SER DE LA FAMILIA DE DIOS
"Hija mía, tu finalidad y la mía es única. Cuando un hijo tiene la
misma finalidad que el padre, quiere lo que el padre quiere, no hace jamás
morada en casa de otros, trabaja en los campos de su padre, si se encuentra
con personas habla de la bondad, del ingenio, de las grandes finalidades de
su padre, de este hijo se dice que ama, que es copia perfecta de su padre, que
se ve claramente por todos lados que pertenece a aquella familia, que es hijo
digno que lleva en sí con honor la generación de su padre. Estas son las
señales si se pertenece a la Familia Celestial: Tener mi misma finalidad,
querer mi misma Voluntad, morar en Ella como en casa propia, trabajar para
hacerla conocer; si habla no sabe decir otra cosa que lo que se hace y se
quiere en nuestra Familia Celestial; esta criatura se conoce a claras notas y
por todos lados y con razón, con justicia y con derecho que es hija que nos
pertenece, que es una de nuestra familia, que no ha degenerado de su origen,
que conserva en sí la imagen, los modos, la conducta, la Vida de su Padre,
de Aquél que la ha creado. Así que tú eres una de mi Familia, y por cuanto
más haces conocer mi Voluntad, tanto más te distingues delante al Cielo y a
la tierra que eres hija que nos perteneces.