ACTOS COMPLETOS
Cada cosa creada posee de lo nuestro, pero no para sí, sino para
darlo a las criaturas, pero deben vivir en nuestro Querer, de otra manera las
puertas están cerradas y a lo más gozan los efectos, pero no la plenitud de
los bienes que hay en nuestras obras, por eso hija mía, para ser completo y
perfecto el acto de la criatura debe comenzar y terminar en nuestra Voluntad,
la cual le suministra su misma Vida de luz y de Amor, para hacer que el acto
sea completo y nada le falte de bello, de santo y de bueno. Si el acto no
comienza en nuestra Voluntad, falta el orden, la santidad, la belleza, y por lo
tanto el acto humano no puede ser firmado con la firma de nuestro Querer
como acto suyo. Es para llorar hija mía el ver tantos actos humanos
trastornados, desordenados, quedados algunos al principio, algunos a la
mitad, algunos a los que les falta un punto, y otros a los que les falta algún
otro, y lo que es peor aún, alguno ensuciado con fango, alguno con
podredumbre, alguno como empapado en la culpa, que no hacen otra cosa
que irritar nuestra justa Justicia, por eso, sin nuestra Voluntad no puede
haber bien en la criatura, y si parece que hacen algún bien, es bien aparente,
y como falta la sustancia de la Vida de nuestro Fiat no puede ser duradero,
basta con que surja un obstáculo, un disgusto, y el bien termina y se
arrepienten de haberlo hecho. En cambio, todo lo que se hace en mi
Voluntad posee firmeza irremovible, y delante a los disgustos y obstáculos
Ahora, tú debes saber que quien hace sus actos en nuestro Querer,
hace actos completos y perfectos, en cambio quien vive siempre en Él, se
encuentra bajo una lluvia continua de luz, que conforme se mueve, late,
respira, así le llueven encima todos los efectos y variadas bellezas de nuestra
luz divina; nuestro Ser Divino es Luz purísima, luz interminable, encierra
todos los bienes posibles e imaginables; mientras es luz es palabra, y toda
ojo mira dondequiera, no hay cosa que se pueda esconder de Nosotros; esta
Luz es obra, es paso, es vida que da vida a todo y a todos, esta Luz encierra
bellezas que no se agotan, alegrías y felicidad sin fin. Ahora, quien vive
siempre en nuestro Querer Divino se encuentra bajo la lluvia de luz de
nuestra palabra imperante y creante, y ¡oh, cómo la transforma nuestra
palabra! Le habla siempre de nuestro Ente Supremo y produce todos
nuestros efectos divinos sobre la criatura, con tal variedad de bellezas, que
Nosotros mismos quedamos admirados. Nuestra mirada de luz la mira
siempre, nuestro paso corre siempre hacia ella, nuestras obras con sus brazos
de luz la abrazan y se la estrechan al seno, y todas le llueven luz para
comunicarle nuestra mirada de luz, nuestras obras y pasos de luz. Así que
quien vive siempre en nuestro Querer está siempre en comunicación directa
con su Creador, y recibe todos los efectos que sabe producir un Dios. En
cambio quien obra en Ella está en comunicación con nuestras obras, y las
suyas vienen modeladas con nuestras obras."