A LA REINA DEL DIVINO QUERER

21.08.2015 14:47

OFRENDA DE LA PROPIA VOLUNTAD

HUMANA A LA REINA DEL CIELO

 

          Mamá dulcísima, heme aquí postrado ante tu trono: soy tu hijo el más pequeño, que quiero darte todo mi amor filial, y como hijo tuyo quiero reunir todos los sacrificios, las invocaciones, las promesas que tantas veces he hecho de no hacer nunca más mi voluntad, y formando una corona quiero ponerla en tu regazo, como prueba de mi amor y de mi agradecimiento hacia Ti, que eres mi Madre.

          Pero esto no me basta; quiero que la tomes en tus manos, en señal de que aceptas mi regalo, y al contacto de tus dedos maternales me la conviertas en tantos soles, al menos por cuantas veces he querido hacer la Voluntad Divina en mis pequeños actos.

          Ah, sí, Madre y Reina, este hijo tuyo quiere tributarte un homenaje de luz y de soles refulgentísimos... Sé que Tú ya posees tantos de estos soles, pero no son los soles de este tu hijo; por eso quiero darte los míos para decirte que Te amo, y para hacerte que me ames. Mamá Santa, Tú me sonríes y con toda bondad aceptas mi regalo, y yo de corazón Te doy las gracias; pero quisiera decirte tantas cosas... Quiero encerrar en tu Corazón materno mis penas y mis temores, mis debilidades y todo mi ser, como en el lugar de mi refugio; quiero consagrarte mi voluntad. Sí, oh Madre mía, acéptala; haz de ella un triunfo de la Gracia y un campo en el que la Divina Voluntad extienda su Reino. Esta voluntad mía, consagrada a Ti, nos hará inseparables y nos tendrá en una relación continua; las puertas del Cielo no se cerrarán para mí, porque habiéndote consagrado mi voluntad, me darás a cambio la tuya. Así que, o la Madre vendrá a estar con su hijo en la tierra, o el hijo irá a vivir con su Madre en el Cielo... ¡Oh, qué feliz seré!

          Oye, Mamá queridísima, para hacer aún más solemne la consagración de mi voluntad a Ti, llama a la Trinidad Sacrosanta, a todos los Ángeles y los Santos, y en la presencia de todos declaro y con juramento, que hago solemne consagración de mi voluntad a mi Madre Celestial. Así sea.

 

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A LA REINA DEL DIVINO QUERER

 

          Madre mía hermosa, que estás en el Cielo, haz que a tu Jesús no ofenda jamás; por tanto no permitas que me separe nunca de la Divina Voluntad.

          Reina del Divino Querer, tómame en tu regazo materno y enséñame a vivir sólo de Voluntad Divina.

          Reina Soberana, viviendo en la Divina Voluntad te pido para mí y para todos tu santa bendición descienda ésta como celestial rocío sobre los pecadores y los convierta, sobre los afligidos y los consuele, sobre el mundo entero y lo transforme al bien, sobre las almas del Purgatorio y extinga en ellas el fuego que las quema. Tu bendición materna sea prenda de eterna salvación para todas las almas. Así sea.