vOLUMEN 26
Luisa Piccarreta Volumen 26
I. M. I
Fiat!!!
¡Siempre y eternamente en
Voluntad de Dios! Deo Gratias.
Abril 7, 1929
Besos al sol, salida al jardín, competencia entre viento y sol. Fiesta
de toda la Creación. Nota discordante y nota de acuerdo.
La nueva Eva.
Mi pobre mente está siempre de regreso en el centro del Querer
Divino, siento que no puedo hacer menos que navegar su mar interminable y
sumergirme siempre más en él, para no ver, sentir y tocar otra cosa que
Voluntad Divina. ¡Oh Voluntad adorable! Eleva tus altísimas olas hasta las
regiones celestiales y transporta a la pequeña exiliada, tu recién nacida, de tu
Voluntad en la tierra hasta tu Voluntad en el Cielo. ¡Ah! ten piedad de mi
pequeñez y cumple sobre mí tu último acto en la tierra, para comenzar tu
acto continuado en el Cielo.
Ahora, escribo sólo por obedecer y con gran repugnancia. Después de
cuarenta años y más que no había salido al exterior, hoy me han querido
sacar al jardín sobre una silla de ruedas; en cuanto he salido he visto que el
sol me investía con sus rayos, como si quisiera darme su primer saludo y su
beso de luz. Yo he querido corresponderle dándole mi beso, y he pedido a
las niñas y a las religiosas que me acompañaban, que todas diesen su beso al
sol, besando en él a aquella Divina Voluntad que como reina estaba velada
de luz, y todas lo han besado. Ahora, ¿quién puede decir mi emoción
después de tantos años, al encontrarme de frente a aquel sol del cual mi
amable Jesús se había servido para darme tantas semejanzas e imágenes de
su adorable Voluntad? Me sentía investida no sólo por su luz, sino también
por su calor, y el viento queriendo hacer competencia con el sol me besaba
con su vientecillo ligero para refrescar los besos ardientes que me daba el
sol; así que sentía que no terminaban jamás de besarme, el sol por una parte
y el viento por la otra. ¡Oh, cómo sentía a lo vivo el toque, la vida, el
respiro, el aire, el Amor del Fiat Divino en el sol y en el viento! Tocaba con
la mano que las cosas creadas son velos que esconden a aquel Querer que las
34 Este libro ha sido traducido directamente del original manuscrito de Luisa Piccarreta
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ha creado. Ahora, mientras me encontraba bajo el imperio del sol, del
viento, de la vastedad del cielo azul, mi dulce Jesús se ha movido en modo
sensible en mi interior, como si no quisiera ser menos que el sol, que el
viento, que el cielo y me ha dicho:
"Amada hija de mi Querer, hoy todos hacen fiesta por tu salida, toda la
corte celestial ha sentido el brío del sol, la alegría del viento, la sonrisa del
cielo y todos han corrido para ver que había de nuevo, y al verte a ti
investida por la luz del sol que te besaba, al viento que te acariciaba, al cielo
que te sonreía, todos han comprendido que la potencia de mi Fiat Divino
movía a los elementos a festejar a su pequeña recién nacida. Por eso, toda la
corte celestial uniéndose con toda la Creación, no sólo hacen fiesta, sino que
sienten las nuevas alegrías y felicidades que por tu salida les da mi Divina
Voluntad. Y Yo, siendo espectador de todo esto, no sólo hago fiesta dentro
de ti, sino que no me siento arrepentido por haber creado el cielo, el sol y
toda la Creación, más bien me siento más feliz, porque de ella goza mi
pequeña hija, se me repiten las alegrías, los contentos, la gloria cuando todo
fue creado, cuando Adán inocente no había hecho resonar la nota del dolor
de su voluntad rebelde en toda la Creación, que rompió el brío, la felicidad,
la dulce sonrisa que para dar a las criaturas tenía mi Divina Voluntad en el
sol, en el viento, en el cielo estrellado, porque, hija mía, el hombre con no
hacer mi Divina Voluntad, puso en nuestra obra de la Creación su nota
discordante, por eso perdió el acuerdo con todas las cosas creadas y
Nosotros sentimos el dolor y el deshonor que en nuestra obra haya una
cuerda desafinada, que no emite un bello sonido, y este sonido desafinado
aleja de la tierra los besos, las alegrías, las sonrisas que contiene mi Divina
Voluntad en la Creación, por eso quien hace mi Voluntad y vive en Ella es la
nota de acuerdo con todos, su sonido contiene no una nota de dolor, sino de
alegría y de felicidad, y es tan armoniosa que todos advierten, aun los
mismos elementos, que es la nota de mi Voluntad en la criatura, y poniendo
todo a un lado quieren gozarse a aquélla que tiene esa Voluntad de la cual
todos están animados y son conservados."
Jesús ha hecho silencio y yo le he dicho: "Amor mío, Tú me has
dicho tantas veces que quien vive en tu Divina Voluntad es hermana con
todas las cosas creadas; quiero ver si mi hermana luz me reconoce, y ¿sabes
cómo? Si mirándola no me deslumbra la vista."
Y Jesús: "Ciertamente que te reconocerá, prueba y verás."
Yo he mirado fijamente en el centro de la esfera del sol, y la luz
parecía que acariciaba mi pupila pero sin deslumbrarme, de modo que he
podido mirar en su centro su gran mar de luz; cómo era terso y bello, cómo
es verdad que simboliza al infinito, al interminable mar de luz del Fiat
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Divino. He dicho: "Gracias oh Jesús que me has hecho reconocer por mi
hermana luz." Y Jesús ha vuelto a hablarme:
"Hija mía, aun en el respiro es reconocida por toda la Creación quien
vive en mi Querer, porque cada cosa creada siente en aquella criatura la
potencia del Fiat y la supremacía que Dios le dio sobre toda la Creación.
Mira y escucha hija mía, en el principio, cuando Adán y Eva fueron creados,
les fue dado el edén por habitación, en el cual eran felices y santos; este
jardín es semejanza de aquel edén, si bien no es tan florido y bello. Ahora,
debes saber que he permitido que vinieras a esta casa que está circundada
por jardines, para ser la nueva Eva, no la Eva tentadora que mereció ser
puesta fuera del edén feliz, sino la Eva reformadora y restablecedora, que
llamará de nuevo el reino de mi Divina Voluntad sobre la tierra. Ah, sí, tú
serás el germen, el cemento a la polilla que tiene el querer humano, tú serás
el principio de la era feliz, por eso concentro en ti la alegría, los bienes, la
felicidad del principio de la Creación, y amo repetir las conversaciones, las
lecciones, las enseñanzas que habría dado si el hombre no se hubiese
sustraído de nuestra Divina Voluntad. Por eso sé atenta, y tu vuelo en Ella
sea continuo."
Abril 12, 1929
La Creación, acto de adoración profunda de la Divina Trinidad.
Estaba toda abandonada en el Fiat Divino, su luz eclipsaba mi
pequeñez y me transportaba arriba, hasta el seno del Eterno, donde no se
veía otra cosa que luz, santidad, belleza, que infundía adoración profunda,
tanto, de sentir cambiada mi pequeña existencia en un acto solo de adoración
profunda hacia aquel Dios que tanto me ha amado y me ama. Entonces,
mientras mi mente se perdía en la luz del Divino Querer, mi amable Jesús se
ha movido en mi interior y me ha dicho:
"Hija mía, la santidad de nuestro Ser Divino; la potencia única de
nuestra Voluntad de la cual estamos investidos, de modo que somos distintos
en las Personas, pero nuestra Voluntad es siempre una que obra en Nosotros,
que domina, que rige; nuestro Amor igual, recíproco e incesante, produce en
Nosotros la más profunda adoración entre las Divinas Personas, así que todo
lo que sale de Nosotros no es otra cosa que actos de adoración profunda de
todo nuestro Ser Divino. Por eso, cuando nuestro Fiat Divino quiso sacar en
campo a toda la Creación con su potencia creadora, obradora y vivificadora,
en cuanto nuestro Fiat se pronunciaba, así salían de Nosotros actos de
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adoración profunda, así que el cielo no es otra cosa que un acto de adoración
profunda de la inmensidad de nuestro Ser Divino, y por eso por todas partes
se ve cielo, de noche y de día, la inmensidad de nuestro Ser hacía salir de
nuestro seno la inmensidad de nuestra adoración y extendía sobre el universo
el azul cielo para llamar a todos aquellos que habrían habitado la tierra en
nuestra única Voluntad, para unificarlos en la inmensidad de nuestra
adoración, de modo que en virtud de nuestro Fiat, el hombre se debía
extender en la inmensidad de su Creador para formar su cielo de adoración
profunda a Aquél que lo había creado. El sol es un acto de adoración de
nuestra luz interminable, el cual es tal y tanto el ímpetu de su adoración
profunda, que no se contenta con hacerse ver en lo alto, bajo la bóveda del
cielo, sino que del centro de su esfera hace descender sus rayos de luz hasta
lo bajo de la tierra, plasmando y tocando todo con sus manos de luz, inviste
todo y a todos con su adoración de luz, y llama a plantas, flores, árboles,
pájaros y criaturas a formar una sola adoración en la Voluntad de quien las
ha creado. El mar, el aire, el viento, y todas las cosas creadas, no son otra
cosa que actos de adoración profunda de nuestro Ser Divino, que, quién de
lejos y quién de cerca llaman a la criatura en la unidad de nuestro Fiat a
repetir los actos profundos de nuestra adoración, y haciendo suyo lo que es
nuestro, puede darnos el sol, el viento, el mar, la tierra florida, como
adoraciones profundas que sabe y puede producir nuestra Voluntad única en
la criatura. ¿Qué cosa no puede hacer nuestro Fiat? Con su fuerza única
puede todo, une todo, tiene en acto todo y une Cielo y tierra, Creador y
criatura, y de ellos forma uno solo."
Dicho esto se ha retirado en la profundidad de su luz y ha hecho
silencio. Entonces yo he seguido con mi giro en la Creación, para seguir
aquella adoración profunda de mi Creador en todas las cosas creadas. ¡Oh!
cómo se sentía en cada cosa el perfume de la adoración divina, se tocaba con
la mano su aliento adorado, se sentía en el viento la adoración penetrante,
imperante de nuestro Creador, que invistiendo toda la tierra, ahora como
soplo ligero, ahora con oleadas impetuosas, ahora con alientos acariciadores,
nos inviste y nos llama a la adoración que el viento posee de su Creador;
¿quién puede decir la fuerza del viento? Él en pocos minutos recorre todo el
mundo, y ahora con imperio, ahora con gemidos, ahora con voces débiles y
ahora fuertes, nos inviste y nos llama a unirnos a aquella adoración divina
que da a su Creador. Y siguiendo mi giro veía el mar, en aquellas aguas
cristalinas, en aquel murmullo continuo, en sus olas altísimas, Jesús decía
que aquel mar no era otra cosa que un acto de profunda adoración de la
pureza divina, adoración de su amor que murmura continuamente, y en las
olas la adoración de la fuerza divina que mueve como ligera paja a todo y a
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todos. ¡Oh! si el Fiat Divino reinase en las criaturas, a todos haría leer en
cada cosa creada la adoración distinta que cada cosa posee de nuestro
Creador, y unificándonos con toda la Creación, una debía ser la adoración,
uno el amor, una la gloria al Ente Supremo. ¡Oh Voluntad Divina, ven a
reinar y haz que una sea la Voluntad de todos...
Abril 16, 1929
Para quien vive en el Fiat, es intercambio de
vida entre el Fiat y el alma. Amor duplicado.
Las privaciones de mi dulce Jesús se hacen más largas, y yo no hago
otra cosa que suspirar y gemir por su regreso. Pero a pesar de que vivo toda
abandonada en el Fiat Divino, sus privaciones son heridas tan profundas y
amargas, que más que una cierva herida lanzo mis gritos de dolor para
ensordecer Cielos y tierra y mover a todos al llanto por un dolor tan
desgarrador y por una privación tan grande, que me hace sentir el peso de un
dolor infinito y de una herida siempre abierta, menos en aquellos pocos
momentos en que me habla de su Querer Divino, en donde me parece que se
cierra, pero para reabrirse con dolor más acerbo, y por eso estoy obligada en
mis escritos a poner mi nota doliente de mi pequeña alma, que más que
cierva herida mando mis gritos de dolor para herir a aquel Jesús que me
hiere, quién sabe, y a lo mejor herido Él, regrese y ponga tregua a mi nota
doliente. Después, mientras me sentía inmersa en el dolor de su privación y
toda abandonada en su Querer, se ha movido en mi interior y me ha dicho:
"Animo hija mía, no te abandones a tu dolor, sino sube más en alto.
Tú sabes que tienes un trabajo que cumplir, y este trabajo es tan grande, que
ni siquiera el dolor de mi privación debe detenerte, más bien debe servirte
como medio para subir más en la luz de mi Voluntad. Tu encuentro con Ella
debe ser continuo, porque es intercambio de vida que debéis hacer: Ella se
debe dar continuamente a ti, y tú a Ella. Y tú sabes que el movimiento, el
latido, el respiro, debe ser continuo, de otra manera la vida no puede existir,
y tú harías faltar tu vida en mi Fiat, y Él sentiría el dolor de que su pequeña
hija, su amada recién nacida, le hace faltar en Él su movimiento, su latido, su
respiro, sentiría el arrancarse a su recién nacida, que por sentir su vida como
Vida suya, la tiene siempre en acto de nacer, sin ponerla fuera de su seno, ni
siquiera para hacerla dar un paso, y tú te sentirías faltar la Vida de su
movimiento continuo, de su latido, de su respiro; sentirías el vacío de una
Voluntad Divina en tu alma. No, no, hija mía, no quiero ningún vacío de mi
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Voluntad en ti. Ahora, tú debes saber que cada manifestación sobre mi Fiat
Divino que te hago, son como tantos escalones por los cuales desciende mi
Querer en el alma para tomar posesión de ella para formar su reino, y el
alma sube al Cielo para transportarlo del Cielo a la tierra. Por eso es un
trabajo grande y no conviene perder tiempo por cualquier razón, aunque
fuese santa. Y tú misma ves como Yo mismo me eclipso en mi QuererDivino para darle todo el lugar a Él, y si a veces hago mis escapadas para
venir, es sólo para tratar, reordenar y hacerte conocer lo que pertenece a mi
Divina Voluntad, por eso sé atenta y tu vuelo en Ella sea continuo."
Después de esto seguía sintiéndome oprimida por las privaciones de
Jesús, y pensaba entre mí: "Cómo ha disminuido su amor hacia mí,
comparado con aquél que me tenía antes, me parece que apenas las sombras
me han quedado del amor de Jesús." Pero mientras esto pensaba se ha
movido en mi interior y me ha dicho:
"Hija mía, cada acto hecho en mi Divina Voluntad duplica mi amor
hacia ti, así que después de tantos actos que has hecho en Ella, puedo decir
que mi amor ha crecido tanto que debo ensanchar tu capacidad, para poderte
hacer recibir mi creciente amor que surge en Mí a cada acto que haces en mi
Divina Voluntad. Por eso mi amor es más intenso y centuplicado que el de
antes, así que puedes estar segura que mi amor no te faltará jamás, jamás."
Abril 21, 1929
La Divina Voluntad es plenitud. Adán antes de pecar poseía
la plenitud de la santidad. La Virgen y todas las cosas
creadas poseen esta plenitud.
Mi abandono en el Fiat Divino continúa, siento que no puedo hacer
menos que estarme en la amada heredad que mi dulce Jesús, con tanto amor
me dio diciéndome: "Hija, te la confío a ti a fin de que jamás salgas de ella,
y hagas resonar tu eco continuo, de un punto al otro, de modo que todo el
Cielo pueda oír que nuestra interminable heredad de nuestro Fiat sobre la
tierra no está aislada, sino habitada por nuestra pequeña hija, ella girará
siempre en Ella para hacer compañía a todos los actos de nuestro Querer, y
en todos sus apartamentos." Por eso me es amado y dulce vivir en mi
celestial heredad, sentiría que me falta la vida sin Ella. Ahora, mientras
giraba en Ella, mi siempre amable Jesús giraba junto conmigo y todo amor
me ha dicho:
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"Hija mía, mi Divina Voluntad es toda plenitud, no hay cosa que no
posea, inmensidad de luz, santidad incomparable, interminabilidad sin
confines, generadora incesante, ve todo, siente y plasma todo; todo esto es
naturaleza en mi Fiat Divino, por lo que sus actos poseen la plenitud de
todos los bienes, por eso, para poder encerrar un solo acto suyo en el fondo
del alma, es necesario que se escombre de toda sí misma, regrese al vacío de
la nada como en el acto cuando fue creada, a fin de que mi Querer Divino
encuentre el espacio de la nada para poder poner un acto suyo de plenitud, el
cual poseyendo la virtud generadora incesante, un acto llamará al otro, de
modo que nada debe faltar, ni plenitud de luz, de santidad, de amor, de
belleza, ni multiplicidad de actos divinos. Por eso la santidad hecha en mi
Querer Divino posee toda la plenitud, pero tanto, que si Dios quisiera darle
de más no encontraría lugar dónde poner otra luz, otra belleza, y Nosotros
diremos: ‘Eres toda bella, no podemos agregarte otra belleza, tan bella eres,
eres obra de nuestro Querer y esto basta para ser una obra digna de
Nosotros.’ Y el alma dirá: ‘Soy el triunfo de tu Fiat Divino, por eso soy
toda rica y bella, poseo la plenitud de un acto de tu Querer Divino, el cual
toda me llena, y si quisieras darme de más no sé donde lo pondría.’ Tal fue
la plenitud de la santidad de Adán antes de caer en el laberinto de su
voluntad humana, porque poseía el primer acto de nuestro Fiat, generador de
su creación, y por eso poseía plenitud de luz, de belleza, de fuerza, de gracia,
todas las cualidades de nuestro Fiat reflejaban en él y lo embellecían tanto,
que Nosotros mismos nos sentíamos raptados al mirarlo, al ver en él
esculpida tan bella nuestra amada imagen que formaba en él nuestro Ser
Divino. Por eso, a pesar que cayó no perdió la vida ni la esperanza
regeneradora de nuestro Fiat, porque habiendo poseído en el principio de su
vida la plenitud de su acto, no quiso perder a aquél que lo había poseído. La
Divinidad se sintió de tal manera ligada con Adán, que no se sintió con
fuerza para desterrarlo por siempre; para perder lo que una vez ha sido
poseído por nuestro Fiat se necesita mucho, nuestra fuerza se sentiría débil;
nuestro amor, el fuego que posee se restringiría para no hacerlo, sería el
verdadero embarazo divino, perder a aquél que ha poseído un solo acto de la
plenitud de nuestra Voluntad. Tal plenitud de santidad la poseyó la alteza de
la Soberana Reina, y por eso ningún vacío hay en Ella, se llenó tanto, que
posee mares de luz, de gracias, de belleza, de potencia. Es tal y tanta su
plenitud, que no tenemos donde poner y Ella no tiene donde recibir, porque
es la única celestial criatura que vivió bajo el imperio del acto de nuestro
Fiat Divino, y que puede decir: ‘Soy un acto de Voluntad Divina, y en esto
está todo el secreto de mi belleza, potencia, grandeza, y hasta de mi
maternidad.’ ¿Qué cosa no puede hacer un acto de nuestro Fiat? Puede
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hacer todo, su prerrogativa es la plenitud de todo; un acto de Él es el sol y
posee la plenitud de la luz, y si se pudiera preguntar al sol, ¿quisieras más
luz? Respondería: ‘Tengo tanta que puedo dar luz a todos, y mientras la
doy no la pierdo, porque poseo la fuente de la luz del acto del Fiat Divino.’
El cielo es un acto de Él, por eso dondequiera se extiende, es tanta su
plenitud que no encuentra donde extender de más su tienda azul. El viento
es un acto de nuestro Fiat Divino, y por eso posee la plenitud del imperio, de
la fuerza; ¿quién puede resistir a la fuerza del viento? Ninguno, hace juego
de todo y con su fuerza imperante destroza ciudades, levanta árboles, y
arroja por tierra, como si fueran paja, a todas las cosas. Toda la Creación,
cada cosa creada posee la plenitud del acto de nuestro Fiat, y por eso
ninguna es miserable, todas son ricas con la plenitud querida por nuestro
Querer Divino, ni ninguna cosa tiene necesidad de nada, son en naturaleza
ricas por ellas mismas. El mar posee la plenitud de las aguas; la tierra, la
plenitud de las plantas y de tanta diversidad de ellas, porque todas son partes
del acto de nuestro Querer Divino. Ahora hija mía, el vivir en mi Divina
Voluntad es propiamente esto, poseer y gozar la plenitud de los bienes
divinos, de modo que nada debe faltar, ni santidad, ni luz, ni belleza; serán
los verdaderos partos de mi Fiat adorable."
Abril 28, 1929
El Fiat Divino vuelve inseparable a la criatura de Dios.
Desbordamiento divino por la criatura. Todo está al
seguro en quien vive en el Fiat, y todo está en peligro
en quien hace la voluntad humana.
Estaba haciendo mi giro en el Fiat Divino para seguir sus actos en la
Creación, y habiendo llegado al edén, mi pobre mente se ha detenido en el
acto cuando creaba al hombre, e infundiéndole el aliento le infundía la vida,
y rogaba a Jesús que diera el aliento a mi pobre alma para infundirme el
primer aliento divino de la Creación, a fin de que con su aliento regenerador
pudiese recomenzar mi vida toda en el Fiat, de acuerdo a la finalidad para la
que me habían creado. Pero mientras esto hacía, mi dulce Jesús ha salido de
dentro de mi interior, como en acto de querer infundirme su aliento y me ha
dicho:
"Hija mía, es nuestra Voluntad que la criatura vuelva a subir a nuestro
seno, entre nuestros brazos creadores para darle nuevamente nuestro aliento
continuado, y en este aliento darle la corriente que genera todos los bienes,
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alegrías y felicidad, pero para poder dar este aliento, el hombre debe vivir en
nuestro Querer, porque sólo en Él lo puede recibir y Nosotros darlo. Nuestro
Fiat tiene tal virtud, de volver inseparable a la criatura de Nosotros, y lo que
Nosotros somos y hacemos por naturaleza, ella lo puede hacer por gracia.
Nosotros al crear al hombre no lo poníamos a distancia de Nosotros, y para
tenerlo junto le dábamos nuestra misma Voluntad Divina, la cual le daría el
primer acto para obrar junto con su Creador; fue esta la causa de que nuestro
amor, nuestra luz, nuestras alegrías, la potencia y belleza nuestras
regurgitaron todas juntas, y desbordando fuera de nuestro Ser Divino
poníamos la mesa a aquél que habíamos formado con nuestras manos
creadoras con tanto amor y generado con nuestro mismo aliento. Queríamos
gozarnos nuestra obra, verlo feliz con nuestra misma felicidad, embellecido
con nuestra belleza, rico de nuestra riqueza, mucho más que era Voluntad
nuestra el estarnos junto con la criatura, obrar juntos y entretenernos junto
con ella; los juegos no se pueden hacer de lejos, sino de cerca. Entonces,
por necesidad de creación y para mantener integra nuestra obra y la finalidad
con la cual la habíamos creado, el único medio era dotar al hombre de
Voluntad Divina, la cual lo habría conservado como salió de nuestras manos
creadoras, y él habría gozado todos nuestros bienes, y Nosotros debíamos
gozar porque él era feliz. Por eso no hay otros medios para hacer que el
hombre regrese a su puesto de honor, y que reentre de nuevo a obrar junto
con su Creador, y que se entretengan mutuamente, que reentrar de nuevo en
nuestro Fiat, a fin de que nos lo lleve triunfante a nuestros brazos que lo
están esperando para estrecharlo fuerte a nuestro seno divino, y decirle:
‘Finalmente, después de seis mil años has vuelto, has andado errante, has
probado todos los males, porque no hay bien sin nuestro Fiat, has probado
suficientemente y tocado con la mano lo que significa salir de Él, por eso no
salgas más y ven a reposarte y a gozar lo que es tuyo, porque en nuestro
Querer todo te fue dado.’ Por lo tanto hija mía, sé atenta, todo te daremos si
vives siempre en nuestro Fiat, nuestro aliento tomará placer en darse siempre
a ti, para darte nuestras alegrías, nuestra luz, nuestra santidad, y comunicarte
la actitud de nuestras obras, a fin de que siempre podamos tener junto a la
pequeña hija regenerada por nuestra Divina Voluntad."
Dicho esto se ha retirado en mi interior, y yo continuaba siguiendo los
innumerables actos del Fiat Divino, y el bendito Jesús me ha dicho:
"Hija mía, es prerrogativa de mi Querer Divino poner al seguro todo lo
que posee, así que cuando entra en el alma, como poseedor de ella, todas las
cosas las pone al seguro, pone al seguro la santidad, la gracia, la belleza,
todas las virtudes, y para hacer que todo esté al seguro, hace sustituir en el
alma su santidad divina, su belleza, sus virtudes, todo en modo divino, y
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poniendo en ello su sello que es intangible de todo cambio, vuelve a la
criatura intangible de todo peligro. Así que para quien vive en mi Querer
nada hay que temer, porque Él ha asegurado cada cosa con su aseguración
divina. En cambio la voluntad humana hace que todo quede en peligro, aun
la misma santidad, las virtudes que no están bajo el dominio continuo de mi
Fiat, están sujetas a peligros continuados y oscilaciones continuas; las
pasiones tienen el camino abierto para poner todo en desorden y arrojar por
tierra las virtudes, la santidad, formadas con tantos sacrificios. Si no está la
virtud vivificadora y alimentadora continua de mi Querer que cierre todas las
puertas y todos los caminos a todos los males, la voluntad humana tiene
puertas y caminos para hacer entrar al enemigo, el mundo, la estima propia,
las miserias, las turbaciones, que son la polilla de las virtudes y de la
santidad, y cuando está la polilla no hay fuerza suficiente para estar firmes y
perseverantes en el bien, por eso todo está en peligro cuando no reina mi
Divina Voluntad. Además de esto, es tanto el mal que no reine nuestra
Divina Voluntad en medio a las criaturas, que todas las cosas están en
continua oscilación, nuestra misma Creación, todos los bienes de la
Redención son intermitentes, porque no encontrando en la familia humana
nuestro Fiat reinante, no siempre puede dar los mismos bienes, es más,
muchas veces nos debemos servir de la Creación y Redención para armarla
en contra del hombre, porque el querer humano se pone en contra del
nuestro, y Nosotros por justicia debemos golpearlos, para hacerle
comprender que no reinando nuestro Querer, el humano rechaza nuestros
bienes y nos obliga a castigarlos; la misma gloria que nos da la criatura por
medio de la Creación y Redención no es fija, cambia a cada acto de voluntad
humana. Así que el pequeño interés que nos debía dar la criatura, de su
amor y de su gloria que nos debería dar, porque tanto le habíamos dado, no
es ni siquiera renta fija, sino que todo es intermitente, porque sólo nuestra
Voluntad tiene virtud de volver irremovibles y continuados sus actos y
aquellos donde Ella reina. Así que, hasta que no reine nuestro Fiat Divino
todo está en peligro; la Creación, la Redención, los sacramentos todos están
en peligro, porque el humano querer ahora abusa, ahora no reconoce a Aquél
que tanto lo ha amado y beneficiado, ahora pisotea bajo sus pies nuestros
mismos bienes; por eso, hasta en tanto no reine nuestro Querer que arrojará
en medio a las criaturas el orden divino, su firmeza, armonía y su día
perenne de luz, de paz, todo estará en peligro para él y para Nosotros,
nuestras mismas cosas estarán bajo la opresión del peligro y no podrán dar a
las criaturas los bienes abundantes que ellas contienen."
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Mayo 4, 1929
Potencia, encanto, imperio de un alma que vive en el Querer Divino,
cómo todo gira en torno a ella y domina al mismo Creador.
Mi abandono en el Fiat Divino continúa, y mi pobre mente ahora se
detiene en un punto, ahora en otro de Él, pero no sabe salir de dentro de la
inmensidad de sus confines interminables, es más, no encuentra ni caminos
ni puertas para salir de Él. Y mientras camino en el Querer Divino, lo dejo
detrás de mí, y mientras lo dejo detrás se me pone delante con su Majestad, a
la derecha y a la izquierda, hasta debajo de mis pies y me dice: "Soy todo
para ti, para darte mi Vida y formarla en ti, así que no hay otra cosa para ti
que mi Voluntad Divina y adorable." Mientras mi pobre mente se perdía en
Él, mi dulce Jesús se ha movido en mi interior y me ha dicho:
"Hija mía, quien vive en mi Querer Divino, siente en sí el acto
continuo y constante del obrar divino de mi Fiat, este acto continuo generado
por su potencia en la criatura, tiene tal fuerza, tal imperio sobre todos, que
rapta a todos con su dulce encanto, de modo que todos giran en torno a ella:
los ángeles, los santos, la Trinidad Sacrosanta, las esferas celestes y toda la
Creación, todos quieren ser espectadores para gozar una escena tan dulce,
encantadora y bella, del acto continuo de la criatura en el Fiat Divino, ella
entra en el banco del Ente Supremo y unificándose en el acto continuo de su
Creador, ella no hace otra cosa que poner fuera, con su acto continuo, las
innumerables bellezas, los sonidos más dulces, las rarezas insuperables de
las cualidades de su Creador. Y lo que más rapta es el ver su pequeñez, que
toda osada y animosa, sin temer nada, como si quisiera dominar al mismo
Creador para darle placer, para raptarlo a sí, para pedirle el reino de su
Querer sobre la tierra, toma y pone fuera de dentro del banco divino todas
nuestras alegrías y felicidad como si quisiera agotarlas, y viendo que no las
agota no se cansa, repite su acto continuado, de modo que todos esperan que
termine, y no viéndola terminar se ponen en torno a ella, tanto, que ella se
vuelve el lugar central, y todos giran alrededor para no perder una escena tan
consoladora y jamás vista, esto es, el acto continuo de la pequeñez humana
en la unidad del Fiat Supremo. Mucho más que el obrar continuo es sólo de
Dios, y al verlo repetir por la criatura, despierta las más grandes sorpresas,
que hacen asombrar a Cielos y tierra. Pequeña hija mía, si tú supieras qué
significa un acto continuo en mi Voluntad, este acto es incomprensible a
mente creada, ella es la bilocadora de nuestro acto continuo, ella entra en
nuestro acto y hace surgir y pone fuera, mostrando a todos, nuestra rara
belleza, nuestro amor invencible, nuestra potencia que todo puede, nuestra
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inmensidad que todo abraza, quisiera decir a todos: ‘Miren quién es nuestro
Creador.’ Y Nosotros la hacemos hacer y gozamos al ver que la pequeñez
de la criatura quiere darnos nuestro paraíso, y nuestro Ser Divino, como
nuestro y como suyo. ¿Qué cosa no puede hacer y darnos quien vive en
nuestro Fiat? Todo. Mucho más, porque estando en la tierra esta feliz
criatura, en virtud del libre albedrío tiene la virtud conquistadora, lo que no
tienen ni siquiera los santos en el Cielo, y con ésta puede conquistar y
multiplicar el bien que quiere. Y nuestro Querer que la tiene dentro de Sí, la
vuelve conquistadora de nuestro Ser Divino."
Mayo 9, 1929
Era necesario que concentrase en Luisa la santidad humana para
consumarla y dar principio a la santidad del vivir en el Querer
Divino. El sufrir voluntario es algo grande delante a Dios.
Había leído en el primer volumen de mis escritos, como Nuestro Señor
me había dicho que quería que yo aceptara entrar en batalla con el enemigo
infernal en las duras pruebas a que me sometió. Entonces yo pensaba entre
mí: "Me parece que hay contradicción, porque Jesús me ha dicho tantas
veces que quien vive en su Voluntad Divina no está sujeto ni a tentaciones ni
a turbaciones, ni el enemigo tiene poder de entrar en el Fiat Divino, porque
Éste lo quemaría más que el mismo fuego del infierno, y para no quedar más
quemado huye del alma que vive en Él." Mientras esto y tantas otras cosas
pensaba, mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, tú te equivocas, no hay contradicciones. Tú debes saber
que debiéndote llamar en modo todo especial a vivir en mi Divina Voluntad,
para hacértela conocer, y por medio tuyo hacer conocer a los demás la
santidad del vivir en Ella para hacerla reinar sobre la tierra, era necesario
que concentrara en ti toda la santidad humana para consumarla en ti, para
dar principio a la verdadera santidad del vivir en mi Querer Divino. La
santidad en el orden humano debía ser el escabel, el trono de la santidad en
el orden de mi Divina Voluntad. He aquí el por qué desde el principio en
que te llamé al estado de víctima, y a todo lo que sufriste en aquella época,
Yo te lo decía antes para preguntarte si tú aceptabas, y después de que
aceptabas entonces te ponía en aquel estado de pena, quería de ti el sufrir
voluntario, no forzado, porque era a tu voluntad a la que quería hacer morir,
y encender sobre tu voluntad, casi como apagada llamita, el gran fuego del
sol de mi Fiat. El sufrir voluntario es algo grande delante a nuestra Majestad
2163
Suprema, y por eso sobre la muerte de tu querer, ahogado de penas, podía mi
Voluntad tener su dominio y disponerte a recibir el bien más grande de sus
conocimientos. ¿No fue mi sufrir todo voluntario –ninguno podía imponerse
sobre Mí– lo que formó el gran bien de la Redención? Así que todo lo que
tú sufriste entonces, no fue otra cosa que un completar el orden de la
santidad en el modo humano, por eso casi nada te decía de la santidad del
vivir en mi Querer Divino, quería completar la una para comenzar la otra
cuando vi que nada me negaste de lo que Yo quería, aun a costa de tu vida; y
mientras nada me negabas y tu voluntad perdía el camino y se encontraba en
continuo acto de morir, la mía hacía su camino y readquiría su Vida en ti, y
conforme readquiría su Vida, así se manifestaba narrándote su larga historia,
su dolor, y cómo suspira el venir a reinar en medio a las criaturas. Mi
palabra es vida, y conforme, más que un tierno padre te hablaba de mi Fiat,
así iba formando su Vida en ti, porque jamás me habrías entendido lo que
respecta a mi Querer si no hubieras tenido su Vida en ti, porque de aquello
que forma la vida se tiene verdadero interés de comprender y defender, lo
que no forma vida entra en el orden secundario, no primario, y no se siente
el verdadero amor que se puede tener a la propia vida. Así que a la misma
Vida de mi Fiat formada en ti Yo podía confiar todos sus conocimientos,
para poder formar otras tantas Vidas de Él en las criaturas, y después debía
hacer de ti lo que hice de Mí: Yo cuando vine a la tierra observé todas las
leyes, me sometía a todos los sacrificios de la ley antigua en modo perfecto,
como ningún otro hasta entonces había observado, y después de que todo lo
completé en Mí, consumando en mi Humanidad todas las leyes y santidades
de modo antiguo, las abolí y di principio a la nueva ley de gracia y a la
nueva santidad que traje a la tierra. Así he hecho contigo: Concentré en ti
las penas, los sacrificios, las batallas de la santidad presente para
completarla, y así poder comenzar de nuevo la nueva santidad del vivir en
mi Querer, esto es, el ‘Fiat Voluntas Tua come in Cielo così in terra.’
Ahora, ¿dónde están las contradicciones que tú dices? Cuando el alma entra
en mi Querer para hacer en Él vida perenne, el enemigo no puede acercarse
más, su vista queda cegada por la luz de mi Fiat, ni puede ver lo que la feliz
criatura obra en esta luz divina. La luz se defiende de todo, domina a todos,
es intangible, no se deja ofender, ni ofende, y si alguno la quiere tocar o
atraparla entre sus manos, con rapidez encantadora huye, y casi
burlonamente la salpica de luz; toca todo, abraza a todos para hacer bien a
todos, pero no se deja tocar por ninguno. Así es mi Divina Voluntad,
encierra al alma en su luz y con su imperio eclipsa todos los males, y ella
viviendo de luz, todo se convierte en luz, en santidad y en paz perenne, así
que los males se extravían y pierden el camino, las turbaciones, las
2164
tentaciones, las pasiones, el pecado, quedan todos con las piernas rotas y no
saben más caminar. Por eso sé atenta y tu vivir en mi Fiat sea continuo."
Mayo 12, 1929
Quien vive en el Fiat Divino es el narrador de las obras divinas.
La Ascensión. Causa por la que no dejó el reino de la
Divina Voluntad sobre la tierra.
Continuando mi acostumbrado abandono en el Fiat Divino, estaba
siguiendo los actos de Él en la Creación, me parecía que uniéndome a sus
actos, ahora hacía un acto de luz, ahora un acto de inmensidad, ahora un acto
de potencia, y así de todo lo demás. Pero mientras esto hacía, mi siempre
amable Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, quien vive en mi Divina Voluntad y sigue sus actos, es la
narradora de todas nuestras obras. Así que conforme tú giras en el sol para
repetir junto con mi Voluntad lo que hice al crear al sol, nos haces la
narración de la historia de su luz, y el Ente Supremo al oír repetir por ti toda
la historia del sol, lo que encierra, el bien que hace, siente darse toda la
gloria de su luz, y como la luz brilla sobre todas las cosas, inviste todo, llena
el aire, así oye tu eco cercano y lejano, en lo bajo y en la altura de los cielos,
y susurrando a nuestro oído nos haces la narración de la luz, y nos glorifica
tanto, que nos das un sol de gloria; oh, cómo quedamos felicitados por parte
de la criatura por haber creado un astro tan benéfico para toda la tierra.
¿Cómo no amar a quien vive en nuestro Fiat Divino? Ella recoge todas
nuestras cualidades y felicidad esparcidas en todo lo creado, y ahora nos
hace la narración del cielo y nos dice la historia de su inmensidad y nos da la
gloria del cielo entero; ahora nos dice la historia del mar, y murmura junto
con las aguas: ‘Amor y gloria de todo el mar a mi Creador.’ Ahora nos
narra la historia de la tierra florida, y todas las plantas y flores elevan su
perfume y nos das la gloria de toda la tierra. Ahora nos haces la narración
de la historia del viento, ahora del aire, ahora del pajarillo que canta, ahora
del cordero que bala, en suma, tiene siempre cosas que narrarnos de las
tantas cosas que hemos hecho en la Creación, para darnos el amor y la gloria
que tuvimos al crearla. Oh, cómo es dulce y grato el oírte hacer la narración
de nuestras obras, nos sentimos duplicar el amor, nuestra gloria; mucho más
que, quien nos hace la narración vive en nuestro Querer, el cual,
instruyéndola le hace decir los secretos amorosos que hay en todas las cosas
creadas."
2165
Dicho esto ha hecho silencio. Después, como si no pudiera contener
el amor de su corazón divino, ha agregado:
"Hija amada mía, tú eres mi esperanza, la esperanza del reino de mi
Divina Voluntad sobre la tierra, aquella esperanza que no dice duda, sino
certeza, porque ya en ti encuentra su reino; tus modos, tus prerrogativas, tus
narraciones, todo son pertenecientes a mi Fiat Divino, en ti están sus
fundamentos, sus conocimientos, por eso espero que su reino se formará y se
divulgará sobre la tierra."
Después de esto estaba pensando cuando Nuestro Señor subió al Cielo,
glorioso y triunfante, con su Humanidad no más humillada, sujeta a las
penas, con la divisa de Adán caído, sino intangible de toda pena, con la
divisa del nuevo Adán inocente, con todas las prerrogativas más bellas de la
Creación, vestido de luz e inmortal. Pero mientras esto pensaba, mi
dulcísimo Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, mi Humanidad rehizo en sí, y sobre de sí misma todos los
males de la humanidad caída, hasta morir, para darle virtud de hacerla
resurgir de la muerte a la cual estaba sujeta. He aquí la causa por la que no
dejé el reino de mi Voluntad Divina sobre la tierra, porque faltaba la
humanidad del Adán inocente, gloriosa e inmortal para poder impetrarlo y
recibir el gran don de mi Fiat. Por eso era necesario que mi Humanidad
primero debía rehacer la humanidad caída y darle todos los remedios para
levantarla, después morir y resurgir con las dotes del Adán inocente para
poder dar al hombre lo que perdió. No sólo eso, sino quise subir al Cielo
con mi Humanidad bella, vestida de luz como salió de nuestras manos
creadoras, para decir al Padre Celestial: ‘Padre mío, mira cómo mi
Humanidad esta rehecha, cómo el reino de nuestra Voluntad está al seguro
en Ella, soy Yo la cabeza de todos, y quien te ruega tiene todos los derechos
de pedir y de dar lo que Yo poseo.’ Hija mía, se necesitaba una humanidad
inocente, con todas las dotes con las cuales salió de nuestras manos
creadoras para impetrar de nuevo el reino de nuestra Voluntad en medio a
las criaturas, que hasta entonces faltaba, y Yo lo adquirí con mi muerte, y
subí al Cielo para cumplir, después de mi primer trabajo, el segundo trabajo
mío de impetrar y dar el reino de mi Divina Voluntad sobre la tierra. Son
cerca de dos mil años que esta mi Humanidad ruega, y nuestra Majestad
Divina, sintiéndose regurgitar de nuevo, más bien, con más intensidad el
amor de la Creación que tuvimos al crear al hombre, y sintiéndose raptar y
fascinar por la belleza de mi Humanidad, ha desbordado fuera de nuevo, y
abriendo los Cielos ha hecho llover a torrentes la lluvia de luz de los tantos
conocimientos sobre mi Fiat, a fin de que como lluvia descienda sobre las
almas, y con su luz vivifique y sane al querer humano, y transformándolo,
2166
arroja la raíz de mi Voluntad en los corazones, y ahí extiende su reino sobre
la tierra. Para venir mi reino a la tierra primero debía hacerlo conocer, debía
hacer saber que quiere venir a reinar, y Yo, como un hermano mayor de la
familia humana, estoy haciendo todas las diligencias necesarias en el Cielo
junto a la Divinidad, para darle una adquisición tan grande. Por eso era
necesario que Yo subiera al Cielo con mi Humanidad glorificada, para poder
readquirir de nuevo el reino de mi Fiat para mis hermanos e hijos."
Mayo 16, 1929
Los conocimientos sobre la Divina Voluntad son el ejército; los actos
hechos en Ella son las armas; su luz, el palacio real; el Ministro, la
Trinidad Santísima. Ímpetu divino por establecer su reino.
Necesidad divina, silencio de Jesús, dolor de sus secretos.
Continuando mi acostumbrado abandono en el Fiat Divino, estaba
pensativa por las privaciones de mi dulce Jesús. ¡Oh! cómo gemía mi pobre
alma bajo el peso infinito de un dolor que hace decir a todas las cosas
creadas: "¿Dónde está tu Jesús, Aquél que tanto te amaba? ¡Ah, tú sientes
que sostiene todo, tocas su belleza que ha puesto sobre toda la Creación, ves
su inmensidad que no puedes alcanzar, pero todo esto que tú ves no son otra
cosa que la huella de sus pasos, que a su paso imprimió sobre todas las cosas
creadas por Él, pero no está aquí! Tú, corre, búscalo, y todas nosotras te
acompañaremos gimiendo junto contigo para hacerte encontrar a Aquél que
tú quieres." Yo siento que todos me hablan de Jesús con notas dolientes,
que haciendo eco en mi pobre corazón desgarrado por un dolor que yo
misma no sé decir, es tanta la impresión, como si quisiera salir de mi
habitual estado. Pero mientras estaba en esto, mi amable y buen Jesús me ha
sorprendido, y poniéndome los brazos en el cuello me ha dicho:
"Hija mía, ¿qué pasa? ¿Qué pasa? Cálmate, cálmate, cómo, ¿tal vez
tú quieres salir del ejército de mi Divina Voluntad? Mira qué ejército
ordenado, formidable y numeroso, que disponiéndose en orden de batalla en
tu alma no te será fácil salir; pero, ¿sabes tú quién es este ejército? Todos
los conocimientos sobre mi Divina Voluntad, porque Ella habiéndose
formado su palacio real en ti, no podía estar, ni era decoroso estar sin su
ejército. Este ejército lo hemos sacado de nuestro seno divino para cortejar,
defender, y están todos atentos para hacer conocer a todos quién es nuestro
Fiat, su Rey divino, cómo quiere descender con todo su ejército celestial en
medio a los pueblos para combatir al querer humano, pero no con las armas
2167
que matan, porque en el Cielo no hay estas armas asesinas, sino con las
armas de luz que combaten para formar la Vida de mi Querer en las
criaturas, las armas de este ejército son los actos hechos en mi Divina
Voluntad. Mira como es bello, el palacio real es la Luz de mi Fiat, el Rey
que domina es mi Querer, el Ministro la Trinidad Santísima, el ejército sus
conocimientos, las armas tus actos hechos en Él. Porque conforme tú tenías
el bien de conocer un conocimiento suyo y obrabas en virtud de él, en mi
Fiat formabas las armas en las manos de cada conocimiento, para dar la vida
de este conocimiento a las otras criaturas. Pero no es todo aún, cada
conocimiento posee un arma diversa la una de la otra, así que cada
conocimiento que te he dado sobre mi Divina Voluntad posee un arma
especial y distinta, quién posee el arma de la luz para iluminar, calentar y
fecundar el germen de mi Fiat; quién posee el arma de la potencia vencedora
que domina e impera; quién el arma de la belleza que rapta y conquista;
quién el arma de la sabiduría que ordena y dispone; quién el arma del amor
que quema, transforma y consume; quién el arma de la fuerza que arroja por
tierra, hace morir y hace resurgir en mi Querer Divino; en suma, cada
conocimiento mío es un soldado divino que manifestándose a tu alma se ha
hecho poner en sus manos, por ti, el arma de cada oficio que poseen. Mira
que orden tienen, como son atentos a su oficio y a manejar el arma que cada
uno posee para disponer y formar el pueblo del reino de mi Fiat Divino.
Este ejército y estas armas poseen la virtud prodigiosa de lo infinito, de
modo que se difunden por dondequiera, y donde hay una luz, aun pequeña,
en las criaturas, combaten con armas de luz contra las tinieblas del querer
humano para eclipsarlo y darle la Vida de mi Fiat, y donde hay un germen
de potencia o de fuerza, corre el soldadito divino con su arma de la Potencia
y de la Fuerza para combatir la potencia y fuerza humana, y hacer resurgir la
Potencia y la Fuerza de mi Divina Voluntad. Este ejército tiene el arma
opuesta a todos los actos humanos para combatirlos, para hacer resurgir
sobre el acto humano el acto de mi Querer Divino. Por eso hija mía, es
necesario que tu permanezcas en mi Divina Voluntad para formar armas
suficientes, con tus actos hechos en Ella, al gran ejército de sus
conocimientos. Si tú supieras cómo este ejército espera con ansia las armas
de tus actos en sus manos para mover batalla y destruir el pobre reino del
querer humano, y edificar nuestro reino de luz, de santidad y de felicidad;
mucho más que Yo estoy en ti, en la gran morada de mi Divina Voluntad, en
medio a mi ejército, con el continuo consejo del Ministro de las Divinas
Personas, como reproductor de nuestras obras, porque Nosotros somos el Ser
obrante, y donde estamos queremos obrar siempre, sin cesar jamás. Por eso
es de necesidad que tú estés siempre en nuestro Fiat, para unirte a Nosotros
2168
en nuestro continuo obrar y darnos el campo de siempre obrar en ti, porque
es propiamente ésta la señal del obrar divino: Obrar siempre, siempre, sin
cesar jamás."
Después de esto ha hecho silencio, y poco después con un énfasis más
tierno ha agregado:
"Hija mía, si tú supieras que ímpetu de amor siento porque quiero
establecer el reino de mi Divina Voluntad sobre la tierra, para realizar el
único fin por el cual fue creado el hombre; todo lo que ha sido hecho por las
Divinas Personas, desde que fue creado el mundo y lo que haremos, nuestro
principio será siempre aquél, no lo dejaremos jamás, que el hombre regrese a
su herencia del reino de nuestro Fiat que nos rechazó. Tanto, que en mi
misma encarnación, cuando descendí del Cielo a la tierra, la primera
finalidad fue el reino de mi Divina Voluntad, los primeros pasos los di en el
reino de Ella, esto es, en mi Madre Inmaculada que lo poseía, mi primera
morada fue en su seno purísimo, en el cual mi Fiat tenía su dominio absoluto
y su reino íntegro y bello, y en este reino de mi Querer que poseía mi Mamá
Celestial comencé y formé mi Vida, acá abajo, de penas, de lágrimas y de
expiaciones. Yo lo sabía, sabía que debía ser el Jesús abandonado, no
amado ni buscado, pero quise venir porque veía a través de los siglos que mi
venida a la tierra debía servir para formar el reino de mi Querer Divino, y
por necesidad debía primero redimirlos para obtener mi primera finalidad.
Y Yo desde entonces descendía del Cielo para venir a buscar, encontrar y
estrechar a mi seno a los hijos de mi reino, que me habrían buscado, amado,
reconocido, hasta llegar a no poder estar sin Mí, y por eso en lo que Yo
hacía y sufría, Yo ponía un sello y decía: ‘Aquí esperaré a los hijos de mi
Querer, los abrazaré, nos amaremos con un solo amor, con una sola
Voluntad’; y por amor de ellos, las lágrimas, los pasos, las obras, se me
cambian en refrigerio, en alegría para mi corazón ahogado de amor. Hija
mía, ¿no sientes tú misma que no puedes estar sin Mí? Y cuando lean en el
mundo estos escritos, quedarán maravillados al oír la larga cadena de mis
gracias, mis cotidianas visitas, y por tan largo tiempo, lo que no he hecho a
ningún otro, mis largas conversaciones que he tenido contigo, las tantas
enseñanzas que te he dado, y todo lo que debía servir al reino de mi Divina
Voluntad. Sentía la irresistible necesidad de reemprender y rehacer contigo
todas las conversaciones, de comunicarte las gracias, las enseñanzas que
habría dado a Adán inocente si no hubiera rechazado la preciosa herencia de
mi Fiat; él rompió mi hablar y me redujo al silencio, y después de seis mil
años de silencio sentía la extrema necesidad de reemprender mi hablar con la
criatura. ¡Oh! cómo era doloroso contener tantos secretos en mi corazón,
que debía confiarle, y que sólo para ella eran reservados estos secretos, no
2169
para otros, y si supieras cuánto me ha costado el callar por tan largo tiempo,
mi corazón estaba sofocado y delirante repetía sumisamente: ‘Ay de Mí,
creé al hombre para tener con quién hablar, pero debía poseer mi Divina
Voluntad para entenderme, y como me la rechazó me ha vuelto el Dios
taciturno, ¡qué dolor siento! ¡Qué amor sofocado que me hacía desfallecer,
y deliraba! Por eso no pudiendo soportarlo más, lo he querido romper
contigo, he roto mi largo silencio, y por eso la necesidad del ímpetu de mi
hablar tan prolongado, frecuente y repetido. Y mientras me desahogo
contigo en el decir, siento como si ahora estuviese dando principio a la
Creación, y por eso en estos escritos te estoy haciendo escribir el verdadero
por qué de la Creación, qué cosa es mi Voluntad, su valor infinito, cómo se
debe vivir en Ella, su reino y cómo quiere reinar para volver a todos santos y
felices. Todos quedarán sorprendidos al leer estos escritos y sentirán la
necesidad de que mi Fiat viva en medio a ellos. La Divinidad siente una
irresistible necesidad de completar la obra de la Creación, y ésta será
completada con el reinar nuestra Divina Voluntad en medio a las criaturas.
¿Qué haría una criatura si después de que ha hecho una obra con sacrificios
inauditos y por largo tiempo, obra que le cuesta la vida, obra de valor
incalculable, y sólo porque le faltase un punto, una pincelada, un color, no
puede completar la obra que le cuesta tanto? Y por cuan bella su obra, por
cuan preciosa y de valor incalculable, que formaría su fortuna, su gloria y su
felicidad completa, no puede presentarla al público, ni puede decir que es
una obra completa porque falta un punto. Para esta persona la vida se
cambiaría en dolor y sentiría el peso de su obra, bella, sí, pero no completa,
y por eso se siente infeliz y en vez de gloria se siente humillada, y ¿qué
sacrificios no haría? Pondría la vida para poner aquel punto para dejar
completa su obra. Así nos encontramos Nosotros, nada falta a nuestra obra
de la Creación: cielos, soles, obras y magnificencia de toda especie, pero
falta un punto, un punto que me desfigura una obra tan bella, pero este punto
es el más importante, es la pincelada más bella, es el color más vivo que
falta a la Creación, todos y todo viven en mi Fiat, pero un punto de ella, esto
es, la familia humana está fuera de Él, fuera de mi reino y vive infeliz. ¡Qué
dolor! Hay lugar para todos en mi Querer, no obstante hay quien vive fuera.
¡Oh! cómo nos la desfigura y la vuelve incompleta. Y, ¿qué cosa no
haremos para verla completa? Cualquier sacrificio hija mía, todo estamos
dispuestos a hacer; ya he puesto mi Vida en la Redención para poner este
punto a la obra creadora. Y cuando conozcan qué significa Voluntad de
Dios, el gran bien que puede hacer, y cómo a Nosotros la cosa que más nos
importa es poner a salvo los derechos de nuestro Fiat Divino, y hacerlo
reinar para ver a todos felices en nuestra Voluntad, con nuestra misma
2170
felicidad, no más se maravillarán de leer en estos escritos, lo que te he dicho
y hecho de grande en tu alma, más bien dirán: ‘A una Voluntad tan santa
que todo ha hecho, era justo que se necesitara este desahogo de gracias y
tantas enseñanzas sublimes para hacérsela comprender, amar y suspirar en
quien debía hacer el primer depósito de su reino.’ Por eso sé atenta, porque
se trata de dar los derechos a una Voluntad Divina, para dejar completa la
obra de la Creación."
Mayo 21, 1929
La Divina Voluntad, luz; el amor, calor. Alimento y desahogo divino.
Estoy siempre de regreso en mi amada heredad del Querer Divino, y
me parece que voy cosechando en Él, y Jesús no deja de darme sus bellas
lecciones sobre cada una de aquellas espigas que voy recogiendo; pero
mientras giraba iba repitiendo mi estribillo sobre de cada cosa: "Te amo,
haz que mi te amo sea dulce cadena que atando al eterno Fiat lo atraiga, lo
violente para hacerlo venir a reinar sobre la tierra." Ahora, mientras esto
hacía, mi adorado Jesús me ha dicho:
"Hija mía, mi Divina Voluntad es luz, el amor es el calor. Luz y calor
son inseparables entre ellos y forman la misma vida; hay necesidad de la
fusión de mi Voluntad y de mi amor, una voluntad que no ama, no es
operante; una amor que no tiene voluntad, está sin vida. Empero mi
Voluntad tiene el primer acto, se puede decir que su luz hace surgir el calor,
Ella hace el primer acto y llama en su luz la vida del amor, y de ellos forma
una sola cosa, ¿quién puede dividir el calor de la luz? Ninguno. Sin
embargo, cuanto más grande es la luz, más fuerte es el calor, así que una
pequeña luz, apenas si se siente la fuerza del calor; una luz grande da mucho
calor y produce efectos admirables. ¿Cuántos y cuáles efectos produce el sol
porque su luz es tanta que abraza toda la tierra? Se puede decir que es el rey
de la tierra, con su luz y con su calor acaricia a todos, abraza todo y hace
bien a todos y sin que pida nada a nadie, porque: primero, no tiene
necesidad de nada; segundo, porque todos se sentirían impotentes de
corresponder al sol por el gran bien que hace a toda la tierra. He aquí el por
qué tú sientes en ti dos potencias infinitas fundidas en una: mi Divina
Voluntad y mi amor, y la luz de mi Querer te hace correr para hacerte poner
su te amo, que hace salir del seno de su luz, sobre todas las cosas, para ver
toda la Creación adornada con su y tu te amo.
2171
Además de esto, la vida tiene necesidad de alimento; mi Voluntad
Divina es Vida, mi amor es alimento, cada te amo tuyo es un sorbo de
alimento que das a mi Fiat en ti, y cada acto tuyo hecho en mi Querer hace
crecer la Vida de Él en ti. ¡Oh, cómo goza por ello, y crece admirablemente
la Vida de mi Querer en la criatura cuando encuentra mucho amor divino, se
puede decir que mi Fiat encuentra su alimento, y mi amor encuentra su
vida."
Después de esto continuaba pensando en el Fiat adorable, y mi dulce
Jesús ha vuelto a tomar la palabra diciéndome:
"Hija mía, quien vive en mi Querer Divino se encuentra bajo el
desahogo continuo de su Creador, es tanto nuestro amor hacia ella, nos rapta
tanto al ver nuestro Fiat en la pequeñez de la criatura, que queremos darle
siempre, siempre, sin cesar jamás. Ahora, este nuestro desahogo divino la
llena tanto, que no le deja ningún vacío en sí misma, de modo que
dondequiera que se apoya encuentra siempre la plenitud de nuestro desahogo
que la sostiene, de manera que no puede replegarse sobre sí misma, porque
nuestro desahogo la sostiene y la lleva como en triunfo en sus brazos. ¿Pero
sabes tú qué cosa desahogamos? Amor, luz, gracia, santidad, potencia, etc.;
ahora, todas estas cualidades nuestras hacen competencia para ver quien
lleva en brazos a esta pequeña criatura, parece que se la pelean entre ellas y
hacen turno para decir, todos la hemos llevado, y mientras cada una la lleva
en sus brazos, si la lleva el amor, la llena tanto de amor, que toma gusto en
ver ahogada a la pequeña pequeñita, ahogada en su amor, y sólo se contenta
al hacerla pasar a los brazos de la luz cuando la ve desbordar amor, porque
quiere ver repetir a la pequeña pequeñita lo que ha hecho su Creador. La luz
toma gusto en ahogarla de luz, la gracia en ahogarla de gracia, la potencia en
ahogarla de potencia, pero tanta, de raptar al mismo Creador. En suma, esta
pequeñita criatura vive bajo el desahogo continuo de Dios, que la llena tanto,
de sentirse ahogada sin poderlo contener, de modo que está obligada a
desbordarlo fuera, así que lo que tú dices de mi Querer Divino no es otra
cosa que el desahogo de lo que contienes dentro."
Mayo 25, 1929
Potencia de quien vive en el Fiat Divino. Virtud de los actos
hechos en Él. Todas las generaciones dependen de
los actos hechos por Adán.
2172
Continuando mi habitual abandono en el Fiat, me he encontrado fuera
de mí misma, y con sorpresa he visto al enemigo infernal junto a mí, como si
se quisiera lanzar sobre de mí; yo he sentido tal fuerza, de ponerme sobre de
él, y conforme me ponía sobre él así quedaba vencido y hecho pedazos. Yo
me impresionaba y pensaba entre mí: Desde hace mucho tiempo que no veía
al enemigo, es más, si me veía huía de mí, y ahora ¿qué cosa quiere con este
acercarse?" Y mi amable Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, el alma que posee mi Fiat Divino tiene tal potencia, que
hace pedazos la potencia diabólica, y Yo he permitido que tocaras con la
mano que sólo con el ponerte sobre de él ha quedado destrozado, a fin de
que no le temas, y que él sintiese la potencia de quien posee mi Querer, que
dispersa como polvo al viento la fuerza diabólica. Por eso no te des
pensamiento de él y continúa la vida en mi Fiat, porque tú debes saber que
cada oración, cada acto y movimiento de quien vive en Él, encierra dentro
una fuerza y un peso infinito e incancelable, y el infinito se extiende por
todas partes, contiene la virtud productora de todos los bienes, abraza la
eternidad, encierra al mismo Dios, por eso un acto hecho en mi Querer es un
acto que no termina jamás, y tiene tal potencia que encierra Cielo y tierra.
Nuestro Fiat con su potencia infinita encierra nuestra Divinidad en el acto de
la criatura, formando con sus velos de luz la más bella y deliciosa morada
real a nuestro Ser Divino."
Jesús ha desaparecido, y yo me sentía abismada en el abismo de luz
del Fiat supremo. Después de esto estaba siguiendo mis actos en el Fiat
Divino, y llegando al edén pensaba entre mí: "En este edén, nuestro primer
padre Adán hizo sus primeros actos en el Fiat Divino; así que toda la
Creación tuvo el principio dentro de un acto de Voluntad Divina obrante en
todas las cosas creadas, como también el primer hombre, Ella extendía la
plenitud de su santidad, potencia, belleza y luz en cada cosa, haciéndose
actora y espectadora, encerrando todo en un acto solo de su Voluntad
Divina. Cómo era bella la Creación en su principio, una era la Voluntad que
obraba, y los diversos actos no eran otra cosa que los efectos de Ella." Pero
mientras esto pensaba, mi amable Jesús moviéndose en mi interior me ha
dicho:
"Hija mía, todas las generaciones dependen de los primeros actos
hechos por Adán en la plenitud de mi Divina Voluntad, porque siendo
hechos en Ella, eran actos llenos de vida y podían dar principio y vida a
todos los otros actos de todas las criaturas. Y a pesar de que las criaturas no
viven de mi Voluntad, sino de la de ellas, pero es siempre Ella que les da
vida, y mientras les da vida la tienen como sofocada y agonizante en sus
actos. Por eso todos los actos de Adán hechos en mi Querer están como acto
2173
primero de todos los actos de las criaturas; ¿quién puede destruir un acto
hecho en mi Divina Voluntad? ¿Quién puede quitarle la soberanía, la
potencia, la belleza, la vida? Ninguno. No hay cosa que no dependa del
primer acto, todas las cosas creadas dependen del primer acto hecho por
Aquél que las ha creado. Y si tanto amo, suspiro y quiero que mi Voluntad
sea conocida y reine en medio a las criaturas, es propiamente esta la razón,
que sean restituidos sus justos y santos derechos, y que así como tuvo
principio la Creación toda, así regrese toda en nuestra Divina Voluntad."
Mayo 28, 1929
Cuando Jesús habla de su Querer se abajan los Cielos; fiesta de
todo el Cielo. El Divino Querer es corona de la Creación y
de la Redención. Dolor de Jesús porque
no se conoce el Fiat Divino.
Mi pequeña inteligencia no hace otra cosa que navegar en el mar
interminable del Fiat Divino, y conforme forma sus olas de luz así murmura
su lenguaje celeste y divino, y pone fuera sus secretos, y con palabras
arcanas se manifiesta a mi pequeña alma, y muchas veces mi dulce Jesús
sale de dentro de aquellas olas de luz, corre, me abraza y se pone la mano en
su corazón para sostenerlo, tanto es el ímpetu de su amor porque escucha y
habla de su Querer Santísimo. Ahora, mientras me encontraba en este
estado, mi amado Jesús me ha dicho:
"Hija de mi Querer, si supieras qué amor siento cuando me decido a
hablarte de mi Fiat Divino; cada vez que te he hablado de Él los Cielos se
han abajado, tanta era la estima y la veneración que sentían, y haciendo
homenaje a lo que Yo debía decir, y abajándose, todos se ponían atentos a
escucharme, y mientras Yo hablaba sentían en ellos nuevas creaciones de
Vidas Divinas, nuevas alegrías, nuevas bellezas, porque cuando se trata de
hablarte de otros conocimientos de mi Fiat Divino, todo el Cielo siente la
potencia de Él y hacen competencia en escuchar y en recibir los nuevos
efectos de aquellos conocimientos. Así que cuantas veces te he hablado de
mi Querer Santísimo, ha sido la fiesta de todo el Cielo, porque se sentía
duplicar la felicidad, y sólo el Cielo podía contener todos los admirables
efectos, las puras alegrías de un solo conocimiento de mi Fiat; sólo así podía
hablarte de Él, con el Cielo abajado para recibir sus actos reverentes y los
homenajes debidos a mi Divina Voluntad. Es tanto el amor y el deseo que
siento de hacerla conocer, que si fuera necesario me encarnaría de nuevo
2174
para obtener que mi Voluntad fuera conocida y reinase sobre la tierra, pero
esto no es necesario, porque habiéndome encarnado una vez, mi encarnación
está siempre en acto y tiene virtud de reproducir los mismos efectos como si
de nuevo me encarnase. Y ha sido sólo por el decoro de mi Fiat que te he
escogido, te he purificado de todo germen de corrupción, me he encerrado
en tu alma, no sólo en modo espiritual sino también natural, de modo de
servirme de ti como velo para cubrirme, casi como me serví de mi
Humanidad como velo para esconder mi Divinidad, y para tenerte a mi
disposición te he segregado de todo, te he confinado dentro de una cama y
por tan largos años, para darte las sublimes lecciones sobre mi eterno Fiat y
hacerte beber sorbo a sorbo sus conocimientos y su Vida. La historia largade Él requería tiempo para narrártela y hacértela comprender. Yo puedo
decir que he hecho más que en la Creación y Redención, porque mi Querer
encierra la una y la otra y es principio y medio de ellas, y será fin y corona
de la Creación y Redención, en modo que sin mi Voluntad, no conocida ni
reinante y dominante sobre la tierra, nuestras obras serán obras sin corona e
incompletas, he aquí el por qué tanto interés de hacerla conocer. Nuestras
mismas obras hechas con tanto amor y magnificencia, están bajo la opresión
de un gemido inenarrable, y casi bajo una humillación profunda, porque la
Vida, la sustancia esencial que esconden, no es conocida aún, se conocen los
velos, la exterioridad de la Creación y Redención, pero la Vida que esconden
es ignorada; ¿cómo pueden dar la Vida que esconden y los bienes que
poseen? Por eso nuestras obras suspiran, reclaman sus justos derechos, que
sea conocida mi Divina Voluntad. ¡Ah! sí, sólo Ella será la gloria, la corona
imperecedera y el cumplimiento de nuestras obras. Ahora, tú debes saber
que Yo me encuentro en ti escondido, con el dolor en el corazón, como me
encontraba en los últimos años, cuando mi Humanidad vivía acá abajo sobre
la tierra, y Yo, Verbo del Padre estaba escondido en Ella. Después de tantos
sacrificios, después de mi tanto decir y ejemplos dados, miraba la tierra,
miraba los pueblos y aun a aquellos que me rodeaban sin los efectos de mi
venida a la tierra, los frutos, los bienes de mi venida a la tierra escaseaban
tanto, que mi corazón era torturado al sentir que me rechazaban los tantos
bienes que quería darles, y acrecentaba mi dolor porque veía que habiendo
cumplido en mi Humanidad lo que debía hacer para redimirlos, estaba por
partir para el Cielo. Cómo es doloroso querer hacer el bien, aun a costa de la
propia vida, y no encontrar a quien dar estos bienes. Ahora, así me
encuentro en ti, miro mis y tus sacrificios, miro el orden que he tenido, las
tantas lecciones que te he dado, bastante para hacer conocer mi Divina
Voluntad, para formar su reino, y si no termino de decir es porque su historia
es eterna, y lo que es eterno tiene su decir eterno que no termina jamás, y
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que el decir de mi Fiat se eternizará en el Cielo. Miro a aquellos que te
circundan y que saben lo que respecta a mi Querer, sin verdadero interés de
hacer conocer tanto bien, miro tu misma humanidad que me sirve como
cátedra donde imparto mis lecciones, y que tú misma no puedes negar que
me sientes mover en ti sensiblemente, hablar, sufrir, y que estoy
propiamente en ti para formar mi reino y hacerlo conocer; y mientras te miro
veo que ni siquiera tu humanidad debe estar por largo tiempo sobre la tierra,
y mi corazón siente la estrechura del dolor porque el gran bien que quiere
hacer mi Divina Voluntad ni siquiera es conocido, sus conocimientos están
como sepultados, y que mientras quieren dar vida, felicidad, luz, quedan
como encarcelados entre Yo y tú y en los escritos que con tanta ternura de
amor te he hecho escribir. Por eso hija mía, compadece mi dolor, adora mis
disposiciones de tenerte aún sobre la tierra, Yo sé que te es muy duro y Yo te
compadezco, y mientras nos compadecemos mutuamente hagamos cuanto
esté en nosotros para hacer conocer mi Divina Voluntad."
Después de esto estaba haciendo mis actos en el Querer Divino, y mi
dulce Jesús ha agregado:
"Hija mía, mi Fiat tiene su acto primero en nuestra Divinidad, su acto
primero en la Creación y Redención y en todas las cosas, y por eso tiene el
justo derecho de dominar todo y de envolver a todos y de ser la primera
rueda, que moviéndose, todo mueve en torno a sí y todo gira a su alrededor.
Así que quien toma mi Voluntad como vida toma todo, y conforme la
primera rueda se mueve, así todas las cosas se dan al alma, tanto, que no
tiene necesidad de pedir, todas conforme giran en torno a mi Querer se dan a
ella. Por eso la cosa más necesaria es tomar mi Divina Voluntad, y si esto
ha hecho, ha hecho todo y ha tomado todo, todo es suyo. Sucede como a
una máquina, si se mueve la primera rueda del centro de ella, todas las
ruedas secundarias giran, pero si no se mueve la primera rueda, todas quedan
detenidas, y no hay potencia o artífice que tenga virtud de mover las ruedas
secundarias, pero si se mueve la primera, por sí mismas las otras giran y
hacen su oficio. Por eso la atención y el arte deben ser para la primera
rueda, todo lo demás viene de por sí. Así es mi Voluntad, quien la posee no
tiene necesidad de nada."
Mayo 31, 1929
El verdadero amor tiene necesidad de un desahogo. La Creación fue
un desahogo de amor, como también la Redención y el Fiat Divino.
Qué significa un desahogo divino.
2176
Mientras escribía pensaba entre mí: "Cuántos sacrificios para escribir,
cuántas noches de vigilia, cuánto tiempo empleado, sólo Jesús ha sido
testigo, y teniendo compasión de mí me sostenía, me ayudaba, me inspiraba
las palabras, y muchas veces Él mismo me dictaba lo que debía escribir,
pero, ¿cuál será la utilidad de tantas premuras de Jesús por hacerme escribir,
y de tantas luchas internas por poner sobre el papel lo que Jesús me hacía oír
dentro de mí? ¿Qué utilidad a tantos sacrificios sostenidos? ¿Quién se
tomará el trabajo de leerlos, de hacerlos conocer a fin de que lleven el bien
de tantas verdades sobre la Divina Voluntad en medio a las criaturas? Creo
que ninguno, y todos los sacrificios quedarán en el papel. Del resto, si he
escrito lo he hecho sólo por temor, para no disgustar a Jesús, y sólo y
siempre por obedecer. Luego, con estos pensamientos continuaba
escribiendo, y cuando después de haber terminado me puse a rezar, mi dulce
Jesús ha salido de mi interior y estrechándome entre sus brazos me ha dicho:
"Hija mía, el amor verdadero tiene necesidad de un desahogo, Yo no
podía contener más en Mí este desahogo intenso de hacer conocer mi
Voluntad, sus conocimientos, su valor inmenso y el cómo quiere formar su
reino sobre la tierra. Mi corazón se encuentra en el arrebato de las llamas,
porque quiero dar esta sorpresa a las humanas generaciones, el reino de mi
Divina Voluntad sobre la tierra; sorpresa no esperada por ellos. Y mi amor
contenido gemía, deliraba y era devorado por llamas inextinguibles, porque
quería hacer conocer que quería darles este gran bien, bien que sobrepasa
todos los demás bienes, cual es el reino de mi Fiat Divino. Este gran bien lo
di al principio de la Creación, porque de nuestra Voluntad no salen jamás
bienes u obras incompletas, nos fue rechazado por el hombre, y Nosotros
tuvimos el dolor de sentir que se nos rechazaba la vida, la sustancia, los
bienes, y la parte más esencial de la Creación, y el hombre volvió, para él,
todas nuestras obras incompletas, y no se ha dado más pensamiento de
readquirir lo que nos rechazó, Pero mientras él no lo pensaba, Nosotros lo
pensábamos, y esto formaba nuestro martirio de amor, martirio que nos ha
durado cerca de seis mil años, martirio secreto que acrecentaba nuestras
llamas y nos devoraban tanto, que no pudiendo contenerlas más he querido
venir a ti para romper el secreto, porque sentía la necesidad de hacerte un
desahogo de amor y decirte: ‘Quiero dar lo que el hombre me rechazó,
quiero que mi Querer reine sobre la tierra.’ Y para hacerlo venir a reinar
debía hacértelo conocer, por eso la necesidad de manifestarte tantos
conocimientos de Él. Entonces, si ningún bien ni utilidad traerán tus
sacrificios de escribir, lo que no será, eran necesarios a mi amor y han
servido para formar mi desahogo y para aligerarme de las llamas que me
2177
devoraban. Así que cada conocimiento sobre mi Fiat Divino era un
desahogo de amor contenido que te hacía, era una nueva creación que Yo
ponía fuera, era un unir la Divina Voluntad a la humana, para reordenarla de
nuevo según el orden creado por Nosotros. Era vida que salía de Mí,
sustancia y parte esencial para poder formar el reino de mi Divina Voluntad
sobre la tierra. Si tú supieras qué significa un desahogo divino: Desahogo
de amor fue la Creación y, ¡oh, cuántos bienes no salieron de este desahogo!
Cielos, estrellas, soles, mares, tierra florida, y después el hombre, formado
con tal arte, que Cielos y tierra se asombran por el modo como está formado
el hombre. Este desahogo habría continuado, y cosas más bellas debían salir
de Nosotros, pero el hombre con rechazar nuestra Voluntad Divina nos cerró
este desahogo y detuvo nuestras obras, y por cuatro mil años nuestro
desahogo no tuvo más salida, pero nuestro amor sentía la necesidad de
desahogar, quería sus derechos, quería poner fuera sus llamas vitales, e
irrumpiendo su largo desahogo creó a la Virgen Santísima, a la cual procedió
la encarnación del Verbo, ¿cuántas maravillas en este segundo desahogo,
cuánta utilidad, cuántos bienes no han recibido las criaturas? Pero este
nuestro desahogo quedó a la mitad, y nuestro amor debió contentarse con
esperar otros dos mil años para poder irrumpir de nuevo su desahogo y poner
fuera todos sus secretos, las maravillas más íntimas de nuestra Divinidad, los
dones más grandes que se necesitan para hacer reinar nuestra Voluntad
Divina en medio a las criaturas. Si tú supieras qué significa un desahogo
divino, y así como en la Creación nuestro desahogo hizo obras grandes,
magnánimas, y es útil y continua su vida, así en el desahogo de la Redención
llevará sus admirables efectos y la vida redentora a las generaciones
humanas; así este desahogo de hacer conocer que mi Fiar Divino quiere
formar su reino, y todo lo que has escrito sobre sus conocimientos, tendrán
vida en medio a las criaturas. Por eso, por ahora déjame desahogar, y Yo
pensaré en cómo volver útil lo que te he manifestado."
Junio 4, 1929
Conforme el alma va haciendo la Divina Voluntad, así Ésta se dilata y
hace crecer la Vida Divina en el alma, y el alma crece en el seno de su
Padre Celestial. Quien vive en Ella, llama a lista a toda la Creación.
Quien sale de la Divina Voluntad, él sale pero sus actos quedan.
Mi abandono en el Fiat continúa, siento en mí tal necesidad de vivir en
Él, que para mí se ha vuelto más necesario que mi misma naturaleza, es más,
2178
la naturaleza me la siento cambiada en Voluntad de Dios, siento que está
perdida en Ella; y en todas las cosas, en vez de encontrarme a mí misma,
encuentro a aquel Fiat que me dice: "Yo soy tu vida, corre, corre siempre en
Mí, en el mar de mi luz para vivir de mis actos, de mi santidad, de mi
felicidad y de todos los bienes que poseo." Pero mientras navegaba el mar
del Fiat Divino, mi dulce Jesús se ha movido en mi interior y me ha dicho:
"Hija mía, conforme el alma va obrando en mi Querer Divino, así Él
se dilata de más en la criatura, de modo que cada acto de más hecho en Él,
tanto crecimiento de más hace en ella, así que se ve crecer en modo
admirable la Vida Divina en la criatura. Pero no es todo, conforme crece la
Vida Divina en la criatura, al mismo tiempo por cuantos actos de más hace
en mi Fiat Divino, tanto más crece la criatura en el seno de su Padre
Celestial, el Ser Supremo abre su seno y encierra a esta feliz criatura para
hacerla crecer a modo divino, para vestirla con vestidos reales, para
proporcionarle el alimento con sus manos, para embellecerla de rara belleza.
Todo el Cielo queda sorprendido, raptado al ver que su Creador crece en su
seno a una criatura y dicen entre ellos: ‘Alguna cosa grande hará de ella,
que la ama tanto y la custodia tanto que la hace crecer en su seno paterno.’
Y todos esperan el pleno crecimiento de esta criatura para ver lo que será de
ella. Por eso el prodigio de vivir de mi Querer es singular, Él comunica talpotencia a quien vive en Él, que entra en todas partes, y Dios mismo ama y
quiere crecerla en su seno divino. Además de esto, es tal y tanta la
potencialidad y difusión del acto hecho en mi Divina Voluntad, que
dondequiera se difunde: Se extiende en el cielo y llama como a pasar lista a
las estrellas, se extiende en el sol y llama a lista a la luz, inviste el aire, el
viento, el mar, y llama a lista a los pájaros, a la fuerza del viento, a las aguas
y a los peces, y poniéndolos todos en orden, dice a todos con su acto:
Inclínense y adoremos con doble homenaje a nuestro Creador, aquel Fiat que
nos creó está en mi acto, y yo quiero crear con Él nuevo amor, nueva
adoración y gloria a nuestro Creador. Y no sólo se extiende en todas las
cosas creadas, sino se extiende en los actos de la Virgen, en todos los actos
que Yo hice en la tierra, en los actos de su Creador, en los de todos los
santos, desde el primero hasta el último; a todos los llama para pasarles lista
y hace correr dentro de ellos la nueva vida de amor, de adoración, de gloria a
Aquél que la ha creado. Se puede decir que dondequiera que está mi Divina
Voluntad se extiende el acto de la criatura hecho en la mía, hasta en el
infierno sienten la potencia de una criatura que obra en mi Fiat Divino,
porque así como todo el Cielo siente la nueva felicidad, la gloria y el nuevo
amor del acto de la criatura hecho en mi Querer, así el infierno siente el
nuevo tormento de aquella Voluntad Divina que rechazaron, y que mientras
2179
está con ellos, con justicia está para atormentarlos, y cada vez que la criatura
obra en Ella sienten el peso de la justicia más grave sobre de ellos y se
sienten quemar de más. Así como nada huye de mi Fiat Divino, así nada le
huye a quien obra en Él, y cada vez que repite sus actos, tantas veces pasa
lista para estar segura de que ninguno falta en su acto de dar la nueva gloria,
adoración y amor a aquel Dios tres veces santo, y a aquella Voluntad Divina
que con tanto amor le hace el puesto para hacerla vivir en Ella, y la hace
distenderse en su interminabilidad."
Después de esto estaba haciendo mi giro en el Fiat Divino e iba
recogiendo todas las cosas creadas, todos los actos de las criaturas para
formar de ellos un solo acto en la unidad de Él, y mi amable Jesús ha
agregado:
"Hija mía, sólo mi Divina Voluntad posee el acto único, y en su
unidad abraza todo, hace todo, da vida a todo, pero mientras hace un solo
acto, este acto tiene la fuente de todos los actos juntos, que mientras son
efectos del único acto, se esparcen en todo lo creado y descienden a bien de
las criaturas como actos reales, mientras en la unidad del acto único del Fiat
Divino es siempre un solo acto, tanto, que jamás separa de sí un solo efecto,
ni lo puede separar, porque todos los efectos forman la unidad de su único
acto. Sucede como al sol, una es la luz, uno es el acto de luz que
continuamente manda a la tierra, pero esta única luz en cuanto toca la tierra,
los efectos son innumerables y reales, tan es verdad, que conforme la luz
toca la tierra se ven los efectos cambiados en actos, de modo que se ve la
variedad de los colores a las flores, la diversidad de las dulzuras a los frutos,
y tantas otras cosas, ¿tal vez el sol ha perdido uno solo de los tantos efectos
que como actos reales ha comunicado a la tierra? Ah, no, celoso los
conserva en su solo acto de luz, mucho más que la fuerza, la plenitud y su
solo acto de luz está formado por todos los efectos que él posee, así que el
sol, símbolo de mi Voluntad Divina, posee innumerables efectos, los da
como actos reales a la tierra, sin perder ninguno, y hace siempre un acto
solo; si esto hace el sol creado por Nosotros, mucho más lo hace mi Divina
Voluntad. Ahora hija mía, el hombre con hacer su voluntad salió de la
unidad de la mía, y todos sus actos perdieron la fuerza de la unidad y
permanecen esparcidos, quién en un punto, quién en otro, y divididos entre
ellos. Estos actos humanos no teniendo unidad, no tienen fuentes de efectos
ni plenitud de luz, y por eso son símbolos de aquellas plantas y flores que
crecen sin sol, y como están esparcidos y divididos entre ellos, no tienen
fuerza duradera y crecen míseros y descoloridos. Así que el hombre con
hacer su voluntad pierde la unidad con la mía, pierde la fuente de la vida,
pierde la plenitud de la luz. Ahora, quien vive en mi Querer Divino va
2180
recogiendo todos los bienes esparcidos por las criaturas y de ellos forma un
solo acto, y estos actos llegan a ser derecho de quien hace y vive en mi Fiat
Divino. No hay bien que no pueda tomar quien vive en mi Querer, con la
fuerza bilocadora de Él, llama, recoge y une todos los actos juntos, y
ordenándolos todos en mi Fiat, me da todo y le doy todo."
Después de esto estaba siguiendo mis actos en el Querer Supremo, y
miles de pensamientos se acumulaban en mi mente sobre las tantas
maravillas suyas, pero para no extenderme demasiado digo sólo lo que me
ha dicho Jesús:
"Hija mía, lo que se hace en mi Divina Voluntad queda perdido en
Ella, y así como es inseparable la luz y el calor, y si se extingue la luz queda
extinto el calor, y si se da vida a la luz, por su naturaleza la luz hace surgir
junto la vida del calor, así los actos de la criatura hechos en Ella son
inseparables de mi Querer, mucho más que no está sujeta a extinguirse
porque es luz eterna e inmensa, es por esto por lo que Adán salió de dentro
de mi Voluntad cuando pecó, pero sus actos quedaron en Ella, él pudo
separarse de sus mismos actos, pero sus actos hechos en mi Querer no
pudieron salir, ni separarse, porque ya habían formado su vida de luz y de
calor en Ella; lo que entra en mi Voluntad pierde la vida en Ella, forman la
misma vida, pierden los derechos de salir y mi Querer dice: ‘Estos actos han
sido hechos en mi casa, en mi luz, los derechos son míos y no hay fuerza ni
humana ni divina que pueda hacer salir y separar un acto hecho por la
criatura en mi Voluntad.’ He aquí por qué los actos de Adán hechos en Ella
antes de pecar, están como acto primero de los cuales depende la Creación y
los actos de las generaciones humanas. Ahora, supón que tú salieras de
dentro de mi Voluntad, tú sales y quedas fuera, pero tus actos no salen, ni
tienen derecho de salir, ni lo pueden, y hasta en tanto que tú estés en mi
Querer, tus actos son míos y son tuyos, pero si tú salieras pierdes los
derechos, y como han sido hechos en el reino de mi Divina Voluntad y no en
el humano querer, quedan como derechos míos, a pesar de que se ven y son
conocidos que han sido hechos por ti. Ahora, tú debes saber que todo lo que
tú haces en mi Fiat, servirá como acto primero a las otras criaturas para vivir
en el reino de Ella, como orden, régimen y vida de aquellos que vivan en el
reino de mi Fiat; por eso te recomiendo tanto el girar en Él, te vigilo, te
acompaño, muchas veces lo hago junto contigo, porque no sólo sirven para
ti, sino deben servir como actos primeros y como modelos de quien debe
vivir en el reino de mi Fiat Divino."
2181
Junio 9, 1929
Inseparabilidad de quien vive en la Divina Voluntad. Ejemplo del
respiro y del sol, cómo dominan todo, van en busca de todo, así es
la Divina Voluntad. Competencia entre la una y la otra.
Mi abandono en el Fiat Divino es continuo, y su luz me eclipsa tanto
mi pequeña inteligencia, que no sé hacer otra cosa que pensar, ahora en una
verdad, ahora en otra verdad de la Divina Voluntad, y por cuanto más la
pienso, tanto más bella y majestuosa se hace delante a mí, y con un amor
indecible, más que una tierna madre, abre su seno de luz y pone fuera un
parto de luz, para encerrarlo en su pequeña hija. Mientras me encontraba en
este estado, mi dulce Jesús me ha dicho:
"Hija mía, así como un respiro es vida del siguiente, tanto, que
mientras se hace por sacar el respiro, antes que se haya expulsado todo,
llama al otro respiro, así que se puede decir que el respiro tiene su vida y da
vida a la criatura porque es continuo, están de tal manera unidos y
estrechados entre ellos, que son inseparables; así también el latido del
corazón, un latido llama la vida al otro latido, y el latido continuo forma la
vida, tanto, que si cesa el respiro y el latido la vida no existe más. Así es el
alma que hace y vive en mi Divina Voluntad, es tal y tanto el
ensimismamiento y la unión con Ella, mucho más que como están unidos
entre ellos los respiros y los latidos, por eso los actos hechos en mi Fiat
Divino son como tantos respiros o latidos que la criatura hace en Dios, de
modo que se vuelve el respiro divino, y mi Fiat forma el respiro de ella; por
lo tanto son vida que intercambian mutuamente, para formar una sola. Por
eso los actos hechos en nuestra Divina Voluntad son inseparables de
Nosotros, y sentimos el contento de respirar nuestra obra, y de sentir nuestra
la obra salida de Nosotros, y de hacerla vivir en nuestra casa, y tan unida con
Nosotros, de respirar su mismo respiro."
Después continuaba haciendo mis actos en el Fiat adorable, y mi
siempre amable Jesús ha agregado:
"Hija mía, así como el sol desde lo alto de su esfera extiende su gran
rueda de luz y abraza la tierra, dándole la vida de sus efectos de luz para
hacerla germinar, da el beso de vida de su luz a cada planta, a cada flor, a
cada árbol, para sellar sobre cada planta, en quién la vida del perfume, en
quién el color, en quién la dulzura, a todos quiere dar su abrazo y beso de
vida, no se niega a ninguno, no rechaza a nada, cualquiera que sea la cosa,
aun el más pequeño hilo de hierba, más bien, la misma luz queriéndola hacer
de reina que se quiere desviscerar, va en busca de todos, quiere reconocer
2182
todo para formar en todas las cosas la vida que cada una de las plantas
requiere; no se sentiría reina, ni derecho de ser reina, si su luz no diese su
vida a todo, tanto, que en su gran rueda de luz encierra todo y parece que
todos toman de la luz del sol la vida, la belleza, la variedad de los colores, el
crecimiento; pasa sobre el mar, sobre los ríos, sobre los montes, para formar
en ellos sus tintas argentinas y el horizonte de oro y de plata en el fondo de
ellas. ¡Oh, cómo el sol con su luz domina todo, pero no para oprimir, ni para
hacer mal a ninguno, sino para vivificar, para embellecer y para darse como
vida de todo; parece que en su mudo silencio dice a todos: ‘Cuánto os amo,
mi amor está extendido cuanto está extendida mi gran rueda de luz, mi amor
por la tierra es sustancioso y pleno de vida, jamás me cambio, desde la altura
de mi esfera estoy siempre en mi puesto para abrazarla, amarla y darle vida.’
Así que la tierra vive en la gran rueda de su luz, y cada cosa tiene la boca
abierta para recibir la vida de los efectos de la luz del sol. ¡Oh! si, jamás
sea, el sol se pudiera retirar de la tierra, o la tierra se pudiera oponer a recibir
los bienes y la vida de la luz del sol, no habría día, sino noche perenne, y la
tierra quedaría sin vida, sin color, lo dulce no existiría, sería más que una
escuálida miseria; qué cambio funesto, que horror llegaría a ser la tierra. Tal
es mi Divina Voluntad, más que sol para las criaturas; en su gran rueda
interminable de luz va en busca de todos para hacerse reconocer y formar en
cada criatura su vida de belleza, de santidad, de luz y de dulzura infinita;
quiere destruir en ellas todas las amarguras, las fealdades, las miserias, y con
su beso de vida, dándoles su aliento quiere cambiarlas en dulzuras, en bello,
en santo. Pero, ¡ay de Mí! el sol creado por mi Fiat hace tantos prodigios a
la tierra, y con su majestad toda suya extiende su manto de luz, de belleza, y
a cada toque suyo da la vida que posee a cada una de las cosas, y mi Fiat
queda con el dolor de no poder comunicar los bienes que posee y su Vida
Divina en las almas, porque ellas se oponen a recibirla y no quieren tomar la
luz de mi Querer, y por eso se encuentran como la tierra si se pudiese oponer
a recibir la luz del sol, en plena noche, escuálidas, débiles, y muchas dan
terror al mirarlas. Mi Divina Voluntad está preñada de tantas Vidas Divinas,
de tantas bellezas y de tantos bienes que quiere darles, se quisiera
desviscerar para encerrar en su seno de luz a las criaturas, y hacer de cada
una de ellas un prodigio de santidad, de belleza, distintas una de la otra para
formar su Cielo en la tierra, pero la voluntad humana se opone, y mi Fiat
siente el intenso dolor, más que madre cuando no puede dar a la luz su parto.
He aquí por qué, hija mía, mi Voluntad Divina quiere hacerse conocer,
quiere formar su reino, porque estos sus hijos vivirán voluntariamente en la
suya y de su luz, estarán con las bocas abiertas a recibir sus besos, sus
abrazos y sus efectos, para formar su Vida Divina en ellos, entonces sí, se
2183
verán los prodigios que sabe hacer y puede hacer mi Querer, todo se
cambiará y la tierra se volverá Cielo, y entonces el sol que está bajo la
bóveda del cielo y el Sol de mi eterno Querer se darán la mano, es más, se
pondrán en competencia para ver quien podrá hacer más prodigios, el sol a
la tierra, y mi Voluntad a las almas; pero la mía desahogará de más, tanto, de
formar un nuevo encanto de prodigiosas bellezas jamás vistas a todo el Cielo
y a toda la tierra."
Junio 14, 1929
Cuentas con Jesús. El alma, banco de la Divina
Voluntad. Recuerdos inolvidables. El edén.
Estaba siguiendo mi giro en el Fiat Supremo, y mi pequeña mente
habiendo llegado al edén estaba diciendo: "Majestad adorable, vengo ante
Ti para traerte el modesto interés de mi te amo, te adoro, te glorifico, te
agradezco, te bendigo, para darte mi pequeño interés porque me has dado un
cielo, un sol, un aire, un mar, una tierra florida y todo lo que has creado para
mí. Tú me dijiste que cada día quieres hacer las cuentas conmigo y recibir
éste mi modesto interés para estar siempre de acuerdo, y tener al seguro en el
pequeño banco de mi alma toda la Creación, dada a mí por Ti como pequeña
hija de tu Querer." Pero mientras esto hacía, el pensamiento me ha dicho:
"¿Pero cómo puedes tú satisfacer un interés tan grande?" Y además, ¿qué
gran cosa es un te amo, te adoro, te agradezco?" Mientras esto pensaba, mi
dulce Jesús se ha movido en mi interior y me ha dicho:
"Hija mía, esto fue un acuerdo entre tú y Yo, que Yo ponía en el banco
de tu alma toda la Creación, y tú deberías darme el interés de llenarla con tu
te amo, te adoro, te agradezco; y como te vi abrumada por un capital tan
grande, y temiendo que quisieras rechazarme el gran don, Yo para darte
valor para recibirlo te dije: ‘Me contento con un modesto interés, y haremos
cuentas todos los días aquí en el edén, así estaremos de acuerdo y siempre en
paz, y tú no estarás preocupada porque tu Jesús ha puesto en tu banco un
capital tan grande.’ Y además, ¿no sabes tú el valor de un te amo dicho en
mi Divina Voluntad? Ella llena el cielo, el sol, el mar, el viento,
dondequiera extiende su Vida, así que conforme tú dices tu te amo, te adoro
y todo lo demás que puedes decir, mi Fiat extiende tu te amo en el cielo, y tu
te amo se hace más extenso que el cielo; tu te adoro se extiende en el sol, y
se hace más ancho y más grande que su luz; tu te glorifico se extiende en el
viento y gira por el aire, por toda la tierra, y sus gemidos, las ráfagas de
2184
viento, ahora acariciadoras, ahora impetuosas, dicen te glorifico; tu te
agradezco se extiende en el mar y las gotas del agua y los serpenteos de los
peces dicen, te doy las gracias, y Yo veo el cielo, las estrellas, el sol, el mar,
el viento, llenos de tu te amo, de tus adoraciones y similares y digo: ‘Cómo
estoy contento de haber puesto todo en el banco de la pequeña hija de miQuerer, porque ella me paga el interés querido por Mí, y como vive en Él,
me da un interés divino y equivalente, porque mi Fiat extiende sus pequeños
actos y los vuelve más extensos que toda la Creación.’ Y Yo cuando te veo
venir al edén para darme el modesto interés, te miro y veo en ti a mi Divina
Voluntad duplicada, una en ti y la otra en Mí, mientras es una, y me veo
pagar el interés por mi misma Voluntad y Yo quedo satisfecho, y oh, cómo
estoy contento al ver que mi Fiat ha dado virtud a la criatura para hacerla
duplicar mi Voluntad para hacerla satisfacer a su Creador. Hija mía, cuántas
cosas inolvidables hay en este edén, aquí nuestro Fiat creó al hombre y
desahogó tanto en amor, que a torrentes se vertió sobre de él, tanto, que
oímos aún el dulce murmullo con el cual nos vertimos sobre de él; aquí
comenzó la Vida de nuestro Fiat en la criatura, y el dulce y amado recuerdo
de los actos del primer hombre hechos en Él, estos actos existen aún en
nuestro Querer y son como prendas de amor de que él renacerá para volver a
tener el reino de nuestro Fiat; en este edén está el doloroso recuerdo de la
caída del hombre, la salida que hizo de nuestro reino, oímos aun los pasos
cuando salió de nuestro Fiat Divino, y como este edén le había sido dado a él
a fin de que viviera en Él, por eso fuimos obligados a ponerlo fuera y
tuvimos el dolor de ver a la obra a Nosotros más querida, sin su reino,
errante y dolorido, nuestro único alivio fueron las prendas de sus actos que
quedaron en nuestro Querer, éstos daban los derechos a la humanidad para
reentrar al lugar de donde salió. He aquí por qué te espero en el edén, para
recibir tu modesto interés, para renovar lo que hicimos en la Creación y
recibir la correspondencia de tanto amor no comprendido por las criaturas, y
para encontrar un amoroso pretexto para dar el reino de nuestra Divina
Voluntad. Por eso quiero que también a ti te sea querido este edén, a fin de
que nos pidas, nos apresures para que regrese el principio de la Creación, la
Vida de nuestro Fiat en medio de la familia humana."
Junio 19, 1929
La Divina Voluntad y la Vida obrante de Ella en la criatura.
Diferencia entre quien vive y quien no vive en el Fiat.
2185
Mi pobre mente se perdía en el Fiat Divino, sentía el dulce encanto de
su luz raptora y pensaba entre mí: "¿Pero qué cosa es esta Divina Voluntad
en mi pobre alma?" Y mi amado Jesús moviéndose en mi interior me ha
dicho:
"Hija mía, qué fortuna la tuya vivir bajo el dulce encanto de mi Querer
Divino, ¿y no sabes tú que Ella cuando toma posesión de la criatura forma su
Vida obrante en ella, de modo que así como obra en Sí misma así obra en
quien reina? Y más que Reina se impone sobre todo, se extiende con su luz
en la pequeñez de la criatura, y ahí forma su dulce encanto a la voluntad
humana para estar más libre de formar su Vida, y como la Vida Divina de mi
Fiat está compuesta de actos repetidos, nunca interrumpidos, no está sujeta a
detenerse, por eso sientes en ti un acto que no termina jamás, una luz que
jamás se apaga, un amor que siempre arde. No es así para quien no vive en
mi Querer, ellos sienten la Vida Divina interrumpida en su interior; sus actos
dispersos, ahora se sienten de un modo y ahora de otro; su voluntad no está
investida por una luz continua, que dulcemente la alimente y la arrebate, y
que sintiendo lo dulce de mi Querer no se dé ningún pensamiento de salir en
campo para obrar humanamente, y si tienen luz es a intervalos. Símbolo de
quien vive en mi Divina Voluntad es quien pudiese estar siempre bajo el sol,
su luz no termina jamás ni tiene necesidad de ser alimentada para no
apagarse, así que quien pudiese vivir bajo el sol sentiría que le llueve
siempre luz, y como la luz contiene admirables efectos, se alimentaría de
dulzuras, de perfumes, de variedad de colores, de luces, de modo que
sentiría formarse en sí misma la vida del sol; en cambio para quien no vive
en mi Querer, aunque no fuese malo, es símbolo de quien vive bajo la luz del
bajo mundo, la cual no tiene virtud ni fuerza de formar un dulce encanto de
luz, de eclipsarla tanto de no poder mirar otra cosa que luz, y está sujeta a
apagarse frecuentemente porque no posee en su naturaleza la virtud
alimentadora continua, y si no se alimenta su luz termina, y como una luz
formada por la criatura no posee ni dulzura, ni colores, ni perfumes, no
puede sentir que se forma en sí la vida de aquella luz. Qué gran diferenciaentre quien vive en mi Querer Divino y entre quien vive fuera de Él."
Sea todo para gloria de Dios, y para bien de mi pobre alma.
2186
Junio 27, 1929
Regalo a San Luis. Cómo era necesario que enlazara a Luisa en
las manifestaciones sobre la Divina Voluntad. Transmisión de
humano y divino. Derechos divinos que adquiere la criatura.
Habiendo recibido la santa comunión, la estaba ofreciendo para gloria
de San Luis, y ofrecía por regalo a él mismo todo lo que había hecho
Nuestro Señor en su Divina Voluntad con su mente, con sus palabras, obras
y pasos, para la gloria accidental de San Luis en el día de su fiesta. Ahora,
mientras esto hacía, mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, regalo más bello no podías hacerle en el día de la fiesta del
querido San Luis, conforme tú ofrecías tu comunión y todos mis actos
hechos en mi Divina Voluntad, se formaban tantos soles por cuantos actos
hice Yo en Ella estando sobre la tierra, y estos soles han investido a San
Luis, de modo que ha recibido tal gloria accidental de la tierra, que más no
podía recibir. El solo ofrecimiento de los actos hechos en mi Divina
Voluntad, tiene virtud de formar soles, porque conteniendo Ella la plenitud
de la luz, no es maravilla que convierta los actos humanos hechos en Ella en
soles."
Después de esto estaba pensando entre mí: "¿Cómo será? En todas
las cosas que el bendito Jesús me ha dicho sobre su Divina Voluntad, está
siempre enlazada mi pobre persona en medio, muy raro alguna vez ha
hablado sólo de su Fiat Supremo." Pero mientras esto pensaba, mi dulce
Jesús ha salido de dentro de mi interior y me ha dicho:
"Hija mía, era necesario que enlazara tu persona en las
manifestaciones que te he hecho sobre mi Fiat Divino; primero porque cada
manifestación que te hacía eran vínculos que hacía entre tú y mi Divina
Voluntad, eran dones y propiedades que te confiaba, que dotándote venía
vinculada la familia humana a la nueva adquisición del reino de Ella. Si no
te enlazara a ti en medio, no hubieran sido ni vínculos, ni dones lo que Yo
hacía, sino simples noticias, y por eso para hacerte una manifestación sobre
mi Divina Voluntad estaba esperando un acto tuyo, una pequeña pena, aun
un solo ‘te amo’ tuyo, para tomar ocasión de hablarte, quería de lo tuyo para
darte de lo mío y poderte dar el gran don de mi Divino Querer. Y además,
todas nuestras obras externas son una transmisión de divino y humano. En
la misma Creación hay una transmisión continua: Nuestro Fiat creó el cielo,
lo adornó de estrellas, pero llamó a vida la materia para hacerlo; creó el sol,
pero llamó a vida la luz y el calor como materia para formarlo; creó al
hombre, primero formé su estatua de tierra, infundí el alma humana en él, y
2187
después cree la vida de mi amor sobre de esta alma, y después se conectó mi
Divina Voluntad con la suya para formar su reino en la criatura; no hay cosa
salida y creada por Nosotros en la cual no haya esta transmisión de humano
y divino, en nuestras obras más bellas: la Creación, la Inmaculada Reina, el
Verbo Humanado, están de tal manera vinculados lo humano y lo divino,
que son inseparables, y por eso los cielos están tan impregnados de Dios,
que narran mi gloria, la potencia y sabiduría nuestra; la Virgen mi portadora,
mi Humanidad el Verbo encarnado. Ahora, queriendo hacer conocer mi
Divina Voluntad, a la primera transmisión que hice en el edén, que me fue
rechazada, para poder salir de nuevo en campo el reino de mi Fiat Divino
necesitaba formar la segunda transmisión, y ¿cómo podía hacerla si no
enlazaba a otra criatura con vínculos casi inseparables en los conocimientos,
en la luz y en la misma Vida de mi eterno Querer? Y si no te enlazaba con
Ella, conectándote a ti en Ella, y a Ella en ti, no habrías sentido en ti, ni su
Vida, ni su luz permanente, ni habrías sentido en ti la necesidad de amarla y
el ansia de conocerla mayormente. He aquí el por qué te ponía a ti y a Mí en
condición, tú de darme y Yo a darte, y en ese recíproco dar formaba el
conocimiento que quería darte, y venía realizada la transmisión de mi
Voluntad Divina con la tuya con volverte conquistadora del gran bien que te
hacía."
Después, continuando mi abandono en el Fiat Divino, que por cuanto
me apresuro a recorrerlo todo, no lo logro jamás, más bien veo que me
queda tanto por caminar en su mar de luz, que ni siquiera puedo descubrir
donde terminan sus confines interminables. Así que por cuanto me apresuro,
mi camino no terminará jamás, tendré siempre qué hacer y caminar en el
mar del eterno Querer. Entonces mi dulce Jesús ha agregado:
"Hija mía, cómo es grande el mar de mi Querer, no tiene principio ni
fin, por eso la pequeñez de la criatura no puede ni recorrerlo ni abrazarlo
todo, pero quien vive en Él se encuentra en camino en el centro del mar, que
no le será dado jamás salir de dentro de su centro, porque no encontrará
jamás ni playa, ni confines de él. Es más, adelante y atrás, a derecha y a
izquierda, no encontrará más que mar de Voluntad Divina, y cada acto que
haga en Ella le viene dado un derecho divino, porque habiendo sido hecho
su acto dentro y junto con mi Querer Divino, Él, con justicia divina
comunica al alma el derecho de la luz divina, el derecho de su santidad, el
derecho de su belleza, de su bondad, de su amor. Ella vive en el mar de mi
Querer con derecho, no como extraña, sino como dueña, porque tiene sus
actos cambiados en derechos divinos, que la han vuelto conquistadora de mi
Divina Voluntad. Y si tú supieras cuánto gozamos, cómo nos sentimos
felices al ver la pequeñez de la criatura vivir en el mar de nuestro Querer, no
2188
como extraña, sino como dueña; no como sierva, sino como reina; no pobre
sino riquísima, y rica de nuestras conquistas que ha hecho en nuestro Fiat.
Por eso quien vive en nuestro Querer Divino sentirá en sí, con derecho, el
dominio de la luz, el dominio de la santidad, el dominio de la belleza y de
hacerse bella como quiere, tiene la bondad a su disposición, el amor como
sustancia de sus actos, mi Voluntad Divina como vida propia y toda suya, y
todo esto con derecho divino dado por Nosotros mismos. Por eso sé atenta
en multiplicar tus actos en nuestro adorable Fiat."
Julio 8, 1929
Flores que hace surgir la Divina Voluntad. Canto, murmullo de
amor continuo; amor delirante y doliente. Quien hace la Divina
Voluntad forma el mar de refrigerio al amor divino.
Mi pequeñez se pierde y queda sofocada en el mar del dolor de la
privación de mi amado Jesús; y sintiéndome sufriente más de lo
acostumbrado, suspiraba porque mi naturaleza se deshiciese para salir de mi
cárcel y emprender el vuelo a mi patria celestial; habría querido girar por
todas partes en su Santísimo Querer y mover Cielo y tierra, a fin de que
todos junto conmigo tuviesen un grito, una lágrima, un suspiro por esta
pobre exiliada, a fin de que todos pidiesen el fin de mi exilio. Pero mientras
me desahogaba en mis amarguras, mi amable Jesús ha salido de dentro de mi
interior, y dándome un beso y estrechándome entre sus brazos me ha dicho:
"Hija mía, tranquilízate, estoy aquí, en ti, pero mientras estoy contigo
dejo el campo libre del trabajo a mi Divina Voluntad, y como tiene su acto
primero en ti, por eso sucede que adviertes lo que Ella hace en ti, su trabajo,
y Yo porque estoy dentro de Ella no sientes que estoy junto en su trabajo,
pues soy inseparable de mi Divina Voluntad, y lo que hace Ella hago Yo.
Ahora, tú debes saber que no sólo en tu alma quiere hacer mi Divino Querer
su obra, tener su campo de acción, su dominio absoluto, todo suyo, sino
también en la tierra de tu cuerpo, sobre tus sufrimientos expande su beso de
luz y de calor, y con su luz produce la semilla, con su calor la fecunda y
forma el brote, y alimentando con el continuo calor y luz este brote hace
surgir las flores de luz, con gran variedad de colores, animados siempre por
la luz, porque no sabe hacer ninguna cosa, ni grande ni pequeña, en que no
hace correr dentro su luz. Estas flores no son como las de la tierra, que no
tienen luz y están sujetas a secarse, éstas tienen vida perenne porque son
2189
alimentadas por la luz de mi Fiat, y es tal y tanta la variedad de la belleza de
ellas, que formará el más bello adorno a la tierra de tu humanidad."
Dicho esto ha hecho silencio, y yo me sentía inmersa en el mar del
Querer Divino, y mi dulce Jesús ha vuelto a decir:
"Hija mía, el mar de nuestra Divinidad murmura siempre, sin cesar
jamás, ¿pero sabes tú qué dice en su murmullo? ¡Amor, amor hacia la
criatura! Y es tanto el ímpetu de nuestro amor, que en nuestro murmullo
continuo hacemos salir amor, y formamos tales olas altísimas, de poder
ahogar Cielo y tierra, a todas las criaturas, a todo en amor, y viendo que no
se dejan llenar todas de nuestro amor, con el deseo de ver llenas de nuestro
amor a las criaturas, se forma en Nosotros el amor delirante, y en nuestro
delirio, haciendo a un lado la ingratitud humana y murmurando, repetimos
más fuerte: ¡amor, siempre amor a quien desconoce y no toma nuestro amor
para hacerse amar y darnos amor! Ahora, nuestro amor rechazado se pone
en actitud de amor doliente, ¿pero sabes tú quién viene a poner refrigerio y
calma a nuestros delirios amorosos? ¿Quién endulza y hace sonreír a
nuestro amor doliente? El alma que vive en nuestro Querer Divino. Él
forma su mar en la criatura, nuestro mar y el suyo se arrojan uno en el otro y
uno corre en el otro, y ¡oh! cómo es dulce el murmullo de la criatura en
nuestro murmullo, que repite continuamente, amor, amor, siempre amor a mi
Creador, a mi eterna vida, a Aquél que tanto me ama. Entonces mira, quien
vive en nuestro Fiat Divino es nuestro refrigerio a nuestro amor que nos
devora, y forma el mar dulce a nuestro amor doliente. ¡Oh prodigio de
nuestro Querer Divino, que haciendo uso de su poder forma su mar en la
criatura, y poniéndola en competencia con Nosotros, no sólo la hace
murmurar continuamente amor, sino que la eleva tanto, que arrojándola en
nuestro mar, cuando nos sentimos ahogados, devorados por nuestro amor,
que no pudiéndolo contener sentimos necesidad de amor, nos hace
desahogar en el mar que nuestro Fiat ha formado en la criatura que vive en
Él, y pone tregua a nuestros delirios amorosos, y refrigerándonos con su
amor nos endulza! ¿Cómo no amar a aquélla que vive en nuestro Querer?"
Julio 14, 1929
La Divina Voluntad quiere libertad absoluta para formar
su Vida. Diversos modos de obrar de Nuestro Señor.
Continúa mi habitual abandono en el Fiat Supremo, siento que no me
da un momento libre, todo quiere para Sí, en modo imperante pero dulce y
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fuerte al mismo tiempo, es de tal manera atrayente que el alma se haría
poner ella misma sus dulces cadenas para no oponerse en lo más mínimo a
lo que el Divino Querer quiere hacer sobre ella y en ella. Ahora, mientras
esto pensaba, mi amable Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, no te asombres si mi Divina Voluntad no te deja libre en
nada, porque Ella no quiere simples actos y obras, sino vida, y quien debe
formar una vida necesita actos continuos, y si cesa el acto continuo la vida
no puede crecer, ni formarse, ni tener su verdadera existencia. He aquí por
qué mi Voluntad Divina queriendo formar su Vida Divina en ti, quiere ser
libre, quiere libertad absoluta, y con su acto incesante que posee en
naturaleza, se vierte sobre la criatura, y extendiéndose con sus alas de luz,
más que maternas, inviste cada fibra del corazón, cada uno de los latidos,
respiros, pensamientos, palabras, obras y pasos, los calienta con su beso de
luz e imprime su Vida en cada acto de la criatura, y mientras destruye la
humana se constituye Ella misma Vida Divina en ella. Y como de la
voluntad humana no pueden salir más que actos tenebrosos, mi Voluntad no
quiere hacer mezcla, y por eso está muy atenta para formar su Vida de luz en
quien libremente le ha dado libertad de hacerla reinar. Por eso su actitud es
admirable, es toda ojo para que nada le huya, y con amor indecible, para ver
formada su Vida en la criatura, se hace latido por cada latido, respiro por
cada respiro, obra por cada obra, paso por cada paso, también sobre las
pequeñas naderías de la criatura corre, se extiende y en ellas pone la
potencia de su Fiat, y ahí crea su acto vital. Por eso sé atenta a recibir su
acto continuo, porque se trata de vida, y la vida tiene necesidad de respiro,
de latido continuo y de alimento diario. Las obras se hacen y se ponen a un
lado, no tienen necesidad de que se tengan siempre entre las manos para ser
obras, pero la vida no se puede poner a un lado, si cesa el acto continuo
muere, por eso se necesita el acto continuo de mi Querer, tú recibiéndolo y
Él dándotelo, para hacer que su Vida en ti pueda vivir, formarse y crecer con
su plenitud divina."
Después de esto me sentía oprimida al pensar en mi pobre existencia,
especialmente en el estado en el cual me encuentro. ¡Cuántos cambios he
debido sufrir, también por parte de Nuestro Señor! Pero mientras esto y
otras cosas pensaba, que no es necesario ponerlas por escrito, mi dulce Jesús
haciéndose ver en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, mi amor por ti ha sido exuberante, y para conducirte a
donde mi Querer Divino te quería, he debido tener diversos modos de obrar
en los diferentes períodos de tu vida: En el primer período mi amor y mi
obrar fue para ti tan tierno, dulce, suave, y tan celoso, que sólo Yo quise
hacer todo en tu alma, no quise a ningún otro, ni que ninguno supiese lo que
2191
Yo hacía en ti y te decía; era tanto mi celo, que te ponía en la impotencia de
abrirte con ninguno, ni siquiera con tu confesor, quería estar solo en mi
trabajo, libre, no quería que ningún otro entrase en medio, ni que pudiese
juzgar lo que Yo hacía. Me interesaba tanto este período de tu vida, que me
estaba al tú por tú contigo, puedo decir que mi amor usó todas las armas
divinas, que haciéndote la guerra te asaltaba en todos los modos para que tú
no pudieras resistir. Todo esto era necesario a mi amor, porque sabiendo lo
que quería hacer de ti, nada menos que restablecer la Creación, dar los
derechos de reinar a mi Divina Voluntad, hacer despuntar la nueva era en
medio a la humana familia, por eso usó todas las artes y estratagemas para
obtener el intento. Ahora, después de que me aseguré de ti, y aseguré mi
trabajo, se cambió mi modo de obrar, te hice romper el silencio y fue tal y
tanto el ímpetu de mis enseñanzas y de mi decir, que puedo llamarte la
cátedra de mi Divina Voluntad, la secretaria de sus más íntimos secretos,
que no pudiendo contenerlos todos en ti, te ordenaba manifestarlos a mi
ministro. Y este mi obrar era necesario, de otra manera, ¿cómo se habría
conocido mi Divina Voluntad? Ahora hija mía, en este último período de tu
vida, tú sientes otro modo de obrar mío, no te preocupes, déjame hacer y Yo
sabré dar la última mano a mi trabajo. Ánimo pues, tienes la Divina
Voluntad en tu poder, ¿de qué temes? Así que siempre adelante en mi
Querer."
Julio 18, 1929
Trabajo de Jesús por el reino de la Divina Voluntad.
Mientras estaba bajo la opresión de la privación de mi amable Jesús, y
resignadísima, ni siquiera pensaba que pudiese manifestarse a mi pequeña
alma, haciendo su breve visita para darme su sorbo de vida para no hacerme
sucumbir del todo. Mientras estaba en esto, de improviso se ha movido en
mi interior haciéndose ver todo atento y ocupado en el trabajo, y levantando
hacia mí sus ojos resplandecientes de luz, sus ojos se han encontrado con los
míos, y teniendo compasión de mi aflicción me ha dicho:
"Hija mía, Yo estoy trabajando en tu alma continuamente, y mientras
trabajo estoy concretando a fin de que nada falte, reafirmando para dar a mi
trabajo la estabilidad e inmutabilidad divina, y esperando con invicta
paciencia que mi trabajo sea conocido, a fin de que todos puedan conocer mi
gran amor, el gran sacrificio mío y tuyo, y el gran bien que todos, si quieren,
pueden recibir. Este mi trabajo es la renovación de toda la Creación, es la
2192
concentración de todas nuestras obras, es el establecer mi Voluntad Divina
en medio a las criaturas, obrante y dominante en medio de ellas. Cualquiera
que conozca este mi trabajo será un reino mío, por lo tanto tendré tantos
reinos por cuantos conozcan lo que he hecho y dicho en la pequeñez de tu
alma, que fundidos juntos formarán un solo reino; así que mi silencio es
concentración de más intenso trabajo que hago en ti. Entonces, si te hablo es
nuevo trabajo que emprendo a hacer, llamándote junto al trabajo dándote
conocimiento de lo que hacemos, para poner nuevas tintas de bellezas, de
magnificencia y de felicidad en el reino de mi Divina Voluntad que deben
poseer las criaturas; si hago silencio, reordeno, armonizo, confirmo lo que he
hecho. Así que mi silencio no te debe ser causa de aflicción, sino ocasión de
más trabajo, para llevarse a cabo el reino de mi Voluntad Divina."
Julio 24, 1929
La Divina Voluntad tiene el acto primario sobre todas las cosas
creadas. El Fiat Divino es como la cabeza sobre los miembros.
Estaba pensando en el Fiat Supremo y decía entre mí: "Si el Querer
Divino quiere formar su reino en medio a las criaturas, entonces, antes de la
venida de Nuestro Señor a la tierra, cuando vino, y después de haber venido,
¿en qué modo se encontraba la Divina Voluntad en relación a las criaturas?
Y mi dulce Jesús, moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, mi Voluntad con su inmensidad ha estado siempre en
medio a las criaturas, porque Ella, por su naturaleza, no hay punto donde no
se encuentre, y las criaturas no pueden estar sin Ella, sería lo mismo que no
tener vida ni percibirla, sin mi Divina Voluntad todas las cosas se
resolverían en la nada; mucho más que el acto primero de todas las cosas
creadas es mi Fiat Divino, Él es como la cabeza a los miembros, y si uno
quisiera decir: ‘Puedo vivir sin la cabeza’, esto le resultaría imposible, es la
más grande de las locuras el sólo pensarlo. Sin embargo el reinar es una
cosa, es el ser reconocida, amada, suspirada y depender de Ella como
dependen los miembros de la cabeza, esto es reinar; en cambio estar en
medio de las criaturas, no es reinar si no se depende del todo de Ella. Ahora,
mi Divina Voluntad, antes de mi venida a la tierra, si bien con su inmensidad
estaba en medio de las criaturas, pero las relaciones que había entre estas y
Ella, eran como si viviese en tierra extranjera, y desde lejos recibían las
escasas comunicaciones, las breves noticias que les anunciaban mi venida a
la tierra. Qué dolor, estar en medio de ellas y no ser reconocida y tenerla tan
2193
lejos de su voluntad como si estuviera en tierra extranjera. Con mi venida,
como Yo la poseía como vida y mi Humanidad la reconocía, la amaba y la
hacía reinar, por medio mío se acercó a las criaturas, y las relaciones que
Ella tenía con ellas eran como si no más estuviera en tierra extranjera, sino
en sus tierras, pero como no la conocieron ni le dieron el dominio de hacerla
reinar, por eso no se puede decir que mi Querer Divino haya formado su
reino. Por eso mi venida a la tierra sirvió para acercar a las dos voluntades,
humana y Divina, y ponerlas en íntimas relaciones y aumentar las noticias
para hacerla conocer, tanto, que enseñé el Padre Nuestro para hacerlos decir
venga tu reino, hágase tu Voluntad como en el Cielo así en la tierra. Si mi
Querer no vive como en el Cielo así en la tierra, no se puede decir que tiene
su reino en medio a las criaturas; he aquí por qué en el tiempo del reino de
Ella no sólo estará en medio a las criaturas, sino dentro de cada una de ellas
como vida perenne, y para llegar a eso debe ser reconocida como cabeza y
vida primaria de cada una de las criaturas, pero como esta cabeza no es
reconocida, no fluye en los miembros su fuerza, su santidad, su belleza, ni
hace correr en ellos su sangre noble y divina, por eso no se ve la vida del
Cielo en las criaturas. He aquí el por qué amo tanto que mi Divina Voluntad
sea conocida, el conocimiento hará surgir el amor, y sintiéndose amada y
suspirada se sentirá atraída a venir a reinar en medio a las criaturas."
Julio 27, 1929
El reino de la Divina Voluntad y el de la Redención han ido
siempre juntos. Jesús formó los materiales y los edificios, y
no se necesita otra cosa que los pueblos.
Estaba haciendo mi giro en la Creación para seguir todos los actos que
había hecho en Ella la Divina Voluntad, y habiendo llegado al momento
cuando el Ser Supremo creó a la Virgen, me he detenido a considerar el gran
portento del cual tuvo principio la Redención, y mi dulce Jesús moviéndose
en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, la Redención y el reino de mi Divina Voluntad han ido
siempre juntos; para venir la Redención se necesitaba una criatura que
viviese de Voluntad Divina, como vivía Adán inocente en el edén antes de
pecar, y esto con justicia, con sabiduría, por nuestro decoro, a fin de que el
rescate del hombre caído estuviese basado sobre el principio del cómo el
orden de nuestra sabiduría creaba al hombre. Si no hubiera una criatura en
la cual mi Fiat Divino tuviera su reino, la Redención sería un sueño, no una
2194
realidad, porque si en la Virgen no estuviera su total dominio, la Voluntad
Divina y humana quedarían como en rivalidad y a distancia de la
humanidad, así que la Redención era imposible. En cambio la Virgen Reina
plegó su voluntad bajo la Voluntad Divina y la hizo reinar libremente, con
esto, las dos voluntades se fundieron, hicieron las paces, el querer humano
recibía el continuo acto del Divino Querer y lo dejaba hacer sin jamás
oponerse, así que en Ella el reino de Él tenía su vida, su vigor y su pleno
dominio. Ve entonces como comenzaron juntos la Redención y el reino de
mi Fiat; es más, podría decir que comenzó primero el reino de mi Fiat, para
seguir junto el uno y el otro. Y así como por un hombre y una mujer que se
sustrajeron de mi Querer Divino, tuvo origen el reino del pecado y de todas
las miserias de la familia humana, así de una mujer, que en virtud de que
hizo reinar a mi Fiat fue hecha Reina del Cielo y de la tierra, unida al Verbo
Eterno hecho hombre, tuvo origen la Redención, no excluyendo ni siquiera
el reino de mi Divina Voluntad. Es más, todo lo que fue hecho por Mí y por
la Soberana del Cielo no son otra cosa que materiales y edificios que
preparan su reino; mi evangelio se puede llamar las vocales, las consonantes,
que haciendo de heraldos llamaban la atención de los pueblos a esperar
algunas lecciones más importantes, que debían llevarles un bien más grande
que la misma Redención; mis mismas penas, mi muerte y mi Resurrección,
confirmación de la Redención, es preparativo del reino de mi Querer Divino,
eran lecciones más sublimes y ponía a todos atentos para esperar lecciones
más altas, y después de tantos siglos ya lo he hecho, son las tantas
manifestaciones que te he dado sobre mi Divina Voluntad, y aquello que
más te he hecho conocer: Cómo Ella quiere venir a reinar en medio a las
criaturas para restituirles el derecho de su reino perdido, para abundarlos de
todos los bienes y de todas las felicidades que Ella posee. Así que como tú
ves, los materiales están ya prontos, los edificios existen, los conocimientos
de mi Querer que más que sol deben iluminar su reino y hacer construir por
los materiales formados por Mí edificios más vastos, así que no se requiere
otra cosa que los pueblos que deben poblar este reino de mi Fiat, y los
pueblos se formarán y entrarán conforme se vayan publicando losconocimientos de Él. Mira entonces: Dos criaturas que descienden de la
Voluntad Divina y dan el campo de acción a la voluntad humana, forman la
ruina de las generaciones humanas; otras dos criaturas, la Reina del Cielo
que vive por gracia en mi Fiat Divino, y mi Humanidad que vive por
naturaleza en Él, forman la salvación y el restablecimiento, y restituyen el
reino de mi Querer Divino. Y así como no se puede dudar que haya venido
la Redención, estando conectados juntos la una y el otro, por eso con certeza
despuntará el reino de mi Fiat Divino, a lo más puede ser efecto de tiempo."
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Yo al oír esto he dicho: "Amor mío, ¿cómo puede venir este reino de
tu Querer? No se ve ningún cambio, el mundo parece que no se detiene en
su carrera vertiginosa del mal." Y Jesús ha vuelto a decir:
"¿Qué sabes tú de lo que debo hacer Yo, y cómo puedo arrollar todo
para hacer que el reino de mi Divina Voluntad tenga su vida en medio a las
criaturas? Si todo está decidido, ¿por qué dudas?"
Julio 30, 1929
Diferencia entre quien obra santamente en el orden humano, y entre
quien obra en la Divina Voluntad. Sin Ella se tiene la fuerza de
un niño. Cómo todo el mal es de la voluntad humana.
Mi pobre mente gira siempre en torno y dentro del Fiat Supremo y,
¡oh! cuántas sorpresas, cuántas maravillas de este Querer tan santo. Mi
pequeña inteligencia se pierde en su vastísimo mar, y muchas cosas no me
siento capaz, ni tengo palabras para narrarlas, por eso me siento como uno
que comiese un alimento, o que viese una cosa bella y no sabe como se
llaman. Si el Querer Divino no hiciera un prodigio para hacerme decir lo
que me manifiesta, cuántas cosas de más dejaría en su mismo mar, sin saber
decir nada. Mientras me sentía perdida en el Fiat Divino, mi siempre amable
Jesús, haciéndose oír en mi interior, me ha dicho:
"Hija mía, qué diferencia entre quien obra las virtudes santamente,
pero en el orden humano, y entre quien obra las virtudes en el orden divino
de mi Divina Voluntad. Los primeros, conforme practican las virtudes, así
quedan divididas entre ellas, de modo que se ve la diversidad de sus actos,
una virtud se ve paciencia, otra se ve obediencia, una tercera se ve caridad,
cada una tiene su distintivo, sin poder fundirse juntas para poder formar un
acto solo, que da de divino y abraza lo eterno y lo infinito. En cambio quien
obra en mi Divina Voluntad, su luz tiene la virtud comunicativa y unitiva,
que fundiéndose juntas, porque todas son hechas en la fuente de su luz,
forman un acto solo, con efectos innumerables, de abrazar con la infinitud de
su luz al mismo Creador. Símbolo del sol, porque es uno, porque posee la
fuente de la luz que jamás se apaga, abraza la tierra y con sus innumerables
efectos da todas las tintas y comunica la vida de su luz a todos y a todo. La
fuerza unitiva tiene la virtud comunicativa, en modo que si quieren, todos
pueden tomar un bien que se pone a disposición de todos. En cambio quien
obra en el orden humano es símbolo de las luces del bajo mundo, que a pesar
de que hay tantas, no tienen virtud de hacer huir las tinieblas de la noche y
2196
de formar el pleno día, ni de abrazar con tanta multiplicidad de luz toda la
tierra, por eso se pueden llamar luz personal, local, a tiempo y circunstancia.
¡Oh, si todos supieran el gran secreto de obrar en mi Querer Divino, harían
competencia para no dejar huir nada que no pasara por dentro de su luz
purísima."
Yo he continuado siguiendo a la Divina Voluntad, y mi dulce Jesús ha
agregado:
"Hija mía, la criatura sin mi Voluntad es como un niño que no tiene
fuerza para poder sostener un peso y para hacer trabajos tan útiles de poder
él mismo mantener su pequeña existencia, y si se le quisiera obligar a tomar
un objeto pesado y a sostener un trabajo, el niño, viéndose impotente y sin
fuerza, tal vez probaría, pero viendo que ni siquiera puede mover aquel
objeto, ni realizar aquel trabajo, rompería en llanto el pobre pequeño y no
haría nada, y para ponerlo en fiesta bastaría darle un dulce. En cambio,
quien posee mi Divina Voluntad tiene la fuerza de un hombre adulto, más
bien la fuerza divina, y si se le pide que tome el objeto pesado, sin problema
lo toma como si nada fuese, mientras el pobre pequeño quedaría aplastado
bajo este peso, y si se le pidiera hacer un trabajo, se pondría en fiesta por la
adquisición y la ganancia que le será dada; pero si se le quisiera dar un dulce
en vez de su ganancia, sentiría indignación y diría: ‘Dadme la justa
ganancia por mi trabajo, porque debo vivir.’ Mira entonces, quien tiene mi
Divina Voluntad tiene fuerza suficiente para todo, por eso todo le resulta
fácil, el mismo sufrir, sintiéndose fuerte, lo mira como una nueva
adquisición. ¿Por qué tantos no saben sostener nada, y una debilidad de niño
parece que les persiste? Es la fuerza de mi Divina Voluntad que falta, he
aquí la causa de todos los males. Por eso sé atenta hija mía a no salir jamás
de mi Divina Voluntad."
Después continuaba mis actos en el Fiat Divino, y habiendo llegado a
cuando Él llamó a vida, a la luz del día, a la Soberana Celestial, pensaba
entre mí: "Dios al crear a la Virgen Santísima, no sólo enriqueció su bella
alma con tantos privilegios, sino también debió transformar su naturaleza
para volverla pura y santa como es." Y mi amado Jesús moviéndose en mi
interior me ha dicho:
"Hija mía, nada había que agregar a su naturaleza, porque no fue la
naturaleza humana la que pecó, sino la voluntad humana, porque la
naturaleza humana estaba en su puesto, como salió de nuestras manos
creadoras, por eso nos servimos de aquella misma naturaleza de las otras
criaturas al crear a la Virgen. Lo que se contaminó en el hombre fue su
voluntad, y como esta naturaleza humana estaba animada, y habitaba en la
naturaleza humana esta voluntad rebelde, ella participó y quedó
2197
contaminada. Así que puestas en armonía la Divina Voluntad y la voluntad
humana, dándole el dominio, el régimen, como es querido por Nosotros, la
naturaleza humana pierde los tristes efectos y queda bella como salió de
nuestras manos creadoras. Ahora, en la Reina del Cielo todo nuestro trabajo
fue sobre la voluntad humana, la cual recibió con alegría el dominio de la
nuestra, y la nuestra, no encontrando ninguna oposición por parte de la suya,
obró prodigios de gracias, y en virtud de mi Querer Divino quedó santificada
y no sintió los tristes efectos y los males que sienten las otras criaturas. Por
eso hija mía, quitada la causa, los efectos terminan. ¡Oh, si mi Divina
Voluntad entra en las criaturas y reina en ellas, expulsará todos los males en
ellas y le participará todos los bienes en el alma y en el cuerpo!"
Agosto 3, 1929
Cuando Dios decide hacer obras que deben servir a todos, en
su arrebato de amor pone a todos a un lado. Cómo el Ser
Supremo posee la veta inagotable.
Continúo mi habitual abandono en el Fiat Divino, me lo siento como
concentrado sobre mi pequeña existencia, siento su inmensidad, su potencia,
su fuerza creadora y raptora, que envolviéndome por todas partes no me es
dado el poderle resistir, pero me siento feliz de esta mi debilidad, y
voluntariamente quiero ser débil para sentir toda la potencia del Querer
Divino sobre mi pequeñez. Pero mientras me sentía abismada en Él, mi
dulce Jesús, haciéndose oír y ver me ha dicho:
"Hija mía, nuestra Divinidad cuando se decide a hacer obras
universales, al alma que viene elegida como primera, a la cual confiamos
una obra que debe servir para el bien de todos, es tanto el arrebato de nuestro
amor que ponemos todo y a todos a un lado, como si ningún otro existiera y
concentramos todo nuestro Ser Divino sobre de ella y le damos tanto de lo
nuestro, hasta formar mares en torno a ella y ahogarla en todos nuestros
bienes, y queremos dar tanto, porque el arrebato de nuestro amor nos lleva a
no detenernos jamás, para ver en ella nuestra obra completa, por medio de la
cual todo y todos pueden gozar y tomar los bienes universales que nuestra
obra encierra. Con esto, no que no veamos lo que hacen las otras criaturas,
porque nuestra omnividencia e inmensidad nada nos esconde, estamos al día
de todo, y de Nosotros parte la vida y las ayudas a todos, pero obramos en
modo, y nos comportamos, como si ningún otro existiera. Así obramos en la
Creación, después de haber formado cielos, soles, tierra, ordenando todo con
2198
armonía y magnificencia tal de hacer quedar estupefacto, al crear al hombre
nos concentramos sobre él, y fue tanta el arrebato de nuestro amor, regurgitó
tan fuerte, que formando velo en torno a Nosotros nos hizo desaparecer todo,
mientras que todo veíamos, y nos ocupamos sólo del hombre; ¿qué cosa no
vertimos en él? Todo. Si en la Creación fue la magnificencia y belleza de
nuestras obras, en el hombre fue no sólo la concentración de todas nuestras
obras concentradas en él, sino lo que es más, el establecimiento de nuestra
Vida. Nuestro amor regurgitaba, no se daba descanso, quería dar siempre,
porque veía en él a todas las generaciones humanas. Así obramos en la
Reina del Cielo, todo fue puesto a un lado, todo el mal de las otras criaturas,
y nos ocupamos sólo de Ella, y vertimos tanto que fue la llena de gracia,
porque debía ser la Madre universal y causa de la Redención de todos. Así
estamos obrando contigo, para el reino de nuestro Querer Divino estamos
haciendo como si ningún otro existiese; si quisiéramos mirar lo que hacen
las otras criaturas, los males que cometen, las ingratitudes, el reino de
nuestro Querer estaría siempre en el Cielo, y no sólo eso, sino que ni
siquiera nos sentiríamos dispuestos a decir una sola verdad de nuestro Fiat
Supremo. Pero nuestro amor, formando su velo de amor a todos los males
de las criaturas, nos pone todo a un lado, y regurgitando fuerte no sólo nos
hace hablar de Él, sino que es lo que más nos hace decidir el dar el gran don
del reino de nuestro Fiat a las criaturas. Cuando nuestro amor se obstina,
parece que no razona y quiere vencer por vía de amor, no de razón, por eso,
como si nada mirase u oyese, a cualquier costo quiere dar lo que ha
decidido. He aquí el por qué no ahorra nada y todo se desvive sobre la
criatura que viene elegida para el gran bien universal que debe descender en
provecho de todas las generaciones humanas. Esta es la causa de tanto darte
y decirte, son desahogos de nuestro amor que nada quiere ahorrar, todo
quiere dar con tal de que el reino de nuestra Divina Voluntad reine sobre la
tierra."
Después, mi mente continuaba pensando en tantas cosas sobre la
Divina Voluntad, y mi dulce Jesús ha agregado:
"Hija mía, nuestro Ser Supremo es veta inagotable, no nos agotamos
jamás, ni podemos decir, hemos terminado de dar, porque por cuanto damos,
tenemos siempre qué dar, y mientras damos un bien, otro surge para ponerse
en camino para darse a las criaturas; pero por cuanto somos inagotables, no
damos nuestros bienes, nuestras gracias, ni decimos nuestras verdades a
quien no está dispuesta, a quien no presta atención en escucharnos para
aprender nuestras sublimes lecciones y modelar su vida según nuestras
enseñanzas, de modo de ver escrito en ella nuestras enseñanzas y verla
enriquecida con nuestros dones, si esto no vemos, nuestros dones no parten
2199
de Nosotros, ni nuestra voz llega al oído de la criatura, y si alguna cosa
escucha, es como de una voz que viene de lejos, que no comprende
claramente lo que Nosotros queremos decirle. Por eso nuestra veta
inagotable queda impedida por las indisposiciones de las criaturas. ¿Pero
sabes tú quién da las verdaderas disposiciones al alma? Nuestra Divina
Voluntad. Ella la vacía de todo, la reordena, la dispone en modo admirable,
en modo que nuestra veta inagotable no cesa jamás de dar y de hacerla oír
sus sublimes lecciones. Por eso hazte dominar siempre por mi Fiat Divino, y
nuestra veta inagotable no cesará jamás de verterse sobre de ti, y Nosotros
tendremos el contento de hacer surgir de nuestro Ser Divino nuevas gracias,
nuevos dones y lecciones jamás escuchadas."
Agosto 7, 1929
Medios principales para hacer reinar a la Divina Voluntad:
"Los conocimientos". Diferencia de quien vive en la Divina
Voluntad y quien vive en el humano querer.
Estaba siguiendo mis actos en el Querer Divino y pensaba entre mí:
"¿Cómo podrá venir a reinar la Divina Voluntad? ¿Cuáles serán los medios,
las ayudas, las gracias para disponer a las criaturas para hacerse dominar por
Ella?" Y mi siempre amado Jesús, moviéndose en mi interior, todo bondad
y ternura me ha dicho:
"Hija mía, los medios principales para hacer reinar sobre la tierra a miFiat Divino son los conocimientos de Él. Los conocimientos formarán los
caminos, dispondrán la tierra para ser reino suyo, formarán las ciudades,
harán de telégrafo, de teléfono, de poste, de anunciadores para comunicar
entre ciudad y ciudad, entre criaturas y criaturas, entre naciones y naciones,
las noticias, los conocimientos importantes sobre mi Divina Voluntad, los
conocimientos de Ella arrojarán en los corazones la esperanza, el deseo de
recibir tanto bien. Esta es una condición forzosa, un bien no se puede
querer, ni recibir, si no se conoce, y si se recibiera sin conocerlo es como si
no se recibiese. Así que los fundamentos, la esperanza, la certeza del reino
de mi Divina Voluntad, serán formados por los conocimientos de Ella, por
eso he dicho tantos conocimientos, porque ellos serán las riquezas, el
alimento y los nuevos soles, los nuevos cielos que poseerán los pueblos del
reino de mi Querer. Ahora, cuando los conocimientos sobre mi Fiat se
hagan camino, disponiendo a aquellos que tendrán el bien de conocerlos, mi
más que paterna bondad, para mostrar el exceso de mi amor pondrá en cada
2200
una de las criaturas, a su disposición, a mi misma Humanidad, y todo el bien
que obré, de modo que sentirán tal fuerza y gracia, de hacerse dominar por
mi Divina Voluntad, y mi Humanidad estará en medio a los hijos de mi
reino, como corazón en medio a ellos, para decoro y honor de mi Fiat, y por
antídoto, gracia y defensa a todos los males que ha producido el querer
humano. Es tal y tanto el arrebato de mi amor que quiere que Ella reine, que
haré grandes excesos de amor para vencer las voluntades más rebeldes."
Yo al oír esto he quedado admirada, y como si quisiera dudar de los
que Jesús me había dicho. Y Él, volviendo a hablar ha agregado:
"Hija mía, ¿por qué lo dudas? ¿No soy tal vez Yo dueño de hacer lo
que quiero y darme como me place darme? ¿No es tal vez mi Humanidad el
primer hermano primogénito que poseyó el reino de mi Divina Voluntad, y
como primer hermano tengo el derecho de comunicar el derecho a los otros
hermanos de poseerlo, poniéndome Yo a disposición de ellos para darles un
bien tan grande? ¿No soy Yo la cabeza de toda la familia humana, que
puedo hacer fluir en los miembros de ella la virtud de la cabeza, y hacer
descender el acto vital de mi Voluntad Divina en los miembros? Y además,
¿no es tal vez mi Humanidad que reside en ti continuamente la que te da tal
fuerza y gracia de querer vivir sólo de mi Querer, y te hace sentir tal paz y
felicidad de eclipsarte tu querer humano, de modo que él mismo se siente
feliz de vivir como sin vida bajo el imperio de mi Divina Voluntad? Por eso
lo que necesito es que conozcan los conocimientos sobre mi Fiat, el resto
vendrá por sí mismo."
Después de esto continuaba mi abandono en el Fiat Divino, me parecía
que en Él no hay detenciones, hay siempre qué hacer, pero un hacer que no
cansa sino que fortifica, hace feliz y regocija de su largo camino; pero
mientras esto pensaba, mi Sumo Bien Jesús ha agregado:
"Hija mía, quien vive en mi Querer Divino camina siempre, porque
tiene el giro de la eternidad, que no termina jamás, a su disposición, y no
deteniéndose jamás, toma siempre, y si se detuviese, una pequeña parada, un
paso de menos, le costaría la pérdida de un paso y de una felicidad divina,
porque mi Fiat es un acto siempre nuevo de felicidad, de gracia y de belleza
indescriptible e inenarrable, y el alma si camina toma, y si se detiene no
toma, porque no habiendo seguido paso a paso el camino de mi Querer
Divino, no ha sabido nada de lo que mi Querer ha puesto fuera en aquel paso
de felicidad y de belleza. Y ¿quién puede decirte la gran diferencia de quién
vive en mi Divina Voluntad y de quién vive en el querer humano? Quien
vive en la voluntad humana se detiene siempre, su giro es tan pequeño, que
si quiere alargar el paso no encuentra donde poner el pie; a cada paso que
hace, toma ahora un disgusto, un desengaño, y siente una debilidad de más,
2201
la cual la arrastra también al pecado. ¡Oh! cómo es breve el giro de la
voluntad humana, lleno de miserias, de precipicios y de amarguras, y sin
embargo aman tanto el vivir en su cerco; ¡qué locura, qué tontería, tanto, de
deplorarse!"
Agosto 12, 1929
Magnificencia de la Creación. El punto negro de la voluntad humana.
Estaba haciendo mi giro en el Querer Divino, y mi dulce Jesús
atrayéndome fuera de mí misma, me hacía ver toda la Creación en el
momento de salir de sus manos creadoras, cada cosa llevaba la marca de la
mano creadora de su hacedor, así que todo era perfecto, de una belleza
encantadora. Cada cosa creada era animada de viva luz, o como propiedad
de naturaleza dada a ella por Dios, o indirectamente comunicada por quien la
poseía; todo era luz y belleza. Pero entre tanta luz y encanto de belleza se
veía un punto negro, el cual aparecía tan feo, especialmente porque se
encontraba en medio a tantas obras tan bellas, majestuosas y refulgentes,
este punto negro suscitaba terror y compasión, porque parecía que de su
naturaleza Dios no lo había creado negro, sino bello, es más, primero era una
obra de las más bellas creadas por el Ser Supremo. Pero mientras esto veía,
mi siempre amable Jesús me ha dicho:
"Hija mía, todo lo que fue hecho por Nosotros en la Creación está
siempre en acto de hacerse, como si continuamente estuviéramos en acto de
hacerlo; es nuestra fuerza creadora, que cuando hace una obra no se retira
jamás, queda dentro como acto perenne de vida, ahí forma su latido continuo
y su respiro no interrumpido, por eso mientras fue hecho una vez, queda
dentro en acto de hacerlo siempre. Casi como símbolo de la naturaleza
humana, que mientras fue formada, una vez comenzando la vida con el
latido y con el respiro, por necesidad de vivir debe respirar y latir
continuamente, de otra manera cesa la vida. Somos inseparables de nuestras
obras, y nos agradan tanto, que nos deleitamos en hacerlas continuamente,
por eso se mantienen majestuosas, bellas, frescas, como si ahí, como en un
primer momento recibiesen principio de vida. Míralas cómo son bellas, son
las narradoras de nuestro Ser Divino y nuestra perenne gloria. Pero en tanta
gloria nuestra, mira, está el punto negro de la voluntad del hombre, que
amándolo con más amor lo dotamos de libre albedrío, el cual, abusando
quiso respirar y latir en su querer humano, no con el nuestro, y por eso se
cambia continuamente hasta ennegrecerse, perdiendo su belleza y frescura, y
2202
llega hasta perder la Vida Divina en su naturaleza humana. Por eso, ¿quién
pondrá en fuga la densa oscuridad del querer humano? ¿Quién le restituirá
la frescura, la belleza de su creación? Los actos hechos en nuestra Divina
Voluntad, ellos serán luz que harán huir las tinieblas, y calor que
plasmándolo con su calor le destruirán todos los humores malos que lo han
afeado. Los actos hechos en mi Querer serán el contragolpe a todos los
actos humanos hechos con la voluntad humana, este contragolpe restituirá la
frescura, la belleza, el orden como fue creada la voluntad humana. Por eso
se necesitan muchos actos hechos por la criatura en nuestro Divino Querer,
para preparar el contraveneno, la belleza, la frescura, el acto opuesto a todo
lo que de mal ha hecho la voluntad humana. Y entonces en la Creación
nuestras obras aparecerán todas bellas, el punto negro desaparecerá y se
convertirá en un punto, el más luminoso en medio a la magnificencia de
nuestras obras creadas, y nuestra Divina Voluntad tomará el dominio de todo
y reinará como en el Cielo así en la tierra. Por eso sé atenta a obrar en mi
Querer Divino, porque a cada acto humano se necesita el acto divino, que
con imperio arroja por tierra, purifica y embellece lo que ha hecho de mal la
voluntad humana."
Agosto 25, 1929
Jesús creó el germen del Fiat Divino al formar
el Padre Nuestro. Virtud que tiene la luz.
Estaba pensando en el Fiat Divino, y en cómo podía establecerse su
reino sobre la tierra. Me parecía imposible, primero porque no hay quien se
ocupe de hacerlo conocer, y si alguna cosa se dice o se proyecta, todo se
queda en palabras, pero los hechos están, ¡oh! cuán lejanos, y quién sabe qué
generación tendrá el bien de conocer lo que respecta a los conocimientos de
la Divina Voluntad y su reino; segundo, me parece que la tierra no está
preparada, y creo que para tener un bien tan grande, que el reino de la Divina
Voluntad, sus conocimientos, domine la tierra, quién sabe cuántos prodigios
se necesiten antes. Pero mientras esto y otras cosas pensaba, mi dulce Jesús
se ha movido en mi interior y me ha dicho:
"Hija mía, tú debes saber que mi venida a la tierra y todo lo que Yo
hice en la Redención, mi misma muerte y resurrección, no fue otra cosa que
un acto preparatorio al reino de mi Divina Voluntad, y cuando formé el
Padre Nuestro, formé el germen del reino de mi Fiat Divino en medio a las
criaturas, y si Yo cuando hablo creo, y de la nada hago salir las obras más
2203
grandes, bellas y maravillosas, mucho más cuando con el imperio de mi
plegaria hablante tengo virtud de crear lo que quiero. Por eso el germen del
reino de mi Querer fue creado por Mí en el acto en que rezaba formando y
recitando el Padre Nuestro; y si lo enseñé a los apóstoles fue para que la
Iglesia, con el recitarlo pudiese regarlo y fecundar este germen, y disponerse
a modelar su vida según las disposiciones de mi Fiat Divino. Mis
conocimientos sobre Él, mis tantas manifestaciones, han desarrollado este
germen, y como han estado acompañados por los actos hechos por ti en mi
Querer Divino, se han formado tantos granos de formar una gran masa, de la
cual, cada uno puede tomar su parte, siempre y cuando quieran, para vivir de
la Vida de la Divina Voluntad. Así que todo está hija mía: los actos más
necesarios, está el germen creado por Mí, porque si no está el germen es
inútil esperar la planta; pero si está la semilla, el trabajo que se necesita, la
voluntad de querer el fruto de aquella semilla, es seguro que se tendrá la
planta, porque teniendo el germen se tiene en propio poder la vida de la
planta de aquella semilla; está quien riegue este germen para hacerlo crecer,
cada Padre Nuestro que se recita sirve para regarlo, están mis
manifestaciones para hacerlo conocer; sólo se necesita quién se ofrezca a
hacer de heraldo, y con ánimo, sin temer nada, afrontando sacrificios para
hacerlo conocer. Así que la parte sustancial está, está lo más, se necesita lo
menos, o sea la parte superficial, y tu Jesús sabrá hacerse camino para
encontrar aquél que cumplirá la misión de hacer conocer en medio a los
pueblos mi Divina Voluntad. Por eso por parte tuya no pongas ningún
obstáculo, haz lo que puedas y Yo haré el resto, tú no sabes como manejaré
las cosas y dispondré las circunstancias, por eso llegas a dudarlo, piensas
que mi Fiat no será conocido y su reino no tendrá su vida sobre la tierra."
Después me he abandonado toda en el Querer Divino para seguir sus
actos, y mi dulce Jesús ha agregado:
"Hija mía, quien se pone en la unidad de mi Querer se pone en la luz,
y así como la luz tiene virtud de descender en lo bajo y de distenderse como
manto de luz sobre cada cosa que inviste, así tiene virtud de elevarse a lo
alto y de investir con su luz lo que en lo alto se encuentra. Así quien se pone
en la luz de mi Fiat, en su unidad de luz, con sus actos se extiende en lo bajo
de todas las generaciones, y con su acto de luz inviste a todos para hacer
bien a todos, se eleva en lo alto e inviste todo el Cielo para glorificar a todos.
Por eso en mi Divina Voluntad el alma adquiere el derecho de poder llevar a
todos la luz del eterno Fiat, con el don de sus actos multiplicados por
cuantos lo quieran recibir."
2204
Septiembre 4, 1929
¿Por qué el sol forma el día? Porque es un acto de Voluntad Divina.
Mis días son amarguísimos por la privación de mi sumo y único bien
Jesús, puedo decir que mi alimento continuado es el intenso dolor de estar
privada de Aquél que formaba toda mi vida acá abajo; cómo es doloroso el
recordar que antes respiraba Jesús, latía el latido de Jesús en mi corazón,
circulaba en mis venas Jesús, sentía el alimento de Jesús que alimentaba mis
obras, mis pasos, en suma, en todo sentía a Jesús, y ahora todo ha terminado
y se me ha cambiado en alimento de dolor. ¡Oh Dios, qué pena! respirar y
latir dolor intenso de estar privada de Aquél que me era más que vida propia;
sólo el abandono en el Fiat me da la fuerza para soportar un dolor tan
grande. Pero mientras esto sentía, mi dulce Jesús saliendo de mi interior y
estrechándome entre sus brazos me ha dicho:
"Hija mía, ánimo, no te abatas demasiado; dime, ¿quién forma el día?
El sol, ¿no es verdad? ¿Y por qué forma el día? Porque es un acto de mi
Voluntad Divina. Ahora, conforme la tierra gira, la parte que se aparta del
sol queda a lo oscuro y forma la noche, y la pobre tierra queda lúgubre,
como bajo un manto de tristeza, de modo que todos sienten la realidad de la
noche y el gran cambio que sufre la tierra con haber perdido el astro
benéfico de la luz, esto es, el acto de mi Divina Voluntad que creó el sol y lo
conserva con su acto continuo. Así el alma, hasta en tanto gira bajo el acto
continuo de mi Querer, es siempre para ella pleno día; noche, tinieblas,
tristeza, no existen. El acto continuo de mi Fiat, más que sol le sonríe, la
mantiene en fiesta; en cambio si gira en su voluntad humana, más que tierra
permanece a lo oscuro, en la noche de su voluntad humana, la cual
dominando al alma produce tinieblas, dudas, tristeza, y forma la verdadera
real noche a la pobre criatura. ¿Quién puede decirte el gran bien, el día
brillantísimo que produce un acto de mi Divina Voluntad sobre la criatura?
Ella, con su acto continuo produce todos los bienes y la felicidad en el
tiempo y en la eternidad, por eso sé atenta, enciérrate toda tú misma dentro
de un acto solo de mi Divina Voluntad, no salgas jamás si quieres vivir feliz,
y tener en tu poder la vida de la luz y el día que jamás termina. Un acto de
mi Divina Voluntad es todo para la criatura; Ella, con su acto continuo que
jamás cesa y jamás se cambia, más que tierna madre tiene estrechada a su
seno a aquélla que se abandona en su acto de luz, y alimentándola de luz la
2205
hace crecer, como parto suyo, noble y santa, y la tiene defendida en su
misma luz."
Septiembre 8, 1929
El nacimiento de la Virgen fue el renacimiento de toda la humanidad.
Mi pobre mente se perdía en el mar inmenso del Fiat Divino, donde se
encuentra todo en acto, como si no hubiese ni pasado ni futuro, sino todo
presente y todo en acto; así que cualquier cosa que se quiera encontrar de la
obras de su Creador, en el Divino Querer mi pequeña alma la encuentra
como si en acto la estuviera haciendo, y como estaba pensando en el
nacimiento de mi Mamá Celestial, para darle mis pobres homenajes, y
llamaba junto a mí a toda la Creación a alabar a la Soberana Reina, mi dulce
Jesús me ha dicho:
"Hija mía, también Yo quiero alabar junto contigo y con toda la
Creación el nacimiento de la Alteza de mi Mamá. Tú debes saber que este
nacimiento encierra en sí el renacimiento de toda la familia humana, y la
Creación toda se sintió renacida en el nacimiento de la Reina del Cielo.
Todo saltó de alegría, se sentían felices de tener su Reina, porque hasta
entonces se sentían como pueblo al cual le faltaba su Reina, y en su mutismo
esperaban aquel día feliz para romper su silencio y decir: ‘Gloria, amor,
honor a Aquélla que viene en medio a nosotros como Reina nuestra, no
estaremos más sin defensa, sin quien nos domine, sin fiesta, ya que apareció
Aquélla que forma nuestra gloria perenne.’ Esta celestial niña, con tener
íntegra en su alma nuestra Divina Voluntad, sin jamás hacer la suya,
readquirió todos los derechos del Adán inocente ante su Creador y la
soberanía sobre toda la Creación, por eso todos se sintieron renacer en Ella,
y Nosotros veíamos en esta Virgen Santa, en su pequeño corazón, todos los
gérmenes de las generaciones humanas. Así que por medio suyo la
humanidad readquiría los derechos perdidos, por eso su nacimiento fue el
nacimiento más bello, más glorioso; Ella, desde su nacimiento encerró en su
corazoncito materno, como en medio de dos alas, a todas las generaciones
como hijos renacidos en su virginal corazón, para calentarlos, para tenerlos
defendidos, crecerlos y nutrirlos con la sangre de su corazón materno. He
aquí la causa por la que esta tierna Madre Celestial ama tanto a las criaturas,
porque todas han renacido en Ella, y siente en su corazón la vida de sus
hijos. ¿Qué cosa no puede hacer nuestra Divina Voluntad donde reina y
2206
tiene su Vida? Ella le encierra todo y a todos, y la hace portadora y dadora
de bienes a todos. Así que todos sienten, bajo su manto azul, el ala materna
de su madre Celestial y encuentran en su materno corazón su lugarcito
donde ponerse al seguro.
Ahora hija mía, quien vive en mi Divina Voluntad renueva su
renacimiento y duplica los renacimientos a todas las generaciones humanas;
mi Suprema Voluntad cuando vive dentro de un corazón y en él extiende la
plenitud de su luz interminable, concentra todo y a todos, hace todo, renueva
todo, da nuevamente todo lo que por siglos y siglos no ha podido dar por
medio de las otras criaturas. Así que Ella se puede llamar el alba del día, la
aurora que llama al sol, el sol que alegra toda la tierra, la ilumina, la calienta,
y con sus alas de luz, más que tierna madre abraza todo, fecunda todo, y con
su beso de luz da las más bellas tintas a las flores, la dulzura más exquisita a
los frutos, la maduración a todas las plantas. ¡Oh! si mi Voluntad Divina
reinase en medio a las criaturas, ¿cuántos prodigios no obraría en medio de
ellas? Por eso sé atenta, cada cosa que haces en mi Fiat Divino es un
renacimiento que haces en Ella, y renacer en Ella significa renacer en el
orden divino, renacer en la luz, renacer en la santidad, en el amor, en la
belleza, y en cada acto de mi Voluntad, la voluntad humana sufre la muerte,
muriendo a todos los males y revive a todos los bienes."
Septiembre 15, 1929
El sol: símbolo de la Divina Voluntad. El germen
de la Divina Voluntad en el acto de la criatura.
Estaba repitiendo mis actos en el Divino Querer para seguir los suyos
en todas sus obras, y pensaba entre mí: "¿En qué aprovecha repetir siempre
los mismos actos, cuál gloria puedo dar a mi Creador?" Y mi dulce Jesús,
saliendo de dentro de mi interior me ha estrechado entre sus brazos para
confirmarme y me ha dicho:
"Hija mía, la repetición de tus actos en mi Fiat Divino rompe el
aislamiento de Él, y genera la compañía a todos los actos que hace la Divina
Voluntad. Así que Ella no se siente más sola, sino que tiene a quién puede
decirle sus penas, sus alegrías y a quién confiar sus secretos. Y además, un
acto repetido continuamente es virtud divina, y tiene virtud de generar los
2207
bienes que no existen, de reproducirlos y comunicarlos a todos. Un acto
continuado es capaz de formar la vida y de poder dar vida. Mira el sol,
símbolo de mi Divina Voluntad, jamás deja a la criatura y jamás se cansa de
hacer su acto continuado de luz; cada día regresa a visitar la tierra, dando
siempre sus bienes, regresa para encontrar con su ojo de luz los bienes ya
dados, y que muchas veces no encuentra: no encuentra la flor que ha
coloreado con la belleza de sus tintas, y perfumado sólo con tocarlas con sus
manos de luz ; no encuentra el fruto, al cual, penetrando en lo íntimo ha
comunicado su dulzura y madurado con su calor; cuántas cosas no encuentra
el sol después que se ha prodigado con tantos actos, más que maternos, para
formar las más bellas florituras y formar tantas plantas, hacer crecer tantos
frutos con su aliento de luz y de calor, porque el hombre arrancándolos de la
tierra se ha servido de ellos para alimentar su vida. ¡Oh! si el sol fuese capaz
de razón y de dolor, se cambiaría en lágrimas de luz y de fuego ardiente para
llorar sobre cada cosa que ha formado y no encuentra, pero a pesar de su
dolor no cambiaría voluntad, dejando de comunicar sus bienes a la tierra
para formar de nuevo lo que le ha sido quitado, porque es naturaleza suya,
por cuanto mal le puedan hacer, de dar siempre su acto de luz, sin cesar
jamás, en el cual están todos los bienes. Así es mi Divina Voluntad, más
que sol se prodiga sobre cada criatura para darle vida continua, se puede
decir que es su aliento omnipotente de luz y de amor con el cual inviste a las
criaturas, las forma y las hace crecer, y si el sol da lugar a la noche, mi
Divina Voluntad jamás deja solos a sus amados partos, plasmados,
vivificados, formados, crecidos con su aliento y beso ardiente de luz, no hay
un instante en el cual mi Divina Voluntad deje a la criatura, y que
vertiéndose sobre ella no le comunique sus variadas tintas de belleza, su
dulzura infinita, su amor inextinguible, ¿qué cosa no le hace y da mi Divina
Voluntad? Todo, sin embargo no es reconocida ni amada, ni conservan en
ellos los bienes que les comunica. ¡Qué dolor! Mientras se prodiga sobre
cada criatura, no encuentra los bienes que comunica, y en su dolor continúa
su acto de luz sobre de ellas sin cesar jamás. He aquí por qué quien debe
vivir en mi Fiat debe tener sus actos repetidos y continuos, para hacerle
compañía y endulzarla en su intenso dolor."
Después de esto continuaba navegando el mar interminable del Fiat
Divino, y conforme hacía mis pequeños actos en el eterno Querer, así se
formaban en mi alma tantos gérmenes, y la semilla de estos gérmenes era de
luz de Voluntad Divina, variados de tantos colores, pero animados todos de
luz, y mi dulce Jesús haciéndose ver, uno a uno comunicaba el aliento a
aquellos gérmenes, y conforme se los comunicaba, aquellos gérmenes
crecían tanto, de tocar la inmensidad divina. Yo he quedado maravillada al
2208
ver la bondad de mi sumo bien Jesús, que con tanto amor tomaba en sus
manos santísimas aquellos gérmenes para comunicarles el aliento, y después
los ponía todos en orden en mi alma, y mirándome con amor me ha dicho:
"Hija mía, donde está la fuerza creadora de mi Divina Voluntad, mi
aliento divino tiene la potencia de volver inmensos los actos de la criatura,
porque mientras la criatura obra en mi Fiat, en su acto entra la fuerza
creadora, la cual pone la fuente de la inmensidad divina, y el pequeño acto
de la criatura se convierte: quién en fuente de luz, quién en fuente de amor,
otros en fuente de bondad, de belleza, de santidad, en suma, cuantos más
actos hace, tantas fuentes divinas más adquiere, y crecen tanto, de perderse
en la inmensidad de su Creador. Sucede como a la levadura que tiene virtud
de fermentar la harina, con tal de que al hacer el pan se ponga una pequeña
parte de levadura como germen de fermentación. En cambio si no se pone la
levadura, a pesar de que sea la misma harina, el pan no será jamás
fermentado, sino ácimo. Así es mi Divina Voluntad, más que levadura pone
la fermentación divina en el acto humano, y el acto humano se vuelve acto
divino, y Yo cuando encuentro el germen de mi Divina Voluntad en el acto
de la criatura, me deleito en dar mi aliento al acto de ella, y lo elevo tanto, de
volverlo inmenso, mucho más que aquel acto lo podemos llamar acto
nuestro, Voluntad nuestra obrante en la criatura."
Septiembre 20, 1929
Sólo Jesús tiene palabras suficientes para hablar de la Divina
Voluntad. La criatura puede decir: "Poseo todo." La
Divina Voluntad, donde reina, forma su paraíso.
Mi pequeña inteligencia va siempre espaciándose en el mar inmenso
del Divino Querer, y apenas sabe retener las gotitas de las tantas variedades
e innumerables bellezas que le pertenecen. ¡Oh! Voluntad inigualable,
amable y adorable, ¿quién podrá decir todo lo que Tú eres y narrar tu larga y
eterna historia? Ni los ángeles, ni los santos tendrán palabras suficientes
para hablar de Ti, mucho menos yo que soy la pequeña ignorante, que
apenas sé balbucear de un Querer tan santo. Mientras mi mente se perdía en
el Fiat Divino, mi amable Jesús haciéndose ver me ha dicho:
2209
"Hija mía, sólo tu Jesús tiene palabras suficientes para hablarte de mi
eterno Querer, porque en naturaleza divina soy la misma Voluntad; pero
debo limitarme en el decir porque tu pequeña capacidad no puede abarcar,
comprender y encerrar todo lo que a Ella pertenece, y debo contentarme con
hacerte conocer sus gotitas, porque tu mente creada no puede contener su
mar inmenso e increado, y estas gotitas de luz las cambio en palabras para
adaptarme, por tu pequeña capacidad, y así hacerte comprender alguna cosa
de mi Fiat indescriptible e inmensurable. Basta decir que mi Querer Divino
es todo, encierra todo, si le faltara aún una sola coma de todo lo que existe
en el Cielo y en la tierra, no se podría llamar todo. La criatura para entrar en
mi Fiat debe vaciarse de todo, reducirse a aquel punto cuando su Creador,
llamándola de la nada le daba la existencia, tal como la fuerza creadora de
mi Divina Voluntad la creaba, bella, vacía de todo, y sólo llena de la Vida de
Aquél que la había creado, así el alma haciéndose investir de nuevo por la
fuerza creadora de mi Fiat, su luz y su calor la vaciarán y la dejará bella
como la sacó de la nada y la admitirá a vivir en el todo de mi Voluntad, y la
criatura en Ella respirará el todo, se sentirá toda santidad, toda amor, toda
belleza, porque el todo de mi Fiat Divino la tendrá en su mar, donde el todo
estará a su disposición, ninguna cosa le será dada a mitad o en pequeñas
proporciones, porque quien es todo sabe darse todo, no a medida, y sólo en
mi Querer la criatura puede decir: ‘Poseo todo, es más, el todo es mío.’ En
cambio quien no vive en mi Querer Divino, no estando su ser bajo el imperio
de una fuerza creadora, no puede poseer toda la plenitud de una Vida Divina,
ni se sentirá hasta el borde de su alma toda llena de luz, de santidad, de
amor, hasta desbordar fuera y formar mares en torno a ella, de sentirse que el
todo es suyo, a lo más sentirá las pequeñas partecitas divinas, la impresión
de la gracia, del amor, de la santidad, pero no todo. He aquí por qué sólo
quien vive en mi Fiat es la única afortunada de conservarse en el prodigio de
su creación, y de tener los derechos de poseer y vivir en la abundancia de los
bienes de su Creador."
Después de esto continuaba mis actos en el Querer Divino, y mi
amable Jesús ha agregado:
"Hija mía, quien vive en mi Fiat tendrá el gran bien de poseer un
Querer Divino en la tierra, que le será portador de paz imperturbable, de
firmeza inmutable. Mi Fiat la hará crecer en modo divino, en cada acto que
haga le dará un sorbo de nuestro Ser Divino, para hacer que no haya ninguna
cualidad nuestra que no concentre en esta criatura. No sólo esto, sino que mi
Querer se deleitará en encerrar en ella a mi Divina Voluntad felicitante, con
la cual hace felices a todos los bienaventurados, a fin de que ni siquiera Ésta
falte en quien vive en Ella, de modo que cuando vendrá a nuestra patria
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celestial, traerá como triunfo por haber vivido en nuestro Fiat, su paraíso de
alegría y de felicidad todas divinas, y mientras vendrá a encontrar otras
bienaventuranzas más sorprendentes, porque mi Querer no se agota jamás,
tiene siempre qué dar, la criatura encontrará sus alegrías y la felicidad que le
ha encerrado mi Voluntad estando en la tierra. Por eso elévate siempre más
en Ella, ensancha tus confines, que por cuanto más de Voluntad Divina
tomes en la tierra, tanto más crecerá nuestra Vida en ti, y más felicidad y
alegrías encerrarás en tu alma, y por cuanto más traigas, tanto de más te será
dado en el Cielo, en nuestra patria celestial."
Sea todo para gloria de Dios y cumplimiento de su Santísima Voluntad.
Deo Gratias.