MEMORIA, INTELIGENCIA Y VOLUNTAD EN LA DV

21.08.2015 14:07

"Hija mía, mi dolor fue grande e incomprensible a la mente creada,

especialmente cuando vi la inteligencia humana deformada, mi bella imagen

que hice reproducir en ella, no más bella, sino fea, horrible. Yo doté al

hombre de voluntad, inteligencia y memoria; en la primera refulgía mi Padre

celestial, el cual, como acto primero comunicaba su Potencia, su Santidad,

su altura, por lo cual elevaba a la voluntad humana invistiéndola de su

misma Santidad, Potencia y nobleza, dejando todas las corrientes abiertas entre Él y la voluntad humana, a fin de que siempre más se enriqueciera de

los tesoros de mi Divinidad; entre la voluntad humana y la divina no había

tuyo ni mío, sino todo en común, con acuerdo recíproco, era imagen nuestra,

cosa nuestra, así que ella nos semejaba, por lo tanto nuestra Vida debía ser la

suya y por eso constituía como acto primero su voluntad libre,

independiente, como era acto primero la Voluntad de mi Padre celestial;

pero esta voluntad cuánto se ha desfigurado, de libre se ha vuelto esclava de

vilísimas pasiones. ¡Ah! es ella el principio de todos los males del hombre,

no se reconoce más, cómo ha descendido de su nobleza, da asco mirarla.

 

Después, como acto segundo concurrí Yo, Hijo de Dios, dotando al

hombre de inteligencia, comunicándole mi Sabiduría y la ciencia de todas

las cosas, a fin de que conociéndolas pudiese gustar y hacerse feliz en el

bien. Pero, ¡ay de Mí! Qué mar de vicios es la inteligencia de la criatura, de

la ciencia se ha servido para desconocer a su Creador.

 

Y después, como acto tercero concurrió el Espíritu Santo, dotándolo

de memoria, a fin de que recordándose de tantos beneficios, pudiera estar en

continuas corrientes de amor, en continuas relaciones; el amor debía

coronarla, abrazarla e informar toda su vida; ¡pero cómo queda contristado

el eterno Amor! Esta memoria se recuerda de los placeres, de las riquezas y

 

hasta de pecar, y la Trinidad Sacrosanta es puesta fuera de los dones dados a

su criatura. Mi dolor fue indescriptible al ver la deformidad de las tres

potencias del hombre; habíamos formado nuestra morada en él, y él nos

había arrojado fuera."