No recuerdas tú, años atrás cuando te hacía ver que te ponía en mi

corazón y todo te desaparecía, y tú te la gozabas y no querías salir más, y Yo

para hacerte recordar que eres viadora te sacaba a la puerta de mi corazón, si

bien entre mis brazos, para hacerte ver los males del genero humano a fin de

que tú perorases por ellos, y tú te disgustabas conmigo porque no querías

salir de mi corazón. Era el principio del vivir en mi Querer Divino que tú

sentías en mi corazón, exento de cualquier peligro, libre de todos los males,

porque Dios mismo se pone en torno a la feliz criatura para tenerla defendida

de todo y de todos. En cambio para quien hace mi Voluntad Divina y no

vive en Ella, se encuentra en condición de poder recibir, pero no de dar, y

como vive fuera de Dios, no en Dios, ve la tierra, siente las pasiones que la

ponen en peligro continuo y le dan una fiebre intermitente, por la que ahora

se sienten sanos, ahora enfermos, ahora quieren hacer el bien, y ahora se

cansan, se aburren, se fastidian y dejan el bien. Son propiamente como

aquellos que no tienen una casa dónde estar al seguro, sino que viven en

medio de la calle, expuestos al frío, a la lluvia, al sol ardiente, a los peligros,

y viven de limosna. Justa pena de quien podía vivir en Dios, y en cambio se

contenta con vivir fuera de Dios."

Enero 16, 1930

En la Creación, Redención y reino de la Divina Voluntad, la

parte obrante es de la Divina Voluntad, y las Tres Divinas

Personas son concurrentes. La Creación quiere narrar la historia

de la Divina Voluntad. Quien vive en Ella recibe todo, puede

dar todo, y toma parte en todas las cualidades divinas.

 

Estaba siguiendo al Fiat Divino en la obra de la Creación y, ¡oh! cómo

me parecía bella, pura, majestuosa, ordenada, digna de Aquél que la había

creado; me parecía que cada cosa creada tenía que decirme su pequeña

historia que encerraba de aquel Fiat que le había dado la vida, y que

sacándolas a la luz del día, debían narrar para hacer conocer lo que sabían de

la Divina Voluntad, y unidas juntas debían narrar la larga historia de aquel

Fiat que no sólo las había creado, sino que conservándolas les daba el

 

 

2264

trabajo de narrar su larga historia, dando a cada cosa creada una lección para

narrar a las criaturas, para hacer conocer aquella Divina Voluntad que las

había creado. Pero mientras mi pobre mente se perdía en mirar la Creación,

y quería escuchar las tantas bellas lecciones que quería darme cada cosa

creada sobre el Fiat Divino, mi dulce Jesús saliendo de dentro de mi interior

me ha dicho:

"Pequeña hija de mi eterno Querer, quiero hacerte saber que la obra de

la Creación, de la Redención y la del reino de nuestro Querer, es todo obra

de nuestro Fiat Supremo. Él tomó la parte obrante y las Tres Divinas

Personas tomaron la parte concurrente, pero fue a nuestro Fiat Divino al que

le dimos el trabajo de crear la Creación, de formar la Redención y de

restablecer el reino de nuestra Divina Voluntad. Porque en las obras que

salen de dentro de la Divinidad es siempre nuestro Querer Divino el que

toma la parte activa, si bien todo nuestro Ser Divino concurre junto, porque

Él tiene virtud y oficio dirigente y obrante de todas las cosas nuestras. Así

como tú tienes las manos para obrar y los pies para caminar, y si quieres

obrar no te sirves de los pies sino de las manos, si bien todo tu ser es

concurrente a la obra que quieres hacer, así es de nuestro Ser Divino, no hay

parte de Nosotros que no concurra, pero nuestra Voluntad Divina toma la

parte dirigente y obrante. Mucho más que Ella tiene su sede en la Divinidad,

su Vida corre en nuestro seno divino, es Vida nuestra, y mientras sale de

nuestro seno divino, más bien sale y queda, lleva fuera de Nosotros la virtud

creadora de lo que quiere hacer, dirigir y conservar. Ahora, como tú ves

todo es obra de nuestro Fiat Divino, y por eso todas las cosas creadas están

como tantos hijos que quieren decir la historia de su Mamá, porque sintiendo

su Vida en ellas, y conociendo el origen de donde vienen, sienten la

necesidad de decir cada una de ellas quien es su Mamá, cuán buena es, cómo

es bella y cómo ellas son felices y bellas porque han sido dadas a luz por una

Madre como Ella. ¡Oh! si las criaturas poseyeran como vida a mi Divina

Voluntad, conocerían tantas bellas cosas de Ella, y conocerla y no hablar de

Ella les resultaría imposible, así que no harían otra cosa que hablar de Ella,

amarla, y exponer su vida para no perderla."

Después ha agregado: "Hija mía, nuestra Divina Voluntad es todo, y

estando por todas partes, el alma que vive inmersa en Ella no hace otra cosa

que tomar continuamente de Dios, y Dios está en acto continuo de verterse

dentro de ella, pero tanto, que no sólo la llena, sino que no pudiendo

contener todo dentro, forma mares en torno a ella, porque nuestro Querer

Divino no estaría contento si en el alma que vive en Él no pudiese hacerle

parte de todas las partículas de nuestras divinas cualidades, por cuanto a

criatura es posible, de modo que el alma debe poder decir: ‘Todo me das, y

 

 

2265

todo te doy, en tu Querer Divino puedo darte todo Tú mismo.’ He aquí por

qué quien vive en nuestro Fiat es inseparablemente nuestra; su pequeñez nos

la sentimos correr en nuestra Potencia y se llena de potencia nuestra hasta no

poder más, y honra nuestra Potencia porque la pone en condiciones de

comunicarse a la criatura. Nos la sentimos correr en nuestra Belleza, y se

llena de belleza; en nuestro Amor, y se llena de nuestro amor; en nuestra

Santidad y queda llena de ella. Pero mientras queda llena, nos honra, porque

nos pone en condición de embellecerla con nuestra Belleza divina, de

llenarla con nuestro Amor, de sellar nuestra Santidad, en modo de poner en

actitud todas nuestras cualidades divinas; en una palabra, nos pone en

condición de obrar y darnos qué hacer para comunicarnos a ella, porque no

nos conviene tenerla en nuestra Divina Voluntad disímil de Nosotros; será

pequeña, no puede encerrar todo nuestro Ser Divino, pero participarle todas

nuestras cualidades divinas por cuanto a criatura es posible, en modo que

nada le debe faltar, esto es posible, por eso nada queremos negarle, y

además, lo negaríamos a nuestra Divina Voluntad, y sería lo mismo que

negárnoslo a Nosotros mismos, lo que Nosotros mismos queremos hacer.

Por eso sé atenta hija mía, en nuestro Fiat encontrarás la verdadera finalidad

para la que fuiste creada, tu origen, tu nobleza divina, encontrarás todo,

recibirás todo, y todo nos darás."

Enero 20, 1930

Cómo es bello el vivir en el Querer Divino. El alma pone a

Dios en condición de repetir sus obras. Cómo el Fiat

Divino hace de actor y espectador.

 

Estaba haciendo mi giro en la Divina Voluntad, y habiendo llegado al

momento cuando fue creada la Reina del Cielo, donde la Divinidad se

quitaba la vestidura de Justicia, y como vistiéndose para fiesta renovaba el

acto solemne del principio de la Creación, llamando a vida a la noble

criatura, que con vivir en el Querer Divino, – finalidad única por la cual

Dios había creado al hombre, que no debía salir de la casa de su Padre,

porque sólo nuestro querer humano nos pone fuera de Dios, de su

habitación, fuera de sus bienes, de su Santidad, de su Luz – Dios al crear a la

Virgen Santa reemprendía la fiesta de la Creación, sus dulces sonrisas, sus

santos coloquios con la criatura, y regurgitó tanto en amor, que súbito la hizo

Reina de todo el universo, ordenando a todo y a todos que como a tal la

honrasen, y postrados a sus venerables pies la reconocieran y alabaran como

 

 

2266

Reina. Entonces yo, según mi costumbre, alababa a mi Madre Reina,

saludándola a nombre de todos, Reina del Cielo y de la tierra, Reina de los

corazones, y celestial Emperatriz que impera sobre todo y hasta en su

Creador. ¡Ah! le decía, con tu imperio universal impera sobre todos, a fin de

que la voluntad humana ceda los derechos a la Divina Voluntad; impera

sobre nuestro Dios, a fin de que el Fiat Divino descienda en los corazones y

reine como en el Cielo así en la tierra.

Mientras esto hacía, mi dulce Jesús se ha movido en mi interior y se

unía conmigo a ensalzar a la Mamá Celestial como Reina, y estrechándomea Él me ha dicho:

"Hija mía, cómo es bello el vivir en mi Querer Divino; todo lo que ha

sido hecho por Dios lo tiene como presente, y la criatura encuentra todo lo

que ha hecho su Creador, y toma parte en sus obras, y puede tributarle los

honores, el amor, la gloria de aquel acto a su Creador. Se puede decir que

quien vive en nuestro Fiat Divino nos pone en condición de renovar nuestras

obras más bellas, y ella se hace renovadora de nuestras fiestas. La creación

de la Virgen dice claramente qué significa y qué puede hacer nuestro Querer

Divino; no apenas se posesionó de su virginal corazón, no esperamos ni

siquiera un minuto, sino que súbito la hicimos Reina; era a nuestra Voluntad

a la que coronábamos en Ella, porque no era conveniente que una criatura

que poseyese nuestro Querer, no tuviese la corona de reina y el cetro de

mando. Nuestra Divina Voluntad no quiere escatimar nada, todo quiere dar

a quien le hace formar su reino en su alma. Tú debes saber que así como tú,

en mi Fiat encuentras presente la creación de la Soberana Señora y la alabas

como Reina, así Ella te encontraba a ti, presente, en el mismo Fiat Divino y

oía tus alabanzas. La Mamá no quiere ser menos que la hija, y desde

entonces te ensalzaba a ti para honrar a aquel Querer Divino que debía

poseerte, y para corresponderte por tus alabanzas, cuántas veces llama al

cielo, al sol, a los ángeles, y a todo a alabar a su pequeña hija que quiere

vivir en aquel Fiat que formó toda su gloria, su grandeza, belleza y

felicidad."

Después seguía mi abandono en el Fiat Divino, y mi dulce Jesús ha

agregado:

"Hija mía, cuando mi Querer Divino reina en el alma, Él toma la parte

obrante y dirigente, no hay cosa que ella haga, en que mi Querer Divino no

ponga su acto primero para llamar a su acto divino sobre el acto de la

criatura; así que si piensa, ahí forma su primer pensamiento y llama toda la

Santidad, la Belleza, el orden de la Inteligencia divina, y como la criatura no

es capaz, ni tiene vacío suficiente para recibir nuestra Inteligencia, mi Fiat,

cada vez que hace su acto primero en la inteligencia de la criatura, con su

 

 

2267

Potencia va ensanchando la capacidad de ella para encerrar nueva

Inteligencia divina en la mente de la criatura. Por eso se puede decir que mi

Querer, donde reina, es el primero a respirar, el primero en latir, el primer

acto de la circulación de la sangre, para formar en la criatura su respiración

divina, su latido de luz, y en la circulación de la sangre la total

transformación de su Querer Divino en el alma y en el cuerpo. Y mientras

esto hace, da virtud y vuelve capaz a la criatura para poder respirar con el

respiro divino, palpitar con su latido de luz, y sentirse circular en todo su ser,

más que sangre, toda su Vida Divina. Por eso, donde reina mi Querer, es el

actor continuado que jamás cesa de obrar, y haciéndose espectador goza sus

escenas divinas que Él mismo desarrolla en la criatura, y ella presta su ser

como materia en sus manos, para hacerle desenvolver las escenas más bellas

y deleitables, que mi Fiat quiere hacer en el alma donde mi Querer Divino

domina y reina."

Enero 26, 1930

Cada palabra dicha por Jesús sobre su Fiat, es como un

hijo que sale de su seno, y tiene la fuerza comunicativa de

comunicarse a toda la Creación. Imperio de la oración

hecha en la Divina Voluntad.

Mi vuelo continúa en el Fiat Divino, y yo comprendo más, cómo cielo

y tierra están llenos de Él, no hay cosa creada que no sea portadora de una

Voluntad tan Santa. Pero mientras mi mente se perdía en el Fiat, mi dulce

Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:

"Hija mía, todas las cosas creadas, por fuerza de mi Divina Voluntad

en la cual ellas viven, advierten cuando mi Querer Divino quiere manifestar

una verdad que le pertenece, un conocimiento suyo, o bien que quiere hacer

una obra suya; siendo una la Voluntad que domina toda la Creación, sienten

en ellas la virtud comunicativa, creadora y conservadora que quiere obrar y

darse a conocer, por eso sienten como si otra hermana se agregara en medio

a ellas y festejan a la recién llegada; así que cada palabra que te he dicho

sobre mi Querer Divino ha sido un Fiat pronunciado por Nosotros, el cual ha

salido como un hijo del seno de nuestro Querer. Este Fiat es el mismo Fiat

de la Creación, que formando su eco hace sentir su Fuerza vital donde reside

nuestra Voluntad. Cuando nuestro Fiat quiere obrar, quiere pronunciarse

con hacerse conocer y manifestar otras verdades suyas, sucede como a una

familia cuando ven que su madre está por dar a luz otros hijos, toda la

 

 

2268

familia festeja, porque la familia se hace más numerosa, y cada vez que se

acrecienta otro hermanito o hermanita hacen fiesta, y gozan del nuevo

llegado en medio a ellos. Tal es la Creación, habiendo salido del seno de mi

Divina Voluntad, todas mis obras forman una familia, y están de tal manera

ligadas entre ellas, que parece que no pueden vivir la una sin la otra, mi

Voluntad las tiene de tal manera unidas, que las vuelve inseparables, porque

todas sienten que una es la Voluntad que las domina. Ahora, oyendo un

decir tan prolongado de mi Fiat, los tantos conocimientos que te va

manifestando, sienten que se acrecienta el número de la divina generación de

mi Fiat en medio a ellos, entonces la familia de la Creación se siente

engrandecer y festeja el preludio del reino de mi Querer Divino. Por eso

cuando te hablo de mi Fiat, y Él se pronuncia con manifestarse, los cielos

reverentes se abajan para recibir el nuevo parto y su hijo en medio a ellos,

para tributarle los honores y festejar al recién llegado. Hija mía, mi

Voluntad Divina cuando quiere pronunciarse, se extiende dondequiera y

hace oír su eco y su Fuerza creadora en todas las cosas donde Ella reina."

Después de esto seguía rezando para que el bendito Jesús se apresurara

en hacer venir el tan suspirado reino de la Divina Voluntad sobre la tierra, ymi amado Jesús, como herido por tal petición, que Él mismo tanto suspira de

ver el triunfo del Querer Divino sobre la tierra, me ha dicho:

"Hija mía, las oraciones hechas en mi Querer Divino para obtener el

advenimiento de su reino sobre la tierra, tienen un gran imperio sobre Dios.

Dios mismo no puede desentenderse ni puede no oírla favorablemente,

porque la criatura rogando en mi Fiat Divino, sentimos la Fuerza de nuestro

Querer, que con su Imperio ruega, con su Inmensidad se extiende

dondequiera, y abrazando la Fuerza universal, la oración se extiende por

todas partes, de modo que nos sentimos cercados por todos lados, sentimos

nuestra misma Voluntad en Nosotros que ruega, y de oración se cambia en

orden y dice: ‘quiero.’ E imperando sobre nuestro Ser Divino con su dulce

imperio, decimos: ‘Queremos.’ Por eso las oraciones hechas en nuestro Fiat

Divino se pueden llamar decisiones, órdenes, que llevan el reescrito firmado

de lo que se quiere, y si no se ve al instante lo que se quiere es porque

estamos disponiendo las causas secundarias para sacar de Nosotros lo que

hemos decidido dar. Por eso no hay que dudar, porque tarde o temprano

verá descender lo que con decisión le ha sido concedido. Por eso continúa

las oraciones en nuestro Fiat, oraciones que mueven Cielos y tierra, y hasta

al mismo Dios, si amas ver mi reino sobre la tierra, y Yo rogaré junto

contigo para obtener el intento. Mucho más que el único fin de la Creación

fue propiamente esto: Que nuestro Querer Divino debía reinar como en el

Cielo así en la tierra."

 

 

2269

Enero 30, 1930

Así como se desarrolló la Redención, así se desarrollará

el reino de la Divina Voluntad. Analogía entre ellos.

Sobresalto de alegría y de dolor de Jesús.

Estaba pensando en cómo podía venir el reino de la Divina Voluntad

sobre la tierra, en qué modo se podrá desarrollar, y quiénes serán los

primeros afortunados que tendrán un bien tan grande. Y mi dulce Jesús

haciéndose ver me ha estrechado a Sí, y dándome tres besos me ha dicho:

"Hija mía, del mismo modo como se desarrolló el reino de la

Redención, así se desarrollará el reino de mi Voluntad. Se puede decir que

la Redención va haciendo el giro por todo el mundo, giro que aún no ha

cumplido del todo, porque no todos los pueblos conocen mi venida a la

tierra, y por eso están privados de sus bienes; Ella va preparando y

disponiendo los pueblos al gran reino de mi Divina Voluntad.

Ahora, así como mi Redención tuvo su principio no en todo el mundo,

sino en el centro de la Judea, porque en esta nación estaba el pequeño núcleo

de aquellos que me esperaban, estaba Aquélla que me había escogido por

Madre, estaba san José que debía ser mi padre putativo, en esta nación me

había manifestado a los profetas haciéndoles conocer que vendría a la tierra,

era justo que donde se conocía fueran los primeros en tenerme en medio a

ellos; y si bien fueron ingratos y muchos no me quisieron conocer, pero,

¿quién puede negar que mi Mamá Celestial, los apóstoles, los discípulos,

fueron de la nación hebrea y que fueron ellos los primeros anunciadores que

expusieron su vida para hacer conocer a las otras naciones mi venida a la

tierra y los bienes que hay en mi Redención? Así será del reino de mi Fiat

Divino; los países, las provincias, el reino, que hayan sido los primeros en

conocer los conocimientos de mi Divina Voluntad y su expresa Voluntad de

querer venir a reinar en medio a las criaturas, serán los primeros en recibir

los bienes que traerá su reino; y después haciéndose camino con sus

conocimientos hará su giro en medio de las generaciones humanas. Hija

mía, hay mucha analogía del modo como se desarrolló la Redención y el

como se desarrollará el reino de mi Divina Voluntad. Mira, en mi

Redención escogí una Virgen, aparentemente no tenía ninguna importancia

según el mundo, ni de riqueza, ni de altura de dignidad o de puestos que la

señalaran, la misma ciudad de Nazaret no era importante, una pequeña casita

era toda su habitación, pero a pesar de que la escogí de Nazaret, quise que

 

 

2270

perteneciera a la ciudad capital de Jerusalén, en la cual estaba el cuerpo de

los pontífices y sacerdotes que entonces me representaban y anunciaban mis

leyes. Para el reino de mi Divina Voluntad he escogido otra virgen, que

aparentemente no tiene ninguna importancia, ni de grandes riquezas, ni de

altura de dignidades, la misma ciudad de Corato no es ciudad importante,

pero pertenece a Roma, donde reside mi representante en la tierra, el romano

Pontífice, del cual parten mis leyes divinas, el cual, así como se hace un

deber el hacer conocer a los pueblos mi Redención, así se hará un deber el

hacer conocer el reino de mi Divina Voluntad. Se puede decir que la una y

el otro irán a la par en el modo y en el cómo, cómo se debe desarrollar el

reino de mi Fiat Supremo."

Después de esto seguía mi giro en el Querer Divino, y habiendo

llegado al edén rogaba a Jesús que pronto restableciera la finalidad de la

creación del hombre como salió de sus manos creadoras; pero mientras esto

hacía, mi amado Jesús, haciéndose oír en mi interior, me hacía sentir que su

corazón divino se estremecía fuertemente, y todo ternura me ha dicho:

"Hija mía, cada vez que se menciona el edén, mi corazón se sobresalta

de alegría y de dolor al recordar el modo, el cómo fue creado el hombre, su

estado feliz, su belleza raptora, su soberanía, nuestras y sus alegrías

inocentes con las que nos deleitábamos juntos, cómo era bello nuestro hijo,

parto digno de nuestras manos creadoras; ahora, al recordar esto, es tan

dulce y agradable a mi corazón, que no puedo hacer menos de estremecerme

de alegría y de amor; pero después, al verlo cambiado en su suerte y

descendido de su felicidad en los males de su voluntad humana, porque

nuestra Divina Voluntad era el preservativo a todos sus males y la

conservadora del como salió de nuestras manos creadoras, que poniéndolo

en competencia con su Creador lo ponía en condiciones de poder dar su

amor, sus alegrías inocentes a Aquél que lo había creado. Entonces, al verlo

infeliz, mi sobresalto de alegría súbito viene seguido de un sobresalto de

fuerte dolor. Y si tú supieras cómo me es agradable tu regresar a este edén

para ponerme delante lo que de bello, de santo, de grande se hizo en la

creación del hombre, me das el contento, la alegría de hacerme repetir mi

sobresalto de alegría, y de poner un calmante a mi sobresalto de dolor, que si

no hubiera sido seguido por la esperanza cierta de que mi hijo, en virtud de

mi Fiat debe regresarme feliz, dándome sus alegrías inocentes como fue

establecido por Nosotros al crearlo, mi sobresalto de dolor no tendría tregua,

y daría gritos tan fuertes que haría llorar a los mismos Cielos. Por eso al oír

tu continuo estribillo: ‘Quiero el reino de tu Querer Divino’, mi corazón

divino se siente detenido el estremecimiento de dolor, y estremeciéndome de

alegría digo: ‘La pequeña hija de mi Querer quiere y pide mi reino.’ Pero,

 

 

2271

¿por qué lo quiere? Porque lo conoce, lo ama y lo posee, por eso ruega que

lo posean las otras criaturas. Porque siendo mi Divina Voluntad principio de

vida de la creación del hombre, Ella sola le da la capacidad de poder recibir

todo de su Creador, y de poderle dar todo lo que quiere, que Él quiere. Mi

Fiat tiene virtud de cambiar las condiciones del hombre, su fortuna, con Él

todo le sonríe, todos lo aman, todos lo quieren servir, y se tienen por

afortunados de servir a mi Querer Divino en él, esto es, en la criatura donde

reina mi Divina Voluntad."

Febrero 6, 1930

Efectos de vivir en el Querer Divino y en el querer

humano. Cómo el modo de obrar en el alma simboliza

la Creación. Cómo primero hace las cosas pequeñas

y después las grandes.

 

Continúo mi abandono en el Querer Divino, mi pobre mente está

siempre llena con lo que respecta a un Querer tan Santo, es más, me parece

que mis pensamientos se arrojan en su mar de Luz, y después salen como

tantos mensajeros, que llevan tantas bellas noticias de dentro de aquel mar

donde han estado, y quién quiere decir una cosa, y quién otra de aquel Fiat,

del cual se glorían de conocerlo y de recibir de Él la vida. Yo me deleito en

escucharlos, y muchas veces no sé decir con palabras las tantas bellas

noticias que mis pensamientos me traen del mar de Luz del Querer Divino, y

siento la necesidad de Jesús que me guíe, que me sugiera las palabras, de

otra manera no sabría decir nada. Después, mientras me encontraba en el

mar del Fiat Divino, mi dulce Jesús, haciéndose ver en acto de ayudarme a

cambiar en palabras lo que mi mente pensaba, me ha dicho:

"Hija mía, los efectos del vivir en mi Querer Divino son admirables.

Mi Fiat tiene a la criatura siempre dirigida hacia el Cielo y la hace crecer no

de tierra, sino de Cielo, y como mi Voluntad es una con la misma Voluntad

que obra en la criatura, esta mi misma Voluntad pone al alma en orden a su

Creador y le va manifestando quién es Aquél que la ha creado, cuanto la

ama, y cómo quiere ser amado, y poniéndola de frente a los reflejos divinos,

hace deleitar a su Creador a vía de reflejos, para que haga crecer y pintar su

imagen en aquélla que posee y hace una su voluntad con la de Aquél que la

ha creado. Y como mi Fiat la tiene siempre vuelta hacia el Cielo, no tiene

tiempo de mirar la tierra, porque está absorbida por el Ente Supremo, y

 

 

2272

aunque la mirase, todas las cosas se convierten en Cielo, porque donde Ella

reina tiene virtud de cambiar naturaleza a las cosas. Por eso la criatura que

vive en mi Querer Divino, todo es Cielo para ella, crece para el Cielo,

porque el Cielo de mi Divina Voluntad reina en su alma. En cambio quien

vive de voluntad humana está siempre vuelta hacia sí misma, y con el

mirarse a sí misma, el querer humano le va descubriendo lo que es humano,

y la pone a los reflejos de lo que existe en el bajo mundo, de modo que se

puede decir que vive de tierra y crece sin la semejanza de Aquél que la ha

creado. Hay tal diferencia entre una y otra, que si las criaturas la pudiesen

ver, todos amarían y suspirarían vivir en mi Fiat, y aborrecerían el vivir de

voluntad humana y lo tendrían como la más grande desventura, que les hace

perder la finalidad y el origen por el cual fueron creadas. Sucedería como a

un rey que depone su corona, sus vestidos reales, desciende de su morada

real y viste con harapos sucios, se alimenta de alimentos inmundos y vive en

un establo junto con las bestias de sus pasiones. ¿No sería para llorar la

suerte de aquél? Tal es quien se hace dominar por su voluntad humana."

Después de esto seguía pensando a las tantas cosas que mi amado

Jesús ha obrado en la pobre y pequeña alma mía, a sus tantos modos

amorosos, que el querer decirlos todos me sería imposible. ¿Quién puede

decir lo que pensaba, y la causa por la que mi pequeña inteligencia estaba

como llena de lo que me había sucedido en mi existencia? Pero mientras me

encontraba en poder de tantos pensamientos, mi sumo y único bien Jesús,

estrechándome toda a Él, con ternura indecible me ha dicho:

"Hija mía, mi modo de obrar en tu alma simboliza toda la Creación.

Obra grande fue la Creación, pero como nuestras obras son ordenadas, nos

contentamos primero con crear las cosas pequeñas, el cielo, las estrellas, el

sol, el mar, las plantas y todo lo demás, esto es, pequeñas en comparación de

la creación del hombre, que todo debía superar y tener la supremacía sobre

todo; y cuando las cosas deben servir a aquél que las debe dominar y ser el

rey de ellas, por cuanto fuesen o parecieran grandes, son siempre pequeñas

en comparación de aquél a quien deben servir. Entonces, después de que el

universo fue creado y todas las cosas estaban en su puesto de orden,

esperando a aquél, a quien como un ejército ordenado debían alinearse en

torno a él para servirlo y obedecer sus órdenes, creamos al hombre. Todas

las cosas creadas y su mismo Creador se volcaron sobre de él para cantarle

nuestros eternos amores y decirle: ‘Todos tenemos la marca de nuestro

Creador y la ponemos sobre de ti, que eres su imagen.’ Cielos y tierra

hicieron fiesta completa, y nuestra misma Divinidad festejó con tanto amor

la creación del hombre, que al sólo recordarlo regurgita tan fuerte nuestro

Amor, que desbordando forma mares inmensos en torno a Nosotros.

 

 

2273

Ahora, el reino de mi Divina Voluntad es más grande que la obra de la

Creación, y por eso se puede decir que es la llamada a nuestro Ser Divino a

obrar más que en la misma Creación. Por eso todo lo que hice al principio

en tu alma simboliza la Creación, te quise toda a Mí y toda mía para estar

libre de hacer lo que Yo quisiera; quise el vacío de todo en tu alma para

poder distender mi cielo; el tanto hablar sobre las virtudes que te decía eran

estrellas, que practicadas por ti, en el modo querido por Mí, me servía de

ellas para adornar el cielo que había extendido en ti. Así que quería reparar

en ti y rehacerme de todo lo que de mal e indigno había hecho la familia

humana; para llamar al Sol de mi Fiat Divino era necesario preparar con

decoro a aquélla que debía recibir, por primera, la Vida de mi Voluntad. He

aquí el por qué hacía correr los mares de Gracia, las más bellas florituras,

casi como en la creación del hombre, en el cual debía reinar mi Fiat Divino;

así en ti, todo lo que Yo hacía se ponía a la expectativa para cortejar como

un ejército divino el Sol de mi eterno Querer. Y como en la Creación

abundamos tanto en el crear tantas cosas que debían servir al hombre,

porque este hombre debía hacer reinar en él a mi Divina Voluntad, así en ti,

todo ha sido hecho para que Ella encontrase su puesto de honor y de gloria.

Por eso era necesario que primero debía prepararte con tantas gracias y

enseñanzas, como cosas pequeñas en comparación del gran Sol de mi Querer

Divino, que con tantas manifestaciones suyas, mientras se hacía conocer

formaba su Vida para reinar y formar su primer reino en la criatura. Así que

no te maravilles, es el orden de nuestra Sabiduría y Providencia, que primero

hace las cosas pequeñas y después las grandes, por cortejo y por decoro de

las cosas grandes. ¿Qué cosa no merece mi Fiat Divino? ¿Qué no se le

debe? Y qué cosa no ha sido hecha por Él? Por eso cuando se trata de Ella

o de hacerla conocer, cielos y tierra se postran reverentes y todos adoran en

mudo silencio un solo acto de mi Divina Voluntad."

Febrero 11, 1930

El hombre fue creado para vivir familiarmente con Dios y en su

casa; pero habiéndose sustraído de su Voluntad, por bondad de

Dios le fue dada la justificación.

Mi pobre mente sufre el dulce encanto del refulgente Sol del eterno

Fiat, y ¡oh! cuántas bellas escenas conmovedoras desarrolla en mí, que si yo

las pudiese decir como las veo, todos sufrirían el dulce encanto y en coro

dirían: "Queremos hacer la Divina Voluntad." Pero ¡ay de mí! Soy siempre

 

 

2274

la pequeña ignorante, y apenas balbuceando sé decir alguna cosa. Pero al

comprender el gran bien de este Querer Divino y el cómo nadamos en sus

olas altísimas de Luz, de Belleza inalcanzable, pensaba entre mí: "¿Cómo es

posible que no se conozca un bien tan grande, y mientras nadamos dentro

ignoramos el gran bien que nos circunda, que nos inviste por dentro y por

fuera, que nos da la vida, y sólo porque lo ignoramos no gozamos los

admirables efectos de todos los grandes bienes que contiene un Querer tan

Santo? ¡Ah! desenmascárate, oh Fiat Omnipotente, y la faz de la tierra se

cambiará." Y además pensaba: "Por qué Nuestro Señor bendito no se ha

complacido en manifestar, desde el principio de la Creación, las tantas cosas

admirables que quiere hacer y dar a las criaturas esta Santísima Voluntad?"

Y mientras mi mente se perdía como raptada en el dulce encanto del Querer

Divino, mi amor, mi vida Jesús, el celestial maestro que cautiva con su bello

hablar sobre su mismo Querer, haciéndose ver me ha dicho:

"Mi pequeña hija de mi Querer, la criatura no puede vivir, ni el alma

ni el cuerpo, sin mi Divina Voluntad, y como es su primer acto de vida, por

eso se encuentra en las condiciones, o de recibir su acto de vida continua de

Ella, o de no poder tener existencia; y como el hombre fue creado para vivir

en la opulencia de los bienes de esta Divina Voluntad, su preciada herencia,

por eso él debía vivir de Nosotros y en nuestra casa, como un hijo que vive

con su padre, de otra manera, ¿cómo podía ser nuestro entretenimiento,

nuestra alegría y felicidad, si no debía vivir cerca, junto con Nosotros en

nuestra Divina Voluntad? Un hijo lejano no puede formar la alegría de su

padre, su sonrisa, su diversión, su familiar conversación; de lejos no se

puede jugar juntos, ni sonreír de felicidad, es más, la sola lejanía rompe el

amor y lleva la amargura de no poder gozar de aquél a quien se ama. Mira

entonces, el hombre fue creado para vivir a lo familiar con Nosotros, en

nuestra casa, en nuestra misma Voluntad, para asegurarnos nuestras y sus

alegrías y felicidad perenne. Pero el hombre, nuestro hijo, mientras era feliz

en la casa de su Padre se rebeló y salió de su casa paterna, y con hacer su

voluntad perdió la sonrisa de su Padre, sus puras alegrías, y como no podía

vivir sin el concurso de nuestra Divina Voluntad, la hicimos de Padre y le

dimos la legitimación de nuestra Divina Voluntad, no más como vida que lo

llevaba en su regazo para volverlo feliz y santo, sino como concurrente para

conservarlo con vida; no para hacerlo feliz como antes, sino para darle las

cosas de estrecha necesidad y según se hubiese comportado; sin mi Voluntad

Divina no puede haber vida. He aquí el por qué de mi Fiat Divino se conoce

tan poco, porque las criaturas sólo conocen de Ella su legitimación, y

muchas veces esta legitimación ni siquiera es del todo reconocida, porquequien vive de legitimación no vive en la casa de su Padre, esta lejano de Él,

 

 

2275

y muchas veces se encuentra en las condiciones de estropear con actos

indignos la misma legitimación recibida. Por eso no te maravilles si poco se

conoce de mi Divina Voluntad si no se vive en Ella, si no se está en continuo

contacto de recibir su Vida que hace feliz, que santifica, y que estándole

cerca abre sus secretos y hace conocer quien es, qué puede darle, y cómo

suspira por tener en su regazo a la criatura para formar en ella su Vida

Divina. Mucho más que el hombre con hacer su voluntad se puso en

condición de siervo, no de heredero, y el siervo no tiene derecho a la

herencia de su amo, sino a la mísera paga para vivir con penurias la vida.

Por eso hija mía, se puede decir que contigo he abierto las puertas para

hacerte entrar a vivir en nuestra casa, en nuestra Divina Voluntad, y

teniéndote con Nosotros te hemos manifestado tanto de nuestro Querer

Divino, no como legitimada, sino como nuestra afortunada heredera."

Después de esto ha agregado: "Hija mía, mucho más que aquél poco

que se ha escrito en toda la historia del mundo acerca de mi Divina

Voluntad, habiendo conocido de Ella sólo la legitimación, han escrito de

Ella lo que han conocido de mi Fiat después de la culpa, en qué relaciones

está con las criaturas a pesar de que la ofenden y no viven en nuestra casa.

En cambio, qué relaciones había entre mi Fiat y Adán inocente antes de

pecar, nada han escrito; y, ¿cómo podían escribir si ninguno ha vivido en mi

Divina Voluntad como en su casa? ¿Cómo podían conocer sus secretos y el

gran prodigio que puede hacer la Vida obrante de un Querer Divino en la

criatura? Por eso podían y pueden decir de mi Fiat Divino, que dispone

todo, que ordena, que concurre, pero decir de mi Querer Divino cómo obra

en Sí mismo, en su casa, la Potencia de su Inmensidad que en un instante

hace todo, envuelve todo, como en Sí mismo así en la criatura, esta es

ciencia que hasta ahora la criatura ignoraba; no podía ser escrita sino

después de las manifestaciones de mi Fiat Divino, y a quien llamaba a vivir

en nuestra casa como hija nuestra, cercana dentro de mi Querer, no lejana,

que pudiéndonos entretener con ella la poníamos al tanto de nuestros

secretos más íntimos. Y si hubiéramos querido manifestar lo que respecta a

nuestra Voluntad en relación a la criatura y no viviese en Ella, no nos habría

entendido, habría sido para ella como un dialecto extraño e ininteligible."

Febrero 17, 1930

La Divina Voluntad es el latido, la criatura el corazón;

la Divina Voluntad es el respiro, la criatura el cuerpo.

Inseparabilidad de la una y de la otra.

 

 

2276

El Querer Divino continúa ocupando mi pequeña inteligencia, y yo

sumergiéndome en Él siento su Fuerza vivificadora, que dentro y fuera me

circunda, y mi dulce Jesús que parece que se esconde dentro de las olas

altísimas de Luz de su Querer Divino, frecuentemente se mueve en estas olas

de Luz, y haciéndose ver, con ternura indecible me ha dicho:

"Hija mía, mi Divina Voluntad es latido sin corazón, la criatura es

corazón, Ella es el latido. Mira que unión inseparable hay entre mi Fiat y la

criatura: el corazón es nada, no tiene ningún valor sin el latido, con el latido

se constituye vida de la criatura, pero el latido no puede palpitar sin el

corazón. Tal es mi Divina Voluntad, si no tiene la nada del corazón de la

criatura, no tiene donde formar su latido de vida para desarrollar y formar su

Vida Divina. Entonces mira, mi Divina Voluntad no teniendo corazón, lo ha

creado en la criatura para tener su corazón dónde poder formar su latido.

Además de esto mi Divina Voluntad es respiro sin cuerpo, la criatura es el

cuerpo, Ella es el respiro; el cuerpo sin el respiro está muerto, así que quien

forma el respiro de la criatura es mi Divina Voluntad, por eso se puede decir:

‘El cuerpo de Ella es el de la criatura, y el respiro de ella es el de mi Querer

Divino.’ Mira qué gran unión hay entre una y la otra, unión que no puede

separarse, porque si cesa el respiro cesa la vida. Por eso mi Divina Voluntad

es todo para la criatura: es palabra sin boca, es luz sin ojo, es oído sin

orejas, es obra sin manos es paso sin pies; y por eso el alma que vive en mi

Querer Divino le sirve de boca, de ojo, de orejas, de manos y de pies. Ella

se restringe para encerrase en la criatura, mientras permanece inmensa; y

victoriosa forma en ella su reino, sirviéndose de ella como si fuese su cuerpo

donde late, respira, habla, obra y camina. Por eso el dolor de mi Fiat Divino

es incomprensible, porque las criaturas no se prestan para hacerlo desarrollar

todas sus operaciones en ellas para hacerlo reinar, y lo obligan al silencio y a

la inactividad, y con paciencia divina e indecible espera a quien debe vivir

en su Querer para reemprender su hablar y su obrar divino, para formar su

reino en medio a las criaturas. Por eso sé atenta hija mía, escucha el hablar

de mi Fiat Divino, dale la vida en todos tus actos, y verás los portentos

inesperados que mi Divina Voluntad hará en ti."

Sea todo para gloria de Dios y para cumplimiento de su Santísima

Voluntad.

Deo Gratias