ADÁN - EL PLAN QUE DIOS TENÍA PARA EL SER HUMANO

21.08.2015 11:54

                                  ADÁN…..como lo dotamos de todos los bienes y su voluntad era la nuestra, y la nuestra la suya, todo era armonía entre él y Nosotros, lo que quería tomaba de Nosotros: Santidad, Sabiduría, Potencia, elicidad, etc., era nuestro prototipo, nuestro retrato, nuestro hijo feliz, así que Adán en el principio de su existencia tuvo una época en que cumplía a maravilla la finalidad para la cual fue creado, probó qué significa vivir del


Querer de su Creador, éramos felices mutuamente al ver reproducir en nuestra imagen nuestros mismos actos;

El gusto parece que sea cosa de nada, sin embargo no es así, es el acto primero, o del bien, o del mal, mira cómo es así: Adán, ¿por qué pecó? Porque separó su mirada del atractivo divino y en cuanto Eva le presentó el fruto para hacerlo comer, miró el fruto y la vista sintió placer al mirarlo, el oído sintió deleite al oír las palabras de Eva de que si comía el fruto se volvería semejante a Dios, la garganta sintió gusto al

comerlo, así que el gusto fue el primer acto de su ruina. Si en cambio hubiese sentido desagrado al mirarlo, aburrimiento, fastidio al oír las palabras de Eva, disgusto al comerlo, Adán no habría pecado, más bien habría hecho el primer acto heroico en su vida resistiendo y corrigiendo a Eva por haber hecho eso, y él habría permanecido con la corona imperecedera de la fidelidad hacia Aquél a quién tanto debía y que tenía todos los derechos de su sujeción. ¡Oh! cómo se necesita estar atento sobre los diversos gustos que surgen en el alma, si son gustos puramente divinos, darles vida, si son gustos humanos o de pasiones, darles la muerte, de otra manera hay peligro de precipitarse en la corriente del mal."

¿quieres tú saber por qué Adán pecó? Porque olvidó que Yo lo amaba y olvidó amarme, fue éste el primer germen de su culpa; si hubiese pensado que Yo lo amaba mucho y que él estaba obligado a amarme, jamás se habría decidido a desobedecerme, así que primero cesó el amor, después comenzó el pecado; y en cuanto cesó de amar a su Dios, cesó el verdadero amor a sí mismo, sus miembros y sus potencias se rebelaron a él mismo, perdió el dominio, el orden y se volvió temeroso, no sólo esto, sino cesó el verdadero amor hacia las demás criaturas, mientras que Yo lo había creado con el mismo amor que reinaba entre las Divinas Personas, en el cual uno debía ser la imagen del otro, la felicidad, la alegría, la vida del otro, por eso, viniendo a la tierra, la cosa a la cual le di más importancia fue que se amasen el uno al otro como eran amados por Mí, para darles mi primer Amor, para hacer aletear sobre la tierra el Amor de la Santísima Trinidad. Por eso, en todas tus penas y privaciones no olvides jamás que Yo te amo mucho, para no olvidarte jamás de amarme así que están suspendidas en mi Voluntad todas las finezas de amor, los besos, las caricias, los dones, las comunicaciones y mis inocentes entretenimientos que debía haber tenido con Adán si no hubiera pecado. Mi Voluntad quiere entregar estos cúmulos de bienes que había establecido dar a las criaturas, y por eso quiero establecer la ley del vivir en mi Querer, para poner en vigor entre Creador y criatura todos estos bienes suspendidos, por eso estoy trabajando en ti, para reordenar tu voluntad con la Divina, así podré dar principio y poner en corriente los tantos bienes que hasta ahora están suspendidos entre Creador y criatura. Me interesa tanto este reordenamiento de la voluntad humana con la Divina y que del todo viva en Ella, que hasta en tanto que esto no obtenga me siento como si la Creación no tuviera mi finalidad primaria. Además, Yo creé la Creación no porque de ella tuviera necesidad, era más que suficientemente feliz por Mí mismo, y si la creé fue sólo porque a los tantos bienes que conteníamos en Nosotros mismos queríamos agregar una diversión al exterior de Nosotros, por eso todo fue creado, y dentro de un intenso desahogo del más puro Amor nuestro, pusimos fuera con nuestro aliento omnipotente esta criatura, para podernos entretener con ella y ella hacerse feliz con Nosotros y con todas las cosas creadas por Nosotros por amor suyo. Ahora, ¿no fue destruir nuestra finalidad, que quien debía servir sólo para hacernos gozar y entretenernos juntos, con sustraerse de nuestra Voluntad nos sirvió de amargura y alejándose de Nosotros, en lugar de entretenerse con Nosotros se entretuvo

con las cosas creadas por Nosotros, con sus mismas pasiones, y a Nosotros nos hizo a un lado? ¿No fue esto un poner al revés la finalidad de toda la Creación? Mira entonces cómo es necesario que nos rehagamos de nuestros derechos, que la criatura regrese a nuestro seno para recomenzar nuestros entretenimientos, pero debe retornar donde el hombre hizo comenzar nuestro dolor y vincularse con nudo indisoluble con nuestra Voluntad eterna, debe dejar la suya para vivir de la Nuestra fue dotado de todas las ciencias; lo que los demás aprenden con tantas fatigas, él lo poseía como don en modo sorprendente; así que poseía el conocimiento de todas las cosas de esta tierra, tenía la ciencia de todas las plantas, de todas las hierbas, y la virtud que cada una de ellas contenía, tenía la ciencia de todas las especies animales y de cómo debía usar de ellos, tenía la ciencia de la música, del canto, de la escritura, de la medicina, en suma, de todo; y si las generaciones poseen cada una su ciencia especial,Lo que no pudo recibir Adán con sus lágrimas, a pesar de que pasaron por mis ojos, lo puedes recibir tú, porque Adán antes de que pecara poseía mi Voluntad y con la posesión de mi Voluntad crecía en la semejanza de su Creador, y crecía tanto que formaba el encanto de todo el Cielo y todos se sentían honrados en servirlo, después del pecado perdió la posesión de mi Querer, y a pesar de que lloró su culpa y no pecó más, pudo hacer mi Voluntad, pero no poseerla, porque faltaba el Divino ofendido que debía formar el nuevo injerto divino entre la criatura y el Creador, para poder atravesar de nuevo los umbrales de las posesiones del eterno Querer. Este injerto fue hecho por Mí, Verbo Eterno, después de cuatro mil años, y Adán para entonces había pasado a los umbrales de la eternidad. Pero a pesar de

este injerto divino hecho por Mí con lágrimas, suspiros y penas inauditas, cuántos se reducen a la condición de Adán después del pecado a sólo hacer mi Voluntad, otros no la quieren conocer, otros se revelan a Ella; sólo quien vive en mi Voluntad se eleva al estado de Adán inocente antes de caer en el

pecado, porque hay gran distancia entre quien hace mi Voluntad y entre aquellos que la poseen, hay la distancia entre Adán inocente y entre Adán después del pecado. Y Yo al venir a la tierra debía obrar como Dios, debía completar en todo la obra del hombre, debía elevarlo al punto primero de su

origen, con darle la posesión de mi Voluntad, y si bien muchos se sirven de mi venida sólo como remedio para su salvación y por lo tanto toman mi Voluntad como medicina, como fuerza y como antídoto para no ir al infierno, Yo esperaré aún, a fin de que surjan las almas que la tomen como

vida, y con hacerla conocer tomen posesión de Ella y así completaré la obra de mi venida a la tierra y tendrá fruto el injerto divino formado de nuevo con la criatura, y mis lágrimas se cambiarán en sonrisas celestiales y divinas para Mí y para ellas."

"Hija mía, antes que todo, Adán antes de que se sustrajera de mi Voluntad era mi hijo, contenía por centro de su vida y de todos sus actos a mi Voluntad, por lo tanto poseía una fuerza, un dominio, un atractivo todo divino, por eso su respiro, su latido, sus actos, daban lo divino, todo su ser emanaba un perfume celestial que a todos nos atraía hacia él, así que nos sentíamos heridos por todas partes por este hijo, si respiraba, si hablaba, si obraba las cosas más inocentes, indiferentes y naturales, eran heridas de amor para Nosotros, y Nosotros entreteniéndonos con él lo colmábamos siempre más de nuestros bienes, porque todo lo que hacía salía de un solo punto, el cual era nuestra Voluntad, por eso todo nos agradaba, no encontrábamos nada en que desagradarnos. Ahora, después del pecado Adán descendió del estado de hijo y se redujo al estado de siervo, y en cuanto rompió con la Voluntad Suprema salió de él la Fuerza divina, el dominio, el atractivo, el perfume celestial, por eso sus actos, su ser, no daban ya lo divino, sino que se llenó de una sensación humana, que haciéndole perder el atractivo, no nos sentíamos más heridos, es más, nos poníamos a distancia, él de Nosotros y Nosotros de él. Nada dice el que él repitiera los mismos actos que hacía antes de pecar, como en efecto los hacía; ¿pero sabes tú qué son los actos de la criatura sin la plenitud de nuestra Voluntad?

Son como aquellos alimentos sin condimento y sin sustancia, que en vez de gustarlos disgustan el paladar humano, así disgustan el paladar divino, son como aquellos frutos no maduros, que no contienen ni dulzura ni sabor; son como aquellas flores sin perfume; son como aquellos vasos llenos, sí, pero de cosas viejas, frágiles y rotas. Todo esto puede servir a una estrecha necesidad del hombre y también como una sombra de la gloria de Dios, pero no a la felicidad y a todo el bienestar de la criatura y a la plenitud de la gloria de Dios no reinaba más en él el puro amor; el amor fue dividido por el temor, por el miedo, y no conteniendo más el absoluto dominio de la Suprema Voluntad, sus actos de antes, hechos después del pecado, no tenían más aquel valor. Mucho más, pues toda la Creación, incluido también el hombre salió del Eterno Creador, que es como fuente de vida, en la cual debían conservarse sólo con la Vida de la Divina Voluntad, todo debía estar basado en Ella, y esta base de Divino Querer debía conservar todas las cosas bellas, nobles, como habían salido de Dios, como de hecho están todas las cosas creadas, tal como fueron creadas tales son, ninguna ha perdido nada de su origen, sólo el hombre perdió la vida, la base, y por esto perdió su nobleza, la fuerza, la semejanza con su Creador. Pero a pesar de todo esto mi Voluntad no dejó del todo al hombre, y no pudiéndole ser más fuente de vida y base que lo sostenía, porque él mismo se había sustraído de Ella, se ofreció como medicina para hacer que no pereciera del todo. Así que mi Voluntad es medicina, es salud, es conservación, es alimento, es vida, es plenitud de la más alta santidad, y según la quiera la criatura, Ella se ofrece: si la quiere como medicina, Ella se ofrece para quitarle la fiebre de las pasiones, las debilidades de las impaciencias, los vértigos de la soberbia, el malestar de los apegos, y así de todo el resto de los males; si la quiere como salud, Ella se ofrece para conservarla sana, para liberarla de cualquier mal espiritual; si la quiere como alimento, Ella se da como alimento para hacerle desarrollar las fuerzas y hacerla crecer más en la santidad; si la quiere como vida y como plenitud de santidad, ¡oh! entonces mi Voluntad hace fiesta, porque ve regresar al hombre al regazo de su origen, de donde salió, y se ofrece a darle la semejanza con su Creador, finalidad única de su creación. Mi Voluntad jamás deja al hombre; si lo dejara se resolvería en la nada; y si el hombre no se presta a hacerse hacer santo por mi Voluntad, Ella usa los modos al menos para salvarlo."

Cada acto de voluntad humana no conectada con la de Dios forma un abismo de distancia entre el Creador y la criatura, por tanto, distancia de santidad, de belleza, de nobleza, de luz, de ciencia, etc. Entonces Adán no hizo otra cosa con sustraerse de la Divina Voluntad, que ponerse a distancia de su Creador, esta distancia lo debilitó, lo empobreció, lo desequilibró todo

y llevó el desequilibrio a todas las generaciones, porque cuando el mal está en la raíz, todo el árbol está obligado a sentir los efectos malignos, los humores nocivos que hay en la raíz. primero es despojada de las vestiduras del viejo Adán culpable y es revestida

por las vestiduras del Adán nuevo y santo; su vestidura es la Luz de la misma Voluntad Suprema, en la cual le vienen comunicados todos sus modos divinos, nobles y comunicativos a todos. Esta Luz le hace perder las facciones humanas y le restituye la fisonomía de su Creador. ¿Qué maravilla entonces en que tome parte en todo lo que posee el Divino Querer,

siendo una la Vida y una la Voluntad? Por eso sé atenta, te recomiendo que me seas fiel y tu Jesús mantendrá la batuta de hacerte vivir siempre en mi Querer, estaré en guardia a fin de que jamás puedas salir de Él."

Antes de pecar, poseyendo la fuente de la Unidad de la Luz con su Creador, cada pequeño acto suyo era rayo de luz que invadiendo toda la Creación iba a fijarse en el centro de su Creador, llevándole el amor y la correspondencia de todo lo que había sido hecho por Él en toda la Creación; era él el que armonizaba todo y formaba la nota de acuerdo entre el Cielo y la tierra, pero

en cuanto se sustrajo de mi Voluntad, sus actos no fueron más como rayos

que invadían Cielo y tierra, sino que se restringieron casi como plantas y flores en el pequeño cerco de su terreno, así que perdiendo la armonía con toda la Creación se volvió la nota discordante de todo lo creado; ¡oh, cómo descendió en lo bajo y lloró amargamente la Unidad de la Luz perdida, que elevándolo sobre todas las cosas creadas hacía de Adán el pequeño dios de la tierra.

Ahora hija mía, por lo que te he dicho puedes comprender que el vivir en mi Voluntad es poseer la fuente de la Unidad de la Luz de mi Voluntad con toda la plenitud de los efectos que en Ella hay, así que surge en cada acto suyo la luz, el amor, la adoración, etc., que constituyéndose acto por cada acto, amor por cada amor, como luz solar invade todo, armoniza todo, concentra todo en sí y como refulgente rayo lleva a su Creador la correspondencia de todo lo que ha hecho por todas las criaturas y la verdadera nota de acuerdo entre el Cielo y la tierra. ¡Qué diferencia hay entre quien posee la fuente de los bienes que contiene el Sol de mi Voluntad y entre quien vive de los efectos de Ella! Es la diferencia que existe entre el sol y la tierra; el sol posee siempre la plenitud de la luz y de los efectos, está siempre radiante y majestuoso en la bóveda del cielo, no tiene necesidad de la tierra, y mientras toca todo él es intangible, no se deja tocar por ninguno, y si alguno tuviera la osadía de querer fijarlo, con su luz lo eclipsa, lo ciega y lo echa por tierra; en cambio la tierra tiene necesidad de todo, se hace tocar, despojar, y si no fuese por la luz del sol y sus efectos sería una tétrica prisión llena de escuálida miseria; por eso no hay comparación posible entre quien vive en mi Voluntad y entre quien se somete a Ella. Así que la Unidad de la Luz la poseía Adán antes de pecar y no pudo recuperarla más estando en vida; de él sucedió como tierra que gira en torno al sol, que no estando fija, mientras gira se opone al sol y forma la noche. Ahora, para volverlo fijo de nuevo y poder así sostener la Unidad de esta Luz, se necesitaba un Reparador, y Éste debía ser superior a él; se necesitaba una Fuerza divina para enderezarlo, he aquí la necesidad de la Redención.

En él no puse mi Humanidad como ayuda y fuerza suya y como cortejo de mi Voluntad, porque no la tenía entonces, en ti la he puesto para suministrarte todas las ayudas que se necesitan para hacer que la tuya esté en … su puesto y la mía pueda reinar, y junto contigo seguir tus giros en mi Eterno Querer para establecer su reino."

Yo al oír esto, como sorprendida he dicho: "Jesús mío, ¿qué dices? Me parece que quieres tentarme y burlarte de mí. ¿Será posible que has puesto más gracia en mí que en Adán?"

Y Jesús: "Cierto, cierto hija mía, debía hacer de modo que tu voluntad fuera sostenida por una Humanidad Divina para hacer que no vacilara y estuviera firme en mi Voluntad, por eso no me burlo, sino que te lo digo a fin de que me correspondas y seas atenta." ----------------------------------------------

Vol. 18 -En cambio al crear al hombre no fue sólo mi Voluntad, sino una emanación que salió de nuestro seno, una parte de Nosotros mismos que infundimos en él, y por eso lo creamos libre de voluntad, a fin de que creciera siempre en belleza, en sabiduría, en virtud; a semejanza nuestra él podía multiplicar sus bienes, sus gracias.