QUÉ SIGNIFICA UN ACTO EN LA DIVINA VOLUNTAD SALVADOR T.F.

02.09.2015 16:46


 

Se ha hablado tanto de este vivir en la Divina Voluntad, que parecería hasta inútil volver sobre el tema que deseo proponer, pero estoy convencido que cada vez que meditemos cualquier verdad acerca de esto, es un profundizar, un comprender más para vivir con más intensidad lo que Jesús nos expresa en su...s verdades, pues Él es infinito, por tanto infinito es el significado y el alcance de ellas. Lo que sucede es que nosotros, al escucharlas y meditarlas, por nuestra finitud nos parece que hemos llenado nuestro FINITO, y pensamos que la verdad se ha agotado, y que hemos abarcado al INFINITO. ¡Qué enorme ceguera, y que esto es verdad, nos lo asegura este comprender más cada vez que retomamos el tema.

 

En primer lugar quisiera traer a colación el que cuando la criatura vive en la Divina Voluntad, Jesús se extiende no sólo en nuestra alma, sino también en el cuerpo, pues es a través de los actos de éste, que Él pone nuevamente en “acto” sus propios actos.

 

Iniciemos poniendo como punto de apoyo para nuestro desarrollo el Catecismo de la Iglesia Católica, el cual, en su artículo 704 dice lo siguiente:

 

“En cuanto al hombre, es con sus propias manos [es decir, el Hijo y el Espíritu Santo] como Dios lo hizo... y Él dibujó sobre la carne moldeada su propia forma, de modo que incluso lo que fuese visible llevase la forma divina” (CIC.- 704)

 

 

Ahora vayamos a los escritos de Luisa acerca de la Divina Voluntad:

 

“Hija mía, quien verdaderamente hace mi Voluntad, puede decir que todo lo que se desarrolla en ella, tanto en el alma como en el cuerpo lo que siente, lo que sufre, puede decir: “Jesús sufre, Jesús está oprimido” (11-68)

 

¿Crees que sea cosa de nada el vivir en mi Querer? No hay cosa que lo iguale, ni santidad que lo iguale; es la Vida real, no fantástica como alguno puede imaginar, y ésta mi Vida está no sólo en el alma, sino también en el cuerpo. (14-41)

 

Debes saber hija mía que es su gran amor por ti, pequeña hija suya, y por eso su luz no quiere sólo restaurar tu alma, sino también tu cuerpo, quiere como pulverizarlo y animando los átomos de tu polvo con su luz, con su calor, quiere quitar cualquier germen y humores de voluntad humana, para hacer que tanto tu alma como tu cuerpo, todo sea sagrado en ti, nada quiere tolerar, ni siquiera un átomo de tu ser que no esté animado y consagrado por mi Voluntad, por eso tu duro martirio no es otra cosa que la consumación de lo que no le pertenece. (23-20) 

 

 

Ahora vayamos a ver qué sucede cuando la criatura hace sus actos en unión con Jesús en la Divina Voluntad:

 

“Hija mía, en quien hace la Divina Voluntad, al hacer sus actos se vierte en Ella, no hay parte de su ser que no tome lugar en el Querer Supremo, y entonces, todo lo que Dios ha creado, todo lo que ha hecho y hará, estando todo encerrado en mi Querer, como un solo acto se vierte todo sobre el acto de la criatura, de modo que el acto de ella queda lleno, embellecido, circundado de todo lo que ha hecho y hará mi Voluntad, tanto, que se ven en el acto de la criatura impresos, fundidos, circundados, todos los actos divinos.  Cuando mi Voluntad obra, tanto en nuestra Divinidad, cuanto en el acto humano, no sabe, ni quiere separar un acto suyo del otro acto, sino que los une todos juntos y forma el nuevo acto que quiere hacer, se puede decir que todo nuestro Ser Divino con todos nuestros actos nos vertemos sobre la criatura, nos escondemos en ella, nos encerramos, mientras permanecemos en nuestra inmensidad y potencia interminable cual somos.  Sin embargo nuestra felicidad queda duplicada por parte de la criatura, porque nos ha dado la ocasión de bilocar nuestra Vida junto con nuestros actos, y Nosotros recibimos la gloria, el honor, el amor de nuestra misma Vida, y de todos nuestros actos por parte de quien se hace poseer por nuestra Voluntad.  Nos sucede como al sol, que cuando desde la altura de su esfera se da a la tierra, parece que da sólo luz, pero no es verdad, junto con la luz da todo lo que posee, y tan es verdad, que se ve la tierra florida con tanta variedad de colores, variedad de dulzuras, de sabores, ¿quién ha dado tanta belleza, tantas sustancias, tantos colores?  ¿Sólo la luz?  ¡Ah, no!  Es porque la luz ha dado las sustancias, las propiedades que posee la luz.  Se puede decir que la tierra es rica, embellecida por las propiedades que posee el sol, pero mientras el sol da, nada pierde de lo que posee. Reproducir nuestra Vida, nuestros actos en nuestra amada criatura, para Nosotros es felicidad, y nos sentimos como agradecidos hacia ella, porque nos ha dado el campo para hacer uso de nuestra potencia comunicativa para reproducirnos en ella”. (31-22)

 

Quizá ahora sintamos más celo por no apartarnos nunca de esta Divina Voluntad, pues sólo a través de Ella sucede lo anterior. Decir enorme sería nada, debemos decir INFINITA ganancia del acto humano, poseer como propiedad el acto único de Dios, de tal manera que al caminar, parpadear, comer, latir, respirar, dormir, etc., etc., estamos permitiendo que la Divinidad ponga toda su Vida y actos en aquel acto nuestro, Él siente el gozo de repetir su Vida, de tener una criatura semejante con la cual compartir todo lo que es, y entablar aquella relación de amor, al Tú por tú con ella. Y esta debería ser nuestra mayor alegría, y nuestro mayor estímulo para no apartarnos nunca de ahí: El poseer todo lo divino para DARLE a nuestro Amado lo que Él merece y ansía.