VOLUMEN 25
Luisa Piccarreta Volumen 25
I. M. I.
In Voluntate Dei. Deo Gratias
Octubre 7, 1928
Apertura de la casa de la Divina Voluntad en Corato; entrada de Luisa
en ella. Símil del nacimiento de Jesús en Belén. La lámpara Eucarística
y la lámpara viva de quien hace la Divina Voluntad. La prisionera
cerca del Divino Prisionero. Agradecimiento
de Jesús por tal compañía.
Mi Jesús, vida de mi pobre corazón, Tú que sabes en qué amargura me
encuentro, ven en mi ayuda, arrolla en tus llamas a la pequeña recién nacida
de tu Querer Divino, a fin de que me des la fuerza para poder comenzar otro
volumen y tu Fiat Divino eclipse mi mísera voluntad, a fin de que no tenga
más vida y la reemplace tu Voluntad Divina, y Ella misma escriba con los
caracteres de su Luz lo que Tú, amor mío, quieres que escriba. Y para no
equivocarme, sugiéreme Tú las palabras. Solamente si Tú aceptas
comprometerte a serme palabra, pensamiento, latido, y a conducir mi mano
con la tuya, puedo hacer el sacrificio de regresar a escribir lo que Tú quieres.
Jesús mío, estoy aquí cerca del tabernáculo de amor, de aquella puertecita
adorada que yo tengo el gran honor de mirar, siento tus fibras divinas, tu
corazón palpitando, que en cada latido hace salir llamas, rayos de luz
interminable, y en aquellas llamas oigo tus gemidos, tus suspiros, tus
súplicas incesantes y tus repetidos sollozos porque quieres hacer conocer tu
Voluntad para dar su Vida a todos, y yo me siento consumir junto contigo y
repetir lo que haces Tú. Por eso te ruego que mientras Tú me miras a mí
desde dentro del tabernáculo, y yo te miro a Ti desde dentro de mi lecho,
refuerces mi debilidad a fin de que pueda hacer el sacrificio de continuar
escribiendo.
Ahora, antes de decir lo que me ha dicho Jesús, debo hacer un
pequeño paréntesis: Aquí en Corato se ha fundado una casa querida e
iniciada por el padre canónigo Annibale Maria di Francia, de venerable
memoria, la cual, sus hijos, fieles a la voluntad de su fundador, han seguido
y dado el nombre de casa de la Divina Voluntad como lo quería el venerable
padre, el cual quería que yo entrase en dicha casa, y sus hijos e hijas por su
33 Este libro ha sido traducido directamente del original manuscrito de Luisa Piccarreta
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bondad, el primer día que la han abierto, las reverendas madres han venido
por mí y me han conducido a una habitación, donde abriendo la puerta de
dicha habitación yo veo el tabernáculo, escucho la santa misa, estoy
propiamente bajo la mirada de mi Sacramentado Jesús. ¡Oh, cómo me
siento feliz, porque de ahora en adelante, si Jesús quiere que continúe
escribiendo, escribiré siempre poniendo un ojo al tabernáculo y el otro al
papel donde escribo. Así que te ruego amor mío que me asistas y dame la
fuerza de cumplir el sacrificio que Tú mismo quieres.
Ahora, debiéndose abrir esta casa, se veían personas, religiosas, niñas,
un ir y venir de gente, todos en movimiento. Yo me sentía toda
impresionada, y mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, este núcleo de gente que tú ves todo en movimiento por la
apertura de la casa de mi Divina Voluntad, es símbolo de aquel núcleo de
gente cuando quise nacer en Belén, y los pastores iban y venían para
visitarme a Mí, pequeño niño, esto señalaba a todos la certeza de mi
nacimiento; así este núcleo de gente todo en movimiento, señala el nuevo
nacimiento del reino de mi Divina Voluntad. Mira cómo todo el Cielo hace
eco a mi nacimiento, el cual, los ángeles festejándolo, me anunciaron a los
pastores y poniéndolos en movimiento los hacían ir y venir a Mí, y Yo
reconocía en ellos a las primicias del reino de la Redención, así reconozco
en este núcleo de personas, de niñas y religiosas, el inicio del reino de mi
Divina Voluntad. ¡Oh, cómo exulta mi corazón y goza, y todo el Cielo hace
fiesta, así como los ángeles festejaron mi nacimiento, así ellos festejan el
inicio del renacimiento de mi Fiat en medio a las criaturas. Pero mira cómo
mi nacimiento fue más descuidado, más pobre, no tuve ni siquiera un
sacerdote cerca a Mí, sino sólo a pobres pastores; en cambio en el inicio de
mi Querer no sólo hay un núcleo de religiosas y niñas extranjeras, un pueblo
que acude a festejar la apertura, sino que hay un Arzobispo y sacerdotes
representantes de mi Iglesia, esto es símbolo y anuncio a todos de que el
reino de mi Querer Divino será formado con más magnificencia, con pompa
y esplendor mayor que el mismo reino de la Redención, y todos, reyes y
príncipes, obispos, sacerdotes y pueblos, conocerán el reino de mi Fiat y lo
poseerán, por eso también tú festeja este día en el cual, mis, y tus suspiros y
sacrificios por hacer conocer mi Divina Voluntad ven los primeros albores y
esperan que pronto surja el Sol de mi Fiat Divino."
Luego, habiendo llegado la noche de este día consagrado a la Reina
del rosario, Reina de las victorias y de los triunfos, pensaba que éste es otro
bello signo, que así como la Soberana Señora venció a su Creador y
entretejiéndolo con sus cadenas de amor lo atrajo del Cielo a la tierra para
hacerle formar el reino de la Redención, así la corona dulce y potente de su
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rosario la hará de nuevo victoriosa y triunfadora hacia la Divinidad, tanto, de
conquistar el reino del Fiat Divino para hacerlo venir en medio a las
criaturas.
Yo no pensaba de hecho que aquella misma noche debiera ir a la casa
de la Divina Voluntad junto a mi prisionero Jesús, sólo le rogaba que no me
hiciera saber cuándo sucedería para no profanar con mi voluntad humana
este acto, que nada metiese de mío, sino que en todo obrase el Divino
Querer. Eran las 8 de la noche, y fuera de lo acostumbrado vino el confesor,
al cual le habían rogado las reverendas madres superiores se impusiera sobre
mí, por obediencia, para que yo cediera a consentir con ellas. Resistí cuanto
pude, porque pensaba que si el Señor quisiera que fuera en el mes de abril,
estación más caliente, entonces lo pensaría. Pero el confesor insistió tanto
que debí ceder. Hacia las nueve y media de la noche fui llevada a esta casa,
cerca de mi prisionero Jesús. Esta es la pequeña historia del por qué me
encuentro en esta casa de la Divina Voluntad.
Ahora retomo mi narración: En la noche quedé sola con mi
Sacramentado Jesús, mis ojos estaban fijos en la puertecita del tabernáculo,
la lámpara con su vaivén continuo me parecía que ahora se quisiera apagar,
pero después se reavivaba, y yo sentía un sobresalto en el corazón temiendo
que Jesús pudiese quedar a oscuras. Y mi siempre amable Jesús,
moviéndose en mi interior me ha estrechado entre sus brazos y me ha dicho:
"Hija mía, no temas, que la lámpara no se apaga, y si se apagara te
tengo a ti, lámpara viva, lámpara que con tu centelleo, más que centelleo de
la lámpara eucarística me dice ‘te amo, te amo, te amo.’ ¡Oh, cómo es bello
el vaivén de tu te amo, me dice amor, y uniéndose con mi Voluntad, de dos
voluntades formamos una sola! ¡Oh, cómo es bella tu lámpara y el vaivén
de tu te amo, no se puede comparar con la lámpara que arde ante mi
tabernáculo de amor. Mucho más que estando en ti mi Divina Voluntad,
formas el centelleo de tu te amo en el centro del Sol de mi Fiat, y Yo veo y
siento que no una lámpara, sino un sol me está delante. Sea bienvenida mi
prisionera, has venido a hacer compañía a tu prisionero, los dos estamos en
prisión, tú en la cama y Yo en el tabernáculo, es justo que estemos juntos,
mucho más que una es la finalidad que nos tiene en prisión, la Voluntad
Divina, el amor y las almas. Cómo me será agradable la compañía de mi
prisionera, estaremos juntos para preparar el reino de mi Fiat Supremo. Pero
debes saber hija mía que mi Amor te ha precedido, Yo me he puesto primero
en esta custodia, prisionero, para esperar a mi prisionera y tu dulce
compañía. Mira entonces cómo mi Amor ha sido el primero en correr hacia
ti, cómo te he amado y te amo, porque después de tantos siglos de prisión en
este tabernáculo no he tenido jamás una prisionera que me hiciera compañía,
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que me estuviera cerca, cerca, he estado siempre solo, o a lo más en
compañía de almas no prisioneras, en las cuales no veo mis mismas cadenas;
ahora finalmente ha llegado el tiempo de tener una prisionera, para tenerla
continuamente cercana, bajo mis miradas sacramentales, y que sólo las
cadenas de mi Voluntad Divina la tienen prisionera. Compañía más dulce y
más agradable no podía tener, por lo tanto, mientras estemos en prisión nos
ocuparemos del reino del Fiat Divino y trabajaremos juntos y nos
sacrificaremos para hacerlo conocer a las criaturas."
Octubre 10, 1928
Cuarenta años y más de exilio, virtud y fuerza de un sacrificio
prolongado. Recopilación de materiales para ordenarlos. Felicidad
de Jesús al bendecir a su pequeña hija prisionera, besos en el Querer
Divino. Decisión de los sacerdotes de preparar los escritos
para la publicación. Gracias sorprendentes
que Jesús dará a los sacerdotes.
Mi vida se desenvuelve ante mi Sacramentado Jesús, y ¡oh, cuántos
pensamientos se acumulan en mi mente! Pensaba entre mí: "Después de
cuarenta años y meses que no había visto el tabernáculo, que no me era dado
el estarme ante su adorable presencia Sacramental, cuarenta años no sólo de
prisión sino de exilio, y después de tan largo exilio finalmente he regresado,
si bien prisionera, pero no más exiliada, como en patria, cerca de mi
Sacramentado Jesús, y no una vez al día como lo hacía antes que Jesús me
hiciera prisionera, sino siempre, siempre. Mi pobre corazón, si bien lo tengo
en el pecho, se siente consumir ante tanto amor de Jesús." Pero mientras
esto y otras cosas pensaba, mi sumo bien Jesús, moviéndose en mi interior
me ha dicho:
"Hija mía, ¿crees tú que sea intrascendente el haberte tenido prisionera
por cuarenta años y más, sin un gran designio mío? ¡No, no! El número
cuarenta ha sido siempre significativo y preparativo para obras grandes.
Cuarenta años los hebreos caminaron el desierto sin poder alcanzar la tierra
prometida, su patria, pero después de cuarenta años de sacrificios tuvieron el
bien de tomar posesión de ella, pero cuántos milagros, cuántas gracias, hasta
llegar a alimentarlos con el maná celestial en tal tiempo; un sacrificio
prolongado tiene virtud y fuerza de obtener cosas grandes de Dios. Yo
mismo en mi vida acá abajo quise estar cuarenta días en el desierto, apartado
de todos, hasta de mi Mamá, para salir en público a anunciar el Evangelio
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que debía formar la vida de mi Iglesia, esto es, el reino de la Redención;
cuarenta días quise permanecer resucitado para confirmar mi Resurrección y
poner el sello a todos los bienes de la Redención. Así he querido para ti hija
mía, para manifestar el reino de mi Divina Voluntad he querido cuarenta
años de sacrificios, pero cuántas gracias no te he hecho, cuántas
manifestaciones, puedo decir que en esta prolijidad de tiempo he puesto en ti
todo el capital del reino de mi Querer y todo lo que es necesario para hacerlo
comprender a las criaturas. Así que tu larga prisión ha sido el arma
continua, siempre en acto de combatir con tu mismo Creador, para hacer que
te manifestara mi reino.
Ahora, tú debes saber que todo lo que he manifestado a tu alma, las
gracias que te he hecho, las tantas verdades que has escrito acerca de mi
Divina Voluntad, tus penas y todo lo que has hecho, no ha sido otra cosa que
una recopilación de materiales para edificar, y ahora es necesario ordenarlos
y poner todo en orden. Y así como no te he dejado sola en recopilar las
cosas necesarias que deben servir a mi reino, sino que he estado siempre
contigo, así no te dejaré sola para ponerlas en orden y hacer ver el gran
edificio que por tantos años he estado preparando junto contigo, por eso
nuestro sacrificio y trabajo no ha terminado, debemos seguir adelante hasta
que esté terminada la obra."
Luego, estando cerca de mi Sacramentado Jesús, cada mañana se da la
bendición con el Santísimo, y mientras rezaba, mi dulce Jesús que me
bendice, moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, de todo corazón te bendigo, más bien bendigo a mi misma
Voluntad en ti, bendigo tus pensamientos, respiros y latidos, a fin de que
pienses siempre en mi Querer, lo respires continuamente y sea tu latido mi
sola Voluntad, y por amor tuyo bendigo a todas las voluntades humanas, a
fin de que se dispongan a recibir la Vida de mi eterno Querer. Hija mía
amadísima, si tú supieras cómo es dulce, cómo me siento feliz de bendecir a
la pequeña hija de mi Querer; mi corazón jubila al bendecir a aquélla que
posee el origen, la Vida de nuestro Fiat, que llevará el inicio, el principio del
reino de mi Divina Voluntad. Y mientras te bendigo, vierto en ti el rocío
benéfico de la luz de mi Querer Divino, que adornándote toda, te hará
aparecer más bella a mis miradas sacramentales, y Yo me sentiré más feliz
en esta custodia al mirar a la pequeña hija mía prisionera, investida y atada
por las dulces cadenas de mi Voluntad. Y cada vez que te bendiga, haré
crecer la Vida de mi Querer Divino en ti. Cómo es bella la compañía de
quien hace mi Divina Voluntad, Ella pone el eco en el fondo del alma, de
todo lo que hago en esta hostia santa, y Yo no me siento solo en mis actos,
siento que reza junto conmigo, y uniéndose juntas nuestras súplicas, nuestros
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suspiros, pedimos una sola cosa: Que la Divina Voluntad sea conocida y
que pronto venga su reino."
Después, desenvolviéndose mi vida cerca de mi prisionero Jesús, cada
vez que se abre la puerta de la capilla, lo que sucede frecuentemente, le
mando tres besos o bien cinco a mi Sacramentado Jesús, o bien una pequeña
visita, y Él moviéndose en mi interior me dice:
"Hija mía, cómo me son agradables tus besos, siento besarme por ti
con los besos de mi mismo Querer, siento dármelos sobre mis labios, sobre
mi rostro, en mis manos y corazón, mis mismos besos divinos, todo es
divino en el alma donde reina mi Divina Voluntad, y Yo siento en tus actos
mi Amor que me refrigera, la frescura, la suavidad de mi misma Voluntad
Divina que me abraza, me besa y me ama. ¡Oh, cómo me es agradable mi
Divina Voluntad obrante en la criatura, siento que bilocándome en ella me
da y pone ante Mí toda la belleza y santidad de mis actos, por eso tanto
suspiro el que mi Voluntad sea conocida, para poder encontrar en las
criaturas todos mis actos divinos y dignos de Mí."
Ahora paso a decir que mi dulce Jesús parece que me esperaba aquí,
en esta casa, cerca de su tabernáculo de amor, para dar principio a que los
sacerdotes se decidieran a preparar los escritos para la publicación, y
mientras se aconsejaban entre ellos el modo cómo hacerlo, leían los nueve
excesos que tuvo Jesús en la encarnación, que están narrados en el primer
volumen de mis escritos. Ahora, mientras leían, Jesús en mi interior era
todo atención para escuchar y me parecía que lo mismo hacía Jesús en el
tabernáculo. En cada palabra que oía, su corazón latía más fuerte, y en cada
exceso de su Amor tenía un sobresalto más fuerte aún, como si la fuerza de
su Amor le hiciese repetir todos aquellos excesos que tuvo en la
encarnación, y como si no pudiese contener sus llamas me ha dicho:
"Hija mía, todo lo que te he dicho, tanto sobre mi encarnación como
sobre mi Divina Voluntad y otras cosas, no han sido otra cosa que desahogos
de mi Amor contenido, pero después de haber desahogado contigo, mi Amor
continuó quedando reprimido, porque quería levantar más altas sus llamas
para investir todos los corazones y hacer conocer lo que he hecho y quiero
hacer por las criaturas. Y como todo lo que te he dicho yace en el
anonimato, Yo siento una opresión sobre mi corazón que me comprime e
impide que mis llamas se eleven y hagan su camino. Por eso en cuanto oía
leer y tomar la decisión de ocuparse para publicarlos, me sentía quitar la
pesadumbre y quitar el peso que comprimen las llamas de mi corazón, por
eso latía más fuerte y exultaba y te hacía sentir la repetición de todos
aquellos excesos de amor, mucho más que lo que Yo hago una vez lo repito
siempre. Mi Amor reprimido es una pena para Mí de las más grandes, que
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me vuelve taciturno y triste, porque no teniendo vida mis primeras llamas,
no puedo sacar fuera las otras que me devoran y me consumen; y por eso a
aquellos sacerdotes que se quieren ocupar en quitarme esta pesadumbre con
el hacer conocer mis tantos secretos con publicarlos, Yo les daré tanta gracia
sorprendente, fuerza para hacerlo y luz para conocer, ellos por primeros, lo
que harán conocer a los demás. Yo estaré en medio a ellos y guiaré todo."
Ahora me parece que cada vez que los reverendos sacerdotes se
ocupan en revisar los escritos para prepararlos, mi dulce Jesús se pone atento
para ver lo que hacen y cómo lo hacen. Yo no hago otra cosa que admirar la
Bondad, el Amor de mi amado Jesús, que mientras se pone atento en mi
corazón, hace eco en el tabernáculo y desde allí adentro, en aquella custodia,
hace lo que hace en mi corazón. Yo quedo confundida al ver esto y le
agradezco con todo el corazón."
Octubre 17, 1928
Cada verdad del Fiat posee un encanto sobre el querer humano.
Guerra del Fiat. Analogía entre la concepción de Jesús, entre
la Eucaristía y entre el Prisionero y la prisionera.
Mi pobre mente se perdía en el Querer Divino, todas las verdades que
mi sumo bien Jesús me había dicho las sentía como tantos soles que
investían a mi pequeño querer humano, el cual raptado por tanta variedad de
luz no sentía más deseos de obrar. Y mi sumo bien Jesús, moviéndose en mi
interior me ha dicho:
"Hija mía, cada verdad que he manifestado acerca de mi Divina
Voluntad, no sólo es una Vida Divina que he puesto fuera de Mí, sino que
posee un dulce embeleso para embelesar al querer humano, el cual,
embelesado por el mío, se sentirá bajo el embeleso de un ocio y dará libre
campo de acción a mi Divina Voluntad. Así que cada verdad sobre mi
Divina Voluntad será un ejército aguerrido contra el querer humano, ¿pero
sabes tú con qué armas estará dotado este aguerrido ejército? Con armas de
luz, de fuerza, de amor, de belleza, de santidad, para hacer la guerra con
todas estas armas a la voluntad humana; ella, de frente a estas armas sufrirá
un dulce embeleso y se hará vencer por el Fiat Divino. Así que cada verdadde más sobre Él es un embeleso mayor que sufrirá el querer humano, se
puede decir que cada verdad que te he dicho sobre mi Divina Voluntad, son
tantas vías para hacerse camino en la voluntad humana, que primero
prepararán y después formarán mi reino en medio a las criaturas.
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Ahora, así como cada verdad contiene un embeleso, así cada acto
hecho por la criatura en mi Voluntad es un encuentro que hace a mi Querer,
para recibir toda la fuerza de este embeleso divino, por eso, por cuantos más
actos hace de mi Voluntad, tanto terreno humano pierde y adquiere el
divino; y si toda se arroja en Ella, le quedará sólo el recordar que tiene un
querer, pero que lo tiene en reposo y embelesado por mi Divina Voluntad."
Después de esto seguía mis actos en el Fiat Divino, y siguiendo sus
actos estaba acompañando la concepción de Jesús en el seno materno, y
Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, cuánta analogía hay entre la concepción que hice en el seno
materno y entre aquélla que hago en cada hostia consagrada. Mira: Del
Cielo descendí para concebirme en el seno de la Mamá Celestial, del Cielo
desciendo para quedar consagrado, escondido dentro de los velos de las
especies del pan. A oscuras, inmóvil, quedé en el seno materno; a oscuras,
inmóvil y más empequeñecido quedo en cada hostia. Mírame, estoy aquí
escondido en este tabernáculo, rezo, lloro y no hago oír ni siquiera mi
respiro, en los velos sacramentales mi misma Divina Voluntad me tiene
como muerto, aniquilado, restringido, comprimido, mientras estoy vivo y
doy vida a todos. ¡Oh abismo de mi Amor, cómo eres inmensurable! En el
seno materno estaba oprimido por el peso de todas las almas y de todos los
pecados; aquí en cada hostia, por cuan pequeña sea, siento el peso enorme
del fardo de los pecados de cada una de las criaturas, y mientras me siento
aplastado bajo la enormidad de tantas culpas, no me canso, porque el
verdadero amor no se cansa jamás y quiere vencer con los sacrificios más
grandes, quiere exponer su vida por quien ama, es por esto que continúo mi
Vida, desde mi concepción hasta que morí, en cada hostia sacramental.
Ahora quiero decirte el agrado que siento porque te tengo cerca de mi
tabernáculo, bajo mis miradas sacramentales, y la analogía que hay entre Yo
y tú. Mira, Yo estoy aquí escondido bajo el imperio de mi Voluntad Divina,
¡ah, es propiamente Ella, su Potencia, lo que contiene el prodigio de
esconderme en cada hostia con la consagración! Tú estás en tu lecho, sólo
por imperio de mi Fiat, ¡ah, no son los males corporales los que te tienen
impedida, no, sino sólo mi Voluntad que así quiere, que formando de ti un
velo me esconde a Mí y me forma una hostia viva, un tabernáculo viviente!
Yo aquí, en este tabernáculo, ruego continuamente, ¿pero sabes tú cuál es mi
primera petición? Que mi Voluntad sea conocida, que su imperio que me
tiene escondido impere sobre todas las criaturas y reine y domine en ellas,
porque entonces mi Vida Sacramental tendrá su fruto completo, el
cumplimiento de tantos sacrificios, el restablecimiento de mi Vida en las
criaturas, cuando mi Voluntad sea conocida y forme en ellas su reino. Y
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estoy aquí escondido haciendo tantos sacrificios, para esperar el triunfo, el
reino de mi Divina Voluntad. También tú ruegas, y haciendo eco a mi
plegaria oigo tu continuo decir, poniendo en movimiento todos mis actos y a
todas las cosas creadas, y a nombre de todos y de todo, me pides que mi
Voluntad sea conocida y forme su reino; tu eco y el mío es uno solo y una
sola cosa pedimos, que todo regrese en el eterno Fiat, que le sean restituidos
sus justos derechos. Mira entonces cuánta analogía hay entre tú y Yo, pero
la más bella es que lo que quiero Yo lo quieres tú, estamos los dos
sacrificados por una causa tan santa, por eso tu compañía me es dulce y en
tantas penas que sufro me vuelve feliz."
Octubre 25, 1928
El alma que vive en el Fiat hace surgir y pone en campo todas
las obras divinas. Ejemplo. La bienvenida del Padre Celestial.
Mi pequeña y pobre mente me la siento como fija en el Fiat Divino,
siento toda la fuerza del dulce encanto de la luz de sus verdades, las
encantadoras escenas de todos los prodigios y variedad de bellezas que Él
contiene, y aunque quisiera pensar en otra cosa, me falta el tiempo para
hacerlo, porque el mar del Querer Divino murmura siempre, y su murmullo
ensordece, enmudece a todas las otras cosas y me tiene dentro de su mar
para murmurar junto con él. ¡Oh potencia, oh dulce encanto del eterno
Querer, cuán admirable y amable eres! Quisiera que todos murmurasen
junto conmigo, y pedía a la Soberana Reina que me diera el murmullo de su
amor, de sus besos, para dárselos nuevamente a Jesús, porque había recibido
la comunión y sentía que para complacerlo quería darle los besos de su
Mamá. Y mi siempre amable Jesús moviéndose y haciéndose sentir en mi
interior me ha dicho:
"Hija mía, todo lo que hizo la Reina del Cielo, todo está en aquel Fiat
Divino, el cual tuvo la gloria, el honor de poseerlo; se puede decir que todos
sus actos están incluidos en el mar interminable del Querer Divino y nadan
en Él como nadan los peces en el mar; ahora, el alma que vive en Él hace
surgir no sólo todos los actos de mi Mamá Celestial, sino que hace surgir de
nuevo y pone en campo todas las obras de su Creador. Sólo quien vive en
mi Querer puede sentarse a la mesa divina, puede abrir todos sus tesoros,
puede entrar en el sagrario de los más íntimos secretos de los escondites
divinos, y como dueña los toma y los da a su Creador y, ¡oh! cuántas cosas
pone en movimiento, las hace surgir y pone en acto todas las obras divinas, y
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ahora hace una música divina, ahora hace una escena de las más bellas y
conmovedoras, ahora pone en movimiento todo su amor y haciéndolo
resurgir forma una escena encantadora toda de amor a su Creador; así que
ella es la renovadora de todas las alegrías y felicidad a su Creador. Mira, en
cuanto tú querías darme los besos de la Mamá Reina, los has puesto en
movimiento y han corrido a besarme. Para quien vive en mi Divina
Voluntad sucede como a una persona que entrase en un palacio real, el rey
que lo habita tiene salones de conciertos musicales, objetos para formar las
escenas más bellas, obras de arte de variada belleza; ahora, la persona que
entra se sienta en el salón del concierto musical y toca, el rey seducido por el
sonido corre y va a oír la sonata. Ahora, aquella persona viendo que el rey
goza, pone en movimiento los objetos y pone en campo la escena, el rey
queda raptado y si bien sabe que son cosas suyas, pero aquella persona las ha
puesto en movimiento para darle placer. Así es para quien vive en mi Fiat
Divino, entra en el palacio real de su Padre Celestial, y encontrando tantas
variedades de bellezas las pone todas en movimiento para regocijar, hacer
feliz, amar a Aquél que la ha puesto dentro, y así como no hay bien que no
posea mi eterno Querer, así no hay alegría, amor, gloria, que el alma no
pueda dar a su Creador y, ¡oh! cómo nos es agradable el ver a esta
afortunada criatura en el palacio de nuestro Querer Divino, que todo quiere
tomar, todo quiere poner en movimiento, todo quiere tocar, parece que no
está contenta si no toma todo para darnos todo, hacernos las fiestas y
renovarnos nuestras alegrías y felicidad. Y al verla le damos la bienvenida y
Nosotros mismos le decimos: ‘Hija amadísima, pronto, pronto, tócanos una
sonatina divina, repítenos una escena conmovedora de amor, renuévanos
nuestra felicidad.’ Y ella, ahora nos renueva las alegrías de la Creación,
ahora las de la Soberana Reina, ahora las de la Redención, y termina siempre
con su, y nuestro agradable estribillo: Tu Querer sea conocido y reine como
en el Cielo así en la tierra."
Octubre 28, 1928
Todo lo que ha sido hecho por Dios no ha sido
tomado por la criatura. Trabajos de Jesús. La fiesta
de Cristo Rey preludio del reino de la Divina Voluntad.
Estaba siguiendo mi giro en el Querer Divino para seguir todos sus
actos, y mi dulce Jesús haciéndose sentir en mi interior me ha dicho:
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"Hija mía, todo lo que ha sido hecho por nuestra Divinidad, tanto en la
Creación como en la Redención y Santificación, no todo ha sido absorbido
por la criatura, pero todo está en mi Divina Voluntad en acto de expectativa
para darse a las criaturas. Si tú pudieses ver todo en mi Fiat Divino,
encontrarías un ejército de actos nuestros salidos de Nosotros para darlos a
las criaturas, pero como no reina nuestro Querer, no tienen ni espacio donde
ponerlos ni capacidad de recibirlos. Esta milicia divina, desde hace veinte
siglos está esperando ponerse en oficio de ejercicio para llevar a las criaturas
los dones, las indumentarias, las alegrías y las armas divinas que cada acto
nuestro posee, para hacer junto con ellos un solo ejército divino, una milicia
celestial. Ahora, para hacer que el reino de nuestro Querer Divino reine en
medio a las criaturas, es necesario que la criatura absorba en sí todos estos
actos de la Divinidad, hechos por amor de ellas, y los absorba tanto en sí
misma, de encerrar en sí todo lo que posee mi Fiat, asimilándolos y
consumándolos en sí misma. Así que mi Divina Voluntad consumada en la
criatura hará reentrar en ella todo este ejército divino, todos los actos
nuestros salidos de Nosotros en la Creación, Redención y Santificación por
amor de ellas; reentrarán en las criaturas y mi Divina Voluntad asimilada y
consumada en ellas se sentirá triunfante y reinará dominante junto con
nuestro ejército divino. Por eso Yo no hago otra cosa en ti, que hacerte
beber a sorbos continuamente todo lo que por Nosotros se hizo y se hace en
la Creación, en la Redención y en la Santificación, para poder decir de nuevo
como dije en la cruz: ‘Todo está consumado, no tengo otra cosa qué hacer
para redimir al hombre.’ Así repetirá mi Voluntad: ‘Todo lo he consumado
en esta criatura, de modo que todos nuestros actos han sido encerrados en
ella, no tengo otra cosa qué agregar, todo lo he consumado para que el
hombre fuese restaurado y el reino de mi Divina Voluntad tenga su vida y su
régimen como en el Cielo así en la tierra.’
¡Oh, si tú supieras cuántos trabajos estoy haciendo en el fondo de tu
alma para formar este primer reino a mi Divina Voluntad! Porque cuando
haya hecho el primero, de una pasará a la otra, de modo que mi reino será
poblado más que todos los demás. Así que, es tanto mi amor en el formar
este reino mío, que quiero encerrar en el alma donde debe reinar mi Divino
Querer todo lo que Yo mismo hice en la Redención, lo que hace la Soberana
Reina, agrega también lo que hicieron y hacen todos los santos, nada debe
faltar en esta criatura de todas nuestras obras, y para hacerlo pongo en
movimiento toda nuestra Potencia, Sabiduría y Amor."
Después de esto estaba pensando en la fiesta de hoy, esto es, la fiesta
de Cristo Rey, y mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
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"Hija mía, la Iglesia no hace otra cosa que intuir lo que debe conocer
sobre mi Divina Voluntad y cómo debe venir su reino. Por eso esta fiesta es
el preludio del reino de mi Fiat Divino. Así que la Iglesia no está haciendo
otra cosa que honrar a mi Humanidad con aquellos títulos que con justicia se
me deben, y cuando me hayan dado todos los honores que me convienen,
pasará a honrar y a instituir la fiesta al reino de mi Divina Voluntad, por la
cual mi Humanidad estaba animada. La Iglesia va poco a poco, y ahora
instituye la fiesta a mi corazón, ahora consagra con toda solemnidad el siglo
al Cristo Redentor, y ahora pasa con más solemnidad a instituir la fiesta al
Cristo Rey. Cristo Rey significa que debe tener su reino, debe tener pueblos
dignos de tal Rey, ¿y quién podrá formarme este reino sino mi Voluntad?
Entonces sí podré decir: ‘Tengo mi pueblo, mi Fiat me lo ha formado.’
¡Oh, si las cabezas de la Iglesia conocieran lo que te he manifestado sobre
mi Divina Voluntad, lo que quiero hacer, sus grandes prodigios, mis ansias,
mis latidos dolientes, mis suspiros angustiosos porque quiero que mi
Voluntad reine, que haga felices a todos, restablezca a la familia humana, en
esta fiesta de Cristo Rey sentirían no ser otra cosa que el eco secreto de mi
corazón, que haciendo eco en el de ellos para atraer su atención y reflexión,
sin saberlo me instituyen la fiesta de Cristo Rey. Cristo..., Rey, ¿y su
verdadero pueblo dónde está? Y dirían: Apresurémonos a hacer conocer su
Voluntad Divina, hagámosla reinar a fin de que demos el pueblo a Cristo
que hemos llamado Rey, de otra manera lo habremos honrado con el
nombre, pero no con los hechos."
Noviembre 4, 1928
La verdad es luz que parte de Dios y se
fija en la criatura. Bendiciones de Jesús.
Mi pobre inteligencia se siente como raptada por la Luz del Fiat
Divino, pero esta Luz no lleva sólo calor y luz, sino que es portadora de
vida, la cual, concentrándose en el alma forma en ella su vida de luz, de
calor y del centro renace la Vida Divina. Cómo es bello ver que la Luz del
eterno Querer tiene virtud de hacer renacer en el corazón de la criatura la
Vida de su Creador, y tantas veces por cuantas veces esta Divina Voluntad
se abaja para hacer conocer a la criatura otras manifestaciones que le
pertenecen. Mientras mi mente se perdía en esta Luz, mi dulce Jesús
moviéndose en ella, que parecía que estaba como abismado en dicha Luz,
me ha dicho:
2095
"Hija mía, por cuantas verdades te he manifestado sobre mi Divina
Voluntad, tantas luces se han desprendido de nuestro seno divino y se han
fijado en ti, pero sin separarse del centro de tu Creador, porque la luz es
inseparable de Dios, se comunica, se fija en la criatura pero no pierde jamás
su centro de donde ha salido. Cómo es bello ver a la criatura fijada por todas
estas luces que tienen virtud de hacer resurgir en la criatura a Aquél que la
ha creado, y tantas veces por cuantas verdades le vienen manifestadas. Y
como lo que te he manifestado sobre mi Divina Voluntad son verdades
innumerables, tantas que tú misma no puedes llegar a numerarlas todas,
tantas luces, o sea tantos rayos luminosos son fijados en ti, que descienden
de Dios, pero sin separarse de su seno divino. Estas luces forman el más
bello adorno en ti y el don más grande que podías recibir de Dios, porque
estando estas verdades fijadas en ti, te dan el derecho sobre las propiedades
divinas, y tantos derechos por cuantas verdades te ha manifestado. Tú no
puedes comprender la gran dote con la cual has sido dotada por Dios con
estas verdades, que como tantas luces están fijadas en tu alma; todo el Cielo
está maravillado al ver tantas luces en ti, todas ellas preñadas de otras tantas
Vidas Divinas; y conforme tú las comunicas a las otras criaturas, esta Luz se
mueve, se fija en los otros corazones pero sin dejarte a ti, y forma la Vida
Divina a donde llega. Hija mía, qué gran tesoro te ha sido confiado con
tantas verdades que te he dicho sobre mi Divina Voluntad, tesoro que tiene
su fuente en el seno divino, que dará siempre Luz sin cesar jamás. Más que
sol son mis verdades, pues el sol da luz a la tierra, la inviste, la fija y con
fijarla da a luz sobre su superficie y a cada cosa, los efectos y los bienes que
contiene su luz, pero celoso no separa la luz de su centro, tan es verdad, que
en cuanto pasa a iluminar otras regiones la tierra queda a oscuras; en cambio
el Sol de mis verdades, mientras no se separa de su centro, fijándose en el
alma forma en ella el día perenne..."
Después de esto se daba la bendición con el Santísimo Sacramento, y
yo le rogaba de corazón que me bendijera, y Jesús moviéndose en mi
interior, haciendo eco a lo que hacía Jesús en el Sacramento, levantaba su
mano bendita en acto de bendecirme y me ha dicho:
"Hija mía, te bendigo el corazón y sello mi Divina Voluntad en él, a
fin de que palpite en todos los corazones tu latido unido con mi Voluntad
Divina, para que llame a todos los corazones a amarla; bendigo tus
pensamientos y sello mi Divina Voluntad en ellos, a fin de que llame a todas
las inteligencias a conocerla; te bendigo la boca, a fin de que corra mi Divina
Voluntad en tu voz y llame a todas las voces humanas a hablar de mi Fiat;
toda te bendigo hija mía, a fin de que todo llame en ti a mi Querer Divino, y
corra a todos para hacerlo conocer. ¡Oh, cómo me siento más feliz al obrar,
2096
rezar, bendecir en quien reina mi Querer, en esta alma encuentro la vida, la
luz, la compañía, y todo lo que Yo hago súbito surge y veo los efectos de
mis actos y no estoy solo si rezo, si obro, sino que tengo la compañía y quien
trabaje junto conmigo. En cambio en esta prisión sacramental, los
accidentes de la hostia son mudos, no me dicen una sola palabra, hago todo
por Mí solo, no siento un suspiro que se una con el mío, ni un latido que me
ame, más bien es un frío de sepulcro para Mí, que no sólo me tiene en
prisión, sino que me sepulta, y Yo no tengo a quién decir una palabra, ni con
quién hacer un desahogo, porque la hostia no habla, estoy siempre en
silencio, y con una paciencia divina espero los corazones que me reciban
para romper mi silencio y gozar un poco de compañía. Y en el alma donde
encuentro a mi Divina Voluntad me siento repatriarme a mi patria celestial."
Noviembre 10, 1928
Quien vive en el Querer Divino tiene su mar y encerrando todo,
conforme reza murmura el cielo, el sol y las estrellas. Bendiciones
de Jesús. Competencia y fiesta de todos al bendecir a la pequeña
hija del Divino Querer.
Después de haber pasado varios días de privación de mi dulce Jesús,
mi pobre corazón no podía más, lo sentía deshecho y recordaba a lo vivo sus
tantas visitas, su amable presencia, su belleza raptora, la suavidad de su voz,
sus tantas bellas lecciones, eran tantos recuerdos que me herían, me
destrozaban y me hacían suspirar, cansada como pobre peregrina de mi largo
camino, por la patria celestial y decía entre mí: "Todo ha terminado, no oigo
más que un profundo silencio, y no veo más que un mar inmenso que debo
recorrer sin detenerme jamás, para pedir dondequiera y en todas partes el
reino de la Divina voluntad." Y cansada me he puesto a hacer mi
acostumbrado giro para seguir sus actos, y mi dulce Jesús moviéndose en mi
interior me ha estrechado entre sus brazos para darme fuerza y me ha dicho:
"Hija mía, así como el mar murmura continuamente, así oigo en ti el
mar de mi Fiat Divino, y tú con tu oración formas tu continuo murmullo en
su mar, y mientras murmura, ahora encierras el sol y murmura luz; ahora
encierras el cielo y conforme murmura encierras las estrellas; ahora
encierras el viento y murmura gemidos y gritos de amor; ahora encierras la
tierra y murmura flores. Así que en tu murmullo, ahora haces correr luz,
ahora cielo, ahora estrellas, ahora viento y corren lamentos de amor,
gemidos inenarrables de corazón herido y gritos de delirios de amor no
2097
apagado, y ahora corren todas las florituras creadas por Mí. ¡Oh, cómo es
bello mi, y tu mar! ¡Oh, cómo queda atrás el mar de la tierra, porque él
murmura, pero no encierra en su murmullo al cielo, al sol, al viento y a todo,
sino sólo los peces, en cambio el mar de mi Querer y el murmullo de tu
oración en Él, encierra todas mi, obras, porque mi Voluntad Divina, el cielo,
el sol, las estrellas, el mar, y todo lo demás, lo tiene todo en Sí, como en su
propio puño, y murmurando con tu oración en Ella las encuentras todas. Y
así como el mar además de su murmullo continuo forma sus olas altísimas,
así tú en el mar de mi Querer Divino, además del murmullo continuo de tu
oración, cuando concentras mayormente tus ansias, tus suspiros porque
quieres el reino de mi Divina Voluntad, formas las olas altísimas de luz, de
estrellas, de gemidos y de flores, cómo son bellas estas olas, y Yo desde este
tabernáculo oigo tu murmullo, el fragor de tus olas que vienen a descargarse
en mi mar, y como aquí en el tabernáculo tengo mi mar donde murmuro
continuamente con mis oraciones, sintiendo venir tus olas, uno tu mar y el
mío que ya es uno solo y vengo a murmurar junto contigo, y en este
tabernáculo no me siento más solo, tengo mi agradable compañía y
murmuramos juntos, y en nuestro murmullo se escucha: ‘Fiat, Fiat, Fiat, sea
Él conocido, restablecido su reino sobre la tierra.’ Hija mía, el vivir en miQuerer, el rezar en Él, es transportar el Cielo a la tierra y la tierra al Cielo,
por eso es nuestro verdadero y total triunfo, nuestra victoria, nuestras
conquistas divinas. Por eso seme fiel y atenta."
Después de esto se daba la bendición con el Santísimo Sacramento, la
cual tengo el bien, en este último periodo de mi vida acá abajo, y que espero
que termine cuanto antes este mi largo exilio, de recibirla todos los días, y
mi amable Jesús, en el acto en que se daba la bendición se ha movido en mi
interior y me ha dicho:
"Hija mía, te bendigo, pero no estoy contento con bendecirte Yo solo,
por eso llamo a todos junto conmigo, al Padre y al Espíritu Santo, a toda la
corte celestial, a fin de que bendigan junto conmigo a la pequeña hija de mi
Querer Divino. Donde reina mi Voluntad, Cielos y tierra, todos sienten una
fuerza potente de unirse conmigo y de hacer lo que hago Yo, para concentrar
sobre de ella todos los bienes que mi Divina Voluntad contiene; por eso en
cuanto ven que Yo te bendigo, todos se ponen a bendecirte, así que en el
Cielo hay una competencia, una especie de fiesta en bendecir a aquélla
donde reina mi Querer, y Yo para hacerla más solemne llamo a todas las
cosas creadas, a fin de que nadie quede excluido, sino que todos bendigan a
mi hija; así que llamo al sol a bendecirte, a fin de que la luz que él te da, te la
dé bendiciéndote; llamo al agua a bendecirte, a fin de que conforme la bebas
te bendiga; llamo al viento, a fin de que a medida que sopla, sople
2098
bendiciéndote; en suma llamo a todos, y mientras te bendicen, encontrando
en ti a mi Divina Voluntad, se sienten bendecir desde dentro de ti por la
Voluntad de su Creador. La Fuerza de mi Querer Divino llama a todos, une
a toda la familia celestial y da la fiesta a todos cuando debe obrar sobre del
alma donde reside y domina, por eso en esta mi prisión sacramental,
teniendo cerca a mi prisionera, siento las alegrías que puede darme mi
Divina Voluntad en el corazón de nuestra pequeña hija. Así que mis tantos
dolores vienen interrumpidos cuando debo bendecirte, cuando desciendo
Sacramentado en tu corazón, cuando desde este tabernáculo me siento
mirado por ti, y Yo te correspondo con mis miradas pensando que debo
hacer o dar alguna cosa a nuestra pequeña recién nacida de nuestro Querer,
pongo todo a un lado, aun mis mismos dolores y hago fiesta, porque mi
Voluntad Divina posee alegrías sin número y fiesta perenne. Por eso quiero
que también tú te regocijes junto conmigo, y haciendo eco a mi bendición,
bendíceme en el sol, en el agua, en el viento, en el aire que respiras, en el
latido que te palpita en el corazón, y Yo sentiré en todas las cosas creadas
que tú me bendices."
Noviembre 14, 1928
Así como la criatura posee la unidad humana, quien
vive en el Querer Divino posee la unidad divina. Quien
hace la Divina Voluntad se vuelve madre.
Me siento toda abandonada en el santo Querer Divino y a pesar de las
privaciones de Jesús, mi pobre mente es llevada por una fuerza irresistible a
seguir sus actos. Creo que sea la misma Divina Voluntad que habiendo
sojuzgado la mía, hace su curso llamando a todos sus actos, como si en acto
los estuviese haciendo, y yo, siguiéndola en sus actos, pensaba en los
primeros tiempos de la Creación, cuando todo era felicidad en el hombre y
que estando en la Voluntad de su Creador vivía en su unidad, en la cual todo
podía recibir y todo podía dar al Ente Supremo, unidad significa TODO.
Pero mientras esto pensaba, mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me ha
dicho:
"Hija mía, Nosotros creamos al hombre con nuestra semejanza, por
eso también él posee su unidad humana; así que si habla, si obra, si camina u
otras cosas, se pueden llamar los efectos de su unidad, porque una es su
voluntad, una su cabeza de la cual todos sus actos dependen, por eso se
puede decir que es la fuerza de la unidad de su voluntad que habla, que obra,
2099
que camina, como efectos de ella; si el hombre no tuviese esta unidad, todos
sus actos estarían en contradicción entre ellos. Sucede como al sol, desde la
altura de su esfera, uno es su acto de luz, y como posee la unidad de la luz,
dada a él por su Creador, mientras es un solo acto, sus efectos de luz son
innumerables. Ahora, para quien hace y vive en mi Divina Voluntad cesa el
querer humano, su vida termina, no tiene más razón de existir, porque
comienza la Vida de la unidad de la mía y así como la mía es un solo acto y
todo lo que ha creado o puede hacer, se pueden llamar los efectos de este
acto solo, por eso el alma viviendo en esta unidad de mi Querer Divino,
como en su propio centro, se encuentra en todos los efectos que sabe y puede
producir nuestra Voluntad; ella corre en la luz del sol como efecto de nuestro
Querer, en el cielo, en el mar, en el viento, en todo, corre como la voluntad
humana corre en todos los actos humanos y como la luz del sol corre entodos sus efectos, así el alma corre en el Fiat en todos los efectos que Él
posee y produce. He aquí por qué el vivir en nuestro Querer es el prodigio
más grande, y si nuestra Divinidad quisiera hacer algo más grande, no lo
podría, ni encontraría otra cosa más grande, más prodigiosa, más potente,
más bella, más feliz que nuestro Querer para poder dar a la criatura, porque
con el dar nuestra Divina Voluntad damos todo, y su Potencia hace nuestro
eco en el fondo del alma y nos forma nuestras imágenes más bellas, y el eco
de la pequeñez humana hace uno solo con el nuestro, de modo que
uniéndose a nuestro primer acto, corre y se difunde en todos los efectos que
produce el acto único de Dios."
Después de esto, mi amable Jesús se hacía ver como pequeño niño, el
cual poniéndome los brazos en mi cuello me ha dicho:
"Mamá mía, mamá mía. Quien hace mi Divina Voluntad se vuelve
madre, mi Fiat Divino me la embellece, la transforma y la vuelve fecunda,
de tal modo de darle todas las cualidades para ser verdadera madre; y Yo me
voy formando esta madre con los reflejos del Sol del Querer Divino, y me
glorío y tomo tanto gusto con llamarla mamá mía, mamá mía. Y no sólo la
escojo por madre mía, sino que llamo a tantos otros pequeñitos y les doy a
mi madre por madre de ellos."
Y mientras esto decía me hacía ver en torno a mí a tantos pequeños
niños y niñas, y el niño Jesús les decía: "Ésta es mi madre y la vuestra."
Luego me dijo: "Aquellos pequeños que tú ves no son otra cosa que la
primera tropa de hijos de mi Querer Divino, en Él todos serán pequeños,
porque mi Divina Voluntad tiene virtud de conservarlos frescos y bellos
como han salido de nuestras manos creadoras, y como ha llamado a tu
pequeñez a vivir en Ella, es justo que como primera seas la pequeña mamita
de los pequeños niños."
2100
Noviembre 20, 1928
Quien vive en el Querer Divino está en posesión del día perenne,
no conoce la noche y se vuelve dueña de Dios mismo.
Me sentía toda abismada en el Fiat Supremo y mi pobre mente se
perdía en tantas verdades sorprendentes para mi pequeña capacidad. Todas
las manifestaciones que mi dulce Jesús me había dicho sobre su Santo
Querer, se alineaban en mi pobre alma como tantos soles de belleza
encantadora, uno distinto del otro, con la plenitud de cada alegría y felicidad
que cada verdad poseía, y que mientras parecían distintos estos soles,
formaban uno solo. ¡Qué encanto, qué belleza raptora! Estos soles
asediaban a mi pequeña inteligencia y yo nadaba en esta Luz interminable, y
como sorprendida pensaba en tantas cosas acerca de la Divina Voluntad, y
mi siempre amable Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, hija amadísima de mi Querer, quien es hija de Él está en
posesión del día perenne que no conoce la noche. Todo es luz para quien
vive en mi Querer, sus propiedades son luz, belleza, alegría y felicidad. Y
esto es nada, Nosotros con el dar nuestra Voluntad a la criatura la volvemos
dueña de Nosotros mismos, y nos ponemos a su disposición; la hacemos
hacer y vencer lo que quiere, porque no es un querer humano el que nos
domina, no, sino nuestro mismo Querer, que habiéndose bilocado en la
criatura, su hacer, decir y vencer no viene visto por Nosotros como cosa
extraña a Nosotros, sino como cosa nuestra y gozamos en hacerla decir,
hacer y vencer, mucho más que ella nos vence a Nosotros y Nosotros la
vencemos a ella. Así que con dar nuestra Voluntad a la criatura y ella con
recibirla como vida propia, abrimos una competencia entre ella y Nosotros,
ella entra en nuestro campo divino y domina como dueña, y Nosotros
gozamos tanto al ver su pequeñez que contiene nuestro eterno Querer,
dominadora de nuestros bienes y de Nosotros mismos. ¿Qué cosa podemos
negar a nuestro Querer? Nada. Más bien nos deleitamos en poner fuera
nuestras más íntimas alegrías, nuestros secretos, nuestras eternas beatitudes
para hacer regocijar a la pequeñez de la criatura donde Ella reina, y
volviéndola dominadora de ellas, nos entretenemos y abrimos el juego entre
ella y Nosotros. Por eso, cosa más grande no podía dar al hombre al crearlo
que nuestra Voluntad, porque sólo con Ella él podía llegar a donde quisiera y
hacer lo que quisiera, hasta volverse dominador de lo que a Nosotros nos
pertenece. Esto no lo hicimos al crear las otras cosas, ellas son dominadas
por Nosotros, no pueden hacer lo que quieren, sus derechos son limitados,
2101
porque al crear al hombre hubo una arrebato más intenso de amor, y en este
arrebato de amor el Todo se fundió en la nada y la nada adquirió su vida en
el Todo. Y para tenerlo más seguro le dimos nuestra Divina Voluntad como
patrimonio, a fin de que uno fuese el querer, comunes los bienes, por cuanto
la criatura es capaz, y tanto el amor del uno y del otro hacerse dominar
mutuamente. Por eso la cosa más bella para Nosotros, que más nos rapta y
nos glorifica es el alma donde reina nuestro Querer Divino, porque sólo ella
es la que no nos hace decir a nuestro Amor basta en el dar, sino que tenemos
siempre para dar, siempre para decir, y para gozar de más la volvemos
vencedora de Nosotros mismos. Por eso sé atenta hija mía, si todo quieres,
haz que nuestro Querer reine en ti."
Diciembre 2, 1928
El tabernáculo Eucarístico y el tabernáculo de la Divina Voluntad.
Las privaciones de Jesús se hacen más prolongadas, y viéndome
privada de Él no hago otra cosa que suspirar por el Cielo. ¡Oh, Cielo!
¿Cuándo me abrirás las puertas? ¿Cuándo tendrás piedad de mí? ¿Cuándo
te llevarás a la pequeña exiliada a su patria? ¡Ah, sí, sólo allá no lloraré más
a mi Jesús! Aquí, si se hace ver, mientras se cree poseerlo, como relámpago
te huye y te toca hacer la larga etapa sin Él, y sin Jesús todas las cosas se
convierten en dolor, aún las mismas cosas santas, las oraciones, los
Sacramentos, son martirios sin Él. Después pensaba entre mí: "¿En que
aprovecha el que Jesús haya permitido hacerme venir cerca de su
tabernáculo de amor para estarnos en mudo silencio? Más bien me parece
que se ha escondido de más, que no más me da sus lecciones sobre el Fiat
Divino, me parecía que tenía su cátedra en el fondo de mi interior y tenía
siempre qué decir, ahora no escucho otra cosa que un profundo silencio, sólo
que siento en mí el murmullo continuo del mar de Luz del eterno Querer que
siempre murmura amor, adoración, gloria y abraza todo y a todos."
Mientras esto pensaba, mi dulce Jesús apenas se ha hecho ver en mi interior
y me ha dicho:
"Hija mía, ánimo, soy Yo en el fondo de tu alma, que muevo las olas
del mar de Luz de mi Divina Voluntad y murmuro siempre, siempre, para
conseguir de mi Padre Celestial el reino de mi Voluntad sobre la tierra, y tú
no haces otra cosa que seguirme, y si tú no me sigues lo haré Yo solo, – pero
tú no lo harás, el dejarme solo –, siendo que mi mismo Fiat te tiene
abismada en Él. ¡Ah! ¿no sabes tú que eres el tabernáculo de mi Divina
2102
Voluntad? ¿Cuánto trabajo no he hecho en ti, cuántas gracias no te he dado
para formarme este tabernáculo? Tabernáculo, podría llamarlo único en el
mundo, porque tabernáculos eucarísticos tengo en buen número, y en este
tabernáculo de mi Fiat Divino no me siento prisionero, poseo el interminable
confín de mi Querer, no me siento solo, tengo quien me haga perenne
compañía, y ahora hago de maestro y te doy mis lecciones celestiales, ahora
hago mis desahogos de amor y de dolor, ahora festejo hasta entretenerme
contigo, así que si rezo, si sufro, si lloro y si festejo, no estoy jamás solo,
tengo a la pequeña hija de mi Querer Divino junto conmigo, y además tengo
el gran honor y la conquista más bella, que más me agrada, cual es una
voluntad humana toda sacrificada por Mí y como escabel de mi Voluntad
Divina, podría llamarla mi tabernáculo predilecto porque encuentro tanto
gusto, que no lo cambiaría con mis tabernáculos eucarísticos, porque en ellos
estoy solo, la hostia no me da una Voluntad Divina como la encuentro en ti,
que bilocándose, mientras la tengo en Mí la encuentro también en ti, en
cambio la hostia no es capaz de poseerla, ni me acompaña en mis actos,
estoy siempre solo, todo es frío en torno a Mí, el tabernáculo, el copón, la
hostia, son sin vida, por lo tanto no me dan compañía. Por eso he sentido
tanto gusto en tener cerca a mi tabernáculo eucarístico el de mi Divina
Voluntad formado en ti, porque sólo con mirarte siento que se rompe la
soledad y siento las puras alegrías que puede darme la criatura que hace
reinar en ella a mi Divina Voluntad. He aquí el por qué todas mis miras, mis
premuras y mis intereses son por hacer conocer mi Divina Voluntad y
hacerla reinar en medio a las criaturas, porque entonces cada criatura será un
tabernáculo vivo, no mudo sino hablante, y no estaré más solo, sino que
tendré mi perenne compañía, y con mi Divina Voluntad bilocada en ellas
tendré mi compañía divina en la criatura. Entonces tendré mi Cielo en cada
una de ellas, porque el tabernáculo de mi Voluntad Divina posee mi Cielo en
la tierra."
Diciembre 5, 1928
Quien hace el Querer Divino y vive en Él, es como si
hiciera descender el sol a la tierra. Diferencia.
Me sentía toda inmersa en el Querer Divino, mi pobre y pequeña
mente me la siento atada a un punto altísimo de Luz que no tiene confines y
no se puede ver ni a donde llega su altura ni donde termina su profundidad; y
mientras la mente se llena de Luz, está circundada por la Luz, tanto, que no
2103
ve más que Luz, ve que poco toma de esta Luz, porque hay tanta, pero su
capacidad es tan pequeña que le parece tomar apenas una gotita. ¡Oh! cómo
se está bien en medio a esta Luz, porque ella es vida, es palabra, es felicidad,
el alma siente todos los reflejos de su Creador y siente que se da a luz en su
seno a la Vida Divina. ¡Oh Voluntad Divina, cómo eres admirable, sólo Tú
eres la fecundadora, la conservadora y la bilocadora de la Vida de Dios en la
criatura! Pero mientras mi mente se perdía en la luz del Fiat Supremo, mi
dulce Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, el alma que vive en mi Voluntad Divina es más que si
hiciera descender el sol a la tierra, ¿qué sucedería entonces? La noche sería
desterrada de la tierra, sería siempre pleno día. Y con tener siempre contacto
con el sol no sería más un cuerpo oscuro, sino luminoso y la tierra no
mendigaría los efectos del sol, sino que recibiría en sí misma la sustancia de
los efectos de la luz, porque sol y tierra harían vida común y formarían una
sola vida; ¡qué diferencia con que el sol esté en la altura de su esfera y la
tierra en su bajeza! En este caso la pobre tierra está sujeta a la noche, a las
estaciones y a pedir al sol el formar las bellas florituras, los colores, la
dulzura, la maduración de sus frutos; y el sol no es libre de poder desahogar
todos sus efectos sobre la tierra si ésta no se quisiera prestar a recibirlos,
tanto, que en ciertos puntos de la tierra el sol no siempre llega, otros puntos
son áridos y sin plantas. Esto no es otra cosa que semejanza de quien hace
mi Divina Voluntad y vive en Ella, y de quien vive en la tierra de su querer
humano. La primera hace descender no sólo el Sol de mi Divina Voluntad
en su alma, sino a todo el Cielo, así que con este Sol posee el día perenne,
día que jamás tiene ocaso, porque la luz tiene virtud de poner en fuga las
tinieblas. Entonces, con este Sol no puede estar la noche de las pasiones, la
noche de las debilidades, de las miserias, de las frialdades, de las
tentaciones, y si se quisieran acercar para formar las estaciones del alma,
este Sol con sus rayos pone en precipitosa fuga a todas las noches y dice:
‘Aquí estoy Yo, y basta, mis estaciones son estaciones de luz, de paz, de
felicidad y de floritura perenne.’ Ella es la portadora del Cielo en tierra. En
cambio para quien no hace mi Divina Voluntad y no vive en Ella, es más
noche que día en su alma, está sujeta a las estaciones y a largos tiempos
lluviosos que la vuelven siempre turbada y agitada, o bien a largas sequías,
tanto, que llega a faltarle los humores vitales para amar a su Creador, y el
mismo Sol de mi Divina Voluntad, siendo que no vive en ella, no es libre de
poder darle todo el bien que posee. ¿Ves qué significa poseer mi Querer
Divino? Es poseer la fuente de la vida, de la luz y de todos los bienes; en
cambio quien no lo posee es como tierra que goza los efectos de la luz, y
ciertas tierras que a duras penas quedan iluminadas, pero sin efectos."
2104
Diciembre 8, 1928
Por qué toda la Creación festejó la Concepción de la Soberana Reina.
Cómo la Virgen espera en sus mares a sus hijas para hacerlas reinas.
Verdadero nombre de la Fiesta de la Inmaculada Concepción.
Estaba pensando: ¿Por qué toda la Creación exultó de alegría y festejó
tanto a la Inmaculada Reina en su Inmaculada Concepción? Y mi siempre
amable Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, ¿quieres saber el por qué? Porque la Divina Voluntad tuvo
el principio de su Vida en la niña Celestial, por lo tanto, el principio de todos
los bienes en todas las criaturas. No hay bien que en mi Divina Voluntad no
comience, descienda y ascienda a su fuente. Entonces, esta Celestial niña
habiendo comenzado su vida en el Fiat Divino desde su Inmaculada
Concepción, y siendo Ella de la estirpe humana, con mi Voluntad adquirió la
Vida Divina y con su humanidad poseía el origen humano. Entonces tuvo la
potencia de unir lo divino y lo humano y dio a Dios lo que el humano no le
había dado y negado, cual era su voluntad, y dio a los hombres el derecho de
poder ascender a los abrazos de su Creador. Con la potencia de nuestro Fiat
que tenía en su poder, unía a Dios y a los hombres. Así que toda la
Creación, Cielo y tierra, y hasta el infierno, sintió en la Inmaculada
Concepción de esta Virgen niña, recién nacida apenas en el seno de su
mamá, la fuerza del orden que Ella ponía en toda la Creación, con mi
Voluntad se hermanaba con todos, se abrazaba con todos, amaba todo y a
todos, y todos la suspiraban, la amaban y se sentían honrados de adorar en
esta privilegiada criatura a la Divina Voluntad. ¿Cómo no debía festejar
toda la Creación, pues hasta entonces el hombre había sido el desorden entre
todas las cosas creadas, ninguno había tenido el coraje, el heroísmo de decir
a su Creador: ‘No quiero conocer mi voluntad, te la entrego en don, quiero
por vida solamente a tu Querer Divino?’ En cambio esta Virgen santa donó
su voluntad para vivir de la Divina, y por eso toda la Creación sintió la
felicidad del orden que por su medio le venía restituida, e hicieron
competencia el cielo, el sol, el mar y todos para honrar a Aquélla que
poseyendo mi Fiat, daba el beso del orden a todas las cosas creadas; y mi
Querer Divino le ponía en la mano el cetro de Reina Divina y le ceñía la
frente con la corona de mando, constituyéndola Emperatriz de todo el
universo."
Entonces yo me sentía como aniquilada en mí misma, las largas
privaciones de mi dulce Jesús, que me dejan como sin vida, han quemado el
pequeño átomo de mi existencia, el cual, estando continuamente expuesto a
2105
los rayos ardientes del Sol del Fiat Divino , se siente secar todos los
humores, y mientras se seca no muere ni se consume; así que no sólo me
sentía oprimida sino deshecha. Y mi dulce Jesús, como si quisiera
aliviarme, haciéndose sentir en mi interior, dándome un beso me ha dicho:
"Hija mía, ánimo, no te abatas, quiero que goces tu suerte feliz, porque
mi Querer Divino invistiéndote y dardeándote te quita todos los humores
humanos y te los cambia en humores de Luz divina. Hoy es la fiesta de la
Inmaculada Concepción, mares de Amor, de Belleza, de Potencia y de
Felicidad desbordan de la Divinidad sobre de esta Celestial criatura, y lo que
impide que las criaturas puedan entrar en estos mares es la voluntad humana.
Nosotros lo que hacemos una vez, permanece con el acto continuado de
hacerse siempre, sin cesar jamás. En la Divinidad es naturaleza el dar, sin
que jamás termine el acto. Así que estos mares están desbordando aún, y la
Reina Madre espera a sus hijas para hacerlas vivir en estos mares, para
convertirlas en tantas pequeñas reinas, pero le está prohibida la entrada a la
voluntad humana, no hay lugar para ella, y sólo puede tener acceso quien
vive de Voluntad Divina. Por eso hija mía, puedes entrar cuando quieras en
los mares de tu Mamá, mi Divina Voluntad te avala y con Ella tendrás libre
el paso y la entrada, es más, Ella te espera, te quiere con Ella, y a Nosotros y
a Ella nos volverás doblemente felices por causa de tu felicidad. Nosotros
nos sentimos más felices con dar, y cuando la criatura no toma nuestros
bienes sofoca en Nosotros la felicidad que queremos darle. Por eso no
quiero que estés oprimida, hoy es la fiesta más grande, porque la Divina
Voluntad tuvo vida en la Reina del Cielo, fue la fiesta de todas las fiestas,
fue el primer beso, el primer abraso divino que la criatura daba a su Creador
en virtud de nuestro Fiat que la Soberana niña poseía, la criatura que se
sentaba a la mesa con su Creador; así que hoy es también tu fiesta, en modo
especial por la misión que te ha dado mi Divina Voluntad. Por eso ven a los
mares de la Inmaculada Reina a gozar su, y tu fiesta."
Entonces me he sentido transportar fuera de mí misma en estos mares
interminables, pero me faltan palabras para decir lo que he sentido, por eso
mejor hago punto y sigo adelante.
Después de esto, el día que el confesor ha leído públicamente lo que
está escrito en el 15° volumen sobre la Inmaculada Concepción, mi amado
Jesús, conforme oía que leía, hacía fiesta en mi interior y me ha dicho:
"Hija mía, cómo estoy contento, se puede decir que hoy mi Mamá
Soberana recibe de la Iglesia honores divinos, honrando en Ella, como
primer acto de su vida, la Vida de la Divina Voluntad. Estos son los honores
más grandes que se le pueden dar, porque el querer humano no tuvo jamás
vida en Ella, sino siempre, siempre la Divina Voluntad. El secreto de su
2106
Santidad, de su altura, potencia, belleza y grandeza, y todo lo demás, fue mi
Fiat, que con su calor extinguió la mancha de origen y la concibió
inmaculada y pura, y mi Iglesia, en vez de honrar a mi Voluntad Divina,
causa primaria y acto primero, honraba los efectos de Ella y la proclamaba
Inmaculada, concebida sin pecado. Se puede decir que la Iglesia le daba los
honores humanos y no los honores divinos, los cuales justamente se merece,
porque una Voluntad Divina tuvo Vida continua en Ella. Y esto era un dolor
para Mí y para Ella, porque ni Yo recibía de mi Iglesia los honores de una
Voluntad Divina habitante en la Reina del Cielo, ni Ella los honores debidos
por haber dado en Ella el lugar para formar la Vida del Fiat Supremo. Por
eso, hoy, con hacer conocer que todo fue en Ella el prodigio de mi Querer, y
que todas sus otras prerrogativas y privilegios fueron en orden secundario y
como consecuencia de los efectos de aquella Voluntad Divina que la
dominaba, se puede decir que hoy se festeja con decoro, gloria divina y
magnificencia la fiesta de la Inmaculada Concepción, que se puede llamar
con más verdad: ‘La Concepción de la Divina Voluntad en la Soberana del
Cielo.’ Y esta Concepción fue la causa de todo lo que es e hizo y de los
grandes prodigios de esta Celestial niña."
Después de esto, con un énfasis más tierno ha agregado:
"Hija mía, cómo era bello, deleitable, el ver a esta Celestial niña desde
su Inmaculada Concepción, se miraba y se veía su pequeña tierra tomada de
la estirpe humana, y dentro de esta pequeña tierra se veía el Sol de nuestro
eterno Querer, que no pudiéndolo contener desbordaba fuera de Ella y se
extendía tanto, que llenaba Cielo y tierra. Hicimos un prodigio de nuestra
Omnipotencia para hacer que la pequeña tierra de la pequeña Reinita pudiese
encerrar el Sol de nuestro Querer Divino. Así que se veía tierra y Sol, por
eso todo lo que hacía, si pensaba, si hablaba, si obraba, si caminaba, sus
pensamientos eran rayos de luz, sus palabras se convertían en luz, todo era
luz que salía de Ella, porque siendo su pequeña tierra más pequeña que el
Sol inmenso que encerraba, sus actos se perdían en la luz. Y como esta
pequeña tierra de la Soberana Celestial era vivificada, animada y conservada
continuamente por el Sol de mi Fiat, se veía siempre florida, pero de las más
bellas florituras, que daban en frutos dulcísimos, de atraer nuestras miradas
divinas y quedar raptados, pero tanto, que no podíamos hacer menos que
mirarla, tanta era la belleza y la felicidad que nos daba. Toda bella era la
Virgencita Inmaculada, su belleza era encantadora y raptora, basta decir que
era un prodigio de nuestro Querer para decirlo todo. ¡Oh, si las criaturas
conocieran qué significa vivir de Voluntad de Dios, pondrían la vida para
conocerla y vivir en Ella."
2107
Diciembre 13, 1928
Todas las cosas creadas poseen una dosis de felicidad.
Cómo la privación de Jesús hace resurgir la vida.
Estaba fundiéndome en el Santo Querer Divino, acompañando sus
actos hechos en la Creación, y mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me
ha dicho:
"Hija mía, todas las cosas creadas fueron creadas por Nosotros con
una dosis de felicidad, distinta la una de la otra, así que cada cosa creada
lleva al hombre el beso, el aire felicitante, la vida de nuestra felicidad, ¿pero
sabes tú quien siente descender en su interior todos los efectos de nuestras
tantas felicidades esparcidas en lo creado, hasta quedar empapado por ellas
como una esponja? Quien vive en nuestro Querer Divino, nuestras
felicidades no le son extrañas, porque teniendo el gusto purificado por
nuestro Fiat y no corrompido por el querer humano, su gusto y todos sus
sentidos tienen la virtud de gustar todas las felicidades que hay en las cosas
creadas, y Nosotros sentimos tal felicidad y alegría al ver a quien hace
nuestro Querer como sentarse a la mesa de nuestras felicidades, y
alimentarse con tantos bocados distintos por cuantas felicidades hay en las
cosas creadas. ¡Oh, cómo es bello ver feliz a la criatura!"
Mientras estaba en esto Jesús ha hecho silencio, y yo oía el sonido del
armonio que tocaba en la capilla, y Jesús ponía atención para oír, y después
ha agregado:
"¡Oh, cómo me siento feliz porque este sonido deleita a la pequeña
hija de mi Querer, y Yo, oyéndolo también me deleito! ¡Cómo es bello
hacernos felices juntos, hacer feliz a quien me ama es la más grande de mis
felicidades."
Y yo: "Jesús, Amor mío, mi felicidad para mí eres Tú, todas las otras
cosas no tienen ningún atractivo para mí."
Y Jesús: "Ciertamente que para ti la mayor felicidad soy Yo, porque
contengo la fuente, el principio de todas las alegrías y felicidades, pero gozo
al darte las pequeñas felicidades, y así como las siento y las gozo Yo, quiero
que las sientas y las goces tú junto conmigo."
Entonces pensaba entre mí: "Si Jesús goza tanto cuando yo gozo de
las tantas felicidades que ha esparcido en lo creado, ¿por qué entonces me
aflige tanto y me vuelve infeliz, hasta sentirme como si no tuviese vida sin
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Él? ¡Y sintiéndome sin vida todas las felicidades pierden la vida en mi
pobre alma!" Y Jesús ha agregado:
"Hija mía, si tú supieras para qué sirven mis privaciones; tú te sientes
sin vida privada de Mí, te sientes muerta, sin embargo sobre de aquel dolor y
de aquella muerte viene formada mi nueva Vida, y esta nueva Vida te trae
las nuevas manifestaciones de la Vida de mi Divina Voluntad, porque siendo
tu pena, pena divina, que tiene la virtud de hacerte sentir la muerte, pero sin
morir, tiene virtud de hacer surgir de nuevo mi misma Vida, con el encanto
de mis verdades. El dolor de mi privación prepara el lugar a mi nueva Vida
y dispone a tu alma a escuchar y comprender las importantes verdades sobre
mi Fiat Divino. Si Yo no te privase frecuentemente de Mí mismo, no
habrías tenido las nuevas sorpresas de tu Jesús, sus tantas enseñanzas. ¿No
lo has visto tú misma, que después de que has estado privada de Mí y tú
creías que todo había terminado para ti, mi Vida resurgía de nuevo en ti, y
todo amor y festivo me ponía a darte mis lecciones? Así que cuando te privo
de Mí, Yo me estoy escondido en ti y preparo el trabajo para darte, y mi
nueva Vida para resucitar. También Yo sufrí la pena de la muerte para hacer
resucitar en la pena de mi muerte a todas las criaturas; la muerte sufrida en
orden divino y para cumplir la Divina Voluntad produce la Vida Divina,
para hacer que esta Vida Divina la pudiesen recibir todas las criaturas. Y
además, después de que Yo sufrí tantas muertes y quise morir
verdaderamente, ¿cuántos bienes no produjo mi Resurrección? Se puede
decir que con mi Resurrección resurgieron todos los bienes de mi
Redención, y con ella resurgieron todos los bienes a las criaturas y su misma
vida. Por eso sé atenta y déjame hacer."
Diciembre 14, 1928
Árbol de la Divina Voluntad. Acto único de Dios. Quien vive en Ella
forma el eco en todas las cosas creadas.
Estaba pensando en la publicación de los escritos de la Divina
Voluntad, y me sentía fastidiada por las tantas preguntas que hacen y decía
entre mí: "Sólo Jesús sabe mi martirio y cómo me siento torturada cuando
se hablaba de personas competentes que querían publicarlos, tanto, que
nadie podía llegar a calmar mi interno martirio y a hacerme decir Fiat, sólo
Jesús con su seductiva persuasión y con infundirme temor por el gran mal
que yo pudiese hacer si saliera mínimamente de la Divina Voluntad, podía
inducirme a decir Fiat, y ahora al verla ir tan lento recuerdo mis luchas
2109
internas, mi duro martirio por esta publicación, ¿en qué aprovechan las
tantas penas sufridas, quién sabe quién verá esta publicación? Tal vez Jesús
me contentará con hacérmela ver desde el Cielo." Pero mientras esto y otras
cosas pensaba, me he puesto a rezar, y ante mi mente veía un árbol cargado
de frutos que vertían Luz y a mi dulce Jesús crucificado en medio de este
árbol, y era tanta la Luz de estos frutos que Jesús quedaba eclipsado en ella.
Entonces yo he quedado maravillada y Jesús me ha dicho:
"Hija mía, este árbol que tú ves es el árbol de mi Divina Voluntad, y
como Ella es Sol, sus frutos se cambian en Luz que forman otros tantos
soles; el centro de su vida soy Yo y por eso estoy en medio de Él. Ahora,
estos frutos que tú ves son todas mis verdades que he manifestado sobre mi
Fiat Divino, y están todas en acto de parir su Luz en el seno de las
generaciones, y quien debería ocuparse y tener prisa y no lo hace, impide
que los frutos de este árbol formen sus partos de Luz y el gran bien de esta
Luz. Así que tú debes consolarte de tus torturas y martirios, porque entre tú
y Yo estamos en orden, ni Yo no habría tolerado ninguna sombra de
oposición a mi Voluntad en ti, habría sido mi más grande dolor, ni habría
podido decir: ‘La pequeña hija de mi Querer me ha hecho don de su querer
y Yo le he hecho don del mío.’ Mientras que este intercambio de voluntades
es una de las más grandes alegrías mías y tuyas, y si culpa hay, es de quien
descuida. Por eso no te quieras afligir ni fastidiarte por las preguntas que
hacen, Yo estaré en ti para suministrarte la luz y las palabras que se
necesitan, tú debes saber que esto es más interés mío que tuyo."
Después seguía pensando en el Fiat Divino, y mi dulce Jesús ha
agregado:
"Hija mía, en Nosotros, en nuestra Divinidad, basta un solo acto para
hacer todo, aquel acto es voluntad, pensamiento, palabra, obra y paso, así
que un solo acto nuestro es voz que habla, es mano que obra, es pie que
camina, y que envolviendo todo, si la criatura piensa, obra, habla y camina,
es la virtud de nuestro acto único que haciendo eco en cada acto de criatura,
comunica el bien del pensamiento, de la palabra y de todo lo demás, por eso
se puede decir que somos el portador de todas las criaturas y de todos sus
actos. ¡Oh, cómo nos sentimos ofendidos cuando nuestro porta voz,
pensamiento, obra y paso, no sólo no es hecho para Nosotros, sino para
ofendernos, las criaturas se sirven de nuestros mismos actos para formar las
armas para herirnos! ¡Ingratitud humana, cómo eres grande!
Ahora, quien hace y vive en nuestro Querer Divino se une a nuestro
acto único y formando un solo acto de voluntad con Nosotros, corre junto
con nuestro acto y junto con Nosotros se hace pensamiento, voz, obra y paso
2110
de todos, y ¡oh! cómo gozamos que nuestra virtud, invistiendo a la pequeñez
humana la hace junto con Nosotros portadora de todos los actos de las
criaturas, y ella se sirve de todos nuestros actos para formar armas, no para
herirnos sino para defendernos, para amarnos y para glorificarnos; así que la
llamamos nuestra guerrera que defiende nuestros derechos."
Después de esto estaba siguiendo al Fiat Divino en la Creación, sentía
que todo quería hacer mío, el sol para darle la gloria de la luz y del calor, el
mar para darle la gloria de aquel murmullo que jamás cesa, todo quería en
mi poder para poder decir: "Todo me has dado y todo te doy." Pero
mientras esto y otras cosas pensaba, mi amado Jesús moviéndose en mi
interior me ha dicho:
"Hija mía, cómo es bello el vivir en mi Querer, tu eco llega a todas
partes, donde se encuentra mi Voluntad Divina que está por doquier, allá
llega el tuyo, así que tu eco resuena en el sol, en el mar, en el viento, en el
aire, y penetrando hasta en el Cielo lleva a tu Creador su misma gloria, amor
y adoración; y mi Voluntad Divina no se siente sola en todas las cosas
creadas, tiene la compañía del eco de quien vive en mi Querer Divino, y se
siente dar todo el amor, la gloria que ha esparcido en toda la Creación."
Diciembre 16, 1928
Se habla de los nueve excesos de Jesús en la Encarnación.
Contentos de Jesús, su palabra es creación. Jesús ve
repetir sus escenas. Preludios de su reino.
Estaba haciendo la meditación, y como hoy comenzaba la novena al
niño Jesús, estaba pensando en los nueve excesos que Jesús con tanta ternura
me había narrado de su Encarnación, los cuales están escritos en el primer
volumen, y sentía una gran repugnancia de recordarlo al confesor, porque él
me había dicho al leerlos, que quería leerlos en público en nuestra capilla.
Mientras esto pensaba, mi niñito Jesús se hacía ver en mis brazos, pequeño,
pequeño, que acariciándome con sus pequeñas manitas me ha dicho:
"¡Cómo es bella mi pequeña hija, cómo es bella! ¡Cómo debo
agradecerte el que me hayas escuchado!"
Y yo: "Amor mío, ¿qué dices? Yo debo agradecerte a Ti el que me
hayas hablado, y que con tanto amor, haciéndome de maestro, me hayas
dado tantas lecciones que yo no merecía."
Y Jesús: "Ah hija mía, a cuántos quiero hablar y no me escuchan, me
reducen al silencio y sofocan mis llamas, así que debemos agradecernos
2111
mutuamente, tú a Mí y Yo a ti, y además, ¿por qué quieres oponerte a la
lectura de los nueve excesos? Ah, tú no sabes cuánta vida, cuánto amor y
gracia contienen, tú debes saber que mi palabra es creación, y que al narrarte
los nueve excesos de mi Amor en la Encarnación, Yo no sólo renovaba mi
Amor que tuve al encarnarme, sino que creaba nuevo amor para investir a
las criaturas y vencerlas para darse a Mí. Estos nueve excesos de mi Amor
que te he manifestado con tanto amor de ternura y simplicidad, formaban el
preludio a las tantas lecciones que debía darte acerca de mi Fiat Divino para
formar su reino, y ahora con leerlos, mi Amor viene renovado y duplicado,
¿no quieres tú entonces que mi Amor duplicándose desborde fuera e invista
otros corazones, a fin de que como preludio se dispongan a las lecciones de
mi Voluntad para hacerla conocer y reinar?"
Y yo: "Mi amado niño, creo que muchos han hablado acerca de tu
Encarnación."
Y Jesús: "Sí, sí han hablado, pero han sido palabras tomadas de la
ribera del mar de mi Amor, así que son palabras que no poseen ni ternura, ni
plenitud de vida. En cambio, aquellas pocas palabras que te he dicho, te las
he dicho desde dentro de la vida de la fuente de mi Amor, y contienen vida,
fuerza irresistible y ternuras tales, que sólo los muertos no sentirán moverse
a piedad de Mí, pequeño, pequeño, que tantas penas sufrí desde el seno de la
Mamá Celestial."
Después de esto el confesor leía en la capilla el primer exceso de amor
de Jesús en la Encarnación, y mi dulce Jesús desde dentro de mi interior
ponía atención para escuchar, y atrayéndome a Sí me ha dicho:
"Hija mía, cómo me siento feliz al escucharlos, pero mi felicidad se
acrecienta al tenerte en esta casa de mi Voluntad, porque los dos somos
oyentes, Yo de lo que te he dicho, y tú de lo que de Mí has escuchado, mi
Amor se inflama, bulle y desborda, ¡escucha, escucha cómo es bello! La
palabra contiene el aliento, y conforme se habla, la palabra lleva el aliento,
que como aire gira de boca en boca y comunica la fuerza de mi palabra
creadora y hace descender en los corazones la nueva creación que mi palabra
contiene. Escucha hija mía, en la Redención tuve el cortejo de mi apóstoles,
y Yo en medio a ellos era todo amor para instruirlos, no escatimaba fatiga
para formar los cimientos de mi Iglesia. Ahora, en esta casa siento el cortejo
de los primeros hijos de mi Querer y siento repetir mis escenas amorosas al
verte a ti en medio a ellos, que con todo amor quieres impartir las lecciones
sobre mi Fiat Divino para formar los cimientos del reino de mi Divina
Voluntad. Si tú supieras cómo me siento feliz al oírte hablar de mi Querer
Divino, espero con ansia que tomes la palabra para escucharte, para sentir la
felicidad que me trae mi Divina Voluntad."
2112
Diciembre 21, 1928
Mar de amor en los excesos de Jesús. Ejemplo del mar.
El Querer Divino, rayo de sol que lleva la Vida del Cielo.
La Divina Voluntad obrante. Felicidad de Jesús.
Continúa la novena de la santa Navidad y continuando a oír los nueve
excesos de la Encarnación, mi amado Jesús me ha atraído a Sí y me hacía
ver que cada exceso de su Amor era un mar sin confines, y en este mar se
levantaban olas altísimas en las cuales se veían correr todas las almas
devoradas por estas llamas, como los peces se deslizan en las aguas del mar.
Y así como las aguas del mar forman la vida de los peces, la guía, la defensa,
el alimento, el lecho, el palacio de estos peces, tanto que si salen del mar
pueden decir: Nuestra vida ha terminado porque hemos salido de nuestra
heredad, de la patria que nos dio nuestro Creador, así estas olas altísimas de
llamas que salían de estos mares de fuego, con el devorar a estas criaturas
querían ser la vida, la guía, la defensa, el alimento, el lecho, el palacio, la
patria de las criaturas, y si salen de este mar de amor encuentran la muerte
de un solo golpe, y el pequeño niño Jesús llora, gime, pide, grita y suspira
porque no quiere que ninguno salga de estas sus llamas devoradoras, porque
no quiere ver morir a ninguno. ¡Oh, si el mar tuviera razón, más que una
tierna madre lloraría por sus peces que le arrancan del mar, porque se siente
arrancar una vida que posee y conserva con tanto amor, y con sus olas se
arrojaría contra quien osara arrancarle las tantas vidas que posee, que forman
su riqueza, su gloria.
"Y si no llora el mar, lloro Yo," dice Jesús, "al ver que mientras mi
Amor ha devorado a todas las criaturas, ellas, ingratas, no quieren hacer vida
en mi mar de Amor, sino que separándose por la fuerza de mis llamas se
exilian de mi patria y pierden el palacio, la guía, la defensa, el alimento, el
lecho y aun la vida, ¿cómo no debo llorar? Han salido y han sido creadas
por Mí y devoradas por mis llamas de amor que tuve al encarnarme por
amor de todas las criaturas. Conforme oigo narrar los nueve excesos, el mar
de mi Amor se hincha, bulle y formando olas altísimas alborota tanto, que
quisiera ensordecer a todos, a fin de que nada más pudiesen oír que mis
gemidos de amor, mis gritos de dolor, mis sollozos repetidos que dicen: No
me hagas llorar más, démonos el beso de paz, amémonos y seremos todos
felices, el Creador y la criatura."
2113
Jesús ha hecho silencio y en ese momento veía el Cielo abierto y un
rayo de Sol descender de lo alto, que fijándose sobre mí iluminaba a cuantos
estaban a mi alrededor. Y mi siempre amable Jesús ha vuelto a decir:
"Hija de mi Querer, este rayo de Sol que se ha fijado sobre de ti es mi
Divina Voluntad que te lleva la Vida del Cielo a tu alma. Cómo es bello este
rayo de Sol que no sólo te ilumina a ti y te lleva su Vida, sino que cualquiera
que se te acerca y se queda a tu alrededor siente la Vida de la Luz, porque
ella como sol se ensancha alrededor y da a aquellos que te circundan el
ardiente beso de luz, su respiro, su vida, y Yo me siento feliz dentro de ti, al
ver que mi Divina Voluntad se difunde y comienza a recorrer su camino.
Mira, los mares de amor que tú has visto no son otra cosa que mi Voluntad
obrante, cuando mi Voluntad quiere obrar, los mares de mi Amor se
hinchan, bullen, forman sus olas altísimas que lloran, gimen, gritan, ruegan,
ensordecen; en cambio cuando mi Fiat no quiere obrar, el mar de mi Amor
está calmado, sólo murmura tranquilamente, es continuo su curso de alegríay de felicidad inseparable de Él. Por eso tú no puedes comprender la alegría
que experimento, la felicidad que siento y el interés que tomo de iluminar,
de poner mi misma palabra, mi mismo corazón en quien se ocupa en hacer
conocer mi Divina Voluntad, es tanto mi interés, que lo arrollo en Mí, y
desbordando Yo fuera de él, tomo Yo la palabra y hablo Yo mismo de mi
Voluntad obrante en mi Amor. ¿Crees tú que sea tu confesor quien habla en
estas tardes que está hablando al publico sobre los nueve excesos de mi
Amor? Soy Yo que tomo su corazón entre mis manos y lo hago hablar."
Pero mientras esto decía se daba la bendición, y Jesús ha agregado:
"Hija, te bendigo, todo es felicidad para Mí cuando se trata de hacer
un acto mío sobre quien posee mi Divina Voluntad, porque si te bendigo, mi
bendición encuentra el lugar donde poner los bienes y los efectos que
contiene mi bendición; si te amo, mi Amor encuentra en mi Fiat en ti el
lugar donde desarrollar su Vida de amor; por eso cada cosa que hago sobre
ti, en ti y contigo, es una felicidad que siento, porque sé que mi Divina
Voluntad tiene lugar para todo lo que te quiero dar y virtud de multiplicar
los bienes que te doy, porque Ella es nuestra representante y se ocupa de
formar tantas Vidas por cuantos actos hacemos con la criatura donde Ella
reina."
Después de esto estaba haciendo mi giro en el Fiat Divino, y volvía a
recorrer los primeros tiempos de la Creación, para unirme a los actos hechos
por nuestro padre Adán en el estado de inocencia, para unirme con él y
seguir donde él dejó. Y mi amado Jesús moviéndose en mi interior me ha
dicho:
2114
"Hija mía, al crear al hombre di un universo visible donde debía
moverse, ver las obras de su Creador hechas con tanto orden y armonía,
hechas por amor suyo, y en este vacío hacer también sus obras. Y así como
le di un vacío visible, así le di un vacío invisible, más bello aún para su
alma, donde el hombre debía formar sus obras santas, su sol, su cielo, sus
estrellas, y haciendo eco a su Creador debía llenar este vacío con todas sus
obras. Pero en cuanto el hombre descendió de mi Divina Voluntad para
vivir en la suya, perdió el eco de su Creador y el modelo para poder copiar
nuestras obras. Así que se puede decir que no hay otra cosa en este vacío,
que los primeros pasos del hombre, todo el resto está vacío, no obstante debe
ser llenado y por eso espero con tanto amor a quien vive y debe vivir en mi
Querer, porque sintiendo la potencia de nuestro eco, y teniendo presente
nuestros modelos, se apresurarán a llenar este vacío invisible que con tanto
amor di en la Creación. ¿Pero sabes tú cuál es este vacío? Nuestra
Voluntad. Así como di un cielo, un sol a la naturaleza, así di el Cielo, el Sol
de mi Fiat al alma. Y cuando te veo poner tus pasos junto a los pasos de
Adán inocente digo: ‘He aquí que finalmente el vacío de mi Divina
Voluntad comienza a recibir las primeras conquistas y las primeras obras de
la criatura.’ Por eso sé atenta y sigue siempre tu vuelo en mi Querer
Divino."
Diciembre 25, 1928
La fiesta que prepara la pequeña hija al niño Jesús, cómo
lo vuelve feliz. Adán, primer sol. Ejemplo del artífice.
Estaba pensando en el nacimiento del niño Jesús y le pedía que viniera
a nacer en mi pobre alma. Y para cantarle himnos de alabanza y hacerle
cortejo en el acto de su nacimiento, me fundía en el Santo Querer Divino, y
girando en todas las cosas creadas quería animar el cielo, el sol, las estrellas,
el mar, la tierra, y todo, con mi "te amo", quería poner a todas las cosas
creadas como expectantes en el momento de nacer Jesús, a fin de que todas
le dijeran "te amo, y queremos el reino de tu Querer sobre la tierra." Ahora,
mientras esto hacía, me parecía que todas las cosas creadas se ponían atentas
en el momento de nacer Jesús, y en cuanto el amado niño salía del seno de
su Mamá Celestial, el cielo, el sol y hasta el pequeño pajarito, todos en coro
decían: "Te amo y queremos el reino de tu Voluntad sobre la tierra." Mi te
amo en el Querer Divino corría en todas las cosas en las cuales la Divina
Voluntad tenía su vida, y por eso todas alababan el nacimiento de su
2115
Creador, y yo veía al niño recién nacido, que arrojándose en mis brazos,
tembloroso me ha dicho:
"Qué bella fiesta me ha preparado la pequeña hija de mi Querer, cómo
es bello el coro de todas las cosas creadas que me dicen te amo, y quieren
que reine mi Voluntad; quien vive en Ella todo puede darme y puede usar
todas las estratagemas para volverme feliz y hacerme sonreír aun en medio
de las lágrimas, por eso Yo estaba esperándote para tener una sorpresa tuya
de amor en virtud de mi Querer Divino. Tú debes saber que mi Vida sobre
la tierra no fue otra cosa que sufrir, obrar y preparar todo lo que debía servir
para el reino de mi Divina Voluntad, que debe ser reino de felicidad y de
posesión, por eso mis trabajos entonces tendrán sus plenos frutos y se
cambiarán para Mí y para las criaturas en dulzuras, en alegrías y en
posesión."
Mientras esto decía ha desaparecido, pero después de poco tiempo ha
regresado dentro de una cunita de oro, vestido con una pequeña vestidura de
luz y ha agregado:
"Hija mía, hoy es mi nacimiento y he venido para hacerte feliz con mi
presencia, me sería demasiado duro no hacer feliz en este día a quien vive en
mi Divina Voluntad, no darle mi primer beso y decirte te amo como
correspondencia del tuyo, y estrechándote fuertemente a mi pequeño
corazón, hacerte sentir mis latidos que hacen salir fuego que quisiera quemar
todo lo que no pertenece a mi Voluntad, y tu latido haciendo eco en el mío
me repite tu querido estribillo: ‘Tu Voluntad reine como en el Cielo así en
la tierra.’ Repítelo siempre si me quieres hacer feliz y tranquilizar mi llanto
infantil. Mira, tu amor me ha preparado la cuna de oro, y los actos en mi
Divina Voluntad me han preparado la vestidura de luz, ¿no estás contenta?"
Después de esto seguía mis actos en el Fiat Divino, me ponía en el
edén, en los primeros actos de la creación del hombre, y mi dulce Jesús
moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, Adán, primer sol humano, investido por nuestro Querer, sus
actos eran más que rayos de sol, que alargándose y ensanchándose debían
investir a toda la familia humana, en los cuales se debían ver a todos en uno,
como palpitantes en estos rayos, concentrados todos en el centro de este
primer sol humano, los cuales, todos debían tener virtud de formar su sol sin
salir del vinculo del primer sol, porque teniendo principio la vida de cada
uno de este sol, cada uno podía ser sol por sí mismo. Cómo fue bella la
creación del hombre, ¡oh, cómo superó al universo entero, el vinculo, la
unión de uno en tantos era el más grande prodigio de nuestra Omnipotencia,
que nuestra Voluntad, una en sí debía mantener la inseparabilidad de todos,
la vida comunicativa y unitiva de todos. Símbolo e imagen de nuestra
2116
Divinidad, que somos inseparables, y que si bien somos Tres Divinas
Personas, somos siempre uno, porque una es la Voluntad, una es la Santidad,
una es nuestra Potencia, por eso siempre es visto el hombre, por Nosotros,
como si fuera uno solo, a pesar de que debía tener su generación grandísima,
pero siempre concentrada en el uno, era el Amor increado que venía creado
por Nosotros en el hombre y por eso debía dar de Nosotros y semejarse a
Nosotros, y nuestra Voluntad única, obrante en Nosotros, debía obrar única
en el hombre, para formar la unidad de todos y el vinculo inseparable de
cada uno. Por eso el hombre con sustraerse de nuestro Fiat Divino se
deformó y desordenó, y no sintió más la fuerza de la unidad e
inseparabilidad, ni con su Creador ni con todas las generaciones, se sintió
como un cuerpo dividido y despedazado en sus miembros, el cual no posee
más toda la fuerza de su cuerpo entero. He aquí por qué mi Divina Voluntad
quiere entrar de nuevo como acto primero en la criatura, para reunir los
miembros separados y darles la unidad y la inseparabilidad como cuando
salió de nuestras manos creadoras, Nosotros nos encontramos en la
condición de un artífice que ha hecho su bella estatua que hace quedar
admirados al Cielo y a la tierra; el escultor ama tanto esta estatua, que ha
puesto su vida dentro de ella, así que cada acto o movimiento que ella hace,
el escultor siente en sí la vida, el acto, el movimiento de su bella estatua. El
escultor la ama con amor de delirio, no sabe separar su mirada de ella, pero
en tanto amor, la estatua recibe un encuentro, choca y queda despedazada en
los miembros y en la parte vital que la tenía vinculada y unida con el
escultor. ¿Cuál no será su dolor, y qué no hará aquél para rehacer a su bella
estatua? Mucho más que él la ama aún, y al amor delirante se ha agregado el
amor doloroso. Tal se encuentra la Divinidad con respecto al hombre, es
nuestro delirio de amor y de dolor porque queremos rehacer la bella estatua
del hombre, y como el choque sucedió en la parte vital de nuestra Voluntad,
que él poseía, restablecida Ella en él, la bella estatua será rehecha y nuestro
amor quedará satisfecho. Por eso no quiero otra cosa de ti, sino que mi
Divina Voluntad tenga su vida."
Después ha agregado con un acento más tierno:
"Hija mía, en las cosas creadas la Divinidad no creaba el amor, sino
las sombra de su luz, de su potencia, de su belleza, etc., así que se puede
decir que al crear el cielo, las estrellas, el sol, el viento, el mar, la tierra, eran
nuestras obras que poníamos fuera y las florituras de nuestras bellas
cualidades. Sólo para el hombre este prodigio grandísimo de crear la vida, y
la vida de nuestro mismo Amor, y por eso está dicho que fue creado a
nuestra imagen y semejanza. Por eso lo amamos tanto, porque es vida y
obra que ha salido de Nosotros, y la vida cuesta más que todo."
2117
Diciembre 29, 1928
Cielos y soles mudos, cielos y soles hablantes. Cómo continúa
la creación. Cómo el Cielo no será más extraño a la tierra.
Estaba siguiendo al Fiat Divino en la Creación para hacer compañía a
sus actos, y mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, mira cómo es bella la Creación, qué orden, qué armonía
contiene, pero a pesar de su belleza, los cielos, las estrellas, el sol, todos son
mudos, no tienen virtud de decir ni siquiera una palabra. En cambio los
cielos, las estrellas, el sol, el viento imperante de mi Divina Voluntad, son
todos hablantes y tienen una elocuencia tal, que nadie puede igualar; el
ángel, el santo, el docto, delante a los cielos de mi Voluntad hablante quedan
mudos y se sienten ignorantes. Pero, ¿por qué estos cielos y soles son
hablantes? Porque contienen la vida. ¿Pero sabes tú cuáles son estos cielos
y soles hablantes? Son los conocimientos que te he manifestado acerca de
mi Divina Voluntad. Ella no sólo es vida, sino que es la fuente, el origen y
la vida de todas las vidas, por eso los cielos de sus conocimientos no podían
ser mudos; así que cada conocimiento sobre mi Fiat Divino es un cielo, un
sol, es un viento distinto el uno del otro, que teniendo la virtud hablante y
poseyendo la Vida Divina, tienen virtud de producir nuevos cielos y soles
más bellos, y vientos más impetuosos, para investir los corazones y con su
dulce gemido, imperante, conquistarlos. Mira entonces hija mía cómo mi
Amor ha superado el amor que tuvimos en la Creación, al manifestarte
tantos conocimientos sobre mi Divina Voluntad, porque en la Creación un
solo cielo, un sol, etc., bastó a nuestro Amor, porque queríamos desahogar
todo el ímpetu de nuestro amor sobre el hombre hablante, y en él queríamos
crear los cielos, los soles hablantes en el fondo de su alma, pero con
sustraerse de nuestro Querer Divino puso un límite a nuestro Amor, y los
cielos hablantes no tuvieron más vida en él, pero nuestro amor no dijo basta,
a lo más hizo una pausa y esperó, pero no pudiendo contenerse más, retomó
su creación de los cielos y soles hablantes en la pequeña hija de mi Querer
Divino. Míralos en el fondo de tu alma, todos mis conocimientos sobre mi
Fiat, todos en orden y armonía y, quién es cielo y habla, y forma otro cielo;
quién es sol y habla, y mientras se hace luz y calienta forma otro sol; quién
es mar y forma sus ola hablantes, y mientras habla forma otro mar para
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investir con sus olas hablantes a todo el mundo, y con su palabra creadora
imponerse para hacerse escuchar, para llevar a todos el nuevo mar de paz y
de alegría de mi Voluntad; quién es viento, y ahora con su imperio habla
para derribar por tierra a los corazones más duros, y ahora habla con sus
caricias para no infundir temores, ahora habla con gemidos amorosos para
hacerse amar, y mientras habla forma otros vientos y su palabra corre para
hacer conocer la Vida, la Potencia de mi Divino Querer; en suma, todos mis
conocimientos sobre Él son una nueva creación más bella, más variada que
la misma Creación, y mucho más bella porque es hablante, y su palabra es la
Vida de mi Divina Voluntad que lleva a la criatura. Por eso me siento feliz
en tu alma, porque estoy en medio de mis cielos, estrellas y soles hablantes,
pero mi felicidad se duplica cuando haces el sacrificio de escribir, porque
veo que estos cielos hablantes saldrán fuera y su palabra formará nuevos
cielos que llevarán la Vida de mi Fiat Divino en medio a las criaturas.
Entonces el Cielo no será más extraño a la tierra, porque estos soles
hablantes formarán la nueva familia celestial sobre la tierra, y su palabra
pondrá en comunicación al Creador y a la criatura, los vientos de estos
conocimientos pondrán en común las alegrías secretas de la Santísima
Trinidad, y volviéndose propietaria de la Santidad y Felicidad divinas, todos
los males desaparecerán, y Yo tendré la alegría de ver a la criatura feliz,
como salió de nuestras manos creadoras."
Enero 1, 1929
Las verdades acerca de la Divina Voluntad formarán la época
más bella de todos los siglos. Regalo que quiere Jesús por año
nuevo. Efectos de la circuncisión. Decisión por parte de Dios,
espera la decisión por parte de las criaturas.
Estaba pensando qué cosa podía ofrecer al niño Jesús como regalo de
año nuevo, y pensaba que quizá sería bueno darle de nuevo mi voluntad
como un pequeño taburete para sus piecitos, o bien como entretenimiento en
sus pequeñas manitas. Pero mientras esto pensaba, mi pequeño Jesús se
hacía ver en mi interior diciéndome:
"Hija mía, tu voluntad ya es mía, tú ya no eres dueña de ella
habiéndomela dado tantas veces, y Yo la tengo ahora como escabel, ahora
como entretenimiento en mis manitas, ahora la encierro en mi corazón como
la más bella conquista y como alegría secreta que me alivia mis tantas penas.
¿Quieres saber qué quisiera como regalo en este día? Todos tus actos que
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has hecho en este año en mi Divina Voluntad, estos actos serán tantos soles
que me pondrás a mi alrededor, y Yo, ¡oh! cómo estaré contento al ver que
la pequeña hija de mi Querer Divino me ha dado por regalo los tantos soles
de sus actos, y Yo por correspondencia te daré la gracia de duplicar estos
soles de tus actos hechos en mi Querer, para darte la oportunidad de
poderme ofrecer un regalo más bello y más rico."
Después ha agregado: "Hija mía, cada manifestación que te he hecho
sobre mi Divina Volunta, es como una página de tu vida, y si tú supieras
cuántos bienes encierran estas páginas, cada una de ellas es una corriente
entre el Cielo y la tierra, es un sol de más que resplandecerá sobre la cabeza
de todos, estas páginas serán portavoces de la patria celestial, son pasos que
hace mi Querer Divino para acercarse a las criaturas, por eso estas mis
manifestaciones sobre mi Querer, como páginas de vida, formarán una época
para las futuras generaciones, en las cuales leerán el reino de mi Fiat, los
tantos pasos que ha hecho para venir en medio de ellas, y los nuevos
derechos que les cedía para hacerlos reentrar en su reino. Mis
manifestaciones son decretos, y sólo me muevo a manifestar un
conocimiento cuando quiero dar aquel bien que manifiesto. Por eso todo lo
que te he dicho acerca de mi Divina Voluntad, son capitales divinos que he
puesto fuera, así que serán las páginas más bellas de tu vida, que encerrarán
la larga historia de mi Voluntad, y entrelazando la historia del mundo,
formarán la época más bella de todos los siglos."
Después de esto estaba pensando en el dolor acerbo que sufrió el
niñito Jesús en la circuncisión, apenas ocho días de nacido y se somete a un
corte tan doloroso, y Jesús moviéndose en mi interior ha agregado:
"Hija mía, en la primera época de su vida, Adán, pecando, hizo una
herida a su alma, por donde salió mi Divina Voluntad y por donde entraron
las tinieblas, las miserias, las debilidades, que formaron la polilla a todos los
bienes del hombre. Así que si bienes tiene sin mi Divina Voluntad, si acaso
los tiene, son bienes apolillados, podridos, sin sustancia, por tanto sin fuerza
y sin valor. Y Yo que lo amo tanto, en los primeros días de mi vida acá
abajo quise someterme a la circuncisión, sufriendo un corte durísimo, que
me arrancó mis lágrimas infantiles, y en esta herida Yo abría las puertas a la
voluntad humana, para hacerlas reentrar de nuevo en la mía, a fin de que esta
mi herida sanase la herida de la voluntad humana y encerrara de nuevo mi
Fiat Divino en ella, el cual le habría quitado la polilla, las miserias, las
debilidades, las tinieblas; y en virtud de mi Fiat Omnipotente todos sus
bienes quedarían rehechos y restablecidos. Hija, desde que fui concebido y
desde los primeros días de mi nacimiento, Yo me ocupaba del reino de mi
Divina Voluntad, y en cómo ponerlo a salvo en medio a las criaturas; mis
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suspiros, mis lágrimas, mis sollozos repetidos, mis penas, todo era dirigido a
restablecer el reino de mi Fiat sobre la tierra, porque sabía que por cuantos
bienes le hubiera dado, el hombre no habría sido jamás feliz, ni poseído
plenitud de bienes y de santidad, ni con la divisa de su creación que lo
constituye rey y dominador, sino que es siempre el hombre siervo, débil,
miserable. En cambio con mi Voluntad y con hacerla reinar en medio a
ellos, le habría dado en un solo golpe de fortuna todos los bienes, su morada
real y su dominio perdido. Han pasado cerca de veinte siglos y no he
cesado, mis suspiros duran aún, y si tantos conocimientos de mi Divina
Voluntad te he manifestado, no son otra cosa que mis lágrimas hablantes y
los caracteres imborrables de mis penas y suspiros, que formando palabras
se manifiestan a ti, para hacerte poner sobre el papel, con los modos más
tiernos y convincentes lo que respecta a mi Querer Divino y cómo quiere
reinar como en el Cielo así en la tierra. Así que nuestra parte divina ha
decidido con decretos incancelables e imborrables, que nuestra Divina
Voluntad venga a reinar sobre la tierra, y no hay quien nos aparte, y como
señal de esto hemos enviado del Cielo el ejército de sus conocimientos, si
esto no fuera, no valdría la pena poner en riesgo los tantos valores de una
Voluntad Divina, y así como por tantos siglos han estado escondidos al
hombre, así podrían continuar. Ahora esperamos la parte de las criaturas,
que tardan aún en decidirse, especialmente aquellos que difieren el ocuparse
en hacer conocer los secretos de mi Querer Divino y el gran bien de sus
conocimientos. Voluntad humana, cómo me eres ingrata, espero tu decisión
para darnos el beso y darte el reino que te he preparado, ¿y tú difieres aún?
Hija mía, ruega y por parte tuya no pongas ningún obstáculo a un bien tan
grande, que será el desahogo más grande de nuestro Amor."
Enero 6, 1929
Multitud de gente que no ha llegado a debida estatura porque
está fuera de la heredad del Fiat Divino. Donde está el Fiat
Divino está la fuerza comunicativa de los bienes divinos.
Continúo mi habitual estado en el Fiat Divino, y mientras seguía sus
actos veía una multitud de gente, toda de baja estatura, mal nutridos,
enfermizos, raquíticos y algunos llagados; en esta multitud no había ni
frescura infantil, ni belleza de edad juvenil, ni dignidad de hombre maduro,
parecía una revoltijo de gente sin régimen, sin alimentos suficientes,
hambrientos, y que si comían no se saciaban jamás, ¡cuánta compasión
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despertaba esta gran muchedumbre, que parecía que fuese todo el mundo!
Yo no sabía quienes eran, ni el significado de su naturaleza por la que
ninguno había alcanzado su debida estatura, y mi amado Jesús suspirando ha
salido de dentro de mi interior y me ha dicho:
"Hija mía, qué infeliz muchedumbre, no son otra cosa que la turba que
se salió de la heredad paterna, dada a ellos por su celestial Padre. Pobres
hijos sin herencia paterna, no tienen tierras donde estar al seguro, no tienen
alimentos suficientes para nutrirse y están obligados a vivir de robos, rapiña,
y de alimentos sin sustancia, y por eso les resulta muy difícil el crecer a
debida estatura, porque sus miembros no tienen fuerza suficiente para
desarrollarse, y por eso están raquíticos, enfermos, hambrientos, sin saciarse
jamás, todo lo que toman no se adapta a su crecimiento porque no son
alimentos adecuados y establecidos para ellos, ni de su herencia. Hija mía,
la herencia dada por mi Celestial Padre a esta muchedumbre era mi Divina
Voluntad, en Ella debían encontrar alimento para crecer a debida estatura,
aire balsámico para volverlos sanos y fuertes, el cual debía pintar sobre sus
rostros la frescura infantil, la belleza juvenil y la dignidad y gracia del
hombre maduro, no había bien que esta herencia no poseyera, del cual el
hombre debía ser el dueño, tener a su disposición todos los bienes que
quisiera, en el alma y en el cuerpo. Por eso, en cuanto el hombre salió de la
heredad de mi Divina Voluntad, no encontró más las cosas a su disposición,
no fue más dueño, sino siervo y está obligado a vivir con penurias y
privaciones, ¿así que cómo puede crecer a debida estatura? He aquí el por
qué espero con tanto amor la muchedumbre de quienes deben vivir en
nuestra heredad del Fiat Divino. Nuestra Voluntad nos formará la bella
turba de gente de justa estatura, bella y fresca, que será nutrida con
alimentos sustanciosos que los volverán fuertes y desarrollados y formarán
toda la gloria de nuestra obra creadora. Nuestro dolor es grande al mirar a
esta turba infeliz y deformada, y en nuestro dolor repetimos: ‘¡Ah, nuestra
obra no salió de nuestras manos creadoras enferma, sin belleza y sin
frescura, sino que era un amor el sólo mirarla, nos extasiaba, tan bella era!’
Pero mientras decimos esto, nuestro Amor se inflama, quiere salir fuera y
quiere poner en camino a nuestro Querer Divino para hacerlo reinar en
medio a las criaturas, para restablecer bella y graciosa nuestra obra, como
salió de nuestras manos creadoras."
Después seguía pensando en el Fiat Supremo, y ¡oh! cuántas cosas
comprendía de Él, me parecía verlo todo majestad, todo luz, haciendo salir
felicidad, fortaleza, santidad, amor, y estos desahogos formaban mares
interminables que querían verterse sobre las criaturas, pero, ¡ay de mí! éstas
no pensaban en recibirlos, y estos mares quedaban suspendidos sobre su
2122
cabeza. Pero mientras mi mente se encontraba inmersa en el Fiat Divino, mi
dulce Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, donde está mi Querer Divino está la Fuerza comunicativa
de todos los bienes divinos, y como olas impetuosas corren sobre la criatura
que lo posee nuestros desahogos de felicidad, de luz, de fuerza, etc., y tiene
virtud de cambiar naturaleza a las cosas más duras, más dolorosas, más
amargas; donde está mi Fiat Divino las cosas más duras se hacen
blandísimas, los dolores se cambian en alegrías, las amarguras en dulzuras,
la tierra se hace Cielo, los sacrificios conquistas. Tu ejemplo es más que
suficiente para convencerte de lo que te digo, mira, si no estuviese en ti mi
Querer, inmovilizada como estás por tan largos años dentro de una cama, sin
ver y gozar ni sol, ni aire, ni placeres de tierra, es más, puedes decir que no
los conoces, habrías sido la criatura más infeliz, ¡oh! cómo te habría sido
duro y amargo tu estado, en cambio mi Fiat Divino, poseyendo la fuente de
la felicidad, desbordándose sobre de ti y corriendo hasta en la médula de tus
huesos te comunica su Felicidad, y con su Fuerza te adormece todos los
males y te vuelve feliz, y si tú supieras cómo estoy contento al verte feliz,
pero sobre todo verte feliz no en un estado de placer, de diversión, sino
confinada dentro de una cama, esto me extasía, me hace llegar a un delirio
de amor, me atrae mucho a ti, y en mi delirio de amor te digo: ‘¡Oh prodigio
de mi Fiat Divino, que vuelve feliz a mi hija en un estado en que el mundo
habría gritado infelicidad, desventura, y tal vez que jamás se ha visto y
menos entendido. En cambio con mi Querer Divino es la más feliz de las
criaturas, la más pacífica, la dominadora de sí misma, porque dentro de ella
corre la vena de la felicidad de mi Fiat, que sabe convertir todas las cosas en
gozos y felicidad sin fin.’ Hija mía, mi único contento es ver feliz a la
criatura, y como lo que la vuelve infeliz es el querer humano, quitado éste,
todas las infelicidades terminan, no tienen más razón de existir, pero lo que
hace morir todas las infelicidades humanas es sólo mi Voluntad, delante a
Ella todos los males se sienten morir; Ella es como el sol que surge en la
mañana, que tiene virtud de poner en fuga las tinieblas de la noche, las
tinieblas delante de la luz mueren, no tienen más derecho de existir. Así es
de mi Divina Voluntad."
Enero 13, 1929
Los profetas. Cómo el reino de la Redención y el del Fiat se dan
la mano. Necesidad de que se conozca lo que respecta
al reino de la Divina Voluntad.
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Estaba siguiendo mi giro en los actos del Fiat Divino, y habiendo
llegado al punto de acompañar a los profetas cuando el Querer Divino
manifestaba a ellos el cómo y el cuando de la venida del futuro Redentor, y
ellos lo suspiraban con lágrimas, oraciones y penitencias, yo, haciendo mío
todo lo que ellos hacían, siendo todo esto frutos del eterno Fiat Divino, lo
ofrecía para pedir su reino sobre la tierra. Pero mientras esto hacía, mi dulce
Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, cuando un bien es universal y debe y puede llevar bien a
todos, es necesario que pueblos enteros, y si no en todos, en gran parte,
sepan el bien que deben recibir, y con las oraciones, suspiros, deseos y obras
impetren un bien tan grande, de manera que el bien que quieren quede
concebido primero en las mentes, en los suspiros, en los deseos, en las obras
y hasta en los corazones, y después les viene dado en realidad el bien que
suspiraban. Cuando un bien que se debe recibir es universal, se requiere la
fuerza del pueblo para conseguirlo, en cambio cuando es individual o local,
puede bastar uno para obtener el intento. Así que antes de venir sobre la
tierra y quedar concebido en el seno de la Soberana del Cielo, puedo decir
que fui concebido en las mentes de los profetas, y Yo confirmaba y daba
valor a esta especie de concepción en ellos, con mis manifestaciones del
cuándo y del cómo debía venir sobre la tierra para redimir al género
humano. Y los profetas, fieles ejecutores de mis manifestaciones, hacían de
heraldos, manifestando con sus palabras a los pueblos lo que Yo había
manifestado de mi venida a la tierra y concibiéndome en las palabras de
ellos hacían volar de boca en boca la noticia de que el Verbo quería venir a
la tierra; con esto no sólo quedaba concebido en la palabra de los profetas,
sino que quedaba concebido en la palabra del pueblo, de modo que todos
hablaban de ello y rogaban, suspiraban al futuro Redentor, y cuando fue
difundida en los pueblos la noticia de mi venida sobre la tierra, y un pueblo
casi entero, a cuya cabeza estaban los profetas, rogaba, suspiraba con
lágrimas y penitencias quedando en la voluntad de ellos como concebido,
entonces hice venir a la vida a la Reina en la cual debía concebirme en
realidad, para hacer el ingreso en un pueblo que desde hacía cuarenta siglos
me suspiraba y me deseaba. Qué delito no habrían cometido los profetas si
hubiesen ocultado, escondido en ellos mismos mis manifestaciones sobre mi
venida, habrían impedido mi concepción en las mentes, en las oraciones,
palabras y obras del pueblo, condición necesaria para que Dios pudiera
conceder un bien universal, como era mi venida a la tierra.
Ahora hija mía, el reino de la Redención y el reino de mi Fiat Divino
se dan la mano, y siendo también éste un bien universal, que queriendo,
todos pueden entrar en él, es necesario que su noticia la sepan muchos y
2124
quede concebido en las mentes, en las palabras, en las obras y corazones de
muchos, a fin de que se dispongan con las oraciones, con los deseos y con
una vida más santa, a recibir el reino de mi Divina Voluntad en medio de
ellos; si la noticia no se divulga, mis manifestaciones no hacen de heraldos,
ni vuelan de boca en boca los conocimientos sobre mi Fiat Divino que
formarán la concepción de Él en las mentes, oraciones, suspiros y deseos de
las criaturas, mi Querer Divino no hará el ingreso triunfal de venir a reinar
sobre la tierra. Cómo es necesario que los conocimientos sobre mi Fiat se
conozcan, y no sólo eso, sino que se haga conocer que mi Divina Voluntad
ya quiere venir a reinar como en el Cielo así en la tierra en medio a las
criaturas; y a los sacerdotes, como nuevos profetas les toca el trabajo, y con
la palabra, con lo escrito y con las obras, hacer de heraldos para hacer
conocer lo que concierne a mi Fiat Divino. No será menor su delito que el
de los profetas si éstos hubiesen escondido mi Redención. Con no ocuparse
por cuanto puedan de lo que respecta a mi Divina Voluntad, ellos serán la
causa de que un bien tan grande no sea conocido ni recibido por las
criaturas, y sofocar el reino de mi Divina Voluntad, tener suspendido un bien
tan grande que no hay otro similar a él, ¿no es tal vez un delito? Por eso te
recomiendo, por parte tuya, no omitir nada y ruega por aquellos que se
deben ocupar en hacer conocer tanto bien."
Después ha agregado con un acento más tierno y afligido: "Hija mía,
ésta era la finalidad por la cual permitía la necesidad de la venida del
sacerdote, a fin de que tú pusieras en ellos como sagrado depósito todas las
verdades que te he dicho acerca de mi Fiat Divino, y ellos fuesen atentos y
ejecutores fieles de lo que Yo quiero, esto es, que hagan conocer el reino de
mi Divina Voluntad, puedes estar segura que no habría permitido su venida
si no fuese por cumplir mis grandes designios sobre la familia humana. Y
así como en el reino de la Redención dejé a mi Mamá Reina en medio de los
apóstoles, a fin de que junto con Ella, ayudados y guiados por Ella pudiesen
dar el principio al reino de la Redención; y porque la Soberana Celestial
sabía de él más que todos los apóstoles, era la más interesada, se puede decir
que lo tenía formado en su materno corazón, así que podía muy bien instruir
a los apóstoles en las dudas, en el modo, en las circunstancias, era el
verdadero sol en medio de ellos, bastaba una palabra suya para hacer que
mis apóstoles se sintieran fuertes, iluminados y reafirmados. Así para el
reino de mi Fiat Divino, habiendo puesto en ti el depósito de él, te tengo aún
en el exilio a fin de que como nueva madre, pudiesen los sacerdotes tomar
de ti lo que puede servir de luz, de guía, de ayuda, para dar principio a hacer
conocer el reino de mi Divina Voluntad. Pero viendo el poco interés, si
supieras cuánto sufro, por eso reza, reza."
2125
Enero 20, 1929
La Creación es un ejército divino.
Donde está el Divino Querer hay vida perenne.
Mi abandono en el Fiat Divino continúa, y siguiendo sus actos que
hizo en toda la Creación, quería dar la gloria a mi Creador que cada cosa
creada contenía, porque a pesar de que cada cosa creada es gloriosa, noble,
santa, de origen divino porque es formada por el Fiat creador, pero cada cosa
posee una propiedad distinta la una de la otra, de modo que cada una da su
gloria a Aquél que la ha creado. Entonces, mientras mi pequeña y pobre
inteligencia se perdía en la Creación, mi dulce Jesús moviéndose en mi
interior me ha dicho:
"Hija mía, cada cosa creada tiene su oficio especial, según como Dios
las ha creado, y todas me son fieles en el oficio que cada una posee,
dándome gloria continua y distinta la una de la otra; la Creación es mi
ejército divino, unida e inseparable mientras son distintas, y todas corren sin
detenerse jamás con el único fin de glorificar a su Creador. Es como un
ejército: quién la hace de general, quién de capitán, quién de oficial, y quién
de pequeño soldado, todos atentos a servir al rey, cada uno en su puesto, en
perfecta ordenanza y fieles al ejercicio de cada oficio. Poseyendo cada cosa
creada un acto de mi Voluntad Divina, esto le basta para mantenerse en su
puesto en orden perfecto, siempre bellas y siempre nuevas y en acto de
glorificar a Aquél que las creó. Donde está mi Voluntad Divina hay vida
perenne, armonía y orden, firmeza inquebrantable, sin que ningún evento
pueda apartarla de su puesto y todos felices en el oficio que cada uno posee.
Así habría sido el hombre si la voluntad humana no me lo hubiera arrancado
de mi Voluntad, un bello ejército, todo ordenado y cada uno en su oficio,
feliz y en acto de glorificarme siempre, y mientras glorificaba a su Creador
quedaba él glorificado. Por eso quiero que mi Fiat Divino regrese a reinar
en medio a las criaturas, porque quiero mi ejército, todo ordenado, noble,
santo, y con la marca de la gloria de su Creador."
Febrero 3, 1929
2126
Reconocer la Creación y Redención, es reconocer el dominio
divino. Estrechas uniones que hay entre el Cielo y quien vive en
la Voluntad Divina, y cómo quien vive en Ella es todo una unidad.
Mi pobre y pequeña alma nada en el mar amarguísimo de la privación
de mi dulce Jesús, y sintiéndome privada de Él, me siento más que nunca
suspirar por la patria celestial. ¡Oh, cómo es amarga la tierra sin Jesús, junto
con Él es más soportable, pero sin Él, de hecho no se puede vivir, y si no
fuera porque junto al mar de su privación corre más extenso el mar del Fiat
Divino, que con su Luz disminuye en parte la dureza e intensidad del dolor
de la privación de Jesús, quién sabe desde hace cuánto tiempo habría, por la
fuerza del dolor, emprendido el vuelo a las regiones celestiales, pero..., fiat,
fiat! Después estaba siguiendo mi giro en la Creación y Redención,
llamando en mi mente a todos los actos hechos por Dios para seguirlos,
dando por cada uno de los actos los homenajes, la adoración, el amor, el
agradecimiento debidos. Y mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me ha
dicho:
"Hija mía, con llamar a los actos de la Creación y Redención para
conocerlos, seguirlos y honrarlos, la criatura no hace otra cosa que reconocer
el dominio divino en todas las cosas, y mi Divino Querer se siente dar los
honores, los homenajes a Él debidos, y atraído forma su reino en medio a las
criaturas."
Después de esto sentía que no podía más sin Jesús, me faltaban las
fuerzas, estaba de tal manera abatida, que si mis penas internas se pudieran
ver habría hecho llorar al Cielo y a la tierra por compasión, pero creo que el
Fiat Divino, así como con su Luz me eclipsa a mi dulce Jesús, así eclipsa
mis penas, de modo que ninguno sabe nada de mi duro martirio, es un
secreto que existe sólo entre mí, Jesús y el Santo Querer Divino, todos los
demás ninguno sabe nada, y mirándome bajo la Luz del Fiat, tal vez me
crean la más feliz de las criaturas, ¡Oh! potencia de la Divina Voluntad que
sabes cambiar las cosas, y donde estás Tú haces ver todo bello y bueno, más
bien, con tu Luz adornas las penas y las haces ver como perlas raras y
preciosas, que encierran dentro mares de alegría y de felicidad, cuántas cosas
sabes hacer; ¡oh! Voluntad Divina, bajo tu imperio de luz no se puede hacer
otra cosa que callar, amarte y seguirte. Pero mientras mi pequeña mente se
perdía en su Luz y bajo la opresión tremenda de la privación de Jesús, en
cuanto lo he sentido moverse en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, ánimo, no te abatas, todo el Cielo está fijo sobre ti, y
sienten por la fuerza irresistible de mi Fiat tal unión contigo, que no pueden
hacer menos que mirarte, amarte y concurrir a todos tus actos. Tú debes
2127
saber que los ángeles, los santos, la Soberana Reina, todos son una unidad,
no otra cosa es su ser, que un acto solo de Divina Voluntad, así que no se ve
otra cosa en cada uno de ellos que Voluntad Divina, el pensamiento, la
mirada, la palabra, la obra, el paso, así que no se ve otra cosa que Fiat, Fiat,
y esto constituye toda la plenitud de la felicidad de todos los santos. Ahora,
quien hace y vive en mi Voluntad en la tierra, es similar a los habitantes del
Cielo, esto es, toda una unidad, y forma un solo bloque con ellos, de modo
que si el alma viadora piensa, los santos piensan junto; si ama, si obra, aman
y obran junto, hay tal unión entre esta alma y el Cielo, que forman todos
juntos un solo acto de mi Voluntad, tanto, que todos los habitantes
celestiales están a la espía para ver lo que hace la criatura en la tierra para
hacer que nada se le escape. Mi Divina Voluntad donde reina tiene su Cielo
y tiene virtud de raptar el Cielo a la tierra y la tierra al Cielo, y de formar una
sola cosa. Por eso, ánimo, no te abatas, piensa que tienes que obrar con un
Querer Divino, y esto debería volverte contenta."
Febrero 10, 1929
Quien vive en el Querer Divino le presta su nada, y el Fiat se
sirve de esa nada como espacio para ejercitar su creación.
Estaba haciendo mi giro en la Creación para seguir todos los actos que
el Fiat Divino ha hecho y está continuando en ella, y no sólo eso, sino que
mi pobre mente iba buscando todo lo que el Querer Divino había hecho en
Adán y en todas las generaciones, antes y después de la Redención. Me
parecía que todos los actos hechos por la Divina Voluntad, tanto en la
Creación como en las criaturas, eran más que soles a los cuales debía seguir,
abrazar y hacerlos míos, y si bien lo hacía, mi pobre corazón no podía hacer
menos de sentir las torturas de la privación de mi sumo bien Jesús, y Él,
moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, ánimo, en quien vive en mi Divina Voluntad y sigue sus
actos, mi Fiat continua su creación, y en cada acto de mi Fiat que la criatura
sigue, Él se pone en actitud de formar sus creaciones, y mi Fiat Divino sólo
está contento cuando ve en el alma que vive en Él, alineados y ordenados
todos sus actos como una nueva creación, y por lo tanto, un nuevo cielo, un
nuevo sol, un mar más bello, una floración más sorprendente. Y después,
como el acto de crear al hombre fue el más bello, el más tierno, hecho en
una hoguera de amor, el más intenso, quiere repetir sobre la criatura que vive
en mi Querer los actos que hicimos en el acto de crear al hombre y, ¡oh!
2128
cómo se pone en fiesta mi Fiat al repetir sus actos, porque solamente en
quien vive en Él puede tener su acto de siempre crear, cosas que ha hecho y
cosas nuevas, porque el alma le presta su nada, escombrada, donde mi
Querer se sirve de ella como espacio para crear lo que quiere, casi como se
sirvió del vacío del universo para extender el cielo, para crear el sol, poner
límites al mar, para dar lugar a la tierra de formar sus bellas floraciones. Es
esta la causa por la que tú giras en los actos de mi Fiat, y en tu mente pasan
como tantas olas de luz, en las cuales tú sigues y sientes impresa en ti, como
tantas escenas, la creación del hombre en acto de ser creado, la Reina del
Cielo en acto de ser concebida, el Verbo que desciende, y tantos otros actos
hechos por mi Querer y la Potencia de mi Fiat creador que quiere siempre
hacer, siempre dar, sin cesar jamás. Por eso sé atenta, que se trata de mucho,
nada menos debes estar en acto de recibir sobre ti el acto continuado de mi
Querer creante; Él no sentirá haber cumplido su trabajo en ti si no ve todos
sus actos encerrados en tu alma como testimonio y triunfo de su reinar en ti.
Por eso toda su atención es mirar si todos sus actos tienen vida en ti; pero,
¿sabes cómo vienen creados estos actos en ti? Tú, con llamarlos, con
reconocerlos y amarlos, y mi Querer con pronunciar su Fiat sobre tu llamado
y sobre tu amor, forma la vida de sus actos en ti, y es tanta la continuidad de
su trabajo en ti, que no se detiene ni siquiera al verte torturada por el dolor
de mi privación, porque tiene mucho que hacer, y por eso sigue adelante, y
Yo lo dejo hacer, porque tú y Yo en todo debemos cederle el primado a
nuestro Querer, por el justo triunfo de su causa, y para darle campo de
formar su reino."
Febrero 17, 1929
El alma que vive en el Divino Querer es inseparablede Él. Ejemplo de la luz.
Estaba haciendo mi giro en los actos del Fiat Divino, pero con una
opresión que me quitaba la vida por las acostumbradas privaciones de mi
dulce Jesús. Todo era fatiga y amargura indecible, me parecía que aquella
Divina Voluntad que me daba la vida y que posee mares inmensos de luz, de
alegría, de felicidad sin término, para mí se habían atravesado nubes de
opresión y de amarguras por las privaciones de Aquél que, habiendo vivido
y crecido tanto tiempo juntos, ahora su ausencia me forma las nubes para
amargarme la luz y la felicidad de su misma Divina Voluntad. ¡Oh Dios,
2129
qué pena! Pero mientras seguía los actos del Fiat Divino en este estado, mi
amado Jesús moviéndose apenas en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, ánimo, no te oprimas demasiado, tú debes saber que quien
vive en mi Divina Voluntad es inseparable de Ella y de Mí. Ella es similar a
la luz, la cual contiene: luz, calor y colores, éstos, si bien distintos entre
ellos, sin embargo son inseparables, la luz no puede ni estar, ni puede tener
vida sin el calor, el calor no puede tener vida sin la luz, y los colores vienen
formados por la fuerza de la luz y del calor, el uno no puede estar sin el otro,
una es la vida, una es la fuerza. La luz, el calor y los colores comienzan la
vida juntos, la continúan sin separase jamás, y si deben morir, todos de un
golpe terminan la vida. Así es la inseparabilidad del alma que vive en mi
Divina Voluntad, ella es inseparable de Mí y de todos los actos de mi Fiat
Divino, ella entra en la Vida de la Luz y del Calor de mi Querer Divino, y
adquiere la vida de su luz y de su calor, y así como su acto incesante, se
puede llamar a la multiplicidad e infinitud de sus actos, colores que produce
mi Divina Voluntad, así el alma forma un solo acto con Ella. Tú debes saber
que es tal y tanta la inseparabilidad de quien vive en mi Divino Querer, que
cuando la eterna Sabiduría creaba el cielo, el sol y todo el universo, tú
estabas junto conmigo y corrías en mi Fiat Divino como luz, calor y colores;
me habría cuidado muy bien de hacer un solo acto de mi Voluntad sin mi
pequeña hija, o de quien viva en Ella, sería como si me faltase la fuerza de la
luz, del calor y de los colores, esto no me puede faltar y por eso eres
inseparable de Mí, por eso ánimo y no te oprimas."
Entonces yo al oír esto le he dicho: "Amor mío, si esto fuera, que en
todos los actos de tu Divina Voluntad entro yo, Adán, antes de pecar poseía
tu Fiat, así que cuando él pecó también yo estaba, y esto no me gustaría." Y
Jesús ha agregado:
"Hija mía, tú debes saber que en mi Divina Voluntad está el acto
permisivo y el acto querido; en la caída de Adán estuvo el acto permisivo,
pero no querido por Ella; y en el acto permisivo la luz, el calor y
multiplicidad de los colores de mi Divina Voluntad se ponen a un lado y
quedan intangibles, sin mezclarse en el acto humano, en cambio en el
querido forman un solo acto y una sola cosa. ¿Queda tal vez manchada la
luz del sol porque pasa sobre inmundicias? Ciertamente que no, la luz queda
siempre luz y las inmundicias quedan inmundicias, es más, la luz triunfa
sobre todo y queda intangible a todo, sea que la pisen, sea que invista las
cosas más sucias, porque en su vida de luz no entran cosas extrañas a la luz.
Más que sol es mi Divina Voluntad, Ella corre en todos los actos humanos,
pero queda intangible de todos los males de las criaturas, y sólo entra en Ella
quien quiere ser luz, calor y colores, todo lo demás no le pertenece, esto es,
2130
quien quiere vivir sólo y siempre de su Divina Voluntad. Por eso puedes
estar segura que tú no entraste en la caída de Adán, porque no fue su caída
un acto de luz, sino de tinieblas, las cuales una hace huir a la otra."
Febrero 22, 1929
Cuando Luisa escribe, el Querer Divino es el que dicta,
se hace actor y espectador. Orden ordinario y orden
extraordinario que tiene la Divinidad en la Creación.
Estando en la máxima amargura de la privación de mi dulce Jesús,
estaba escribiendo lo que está escrito arriba, y si bien lo hacía con un
esfuerzo increíble debido al estado en que me encontraba, sin embargo lo
quería hacer para darle como un último testimonio de homenaje a aquel Fiat
que con tanto amor se había manifestado conmigo, y ahora, aunque tanto
escasea en su decir, no quiero que las pequeñas gotitas de luz que me
manifiesta queden perdidas. Y pensaba entre mí: "¿Quién sabe y no sea la
última gotita de luz que pongo sobre el papel?" Pero mientras esto pensaba,
mi amado Jesús ha salido de dentro de mi interior y poniéndome los brazos
al cuello me ha estrechado fuertemente en sus brazos y me ha dicho:
"Hija mía, en cuanto te has puesto a escribir me he sentido atraer tan
fuerte que no he podido resistir, de modo que desbordando de ti mi Fiat, me
ha puesto fuera para dirigir, mientras tú escribes, lo que te he manifestado
sobre mi Querer Divino, esto es un empeño, es derecho sagrado y divino que
Él tiene, de ser el actor, el que dicta y el espectador mientras tú escribes, a
fin de que todo sea luz y verdades sorprendentes, en modo que se pueda
conocer a claras notas los rasgos divinos de mi Voluntad. Crees que seas tú
la que escribe, no, no, tú no eres otra cosa que la parte superficial; la
sustancia, la parte primaria, la que dicta, es mi Divina Voluntad, y si tú
pudieras ver la ternura, el amor, las ansias con las cuales pone su Vida mi
Fiat sobre estas hojas, tú te morirías destrozada de amor."
Dicho esto se ha retirado en mi interior, y yo como reanimándome del
encantamiento de Jesús continué escribiendo, pero me sentía toda luz, sentía
que todo se me sugería, que se me ponían las palabras en la boca, yo no sé
decir lo que sentía al escribir. Después de haber terminado de escribir me he
puesto a rezar, pero con el clavo en el corazón porque no sabía cuando
regresara nuevamente Jesús, y me lamentaba porque aún no me lleva al
Cielo. Entonces recordaba las tantas veces que me había puesto en
condiciones de fin de vida, como si estuviera en acto de atravesar las puertas
2131
del Cielo, y mientras estaban en acto de abrirse para recibirme en la beata
morada, la obediencia se había impuesto sobre mi pobre existencia y
cerrándome las puertas era obligada a permanecer en el duro exilio de la
vida. ¡Oh, cómo, si bien santa, es cruel y casi tirana la bendita obediencia en
ciertas circunstancias! Y pensaba entre mí: "Quisiera saber si ha sido la
obediencia o bien no ha llegado el punto final de mi existencia acá abajo."
Pero mientras esto pensaba y tantas otras cosas se amontonaban en mi mente
con una amargura indecible que parecía que me envenenaba, mi sumo bien
Jesús, mi amada vida me ha sorprendido, y haciéndose ver de nuevo me ha
dicho:
"Hija mía, debes saber que en nuestra Divinidad está el orden
ordinario para toda la Creación, y esto no viene apartado por cualquier
incidente ni un punto, ni un minuto antes, ni un minuto después, la vida
termina cuando está establecido por Nosotros, somos inmutables a este
respecto; pero también en Nosotros está el orden extraordinario, y como
somos dueños de las leyes de toda la Creación, tenemos el derecho de
cambiarlas cuando queremos. Pero si las cambiamos debe entrar dentro una
gran gloria nuestra y un bien grande a toda la Creación, no por cosas
pequeñas cambiamos nuestras leyes. Ahora hija mía, tú sabes que la obra
más grande es establecer el reino de mi Voluntad Divina sobre la tierra,
hacerlo conocer, no hay bien que la criatura pueda recibir si no lo conoce,
que maravilla entonces es la tuya si hemos cedido a la obediencia para no
hacerte morir. Mucho más que tú por la conexión que tienes con mi Fiat
Divino entras en el orden extraordinario, y siendo cada conocimiento de mi
Querer Divino tantas Vidas Divinas salidas de nuestro seno, se necesitaba el
sacrificio de tu vida para recibirlas y la privación del mismo Cielo, del cual
te arrancaba la obediencia. Además de esto, siendo mi Divina Voluntad, sus
conocimientos, su reinar, no sólo el más grande bien a la tierra, sino la gloria
completa a todo el Cielo, todo el Cielo rogaba que cedieras a las oraciones
de quien te ordenaba, y Yo por atención de mi Querer, mientras te abría las
puertas, cedía a sus oraciones. ¿Crees tú que Yo no conozco tu gran
sacrificio, tu martirio continuado de estar lejana de la patria celestial y sólo
por cumplir mi Querer en quien te ordenaba, y que este sacrificio me ha
arrancado las tantas vidas de los conocimientos de mi Fiat? Y además, se
necesitaba un alma que conociera el Cielo y cómo se hace mi Voluntad
Divina en la morada celestial, para poder confiar sus secretos, su historia, su
vida, y que apreciándolos hiciera de ellos vida propia y que estuviera
dispuesta a sacrificar su vida, para hacer que otros pudiesen conocer un bien
tan grande."
2132
Jesús ha hecho silencio y yo sintiéndome sufriente me lamentaba y
reprochaba a Jesús porque no me llevaba con Él al Cielo, y Él:
"Animo hija mía, falta poco de los escritos sobre mi Fiat Divino, mi
mismo silencio dice que estoy por cumplir las grandes manifestaciones del
Evangelio del reino de mi Divina Voluntad. Esto hice en el reino de la
Redención, los últimos días de mi vida no agregué más, más bien me
escondí, y si alguna cosa dije, era repetición para confirmar lo que había
dicho, porque era suficiente lo que había dicho para hacer que todos
pudiesen recibir el bien de ser redimidos, sólo quedaba que lo aprovecharan.
Así será del reino de mi Divina Voluntad, cuando haya dicho todo, de modo
que nada pueda faltar para poder recibir el bien de conocerlo y para poder
poseer todos sus bienes, entonces no tendré más interés de tenerte sobre la
tierra, quedará a ellos el aprovecharlo."
Febrero 27, 1929
Los santos son los efectos de la Divina Voluntad,
en cambio quien viva en Ella poseerá su Vida.
Mi abandono en el Fiat Supremo es continuo, y mientras buscaba
seguir por cuanto podía los actos del Querer Divino, abrazando todo y a
todos, mi dulce Jesús ha salido de dentro de mi interior y me ha dicho:
"Hija mía, toda la Creación, todos los santos, no son otra cosa que los
efectos de mi Divina Voluntad, Ella, si habla crea y forma las obras más
bellas, cada pequeño movimiento suyo son perfumes de prodigios que pone
sobre las criaturas, su pequeño aliento arroja variedad de bellezas sobre
quien lo recibe; verdadera imagen del sol, que sólo con que invista la tierra,
con su toque de luz da las tantas variedades de los colores, de dulzuras a
todas las plantas. Ninguno puede negar que sólo con que se haga tocar por
su luz no ha recibido el bien que ella contiene. Más que sol es mi Divina
Voluntad, con solo que se hagan tocar, su toque milagroso debe producir un
bien, que perfumándolo y calentándolo con su Luz le hará sentir sus
benéficos efectos de Santidad, de Luz y de Amor. Ahora, los efectos de mi
Fiat son dados a quien hace mi Divina Voluntad, quien adora sus
disposiciones, quien con paciencia soporta lo que Ella quiere, haciendo así la
criatura reconoce que existe esta Voluntad Suprema, y Ella, viéndose
reconocida no le niega sus admirables efectos; en cambio quien debe vivir
en mi Divino Querer debe poseer en sí toda la Vida y no sólo los efectos,
sino la Vida con todos los efectos de mi Fiat Divino. Y como no hay
2133
santidad pasada, presente y futura en que mi Divina Voluntad no haya sido
la causa primaria, en todas las especies de santidad que hay, por eso Ella
retiene en Sí todos los bienes y efectos de santidad que ha sacado a la luz del
día, así que en el alma que viva en mi Querer, poseyendo su Vida con todos
sus efectos, se verán juntas en ella todas las santidades que ha habido y ella
podrá decir: "Los otros han hecho una parte de la santidad, yo en cambio he
hecho todo, he encerrado todo en mí, lo que ningún santo ha hecho." Así
que se verá en ella la santidad de los antiguos, la de los profetas, la de los
mártires, se verá la santidad de los penitentes, las santidades grandes y las
pequeñas, y no sólo eso, sino que se verá toda la Creación pintada en ella,
porque mi Divina Voluntad nada pierde con sacar sus obras, porque mientras
las pone fuera las retiene en Sí como fuente primaria. Por eso quien vive en
Ella, no hay cosa que haya hecho o que hará mi Divino Querer que ella no
tendrá en posesión. Qué encanto y estupor no sería si una criatura pudiese
encerrar dentro de sí toda la esfera del sol con toda su luz, ¿quien no diría
que ella contiene todos los efectos, los colores, la dulzura, la luz que el sol
ha dado y dará a toda la tierra y a todas las plantas, grandes y pequeñas? Si
esto pudiera ser, se asombrarían Cielo y tierra, y todos reconocerían que
cada uno de sus efectos que poseen están encerrados en aquella criatura que
posee la esfera del sol, porque está la vida con todos los efectos; pero
humanamente hablando esto no podría suceder, porque la criatura no podría
contener ni la fuerza de toda la luz del sol ni de su calor, quedaría quemada,
ni el sol tendría virtud de no quemarla; en cambio mi Voluntad tiene virtud
de encerrarse, de empequeñecerse, de engrandecerse, como se quiera hacer
se hace, y mientras transforma en Sí a la criatura, la conserva en vida, y
dándole todas sus tintas de belleza la vuelve dominadora y poseedora de sus
dominios divinos. Por eso sé atenta hija mía, reconoce el gran bien de la
Vida de mi Fiat en ti, que mientras te posee, te quiere volver poseedora de
todo lo que a Él pertenece."
Después de esto ha agregado:
"Hija mía, quien vive en mi Querer Divino no se aparta jamás de los
modos de su Creador y de ser nuestra repetidora, porque mientras es una
nuestra esencia, una la Voluntad, una la Vida, uno el Amor, una la Potencia,
pero somos distintos en las Tres Personas, así el alma que vive en Ella, uno
es su latido, y en cada latido forma tres actos, uno abraza a Dios, el segundo
abraza a todas las criaturas, el tercero a sí misma; y así si habla, si obra, en
cada cosa que hace forma estos tres actos, que haciendo eco a la Potencia,
Sabiduría y Amor de Aquél que la ha creado, abraza todo y a todos."
2134
Marzo 3, 1929
La Divina Voluntad está siempre en acto de renovar lo que hizo
en la creación del hombre. Ella contiene la virtud cautivadora.
Estaba continuando mi giro en el Fiat Divino, y deteniéndome en el
edén adoraba a la Voluntad Suprema en el acto de crear al hombre, para
unirme a aquella unión de voluntad que existía entre Creador y criatura
cuando fue creada. Y mi sumo Bien Jesús, moviéndose en mi interior me ha
dicho:
"Hija mía, la creación del hombre fue el acto más bello, más solemne
de toda la Creación. En la plenitud del arrebato de nuestro Amor creante,
nuestro Fiat creaba en Adán a todas las otras criaturas, y en él quedaba en
acto de crear siempre y de renovar sobre cada criatura lo que hicimos sobre
el primer hombre. Porque todos sus descendientes, de él debían tener su
origen, y por eso nuestro Querer Divino tomaba el empeño de que conforme
las criaturas salían a la luz, renovar nuestros desahogos de amor, poner fuera
todas nuestras cualidades divinas y hacer nuevos desahogos de bellezas, de
gracias, de santidad, de amor sobre cada una de ellas. Así que cada criatura
debía ser una nueva fiesta para Nosotros, la bien salida, la bienvenida, y la
feliz agregada en la familia celestial. ¡Oh, cómo nuestro Fiat Divino gozó al
ponerse en acto de dar siempre a la criatura, y en acto de renovar la
magnificencia, la sublimidad y la insuperable maestría que debía tener sobre
de cada criatura! Pero como Adán se salió de nuestro Querer Divino, sus
descendientes perdieron el camino para venir al primer acto de la creación
del hombre, y aunque nuestro Querer Divino no ha interrumpido su acto,
porque Nosotros cuando decidimos hacer un acto no hay quien nos aparte,
así que está siempre en acto de renovar los prodigios de la Creación, pero a
pesar de esto no encuentra sobre quien renovarlos, y espera con una firmeza
y paciencia divina, que la criatura regrese en su Querer para poder renovar
su acto, siempre en acto, de poder repetir lo que hizo en la creación del
hombre. Y aunque espera a todos, encuentra sólo a su pequeña hija, la
recién nacida en mi Querer Divino, que cada día entra en el primer acto de la
creación del hombre, cuando nuestro Ser Divino hizo desahogo de todas
nuestras cualidades divinas para hacer del hombre el pequeño rey y nuestro
hijo inseparable, embelleciéndolo con nuestras divisas divinas, para hacer
que todos lo conocieran como el más grande portento de nuestro Amor.
¡Hija mía, si supieras con cuánto amor espera que cada día tú hagas tu
pequeña visita en aquel edén donde nuestro Fiat, llevado por un ímpetu de
amor se puso en actitud de fiesta para crear al hombre! ¡Oh, cuántos actos
2135
reprimidos tiene en sí, cuántos suspiros de amor sofocados, cuántas alegrías
contenidas, cuántas bellezas encerradas en sí porque no hay quién entre en
este su acto creante para tomar los bienes inauditos que quiere dar! Y
viéndote a ti que en su mismo Querer Divino tienes el camino para llegar al
acto de la creación del hombre, oh, cómo se alegra y se siente atraído como
por un potente imán para hacerse conocer por las criaturas, a fin de que
haciendo reinar mi Divina Voluntad en medio de ellas, encuentren el camino
para llegar al primer acto de la creación del hombre, para no tener más
reprimidos en sí los bienes que quiere dar a las criaturas. ¡Oh, si supieran las
criaturas cuántos nuevos actos creantes, uno más bello que el otro, está por
crear y sacar de sí mi Fiat Divino para verterlos sobre cada una de ellas,
cómo se apresurarían por entrar en mi Querer para recomenzar su vida en Él
y recibir sus bienes infinitos."
Después seguía al Santo Querer Divino y pensaba entre mí: "¿Pero
será verdad que yo poseo este Fiat tan santo? Es verdad que siento que no sé
querer ni desear otra cosa, y como un mar regurgita dentro y fuera de mí y
me envuelve toda en este Fiat Divino, y todas las otras cosas siento que no
me pertenecen, ¿pero quién sabe si de veras lo poseo?" Mientras esto
pensaba, mi amado Jesús ha agregado:
"Hija mía, la señal si un alma posee mi Querer es sentirse dominante
de sí misma, de modo que sus pasiones no osan moverse, ante la Luz de mi
Fiat se sienten impotentes de obrar, como si no tuvieran vida, porque la
Potencia y Santidad de mi Querer todo derriba y extiende sobre las mismas
miserias de la voluntad humana su Luz, su Santidad, y las más bellas
florituras, de modo que convierte admirablemente las mismas miserias en
tierra fecunda y bendita, que no sabe producir más espinas sino flores
celestiales, frutos dulces y maduros. Y es tanto el dominio de esta
afortunada criatura, que se siente propietaria de Dios mismo, de las criaturas
y de todas las cosas creadas; tiene una virtud fascinante, que quien tiene el
bien de conocerla, se siente de tal manera unida, que no puede estarse lejano.
Es la Potencia de mi Fiat, que encerrada dentro de ella fascina a Dios y se
siente feliz de estarse encerrado en ella; fascina a las criaturas, porque
sienten el perfume balsámico de mi Fiat Divino que lleva a sus corazones la
paz verdadera y el verdadero bien. ¿Qué no harían algunos por tener una
palabra de ti, que como vida descienda en sus corazones? Por eso sé atenta
y sigue siempre tu vuelo en mi Divina Voluntad."
Marzo 8, 1929
2136
La Creación es la banda celestial. El Fiat posee la virtud generativa.
Continuo girando en los actos del Fiat Divino, y recogiendo toda la
Creación, y pidiendo en cada cosa que venga a reinar el Querer Divino sobre
la tierra, las llevaba todas a mi Creador para darle la gloria de toda la
Creación y decirle: "Majestad adorable, escucha, te ruego, el cielo, las
estrellas, el sol, el viento, el mar y toda la Creación, te piden que tu Fiat
venga a reinar sobre la tierra, haz que una sea la voluntad de todos." Pero
mientras esto hacía, mi adorable Jesús saliendo de dentro de mi interior me
ha dicho:
"Hija mía, toda la Creación forma la banda celestial, porque cada cosa
creada contiene la luz, la potencia de mi palabra Fiat que produce la más
bella música. Y así como cada cosa creada es diferente de las otras, así mi
Querer Divino, conforme las creaba con su palabra creadora, como las hacía
diferentes una de la otra, ponía en ellas un sonido distinto, como tantas notas
para formar el más bello concierto que ninguna música terrena puede imitar.
La multiplicidad de los sonidos con las notas correspondientes es tanta, por
cuantas son las cosas creadas, así que el cielo contiene un sonido, cada
estrella tiene su sonido distinto, el sol tiene otro, y así todo lo demás. Estos
sonidos no son otra cosa que la participación de la armonía que posee mi
Divina Voluntad, porque Ella en cuanto pronuncia su Fiat, poseyendo la
virtud generativa, comunicativa y fecundadora, dondequiera que se
pronuncia deja sus bellas cualidades de Luz, de Belleza y de Armonía
inalcanzable. ¿No es tal vez su virtud comunicativa la que ha comunicado
tanta belleza, orden y armonía a todo el universo, y que sólo con su soplo
alimenta a toda la Creación, manteniéndola fresca y bella como la creó?
¡Oh! si las criaturas se hicieran alimentar por el soplo de mi Fiat
Omnipotente, todos los males no tendrían más vida en ellas, su virtud
generativa y alimentadora les comunicaría la luz, la belleza, el orden y la
armonía más bella. ¿Qué cosa no puede hacer y dar mi Fiat? Todo. Ahora
hija mía, conforme tú recogías todas las cosas creadas para llevárnoslas
como el homenaje más bello, para pedirnos nuestro reino sobre la tierra,
teniendo cada cosa en sí, como propiedad propia, las notas y el sonido,
pronto han comenzado su música, tan bella y armoniosa que nuestra
Divinidad ha escuchado con atención y ha dicho: ‘La pequeña hija de
nuestro Fiat nos trae nuestra banda celestial, y en su sonido nos dicen, venga
el reino de nuestro Querer Divino sobre la tierra.’ Oh, cómo nos suena
agradable, cómo desciende hasta lo íntimo de nuestro seno divino, y todo
nos mueve a compasión por tantas criaturas sin la Vida de nuestro Fiat. ¡Ah!
sólo quien vive en Él puede mover Cielo y tierra y subir a nuestras rodillas
2137
paternas para arrancarnos un bien tan grande, cual es el Fiat Voluntas Tua
come in Cielo cosí in terra."
Después de esto, seguía a la Divina Voluntad en los múltiples efectos
que produce en toda la Creación, y mi siempre amable Jesús ha agregado:
"Hija mía, mi Fiat con un solo acto produce tantos efectos, que
sostiene toda la Creación; el acto de Él es la vida que da para formar cada
una de las cosas creadas, los efectos son los alimentos que suministra, como
tantos diversos alimentos a cada cosa para mantenerlas bellas y frescas como
las ha creado; así que mi Divina Voluntad es la sostenedora, la alimentadora
y la vivificadora de toda la Creación. Ahora, quien vive en mi Querer
Divino, junto con Ella sostiene, alimenta y vivifica todas las cosas creadas,
es la inseparable de mi Fiat. La criatura en cuanto obra en Él adquiere el
soplo, y soplando junto con mi Fiat mantiene siempre en vida lo que una vez
fue hecho, es más, tiene virtud de vivificar y llamar a vida a los tantos actos
de mi Voluntad, a los cuales la voluntad humana ha dado la muerte; porque
Ella tiene un acto continuado para dar a las criaturas, y cuando estas no hanhecho mi Querer, estos actos están muertos para ellos, y quien vive en Él
tiene virtud de vivificarlos y conservarlos en vida."
Marzo 13, 1929
Cómo el Amor divino regurgitó en la Creación.
La Divina Voluntad no sabe hacer cosas a intervalos.
Cada privación de Jesús es un nuevo dolor.
Siento en mí una fuerza, una potencia divina que me atrae
continuamente al eterno Querer, como si me quisiera en continua compañía
con sus actos para dar a su pequeña recién nacida la vida de estos actos, y
tener el placer de sentírselos repetir o bien de repetirlos junto con ella.
Parece que el Fiat Divino goza tanto, festeja cuando ve en sus brazos de luz
a la pequeña recién nacida, o para decirle alguna cosa de su larga historia, o
para hacerla repetir junto con Él lo que hace, y el Fiat Divino siente toda la
alegría, la felicidad, por haber puesto fuera a la Creación. Después, su luz
ha transportado mi pequeña inteligencia al edén, en el acto cuando nuestro
Creador creaba en un ímpetu de amor la vida del amor en Adán, para amarlo
siempre, sin cesar jamás, como en efecto no cesó jamás, y para ser amado
por él con un amor incesante; quiso amarlo con un amor que jamás dice
basta, pero quería ser amado. Ahora, mientras mi pequeña mente se perdía
2138
en el Amor del Creador y de la criatura, mi dulce Jesús moviéndose en mi
interior me ha dicho:
"Hija mía, en el primer acto de la creación del hombre nuestro Amor
regurgitó tan fuerte y levantó tan en alto sus llamas, que hizo oír sus voces
arcanas tan fuerte y penetrante, que se sintieron investidos el cielo, las
estrellas, el sol, el viento, el mar, y todo, por voces misteriosas que gritaban
sobre la cabeza del hombre: ‘Te amo, te amo, te amo.’ Estas voces arcanas
y potentes llamaban al hombre, y él sacudido como por un dulce encanto y
sintiéndose raptar por cada te amo de Aquél que lo había creado, en su
arrebato de amor gritaba también él, en el sol, en el cielo, en el mar y en
todo: ‘Te amo, te amo, te amo, oh mi Creador.’ Nuestra Divina Voluntad
que dominaba en Adán, no lo dejaba perder nada, ni siquiera un te amo
nuestro que él no respondiese con el suyo; era un amor, un dulce encanto el
oírlo, porque la Potencia de nuestro Fiat Divino tomaba sobre las alas de su
luz el te amo de nuestro hijo, el amado joyel de nuestro corazón, e
invadiendo a toda la Creación nos hacía oír en cada cosa creada su te amo
continuado, como el nuestro. Nuestra Divina Voluntad no sabe hacer cosas
a intervalos, interrumpidas, sino continuas. Mientras Adán poseyó su amada
heredad de nuestro Fiat, poseyó su acto continuado, se puede decir que hacía
competencia con Nosotros, que cuando hacemos un acto no se interrumpe
jamás, por eso todo era armonía entre él y Nosotros, armonía de amor, de
belleza, de santidad, nuestro Fiat no le hacía faltar nada de todas nuestras
cosas. En cuanto se sustrajo de nuestro Querer perdió el camino para
alcanzar nuestras cosas y formó tantos vacíos entre él y Nosotros, vacíos de
amor, vacíos de belleza, de santidad, y formó un abismo de distancia entre
Dios y él. Por eso nuestro Fiat quiere regresar como fuente de vida en la
criatura, para llenar estos vacíos y hacerla regresar como pequeña recién
nacida en sus brazos y darle nuevamente su acto continuado como la creó."
Después de esto me sentía privada de mi sumo bien Jesús, y sentía tal
dolor que no sé explicarlo. Por eso, después de mucho esperar, mi amada
vida ha regresado y yo le he dicho: "Dime amado mío, Jesús, ¿por qué la
pena de tu privación es siempre nueva? En cuanto Tú te escondes siento
surgir en mi alma una pena nueva, una muerte más cruel, más desgarradora,
más que aquellas sentidas otras veces cuando Tú te eclipsas de mí." Y mi
siempre amable Jesús me ha dicho:
"Hija mía, tú debes saber que cada vez que Yo vengo a ti, Yo te
comunico un acto nuevo de mi Divinidad, ahora te comunico un nuevo
conocimiento de mi Divina Voluntad, ahora una nueva Belleza mía, ahora
una nueva Santidad mía, y así de todas nuestras divinas cualidades; este acto
nuevo que te comunico lleva consigo esta virtud, que cuando quedas privada
2139
de Mí, este conocimiento mayor pone en el alma un nuevo dolor, porque por
cuanto más se conoce un bien, más se ama; el nuevo amor lleva el nuevo
dolor cuando tú quedas privada. He aquí el por qué cuando quedas privada
de Mí sientes que un nuevo dolor invade tu alma, pero este nuevo dolor te
prepara a recibir, y se forma en ti el vacío donde poner los nuevos
conocimientos de la Divina Voluntad. El dolor, la nueva muerte
desgarradora que tú sufres por mi privación, es el nuevo reclamo que con
voz arcana, misteriosa y raptora me llama, y Yo vengo, y por compensación
te manifiesto una nueva verdad que te lleva la nueva vida de tu Jesús.
Mucho más que los conocimientos sobre mi Fiat Divino son Vidas Divinas
que salen del seno de nuestra Divinidad, y por eso el dolor divino que tú
sufres por mi privación tiene virtud de llamar del Cielo a estas Vidas Divinas
de los conocimientos de mi Querer a develarse a ti, para hacerlas reinar
sobre la faz de la tierra, ¡Oh! si tú supieras qué valor contiene, qué bien
puede producir un solo conocimiento sobre mi Divina Voluntad, lo tendrías
como la más preciosa reliquia, y la custodiarías más que Sacramento. Por
eso déjame hacer y abandónate en mis brazos, esperando que tu Jesús te
lleve las Vidas Divinas de los conocimientos de mi Fiat."
Marzo 17, 1929
Lo que Jesús ha manifestado sobre su adorable Voluntad son partos
divinos. Su dolor cuando ve que no son custodiadas estas verdades.
Estaba abandonándome toda en el Fiat Divino, mi pobre mente me la
sentía inmersa en el mar de su luz interminable, y mi adorable Jesús,
moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, mi Divina Voluntad está en acto de formar continuos
partos, y en estos partos genera y pare luz, genera y pare otras Vidas
similares a Ella, genera y pare santidad y belleza. La primera generación
viene formada en nuestro seno divino, y después salen nuestros partos
innumerables. ¿Pero quieres saber cuándo generamos y formamos estos
partos? Cuando queremos poner fuera una verdad, primero, como a un
amado hijo lo generamos en nuestro seno, y después como parto nuestro lo
ponemos fuera, a fin de que descienda en lo bajo de las criaturas en quien la
reciba y le dé libertad de hacerla generar, a fin de que produzca otros partos,
y entonces todas las criaturas puedan tener a nuestro amado hijo generado en
nuestro seno; así que nuestras verdades descienden del Cielo para generar en
los corazones y formar la larga generación de mis partos divinos. Mira
2140
entonces hija mía, cada verdad que te he manifestado sobre mi Divina
Voluntad era un hijo generado en nuestro seno paterno, que poniéndolo
fuera te llevaba el hijo de nuestra Luz, el hijo de nuestra Belleza, de nuestra
Santidad y de nuestro Amor, y si te ha sido dada la gracia de ponerlos fuera,
ha sido porque han encontrado en ti el lugar y libertad de poder generar, de
modo que no pudiendo contener en ti los tantos partos de los hijos de
nuestras verdades, los has puesto fuera en quien ha tenido el bien de
escucharte. Por eso, quien no tiene en cuenta estas verdades, no las estima,
aprecia y ama, se puede decir que es a un hijo nuestro al que no aprecia y
ama, la cosa más grande que existe en el Cielo y en la tierra, y con no amarlo
y estimarlo vienen a sofocar a estos nuestros hijos y a impedir su generación.
No hay mal más grande que éste, que no se usen todos los cuidados para
custodiar una verdad nuestra como al más grande de los tesoros, porque ella
es hija nuestra, es la portadora de nuestra Vida en la tierra, y ¿qué bien no
puede hacer una verdad nuestra? Ella contiene la Potencia de nuestro Fiat, y
tan vasta que tiene el poder de salvar a un mundo entero. Mucho más que
cada verdad posee un bien distinto para darlo a las criaturas y una gloria a
Aquél que la ha generado; impedir el bien y la gloria que nos deberían dar
nuestros amados partos, es el más grande de los delitos. Por eso te he dado
tanta gracia, te he suministrado las palabras, he dirigido tu mano mientras
escribías, para hacer que los hijos de mis verdades no fueran sofocados y
como sepultados en tu alma, y para hacer que nada omitieras me he puesto
cercano a ti, te tenía en mis brazos como una tierna madre tiene a su pequeña
hija, y ahora te atraía con promesas, ahora te corregía, y ahora te reprendía
severamente cuando te veía reacia a escribir las verdades que te había
manifestado, y tenía interés porque eran Vidas e hijos míos, y que, si no hoy,
mañana habrían salido a la luz. Tú no puedes comprender mi dolor al ver el
descuido de quien ha perdido los tres volúmenes de mi Divina Voluntad;
¿cuántas verdades no había dentro de ellos? ¿Cuántas Vidas no han
sofocado y formado la tumba a mis hijos que con tanto amor he sacado de
mi seno paterno? Por parte de quien no ha tenido cuidado, tanto, de llegar a
perderlos, siento que han roto el plano de mi Divina Voluntad y su larga
historia, dictados con tanto amor para hacerla conocer, que cada vez que me
disponía a decirte lo que a mi Fiat pertenecía, era tanto el ímpetu de mi
Amor, que sentía que renovaba el acto de toda la Creación, especialmente
cuando en este arrebato de nuestro Amor venía creado el hombre."
Yo al oír esto me sentía traspasar el alma, y como si me la arrancaran
a pedazos y le he dicho: "Amor mío, si Tú quieres puedes hacer un milagro
de tu omnipotencia para hacer que los encuentren, y así no tendrás el dolor
de tantas verdades sofocadas y como interrumpida la larga historia de tu
2141
Divina Voluntad. También yo siento que sufro mucho, y ni siquiera sé decir
cómo es este dolor." Y Jesús ha agregado:
"Es mi dolor que hace eco en el tuyo, es el desgarro de tantas Vidas
mías que han sofocado lo que sientes en ti. Estas verdades extraviadas están
escritas en el fondo de tu alma, porque primero las escribía en ti con mi
mano creadora, y después te las hacía escribir en el papel, por eso sientes a
lo vivo el desgarro de ellas, es mi mismo desgarro que sientes en tu corazón.
¡Si supieras cuánto sufro! En cada verdad que con tanto descuido han
extraviado de estos volúmenes, siento darme la muerte, y tantas muertes por
cuantas verdades había dentro, y no sólo eso, sino la muerte a todo el bien
que dichas verdades debían llevar, la muerte a la gloria que debían darme.
Pero me la pagarán con tanto fuego de más en el purgatorio por cuantas
verdades han extraviado. Pero debes saber que si no usan todos los medios
para encontrarlos, porque quiero su cooperación, Yo no haré el milagro que
algunos quisieran para que los encontraran, y esto por castigo de su
negligencia. Pero estos partos, estas verdades, estos nuestros amados hijos y
Vidas nuestras que hemos puesto fuera, no las retiramos, porque lo que sale
del seno de nuestra Divinidad, como relator y portador de un gran bien a las
criaturas, no viene retirado por Nosotros por la ingratitud y descuido de
quien ha extraviado tantas verdades nuestras, por eso cuando el reino de
nuestra Voluntad sea conocido sobre la tierra y Ella reinará, entonces haré de
modo de manifestar de nuevo lo que ha sido extraviado, porque si no lo
hiciera faltaría el enlace, la conexión, y el plano entero del reino del Fiat
Divino."
Yo al oír esto he dicho llorando: "Así que, Amor mío, si pasa todo
esto y debo esperar, cuán largo será mi exilio en la tierra, pero yo me siento
tan torturada por tus privaciones, que no puedo más estar lejana de la patria
celestial."
Y Jesús: "Hija, no te aflijas, no es necesario que te diga el modo, el
cómo y a quién debo manifestar si no encuentran lo que se ha perdido, si a ti
o a otros, lo que te conviene es hacer, por parte tuya, lo que debes hacer por
el reino de mi Divina Voluntad, cuando hayas hecho el último acto que
queremos de ti para el cumplimiento de Ella, tu Jesús no esperará ni siquiera
un minuto para llevarte en mis brazos a las regiones celestiales. ¿No hice
Yo otro tanto en el reino de la Redención? Nada omití e hice todo, para que
por parte mía no faltase nada para que todos pudiesen recibir el bien de la
Redención, y cuando lo hice todo partí para el Cielo sin esperar el resultado,
dejando el trabajo a los apóstoles. Así será de ti, por eso sé atenta y ten
ánimo."
2142
Marzo 22, 1929
Dios en sus obras se sirve de medios humanos.
En la Creación tuvo campo de acción la Divina
Voluntad, constituyéndose vida de todo.
Mi pobre mente me la siento fijada en el Querer Divino, y pensaba
entre mí: "Pero, ¿cómo podrá venir su reino a la tierra? Y además, ¿cómo
puede venir si no se conoce?" Mientras esto pensaba, mi siempre amable
Jesús saliendo de mi interior me ha dicho:
"Hija mía, Yo en mis obras me sirvo de medios humanos, si bien hago
la primera parte, el fundamento y toda la sustancia de la obra que quiero
hacer, y después me sirvo de las criaturas para hacer que mi obra sea
conocida y tenga vida en medio a las criaturas. Así hice en la Redención,
me serví de los apóstoles para hacerla conocer, para propagarla y recibir y
dar los frutos de la Redención. Y si los apóstoles no hubieran querido decir
nada de lo que Yo dije e hice al venir a la tierra, y encerrados en su mutismo
no hubieran hecho un paso, un sacrificio, ni arriesgado la vida para hacer
conocer el gran bien de mi venida a la tierra, habrían hecho morir mi
Redención en el momento de nacer, y las generaciones habrían estado
privadas del Evangelio, de los Sacramentos y de todos los bienes que ha
hecho y hará mi Redención. Fue esta mi finalidad por la que en los últimos
años de mi vida acá abajo llamé a mi alrededor a los apóstoles, para servirme
de ellos como pregoneros de lo que había hecho y dicho. ¡Oh, si los
apóstoles hubieran callado habrían sido reos por las tantas almas perdidas si
no hubieran conocido el bien de la Redención, reos por tanto bien no hecho
por las criaturas. En cambio, porque no callaron y pusieron su vida, se
pueden llamar, después de Mí, autores y causa de tantas almas salvadas y de
todos los bienes que se han hecho en mi Iglesia, que como primeros
pregoneros forman sus columnas inquebrantables. Ésta es nuestra
costumbre divina: primero hacemos nuestro primer acto en nuestras obras,
ponemos todo lo que se necesita, y después las confiamos a las criaturas,
dándoles gracias suficientes para que puedan continuar lo que Nosotros
hemos hecho, y por eso nuestras obras son conocidas según el interés y la
buena voluntad que tienen las criaturas. Así será del reino de mi Voluntad
Divina, te llamé a ti como a una segunda madre mía, y al tú por tú, como
hice con Ella en el reino de la Redención, te he manifestado los tantos
secretos de mi Fiat Divino, el gran bien de Él y cómo quiere venir a reinar
sobre la tierra. Puedo decir que he hecho todo, y si he llamado a mi ministro
2143
a fin de que tú te confiaras con él, para hacerle conocer, mi finalidad ha sido
para que tuviese interés de hacer conocer tanto bien, y si por parte de quien
debiera ocuparse no existiera este interés, el reino de mi Voluntad lo pondría
en peligro de hacerlo morir en su nacer, quedando ellos como reos de todo el
bien que puede traer un reino tan santo; también merecerían que haciéndolos
a un lado, llamara a otros como pregoneros y propagadores de los
conocimientos de mi Fiat Divino. Hasta en tanto que no encuentre quien
tenga interés y tenga más en cuenta que a su propia vida el hacer conocer sus
conocimientos, el reino de mi Voluntad no puede tener su principio, ni su
vida sobre la tierra."
Después de esto continuaba mi abandono en el Fiat Divino, y mi sumo
bien Jesús ha agregado:
"Hija mía, en la Creación fue mi Divina Voluntad la que tuvo su
campo de acción, y si bien nuestra Divinidad fue concurrente, porque somos
inseparables de Ella, pero el acto primero, la acción, fue toda de nuestra
Voluntad, habló y obró, habló y ordenó, Nosotros éramos espectadores de lo
que hacía nuestro Querer Supremo, con tanta maestría, orden y armonía, que
nos sentimos dignamente glorificados y doblemente felicitados por nuestra
misma Voluntad. Así que siendo obra de Ella toda la fuerza de la Creación
y todos los bienes de los cuales fue enriquecida, están todos en mi Suprema
Voluntad. Ella es vida primaria de todo, por eso ama tanto la Creación,
porque siente y corre su misma Vida en todas las cosas creadas, tanto, que al
crear al hombre, queriendo hacer más desahogo de su Potencia, de su Amor
y de su maestría, quiso encerrar en él todo el arte de la Creación entera, y no
sólo eso, sino que quiso superarla dándole tales pinceladas de arte divino, de
hacerlo el pequeño dios, y distendiéndose dentro y fuera de él, a la derecha e
izquierda, sobre su cabeza y bajo sus pies, lo llevaba en mi Divina Voluntad
como desahogo de nuestro Amor, y como triunfador y admirador de su
maestría insuperable; por eso era derecho de mi Fiat Divino que el hombre
viviese sólo y siempre de Voluntad Divina. ¿Qué cosa no había hecho por
él? Lo llamó de la nada, lo formó, le dio el ser y le dio doble vida, la vida
del hombre y la de mi Divina Voluntad, para llevarlo siempre estrechado en
sus brazos creadores, para conservarlo bello, fresco, feliz, como lo había
creado. Así que cuando el hombre pecó, mi Fiat se sintió arrancar aquella
vida que llevaba en su propio seno, ¿cuál no fue su dolor? Ella quedó con el
vacío de este hijo en su seno, que con tanto amor para tenerlo seguro y feliz
le había hecho lugar en su misma Vida. ¿Y crees tú que en la Redención no
fue mi Divina Voluntad que se encarnó para venir a encontrar al hombre
perdido? Fue propiamente Ella, porque Verbo significa palabra, y nuestra
palabra es el Fiat, que como en la Creación dijo y creó, así en la Redención
2144
quiso y se encarnó, era su seno vacío que reclamaba a este hijo que con tanta
crueldad se había arrancado, ¿y qué cosa no hizo en la Redención esta mi
Voluntad? Pero no está contenta aún de lo que hizo, quiere llenar su seno,
no quiere ver más a su hijo adornado con la culpa, con su desemejanza, sino
quiere verlo adornado con la divisa de la Creación, adornado de su belleza y
santidad y tomar otra vez su lugar en su seno divino. Esto es propiamente el
Fiat Voluntas Tua come in Cielo cosí in terra, que el hombre regrese a mi
Divina Voluntad, y entonces Ella se tranquilizará cuando vea de nuevo a su
hijo feliz, vivir en su casa, con la opulencia de sus bienes, y así podrá decir:
"Mi hijo ha regresado, está vestido con sus vestidos reales, lleva la corona de
rey, hace vida junto conmigo y le he restituido los derechos que le di al
crearlo, así que el desorden en la Creación ha terminado, porque el hombre
ha regresado en mi Divina Voluntad."
Marzo 25, 1929
La Creación corre con una carrera vertiginosa hacia su
Creador. Quien vive en el Querer Divino es inseparable
de Él. Orden que Jesús ha tenido al manifestar las
verdades sobre la Divina Voluntad. Renovación
de la Creación. Importancia de las verdades.
Mi abandono en el Fiat Divino continúa, sentía la pequeñez de mi
pobre alma en medio de todas las cosas creadas, y yo como si tuviese mi
movimiento, mi carrera continua en toda la Creación, me siento inseparable
de ella, mi voluntad y la de ella es una sola, la cual es la sola y única
Voluntad Divina. Por eso, siendo una sola la voluntad de todos, hacemos
una sola cosa y todos corremos como a nuestro primer centro, a nuestro
Creador, para decirle: ‘Tu Amor nos ha puesto fuera, y tu mismo Amor nos
llama nuevamente adentro de Ti con una carrera vertiginosa para decirte te
amamos, te amamos, para alabar tu Amor inextinguible e interminable.’ De
modo que saliendo fuera nuevamente de su centro, para continuar nuestra
carrera que jamás se detiene, no hacemos otra cosa que entrar y salir de su
seno divino para formar nuestro giro de amor, nuestra carrera amorosa a
nuestro Creador. Entonces, mientras corría con toda la Creación para formar
mi carrera de amor a la Majestad Divina, mi siempre amable Jesús saliendo
de mi interior me ha dicho:
"Hija mía, quien vive en mi Querer Divino está vinculada con toda la
Creación, ni ella puede estar sin esta afortunada criatura, ni la criatura se
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puede desvincular de las cosas creadas, porque siendo la voluntad de una la
de la otra, la cual es mi Divina Voluntad, forman un solo cuerpo, como
tantos miembros inseparables entre ellos. Así que a quien vive en mi Divina
Voluntad, la miro y la veo cielo, vuelvo a mirarla y la veo sol, mis miradas
raptadas por tanta belleza se fijan más y la encuentran mar, en suma, veo en
ella todas las variedades de cada cosa creada y digo: ‘¡Oh Potencia de mi
Fiat Divino, cómo me vuelves bella a aquélla que vive en Ti, Tú le das el
primado sobre toda la Creación, Tú le das la carrera tan veloz, más que
viento que huye, y sobresaliendo sobre todo es la primera en entrar en mi
centro divino para decirme te amo, te glorifico, te adoro, y haciendo su eco
en toda la Creación, todos repiten junto a ella sus agradables estribillos.’
Hija mía, por eso tengo tanto amor al manifestarte todo lo que corresponde a
mi Divina Voluntad; todo lo que te he manifestado sobre Ella, no es otra
cosa que el orden de su reino; todo esto debía haber sido manifestado desde
el principio de la Creación si Adán no hubiese pecado, porque en cada
manifestación mía sobre mi Fiat Divino el hombre debía crecer en la
santidad y belleza de su Creador, y por eso me reservaba de hacerlo poco a
poco, dándole como tantos sorbos de Vida Divina, para hacerlo crecer según
mi Divina Voluntad lo quisiese; así que el hombre al pecar interrumpió mi
hablar y me redujo al silencio. Después de tantos siglos, queriendo que el
hombre regresara en mi Fiat, he vuelto a hablar con tanto amor, más que una
tierna madre cuando ama y suspira por dar a luz a su niño para besarlo,
presumirlo, gozárselo y estrecharlo fuertemente a su seno materno, y
colmarlo con todos sus bienes y felicidad. Así he hecho Yo con volver a
hablar y manifestarte todo el orden del reino de mi Querer Divino, y el modo
que la criatura debe tener en mi reino. Por eso el manifestarte tantas
verdades sobre mi Fiat, no ha sido otra cosa que sacar de nuevo en campo
todo el orden y el amor que habría tenido si el hombre no hubiera pecado y
mi reino hubiese tenido su vida sobre la tierra; en mi hablar he tenido tal
orden, que una verdad está tan ligada con la otra, que si se quisiera quitar y
ocultar alguna verdad, formaría un vacío al reino de mi Fiat Divino y
quitaría una fuerza a las criaturas para inducirlas a vivir en mi reino, porque
cada verdad que respecta a mi Querer Divino es un puesto que Él toma para
reinar en medio de las criaturas, y un camino que ellas encuentran para
tomar posesión de Él. Por eso todas las verdades que te he dicho tienen
tanta conexión entre ellas, que quitando algunas, se vería en ese punto como
un cielo sin estrellas, o un espacio sin sol, o bien una tierra sin floritura,
porque en todas estas verdades que te he dicho está la renovación de toda la
Creación, y en cada verdad, mi Fiat más que sol quiere salir de nuevo en
campo, como salió en la Creación y tomando su campo de acción, con su luz
2146
quiere eclipsar todos los males de las criaturas, y extendiendo su velo de luz
sobre todos, les quiere dar tanta gracia, de darles su mano creadora para
hacerlos reentrar de nuevo en el seno de su Querer Divino. Por eso todo lo
que te he dicho sobre mi Divina Voluntad tiene tal importancia, que me
cuesta más que toda la Creación, porque es una renovación de ella, y un acto
cuando se renueva cuesta doble amor, y para estar más seguros ponemos
doble gracia y doble luz para darlas a las criaturas, a fin de que no nos toque
un segundo dolor, quizá más doloroso que el primero que tuvimos en el
principio de la Creación cuando el hombre pecó y formó en él el fallo de
nuestro Amor, de nuestra Luz y de la preciosa herencia de nuestro Supremo
Querer. Por eso estoy tan atento de que tú nada pierdas de lo que te digo
sobre mi Voluntad Divina, porque hay tanta importancia en estas verdades,
que ocultando algunas sería como si se quisiera apartar al sol de su puesto,
hacer salir al mar de su lugar, ¿qué sería de la tierra? Piénsalo tú misma.
Tal sería si faltasen todas las verdades que con tanto orden te he manifestado
sobre mi Divina Voluntad."
Marzo 31, 1929
Derechos absolutos del Divino Querer. La voluntad
humana cambió la suerte humana y divina. Si el hombre
no hubiera pecado Jesús hubiera venido a la tierra, glorioso
y con el cetro de mando. El hombre debía ser
el portador de su Creador.
Siento en mí la continua Potencia del Fiat Divino que me envuelve
con tal imperio, que no da tiempo a mi agonizante voluntad de hacer el más
mínimo acto, y se gloría no de hacerla morir del todo, porque si esto hiciera
perdería su prestigio de obrar sobre de una voluntad humana, que mientras
está viva se somete a recibir voluntariamente el acto vital del Fiat Divino y
se contenta con vivir muriendo para dar vida y dominio absoluto al Supremo
Querer, que victorioso de sus derechos divinos extiende sus confines y canta
victoriosa sobre la agonizante voluntad de la criatura, la cual, si bien
muriendo, sonríe y se siente feliz y honrada de que un Querer Divino tiene
su campo de acción en su alma. Ahora, mientras me sentía bajo el imperio
del Fiat Divino, mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Pequeña hija de mi Querer, tú debes saber que son derechos
absolutos de mi Fiat Divino el tener el primado sobre cada uno de los actos
de la criatura, y quien le niega el primado le quita sus derechos divinos que
2147
por justicia le son debidos, porque es creador del querer humano. ¿Quién
puede decirte hija mía cuánto mal puede hacer una criatura cuando llega a
sustraerse de la Voluntad de su Creador? Mira, bastó un acto de sustracción
del primer hombre a nuestra Voluntad Divina para cambiar la suerte de las
generaciones humanas, y no sólo eso, sino que cambió la misma suerte de
nuestra Divina Voluntad. Si Adán no hubiese pecado, el Verbo Eterno, que
es la misma Voluntad del Padre Celestial, debía venir a la tierra glorioso,
triunfante y dominador, acompañado visiblemente por su ejército angélico,
que todos debían ver, y con el esplendor de su gloria debía fascinar a todos y
atraer a todos a Sí con su belleza; coronado como rey y con el cetro de
mando para ser rey y cabeza de la familia humana, de modo de darle el gran
honor de poder decir: ‘Tenemos un rey hombre y Dios.’ Mucho más que tu
Jesús no descendía del Cielo para encontrar al hombre enfermo, porque si no
se hubiera sustraído de mi Voluntad Divina no debían existir enfermedades,
ni de alma ni de cuerpo, porque fue la voluntad humana la que casi ahogó de
penas a la pobre criatura; el Fiat Divino era intangible de toda pena y tal
debía ser el hombre. Por lo tanto Yo debía venir a encontrar al hombre feliz,
santo y con la plenitud de los bienes con los cuales lo había creado. En
cambio, porque quiso hacer su voluntad cambió nuestra suerte, y como
estaba decretado que Yo debía descender sobre la tierra, y cuando la
Divinidad decreta, no hay quien la aparte, sólo cambié modo y aspecto, así
que descendí, pero bajo vestidos humildísimos, pobre, sin ningún aparato de
gloria, sufriente, llorando y cargado con todas las miserias y penas del
hombre. La voluntad humana me hacía venir a encontrar al hombre infeliz,
ciego, sordo y mudo, lleno de todas las miserias, y Yo para sanarlo lo debía
tomar sobre de Mí, y para no infundirle espanto debía mostrarme como uno
de ellos para hermanarlos y darles las medicinas y remedios que se
necesitaban. Así que el querer humano tiene la potencia de volverse feliz o
infeliz, santo o pecador, sano o enfermo. Entonces mira, si el alma se decide
a hacer siempre, siempre mi Divina Voluntad y vivir en Ella, cambiará su
suerte y mi Divina Voluntad se lanzará sobre la criatura, la hará su presa y
dándole el beso de la Creación cambiará aspecto y modo, y estrechándola a
su seno le dirá: ‘Pongamos todo a un lado, para ti y para Mí han regresado
los primeros tiempos de la Creación, todo será felicidad entre tú y Yo,
vivirás en nuestra casa, como hija nuestra, en la abundancia de los bienes de
tu Creador.’ Escucha mi pequeña recién nacida de mi Divina Voluntad, si el
hombre no hubiese pecado, no se hubiese sustraído de mi Divina Voluntad,
Yo habría venido a la tierra, pero ¿sabes como? Lleno de Majestad, como
cuando resucité de la muerte, que si bien tenía mi Humanidad similar al
hombre, unida al Verbo Eterno, pero con qué diversidad mi Humanidad
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resucitada era glorificada, vestida de luz, no sujeta ni a sufrir, ni a morir, era
el divino triunfador. En cambio mi Humanidad antes de morir, estaba sujeta,
si bien voluntariamente, a todas las penas, es más, fui el hombre de los
dolores. Y como el hombre tenía aún los ojos ofuscados por el querer
humano, y por eso aún enfermo, pocos fueron los que me vieron resucitado,
lo que sirvió para confirmar mi Resurrección. Después subí al Cielo para
dar tiempo al hombre de tomar los remedios y las medicinas a fin de que
curase y se dispusiera a conocer mi Divina Voluntad, para vivir no de la
suya, sino de la mía, y así podré hacerme ver lleno de majestad y de gloria
en medio a los hijos de mi reino. Por eso mi Resurrección es la
confirmación del Fiat Voluntas Tua come in Cielo cosí in terra. Después de
un tan largo dolor, sufrido por mi Divina Voluntad por tantos siglos por no
tener su reino sobre la tierra y su absoluto dominio, era justo que mi
Humanidad pusiera a salvo sus derechos y realizase mi y su finalidad
primaria, la de formar su reino en medio a las criaturas.
Además de esto, tú debes saber, para confirmarte mayormente, cómo
la voluntad humana cambió su suerte y la de la Divina Voluntad en relación
a él. En toda la historia del mundo, sólo dos han vivido de Voluntad Divina
sin jamás hacer la suya, y fuimos la Soberana Reina y Yo, y la distancia, la
diversidad entre Nosotros y las otras criaturas es infinita, tanto, que ni
siquiera nuestros cuerpos quedaron sobre la tierra, habían servido comomorada al Fiat Divino y Él se sentía inseparable de nuestros cuerpos y por
eso los reclamó, y con su fuerza imperante raptó nuestros cuerpos junto con
nuestras almas en su patria celestial. ¿Y por qué todo esto? Toda la razón
está en que jamás nuestra voluntad humana tuvo un acto de vida, sino que
todo el dominio y el campo de acción fue sólo de mi Divina Voluntad. Su
Potencia es infinita, su Amor es insuperable."
Después de esto ha hecho silencio y yo sentía que nadaba en el mar
del Fiat y, ¡oh, cuántas cosas comprendía, y mi dulce Jesús ha agregado:
"Hija mía, con no hacer mi Divina Voluntad, la criatura pone en
desorden el orden que tuvo la Divina Majestad en la Creación, se deshonra a
sí misma, desciende en lo bajo, se pone a distancia con su Creador, pierde el
principio, el medio y el fin de aquella Vida Divina que con tanto amor le fue
infundida en el acto de ser creada. Nosotros amábamos tanto a este hombre,
que poníamos en él, como principio de vida a nuestra Divina Voluntad,
queríamos sentirnos raptar por él, queríamos sentir en él nuestra fuerza,
nuestra potencia, nuestra felicidad, nuestro mismo eco continuo, y ¿quién
más podía hacernos sentir y ver todo esto, sino nuestra Divina Voluntad
bilocada en él? Queríamos ver en el hombre al portador de su Creador, el
cual debía volverlo feliz en el tiempo y en la eternidad. Por eso al no hacer
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nuestra Divina Voluntad, sentimos a lo vivo el gran dolor de nuestra obra
desordenada, nuestro eco apagado, nuestra fuerza raptora que debía
raptarnos para darle nuevas sorpresas de felicidad se convirtió en debilidad,
en suma, se trastornó. He aquí por qué no podemos tolerar tal desorden en
nuestra obra, y si tanto he dicho sobre mi Fiat Divino, es propiamente ésta la
finalidad, que queremos poner al hombre en el orden, a fin de que regrese
sobre los primeros pasos de su creación, y corriendo en él el humor vital de
nuestro Querer, forme de nuevo a nuestro portador, nuestra morada sobre la
tierra, su y nuestra felicidad."
Abril 4, 1929
Los primeros que vivan en el Fiat Divino serán
como la levadura del reino de la Divina Voluntad.
Mi abandono es en el Querer Santo, que como potente imán me atrae
a Sí para suministrarme sorbo a sorbo su Vida, su Luz, sus conocimientos
prodigiosos, admirables y adorables. Entonces mi pobre mente se perdía en
Él, y mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, los primeros que harán mi Divina Voluntad y vivan en Ella,
serán como la levadura de su reino. Sus tantos conocimientos que te he
manifestado sobre mi Fiat Divino serán como la harina al pan, la cual
encontrando la levadura, queda fermentada cuanta harina se ponga, pero no
basta la harina, se necesita la levadura y el agua para formar el verdadero
pan, para nutrir a las humanas generaciones. Así me es necesaria la levadura
de los pocos que viven en mi Querer Divino, y la multiplicidad de sus
conocimientos, que servirán como masa de luz que darán todos los bienes
que se necesitan para alimentar y hacer felices a aquellos que quieren vivir
en el reino de mi Divina Voluntad. Por eso no te preocupes si estás sola y
pocos son aquellos que conocen en parte lo que respecta a mi Divina
Voluntad, con tal que se forme la pequeña porción de la levadura, unida a
sus conocimientos, el resto vendrá por sí solo."
Después de esto estaba siguiendo los actos del Fiat Divino en la
Creación, y mientras seguía sus actos en el cielo, en el sol, en el mar, en el
viento, mi dulce Jesús, moviéndose en mi interior me ha dicho:
"Hija mía, mira, todo lo que sirve en modo universal a toda la familia
humana es siempre uno, en cambio las otras cosas que no sirven en modo
universal son múltiples. El cielo es uno y se extiende sobre la cabeza de
todos, el sol es uno y sirve de luz a todos, el agua es una y por eso se da a
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todos, y si bien parece dividida en muchas fuentes, mares, pozos, pero donde
desciende tiene la fuerza única; la tierra es una y se extiende bajo los pies de
todos. Y así como en el orden natural de la Creación, así en el orden
sobrenatural. Dios es el Ser universal y es uno, y como uno es el Dios de
todos se da a todos, envuelve a todos, se encuentra en todos, hace bien a
todos y es vida de todos. Unica la Virgen y por eso Madre y Reina universal
de todos. Unico tu Jesús, y por eso dondequiera y en modo universal se
extiende mi Redención, todo lo que Yo hice y sufrí está a disposición de
todos y de cada uno. Unica es la pequeña recién nacida de mi Divina
Voluntad, y por eso el universo entero recibirá en modo universal todos los
bienes de las manifestaciones y conocimientos de mi Fiat Divino, que como
sagrado depósito he puesto en ti, a fin de que más que espléndido sol haga
resplandecer sus innumerables rayos para iluminar a todo el mundo. Así que
todo lo que te digo contiene la virtud universal que se dará a todos y hará
bien a todos. Por eso sé atenta y sigue siempre a mi Divina Voluntad."
Sea todo para gloria de Dios y para cumplimiento de su Fiat!!!
Deo gratias...