AL IRSE A DORMIR

21.08.2015 14:43

AL ACOSTARSE Y AL ENTREGARSE AL SUEÑO

 

          Padre, Te amo; ven, Divina Voluntad a reposar en mi sueño, y extiende tu descanso sobre todas las criaturas.

          Quiero, oh Jesús, dormir en tu Voluntad, y Tú ven a dormir en mí, y haz que encuentres en mí tu cama y tu reposo para repararte por todas las ofensas que recibes de las criaturas. Haz, oh Jesús, que cuando mi mente Te dé la pequeña lucecita de mi último pensamiento, lo dé en tu Voluntad, para que encierre en Ti todos los pensamientos de las criaturas y selle en sus mentes la luz de tu Gracia, y así, al despertarse, todas resurjan del pecado.

          Oh Jesús mío, antes de dormirme quiero poner en tu Voluntad mis pensamientos, para que besen los tuyos y sigan pensando y obrando con tu misma inteligencia, para hacer correr tus pensamientos en favor de todas las criaturas. Que mis pensamientos tengan vida en tu mente y que permanezcan en continua actividad con los tuyos, besándote continuamente y reparando como Tú mismo reparas...

          Mis deseos, oh Jesús, besan los tuyos, y los dejo en tu Voluntad a que deseen con tus mismos deseos el bien de todos y tu Gloria.

          Mi voluntad besa la Tuya, y permanece en Ti queriendo lo que Tú quieres. Y como tu Querer corre en favor de todos, así el mío corra en Ti con la intención de abrazar a todos y de encerrar a todas las criaturas en tu Querer, para que ninguna más se separe de Ti.

          Mi amor besa el Tuyo en tu Voluntad, y permanece en Ti amando como Tú mismo amas, y así, amando en Ti seré el amor de todos a tu Corazón.

          Mi corazón besa el Tuyo, y encerrándose en Ti quiere hacer lo que hace tu mismo Corazón, que todos sus latidos sean besos continuos que Te endulcen las amarguras que recibes de las criaturas.

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INTENCIONES PARA QUE EL ALMA CONTINÚE

SU DIVINA ACTIVIDAD INSEPARABLEMENTE

UNIDA A JESÚS DURANTE EL SUEÑO

 

          Jesús mío, me quedo contigo, y mientras mi pobre mente estará sumergida en el sueño, no quiero dejarte solo, sino que quiero seguirte durante todas las horas de tu amarguísima Pasión; quiero estar presente con mi amor, con mi intención y con mi voluntad, en todas tus penas, en todos los ultrajes y desprecios que Te hacen, en la Sangre que Te hacen derramar, y en todas tus penas internas y externas, para ponerlas todas en mi corazón y siempre tenerlas presentes en mi mente, y así tener el continuo recuerdo de tu amarguísima Pasión.

          Más aún, en el mar inmenso de tu Pasión quiero poner a todas las almas y a todas las generaciones de todos los siglos, para que en estas penas todos encuentren la salvación, la fuerza, la luz y la gracia. Permíteme también, oh Jesús mío, que tome las cadenas con que estás atado y que al tocarte se hayan convertido en cadenas de amor, y sumergiéndome en el mar inmenso de tu Voluntad, encadene las inteligencias, los ojos, los labios de todas las criaturas, y convierta cada pensamiento, cada mirada y cada palabra, todo, en amor. Y formando así cadenas de amor, las traeré a Ti para coronar tu Cabeza con el amor de todas las criaturas, y romper las espinas con que se atreven a coronarte; para consolar tu vista por tantos insultos y desprecios, y para preparar tantos sorbos de amor a tu boca reseca y abrasada por la sed de las almas.

          Permíteme también, oh Jesús mío, que gire en tu Querer amabilísimo, y toque las manos y los pies de todas las criaturas, para que convierta en llamas de amor todas las obras, los movimientos y los pasos de cada criatura; que toque sus corazones y transforme cada latido, cada afecto, cada fibra de ellos, en otras tantas centellas de amor, y así, formando con todos sus actos una larga cadena de amor, quiero arrollar todos los siglos y todas las criaturas con este amor, y después traerlas a Ti para rodearte de amor, en mi nombre y en el de

 

          Jesús mío, quédate conmigo, como yo me quedo contigo; y mientras mi mente estará sumergida en el sueño, Tú estarás a mi lado; mejor dicho, reposaremos juntos, oh Jesús: mis latidos palpitarán en los tuyos, y mi palpitar y el tuyo formarán uno solo, que Te repetirá ininterrumpidamente: “Te amo, con amor inmenso, Te amo con amor eterno, Te amo con amor infinito, por mí y por todas las criaturas”... Respirando, oh Jesús mío, respiraremos juntos, para que mi respiro y el tuyo sea uno solo, y en cada respiro diremos siempre juntos: “¡Almas, almas!... También quiero que mi sangre circule en la Tuya, para que la mía y la Tuya tengan un solo grito que, elevándose entre el Cielo y la tierra, se presente ante tu Majestad Suprema para ofrecerte los homenajes, la adoración, la gloria, la bendición y la gratitud de todas las generaciones humanas...

          Jesús mío, mientras, estarás a mi lado y mi mente estará sumergida en el sueño, me prepararás a recibirte en el Sacramento; tomarás entre tus manos este corazón mío, lo mirarás con tu mirada amorosa, le infundirás tu aliento omnipotente, para que al contacto de Ti, con tu mirada y con tu aliento le infundas todo lo que es debido para disponerme a recibirte dignamente en el Sacramento; es más, pondrás en este corazón tu mismo Corazón, para que al recibirte no Te introduzca en el mío, sino en el Tuyo... Me prestarás tu boca, oh Jesús, para que no Te toque con la mía, sino con la tuya. Atarás las fibras de tu Corazón al mío, para que abran tantas corrientes de amor entre Tú y yo; y pon en estas corrientes todo lo que hiciste Tú mismo al recibirte en el Sacramento, tu preparación y tu acción de gracias, tu amor y tus reparaciones. Así, recibiéndote en el mar inmenso de tu Voluntad, estaré presente en todos los corazones que Te recibirán y haré una preparación y una acción de gracias--------------------- para poder tener---------------------------- Sacramental en todos los corazones.

          Y tú, Ángel mío, vigila y custódiame; cúbreme bajo tus alas purísimas; llena mi corazón con tu amor celestial, y mientras esté yo durmiendo, tú harás un continuo ir y venir de mí a Jesús para llevarle mis latidos, mis respiros, las gotas de mi sangre, que arrodillándome ante el Sagrario, le dirán sin cesar: “Te busco, Te deseo, Te suspiro, Te quiero, oh Jesús”.

          Y Tú, dulce Mamá, extiende tu manto azul sobre mi pobre persona y ven a dar la última pincelada a este corazón, para prepararlo a que reciba a Jesús. Ata las fibras de mi corazón al Tuyo, a fin de que me ames como Madre y yo Te ame como hijo, para hacer que Jesús, al venir a mí, pueda hallar no un lugar de amargura, sino una mansión de delicias y de contentos.

          Y ahora, amoroso Jesús mío, Ángel Custodio mío, Mamá mía, me postro ante vuestros pies, y con el rostro en el polvo imploro de--------------------------- vuestra santa bendición.