VOLUMEN 13

22.08.2015 07:47

Luisa Piccarreta Volumen 13

I. M. I.

Mayo 1, 1921

La voluntad humana hace surgir la

desemejanza entre Creador y criatura.

Continuando mi habitual estado, me he encontrado fuera de mí misma

en medio de una multitud de personas y estaba también la Mamá Reina, que

hablaba a aquella gente y lloraba, tanto, que teniendo un ramo de rosas en su

regazo, las bañaba con sus lágrimas; yo no comprendía nada de lo que decía,

sólo veía que la gente quería hacer tumultos, y la Celestial Mamá les pedía

llorando que se calmaran. Después ha tomado una rosa y señalándome entre

tanta gente me la ha dado, yo la he mirado, y la rosa estaba adornada con las

lágrimas de mi querida Mamá, y esas lágrimas me invitaban a implorar por

la paz de los pueblos.

Después me he encontrado con mi dulce Jesús y le he pedido por lapaz de los pueblos, y Él, atrayéndome a Sí, me ha hablado de su Santísima

Voluntad diciéndome:

"Hija mía, mi Voluntad contiene la Potencia creadora, y así como Ella

dio vida a todas las cosas, así también tiene el poder para destruirlas. Ahora,

el alma que vive en mi Querer tiene también el poder de dar vida al bien y

muerte al mal, en su inmensidad se encuentra en el pasado, y donde hay

vacíos de mi gloria, ofensas no reparadas, amor que no me fue dado, ella

llena los vacíos de mi gloria, me hace las reparaciones más bellas y me da

amor por todos. En mi Querer se difunde al presente, se extiende a los siglos

futuros, y por doquier y por todos me da lo que la Creación me debe. Yo

siento en el alma que vive en mi Querer el eco de mi Poder, de mi Amor, de

mi santidad; en todos mis actos oigo el eco de los suyos, corre dondequiera,

delante, atrás y hasta dentro de Mí; dondequiera que está mi Querer está el

suyo, conforme se multiplican mis actos así se multiplican los suyos. Sólo

la voluntad humana pone la desarmonía entre criatura y Creador, un solo

acto de voluntad humana pone el desorden entre el Cielo y la tierra, arroja

desemejanza entre Creador y criatura; en cambio para quien vive en mi

Querer todo es armonía, sus cosas y las mías armonizan juntas, Yo estoy con

ella en la tierra y ella está conmigo en el Cielo, uno es el interés, una es la

vida, una es la Voluntad. Mira la Creación, porque en nada se ha apartado

19 Este libro ha sido traducido directamente del original manuscrito de Luisa Piccarreta

 

 

de mi Voluntad, el cielo es siempre azul y estrellado, el sol está lleno de luz

y calor, toda la Creación está en perfecta armonía, una cosa es sostén de la

otra, es siempre bella, fresca, joven, jamás envejece ni pierde ni un rasgo de

su belleza, es más, parece que cada día surja más majestuosa, dando un

dulce encanto a todas las criaturas. Tal habría sido el hombre si no se

hubiera sustraído de mi Querer, y así son las almas que viven en Él, son los

nuevos cielos, los nuevos soles, la nueva tierra toda florida, más multiformes

en belleza y en encanto."

Mayo 21, 1921

Jesús encuentra reposo en las almas que viven en su Querer.

Encontrándome en mi habitual estado, mi siempre amable Jesús se

hacía ver en mis brazos en actitud de tomar reposo, yo me lo he estrechado

al corazón diciéndole: "Amor mío, dime una palabra, ¿por qué callas?"

Y Jesús: "Querida hija mía, me es necesario el reposo después de

haberte hablado tanto, quiero en ti los primeros efectos de mis palabras, tú

trabaja haciendo lo que te he enseñado y Yo reposo, y cuando hayas puesto

en ejecución mis enseñanzas, Yo regresaré de nuevo a hablarte de cosas más

altas y sublimes, para poder encontrar en ti un reposo más bello. Y además,

si no reposo en las almas que viven en mi Querer, ¿en quién podría esperar

reposo? Sólo las almas que viven en mi Querer son capaces de darme

reposo; el vivir en mi Querer me forma la estancia, los actos hechos en mi

Voluntad me forman el lecho, los actos repetidos y la constancia en

repetirlos son los arrullos, la música y el opio para conciliar el sueño. Pero

mientras duermo Yo te vigilo, de modo que tu voluntad no es otra cosa que

el desahogo de la mía, tus pensamientos el desahogo de mi Inteligencia, tu

palabra el desahogo de la mía, tu corazón el desahogo de mi corazón; así que

si bien no me oyes hablar, estás tan perdida en Mí que no quieres, ni piensas,

ni haces sino lo que quiero y hago Yo. Así que hasta en tanto vivas en mi

Querer puedes estar segura que todo lo que se desarrolla en ti, soy Yo."

 

 

Junio 2, 1921

Jesús cuando vino a la tierra habló muy poco acerca de su Voluntad.

Me sentía muy oprimida porque me han dicho que quieren publicar

todo lo que mi dulce Jesús me había manifestado sobre su Santísimo Querer,

y era tanta la angustia que me sentía también agitada, y mi dulce Jesús en mi

interior me decía:

"¿Quieres tú juzgarlo todo? Bonita cosa; ¿sólo porque un maestro ha

querido dictar a un alumno su doctrina, no puede volverse pública la

doctrina, ni el bien que se puede hacer con ella? Esto sería absurdo y

disgustar al propio maestro; y además, de ti no hay nada, todo es doctrina

mía, tú no has sido otra cosa que una escribana, ¿y sólo porque te he

escogido a ti, tú quisieras sepultar mis enseñanzas y por tanto también mi

gloria?"

Pero a pesar de todo me sentía inquieta, y mi siempre amable Jesús,

saliendo de mi interior, me ha rodeado el cuello con su brazo y

estrechándome fuerte me ha dicho:

"Hija amada mía, cálmate, cálmate y contenta a tu Jesús."

Y yo: "Amor mío, es demasiado duro el sacrificio, al sólo pensar que

todo lo que ha pasado entre Tú y yo debe hacerse público me siento morir, y

se me rompe el corazón por el dolor. Si he escrito ha sido sólo por obedecer

y por el temor de que Tú pudieras disgustarte, y ahora mira en qué laberinto

me pone la obediencia. Vida mía, ten piedad de mí y mete tu santa mano en

todo esto."

Y Jesús: "Hija mía, y si Yo quiero este sacrificio tú debes estar

dispuesta a hacerlo, no debes negarme nada. Tú debes saber que Yo al venir

a la tierra vine a manifestar mi doctrina celestial, y a hacer conocer mi

Humanidad, mi patria, y el orden que la criatura debía tener para alcanzar el

Cielo, en una palabra, el Evangelio; pero de mi Voluntad, casi nada o

poquísimo hablé, sólo dije alguna cosa, haciendo entender que la cosa que

más me importaba era la Voluntad de mi Padre; de sus cualidades, de su

altura y grandeza, de los grandes bienes que la criatura recibe con vivir en

mi Querer, casi nada dije, porque la criatura siendo demasiado niña en las

cosas celestiales no habría entendido nada, sólo le enseñé a pedir: ‘Fiat

Voluntas Tua, Sicut in Coelo et in Terra’, a fin de que se dispusiera a

conocer mi Voluntad para amarla y hacerla, y así recibir los bienes que Ella

contiene. Ahora, lo que debía hacer entonces, las enseñanzas que debía

haber dado a todos sobre mi Voluntad, te las he dado a ti, así que con

hacerlas conocer no es otra cosa que suplir a lo que debía hacer Yo estando

 

 

en la tierra, como cumplimiento de mi venida. Entonces, ¿no quieres tú que

dé cumpla la finalidad de mi venida a la tierra? Por eso déjame hacer a Mí,

Yo vigilaré todo y dispondré todo, tú sígueme y estate en paz."

Junio 6, 1921

El milagro más grande que Dios puede

hacer, es que un alma viva de su Fiat.

Estaba perdiéndome en el Santo Querer de Jesús bendito y pensaba

entre mí: "¿Cuál será más grande, más variada, más múltiple, la obra de la

Creación o la obra de la Redención?" Y mi siempre amable Jesús me ha

dicho:

"Hija mía, la obra Redimiente es más grande, más variada y múltiple

que la obra de la Creación, tan es más grande, que cada acto de la obra

Redimiente son mares inmensos que circundan la obra de la Creación, la

cual, circundada por la obra Redimiente, no es más que pequeños riachuelos

circundados por los vastísimos mares de la obra Redimiente. Ahora, quien

vive en mi Voluntad, quien toma por vida mi Fiat Voluntas Tua, corre en

estos mares inmensos de la obra Redimiente, se difunde y se ensancha junto,

en modo que supera la misma obra de la Creación, por tanto, únicamente la

vida de mi Fiat puede dar verdadero honor y gloria a la obra de la Creación,

porque mi Fiat se multiplica, se extiende dondequiera, no tiene limites; en

cambio la obra de la Creación tiene sus límites y no se puede hacer más

grande de lo que es.

Hija mía, el más grande milagro que puede obrar mi Omnipotencia, es

que un alma viva de mi Fiat. ¿Te parece poco que mi Voluntad Santa,

Inmensa, Eterna, descienda en una criatura y poniendo juntas mi Voluntad

con la suya la pierdo en Mí y me hago vida de todo el obrar de la criatura,

aun de las más pequeñas cosas? Así que su latido, la palabra, el

pensamiento, el movimiento, el respiro, es del Dios viviente en la criatura;

esconde en ella Cielo y tierra y aparentemente se ve una simple criatura.

Gracia más grande, prodigio más portentoso, santidad más heroica no podría

dar, que mi Fiat. Mira, la obra de la Creación es grande, la obra de la

Redención es más grande aún, pero mi Fiat, el hacer vivir a la criatura en mi

Voluntad supera a la una y a la otra, porque en la Creación mi Fiat creó y

puso fuera mis obras, pero no quedó como centro de vida en las cosas

creadas; en la Redención, mi Fiat quedó como centro de vida en mi

Humanidad, pero no quedó como centro de vida en las criaturas, es más, si

 

 

su voluntad no se adhiere a la mía, dejan inútiles los frutos de mi Redención;

en cambio mi Fiat, al hacer vivir a la criatura en mi Querer, Yo quedo como

centro de vida de la criatura, y por eso te repito, como otras veces, que mi

Fiat Voluntas Tua será la verdadera gloria de la obra de la Creación, y el

cumplimiento de los copiosos frutos de la obra de la Redención. He aquí la

causa por la que no quiero otra cosa de ti, sino que mi Fiat sea tu vida, que

no mires otra cosa que mi Querer, porque quiero ser centro de tu vida."

Junio 12, 1921

Donde encuentre su Vida, Dios se detendrá y morará ahí

por siempre. Se reposará no en la obra de la Creación,

sino en su misma Vida. El alma debe ser

centro del Divino Querer.

 

Continuando mi habitual estado, mi siempre amable Jesús continúa

hablándome de su Santo Querer diciéndome:

"Querida hija mía, parto de mi Voluntad, Yo no te quiero cielo

tachonado de estrellas, me agradaría, encontraría mi obra, pero no me

satisfacería, porque no me encontraría a Mí mismo; no te quiero sol, si bien

me agradaría, encontraría la sombra de mi luz y de mi calor, pero no

encontrando mi Vida pasaría de largo; no te quiero tierra llena de flores, de

plantas y de frutos, pues si bien me podría agradar porque encontraría el

aliento de mis perfumes, las huellas de mi dulzura, la maestría de mi mano

creadora, en suma, encontraría mis obras pero no mi Vida y por eso pasaría

delante a todo, continuaría girando sin detenerme, ¿para encontrar qué cosa?

Mi Vida. ¿Y dónde encontraré esta mi Vida? En el alma que vive de mi

Voluntad. He aquí por qué no te quiero ni cielo, ni sol, ni tierra florida, sino

centro de mi Querer. Donde encuentre mi Vida me detendré y ahí habitaré

por siempre, y entonces estaré contento, me reposaré no en mi obra como en

la Creación, sino en mi misma Vida.

Has de saber que tu vida debe ser el Fiat; mi Fiat te sacó a la luz, y

cual noble reina llevando en tu seno al Fiat creador, debes caminar el campo

de la vida sobre las alas del mismo Fiat, arrojando por todas partes la semilla

de mi Voluntad para poder formar otros tantos centros de mi Vida sobre la

tierra, y después volver en mi mismo Fiat al Cielo. Seme fiel y mi Voluntad

te será vida, mano para conducirte, pies para caminar, boca para hablar, en

suma, se sustituirá a todo."

 

 

Junio 20, 1921

Semejanza entre el sol y quien vive del Divino Querer.

Encontrándome en mi habitual estado, mi siempre amable Jesús ha

venido, ero todo majestad y amor; me ha tomado la mano derecha con la

suya y acercándose a mi corazón me lo ha besado; después, con ambas

manos me ha tomado mi cabeza durante algunos momentos. ¿Quién puede

decir lo que me sentía infundir? Sólo Él puede decir lo que infundía en mí y

después me ha dicho:

"Hija de mi Querer, mi Querer te llena, y para custodiar mi Querer en

ti me ofrezco Yo mismo como custodia de mi misma Voluntad. Es tan

grande el don que he puesto en ti, que no quiero dejarlo a merced tuya,

porque no tendrías atención suficiente para custodiarlo, por eso no sólo

estaré como defensa, sino que te ayudaré a que se derrame fuera de ti, de

manera que donde quiera se verá la marca de mi Voluntad."

Después ha agregado: "Quien vive en mi Querer debe ser como

centro de todo; mira el sol en lo alto, en el cielo se ve el centro de su luz, su

circunferencia, pero la luz y el calor que expande tocan y llenan toda la

tierra, haciéndose vida y luz de toda la naturaleza; así quien vive en mi

Querer debe vivir como fundido en mi mismo centro, el cual es vida de todo;

estas almas son más que sol, son luz, calor y fecundidad de todos los bienes,

así que quienes no viven del todo en mi Querer, se pueden llamar plantas,

flores, árboles, que reciben luz, calor, fecundidad y vida de estos soles, y

viviendo en lo bajo están sujetos a crecer y a decrecer, están expuestos a los

vientos, a las heladas, a las tempestades, en cambio quien vive en mi Querer,

como sol tiene la primacía sobre todo, triunfa y conquista todo y mientras él

toca todo y se hace vida de todo, él es intangible, no se deja tocar por

ninguno, porque viviendo en lo alto ninguno lo puede alcanzar."

Junio 28, 1921

Las almas que viven en el Divino Querer, lo

que hace Dios hacen ellas. El verdadero reinar

es no estar excluido de ninguna cosa creada por Dios.

 

Me estaba poniendo toda en el Divino Querer y mi dulce Jesús me ha

dicho:

 

 

"Hija mía, las almas que viven en mi Querer son el reflejo de todos y

de todo, y como reflejan en todo, por consecuencia reciben el reflejo de

todos, y como mi Voluntad es vida de todo, ellas en mi Querer corren a dar

vida a todo, así que también las cosas inanimadas y los vegetales reciben sus

reflejos y ellas reciben el reflejo de todo lo creado, armonizan en mi Querer

con todas las cosas creadas por Mí, en mi Querer dan a todos, son amigas y

hermanas con todos y reciben amor y gloria de todos. Mi Querer me las

vuelve inseparables, y por eso lo que hago Yo lo hacen ellas, mi Querer no

sabe hacer cosas diferentes de Mí. El reino de mi Voluntad es reinar, por

eso todas ellas son reinas, pero el verdadero reinar es no estar excluido de

ninguna cosa creada por Mí."

Julio 14, 1921

Así como el sol forma la vida de toda la naturaleza,

el Divino Querer forma la vida de las almas.

Mi voluntad nadaba en el Querer eterno, y una luz incomprensible me

hacía comprender y me decía:

"Hija mía, para quien vive en mi Voluntad sucede como a la tierra que

está expuesta al sol; el sol, rey de todo lo creado está por encima de todo, y

toda la naturaleza parece que mendiga del sol lo que forma su vida, su

belleza, su fecundidad: La flor mendiga del sol su belleza, su colorido, su

perfume, y conforme va brotando y abriéndose, así abre la boca para recibir

del sol el calor y la luz para colorearse, perfumarse y formar su vida; las

plantas mendigan del sol la madurez, la dulzura, el sabor; todas las cosas

mendigan del sol su vida.

Mi Querer es más que sol, y conforme el alma entra en sus ardientes

rayos recibe la vida, y al ir repitiendo sus actos en mi Querer, así recibe:

Ahora mi belleza, ahora mi dulzura y fecundidad, ahora mi bondad y

santidad, así que cada vez que entra en los rayos de mi Querer, tantas

cualidades divinas de más recibe. ¡Oh! cuántas variadas bellezas adquiere,

cuánta vivacidad de colores, cuántos perfumes, si esto pudiera ser visto por

las demás criaturas, formaría su paraíso en la tierra, tal es la belleza de estas

almas, ellas son mis reflectores, mis verdaderas imágenes."

 

 

Julio 20, 1921

Semejanza entre el agua y la Divina Voluntad.

Continuando mi habitual estado me sentía muy amargada y decía entre

mí: "Sólo tu Querer me queda, no tenga nada más, todo ha desaparecido."

Y mi dulce Jesús moviéndose en mi interior me ha dicho:

"Hija mía, mi Voluntad es lo único que te debe quedar, Ella está

simbolizada por el agua, que mientras se ve abundante en los mares, en los

ríos, en los pozos, en el resto de la tierra se ve como si el agua no estuviera,

sin embargo no hay punto de la tierra que no esté impregnado por el agua,

no hay edificios en los cuales el agua no haya sido el primer elemento para

edificarlos, no hay alimento en el que el agua no tenga su lugar primario, de

otra manera sería alimento árido que el hombre ni siquiera podría deglutir.

Es tal y tanta la fuerza que contiene el agua, que si tuviera el campo libre

para salir del lecho del mar, devastaría y abatiría toda la tierra. Más que

agua es mi Voluntad; es verdad que en ciertos puntos, épocas y

circunstancias ha estado como represa en vastísimos mares, ríos y pozos,

pero no hay cosa, de la más grande a la más pequeña, en la cual mi Voluntad

no corra y no tenga el puesto primario, pero como escondida, como está

escondida el agua en la tierra, que aunque no aparece, es ella la que hace

vegetar las plantas y da la vida a las raíces. Pero cuando mi Amor haga

despuntar la era de mi Voluntad, la nueva era del máximo beneficio sobre

las criaturas, entonces se desbordarán los mares, los ríos de mi Querer, y

poniendo fuera sus olas gigantescas arrollarán todo en mi Querer, pero no

más como escondido, sino que sus olas fragorosas se harán ver por todos y

tocarán a todos, y quien quiera resistir a la corriente estará en peligro de

perder su vida.

Ahora, habiéndote quedado sólo mi Querer, eres como el agua que

tiene su lugar primario sobre todos los bienes y en todas las cosas, en el

Cielo y en la tierra, y cuando mi Querer salga de sus playas, tu querer

fundido en el mío tendrá su primado. ¿Qué más quieres?"

Julio 26, 1921

El Querer Divino es más que vida del alma.

Mi dulce Jesús continúa hablándome de su Santo Querer:

 

 

"Hija mía, si el sol es el rey del universo, si con su luz simboliza mi

Majestad y con su calor simboliza mi Amor y mi Justicia, que cuando

encuentra la tierra que no quiere prestarse a su fecundidad, con su aliento

ardiente la termina de secar y volverla estéril; el agua se puede decir reina de

la tierra, porque simbolizando a mi Voluntad no hay punto donde no entre,

ni hay criatura que pueda estar sin ella; tal vez sin el sol se pueda vivir, pero

sin el agua ninguno, ella entra en todo, hasta en las venas, en las vísceras

humanas, como en las profundas entrañas de la tierra, ella en mudo silencio

hace su curso continuado, se puede decir que el agua no sólo es reina, sino

que es como el alma de la tierra, sin el agua la tierra sería como un cuerpo

muerto. Tal es mi Voluntad, no sólo es reina, sino es más que alma de todas

las cosas creadas, es vida de cada latido, de cada fibra del corazón. Mi

Querer, como agua corre en todo, ahora silencioso y escondido, ahora

palpitante y visible. El hombre se puede sustraer de mi Luz, de mi Amor, de

mi Gracia, pero de mi Voluntad, jamás, sería como uno que quisiera vivir sin

agua; es verdad que puede haber algún loco que odie el agua, pero a pesar de

que la odie, que no la ame, estará obligado a beberla, o el agua o la muerte.

Así es de mi Voluntad, siendo vida de todo, las criaturas, o la tendrán con

ellas con amor o con odio, pero a pesar de todo estarán obligadas a hacer

correr mi Querer en ellas, como la sangre en las venas, y quien quisiera

sustraerse de mi Querer sería como suicidar la propia alma, pero mi Querer

no lo dejaría, seguiría sobre él el curso de la Justicia, no habiendo podido

seguir sobre él el curso de los bienes que contiene mi Querer. Si el hombre

supiera qué significa hacer o no hacer mi Voluntad, todos temblarían de

espanto al solo pensamiento de sustraerse por un solo instante de mi

Querer."

Agosto 9, 1921

Efectos de los actos hechos en el Divino Querer

Continuando mi habitual estado, me he encontrado fuera de mí misma

en medio de un vastísimo mar y veía una máquina, que conforme se movía

el motor, así el agua brotaba por todas las partes de la máquina, que

elevándose hasta el cielo estas oleadas de agua cubrían a todos los santos y

ángeles, y llegando hasta el trono del Eterno se derramaban con ímpetu a sus

pies y después descendían de nuevo al fondo del mismo mar. Yo he

quedado maravillada al ver esto y decía entre mí: "¿Qué será esta

máquina?" Y una luz que venía del mismo mar me ha dicho:

 

 

"El mar es mi Voluntad, la máquina es el alma que vive en mi Querer,

el motor es la voluntad humana que obra en el Divino Querer. Cada vez que

el alma hace sus intenciones especiales en mi Querer, el motor pone en

movimiento la máquina, y como mi Voluntad es vida de los

bienaventurados, como también lo es de la máquina, no es maravilla que mi

Voluntad que brota de esta máquina entre en el Cielo y resplandezca de luz,

de gloria, derramándose sobre todos, hasta en mi trono y después descienda

de nuevo en el mar de mi Voluntad en la tierra para bien de los viadores. Mi

Voluntad está por todas partes y los actos hechos en mi Voluntad corren por

todas partes, en el Cielo y en la tierra; corren al pasado, porque mi Voluntad

existía; al presente, porque nada ha perdido de su actividad; al futuro, porque

existirá eternamente. Cómo son bellos los actos en mi Voluntad y así como

mi Voluntad contiene siempre nuevos contentos, así estos actos son los

nuevos contentos de los mismos bienaventurados; son los suplentes de los

actos de los santos que no han sido hechos en mi Querer; son las nuevas

gracias de todas las criaturas."

Después he quedado toda afligida porque no había visto a mi dulce

Jesús y Él, moviéndose en mi interior, me ha estrechado en sus brazos

diciéndome:

"Hija mía, ¿por qué tan afligida? ¿No soy Yo mismo el mar?"

Agosto 13, 1921

La tristeza no entra en la Divina Voluntad. La Divina

Voluntad contiene la sustancia de todas las alegrías,

la fuente de todas las felicidades.

Me sentía muy afligida, y mi amable Jesús moviéndose en mi interior

me ha dicho:

"Hija mía, ánimo, no te quiero afligida, porque en quien vive en mi

Voluntad aflora sobre todo su ser la sonrisa del Cielo, el contento de los

bienaventurados, la paz de los santos. Mi Voluntad contiene la sustancia de

todas las alegrías, la fuente de todas las felicidades, y quien vive en mi

Querer, aun en el dolor siente empastados juntos, dolor y alegría, lágrimas y

sonrisas, amargura y dulzura; el contento es inseparable de mi Voluntad. Tú

debes saber que conforme piensas en mi Voluntad, conforme hablas,

conforme obras, conforme amas, etc., tantos hijos pares a mi Querer por

cuantos pensamientos haces, por cuantas palabras dices, por cuantas obras y

actos de amor emites; estos hijos se multiplican al infinito en mi Querer y

 

 

giran por el Cielo y por toda la tierra, llevando al Cielo nueva alegría, nueva

gloria y contento, y a la tierra nueva gracia, girando por todos lo corazones

les llevan mis suspiros, mis gemidos, las súplicas de su Madre que los quiere

salvos y que les quiere dar su Vida. Ahora, estos hijos, partos de mi Querer,

para ser reconocidos como hijos míos deben semejar, tener los mismos

modos de la Madre que los ha parido; si se ven tristes serán echados fuera

del Cielo y se les dirá: ‘En nuestra morada no entra la tristeza.’ Y a las

criaturas no les harán impresión, porque viéndolos tristes dudarán que sean

verdaderos hijos legítimos de mi Querer, y además, quien es triste no tiene la

gracia de insinuarse en los demás, de vencerlos y dominarlos; quien es triste

no es capaz de heroísmo ni de darse para bien de todos. Muchas veces estos

hijos quedan abortados o mueren en el parto, sin salir a la luz del Divino

Querer."

Agosto 20, 1921

Los actos hechos en el Divino Querer

son nuevos cielos de amor y de gloria..

Continuando mi estado de privación y de amargura indecible, mi

amado Jesús ha venido y circundándome con sus brazos me ha dicho:

"Hija mía, hija de mi Querer, Yo amo tanto a quien vive en mi

Voluntad, que me hago custodio y lo tengo defendido en mis mismos brazos.

Soy celoso de que ni siquiera uno de sus actos quede perdido, porque en

cada acto está comprometida mi misma Vida. El Fiat hizo salir la Creación

y del Fiat recibe continua conservación, si mi Fiat se retirara se resolvería en

la nada, y si se conserva íntegra, sin cambiarse, es porque del Fiat no se ha

salido, pero Yo un nuevo Fiat no lo he repetido, de otra manera saldrían

otros nuevos cielos, otros nuevos soles y estrellas, uno diferente del otro;

pero en el alma que vive en mi Querer no es un solo Fiat, sino repetidos Fiat,

por lo cual conforme el alma obra en mi Querer, Yo repito el Fiat y se

extienden nuevos cielos, nuevos soles y estrellas, y como el alma contiene

una inteligencia, estos cielos son nuevos cielos de amor, de gloria, de luz, de

adoración, de conocimiento, que forman tal variedad de bellezas que Yo

mismo quedo raptado; todo el Cielo, los santos, los ángeles, no saben separar

la mirada, porque mientras están mirando la variedad de los cielos que

contiene, otros nuevos se extienden, el uno más bello que el otro, ven la

patria celestial reproducida en el alma que vive en mi Querer, la

multiplicidad de las cosas nuevas se multiplican al infinito. ¿Cómo no debo

 

 

tener custodiada esta alma y ser sumamente celoso de ella, si uno solo de sus

actos vale mucho más que la misma Creación? Porque el cielo, el sol, son

sin inteligencia, por eso, por parte de ellos no tienen ningún valor, todo el

valor es mío; en cambio para quien vive en mi Querer, conteniendo una

inteligencia, está su querer que corre en el mío, y la potencia de mi Fiat se

sirve de él como materia para extender estos nuevos cielos, así que conforme

el alma obra en mi Querer, me da el deleite de formar nuevas creaciones.

Estos actos son la explicación, el desarrollo de la Vida de mi Voluntad, los

prodigios de mi Querer, mi Fiat repetido, ¿cómo no debo amar a esta alma?

Agosto 25, 1921

Por cuanto más conocimiento se tiene del Divino

Querer, tanto más valor adquieren los actos.

 

Estaba toda fundiéndome en el Santo Querer Divino, y mi Jesús me ha

dicho:

"Hija de mi Querer, cuantas veces de más te sumerges en mi Querer,

tanto más se ensancha el círculo de tu voluntad en la mía. Es verdad que los

actos hechos en mi Querer llenan todo, como la luz del sol llena la tierra,

pero con el repetir los actos en mi Querer se ensancha la circunferencia del

mismo sol y el alma adquiere mayor intensidad de luz y de calor y conforme

repite sus actos en mi Querer, tantas veces queda anudada su voluntad a la

mía, y estos nudos hacen correr tantos ríos divinos sobre toda la tierra, que

impiden el libre curso a la Justicia."

Y yo: "Sin embargo, oh mi Jesús, muchos flagelos llenan la tierra,

tanto de hacer estremecer."

Y Él: "¡Ah, hija mía, sin embargo se puede decir que es nada aún! Y

si no fuera por estos ríos, por estos nudos de la voluntad humana hechos en

la Voluntad Divina, Yo miraría la tierra como si no me perteneciera más y

entonces haría abrir vorágines por todas partes para tragársela. ¡Oh, cómo

me pesa la tierra!"

Pero lo decía con tal amargura de hacer llorar a las piedras. Luego ha

agregado:

"Cada vez que te hablo de mi Querer y tú adquieres nuevos

conocimientos, tanto más valor tiene tu acto en mi Querer y más riquezas

inmensas adquieres. Sucede como con alguno que tiene una joya y sabe que

ésta tiene un valor de un centavo, él es rico en un centavo. Ahora, sucede

que hace ver su joya por un experto y éste le dice que su joya tiene un valor

de cinco mil liras, entonces ya no posee un centavo, sino que es rico en cinco

 

 

mil liras. Después de algún tiempo tiene ocasión de hacer ver su joya por

otro perito más experto, y él le asegura que su joya tiene un valor de cien mil

liras y que está dispuesto a comprarla si es que la quiere vender; ahora es

rico en cien mil liras. Según conoce el valor de su joya así se hace más rico

y siente mayor amor y estima por su joya, la tiene guardada con mayor

cuidado sabiendo que es toda su fortuna, mientras que antes la tenía como

una cosa de nada. No obstante la joya no ha cambiado, ha quedado tal como

era, el cambio se ha realizado en él con saber el valor que la joya contiene.

Así sucede de mi Voluntad, como también de las virtudes, según el alma

comprende su valor, adquiere mayor conocimiento sobre ella, así viene a

adquirir nuevos valores y nuevas riquezas en sus actos. Así que por cuanto

más conozcas de mi Voluntad, tanto más tu acto adquirirá su valor. ¡Oh, si

supieras qué mares de gracias Yo abro entre tú y Yo cada vez que te hablo

de los efectos de mi Querer, te morirías de felicidad y harías fiesta como si

hubieses adquirido nuevos reinos para dominar!"

Septiembre 2, 1921

Quien sale del Divino Querer va al encuentro de todas las miserias.

Un conocimiento de más prepara al alma a un conocimiento mayor.

Me estaba lamentando con mi dulce Jesús por estos benditos escritos

que quieren divulgar, y me sentía como si quisiera sustraerme de su Querer,

y mi dulce Jesús me ha dicho:

"Hija mía, ¿cómo? ¿Quisieras sustraerte de mi Querer? Demasiado

tarde, después de haberte atado tú misma en mi Voluntad, Ella para tenerte

más segura te ha atado con dobles cadenas; has vivido como reina en mi

Voluntad, te has habituado a vivir con alimentos delicadísimos y

sustanciosos, no dominada por ninguno sino dominadora de todo, hasta de ti

misma, estás habituada a vivir con todas las comodidades, inmersa en

inmensas riquezas. Si tú sales de mi Voluntad, de inmediato sentirás la

miseria, el frío, el dominio perdido, todos los bienes te desaparecerán y de

reina te convertirás en vilísima sierva; así que tú misma, advirtiendo el gran

contraste que hay entre el vivir en mi Querer y el salir fuera de Él, te

arrojarías más al fondo de mi Voluntad, por eso te digo: ‘Demasiado tarde.’

Además me quitarías un gran contento; tú debes saber que Yo he hecho

contigo como un rey que quiere amar a un amigo muy desemejante de él en

la condición, pero es tanto su amor que ha decidido hacerlo semejante a él.

Ahora, este rey no puede hacer todo de un solo golpe y hacer al amigo rey

 

 

como él mismo, sino que lo hace poco a poco; primero le prepara la morada

real semejante a la suya, después le manda los ornamentos para adornar el

palacio, le forma un pequeño ejército, a continuación le da la mitad del

reino, de modo que puede decir: ‘Lo que posees tú poseo yo, rey soy yo, rey

eres tú.’ Pero cada vez que el rey le daba sus dones, veía su fidelidad y el

darle el don le era ocasión de nuevo contento, de mayor gloria suya y honor,

y de una nueva fiesta. Si el rey hubiera querido dar al amigo de un solo

golpe todo lo que le ha dado poco a poco, habría incomodado y turbado al

amigo, porque no estaba adiestrado a saber dominar, pero poco a poco, con

su fidelidad, ha venido instruyéndose y todo le resulta fácil.

Así he hecho contigo. Habiéndote elegido en modo especial a vivir en

la altura de mi Voluntad, poco a poco te he instruido, haciéndotela conocer,

y conforme te la hacía conocer ensanchaba tu capacidad y la preparaba a un

conocimiento mayor, y cada vez que te manifiesto un valor, un efecto de mi

Querer, Yo siento por ello un contento mayor y junto con el Cielo hago

fiesta. Ahora, conforme salen fuera estas mis verdades, tú duplicas mis

contentos y mis fiestas, por eso déjame hacer a Mi, tú profundízate más en

mi Querer."

Septiembre 6, 1921

Conforme se conocen las verdades, así se forma nueva

unión con Jesús. Jesús quiere hacer conocer lo que hacía

su Voluntad en su Humanidad para hacer herederas

a las nuevas generaciones de su Voluntad, de los

efectos, del valor que Ella contiene.

 

Estaba fundiéndome toda en el Santo Querer de mi dulce Jesús y le

decía: "Amor mío, entro en tu Querer y aquí encuentro todos los

pensamientos de tu mente y todos los de las criaturas, y yo hago corona con

mis pensamientos y con los de todos mis hermanos en torno a los tuyos, y

después los uno todos y hago de todos uno solo para darte el homenaje, la

adoración, la gloria, el amor, la reparación de tu misma inteligencia." Y

mientras esto decía, mi Jesús se ha movido en mi interior y poniéndose de

pie me ha dicho:

"Hija inseparable de mi Voluntad, cómo estoy contento al oír repetir

lo que hacía mi Humanidad en mi Voluntad, y Yo beso tus pensamientos en

los míos, tus palabras en las mías, tu latido en el mío."

 

 

Y mientras esto decía me cubría toda de besos. Luego le dije: "Vida

mía, ¿por qué gozas tanto y haces fiesta cada ves que manifiestas otro efecto

de tu Voluntad?"

Y Jesús: "Tú debes saber que cada vez que te manifiesto una verdad

de más de mi Voluntad, es una unión de más que formo entre tú y Yo y con

toda la familia humana, es una unión mayor, un vínculo más estrecho, es un

mayor participar en mi herencia y conforme las manifiesto formo la escritura

de donación, y viendo a mis hijos más ricos y que toman parte en la

herencia, siento nuevos contentos y hago fiesta. Me sucede a Mí como a un

padre, el cual posee muchas posesiones pero que no son conocidas por los

hijos, así que no saben que son hijos de un padre tan rico. Ahora, el padre,

llegados los hijos a edad mayor, día tras día les va diciendo que posee tal y

tal hacienda; los hijos al oírlo hacen fiesta y se estrechan con un mayor

vínculo de amor en torno al padre; éste, al ver la fiesta de los hijos, hace

también fiesta y les prepara una sorpresa mayor y les dice: Tal provincia es

mía, luego tal reino. Los hijos quedan encantados y no sólo hacen fiesta,

sino que se sienten afortunados de ser hijos de un tal padre. Pero el padre no

sólo hace conocer sus posesiones a los hijos, sino que los constituye

herederos de sus bienes. Así me sucede a Mí, hasta ahora he hecho conocer

lo que hizo mi Humanidad, sus virtudes, sus penas, para constituir a la

familia humana heredera de los bienes de mi Humanidad, pero ahora quiero

ir más allá, quiero hacerles conocer lo que hacía mi Voluntad en mi

Humanidad para constituir herederas de mi Voluntad, de los efectos, del

valor que Ella contiene, a las nuevas generaciones, por eso sé atenta en

escucharme y no pierdas nada de los efectos y del valor de mi Voluntad,

para que puedas ser fiel relatora de estos bienes y primer vínculo de unión

con mi Querer y de comunicación para las demás criaturas."

Septiembre 14, 1921

Cada vez que el alma hace sus actos en la Divina

Voluntad, así crece siempre más en santidad.

 

Continuando mi habitual estado, mi siempre amable Jesús al venir me

ha dicho:

"Hija mía, cada vez que el alma hace sus actos en mi Voluntad, crece

siempre más ante Mí en sabiduría, en bondad, potencia y belleza, porque

conforme va repitiendo los actos en mi Voluntad, tantos bocados toma de

sabiduría, de bondad, etc., y el alma crece de aquel alimento del cual se

 

 

alimenta, por eso de Mí está escrito en el santo Evangelio que crecía en

sabiduría ante Dios y ante los hombres; como Dios no podía ni crecer ni

decrecer, mi crecer no era otra cosa que mi Humanidad, que conforme crecía

en los años venía a multiplicar mis actos en el Querer Supremo, y un acto de

más que hacía era un crecer de más en la Sabiduría de mi Padre Celestial, y

era tan verdadero este mi crecimiento, que aun las criaturas lo notaban.

Cada acto mío corría en el mar inmenso de la Voluntad Divina, y conforme

obraba me nutría de este alimento celestial; sería demasiado extenso el

decirte los mares de sabiduría, de bondad, de belleza, de potencia que recibía

mi Humanidad en cada acto de más que hacía, así le sucede al alma. Hija

mía, la santidad en mi Voluntad crece a cada instante, no hay cosa que se

escape del crecer y que el alma no pueda hacer correr en el mar infinito de

mi Voluntad; las cosas más indiferentes, el sueño, el alimento, el trabajo,

etc., pueden entrar en mi Querer y tomar en Él su puesto de honor como

obras de mi Querer; sólo con que el alma lo quiera y todas las cosas, desde

las más grandes hasta las más pequeñas pueden ser ocasiones para entrar en

mi Querer, lo que no sucede con las virtudes, porque las virtudes si se

quieren ejercitar muchas veces falta la ocasión, si se quiere ejercitar la

obediencia se necesita a alguien que dé órdenes, y puede suceder que por

días y por semanas falte quien dé nuevas órdenes para hacerla obedecer y

entonces, por cuanta buena voluntad tenga de obedecer, la pobre obediencia

quedará ociosa; así de la paciencia, la humildad y todas las demás virtudes,

pues como son virtudes de este bajo mundo, se necesita a las otras criaturas

para ejercitarlas, en cambio mi Voluntad es virtud de Cielo y Yo solo basto

para tenerla a cada instante en continuo ejercicio; para Mí es fácil

mantenerla tan elevada, así de noche o de día, para tenerla ejercitada en mi

Querer."

Septiembre 16, 1921

Jesús al obrar formaba nuestras

obras en el Divino Querer.

Estaba haciendo la hora de la Pasión en la que mi dulce Jesús se

encontraba en el palacio de Herodes vestido de loco, recibiendo burlas, y mi

siempre amable Jesús, haciéndose ver me ha dicho:

"Hija mía, no solamente en aquel momento fui vestido de loco,

escarnecido y recibí burlas, sino que las criaturas continúan dándome estas

penas; es más, estoy bajo continuas burlas y por toda clase de personas. Si

una persona se confiesa y no mantiene sus propósitos de no ofenderme, es

 

 

una burla que me hace; si un sacerdote confiesa, predica, administra

Sacramentos y su vida no corresponde a las palabras que dice y a la dignidad

de los Sacramentos que administra, tantas burlas me hace por cuantas

palabras dice, por cuantos Sacramentos administra; y mientras Yo en los

Sacramentos les doy la vida nueva, ellos me dan escarnios, burlas y al

profanarlos me preparan la vestidura para vestirme de loco; si los superiores

ordenan a sus inferiores sacrificios, oración, virtud, desinterés, y ellos llevan

una vida cómoda, viciosa, interesada, son tantas burlas que me hacen; si las

cabezas civiles y eclesiásticas quieren la observancia de las leyes y ellos son

los primeros transgresores, son burlas que me hacen. ¡Oh, cuántas burlas me

hacen!, son tantas, que estoy cansado de ellas, especialmente cuando bajo

apariencia de bien ponen el veneno del mal; ¡oh! cómo hacen de Mí un

juego, como si Yo fuera su juguete y su pasatiempo, pero mi Justicia tarde o

temprano se burlará de ellos, castigándolos severamente. Tú reza y

repárame estas burlas que tanto me duelen y que son la causa por la que no

puedo hacer conocer quien soy Yo."

Después, habiendo venido nuevamente Jesús y como yo estaba

fundiéndome toda en el Divino Querer, me ha dicho:

"Hija queridísima de mi Querer, Yo estoy esperando con ansia tus

fusiones en mi Voluntad; tú debes saber que conforme Yo pensaba en mi

Voluntad, así iba modelando tus pensamientos en Ella, preparándoles su

lugar; al obrar, modelaba tus obras en mi Querer, y así de todo lo demás.

Ahora, lo que Yo hacía no lo hacía para Mí, porque no tenía necesidad, sino

para ti y por eso te espero en mi Voluntad, para que vengas a tomar los

lugares que te preparó mi Humanidad, y sobre las obras que preparé ven a

hacer las tuyas, y entonces por ello estaré contento y recibiré completa gloria

cuando te vea hacer lo que Yo hice."

Septiembre 21, 1921

Dios quiere dar sus bienes a sus hijos.

El obrar en la Divina Voluntad es día.

 

Encontrándome en mi habitual estado, mi siempre amable Jesús al

venir me ha dicho:

"Hija mía, en qué dolorosas condiciones me ponen las criaturas. Yo

soy como un padre riquísimo, y que ama sumamente a sus hijos, pero sus

hijos son sumamente ingratos, porque mientras el padre quiere vestirlos,

éstos rechazan las vestiduras y quieren quedar desnudos; el padre les da el

 

 

alimento, y éstos quieren quedar en ayunas, y si comen, se alimentan de

alimentos sucios y viles; el padre les dona sus riquezas, los quiere tener a su

alrededor, les da su misma habitación, y los hijos nada quieren aceptar y se

contentan con andar errantes, sin techo y pobres. ¡Pobre padre, cuántos

dolores, cuántas lágrimas no derrama! Sería menos infeliz si no tuviera qué

dar, pero el tener los bienes y no tener qué hacer con ellos y ver perecer a

sus hijos, esto es un dolor que supera a cualquier dolor. Tal soy Yo, quiero

dar y no hay quien tome, así que las criaturas son causa de hacerme derramar

lágrimas amargas y de tener un dolor continuo; ¿pero sabes tú quien enjuga

mis lágrimas y me cambia el dolor en alegría? Quien quiere estar siempre

junto conmigo, quien toma con amor y con filial confianza mis riquezas,

quien se alimenta a mi misma mesa y quien se viste con mis mismos

vestidos; a estos Yo doy sin medida, son mis confidentes y los hago reposar

sobre mi mismo seno."

Después de esto me he encontrado fuera de mí misma, y veía surgir

nuevas revoluciones entre partidos y partidos y cómo esto será causa de

mayores combates; y mi dulce Jesús me ha dicho:

"Hija mía, si no se forman los partidos no pueden suceder las

verdaderas revoluciones, especialmente contra la Iglesia, porque si no

estuviera el partido faltaría el elemento contra el cual se quisiera combatir,

pero cuántos de este partido que aparentemente se dice católico son

verdaderos lobos cubiertos con el manto de corderos, y darán muchos

dolores a mi Iglesia; muchos creen que con este partido será defendida la

religión, pero será todo lo contrario, y los enemigos se servirán de él para

clamar mayormente contra Ella."

Después he regresado en mí misma, y era la hora cuando mi amado

Jesús salía de la prisión y era llevado de nuevo ante Caifás, yo he tratado de

acompañarlo en este misterio, y Jesús me ha dicho:

"Hija mía, cuando fui presentado ante Caifás era pleno día, y era tanto

el Amor que Yo tenía hacia las criaturas, que salía en este último día ante el

pontífice todo deformado, llagado, para recibir la condena de muerte; pero

cuantas penas debía costarme esta condena, y Yo estas penas las convertía

en días eternos, con los cuales circundaba a cada una de las criaturas, a fin

de que alejándole las tinieblas, cada una encontrara la luz necesaria para

salvarse y ponía a su disposición mi condena de muerte para que encontraran

en ella su vida. Así que cada pena y cada bien que Yo hacía, era un día de

más que daba a la criatura; y no sólo Yo, sino también el bien que hacen las

criaturas es siempre día que forman, así como el mal es noche. Sucede

como cuando una persona tiene una luz y se encuentran cerca de ella diez,

veinte personas, a pesar de que la luz no es de todas, sino de una sola, las

 

 

otras gozan de la luz, pueden trabajar, leer, y mientras ellas se aprovechan de

la luz no hacen ningún daño a la persona que la posee. Así sucede con el

bien obrar, no sólo es día para ella, sino que puede hacer el día a quién sabe

cuántas otras; el bien es siempre comunicativo y mi Amor no sólo me

incitaba a Mí, sino que daba la gracia a las criaturas que me aman, de formar

tantos días en provecho de sus hermanos por cuantas obras buenas van

haciendo."

Septiembre 28, 1921

Jesús es luz y todo lo que de Él sale es luz, que

difundiéndose en medio de todas las criaturas

se sustituye como vida de cada una de ellas.

Continuando mi habitual estado, mi siempre amable Jesús se hacía ver

junto a mí, con el corazón todo en llamas, y de cada latido que daba su

corazón salía una luz, estas luces me circundaban toda y se difundían sobre

toda la Creación. Yo he quedado sorprendida, y Jesús me ha dicho:

"Hija mía, Yo soy Luz eterna, y todo lo que sale de Mí es luz, así que

no es solamente mi latido el que hace salir luz, sino cada pensamiento mío,

respiro, palabra, paso, cada gota de mi sangre, es luz que se desprende de

Mí, y que difundiéndose en medio de todas las criaturas, se sustituye como

vida de cada una de ellas, queriendo la correspondencia de sus pequeñas

luces, porque también ellas son luz, pues también ellas han salido de dentro

de mi misma Luz, pero el pecado convierte en tinieblas el obrar de la

criatura.

Hija mía, amo tanto a la criatura, que la concebí en mi aliento y la di a

luz sobre mis rodillas, para hacerla reposar sobre mi seno y tenerla al seguro,

pero la criatura me huye, y Yo, no sintiéndola en mi aliento ni encontrándola

sobre mis rodillas, mi aliento la llama continuamente, y mis rodillas están

cansadas de esperarla y la voy buscando por todas partes para tenerla

conmigo de regreso. ¡Ah, en qué estrecheces de dolor y de amor me ponen

las criaturas!"

Después de esto, habiendo yo oído hablar de la humildad, estoy

convencida de que esta virtud no existe en mí, ni yo pienso en ella jamás, y

al venir mi dulce Jesús le he dicho mi pena, y Él me ha dicho:

"Hija mía, no temas, Yo te he crecido en el mar, y quien vive en el

mar no se entiende de la tierra. Si se quisiera preguntar a los peces como es

la tierra, como son sus frutos, las plantas, las flores, si tuvieran razón

 

 

responderían: ‘Nosotros hemos nacido en el mar, vivimos en el mar, el agua

nos nutre y si los demás quedarían ahogados en él, nosotros nos movemos en

él y él nos da la vida; si a los demás seres les helaría la sangre en las venas, a

nosotros nos da el calor, el mar es todo para nosotros, nos sirve de

habitación, de cama, paseamos en él, somos los únicos seres afortunados que

no debemos fatigarnos para encontrar el alimento, lo que queremos, todo

está pronto a nuestra disposición, así que podemos deciros acerca del mar,

no de la tierra; el agua nos sirve para todo y en ella encontramos todo.’ Pero

si en cambio se les preguntara a los pájaros, éstos responderían:

‘Conocemos las plantas, la altura de los árboles, las flores, los frutos; dirían

cuántas fatigas pasan para encontrar una semilla para alimentarse, un

escondite para protegerse del frío, de la lluvia.’

Similitud del mar es para quien vive en mi Voluntad; similitud de la

tierra es para quien camina por el camino de las virtudes; por eso, viviendo

tú en el mar de mi Voluntad, no es maravilla el que sólo mi Voluntad te

baste para todo; si el agua sirve y hace tantos oficios diversos a los peces:

de alimento, de calor, de lecho, de habitación, de todo, mucho más lo puede

hacer y en modo más admirable mi Voluntad, es más, en mi Voluntad las

virtudes son en el grado más heroico y divino. Mi Voluntad absorbe todo y

disuelve todo en Sí, y el alma queda absorbida en mi Voluntad, de Ella se

alimenta, en Ella camina, sólo a Ella conoce y le basta para todo, se puede

decir que entre todas las criaturas es la única afortunada que no debe

mendigar un pan, no, sino que el agua de mi Voluntad la inunda por encima,

por debajo, a la derecha, a la izquierda, y si quiere el alimento come, si

quiere la fuerza la encuentra, si quiere dormir encuentra la cama más suave

para reposarse, todo está pronto a su disposición."

Octubre 6, 1921

El pecado es el punto negro del hombre,

el estado de gracia es el punto luminoso.

Estaba rezando y adorando las llagas de mi crucificado Jesús, y

pensaba entre mí: "Cómo es feo es el pecado, que ha reducido a mi sumo

bien a un estado tan desgarrador." Y mi siempre amable Jesús, apoyando su

santísima cabeza sobre mi hombro, suspirando me ha dicho:

"Hija mía, el pecado no sólo es feo, sino horrible, es el punto negro del

hombre. Mientras peca sufre una transformación brutal, todo lo bello que le

he dado se cubre de una fealdad horrible al verse, y no solamente el sentido

 

 

que peca, sino todo el hombre corre junto, así que pecado el pensamiento, el

latido, el respiro, el movimiento, el paso; la voluntad ha arrastrado al hombre

a un solo punto, y de todo su ser salen densas tinieblas que lo ciegan y un

aire venenoso que lo envenena, todo es negro en torno a él, todo es mortal, y

cualquiera que se acerca a él se pone en un estado de peligro, horrible y

espantoso, tal es el hombre en el estado de pecado."

Yo he quedado aterrorizada y Jesús ha continuado:

"Si horrible es el hombre en el estado de culpa, en el estado de gracia

y de obrar el bien es bello; el bien, aunque sea el más pequeño, es el punto

luminoso del hombre, mientras hace el bien sufre una transformación

celestial, angélica y divina, su buen querer arrastra todo su ser a un solo

punto, así que bien es el pensamiento, la palabra, el latido, el movimiento, el

paso, todo es luz dentro y fuera de él, su aire es balsámico y vital, y

cualquiera que se acerca se pone al seguro. Cómo es bella, graciosa,

atrayente, amable, hermosa, el alma en gracia al hacer el bien, tanto que Yo

mismo quedo enamorado, cada bien que hace es un matiz de belleza de más

que adquiere, es una semejanza de más con su Creador, que la hace

distinguir por hija suya, es una posesión divina que pone en comercio. Cada

bien que hace son los portavoces entre el Cielo y la tierra, son los postes, los

hilos eléctricos que mantienen las comunicaciones con Dios."

Octubre 9, 1921

La voluntad en el hombre es lo que más semeja a su Creador.

La voluntad humana es el depósito de todo el obrar del hombre.

 

Estaba pensando en el momento en el que mi dulce Jesús tomaba la

última cena con sus discípulos, y mi amable Jesús en mi interior me ha

dicho:

"Hija mía, mientras cenaba con mis discípulos, no era sólo a ellos a

quienes tenía a mi alrededor, sino a toda la familia humana, una por una las

tenía junto a Mí, las conocí todas, las llamé por su nombre; también te llamé

a ti y te di el puesto de honor entre Juan y Yo y te constituí pequeña

secretaria de mi Querer, y mientras partía el cordero ofreciéndolo a mis

apóstoles, lo daba a todos y a cada uno; aquel cordero desvenado, asado,

cortado en pedazos, hablaba de Mí, era el símbolo de mi Vida y de cómo

debía reducirme por amor de todos, y Yo quise darlo a todos como alimento

exquisito que representaba mi Pasión, porque todo lo que hice, dije y sufrí,

mi Amor lo convertía en alimento del hombre, ¿pero sabes tú por qué llamé

 

 

a todos y les di el cordero a todos? Porque también Yo quería el alimento de

ellos, cada cosa que hicieran quería que fuese alimento para Mí, quería el

alimento de su amor, de sus obras, de sus palabras, de todo."

Y yo: "Amor mío, ¿cómo puede ser que se convierta en alimento para

Ti nuestro obrar?"

Y Jesús: "No es sólo de pan que se puede vivir, sino de todo aquello a

lo que mi Voluntad da la virtud de poder hacer vivir, y si el pan alimenta al

hombre es porque Yo lo quiero. Ahora, lo que la criatura dispone con su

voluntad formarme con su obrar, esa forma toma su obrar, si de su obrar

quiere formarme el alimento, me forma el alimento; si de su obrar quiere

formarme amor, me da el amor; si reparación, me forma la reparación; y si

en su voluntad me quiere ofender, con su obrar me forma el cuchillo para

herirme y tal vez aun para matarme."

Después ha agregado: "La voluntad en el hombre es lo que más lo

asemeja a su Creador; en la voluntad humana he puesto parte de mi

Inmensidad y de mi Potencia, y dándole el puesto de honor la he constituido

reina de todo el hombre y depositaria de todo su obrar. Así como las

criaturas tienen cajas para conservar sus cosas para tenerlas custodiadas, así

el alma tiene su voluntad para conservar y custodiar todo lo que piensa, lo

que dice y lo que obra, ni siquiera un pensamiento perderá. Lo que no puede

hacer con el ojo, con la boca, con las obras, lo puede hacer con la voluntad;

en un instante puede querer mil bienes o mil males, la voluntad hace volar el

pensamiento al Cielo, en las partes más lejanas y hasta en los abismos; a la

criatura se le puede impedir que obre, que vea, que hable, pero todo esto lo

puede hacer en la voluntad, y todo lo que hace y quiere forma un acto y lo

deja en depósito en su mismo querer; y como la voluntad se puede extender,

¿cuántos bienes y cuántos males no puede contener? Por eso, entre todo

quiero el querer del hombre, porque si tengo esto, la fortaleza está vencida."

Octubre 13, 1921

Todas las palabras de Jesús son fuentes

llevan y brotan hacia la Vida eterna.

Estaba oprimida al pensar que estoy obligada a decir y a escribir aun

las más pequeñas cosas que el buen Jesús me dice, y al venir me ha dicho:

 

 

"Hija mía, cada vez que Yo te hablo intento abrir una fuentecita en tu

corazón, porque todas mis palabras son fuentes que llevan y brotan a la vida

eterna, pero para formarse estas fuentes en tu corazón, tú debes poner

también de lo tuyo, es decir, debes masticarlas muy bien para poderlas poner

en tu corazón y abrir en él la fuente; con pensarlas y repensarlas tú formas la

masticación; con decirlas a quien tiene autoridad sobre ti y siéndote

asegurado que es palabra mía, tú sin duda la pasas y abres la fuente para ti, y

según las ocasiones de tus necesidades, te sirves de ella y bebes a grandes

sorbos en la fuente de mi verdad; con escribirlas abres los canales que

pueden servir a cualquiera que quiera quitarse la sed para no dejarlo morir de

sed. Ahora, con no decirlas tú no las piensas, y al no masticarlas no puedes

pasarlas, por eso corres peligro de que la fuente no se forme y que el agua no

brote, y cuando tengas necesidad de aquella agua, la primera en sufrir la sed

serás tú, y si no escribes, no abriendo los canales, ¿de cuántos bienes no

privarás a los demás?

Ahora, mientras escribía pensaba entre mí: "Hace ya algún tiempo

que mi dulce Jesús no me habla de su Santísima Voluntad, sino de otras

verdades; yo me siento más llevada a escribir sobre su Santísimo Querer,

siento más gusto y siento como si fuera cosa exclusivamente mía, y su

Querer me basta para todo." Y mi siempre benigno Jesús, al venir me ha

dicho:

"Hija mía, no te debes maravillar si sientes más gusto y te sientes más

llevada a escribir sobre mi Querer, porque oír, decir, escribir sobre mi

Querer es la cosa más sublime que pueda existir en el Cielo y en la tierra, es

lo que más me glorifica y toma todos los bienes juntos y toda la santidad de

un solo golpe; en cambio las otras verdades encierran cada una su bien

distinto, se beben de sorbo en sorbo, se suben escalón por escalón, se

adaptan al modo humano; en cambio mi Voluntad, es el alma la que se

adapta al modo divino, no son sorbos que se beben, sino mares; no escalones

que se suben, sino vuelos que en un abrir y cerrar de ojos toman el Cielo,

¡oh, mi Voluntad, mi Voluntad! Sólo al oírla de ti me trae tanta alegría y

dulzura, y sintiéndome circundado por mi Voluntad que contiene la criatura,

como por otra inmensidad mía, siento tanto gusto que me hace olvidar el mal

de las otras criaturas. Por eso debes saber que grandes cosas te he

manifestado de mi Voluntad, pero que aun no las has masticado bien y no las

has digerido de modo de tomar toda la sustancia para formar la sangre de tu

alma. Cuando hayas formado toda la sustancia, regresaré de nuevo y te

manifestaré otras cosas más sublimes de mi Voluntad, y mientras espero que

las digieras bien, te tendré ocupada con otras verdades que me pertenecen,

para que si las criaturas no se quieren servir del mar, del sol de mi Voluntad

 

 

para venir a Mí, se puedan servir de las fuentecitas, de los canales para venir

a Mí y tomar para su bien las cosas que me pertenecen."

Octubre 16, 1921

En cuanto Jesús fue concebido,

hizo renacer todas las criaturas en Él.

 

Encontrándome en mi habitual estado, mi siempre amable Jesús me

hacía ver cómo de dentro de su Santísima Humanidad salían todas las

criaturas, y todo ternura me ha dicho:

"Hija mía, mira el gran prodigio de la encarnación, en cuanto fui

concebido y se formó mi Humanidad, así hacía renacer a todas las criaturas

en Mí, así que en mi Humanidad, mientras renacían en Mí, sentía todos sus

actos distintos: En la mente contenía cada pensamiento de criatura, buenos y

malos, los buenos los confirmaba en el bien, los rodeaba con mi Gracia, los

investía con mi Luz, a fin de que renaciendo de la santidad de mi mente,

fueran dignos partos de mi inteligencia; los malos los reparaba, hacía la

penitencia que les correspondía, multiplicaba mis pensamientos al infinito

para dar al Padre la gloria por cada pensamiento de las criaturas. En mis

miradas, en mis palabras, en mis manos, en mis pies y hasta en mi corazón,

contenía las miradas, las palabras, las obras, los pasos, los corazones de cada

uno, y renaciendo en Mí todo quedaba confirmado en la santidad de mi

Humanidad, todo reparado, y por cada ofensa sufrí una pena especial. Y

habiéndolos hecho renacer a todos en Mí, los llevé en Mí todo el tiempo de

mi Vida, ¿y sabes cuando los parí? Los parí sobre la cruz, en el lecho de mis

acerbos dolores, entre espasmos atroces, en el último suspiro de mi Vida; y

en cuanto morí, así renacían todos a nueva vida, todos sellados y marcados

con todo el obrar de mi Humanidad; y no contento con haberlos hecho

renacer, a cada uno le daba todo lo que Yo había hecho para tenerlos

defendidos y en lugar seguro. ¿Ves qué santidad contiene el hombre? La

santidad de mi Humanidad; jamás habría podido dar a luz hijos indignos y

desemejantes de Mí, por eso amo tanto al hombre, porque es parto mío, pero

el hombre es siempre ingrato y llega a no conocer al Padre que lo ha parido

con tanto amor y dolor."

Después de esto se hacía ver todo en llamas, y Jesús quedaba quemado

y consumido en aquellas llamas y no se veía más, no se veía otra cosa que

fuego, pero después se veía renacer de nuevo, y después quedaba otra vez

consumido en el fuego. Entonces ha agregado:

 

 

"Hija mía, Yo ardo, el amor me consume, es tanto el amor, las llamas

que me queman, que muero de amor por cada criatura. No fue solamente

por las penas por lo que morí, sino que las muertes de amor son continuas,

no obstante no hay quien me dé su amor por refrigerio."

Octubre 18, 1921

La turbación del alma es noche e impide que despunte el Sol

Jesús. La turbación no es otra cosa que falta de abandono en Dios.

 

He pasado el día distraída por algunas cosas que he escuchado y que

no es necesario decirlas aquí, y también un poco turbada, y por cuanto me

esforzaba no lograba liberarme. Por todo el día no he visto a mi dulce Jesús,

la vida de mi alma, como si la turbación fuese un velo que poniéndose entreÉl y yo impedía el poderlo ver. Entonces, ya avanzada la noche, mi mente

cansada se ha calmado y mi amable Jesús, como si estuviera esperando, se

ha hecho ver y doliente me ha dicho:

"Hija mía, hoy con tu turbación has impedido que el Sol de mi

Persona despuntara en ti, la turbación es nube entre tú y Yo que impide que

los rayos desciendan en ti, y si no descienden los rayos, ¿cómo puedes ver el

sol? Si supieras qué significa no hacer despuntar mi Sol, el gran mal para ti

y para todo el mundo, estarías muy atenta a no turbarte jamás, porque para

las almas turbadas es siempre noche, y en la noche no surge el sol; en

cambio para las pacíficas es siempre día, y Yo, a cualquier hora que quiera

surgir mi Sol, el alma está siempre pronta a recibir el bien de mi venida.

Además, la turbación no es otra cosa que falta de abandono en Mí, y Yo te

quiero tan abandonada en mis brazos, que ni siquiera un pensamiento debes

tener de ti, Yo pensaré en todo. No temas, tu Jesús no puede hacer menos

que tomar cuidado de ti, tenerte defendida de todos, me cuestas mucho,

mucho he puesto en ti, sólo Yo tengo derecho sobre ti. Entonces, si los

derechos son míos, la custodia será toda mía, por esto estate en paz y no

temas."

Octubre 21, 1921

Todo lo que Jesús hizo y sufrió está en continuo acto

de darse al hombre.

 

 

Estaba pensando en la Pasión de mi dulce Jesús, entonces Él, al venir

me ha dicho:

"Hija mía, cada vez que el alma piensa en mi Pasión, recuerda lo que

he sufrido o me compadece, en ella se renueva la aplicación de mis penas,

surge mi sangre para inundarla y mis llagas se ponen en camino para sanarla

si está llagada, o para embellecerla si está sana, y todos mis méritos para

enriquecerla. El negocio que hace es sorprendente, es como si pusiera en el

banco todo lo que hice y sufrí, y de ello obtiene el doble, porque todo lo que

hice y sufrí está en continuo acto de darse al hombre, así como el sol está en

continuo acto de dar luz y calor a la tierra; mi obrar no está sujeto a agotarse,

solamente con que el alma lo quiera, y por cuantas veces lo quiera, recibe el

fruto de mi Vida, así que si se recuerda veinte, cien, mil veces de mi Pasión,

tantas veces de más gozará los efectos de Ella, pero qué pocos son los que de

Ella hacen tesoro. Con todo el bien de mi Pasión se ven almas débiles,

ciegas, sordas, mudas, cojas, cadáveres vivientes que dan repugnancia,

porque mi Pasión ha sido puesta en el olvido. Mis penas, mis llagas, mi

sangre, son fuerza que quita las debilidades, luz que da vista a los ciegos,

lengua que desata las lenguas y abre el oído, es medio que endereza a los

cojos, vida que resucita los cadáveres. Todos los remedios necesarios a la

humanidad están en mi Vida y en mi Pasión, pero la criatura desprecia la

medicina y no pone atención a los remedios, por eso se ve que con toda mi

Redención, el hombre perece en su estado como afectado por una

enfermedad incurable. Pero lo que más me duele es ver a personas

religiosas que se fatigan para hacer adquisición de doctrinas, de

especulaciones, de historias, pero de mi Pasión, nada, así que mi Pasión

muchas veces está desterrada de las iglesias, de la boca de los sacerdotes, así

que su hablar es sin luz y las gentes se quedan más en ayunas que antes."

Después de esto me he encontrado de frente a un sol, cuyos rayos

llovían todos sobre mí, me penetraban dentro, me sentía investida de modo

que me sentía en poder del sol, su luz vibrante no me impedía mirarlo, y

cada vez que lo veía sentía una alegría y una felicidad mayor; entonces, de

dentro de aquel sol ha salido mi dulce Jesús y me ha dicho:

"Amada hija de mi Querer, como sol te inunda mi Querer, tú no eres

otra cosa que la presa, el entretenimiento, el contento de mi Querer, y

conforme te sumerges en Él, así mi Querer, como rayos solares derrama en ti

los perfumes de mi Santidad, de mi Potencia, Sabiduría, Bondad, etc., y

como mi Querer es eterno, por cuanto más tratas de estar en Él, y hacer de Él

más que vida propia, vienes a absorber en ti mi inmutabilidad e

impasibilidad. La eternidad como círculo gira en torno a ti para hacer que

tomes parte en todo y que nada se te escape, y esto para hacer que mi

 

 

Voluntad en ti quede honrada y plenamente glorificada. A la primera hija de

mi Querer quiero que nada le falte, que no le falte ningún distintivo que me

pertenece, y que la haga distinguirse por todo el Cielo como el primer inicio

de la santidad del vivir en mi Querer. Por eso sé atenta, de mi Querer no

salgas jamás, a fin de que recibas todos lo perfumes de mi Divinidad, y

haciendo salir todo lo tuyo, confirme todo lo que es mío, y mi Voluntad

quede como centro de vida en ti."

Octubre 23, 1921

Las verdades acerca del Divino Querer, son canales que se abren desde

el mar de la Divina Voluntad para provecho de todas las criaturas.

Me sentía toda inmersa en el Querer Divino y mi amable Jesús al venir

me ha dicho:

"Hija de mi Querer, mira en tu interior como corre pacífico el mar

inmenso de mi Voluntad, pero no creas que este mar corre en ti desde hace

poco tiempo sólo porque ahora me oyes hablar frecuentemente de mi

Voluntad, sino desde hace mucho, mucho, siendo mi costumbre primero

hacer y después hablar. Es verdad que tu principio fue el mar de mi Pasión,

porque no hay santidad que no pase por el puerto de mi Humanidad; hay

santos que quedan en este puerto de mi Humanidad, otros pasan más allá.

Pero después injerté inmediatamente el mar de mi Voluntad, y cuando te vi

dispuesta y me cediste tu querer, el mío tomó vida en ti y este mar corría y

crecía siempre, cada acto tuyo de más hecho en mi Querer era un

crecimiento mayor; al principio poco te hablé de esto, pero nuestros quereres

estaban unidos juntos y se comprendían sin hablarse, y además, con sólo

vernos nos comprendíamos. Yo me hacía feliz en ti, sentía las delicias del

Cielo en nada diferentes de las que me dan los santos, que mientras Yo los

felicito a ellos, ellos me felicitan a Mí, porque estando inmersos en mi

Querer no pueden hacer menos que darme alegrías y delicias, pero mi

felicidad no estaba completa, quería que también mis otros hijos participaran

de un bien tan grande, por eso empecé a hablarte de mi Querer en modo

sorprenderte, y por cuantas verdades, por cuantos efectos y valores te decía,

tantos canales abría desde el mar de mi Voluntad en favor de ellos, a fin de

que estos canales dieran agua abundante a toda la tierra. Mi obrar es

comunicativo y siempre está en acto sin jamás detenerse, pero estos canales

muchas veces son ensuciados, en otros arrojan piedras y el agua no corre,

 

 

corre con dificultad; no es que el mar no quiera dar el agua, ni porque no

esté limpia el agua no pueda penetrar en todas partes, sino que es la parte de

las criaturas que se opone a tan gran bien; por eso si leen estas verdades y no

están dispuestos no entenderán nada, quedarán confundidos y deslumbrados

por la luz de mis verdades; para los dispuestos será luz que los iluminará y

agua que, quitándoles la sed, no querrán separarse jamás de estos canales por

el gran bien que sienten y por la nueva vida que corre en ellos. Por eso

también tú deberías estar contenta en abrir estos canales en favor de tus

hermanos, no descuidando nada de mis verdades, ni la más pequeña, porque

por más pequeña que sea puede servir a un hermano tuyo para tomar agua.

Así que sé atenta en abrir estos canales y en contentar a tu Jesús que tanto ha

hecho por ti."

Octubre 27, 1921

La Divina Voluntad debe ser como alma al cuerpo.

Estaba diciendo a mi siempre amable Jesús: "Hace ya mucho tiempo

que no me pones dentro de Ti, yo ahí me sentía más segura y participaba

más de tu Divinidad, y era como si la tierra no me perteneciera, y el Cielo

fuera mi morada, ¿cuántas lágrimas no derramaba cuando tu Querer me

ponía fuera de Ti? El sólo sentir el aire de la tierra me era de peso

insoportable, pero tu Querer vencía y yo inclinando la frente me resignaba.

Ahora te siento siempre dentro de mí, y cuando deliro por verte, sólo con

moverte en mi interior, o bien sacando un brazo me calmas y me das la vida,

dime, ¿cuál es la causa?"

Y Jesús: "Hija mía, es justo, después de haberte llevado en mi interior

toda mi Vida, es tu deber que me lleves a Mí en tu interior toda tu vida; y si

te ponía en mi interior era para perfumar tu alma y extender en ti un nuevo

cielo para volverla digna habitación de mi persona. Es verdad que te sentías

más segura, y las alegrías llovían sobre ti, pero la tierra no es lugar de

delicias, sino que el dolor es su herencia, y la cruz es el pan de los fuertes.

Mucho más que debiendo establecer en ti el centro de mi Querer, era

necesario que viviera en ti y que te sirviera como alma al cuerpo. Mi

Voluntad jamás podía descender en un alma en modo singular y fuera de lo

ordinario, si no tuviera sus prerrogativas distintas, como con mi amada

Mamá, no podía descender Yo, Verbo Eterno, si Ella no hubiese tenido sus

prerrogativas distintas y el soplo divino no hubiera soplado en Ella como a

nueva creación, para volverla admirable a todos y superior a todas las cosas

 

 

creadas. Así en ti, primero mi Humanidad ha querido hacer estable morada

en ti para prepararte, y después te está dando la Vida de mi Voluntad como

alma al cuerpo. Tú debes saber que mi Voluntad debe ser como alma al

cuerpo; mira, también en Nosotros sucede esto, entre las Tres Divinas

Personas, nuestro Amor es grande, infinito, eterno, pero si no tuviéramos

una Voluntad que anima y da vida a este Amor, nuestro Amor estaría sin

vida, sin obras; nuestra Sabiduría llega a lo increíble, nuestro Poder puede

pulverizar todo en un minuto, y en otro minuto puede rehacerlo todo, pero si

no tuviéramos una Voluntad que quisiera manifestar la maestría de nuestra

Sabiduría, como la manifestó en la Creación, en la cual todo ordenó y

armonizó junto, y con su Poder le dio su lugar, en tal modo que no puede

apartarse ni un tantito, tanto mi Sabiduría como mi Poder habrían estado sin

hacer nada, y así de todos nuestros demás atributos.

Ahora, así lo quiero, que mi Voluntad sea como alma al cuerpo; el

cuerpo sin el alma está sin vida, a pesar de que contiene todos los sentidos,

pero no ve, ni habla, ni siente, ni obra, es casi una cosa inservible y tal vez

aún insoportable, pero si está animado, ¿cuántas cosas no puede hacer? Y

¡oh! cuántos se vuelven inservibles e insoportables porque no están

animados por mi Voluntad, parecen como instalaciones eléctricas sin luz,

como máquinas sin movimiento, cubiertas de herrumbre y de polvo y casi

impotentes al movimiento, ¡ah, cómo dan piedad! Entonces, cada cosa que

no está animada por mi Voluntad es una vida de santidad que viene a faltar,

por eso quiero ser en ti como alma al cuerpo, y mi Voluntad hará nuevas

sorpresas de creaciones, da nueva vida a mi Amor, nuevas obras y maestría

de mi Sabiduría, y da nuevo movimiento a mi Poder. Por eso sé atenta y

déjame hacer, a fin de que cumpla mi gran designio: Que la criatura sea

animada por mi Voluntad."

Octubre 29, 1921

Las penas que sufrió Jesús en las tres horas de prisión

Esta noche la he pasado en vigilia, y mi mente frecuentemente volaba

a mi Jesús atado en la prisión, quería abrazarme a aquellas rodillas que

temblaban por la cruel y dolorosa posición en la que los enemigos lo habían

dejado atado, quería limpiarlo de aquellos salivazos con los que lo habían

 

 

ensuciado. Pero mientras esto pensaba, mi Jesús, mi vida, se ha dejado ver

como entre densas tinieblas, en las cuales apenas se descubría su adorable

persona, y sollozando me ha dicho:

"Hija, los enemigos me dejaron solo en la prisión, atado horriblemente

y en la oscuridad, así que en torno a Mí todo era densas tinieblas; ¡oh, cómo

me afligía esta oscuridad, tenía las vestiduras bañadas por las sucias aguas

del torrente cedrón, sentía la peste de la prisión y de los salivazos con los

que estaba cubierto, tenía los cabellos en desorden, sin una mano piadosa

que me los quitara de los ojos y de la boca, las manos atadas por las cadenas,

y la oscuridad no me permitía ver mi estado, ay de Mí, demasiado doloroso

y humillante. ¡Oh, cuántas cosas decía este mi estado tan doloroso en esta

prisión! En la prisión estuve tres horas, con esto quise rehabilitar las tres

edades del mundo: La de la ley natural, la de la ley escrita, y la de la ley de

la Gracia; quería liberarlos a todos, reuniéndolos a todos juntos y darles la

libertad de hijos míos. Con estar tres horas en la prisión quise también

rehabilitar las tres edades del hombre: La niñez, la juventud y la vejez, quise

rehabilitarlo cuando peca por pasión, por voluntad y por obstinación. ¡Oh!

cómo la oscuridad que veía en torno a Mí me hacía sentir las densas tinieblas

que produce la culpa en el hombre, ¡oh! cómo lo lloraba y le decía: ‘Oh

hombre, son tus culpas las que me han arrojado en estas densas tinieblas, las

cuales sufro para darte la luz, son tus infamias quienes así me han ensuciado,

a las cuales esta oscuridad no me permite ni siquiera ver; mírame, soy la

imagen de tus culpas, si quieres conocerlas míralas en Mí.’

También debes saber que en la última hora que estuve en la prisión

despuntó el alba, y por las fisuras entró algún resplandor de luz, oh, cómo

respiró mi corazón al poderme ver, mi estado tan doloroso, pero esto

significaba cuando el hombre cansado de la noche de la culpa, la Gracia

como alba se pone en torno a él, mandándole resplandores de luz para

llamarlo, por eso mi corazón dio un suspiro de alivio, y en esta alba te vi a ti,

mi amada prisionera, a quien mi Amor debía atar en este estado, y que no me

habrías dejado solo en la oscuridad de la prisión, sino que esperando el alba

a mis pies y siguiendo mis suspiros, habrías llorado conmigo la noche del

hombre. Esto me alivió y ofrecí mi prisión para darte la gracia de seguirme.

Pero otro significado contenía esta prisión y esta oscuridad, y era mi larga

permanencia en la prisión en los tabernáculos, la soledad en la cual soy

dejado, en la que muchas veces no tengo a quién decir una palabra o darle

una mirada de amor; otras veces siento en la santa hostia la impresión de los

toques indignos, la peste de manos purulentas y fangosas, y no hay quien me

toque con manos puras y me perfume con su amor; y cuántas veces la

ingratitud humana me deja en la oscuridad sin la mísera luz de una

 

 

lamparita, así que mi prisión continúa y continuará. Y como ambos somos

prisioneros, tú prisionera en tu lecho sólo por amor a Mí, y Yo prisionero

por ti, atemos, con las cadenas que me tienen atado, a todas las criaturas con

mi Amor, así nos haremos compañía recíprocamente y me ayudarás a

extender las cadenas para atar todos los corazones a mi Amor."

Después estaba pensando para mí: "Qué pocas cosas se saben de

Jesús, mientras que ha hecho tanto, ¿por qué han hablado tan poco de todo lo

que mi Jesús hizo y sufrió? Y regresando de nuevo ha agregado:

"Hija mía, todos son avaros conmigo, aun los buenos, cuánta avaricia

tienen conmigo, cuántas restricciones, cuántas cosas no manifiestan de lo

que les digo y comprenden de Mí, y tú, ¿cuántas veces no eres avara

conmigo? Cuantas veces no escribes lo que te digo o no lo manifiestas, es

un acto de avaricia que haces conmigo, porque cada conocimiento de más

que se tiene de Mí, es una gloria y un amor de más que recibo de las

criaturas. Por eso sé atenta, y sé más liberal conmigo, y Yo seré más liberal

contigo."

Noviembre 4, 1921

La santidad en la criatura debe ser entre ella y Jesús, Él,

dando su Vida y como fiel compañero comunicándole

su Santidad, y ella como fiel e inseparable

compañera recibiéndola.

 

Me sentía toda unificada con mi dulce Jesús, y al venir me he arrojado

en sus brazos, abandonándome toda en Él como a mi centro; sentía una

fuerza irresistible de estarme en sus brazos y mi dulce Jesús me ha dicho:

"Hija mía, es la criatura que busca el seno de su Creador y reposarse

en sus brazos. Es tu deber venir a los brazos de tu Creador y reposarte en

aquel seno de donde saliste, porque tú debes saber que entre la criatura y el

Creador corren muchos hilos eléctricos de comunicación y de unión, que la

vuelven casi inseparable de Mí, siempre que no se haya sustraído de mi

Querer, porque sustraerse no es otra cosa que romper los hilos de

comunicación, despedazar la unión. La Vida del Creador, más que

electricidad corre en la criatura y ella corre en Mí, mi Vida está esparcida en

la criatura; al crearla uní mi Sabiduría a su inteligencia, a fin de que no fuese

otra cosa que el reflejo de la mía, y si el hombre llega a tanto con su ciencia,

que de en lo increíble, es el reflejo de la mía que se refleja en la suya; si su

 

 

ojo es animado por una luz, no es otra cosa que el reflejo de mi Luz eterna

que se refleja en su ojo.

Entre las Divinas Personas no tenemos necesidad de hablarnos para

entendernos, en la Creación quise usar la palabra y dije Fiat, y las cosas

fueron hechas; a este Fiat ataba y daba el poder para que las criaturas

tuvieran la palabra para entenderse, así que también las voces humanas están

unidas como hilos eléctricos a mi primera palabra, de la que todas las demás

descienden; y mientras creé al hombre lo animé con mi aliento,

infundiéndole la vida, pero en esta vida que le infundí puse toda mi Vida

según la capacidad humana podía contener, pero todo puse, no hubo cosa

mía de la que no lo hiciera partícipe. Mira, también su aliento es el reflejo

de mi aliento, con el cual doy vida continua, y el suyo se refleja en el mío y

lo siento continuamente en Mí. Ve entonces cuántas relaciones hay entre la

criatura y Yo, por eso la amo mucho, porque la veo como parto mío,

exclusivamente mío. Y después, ¿cómo ennoblecí la voluntad del hombre?

La uní con la mía, dándole todas mis prerrogativas, la hice libre como la

mía, y si al cuerpo le había dado dos pequeñas luces, limitadas, circunscritas,

que partían de mi Luz eterna, a la voluntad humana la hice toda ojo, así que

cuantos actos hace la voluntad humana, tantos ojos puede decir que posee,

ella mira a la derecha y a la izquierda, hacia adelante y hacia atrás, y si la

vida humana no está animada por esta Voluntad no hará nada de bien; Yo al

crearla le dije: ‘Tú serás mi hermana en la tierra, mi Querer desde el Cielo

animará el tuyo, estaremos en continuos reflejos y lo que haré Yo lo harás

tú, Yo por naturaleza y tú por gracia de mis continuos reflejos, te seguiré

como sombra, no te dejaré jamás. Al crear a la criatura mi única finalidad

fue que ella hiciera en todo mi Querer, con esto quería dar a la existencia

nuevos partos de Mí mismo; quería hacer de ella un prodigio portentoso,

digno de Mí y todo semejante a Mí; pero, ¡ay de Mí, la primera en ponerse

contra Mí debía ser la voluntad humana! Mira un poco, todas las cosas se

hacen entre dos, tú tienes un ojo, pero si no tuvieras una luz externa que te

iluminara nada podrías ver; tú tienes manos, pero si no tuvieras las cosas

necesarias para formar los trabajos nada harías, y así de todo lo demás.

Ahora, así quiero la santidad en la criatura, entre ella y Yo, entre dos, Yo por

una parte y ella por la otra, Yo a dar mi Vida y como fiel compañero a

comunicarle mi Santidad, y ella como fiel e inseparable compañera a

recibirla. Así, ella sería el ojo que ve, y Yo el Sol que le doy la Luz; ella la

boca, y Yo la palabra; ella las manos, y Yo que le suministro el trabajo para

obrar; ella el pie, y Yo el paso; ella el corazón, y Yo el latido. ¿Pero sabes tú

quién forma esta Santidad? Mi Voluntad, es la única que mantiene en orden

la finalidad de la Creación, la santidad en mi Querer es la que mantiene el

 

 

perfecto equilibrio entre criaturas y Creador, porque son las verdaderas

imágenes salidas de Mí."

Noviembre 8, 1921

Vivir en el Divino Querer significa multiplicar

la Vida de Jesús con todo el bien que contiene.

Encontrándome en mi habitual estado, mi siempre amable Jesús se ha

hecho ver tomando una luz que estaba en mi interior y se la llevaba. Yo he

gritado: "Jesús, ¿qué haces, me quieres dejar a oscuras?" Y Él con toda

dulzura me ha dicho:

"Hija mía, no temas, me llevo tu pequeña luz y te dejo la mía. Esta

pequeña luz no es otra cosa que tu voluntad, que habiéndose puesto de frente

a la mía ha recibido el reflejo de mi Voluntad, por eso se ha hecho luz. Yo

me la llevo para hacerla girar, la llevaré al Cielo como la cosa más rara y

más bella, cual es la voluntad humana que ha recibido el reflejo de la

Voluntad de su Creador; la haré girar entre las Divinas Personas a fin de que

reciban los homenajes, las adoraciones de sus reflejos, sólo dignos de Ellas,

y después la mostraré a todos los santos, a fin de que también ellos reciban

la gloria de los reflejos de la Voluntad Divina en la voluntad humana, y

después la haré correr por toda la tierra, a fin de que todos tomen parte en

tan gran bien."

Yo en seguida he añadido: "Amor mío, perdóname, creía que me

querías dejar a oscuras, por eso he dicho ¿qué haces? Pero tratándose de mi

voluntad llévatela y haz lo que quieras." Ahora, mientras Jesús se llevaba

esta pequeña luz en sus manos, no sé decir lo que sucedía, me faltan las

palabras para expresarme, sólo recuerdo que la pequeña luz la ponía de

frente a su Persona, y la pequeña luz recibía todos sus reflejos, de modo que

formaba otro Jesús, y cada vez que mi voluntad repetía los actos, tantos

Jesús se multiplicaban. Y mi Jesús me ha dicho:

"¿Ves qué significa vivir en mi Querer? Es multiplicar mi Vida por

cuantas veces se quiere, es repetir todo el bien que mi Vida contiene."

Después de esto estaba diciendo a mi Jesús: "Vida mía, entro en tu

Querer para poderme extender en todos y a todo, desde el primero al último

pensamiento, de la primera a la última palabra, de la primera a la última

acción y paso que se han hecho, se hacen y se harán; quiero sellar todo con

tu Querer a fin de que recibas de todo la gloria de tu Santidad, de tu Amor,

de tu Potencia, y todo lo que es humano quede cubierto, escondido, marcado

 

 

por tu Querer, a fin de que nada, nada quede de humano en lo cual Tú no

recibas gloria divina."

Mientras esto y otras cosas hacía, mi dulce Jesús ha venido todo

jubiloso, acompañado de innumerables bienaventurados, y Él me ha dicho:

"Toda la Creación me dice gloria mía, gloria mía."

Y todos los santos han respondido: "He aquí, oh, Señor, que por todo

te damos gloria divina." Se oía un eco por todas partes que decía: "De todo

te damos amor y gloria divina." Y Jesús ha agregado:

"Bendita tú eres, y todas las generaciones te llamarán bienaventurada.

Mi brazo hará obras de potencia en ti; serás el reflejo divino, que llenando

toda la tierra me harás rescatar de todas las generaciones la gloria que ellas

me niegan."

Yo he quedado confundida y aniquilada al oír esto, y no queríaescribir; y Él acariciándome me ha dicho:

"No, no, lo harás, lo quiero Yo; lo que he dicho servirá para honor de

mi Voluntad, he querido Yo mismo rendir el homenaje justo que conviene a

la santidad en mi Querer; más bien no he dicho nada en comparación de lo

que podría decir."

Noviembre 12, 1921

La santidad en el Divino Querer no tiene confines, es

la santidad que más se acerca al Creador; tendrá el

primado sobre todas las demás santidades y será su vida.

 

Escribo sólo por obedecer, de otra manera no habría sido buena para

poner una sola palabra; sólo el temor de poder desagradar a mi dulce Jesús si

no lo hiciera, me da ánimo y fuerza. Ahora continúa hablando de su

Santísimo Querer, y al venir me ha dicho:

"Hija mía, la santidad en mi Querer no es conocida aún, es por esto

por lo que se maravillan, porque cuando una cosa es conocida los asombros

cesan. Todas las santidades simbolizan alguna cosa de las que están

esparcidas en la creación: Están las santidades que simbolizan los montes,

otras los árboles, otras las plantas, la pequeña flor, las estrellas, y tantas otras

similitudes. Todas estas santidades tienen su bien limitado e individual,

tienen su principio y su fin, no pueden abrazar todo y hacer bien a todos,

como no lo puede hacer un árbol y una flor. Ahora, la santidad en mi Querer

simbolizará al sol; el sol ha estado y estará siempre, y si bien tuvo un

principio en iluminar al mundo, siendo él luz que tuvo origen de mi Luz

eterna, se puede decir que no tiene principio. El sol hace bien a todos, se

 

 

extiende a todos con su luz, no hace particularidad con ninguno; con su

majestad y con su dominio impera sobre todo y da vida a todo, aún a la más

pequeña flor, pero silencioso, sin hacer ruido y casi inobservado. ¡Oh! si

una planta hiciera una pequeña cosa, una sombra de lo que hace el sol, como

dar calor a otra planta, gritarían todos diciendo que es un milagro, todos lo

quisieran ver, hablarían de ella con asombro. En cambio del sol que da vida

y calor a todo y que es milagro continuado, ninguno habla de él, ningún

asombro, y esto sucede porque el hombre tiene siempre los ojos en lo bajo y

a las cosas terrenas, jamás en lo alto y a las cosas celestiales.

Ahora, la santidad en mi Querer, simbolizando al sol, saldrá del centro

de mi Santidad, será un rayo parido por mi Santidad que no tiene principio,

así que estas almas existían en mi Santidad, existen y existirán; estaban junto

conmigo en el bien que hacía, jamás salían del rayo en el cual las había

hecho salir a la luz; no alejándose jamás de mi Querer Yo me entretenía con

ellas y me entretengo todavía ahora, mi unión con ellas es permanente; las

veo sobrevolar sobre todo; los apoyos humanos para ellas no existen, igual

que el sol no se apoya en ningún punto, vive en lo alto como aislado, pero

con su luz todo encierra en sí. Así estas almas, viven en lo alto como el sol,

pero su luz desciende hasta lo más bajo, se extiende a todos. Yo me sentiría

como si las defraudara si no las hiciera partícipes y no las hiciera hacer lo

que hago Yo, así que no hay bien que de ellas no descienda. En esta

santidad Yo veo mis sombras, mis imágenes sobrevolar sobre toda la tierra,

en el aire, en el Cielo, y por esto es que amo y amaré al mundo, porque

espero que mi Santidad tenga su eco sobre la tierra, que mis rayos salgan

fuera, a la luz, y me den gloria completa, restituyéndome el amor, el honor

que los demás no me han dado. Pero al igual que el sol, serán las más

inobservadas, sin ningún estrépito, pero si las querrán mirar será tanto mi

celo, que correrán peligro de quedar cegadas y estarán obligados a bajar la

mirada para recuperar la vista. ¿Ves cómo es bella la santidad en mi

Querer? Es la santidad que más se acerca a tu Creador, por eso tendrá el

primado sobre todas las demás santidades, encerrará en sí todas las otras

santidades juntas, y será vida de todas las otras santidades.

¡Qué gracia para ti el conocerla! ¡Ser la primera, como rayo solar en

salir del centro de mi Santidad sin separarse jamás! Gracia más grande no

podría hacerte, milagro más portentoso no podría obrar en ti, sé atenta hija

mía, rayo mío, porque cada vez que entras en mi Querer y obras, sucede

como el sol cuando toca los cristales, tantos soles en ellos se forman, así

tantas veces repites mi Vida, la multiplicas, das nueva vida a mi Amor."

Después de esto estaba pensando entre mí: "En esta Santa Voluntad

no se ven milagros, cosas portentosas de las que las criaturas son tan ávidas

 

 

e irían por medio mundo con tal de tener alguno, sino que todo pasa entre el

alma y Dios, y si las criaturas reciben el bien, no saben de donde ha venido

el bien. Verdaderamente son como el sol, que mientras da vida y calor a

todo, nadie lo señala." Ahora, mientras esto pensaba, mi Jesús regresando

ha agregado, pero con aspecto imponente:

"Qué milagros, qué milagros! ¿No es tal vez el más grande milagro el

hacer mi Voluntad? Mi Voluntad es eterna y es milagro eterno que jamás

termina, es milagro de cada instante el que la voluntad humana tenga

conexión continua con la Voluntad Divina. El resucitar muertos, dar vista a

los ciegos y todo eso, no son cosas eternas, están sujetas a perecer, por eso

se pueden llamar sombras de milagros, milagros fugaces comparados al

milagro grande y permanente de vivir en mi Voluntad. Tú no pongas

atención a estos milagros, Yo sé cuando convienen y cuando se necesitan."

Noviembre 16, 1921

El pecado es cadena que ata al hombre, y Jesús

quiso ser atado para romper sus cadenas.

Esta mañana mi siempre amable Jesús se hacía ver todo atado, atadas

las manos, los pies, la cintura; del cuello le descendía una doble cadena de

fierro, pero estaba atado tan fuertemente, que le quitaba el movimiento a su

Divina Persona. Qué dura posición era ésta, de hacer llorar aun a las

piedras, y mi sumo bien Jesús me ha dicho:

"Hija mía, en el curso de mi Pasión todas las otras penas hacían

competencia entre ellas, pero una cedía el lugar a la otra, y se mantenían

vigilantes para hacerme sufrir lo peor, para darse la vanagloria de que una

había sido más dura que las demás, pero las cuerdas no me las quitaron

jamás; desde que me apresaron hasta el monte calvario estuve siempre atado,

es más, agregaban siempre más cuerdas y cadenas por temor de que pudiese

huir, y para hacer más burla y juego de Mí; cuántos dolores, confusiones,

humillaciones y caídas me causaron estas cadenas. Pero debes saber que en

estas cadenas había un gran misterio y una gran expiación: El hombre, al

empezar a caer en el pecado queda atado con las mismas cadenas de su

pecado; si es grave son cadenas de fierro, si venial son cuerdas; entonces, si

quiere caminar en el bien, siente las trabas de las cadenas y queda

obstaculizado en su paso, el estorbo que siente lo agota, lo debilita, y lo lleva

a nuevas caídas; si obra siente el impedimento en las manos y casi queda

como si no tuviera manos para hacer el bien; las pasiones, viéndolo tan atado

 

 

hacen fiesta y dicen: ‘Es nuestra la victoria.’ Y de rey que es el hombre, lo

vuelven esclavo de pasiones brutales. Cómo es abominable el hombre en el

estado de culpa, y Yo para romper sus cadenas quise ser atado, y no quise

estar en ningún momento sin cadenas, para tener siempre listas las mías para

romper las suyas, y cuando los golpes, los empujones me hacían caer, Yo le

extendía las manos para desatarlo y hacerlo libre de nuevo."

Pero mientras esto decía, yo veía a casi todas las gentes atadas por

cadenas, que daban piedad, y rogaba a Jesús que tocara con sus cadenas las

cadenas de ellas, a fin de que por el toque de las suyas quedaran rotas las de

las criaturas.

Noviembre 19, 1921

Los dos apoyos. Para conocer las verdades es necesario que esté

la voluntad y el deseo de conocerlas. Las verdades deben ser simples.

 

Estaba haciendo compañía a mi Jesús agonizante en el Huerto de

Getsemaní, y por cuanto me era posible lo compadecía, lo estrechaba fuerte

a mi corazón tratando de secarle el sudor mortal, y mi doliente Jesús con voz

apagada y agonizante me ha dicho:

"Hija mía, dura y penosa fue mi agonía en el Huerto, quizá más

penosa que la de la cruz, porque si ésta fue el cumplimiento y el triunfo

sobre todos, aquí en el Huerto fue el principio, y los males se sienten más al

principio que cuando están por terminar; en esta agonía la pena más

desgarradora fue cuando se me hicieron presentes uno por uno todos los

pecados, mi Humanidad comprendió toda la enormidad de ellos y cada

delito llevaba el sello de ‘muerte a un Dios’, y estaba armado con espada

para matarme. Delante a la Divinidad la culpa me aparecía tan horrenda y

más horrible que la misma muerte; sólo al comprender qué significa pecado,

Yo me sentía morir y moría en realidad; grité al Padre y fue inexorable, no

hubo uno solo que al menos me diera una ayuda para no hacerme morir,

grité a todas las criaturas que tuvieran piedad de Mí, pero en vano, así que

mi Humanidad languidecía, y estaba por recibir el último golpe de la muerte,

pero ¿sabes tú quién impidió la ejecución y sostuvo mi Humanidad para no

morir? Primero fue mi inseparable Mamá, Ella al oírme pedir ayuda voló a

mi lado y me sostuvo, y Yo apoyé mi brazo derecho en Ella, la miré casi

agonizante y encontré en Ella la inmensidad de mi Voluntad íntegra, sin

haber habido nunca rotura alguna entre mi Voluntad y la suya. Mi Voluntad

es vida, y como la Voluntad del Padre era inamovible, y la muerte me venía

 

 

de las criaturas, otra criatura que encerraba la Vida de mi Voluntad me daba

la vida. Y he aquí que mi Mamá, que en el portento de mi Voluntad me

concibió y me hizo nacer en el tiempo, y ahora me da por segunda vez la

vida para hacerme cumplir la obra de la Redención. Después miré a la

izquierda y encontré a la pequeña hija de mi Querer, te encontré a ti como

primera con el séquito de las otras hijas de mi Voluntad, y así como a mi

Mamá la quise conmigo como primer eslabón de la Misericordia, con el cual

debíamos abrir las puertas a todas las criaturas, por eso quise apoyar en Ella

la derecha, a ti te quise como primer eslabón de la Justicia, para impedir que

se descargase sobre todas las criaturas como se merecen, por eso quise

apoyar la izquierda, a fin de que la sostuvieras junto conmigo. Entonces,

con estos dos apoyos Yo me sentí dar nuevamente la vida, y como si nada

hubiera sufrido, con paso firme fui al encuentro de mis enemigos; y en todas

las penas que sufrí en mi Pasión, muchas de ellas capaces de darme la

muerte, estos dos apoyos no me dejaban jamás, y cuando me veían a punto

de morir, con mi Voluntad que contenían me sostenían y me daban como

tantos sorbos de vida. ¡Oh! los prodigios de mi Querer, ¿quién puede jamás

numerarlos y calcular su valor? Por eso amo tanto a quien vive de mi

Querer, reconozco en ella mi retrato, mis nobles rasgos, siento en ella mi

mismo aliento, mi voz, y si no la amase me defraudaría a Mí mismo, sería

como un padre sin generación, sin el noble cortejo de su corte y sin la corona

de sus hijos; y si no tuviera la generación, la corte, la corona, ¿cómo podría

llamarme Rey? Así que mi reino es formado por aquellos que viven en mi

Voluntad, y de este reino escojo la Madre, la Reina, los hijos, los ministros,

el ejército, el pueblo, Yo soy todo para ellos y ellos son todos para Mí."

Después estaba pensando en lo que Jesús me decía, y decía entre mí:

"¿Cómo se hace para poner en práctica esto?" Y Jesús regresando ha

agregado:

"Hija mía, las verdades para conocerlas, es necesario que haya

voluntad y el deseo de conocerlas. Supón una estancia con las persianas

cerradas, por cuanto sol haya afuera la estancia está siempre en oscuridad;

ahora, abrir las persianas significa querer la luz, pero esto no basta si no se

aprovecha la luz para reordenar la estancia, sacudirla, ponerse a trabajar,

porque si no, es como matar esa luz y hacerse ingrato por la luz recibida.

Así, no basta tener voluntad de conocer las verdades, si a la luz de la verdad

que lo ilumina no busca sacudirse de sus debilidades y reordenarse según la

luz de la verdad que conoce, y junto con la luz de la verdad ponerse a

trabajar haciendo de ella sustancia propia en modo de trasparentar por su

boca, por sus manos, por su comportamiento, la luz de la verdad que ha

absorbido, entonces sería como si asesinara la verdad, y con no ponerla en

 

 

practica sería estarse en pleno desorden delante de esa luz. Pobre estancia

llena de luz pero toda desordenada, trastornada y en pleno desorden, y una

persona dentro que no se preocupa de reordenarla, ¿qué compasión no

daría?. Tal es quien conoce las verdades y no las pone en práctica.

Has de saber que en todas las verdades, como primer alimento entra la

simplicidad, si las verdades no fueran simples, no serían luz y no podrían

penetrar en las mentes humanas para iluminarlas, y donde no hay luz no se

pueden discernir los objetos; la simplicidad no sólo es luz, sino es como el

aire que se respira, que sin verse da respiración a todo, y si no fuese por el

aire, la tierra y todos quedarían sin movimiento, así que si las virtudes, las

verdades, no llevan la marca de la simplicidad, serán sin luz y sin aire."

Noviembre 22, 1921

Los actos hechos en la Divina Voluntad son luz. La pena

que más traspasó a Jesús en su Pasión fue el fingimiento.

Continuando mi habitual estado y pasando casi toda la noche en vela,

mi pensamiento frecuentemente volaba a mi prisionero Jesús, y Él

haciéndose ver entre densas tinieblas, tanto, que oía su respiro afanoso,

sentía la proximidad de su persona, pero no lo veía; entonces he buscado

fundirme en su Santísima Voluntad haciendo mis acostumbradas

compasiones y reparaciones, y un rayo de luz más luminoso que el sol ha

salido de dentro de mi interior e iluminaba el rostro de Jesús. Con esta luz

su santísimo rostro se ha iluminado, y haciéndose de día se han disipado las

tinieblas y yo he podido abrazarme a sus rodillas, y Él me ha dicho:

"Hija mía, los actos hechos en mi Voluntad son días para Mí, y si el

hombre con sus culpas me circunda de tinieblas, estos actos, más que rayos

solares me defienden de las tinieblas y me circundan de luz, y me dan la

mano para hacer conocer a las demás criaturas quién soy Yo. Por eso amo

tanto a quien vive en mi Querer, porque en mi Voluntad puede darme todo y

me defiende de todos, y Yo me siento llevado a darle todo y a encerrar en

ella todos los bienes que debería dar a todos los demás. Supón que el sol

tuviese razón, y que las plantas fueran racionales, y que voluntariamente

rechazaran la luz y el calor del sol, que no desearan ni fecundar ni producir

frutos; sólo una planta recibe con amor la luz del sol y quisiera dar al sol

todos los frutos que las otras plantas no quieren producir, ¿no sería justo que

el sol retirando de todas las demás plantas su luz, hiciera llover sobre esta

 

 

planta toda su luz y su calor? Creo que sí. Ahora, lo que no sucede al sol

porque está privado de razón, puede suceder ente el alma y Yo."

Dicho esto ha desaparecido. Después ha regresado y ha agregado:

"Hija mía, la pena que más me traspasó en mi Pasión, fue el

fingimiento de los fariseos, fingían justicia y eran los más injustos; fingían

santidad, legalidad, orden, y eran los más perversos, fuera de toda regla y en

pleno desorden, y mientras fingían honrar a Dios, se honraban a sí mismos,

su propio interés, su propia conveniencia, por eso la luz no podía entrar en

ellos, porque sus modos fingidos les cerraban las puertas, y el fingimiento

era la llave que a doble giro de cerradura, cerrándola a muerte,

obstinadamente, impedía aun cualquier resplandor de luz, tanto que Pilatos,

idólatra, encontró más luz que ellos, porque todo lo que él hizo y dijo no

partía del fingimiento, sino a lo más del temor, y Yo me siento más atraído

hacia el pecador más perverso, no fingido, que hacia aquellos que son más

buenos pero fingidos. ¡Oh, cómo me da repugnancia quien aparentemente

hace el bien, finge ser bueno, reza, pero por dentro anida el mal, el propio

interés, y mientras los labios rezan su corazón está lejano de Mí, y en el

mismo acto de hacer el bien piensa como satisfacer sus pasiones brutales.

Además, el hombre fingido en el bien que aparentemente hace y dice, no es

capaz de dar luz a los demás, habiéndole cerrado las puertas a la luz, así que

obran como demonios encarnados, que muchas veces bajo aspecto de bien

atraen al hombre, y éstos viendo el bien se dejan atraer, pero cuando van en

lo mejor del camino los precipitan en las culpas más graves. ¡Oh! cómo son

más seguras las tentaciones bajo aspecto de culpa, que aquellas bajo aspecto

de bien; así es más seguro tratar con personas perversas que con personas

buenas, pero fingidas; ¿cuánto veneno no esconden, cuantas almas no

envenenan? Si no fuera por los fingimientos y todos se hicieran conocer por

lo que son, se quitarían la raíces del mal de la faz de la tierra y todos

quedarían desengañados."

Noviembre 26, 1921

Concentración de la finalidad de la Creación,

Redención y Glorificación.

 

Estaba pensando en lo que está escrito el pasado día 19 y decía entre

mí: "¿Cómo puede ser posible que después de mi Mamá pueda ser yo el

 

 

segundo apoyo?" Y mi dulce Jesús, atrayéndome a Él dentro de una luz

inmensa me ha dicho:

"Hija mía, ¿por qué lo dudas? ¿Cuál es la causa?"

Y yo: "Mi gran miseria."

Y Él: "Esto hazlo a un lado, además, si no te elegía a ti, ciertamente

debía elegir a otra de la familia humana, porque ésta se rebeló a mi

Voluntad, y con el rebelarse me quitó la finalidad de la gloria y del honor

que la Creación debía darme; por lo tanto, otra de la misma familia humana,

con tener una continua conexión con mi Querer, con vivir más con mi

Voluntad que con la suya, abrazando todo en mi Querer debía elevarse sobre

todo para deponer a los pies de mi trono la gloria, el honor, el amor que

todos los demás no me han dado.

Unica finalidad de la Creación fue que todos cumplieran mi Querer;

no fue que el hombre hiciera cosas grandes, es más, éstas las veo como una

nada y con desprecio si no son frutos de mi Voluntad y por eso muchas

obras en su mejor momento se deshacen, porque la Vida de mi Voluntad no

estaba dentro. Entonces el hombre, habiendo roto su voluntad con la mía,

me destruyó lo más bello, la finalidad para la que lo había creado; él se

arruinó completamente y me negó todos los derechos que me debía dar

como a su Creador. Pero mis obras llevan el sello de lo eterno y mi infinita

Sabiduría y mi eterno Amor no podían dejar la obra de la Creación sin sus

efectos y los derechos que me correspondían; he aquí el por qué de la

Redención. Quise expiar con tantas penas las culpas del hombre y con no

hacer jamás mi voluntad, sino siempre la de la Divinidad, y aun en las cosas

más pequeñas, como el respirar, el mirar, el hablar, etc.; mi Humanidad no

se movía ni tenía vida si no era animada por la Voluntad de mi Padre, me

habría contentado con morir miles de veces antes que dar un respiro sin su

Querer; con esto anudé de nuevo la voluntad humana con la Divina; y en mi

Persona, siendo Yo verdadero hombre y verdadero Dios, daba a mi Padre

toda la gloria y los derechos que le correspondían. Pero mi Querer y mi

Amor no quieren estar solos en mis obras, quieren hacer otras imágenes

semejantes a mí, y habiendo mi Humanidad rehecho la finalidad de la

Creación, vi, por la ingratitud del hombre, peligrar la finalidad de la

Redención y para muchos quedar casi arruinada, por esto para hacer que la

Redención me diera gloria completa y me diera todos los derechos que se me

debían, tomé otra criatura de la familia humana, la cual fue mi Mamá, copia

fiel de mi Vida, en quien mi Voluntad se conservaba íntegra, y concentré en

Ella todos los frutos de la Redención, así puse a salvo la finalidad de la

Creación y Redención, y mi Mamá, si ninguno se hubiese aprovechado de la

Redención, me daría Ella todo lo que las criaturas me habrían dado.

 

 

Ahora vengo a ti, Yo era verdadero Hombre y verdadero Dios, mi

querida Mamá era inocente y santa, y nuestro Amor nos llevó más allá,

queríamos otra criatura, que concebida como todos los demás hijos de los

hombres tomara el tercer puesto a mi lado, – no estaba contento de que sólo

Yo y mi Mamá fuéramos íntegros con la Voluntad Divina, queríamos a los

otros hijos –, que a nombre de todos, viviendo en pleno acuerdo con nuestra

Voluntad, nos dieran gloria y amor divino por todos, por eso te llamé a ti ‘ab

eterno’, cuando nada existía aún acá abajo, y así como cortejaba a mi

querida Mamá, deleitándome, acariciándola y haciendo llover sobre Ella a

torrentes todos los bienes de la Divinidad, así te cortejaba a ti, te acariciaba,

y los torrentes que llovían sobre mi Mamá te inundaban a ti, por cuanto eras

capaz de contener, y te preparaban, te prevenían y embelleciéndote te daban

la gracia de que mi Voluntad fuera íntegra en ti, y que no la tuya, sino la

mía, animara aun tus más pequeños actos; en cada acto tuyo corría mi Vida,

mi Querer y todo mi Amor. ¡Qué contento, cuántas alegrías no sentía Yo!

He aquí por qué te llamo segundo apoyo después de mi Mamá, no sobre de ti

me apoyaba, porque tú eras nada y no podía apoyarme, sino sobre mi

Voluntad que tú debías contener. Mi Voluntad es vida, y quien la posee,

posee la vida y puede sostener al Autor de la misma vida. Entonces, así

como en Mí concentré la finalidad de la Creación, en mi Mamá concentré

los frutos de la Redención, así en ti concentré la finalidad de la Gloria, como

si en todos fuera íntegro mi Querer, y de aquí vendrá la corte de las otras

criaturas. No terminarán las generaciones si no obtengo mi intento."

Entonces yo, asombrada he dicho: "Amor mío, ¿es posible que tu

Voluntad esté íntegra en mí y que en toda mi vida no haya habido ninguna

rotura entre tu Voluntad y la mía? Parece que te burlas de mí." Y Jesús, con

acento más dulce aun:

"No, no bromeo, es verdad que no ha habido rotura, a lo más leves

lesiones alguna vez, pero mi Amor como fuerte cemento ha reparado estas

lesiones y ha hecho aun más fuerte la integridad. Yo he estado a guardia de

cada acto tuyo, y rápidamente hacía correr mi Querer a su punto de honor en

cada uno de ellos; Yo lo sabía, que muchas gracias se necesitaban, debiendo

hacer el más grande milagro que existe en el mundo, como lo es el vivir

continuado en mi Querer, en el que el alma debe absorber a todo un Dios en

su acto, para darlo de nuevo íntegro como lo ha absorbido, y luego

absorberlo de nuevo. Por eso, este milagro sobrepasa al mismo milagro de

la Eucaristía, donde los accidentes no tienen razón, ni voluntad, ni deseos

que puedan oponerse a mi Vida Sacramental, así que nada pone la hostia,

todo el obrar es mío, si lo quiero lo hago; en cambio para realizar el milagro

de vivir en mi Querer, debo plegar una razón, una voluntad humana, un

 

 

deseo, un amor puramente libre, ¿y cuánto no se necesita? Por eso abundan

almas que comulgan y participan en el milagro de la Eucaristía, porque para

esto se sacrifican menos, pero debiéndose sacrificar más en el hacer que se

realice el milagro de que mi Voluntad tenga vida en ellas, poquísimas son

las que se disponen."

Noviembre 28, 1921

El mar de la Divina Voluntad y la barquita de luz.

Continuando mi habitual estado, me he encontrado en un mar inmenso

de luz, no se veía ni donde terminaba ni donde comenzaba, había una

barquita, pero formada también ella de luz, de luz era el fondo de la barca,

de luz las velas, todo era luz, sin embargo las diversas partes que se

necesitaban para formar la barca se distinguían entre ellas por la diversidad

de la luz, una más resplandeciente que la otra; esta barquita navegaba este

mar de luz con una velocidad increíble. Yo he quedado encantada, y mucho

más al ver que la barquita ahora se perdía en el mar y no aparecía más, ahora

salía y mientras estaba lejana, sumergiéndose en el mar se encontraba en el

mismo punto donde había salido antes. Por esto mi siempre amable Jesús se

divertía mucho al ver a esta barquita y llamándome me ha dicho:

"Hija mía, el mar que tú ves es mi Voluntad, Ella es luz y nadie puede

navegar este mar sino quien quiere vivir de luz. La barca que ves con tanta

gracia navegar este mar es el alma que vive en mi Querer; con su continuo

vivir en mi Querer ha respirado el aire de mi Voluntad y mi Voluntad la ha

vaciado de la madera, de las velas, del ancla, del mástil y la ha convertido

toda en luz, así que el alma, conforme va haciendo sus actos en mi Querer se

vacía de sí y se llena de luz; el capitán de esta barca soy Yo, Yo la guío de

acuerdo a su velocidad, Yo la sumerjo para darle reposo y tener tiempo para

confiarle los secretos de mi Querer; ninguno podría ser hábil en guiarla,

porque no conociendo el mar no pueden conocer el modo como guiarla, ni

Yo me fiaría de ninguno, a lo más escojo una guía como espectador y oyente

de los grandes prodigios que hace mi Querer. ¿Quién puede ser hábil y

capaz para guiar la carrera en mi Querer? En cambio Yo, en un solo instante

la hago hacer la carrera que otro guía la haría hacer en un siglo."

Luego agregó: "Mira como es bella, corre, se sumerge y se encuentra

al principio, es el ámbito de la eternidad que la envuelve, siempre detenida

en un punto solo; es mi Voluntad inmutable la que la hace correr en su

ámbito que no tiene principio ni fin, que mientras corre se encuentra en

 

 

aquel punto fijo de mi inmutabilidad. Mira el sol, está fijo, no se mueve,

pero su luz en un instante recorre toda la tierra, así esta barca, ella es

inmutable conmigo, no se mueve de aquel punto de donde mi Querer la sacó,

de un punto eterno salió y ahí está fija y detenida, y si se le ve correr son sus

actos los que corren, que como luz solar corren por todas partes y

dondequiera, esta es la maravilla, correr y estar fija, así soy Yo y así debo

volver a quien vive en mi Querer. ¿Pero quieres saber quién es esta barca?

Es el alma que vive en mi Querer, ella conforme hace sus actos en mi Querer

hace sus carreras, da la ocasión a mi Voluntad de hacer salir de dentro de su

centro tantos otros actos vitales de gracia, de amor, de gloria, y Yo, su

capitán, guío ese acto, corro junto a fin de que sea un acto al cual nada le

falte y que sea digno de mi Querer. En estas cosas Yo me divierto mucho,

veo a la pequeña hija de mi Querer que junto conmigo corre y está detenida,

no tiene pies pero es el paso de todos, no tiene manos y es el movimiento de

todas las obras, no tiene ojos y en la luz de mi Querer es más que ojo y luz

de todo. ¡Oh, cómo imita bien a su Creador! ¡Cómo se hace semejante a

Mí! Sólo en mi Querer puede haber verdadera imitación, siento resonar en

mi oído mi voz dulcísima y creadora: ‘Hagamos al hombre a nuestra imagen

y semejanza.’ Y con gozo interminable exclamo: ‘He aquí a mis imágenes,

los derechos de la Creación me son dados nuevamente, la finalidad para la

que he creado al hombre está cumplida.’ Cómo estoy contento y llamo a

todo el Cielo a hacer fiesta."

Diciembre 3, 1921

La Redención es salvación, la Divina Voluntad es Santidad.

Me sentía aniquilada y con dudas sobre todo lo que mi Jesús dice de

su Divino Querer y pensaba entre mí: "¿Será posible que haya dejado pasar

tantos siglos sin hacer conocer estos prodigios del Divino Querer, y que no

haya elegido entre tantos santos uno donde dar principio a esta Santidad toda

divina? Estuvieron los apóstoles, tantos otros grandes santos que han

asombrado a todo el mundo." Ahora, mientras esto pensaba, no dándome

tiempo e interrumpiendo mi pensamiento, ha venido y me ha dicho:

"La pequeña hija de mi Querer no quiere persuadirse, ¿por qué dudas

aún?"

"Porque me veo mala, y por cuanto más dices tanto más me siento

aniquilar."

 

 

Y Jesús: "Y esto quiero Yo, tu aniquilamiento. Y por cuanto más te

hablo de mi Querer, siendo mi palabra creadora, crea mi Querer en el tuyo, y

el tuyo ante la Potencia del mío queda aniquilado y perdido, he aquí el por

qué de tu aniquilamiento. Debes saber que tu querer debe deshacerse en el

mío, como viene deshecha la nieve bajo los rayos de un sol ardiente. Ahora,

debes saber que por cuanto más grande es la obra que quiero hacer, tantos

más preparativos se necesitan. ¿Cuántas profecías, cuántos preparativos,

cuántos siglos no precedieron mi Redención? ¿Cuántos símbolos y figuras

no previnieron la Concepción de mi Celestial Mamá? Ahora, después de

cumplida la Redención debía reafirmar al hombre en los bienes de la

Redención, y para esto escogí a los apóstoles como confirmadores de los

frutos de la Redención, donde con los Sacramentos debían buscar al hombre

perdido y ponerlo a salvo; así que la Redención es salvación, es salvar al

hombre de cualquier precipicio, por eso en una ocasión te dije que el hacer

vivir al alma en mi Querer es cosa más grande que la misma Redención,

porque salvarse, con hacer una vida mediana, ahora caer y ahora levantarse,

no es tan difícil y esto lo consiguió mi Redención, porque quería salvar al

hombre a cualquier costo y esto lo confié a mis apóstoles como depositarios

de los frutos de la Redención. Así que debiendo hacer lo menos en ese

entonces, dejé para ahora lo más, reservándome otras épocas para el

cumplimiento de mis altos designios.

Ahora, el vivir en mi Querer no es sólo salvación, sino es santidad que

debe elevarse sobre todas las demás santidades, que debe llevar el sello de la

Santidad de su Creador, por eso debían primero venir las santidades menores

como cortejo, como precursoras, como mensajeras, como preparativos de

esta Santidad toda Divina. Y así como en la Redención elegí a mi

inigualable Madre como eslabón de unión conmigo, del cual debían

descender todos los frutos de la Redención, así te he elegido a ti como

eslabón de unión, del cual debía tener principio la Santidad del vivir en mi

Querer, y habiendo salido de mi Voluntad para traerme la gloria completa

del fin por el cual fue creado el hombre, debía retornar sobre el mismo

camino de mi Querer para volver a su Creador. ¿Cuál es entonces tu

asombro? Estas son cosas establecidas ‘ab eterno’ y nadie me las podrá

cambiar. Y como la cosa es grande, es establecer mi reino en el alma aún en

la tierra, he hecho como un rey cuando debe tomar posesión de un reino, él

no va primero, sino que antes se hace preparar la morada real, después envía

a sus soldados a preparar el reino y a disponer a los pueblos a que se sujeten,

después siguen las guardias de honor, los ministros y el último es el rey, esto

es decoroso para un rey. Así lo he hecho Yo, me he hecho preparar mi

morada real, que es la Iglesia; los soldados han sido los santos para hacerme

 

 

conocer por los pueblos; después han llegado los santos que han sembrado

milagros como mis ministros más íntimos y ahora como rey vengo Yo para

reinar, por lo que debía elegir un alma donde hacer mi primera morada y

fundar este reino de mi Voluntad. Por eso hazme reinar y dame plena

libertad."

Diciembre 5, 1921

Quien no recibe los bienes de Dios es un ingrato. Dudas y dificultades.

Después de haber escrito lo que esta dicho arriba me sentía toda

compenetrada y más que nunca aniquilada, y habiéndome puesto a rezar, mi

siempre amable Jesús ha venido y estrechándome fuerte a su corazón me ha

dicho:

"Hija de mi Querer, ¿por qué no quieres reconocer los dones que tu

Jesús quiere darte? Esto es suma ingratitud. Supón un rey rodeado por sus

fieles ministros, y que un pobre joven descalzo, andrajoso, que llevado por

amor de ver al rey va al palacio y haciéndose más pequeño de lo que es, por

detrás de los ministros mira al rey y luego se esconde temiendo ser

descubierto, pero el rey poniendo en él su atención, mientras el muchacho se

está agazapado tras los ministros, lo llama, lo conduce aparte; el pequeño

tiembla, enrojece, teme ser castigado, pero el rey se lo estrecha al corazón y

le dice: ‘No temas, te he llamado aparte para decirte que quiero elevarte por

encima de todos, todos los dones que he dado a mis ministros quiero que tú

los superes, no quiero que salgas de mi palacio.’ Si el muchacho es bueno

aceptará con amor la propuesta del rey, dirá a todos cuan bueno es el rey, lo

dirá a los ministros, llamando a todos para agradecer al rey, pero si es

ingrato se negará a aceptar diciendo: ‘¿Qué quieres de mí? Soy un pequeño

pobre, andrajoso, descalzo, no son para mí esos dones.’ Y guardará en su

corazón el secreto de su ingratitud; ¿no es ésta una horrenda ingratitud? ¿Y

qué será de este muchacho? Así eres tú, porque te ves indigna quieres

desembarazarte de mis dones."

Y yo: "Amor mío, Tú tienes razón, pero lo que me causa más

impresión es que siempre quieres hablar de mí."

Y Él: "Es justo, es necesario que hable de ti. ¿Sería correcto que un

esposo que quiere casarse con su esposa deba tratar con los otros y no con

ella? Mientras que es necesario que se confíen sus secretos, que uno sepa lo

que tiene el otro, que los papás doten a estos esposos, y que anticipadamente

uno se habitúe a los modos del otro."

 

 

Y yo he agregado: "Dime vida mía, ¿quién es mi familia? ¿Cuál es

mi dote y la tuya?" Y sonriendo ha continuado:

"Tu familia es la Trinidad. ¿No te acuerdas que en los primeros años

de cama te llevé al Cielo y ante la Trinidad Sacrosanta nos unimos? Y Ella

te dotó de tantos dones que tú misma no los has conocido aún, y conforme te

hablo de mi Querer, de sus efectos y de su valor, son descubiertos los dones

con que desde entonces fuiste dotada. De mi dote no te hablo, porque lo que

es mío es tuyo. Y además, después de pocos días descendimos del Cielo y

las Tres Divinas Personas tomamos posesión de tu corazón y formamos

nuestra perpetua morada; Nosotros tomamos el gobierno de tu inteligencia,

de tu corazón, de toda tú, y cada cosa que tú hacías era un desahogo de

nuestra Voluntad Creadora en ti, eran confirmaciones de que tu querer

estaba animado de un Querer eterno. El trabajo ya está hecho, sólo queda

hacerlo conocer para hacer que no sólo tú, sino también otros puedan tomar

parte en estos tan grandes bienes, y esto lo estoy haciendo llamando ahora a

un ministro mío, y ahora a otro, y hasta ministros de lugares lejanos para

hacerles conocer estas grandes verdades. La cosa es mía, no tuya, así que

déjame hacer; es más, debes saber que cada vez que manifiestas un valor de

más de mi Querer, me siento tan contento que te amo con amor

multiplicado."

Y yo enrojeciendo por mis dificultades he dicho: "Mi sumo y único

Bien, mira cómo me he hecho más mala, antes no tenía dudas en lo que Tú

me decías, pero ahora no, cuántas dudas, cuántas dificultades, yo misma no

sé de dónde las saco."

Y Jesús: "No te aflijas ni siquiera por esto, soy Yo mismo quien

muchas veces suscito estas dificultades para responder no sólo a ti y

confirmarte las verdades que te digo, sino para responder a todos aquellos

que leyendo estas verdades puedan encontrar dudas y dificultades, y Yo les

respondo desde antes, a fin de que puedan encontrar la luz y la respuesta a

todas sus dificultades. Críticas no faltarán, por eso todo es necesario."

Diciembre 10, 1921

La fecundidad de un acto en el Divino Querer.

Encontrándome en mi habitual estado, mi siempre amable Jesús ha

venido diciéndome:

 

 

"Hija mía, cómo es grande un acto hecho en mi Querer. Mira, si tú

preguntaras al sol, ¿cuántas semillas has fecundado? ¿Cuántas has

multiplicado desde que surgiste sobre nuestro horizonte? Ni el sol, ni

ninguna criatura, por muy docta que fuera te podría responder, ni siquiera

con un número aproximado, ni cuantas semillas ha fecundado, ni cuantas ha

multiplicado. Ahora, un acto hecho en mi Querer es más que sol, que

multiplica las semillas, no humanas sino divinas al infinito, ¡oh! cómo

sobrepasa a la fecundidad y la multiplicidad de las semillas que ha

fecundado el sol. Sucede una innovación en el mundo espiritual, una

armonía por la cual todos son atraídos, los más dispuestos al oír la armonía

se enfervorizan, miles y miles de efectos surgen como tantas semillas, y

como el acto hecho en mi Querer lleva consigo la Potencia creadora, fecunda

esas semillas en modo incalculable para la mente limitada, así que los actos

hechos en mi Querer son semillas divinas que llevan consigo la Potencia

creadora, que más que sol fecundan, no sólo eso, sino que crean las semillas

y las multiplican a lo infinito. Estos actos me dan lugar para nuevas

creaciones, ponen en movimiento mi Potencia y son los portadores de la

Vida Divina."

Diciembre 15, 1921

Sólo los actos hechos en el Divino Querer se restituyen al principio

donde el alma fue creada, y toman vida en el ámbito de la eternidad.

Encontrándome en mi habitual estado, mi siempre amable Jesús al

venir me ha dicho:

"Hija mía, reordénate en Mí, ¿pero sabes cómo puedes reordenarte en

Mí? Fundiéndote enteramente en mi Querer; aun el respiro, el latido, el aire

que respiras, no deben ser otra cosa que fusiones en mi Querer; así entra el

orden entre Creador y criatura y ésta regresa al principio de donde salió.

Todas las cosas están en el orden, tienen su lugar de honor, son perfectas,

cuando no se apartan del principio de donde han salido; separadas de este

principio todo es desorden, deshonor e imperfección. Sólo los actos hechos

en mi Querer se restituyen al principio en donde el alma fue creada y toman

vida en el ámbito de la eternidad, llevando a su Creador los homenajes

divinos, la gloria de su mismo Querer; todos los demás actos quedan en lo

bajo, esperando la última ora de la vida para sufrir cada uno su juicio y la

pena que merece, porque no hay acto hecho fuera de mi Voluntad, aun

bueno, que pueda decirse puro; solamente con no tener por objeto a mi

 

 

Voluntad es echar lodo sobre las obras más bellas, y además, con el solo

separarse de su principio merece una pena.. La Creación salió sobre las alas

de mi Querer y sobre las mismas alas quisiera que regresara a Mí, pero en

vano la espero; he aquí por qué todo es desorden y confusión, por eso ven en

mi Querer para darme a nombre de todos la reparación de tanto desorden."

Diciembre 18, 1921

La paz es la primavera del alma.

Me sentía muy oprimida y angustiada por la privación de mi dulce

Jesús. Entonces, después de una jornada de pena, ya avanzada la noche ha

venido y poniéndome sus brazos al cuello me ha dicho:

"Hija mía, ¿qué hay? Veo en ti un humor, una sombra que te vuelven

desemejante de Mí y rompen la corriente de la bienaventuranza que entre Yo

y tú casi siempre ha existido. Todo es paz en Mí, por eso no soporto en ti ni

siquiera una sombra que pueda opacar tu alma; la paz es la primavera del

alma, todas las virtudes nacen, crecen y sonríen, como las plantas y las

flores, a los rayos del sol primaveral, que disponen a toda la naturaleza a

producir su fruto. Si no fuera por la primavera, que con su sonrisa

encantadora sacude a las plantas del sopor del frío y viste la tierra como de

un manto florido, que llama a todos con su dulce encanto para hacerse mirar,

la tierra sería horrible y las plantas acabarían secándose. Así que la paz es la

sonrisa divina que sacude al alma de todo entumecimiento, que como

primavera celestial sacude al alma del frío de las pasiones, de las

debilidades, de las ligerezas, etc., y con su sonrisa hace nacer, más que

campo florido, todas las flores y hace crecer todas las plantas, entre las

cuales el Agricultor Celestial se digna pasear y tomar de ellas los frutos para

hacer de ellos su alimento; así que el alma pacífica es mi jardín, en el cual

Yo me recreo y me entretengo. La paz es luz, y todo lo que el alma piensa,

habla y obra, es luz que emite y el enemigo no puede acercarse porque se

siente golpeado por esta luz, herido y deslumbrado, y para no quedar ciego

está obligado a huir. La paz es dominio, no sólo de sí mismo sino también

de los demás, así que delante a un alma pacífica quedan, o conquistados, o

confundidos y humillados, por esto, o se hacen dominar haciéndose amigos,

o se van confundidos no pudiendo sostener la dignidad, la imperturbabilidad,

la dulzura de un alma que posee la paz, aun los más perversos sienten la

potencia que esa alma contiene. Por eso me glorío tanto en hacerme llamar

Dios de la paz, Príncipe de paz, y no hay paz sin Mí, sólo Yo la poseo y la

 

doy a mis hijos como a hijos legítimos, los cuales quedan vinculados como

herederos de todos mis bienes.

El mundo, las criaturas, no tienen esta paz y lo que no se tiene no se

puede dar, a lo más pueden dar una paz aparente que por dentro los desgarra,

una paz falsa que contiene dentro una bebida venenosa, y este veneno

adormece los remordimientos de la conciencia y la conduce al reino del

vicio, por eso la verdadera Paz soy Yo, y quiero mantenerte a la sombra de

mi paz, para hacer que jamás estés turbada, y la sombra de mi paz, como luz

deslumbrante, pueda mantener lejos de ti cualquier cosa, o a cualquiera que

quisiera ensombrecer tu paz."

Diciembre 22, 1921

La finalidad de amar a Dios, abre al alma para

recibir la corriente de todas sus gracias. La Divina

Voluntad es la más grande de todas las virtudes.

Continuando mi habitual estado, mi siempre amable Jesús se hacía ver

dentro de una luz deslumbrante, y esta luz deshaciéndose en lluvia de luz,

caía sobre las almas, pero muchas no recibían esta corriente de luz porque

estaban como cerradas, y la corriente corría hasta donde encontraba almas

abiertas para recibirla, y mi dulce Jesús me ha dicho:

"Hija mía, la corriente de mi Gracia entra en las almas que obran por

puro amor; la sola finalidad de amarme tiene abiertas a las almas para recibir

la corriente de todas mis gracias. Amor soy Yo, amor son ellas, así que ellas

están en continuas corrientes hacia Mí y Yo hacia ellas; en cambio quienes

obran por fines humanos están cerradas para Mí, su corriente está abierta a

todo lo que es humano, y la corriente de lo que es humano reciben; quien

obra con el fin de pecar recibe la corriente de la culpa, y quien obra por fines

diabólicos recibe la corriente del infierno. La finalidad del obrar da las

diversas tintas al hombre, que lo transforma, o en bello o en horrible, o en

luz o en tinieblas, o en santidad o en pecado; cual es la finalidad del obrar,

tal es el hombre, por eso mi corriente no a todos entra y como es rechazada

por las almas que están cerradas a Mí, entonces se descarga con más ímpetu

y abundancia a las almas abiertas a Mí."

Dicho esto ha desaparecido, pero después ha regresado y ha agregado:

"¿Me sabrías decir por qué el sol ilumina toda la tierra? Porque es

mucho más grande que la tierra, y como es más grande tiene la capacidad de

 

 

tomar en su luz toda la circunferencia de la tierra; si fuera más pequeño

iluminaría una parte, pero no toda, así que las cosas más pequeñas son

envueltas y absorbidas por las cosas más grandes. Ahora, mi Voluntad es la

más grande de todas las virtudes, por eso todas las virtudes quedan

empequeñecidas y perdidas en mi Querer, es más, ante la virtud de la

Santidad de mi Querer, las otras virtudes tiemblan por reverencia ante miQuerer; sin Él, las virtudes creen hacer algo grande, pero al contacto con la

Santidad y Potencia de la virtud de mi Voluntad, ven que no han hecho nada,

y para darles el sello de virtud estoy obligado a sumergirlas en el mar

inmenso de mi Voluntad. Mi Voluntad no sólo tiene el primado sobre todo,

sino que da las diferentes tintas de belleza a las virtudes, pone en ellas las

tintas divinas, el esmalte celestial, su luz deslumbrante; entonces, si las

virtudes no son recubiertas por mi Querer, serán buenas, pero no bellas con

la belleza que arrebata, que encanta, que enamora a Cielo y tierra."

Después mi dulce Jesús me ha transportado fuera de mí misma, y me

hacía ver que bajo el mar se abrían canales de agua, que haciéndose camino

bajo tierra inundaban los cimientos de las ciudades, y en algunas partes se

derrumbaban edificios, en otras los hacían desaparecer, abriéndose estas

vorágines de agua se tragaban todo bajo tierra, y Jesús todo afligido me dijo:

"El hombre no quiere corregirse y mi Justicia es obligada a castigarlo,

muchas serán las ciudades que serán castigadas por el agua, por el fuego, por

terremotos."

Y yo: "Amor mío, ¿qué dices? No lo harás." Y mientras quería

rogarle desapareció."

Diciembre 23, 1921

Quien obra y vive en el Querer Divino le da el campo

a Jesús para hacer salir nuevas obras, nuevo amor y

nueva potencia. Efectos del sueño de Jesús.

Me sentía toda sumergida en el Divino Querer, y mi dulce Jesús al

venir me ha dicho:

"Hija de mi Querer, conforme obras y vives en mi Querer, así haces

salir de mi Voluntad otros actos nuevos de dentro de Ella, me das el campo

para nuevas obras, para nuevo amor y para nueva potencia. Cómo me siento

feliz de que la criatura viviendo en mi Querer me da el campo para obrar, en

cambio quien no vive en mi Voluntad me ata las manos y hace inútil mi

Querer para ella, mientras que mi Ser es llevado por la fuerza irresistible de

 

 

mi Amor al movimiento, a la obra y sólo quien vive en mi Voluntad me da

libre campo y Yo animo hasta sus más pequeños actos con mi Querer

Divino, no desdeño ni las cosas más bajas para poner en ellas el sello de

virtud divina. He aquí por qué amo tanto a quien vive en mi Querer, y

circundo cada uno de sus actos con tanta gracia, con tanta dignidad y decoro,

porque quiero el honor, la gloria de mi obrar divino, por eso sé atenta y

piensa bien que si todo lo que haces no lo haces en mi Voluntad, darás la

inutilidad a tu Jesús. ¡Ah!, si supieras cuánto me pesa el ocio, cómo me

contrista, estarías más atenta, ¿no es verdad?"

Después de esto estaba por cerrar los ojos al sueño y decía para mí:

"También mi sueño en tu Querer, es más, mi respiro se transforme en el

tuyo, a fin de que lo que hacía Jesús cuando dormía lo haga también yo,

pero, ¿verdaderamente mi Jesús dormía? Y Jesús ha regresado y ha

agregado:

"Hija mía, brevísimo era mi sueño, pero dormía, pero no dormía para

Mí sino para las criaturas. Yo, como cabeza, representaba a toda la familia

humana y debía extender mi Humanidad sobre todos para darles reposo, veía

a todas las criaturas cubiertas por un manto de turbaciones, de luchas, de

inquietudes; quién caía en la culpa y quedaba triste, quién dominado por

tiránicas pasiones a las que quería vencer y quedaba turbado, quién quería

hacer el bien y luchaba por hacerlo; en suma, no había paz, porque la

verdadera paz se posee cuando la voluntad de la criatura regresa a la

Voluntad de su Creador, de donde salió; fuera de su centro, separada de su

principio no hay paz. Entonces, mi Humanidad durmiendo se extendía sobre

todos, envolviéndolos como dentro de un manto, como la gallina cuando

llama a sus pollitos bajo sus alas maternas para hacerlos dormir; así,

extendiéndome sobre todos, llamaba a todos mis hijos bajo mis alas para dar,

a quién el perdón de la culpa, a quién la victoria sobre las pasiones, a quién

la fuerza en la lucha, para dar a todos la paz y el reposo, y para no darles

temor y darles ánimo lo hacía durmiendo, ¿quién teme de una persona que

duerme?

Ahora, el mundo no ha cambiado, es más, está más que nunca en

luchas y por eso quiero a quien duerma en mi Querer, para poder repetir los

efectos del sueño de mi Humanidad."

Luego con acento afligido ha repetido: "¿Y mis demás hijos dónde

están? ¿Por qué no vienen todos a Mí para recibir el reposo y la paz?

Llámamelos, llámamelos juntos."

Y parecía que Jesús los llamaba por nombre, uno por uno, pero pocos

eran los que venían.

 

 

Diciembre 25, 1921

Cómo la Humanidad de Jesús fue alimentada por su Querer.

Quien vive en la Divina Voluntad es la más inmediata a Jesús.

Encontrándome en mi habitual estado, mi dulce Jesús se hacía ver

como niño, temblando de frío y arrojándose a mis brazos me ha dicho:

"¡Qué frío, qué frío! Caliéntame por piedad, no me dejes más helar."

Yo me lo he estrechado al corazón diciéndole: "En mi corazón poseo

tu Querer, así que el calor de Él es más que suficiente para calentarte." Y

Jesús todo contento:

"Hija mía, mi Querer contiene todo y quien lo posee todo puede

darme. Mi Voluntad fue todo para Mí, me concibió, me formó, me hizo

crecer y me hizo nacer, y si mi amada Mamá contribuyó dándome la sangre,

lo pudo hacer porque contenía mi Voluntad absorbida en Ella, si no hubiera

tenido mi Querer, no habría podido contribuir a formar mi Humanidad, así

que mi Voluntad directamente y mi Voluntad absorbida en mi Mamá me

dieron la vida. Lo humano no tenía poder sobre de Mí para darme nada, sino

sólo el Querer Divino con su aliento me alimentó y me hizo nacer. ¿Pero

crees tú que fue el frío del ambiente lo que me heló? ¡Ah, no! Fue el frío de

los corazones lo que me hizo temblar de frío, y la ingratitud de ellos la que al

salir a la luz me hizo llorar amargamente. Pero mi querida Mamá me calmó

el llanto, si bien lloró también Ella y nuestras lágrimas se mezclaron, y

dándonos los primeros besos nos desahogamos en amor. Pero nuestra vida

debía ser el dolor y el llanto y me hice poner en el pesebre para volver al

llanto y llamar con mis sollozos y con mis lágrimas a mis hijos, quería

enternecerlos con mis lágrimas y con mis gemidos para hacerme escuchar,

¿pero sabes tú quién fue la primera después de mi Mamá a quien llamé con

mis lágrimas junto a Mi en el mismo pesebre para desahogarme en amor?

Fuiste tú, la pequeña hija de mi Querer, tú eras tan pequeña que te pude tener

junto a Mí en el mismo pesebre y pude derramar mis lágrimas en tu corazón,

estas lágrimas sellaron en ti mi Querer y te constituían hija legítima de mi

Voluntad. Mi corazón se alegró, viendo regresar en ti, íntegro en mi

Voluntad, lo que en la Creación mi Querer había hecho salir, esto para Mí

era importante e indispensable, debía, al salir a la luz de este mundo,

consolidar los derechos de la Creación y recibir la gloria como si la criatura

no se hubiera salido nunca de mi Querer. Así que para ti fue el primer beso

y los primeros dones de mi edad infantil."

 

 

Y yo: "Amor mío, ¿cómo podía haber sido esto si yo no existía

entonces?"

Y Jesús: "En mi Voluntad todo existía y todas las cosas eran para Mí

un punto solo, te veía entonces como te veo ahora, y todas las gracias que te

he dado no son otra cosa que la confirmación de lo que ‘ab eterno’ te había

sido dado, y no solamente te veía a ti, sino que veía en ti a mi pequeña

familia que viviría en mi Querer. ¡Cómo estuve contento! Todas estas

almas me calmaban el llanto, me calentaban y haciéndome corona alrededor

mío me defendían de la perfidia de las demás criaturas."

Yo he quedado pensativa y dudosa.

Y Jesús: "¿Cómo, lo dudas? No te he dicho nada aún de las

relaciones que hay entre Mí y el alma que vive en mi Querer. Te diré por

ahora que mi Humanidad vivía del continuo desahogo de la Voluntad

Divina, si hubiera hecho un solo respiro que no fuera animado por el Querer

Divino habría sido un degradarme y un desnoblecerme. Ahora, quien vive

en mi Voluntad es la más inmediata a Mí, y de todo lo que hizo y sufrió mi

Humanidad, es la primera entre todas en recibir los frutos y los efectos que

Ella contiene."

Diciembre 27, 1921

El alma que vive en la Divina Voluntad pone en

vigor la finalidad de la Creación, y en cada cosa

que hace es un desahogo de Jesús que le viene.

Continuando mi habitual estado, mi dulce Jesús al venir me ha dicho:

"Hija mía, cada vez que el alma entra en mi Querer viene a reflejarse

en el espejo de mi Divinidad, y reflejándose recibe los rasgos divinos, y

estos rasgos la vinculan a la Divinidad, y encontrando en ella su misma

fisonomía la reconocen como una de su familia, le dan lugar en medio de las

Divinas Personas, la admiten en sus secretos y reconociendo en ella como

centro de vida a su Querer, la admiten en aquel punto eterno y la enriquecen

de todo lo que la eternidad contiene. ¡Oh! cómo es bello ver esta pequeña

imagen nuestra inundada de todo lo que la eternidad contiene, ella, como es

pequeña se siente perdida, ahogada, no pudiendo contenerlo dentro de sí,

pero el amor, el desarrollo de la Vida de nuestro Querer en ella, la lleva a

 

 

volverse a reflejar en Nosotros, y nuestras olas eternas continúan, como

máquina que no cesa jamás su movimiento. ¡Oh! cómo nos divertimos, era

ésta la única finalidad de la creación del hombre, con el intercambio de

nuestros quereres, él con Nosotros y Nosotros con él, formarnos nuestro

entretenimiento y al mismo tiempo hacer en todo feliz al hombre. Rota la

unión con nuestro Querer por el hombre, comenzaron nuestras amarguras y

su infelicidad, así que la finalidad de la Creación nos falló. Ahora, ¿quién

rehace esta falla, quién pone en vigor los derechos de la Creación? El alma

que vive en nuestro Querer, ella deja atrás a todas las generaciones y como si

fuera la primera creada por Nosotros se pone en orden en la finalidad con la

cual creamos al hombre; nuestro Querer y el suyo hacen uno solo y obrando

con el Querer Divino, nuestra Voluntad obra en el querer humano, y he aquí

que comienzan nuestros réditos divinos en la voluntad humana, la finalidad

de la Creación está ya en vigor y como nuestra Voluntad tiene modos

infinitos, con tal que encuentre un alma que se preste para hacer obrar a

nuestro Querer, prontamente viene a rehacerse del fallo de todas las otras

voluntades humanas; he aquí por qué la amamos tanto, hasta superar todo el

amor de todas las demás criaturas juntas. A nuestra Voluntad conculcada y

despreciada en las otras criaturas, ella le devuelve el decoro, el honor, la

gloria, el régimen, la vida, ¿cómo no debemos dar todo a ella?"

Después, como si no pudiera contener el amor, me ha estrechado a su

corazón y ha agregado:

"Todo, todo a la pequeña hija de mi Querer; estaré en continuo

desahogo sobre de ti, tus pensamientos serán el desahogo de mi Sabiduría,

tus miradas serán el desahogo de mi luz, tu respiro, tu latido, tu acción, serán

precedidos por mis desahogos y luego tendrán vida. Sé atenta y en cada

cosa que hagas, piensa que es un desahogo de Jesús que te viene."

Diciembre 28, 1921

Temores. Jesús le da la paz. Luisa quiere que Jesús haga su voluntad.

Me sentía muy afligida y con una opresión tal que me sentía morir, por

ciertas cosas que no es necesario escribir. Ahora, mi dulce Jesús al venir me

ha tomado entre sus brazos para sostenerme y darme fuerza, y después todo

dulzura y bondad me ha dicho:

"Hija mía, ¿qué pasa, qué pasa? Mucho te oprimes y Yo no lo

quiero."

 

 

Y yo: "Mi Jesús, ayúdame, no me abandones en tanta amargura, pero

lo que más me oprime es que siento surgir en mí un querer que quisiera

decirte: "Esta vez Tú harás mi voluntad, no yo la tuya." Y el sólo pensar

esto me da la muerte. ¡Oh! cómo es verdad que tu Voluntad es vida, pero las

circunstancias me empujan, ¡ah, ayúdame!" Y he roto en llanto y Jesús

haciéndose bañar sus manos por mis lágrimas y estrechándome más ha

agregado:

"Hija mía, ánimo, no temas, Yo soy todo para ti, mira cómo son bellas

mis manos perladas por las lágrimas de quien teme no hacer mi Querer, ni

siquiera una ha caído por tierra. Ahora cálmate y escúchame, Yo haré lo que

quieres tú, pero no porque lo quieres tú, sino como si lo quisiera Yo, ¿no

estás contenta? Del resto es necesario un poco de suspensión de tu estado,

no tengo a quien confiarte, ¿quién podría hacerlo? Tienen el corazón

cubierto de una coraza de hierro, mis voces no son ni escuchadas ni

comprendidas, los pecados son horrendos, los sacrilegios enormes, los

flagelos están ya a las puertas de la ciudad, habrá gran mortandad, por eso se

necesita un poco de suspensión de tu estado que impide el curso a mi

Justicia. Tú me darás el tiempo libre para venir y Yo, retirándome, sin

hacerte salir de mi Voluntad te daré lo que te sea necesario."

Yo he quedado más que nunca amargada por tantas otras cosas que

Jesús me ha dicho acerca de nuestros tristes tiempos, pero calmada porque

me ha asegurado que no me hacía salir de su Querer. Al otro día ha venido

mi Mamá Reina y trayéndome al niñito Jesús me lo ha puesto en los brazos y

me ha dicho:

"Hija mía, tenlo estrechado, no lo dejes ir, si supieras que quiere

hacer, rézale, rézale, la oración en su Querer lo arrebata, lo encadena, así al

menos se ahorrarán en parte los flagelos."

Dicho esto ha desaparecido, y yo he vuelto a la trágica duda de haber

inducido a Jesús a hacer mi querer.

Enero 3, 1922

Relaciones entre la Voluntad Divina y la voluntad humana.

Continuando mi habitual estado, mi siempre amable Jesús al venir me

ha dicho:

 

 

"Hija de mi Querer, ven en mi Voluntad a fin de que conozcas las

relaciones que hay entre la Voluntad Divina y la voluntad humana, que la

criatura rompió desde el edén terrestre y que el alma que no conoce otra vida

que la Vida de mi Voluntad, mi Voluntad la reedifica, la une nuevamente,

restituyéndole todas las relaciones que había roto: 1. Relaciones de

creación, de principio de existencia, estos eran vínculos de unión entre

Creador y criatura. 2. Relaciones de semejanza, santidad, ciencia, potencia,

todo lo que Yo contengo lo puse en relación con el hombre. 3. Relaciones

en orden a todas las cosas creadas, entre las cuales le di el primado sobre

todo.

Ahora, el hombre con sustraerse de mi Voluntad rompió todas estas

relaciones y se puso en relación con el pecado, con las pasiones, con su más

feroz enemigo; por eso el alma que vive en mi Querer se eleva tan en alto,

que deja atrás a todos, pone el orden entre ella y Yo, se restituye al principio

y pone en vigor todas las relaciones rotas; todas las cosas creadas le hacen

cortejo y la reconocen como su legítima hermana y se sienten honradas en

hacerse dominar por ella; la finalidad para la cual fueron creadas, el ser

mandadas y obedecer a sus más pequeñas indicaciones queda ya cumplida,

así que toda la naturaleza está reverente a su alrededor y exulta al ver que

finalmente su Dios recibe la gloria de la finalidad para la cual las había

creado, esto es, servir al hombre; entonces el fuego, la luz, el agua, el frío, se

harán mandar por ella y obedecerán fielmente; y así como mi Amor preparó

de inmediato el remedio para salvar al hombre, descendiendo del Cielo

haciéndome hombre, así esta alma que vive en mi Querer restituyéndose al

principio, a su origen eterno de donde salió, ya que antes de que mi

Humanidad se formase, ya besaba y adoraba mi sangre, mis llagas, veneraba

mis pasos, mis obras y hacía digno cortejo a mi Humanidad. ¡Oh! alma que

vives en mi Querer, eres tú sola la finalidad de la gloria de la Creación, el

decoro, el honor de mis obras y el cumplimiento de mi Redención; en ti

concentro todo, todas las relaciones te son restituidas, y si tú por debilidad

en algo fallases, Yo por decoro y honor de mi Voluntad te supliré en todo,

por eso sé atenta y da este sumo contento a tu Jesús."

Enero 5, 1922

El Ser Divino es llevado por una fuerza

irresistible a comunicarse a la criatura.

 

 

Me sentía muy amargada y mi dulce Jesús al venir, estrechándome a

Él me ha dicho:

"Hija mía, tu aflicción pesa sobre mi corazón más que si fuera mía, y

no puedo sufrir que tú estés tan afligida, a cualquier costo quiero verte feliz,

quiero ver despuntar sobre tus labios de nuevo la sonrisa que contiene la

beatitud de mi Querer; dime entonces, ¿qué quieres para estar de nuevo

feliz? ¿Será posible que después de tanto tiempo en que tú nada me has

negado, Yo no deba darte lo que tú quieres y hacerte contenta?"

Y yo: "Amor mío, lo que quiero es que me des la gracia de que yo

haga siempre, siempre tu Querer, esto me basta; cuánto temo que esto no

hiciera. ¿No es esta la más grande desventura, que no hiciera, aún en la más

pequeña cosa tu Voluntad? Sin embargo tus propuestas, tus mismas

premuras a esto me inducen, porque veo que no porque sea tu Voluntad, sino

porque quieres hacerme feliz y vaciar mi corazón de la amargura de la cual

está como inundado Tú quieres hacer mi voluntad, ¡ah! Jesús, Jesús, no lo

permitas, y si quieres hacerme feliz, a tu Potencia no le faltan otros modos

para quitarme de mi aflicción."

Y Jesús: "Hija mía, hija mía, hija de mi Voluntad, no, no temas, esto

no será jamás, que nuestros quereres queden ni siquiera lesionados, si es

necesario un milagro lo haré, pero nuestros quereres no se desunirán jamás,

por eso tranquilízate a este respecto y consuélate. Escucha, mi Ser es

llevado por una fuerza irresistible a comunicarse a la criatura, tengo tantas

otras cosas qué decirte aún, tantas otras verdades que tú no conoces, y todas

mis verdades llevan la felicidad que cada una posee, y por cuantas verdades

el alma conoce, tantas diversas felicidades adquiere. Ahora, encontrando tu

corazón amargado, esas verdades sienten ensombrecida su felicidad y no

pueden comunicarse libremente. Yo soy como un padre feliz que posee la

plenitud de toda la felicidad y que quiere hacer felices a todos sus hijos;

ahora, si ve un hijo suyo que verdaderamente lo ama, y lo ve triste,

pensativo, a cualquier costo quiere hacer feliz a su hijo y sacarlo de esa

situación, y si el padre sabe que esa tristeza es por causa del amor que da al

padre, ¡oh! entonces no se da paz y usa todas las artes y hace cualquier

sacrificio para hacer feliz a su hijo. Así soy Yo y como sé que tu aflicción

es por causa mía, si no te veo regresar de nuevo a tu estado de alegría y

sellada por mi felicidad, Yo seré infeliz esperando que vuelvas a los brazos

de mi felicidad."

 

 

Enero 11, 1922

Las almas que viven en el Divino Querer, serán

al cuerpo místico de la Iglesia como piel al cuerpo,

y llevarán a todos sus miembros la circulación de vida.

 

Encontrándome en mi habitual estado, estaba pensando en el Santo

Querer Divino y decía entre mí: "Todos los hijos de la Iglesia son miembros

del cuerpo místico, del cual Jesús es la cabeza, ¿cuál será el lugar que

ocuparán las almas que hacen la Voluntad de Dios en este cuerpo místico?"

Y Jesús, siempre benigno, al venir me ha dicho:

"Hija mía, la Iglesia es mi cuerpo místico, del cual Yo me glorío de

ser la cabeza, pero para poder entrar en este cuerpo místico los miembros

deben crecer a debida estatura, de otra manera deformarían mi cuerpo; pero

¡ay! cuántos no sólo no tienen la debida proporción, sino que están

putrefactos, llagados, tanto que dan asco a mi cabeza y a los otros miembros

sanos. Ahora, las almas que viven en mi Querer o vivirán, serán al cuerpo

de mi Iglesia como la piel al cuerpo, el cuerpo contiene piel interna y piel

externa, y como en la piel está la circulación de la sangre que da vida a todo

el cuerpo, y es en virtud de esta circulación que los miembros llegan a

debida estatura, si no fuera por la piel y por la circulación de la sangre, el

cuerpo humano sería horrible a la vista y los miembros no crecerían a debida

proporción. Ve entonces cuánto me son necesarias estas almas que viven en

mi Querer, habiéndolas destinado como piel al cuerpo de mi Iglesia y como

circulación de vida a todos los miembros, serán ellas las que darán el debido

crecimiento a los miembros no crecidos, las que sanarán los miembros

llagados y las que con su continuo vivir en mi Querer restituirán la frescura,

la belleza, el esplendor a todo el cuerpo místico, haciéndolo todo igual a la

cabeza, que reinará con toda majestad sobre estos miembros. He aquí por

qué no podrá llegar el fin de los días si no tengo estas almas que vivan como

perdidas en mi Querer, ellas me interesan más que todo. ¿Qué ridículo haría

este cuerpo místico en la Jerusalén celestial sin ellas? Y si esto es lo que me

interesa más que todo a Mí, también debe interesarte más que todo a ti, si me

amas, y Yo, de ahora en adelante daré a todos tus actos hechos en mi Querer

virtud de circulación de vida a todo el cuerpo místico de la Iglesia, como

circulación de sangre al cuerpo humano, tus actos extendidos en la

inmensidad de mi Querer se extenderán sobre todos y como piel cubrirán

estos miembros, dándoles el debido crecimiento, por eso sé atenta y fiel."

Después estaba rezando toda abandonada en el Querer de Jesús y casi

sin pensarlo he dicho: "Amor mío, todo en tu Querer, mis pequeñas penas,

 

 

mis oraciones, mi latido, mi respiro, todo lo que soy y puedo unido a todo lo

que eres Tú, para dar el debido crecimiento a los miembros del cuerpo

místico." Jesús al oírme, de nuevo se ha hecho ver y sonriendo de

satisfacción ha agregado:

"Cómo es bello ver en tu corazón mis verdades como fuentes de vida

que inmediatamente tienen su desarrollo y el efecto para el cual se han

comunicado. Por eso, corresponde, y Yo tendré el honor de que en cuanto

vea desarrollada una verdad, una nueva fuente de verdad haré surgir."

Enero 14, 1922

La Santísima Trinidad da vida a todo.

Me he encontrado fuera de mí misma y veía el Cielo abierto y una luz

inaccesible a toda criatura; de dentro de esta luz descendían rayos que

investían a todas las criaturas, celestiales, terrestres y purgantes. Algunos

rayos eran tan deslumbrantes, que si bien quedaba uno revestido, arrebatado,

felicitado, pero no se sabía decir nada de lo que contenían; otros rayos eran

menos deslumbrantes y se podía decir algo de la belleza, la felicidad, las

verdades que contenían, pero era tanta la fuerza de la luz, que yo misma no

sabía si mi pequeña mente fuera aún capaz de volver a mí misma. Si mi

Jesús no me hubiese sacudido con sus palabras, ninguna fuerza humana

habría podido retirarme de aquella luz para llamarme nuevamente a la vida,

pero ay de mí, no soy digna aún de mi amada y celestial patria, mi

indignidad me obliga a vagar en el exilio, pero ¡oh! cuán duro me es.

Entonces Jesús me ha dicho:

"Hija mía, volvamos juntos a tu cama. Lo que tú ves es la Trinidad

Santísima, la cual tiene como en un puño a todas las criaturas, y como de su

simple aliento da vida, conserva, purifica y felicita, no hay criatura que de

Ella no dependa. Su luz es inaccesible a mente creada, si alguno quisiera

entrar le sucedería como a una persona que quisiese entrar en un gran fuego,

no teniendo calor y fuerza suficientes para este fuego, quedaría consumida

por él, por eso quedando consumida jamás podría decir ni cuánto, ni qué

calor contenía ese fuego. Los rayos son las virtudes divinas, algunas de

estas virtudes son menos adaptables a la mente creada, por eso se hace feliz,

las ve, pero no sabe hablar de ellas; de las otras virtudes divinas más

adaptables a la mente humana sí se puede hablar, pero balbuceante, porque

nadie puede hablar de ellas en manera digna y justa. Las virtudes más

adaptables a la mente humana son el Amor, la Misericordia, la Bondad, la

 

 

Belleza, la Justicia, la Ciencia. Por eso, junto conmigo demos nuestros

homenajes a nombre de todos para agradecerla, alabarla, bendecirla por tanta

bondad hacia todas las criaturas."

Después de haber rezado junto con Jesús he vuelto en mí misma.

Enero 17, 1922

Cada bien que la criatura hace, es un sorbo de vida que da a su alma.

Estaba siguiendo la Pasión de mi dulce Jesús, cuando en un instante

me he encontrado fuera de mí misma y veía que mi siempre amable Jesús

venía arrastrado por el camino, pisoteado, golpeado más que en la misma

Pasión, tratado en forma tan bárbara que daba horror verlo; yo me he

acercado a mi Jesús para sacarlo de entre los pies de aquellos enemigos que

parecían tantos demonios encarnados. Él se ha arrojado en mis brazos como

si esperase que yo lo defendiera y lo he traído a mi cama. Entonces, después

de algunos minutos de silencio, como si quisiera descansar me ha dicho:

"Hija mía, ¿has visto cómo triunfa el vicio, las pasiones en estos tristes

tiempos, cómo caminan victoriosos por todos los caminos y el bien es

pisoteado, golpeado y aniquilado? El Bien soy Yo, no hay bien que la

criatura haga en el que Yo no entre, y cada bien que la criatura hace es un

sorbo de vida que da a su alma, así que por cuantos actos buenos hace la

criatura, tanto más crece la vida de su alma, la hace más fuerte y más

dispuesta para realizar otros actos buenos; pero para que estos actos estén

exentos de cualquier sustancia venenosa deben ser rectos, sin finalidad

humana, sólo para agradarme a Mí, de otra manera, los actos más bellos,

más santos aparentemente, quién sabe cuánto veneno contienen, y Yo siendo

puro Bien huyo de estos actos contaminados y no comunico la vida; por lo

tanto, a pesar que parece que hacen el bien, su bien está vacío de vida y se

nutren de alimentos que les dan la muerte. El mal despoja al alma de la

vestidura de la Gracia, la deforma, la obliga a tomar veneno para hacerla

morir pronto. Pobres criaturas, hechas para la vida, para la felicidad, para la

belleza, y el pecado no hace otra cosa que darles sorbos de muerte, sorbos de

infelicidad, sorbos de fealdad, que quitándoles todos los humores vitales las

hace leña seca para arder con más intensidad en el infierno."

Enero 20, 1922

 

 

Lo que el alma que vive en la Divina Voluntad

debe hacer con sus harapos.

Estaba pensativa, y además me veía tan mala que sólo Jesús puedesaber el estado miserable de mi alma, y Él todo bondad me ha dicho:

"Hija mía, ¿por qué te oprimes? ¿Sabes cómo son en mi Voluntad las

cosas propias? Como tantos viles harapos, trapos viejos que son más un

deshonor que un honor para el alma, y que le hacen recordar que ella era una

pobre y que ni siquiera un solo vestido decente poseía. Yo cuando quiero

llamar un alma a mi Querer para hacer que establezca en Él su morada, hago

como un gran señor que quisiera llevar a su palacio a una de las más pobres,

para hacer que dejando sus harapos de pobre se vistiese a la altura de la

condición de él, haciendo vida junto con él y haciéndola partícipe de todos

sus bienes. Pues bien, este señor va por todas las calles de la ciudad y

cuando encuentra una de las más pobres, sin techo, sin cama, cubierta sólo

con repugnantes harapos, la toma y la lleva como triunfo de su caridad a su

palacio, sin embargo le ordena que deje sus harapos, que se lave y se vista

con los más hermosos vestidos, y que para no tener memoria de su pobreza

queme sus harapos, porque siendo él muy rico no admite en su casa cosas

que signifiquen pobreza. Ahora, si la pobre llora por sus harapos y se aflige

porque no ha llevado nada suyo, ¿no ofendería la bondad, la magnanimidad

de ese señor? Así soy Yo y si aquel señor recorre una ciudad, Yo recorro

todo el mundo y tal vez todas las generaciones, y cuando encuentro a la más

pequeña, la más pobre, la tomo y la pongo en el ámbito eterno de mi Querer

y le digo: ‘Trabaja junto conmigo en mi Voluntad, lo que es mío es tuyo, si

tienes alguna cosa propia déjala, porque en la Santidad e inmensas riquezas

de mi Voluntad no son otra cosa que míseros harapos.’ El querer tener

méritos propios es de siervos, de esclavos, no de los hijos, lo que es del

padre es de los hijos, y además, ¿qué cosa son todos los méritos que podrías

adquirir, en comparación con un acto solo de mi Voluntad? Todos los

méritos tienen su pequeño valor, peso y medida, ¿pero quién podría jamás

medir un acto solo de mi Voluntad? Ninguno, ninguno, y además, ¿qué son

tus méritos en comparación de los míos? En mi Querer los encontrarás

todos y de ellos Yo te hago dueña, ¿no estás contenta?

Escucha hija mía, quiero que dejes todo a un lado, tu misión es

grandísima, y más que el decir es el hacer lo que espero de ti; quiero que

toda tú estés en continuo acto en mi Querer; quiero el paseo de tus

pensamientos en mi Querer, para que paseando sobre todas las inteligencias

humanas extiendas el manto de mi Querer sobre todas las mentes creadas, y

elevándote hasta el trono del Eterno ofrezcas todos los pensamientos

 

 

humanos sellados con el honor y la gloria de mi Voluntad Divina; después

extiende el manto de mi Querer sobre todas las miradas humanas, sobre

todas las palabras, como si hicieras pasear tus ojos y tus palabras sobre todas

las de ellas y sellándolas con mi Querer te eleves de nuevo ante la Majestad

Suprema y ofrezcas el homenaje como si todos hubiesen hecho uso de la

vista y de las palabras según mi Querer; y lo mismo si obras, si respiras, si tu

corazón palpita, tu paseo será continuo; tu camino es larguísimo, es toda la

eternidad lo que debes recorrer, si supieras cuanto pierdes cada vez que te

detienes y que me privas a Mí no de un honor humano, sino de un honor

divino. Estos son los méritos que tú deberías temer perder, no tus harapos y

tus miserias, por eso más atención en hacer tus giros en mi Querer."

Enero 25, 1922

Cada verdad contiene en sí una bienaventuranza, felicidad, alegría y

belleza distinta. Qué significará en el Cielo el haber conocido una

verdad de más acerca de la Divina Voluntad.

Encontrándome en mi habitual estado, mi siempre amable Jesús al

venir me ha dicho:

"Hija mía, por cuantas verdades de más te manifiesto, tantas

especialidades de bienaventuranza te hago en don; cada verdad contiene en

ella una beatitud, felicidad, alegría y belleza distinta, así que cada verdad de

más que conoces pone en ti una bienaventuranza, una felicidad, alegría,

belleza, de las cuales tú quedas enriquecida; son semillas divinas que el alma

recibe, y que manifestándolas a los demás les comunica estas semillas y

enriquece a quien las recibe. Ahora, las verdades conocidas en la tierra,

siendo semillas divinas que germinan beatitud, alegría, etc., en el Cielo,

cuando el alma esté en su patria, serán como alambres eléctricos de

comunicación por medio de los cuales la Divinidad hará salir de su seno

tantos actos de beatitud por cuantas verdades el alma ha conocido, ¡oh!

cómo quedará inundada por tantos diversos mares inmensos. Ya la semilla

la tienes, con tener la semilla tienes el vacío donde poder recibir estos mares

inmensos de felicidad, de alegría y de belleza; quien no tiene la semilla,

quien no ha conocido una verdad en la tierra, le falta el vacío para poder

recibir estas bienaventuranzas. Sucede como cuando un pequeño no ha

querido estudiar otros idiomas, haciéndose grande y oyendo hablar en

aquellos idiomas que no quiso o no pudo estudiar, no entenderá nada, porque

su inteligencia con no querer estudiarlos quedó cerrada y no hizo ningún

 

 

esfuerzo para preparar un lugarcito para comprender esas lenguas, a lo más

quedará admirado, gozará de la felicidad de los demás, pero él ni la poseerá

ni será causa de felicidad a los demás. Ve entonces qué significa conocer

una verdad de más o una verdad de menos, si todos supieran qué grandes

bienes se pierden, harían competencia para hacer adquisición de verdades.

Ahora, las verdades son las secretarias de mis bienaventuranzas, y si Yo no

las manifiesto a las almas, esas verdades no rompen el secreto que contienen

y continúan nadando en mi Divinidad esperando su turno para hacerla de

agentes divinos y hacerme conocer, cuántas beatitudes de más contengo, y

por cuanto más largamente han estado ocultas en mi seno, con tanto más

fragor y majestad salen fuera para inundar a las criaturas y manifestar mi

gloria. ¿Crees tú que todo el Cielo esté al día de todos mis bienes? ¡No, no!

¡Oh, cuánto les queda por gozar y que hoy no gozan! Cada criatura que

entra en el Cielo y que ha conocido una verdad de más, no conocida por los

demás, llevará en ella la semilla para hacer salir de Mí nuevos contentos,

nuevas alegrías y nueva belleza, de los cuales esa alma será como causa y

fuente y todos los demás tomarán parte. No llegará el último de los días si

no encuentro almas dispuestas para revelar todas mis verdades, para hacer

que la Jerusalén Celestial resuene de mi completa gloria y todos los

bienaventurados tomen parte en todas mis bienaventuranzas, quién como

causa directa por haber conocido esa verdad, y quién como causa indirecta,

por razón de aquella que la ha conocido.

Ahora hija mía, quiero decirte para consolarte y para hacer que seas

atenta en escuchar mis verdades, que las verdades que más me glorifican son

las que se refieren a mi Voluntad, causa primaria por la que cree al hombre,

que su voluntad fuera una con la de su Creador; pero el hombre habiéndose

sustraído de mi Voluntad se hizo indigno de conocer el valor y los efectos y

todas las verdades que Ella contiene. He aquí el por qué de todas mis

premuras contigo, para hacer que entre Yo y tú los quereres corrieran juntos

y estuvieran siempre en sumo acuerdo, porque para hacer que el alma pueda

abrir las puertas y disponerse a conocer las verdades que mi Voluntad

contiene, lo primero es querer vivir de mi Querer, lo segundo es querer

conocerlo, lo tercero es apreciarlo. Por eso contigo he abierto las puertas de

mi Voluntad, a fin de que conocieras sus secretos que el hombre había

sepultado en mi seno, los efectos y el valor que Ella contiene, y por cuantas

verdades conoces de mi Voluntad tantas semillas recibes y tantos secretarios

divinos te hacen cortejo. ¡Oh! cómo hacen fiesta en torno a ti, pues han

encontrado a quien confiar su secreto, pero la fiesta más bella la harán

cuando te conduzcan al Cielo, cuando la Divinidad, a tu primer entrar, hará

salir tantas diversas bienaventuranzas distintas entre ellas, de alegría, de

 

 

felicidad y de belleza, que no sólo te inundarán a ti, sino que todos los

bienaventurados tomarán parte. ¡Oh, cómo el Cielo espera tu llegada para

gozar de estos nuevos contentos!"

Enero 28, 1922

Jesús nos abrió tantas fuentes en su Querer.

Estaba rezando y mi dulce Jesús me ha atraído a Él, ytransformándome toda en Él me ha dicho:

"Hija mía, recemos juntos para poder tomar el Cielo en un puño e

impedir a la tierra que se precipite más en la corriente del mal."

Entonces hemos rezado juntos y después ha agregado:

"Mi Humanidad estando en la tierra se veía muy estrecha ante la

Divinidad, y como era inseparable de Ella no hacía otra cosa que entrar en la

Inmensidad de la Voluntad Eterna y abría innumerables fuentes en favor de

las criaturas, porque siendo abiertas por un Hombre Dios, daba a la familia

humana el derecho de acercarse a estas fuentes y tomar de ellas lo que

quisieran. Así pues formé la fuente del amor, la de la oración, otra de la

reparación, la fuente del perdón, la de mi sangre, la de la gloria. Ahora,

¿quieres saber quien agita estas fuentes para hacerlas brotar y hacerlas

derramarse de modo que toda la tierra quede inundada? El alma que entra

en mi Querer; conforme entra, si quiere amar se acerca a la fuente del amor

y amando, o con sólo poner la intención de amar, agita la fuente, las aguas al

ser agitadas crecen, se desbordan e inundan toda la tierra y a veces son tan

fuertes estas agitaciones, que las olas se elevan tanto que llegan a tocar el

Cielo e inundan la patria celestial; si quiere rezar, reparar, conseguir el

perdón a los pecadores, darme gloria, agita la fuente de la oración, de la

reparación, del perdón, y éstas brotan, se desbordan e inundan a todos.

¿Cuántos bienes no ha conseguido al hombre mi Humanidad? Dejé las

puertas abiertas para que pudieran entrar cuando quisieran, pero qué pocos

son aquellos que entran."

Enero 30, 1922

Las verdades son nuevas creaciones. La verdad es luz, y la luz

por sí misma se extiende, pero para extenderse es necesario

hacerla conocer, el resto lo hará por ella misma.

 

 

Encontrándome en mi habitual estado, mi adorable Jesús al venir,

viéndome toda reacia en manifestar y en escribir lo que Él me dice, con una

actitud imponente que me hacía temblar me ha dicho:

"Hija mía, mi palabra es creadora y cuando hablo haciendo conocer

una verdad que me pertenece, no es otra cosa que nuevas creaciones divinas

que hago en el alma. Y así como cuando creé el cielo, con un solo Fiat

extendí los cielos y los tachoné de millones de estrellas, tanto, que no hay

lugar de la tierra desde el que no se vea este cielo, y si de algún punto no se

viera sería un deshonor a la Potencia creadora y podrían decir que la Fuerza

creadora no tenía poder para extenderse por todas partes, así mis verdades

son más que cielo que quisiera hacer conocer a todos, desde un extremo al

otro de la tierra, y como tantas estrellas pasar de boca en boca para

adornarme el cielo de las verdades que he manifestado. Si la criatura

quisiera ocultar mis verdades, haría como si me quisiera impedir que creara

el cielo, y con el secreto en el que quiere dejarme me daría el deshonor,

como si una persona quisiera impedir que los demás mirasen el cielo, el sol,

y todas las cosas creadas por Mí para no hacerme conocer. ¡Ah! hija mía, la

verdad es luz, y la luz por sí misma se extiende, pero para extenderse es

necesario hacerla conocer, el resto lo hará por sí misma, de otra manera

quedará reprimida, sin el bien de poder iluminar y hacer el camino que

quiere. Por eso sé atenta y no me impidas el poder extender la luz de mis

verdades."

Febrero 2, 1922

La Divina Voluntad es semilla que multiplica las

imágenes de Dios. Para que Jesús obre en nosotros,

se necesita suma igualdad en todas nuestras cosas.

Esta mañana, mi siempre amable Jesús ha venido todo bondad y

dulzura, traía una cuerda al cuello y en la mano un instrumento, como si

quisiera hacer alguna cosa. Entonces se ha quitado la cuerda del cuello y ha

ceñido el mío, después ha fijado el instrumento en el centro de mi persona, y

con una cuerda que hacía girar por una rueda que estaba en el centro de

aquel instrumento me medía toda, para ver si todas las partes de mi persona

las encontraba iguales; Él estaba todo atento para ver si la cuerda al girar

 

 

encontraba la perfecta igualdad, y habiéndola encontrado ha dado un suspiro

de gran contento diciendo:

"Si no la hubiera encontrado igual no habría podido cumplir lo que

quiero, a cualquier costo estoy decidido a hacer de ella un portento de la

Gracia."

Ahora, aquella rueda que estaba en el centro parecía que era una rueda

de sol, y Jesús se miraba en ella para ver si su adorable persona aparecía

toda entera en esa rueda de sol, y apareciendo, satisfecho parecía que rezaba.

Mientras estaba en esto ha descendido del Cielo otra rueda de luz, similar a

la que tenía yo en el centro de mi persona, pero sin separar sus rayos del

Cielo y se han fundido juntas, y Jesús las ha sellado en mí con sus santísimas

manos y ha agregado:

"Por ahora la incisión la he hecho, el sello lo he puesto, después

pensaré en desarrollar lo que he hecho."

Y ha desaparecido. Yo he quedado asombrada, pero no sé qué cosa

sea, sólo he entendido que para que Jesús obre en nosotros se necesita suma

igualdad en todas las cosas, de otra manera Él obra en un punto de nuestra

alma y nosotros destruimos en otro punto. Las cosas desiguales son siempre

molestas, defectuosas, y si se quiere apoyar alguna cosa hay peligro de que

la parte desigual la haga caer por tierra. Un día, un alma que no es siempre

igual quiere hacer el bien, quiere soportar todo, otro día no se reconoce más,

desganada, impaciente, así que no se puede hacer ningún proyecto sobre

ella. Después de esto mi Jesús ha regresado y atrayéndome en su Querer me

ha dicho:

"Hija mía, la tierra, cuando se pone la semilla dentro de ella hace

germinar y multiplica la semilla que se ha puesto. Mi Voluntad se extiende

más que tierra y pone la semilla de mi Querer en las almas, y hace germinar

y multiplicar tantas otras imágenes mías, semejantes a Mí. Mi Querer hace

germinar mis hijos y los multiplica. Debes saber que los actos hechos en mi

Querer son como el sol, del que todos toman la luz, el calor y el bien que

contiene el sol, pero nadie puede impedir que se goce de los bienes de él, sin

que uno defraude al otro todos gozan de él, todos son propietarios del sol,

cada uno puede decir: ‘El sol es mío.’ Así los actos hechos en mi Querer,

más que sol, son deseados y pretendidos por todos, los esperan las

generaciones pasadas para recibir sobre todo lo que han hecho la luz

deslumbrante de mi Querer, los esperan los presentes para sentirse fecundar

e investir por esta luz, los esperan los futuros para cumplimiento del bien

que harán. En suma, mi Voluntad soy Yo, y los actos hechos en mi Querer

girarán siempre en la rueda interminable de la eternidad para constituirse

vida, luz y calor de todos."

 

 

Febrero 4, 1922

Las almas que viven en la Divina Voluntad toman

parte de la actividad eterna de la Divina Voluntad.

Continuando mi habitual estado, mi dulce Jesús al venir me ha dicho:

"Hija mía, las almas que viven en mi Voluntad son las pequeñas

ruedas que giran en la gran rueda de la eternidad. Mi Voluntad es el

movimiento y la vida de la rueda de la eternidad interminable; conforme

ellas entren en mi Querer para orar, para amar, para obrar, etc., la rueda de la

eternidad las hace girar en su circunferencia interminable, y ellas, como en

esa rueda encuentran todo lo que se ha hecho y lo que se debe hacer, todo lo

que debería hacerse y no se hace, a medida que giran derraman luz y oleadas

divinas en lo que se ha hecho y en lo que se debe hacer, dando a nombre de

todos el honor divino a su Creador, y rehacen lo que no ha sido hecho por las

criaturas. ¡Oh! cómo es bello ver entrar a un alma en mi Querer, en cuanto

entra, la gran rueda de la eternidad le da la cuerda para hacerla girar en su

gran mole, y la pequeña rueda hace giros eternos, la cuerda de la gran rueda

la pone en comunicación con todas las cuerdas divinas, y mientras gira hace

lo que hace su mismo Creador; por eso estas almas son como las primeras

creadas por Mí, y como las últimas, porque al girar se encuentran al

principio, en medio y al final, así que serán la corona de toda la familia

humana, la gloria, el honor y el suplemento de todo, y el regreso a Dios de

todo el orden de las cosas creadas por Él. Por eso tus giros sean continuos

en mi Querer, Yo te daré la cuerda y tú te prestarás a recibirla, ¿no es

verdad?"

Después ha agregado: "No has dicho todos los giros que hace la

ruedecilla de tu voluntad en la gran rueda de la eternidad."

Y yo: "¿Cómo podía decirlos si no lo sé?"

Y Él: "En cuanto el alma entra en mi Voluntad, aun con una simple

adhesión, con un abandono, Yo le doy la cuerda para hacerla girar, ¿y sabes

cuántas veces gira? Gira por cuantas inteligencias piensan, por cuantas

miradas dirigen las criaturas, por cuantas palabras dicen, por cuantas obras y

por cuantos pasos se hacen, giran a cada acto divino, a cada movimiento, a

cada gracia que del Cielo desciende, en suma, en todo lo que se hace en el

Cielo y en la tierra ellas forman el giro; los giros de estas ruedecillas son

veloces, rápidos, así que son incalculables a ellas mismas, pero Yo los

 

 

numero todos, primero para tomarme la gloria, el amor eterno que me dan, y

después para fundir todo el bien eterno, para darles la capacidad de hacerlas

sobrepasar todo, para poder abrazar a todos y hacerse corona de todo."

Deo gratias